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ESQUEMA DE CÉLULA DE PLANTA

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<strong>ESQUEMA</strong> <strong>DE</strong> <strong>CÉLULA</strong> <strong>DE</strong> <strong>PLANTA</strong><br />

1


La<br />

<strong>ESQUEMA</strong> <strong>DE</strong> <strong>CÉLULA</strong> ANIMAL<br />

2


Célula eucarionte<br />

Tomado y modificado de<br />

ALBERTS. B., et alt, 2006, Introducción a la Biología Celular, 2ª edición, Editorial Médica Panamericana.<br />

Las células eucariontes, en general, son más grandes y más complejas que las bacterias y Archaea.<br />

Algunas llevan una vida independiente como organismos unicelulares, por ejemplo, las amebas y<br />

levaduras (fig. 1-14); otras forman agrupaciones pluricelulares. Los organismos pluricelulares más<br />

complejos −como las plantas, los animales y los hongos − están formados por células eucariontes.<br />

Por definición, todas las células eucariontes tienen un núcleo. Sin embargo, la presencia del núcleo<br />

conlleva la existencia de una variedad otros orgánulos, la mayoría de las cuales son también<br />

comunes a todos estos organismos eucariontes. A continuación analizaremos los orgánulos<br />

principales presentes en las células eucariontes desde el punto de vista sus funciones.<br />

Fig. 1-14. Las levaduras son eucariontes simples de<br />

vida libre. La célula que se observa en esta micrografía<br />

óptica pertenece a la misma especie que permite que la<br />

masa leude y que la malta de cebada se transforme en<br />

cerveza. Se reproduce mediante la gemación y la posterior<br />

división asimétrica en dos células hijas, una grande y otra<br />

pequeña. (Cortesía de Soren Mogelsvang y Natalia Gomez-<br />

Ospina.<br />

3


En el núcleo se almacena la información de la célula<br />

El núcleo generalmente es el orgánulo más destacado en la célula eucarionte (fig. 1-15). Está<br />

rodeado por dos membranas concéntricas que forman la envoltura nuclear, y contiene moléculas de<br />

DNA: polímeros muy largos que codifican la información genética del organismo. En el microscopio<br />

óptico, estas moléculas de DNA gigantes son visibles como cromosomas individuales cuando se<br />

condensan mientras la célula se prepara para dividirse en dos células hijas (fig. 1-16). El DNA también<br />

almacena la información genética en las células procariontes; estas células carecen de un núcleo o<br />

diferenciado, no porque no tengan DNA, sino porque no guardan en el interior una envoltura nuclear,<br />

separada del resto del contenido nuclear.<br />

Fig. 1-15. El núcleo contiene la mayor parte del<br />

DAN de la célula eucarionte.<br />

(A) En este esquema de una célula animal típica<br />

− completa con su sistema extenso de<br />

orgánulos rodeados de membrana −, el<br />

núcleo es de color pardo, la envoltura nuclear<br />

es verde y el citoplasma es blanco.<br />

(B) El núcleo es el orgánulo más destacado es<br />

este corte ultrafino de una célula de<br />

mamífero examinada con el microscopio<br />

electrónico. Los cromosomas no son visibles<br />

porque el DAN está disperso en forma de<br />

fibras finas en todo el núcleo es esta etapa<br />

del crecimiento celular<br />

(B, Cortesía de Daniel s. Friend)<br />

4


Fig. 1-16. Los cromosomas se tornan visibles cuando la célula está a punto de dividirse.<br />

Cuando una célula se prepara para la división, su DNA se condensa en cromosomas que, observados con<br />

el microscopio óptico, tienen un aspecto filamentoso. Las fotografías muestran tres pasos sucesivos del<br />

proceso en una célula cultivada en pulmón de tritón. (Cortesía de Conly L. Rieder).<br />

Las mitocondrias generan energía utilizable del alimento para proporcionársela a la célula<br />

De los orgánulos más visibles del citoplasma, las mitocondrias están presentes prácticamente en<br />

todas las células eucariontes (fig. 1-17). Estos orgánulos tienen una estructura muy característica<br />

cuando se visualizan el microscopio electrónico: tienen forma de salchicha o de gusano, miden entre<br />

uno y varios micrómetros y se hallan rodeadas por dos membranas separadas. La membrana interna<br />

presenta pliegues que se proyectan hacia el interior (fig. 1-18). Las mitocondrias contienen su propio<br />

DNA y se reproducen dividiéndose en dos. Como se asemejan a las bacterias en muchos aspectos, se<br />

5


cree que provienen de bacterias que fueron incorporadas por algún precursor de las células<br />

eucariontes actuales (fig. 1-19). Esto evidentemente creó una relación de simbiosis, en la cual célula<br />

eucarionte huésped y la bacteria incorporada se ayudan para sobrevivir y reproducirse.<br />

10μm<br />

Fig. 1-17. Las mitocondrias actúan como<br />

generadores de energía en la célula.<br />

Estos orgánulos, visualizados con el<br />

microscopio óptico, son generadores de<br />

energía que oxidan las moléculas de<br />

sustrato para producir energía química útil<br />

en casi todas las células eucariontes. Las<br />

mitocondrias son bastantes variables en<br />

cuanto a su forma; en esta célula de<br />

mamífero cultivada están teñidas de verde<br />

con una técnica de coloración fluorescente<br />

y tienen una forma parecida a la de un<br />

gusano. El núcleo se ha teñido de azul.<br />

(Cortesía de Lan Bo Chen.<br />

La observación con el microscopio por sí sola proporciona escasa información sobre la función de las<br />

mitocondrias. Ésta se descubrió al fragmentar las células y centrifugar los fragmentos, proceso que<br />

separa a los orgánulos según su tamaño, forma y densidad. Se estudiaron las mitocondrias<br />

purificadas para determinar los procesos químicos que podían realizar. Los resultados revelaron que<br />

son generadoras de energía química para la célula. Obtienen la energía de la oxidación de las<br />

moléculas de alimentos, como azúcares, para producir adenosina trifosfato (ATP), el combustible<br />

químico básico que le proporciona energía a la mayor parte de las actividades celulares. Puesto que<br />

la mitocondria consume oxígeno y libera dióxido de carbono durante esta actividad, el proceso<br />

completo se denomina respiración celular, esencialmente, respiración a nivel celular. El proceso de la<br />

respiración celular será considerado con mayor detalle en el capítulo 14.<br />

6


Sin mitocondrias, los animales, hongos y plantas serían incapaces de utilizar el oxígeno para extraer<br />

la máxima cantidad de energía de las moléculas de alimentos que los nutren . El oxígeno sería tóxico<br />

para aquellos, .más que una necesidad esencial. Existen, en efecto, algunas células eucariontes<br />

anaerobias que carecen de mitocondrias y que viven solo en medios sin oxígeno.<br />

A<br />

100nm<br />

B<br />

Fig. 1-18. El microscopio electrónico revela los<br />

pliegues de la membrana mitocondrial.<br />

(A) Corte transversal de una mitocondria.<br />

(B) Esta representación tridimensional de la organización<br />

de las membranas mitocondriales muestra la membrana<br />

externa lisa y la membrana interna notablemente plegada.<br />

La membrana interna contiene la mayoría de las<br />

proteínas que intervienen en la respiración celular y está<br />

sumamente plegada para proporcionar una gran<br />

superficie a su actividad.<br />

C) En este esquema de la célula, el espacio interior de la<br />

mitocondria está coloreado.<br />

(A, cortesía de Daniel S. Friend.)<br />

C<br />

7


Los cloroplastos capturan la energía solar<br />

100nm<br />

Fig. 1-19. Es probable que las<br />

mitocondrias hayan evolucionado a<br />

partir de una bacteria incorporada.<br />

Existe casi la certidumbre de que las<br />

mitocondrias se originaron a partir de<br />

bacterias que fueron fagocitadas por una<br />

célula eucarionte ancestral y que<br />

sobrevivieron en su interior manteniendo<br />

una relación simbiótica con el huésped.<br />

Los cloroplastos son orgánulos grandes verdes que se encuentran sólo en las células de plantas<br />

y algas, y no en células de animales o de los hongos. Tienen una estructura aún más compleja<br />

que la de las mitocondrias: además de las dos membranas que los rodean, presentan membranas<br />

internas apiladas que contienen el pigmento verde clorofila (fig. 1-20).<br />

8


A 20 μm B 1μm<br />

C<br />

Fig. 1-20. Los cloroplastos capturan la energía de la luz solar en las células vegetales.<br />

(A) Células de hojas de musgo, visualizadas con un microscopio óptico, que contienen muchos cloroplastos verdes.<br />

(B) Electromicrografía de un cloroplasto de la hoja de una hierba que muestra el extenso sistema de membranas<br />

internas del orgánulo. Los sacos aplanados de la membrana contienen clorofila y están dispuestos en pilas.<br />

(C) La ilustración destaca las características observadas en B. (B, cortesía de Eldon Newcomb.)<br />

9


Cuando se coloca una planta en la oscuridad, su color verde desaparece; cuando se coloca otra vez<br />

en la luz, vuelve a aparecer. Esto sugiere que la clorofila −y los cloroplastos que la contienen − son<br />

esenciales en la relación especial que las plantas y las algas tienen con la luz. Pero ¿cuál es esta<br />

relación?.<br />

Los animales y las plantas necesitan energía para vivir, crecer y reproducirse. Los animales pueden<br />

utilizar sólo la energía química que obtienen mediante el consumo de productos de otros seres<br />

vivientes. En cambio, las plantas son capaces de conseguir la energía directamente de la luz solar y<br />

los cloroplastos son los orgánulos que les permiten hacerlo. Desde el punto de vista de la vida en la<br />

Tierra, los cloroplastos efectúan una tarea mucho más importante que la de las mitocondrias: realizan<br />

la fotosíntesis, es decir, capturan la energía de la luz solar en moléculas de clorofila y la utilizan para la<br />

elaboración de moléculas de azúcar ricas en energía. En el proceso liberan oxígeno como un<br />

derivado molecular. Las células de las plantas pueden luego extraer esta energía química<br />

almacenada cuando la necesitan, oxidando los azúcares en sus mitocondrias, al igual que las células<br />

animales. De tal manera, los cloroplastos generan las moléculas de alimento y también el oxígeno<br />

que todas las mitocondrias utilizan. Cómo lo hacen será explicado en el capítulo 14.<br />

Al igual que las mitocondrias, los cloroplastos contienen su propio DNA, se reproducen por<br />

bipartición y se cree que evolucionaron a partir de las bacterias; en este caso, de la bacteria<br />

fotosintética incorporada de alguna forma por una célula eucarionte primitiva (fig. 1-21)<br />

10


Las membranas internas crean compartimientos intracelulares con diferentes funciones<br />

Fig. 1-21. Los cloroplastos, al igual<br />

que las mitocondrias, evolucionaron<br />

a partir de bacterias incorporadas.<br />

Se cree que los cloroplastos se<br />

originaron a partir de bacterias<br />

fotosintéticas simbióticas, que fueron<br />

capturadas por células eucariontes<br />

primitivas ya provistas de mitocondrias<br />

Los núcleos, las mitocondrias y los cloroplastos no son los únicos orgánulos circuidos por membranas<br />

dentro de las células eucariontes. El citoplasma contiene muchos otros orgánulos, en su mayor parte<br />

rodeados por una membrana y que efectúan gran diversidad de funciones. Casi todas estas<br />

11


estructuras participan en la función de importar materiales sin procesar y exportar sustancias<br />

sintetizadas y productos de desecho. Algunos de estos orgánulos rodeados por membranas son<br />

notablemente voluminosos en las células especializadas en la secreción de proteínas; otros son<br />

particularmente abundantes en células especializadas en la digestión de cuerpos extraños.<br />

núcleo envoltura nuclear retículo endoplásmico<br />

Fig. 1-22. Muchos componentes<br />

celulares son producidos en el<br />

retículo endoplasmático (RE).<br />

(A) Esquema de una célula animal que<br />

muestra el retículo endoplasmático en<br />

verde.<br />

(B) Electromicrografía de un corte<br />

ultrafino de una célula pancreática de<br />

mamífero en la que se observa una<br />

pequeña parte del retículo<br />

endoplasmático, el cual es muy<br />

abundante en este tipo celular, que<br />

está especializada en la secreción de<br />

proteínas. Obsérvese que el RE se<br />

continúa con la membrana de la<br />

envoltura nuclear. Los gránulos negros<br />

que cubren la región del RE mostrada<br />

corresponden a ribosomas, los<br />

complejos moleculares que efectúan la<br />

síntesis de proteínas. A causa de este<br />

aspecto el RE cubierto de ribosomas a<br />

menudo se denomina “RE rugoso”.<br />

(B, cortesía de Lelio Orci)<br />

El retículo endoplasmático (RE) − un laberinto irregular de espacios interconectados rodeados por una<br />

membrana plegada (fig. 1-22) − es el lugar en donde se forman la mayoría de los componentes de la<br />

membrana celular, así como las sustancias que son exportadas por la célula. El aparato o complejo de<br />

Golgi (fig. 1-23), constituido por pilas de sacos aplanados envueltos por membranas, recibe y a<br />

menudo modifica químicamente las moléculas producidas en el retículo endoplasmático, y luego las<br />

expulsa de la célula o hacia otras localizaciones.<br />

12


A<br />

B<br />

V: vesículas rodeadas de membrana<br />

G: Aparato de Golgi<br />

RE: retículo endoplasmático<br />

EN: envoltura nuclear<br />

G<br />

V<br />

EN<br />

RE<br />

C<br />

13


Fig. 1-23. El aparato de Golgi se asemeja a una pila de discos aplanados.<br />

Este orgánulo, apenas visible con el microscopio óptico porque es muy pequeño, participa en la síntesis y<br />

empaquetamiento de las moléculas que van a ser secretadas por la célula, así como en la dirección de las nuevas<br />

proteínas sintetizadas hacia el compartimiento celular adecuado.<br />

(A) Esquema de una célula animal con el aparato de Golgi de color rojo.<br />

(B) Ilustración del aparato de Golgi reconstruido a partir de imágenes del microscopio electrónico.<br />

El orgánulo está constituido por sacos aplanados de membranas apiladas en capas, de las que se desprenden y<br />

fusionan pequeñas vesículas. Aquí solo se muestra un sáculo, pero cada célula puede presentar varios.<br />

(C) Electromicrografía del aparato de Golgi de una célula animal típica.(C, cortesía de Brij J.Gupta).<br />

Los lisosomas son orgánulos pequeños de forma irregular en los cuales ocurre la digestión<br />

intracelular, con liberación de nutrientes y degradación de moléculas de desecho para su reciclaje o<br />

excreción. Los peroxisomas son vesículas pequeñas cubiertas de membranas que proporcionan el<br />

ambiente adecuado para las reacciones que generan y degradan peróxido de hidrógeno, una<br />

sustancia química peligrosamente reactiva. Las membranas también forman diversos tipos de<br />

vesículas pequeñas que participan en el transporte de sustancias entre los orgánulos del sistema de<br />

membranas. En la figura 1-24A se ilustra este conjunto de orgánulos interrelacionados.<br />

Entre el retículo endoplasmático, el aparato de Golgi, los lisosomas y el exterior de la célula se<br />

produce un intercambio continuo de material. Está mediado por vesículas pequeñas rodeadas por<br />

membranas que se desprenden de la membrana de un orgánulo y se fusionan con otras, como<br />

diminutas pompas de jabón que se liberan de burbujas más grandes y volvieron a juntarse. En la<br />

superficie de la célula, por ejemplo, hay porciones de la membrana plasmática que se invaginan y se<br />

desprenden para formar vesículas que transportan a la célula material capturado en el medio<br />

externo. Estas vesículas generalmente se fusionan con lisosomas, donde se digiere el material<br />

importado. Las células animales pueden incorporar partículas muy grandes, o incluso células<br />

extrañas enteras, mediante el proceso de endocitosis. También es una actividad celular común el<br />

proceso inverso, la exocitosis, por el cual las vesículas del interior de la célula se fusionan con la<br />

membrana plasmática y liberan su contenido hacia el medio externo. Las hormonas, los<br />

neurotransmisores y otras moléculas de señalización son secretadas mediante exocitosis. En el<br />

capítulo 15 será tratado con mayor detalle el mecanismo mediante el cual los orgánulos rodeados del<br />

sistema de membranas transportan proteínas y otras moléculas al interior de la célula.<br />

14


El citosol es un gel acuoso concentrado de moléculas grandes y pequeñas<br />

Fig. 1-24 Loa orgánulos intra-<br />

membranosos están distribuidos<br />

en todo el citoplasma<br />

(A) Existe una variedad de<br />

compartimientos rodeados de<br />

membrana en las células<br />

eucariontes, cada uno especializado<br />

para efectuar diferentes funciones.<br />

(B) El resto de la célula, con<br />

exclusión de los orgánulos, se<br />

denomina citosol (de color azul).<br />

Esta región es el lugar en donde se<br />

llevan a cabo muchas de las<br />

actividades vitales de la célula<br />

Si se quitaran la membrana plasmática de una célula eucarionte y luego se eliminaran todos los<br />

orgánulos rodeados de membranas, como el núcleo, el RE, el aparato de Golgi, las mitocondrias y<br />

los cloroplastos, quedaría el citosol (fig. 1-24B). En la mayor parte de las células, el citosol ocupa el<br />

compartimiento más grande, que en las bacterias generalmente corresponde al único<br />

compartimiento intracelular. El citosol contiene gran cantidad de moléculas grandes y pequeñas,<br />

tan estrechamente relacionadas que se comporta más como un gel acuoso que como una<br />

solución líquida. Es el lugar de muchas reacciones químicas que son :fundamentales para la<br />

existencia de la célula. Por ejemplo, en el citosol se producen los primeros pasos de la degradación<br />

de las moléculas nutrientes, y también es donde la célula realiza uno de sus procesos de síntesis<br />

esenciales: la elaboración de proteínas. Los ribosomas, las diminutas máquinas moleculares<br />

que forman las moléculas proteicas, son visibles con el microscopio electrónico como partículas<br />

pequeñas en el citosol, a menudo unidas a la superficie citosólica del RE (véanse figs. 1-8B y 1-<br />

22B).<br />

15


El citoesqueleto es responsable de dirigir los movimientos celulares<br />

El citoplasma no es una sopa de sustancias químicas y orgánulos sin estructura. Con el<br />

microscopio electrónico se puede observar que en las células eucariontes (no en las bacterias), el<br />

citosol está entrecruzado por filamentos proteicos largos y delgados. Con frecuencia, los<br />

filamentos pueden fijar por un extremo a la membrana plasmática o se irradian de un lugar central<br />

cercano al núcleo. Este sistema filamentos se denomina citoesqueleto (fig. 1-27<br />

Fig. 1-27. El citoesqueleto es una red de filamentos que contribuye a definir la forma de la célula. Los<br />

filamentos constituidos por proteínas les proporcionan a todas las células eucariontes una red interna que<br />

contribuye a organizar las actividades internas de la célula y permite sus movimientos y cambios de forma. El<br />

empleo de distintos colorantes fluorescentes hace posible la detección de distintos tipos de filamentos. Aquí se<br />

muestran: (A) filamentos de actina, (B) microtúbulos y (C) filamentos intermedios. (A, cortesía de Simón Barry y<br />

Chris Dlacey; B, cortesía de Nancy Kedersha; C, cortesía de Clive Lloyd)<br />

16


Los más finos corresponden a los filamentos actina, que están presentes en todas las células<br />

eucariontes pero que encuentran sobre todo en grandes cantidades dentro de las células<br />

musculares, en las que sirven como parte de la maquinaria que genera las fuerzas contráctiles.<br />

Los filamentos más gruesos se denominan microtúbulos porque tienen la forma de tubos huecos<br />

diminutos. Se reorganizan en orden llamativo durante la división celular, momento en el que<br />

contribuyen a impulsar a los pares de cromosomas en direcciones opuestas y los distribuyen por<br />

igual entre las dos células hijas. Con un grosor intermedio entre los filamentos de actina y los<br />

microtúbulos, se encuentran los filamentos intermedios, que sirven para fortalecer mecánicamente a<br />

la célula. Estos tres tipos de filamentos, junto con otras proteínas unidas a ellos forman un sistema de<br />

vigas, sogas y motores que le otorga a la célula fortaleza mecánica, controla su forma e impulsa y<br />

dirige sus movimientos.<br />

Como el citoesqueleto gobierna la organización interna de la célula, así como sus características<br />

externas, es tan necesario para la célula vegetal − envuelta en una pared rígida de matriz<br />

extracelular −, como para la célula animal que se incurra, se estira, nada y se desliza libremente. En<br />

una célula vegetal, por ejemplo, orgánulos como las mitocondrias se trasladan por un flujo constante<br />

en el interior celular a lo largo de los veredas del citoesqueleto. Las células animales y vegetales<br />

dependen igualmente del citoesqueleto para separar durante la división celular sus componentes<br />

internos en dos conjuntos para cada una de las dos células hijas. En el capítulo 17 se describirá al<br />

citoesqueleto en detalle. En los capítulos 18 y 19 se analizará su papel en la división celular, y en el<br />

capítulo 16 se explicará cómo las señales del medio ambiente alteran su estructura.<br />

El citoplasma dista de ser estático<br />

Es útil tener una idea del ritmo de los movimientos en el interior de la célula. El citoesqueleto<br />

cambia en forma permanente, y continuamente una jungla dinámica de cordeles y varillas se reúnen<br />

y desatan; los filamentos pueden organizarse y luego desaparecer en cuestión de minutos. Junto<br />

con estos carriles y cables, los orgánulos y las vesículas se movilizan de un sitio a otro, y atraviesan<br />

rápidamente la célula en una fracción de segundo. El RE y las moléculas que ocupan cada espacio<br />

17


libre se encuentran en una conmoción térmica frenética activa, y las proteínas libres se mueven con<br />

tanta celeridad que, incluso aunque se desplazan al azar, llegan a cada rincón de la célula en unos<br />

pocos segundos y chocan constantemente con una tormenta de polvo aun más tumultuosa de<br />

moléculas orgánicas de menor tamaño.<br />

Por supuesto, ni la naturaleza bullente del interior de la célula ni los detalles de su estructura fueron<br />

apreciados cuando los científicos la observaron por primera vez con el microscopio: nuestro<br />

conocimiento de la estructura celular se acumuló lentamente. Algunos de los descubrimientos clave<br />

se enumeran en el cuadro 1-1. En el panel 1-2 se resumen las diferencias entre las células<br />

animales, vegetales y bacterianas.<br />

1665<br />

1674<br />

1833<br />

1838<br />

Cuadro 1-1. Hitos históricos en la determinación de la estructura celular<br />

Hooke usa un microscopio primitivo para describir pequeños poros en las secciones del<br />

corcho a los que denomina "células”.<br />

Leeuwenhoek comunica el descubrimiento de protozoos. Nueve años después observa<br />

bacterias por primera vez.<br />

Brown publica sus observaciones microscópicas de orquídeas y describe claramente el<br />

núcleo celular.<br />

Schleiden y Schwann enuncian la teoría celular al afirmar que la célula nucleada es la<br />

unidad universal de los tejidos vegetales y animales.<br />

1857 Kólliker describe las mitocondrias en las células musculares.<br />

18


1879<br />

1881<br />

1898<br />

1902<br />

1952<br />

1957<br />

1960<br />

Flemming describe con gran claridad el comportamiento de los cromosomas durante<br />

la mitosis en las células animales.<br />

Cajal y otros histólogos desarrollan métodos de tinción que revelan la estructura de las<br />

células nerviosas y la organización del tejido nervioso.<br />

Golgi observa por primera vez y describe al aparato de Golgi mediante la tinción de<br />

células con nitrato de plata.<br />

Boveri relaciona los cromosomas con la herencia tras observar su comportamiento<br />

durante la reproducción sexual.<br />

Palade, Porter y Sjostrand desarrollan métodos de microscopía electrónica que<br />

permiten por primera vez la visualización de muchas estructuras celulares. En una de las<br />

primeras aplicaciones de estas técnicas, Huxley muestra que el músculo contiene haces de<br />

filamentos proteicos: la primera evidencia del citoesqueleto.<br />

Robertson describe la estructura en bicapa de la membrana celular, visualizada por<br />

primera vez con el microscopio electrónico.<br />

Kendrew describe la primera estructura proteica detallada (mioglobina del esperma de<br />

ballena) con una resolución de 0,2 nm utilizando cristalografía de rayos X. Perutz<br />

propone una estructura de menor resolución para la hemoglobina.<br />

1968 Petran y col. crean el primer microscopio confocal.<br />

1974<br />

1994<br />

Lazarides y Weber idean el empleo de anticuerpos fluorescentes para colorear el<br />

citoesqueleto.<br />

Chalfie y col. introducen la proteína fluorescente verde (GFP) como marcadores<br />

microscopía<br />

19

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