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Prof. Jorge Vicente Paladines - Facultad de Derecho - Universidad ...

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<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 1Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia?<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> 1En las prisiones no pue<strong>de</strong> haber signos <strong>de</strong> impaciencia.Hay que esperar siempre. Un portal es abierto cuandoel anterior ha sido cerrado. En las prisiones no <strong>de</strong>behaber signos <strong>de</strong> impaciencia. Hay que esperarsiempre…Palabras recogidas en la prisión <strong>de</strong> Carandirú, San Pablo-Brasil 21 <strong>Prof</strong>esor <strong>de</strong> Sistemas Penales, Control Social y <strong>Derecho</strong>s Humanos <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong>Andina “Simón Bolívar”. El presente artículo es una nueva versión <strong>de</strong> “Razón jurídica oBarbarie”, publicado el 2008 en la serie Neoconstitucionalismo y Sociedad, volumen 5, Ministerio<strong>de</strong> Justicia y <strong>Derecho</strong>s Humanos.2 Citado por Elías Neuman, El Estado penal y la prisión-muerte, Buenos Aires, Editorial<strong>Universidad</strong>, 2001, p. 135.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 1


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 4II. La pena como expresión <strong>de</strong> la ley y el or<strong>de</strong>nLa pena ha sido un elemento sine quanon en el <strong>Derecho</strong> penal, al grado quesu propio nombre <strong>de</strong>viene <strong>de</strong> ella. Por medio <strong>de</strong> la pena se permite observarlas distintas vertientes y fases en el origen <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r punitivo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> cuandoel asilo eclesiástico <strong>de</strong>sarrollado por los pueblos germanos, pasando por lasordalías –prueba <strong>de</strong> Dios–, hasta llegar al período <strong>de</strong> la venganza pública, enla cual la víctima u ofendido <strong>de</strong>cidía por su propia cuenta “hacer justicia”. Sinembargo, el <strong>Derecho</strong> penal –<strong>de</strong>recho <strong>de</strong> sanciones (Strafrecht)–, nació cuandose endosó esa fuerza sancionadora al Estado, entelequia bajo la cual hoy seorganiza política y jurídicamente la sociedad.No obstante, el Estado no siempre mantuvo el monopolio <strong>de</strong> la aplicación<strong>de</strong> la pena. Una primera expresión <strong>de</strong> esa yuxtaposición entre sociedad yEstado la encontramos en la noción <strong>de</strong> comunidad política, cuya raigambre laencontramos en la polis griega. En esta instancia la ciudadanía y Estado sefundían en las asambleas atenienses sin posibilidad alguna <strong>de</strong> distinguir lafrontera entre gobernados y gobernantes, por en<strong>de</strong> entre la esfera <strong>de</strong> loprivado y lo público.Si un ciudadano no participaba en la polis se lo consi<strong>de</strong>raba como un ídion–idiota–, pues para la Grecia <strong>de</strong>l siglo V a. C. la administración <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r<strong>de</strong>venía <strong>de</strong> la unidad entre ciudadanos y polis 3 . A su vez, los ciudadanos –lapolis– contaban con potesta<strong>de</strong>s ejecutivas, legislativas y judiciales. Lapotestad <strong>de</strong> impartir justicia –lo que hoy se conoce como jurisdicción–implicó naturalmente el conocimiento <strong>de</strong> asuntos que llevaban consigo lasanción a quienes <strong>de</strong>sestabilizaran la pretendida organización social griega. Elor<strong>de</strong>n se encontraba tutelado por la misma comunidad.La administración <strong>de</strong> justicia traía consigo también la responsabilidadpersonal <strong>de</strong> los jurados, sobre todo si sus fallos se consi<strong>de</strong>raban como3 Giovanni Sartori, Teoría <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia, Madrid, Alianza Editorial, Tomo II, 1988, pp. 352 y353.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 4


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 5errados. Una especie <strong>de</strong> boomerang penal en don<strong>de</strong> <strong>de</strong> con<strong>de</strong>nador se pasabaa con<strong>de</strong>nado. Quizá era la primera vez en que la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> comunidad noimplicaba, necesariamente, la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong>senfrenada <strong>de</strong>l Otro, como unaespecie <strong>de</strong> aplicación <strong>de</strong>l principio “juzga a tu prójimo como a ti mismo” 4 . Laevi<strong>de</strong>ncia que la historia nos presenta se encuentra en el afamado juicio que<strong>de</strong>scribe Jenofonte –en el que se resalta la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> Euriptólemo–, en el cualse <strong>de</strong>batió la con<strong>de</strong>na a muerte, apasionada e injusta, <strong>de</strong> algunos estrategasatenienses, la que <strong>de</strong>spués se revirtió sobre los mismos ciudadanos que losjuzgaron erróneamente 5 .Siglos <strong>de</strong>spués la Iglesia Católica institucionaliza el ius puniendi como unaforma <strong>de</strong> evangelizar a la comunidad por medio <strong>de</strong> la interpretación exclusiva<strong>de</strong> las sagradas escrituras. El juzgamiento <strong>de</strong> quienes se atrevían a violar suscontenidos se llevó a cabo por parte <strong>de</strong> tribunales encargados <strong>de</strong> catequizar ala comunidad por medio <strong>de</strong> la ley penal (Tribunal <strong>de</strong> la Santa Inquisición). Serecoge la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> comunidad política para relegarse en la comunidad religiosa,la que más tar<strong>de</strong> sería secularizada por la entelequia Estado.La primera manifestación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> sancionar como institución seatiza en este período, cuando en el siglo XV se redactó el afamado Manual <strong>de</strong>la Inquisición (1484) aprobado por el papado y redactado por losinquisidores Heinrich Kramer y James Sprenger. Se fundó así el primer libro<strong>de</strong> las ciencias penales o criminales <strong>de</strong> la historia, bautizado con el título <strong>de</strong>Malleus Maleficarum –“El Martillo <strong>de</strong> las Brujas” –, cuyo contenido tenía lamisión <strong>de</strong> “culturizar” a la mujer –concebida como pecadora <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el libro <strong>de</strong>lGénesis con Adán y Eva– por ser más proclive a la maldad 6 . Se <strong>de</strong>sató todo unaparato <strong>de</strong> persecución y cacería que condujo a las afamadas “noches <strong>de</strong>brujas” en las que se prisionizaron y con<strong>de</strong>naron a muerte a millones <strong>de</strong>mujeres acusadas <strong>de</strong> herejía, apostasía y masonería –brujería–.4 Parafraseando el mandamiento “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.5 David Held, Mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> <strong>de</strong>mocracia, 2da. ed, Madrid, Alianza Editorial, 2001, pp. 41-45.6 Eugenio Raúl Zaffaroni, “El discurso feminista y el po<strong>de</strong>r punitivo”, en Haydée Birgin(comp.), Las trampas <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r punitivo: El género <strong>de</strong>l <strong>Derecho</strong> Penal, Buenos Aires, Editorial Biblos,2000, pp. 21-24. Siglos <strong>de</strong>spués, un ramal <strong>de</strong>l discurso feminista proclama la solución <strong>de</strong> losproblemas <strong>de</strong> violencia intrafamiliar por medio <strong>de</strong> la ley penal, sin percatar que el nacimientoy <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> éste se encuentra bañado <strong>de</strong> crudas formas patriarcales y androcéntricas.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 5


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 6Tribunal <strong>de</strong> la Santa Inquisición 7 .A pesar <strong>de</strong> la imbricación entre moral y justicia en la aplicación <strong>de</strong> la penapor parte <strong>de</strong> la Iglesia Católica, se comienza a pensar en la necesidad <strong>de</strong> suseparación. El gobierno y la coerción <strong>de</strong>jan <strong>de</strong> apelar a la divinidad,estructurándose ahora como la habilidad <strong>de</strong>l príncipe para controlar lastensiones provenientes <strong>de</strong> la comunidad. La concentración <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r radicaen la neutralización <strong>de</strong>l Otro, quienes sencillamente <strong>de</strong>salentaban con susacciones la armonía <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n. Así, Maquiavelo sostenía que:Debe, por tanto, un príncipe no preocuparse <strong>de</strong> la fama <strong>de</strong> cruel si a cambiomantiene a sus súbditos unidos y leales. Porque, con poquísimos castigosejemplares, será más clemente que aquellos otros que, por excesivaclemencia, permiten que los <strong>de</strong>sór<strong>de</strong>nes continúen, <strong>de</strong> lo cual surgen siempreasesinatos y rapiñas; pues bien, estas últimas suelen perjudicar a toda la7 http://www.neoteo.com/Portals/0/imagenes/cache/25DAx1024y768.jpgCentro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 6


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 7comunidad, mientras las ejecuciones or<strong>de</strong>nadas por el príncipe perjudicansólo a un particular 8 .Las acciones que <strong>de</strong>safectan al or<strong>de</strong>n establecido por el gobierno van acomplejizarse. Se niega a la comunidad su propia racionalidad y se la hace<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> la construcción <strong>de</strong> un sentido mayor: el Estado. De esta forma,las individualida<strong>de</strong>s renuncian a su po<strong>de</strong>r –por medio <strong>de</strong>l pacto social– paraendosarlo a un constructo protector que brin<strong>de</strong> a su vez la posibilidad <strong>de</strong> noaniquilarse en su violencia, en su natural conflicto, en su estado <strong>de</strong> naturaleza.Así es como Hobbes observa al individuo per se, y en él la posibilidad <strong>de</strong> laguerra y la conflagración <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n, sobre todo cuando expresaba que:No fueron los súbditos quienes dieron al soberano tal <strong>de</strong>recho (a castigar);sino que limitándose a renunciar a los que ellos tenían, fortalecieron lacapacidad <strong>de</strong>l soberano (Estado) para hacer uso <strong>de</strong>l suyo propio como lepareciese más conveniente para la preservación <strong>de</strong> todos 9 .El or<strong>de</strong>n supone la sobrevivencia <strong>de</strong> la comunidad, es una especie <strong>de</strong>repetición que establece cómo y cuándo se <strong>de</strong>be efectuar <strong>de</strong>terminado acto, ybajo qué circunstancias se coacciona a quienes tratan <strong>de</strong> romperlo. Senormaliza el espacio público, <strong>de</strong>pendiendo cada vez más <strong>de</strong> la aplicación <strong>de</strong> laley –en la forma <strong>de</strong> pena– para mantener el or<strong>de</strong>n 10 . A la comunidad –ahorasociedad civil– no le queda otra salida que encontrar la vali<strong>de</strong>z <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n pormedio <strong>de</strong> la representación <strong>de</strong>l Estado, que en <strong>de</strong>finitiva, cumplirá con la8 Nicolás Maquiavelo, El Príncipe, 15 reimp., Madrid, Alianza Editorial, 1998, p. 100.9 Thomas Hobbes, Leviatán, 2da. reimp., Madrid, Alianza Editorial, 1993, p. 249.10 Si la Ley no es más que la envoltura <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n, ¿se pue<strong>de</strong> suspen<strong>de</strong>rla para mantener elor<strong>de</strong>n? La respuesta a esta pregunta llevó a Carl Schmitt a generar una teoría, en el marco <strong>de</strong>linstituto <strong>de</strong>l estado <strong>de</strong> sitio que <strong>de</strong>sarrolló la Revolución Francesa, para restituir (dictadurasoberana) o afianzar (dictadura comisarial) el or<strong>de</strong>n por medio <strong>de</strong> la suspensión <strong>de</strong> la ley. Así,para el asesor <strong>de</strong>l nazismo, la garantía <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n se encuentra en el Estado <strong>de</strong> excepción, como lapotestad que tiene el ejecutivo para hacer respetar el or<strong>de</strong>n, aunque implique la ruptura <strong>de</strong>lor<strong>de</strong>n jurídico. Carl Schmitt, La dictadura, Madrid, Alianza Editorial, 1985. El dilema sepresenta si el mantenimiento <strong>de</strong>l Estado y el or<strong>de</strong>n pasa por encima <strong>de</strong>l mismo Estado <strong>de</strong><strong>Derecho</strong>. Sin duda, hoy en día el Estado <strong>de</strong> excepción no es más que la internalización <strong>de</strong> ladictadura en <strong>de</strong>mocracia. Cfr. Giorgio Agamben, Estado <strong>de</strong> excepción, 2da. ed., Argentina,Adriana Hidalgo Editora, 2005.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 7


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 8función <strong>de</strong> crear acciones –<strong>de</strong>litos– y establecer su respectiva sanción opena 11 .El <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> sancionar se diluye <strong>de</strong>l manejo <strong>de</strong> personas <strong>de</strong> carne y huesohasta llegar a la polis griega; se diviniza en su aplicación por parte <strong>de</strong> laIglesia Católica; y, se representa en el pacto social por medio <strong>de</strong> la entelequiaestatal, cuya base fáctica es ejercida por las agencias ejecutivas <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>rpenal: la policía. La ley y el or<strong>de</strong>n se reproduce en las relaciones sociales 12 ,pues las instituciones <strong>de</strong>l Estado se encargan <strong>de</strong> restituir el or<strong>de</strong>n a través <strong>de</strong>la ley. El Estado por lo tanto encarna a la comunidad <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su organizaciónhasta su castigo; con<strong>de</strong>na a quienes con sus acciones resquebrajaron el or<strong>de</strong>n,sancionándolos en nombre <strong>de</strong> una comunidad que ahora se ha convertido enentelequia 13 .III. La construcción “jurídica” <strong>de</strong> la penaA partir <strong>de</strong> la Revolución Francesa se van a presentar algunas variables <strong>de</strong>lo que ha <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rse –y aplicarse– como pena, tanto en su legitimidadcomo en su función y finalidad. Se construye una polisemia <strong>de</strong> sentidospolítico-criminales en el que la pena se ve como el fin o medio <strong>de</strong> un <strong>de</strong>rechoque impida la reaparición <strong>de</strong>l estado <strong>de</strong> naturaleza. Surge <strong>de</strong> esta forma laaparente dicotomía entre las teorías absolutas y las teorías relativas, en el11 Más tar<strong>de</strong>, Feuerbach enuncia la máxima nullum crimen, nulla poena sine lege. Según Welzel,esta disposición expresa tres i<strong>de</strong>as: 1) Sólo una Ley pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>clarar <strong>de</strong>lito a una acción; 2) Sólouna Ley pue<strong>de</strong> imponer una pena; y, 3) Sólo antes que la acción sea ejecutada. Ver HansWelzel, <strong>Derecho</strong> Penal alemán. Parte General, 11va. ed., Chile, Editorial Jurídica <strong>de</strong> Chile, 1997, p.23.12 Luhmann aparece en el vértice <strong>de</strong> la racionalidad weberiana y <strong>de</strong> la sociología institucional.A través <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> los sistemas autopoiéticos salta a la vista una teoría <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r en laque, sencillamente, <strong>de</strong>saparece el ser humano, pues éste pertenece a su ambiente o entornolleno <strong>de</strong> complejidad, en otras palabras, al estado <strong>de</strong> naturaleza. Niklas Luhmann, Sistemas sociales.Lineamientos para una teoría general, Barcelona, Anthropos, 1988, p. 173.13 En nuestro país, esta paradoja se <strong>de</strong>duce <strong>de</strong> la frase sacramental Administrando justicia ennombre <strong>de</strong> la República y por Autoridad <strong>de</strong> la Ley, que emplea la administración <strong>de</strong> justicia parabrindar fuerza resolutoria a sus fallos mediante el ropaje <strong>de</strong> representar a la sociedadpolíticamente organizada.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 8


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 9marco <strong>de</strong> axiomas que preten<strong>de</strong>n legitimar un <strong>de</strong>recho sancionador alservicio <strong>de</strong> la comunidad normalizada por el Estado.En las teorías absolutas –<strong>de</strong>fendida por la Escuela Clásica que busca lareafirmación <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n estatal u or<strong>de</strong>namiento jurídico–, el <strong>Derecho</strong> penal esun instrumento al servicio <strong>de</strong>l i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> justicia. La pena cumple la función <strong>de</strong>retribuir el daño o lesión cometida culposamente, busca legitimar un <strong>de</strong>rechopenal –<strong>de</strong>recho <strong>de</strong> sancionar– a través <strong>de</strong> la producción <strong>de</strong> un mal al autor <strong>de</strong>l<strong>de</strong>lito, es <strong>de</strong>cir en quien supuestamente originó el mal. Se preten<strong>de</strong> “pagar unmal por medio <strong>de</strong> otro mal” por el hecho <strong>de</strong> haber usado in<strong>de</strong>bidamente lalibertad individual, en cuyo caso el mal sería proporcional a los valores que seexpresan social y políticamente en la comunidad.Las teorías absolutas o retributivas (<strong>de</strong> represión) <strong>de</strong> la pena encuentranen Kant –fundamento ético– y en Hegel –fundamento jurídico– a susprincipales <strong>de</strong>fensores. El mismo Hegel construyó la dialéctica <strong>de</strong> la pena alesgrimir que si el <strong>de</strong>lito es la negación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho, la pena sería la negación<strong>de</strong>l <strong>de</strong>lito; es <strong>de</strong>cir la reafirmación <strong>de</strong> la norma. En palabras <strong>de</strong> Welzel estosería como “la retribución justa <strong>de</strong> la infracción culpable <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho” 14 . Lajusticia que preten<strong>de</strong> el Estado se verifica a través <strong>de</strong> la construcción <strong>de</strong>juridicidad en la comunidad, incluso en el espacio privado, como parte <strong>de</strong>lfundamento ético-social que <strong>de</strong>be regir en los individuos por medio <strong>de</strong>lrespeto a los valores inyectados normativamente 15 .Por su parte, las teorías relativas (<strong>de</strong> protección) –sostenida por el EscuelaPositiva– preten<strong>de</strong>n afianzar un <strong>Derecho</strong> penal en virtud <strong>de</strong> la utilidad.Aparece la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> prevención, esto es <strong>de</strong>l establecimiento <strong>de</strong> unapreocupación social <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lito futuro para <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñarse <strong>de</strong> las acciones<strong>de</strong>lictivas que se presentaron en el pasado. La acción <strong>de</strong>lictiva revela en elautor una fenomenología <strong>de</strong> futuras lesiones al or<strong>de</strong>namiento jurídico. Se vaabriendo por lo tanto paso a una teoría que construye en el <strong>de</strong>recho la función14 Hans Welzel, op. cit., p. 281.15 Hay que aclarar que no por cometer un <strong>de</strong>lito el autor pier<strong>de</strong> su ethos. La ética acompaña ala persona como la sombra a los seres humanos, sin distinción alguna entre quienescometieron o no un <strong>de</strong>lito. Existe por en<strong>de</strong> también ética en quien <strong>de</strong>linque.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 9


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 10<strong>de</strong> utilidad social <strong>de</strong> la pena. De esta forma, se presentan algunas variables,aglomeradas positiva o negativamente en las categorías preventivasgenerales o especiales que se presentan a continuación 16 :a) General positiva: Obediencia social <strong>de</strong>l <strong>de</strong>rechob) General negativa: Intimidación general a la sociedad Prevenciónc) Especial positiva: Resocialización <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lincuented) Especial negativa: Neutralización <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lincuente.(a) La prevención general positiva observa en la lesión <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho el daño a lageneralidad <strong>de</strong> la comunidad. No importa el <strong>de</strong>lincuente sino la sociedad, en laque en <strong>de</strong>finitiva repercute el mal ocasionado. El <strong>de</strong>lito es el daño social, unavulneración al or<strong>de</strong>namiento jurídico. Esta variable “preventiva” preten<strong>de</strong>construir una sociedad homogénea <strong>de</strong> individuos “normales” que respeten laley. El método sería obtener un convicto educado, suavizado y homogenizado<strong>de</strong> conformidad al establecimiento social. Se busca en el “<strong>de</strong>sviado” o“anormal” un encauzamiento a imagen y semejanza <strong>de</strong> las normasestablecidas en la sociedad. En este caso la pena goza <strong>de</strong> un respaldo social.(b) La prevención general negativa tiene asimismo su centro en lo social. Noobstante, esta variable busca intimidar al <strong>de</strong>s-asociado por medio <strong>de</strong>l castigo.Se trata <strong>de</strong> “ejemplarizarlo” mediante la amenaza <strong>de</strong> una pena, en cuyocastigo se escarmienta y advierte a los individuos <strong>de</strong> la sociedad acerca <strong>de</strong> lacoerción <strong>de</strong> su posible <strong>de</strong>sviación 17 . Por ello, Pettit expresa que: “los procesospenales suelen aterrorizar al inocente no menos que al culpable, levantando unfantasma que induce pavor por doquier” 18 . La pena se riega a través <strong>de</strong>l miedosocial como consecuencia al <strong>de</strong>linquir, como escarmiento puro.16 Para un mejor estudio <strong>de</strong> las variables <strong>de</strong> la prevención general y especial véase FernandoTocora, Principios penales sustantivos, Bogotá, Temis, 2002, pp. 66-77; y, Eugenio Raúl Zaffaroniy otros, Manual <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penal. Parte General, Buenos Aires, Ediar, 2006, pp. 37-47.17 Recuér<strong>de</strong>se el escarmiento que Roma impuso a sus súbditos frente a la pretendidaposibilidad <strong>de</strong> una insurrección. Se atemorizó penalmente a los viajeros que transitaban –<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Capua a Roma– y observaron a los miles <strong>de</strong> esclavos crucificados por la rebelión <strong>de</strong>Espartaco.18 Philip Pettit, Republicanismo: una teoría sobre la libertad y el gobierno, Barcelona, Paidós, 1999, p.204.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 10


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 11(c) La prevención especial positiva persigue la recomposición ética <strong>de</strong>l reo. Semira al con<strong>de</strong>nado como enfermo; por ello la pena actuaría como la medicinaque asegure su potencial curación. Emerge la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> “correccionalizar” al<strong>de</strong>lincuente a través <strong>de</strong>l método <strong>de</strong>l tratamiento, es <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> transformar lapersonalidad <strong>de</strong> quien quebrantó con su conducta la norma. La pena tienecomo núcleo la rehabilitación, emergiendo <strong>de</strong> esta forma las teorías “re”(reeducación, resocialización, reinserción) para asegurar la composición <strong>de</strong>ldaño a través <strong>de</strong>l manejo <strong>de</strong> la personalidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lincuente.(d) La prevención especial negativa, finalmente, preten<strong>de</strong> la neutralización oeliminación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lincuente. Busca aislar al reo <strong>de</strong> la comunidad, pues su solapresencia equivale el riesgo <strong>de</strong> contagiarla criminalmente. El ánimo <strong>de</strong> lacomunidad sería anular al <strong>de</strong>lincuente, como un ser al que se le niegan sus<strong>de</strong>rechos por representar la <strong>de</strong>scomposición o enfermedad social –el <strong>de</strong>lito–.En este sentido, Franz von Liszt sostenía que la pena podía servir, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>corrección, para intimidación e inocuización <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lincuente. Se corregirá al<strong>de</strong>lincuente capaz <strong>de</strong> corregirse; se intimidará al <strong>de</strong>lincuente que no requierecorrección; y, finalmente, se inocuizará al <strong>de</strong>lincuente que carece <strong>de</strong>capacidad <strong>de</strong> corrección, es <strong>de</strong>cir, al <strong>de</strong>lincuente habitual 19 .Ambas teorías –absolutas y relativas– comulgan en la realidad políticocriminal<strong>de</strong>l encierro <strong>de</strong> la mayoría <strong>de</strong> los Estados, en cuya ejecución penal sepermite a la vez, tanto la represión <strong>de</strong>l individuo como la protección socialpor fuera <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lincuente. De esta forma, Claus Roxin elaboró una teoríacomplaciente con las teorías expresadas anteriormente –“unificacióndialéctica”–, en la que la pena cumple una triple función: i) De prevencióngeneral, cuando la ley amenace con penas; ii) De retribución, cuando seaplique la ley penal; y, iii) De prevención especial o resocialización, cuando seejecute las penas. La pena brinda entonces el tratamiento al <strong>de</strong>lincuente alpercibirlo como una persona débil, pero sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarlo en su radio19 Este último criterio se aplica en países como los Estados Unidos <strong>de</strong> Norteamérica, don<strong>de</strong>sencillamente se repulsa la reinserción social <strong>de</strong> los <strong>de</strong>lincuentes habituales, imponiéndoles laafamada pena <strong>de</strong> “ca<strong>de</strong>na perpetua”, esto es una pena in<strong>de</strong>terminada cuyo fin es aislar alindividuo <strong>de</strong> la comunidad. Sobre la referencia <strong>de</strong> von Liszt véase Enrique Bacigalupo,<strong>Derecho</strong> Penal. Parte General, Lima, Ara Editores, 2004, p. 34.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 11


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 12<strong>de</strong> libertad y responsabilidad, es <strong>de</strong>cir sin alejar <strong>de</strong> él el juicio <strong>de</strong> reproche enla imputación.Empero, el esquema que hoy en día recogen los instrumentosinternacionales <strong>de</strong> protección <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong>s Humanos es el <strong>de</strong> la prevenciónespecial, es <strong>de</strong>cir el <strong>de</strong> rehabilitación social 20 . Para 1955 el mundo vería nacerlas Reglas mínimas para el tratamiento <strong>de</strong> los reclusos, en las que se impregnacon claridad la teoría relativa <strong>de</strong> prevención especial, así como los axiomas <strong>de</strong>la prevención general, como cuando en su Art. 58 se expresa que:El fin y la justificación <strong>de</strong> las penas y medidas privativas <strong>de</strong> libertad son, en<strong>de</strong>finitiva, proteger a la sociedad contra el crimen. Sólo se alcanzará este fin sise aprovecha el período <strong>de</strong> privación <strong>de</strong> la libertad para lograr, en lo posible,que el <strong>de</strong>lincuente una vez liberado no solamente quiera respetar la ley yproveer a sus necesida<strong>de</strong>s, sino también que sea capaz <strong>de</strong> hacerlo.Tal como se observa, la directriz universal para la aplicación <strong>de</strong> la pena esel tratamiento (rehabilitación) <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lincuente. Sin embargo, esta ten<strong>de</strong>nciano <strong>de</strong>viene gratuitamente en el seno <strong>de</strong> las Naciones Unidas. En ello hay quehacer un breve ejercicio <strong>de</strong> memoria y encontrar en la Escuela Positiva(Lombroso-Ferri-Garófalo) a su principal precursora, pues ya en la segundamitad <strong>de</strong>l siglo XIX, Cesare Lombroso relacionaba al crimen con lapersonalidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lincuente, como una <strong>de</strong> las primeras formas que,posteriormente, impulsó la estructura <strong>de</strong>l tratamiento como pena 21 . ParaLombroso, los rasgos <strong>de</strong> la personalidad dividían a la sociedad en individuos20 En el Ecuador se consagra la rehabilitación a partir <strong>de</strong>l Art. 201 <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> laRepública, que reza: “El sistema <strong>de</strong> rehabilitación social tendrá como finalidad larehabilitación integral <strong>de</strong> las personas sentenciadas penalmente para reinsertarlas en lasociedad, así como la protección <strong>de</strong> las personas privadas <strong>de</strong> libertad y la garantía <strong>de</strong> sus<strong>de</strong>rechos. El sistema tendrá como prioridad el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las capacida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las personassentenciadas penalmente para ejercer sus <strong>de</strong>rechos y cumplir sus responsabilida<strong>de</strong>s alrecuperar la libertad”.21 Recuér<strong>de</strong>se que para Cesare Lombroso el <strong>de</strong>lincuente se clasificaba en: a) <strong>de</strong>lincuentepasional; b) <strong>de</strong>lincuente ocasional; c) <strong>de</strong>lincuente loco; d) <strong>de</strong>lincuente epiléptico; e)<strong>de</strong>lincuente loco-moral; y, f) <strong>de</strong>lincuente nato –por ten<strong>de</strong>ncia congénita–. Al respecto se <strong>de</strong>bever el interesante estudio que Marchiori realiza sobre la “evolución” <strong>de</strong> la criminología. VerHilda Marchiori, Criminología. Teorías y pensamientos, México, Editorial Porrúa, 2004, p. 36.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 12


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 13proclives a <strong>de</strong>linquir y en individuos que encarnaban la ética. En este sentido,Del Olmo <strong>de</strong>cía que:Se comienzan a vislumbrar dos concepciones diferentes <strong>de</strong>l hombre: el“normal” y el “anormal”. Al primero, como aceptaba el or<strong>de</strong>n, se le vinculabacon el libre albedrío. El segundo estaba sujeto al <strong>de</strong>terminismo. Es <strong>de</strong>cir, el“anormal” se resistía al “or<strong>de</strong>n” y <strong>de</strong>linquía porque era constitucional ypsíquicamente inferior por razones ajenas a su “voluntad” 22 .El <strong>de</strong>lito en esta corriente <strong>de</strong>viene <strong>de</strong> la propia inferioridad moral,biológica y psicológica <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lincuente 23 , dando paso a la estructura sociojurídica<strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho penal <strong>de</strong> autor 24 . Los genotipos y fenotipos buscaban“explicar” en el <strong>de</strong>recho penal la raigambre individual <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lito, por en<strong>de</strong>también <strong>de</strong> la pena. Paradójicamente, todas las personas que no se parecían,sea por su abolengo, por su condición <strong>de</strong> clase o por sus rasgos fenotípicos alos sectores dominantes <strong>de</strong> Europa, representaban en Lombroso la esfera <strong>de</strong>los <strong>de</strong>lincuentes. Se trataba <strong>de</strong> la cuestión <strong>de</strong> ser y parecer <strong>de</strong>lincuente ante lacomunidad. Y es que las personas con estos rasgos –estereotipos– no fueroninventadas por Lombroso, sino por el contrario estaban, yacían en las cárceleseuropeas. No fue difícil entonces al creador <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lincuente nato encontrar enlos marginados su clasista correlación con <strong>de</strong>lito.Esta tesis sin duda retoma <strong>de</strong>l darwinismo social la escisión biológica <strong>de</strong> losseres humanos como entes sujetos a clasificaciones raciales 25 . La clasificacióno etiquetamiento, producto <strong>de</strong> la etiología criminológica italiana, secomplementa en la fase penitenciaria con la adopción <strong>de</strong> la clínica comométodo <strong>de</strong> rehabilitación social, cuyo fin es reducir la peligrosidad <strong>de</strong>l22 Rosa Del Olmo, América Latina y su criminología, 4ta. ed., México, Siglo XXI Editores, 1999,p. 31.23 Eugenio Raúl Zaffaroni y otros, op. cit., p. 49.24 Por el contrario, existe <strong>de</strong>recho penal <strong>de</strong> acto al referirse al <strong>de</strong>lito como una acción que produceel resquebrajamiento <strong>de</strong> bienes jurídicos penales, sin estimar la personalidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lincuente.El <strong>de</strong>recho penal <strong>de</strong> autor pue<strong>de</strong> ser abordado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> dos vertientes: a) Por un lado, la líneaespiritualista, que consi<strong>de</strong>ra que el <strong>de</strong>lincuente es un pecador; y, b) Por otra lado, la líneamecanicista, que encuentra en el <strong>de</strong>lito la falla <strong>de</strong> un aparato mayor: la sociedad. Ibí<strong>de</strong>m., pp. 49-50.25 Michel Wieviorka, El espacio <strong>de</strong>l racismo, Barcelona, Paidós, 1992, p. 29 en a<strong>de</strong>lante.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 13


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 14<strong>de</strong>lincuente 26 . La práctica <strong>de</strong> la clínica penitenciaria se verifica con mayorénfasis en las etapas “curativas” <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lincuente en la ejecución penal, comoen las etapas <strong>de</strong> diagnóstico, pronóstico y tratamiento, que estructuraninstitucionalmente regímenes <strong>de</strong> seguridad mínima-media-alta o abiertosemiabierto-cerrado.El Ecuador no ha superado la criminología clínica <strong>de</strong> raigambrelombrosiana, cuando en el Art. 13 <strong>de</strong>l vigente Código <strong>de</strong> Ejecución <strong>de</strong> Penas seasocia al régimen progresivo con la clasificación biotipológica <strong>de</strong>l<strong>de</strong>lincuente 27 . ¿Qué quiere <strong>de</strong>cir esto? Basta con reflexionar sobre lomencionado en líneas anteriores para darse cuenta que nuestra ejecuciónpenal consi<strong>de</strong>ra al individuo como <strong>de</strong>terminado moral, biológica ypsicológicamente al <strong>de</strong>lito. Será acaso una: ¿Criminalización ex ante alcrimen?, o ¿Criminalización ex post a la cosa juzgada? Las personas concon<strong>de</strong>na son tratadas como enfermas al procurarles un sistema <strong>de</strong>rehabilitación que asegure a la sociedad el alejamiento <strong>de</strong> un “contagiocriminal”. Así, se ha llegado a establecer en la ley sobre ejecución penalnacional que:A cada uno <strong>de</strong> los internos se le aplicará el expediente estandarizado, a nivelnacional, que contendrá los siguientes apartados: a) Datos estadísticos; b)Resumen procesal; c) Investigación socio-familiar; d) Estudio somatométricoy antropológico; e) Estudio medio; f) Estudio sicológico y psiquiátrico; g)Estudio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lito; y, h) Índice <strong>de</strong> peligrosidad 28 (Cursivas mías).Los estereotipos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lito recaen generalmente en la <strong>de</strong>lincuencia torpe,que criminaliza a la pobreza bajo la maniquea construcción <strong>de</strong> penas. Esto melleva a algunas interrogantes como saber si: ¿existe un quantum científico <strong>de</strong>26 La peligrosidad positivista <strong>de</strong>be ser proscrita en todo Estado <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong>, toda vez que espeligrosa una cosa y no una persona que dispone <strong>de</strong> conciencia moral. Se asume así lacosificación <strong>de</strong> las personas, esto es la estigmatización legal <strong>de</strong>l sujeto pasivo <strong>de</strong>l proceso paragenerar un aumento o rigi<strong>de</strong>z en la reducción <strong>de</strong> la pena y régimen penitenciario. EugenioRaúl Zaffaroni, Estructura básica <strong>de</strong>l <strong>Derecho</strong> penal, Ediar, Buenos Aires, 2009 p. 263.27 Art. 13.b, Código <strong>de</strong> Ejecución <strong>de</strong> Penas y Rehabilitación Social <strong>de</strong> la República <strong>de</strong>lEcuador.28 Art. 42, Ibíd.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 14


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 15la pena?, ¿se aplican los criterios <strong>de</strong> proporcionalidad para su <strong>de</strong>terminaciónlegal? o ¿existe una pena creada con justicia?Ferrajoli distingue tres formas <strong>de</strong> construir la pena, cada una <strong>de</strong> ellasestrictamente relacionadas con las funciones <strong>de</strong> la clásica y tripartitaseparación <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res 29 . De esta forma, hay una función <strong>de</strong> pre<strong>de</strong>terminación<strong>de</strong> la pena en el po<strong>de</strong>r legislativo; <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> la pena que se verificaen el po<strong>de</strong>r judicial; y, <strong>de</strong> post-<strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> la pena que la realiza el po<strong>de</strong>rejecutivo por intermedio <strong>de</strong> las agencias <strong>de</strong> administración carcelaria. Para<strong>de</strong>terminar la pena, Ferrajoli reconoce la seria dificultad que encuentra ellegislador en cuanto al estudio <strong>de</strong>l nexo entre la parte objetiva, basada en lagravedad o daño causado por el <strong>de</strong>lito, y la parte subjetiva, basada en laculpabilidad <strong>de</strong>l infractor, ahondada aún más para el establecimiento <strong>de</strong>llímite entre pisos y techos, pues:Más difícil es medir el coste <strong>de</strong> las penas privativas <strong>de</strong> libertad: también una<strong>de</strong> estas penas breve pue<strong>de</strong> en efecto procurar, aunque sólo sea por sucarácter <strong>de</strong>shonroso, una aflicción superior a la ventaja proporcionadaincluso por los <strong>de</strong>litos no leves. Por esta razón, a mi juicio, al menos para laspenas privativas <strong>de</strong> libertad no está justificada la estipulación <strong>de</strong> un mínimolegal: sería oportuno, en otras palabras, confiar al po<strong>de</strong>r equitativo <strong>de</strong>l juez laelección <strong>de</strong> la pena por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l máximo establecido por la ley, sinvincularlo a un límite mínimo o vinculándolo a un límite mínimo bastantebajo 30 .Lejos <strong>de</strong> ser potestad legislativa o judicial, lo cierto es que hay una crisis <strong>de</strong>mensurabilidad para la <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> la pena. En este sentido, ThomasMathiesen hace una distinción entre la pena impuesta bajo la filosofía <strong>de</strong> lajusticia retributiva y la pena que <strong>de</strong>viene <strong>de</strong> la filosofía <strong>de</strong> la justiciadistributiva 31 . Ambas caen en un argumento circular que no se compa<strong>de</strong>cencon la realidad <strong>de</strong>l encierro. Técnicamente, la justicia distributiva hace verque las escalas <strong>de</strong> castigo <strong>de</strong>ben ser medidas por la gravedad u objetabilidad29 Ferrajoli, Luigi, <strong>Derecho</strong> y Razón, Trotta, Madrid, 2009, pp. 397-410.30 Ibíd., p. 400.31 Mathiesen, Thomas, Juicio a la Prisión, Buenos Aires, Ediar, 2003, pp. 79 y ss.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 15


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 16<strong>de</strong> las infracciones en cuestión. Así, la pena <strong>de</strong>bería al menos cumplir con lossiguientes elementos:1. Incluir la objetabilidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lito, la cual se relaciona con la culpabilidad<strong>de</strong>l <strong>de</strong>lincuente;2. Estimar el daño o gravedad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lito sobre la base <strong>de</strong>l daño efectivocomprobado empíricamente; y,3. No incluir la severidad <strong>de</strong>l castigo como parte integrante <strong>de</strong> la relaciónobjetabilidad/gravedad.Esto estructuraría una base para la <strong>de</strong>terminación legislativa y judicial <strong>de</strong>la pena. El tiempo <strong>de</strong> encierro <strong>de</strong> una persona culpable podría cuantificarseproporcionalmente. Por ello, según Mathiesen habría aparentemente unasolución:La respuesta es sensacional: la gravedad o la objetabilidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lito –queconstituyen la base para <strong>de</strong>terminar el valor <strong>de</strong>l castigo y por en<strong>de</strong> su escala–se <strong>de</strong>terminan a su vez por lo que el <strong>de</strong>lito merece en términos <strong>de</strong> castigo, es<strong>de</strong>cir, por el valor <strong>de</strong>l castigo 32 .Esta solución se funda a su vez en una racionalidad matemática penable. Ellegislador aparece como un cuantificador <strong>de</strong>l tiempo <strong>de</strong>l encierro medido enfunción <strong>de</strong> la gravedad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lito y la culpabilidad. A<strong>de</strong>más, la relaciónobjetabilidad/gravedad sería medida por un ejercicio comparatista con los<strong>de</strong>más <strong>de</strong>litos. De esta forma, el tiempo <strong>de</strong> la pena parece fundarse sobre labase <strong>de</strong> los siguientes criterios:1. Que el tiempo –y en ello el tiempo <strong>de</strong> la pena– es percibido objetiva ointersubjetivamente como un estándar. Todas las personas asumimosque un día se compone <strong>de</strong> 24 horas o que una semana tiene siete días;2. Que el tiempo <strong>de</strong> la pena es medido proporcionalmente; parte <strong>de</strong> unpunto cero, toda vez que racionalmente doce años son el doble <strong>de</strong> seis;32 Ibíd., p. 194.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 16


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 173. Que el tiempo para el castigo <strong>de</strong>viene <strong>de</strong> dos magnitu<strong>de</strong>s: i) unacardinal, medida en cuanto a la disponibilidad <strong>de</strong> espacio carcelario, yii) otra ordinal, basada en el cotejo con otros <strong>de</strong>litos 33 .No obstante, la construcción <strong>de</strong> la pena sea por mano <strong>de</strong>l legislador o <strong>de</strong>ljuez, olvida el excesivo grado <strong>de</strong> discrecionalidad política que disponen, asícomo la realidad <strong>de</strong>l encierro en que ésta tiene que aplicarse. En contrastecon los criterios mencionados anteriormente, Mathiesen señala quematerialmente en la pena:1. El tiempo es subjetivo, discrecional y está ligado a la posiciónprivilegiada <strong>de</strong>l legislador. No es lo mismo punir un <strong>de</strong>lito contra lapropiedad cuando se es propietario, que hacerlo cuando se esmenesteroso.2. El tiempo <strong>de</strong> la pena no es proporcional, toda vez que no asume lospa<strong>de</strong>cimientos o dolores inferidos principal y coyunturalmente con laprivación <strong>de</strong> la libertad (privación <strong>de</strong> autonomía, seguridad, bienes yservicios, relaciones familiares y heterosexualidad).3. Las magnitu<strong>de</strong>s son <strong>de</strong>splazadas por los cambios históricos y los pánicosmorales. Así, el justo merecido –just <strong>de</strong>sert– tiene una fuerte vinculacióncon la moralidad <strong>de</strong> la época 34 .Contradictoriamente, el estudio <strong>de</strong> la pena aparece como uno <strong>de</strong> losfenómenos más interesantes en el <strong>Derecho</strong> penal. Lamentablemente, la<strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> la pena se funda sobre presupuestos <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lito yno <strong>de</strong> la pena, pues se concibe a la pena como una cosa dada y “superada” porel pensamiento penal mo<strong>de</strong>rno, en don<strong>de</strong> la justicia penal –lamensurabilidad– se luce con lógico equilibrio para configurarla. Por elcontrario:Cuando los legisladores y jueces hacen esto, enmascaran la realidad, dando laimpresión <strong>de</strong> que la prisión es <strong>de</strong>fendible en una justicia <strong>de</strong> platillosequilibrados. Todos estos factores mencionados apuntan en la misma33 Ibíd., p. 220.34 Ibíd., pp. 198-202 y 221.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 17


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 18dirección, <strong>de</strong>mostrando que la prisión, <strong>de</strong> hecho, no es <strong>de</strong>fendible en lajusticia 35 .El óptimo sería que la pena proyecte una relación entre la culpa y el castigomediante una operación <strong>de</strong> equilibrio entre el dolor <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lito y el dolor <strong>de</strong>lcastigo. Sin embargo, no cabe duda que la pena es un hecho político y nojurídico, nace sencillamente <strong>de</strong>l estado <strong>de</strong> ánimo <strong>de</strong>l legislador, condicionadoen gran parte por los metamensajes provocados por los mass media 36 .En nuestra legislación el <strong>de</strong>lito aparece como una falla individual; sinembargo, no necesariamente la pena tiene que serlo al momento <strong>de</strong>“correccionalizar” al sujeto 37 . Quizá en esta instancia comience a fallar elsistema penal en su conjunto, pues si una persona supuestamente halesionado un bien jurídico –o <strong>de</strong>safectado con su conducta a la norma–, lo cualse traduce en el causamiento <strong>de</strong> daño a una víctima, ¿por qué no se permite sudirecta composición?Louk Hulsman nos brindó el planteamiento <strong>de</strong> diversos métodos para lasolución <strong>de</strong> los conflictos o “<strong>de</strong>litos”. En su ejemplo <strong>de</strong> los cinco estudiantesque conviven en un mismo <strong>de</strong>partamento, enfoca las posibles variables quepue<strong>de</strong>n suce<strong>de</strong>r en la composición <strong>de</strong>l daño al momento en que uno <strong>de</strong> losestudiantes rompe el televisor común; así, por ejemplo, encontramos lassiguientes posiciones:a) Un miembro <strong>de</strong> esta pequeña comunidad estudiantil planteará la expulsión<strong>de</strong>l compañero que arruinó el televisor;35 Ibíd., p. 222.36 El profesor Tobías Barreto no dudaba en <strong>de</strong>cir que: “El amor a la justicia es un hechosubjetivo. Tomado como principio regulador, él explica tan poco el instituto <strong>de</strong> la pena comoel simple amor a lo bello pue<strong>de</strong> explicar la existencia <strong>de</strong>l arte”. Ver Tobías Barreto, Introducción alestudio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho penal, Hammurabi, Buenos Aires, 2009, p. 63.37 La rehabilitación no existe, pues ninguna persona que <strong>de</strong>linque y es culpable está enferma.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 18


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 19b) Un segundo incitará que el compañero sea tratado por medios clínicos ypsicológicos, con el objeto <strong>de</strong> rehabilitarlo;c) Un tercero propondrá que el compañero causante <strong>de</strong>l daño in<strong>de</strong>mnice opague el televisor estropeado; y,d) Un cuarto aprovechará la oportunidad para la conciliación entre todos losmiembros 38 .La expulsión <strong>de</strong>l estudiante al <strong>de</strong>stierro o presidio no es la única salida.Tampoco el tratamiento penitenciario en el marco <strong>de</strong> la rehabilitación social.Se <strong>de</strong>muestra así que las instituciones penales no hacen nada más que ocultarlas diferencias naturales entre los ciudadanos, llevándolos centrífugamente alius puniendi. El Estado <strong>de</strong>be garantizar la composición <strong>de</strong>l daño en la relaciónofensor-ofendido. Por ello, Roxin sostiene que don<strong>de</strong> no es posible la<strong>de</strong>spenalización se pue<strong>de</strong>n implantar métodos o alternativas a la con<strong>de</strong>najudicial. Para este autor, Alemania ha dado un paso a<strong>de</strong>lante con la aplicación<strong>de</strong> la diversión, consistente en el establecimiento <strong>de</strong> reales prestaciones enfavor <strong>de</strong> la comunidad, cuyo efecto pue<strong>de</strong> llevar incluso a la renuncia <strong>de</strong> laacción penal 39 .No obstante, Ecuador presenta manifestaciones racionales y abolicionistaspara manejar la penalidad, incluso muchísimo antes <strong>de</strong>l pensamientoabolicionista europeo. Ellas se encuentran en los sistemas <strong>de</strong> justicia indígena,en don<strong>de</strong> la pena <strong>de</strong> encierro prolongada no se aplica y, por el contrario, sesustituye a través <strong>de</strong> una fiable composición <strong>de</strong>l daño mediante formasefectivas <strong>de</strong> reparación como la purificación espiritual, la provisión <strong>de</strong>38 Este ejemplo es extraído <strong>de</strong>l afamado libro-entrevista que Jacqueline Bernat <strong>de</strong> Celis lehiciera al <strong>de</strong>saparecido maestro Louk Hulsman, publicado en 1982 bajo el nombre <strong>de</strong> PeinesPerdues. Véase Hulsman, Louk y Jacqueline Bernat <strong>de</strong> Celis, Sistema Penal y seguridad ciudadana:Hacia una alternativa, Ariel, Barcelona, 1984, pp. 88-89.39 Claus Roxin, Fundamentos político-criminales <strong>de</strong>l <strong>Derecho</strong> Penal, Buenos Aires, EditorialHammurabi, 2008, p. 347.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 19


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 20seguridad y alimentos a los familiares <strong>de</strong> la víctima, el trabajo reparatorio,entre otras 40 .Por su parte, en la realidad <strong>de</strong>l sistema penal occi<strong>de</strong>ntal –que estigmatiza yetiqueta clínicamente al individuo–, el proceso penal se <strong>de</strong>sentien<strong>de</strong> <strong>de</strong> la faseejecutiva <strong>de</strong> la sentencia. La pena carece <strong>de</strong> legitimación a toda vista puestoque no repara el daño, y, por el contrario, prolonga el dolor sobre la<strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> la sustancia humana con con<strong>de</strong>na. Así, el maestro Zaffaronidice que:El concepto <strong>de</strong> pena no pue<strong>de</strong> proporcionarlo ningún discurso legitimante ytampoco pue<strong>de</strong> quedar en manos <strong>de</strong>l legislador…El po<strong>de</strong>r político hasta ciertopunto, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir qué conductas somete a pena o cuáles no somete pena,porque es parte <strong>de</strong> su ejercicio en el marco <strong>de</strong>l hecho <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r que ejerce elsistema penal, pero la agencia política no pue<strong>de</strong> superar todo límite <strong>de</strong>irracionalidad e inventar la “pena” y la “no pena”…El legislador pue<strong>de</strong> hacermuchísimas cosas, pero algunas no pue<strong>de</strong> hacerlas y, entre éstas, no tienepo<strong>de</strong>r para <strong>de</strong>cir que lo doloroso no duele 41 .A pesar <strong>de</strong>l vacío jurídico <strong>de</strong> la pena, las tesis en favor <strong>de</strong> su ampliación ylegitimación aparecen por doquier. No es extraña por lo tanto la reaparición<strong>de</strong> las teorías absolutas en la nueva dogmática penal. En ello, Günther Jakobs–conectado con la dialéctica hegeliana– sostiene que la pena lo que hace esrestituir la confianza en la norma, que ha sido vulnerada por el actuar <strong>de</strong>l<strong>de</strong>lincuente 42 . De esta forma, se cierra el paso a la concepción <strong>de</strong> un <strong>Derecho</strong>40 Un prece<strong>de</strong>nte sobre justicia indígena en el Ecuador fue sin duda el afamado caso LaCocha (2002).41 Zaffaroni, Eugenio Raúl, En busca <strong>de</strong> las penas perdidas. Deslegitimación y dogmática jurídico penal,4ta. reimp., Buenos Aires, Ediar, 2005, pp. 208-209.42 El principio <strong>de</strong> “confianza” es parte <strong>de</strong> la teoría jakobiana acerca <strong>de</strong> la imputación objetiva,pues para Jakobs, “…no es tan importante que en la configuración concreta <strong>de</strong> distintos institutos como elhecho <strong>de</strong> que en el comienzo <strong>de</strong>l mundo normativo, precisamente, no sólo hay posesión <strong>de</strong> bienes, sino también,con igual carácter originario, ámbitos <strong>de</strong> responsabilidad…” Ver Günther Jakobs, ¿Qué protege el <strong>Derecho</strong>Penal: bienes jurídicos o la vigencia <strong>de</strong> la norma?, Mendoza, Ediciones Jurídicas Cuyo, 2001, pp. 28 y29. Sobre la tesis funcionalista <strong>de</strong> la pena véase también Günther Jakobs, “La pena estatal:significado y finalidad”, en Función <strong>de</strong> la pena estatal y evolución <strong>de</strong> la dogmática post-finalista (estudios<strong>de</strong> <strong>de</strong>recho penal funcionalista), México, Porrúa, 2006, pp. 15-60.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 20


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 21penal que protege bienes jurídicos, construyendo una estructura jurídica enbase <strong>de</strong> la confianza en la norma, en cuyo eje <strong>de</strong>saparece el individuo, seacomo medio o como fin. Asombrosa tesis en la cual se amalgaman las teoríasabsolutas con las relativas, don<strong>de</strong> la rehabilitación se constituye en el medioque asegure un “mundo normativo” –ético– exento <strong>de</strong> sujetos a quienes seconsi<strong>de</strong>ran como peligrosos.IV. La cárcel y el encierroLa aplicación “mo<strong>de</strong>rna” <strong>de</strong> la pena se encuentra articulada con lafuncionalidad <strong>de</strong> la prisión. La historia <strong>de</strong> la prisión como pena es antigua 43 ;<strong>de</strong> hecho, la pena que produjo la mo<strong>de</strong>rnidad es la correspondiente a laprisión, como la “pena <strong>de</strong> las socieda<strong>de</strong>s civilizadas” 44 , pues antes que la cárcelse constituya en el locus <strong>de</strong> la pena, la humanidad tuvo que experimentar conformas como la pena <strong>de</strong> muerte, la mutilación o la picota pública, entre otras.La cárcel no era más que el lugar transitorio <strong>de</strong> la pena; sin embargo, tomamayor fuerza cuando ésta se constituyó en un fin en sí. Un prece<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> ellolo revelan las mazmorras ubicadas en los castillos o fuertes, así como lasgaleras que navegaban como “prisiones flotantes” por toda Europa 45 .El castigo corporal adquirió a fines <strong>de</strong> 1840 una importancia lucrativa paralos países <strong>de</strong> norocci<strong>de</strong>nte. A medida que se expandía el <strong>de</strong>sarrollo mercantilpor el mundo, la presencia <strong>de</strong> menesterosos y <strong>de</strong>sempleados se convirtió en elprincipal referente asociado a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l <strong>de</strong>s-or<strong>de</strong>n. Los vagabundosperturbaban el or<strong>de</strong>n social en las calles, mientras el ejército <strong>de</strong><strong>de</strong>sempleados amenazaba con <strong>de</strong>sestabilizar la economía; <strong>de</strong> ahí la necesidad<strong>de</strong> “controlarlos” por medio <strong>de</strong> su confinación en <strong>de</strong>pósitos humanos<strong>de</strong>nominados como prisión. La construcción <strong>de</strong> cárceles fue imparable para43 Personajes como Tocqueville y Arendt se dieron tiempo <strong>de</strong> iniciarse en estudios acerca <strong>de</strong>las prisiones. Sin embargo, hay que ser tributarios con el polémico estudio que a mediados <strong>de</strong>lsiglo XVIII –1779– hiciera John Howard en State of Prisions, quien posteriormente plantearáuna urgente reforma carcelaria para Inglaterra y Gales, que más tar<strong>de</strong> conmovería <strong>de</strong> algunaforma al resto <strong>de</strong> Europa, aunque sus estudios terminaran con su vida mientras realizarainvestigaciones en las cárceles rusas.44 Michel Foucault, Vigilar y castigar, Argentina, Siglo XXI Editores, 2002, p. 233.45 Elías Neuman, op. cit., p. 139.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 21


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 22fines <strong>de</strong>l siglo XIX, y la pena privativa <strong>de</strong> la libertad en la modalidad másempleada para el castigo jurídico-social.Jeremías Bentham i<strong>de</strong>ó –<strong>de</strong> 1830 a 1840– un proyecto arquitectónicouniversal para el mantenimiento <strong>de</strong> las condiciones <strong>de</strong> encierro <strong>de</strong>nominadocomo el Panóptico, en cuyo seno se entremezcla la estructura carcelaria con elgobierno sobre los <strong>de</strong>tenidos 46 . El po<strong>de</strong>r ejecutivo se organiza alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>esta infraestructura, como microcosmos político en don<strong>de</strong> <strong>de</strong>be procurarse lareproducción <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n estatal.El Estado <strong>de</strong> Policía (Polizeistaat) encuentra su geografía <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r en estospequeños espacios, en don<strong>de</strong> en ningún momento se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r sucontrol y vigilancia. Las personas apresadas se convierten en los enemigos <strong>de</strong>lsistema, por ello la necesidad <strong>de</strong> mantenerlas vigiladas bajo la contención <strong>de</strong>funcionarios públicos encargados <strong>de</strong> “aplicar la pena”. La burocracia <strong>de</strong>lEstado se reproduce en las cárceles a través <strong>de</strong> un personal especializado –dirección, administración y guías carcelarios–, que no pue<strong>de</strong> per<strong>de</strong>r <strong>de</strong> vistaen ningún momento a los convictos.46 El Ecuador se ha mantenido rezagado en cuanto a los avances <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad. Noobstante, inmediatamente <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> construirse el primer Panóptico, Gabriel GarcíaMoreno construyó a los pocos años <strong>de</strong> su gobierno una prisión <strong>de</strong> similar infraestructura, quehoy en Quito se conoce precisamente como el “Ex penal García Moreno”. Sobre elPanóptico como mini-Estado ver Ibid., p. 141.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 22


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 23Ex penal “García Moreno”, Quito-Ecuador 47 .La cárcel adquirió la forma <strong>de</strong> casa <strong>de</strong> rehabilitación 48 , concepto medianteel cual se procura la “mejora” <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lincuente para <strong>de</strong>volverle la dignidadperdida producto <strong>de</strong> la comisión <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lito 49 . Se trata <strong>de</strong> volver dóciles a losseres humanos consi<strong>de</strong>rados como peligrosos por la sociedad, mediante lainstitución <strong>de</strong>l tratamiento, cuyo axioma es corregir el comportamiento <strong>de</strong>l<strong>de</strong>lincuente. Su suavización se da en el marco <strong>de</strong>l tiempo, el cual <strong>de</strong>termina sumejoría para la resocialización a través <strong>de</strong> los siguientes principios:a) Principio <strong>de</strong> aislamiento, mediante el cual se procura intimidar alcon<strong>de</strong>nado, y a la vez, establecer una brecha con la sociedad en libertad. Deahí que la pena sea individual e individualizante, excluyendo al individuo enlas prisiones por consi<strong>de</strong>rarlo como un ser “diferente” <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> seres queintegran la comunidad. Aquí se <strong>de</strong>baten los mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> Auburn y Fila<strong>de</strong>lfia.Bajo el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> Auburn se busca en la noche reducir al individuo bajo supropio silencio, aunque en el día tenga que compartir los horarios <strong>de</strong> comidasy baño. El mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> Fila<strong>de</strong>lfia trata <strong>de</strong> reducir al reo día y noche en susilencio, como un perenne aislamiento que funciona para distraerlo <strong>de</strong> lacomunidad, incluso, <strong>de</strong> la que está inmersa en las prisiones.b) Principio <strong>de</strong> trabajo, que parte <strong>de</strong>l hecho <strong>de</strong> ver al <strong>de</strong>lincuente no sólo comomalhechor, sino también como ocioso. Se trata <strong>de</strong> mantener ocupadas a laspersonas apresadas –<strong>de</strong>tenido-obrero– como parte <strong>de</strong> la fuerza productivaque exige el modo <strong>de</strong> producción, por en<strong>de</strong>, <strong>de</strong> ajustarlas al aparatoeconómico 50 . En este sentido, no es por <strong>de</strong>más señalar que las cárcelescomparten los mismos tópicos que las fábricas fordistas, don<strong>de</strong> se traduce el47 http://www.utccrs.gov.ec/site/images/cerchas/penal_redu.jpg48 Bajo esta óptica la cárcel comparte la misma estructura que los hospitales y manicomios.49 Para Mathiesen, la palabra “rehabilitar” viene <strong>de</strong>l galicismo re, que significa retorno orepetición: y, <strong>de</strong>l latín habilis, que significa competencia. De ahí que rehabilitación implique el“retorno a la competencia”. Thomas Mathiesen, op. cit., pp. 61 y 64.50 Según Teresa Miralles, el trabajo en las cárceles presenta cualquiera <strong>de</strong> las siguientescaracterísticas: 1) Escasez <strong>de</strong> instrucción laboral; 2) Imposibilidad <strong>de</strong> libre elección laboral; 3)Falta <strong>de</strong> estudios, o 4) Falta <strong>de</strong> encauzamiento laboral post-penitenciario. Teresa Miralles, “Elcontrol formal: la cárcel”, en Roberto Bergalli y Juan Bustos Ramírez, El pensamientocriminológico: Estado y control, Vol. II, Bogotá, Temis, 1983, p. 109.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 23


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 24aislamiento infraestructural, pues siempre se ubican en la periferia <strong>de</strong> lasciuda<strong>de</strong>s y <strong>de</strong>sarrollan condiciones <strong>de</strong> trabajo oculto, como parte <strong>de</strong> la norevelación <strong>de</strong> los “secretos <strong>de</strong> fábrica”. Melossi y Pavarini <strong>de</strong>cían en estesentido que la fuerza <strong>de</strong> trabajo extraída en estas condiciones genera unasustracción violenta <strong>de</strong> plusvalía, un obrero sin retribución y un nopropietario criminal 51 .c) Principio <strong>de</strong> temporalidad, que expresa la duración <strong>de</strong>l castigo. El tiempo seconstituye en un elemento medidor <strong>de</strong> la pena. De esta manera, laprolongación <strong>de</strong>l encierro como pena prece<strong>de</strong> <strong>de</strong> la gravedad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lito, es<strong>de</strong>cir, mientras más grave sea el <strong>de</strong>lito más años se aplicarán como pena.Sobre este principio, las Naciones Unidas han tratado <strong>de</strong> reducirlo por medio<strong>de</strong>l sistema progresivo, según el cual la lógica <strong>de</strong> la rehabilitación circula en lasfases <strong>de</strong> observación, tratamiento y prueba, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un programa queprocura colocar en cuestión la personalidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lincuente 52 . No obstante, eltiempo <strong>de</strong>l castigo mediante el encierro no es más que la eliminación física <strong>de</strong>lespacio <strong>de</strong> la vida, así por ejemplo: si a un joven <strong>de</strong> veinte años locon<strong>de</strong>namos a una pena <strong>de</strong> treinta, al salir <strong>de</strong> la cárcel su expectativa <strong>de</strong> seríainferior, sus oportunida<strong>de</strong>s estarían casi reducidas y su “mejor tiempo”consumido por el encierro. Por otra parte, si se observa a la pena comoproductividad, la privación <strong>de</strong> la libertad sería una forma <strong>de</strong> eliminar tambiéna las personas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la producción. El tiempo en la “racionalidad”mo<strong>de</strong>rna <strong>de</strong> la pena –vinculado a los Estados mo<strong>de</strong>rnos– se asocia a laproducción (tiempo lineal), mientras que el tiempo en la racionalidadheurística –más vinculado a nuestras comunida<strong>de</strong>s y pueblos indígenas– esretrospectivo (tiempo circular).------ (20 años <strong>de</strong> edad) ------------------------------------------ (50 años <strong>de</strong> edad) ------- segmento <strong>de</strong> extracción <strong>de</strong> la vida______________51 Para Melossi y Pavarini el aislamiento celular es un tipo <strong>de</strong> “control terrorista sobre elproletariado”. Ver Darío Melossi y Massimo Pavarini, Cárcel y fábrica. Los orígenes <strong>de</strong>l sistemapenitenciario, México, Siglo XXI Editores, 1981, p. 11.52 Michel Foucault, op. cit., pp. 239 y ss.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 24


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 25El aislamiento preten<strong>de</strong> disciplinar al <strong>de</strong>lincuente. Esta prácticapenitenciaria busca estandarizar al prisionero con los modales <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n, es<strong>de</strong>cir mediante métodos educativos <strong>de</strong> homogenización social. La educación yel trabajo van a estructurarse como los principales pilares <strong>de</strong>l sistemaprogresivo, pues a medida que el con<strong>de</strong>nado asimile los procesos educativos ylaborales para provocar su rehabilitación –“retorno <strong>de</strong> competencias”–, sulibertad corporal estará más próxima. De ahí que se instituyan los malllamados “beneficios penitenciarios” 53 , que buscan crear un régimenmeritorio para paliar la carga temporal <strong>de</strong>l encierro.Paralelamente, el sistema <strong>de</strong> rehabilitación social también tiene su propiosistema disciplinario. Aquí es don<strong>de</strong> se fortalece el aparato estatal por medio<strong>de</strong>l ejecutivo, repitiendo sobre el prisionizado un esquema que buscasancionar su mala conducta. Las sanciones a las faltas disciplinarias aplicadaspor la administración carcelaria son ilegítimas prima facie. No hay garantía <strong>de</strong>imparcialidad en su aplicación, ni <strong>de</strong>fensa en la apelación <strong>de</strong> las mismas. Poresta razón, como sostiene Miralles, la i<strong>de</strong>ología <strong>de</strong>l tratamiento se recluye ados cuestiones:(i) Se somete el tratamiento a cuestiones reglamentarias; y,(ii) Se traduce el tratamiento a una clasificación y reclasificación <strong>de</strong>lcon<strong>de</strong>nado 54 .La discrecionalidad disciplinaria somete aún más al prisionero al régimen<strong>de</strong>l encierro. De ahí que el viejo lema que dice que en las condiciones <strong>de</strong>encierro se vive “a pan y agua” no es <strong>de</strong>l todo mítico, por el contrario, es un53 No se pue<strong>de</strong> hablar <strong>de</strong> “beneficios penitenciarios”, pues todas las personas con con<strong>de</strong>napor el hecho <strong>de</strong> sujetarse a una sentencia ejecutoriada se introducen inmediatamente en elsistema progresivo, el que mecánicamente <strong>de</strong>bería conducir al prisionero hacia su reinserciónsocial.54 El Ecuador pa<strong>de</strong>ce <strong>de</strong> la excesiva reglamentación <strong>de</strong> la ejecución penal. Sin duda, elprincipio <strong>de</strong> legalidad <strong>de</strong>viene <strong>de</strong> la organización <strong>de</strong> cada centro carcelario, don<strong>de</strong> la norma escreada por el funcionario público encargado <strong>de</strong> mantener el or<strong>de</strong>n penitenciario. El CongresoNacional –hoy Asamblea Nacional– ha permitido que el Consejo Nacional <strong>de</strong> RehabilitaciónSocial internalice su lógica <strong>de</strong> reglamentación en el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l día para la formación <strong>de</strong> leyesnacionales.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 25


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 26<strong>de</strong>talle más <strong>de</strong> la disciplinarización arbitraria <strong>de</strong> la cárcel. Aquello lo estudióMathiesen para revelar algunas “directrices” –que el Dr. SebastiánEgbertszoon en 1595 recomendara para inculcar las diferencias entre el bieny el mal– en las que se estableció el siguiente sistema <strong>de</strong> faltas y <strong>de</strong> sanciones<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la prisión:1) Pelear = pan y agua por un día2) Mal<strong>de</strong>cir = pan y agua por tres días3) Insubordinarse = pan y agua por ocho días4) Provocar daños materiales = pan y agua por catorce días5) Provocar heridas = pan y agua por dos meses6) Insubordinarse con malas palabras = pan y agua más calabozo por unmes7) Negarse a trabajar = azotes más un mes en calabozo a pan y agua8) Insubordinarse con heridas = azotes y seis meses en calabozo a pan yagua9) Intentar evadirse = azotes más seis meses en calabozo bajoenca<strong>de</strong>namiento10) Intentar evadirse con violencia = doble <strong>de</strong> pena que la anterior11) Evasión = doble <strong>de</strong>l tiempo <strong>de</strong> la pena12) Negarse a trabajar por tercera vez = regreso al tribunal para sercastigado 55 .La privación <strong>de</strong> la libertad no viene sola. A ella se le suman una serie <strong>de</strong>pa<strong>de</strong>cimientos –dolores– que genera la realidad <strong>de</strong>l encierro, que implican elnúcleo y la coyuntura al momento <strong>de</strong> ser privado <strong>de</strong> la libertad 56 :1. En primer lugar es la privación per se <strong>de</strong> la libertad mediante el hecho <strong>de</strong>estar interno y a la vez aislado;2. Es la privación <strong>de</strong>l acceso a bienes y servicios, pues no se pue<strong>de</strong> tomaragua potable ni conectarse a la web cuando se está cautivo;3. Es la privación <strong>de</strong> las relaciones heterosexuales, no sólo por la exposiciónpública <strong>de</strong> la intimidad sexual –visitas conyugales–, sino porque es muy55 Thomas Mathiesen, op. cit., pp. 76-77.56 Ibíd, pp. 213-216.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 26


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 27usual en los códigos <strong>de</strong> la cárcel la vulnerabilidad <strong>de</strong> la libertad sexualsobre todo cuando se es procesado por <strong>de</strong>litos contra la libertad sexual;4. Es la privación <strong>de</strong> la autonomía, con lo que se genera un estado <strong>de</strong><strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia por la sobrevivencia más que por la libertad; y,5. Es la privación <strong>de</strong> la seguridad, en tanto que no sólo se está cosificadosino a<strong>de</strong>más “empeñado” 57 .El sistema penal selecciona doblemente a las personas que van a ingresar ala cárcel, tanto en los bienes protegidos penalmente como en los individuosestigmatizados por la sociedad 58 . A ello se suma la informalidad en lascondiciones <strong>de</strong> encierro, la falta <strong>de</strong> certidumbre en las instituciones penalesencargadas <strong>de</strong> aplicar el principio <strong>de</strong> legalidad; y, la sobrepoblación carcelariasin sentencia. El encierro termina por imponer crudas patologías yenfermeda<strong>de</strong>s sobre las personas privadas <strong>de</strong> la libertad, pues como <strong>de</strong>cíaConcepción Arenal: “<strong>de</strong> la cárcel los buenos salen malos y los malos, un pocopeor….” 59 .V. Pena con justiciaLa privación <strong>de</strong> la libertad sin garantías <strong>de</strong>viene en un momento <strong>de</strong>incertidumbre jurídica y discrecionalidad estatal; así, el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> laspersonas privadas <strong>de</strong> la libertad se <strong>de</strong>posita a una fase olvidada por la justicia.El procesado entra a la cárcel con un abandono total <strong>de</strong> la tutela judicialefectiva cuando es con<strong>de</strong>nado. La judicatura por tanto se <strong>de</strong>sentien<strong>de</strong> <strong>de</strong> élpor consi<strong>de</strong>rar que su jurisdicción ha concluido con la emisión <strong>de</strong> un fallocon<strong>de</strong>natorio ejecutoriado. Arriban entonces las posiciones <strong>de</strong> creer que el<strong>de</strong>bido proceso concluye con:57 El “empeño” es una figura muy usual en las cárceles ecuatorianas. Tiene muchasmodalida<strong>de</strong>s, pero en general consiste en la ficción <strong>de</strong> un préstamo hacia el reciénprisionizado, con la condición <strong>de</strong> reservar sobre él respeto a su integridad física si <strong>de</strong>vuelve el“préstamo” con intereses.58 Alessandro Baratta, Criminología y sistema penal. Compilación in memorian; Carlos Alberto Elbert(dir.), colección Memoria Criminológica No. 1, Argentina, Editorial B <strong>de</strong> F, 2004, p. 362.59 Elías Neuman op. cit., p. 144.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 27


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 28(a) La emisión <strong>de</strong> la sentencia con<strong>de</strong>natoria;(b) La “rehabilitación” <strong>de</strong> las personas con con<strong>de</strong>na; o,(c) La inclusión (reinserción) social efectiva <strong>de</strong> las ex personas privadas <strong>de</strong> lalibertad.Al constitucionalizar (judicializar) la ejecución penal se ofrecen,básicamente, dos clases <strong>de</strong> certidumbre sobre la realidad <strong>de</strong>l encierro quepa<strong>de</strong>cen las personas privadas <strong>de</strong> la libertad: a) Una certidumbre jurídica(formal), que incluye la efectividad <strong>de</strong> los principios, <strong>de</strong>rechos y garantías queregulan la ejecución penal; y, b) Una certidumbre institucional (material oreal) fundada en el control <strong>de</strong> legalidad sobre el régimen penitenciarioadministrado generalmente por el po<strong>de</strong>r ejecutivo. Con ello se provoca unaextensión <strong>de</strong>l principio no hay pena sin crimen…ni pena sin jurisdiccionalidad.La certidumbre jurídica comienza con la tutela judicial efectiva, seguida <strong>de</strong>la aplicación <strong>de</strong> otros principios como:(a) Principio <strong>de</strong> legalidad(b) Principio <strong>de</strong> dignidad humana(c) Principio <strong>de</strong> inmediación(d) Principio <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa(e) Principio <strong>de</strong> plazo razonable(f) Principio <strong>de</strong> celeridad(g) Principio <strong>de</strong> publicidad(h) Principio <strong>de</strong> prohibición <strong>de</strong> doble juzgamiento 60 .60 Estos son algunos <strong>de</strong> los principios que informan al <strong>de</strong>bido proceso. Véase Carlos EnriqueEdwards, Garantías constitucionales en materia penal, Buenos Aires, Astrea, 1996, pp. 99 y ss.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 28


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 29Con la judicialización <strong>de</strong> la ejecución penal las garantías <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bido procesotambién migran, atravesando la barrera cognitiva <strong>de</strong>l proceso hacia laejecutiva <strong>de</strong> la pena, pues como sostiene Bombini: “Las reglas <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bidoproceso no ce<strong>de</strong>n a partir <strong>de</strong>l pronunciamiento <strong>de</strong> la sentencia” 61 . Hay unavance al superar la clausura <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bido proceso en la formalidad <strong>de</strong>l procesopenal; <strong>de</strong> hecho, en la ejecución penal se presenta también un proceso queincluye la revisión, sustanciación y resolución <strong>de</strong> unificación y rebaja <strong>de</strong>penas, indultos, solicitu<strong>de</strong>s anticipadas y una serie <strong>de</strong> controversias oproblemas como la distribución en el sistema progresivo mediante laclasificación en los regímenes <strong>de</strong> mínima, media o máxima seguridad <strong>de</strong> laspersonas privadas <strong>de</strong> la libertad, cuestiones que suponen, claro está, untratamiento jurisdiccional y no administrativo. Hay un claro mensaje al po<strong>de</strong>rjudicial cuando, constitucionalmente, se reconoce a las personas privadas <strong>de</strong>la libertad como grupos <strong>de</strong> atención prioritaria a través <strong>de</strong> los siguientes<strong>de</strong>rechos:1. No ser sometidas a aislamiento como sanción disciplinaria.2. La comunicación y visita <strong>de</strong> sus familiares y profesionales <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho.3. Declarar ante autoridad judicial sobre el trato que haya recibido durante laprivación <strong>de</strong> la libertad.4. Contar con los recursos humanos y materiales necesarios para garantizarsu salud integral en los centros <strong>de</strong> privación <strong>de</strong> la libertad.5. La atención <strong>de</strong> sus necesida<strong>de</strong>s educativas, laborales, productivas,culturales, alimenticias y recreativas.6. Recibir un tratamiento preferente y especializado en el caso <strong>de</strong> las mujeresembarazadas y en periodo <strong>de</strong> lactancia, adolescentes y las personas adultasmayores, enfermas o con discapacidad.61 Gabriel Bombini, Po<strong>de</strong>r judicial y cárceles en Argentina, Buenos Aires, Ad-hoc, noviembre 2000,p. 172. Cfr. Leonardo César Celso, “La ejecución <strong>de</strong> las penas en el nuevo sistema procesal”,segunda parte, en Marcelo Alfredo Riquert, Pablo Adrián Cistoldi y Leonardo César Celso,Justicia <strong>de</strong> garantías, <strong>de</strong> ejecución y Ministerio Público, Nuevos roles y clases en el sistema procesal penalbonaerense, Buenos Aires, Ediar, 2001, p. 370.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 29


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 307. Contar con medidas <strong>de</strong> protección para las niñas, niños, adolescentes,personas con discapacidad y personas adultas mayores que estén bajo sucuidado y <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia 62 .En otras legislaciones se usa la nomenclatura <strong>de</strong> “jueces <strong>de</strong> vigilanciapenitenciaria” o “jueces <strong>de</strong> ejecución penal”; sin embargo, en el Ecuador se haoptado por emplear la <strong>de</strong> “jueces <strong>de</strong> garantías penitenciarias”, tal como loseñala el Art. 203.3 <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> la República:Las juezas u jueces <strong>de</strong> garantías penitenciarias asegurarán los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> laspersonas internas en el cumplimiento <strong>de</strong> la pena y <strong>de</strong>cidirán sobre susmodificaciones (cursiva mía).La <strong>de</strong>cisión político-criminal <strong>de</strong> elevar a estándar constitucional lajudicialización <strong>de</strong> la ejecución penal a través <strong>de</strong> la judicatura <strong>de</strong> garantíaspenitenciarias aún no ha podido efectivizarse. En el Ecuador el CódigoOrgánico <strong>de</strong> la Función Judicial también recoge lo postulado <strong>de</strong>clarativamenteen la Constitución; sin embargo, no se ha vislumbrado <strong>de</strong> las políticasjudiciales la existencia material o real <strong>de</strong> estos juzgados.Para judicializar la ejecución penal no necesariamente se requiere <strong>de</strong> lacreación <strong>de</strong> un nuevo instituto judicial. Las garantías en la ejecución <strong>de</strong> lapena bien pue<strong>de</strong>n ser vehiculizadas por cualquier juez <strong>de</strong> garantías penales,toda vez que el <strong>de</strong>bido proceso y las garantías ejecutivas <strong>de</strong> la pena competena cualquier juez en un Estado Constitucional <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong>s y Justicia. Esto<strong>de</strong>nota el sesgo que aún existe –no sólo a nivel institucional sino a<strong>de</strong>más en lacultura jurídica– entre la falsa frontera entre las competencias <strong>de</strong>l juez <strong>de</strong>cognición (<strong>de</strong> procedimiento) y el juez <strong>de</strong> garantías penitenciarias (<strong>de</strong>ejecución).La certidumbre institucional es el asiento real y operativo <strong>de</strong> las directricesconstitucionales <strong>de</strong> la pena. Se presenta en el sistema <strong>de</strong> “rehabilitación”62 Artículo 51 <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> la República.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 30


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 31social como la aplicación <strong>de</strong> las garantías <strong>de</strong> ejecución penal, esto es en laaplicación y manejo <strong>de</strong> la pena a través <strong>de</strong> las garantías judiciales, que partena su vez <strong>de</strong> dos vertientes: a) Una legal, en la que a través <strong>de</strong> la cognición oproceso se <strong>de</strong>terminan los mínimos y máximos <strong>de</strong> la pena; y, b) Una judicial,en la que se realiza un control <strong>de</strong> las <strong>de</strong>cisiones administrativas en laejecución penal 63 . El radio <strong>de</strong> acción <strong>de</strong> las juezas y jueces <strong>de</strong> garantíaspenitenciarias se traduce institucionalmente en el control <strong>de</strong> la legalidad <strong>de</strong> lafase ejecutiva <strong>de</strong> la pena 64 , que comienza con la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> al menoscuatro macrofunciones:1) Vigilancia en el cumplimiento a<strong>de</strong>cuado <strong>de</strong> la sentencia (garantía ejecutivocognitiva);2) Control <strong>de</strong> las resoluciones y actuaciones <strong>de</strong> la autoridad administrativapenitenciaria (garantía ejecutivo-administrativa);3) Sustanciación y resolución <strong>de</strong> las cuestiones suscitadas durante laejecución <strong>de</strong> la pena (garantía ejecutivo-procesal); y,4) Garantía <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> las personas en la fase post-penitenciaria(garantía ejecutivo-social).1.- Vigilancia en el cumplimiento a<strong>de</strong>cuado <strong>de</strong> la sentencia.- Dentro <strong>de</strong> estascompetencias se encuadrarían las siguientes funciones:a) Traslado <strong>de</strong> personas con con<strong>de</strong>na a otros establecimientos o recintoscarcelarios <strong>de</strong>l país (CAIS/CRS/CDP), sea por motivos <strong>de</strong> cercanía oreagrupación familiar, sea por pa<strong>de</strong>cimiento <strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s graves eincurables, o por la inminencia <strong>de</strong> asistencia neuropsiquiátrica.63 Leonardo César Celso, op. cit., p. 357.64 Para el planteo <strong>de</strong> una posible reforma al Código <strong>de</strong> Ejecución <strong>de</strong> Penas trabajé con lasabogadas Carolina Silva, María Belén Corredores y María Fernanda Álvarez. Participé entalleres organizados por el Ministerio <strong>de</strong> Justicia y <strong>Derecho</strong>s Humanos <strong>de</strong> la República <strong>de</strong>lEcuador y pasantías para el estudio <strong>de</strong>l régimen penitenciario en países como Chile, España yFrancia. Para una mejor ampliación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bate se tomaron préstamos conceptuales <strong>de</strong>legislaciones como Alemania, Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, España, Guatemala,República Dominicana, Perú, Uruguay y Venezuela.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 31


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 32b) Revisión <strong>de</strong>l cómputo <strong>de</strong> la pena establecida por los jueces <strong>de</strong> cognición o<strong>de</strong> proceso para corregir eventuales errores <strong>de</strong> cálculo.c) Aplicación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>nominado indulto judicial, que busca romper con latradición monárquica <strong>de</strong> atribuir al po<strong>de</strong>r ejecutivo funcionesextremadamente discrecionales sobre cuestiones humanitarias, como elperdón por el hecho <strong>de</strong> pa<strong>de</strong>cer enfermeda<strong>de</strong>s graves, incurables oterminales como cáncer o VIH 65 .d) Unificación <strong>de</strong> las penas, en virtud <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> absorción jurídica,cuando se emitan sobre una persona con con<strong>de</strong>na varias sentencias condiferentes tiempos <strong>de</strong> penas y percepciones <strong>de</strong> modulación diversas 66 .e) Concesión, <strong>de</strong>negación o revocatoria <strong>de</strong> institutos como la pre-libertad,libertad condicional u otros similares 67 .f) Disposición <strong>de</strong> medidas tendientes a la reparación <strong>de</strong> la víctima.2.- Control <strong>de</strong> legalidad <strong>de</strong> los órganos administrativos.- Son funcionestendientes a resolver los inci<strong>de</strong>ntes promovidos, <strong>de</strong> oficio o a petición <strong>de</strong>parte –administración carcelaria, Fiscalía General <strong>de</strong>l Estado, persona privada<strong>de</strong> su libertad o su <strong>de</strong>fensor 68 –, para <strong>de</strong>batir la aplicación <strong>de</strong> normas <strong>de</strong>protección para las personas privadas <strong>de</strong> su libertad. Podrían en este caso serinci<strong>de</strong>ntes:a) Ubicación no fundamentada <strong>de</strong> las personas con con<strong>de</strong>na en las unida<strong>de</strong>s<strong>de</strong>l sistema progresivo;65 Esta iniciativa fue incluida en el Anteproyecto <strong>de</strong> Código Orgánico <strong>de</strong> Garantías Penales através <strong>de</strong> la <strong>de</strong>nominada “Acción Extraordinaria <strong>de</strong> Revisión <strong>de</strong> la Pena”. Lamentablemente,hoy esta potestad sigue estando en manos <strong>de</strong> los po<strong>de</strong>res ejecutivo y legislativo, consi<strong>de</strong>radacomo un hecho político y no como una situación jurídica.66 La modulación <strong>de</strong> la pena en el sistema judicial, al momento <strong>de</strong> imponer los mínimos ymáximos, revelan las grietas <strong>de</strong> una falta <strong>de</strong> coherencia a nivel nacional, y el surgimiento <strong>de</strong>una notoria discrecionalidad, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>cisionismo puro.67 Esto rompe con la tradición administrativa y discrecional <strong>de</strong> conce<strong>de</strong>r o <strong>de</strong>negar estosinstitutos sin motivación alguna. Sin duda, se trata <strong>de</strong> la coexistencia <strong>de</strong>l Estado sobre elEstado <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> la rehabilitación.68 La <strong>de</strong>fensa técnica en la ejecución penal <strong>de</strong>be <strong>de</strong>sarrollarse con la implementación <strong>de</strong>linstituto <strong>de</strong>l “Defensor Penitenciario”.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 32


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 33b) Imposición <strong>de</strong> sanciones disciplinarias 69 ;c) Faltas y/o fallas en el funcionamiento formal y material <strong>de</strong>l establecimientoo recinto carcelario;d) Aplicación in<strong>de</strong>bida <strong>de</strong> programas laborales y educacionales; y,e) Concesión o <strong>de</strong>negación arbitraria <strong>de</strong> salidas transitorias.La <strong>de</strong>fensa penitenciaria permite exten<strong>de</strong>r no sólo la representaciónjudicial, sino a<strong>de</strong>más la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos humanos <strong>de</strong> las personasprivadas <strong>de</strong> la libertad. La <strong>de</strong>fensa podría actuar para los siguientes objetivos:i) Intervenir en todos los inci<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la fase ejecutiva; ii) Peticionarmedidas más a<strong>de</strong>cuadas para la reinserción social <strong>de</strong> su <strong>de</strong>fendido; iii)Provocar la revisión judicial <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones administrativas; y, iv) Impugnar las<strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong> la jueza o juez <strong>de</strong> garantías penitenciarias que no se ajusten a<strong>de</strong>recho 70 .3.- Sustanciación y resolución sobre cuestiones suscitadas durante laejecución <strong>de</strong> la pena.- Esta competencia supone la existencia se una audienciaoral –audiencia <strong>de</strong> observación– para los inci<strong>de</strong>ntes que ameriten la recepción<strong>de</strong> pruebas. Las resoluciones <strong>de</strong> las juezas o jueces <strong>de</strong> garantías penitenciariaspodrían ser revisadas por una autoridad superior, sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> recordar que lafase ejecutiva implica también la judicialización sumaria <strong>de</strong> los conflictos. Laexistencia a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la judicatura <strong>de</strong> garantías penitenciarias permite eljuzgamiento <strong>de</strong> <strong>de</strong>litos cometidos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l establecimiento o recintocarcelario, acciones punibles que hoy lamentablemente quedan en laimpunidad.4.- Garantías pos-penitenciarias.- Las juezas y jueces <strong>de</strong> garantíaspenitenciarias, en el marco <strong>de</strong> la inclusión (reinserción) social <strong>de</strong> las personascon con<strong>de</strong>na, <strong>de</strong>ben garantizar el estatus <strong>de</strong> liberado, sea que su ingreso al69 Sobre este tema hay mucho que hilar. La disciplinización <strong>de</strong> la vida carcelaria ha generadola aplicación <strong>de</strong> penas sobre las penas, establecidas al libre albedrío <strong>de</strong>l reglamento que elejecutivo asigne para <strong>de</strong>terminados centros carcelarios.70 Leonardo César Celso, op. cit., p. 357.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 33


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 34medio libre se <strong>de</strong>termine por agotamiento <strong>de</strong> la pena o por cualquier otroinstituto que implique la inserción como ser social a la comunidad. Aquí <strong>de</strong>beprocurar el cumplimiento <strong>de</strong> las cuotas para el acceso a <strong>de</strong>rechos como eltrabajo, la no estigmatización o discriminación por antece<strong>de</strong>ntes penales y lasolución <strong>de</strong> inci<strong>de</strong>ntes como consecuencia <strong>de</strong> haber estado privado <strong>de</strong> lalibertad, por ejemplo el registro <strong>de</strong> <strong>de</strong>tenciones o en general el registro penal.VI. Reflexiones finales: más allá <strong>de</strong> la penaLa construcción <strong>de</strong> un nuevo or<strong>de</strong>n en la ejecución penal supone un cambioen el manejo <strong>de</strong> las instituciones penales. El or<strong>de</strong>n social ha sido representado–enteléquicamente– por el ius puniendi, en el que el po<strong>de</strong>r ejecutivo toma laposta para su aplicación real. La pena sigue expresando simbólicamente unanoción <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n, <strong>de</strong> castigo y sanción; <strong>de</strong> ahí que la sociedad mo<strong>de</strong>rna aún noha librado los viejos esquemas <strong>de</strong> ver en ella la aparente composición <strong>de</strong>ldaño.La incorporación <strong>de</strong> la prevención individual en nuestro or<strong>de</strong>namientojurídico supone la aplicación <strong>de</strong> la rehabilitación como función <strong>de</strong> la pena. Sevuelve al esquema cuya meta es curar al <strong>de</strong>lincuente-enfermo, en el que serrehabilitado es sinónimo <strong>de</strong> ser curado. Lamentablemente, no se pudocambiar la noción <strong>de</strong> “rehabilitación” que se esgrime <strong>de</strong>l Art. 201 <strong>de</strong> laConstitución <strong>de</strong>l 2008. La oleada <strong>de</strong>l tratamiento como pena aún no encuentrasolución en nuestra fase ejecutiva <strong>de</strong> la pena, mientras que la construcción <strong>de</strong>ella todavía se funda en el estado <strong>de</strong> ánimo <strong>de</strong>l legislador y la discrecionalidad<strong>de</strong>l juez como un hecho político y no jurídico.La <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> seguridad ha conducido a la política criminal <strong>de</strong>l país haciala caravana arquitectónica <strong>de</strong> construir más centros <strong>de</strong> rehabilitación social(Panópticos) 71 , Se cree que a mayor numero <strong>de</strong> cárceles menores índices <strong>de</strong>criminalidad. Aparece a<strong>de</strong>más el fantasma <strong>de</strong> la privatización o concesión <strong>de</strong>71 Por ello el Ministerio <strong>de</strong> Justicia, <strong>Derecho</strong>s Humanos y Cultos mantiene la Unidad <strong>de</strong>Construcción <strong>de</strong> Cárceles (UTCCR).Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 34


<strong>Jorge</strong> <strong>Vicente</strong> <strong>Paladines</strong> / Más Allá <strong>de</strong> la Pena: ¿Se Acabó la Justicia? 35los centros carcelarios 72 , una forma eficientista <strong>de</strong> procurar la extracción <strong>de</strong>plusvalía y el lucro sobre la sustancia humana cautiva, pues las cárceles vacíasno representan negocio para las corporaciones que están <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> lasconcesiones, por eso su misión <strong>de</strong>sesperada en llenarlas. Elías Neuman tienerazón al <strong>de</strong>cir que: “Al encierro no se va a cumplir un castigo sino a sercastigado en forma diaria, continua y repersecutoria” 73 . Aquello implica unaimplementación <strong>de</strong> políticas tendientes a encontrarse con un mundosobrediagnosticado, pero poco consi<strong>de</strong>rado en los procesos <strong>de</strong> toma <strong>de</strong><strong>de</strong>cisiones en materia penal.En un Estado Constitucional <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong>s y Justicia no <strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>rse laaplicación <strong>de</strong> le pena como un ejercicio ilimitado, sino restringido por lasnormas constitucionales 74 . En este panorama <strong>de</strong>solador, <strong>de</strong> aplicación <strong>de</strong> unapolítica y un <strong>de</strong>recho penal <strong>de</strong> autor, la actual Constitución extien<strong>de</strong> lasfunciones <strong>de</strong> la justicia. La institución <strong>de</strong> la jurisdicción <strong>de</strong> garantíaspenitenciarias se constituye en la contención <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> Policía en su fasemás cuestionada. Se trata <strong>de</strong> aplicar las garantías judiciales en sectores quedurante décadas han sido relegados al silencio <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>rechos y conminadosal <strong>de</strong>cisionismo <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r ejecutivo.Debe establecerse el control <strong>de</strong> garantías en la ejecución penal <strong>de</strong> lascárceles sobre la base <strong>de</strong> la transformación <strong>de</strong> jueces magistrados a juecesciudadanos 75 . Aunque la mejor garantía a la dignidad humana sea aquelladon<strong>de</strong> las cárceles <strong>de</strong>jen sencillamente <strong>de</strong> existir, por el momento, otomamos el reto <strong>de</strong> la judicialización en la ejecución penal, o nos <strong>de</strong>jamosllevar por la barbarie…72 Sobre la privatización <strong>de</strong> las cárceles véase Stephen Nathan, “Privatización <strong>de</strong> la Prisión:Acontecimientos y temas internacionales y sus implicaciones para América Latina”, en ElíasCarranza (coord.), Cárcel y justicia penal en América Latina y el Caribe: cómo implementar el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong><strong>de</strong>rechos y obligaciones <strong>de</strong> las Naciones Unidas, San José, ILANUD, 2009, pp. 280-31473 Elías Neuman, “Cárcel, <strong>Derecho</strong>s Humanos y Neoliberalismo”, en Ana Messuti y JuanAndrés Sanpedro Arrubla, La administración <strong>de</strong> justicia: en los albores <strong>de</strong>l tercer milenio, BuenosAires, Editorial <strong>Universidad</strong>, 2001, p. 188.74 Fernando Tocora, op. cit., p. 177.75 Luigi Ferrajoli, op. cit., p. 574.Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Penitenciario/USMP 35


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