Garza González Vélez Carlos Eduardo - Centro de Geociencias ...
Garza González Vélez Carlos Eduardo - Centro de Geociencias ...
Garza González Vélez Carlos Eduardo - Centro de Geociencias ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO<br />
POSGRADO EN CIENCIAS DE LA TIERRA<br />
CENTRO DE GEOCIENCIAS, CAMPUS JURIQUILLA<br />
METALOGENIA DEL PÓRFIDO DE COBRE DE TIÁMARO,<br />
ESTADO DE MICHOACÁN<br />
T E S I S<br />
QUE PARA OBTENER EL GRADO DE:<br />
DOCTOR EN CIENCIAS DE LA TIERRA<br />
PRESENTA:<br />
CARLOS EDUARDO GARZA GONZÁLEZ VÉLEZ<br />
TUTOR: DR. EDUARDO GONZALEZ PARTIDA<br />
2007
A mis maestros <strong>de</strong> la Licenciatura, actuales docentes en la Facultad <strong>de</strong> Ingeniería <strong>de</strong> la<br />
UNAM:<br />
Germán Arriaga García<br />
Blanca Estela Buitrón Sánchez<br />
Leovigildo Cepeda Dávila<br />
Ricardo J. Padilla y Sánchez<br />
José Héctor Sandoval Ochoa<br />
Miguel I. Vera Ocampo<br />
A la memoria <strong>de</strong> mis maestros:<br />
Alberto Terrones Langoné Benjamín Márquez Castañeda<br />
A mis compañeros <strong>de</strong> trabajo y colegas
(Subterreno Huetamo), que también se <strong>de</strong>sarrolló sobre piso oceánico <strong>de</strong>formado<br />
(Complejo Placeres) y un complejo <strong>de</strong> subducción (Complejo Las Ollas) (Talavera-<br />
Mendoza, 1993; Centeno-García et al., 1993b).<br />
Elías-Herrera et al. (2000) presentan datos isotópicos <strong>de</strong> lo que han <strong>de</strong>nominado la<br />
suite metamórfica <strong>de</strong> Tejupilco, Estado <strong>de</strong> México y pone en tela <strong>de</strong> juicio las<br />
interpretaciones tectono-magmáticas <strong>de</strong> esta región. Estos autores presentan<br />
evi<strong>de</strong>ncias que excluyen la simple generación <strong>de</strong>l componente magmático <strong>de</strong> dicha<br />
suite, a partir <strong>de</strong> fusiones <strong>de</strong>l manto fanerozoico o <strong>de</strong> la litósfera oceánica<br />
mesozoica e interpretan un arco volcánico evolucionado que se <strong>de</strong>sarrolló sobre<br />
corteza continental antigua.<br />
Figura 3.- Situación <strong>de</strong>l pórfido <strong>de</strong> cobre <strong>de</strong> Tiámaro (PCT) en el marco <strong>de</strong> los terrenos tectonoestratigráficos <strong>de</strong>l sur <strong>de</strong> México.<br />
(1) Límite entre el terreno Guerrero y Mixteco (<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> Campa y Coney, 1983); (2) Límite entre el terreno Guerrero y<br />
Mixteco (<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> Sedlock et al., 1993). División <strong>de</strong>l terreno Guerrero en subterrenos (según Coney y Campa, 1987; Talavera-<br />
Mendoza et al., 1995): A = Arcelia, Ar = Arteaga, H = Huetamo, I-Z = Ixtapa-Zihuatanejo, LO = Localidad <strong>de</strong> Las Ollas, P =<br />
Palmar Chico, PO = Placeres <strong>de</strong>l Oro, Pp = Localidad <strong>de</strong> Pepechuca, SP = San Pedro Limón, Tl = Teloloapan, Tj = Tejupilco, Tx<br />
= Taxco, VB = Valle <strong>de</strong> Bravo, Zt = Zitácuaro. El mapa índice muestra los productos volcánicos <strong>de</strong>l Oligoceno <strong>de</strong> la Sierra<br />
Madre Occi<strong>de</strong>ntal (SMOCC), los productos volcánicos <strong>de</strong>l Mioceno-Cuaternario <strong>de</strong> la Faja Volcánica Transmexicana (TMBV) y<br />
los límites entre los terrenos <strong>de</strong>l sur <strong>de</strong> México: (1) Terreno Guerrero (Náhuatl, Sedlock et al., 1993); (2) Terreno Xolapa<br />
(Chatino, Sedlock et al., 1993); (3) Terreno Mixteco; (4) Terreno Zapoteco (modificado <strong>de</strong> Elías-Herrera et al., 2000).<br />
No obstante, la discusión sobre la paleogeografía y la evolución tectónica <strong>de</strong> la<br />
región seguirá vigente, en tanto no se disponga <strong>de</strong> mapeo geológico <strong>de</strong>tallado, en<br />
cuyo marco sean integrados más datos isotópicos, geoquímicos y geocronológicos.<br />
Dentro <strong>de</strong> este marco <strong>de</strong> controversia, el objetivo fundamental <strong>de</strong> este capítulo es<br />
ubicar el yacimiento <strong>de</strong> Tiámaro en su contexto geológico regional tomando en<br />
6
consi<strong>de</strong>ración nuevos datos geológicos, geoquímicos e isotópicos productos <strong>de</strong> la<br />
presente investigación, cuyos significados se discuten en incisos posteriores.<br />
2.1.2. Mesozoico.<br />
Las rocas <strong>de</strong> esta edad se han estudiado en la región con base en criterios y<br />
relaciones litológicas, geoquímicas, estructurales y tectono-magmáticas que <strong>de</strong>finen<br />
un amplio marco <strong>de</strong> discusión y una importante línea <strong>de</strong> investigación en progreso<br />
sobre le evolución geológica <strong>de</strong>l sur <strong>de</strong> México.<br />
Suite metamórfica <strong>de</strong> Tejupilco ≈ Subterreno Teloloapan.<br />
A 30 kilómetros al SE <strong>de</strong>l proyecto <strong>de</strong> Tiámaro, se tienen los afloramientos más<br />
septentrionales <strong>de</strong> las rocas más antiguas <strong>de</strong> la región, que pertenecen a lo que<br />
Elías-Herrera et al. (2000) han <strong>de</strong>nominado como la suite metamórfica <strong>de</strong> Tejupilco<br />
y el grupo Arcelia-Palmar Chico (figura 4). Ambas secuencias submarinas, <strong>de</strong><br />
carácter metavolcánico-sedimentario se <strong>de</strong>sarrollaron en un típico ambiente <strong>de</strong> arco<br />
<strong>de</strong> islas. Es interesante <strong>de</strong>stacar que, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los trabajos iniciales sobre estas<br />
rocas fue reconocido por Campa y Ramírez (1979) como una secuencia <strong>de</strong> arco <strong>de</strong><br />
islas <strong>de</strong>l Jurásico Tardío-Cretácico Temprano, la que posteriormente se agrupó<br />
como Subterreno Teloloapan-Ixtapan (Campa y Coney, 1983) para que más tar<strong>de</strong><br />
fuera reagrupada por Talavera-Mendoza et al. (1993; 1995) como Subterreno<br />
Teloloapan <strong>de</strong>l Cretácico Temprano.<br />
La suite metamórfica <strong>de</strong> Tejupilco constituye un paquete <strong>de</strong> rocas metamórficas <strong>de</strong><br />
más <strong>de</strong> 2000 metros <strong>de</strong> espesor con intensa <strong>de</strong>formación <strong>de</strong>sarrollada en<br />
condiciones que pertenecen a la facies <strong>de</strong> los esquistos ver<strong>de</strong>s. Dicha suite está<br />
conformada esencialmente por filitas carbonáceas, cuarcitas, esquistos sericíticos,<br />
esquistos ver<strong>de</strong>s, metatobas riolíticas, lentes <strong>de</strong> calizas fosilíferas y en los niveles<br />
estructurales inferiores se tiene un augen gneiss <strong>de</strong> naturaleza granítica; intrusivo <strong>de</strong><br />
carácter pretectónico que se emplazó en las rocas volcano-sedimentarias,<br />
<strong>de</strong>nominado metagranito Tizapa por Elías-Herrera et al. (2000). Asimismo, la suite<br />
metamórfica está intrusionada por el granito Temascaltepec <strong>de</strong>l Eoceno Inferior,<br />
hacia el límite nor-oriental <strong>de</strong>l área <strong>de</strong> afloramiento <strong>de</strong> estas rocas metamórficas<br />
(figura 4).<br />
Sobre dicha suite <strong>de</strong>scansan en contacto tectónico, las rocas <strong>de</strong>l grupo Arcelia-<br />
Palmar Chico; ambos paquetes están cubiertos en forma indistinta por los clásticos<br />
continentales <strong>de</strong> lo que se ha consi<strong>de</strong>rado como Grupo Balsas <strong>de</strong>l Terciario Inferior,<br />
lavas y piroclásticos <strong>de</strong>l Oligoceno, <strong>de</strong>rrames basálticos <strong>de</strong>l Cuaternario y aluvión<br />
(figura 5).<br />
7
Figura 29.- Sección <strong>de</strong>l barreno T-4. La litología se <strong>de</strong>terminó en su totalidad en la presente investigación. (Cada cuadro <strong>de</strong> la retícula<br />
mi<strong>de</strong> 100 m <strong>de</strong> lado).<br />
42
concentraciones <strong>de</strong> K2O, Na2O y CaO. En general, estas rocas presentan poca<br />
variación geoquímica, en don<strong>de</strong> son manifiestas, bajas concentraciones <strong>de</strong> Fe2O3 y<br />
MgO. Sin embargo, son patentes interesantes correlaciones entre los elementos<br />
mayores. Los contenidos <strong>de</strong> SiO2, Al2O3 y Na2O muestran incremento con la<br />
disminución <strong>de</strong>l contenido <strong>de</strong> MgO, pero este comportamiento no está muy bien<br />
<strong>de</strong>finido para el K2O. Por su parte, las concentraciones <strong>de</strong> Fe2O3 y el CaO muestran<br />
en general, una disminución al <strong>de</strong>crecer el contenido <strong>de</strong> MgO, correlación que<br />
también se cumple para el TiO2, excepto para la muestra MT-26 que acusa leve<br />
metasomatismo hidrotermal (tabla 5).<br />
Como ha sido señalado en el capítulo 2, el batolito <strong>de</strong> Tuzantla intrusiona a las rocas<br />
<strong>de</strong>l complejo vulcano-plutónico. A pesar <strong>de</strong> sus diferencias en edad, estas rocas<br />
presentan similitu<strong>de</strong>s en el comportamiento <strong>de</strong> sus elementos mayores, pero existen<br />
interesantes contrastes en sus concentraciones relativas. Los intrusivos hipabisales<br />
pre-valanginianos presentan, a contenidos equivalentes <strong>de</strong> MgO, menores<br />
concentraciones <strong>de</strong> SiO2 y K2O, poca diferencia en los contenidos <strong>de</strong> Al2O3, TiO2 y<br />
P2O5 y mayores contenidos <strong>de</strong> Fe2O3 y MnO. Es notable asimismo, un # <strong>de</strong> Mg<br />
comparativamente más bajo en dichas rocas hipabisales (41 a 34) que en las rocas<br />
<strong>de</strong>l batolito <strong>de</strong> Tuzantla (52 a 39). Las implicaciones en la naturaleza <strong>de</strong>l<br />
magmatismo que originó ambos tipos <strong>de</strong> rocas, con base en las similitu<strong>de</strong>s y<br />
diferencias en el comportamiento <strong>de</strong> los elementos mayores, indican en términos<br />
generales, el predominio <strong>de</strong> procesos AFC.<br />
3.5. Elementos traza.<br />
En lo relativo a la disposición <strong>de</strong> los elementos traza, se observa también un<br />
comportamiento <strong>de</strong> interesante contraste, entre los intrusivos <strong>de</strong>l Valanginiano y las<br />
rocas <strong>de</strong>l complejo vulcano-plutónico, lo que con toda claridad se <strong>de</strong>finen dos<br />
grupos geoquímicos <strong>de</strong> rocas. Al correlacionar primeramente en ambas unida<strong>de</strong>s<br />
litológicas, la variación en los contenidos <strong>de</strong> MgO con el comportamiento <strong>de</strong> los<br />
elementos traza Ba, Th, Nb, Sr y La, no <strong>de</strong>muestran en general un proceso <strong>de</strong><br />
evolución coherente, <strong>de</strong>bido a la variabilidad en las concentraciones <strong>de</strong> estos<br />
elementos, excepto para el Th y Nb en los intrusivos hipabisales pre-Valanginianos,<br />
cuyas concentraciones se incrementan al disminuir el contenido <strong>de</strong> MgO. No<br />
obstante, para elementos incompatibles, como Zr, Y y las HREE (Heavy Rare Earth<br />
Elements), es manifiesto un incremento en sus concentraciones al disminuir los<br />
contenidos <strong>de</strong> MgO en las rocas hipabisales, mientras que en los plutones <strong>de</strong>l<br />
batolito <strong>de</strong> Tuzantla esta correlación es en general, positiva. Estos comportamientos<br />
sugieren asimismo, un incremento en el proceso <strong>de</strong> fraccionación.<br />
En el diagrama tipo spi<strong>de</strong>r normalizado contra el manto primitivo (figura 38) <strong>de</strong> los<br />
intrusivos <strong>de</strong>l pre-Valanginiano, se muestra un ligero enriquecimiento en los<br />
elementos LIL (Large Ion Lithophile) con respecto a los elementos HFS (High Field<br />
Strengh) y a las tierras raras; se constatan anomalías negativas <strong>de</strong> Zr y una anomalía<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> leve a ligeramente positiva <strong>de</strong> Hf [(Zr/Sm)N = 0.77-1.17, con un promedio <strong>de</strong><br />
0.91] que contrasta con una significativa anomalía negativa <strong>de</strong> Nb, así como un<br />
comportamiento casi horizontal <strong>de</strong> los elementos HFS y <strong>de</strong> las REE. Asimismo, en<br />
el diagrama normalizado con respecto a MORB (figura 39) se muestra un<br />
enriquecimiento en elementos <strong>de</strong> bajo potencial iónico en relación a los elementos<br />
HFS; el potasio ocurre en bajas concentraciones que son poco variables, entre 0.08 y<br />
62
En el espacio vertical <strong>de</strong>l cuerpo mineralizado y en los bor<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l mismo, se escogieron<br />
muestras <strong>de</strong> las distintas zonas <strong>de</strong> alteración, que contuvieran clorita para el análisis en<br />
microsonda, con el objeto <strong>de</strong> estudiar su cristaloquímica y así po<strong>de</strong>r valorar su potencial<br />
como geotermómetro. Al mismo tiempo, muestras selectas <strong>de</strong> las principales zonas <strong>de</strong><br />
alteración hidrotermal fueron colectadas para análisis químicos <strong>de</strong> elementos mayores y<br />
traza, con el propósito <strong>de</strong> conocer la movilidad <strong>de</strong> los elementos y sus significados en el<br />
proceso <strong>de</strong> alteración y mineralización.<br />
Los afloramientos <strong>de</strong> las rocas intrusivas mineralizadas <strong>de</strong>l Valanginiano tienen una<br />
limitada extensión superficial. No obstante, la distribución superficial <strong>de</strong> las alteraciones<br />
hidrotermales vinculadas a estos intrusivos es muy simple y afecta al plutonismo<br />
hipabisal pre-Valanginiano <strong>de</strong> naturaleza diorítica. Se tiene entonces, la coexistencia <strong>de</strong><br />
alteración SCC (sericite-chlorite-clay) y argílica en los intrusivos tonalíticos, alteración<br />
SCC en la microadamelita en el sector NE <strong>de</strong>l proyecto, así como alteración cuarzosericítica<br />
en microdioritas y alteraciones SCC-silícica en el microgranito y<br />
microgranodiorita <strong>de</strong> la zona <strong>de</strong> la mina El Rey. La alteración SCC es extensiva a la<br />
microdiorita <strong>de</strong>l complejo vulcano-plutónico en la zona <strong>de</strong> la mina El Cuervo, la que<br />
está bor<strong>de</strong>ada por una franja <strong>de</strong> alteración propílica, que gradúa a una leve<br />
propilitización regional al sur, lejos <strong>de</strong> la zona <strong>de</strong> mineralización, en don<strong>de</strong> suele<br />
coexistir con un enjambre <strong>de</strong> diques tonalíticos no mineralizados, que muestran leve<br />
alteración argílica con escasa epidota (figura 53).<br />
El establecimiento <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> alteración hidrotermal, constituye esencialmente el<br />
objetivo <strong>de</strong>l presente capítulo. La distribución <strong>de</strong> las distintas paragénesis que<br />
<strong>de</strong>terminan la conformación <strong>de</strong> las diversas zonas <strong>de</strong> alteración hipogénica, son el reflejo<br />
cualitativo <strong>de</strong> la evolución físico-química <strong>de</strong>l sistema hidrotermal. Esta expresión<br />
mineralógica se ha <strong>de</strong>finido con sumo <strong>de</strong>talle en los estudios petrográficos que,<br />
juntamente con otros datos químicos y mineralógicos que se aportan en el presente<br />
capítulo, representan la base fundamental en que se sustenta la arquitectura <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo<br />
<strong>de</strong> mineralización. Este esquema será la base para la integración <strong>de</strong>l conjunto <strong>de</strong><br />
metalotectones que se presentarán en la parte final <strong>de</strong> la presente disertación.<br />
84
85<br />
Figura 53.- Mapa geológico y <strong>de</strong> alteración hidrotermal <strong>de</strong>l pórfido <strong>de</strong> cobre <strong>de</strong> Tiámaro.
En el intervalo 205-227 metros se reconoce en las zonas intensamente cloritizadas,<br />
abundante pirita diseminada y vetillas aisladas hasta <strong>de</strong> 1 centímetro <strong>de</strong> cuarzocalcopirita>>pirita,<br />
hasta <strong>de</strong> 0.5 centímetros <strong>de</strong> cuarzo-calcita-calcopirita y pirita y<br />
vetillas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> varios milímetros hasta 1 centímetro <strong>de</strong> cuarzo-pirita-calcopirita-calcita;<br />
son comunes igualmente, cristales <strong>de</strong> varios milímetros <strong>de</strong> calcopirita con cuarzo y<br />
cristales aislados <strong>de</strong> bornita y pirita en la matriz clorítica. También ocurren escasas<br />
vetillas <strong>de</strong> cuarzo microcristalino, calcita y pirita cristalina fina. Aún en las zonas <strong>de</strong><br />
menor cloritización existen vetillas aisladas <strong>de</strong> 1 centímetro <strong>de</strong> cuarzo-calcopirita-pirita.<br />
En el tramo anterior, se observa al microscopio algunos intervalos con profuso<br />
brechamiento, constituido por fragmentos angulosos a subredon<strong>de</strong>ados <strong>de</strong> cuarzo<br />
secundario <strong>de</strong> tamaño variable. En esas zonas la clorita altera principalmente la matriz<br />
<strong>de</strong> la roca, pero a veces también aparece en forma <strong>de</strong> reemplazamientos <strong>de</strong> los<br />
fragmentos <strong>de</strong> la brecha; la caolinita también reemplaza parcialmente la matriz <strong>de</strong> la<br />
roca; el cuarzo constituye intercrecimientos aislados con clorita y escasa calcita más<br />
opacos, que ocurren principalmente en los bor<strong>de</strong>s <strong>de</strong> tales intercrecimientos; la calcita<br />
también existe en vetillas que atraviesan los fragmentos angulosos <strong>de</strong> cuarzo; las vetillas<br />
<strong>de</strong> calcita que presentan sinuosidad no presentan opacos. Los opacos ocurren<br />
diseminados en la matriz <strong>de</strong> la brecha, frecuentemente asociados a clorita y<br />
aparentemente algunos <strong>de</strong> ellos conforman fragmentos. Se reconocen al menos, dos<br />
épocas <strong>de</strong> fragmentación: primero se tiene la introducción <strong>de</strong> cuarzo, luego una<br />
fragmentación con <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> clorita y quizá cuarzo-calcita y finalmente una<br />
fragmentación con introducción <strong>de</strong> calcita. Al menos estas dos últimas fragmentaciones,<br />
también se observan con mucha frecuencia en otras zonas <strong>de</strong> resquebrajamiento.<br />
Fuera <strong>de</strong> las zonas <strong>de</strong> microbrechamiento, se i<strong>de</strong>ntifican algunas reliquias <strong>de</strong><br />
plagioclasas reemplazadas por especularita, corrensita? y escasa clorita; también la<br />
asociación sericita-corrensita?-opacos reemplaza casi totalmente a algunos fenocristales<br />
<strong>de</strong> plagioclasas. La clorita es abundante en la matriz <strong>de</strong> la roca y coexiste con arcillas<br />
(corrensita?) y cuarzo. No obstante, los reemplazos completos más comunes <strong>de</strong> los<br />
fenocristales <strong>de</strong> plagioclasas están constituidos por sericita-caolinita y cuarzo-clorita<br />
(escasa); los reemplazamientos parciales a totales son <strong>de</strong> sericita-cuarzo-opacos y los<br />
exclusivamente parciales son <strong>de</strong> clorita-opacos-cuarzo, calcita-clorita (escasa)-opacos<br />
(escasos) y sericita-caolinita; en ésta última las plagioclasas se observan también muy<br />
limpias. El cuarzo existe en vetillas con mineralización y en finos intercrecimientos,<br />
pero se tienen asimismo cristales más gran<strong>de</strong>s con escasa clorita y opacos; en esas<br />
cristalizaciones gruesas, suele haber pennina en proporciones <strong>de</strong> ± 20 % con<br />
mineralización (figura 75). La matriz <strong>de</strong> la roca está reemplazada por clorita con escasos<br />
opacos y también bor<strong>de</strong>a los intercrecimientos <strong>de</strong> cuarzo secundario. Son también<br />
frecuentes abundantes vetillas <strong>de</strong> sericita. La calcita por su parte es tardía, dado que<br />
atraviesa las reliquias <strong>de</strong> los fenocristales <strong>de</strong> plagioclasa y las vetillas <strong>de</strong> cuarzo y<br />
también rellena zonas <strong>de</strong> resquebrajamiento; la calcita más tardía aparece sin opacos y la<br />
calcita que contiene mineralización presenta en sus bor<strong>de</strong>s magnesita. En general, la<br />
alteración <strong>de</strong> este intervalo equivale a la <strong>de</strong>l tipo SCC coextensiva con carbonataciónsilicificación<br />
y que inva<strong>de</strong> un pequeño intervalo (226-232 metros) <strong>de</strong> rocas <strong>de</strong> naturaleza<br />
microtonalítica.<br />
108
Figura 75.- Clorita <strong>de</strong> formas aciculares-radiales, cerca <strong>de</strong>l bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> una vetilla <strong>de</strong> cuarzo (qz) y<br />
calcita (calc) que contiene calcopirita. Muestra 1-214.<br />
La microdiorita culmina en un tramo argilizado (232-266 metros), que esencialmente se<br />
<strong>de</strong>fine por el predominio <strong>de</strong> caolinita (figura 7 anexo 1). La roca manifiesta un color<br />
ver<strong>de</strong> claro, textura porfídica, abundante pirita diseminada y algunas zonas <strong>de</strong><br />
cloritización leve a intensa y raros intervalos brechados. Únicamente se observaron<br />
vetillas <strong>de</strong>lgadas a gruesas <strong>de</strong> cuarzo-pirita.<br />
Al microscopio se constata en general, una alteración leve a mo<strong>de</strong>rada, en don<strong>de</strong> se<br />
reconoce plenamente la naturaleza <strong>de</strong> la roca. Las plagioclasas manifiestan reemplazos<br />
parciales <strong>de</strong> caolinita-opacos, caolinita-opacos-sericita (escasa), caolinita>sericita,<br />
calcita-caolinita y por exclusivamente calcita o caolinita; ocasionalmente se reconocen<br />
reliquias <strong>de</strong> fenocristales <strong>de</strong> plagioclasas con un núcleo clorítico bor<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> caolinitasericita<br />
y aún son más raras las reliquias reemplazadas por opacos; en esas zonas la<br />
argilización intensa <strong>de</strong>fine una textura porfírica <strong>de</strong> reliquia (figura 76). Sin embargo, en<br />
las plagioclasas solas se tiene también escasa sericita, pero en los intercrecimientos<br />
plagioclasa-plagioclasa se observan reemplazamientos parciales por caolinita-sericita. El<br />
cuarzo existe en vetillas esporádicas con opacos y en intercrecimientos en toda la roca.<br />
Escasa calcita se reconoce en finas a gruesas vetillas con algunos opacos. La clorita es<br />
más escasa que la calcita, aparece en raras vetillas y más frecuentemente reemplaza a<br />
muy escasos ferromagnesianos (cristales <strong>de</strong> reliquia).<br />
Finalmente, en los últimos metros <strong>de</strong>l barreno T-1 (figura 68), la roca presenta un color<br />
crema, con textura porfídica y un stockwork abierto bien <strong>de</strong>finido <strong>de</strong> cuarzo-pirita. La<br />
roca es <strong>de</strong> conspicua naturaleza microgranodiorítica. Al microscopio se comprueba este<br />
carácter, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> manifestar una débil alteración hidrotermal, que esencialmente<br />
consiste <strong>de</strong> reemplazos parciales <strong>de</strong> las plagioclasas por calcita y caolinita-sericita, para<br />
<strong>de</strong>finir una leve alteración arcillosa (figura 77).<br />
109<br />
qz<br />
calc<br />
300 µm
4.4. Paragénesis y zoneamiento vertical <strong>de</strong> las alteraciones hipogénicas y<br />
mineralización.<br />
Cuando se hizo el análisis sobre la distribución <strong>de</strong> las diversas paragénesis <strong>de</strong> la<br />
alteración hidrotermal reconocida en las secciones <strong>de</strong> los barrenos con diamante fue<br />
posible establecer cualitativamente, condiciones físico-químicas básicas o ten<strong>de</strong>ncias<br />
sobre el comportamiento espacio-temporal <strong>de</strong>l fluido que originó la mineralización. La<br />
petrografía <strong>de</strong> las alteraciones hipogénicas permitió entonces avizorar con un alto grado<br />
<strong>de</strong> certidumbre, no solamente la extensión vertical y lateral <strong>de</strong>l cuerpo mineralizado,<br />
sino la ubicación general <strong>de</strong>l gradiente paleogeotérmico <strong>de</strong>l sistema hidrotermal, así<br />
como las trayectorias o ten<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong>l flujo <strong>de</strong> fluidos, a discutir en el inciso 4.6.<br />
Asimismo, a partir <strong>de</strong> estos estudios se estableció la secuencia <strong>de</strong> las paragénesis <strong>de</strong><br />
alteración y mineralización que caracterizan el sistema porfírico <strong>de</strong> Tiámaro (figura 89).<br />
Con base en la información obtenida <strong>de</strong> los barrenos con diamante y <strong>de</strong>l mapeo<br />
superficial, juntamente con los estudios petrográficos <strong>de</strong>tallados, la interpretación <strong>de</strong> la<br />
distribución vertical <strong>de</strong> las alteraciones hipogénicas, se expone en la sección <strong>de</strong> la<br />
figura 90.<br />
En la tonalita central se tiene el predominio <strong>de</strong> la paragénesis cuarzo-sericita-cloritacaolinita,<br />
equivalente a la alteración SCC más interna, la que es sobreimpuesta a<br />
profundidad por una alteración argílica en la zona <strong>de</strong> contacto con la microdiorita, a la<br />
cual intrusiona (figura 54). No obstante, la alteración SCC reaparece en la microdiorita y<br />
coexiste (juntamente con la alteración argílica) con un conspicuo stockwork cuprífero.<br />
Como pue<strong>de</strong> observarse en la sección <strong>de</strong>l barreno T-4, la alteración SCC está en<br />
contacto con leve propilitización a la que igualmente se le sobreimpone la alteración<br />
argílica. Sin embargo, se constata que la propilitización formaliza a profundidad y<br />
manifiesta mineralización cuprífera en forma <strong>de</strong> stockwork, cuando coexiste con la<br />
silicificación. La propilitización alcanza poco <strong>de</strong>sarrollo en la diorita porfídica al final<br />
<strong>de</strong>l barreno T-4. Este barreno atraviesa por tanto, el límite sur <strong>de</strong> la alteración SCC, que<br />
es acor<strong>de</strong> con parte <strong>de</strong> la intersección centro-sur <strong>de</strong>l cuerpo mineralizado (figura 90).<br />
En contraste, la intensa mineralización cuprífera reconocida en forma <strong>de</strong> stockwork en el<br />
barreno T-1 se encuentra esencialmente albergada en la alteración SCC externa (que<br />
muestra carbonatación coextensiva) que se <strong>de</strong>sarrolla <strong>de</strong> manera indiferente en la<br />
microtonalita y la microdiorita. A esta alteración se le sobreimpone una alteración<br />
argílica, que suele contener mineralización en las cercanías <strong>de</strong> su contacto con la<br />
alteración SCC. Esta alteración arcillosa al formalizar a profundidad se vuelve estéril y<br />
es muy patente en la microdiorita y microgranodiorita en la parte final <strong>de</strong>l barreno T-1<br />
(figura 68). Es evi<strong>de</strong>nte que dicho barreno se <strong>de</strong>sarrolló en la parte sur-occi<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong>l<br />
cuerpo mineralizado, en don<strong>de</strong> es manifiesto en términos generales, la interesante<br />
transición entre la alteración SCC y una alteración argílica (figura 90).<br />
126
forma abundante en vetillas con carbonatos; en esta zona la clorita a menudo se asocia<br />
con la mineralización. En la zona SCC externa contenida en los cuerpos hipabisales, este<br />
mineral ocurre en vetillas ocasionalmente en coexistencia con calcita, a veces en formas<br />
esferulíticas incluidas en vetillas <strong>de</strong> cuarzo o en intercrecimientos con este mineral;<br />
también se presenta en bor<strong>de</strong>s a lo largo <strong>de</strong> las vetillas <strong>de</strong> cuarzo, en nódulos<br />
diseminados, en forma <strong>de</strong> reemplazos pervasivos <strong>de</strong> los ferromagnesianos y en<br />
reemplazos totales <strong>de</strong> la matriz <strong>de</strong> la roca. En la zona propílica, la clorita es abundante y<br />
se presenta principalmente en intersticios, en vetillas o en cristalizaciones aisladas don<strong>de</strong><br />
esta alteración adquiere carácter mo<strong>de</strong>rado a pervasivo; también se presenta en vetillas<br />
<strong>de</strong> cuarzo e intercrecida con él, en las zonas en don<strong>de</strong> coexiste la silicificación. En la<br />
zona argílica, principalmente la <strong>de</strong>l bor<strong>de</strong> occi<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong>l pórfido <strong>de</strong> cobre se reconocen<br />
zonas cloritizadas, esencialmente en las rocas an<strong>de</strong>síticas y dacíticas; la clorita en las<br />
rocas dacíticas se presenta en los intersticios <strong>de</strong> la roca, en los bor<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las vetillas con<br />
opacos, en reemplazos pervasivos <strong>de</strong> los ferromagnesianos y en vetillas acompañada <strong>de</strong><br />
sericita y caolinita.<br />
Como pue<strong>de</strong> comprobarse en la figura 54, la sección <strong>de</strong>l barreno T-4 atraviesa los<br />
principales tipos <strong>de</strong> alteración i<strong>de</strong>ntificados en el sistema <strong>de</strong> Tiámaro, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> que<br />
reconoce el cuerpo tonalítico central. Se analizaron en microsonda, las cloritas <strong>de</strong> las<br />
muestras 4-12, 4-18, 4-27 y 4-83, provenientes <strong>de</strong> la zona SCC más interna contenida en<br />
la tonalita porfídica central. Asimismo, las muestras 4-161 y 4-232, contienen clorita <strong>de</strong><br />
la zona propílica más somera y <strong>de</strong> la zona propílica pervasiva respectivamente, que se<br />
<strong>de</strong>sarrolla en la microdiorita; la clorita <strong>de</strong> la muestra 4-349 proviene <strong>de</strong> la diorita<br />
porfídica que manifiesta leve alteración propílica. En la zona SCC externa que arma en<br />
la microdiorita entre los 205 y 232 metros <strong>de</strong>l barreno T-1, en una zona <strong>de</strong><br />
resquebrajamiento, se i<strong>de</strong>ntificaron gran<strong>de</strong>s cristales <strong>de</strong> clorita asociados a la<br />
mineralización. En uno <strong>de</strong> esos cristales se realizó el análisis en microsonda al centro <strong>de</strong>l<br />
mismo (muestra 1-217), así como en sus bor<strong>de</strong>s (clave <strong>de</strong> análisis 1-217-1). En el sector<br />
occi<strong>de</strong>ntal externo <strong>de</strong>l cuerpo mineralizado, se i<strong>de</strong>ntificaron zonas cloritizadas aisladas,<br />
que coexisten con la alteración argílica, que a su vez se encuentran contenidas en rocas<br />
<strong>de</strong> naturaleza an<strong>de</strong>sítica y dacítica; se analizó la clorita asociada a pirita (muestra 2-248),<br />
existente en las rocas dacíticas.<br />
En general, los cristales <strong>de</strong> clorita analizados tienen una composición química<br />
homogénea, para las diferentes zonas <strong>de</strong> alteración. De acuerdo a la clasificación <strong>de</strong> Hey<br />
(1954), las cloritas <strong>de</strong> Tiámaro son picnocloritas o bien, clinocloro conforme a la<br />
Asociación Internacional para el Estudio <strong>de</strong> las Arcillas (Bailey, 1980). Si se consi<strong>de</strong>ran<br />
en Tiámaro, condiciones <strong>de</strong> equilibrio entre el fluido mineralizante, clorita y cuarzo es<br />
posible estimar la temperatura <strong>de</strong> las alteraciones a partir <strong>de</strong> la composición química <strong>de</strong><br />
la clorita, la que asimismo se encuentra con frecuencia asociada a pirita y calcopirita.<br />
La fórmula química <strong>de</strong> la clorita se calculó a partir <strong>de</strong> los análisis en la microsonda,<br />
sobre la base <strong>de</strong> 14 oxígenos por unidad <strong>de</strong> fórmula (tabla 11). Para el cálculo <strong>de</strong> las<br />
temperaturas, se utilizó la ecuación <strong>de</strong> Xie et al. (1997), quien al consi<strong>de</strong>rar la relación<br />
Fe/Fe + Mg <strong>de</strong> la clorita, modificó el termómetro (Al IV ) propuesto por Cathelineau<br />
(1988). Se <strong>de</strong>terminaron entonces, temperaturas entre 304° y 353° C en la zona SCC <strong>de</strong><br />
la tonalita central, con un promedio <strong>de</strong> 328° C; en la zona SCC (microdioritas) se tiene<br />
131
Mineral Clorita Clorita Clorita Clorita Clorita Clorita Clorita Clorita Clorita Clorita<br />
N° Muestra 1-217-1 1.217 4.18 4.349 4.12 4.161 4.232 4.83 4.27 2.248<br />
SiO2 29.8153 24.3248 30.8351 30.1653 26.9409 29.319 28.31702 26.0948 26.0155 27.098<br />
Al2O3 18.8652 18.9566 17.8868 17.8733 20.1302 18.563 18.68198 19.69505 18.4863 21.2071<br />
TiO2 0.0698 0.0191 0.0002 0.0314 0.0417 0.0002 0.01852 0.025125 0.0086 0.0311<br />
FeO 26.9469 31.2491 18.7952 21.093 27.1172 21.0413 23.85916 27.295475 23.8941 26.9215<br />
MnO 0.7054 0.5869 0.9512 2.2688 1.0019 0.9619 1.15414 0.991025 1.4772 0.8981<br />
MgO 15.2954 9.448 21.0827 18.346 12.5751 18.1149 15.91334 12.2268 13.6655 13.2186<br />
CaO 0.1196 0.1179 0.0954 0.082 0.0213 0.0363 0.07058 0.076425 0.0745 0.092<br />
Cr2O3 0.0002 0.0026 0.0002 0.0002 0.0072 0.0002 0.00208 0.005 0.0002 0.01<br />
NiO 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0<br />
Na2O 0.0003 0.0242 0.0084 0.0003 0.0434 0.0003 0.01532 0.03245 0.0095 0.0527<br />
K2O 0.0396 0.0267 0.0144 0.0076 0.0492 0.0329 0.02616 0.022925 0.0146 0.0012<br />
TOTAL 91.8577 84.7559 89.6696 89.8679 87.9281 88.07 88.0583 86.465075 83.646 89.5303<br />
T°C 269.81 353.98 304.77 289.52 338.32 314.75 319.66 353.28 346.87 374.40<br />
Si 5.998542858 5.534020965 6.107688906 6.077536231 5.718767391 5.995365916 5.897236056 5.660900482 5.761727757 5.625573513<br />
AlIV 2.001457142 2.465979035 1.892311094 1.922463769 2.281232609 2.004634084 2.102763944 2.339099518 2.238272243 2.374426487<br />
Z 8 8 8 8 8 8 8 8 8 8<br />
AlVI 2.471839241 2.616921902 2.28333685 2.32162374 2.754910926 2.469143439 2.482702767 2.696466714 2.587093434 2.81441648<br />
Cr 3.18138E-05 0.000467675 3.13214E-05 3.18588E-05 0.001208375 3.23352E-05 0.000342486 0.000857592 3.50211E-05 0.001641378<br />
Fe 4.53393199 5.945503564 3.113422836 3.554003641 4.813874729 3.598311175 4.155427622 4.952013408 4.425586582 4.673996985<br />
Ni 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0<br />
Mg 4.586740395 3.203820273 6.224357298 5.50932047 3.978675487 5.52127299 4.939682611 3.953494094 4.511103816 4.090268008<br />
Mn 0.120207452 0.113095411 0.159585248 0.387173366 0.180137471 0.166604151 0.203586423 0.182098141 0.277108093 0.157922356<br />
Ti 0.010560546 0.003267753 2.97911E-05 0.004757447 0.006656574 3.07554E-05 0.002900456 0.00409885 0.001432331 0.00485528<br />
Y 11.72331144 11.88307658 11.78076334 11.77691052 11.73546356 11.75539485 11.78464236 11.7890288 11.80235928 11.74310049<br />
Ca 0.025780956 0.028738665 0.020246091 0.017700887 0.004844302 0.007953063 0.01574867 0.017763488 0.017678202 0.020463441<br />
Na 0.000117025 0.010674731 0.003225974 0.00011719 0.017862001 0.000118943 0.006185998 0.013648857 0.00407938 0.021212421<br />
K 0.010163184 0.007748735 0.003638497 0.001953267 0.013322431 0.008582039 0.006949711 0.006344084 0.004124786 0.000317789<br />
X 0.036061166 0.047162131 0.027110563 0.019771344 0.036028734 0.016654045 0.028884379 0.03775643 0.025882369 0.04199365<br />
XYZ 19.7593726 19.93023871 19.80787391 19.79668187 19.7714923 19.77204889 19.81352674 19.82678523 19.82824165 19.78509414<br />
XFe 0.497105016 0.649829831 0.333422162 0.39213026 0.54749471 0.394569655 0.4568859 0.556061898 0.495215386 0.53330165<br />
Tabla 11. Análisis <strong>de</strong> microsonda, fórmula estructural <strong>de</strong> 9 muestras <strong>de</strong> clorita y temperaturas obtenidas. Muestras 4-12, 4-18, 4-27 y<br />
4-83 provienen <strong>de</strong> la zona SCC <strong>de</strong> la tonalita central; muestras 4-161 y 4-232 correspon<strong>de</strong>n con cloritas <strong>de</strong> la zona propílica en<br />
microdiorita, muestra 4-349 <strong>de</strong> la zona <strong>de</strong> leve propilitización en la diorita porfídica, muestra 1-217 <strong>de</strong> la zona SCC externa en<br />
microdiorita y la muestra 2-248 se colectó <strong>de</strong> la zona <strong>de</strong> alteración argílica en rocas volcánicas. XFe = Fe/(Fe + Mg)<br />
que divergen <strong>de</strong> la intrusión central. Es frecuente asimismo, flujo subordinado<br />
convergente cuando se tiene la participación <strong>de</strong> agua meteórica en el circuito geotérmico<br />
(Cathles, 1977; Henley y McNabb, 1978; He<strong>de</strong>nquist y Lowestern, 1994; He<strong>de</strong>nquist,<br />
1995; Bodnar, 1995; Sillitoe, 1995; Arribas, 1995; Shinohara y He<strong>de</strong>nquist, 1997).<br />
El estudio <strong>de</strong> la movilidad <strong>de</strong> los elementos mayores en las zonas <strong>de</strong> alteración<br />
hidrotermal, pue<strong>de</strong> constituir otra evi<strong>de</strong>ncia importante, para establecer las trayectorias<br />
<strong>de</strong>l flujo <strong>de</strong> fluidos en sistemas hidrotermales fósiles (van Ruitenbeek et al., 2005). En<br />
Tiámaro se colectaron muestras <strong>de</strong> las diversas zonas <strong>de</strong> alteración hidrotermal para<br />
133
5.2. Método y procedimiento <strong>de</strong> estudio.<br />
Como parte importante <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s consi<strong>de</strong>radas en el logueo <strong>de</strong> los núcleos <strong>de</strong><br />
los barrenos con diamante se hizo una <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>tallada <strong>de</strong> las vetas y vetillas<br />
estériles y mineralizadas (stockwork), con el fin <strong>de</strong> reconocer los diferentes tipos <strong>de</strong><br />
cuarzo y establecer en lo posible, las relaciones <strong>de</strong> intersección entre los diversos<br />
grupos <strong>de</strong> vetillas. Asimismo, estas <strong>de</strong>scripciones y <strong>de</strong>terminaciones pudieron ser<br />
completadas y afinadas, a partir <strong>de</strong> las observaciones que se realizaron durante el<br />
estudio <strong>de</strong> la petrografía <strong>de</strong> las alteraciones hipogénicas. Como resultado <strong>de</strong> este trabajo<br />
previo <strong>de</strong> campo y laboratorio, que incluyó la recolección y estudio <strong>de</strong> muestras<br />
también <strong>de</strong> carácter selectivo, en obras mineras y superficie, se obtuvo una selección<br />
rigurosa <strong>de</strong> 22 muestras; la mayor parte <strong>de</strong> ellas se distribuyeron en puntos o zonas<br />
estratégicas, a lo largo <strong>de</strong> las secciones <strong>de</strong> los barrenos con diamante.<br />
Se obtuvo un total <strong>de</strong> 67 secciones doblemente pulidas <strong>de</strong>l cuarzo y calcita euedralsubedrales<br />
<strong>de</strong> vetas y vetillas y principalmente, <strong>de</strong>l cuarzo anedral <strong>de</strong> vetillas <strong>de</strong> menos<br />
<strong>de</strong> 2 milímetros <strong>de</strong> espesor. Las muestras se prepararon conforme a las técnicas<br />
tradicionales <strong>de</strong> corte, pulido y acabado, en el taller <strong>de</strong> laminación <strong>de</strong> la División <strong>de</strong><br />
Ingeniería en Ciencias <strong>de</strong> la Tierra <strong>de</strong> la Facultad <strong>de</strong> Ingeniería <strong>de</strong> la UNAM. Dichas<br />
láminas espesas fueron estudiadas con <strong>de</strong>talle al microscopio, para así lograr el cuadro<br />
petrográfico completo <strong>de</strong> las inclusiones fluidas reconocidas en el espacio lateral y<br />
vertical hasta ahora conocido, <strong>de</strong>l cuerpo mineralizado. De estas muestras se hizo<br />
igualmente una estricta selección, basada esencialmente en la representatividad <strong>de</strong>l<br />
fenómeno hidrotermal. Las inclusiones fluidas a<strong>de</strong>cuadas para los estudios<br />
microtermométricos fueron mapeadas con meticuloso <strong>de</strong>talle a baja magnificación, con<br />
el objeto <strong>de</strong> establecer las relaciones espacio-temporales <strong>de</strong> la población total <strong>de</strong><br />
inclusiones en la muestra; posteriormente estos campos fueron observados a alta<br />
magnificación para <strong>de</strong>terminar en las inclusiones las proporciones <strong>de</strong> fases a<br />
temperatura ambiente. Así pues, en todos los casos se eligieron áreas o sectores<br />
específicos para los estudios microtermométricos, mismos que por sus significados,<br />
fueron removidas por cortes parciales <strong>de</strong> las secciones espesas.<br />
Los estudios microtermométricos se realizaron en la platina térmica <strong>de</strong> manufactura<br />
francesa tipo Chaixmeca mo<strong>de</strong>lo MTM 90, equipo que opera en óptimas condiciones en<br />
el Laboratorio <strong>de</strong> Yacimientos Minerales <strong>de</strong> la Facultad <strong>de</strong> Ingeniería <strong>de</strong> la UNAM.<br />
Antes <strong>de</strong>l inicio <strong>de</strong> las <strong>de</strong>terminaciones, la exactitud <strong>de</strong> las mismas fue asegurada, al<br />
calibrar el equipo con inclusiones fluidas sintéticas; la calibración tuvo como<br />
referencias fundamentales, el punto triple <strong>de</strong>l CO2 (-56.6 °C), el punto <strong>de</strong> congelación<br />
<strong>de</strong>l agua (0.0 °C) y el punto crítico <strong>de</strong>l agua (374.6 °C). La incertidumbre para las<br />
<strong>de</strong>terminaciones por calentamiento <strong>de</strong> la muestra, fue <strong>de</strong> ± 5 °C y <strong>de</strong> ± 0.3 °C, para las<br />
mediciones a baja temperatura. Hay que tomar en consi<strong>de</strong>ración no obstante, que la<br />
exactitud <strong>de</strong> los estándares utilizados, correspon<strong>de</strong>n a situaciones i<strong>de</strong>ales; en la práctica,<br />
las temperaturas <strong>de</strong> los cambios <strong>de</strong> fase <strong>de</strong> las inclusiones pue<strong>de</strong>n per<strong>de</strong>r precisión, por<br />
los cambios en el espesor, tamaño y forma <strong>de</strong> la muestra y básicamente, por los<br />
tamaños generalmente pequeños <strong>de</strong> las inclusiones (5 a 30 µm), que excluyen la<br />
posibilidad <strong>de</strong> que las <strong>de</strong>terminaciones visuales tengan un alto grado <strong>de</strong> precisión.<br />
149
Figura 108.- Inclusión <strong>de</strong>l tipo III en las cercanías <strong>de</strong> una fractura cicatrizada. Esta inclusión está en el cuarzo <strong>de</strong> la fase I que se<br />
asocia a calcopirita y mi<strong>de</strong> 9 µm (muestra 4-156).<br />
Figura 109.- Inclusión en cuarzo asociado a calcopirita <strong>de</strong> la fase I en microdiorita (alteración SCC), que muestra la eventual<br />
variación en el grado <strong>de</strong> relleno; la inclusión mi<strong>de</strong> 13 µm (muestra 4-156).<br />
Se tiene el contraste en las inclusiones <strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong> vetillas IA, por la mayor<br />
abundancia <strong>de</strong> inclusiones <strong>de</strong>l tipo III que coexisten con las <strong>de</strong>l tipo I; presentan<br />
tamaños entre 3.7 y 9.3 µm y un valor <strong>de</strong> F predominante <strong>de</strong> 0.90. Por su parte, en el<br />
cuarzo subedral-euedral <strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong> vetillas II (figura 110), las inclusiones son<br />
abundantes, con trazas cuadradas, triangulares y rómbicas y tamaños que varían entre<br />
5.6 y 11.2 µm; hacia el centro <strong>de</strong> los cristales se observan normalmente más inclusiones<br />
<strong>de</strong>l tipo III con un F = 0.70 y en coexistencia con inclusiones más ricas en gas con F ±<br />
0.50, que incluso llegan realmente a ser <strong>de</strong>l tipo IV; hacia las orillas <strong>de</strong> los cristales las<br />
inclusiones adoptan formas rómbicas o cuadradas y un valor <strong>de</strong> F = 0.95 (tipo II).<br />
163
Las relaciones salinidad versus temperaturas <strong>de</strong> homogenización, evi<strong>de</strong>ncian para el<br />
sistema <strong>de</strong> Tiámaro, el predominio <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> enfriamiento como el factor<br />
<strong>de</strong>terminante en la precipitación <strong>de</strong> la mena <strong>de</strong> cobre. Es patente sin embargo, una<br />
dilución <strong>de</strong>l fluido mineralizante hacia la etapa final <strong>de</strong>l proceso geotérmico, lo que<br />
resultó en la precipitación <strong>de</strong> cantida<strong>de</strong>s subordinadas <strong>de</strong> sulfuros <strong>de</strong> cobre. El<br />
<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l stockwork pirítico que bor<strong>de</strong>a el límite occi<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong>l cuerpo<br />
mineralizado pone <strong>de</strong> manifiesto el exceso inicial <strong>de</strong> Fe en el fluido; durante el<br />
enfriamiento, la precipitación <strong>de</strong> pirita provocó el rápido empobrecimiento <strong>de</strong> S<br />
reducido y la consiguiente <strong>de</strong>sestabilización <strong>de</strong> los complejos metálicos bisulfurosos,<br />
con la precipitación <strong>de</strong> proporciones limitadas <strong>de</strong> calcopirita. Por otra parte, el<br />
telescopeo <strong>de</strong> mineralización cuprífera <strong>de</strong> baja temperatura <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l sistema porfírico,<br />
constituye la evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> un rápido levantamiento combinado con acelerada erosión,<br />
rasgos típicos que caracterizan este ambiente tectónico.<br />
Implicaciones en la exploración.<br />
El comportamiento espacio-temporal <strong>de</strong> la fase fluida y el significado y distribución <strong>de</strong><br />
las formas <strong>de</strong> las inclusiones fluidas, entre otras evi<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> naturaleza química y<br />
mineralógica permiten establecer un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> mineralización centrado en la tonalita<br />
porfídica (figura 127). En efecto, el flujo vertical principal <strong>de</strong> las soluciones<br />
mineralizantes estuvo restringido esencialmente a esta roca, en cuyo entorno se<br />
estableció el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> un gran circuito geotérmico convectivo. La integración <strong>de</strong> los<br />
datos permite <strong>de</strong>finir con toda certidumbre, que la barrenación con diamante ha<br />
reconocido solamente una parte <strong>de</strong>l límite surocci<strong>de</strong>ntal (barreno T-1) y sur (barreno T-<br />
4) <strong>de</strong>l cuerpo mineralizado. Conviene reiterar que, este último barreno únicamente<br />
reconoce a profundidad ~97 metros <strong>de</strong> la tonalita porfídica mineralizada y con<br />
alteración SCC, un intervalo <strong>de</strong> ~60 metros <strong>de</strong> microdiorita mineralizada con alteración<br />
SCC y el resto <strong>de</strong>l barreno (~210 metros) continúa en su mayor parte, en microdiorita<br />
con propilitización muy bien <strong>de</strong>finida, alteración que conforma el límite sur <strong>de</strong>l<br />
stockwork cuprífero. El barreno T-1 fue perforado en el bloque <strong>de</strong>l bajo <strong>de</strong> una falla<br />
postmineral con rumbo NE-SW, por lo que la mayor parte <strong>de</strong>l mismo, atraviesa la zona<br />
<strong>de</strong> transición <strong>de</strong> las alteraciones SCC-Argilización (~144 metros) y sólo reconoce ~84<br />
metros (tramo 42 m-126 m) <strong>de</strong> microtonalita mineralizada que muestra conspicua<br />
alteración SCC; estos rasgos manifiestan que el límite SW <strong>de</strong>l stockwork está<br />
constituido por un extenso halo <strong>de</strong> alteración argílica, en cuya zona <strong>de</strong> transición con la<br />
alteración SCC, suelen ocurrir importantes intervalos mineralizados con alta ley <strong>de</strong><br />
cobre (>1%) y oro (>2000 ppb).<br />
196
6.- LOS ISÓTOPOS DE AZUFRE, CARBONO Y OXÍGENO EN EL<br />
YACIMIENTO DE TIÁMARO.<br />
6.1. Introducción.<br />
La geoquímica <strong>de</strong> los isótopos estables representa una herramienta complementaria<br />
e indispensable, para el conocimiento <strong>de</strong>tallado <strong>de</strong> numerosos procesos geológicos.<br />
Particularmente, en el estudio <strong>de</strong> los <strong>de</strong>pósitos minerales, las relaciones isotópicas<br />
<strong>de</strong> diversos isótopos estables <strong>de</strong> elementos como S, C, O e H, constituyen<br />
verda<strong>de</strong>ros metalotectones que revelan valiosa información sobre los procesos <strong>de</strong><br />
fuente → transporte → <strong>de</strong>pósito y que asimismo representan la base fundamental<br />
para confeccionar con mayor precisión, los mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> génesis <strong>de</strong> yacimientos<br />
minerales. Como se sabe, el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> estos mo<strong>de</strong>los ha <strong>de</strong>sempeñado un<br />
importante papel en el <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> ciertos tipos <strong>de</strong> <strong>de</strong>pósitos, como resultado<br />
<strong>de</strong> la manifestación <strong>de</strong> potenciales metálicos, <strong>de</strong> las ten<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> flujo <strong>de</strong> fluidos<br />
hidrotermales, <strong>de</strong>l comportamiento <strong>de</strong> temperaturas <strong>de</strong> <strong>de</strong>pósito, entre otros rasgos y<br />
procesos, que pue<strong>de</strong>n ser <strong>de</strong>finidos por características huellas isotópicas. Por su<br />
importancia e implicaciones se dará especial énfasis a los isótopos <strong>de</strong> azufre.<br />
Particularmente, el conocimiento <strong>de</strong> la fuente <strong>de</strong>l azufre en los pórfidos <strong>de</strong> cobre,<br />
proporciona información adicional valiosa sobre transferencia <strong>de</strong> masa y el<br />
comportamiento espacio-temporal <strong>de</strong>l sistema. Los isótopos <strong>de</strong> azufre aportan<br />
también información sobre el estado <strong>de</strong> oxidación <strong>de</strong>l sistema, ya que la transición<br />
entre sulfato (S +6 ) y sulfuro (S -2 ) ocurre en condiciones comunes en numerosos<br />
<strong>de</strong>pósitos hidrotermales.<br />
Los primeros datos <strong>de</strong> los isótopos <strong>de</strong> azufre en los pórfidos <strong>de</strong> cobre fueron<br />
interpretados en el sentido <strong>de</strong> sugerir una fuente <strong>de</strong>l manto, con valores muy<br />
homogéneos, cerca <strong>de</strong> δ 34 S = 0‰ para los sulfuros. Estudios posteriores (Sakai,<br />
1968; Ohmoto, 1972, 1986 y Ohmoto y Rye, 1979) <strong>de</strong>finieron un sólido marco<br />
teórico para la interpretación <strong>de</strong>l fraccionamiento isotópico, bajo condiciones en<br />
don<strong>de</strong> intervienen distintas variables, como la temperatura, pH y el estado <strong>de</strong> óxidoreducción.<br />
A<strong>de</strong>más se <strong>de</strong>mostró que los sulfuros magmáticos primarios, presentan<br />
una composición isotópica promedio que varía <strong>de</strong> δ 34 S = 0 ± 3‰ y que la<br />
composición isotópica <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong> azufre que se separan <strong>de</strong>l magma y que se<br />
fijan en un fluido hidrotermal se <strong>de</strong>svían <strong>de</strong> manera significativa <strong>de</strong> este valor, en<br />
función <strong>de</strong> las variables indicadas, esto es, <strong>de</strong> la relación SO2/H2S (estado <strong>de</strong><br />
oxidación), <strong>de</strong> la temperatura y también <strong>de</strong> la relación fluido/magma. El estado <strong>de</strong><br />
oxidación es el que <strong>de</strong>termina entonces, la predominancia <strong>de</strong> la especie <strong>de</strong> azufre en<br />
el magma.<br />
Los pórfidos <strong>de</strong> cobre muestran una clara asociación general con los granitoi<strong>de</strong>s tipo<br />
I (series <strong>de</strong> la magnetita), que presentan asociaciones mineralógicas que evi<strong>de</strong>ncian<br />
condiciones <strong>de</strong> óxido-reducción cercanas al buffer SO2-H2S, lo que significa que los<br />
fluidos generados en estas condiciones, ten<strong>de</strong>rán a ser enriquecidos en δ 34 S, con<br />
valores <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 4‰; <strong>de</strong>bido al ambiente oxidante gran parte <strong>de</strong> este azufre estuvo<br />
presente como sulfato, con una composición isotópica muy cerca <strong>de</strong>l valor anterior.<br />
Como consecuencia <strong>de</strong>l fraccionamiento entre sulfuros y sulfatos, la δ 34 S <strong>de</strong> los<br />
sulfuros precipitados será <strong>de</strong> valor más bajo, lo que condujo a Ohmoto y Rye (1979)<br />
a <strong>de</strong>ducir que las composiciones isotópicas <strong>de</strong> los sulfuros (δ 34 S = -3 a +1‰) y<br />
199
i<strong>de</strong>ntificaron <strong>de</strong> las etapas I, II y III (tabla 14). La separación <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los<br />
sulfuros (pirita y calcopirita) se llevó a cabo por concentración gravimétrica y por<br />
separación a mano con la ayuda <strong>de</strong> una lupa binocular; la pureza <strong>de</strong> los separados<br />
fue en todos los casos confirmada por observaciones al microscopio binocular. Se<br />
obtuvieron asimismo fragmentos <strong>de</strong> carbonatos (principalmente <strong>de</strong> calcita), <strong>de</strong> las<br />
macrovetillas tardías, para los análisis isotópicos <strong>de</strong> carbono y oxígeno en 14<br />
muestras; dichos fragmentos fueron separados a mano, con el uso <strong>de</strong>l campo <strong>de</strong><br />
magnificación <strong>de</strong> la lupa binocular; muy pocas muestras <strong>de</strong> calcita fueron obtenidas<br />
<strong>de</strong> las vetillas <strong>de</strong> cuarzo-pirita-calcopirita, la mayor parte <strong>de</strong> éstas se colectaron <strong>de</strong><br />
vetillas estériles <strong>de</strong> las últimas etapas <strong>de</strong>l fenómeno hidrotermal.<br />
6.3. Isótopos <strong>de</strong> azufre.<br />
Los datos isotópicos <strong>de</strong> azufre, que son útiles en la investigación y exploración <strong>de</strong><br />
los yacimientos minerales se presentan en la forma <strong>de</strong> las relaciones isotópicas o<br />
factores <strong>de</strong> fraccionación entre minerales que coexisten y que se supone un <strong>de</strong>pósito<br />
contemporáneo, o bien, como la δ 34 S <strong>de</strong> una fase mineral. Al establecer las<br />
relaciones isotópicas entre los minerales <strong>de</strong> un yacimiento en las condiciones <strong>de</strong><br />
equilibrio o <strong>de</strong>sequilibrio (Ohmoto y Goldhaber, 1997) es posible establecer<br />
contrastes en la temperatura <strong>de</strong> mineralización, en los mecanismos <strong>de</strong> generación<br />
sea en la fuente o en el <strong>de</strong>pósito, <strong>de</strong> sulfuro, sulfato y metales, entre el azufre y la<br />
química <strong>de</strong> los metales <strong>de</strong> los fluidos mineralizantes, (como las concentraciones <strong>de</strong><br />
H2S y la ΣSO4 -2 respecto a la totalidad <strong>de</strong> los metales) y entre la duración y los<br />
ritmos <strong>de</strong> los procesos <strong>de</strong> mineralización.<br />
En lo que respecta al significado <strong>de</strong>l valor <strong>de</strong> δ 34 S <strong>de</strong> un mineral, sobre todo al<br />
<strong>de</strong>finir sus variaciones espacio-temporales durante el proceso <strong>de</strong> una mineralización<br />
magmática-hidrotermal es totalmente factible contrastar la(s) fuente(s) <strong>de</strong> azufre,<br />
a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> conocer la naturaleza litológica y la geometría <strong>de</strong>l sistema<br />
paleohidrogeológico.<br />
Asimismo, en la investigación <strong>de</strong>l origen <strong>de</strong> los yacimientos minerales, las<br />
aplicaciones <strong>de</strong> los isótopos <strong>de</strong> azufre cobran relevancia, al analizar la extensión y<br />
posición <strong>de</strong>l conjunto <strong>de</strong> valores <strong>de</strong> la δ 34 S <strong>de</strong> tipos específicos <strong>de</strong> yacimientos,<br />
asociados a la evolución metalogénica <strong>de</strong> diversas regiones mineralizadas en el<br />
mundo.<br />
Composición isotópica <strong>de</strong> las fases sulfurosas.<br />
En general, las variaciones en los valores <strong>de</strong> la δ 34 S <strong>de</strong> pirita y/o calcopirita, no<br />
muestran cambios sistemáticos o notables con la profundidad a la que fueron<br />
colectadas las muestras en los barrenos con diamante. El conjunto <strong>de</strong> datos se indica<br />
en la tabla 14.<br />
En el esquema comparativo <strong>de</strong> los valores <strong>de</strong> la <strong>de</strong>lta 34 S <strong>de</strong> sulfuros y sulfatos <strong>de</strong><br />
importantes pórfidos <strong>de</strong> cobre en el mundo (figura 128), se comprueba que la <strong>de</strong>lta<br />
<strong>de</strong> los sulfuros <strong>de</strong>l pórfido <strong>de</strong> cobre <strong>de</strong> Tiámaro manifiesta un rango estrecho,<br />
similar al <strong>de</strong> los pórfidos cupríferos emplazados en arcos <strong>de</strong> islas muy jóvenes (por<br />
ejemplo, Lepanto Far Southeast, Filipinas).<br />
201
espacio <strong>de</strong> un pórfido cuprífero revelan las condiciones <strong>de</strong> equilibrio en el sistema;<br />
esto es, el sistema alcanza el equilibrio cuando la δ 34 S <strong>de</strong> los sulfuros cambia<br />
206<br />
Figura 130. Distribución <strong>de</strong> los valores <strong>de</strong> la δ 34 S <strong>de</strong> pirita y calcopirita en los barrenos con diamante y a través <strong>de</strong> las diversas zonas <strong>de</strong> alteración hidrotermal en el pórfido <strong>de</strong> cobre <strong>de</strong> Tiámaro.<br />
Abreviaciones adjuntas al valor isotópico: pi=pirita; cp=calcopirita.
<strong>de</strong> valores negativos a cero y la <strong>de</strong> los sulfatos es mucho mayor que cero.<br />
En Tiámaro, la recolección <strong>de</strong> muestras que fuesen representativas <strong>de</strong> la asociación<br />
cogenética pirita-calcopirita en el espacio reconocido por los barrenos <strong>de</strong> diamante<br />
fue en muchos casos verda<strong>de</strong>ramente difícil <strong>de</strong>bido a la frecuente y continua<br />
expresión <strong>de</strong>l stockwork en forma <strong>de</strong> microvetillas. De los pares pirita-calcopirita<br />
que pudieron colectarse con toda certidumbre se obtuvieron temperaturas isotópicas<br />
con el empleo <strong>de</strong> la ecuación <strong>de</strong> Ohmoto y Rye (1979). Una temperatura <strong>de</strong> 951º C<br />
fue obtenida <strong>de</strong> un par pirita-calcopirita colectado <strong>de</strong>l stockwork <strong>de</strong> la mina El Rey,<br />
lo que significa una temperatura muy alta al compararse con las temperaturas<br />
obtenidas <strong>de</strong> las inclusiones fluidas en el cuarzo <strong>de</strong> la misma etapa (200-325ºC),<br />
reconocido en las partes más someras <strong>de</strong>l barreno T-1 (tabla 14). Este dato contrasta<br />
con la temperatura <strong>de</strong> 214º C obtenida <strong>de</strong>l mismo par, que fue colectado en una zona<br />
<strong>de</strong> alta ley <strong>de</strong> Cu-Au en la parte externa <strong>de</strong> la alteración SCC y que está muy <strong>de</strong><br />
acuerdo con los datos <strong>de</strong> inclusiones fluidas; no obstante, en vetillas más tardías en<br />
la vecindad <strong>de</strong> esta zona (par pirita-calcopirita <strong>de</strong> las muestras 161-161A), se obtuvo<br />
una temperatura isotópica irreal <strong>de</strong> 528º C, comparada con las temperaturas<br />
isotópicas obtenidas <strong>de</strong> muestras vecinas (pares <strong>de</strong> las muestras 154-154A y 185-<br />
185A), mismas que muestran valores muy cercanos a los obtenidos por<br />
microtermometría. Estos datos parecen sugerir condiciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>sequilibrio<br />
isotópico asociadas principalmente, a la evolución temprana <strong>de</strong>l stockwork cuprífero<br />
(alteración SCC); no obstante, las ten<strong>de</strong>ncias generales <strong>de</strong> las temperaturas<br />
isotópicas y su comparación con las temperaturas <strong>de</strong> homogenización, evi<strong>de</strong>ncian<br />
que el sistema alcanzó el equilibrio (zona externa <strong>de</strong> la alteración SCC),<br />
consecuencia natural <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> enfriamiento.<br />
Hacia el bor<strong>de</strong> sureste <strong>de</strong>l cuerpo mineralizado, en la principal zona <strong>de</strong> filones<br />
subordinados y contenidos en el stockwork, el que se <strong>de</strong>sarrolla en alteración<br />
cuarzo-sericítica <strong>de</strong> microdiorita (barreno T-3) se obtuvo una temperatura isotópica<br />
<strong>de</strong> 477º C que, por comparación <strong>de</strong> los datos y naturaleza <strong>de</strong> las inclusiones fluidas,<br />
se consi<strong>de</strong>ró como el valor geotermométrico alternativo en la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> la<br />
isócora <strong>de</strong> la figura 126 (capítulo 5), dado que la Th representa la temperatura<br />
mínima <strong>de</strong> atrapamiento; asimismo, en los filones <strong>de</strong> las partes externas <strong>de</strong> este<br />
abrimiento principal, la temperatura isotópica obtenida (367º C) es cercana a la<br />
máxima Th <strong>de</strong>terminada (324º C), lo que también atestigua el alcance <strong>de</strong>l equilibrio<br />
isotópico durante la <strong>de</strong>clinación o colapso <strong>de</strong> las isotermas.<br />
En el halo <strong>de</strong> alteración argílica que encajona la zona occi<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong>l stockwork<br />
(barreno T-2), a partir <strong>de</strong>l mismo par mineralógico se calculó una temperatura<br />
anormal <strong>de</strong> 593º C (muestras 2-144, 2-144A) en vetillas que arman en una brecha<br />
volcánica con carbonatación-argilización, la que contrasta con la temperatura<br />
isotópica más real, <strong>de</strong> 151º C obtenida <strong>de</strong> vetillas tardías (muestras 2-144, 2-144A),<br />
encajonadas en la misma roca y con el mismo estilo <strong>de</strong> alteración. Este contraste<br />
pudiera manifestar <strong>de</strong>sequilibrio isotópico en la fase temprana, cuando el fluido<br />
mineralizante experimentó al menos, un brusco cambio <strong>de</strong> presión, como respuesta a<br />
la alta permeabilidad secundaria <strong>de</strong> la roca. Sin embargo, la baja temperatura<br />
isotópica <strong>de</strong> las vetillas tardías, permite reforzar la hipótesis <strong>de</strong> que el sistema pudo<br />
finalmente alcanzar el equilibrio. Efectivamente, la temperatura <strong>de</strong> 169º C obtenida<br />
<strong>de</strong>l par pirita-calcopirita (muestras 2-248 y 248A) en vetillas que se encuentran<br />
incluidas en rocas <strong>de</strong> naturaleza dacítica con argilización, en las zonas más externas<br />
207
<strong>de</strong>l sistema hace posible confirmar esta suposición, ya que dicha temperatura se<br />
encuentra muy cerca <strong>de</strong> la obtenida a partir <strong>de</strong> las inclusiones fluidas primarias<br />
(180º C).<br />
Fuente <strong>de</strong>l azufre.<br />
El origen <strong>de</strong>l azufre en los sistemas tipo pórfido <strong>de</strong> cobre, constituye uno <strong>de</strong> los<br />
temas <strong>de</strong> gran controversia en el ámbito <strong>de</strong> la investigación metalogénica mo<strong>de</strong>rna.<br />
Las fuentes <strong>de</strong>l azufre y cobre que con mayor frecuencia se han propuesto son los<br />
magmas félsicos y las rocas circundantes que no guardan ninguna relación con el<br />
magmatismo (Hattori y Keith, 2001). Esta última propuesta parece ser favorecida en<br />
algunos casos, a partir <strong>de</strong> las evi<strong>de</strong>ncias otorgadas por los isótopos <strong>de</strong> hidrógeno y<br />
oxígeno, mientras que la primera posibilidad se apoya en la estrecha asociación <strong>de</strong> la<br />
mena con intrusiones félsicas, consecuencia <strong>de</strong> la separación <strong>de</strong> un fluido<br />
enriquecido en cobre <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una fusión <strong>de</strong> esta naturaleza (Can<strong>de</strong>la y Holland, 1984;<br />
Williams et al., 1995). Este origen magmático tuvo (y ha tenido) gran aceptación<br />
por consi<strong>de</strong>rable tiempo, en virtud <strong>de</strong> presentar valores en su <strong>de</strong>lta muy<br />
homogéneos, cerca <strong>de</strong> 0‰ para los sulfuros <strong>de</strong> numerosos pórfidos cupríferos (Field<br />
y Gustafson, 1976). Sin embargo, esta génesis es discutible <strong>de</strong>bido<br />
fundamentalmente al pequeño tamaño <strong>de</strong> las intrusiones félsicas cuyo volumen por<br />
un lado, podría ser suficiente para aportar la cantidad <strong>de</strong> cobre indispensable para<br />
formar un <strong>de</strong>pósito porfírico (Cline y Bodnar, 1991; Dilles y Profett, 1995), pero por<br />
el otro, es <strong>de</strong>finitivamente insuficiente para aportar la cantidad <strong>de</strong> azufre necesaria<br />
para originar un yacimiento <strong>de</strong> este tipo (Hattori y Keith, 2001).<br />
Los primeros datos <strong>de</strong> los isótopos <strong>de</strong> azufre en los pórfidos <strong>de</strong> cobre fueron<br />
interpretados en el sentido <strong>de</strong> sugerir una fuente mantálica, con valores muy<br />
homogéneos, cerca <strong>de</strong> 0‰ para los sulfuros (figura 128). En estudios posteriores<br />
(Sakai, 1968; Ohmoto, 1972, 1986 y Ohmoto y Rye, 1979) se <strong>de</strong>mostró que los<br />
sulfuros magmáticos primarios, presentan una composición isotópica promedio que<br />
varía <strong>de</strong> 0 ± 3‰ y que la composición isotópica <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong> azufre que se<br />
separan <strong>de</strong>l magma y que se fijan en un fluido hidrotermal se <strong>de</strong>svían <strong>de</strong> manera<br />
significativa <strong>de</strong> este valor, en función esencialmente <strong>de</strong> la relación SO2/H2S (estado<br />
<strong>de</strong> oxidación), <strong>de</strong> la temperatura y también <strong>de</strong> la relación fluido/magma. El estado<br />
<strong>de</strong> oxidación es precisamente lo que <strong>de</strong>termina la predominancia <strong>de</strong> la especie <strong>de</strong><br />
azufre en el magma (He<strong>de</strong>nquist y Richards, 1998). Los fluidos hidrotermales que<br />
se <strong>de</strong>rivan <strong>de</strong>l magma tienen valores en su δ 34 S entre -3‰ y +7‰ (Ohmoto y Rye,<br />
1979; Ohmoto, 1986). Por su parte, los sulfuros que se originan <strong>de</strong> fluidos en<br />
equilibrio con un magma oxidado, presentan un rango típico en su <strong>de</strong>lta 34 <strong>de</strong> -10‰<br />
a +10‰ (Ohmoto y Rye, 1979). Este intervalo coinci<strong>de</strong> aproximadamente con los<br />
rangos en la misma <strong>de</strong>lta observados <strong>de</strong> numerosas muestras <strong>de</strong> sulfuros <strong>de</strong> los<br />
pórfidos <strong>de</strong> cobre que presentan potencial metálico contrastante.<br />
Los valores en la δ 34 S <strong>de</strong> los sulfuros, por lo general reflejan la composición<br />
promedio <strong>de</strong> las soluciones hidrotermales mineralizantes (Ohmoto, 1972). En<br />
Tiámaro los datos isotópicos <strong>de</strong> pirita y calcopirita presentan en la zona<br />
mineralizada (barrenos T-1 y T-4), un rango en el valor <strong>de</strong> <strong>de</strong>lta entre -1.7 y +0.9<br />
para la etapa I, <strong>de</strong> -0.5 y +1.6 para la etapa II y <strong>de</strong> +0.2 y +4.0 para la etapa III;<br />
mineralización en vetas en la vecindad <strong>de</strong>l bor<strong>de</strong> sur <strong>de</strong>l yacimiento (barreno T-3)<br />
presentan un intervalo <strong>de</strong> -0.8 a +1.9 (etapa II) y <strong>de</strong> +0.6 a +3.3 (etapa III) en el halo<br />
208
pirítico; en el bor<strong>de</strong> occi<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong>l cuerpo porfírico (barreno T-2), se tienen valores<br />
<strong>de</strong> +1.7 y +2.5 (etapa II) en el stockwork pirítico, <strong>de</strong> +0.2 a +1.1 (etapa II) en las<br />
rocas volcánicas circundantes y <strong>de</strong> -0.4 a +3.2 (etapa III) en el halo pirítico, también<br />
contenido en su mayor parte, en rocas volcánicas. El valor promedio para la δ 34 S <strong>de</strong><br />
pirita y calcopirita en Tiámaro es <strong>de</strong> ~ +1.5. Como pue<strong>de</strong> constatarse, este dato<br />
a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> todos los intervalos indicados en la δ <strong>de</strong> las diferentes etapas <strong>de</strong><br />
mineralización, evi<strong>de</strong>ncian una fuente magmática para el azufre y por en<strong>de</strong> <strong>de</strong>l<br />
cobre, conforme al rango consi<strong>de</strong>rado para este reservorio (Ohmoto y Rye, 1979).<br />
No obstante, se observa que hacia las zonas externas <strong>de</strong>l sistema, los valores <strong>de</strong> <strong>de</strong>lta<br />
se hacen más positivos hasta +4.0 en la zona <strong>de</strong> débil propilitización, lo que pue<strong>de</strong><br />
sugerir una cierta y cada vez mayor contribución <strong>de</strong> azufre marino, como<br />
consecuencia <strong>de</strong> la <strong>de</strong>clinación <strong>de</strong>l sistema magmático-hidrotermal.<br />
6.4. Isótopos <strong>de</strong> carbono y oxígeno (en los carbonatos).<br />
La isotopía <strong>de</strong>l carbono en la investigación <strong>de</strong> los yacimientos minerales ha tenido<br />
en general poca aplicación, ya que las ocurrencias <strong>de</strong> los carbonatos están<br />
predominantemente restringida a los <strong>de</strong>pósitos <strong>de</strong> sulfuros. Los carbonatos en estos<br />
yacimientos, normalmente se presentan en una o dos fases y con mucha frecuencia<br />
son fases más tardías que los sulfuros; a<strong>de</strong>más, ambos tipos <strong>de</strong> minerales se<br />
pudieron haber originado <strong>de</strong> fluidos <strong>de</strong> fuentes distintas. La abundancia <strong>de</strong> 13 C en<br />
distintos ambientes geológicos y yacimientos hidrotermales se muestra en la figura<br />
131.<br />
Figura 131. Distribuciones <strong>de</strong> la δ 13 C en los diversos ambientes geológicos y yacimientos hidrotermales (<strong>de</strong> Field y Fifarek,<br />
1985).<br />
209
Fuente <strong>de</strong>l carbono.<br />
Las relaciones experimentales sobre la solubilidad <strong>de</strong>l CO2 en fusiones basálticas<br />
comprueban que los iones CO3 2- comúnmente enlazados con cationes <strong>de</strong> Mg, Ca y<br />
Na, constituyen las fases predominantes <strong>de</strong> carbono en las fusiones silicatadas.<br />
Asimismo, los datos químicos e isotópicos evi<strong>de</strong>ncian que mucho <strong>de</strong>l carbono<br />
inicial <strong>de</strong> los magmas basálticos ha sido <strong>de</strong>sgasificado como CO2, durante la<br />
formación <strong>de</strong> la corteza oceánica y la corteza superior. Los factores <strong>de</strong><br />
fraccionamiento en el equilibrio isotópico entre CO2 y una fusión silicatada varía<br />
entre +3‰ y ±1‰ (Ohmoto y Goldhaber, 1997). Asimismo, en los magmas tipo I,<br />
el CO2 constituye la principal fase acuosa <strong>de</strong> carbono. El factor <strong>de</strong> fraccionamiento<br />
entre CO2 gas y los carbonatos en una fusión silicatada es <strong>de</strong> aproximadamente 3‰,<br />
por lo que los valores <strong>de</strong> la δ 13 CΣC <strong>de</strong> los fluidos magmáticos que se generan <strong>de</strong><br />
estos magmas es <strong>de</strong> alre<strong>de</strong>dor 3‰ más alto que el <strong>de</strong> las rocas ígneas coexistentes.<br />
En los yacimientos hidrotermales, el carbono existe en los carbonatos <strong>de</strong> calcio,<br />
fierro y magnesio, así como en el CO2 y CH4 en las inclusiones fluidas. El carbono<br />
en los fluidos hidrotermales pue<strong>de</strong> provenir principalmente, <strong>de</strong> los carbonatos<br />
marinos cuya δ 13 C es aproximadamente 0‰, <strong>de</strong> los magmas profundos con una δ 13 C<br />
≈ -7‰ y <strong>de</strong> fuentes orgánicas (δ 13 C ≈ -25‰). La concentración <strong>de</strong> las diversas<br />
especies <strong>de</strong> carbono en una solución hidrotermal, <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la temperatura,<br />
fugacidad <strong>de</strong>l oxígeno, pH y <strong>de</strong> la fuerza iónica <strong>de</strong>l fluido (Ohmoto y Goldhaber,<br />
1997). Es evi<strong>de</strong>nte que pequeños cambios en las proporciones <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong><br />
carbono en solución provocarán cambios en su composición isotópica y en la <strong>de</strong> los<br />
carbonatos precipitados, es <strong>de</strong>cir, la composición isotópica <strong>de</strong>l carbono en los<br />
carbonatos <strong>de</strong> origen hidrotermal estará en función <strong>de</strong> la δ 13 C <strong>de</strong>l carbono total en el<br />
fluido (ΣC).<br />
Las composiciones isotópicas <strong>de</strong>l carbono en la corteza terrestre y el manto superior<br />
muestran intervalos verda<strong>de</strong>ramente distintivos. El carbono mantálico tiene valores<br />
en la δ 13 CVPDB que varían <strong>de</strong> -5 a -10 ‰; este valor muestra empobrecimiento con<br />
respecto a los carbonatos <strong>de</strong> origen marino, los que tienen valores <strong>de</strong> -3 a +3 ‰. Sin<br />
embargo, ambos carbonos (magmático y marino) están significativamente<br />
enriquecidos en 13 C con respecto a la materia orgánica, al igual que la contenida en<br />
rocas sedimentarias.<br />
Los rangos en la δ 13 CVPDB observados en las dos etapas <strong>de</strong> calcita sugieren un<br />
carbono <strong>de</strong> origen magmático, que están a<strong>de</strong>más muy <strong>de</strong> acuerdo con el intervalo <strong>de</strong><br />
los valores <strong>de</strong> la <strong>de</strong>lta 13 C, para la calcita hidrotermal generada en el ambiente<br />
porfírico (figura 132). El notorio empobrecimiento observado en la δ 13 C <strong>de</strong> la calcita<br />
tardía <strong>de</strong> la alteración propílica, así como su enriquecimiento en la δ 18 OVSMOW pue<strong>de</strong><br />
evi<strong>de</strong>nciar la introducción <strong>de</strong> carbono reducido por fluidos <strong>de</strong> origen externo que<br />
interactuaron con las rocas sedimentarias circundantes, condición que prevaleció<br />
como la consecuencia natural <strong>de</strong>l colapso térmico <strong>de</strong>l sistema.<br />
211
Figura 133. Rangos en los tenores <strong>de</strong> la δ 34 S <strong>de</strong> los sulfuros versus contenido <strong>de</strong> cobre en millones <strong>de</strong> toneladas (Mt), en<br />
importantes pórfidos <strong>de</strong> cobre originados en diversos ambientes geológicos y en distintas épocas metalogénicas. Los<br />
yacimientos son: Bingham (Bt) en Utah con 30.1 Mt <strong>de</strong> Cu; Butte (Bt) en Montana con 17.7 Mt ; El Salvador (El-Sv) en Chile<br />
con 12.21 Mt; Chino (Ch) en Nuevo México con 8.72 Mt; Yerington (Yr) en Nevada con 6.67 Mt; Bisbee (Bis) en Arizona<br />
con 5.58 Mt; Lepanto Far Southeast (Lp) en Filipinas con 5.48 Mt; Ajo (Aj) en Arizona con 4.28 Mt; Tiámaro con 3.75 Mt;<br />
Frieda River (Fr) en Papua, Nueva Guinea con 3.57 Mt; Valley Copper (VC) en Columbia Británica con 2.86 Mt; Panguna<br />
(Pang) en Papua, Nueva Guinea con 2.76 Mt; Tintic (Tin) en UTA con 1.65 Mt; Galore Creek (GC) en Columbia Británica<br />
con 1.20 Mt; Globe-Miami (GM) en Arizona con 1.06 Mt y Hillsboro (Hb) en Nuevo México con 0.21 Mt <strong>de</strong> Cu. (Modificado<br />
<strong>de</strong> Hattori y Keith, 2001; el tonelaje para Tiámaro fue obtenido <strong>de</strong> <strong>Garza</strong>-<strong>González</strong> et al., 2006).<br />
En general, se observa pequeña variación en los valores <strong>de</strong> δ 34 S <strong>de</strong> los sulfuros<br />
(pirita y calcopirita) para las etapas <strong>de</strong> mineralización, en don<strong>de</strong> fue posible obtener<br />
muestras para análisis isotópicos confiables. Sin embargo, acor<strong>de</strong> con el mo<strong>de</strong>lo<br />
centrado en la tonalita porfídica es manifiesta una correlación espacial entre la<br />
composición isotópica <strong>de</strong>l azufre y la distribución <strong>de</strong> las alteraciones hidrotermales.<br />
Así la <strong>de</strong>lta <strong>de</strong> la calcopirita es <strong>de</strong> 0.0 en la zona <strong>de</strong> alteración SCC que circunda a la<br />
tonalita pórfidica; el azufre en este mineral al igual que en la pirita se vuelve más<br />
pesado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la zona propílica mineralizada (cp = +0.2 y +0.7), hacia su límite<br />
externo (cp = +1.1 y +1.6; pi = +1.3 y +1.9), hasta la zona más externa con débil<br />
propilitización (pi = +4.0). En la zona externa <strong>de</strong> la alteración SCC, el<br />
comportamiento es similar, con valores en la <strong>de</strong>lta <strong>de</strong> la calcopirita <strong>de</strong> la etapa<br />
principal <strong>de</strong> la mineralización cuprífera <strong>de</strong> 0.0, -0.5, -0.1 y <strong>de</strong> -1.7 en la zona<br />
argílica <strong>de</strong> menor temperatura, con azufre <strong>de</strong> la pirita igualmente más ligero (+0.2);<br />
los valores <strong>de</strong> la <strong>de</strong>lta en calcopirita y pirita son más pesados hacia la superficie (cp<br />
= +0.6) y hacia las zonas externas (cp entre +0.7 y +1.7; pi = +0.3 y +1.4), para así<br />
tener un valor más pesado (+2.7) en la pirita <strong>de</strong> la zona argílica en la<br />
microgranodiorita. En las zonas argílica y cuarzo-sericítica, que bor<strong>de</strong>an la parte<br />
occi<strong>de</strong>ntal y el límite SE <strong>de</strong> la mineralización porfídica se comprueba asimismo, el<br />
carácter cada vez más pesado <strong>de</strong>l azufre con la profundidad (principalmente en la<br />
213
clorita → sericita → caolinita. Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la mineralización, la<br />
alteración SCC es la más importante y <strong>de</strong>fine un caparazón hidrolítico que cubre a la<br />
alteración potásica y posiblemente muestre a relativamente poca profundidad <strong>de</strong>l<br />
perfil <strong>de</strong>l terreno actual, una importante zona <strong>de</strong> traslape con esta alteración.<br />
La distribución espacio-temporal <strong>de</strong> las paragénesis <strong>de</strong> alteración-mineralización y<br />
la geoquímica <strong>de</strong> elementos mayores en las zonas <strong>de</strong> alteración hidrotermal, a<strong>de</strong>más<br />
<strong>de</strong> la cristaloquímica <strong>de</strong> las cloritas, indican que el sistema estuvo básicamente,<br />
sujeto al proceso <strong>de</strong> enfriamiento, con cierta dilución <strong>de</strong>l fluido magmático como<br />
consecuencia <strong>de</strong>l colapso <strong>de</strong>l sistema. La evolución térmica <strong>de</strong> dicho sistema explica<br />
en esencia, el proceso <strong>de</strong> mineralización porfírica; así pues, las principales fases <strong>de</strong><br />
cobre forman parte <strong>de</strong> las paragénesis reconocidas en las alteraciones SCC. Estos<br />
metalotectones revelan a<strong>de</strong>más, un sistema centrado en la tonalita porfídica y una<br />
trayectoria <strong>de</strong>l fluido mineralizante que estuvo inicialmente controlada por un flujo<br />
vertical <strong>de</strong> mayor temperatura relacionado a esta roca; asimismo, las direcciones <strong>de</strong>l<br />
flujo <strong>de</strong>l fluido hacia las zonas más someras y <strong>de</strong> menor temperatura, implicó el<br />
<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> un típico mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> circuito geotérmico convectivo, que le imprimen<br />
un carácter conservado al sistema tipo pórfido <strong>de</strong> cobre <strong>de</strong> Tiámaro.<br />
En el contexto <strong>de</strong>l enfriamiento progresivo <strong>de</strong> la solución hidrotermal, aunado a un<br />
<strong>de</strong>crecimiento <strong>de</strong>l pH se propusieron las evoluciones mineralógicas <strong>de</strong>ducidas <strong>de</strong> los<br />
estados temprano y retrógrado <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> alteración hidrotermal. La naturaleza y<br />
distribución <strong>de</strong> las alteraciones hipogénicas en el pórfido <strong>de</strong> cobre <strong>de</strong> Tiámaro,<br />
presentan gran similitud con el esquema <strong>de</strong> alteración y mineralización observado<br />
en las zonas superiores <strong>de</strong> los pórfidos cupríferos <strong>de</strong>l pacífico SW.<br />
En las rocas <strong>de</strong>l batolito <strong>de</strong> Tuzantla y en los intrusivos mineralizados <strong>de</strong> Tiámaro,<br />
se tienen conspicuas evi<strong>de</strong>ncias petrográficas, mineralógicas y geoquímicas, que<br />
revelan la exsolución <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el magma <strong>de</strong> enormes volúmenes <strong>de</strong> fluidos acuosos,<br />
directamente vinculados a los procesos resultantes <strong>de</strong>l transporte y <strong>de</strong>pósito <strong>de</strong><br />
cobre-oro. Las manifestaciones esenciales <strong>de</strong> estos mecanismos, correspon<strong>de</strong>n con<br />
el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las zonas <strong>de</strong> alteración hidrotermal, aunado al extenso traslape en<br />
espacio, <strong>de</strong> una etapa cuprífera <strong>de</strong> baja temperatura con la mineralización tipo<br />
pórfido. Las relaciones experimentales que relacionan la salinidad primigenia con la<br />
presión <strong>de</strong> cristalización <strong>de</strong>l magma, juntamente con el significado <strong>de</strong> los datos<br />
microtermométricos conducen a proponer la evolución <strong>de</strong> la salinidad <strong>de</strong>l sistema<br />
con el avance <strong>de</strong> la cristalización magmática; es <strong>de</strong>cir, el fluido magmáticohidrotermal<br />
experimentó el cambio en espacio-tiempo <strong>de</strong> una fase fluida hipersalina<br />
temprana, a una <strong>de</strong> baja salinidad y <strong>de</strong> menor temperatura.<br />
La mineralización tipo pórfido en Tiámaro se relaciona a la tonalita porfídica y a<br />
otras rocas hipabisales circundantes y cogenéticas. Muy probablemente, el ascenso<br />
<strong>de</strong> los fluidos exsueltos <strong>de</strong>l magma padre estuvo <strong>de</strong>terminado por un apófisis <strong>de</strong>l<br />
batolito <strong>de</strong> Tuzantla, cuya expresión somera lo constituye el sistema <strong>de</strong> diques y<br />
fracturas mineralizadas, filiación que es acor<strong>de</strong> con el mo<strong>de</strong>lo concéntrico <strong>de</strong><br />
alteración y mineralización en torno a la tonalita porfídica.<br />
El <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l brechamiento hasta el momento i<strong>de</strong>ntificado en las márgenes <strong>de</strong>l<br />
<strong>de</strong>pósito, constituye también la evi<strong>de</strong>ncia directa <strong>de</strong> rápida exsolución <strong>de</strong> volátiles,<br />
durante el retroceso <strong>de</strong>l límite dúctil-quebradizo, así como <strong>de</strong>l progreso en la<br />
218
Campa-Uranga, M.F., Iriondo, A., 2004. Significado <strong>de</strong> las dataciones cretácicas <strong>de</strong> los<br />
arcos volcánicos <strong>de</strong> Taxco, Taxco Viejo y Chapolapa, en la evolución <strong>de</strong> la plataforma<br />
<strong>de</strong> Guerrero-Morelos. IV Reunión Nacional <strong>de</strong> Ciencias <strong>de</strong> la Tierra. Sociedad<br />
Geológica Mexicana. Resumen-Cartel, p. 76.<br />
Campbell, I.H., Lesher, C.M., Coad, P., Franklin, J.M., Gorton, M.P., Thurston, P.C.,<br />
1984. Rare-earth element mobility in alteration pipes below massive Cu-Zn sulfi<strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>posit. Chemical Geology, v. 45, p. 181-202.<br />
Campbell, A. y Larson, P., 1998. Introduction to stable isotope applications in<br />
hydrothermal systems. En: Richards J. P. B., eds., Techniques in hydrothermal ore<br />
<strong>de</strong>posits geology. Reviews in Econ. Geol., v. 10, p. 173-193.<br />
Can<strong>de</strong>la, P.A. y Holland, H.D., 1984. The partitioning of copper and molyb<strong>de</strong>num<br />
between silicate melts and aqueous fluids. Geochimica et Cosmochimica Acta, v. 48, p.<br />
373-388.<br />
Can<strong>de</strong>la, P.A., 1986. Generalizated mathematical mo<strong>de</strong>ls for the fractional evolution of<br />
vapor from magmas in terrestrial planetary crusts. En: Advances in Physical<br />
Geochemistry 6. Chemistry and Physics of the Terrestrial Planets (Saxena, S.K., Ed.).<br />
Springer-Verlag, New York, p. 362-396.<br />
Can<strong>de</strong>la, P.A., 1989. Magmatic ore-forming fluids: Thermodynamics and mass transfer<br />
calculations of metal concentrations. En: Whitney, J.A., and Naldrett, A.J. (eds.). Ore<br />
<strong>de</strong>position associated with magmas. Reviews in Econ. Geol., v. 4, p. 203-221.<br />
Can<strong>de</strong>la, P.A., 1994. Combines chemical and physical mo<strong>de</strong>l for plutonic<br />
<strong>de</strong>volatilization: A non-Rayleigh fractionation algorithm. Geochimica et Cosmochimica<br />
Acta, v. 58, p. 2157-2167.<br />
Can<strong>de</strong>la, P.A. y Piccoli, P.M., 1995. Mo<strong>de</strong>l ore-metal partitioning from melts into vapor<br />
and vapor/brine mixtures. En: Thompson, J.F.H. (ed.). Magmas, Fluids and Ore<br />
Deposits. Mineralogical Association of Canada, Short Course, v. 23, p. 101-127.<br />
Car<strong>de</strong>llach, E., 2000. Geoquímica <strong>de</strong> los isótopos estables <strong>de</strong> C, O, H y S. Apuntes <strong>de</strong><br />
Yacimientos Minerales. Departamento <strong>de</strong> Geología, Universidad <strong>de</strong> Barcelona.<br />
Caritat, P.D., Hutcheon, I. y Walshe, J.L., 1993. Chlorite geothermometry: A review.<br />
Clay Miner., v. 41, p. 219-239.<br />
Casa<strong>de</strong>vall, T. y Ohmoto, H., 1977. Sunnysi<strong>de</strong> mine Eureka Mining District, San Juan<br />
County, Colorado: Geochemistry of gold and base metal ore formation in the volcanic<br />
environment. Econ. Geol., v. 72, p. 1285-1320.<br />
Castillo, P.R., Janney, P.E. y Solidum, R.U., 1999. Petrology and geochemistry of<br />
Camiguin Island, southern Philippines: insights to the source of adakites and other lavas<br />
in a complex arc setting. Contributions to Mineralogy and Petrology, v. 134, p. 33-51.<br />
225
<strong>Garza</strong>-<strong>González</strong>, V.C., <strong>González</strong>-Partida, E., Tritlla, J., Gilles, L., Arriaga-García, G.,<br />
Rosique-Naranjo, F., Medina-Ávila, J., Iriondo, A., Aguilar-Lovera, A., Zúñiga-<br />
Hernán<strong>de</strong>z, N., 2004. Evolución magmática en el pórfido <strong>de</strong> cobre <strong>de</strong> Tiámaro,<br />
Michoacán: evi<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong>l potencial Cu-Au en el sur <strong>de</strong> México. IV Reunión Nacional<br />
<strong>de</strong> Ciencias <strong>de</strong> la Tierra. Sociedad Geológica Mexicana (Juriquilla, Qro.). Resumen, p.<br />
191.<br />
<strong>Garza</strong>-<strong>González</strong>, V.C., <strong>González</strong>-Partida, E., Arriaga-García, G., Rosique-Naranjo, F.,<br />
Medina-Ávila, J.J., 2005. Investigación Metalogénica <strong>de</strong>l Pórfido <strong>de</strong> Cobre <strong>de</strong> Tiámaro:<br />
Mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> Alteración Hidrotermal, Evolución Termodinámica <strong>de</strong> Fluidos, Composición<br />
Isotópica <strong>de</strong> la Mena y Características Geoquímicas <strong>de</strong>l Magmatismo Asociado.<br />
Proyecto PAPIIT IN103703. Universidad Nacional Autónoma <strong>de</strong> México. (Inédito).<br />
<strong>Garza</strong>-<strong>González</strong>, V.C., Camprubí, A., <strong>González</strong>-Partida, E., Arriaga-García, G.,<br />
Rosique-Naranjo, F., 2006. Hidrotermal alteration and fluid inclusión study of the<br />
Lower Cretaceous porphyry Cu-Au <strong>de</strong>posit of Tiámaro, Michoacán, México. Journal of<br />
Geochemical Exploration, v. 89, p.124-128.<br />
George, R., Turner, S., Hawkesworth, Ch., Morris, J., Nye, Ch., Ryan, J. y Zheng, S.H.,<br />
2003. Melting processes and fluid and sediment transport rates along the Alaska-<br />
Aleutian arc from an integrated U-Th-Ra-Be isotope study. Journal of Geophysical<br />
research, v. 108, No. B5, p. 6-1 a 6-25.<br />
Giggenbach, W.F., 1984. Mass transfer in hydrothermal alteration systems. Geochim.<br />
Cosmochim. Acta, v. 48, p. 2693-2711.<br />
_________________1992a. Magma <strong>de</strong>gassing and mineral <strong>de</strong>position in hydrothermal<br />
systems along convergent plate boundaries. Econ. Geol., v. 87, p. 1927-1944.<br />
_________________1992b. Isotopics shifts in waters from geothermal and volcanic<br />
systems along convergent plate boundaries and their origin. Earth and Planetary Science<br />
Letters, v. 113, p. 495-510.<br />
__________________1995. Composition of magmatic components in hydrothermal<br />
fluids. En: Magmas, Fluids, and Ore Deposits. J. F. H. Thompson ed., Mineralogical<br />
Association of Canada, Short Course, v. 23, p. 247-261.<br />
__________________1997. The origin and evolution of fluids in magmatichydrothermal<br />
systems. En: Barnes H. L. (Ed.), Geochemistry of Hidrothermal Ore<br />
Deposits. Wiley, New York, p. 737-796.<br />
Gill, J.B., 1981. Orogenic An<strong>de</strong>sites and Plate Tectonics. Springer, New York, 390 p.<br />
Ginibre, C., Wörner, G. y Kronz, A., 2002. Minor- and trace-element zoning in<br />
plagioclase: implications for magma chamber processes at Parinacota volcano, northern<br />
Chile. Contributions to Mineralogy and Petrology, v. 143, p. 300-315.<br />
232
Harris A. C. y Golding S. D., 2002. New evi<strong>de</strong>nce of magmatic-fluid-related phyllic<br />
alteration: implications for the genesis of porphyry Cu <strong>de</strong>posits. Geology, v. 30, No. 4,<br />
p. 335-338.<br />
Harris, A.C., Kamenetsky, V.S., White, N.C., Achterbergh, E., Ryan, Ch.G., 2003. Melt<br />
inclusions in veins: linking magmas and porphyry Cu <strong>de</strong>posits. Science, v. 302, p. 2109-<br />
2111.<br />
Haschke, M. y Ben-Avraham, Z., 2001. Repeated crustal thickening and igneous<br />
recycling during the An<strong>de</strong>an Orogeny. AGU Fall Meeting. Abstract, 1 p.<br />
Haschke, M. y Ben-Avraham, Z., 2003. Adakites along oceanic transforms? European<br />
Geophysycal Society. Geophysical Research Abstracts, v. 5, 06789.<br />
Hass, J.L., Jr., 1971. The effect of salinity on the maximum thermal gradient of a<br />
hydrothermal system at hydrostatic pressure. Econ. Geol., v. 66, p. 940-946.<br />
Hattori, K.H., 1993. High/sulfur magma, a product of fluid discharge from un<strong>de</strong>rlying<br />
mafic magma: evi<strong>de</strong>nce from Mount Pinatubo, Philipines. Geology, v. 21, p. 1083-<br />
1086.<br />
Hattori, K.H. y Keith, J.D., 2001. Contribution of mafic melt to porphyry copper<br />
mineralization: evi<strong>de</strong>nce from Mount Pinatubo, Philippines, and Bingham Canyon,<br />
Utah, USA. Mineralium Deposita, v. 36, p. 799-806.<br />
He<strong>de</strong>nquist, J. W., 1995. The ascent of magmatic fluid: discharge versus mineralization.<br />
En: Thompson J. F. H., (Ed.). Magmas, Fluids, and Ore <strong>de</strong>posits. Mineralogical<br />
Association of Canada, Short Course, v. 23, p. 263-289.<br />
He<strong>de</strong>nquist, J. W., Simmons, S. F., Giggenbach, W. F. y Eldridge, C. S., 1993. White<br />
Island New Zealand, volcanic-hydrothermal system represents the geochemical<br />
environment of high-sulfidation Cu and Au ore <strong>de</strong>position. Geology, v. 21, p. 731-734.<br />
He<strong>de</strong>nquist, J. W. y Lowenstern, J. B., 1994. The role of magmas in the formation of<br />
hidrotermal ore <strong>de</strong>posits. Nature, v. 370, p. 519-527.<br />
He<strong>de</strong>nquist, J.W., Aoki, M. y Shinohara, H., 1994. Flux of volatiles and ore-forming<br />
metals from the magmatic-hydriothermal system of Satsuma Iwojima volcano. Geology,<br />
v. 22, p. 585-588.<br />
He<strong>de</strong>nquist, J.W. y Shinohara, H., 1997. K/silicate to sericite/stage transition in<br />
porphyry Cu <strong>de</strong>posits: collapse of magmatic pluma, or overprint by meteoric water?<br />
(Abs.). Geological Society of America, Abstracts with Programs, v. 29, p. A-359.<br />
He<strong>de</strong>nquist, J. W. y Richards J. P., 1998. The influence of geochemical techniques at<br />
the <strong>de</strong>velopment of genetic mo<strong>de</strong>ls for porphyry copper <strong>de</strong>posits. En: Richards J. P. y<br />
Larsen P. B. (Eds.). Techniques in hidrotermal ore <strong>de</strong>posits geology. Reviews in<br />
Economic Geology, v. 10, Cap. 10, p. 235-256.<br />
234
He<strong>de</strong>nquist, J., Arribas, A., Jr. y Reynolds, J., 1998. Evolution of an intrusion-centered<br />
hydrothermal system: Far Southeast-Lepanto porphyry and epithermal Cu-Au <strong>de</strong>posits,<br />
Philippines. Econ. Geol., v. 93, p. 373-404.<br />
Heinrich, C.A., Ryan, C.G., Mernagh, T.P. y Eadington, P.J., 1992. Segregation of ore<br />
metals between magmatic brine and vapor: A fluid inclusión study using PIXE<br />
microanálisis. Econ. Geol., v. 87, p. 1566-1583.<br />
Heinrich, C. A., Günther, D., Audétat, A., Ulrich, T. y Frischknecht, R., 1999. Metal<br />
fractionation between magmatic brine and vapor <strong>de</strong>termined by microanalysis of fluid<br />
inclusions. Geology, v. 27, No. 8, p. 755-758.<br />
Heinrich, C. A., Driesner, T., Stefánsson, A. y Seward, T. M., 2004. Magmatic vapor<br />
contraction and the transport of gold from the porphyry environment to epithermal ore<br />
<strong>de</strong>posits. Geology, v. 32, p. 761-764.<br />
Hemley, J.J., 1959. Some mineralogical equilibria in the system K2O-Al2O3-SiO2-H2O.<br />
American Journal of Science, v. 257, p. 241-270.<br />
Hemley, J. J. y Jones, W. R., 1964. Chemical aspects of hidrotermal alteration with<br />
emphasis on hydrogen metasomatism. Econ. Geol., v. 59, p. 538-569.<br />
Hemley, J. J., Montoya, J. W., Marinenko, J. W. y Luce, R. W., 1980. Equilibria in the<br />
sistema Al2O3-SiO2-H2O and some general implications for alteration/mineralization<br />
proceses. Econ. Geol., v. 75, p. 210-228.<br />
Hemley, J.J. y Hunt, J.P., 1992a. Hydrothermal ore-forming processes in the light of<br />
studies in rock-buffered systems: I. Iron-copper-zinc-lead sulfi<strong>de</strong> solubility relations.<br />
Econ. Geol., v. 87, p. 1-22.<br />
Hemley, J.J. y Hunt, J.P., 1992b. Hydrothermal ore-forming processes in the light of<br />
studies in rock-buffered systems: II. Some general geologic applications. Econ. Geol., v.<br />
87, p. 23-43.<br />
Henley, R. W. y McNabb, A., 1978. Magmatic vapor plumes and ground-water<br />
interaction in porphyry copper emplacement. Econ. Geol., v. 73, p. 1-20.<br />
Hezarkhani, A. y Williams-Jones, A.E., 1998. Controls of alteration and mineralization<br />
in the Sungun porphyry copper <strong>de</strong>posit, Iran: evi<strong>de</strong>nce from fluid inclusions and stable<br />
isotopes. Econ. Geol., v. 93, p. 651-670.<br />
Hezarkhani, A., Williams-Jones, A.E., Gammons, C.H., 1999. Factors controlling<br />
copper solubility and chalcopyrite <strong>de</strong>position in the Sungun porphyry copper <strong>de</strong>posit,<br />
Iran. Mineralium Deposita, v. 34, p. 770-783.<br />
Hey, M.H., 1954. A new review of the chlorites. Mineral Magmatic, v. 30, p. 277-292.<br />
Hillier, S. y Vel<strong>de</strong>, B., 1991. Octahedral occupancy and the chemical composition of<br />
diagenetic (low-temperature) chlorites. Clay Miner., v. 26, p. 149-168.<br />
235
Hine, R. y Mason, D.R., 1978. Intrusive rocks associated with porphyry copper<br />
mineralization, New Britain, Papua New Guinea. Econ. Geol., v. 73, p. 749-760.<br />
Hirose, K., 1997. Melting experiments on lherzolite KLB-1 un<strong>de</strong>r hydrous conditions<br />
and generation of high-magnesian an<strong>de</strong>sitic melts. Geology, v. 25 (1), p. 42-44.<br />
Hoefs, J., 1997. Stable Isotope Geochemistry. Berlin, Springer-Verlag, 201 p.<br />
Hofmann, A.W. 1988. Chemical differentiation of the Earth: the relationships between<br />
mantle, continental crust and oceanic crust. Earth Planet. Sci. Let., v. 90, p. 297-314.<br />
Hofmann, A.W., 1997. Mantle geochemistry: the message from oceanic volcanism.<br />
Nature, v. 385, p. 219-229.<br />
Horita, J. y Wesolowski, D., 1994. Liquid-vapor fractionation of oxygen and hydrogen<br />
isotopes of water from the freezing to the critical temperature. Geochimica et<br />
Cosmochimica Acta, v. 58, p. 3425-3437.<br />
Horita, J., Cole, D.R. y Weslowski, D.J., 1995. The activity-composition relationship of<br />
oxygen and hydrogen isotopes in aqueous salt solutions: III. Vapor-liquid water<br />
eequilibration of NaCl solutions to 350º C. Geochimica et Cosmochimica Acta, v. 59,<br />
p. 1139-1151.<br />
Hunt, J., 1991. Porphyry copper <strong>de</strong>posits. Econ. Geol. Monograph 8. p. 192-206.<br />
Huppert, H.E., Sparks, R.S. Turner, J.S., 1982. Effects of volatiles on mixing in calcalkaline<br />
magma systems. Nature, v. 297, p. 554-557.<br />
Iriondo, A., Kunk, M.J., Winick, J.A. y Consejo <strong>de</strong> Recursos Minerales, 2003. 40 Ar/ 39 Ar<br />
dating studies of minerals and rocks in various areas in Mexico. USGS/CRM Scientific<br />
Collaboration (Part I). U.S. Geological Survey Open File Report, OF-03-020, 79 p.<br />
Iriondo, A., Kunk, M.J., Inc., J.A. y Consejo <strong>de</strong> Recursos Minerales, 2004. 40 Ar/ 39 Ar<br />
dating studies of minerals and rocks in various areas in Mexico. USGS/CRM Scientific<br />
Collaboration (Part II). U.S. Geological Survey Open File Report, OF-04-1444, 46 p.<br />
Ishihara, S., 1977. The magnetite-series and ilmenite-series granitic rocks. Mining<br />
Geology, v.27, p. 293-305.<br />
Ishihara, S., 1981. The granitoid series and mineralization. Econ. Geol. 75 th<br />
Anniversary. p. 458-484.<br />
Ishihara, S. y Sasaki, A., 1989. Sulfur isotopic ratios of the magnetite-series and<br />
ilmenite-series granitoids of the Sierra Nevada batholith- a reconnaissance study.<br />
Geology, v. 17, p. 788-791.<br />
Ishikawa, Y., Sawaguchi, T., Iwaya, S. y Horiuchi, M., 1976. Delineation of<br />
prospecting targets for Kuroko <strong>de</strong>posits based on mo<strong>de</strong>ls of volcanism of un<strong>de</strong>rlying<br />
dacite and alteration halos. Minning Geology, v. 26, p. 105-117.<br />
236
Lattanzi P., 1991. Applications of fluid inclusions in the study and exploration of<br />
mineral <strong>de</strong>posits. Eur. Jour. Mineral, v. 3, p. 689-701.<br />
Lickfold V., Cooke D. R., Smith S. G. y Ullrich T. D, 2003. En<strong>de</strong>avour copper-gold<br />
porphyry <strong>de</strong>posits, Northparkes, New South Wales: intrusive history and fluid<br />
evolution. Econ. Geol., v. 98, p. 1607-1636.<br />
Li-Jun L., Jiann-Neng F., Huann-Jih L., Sheng-Rong S., Chi-Yu L., Yaw-Lin Ch. I-<br />
Chien L., Huei-Fen Ch. y Ya-Jiun L., 2002. Processes of hidrotermal alteration of<br />
an<strong>de</strong>site. Western Pacific Earth Sciences, v. 2, p. 319-330.<br />
Lowell, J. D. y Guilbert, J. M., 1970. Lateral and vertical alteration-mineralization<br />
zoning in porphyry copper ore <strong>de</strong>posits. Econ. Geol., v. 65, p. 373-408.<br />
Lowell, J.D., 1991a. How Kalamazoo was found. En: Hollister, V., (Ed.). Case histories<br />
of mineral discoveries. Porphyry copper, molyb<strong>de</strong>num, and gold <strong>de</strong>posits, volcanogenic<br />
<strong>de</strong>posits and <strong>de</strong>posits in layered rock. Colorado Society of Mining, Metallurgy and<br />
Exploration, v. 3, p. 33.<br />
Lowell, J.D., 1991b. The discovery of the La Escondida orebody. Econ. Geol.,<br />
Monograph No. 8, p. 286-288.<br />
Lowenstern, J.B., 1994. Dissolved volatile concentrations in an ore-forming magma.<br />
Geology, v. 22, p. 893-896.<br />
Lowenstern, J.B., 1995. Applications of silicate-melt inclusions to the study of<br />
magmatic volatiles. En: Thompson, J.F.H. (Ed.). Magmas, Fluids, and Ore Deposits.<br />
Mineralogical Association of Canada, Short Course, v. 23, p. 71-99.<br />
Lowenstern, J.B., Mahood, G.A., Rivers, M.L. y Sutton, S.R., 1991. Evi<strong>de</strong>nce for<br />
extreme partitioning of copper into a magmatic vapor phase. Science, v. 252, p. 1405-<br />
1409.<br />
Ludwig, K.L., 2001. SQUID, version 1.02. A User's Manual: Berkeley Geochronology<br />
Center, Special Publication, No. 2, 17 p.<br />
Ludwig, K.L., 2003. ISOPLOT, version 3.00. A Geochronological Toolkit for<br />
Microsoft Excel: Berkeley Geochronology Center, Special Publication, No. 4, 70 p.<br />
MacLean, W.H. y Kranidiotis, P., 1987. Immobile elements as monitors of mass<br />
transfer in hidrotermal alteration: Phelps Dodge massive sulfi<strong>de</strong> <strong>de</strong>posit, Matagami,<br />
Québec. Econ. Geol., v. 82, p. 951-962.<br />
MacLean, W.H., 1988. Rare earth elements mobility at constant inter-REE ratios in the<br />
alteration zone at the Phelps Dodge massive sulfi<strong>de</strong> <strong>de</strong>posit, Matagami, Québec.<br />
Mineralium Deposita, v. 23, p. 231-238.<br />
Macpherson, C.G. y Hall, R., 1999. Tectonic controls of geochemical evolution in arc<br />
magmatism of SE Asia. Proceedings 4 th PACRIM Congress, Australian Institute of<br />
Mining and Metallurgy, p. 359-368.<br />
240
Mangas J. y Sierra J, 2000. Apuntes <strong>de</strong> Yacimientos Minerales. En Lunar R. y Oyarzun<br />
R. Universidad <strong>de</strong> Barcelona, p. 80-145.<br />
Marsh, T.M., Einaudi, M.T. y McWilliams, M.O., 1997. 40 Ar/ 39 Ar geochronology of<br />
Cu-Au and Au-Ag mineralization in the Potrerillos District, Chile. Econ. Geol., v. 92, p.<br />
784-806.<br />
Marshall D. J., 1988. Cathodoluminiscence of Geological Materials. Unwin Hyman,<br />
London, 146 p.<br />
Martin, H., 1999. Adakitic magmas: mo<strong>de</strong>rn analogues of Archaean granitoids. Lithos,<br />
v. 46, p. 411-429.<br />
Martin, H., 2003. Secular changes in TTG composition: comparison with mo<strong>de</strong>rn<br />
adakites. Geophysical Research Abstracts, v. 5, 02673. European Geophysical Society.<br />
Mason, D.R. y MacDonald, J.A., 1978. Intrusive rocks and porphyry copper<br />
occurrences at the Papua New Guinea. Solomon Island region: A reconnaissance study.<br />
Econ. Geol., v. 73, p. 857-877.<br />
Masterman, G.J., Cooke, D.R., Berry, R.F., Clark, A.H., Archibald, D.A., Mathur, R.,<br />
Walsie, J.L. y Durán, M., 2004. 40 Ar/ 39 Ar and Re-Os geochronology of porphyry<br />
copper-molyb<strong>de</strong>num <strong>de</strong>posits and related copper-silver veins in the Collahuasi District,<br />
northern Chile. Econ. Geol., v. 99, p. 673-690.<br />
Maughan, D.T., Keith, J.D., Christiansen, E.H., Pulsipher, T., Hattori, K. y Evans, N.J.,<br />
2002. Contributions from mafic alkaline magmas to the Bingham potphyry Cu-Au-Mo<br />
<strong>de</strong>posit, Utah, USA. Mineralium Deposita, v. 37, p. 14-37.<br />
Maury, R.C., Defant, M.J. y Joron, J.L., 1992. Metasomatism of the sub-arc mantle<br />
inferred from trace elements in Philippine xenoliths. Nature, v. 360, p. 661-663.<br />
Maury R. C., Sajona F. G., Pubellier M., Bellon H. y Defant M. J., 1996. Fusion <strong>de</strong> la<br />
croute oceanique dans les zone <strong>de</strong> subduction/collision récentes : l’exemple <strong>de</strong><br />
Mindanao (Philippines). Bulletin <strong>de</strong> la Societé Geólogique <strong>de</strong> France 167 (5), p. 579-<br />
595.<br />
Mavrogenes J. A. y Bodnar R. J., 1994. Hydrogen movement into and out of fluid<br />
inclusión in quartz; experimental evi<strong>de</strong>nce and geologic implications. Geochim.<br />
Cosmochim. Acta, v. 58, p. 141-148.<br />
Mavrogenes, J.A. y O’Neill, H.S., 1999. The relative effects of pressure, temperature<br />
and oxygen fugacity on the solubility of sulfi<strong>de</strong> in mafic magmas. Geochimica et<br />
Cosmochimica Acta, v. 63, p. 1173-1180.<br />
Mavrogenes J. A., Berry J. A., Newville M. y Sutton R. S., 2002. Copper speciation in<br />
vapor-phase fluid inclusions from the Mole Granite, Australia. American Mineralogist,<br />
v. 87, p. 1360-1364.<br />
241
Pallister, J.S., Hoblitt, R.P., Reyes, A.G., 1992. A basalt trigger for the 1991 eruptions<br />
of Pinatubo volcano? Nature, v. 356, p. 426-428.<br />
Pantoja, A.J., 1959. Estudio Geológico <strong>de</strong> Reconocimiento <strong>de</strong> la Región <strong>de</strong> Huetamo,<br />
Estado <strong>de</strong> Michoacán. Boletín <strong>de</strong>l Consejo <strong>de</strong> Recursos Naturales No Renovables, No.<br />
50, 36 p.<br />
Pardo, M. y Suárez, G., 1995. Shape of the subducted Rivera and Cocos plates in<br />
southern Mexico: Seismic and tectonic implications. Journal of Geophysical Research,<br />
v. 100, No. B7, p. 12,357-12,373.<br />
Pasteris, J.D., 1996. Mount Pinatubo volcano and “negative” porphyry copper <strong>de</strong>posits.<br />
Geology, v. 24, No. 12, p. 1075-1078.<br />
Peacock, S.M., Rushmer, T. y Thompson, A.B., 1994. Partial melting of subducting<br />
oceanic crust. Earth and Planetary Science Letters, v. 121, p. 227-244.<br />
Peacock, S.M., 2000. Thermal structure and metamorphic evolution of subducting slabs.<br />
Subduction Factory TEI, 9 p.<br />
Pearce, J.A. 1983. The role of sub-continental lithosphere in magma genesis at<br />
<strong>de</strong>structive plate margins. En: Hawkesworth, C.J., Norry, M.J. (Eds.), Continental<br />
Basalts and Mantle Xenoliths. Shiva, Nantwich, p. 230-249.<br />
Pearce, J.A. y Parkinson, I.J., 1993. Trace element mo<strong>de</strong>ls for mantle melting:<br />
application to volcanic arc petrogenesis. En: Prichard H.M., Alabaster T., Harris NBW,<br />
Neary CR (eds.). Magmatic processes and plate tectonics. Geol. Soc. London, Spec.<br />
Pub. No. 76, p. 373-403.<br />
Pearce, J.A. y Peate, D.W., 1995. Tectonic implications of the composition of volcanic<br />
arc magmas. Annual Review Earth and Planetary Science, No. 23, p. 251-285.<br />
Pearce, J., Kempton, P. y Nowell, G., 2000. The origin of HFSE anomalies in<br />
subduction zone magmas: evi<strong>de</strong>nce from Hf-Nd isotope and element covariations.<br />
Journal of Conference Abstracts, v. 5(2), 775. Cambridge Pub.<br />
Peccerillo, A. y Taylor, S.R. 1976. Geochemistry of Eocene calc-alkaline volcanic rocks<br />
from the Kastamonu area, northern Turkey. Contributions to Mineralogy and Petrology,<br />
v. 58, p. 63-81.<br />
Percival, J.A., Stern, R. y Rayner, N., 2003. Archean adakites from the Ashuanipi<br />
complex, eastern Superior Province, Canada: geochemistry, geochronology and tectonic<br />
significance. Contributions to Mineralogy and Petrology, v. 145, p. 265-280.<br />
Perelló J., Carlotto V., Zárate A., Ramos P., Posso H., Neyra C., Caballero A., Fuster N.<br />
y Muhr R., 2003. Porphyry-style alteration and mineralization of the middle Eocene to<br />
early Oligocene Andahuaylas-Yauri belt, Cuzco Region, Peru. Econ. Geol., v. 98, p.<br />
1575-1605.<br />
245
Perny B., Eberhardt P., Ramseyer K., Mullis J. Pankrath R., 1992. Microdistribution of<br />
Al, Li and Na in α-quartz: possible causes and correlation with short-lived<br />
cathodoluminiscence. Am. Mineral., v. 77, p. 534-544.<br />
Pierce, F.W. y Bolm, J.G., (Ed.), 1995. Porphyry copper <strong>de</strong>posits of the American<br />
Cordillera. Arizona Geological Society Digest, v. 20, 656 p.<br />
Pitzer, K.S. y Palaban, R.T., 1986. Thermodynamics of NaCl in steam. Geochimica et<br />
Cosmochimica Acta, v. 50, p. 1445-1454.<br />
Polat, A. y Kerrich, R., 2002. Nd-isotope systematics of ~2.7 Ga adakites, magnesian<br />
an<strong>de</strong>sites, and arc basalts, Superior Province: evi<strong>de</strong>nce for shallow crustal recycling at<br />
Archean subduction zones. Earth and Planetary Science Letters, v. 202, p. 345-360.<br />
Polvé, M., Maury, R.C. y Joron, J.L., 2003. Slab melting and the origin of gold in Au<br />
and Au-Cu <strong>de</strong>posits: geochemical clues from recent adakites. Geophysical Research<br />
Abstracts, v. 5, 12068.<br />
Proffett, J. M., 2003. Geology of the Bajo <strong>de</strong> la Alumbrera porphyry copper-gold<br />
<strong>de</strong>posit, Argentina. Econ. Geol., v. 98, p. 1535-1574.<br />
Prouteau, G., Scaillet, B., Pichavant, M. y Maury, R.C., 1999. Fluid-present melting of<br />
ocean crust in subduction zones. Geology, v. 27, No. 12, p. 1111-1114.<br />
Prouteau, G., Scaillet, B., Pichavant, M. y Maury, R., 2001. Evi<strong>de</strong>nce for mantle<br />
metasomatism by hydrous silicic melts <strong>de</strong>rived from subducted oceanic crust. Nature, v.<br />
410, p. 197-200.<br />
Rabbia, O.M. Hernán<strong>de</strong>z, L.B., King, R.W. y López-Escobar, L., 2002. Discussion on<br />
“Giant versus small porphyry copper <strong>de</strong>posits of Cenozoic age in northern Chile:<br />
adakitic versus normal calc-alkaline magmatism” by Oyarzum et. al. (Mineralium<br />
Deposita 36:794-798, 2001). Mineralium Deposita, v. 37, p. 791-794.<br />
Ramos, V.A., 2002. El magmatismo Neógeno <strong>de</strong> la Cordillera Patagónica. Actas <strong>de</strong>l<br />
XV Congreso Geológico Argentino (El Calafate, 2002). Geología y Recursos Naturales<br />
<strong>de</strong> Santa Cruz- M.J. Haller (Editor), Relatorio, 1-12:1-13.<br />
Ranero, C.R. y Huene, R.V., 2000. Subduction erosion along the Middle America<br />
convergent margin. Nature, v. 404, p. 748-752.<br />
Rapp, R.P., Watson, E.B. y Miller, C.F., 1991. Partial melting of amphibolite/eclogite<br />
and the origin of Archean trondhjemites and tonalities. Precambrian res., 51, p. 1-25.<br />
Rapp, R.P., 1995. Amphibole-out phase boundary in partially melted metabasalt, its<br />
control over liquid fraction and composition, and source permeability. Journal of<br />
Geophysical Research, v. 100, p. 15601-15610.<br />
Rapp, R.P. y Watson, E.B., 1995. Dehydration melting of metabasalt at 8-32 kbar:<br />
implications for continental growth and crust-mantle recycling. Journal of Petrology, v.<br />
36, p. 891-931.<br />
246
Stevenson, J., Daczko, N., Clarke, G. Pearson, N. y Klepeis, K., 2003. Direct<br />
observation of adakite melts generated in the lower continental crust, Fiordland, New<br />
Zealand. EGS – AGU – EUG Joint Assembly, Abstracts from the meeting held in Nice,<br />
France, abstract No. 1746.<br />
Stevens-Kalceff, M. A. y Phillips, M. R., 1995. Cathodoluminiscence<br />
microcharacterization of the structure of quartz. Phys. Rev. B 52-5, p. 3122-3134.<br />
Stern, C. R., Killian, R., 1996. Role of the subducted slab, mantle wedge and<br />
continental crust in the generation of adakites from the Austral Volcanic Zone. Contrib.<br />
Miner. Petrol., v. 123, p. 263-281.<br />
Stoessell, R.K., 1984. Regular solution site-mixing mo<strong>de</strong>l for chlorites clays. Clay<br />
Mineralogy, v. 32, p. 205-212.<br />
Stoffregen, R., 1987. Genesis of acid-sulfate alteration and Au-Cu mineralization at<br />
Summitville, Colorado. Econ. Geol., v. 82, p. 1575-1591.<br />
Sun, S.S. y McDonough, W.F., 1989. Chemical and isotopic systematics of oceanic<br />
basalts: implications for mantle composition and processes. En: Saun<strong>de</strong>rs, A.D., Norry,<br />
M.J. (Eds.). Magmatism in Ocean Basins. Geological Society of London, Special<br />
Publication, v. 42, p. 313-345.<br />
Suzuoki, T. y Epstein, S., 1976. Hydrogen isotope fractionation between OH-bearing<br />
minerals and water. Geochimica et Cosmochimica Acta, v. 40, p. 1229-1240.<br />
Sverjensky, D. A., Hemley, J. J. y D’Angelo, W. M., 1991. Thermodynamic assesment<br />
of hidrotermal álcali feldspar-mica-aluminosilicate equilibra. Geochim. Cosmochim.<br />
Acta, v. 55, p. 989-1004.<br />
Svetov, S.A., 2003. New data on geochemistry of the ol<strong>de</strong>st (2.95-3.05 Ga) an<strong>de</strong>site<br />
association in eastern Fennoscandia. Doklady Earth Sciences, v. 389, No. 2, p. 195-198.<br />
Swin<strong>de</strong>n, H.S., Jenner, G.A., Fryer, B.J., Hertogen, J., Roddick, J.C. 1990. Petrogenesis<br />
and paleotectonic history of the Wild Bight Group, an Ordovician rifted island arc in<br />
central Newfoundland. Contributions to Mineralogy and Petrology, v. 105, p. 219-241.<br />
Takagi, T. y Tsukimura, K., 1997. Genesis of oxidized- and reduced- type granites.<br />
Econ. Geol., v. 92, p. 81-86.<br />
Talavera-Mendoza, O., Ramírez-Espinosa, J., Guerrero-Suástegui, M., 1993.<br />
Geochemical evolution of the Guerrero terrane-example of a late Mesozoic multi-arc<br />
system. En: 1 st Circum-Pacific and Circum-Atlantic Terrane Conference (Guanajuato,<br />
México), Proceedings, p. 150-152. Instituto <strong>de</strong> Geología. Universidad Nacional<br />
Autónoma <strong>de</strong> México.<br />
Talavera-Mendoza, O., Ramírez-Espinosa, J., Guerrero-Suástegui, M., 1995. Petrology<br />
and geochemistry of the Teloloapan subterrane: a lower Cretaceous evolved intraoceanic<br />
island-arc. Geofísica Internacional, v. 34, p. 3-22.<br />
253
Talavera-Mendoza, O. y Guerrero-Suástegui, M., 2000. Geochemistry and isotopic<br />
composition of the Guerrero Terrane (western Mexico): implications for the tectonomagmatic<br />
evolution of southwestern North America during the Late Mesozoic. Journal<br />
of South American Earth Sciences, v. 13, p. 297-324.<br />
Tardy, M., Lapierre, H., Freydier, C., Coulon, C., Gill, J.B., Mercier <strong>de</strong> Lepinay, B.,<br />
Beck, C., Martínez-Reyes, J., Talavera-Mendoza, O., Ortiz-Hernán<strong>de</strong>z, L.E., Stein, G.,<br />
Boudier, G., Yta, M., 1994. The Guerrero suspect terrane (western Mexico) and coeval<br />
arc terrones (the Greater Antilles and the Western Cordillera of Colombia): a late<br />
Mesozoic intra-oceanic arc accreted to cratonal America during the Cretaceous.<br />
Tectonophysics, v. 230, p. 49-73.<br />
Tatsumi, Y. e Ishizaka, K., 1982. Origin of high magnesian an<strong>de</strong>sites in the Setouchi<br />
volcanic belt, southwest Japan: I. Petrographical and chemical characteristics. Earth and<br />
Planetary Science Letters, v. 60, p. 293-304.<br />
Tatsumi, Y., 1989. Migration of fluid phases and genesis of basalt magmas in<br />
subduction zones. Journal of Geophysical Research, v. 94, No. 84, p. 4697-4707.<br />
Taylor, H. P. Jr., 1974. The application of oxygen and hydrogen isotope studies to<br />
problems of hydrothermal alteration and ore <strong>de</strong>position. Econ. Geol., v. 69, p. 843-883.<br />
Taylor, H. P., 1997. Oxygen and hydrogen isotope relationships in hydrothermal<br />
mineral <strong>de</strong>posits. En: Barnes H. L., ed., Geochemistry of Hidrotermal Ore Deposits, 3ª.<br />
Ed. New York, John Wiley, p. 229-302.<br />
Taylor, B.E., 1986. Magmatic volatiles: Isotopic variation of C, H and S. Reviews in<br />
Mineralogy, v. 16, p. 185-226.<br />
Taylor, B. E.J. y Westrich, H., 1983. Hydrogen isotopic evi<strong>de</strong>nce of rhyolitic <strong>de</strong>gassing<br />
during shallow intrusion and eruption. Nature, v. 306, p. 541-545.<br />
Thiéblemont, D., Stein, G. y Lescuyer, J.L,. 1997. Gisements épithermaux et<br />
porphyriques: la connexion adakite. Earth and Planetary Science Letters, v. 325, p. 103-<br />
109.<br />
Thompson, A. J. B. y Thompson, J. F. H (Eds.), 1996. Atlas of Alteration. A field and<br />
petrographic gui<strong>de</strong> to hydrothermal alterations minerals. Geological Association of<br />
Canada. Mineral Deposits Division. 119 p.<br />
Titley, S. y Beane, R., 1981. Porphyry copper <strong>de</strong>posits, Part I. Geologic settings,<br />
petrology, and tectonogenesis. Econ. Geol. 75th Anniversary, v., p. 214-235.<br />
Titley, S. R., 1982. The style and progress of mineralization and alteration in porphyry<br />
copper systems, American Southwest. En: Titley S. R. Ed., Advances in geology of the<br />
porphyry copper <strong>de</strong>posits, Southwestern North America. Tucson, Univ. Ariz. Press, p.<br />
93-116.<br />
Tomascak, P.B., Ryan, J.G. y Defant, M.J., 2003. Lithium isotope evi<strong>de</strong>nce for light<br />
element <strong>de</strong>coupling in the Panama subarc mantle. Geology, v. 28 (6). Abstract.<br />
254
Montmorillonita 15 A<br />
Caolinita<br />
Figura 1.- Difractograma <strong>de</strong> la fracción arcillosa <strong>de</strong> la alteración reconocida en el afloramiento <strong>de</strong> la tonalita central.<br />
Figura 2.- Difractograma que revela la presencia <strong>de</strong> yeso, en un tramo argílico que traslapa la zona propilítica.
Smectita ?<br />
Caolinita<br />
Figura 3.- Difractograma que i<strong>de</strong>ntifica las arcillas en la zona mineralizada en alteración SCC. Muestra 1-91.<br />
Caolinita<br />
Caolinita<br />
Figura 4.- Difractograma que indica la presencia <strong>de</strong> caolinita en una<br />
<strong>de</strong> las zonas argílicas <strong>de</strong>l barreno T-1. Muestra 1-128.<br />
qz