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BIBLIOTECA LITERARIA

El anjel del hogar - Biblioteca Luis Ángel Arango

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<strong>BIBLIOTECA</strong> <strong>LITERARIA</strong> I~<br />

EL ANJEL DEL HOGAR.<br />

ESTUDIOS<br />

MORALES f\CERCA DE LA ~IUJEB<br />

POR<br />

MARIA DEL PILAR SINUES DE MARCO.<br />

'!P IllP (!) il/lIt Jl ¡P 114<br />

]JE NICOLAS PONTON I OOMPAÑIA.<br />

lS7~ ..<br />

5NTBJ!GA 38.<br />

Este Libro Fue Digitalizado Por La Biblioteca Luis Ángel Arango Del Banco De la Republica, Colombia


Biblioteca<br />

Litel~aria.<br />

Coleccion escojida de historias, novelas, comedias. dramas, petipiezas, etc, español:1s,<br />

francesas i americaMs.-Valor de 2Gcntregfl.s, S l-:!O. Valor deun aîio, $ 4-40.<br />

AKO 1.-1872<br />

EL ANJEL DEL HOGAR.,<br />

--- ..• -+ ----,--_.<br />

Mucho tiempo hacia que anhelaba I: Catalina i las desalmadas pájlnas qne<br />

C!.onsagrar esclusivumente a mi sexo: I ofrezco de nuevo al público COD el titualguno<br />

de mis trabajos, aunque en todo': lo de EL ANJEL IlEI. HOGAn.<br />

cuanto hasta el dia he escrito me ha' Aquella obra, a despecho, de la exeeguiado<br />

clluteres que aquel me inspira. i! siva modestia de su autor, que la call,...<br />

Por fin se cumplió mi deseo en el aÏlo .: ficó de Apuntes para un libro, es, en<br />

J857, en que empezó fi publicarsc en:: nlÍ concepto, dcmasiado profunda cn<br />

La Moda de Cádi:; la preseute obra: razon fi la débil compreDsion de la<br />

con ci título de LA l\IU,IEII. ¡mujer: los capítulos que forman la mIa<br />

Vai a cspliear a mis lectol',~s por qué' SOilsencillos como mis creencias, cariaparece<br />

con otro nombre l'Il las demas Ïlosos como mi corazon.<br />

ediciones. En el libro del SetlOr Catalina se V6<br />

Apénas comenzada la de CÜdi7.,vÍ cn 'all1:>mbre pensador, filósofo i erudito:<br />

las columnas de El Estado, unos artí- " cri el mio se descubre a la mujer que<br />

culos firmados Call las Iniriales S. C. ; i no sabe mas que sentir.<br />

aunque su moJesto autor los titulaba Ninguna prcteusion encierra este tra.<br />

tambit'D L(& Mujer, noté que rn ellos bRjo 'lan agradable para mí; no he<br />

nada habia que coincidiera Call mi obl'a. rccojido, pdra formarle, prolijos apuD-<br />

Pasados algunos mcses, tuve la doble tes, ni es tampoco el fruto de maduras<br />

satisfaccioll de saber que aquellos art/-' i gravcs rrfleccioncs ; UDa cabeza juveculos<br />

se debían a la clcganle i corrccta, nil i entllsiasta, como la mia, DOpuede<br />

pluma del señor doctor Severo Catali·" sujetarse a UIl estudio hostil i detenidQ<br />

Da, i de poscerlos cODvertldos ell un dI' las costumbres: i digo hostil, porqu.s<br />

precioso libro; i ya que no me fué po- todo ser analítico i observador lo es con<br />

sible cambiar el título con que el mio aquello que procllra profundizar para<br />

\ihí la luz cn Cádiz, lo hice dcsrues por consrguir SllSfines.<br />

deCet'enl'ia al sellor Catalíníl, de cuya Los mio


4 INTRODUCCION.<br />

nárs.eme en .gra~ia del dolor que la cor-I mo i de la intoierancia, i acompañada<br />

reCCI?Dm.e IDSplra: de ~!Irtirlos sin cueut~ i de peoosos<br />

:MI aficlOn a la literatura me ba pro-I sacnficios, esos la despojan de sus preporciooado<br />

muchos ratos de felicidad, i ,ciosos, nliturales i sencillos atavios:<br />

entre ellos, Jectoras mias, SODlos mas ii esos la descoDocen i la confunden con<br />

preciosos lias que mas gratos recueI' - ¡ i el errar i la supersticlon.<br />

dos encierran p~.ra ml, los que. he dedl- '[r Yo os la eoseiüué, no para gue os<br />

cado a estas páJlllas, que cooflo os han asuste, sino para que la amels como a<br />

de entretener i aprovechar. I uoa amiga: i ella vivirá entre vosotras<br />

¿ I eómo no, si la~ eseri.be una c3.ri- I i os hará felices.<br />

ñosa amiga vuestra, ¿. Como no, SI la :I Casi siempre ouestl'09 males son<br />

autora de ellas recoJe I guarda en su' nuestra po' b " si s d" á<br />

pecho todos vuestros dolores, i los sicn- !: r. pia o ru, I e eu l'Ill sete<br />

on' d 'bl . t 'd d? Có l' mos dctemdamente nuestra conciencia,<br />

c lU eCI e III COSI a • 1, mo no ' ,<br />

sf a guiad u luma o' I ' i;;encontraríamos en ella el oríJen de las<br />

v I ia s. P? P I C corazon 'desveoturas que lamcntamos.<br />

no por a c CnClll• l" ,<br />

He procurado eo ella!ll poneros a la "Y,oos har~ ver que la mllJer. bueoa<br />

vista IllS virtudes que mils embellecen cs siempre dichosa; que,la ProvJdcn~la<br />

el hogar doméstico i que son 13 base de 00 III de~a~lp!lrn nunca, I que si le me-<br />

III verdadera felicidad de la familia. ga toda .ehcldad aparente, por sus locs.<br />

i Ojalá, mis ióveoe~ lectoras, que crutnbl~s d:signios, le deja eu ~ambio<br />

estas estudios contribuyao a formar i el mas ,lIlestlmaule de todos los bleoes :<br />

vuestros corazooes para la virtud! ¡OJa- .: el q~e Jamas se acaba: el que nada, ni<br />

Já que, alleerlosjuoto a vuestros padres·! nadie, puede arrebatarle : LA. PAZ DE L~<br />

cnlas largas i dulces veladas que pasels; CONCIEr;ClA.<br />

a su lado, eocontreis aJgun solaz, si os : Mi único propósito es consolaros, i<br />

abruma la tristeza! j Ojalá que os den. mi mas coostante deseo se cifra en que,<br />

alguna conformidad si padeceis ; algun: cuando siotais alguna afllccion, llbrais<br />

consejo si fluctuais con las pasiones tan: estas pájinas i hulleis cn ellas vuestro<br />

"iVllS eo vuestl'a edad! I alivio; si lo consigo, I benditas sean las<br />

Para vosotras es este libro, jóvenes 'dulces horas que empleé cn este trabajo,<br />

que aún reposais bajo el techo paterno; i pues ellas os habrán procuflldo un bien<br />

para vosotras lo he escrito; i plcgue a . que pocos han peosado en proporciona-<br />

Dios quc, cuando le torneia, digais al ros' i Bendito sea el pensamiento que<br />

abrirle: aquí se encierran los c~~ ¡! me lo iospiró, emanado sin duda de la<br />

amorosos de una amiga. r madre de Dios, pOl'que al tomar la plu-<br />

No os impoodré la vlr'tud coo precep' ; ma para hablar de vosotras, Invoqué<br />

. tos ríjidos o descarnados: os ~ccré : I con fervor a la Vírjen MarIa, protectora<br />

a la ViStd los rIesgos que tra6''é1 no II de ouestro scxo: a esa dulce mlldre,<br />

practlcarla 1105 bienes que nos propor- l' que cobija bajo los pliegues de su saclona<br />

su ejercicio. 'l·. grado m¡¡nto todos los dolores silenclo-<br />

Os la presentllré tal cual es, hermosa I 50S, todos los martirios ignorados, quo<br />

IlIena de encllotos iatractivos: los que II siembran dc abrojos III azarosa exlsteQ-<br />

•• pintaD huraña, rodeada del rigoris- l, cia de la mujer!<br />

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JEL ANJrJEL ICD1E11ltJO)lRr.&ili"<br />

ESTUDIOS mORALES AOSRCA D~ LA MUJER<br />

POR<br />

l,lARIA DEL PL LAR SIXUES DE l\IA IlCO,<br />

---.- .•-•..---<br />

CAPÍTULO PRll\IERO. l' C¡JC las mins el apliclIr el remedio: desil<br />

cubriré houdo; i silenciosos dolores;<br />

DB LA PRUIERA EDAD DE LA lI11IJER. :' c\'Ílcnlos lIt¡ucllos séres fi quil'nes Dias<br />

. ha impuesto tall sllgrado i dulce deber.<br />

I. i I Llega, por flu, el Íl;stalltc del alum-<br />

\ I bramiento.<br />

Eu los dias de angustiosa alegría en ~I :\.iiHl' gl'ita e: facultativo desde<br />

que se C,:lcra un alUlllbramirnto en unO! cllOterlOr dl' la alcoba.<br />

familia, I~ que m~"l preccupa el ¡¡!lima -¡ l\i~¡;I:dic~ la Illadre call tdstcza.<br />

de todos es la esperan;~Cl de C¡lW sr,\ ,-i :\Illa I l'l'rIte el pa.dl'c call dcsavarou<br />

la criatura que \'a a nacer, i el bento., '<br />

temor de qu~ sea hembra: toùos Sill .1, la po~)re (;rlUtur~, Call un lastlme:o<br />

csc?pcion, lInhelan lo priml't'u, a lia 3cr,: "apdo" pIde l'ompas¡,)\1 PÍlI'f\ su, debique<br />

la maMe, por una rnzon ÙC l'gois- I,ùaù, I perdon pur h(\bcl' ,'cuIdo al<br />

mo, desce una hija, que mas t¡,rùe ua l11unùo.<br />

de ayudarla ell los quehaccres ÙOO1I:S- I AI cscucharle, se conmueve el coratleos.<br />

" wu dc sus padrc~: III madre se mues-<br />

El destino de la mujel' es, en vcrdad, ': tra uu tuuto rl:si~narlu, i el ~¡¡dre, cuyo<br />

tan dpsgral'iado, que la triste7.


6 n I n L lOT E C A L I T E li A R I A.<br />

mujer criasc a sus hijos porquc corria li dc esa criatura, sangrc de vuestra saneI<br />

riesgo de pcrdel' los cauellos: !lOobs- II gre, que tal vez os va a perder para<br />

taute, la m:¡dl'c de la autora de estas', sicmpre !<br />

desaliiwdas líneas ha amamantado a sus': Con la misma indiferencia sabeis que<br />

diez hijas, I posee en el dia los cabellos i! se acuesta i se levanta: ni recojeis,<br />

mas hermosos que es posible imajinar" ni dormirse, su aliento en un prolonaunque<br />

los hubiese perdido de buena, gado beso; ni absorbeis en vuestros<br />

gana a trueque de dar el primer oli-', ojos el rayo postrero de luz, que en<br />

mento a los sércs que le debicroo la " aquel dia lanza sus inocentes pupilas;<br />

vida. ; ni asistís a su despertar para recibir su<br />

Una vez cn poder de la nodriz3, apé- !: primer abrazo, su primer acento.<br />

Das la vé su m;¡drc: con aquella: i La nodriz:I cs quien os roba todos<br />

ducrme i en SIlSbrnzos permanece todo; , esos tesoros!<br />

el dia, siendo ésta mujer mercenaria i I la noùriz:l, para conservar por mas<br />

grosera la quc reeoje su primera sonrisa tiempo su lucrativo puesto, niega a vues,<br />

i el acento primero, que con puro gor·, tra hija ci alimento cuando lo apetece,<br />

jeo se escapa de sus labios, cspresnndo i obliga a la pobl'e ni¡la :¡ que se uutra<br />

siempre los dulces nombres de papá i i con el oro de Sll padre, en vcz de alímamá.<br />

I: mentarse con la savia del seno ma-<br />

No parece sino quc la Providencia, terno.<br />

cuida nnte todo de panel' en la inocente" i l\Jadres jóvpnes i hermosas! i Ya os<br />

boca dc la eri'ltul'a estas dos palabras,: cscueho declamar contra mí i calificar<br />

cuya significaeion es lo primero que ha de inhumano sncl'ificio, de martirio inde<br />

echar de ménos al pi~al' los llInbra- soportable lo que os fXijo I i Pero si<br />

les del mundo. Pero los padres solo oycn supicl'ais cn:1I11-) ganaríais en bellem,<br />

la voz lie su hija cuando ha pcrdido si os adornase la ~olicitlJd materna L_<br />

ya su inocente i primitivo eco; cuan- ; Cuánto mas intercsantcs pnreceriais a<br />

do ya la hn modulado la uodl'il.a a su vuestras esposos dando III pecho a vues,<br />

placer i en relaeioo con la delicadeza de tl'OS hijos ~ 1 C(¡mo eouquistarlais su<br />

su tímpano; i la cl'iatura, cuyos ilnjé- cornzon, i e'JéÍa (¡pimos f"UtlS rccojeriais<br />

Iicos ojos ùcbian \'CI' C(luth,u:llllí'nte la de tan santo i hermoso ~a('rificio '<br />

sombra protectora de su madrr, llega a Yo eonoz('o fi nil hombre qne se apr.edesconocer<br />

a la que le úió el sél'; i surÓ a cumplil' los d~SCllS de su jóven<br />

llora, si por casualidad, la toma en sus i belh esposa, buscando una nodriza al<br />

brazos durante alguuos instantes.---_ , " heredero de S'lS títulos, !que pasa lar-<br />

Es una cosa snbiùa, qne jrllcralmente :I gas boras en :ulla bohardilla, coutemel<br />

padre i la madre saleu i cntl'an en piando embelesaùo a unl pobre muchacasa,<br />

sin imprimir un beso en la frente ,cha, la cual amamanta II un nlllo que<br />

de su hija: ningun aprecio les merece de él tUYO.<br />

esa dulce i santa espansion. qne allUIl- La madre desllntul'alizada tiene la<br />

cia al pedazo de sus cntraÏlas Ulla se-' eull'iI de que ese homb('ll haya buscado.<br />

paracion, que debe ser scntida quizás en una f¡llln. el goce inestimable de<br />

como un dolor eterno. ¿ Quién os ha contemplai' el amol' materno.<br />

diebo, padres de belado i tgoista corazan,<br />

que no puede poner fin a vuestra II.<br />

'VIda uu aceidentc ántcs de volver a<br />

casa, ántes dc tornar a ver a vuestra' j Al concluil' la lactancia, se despide a<br />

hija? iAh ! i Si fuérnis vcrdadet'amente ~,la noùriza. i la nífla pasa II poder de UDa<br />

cristianos, sabríais que Dios os encarga'! aya, que ha de r('unir preci~amente Iss<br />

hacel', al salir de casa, la seÎÍal de la cualidades dI) fea, vieja i sllntUI'rOna;<br />

cruz, como UDpreservativo de los males' cuanto mas elitirllda i ridícula aparezca,<br />

que os pueden sobrcvcnil', i al formnr el ; cuanto mas enfáticas sean sus palabras,<br />

signo de la Redencion, os acordariais 'tauto mas suele agradar jeneralmente ;<br />

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E L A\ J E L D E L II O (j An. 1<br />

i ¡¡iDCmbal'go, la uillez ama la belleza i In mas hel'mosa i bcndita entre todas<br />

la temura, coma 139 /lOI'cs al sol; la . la,~ mujeres, i quc nqucl niilO Jesus.<br />

infancia se dcs\'in, pOI' instiuto, de la quc mc sonreia en los nItares, era el<br />

vejez adusta e intolCl'alltc, i ¡¡¡]iviua Ji'IIto bendito ele sn vicntre; pediale<br />

donde hai bondad de corazon, elulzura, con l'fusion que ro~asc por mí miéntras<br />

de caráctel' i poesia ele aim,}; pl'eguu- I: vivirse i en la /tora de mi muerte, i<br />

tad a UDa níùa de tres ailOs quien quiere:, esperûba de Dius i de su santa l'IIadre el<br />

que la vista para ir a paseo; si su :' cousuelo de todas ods amarguras, i en<br />

abuela, o la doncella de su madrc, mu- ' ellos veia a mis cclestiaks bienhechores.<br />

chacha risueiía, coqueta i avispada; de': Mi padre me enseiHlba aùcmas ol'acio·<br />

seguro se decidirá pOI' la srguuda, por-' nes adecuadas a todas las situaciones i<br />

que la juventud i la niÚcz han sido' dolores de mi viùa: cuando yo era niÏla<br />

unidas pOl' el Creador con uu lazo de : padecia del accidente Ilamaùo a¡ferccía<br />

11ores. i me 1'1lSeÙÓ la si~uiente oracíon :<br />

A!>í, pueii, la criafura, ¡¡lie snle ùel ¡ Virien Sant/sima, ha:;me buena i<br />

dominio de su noùriza, sufre un U1arti-·liórame tle todo mal!<br />

rio mas cruel bajo ci de su aya; a lo I i Santa Elena gloriosa, liórame de<br />

ménas la nodriza cra jóven, cantaba i al/e recia I<br />

rcill, enseiianùo nna blanca e i~ual den- :: Estas tiernas i sencillas palabras,<br />

tadura; i cnt60ces la niña ol\'idaba los I unídas a las oraciones tan elocuentes i<br />

pellizcos I golpes que recibía, í se reia' dulces que la Iglesia nos eoseüa, las<br />

tambien i gorjeaba alegl'e. Pcro ahora .• han rf:petido mis lahios todos los dias<br />

iai I El aya no rie nunca; le ensci'Ja,· de mi vida; hoi las repiten tambieD.<br />

séria i tiesa, a leer i l'czar, pero no como i eu!}Ijùo mis cabellos se maticen de<br />

debe hacerla una madre •. plata, creo que ni UDO solo las habré<br />

¿ Sabeis cómo debe enseilal' a leer i a ; olvidado.<br />

rezar una madre? Oid: la min ponia' i Plegue a Dios que, al helar mis lami<br />

cartilla en su falda i hu'go me decia: '!.lias el soplo de la muerte, las repita<br />

-Vamos, amor mio, vamos a ver si . toùavía, como un último suspiro de<br />

te aprcndes uua letra i luego te llevaré 'amor, dirijido al Dios de las misericora<br />

paseo; empieza. A, n, como hace el" días i il la lleina del cielo; como un<br />

borriquito; como te pidl1 pan tu cOl'ùe- ,acento de gl'atitud a la memoria de mis<br />

ro; C, acuérdate del ccdacito; D,: nobles i cariÏ1osos padres!<br />

piensa l'Il tu dedito; i eu seguida vol- 1/'<br />

via a nombrarme cada letra por ci apo- I III.<br />

do que ella misma le hnbia dallo:<br />

todas'!<br />

teniao el suyo, habia sWita, [lastel, qa- I Preciso será dar ya un nombre a la relito;<br />

i cuando cOllseguia, a fuerza de : cien nacida. í Quereis, lectoras amadas,<br />

dulzul'a i paciencia, algun adelanto, me ,'(lue le ponga el mio'? Esta niÏla. tipo<br />

llenaba de caricias i me llevaba a pasco, : viviente de la hija, esposa i madre do<br />

poniéndomc mi sombl'ero de paja, que, nucstl'U actual sociedad, me iDteresa i<br />

me tenia cnamoralla pOL'su tumaÍlo i por: I compadece tanto, que quiero partir con<br />

sus hermosas i flotantes cintas, ' ella el hermoso i cnvillíable privilejio<br />

¿ Quereis sab~r ahora cómo aprendi;' de llevar el nombre de la Madre de Dios.<br />

yo a rezar'? !\Iis padres tenían ci cui-:: Llamémosla, pues, Illaría, isigámosdado.<br />

conforme me iban enseÜalldo la . I la en los primeros aÏlos de su niñez.<br />

oradon duminical i III del Üujd, de; i El aya tiene una paciencia ~uma hashacermc<br />

COUlp,'ellder la que rezaba: yo :' ta que IIrga a coùral' eonfia~.


8 <strong>BIBLIOTECA</strong> LITEItAllIA.<br />

cia para con la pohre M


EL ANJEL DEL HOGAR.<br />

La elase media se divide cn dos opi- ;¡ que el saberia hacer pueda aborrar gnm.<br />

niones enteramente 0puèstas: los pa-: i des sumas de dinero en una casa, son,<br />

dres que tienen orgullo en confesarse , materias mui secundarias; en esos cole.<br />

chapados a la antigua, enscÏlan a lo ., jios no se enSf:üa a las niñas fi peinarse<br />

sumo Il sus hijas a leer, a escribir lias solas, ni a mullir su lecho, ni a zurcir<br />

cuatro reglas de la aritmética para que II su ropa, ni a pegar una cinta en un zatomen<br />

la cuenta Il su criada; pero no ¡ I pato o un boton en un brodequin; el<br />

les enseñan mas libros que el Ejercicio" pl'inado lo bace ulla doncella, ci lechl)<br />

Cuotídlano, 'li les permiten escI'lbir mas,! lo afl'egla una criada, i el calzado. __ . eL<br />

que 1(1 nec¡,sal'Ío para apuntar la ropa a: i calzado se tira cuando se rompe; así,<br />

la lavandera; nada de correspondencia, :' una hija de un emplead u que tiene doce<br />

aunque se ausente una amiga de la I! o diez i seis mil reales de sueldo al nño.<br />

infancia, si es que le consienten tener': se educa con hábitos de duquesa millo.<br />

amigas; Ins pobres niñas tienen que Ilual'ia, i i pobre


CAPíTULO<br />

DB LA. MUJER EN SU JUVENTUD 1<br />

ANCIANIDAD.<br />

BIB L lOT E C A L I T E R A R I A.<br />

ma recta i sana; entiéndase educacloo!! tros de todas clases que haco cuatro<br />

grosera e hipócl'Ïta: eduracioll de Ja . a¡¡os 1ft diriJcn, i que, sinembarg


EL ANJEL DEL nOGAR. 11<br />

___ ~ ~-_-'V'""", , _"'o,'''' ,. ,. _'"'- •.....•<br />

placeres el de despertar la vanidad en .: maestros, i en ci cual se va a ver p~ra<br />

el corazon de una niña inocente: i l. siempre exenta del molesto trabajo, no<br />

Illego SI) quejan de la coquetería de las' de dai' leecion, sino de inventar disculmujeres<br />

i aborreccu el m::trimonlo ! ,. pflS para no dada! .<br />

Desde estc dia empieza li robuste-: L1rga, por fin, el suspirado momento<br />

carsc el orgullo de María, que nació : de que se cUOl\ilan sus deseos.<br />

primero que su razon, pOI' los continuos '! 1No mas mÚsica, no mas dibujo, DO<br />

i perniciosos ejemplos que ha tenido a : mas francés e italiano I j No mas aya,<br />

la vista: presentada en el mundo ¡intes . que coarte rI coquetismo i ehada de sus<br />

de tiempo, gracias a su desarrollada ('~.. amigas I ¡Ya podrá entregarse a la me·<br />

tatura i a su talento preeo~. el mundo ,ditacion, a que hace alguD tiempo se<br />

la Dutre con ('I veocno mortal Ù~ su Ii- ,muestra tan aficionada I i Ya podrá<br />

Bonja i de su falsedad, i ántes de curar· hareI' versos {I solas' Porque habeis de<br />

se de los defectos de là infanria, ad- ,sahcr, lectoras mi~s, que a casi todas Jas<br />

quierc el mas refinodo coquetismo i el mujeres que se educan como María, les<br />

orgullo mas insoportable. :; ùa a los diet i seis lllIOS, por escribir<br />

A ejemplo de sus amigas, pide a sn ; vel'SOS,que, por lo r('gular, suclen ser<br />

madre una doncella para su servido : pasto de las llumas.<br />

particular, que le es otorgada en segui- i La causa de las meditaciones i de los<br />

da; quiere que, euanùo va a \a iglrsia "'crsos de Mada es c\ amor; ha encon-<br />

CODsu aya, la siga uu lacayo con \lU trado en un baile Il un hermoso jóven,<br />

almobadon i una \)ols'l de terciopelo, espIritual i simpático como ninguno; la<br />

quc contiene sus dllvocionarios, i suIe ternura i lu poe~ía de su lenguaje han<br />

por las tardes en cI carruaje dc S\l ma- cautivado su eorazon, virjen hasta que<br />

dre, con su aya tamuÍl'II; pero como Jc vió, de toùo nmor; es el marqueslto<br />

ésta se duerme, Marín queda sola i en D. __ ' que acaha de llegar de sus vÜ\'"<br />

libertad de hacer cuantos jestos quiera i jes i pertenece a una opulenta i Dobilíde<br />

tomar cuantas posturas le acomodeD.: sima familia.<br />

I¡ Cuando María sale en carruaje, ~l<br />

II. l' mal'qucs signe a caballo su coche, sIn<br />

. que la familia de aquella vea en esto<br />

Desde que la nlUa ha entrado en ci uada de particular, porque todo el munmundo,<br />

ha concluido de hacer caso de do sabe que Maria asiste a las soirées<br />

5US maestros: Clm lo qtle sabia se que-' de la madre dcl Iloble jóven ; i entléndó:<br />

cs decir,con aeompalHu'se ulla CIlU- ,dase que el mundo, para alguDas percion<br />

cn el piano, dibujal' mul mcdillUa- sonas de las ari.·tocracia, está reducido<br />

mente i bordar Il medias una fIOI', ' al ('il'culo ell qllc viven; el resto de la<br />

Las visitas-porque ya es admitida sociedad no significa nada a sus ojos, i<br />

en elsalon de su madrc-cl paseo i las . dicen de él lo (lile Cleopatra deeia de<br />

tertulias ocupan casi todo su tiempo, sus euntlcos, al desnudarse delante de<br />

robándole las hOl'as que le rcstan, ci . ellos para metrrse CIl el baño: Oncuidado<br />

de elejir tres O cuatro trajes esclavo no es !tambre.<br />

cada dia en Sll I1umeroso guardal'Opa, . Comi) la madre de María no ha esta-<br />

Los maestros i el aya se conservan, ùkcido entre ella i su hija esa dulce<br />

slnembargo. cuatro aùos mas en la ': iutimidarl, que comicnza en la cunal<br />

casa, con el mismo :-ruto que si nil ('s- . acaba cn ci s('pulrro, o quizás, segun<br />

tuvieraD. Mas i ob, cuan bello se pre- : mis er('rncías, ni aun acaba allí; como<br />

senta a Mada ci dia eu que cumple \a ,'ive la jóvcn casi emancipada, no coodécimasesta<br />

primavera de su edad :. fia 8 la que le dió el ser el secreto de su<br />

i Aquel dia en que, dáudose su edura-', :unor. I ¿ para qué? Ella sabe mui bien<br />

ClODpor terminada, \'a a quedar en una ; que su casamÏl'nto está ya tratado desde<br />

libertad completa e ilimitada! i Aquel :\ hace tiempo con otro, i como ba vívIdo<br />

ala que se ha fijado para despcdir Il los ,I SiD el amor de su madre, ni comprend,<br />

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.........•.... - ...•...-" ~ --_ ....•...... ..-_,~-----.-<br />

<strong>BIBLIOTECA</strong> <strong>LITERARIA</strong> •<br />

taD dulce sentimiento ni tiene confianza r' hogar<br />

- ...•..... , ,~ ~.,...,....r-...r- ,....._""'- ,..............• , J""....-.....-., .••", .........••..••.•...•...•....••, --...<br />

doméstico, i en la que "muchas,<br />

en él. Así, pues, la doncella es quien i I sinembargo, no son ni uno ni otro, lo<br />

trae IlIevn las cartas i quien da las citas ¡ I cual es mil veces peor.<br />

para el paseo, las soirées i los tentros. I i Marla es pronto madre, pero sigue<br />

Durante tres meses, la jóven Marin i lias mismas huellas que la suya; sus<br />

vive mecida por halagüeñas ilusiones; I! hijos van desde el seno mnterno a los<br />

su dicha, su único bien, se cifran en Ii brazos de las nodrizas, i luego li poder<br />

encontrar al marques en las tertulias,' i del ayo o del aya, miéntras ella pasa la<br />

bailar con él un rigodon o una polka, I vida eo el tocador, en el carruaje i eo<br />

'Verleconstantemente li caballo junto a I i los bailes, o bundida en una cómoda<br />

6U carruaje, descubrirle en misa apoya- ¡! hutaca, dormitando o leyendo con esa<br />

do eo una columna del templo; pero un ,I indolencia tan encantadora en una.usmejillas i apaga el brillo dc sos ojos. :! que le dj6 el ejemplo.<br />

Una tarde se presenta en su casa la ;: ¿ Qué sabe ellll de cultivar el talento<br />

marquesa D .--- i el corazon de Muria' de sus hijas? í Qué sabe de formar su<br />

late de gozo; pero la anciana seùora Isensibilidad i su corazon 1 i. Acaso se<br />

'VIenea participar a III madre de la jó- I tomaron con ella esos culdl\dos 1 ¿ No<br />

ven el enlace mui próximo de su hijo ¡ III dejaron crecer a su albedrío del miscon<br />

una rica heredera inglesa.<br />

¡mo modo que se abandona un precioso i<br />

Al 011' estas palabras pierde entera- 'aromado arbusto en un jardin, sin qoe<br />

mente el color la pobre jóven i sale \'8- Iuna mano protectora se tome el trabajo<br />

cllante del salan.<br />

:de arrancar las ortigas que nacen en su<br />

Uo mes despues, i quince dias ántes ! derredor?<br />

de "erifical'se la boda del hombre que ¡ j Ai! su inteliJcncia, a manera del<br />

fué su amor primero, se casa clla con I: arbusto, se ha ,¡ciado COD creencias<br />

el esposo que le habian destinado, solo! ¡ falsas, que han invadido su luz virjlnnl,<br />

por tener el placer de asistir con el ti-Ii del mismo modo que las zarzas rodean<br />

tulo de señora ni cnlace de aquel. l. a la plunta, lu sepultan haja su maleza<br />

i, Puede amar María Il su marido? 'Ill i sofocan su precioso aroma.<br />

Creo Inùtil decir que no.<br />

i Puede haberse apagado el amor que,'<br />

IV.<br />

lIlimentó su corazon en el breve espacio' I<br />

de un mes ~ Es imposible. I Vengnmos a la edad en que la nieve<br />

. ¡, lIai peligro de que vuelvan a rea- .: de los aiJOscambia el color de los cabenudarse<br />

las rclaciones interrumpidas por lIos de María.<br />

ámbos casamientos? El peligro es tan I Miéntras solo algnnas hebras de plata<br />

Inminente como el qne corre de que- ¡ matizaron sus rubios rizos, las aguas<br />

marse un brazo una persooa que tiene I olorosas, los cosméticos, las pomadas<br />

ardiendo la manga de su vestido. i i todos los productos de la qulmica,<br />

nI.<br />

ocultaron aquel estrago.<br />

iCuántos afanes ha costado a la noble<br />

Poco hablaré ya de María,<br />

dama el conseguir este fin! i Cuántas<br />

una vez i! horas de eterna inmovilidad delante de<br />

colocada en la condicion de esposa, en I su tocador I j Cuántos dolores e Incoesa<br />

condicion cn la que puede conver- i· modidades en la cabeza !<br />

lirse una mujer cn ávjel o demonio del.! iMadres que ostentais con santo Of-:<br />

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EL ANJEL DEL HOG AR. 13<br />

g;¡t;;~~~-;~~-li;;d~-<br />

. _ .• _' _ . _ . r. -"~, -..•...... ' .•.•.~ •••<br />

Jpl~t~; bien; l jeres ~ A distl'(\el'~e, I a lucir .8 los ojos<br />

P odels compadecer con toda la sinceri· II<br />

I~de .•.<br />

los ignorantes I de los necIos su lu-<br />

dad de vuestros amant"s eorozon.es, e ~i JO I su rIqueza.<br />

cruel martirio que el gl'on mundo Impo-'<br />

l' V.<br />

ne a algunas de las mujeres qua viven .1<br />

en su seno! I Pora concluir los desoladores, pero<br />

iVosotras, al reeojer senci lIamente .I verídicos, cuadros que estoi poniendo<br />

en trenzas vuestras canas, al cubrirlas ante vucstm vista, amadas lectoras<br />

con la blanca papalina con clutas gl"Í- mías, tengo que volver a la clase media,<br />

ses, que tan lllen sienta a la ancianidad a fin de bosquejal' ci resto de su ex.lsserena,<br />

digna i virtuosa, os ahanais tenda con rasgos breves, por mas que<br />

infinitos dolores, de los cuales ni siquie- ,sean demasiado duros i ellérjieos.<br />

l'a teneis una idea aproximada! Mul pocas palabras dedicaré ya a la<br />

Marla se haec murmuradora por pa- ,I cducacion que da a sus hijas desde 108<br />

satlempo •. ~ ;' doce aùos la fraccion de la clase media<br />

Ella, .que veng~ su primer dcsc~gallo , que se llama c/wpada a la antigua.<br />

con un Incesante I refinado coq~etJsmo, . I Muchas de estas niñas se casan a 109<br />

goza abora~ q~e ya no puede eJerccrle, :: catorce años, porque, como CD su casa<br />

CODquo la Imiten sus hl as. l' reina la mas severa economía, por lo<br />

En su sol.on se sa~en toda,s I.~s n?ve- ': regular no carecen de bienes de fortun~.<br />

dades dcl dia. En el se rclicl e:l I co- II Dánles ]enernlmente por esposos,amlme?tan<br />

las intrigas amorosas (~e sus " gas antiguos de sus padres que pueden<br />

amIgos i de los quo no /o.son. En una: i ser mui bien sus abuelos; porque los<br />

palabra, Marla es la prImera que se !' autores de sus dias temen a los jóvenes<br />

bmla de las mujeres de Luenas c?st~m: l, del mismo modo que al fuego, como si<br />

bres, de los. que guardan ell publico I :! ellos hubieran nacido viejos ya.<br />

en su vida privada el decoro de su llom- I: Sucede algunas veces, que si la mubre;<br />

porque en la alta sociedad no es- ¡ I chacha tiene la fibra suficiente, S8<br />

c~sean, por fortuna, los dechados -de ¡, verifica en el seDO de la casa una revlrtu~.<br />

, .. ,~presentacion a lo vivo de la célebre<br />

QU.lzás ~arfa, c~ el ult!mo tercIO de I ¡ comedia de Moratin La Mojigata;<br />

su VIda, I por dlstracclOD, se hace i, nunca falta UII estudiante en la vecindevota<br />

o mujer política, o ámbas cosas i I dad que le preste libras i que le dé<br />

n la vez. : I conversacion miéntms sus padres duel'-<br />

En este caso, pasa el dia en leer los.' men la siesta: i demas de una sé yo,<br />

periódicos, en asistir a las sesiones de : I que ha huido con el amante ignorado,<br />

Cortes I en visitar las iglcsias,llamando :: el dia mismo señalado para la boda con<br />

la atencion con su elegante carruaje i l. el candidato presentado por los padres.<br />

con su fastuoso tren, cuyo gast~, su- ': quienes encontraron a su hija, despues<br />

pérfluo en su mayor parte, podrla re- l, de mucho tiempo, cnsada con un homdimir<br />

de la miseria a algunas familias bl'8 Indigno, o perdida para siempre.<br />

necesitadas. SI la Índole de la jõven es dulce,<br />

iIa qué va Maria al templo? ;. A tímida. i paciente, se representa el .Si de<br />

orar 1 No me atreveria yo a asrgurarlo, las mnas; pero CODla dIferenCia de<br />

porque sé que su madre no la cnseM a que el Vl'tusto am.antc no e~ tan Doble<br />

elevor su corazon fi Dios con esas tier- ,como el de Paqmta, o no tiene el tanas<br />

i poéticas oraciones que. I? madre i lento i el mu~do. que aquel, i deja conmas<br />

prosáiea no descuida, SI tIene al- 'sum.ar el saCrt~clO.<br />

gun conocimiento de sus sagrados de- I SI estns mUjeres quedan viudas eo<br />

beres. una edlid lozana, como es lo mas pral.<br />

A qué va, pues, a la casa de Dios? [bable, i Dios sabe el ejemplo que dan<br />

¡Ai 1 j A lo que van tantas otras mu- ,Ia sus hijos!<br />

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<strong>BIBLIOTECA</strong> LI TERARIA.<br />

El férreo i abrumador disfraz oa la i I cesal' del suicidio. como el úoico medio<br />

hipocresía cae de repente a sus piés, i :! de Ijbertal'se de los sinsabores doméstlauoque<br />

no vuelven a vender su libertad, 'I cos que le agobian, Sioembargo, este<br />

gozan por complrto del mundo, cuya': hombl'e es padre de tres niños, de los<br />

eotrada han comprado con la muerle de 'cuales el mayor apéllas cueuta cuatro<br />

Jas tres personas que deLen sel' lo mas': años.<br />

CAro para uoa mnJcr: sus padres i su ;I Estos padres suelen ser los que, esesposo.<br />

i; carmentados de la educaeion de sus es-<br />

Estas mujeres son las que, por lo re- l, posas, educan a sus hijas con el mayor<br />

guIar, educan a sus hijas a la moda, :! rigor, estando siempre en contradice/oQ<br />

no pudiendo resolverse a seguÍl' el mé- ;: directa los preceptos CODel ejemplo.<br />

todo que coo ellas emplearon SlISpadres, ,i Acerca de lo que de esto puede l'cf<br />

sin reflexionar que las hacen mas in- i sultar, no me atre\'o a hacer suposlciofelices,<br />

si cabe, i que l'lias mismas se I nes aventuradas; pero sí puedo asegulabran<br />

su desllicha, pues en su anriani- ¡ raI', que no se conocerá en el seno de<br />

dad cobran en desvío i abandollo, cuan ¡ esas familias, ni el recíproco amor, que<br />

tos mimos dicroo a sus hijas durante la '¡ es el lazo mas dulce i fuerte de la sanniñez.<br />

;¡ gre, ni el si ncero respeto de los hijos 8<br />

En cuanto nlas j


EL AN.IEL DEL HOGAH. 15<br />

dll'hosa de dos jÓ\'elle~, mn(]plos de· J';ja no se llmnrgo ron ('Il'igor. Siemvlr~udes<br />

i tau hermo,;:,~ ,'omu lJ\ll'il~S, prl' (IttHta il SlIS \-.J:i¡;ûcioLiC', s;~mpre<br />

La historia de estils tres ('xct'lelltes dulce i sol kÎta, sobre todo con su macriaturas<br />

me la ha r{'lerido mi mndre dre, llegó a dcspertar Ull tnuto el corden<br />

su mayor pnrte ; del resto he sido yo· zon de esta; que "ió, por fin, en el<br />

misma testigo ocular, i tal como cs, voi: amor ùe SIl hija el único consuelo de su<br />

a presentarla a mis lectoras. :: desgl';lriada suerte.<br />

La sei}()ra de N habia sido e(]u- ;: La juventud de la infeliz niña fué<br />

cada en UDa capital de provincia por . acompaíwda dl' contínllos dolores; ape,<br />

sus padres, que eran l'Il cstremo rigo- nas vestia con deecncia, porque su av a-<br />

ristas: su madre, señora de pocos al- 1'0 padre ereia que cuanto g:lstase con<br />

canees, casÓ mui ,~cívl'n eOll Ull anciano la hija era quitÜrselo al hijll; un cahacendado,<br />

de caracte¡' duro c ira~cible, pellao, ayu de su ht'rmauo, le en.señó a<br />

quien duminó cutel'ameute a su esposa. I¡'cl' i esel'Íbir, a cuyas fins Úuieas mntc-<br />

En breve dió ésta a luz un milO, lo· rias se reùujl'rou tuLIps HIS f>studios,<br />

que colmó de alegría al anciano. I porque,u padrc 'pruhibiÓ ullsolutameu-<br />

Al año si"uil'nte le hizo padre de uoa' te qUL'se le ('nsenase mas.<br />

niña; maso este acontecimiento le fué l' I A los diez i seis ailos se )a hacia ledel<br />

toùo indiferente. ' vautar cun la aurora, ayudar a las ¡:ria-<br />

El anciano rr.coucentró todo su cal'iúo :: das a Ii.mpiar la casa i tum"r parte en<br />

f sus cuidados todos en su l1en'dero,: I los o~elOs. mas baJos; IUt'go te,nla que<br />

que salió por desgracia rudo !!rosero trauaJal' Sill ùescanso eun la aguja hasta<br />

i de tan ~scasos nlcancc's eom'o"su ma~ I~ hor~ de comer; desùe ,Ia mesa, serdre<br />

; la educaeion que rceibió acabó de ['. VIda,SI\1 ~,c('o~o alguno, Iba a las ~uaechar<br />

a perder su índule; su padre le ,r.~nta HOI


1G <strong>BIBLIOTECA</strong> <strong>LITERARIA</strong> .•<br />

do; su corazon sensiblc, aunque tímido // criatura dilatarian mi corazon en los<br />

por ell'xcesivo rigor que siempre habian I nebulosos dias I en las eternas noches<br />

empl'.)¡¡do con e!ln, fué uien pronto de I del iovierno : uoa mirada infantil coaquel<br />

hombre, que le habia dado su ¡ cierra a veces todo un poema de alegria,<br />

nomure i que hauia dcsarrollado ante;; de pureza I de iuocencia.<br />

su vista un porvcoir de paz i de feli- :I C á b d I<br />

cidad ·1 i u nto ama una uena ma re os<br />

• ; ¡ ojos de Sll hija I i Cuán dulce es 8 su<br />

II. ;I corazon vcrddescorrer sus gralDdes pár-<br />

. pndos cuan o despierta, ver os i lumi-<br />

La señora de G no tard6 en dar I nados por la all'grfa, verl?s em~apados<br />

a luz una niña, i su nacimiento llenó de : por el duke IInllto d.e la mfancla, que<br />

gozo su corazon i ci de su esposo, SiD; i nunca I/l'ga a cntrlStecerlos; verlo!!,<br />

que ni uno ni otro dirljiescll al ciclo I i en fin, velados PO! I~ trasparentc I dláuna<br />

queja porque no les habla conceoido : fana nuue del sucno .<br />

un varon. I' La señora de G - - - -estimaba en mu-<br />

A pesar de ser mul ~ingüe su .~ortuna, ¡ cho el dulce placer de contemplar las<br />

rellolvló la madre cnar a su hIja, cre-¡! facciones de su hija, i miélltras dur6.<br />

yendo, i con razon, qUIl no debla negar I su lactancia se privó de toda clase de<br />

~ esta la primera muestra de su amoroso Ii diversiones, 'no obstante la envidiable<br />

mteres •.•. posicion que su esposo ocupaba en la<br />

Yo abrigo la creenCia, aunque para f' capital de provincia donde vivian.<br />

algunos será tal vez una supersticion, I;<br />

de que una madre, que amamanta a sus: i .Ella moduJó el primer acento ~e su<br />

hijos, les trasmltc todos sus sentimien- !; hiJa; ella recibió ~u primcra sonrISa, f<br />

tos con el alimento de su seno./ ' ella formaba cada 1I0che i cada mañana<br />

El alma tierna I poética de la señora la señal de la Cruz sobre la f,,'ente de la<br />

de G - - - - i su sensible i amoroso cora- I criatura, con tanto estremo querida,<br />

zan se reflejaban en la dulzura de sus' como un escudo para preservaria de<br />

grandes ojos garzos. J...os azulados ojos 1 todo mal.<br />

de su bIja adquirieron bien pronto la Algunas madres tienen a la Cruz una<br />

misma espresion; parecia que las pu-<br />

Pilas de la niña recibian la luz de los devocion llena de ternura, i yo be visto<br />

ojos de la que le habia dado el sér, puesto<br />

t b' d . i la señal de la Cruz sobre el lecho de Sil<br />

i muchas veces a la señora de G- __ hacer<br />

que con a a mUl pocos meses to a"la, bija dormida, apcsar de que esta cuenta _<br />

cuando ya se advertia en ellas Una ya diez i ocho años.<br />

chispa de intelijencia.<br />

Yo no sé por qué prefiero en Jos niños Despues de la proteccion de María,<br />

los ojos grandes ¡un tanto salientes;; la prote~clo~ de la Cruz es la que mas<br />

esta última cualidad, que algunos callfi- I t~rnur~ 1D5plra a ulla madre de corazon<br />

caD de defecto, constituye para mI el. tierno I amante.<br />

~ayor encanto de la mir~da infantil. !I No obstante el apasionado amor que<br />

I ~on tan dulces, .tau cándidos ~n ~na .: la señora de G profesaba a su pecrl.atura"<br />

unos oJos rasgados 1 bien i queña Anjela, jamas obtuvo esta una<br />

abiertos. , de esas condescendencias que se lIamau<br />

Yo he anheJado muchas veces, du- I mimos<br />

rante el corto período de mi vida Iite- I .<br />

raria, tener delante para inspirarme, a Desde los primeros meses de su vIda,<br />

1)n niño de grandes I azulados ojos; del lia acostaba despierta en la cuna, siemmismo<br />

modo que en la primavera i es- . pre a una hora regular i constante, j la<br />

tío coloco cn mi mesa de escritorio I meeia al compas de una canturin, dulce f<br />

UD ramo de tIores frescas, qlle dilaten I melancólica como su corazon, reposada<br />

mi espIritu, los grandes ojos de una I I serena como su alma.<br />

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E L A N J E L n E L II O (j A R • 17<br />

Cuando el F\ICÚO cen'aba los anchos i Il'lS de damasco amarillo, antiguo, pero<br />

i trnsparcllt('s p:\rpados de Anjela, \'uidat](>samcnte conservndo; sobre el<br />

aproximaùa su Imdre a la Cuna uo ycla- : pilvimento \lna estera alfombradn de<br />

doreito; cubría la luz de la lámpara, gl'acioso dibujo, i en el centro de III<br />

que ardia sohre él, cou ulla gasu verde,' estancia una copu antigua de pluta llena<br />

I se sentaba junto a la cuna en una ban- ùe rojas ascuns.<br />

queUta, tom1ndo su bordado, que iutc- ~ (t Un poco retirado de la copa, estaba<br />

rrumpia de \1'7. ('l) CUAlldo piu'a contem- ('olorado ci velador de sándalo, tamhien<br />

pb' a su hija ùorm;da. d~ alltil'uactu forma, i regalo de la ma~<br />

Entónces ulla liÍ~I'ima de felicidad ; di (' de i\Iagdalrua fi su hija; I" ancia~<br />

humedecía las lueugas pest¡¡flilS de la 'na le había usaclo siempre pam leer sus<br />

jóveo maùre', e'uyo I¡;lf'llhrc dl' pila crCG ùl'\'ocioucs, i colocar cucima sus libros<br />

DO haber díebo tOtl:\\Jil, i que Bú qniero de rezo.<br />

omitir cr. gri\cÎ:1 de la poesia ¡ lÎulwl'l\ « El velador e:::ntenia un jarron etrusqUi:<br />

cneÍ!'l'I'a. La mildi'c de ,\ !ljda ~e, co con otro "'q'lh, de fiores, un álbum,<br />

lIamaùa i\Iagùalrll:J, : aunque su pensa- un libro i Úli!es de n':.tura.<br />

miento primero fué Ihmar con 1'1mismo, II Frente 11 él, I colocadas entre las<br />

nombre a su hija, prdiriÔ luego pouerla :, ùos consolas, se velan dos jaulas dora."<br />

bajo la p¡'oteccion de ¡}faria de lús An- das, prisiones de un lindo canario, mas<br />

jeles. ùorad,) q1le elllls, i de un colorio de<br />

: vivos matices. Las avcelllas, slu miedo<br />

IH. ' a la luz artificial, lanzaban de vez en<br />

: cl1Iiildo un ¡lI'llloníoso trino, cuyas notns<br />

Para presentaros, mis amadas lecto- :: raian en la sala, como las eucntas des-'<br />

ras, del Rlrjor modo posible el delicioso granadas de \lll IUl'go collaI'.<br />

cuadro qun ofreclan madre e hij:\ du- " « Inmediata al velndor estaba la cuna<br />

raote lus lal'gas yclaù:\s dL! invierno qlle de cUGha, cubiertf\ con cortinas de musiguió<br />

al naeimicnto de Anjela, lIO hui lo . selina blane1, i \"uyas ~ábanas i almomedio<br />

mejor qlle re¡wth' las pal(lbras, hadas hahinn Sido bordadas por Magcon<br />

las cuales tantas vcces mc lo ha:; daleon: lIcostada en ella dormia Anjepinta,lo<br />

mi madre. Ia, i su rastro ¡nfantil se destacaba<br />

(l Nada mas ~ncantodor ---me decia - blanco Il inocentc cercado por los eceaque<br />

Vel' la dulce i simpátic,1 1i:,1I1'[l dl' : jes de su gorrito.<br />

Magdalcna, colocnda como un ,i,:jd de, i (¡ Tocando a la cunll, estaba colocada<br />

paz juuto a la cuna de su hij;;' aquel '; lu IMoqueta de ]\Ingdalenll.<br />

invierno, que pOI'cierto filé ù:':i1 crud,: « Ve,'uha ésta casi siempre un traj!ll<br />

tenia •.:0 un indcr¡ùlc phecl' en !l' todas 'de !Ut'?'ino lila, Lordudo con trencilla.<br />

las noches a Se: casa, porque C~' la" drl mismo colo~"n la ùelalltera í eu el<br />

amiga mus qiJcrida de '\!:l¡:;dalcna, i!(\ : talle, cuyos grac1',,:5 (rotomos seùaúnica<br />

pel'sonll admi~idil en el l'ndo !aua Nil una ¡lcl'feccion maravillosa:<br />

aposento donde VC!;¡!h;, l'l sueüa de su " un cllcllo blanco i liso í unas mangas<br />

hija. :' eorrespond:cntes,complemban el atavío,<br />

a F:gÚrat~, hija mi:!. CTJ:! salita ~Ufi- :' tUl' scu~í1io como elegante óe la j6ven<br />

dfl\da, amutblada ('00 ~:lJas i c:\Uflpés' madre,<br />

de lirrl)uel'o, i dr); co- '')las f'e IL.mislna " « La !uz ¡je I:1lámpara reflejaba ¡;ulmallera,<br />

que sos:cui",u otras tantas: cemente cu las gruesas trenzas de sus<br />

IUilas de regulUl' t~m"iïo, engastadas en :! caIJe1lo3 e.'staños, i Cil su ulanea frente<br />

sentil1ísimú_ marcos. I que renlaba en su admirable pureza I~<br />

(l Sohre las mesas, i "11 dl)s hooitns SC"CGiú"d tie su alma i el candor de sus<br />

copas de porcelana de Sc\'illa, dos ra-: dicz i n'leve primaveras,J)<br />

mos de ésas páiidas tIares de invierno, I Callall" mi madre, abso;'ta en el dulce<br />

que,:;o obstant.:l, sun tan gratas a la' rccuerdo de aquel h~I'moso cuadr,_ sin<br />

vista; cn lus pUCl't


-~-'-""'-"--"--""'-""--"'~""/"""""""-".""'''_-'''-''_r- ~"-"""""'i" r-....-.....-, .....:.......,..~ .../~. -....__ .•....••..•..•...•.<br />

años, ,babi~ ofrecido a ~us amigos un: 1 amor, I eontenía el '''l};iilo de s~'~~;o~o<br />

espcctaculo Igual. i Adr:-irllbl,f!.modcstia ~ t'Il los I:míti';; del deber, dedicúndose<br />

la de las almas bue~?s 1 :enSlllièS.' : \'sclusi\'urnente III cuidado ùe su hija.<br />

(¡ Te asegtll'O, IUja mIa, cùnlmuuha'<br />

tras on corto silencio mi buena madre' ;<br />

te aseguro que las facciones de Magda": i<br />

IV.<br />

Jena estaban revestidas cntónces de un i<br />

encanto que yo no sé csplicer; cuando' De este modo pasó el primer año de<br />

fijaba sus grandes ojos garzos en ell In vida de Anjela ; al cumplirse. conosemblante<br />

de su bija, la sensibilidad i ¡: cia a su madre en el roc/' de su vestido<br />

el amor materno esparcino en sus mi!'a-: i en el leve mido de sus pisadas; igualdas<br />

una celeste luz: su linda boca son- ;, mente adivinaba la llegada de ~u padre<br />

rela como cxtaslad;l, i pOI' fin, una lá-: l'n el sonido de Iii campanilla, i cuando<br />

grima de amor rodaba por su mejilla, e


EL ANJEL DEL 1l0GAR. 19<br />

dre, i clavaba en ella sus grandes ojos, . ¿ CÔmo ba de amar la mano que conUcomo<br />

admirada de su seriedad. nu~m('nte le amenaza?<br />

- Hai eres mala, Anjela, has llora10 ¡ Madres de familia, escuchad el ruemucbo,<br />

decia Magd!llrn~. go que os dil'jjo cn nombre de vuestra<br />

I la nÎÍla doblaba su c/lbez/!, como dicha, í por el bien de la humanidad<br />

ruborizada, i una Ingrima hrlllaba l'n el entera! i No digais jamas, ni aun<br />

espléndido I diMano azul de sus pupilas ..• chancr/índoos, a vuestros hijos; no te<br />

-¿ Llorarás ffi3i1ana, hija mía? quiero! ¡l\'o drstruyals con esas pala-<br />

-j No, no 1 se apresuraba a cont"star I bras imprudentes el dulce i santo lazo<br />

la pequeña Anjela CODua movimiUlto., de amor que Dios mismo formó!<br />

de su rubia i rizada caheza. ; i, lIai acaso alguna entre vosotras,<br />

La madre cubria eut6uces de caricias" quc no esté dispuesta a dar cien veces<br />

a su hija, i e:'a mui raro que esta 110- su vida por la hija de sus entrañas?<br />

rase al día siguiente: si lo hacia, l\Iag- . I No' Pues entónces, ;, a qué mentir a<br />

darena se volvia sorda h¡lsla las ocbo: I vuestro pl'opio corazon 't ¿ A qué desear<br />

que era la hora de \'C~til'la: cuando la : que esas niiías teugan en poco el bien<br />

sentaba en sus rodillas, se repetia la mayor que podcis darles I Porque no lo<br />

misma leccion del dia antrl'Íor. segura ¡ dudeis. a fuerza de oiros repetir esas<br />

de que así grab1ba en su alma la salu- palabl'as, las escucharán con indiferendable<br />

idea ùe que toda f.llta lleva su ~~cia, I segun el temperamento i la índole<br />

castigo, i de que el arrepentimiento i el ,: de cada una, perd(;¡'án la fe que debe<br />

propósito de la enmienda traen consigo. inspirarles vuestro amor.<br />

un perdon consolador. ;' Por malas, por Indómitas que sean,<br />

Jamas hizo sonar en los oidos de la' cn ninguna oeasion les hagais escuchar<br />

nÏi1a la dura frase de no te quieto.'; palabras duras ~ injuriosas. ~astigadlas<br />

Aquella hermosa i noble jóven queria ~e.vcl'U, pero dl~nam~Dte; SI las reba.-<br />

conseguiria todo de su hlj.\ por la pcr-' Jais a sus pr~pl?s oJos, si la~ h,aeels<br />

suasion i el cariño, I era impm,;ble quc pcr:dcr el sentl~le.nt~ dc s~ dlgUldad,<br />

negase un sentlmicnto que IIcnaba su . i al de vosotras. I Al taml>len de ellas<br />

corazon<br />

I:i de sus hijos!<br />

•. :: Siempre que hc oido decir o he leido<br />

!~as cJ'Jaturas ,que se acostumbran;, que hai padrcs que maldicen a sus bijos,<br />

a OIl' ~sta~ óuras I absurdas frases - no" un estl'cmecimiento de horror ba recorte<br />

q~!er?, porque eres ?n?la - lIl'gan a • rido todo mi cuerpo, i mi corazon ba<br />

falmltanzarse con ellas, ) tIenen cn poco . suspendiùo medroso sus latidos. I sinel<br />

amor de sus padres cuando se les embargo, yo DOcreo que baya un padro<br />

baee creer, que por una leve falta se les o unn madre que, pOI' mui irritado f<br />

arrebata, 1 cuando se les devuelve, sin, ofendido que esté, consienta en llamar<br />

que uad~ hayan. hecho de su parte 'para ~:sobl'e la cabeza de un pedazo de 8QS<br />

recoDqUlsta~lo, I ~olo con que medIe un' entrañas la cólera de Dios; no, no creo<br />

corto espacIO de tiempo. !' que lilies padres existan; prefiero creer<br />

Ese dulcei sagrado sentimiento iamas que la maldicion paterna es un recurso<br />

debe ser pl'ofanado: una buena madre ,que se emplea en el drama o en la nodebe<br />

persuadír a su hijn de que el amOl' ; vela para conmovcr el alma fria de los<br />

materno nunca puede faltarle; debe 'lectores o csprclaùores escéptlc08; i aun<br />

convenceria de que este limar será su concediendo que baya padrell, que S6<br />

escudo en todos los peligros, su puerto de c¡t'guen hasta ese punto, que baya<br />

8alvaclon en todas las tempestadeil de la I maelres que olviden de este modo su<br />

vida. De otro modo. l. cómo ba de tener, I sagrada mislon sobre la tierra, creo que<br />

confianza en ella? ¿ Cómo le confcsflrá Dios será mas piadoso, i no lanzará su<br />

sus faltas, 51 teme el desamor de la qur 'flnaterr.:1 :;obrc la cabeza del pobre sér<br />

ba de oirlas, como una consecuencia que ha sido recbazado por sus padres<br />

precisa e inevItable de su confianza?: i COll tan bárbal'a cl'ueldad.<br />

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20 <strong>BIBLIOTECA</strong> <strong>LITERARIA</strong>.<br />

-<br />

La severidad, lu dureza en los moda- :jal'se a un cad:ivcr, mns que para caer<br />

les, crecen insensiblemente, i una ma- :co ua doloroso dclirlo.<br />

dre no debe romper .;nmas el dique de. Venció pOI' fio su juvcntud, i tr89<br />

su propio docoro, que unn vez olvidado, ;tantos dias dc nma~~ura, llegó UIlOen<br />

nunca se vuelve n recohrar, Por una .que el seùor G_~__ 'ViÚ con una aleculpa<br />

de poca consecuencia, falta a la :gria inmensa quc los ojns de su esposa<br />

cOllsideracíon que su hija tiene derecho 'reflejaban una '~entella de vida.<br />

a esperar de t'lia; cree que no hai cllcr-,' El primer movimiento de Mngdalcna<br />

jia en su lenguaje si no prorrumpe en, fué echar ~llSbrazos al cuello de su 'eSinjurias,<br />

I vulnera el orgullo de su hija! poso. Su primera palabra preguntar<br />

hasta uo estremo que no se borrn de su. por sus hi,ins•.<br />

memoria en la vida. ' _La nodrjza trajo a las dos a su pre-<br />

Estudiad, madres de família, el ca- ¡, sencia.<br />

ráctel' do vuestras hijas. Si es dulce,': Ya contaba Rosa dos meses, i aÚn.no<br />

tímido, melaneólie~, emplead la dulzu - 'I habia recibido ni una caricia de su mara.<br />

Sí cs terco, simulado c insensíble, :-dre. Los ojos de /a pobre enferma se<br />

mostr/ld cntereza, Pero, cualquiera que; llenaron de lágrimas al ver a su hija en<br />

sea su fodole, dominadla por la persua- ': los brazos de una nodriza; pero su nasion;<br />

procurad que nunca duden yues-; tural delicadeza selló sus labios I se<br />

tras hijas del carii'lo que les dcbeis, 1 _contentó COli acariciar 11 las dos lIiiias,<br />

respetnd su dignidad, pues este senti- 'con igual ternura i con el mísmo atan<br />

miento, cuando cstá bien diri)do, es ci que si hubiel'a estado privada de su vismóvil<br />

de todas las virtudes de In mujer. ,_ta durante largos aÏlos.<br />

Ii No tal'dó eo cono~el' Magdalena quc<br />

-- :;In mujcr a quicn estaba cncumendada 511<br />

J hijn, era unn de esas mujeres groseras i<br />

CAPITULO CUARTO. rgoistns, que tnoto abundan eo su clase;<br />

pero su dulzura i talento supieron<br />

!iAClliIENTO DIl nosA.- DESGRACIA.- vencer prollto todos los inconvenientes,<br />

ANIELA I nOSA.-LA NUEVA CASA.-PBI·<br />

MEU. EDUCACION DE LAS DOS NIÑAS.<br />

l.<br />

;si bien resígnándose a uu sufrimiento<br />

, contínuo i completameote iguorado.<br />

! Con el pretesto de des~ansar en lo<br />

-posible a la nodriza, rogó a esta quc<br />

trasladase su cllma a su misma akoba :<br />

Dos años acababa de cumplir Anjela :de este modo pudo velar por la pobre<br />

cuando su hcrmana le dió uoa hermann. :criatura, a quieu el pcs¡¡do sueiio de la<br />

Púsose a la rccieu nacida el oombre ;nodl'Íza privaba muchas vcccs del prede<br />

nosa, i eo verdad que nunca fué -ciso alimcnto, Magdalena, con una<br />

mejor aplicado, porque era tall bella, i paclcneia evan.iélica, la movia suavecomo<br />

la flor cuyo nombre llevaba, :mente, para despertaria, o ponia a la<br />

El nacimicnto de esta uÍÏla hizo pe- I IIiùn juoto a su pe~ho, pudirndo Hosa<br />

ligrar la vida de Magdalena, i fué pre- I satisfacer asi su necesidad, sin que la<br />

ciso por lo tanto buscar una nodriza, . uodriza despertase.<br />

siD que In pobre madre se npercibiese Cuaudo Magdalena pudo levantarse,<br />

siquiera de una medida, a la cual se estableció el mismo método de vida que<br />

hubiese opuesto con todas sus fuerzas,. habia teoido, i que seguia slemp.'" cen<br />

si su estado no bubiera sido t.1n dePIOj<br />

de que ántes bordaba o leia junto a una<br />

' Anjela. Solamente babia la difel'cncia<br />

rabie.<br />

Durante dos meses pl!rmaoeció la jó- I cuna, i ahora leia o bordaba sentada<br />

"en mad,'c ni borde .lei ~rpulcro. Su i' cutre dos.<br />

naturaleza, mui débil de si, sucumbia: Ella vestia i dcsnudaba a Rosa. lo<br />

al rigor de sus padecimientos, i no salia _[mismo que a AnJcla: ella cspió el<br />

del sueüo letárjico que la hacia ascmc- t primer acento de SllS labios: ella reci-:<br />

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EL ANJEL DEL DOGAH.. 21<br />

bió su primera sonrisa i Sll beso prí-" Entre tanto las dos niÜas creciaD I se<br />

mero: clh la dormia en la cuna, eon:, hacían cada dia mas lindas: pero co<br />

la tierna i melancÓlica cal1turia q\l!' ya' los ojos de Bosa habia ido apareciendo<br />

conoermos: ella rodeó su euna de 1]0-; una chispa de malicia i travesura, que<br />

res i pá~aros, i sus suetios de música i :; haeia UII singulnr contraste con clanpoesh.<br />

¡' ,:élico cnndor que se retrataba eo el<br />

-¿ Para qué pngas ent


.22 <strong>BIBLIOTECA</strong> <strong>LITERARIA</strong> •<br />

sordo de otra insrnsata carcajada; i' i abrió un secretaire i tom6 de él dos<br />

cayó despbmndo a los piés de la iufe- :. paquetes que contenian quinientos rea-<br />

Ilz jóven. :. les cada uno, únicos que habla en la<br />

III.<br />

l' gabeta.<br />

! ¡ -Seuol'es, dijo con sentido i dutce<br />

Una demencia pacífica, pero pro-l' acento, dirijiéndose a los dos doctores,<br />

fundamente triste, fué postranùo desde .. que presintiendo lo que iba a suceder se<br />

aquel dia al seilor G - que no cono-' I miraban con alre confuso; senores, no<br />

cia a nadie mas que a su mu.;e!' i a sus:' puedo pagar de otro wodo los cuidados<br />

hijas, ni guardaba memoria de otra de ustedes por mi esposo que ofreciéncosa<br />

que de la desgracia que le habia doles la seguridad de una eterna i vivn<br />

sumido en la pobreza. gratitud; hai ciel'tos beneficios que solo<br />

Así, pues, la infeliz Magdalena supo I a Dios le es dado recompensar.<br />

esta dcsg\'llcia por las fl'llses Incohe- l' Tembló la voz de Magdalena al prorentes<br />

quo su esposo dejaba escapar ¡. nUllciar estas palabras, i dos gruesas<br />

en medio de su delirio, i mas tarde por ~i lágrimas brotaron de sus ojos i se deslas<br />

muestras de conmisel'acion que la i Iizaron por sus blancas mejillas.<br />

poblacion entera se apresuró a darle, al Los dos médicos se inclinaron promismo<br />

tiempo que deelamaba contra los fundamente para ocultar la emocioo<br />

manejos e intrigas del hombre que les que se retr'ataba en su semblante.<br />

habia arrebatado su Icjítima fortuna. -Ahora, prosiguió ;\Clagdaleoa con<br />

« Lajusticia, dice, }


EL A:\"JEL DEL HOGAR. 23<br />

por todo rl'curso C(\!1 1'1 proùucto ri" C,,,~ '! 6nc,lr~1(l[) d!'1 cllidi1ào de 1;15 nIñas.<br />

dos ~ortíjas I ' IJ uic:!lnent" ~'ollser\'6 ¡¡ I~ nodriza de<br />

-j'ucs dl' mí Hadé' csprl'f'S, mUrmllï(} !{,'Sil i fi la cueillcra.<br />

!':u padre le\';Illt:ílldosc: l'Ul'lldv te ca- Eo st'!!lli¡)a Vdltl¡Ú algunos muebles i<br />

saste, te di tu dute : luego le I~cdíla C:1SIl ; se lrnsln'rlú a \loa casita, situada en un<br />

por elltcro a tu hermano, f tu madre i;:barrio mui solital'Ío de la ciudad i que<br />

yo somos ¡¡limelltistas suyos. :: por lo mismo aùquiriÓ por un 'alquiler<br />

- Merecias por tu locura 'Ille te aban- I mui módico. Redu:o despues Il dinero<br />

donase, dijo a su YCZ el hermano, que' toda la plata que poseia, escepto la<br />

era un hombl'on de seis piés, dE' un: neccsaria para su sel'vicio, e hizo lo<br />

abdómen colosal, i de ulla voz d~ so- mismo con alguuas joyas cie remoto<br />

chaotre; pcro, a¡¡¡¡did irguiénùose c I nríjt'1I qnc le h:¡bia dado su madrc.<br />

hinchándnse como II1l pavo, pOI' com-' ~u ca~il:1. ('('cirn blanqueada, carecia<br />

pasion a tus hijas te seilulul'é 160 reales' hasta rie baleones: solo dos ventanas,<br />

cada mes. i ccrradas con ¡¡crsinnas vCl'dt's, se abriaD<br />

Aloir cstas palabras, sc Icvantó l\Iag. I encima de ta puerta de entrada: I?~ dos<br />

dalcna tt'anquila, sCl'cua i digoa, I restantes dablin [¡ un jilf'dini,lo cuadra-<br />

- Gracias, padre mio, por el buen " dll, "O cuyo crntro se alz¡~bel una r..ùndeseo<br />

de usted, dijo CODvuz reposada:: d¡¡~1Ihiguer'!, con toda la majestad da<br />

graclûs, hermano, pOI' tu oferta; peI'D I sus "nIchos alIOS.<br />

no .•,'ccsltlls ponerla pal' obra: rehuso " Una parra i una madre-selva, plontus<br />

socorros, sin que por eso deje de: I todas .11pi- de las ventanas, les daban<br />

apreciar CD lo que vale lu jenerUsa in- i ¡ cortInas de flores, vcrdor i algunas<br />

tencione<br />

" uvas.<br />

-Pero, bija mia, ¿ con qué vas a I En la tapia de eof.'ente habia brotado<br />

vivir? esclamó su maùre aC011go;nda. ! entre las grietas una yedra silvestre que<br />

-Tengo con qué vivir, madre mia, i 'subia hasta el final de ella, estendiénadernas,<br />

sé traba,ar; contE'stó la :óvell dose alii cn un lecho de trigo i de cebasin<br />

perder su calma dulce i IIcna de da verde, nucido de las semillas que se<br />

dignidad. l' desprendian de (os picos de los gorrlo-<br />

Al decir estas palabt'as, s,dió del apo· "ncs, calallúl'las f pardillos.<br />

sento i se dirijió al de su eSlJoso. En uno de los ¡ingulos mas sombríos<br />

-i Hija mia! ¡ tú vas a pel'ceer i yo l' del jardin, brotaba de la tapia UD hilo<br />

Dada puedo darto! eSl'!amó la pobre l' de agUIl pura i cristalina, ycndo a caer<br />

madre que la habia seguiùo llorandù. :! cn un tosco lecho de piedra, entre cuyas<br />

-Aúu puedo contar coo a/gun dinc- ': quebraduras nacian yerbecillas i verde<br />

ro, f COD veinte pesos que me da cada, musgo: una canal, formada de tres<br />

mes el censo que poseo, madre mia, tejas en declivc, la hacia drsceoder, i<br />

repuso Magdalena,<br />

11,'odellndo el ,h.ùin con un pl'queílo arro-<br />

-Pero eso es mui poco. :' yo, iba a desagual' en un cáuce, que la<br />

-No se apure usted, abrigó la ccr-: conducía léjos de aquel rerinto.,<br />

teza de que Dios uo me abandonará. I Aquella casa acababa de delalla un<br />

I esto diciendo, se sentó junto al 'digno i rcspctable sacerdote, para irse a<br />

sillon de su esposo, que al coutemplar- II pasar al campo la primavera i el verano.<br />

la, dejó ver cn sus labios uua sOlll'isa 'I La poesía i la relijion son hermanas, 1<br />

triste Il idiota, pero en b eU'i1 se tras-lila casita que he descl'Íto !:on su pobre<br />

lucia 'HIll espr,,~jon de bienestar. I: jarùinillo, era lo mas poéticú que puede<br />

I; fmajinarse, respil'áodose en ella al mls-<br />

IV. !' mo iit:1l1pO un incsplicable perfume de<br />

II pureza i s8LJtidad.<br />

Magdalena empezó el al'reglo de;su, I Cuando :\Jagdalena se trasladó a ella<br />

casa despidiendo a su doncella, a un I con sù familia, empezaba abril; el escriado<br />

f a otra muchacha que estaba ,: tremo ùe la tapia l:omcDzaba abordarse<br />

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24 <strong>BIBLIOTECA</strong> <strong>LITERARIA</strong>.<br />

de amapola~ i margaritns, i la maùre- ¡ hilaba su nueva casa, (~uando cumplió<br />

selva ofrecia Ins primeras llores. , Hosa un año: el mismo dia fué despe-<br />

Magdalena instaló n su esposo en el I elida la nodriza, quedàlldo la niña haja<br />

gabinete', cuyas ventanas entoldaba la ; el cuidado de su madre.<br />

vid: hi1.OculocaI' en él algunos cuadros: I Rosa era vivaz, pero demostraba ya<br />

que repr€s('utllb~ll escenas campestres, ! una grail ,'¡olencia de c.uácter: lIoramuebles<br />

,scllcillos i cómodos, una cnor- " ba desespel'íldamente pOI' la contraceion<br />

me jaula I¡tua d~ p¡jja~os ('antares, al-- ¡' mas leve: era poco cllriiio~a i obslinagunas<br />

macctlls de plantns olorosas, i su ': da basta el estremo.<br />

pllll?O, del cunl no ~Iuiso desl.H\cer~~. ;i Su madre se propnso corrcjir estos<br />

~"lla pasó a hnbltar con sus hljílS la 'ddedos en su orljen, i despues de mesalltll,<br />

cuya ventana entold/lha la madre- "ditar maduramente, se trazó uo plan<br />

selva: lldurnoln Call culgndul'as de muse- " de conducta iD\'ariable<br />

lina blanca, sillas de paja, una mesa de ¡ .••. ,<br />

labor i un veladol' para tomar el té. I D~ la~ do~ Dmas, AOje,a despertaba<br />

Una sala inmediata sal'via de dor- ,11\ prJr.H'ra, I llamaba sua'l'


EL ANJEL DEL HOGAn • 25<br />

.~;;;;-b;,-~f~;¡;-a~s~-il u~~' f~~;Ie~;;ui~;~~~I ;t;;d~~<br />

sentaba a la mesa de<br />

comer, i daba de lias circUDstancias de la vida.<br />

cenar a sus hijas, sentadas cada una cn Ii<br />

Sil silla. Ii --<br />

Rosa acababa la primera su parte, I !!<br />

quer/a meter la manec/ta en el plato de i ¡ CAPITULO QUINTO.<br />

Anjela j pero su madre se lo estorbaba, ,¡<br />

apllsar de sus lloros I gritos.<br />

I; DELONECESARIOQUEESÉSTUDIAIlLAIN.<br />

Al levantarse de la mesa, acostaba a [, DOLEOELA.SNIÑAS P~RADIIlIJIBLASCON<br />

Rosa en su euoa, i Anjela la mecia, i: ACIERTO.-LOSCASTIGOSDE nOSA.-LA.<br />

aunque no de mul buena gana j slnem- 'i DUENA EDUCACION.-LATRISTEZADE ANbargo,<br />

el cará~ter de ésta nlim era tan II.JELA._EL NIDO DE Hl\DIN.-SAN'U 1<br />

hermoso i aojéllco, que bastaba uoa re-I:<br />

VEaDUGO.<br />

flexion de !lU madre para que se resig-II<br />

nase a pasar dos o tres horas oyendo; l.<br />

los ¡emldos de su hermana. ¡<br />

La buena i previsora Magdalena qui. ! Uoo de los primeros I principales<br />

60 de e~te m~do ~costumbr8rla a ser 1 cuidados de una buena I cariñosa mapaciente<br />

I sufrida, 1 hacerla entender, dre debe ser estudiar detenidamente el<br />

que teola el deber de cuidar a su her- ! I carÃcter de sus hijas, para diriJlr coo<br />

manita, i al mismo tiempo prevenir li :! acierto su Indole I sacar fruto de sus<br />

Rosa de que su madre<br />

no era capaz de ;I desvelos i lecciones.<br />

sujetar~e a sus caprichos. ;I De poco servirá que a una nlM, ti-<br />

Ya OIgoa algunas de mis lectoras,/ mida i de escasos alcances, se la ameque<br />

al llegar a este párrafo preguotan: I drente i se la castigue con rigor por<br />

-I qué hubiera ~,echo Magdalena si II sus pocos adclantos en las mat~rlas<br />

en lugar ~e ser su hlJ~ may?r de carác- .1 que se le eoseñan. De poco que le acuter<br />

dulce 1 suave, hubIera SIdo voluuta- II mulen lecciones i que se busquen para<br />

rlosa e Irascible como la menor? I: elia los maestro; mas severos. Solo S6<br />

Hé aquí la contestacion que puedo IIcons~O'uiráembotar mas i mas su IDtedar<br />

con toda seguridad conocieodo a Ii lijencla, i hacerla cobrar aversion a una<br />

Ma~dalena : .. ' instruccion que no comprende.<br />

~l ámbas hubieran SIdo discolas 1 de II Hai organizaciones vulgares I egols-<br />

!l'aIa índole, su ma.dre las hubiera de-II tas, que se manifiestan desde la mas<br />

Jado llorar tranq~llamente, Il /a una I tierna niñez: a las criaturas, que les<br />

meciendo la cuna, 1 a la otra acostada: I ha cabido eu su('rte la desgracia de naen<br />

ella; acostumul'ándolas así, a la l. cer tan funestnmeote dotadas, se les<br />

menor. a recojerse a la hora de siempre, debe dar con preferencia la educaclon<br />

alÍn cootra su gusto, i a la mayor, a elemental a fin de desarrollar con la<br />

cumpllr el deber de cuidar a su her- maJar la'titud posible su sensibilidad [<br />

mana.<br />

I de elevar sus pensamientos.<br />

Yo aconsejaré a túdas las madres de Cuando hablo de educac{on elemenfamilia<br />

que adquieran serenidad bas-: Ital, no pretendo aconsejar siquiera que<br />

tante para oir llorar a sut! hijos1durante, esta sea profunda i cieotífica: en ml<br />

la lofancia. El llanto, que les nrraoca II concepto, la ciencia es árida e ingrata<br />

el verse contrariados en sus gustos, le.s para la lotelijeocla del hombre: vacía<br />

evita despues Ib.grimas mui amar~a'l. e ¡<br />

i oscura para la intelijencia de la mujer.<br />

infillítllS aflicciones sin consul"a; la:1 Yo os aconsejo, madres de familia.<br />

madre que quebrante la voluntad .le su i que enseüels a vuestras hijas únicamenhija,<br />

dispensa a ésta el mas griludc de·1 te a senUr. La mujer que siente, ea<br />

los beneficios, enseñándoJa a vencerse a ¡ buena hija, buena esposa i buena mast<br />

misma, e imprimiéndola desde luego i dre: i para dèsarrollar la senSibilidad<br />

F.NTREGA 41.<br />

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verdad,<br />

<strong>BIBLIOTECA</strong><br />

LITERA1\lA.<br />

de vuestras hijas no tencis mas que li te, aunque en una edad tan tiernas<br />

bacer que enseñarlas a leer, i dlrijir [¡¡péons hnbin vicio que no se encoutras,<br />

con tino sus lecturas. en eila, lo CIIU! pl'ill'bn ('Inmrnente que<br />

Los cuentJS a mi hija, primero; El cxistru ni¡¡tul'ns dotndil~ ,'r P"I''':'J'sae<br />

almacen de niños i Las veladas rie III íuùe]" ôiL} (I'JC ;,aya c


E L A ~ J E J. D E L H O G A R .<br />

,-'-'~-'......•. ,... ', ...•.....---.'. ' ... ' ",. - ------ ......•...••....._ ..••.....•...------~~cion<br />

francesa, aún cuando sus recursos i: dc caricias la indemnizó i se indemnizó<br />

hubieran alcanzado a pagada. I: a sí propia de los sufrimientos que le<br />

Hepu¡:(nábaule los colcJios gratuitos habia costado el castigar fi la hija de su<br />

por la poca fe que su método dc ense- corazon I i Con cuántas lágrimas de<br />

iJanza lc inspiraba, i cn cuanto fi la ternUl'a bañó sus ri7.ados cabellos!<br />

educacíon del claustro, aunque quizá la' I Aquel dia "iá Rosa satisfechos alguhubiera<br />

preferido a otra cualquiera, le . nos insignificantes c,lprichos, de los<br />

estaba vedada, p¡lfque su corazan de : muchos quc diariamente Ic acurrian, I<br />

madre no hubiera podido consolarse de : quc pocas veces veia realizados, Aquel<br />

la privacíon de dejfll' de abrazar LI su . dia fué a eumprar Ulla muñeca con su<br />

hija todos lus diJs, i porque tampoco, . madre, qllien invirtió ell ella el coste de<br />

en medio de su pobreza, tenia medios,' una prenda de vestir que le era indispara<br />

satisfacel' sus bonol'llrios, que, co- :. p~nsable, Aquel dia obtuvo permiso<br />

mo ya hc ùicho, son e11c:\si todos bas- 'pal'a salir con Anjela, a pasear un cortante<br />

crecidos. i' dt'l'illo blanco, propiedad de entrámblls.<br />

Decidióse, pues, a emprendl'r sola la Aquel din, en fin, cenó sopas de leche,<br />

educacíon de Hosa, al mismo tiempo' que eran ~u plato fûvol'ito.<br />

que seguia la de Alljela •• Desde entónces Hosa, que 110contaba<br />

Su primer cuidada:10 fué enseÏlarla a todavia cuatro alIOS, pareció r~tl('xionar:<br />

leer, pam elevar aquella iutelijencia \lO bit'n se lev8ntaba, tomaba su librito i<br />

depravada i rastrem, nor ùel'i •.lo así. 'se iba junto a su hermana para que le dl-<br />

Creia, i COllrazon, - que la desenvol-' ¡esc las letras que se le olvidaban; pero<br />

tura I serenidad de 1


28 BIB L lOT E C A L I T E R A R I A.<br />

~j Ai I i qué me has becho daiio ! l' con una rapidez, que hacia presentir<br />

esclamabo Anjela, cuyos gran:les ojos ::que su fin estaba mui cercaDO,<br />

pardos empanaba onalágrlma do dolor.¡! Anjela, con el Instinto admirable de<br />

-¿ Me dices qué letra es esta? !;.su corozon, habia comprendido que eo<br />

Anjela la nombraba, i entónces Rosa I! breve.Do tendria padre.<br />

tiraba el libro i escapaba corriendo a I Magdalena, que \'ela llegar desde<br />

Jugar, o a tirar al pobre Sultan de sus hacia mucho tiempo aquel golpe fatal,<br />

enormes orejas.<br />

tuvo que Inventar 00/1 ardides llora COD-<br />

Supo, por fin, leer, I su madre la solario; relevábala de todo trabajo mo.<br />

dedicó enteramente a los libros; buscó! n6tono, i procuró distraer en lo posible<br />

para ella lecturas sencillas, fáciles i en- su imajinoclon activa i demasiado Imtretenldas,<br />

i DO pocas "eees logró yerla ! preslonable •.<br />

Interesada COD las preciosas novelltas ¡ i Aniela habla cobrado un estremado<br />

Infantiles del canónigo Smith, o con la iI cariño al nido qne la golondrina hablll<br />

amena obra titulada, Cuentos a mi II formado en el tejado de la casa de Sulhija.<br />

I ¡ tan : la cariñosa avecilla tenia 0111su<br />

II viYienda desde hacia seis allas, i en<br />

II.<br />

I cada uno de ellos sacaba una larga familia<br />

de polluelos, que en los Inviernos<br />

Al cumplir ocho .afios, una tristeza! llevaba cODsigoal Africa.<br />

profunda se apodero de Anjela. Llo- l ¡ La primavera estaba empezondo,<br />

rabo sentada en el jardinlllo, durante I cuando la tristeza Invadió el corazon<br />

bora. enteras, i sin que nadie sospe- de la hija de Magdalena. La pobre niña<br />

chara siquiera la eausa. I tenia cifrado su único placer en bajar<br />

Magdalena esperó, durante muchos al jardinillo todas las tardes i saludar<br />

dias, que aquella melancolia cediese ell a las nucvas flores, que cada dia obrian<br />

rugar, no a la alegría, que jamas babia i 50S cáliccs a las templadas brislls de<br />

advertido en el caráctcr de su hija, pero, abril.<br />

sí a Jo apacible tranquilidad que era! La golondrina le hacia compañIa:<br />

ántes su habitual estado; mas la trls-I Aujela le ponia trigo i pan en un banco<br />

taza de la niña se hacia cada dia mas I de piedra, que su madre habia manintensa<br />

I su encantador semblante re-II dado colocar JUAtO a Ja fucnte, i Ja<br />

flejó bien pronto el abatimiento de su; ¡ avecilla bacia viajes sin cesar al tejado<br />

esplritu. /1 para llevar a sus hijos el alimento con<br />

Entónces su mad¡'e la siguió en sus il su pico.<br />

acciones, i hasta en sus pensamientos, , Hermoso estaba el nido: en rededor<br />

tardando poco en penetrar la causa de ¡ del tejadillo, cubierto de verde musgo,<br />

&umelancolía. II hablan brotado frescas i enanas yerbe-<br />

Siempre que Anjela sal/a del cuarto.', cillas, entre las coales veillnse algunas<br />

de su padre, rompia a llorar amarga-li coronadas por una fior. El blaodo lement.e,<br />

siendo muchas Jas veces que, al,/ cha de los polluelos, mullido en ansenmirarle,<br />

se deslizaban por sus mejillas cia de su madre por Anjela, estaba<br />

gruesas. lágrimas, sin advertir que su limpio i entretejIdo de amarJllo heno, f<br />

madre la observaba con angustiosa ad- de yerhas olorosas.<br />

miracloD. Entónces conocí yo a Anjela, i ape-<br />

EI corllzon de la amable i sensible sar de ser tan tierna nuestl'a edad, nos<br />

nlfla se comprimia con un dolor mul l amamos mucho. porque ámbosOteniamos<br />

prematuro, atendida su corta edad, al<br />

ver el estado de su padre, que, en efec·<br />

una allclon igual por los<br />

flores.<br />

pájaros i las<br />

to, era lastimoso.<br />

III.<br />

Hacia tiempo que la razon «leiseñor<br />

G ••• se habla enervado completamente, Una hermosa maõaDa de 108 últimu<br />

a la 'Vez que BU cuerpo se demacraba. de abril, bajaron Ja8 dos hermanas al<br />

I<br />

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EL ANJEL DEL HOGAR.<br />

2'<br />

huerteelllo. Anjela estaba mul triste., asiento de blando cesped : leecste libro,<br />

Su padre no dejaba cI lecho hacia cua- I donde hai muchas niñas buenas.<br />

tro dias, no abria los ojos, i rehusaba I Rosa tomó ávidamente elUbro, ise<br />

todo alimento. i puso a leer con suma atenclon.<br />

La pobre niña, apartada del lado del: Conociendo Magdalena que la quia.<br />

enfermo por el cuidado maternal, se' tud de aquella estaba ya asegurada por<br />

escapa, slnembargo, a cada instante de i algun tiempo, sc volvió Meia Anjela<br />

la vijilancla de la criada, para entrea- ¡: que lloraba silenciosamente.<br />

brlr la puerta, i contemplar las desen-: I -¿ Quieres matarme con tu pena,<br />

cajadas facciones de su padre. i' nmol' mio? preguntó la j6ven sentan-<br />

Rosa la acompañó dos veces: empu- i ¡ dose i poniendo a su hija sobre sus<br />

jábala por detras con violencia, e intro· ¡I rodillas.<br />

ducla su negra i rizada cabeza, para: i Anjela calló Instantáneamente, I besó<br />

mirar a la alcoba.<br />

i' con carièlO a su madre.<br />

Cuando se separaba, sus grandes i,' -Vamos, añadió ésta, sonriendo<br />

atrevidos ojos estaban pensativos, i sus: I siempre, con la dulce bondad de una<br />

bellas I espreslvas facciones apareclan i santa: vamos, Anjela mia, tú has 01-<br />

contra Idas por una dolorosa impreslon. ¡ vldado que hol es domingo, i que la<br />

I era que la ternura de Magdalcna, i pobre golondrina espera su banquete<br />

unida a su prudente rigor, hablan la - l, con Impaciencia.<br />

brado la ruda indole i los duros scn- I! La boca inocente de Anjela se entreatimleotos<br />

de aquella niña, del mismo:: briô con uoa sonrisa, i sus melancólfmodo<br />

que ellallldario infatigable labra·; cos ojos se aoimaroD levemente.<br />

I trabaja el diamante cn bruto. !i -En cambio, continuó Magdalena,<br />

Rosa sentia ya. Su alma leal estaba II he cuidado de traerte el trigo ~ tamil,<br />

retratada en sus gruesas i hermosas! Ino quiero dársclo yo, porque deseo que<br />

facciones, en su franca i trasparente // siempre te est,; agradecida a ti, i para<br />

mirada, siempre clavada con osadla en ¡II esto es preciso ocultar le tu descuido.<br />

la persona con quicu hablaba; i en la l, La niña bes6 con gratitud la mano<br />

impetuosidad e irreflexiOD de sus ac- I i de su madre i dejó en ella una lágrima.<br />

clones. l. Aquellas dos criaturas se compren-<br />

Aquella niña podia decir como Só- dlan bien, porque sus almas, hermanas,<br />

crates:<br />

II eran de csas que Dios concede solo a<br />

Yo nací con marcada propension a I sus escojfdos.<br />

todos los vicios; f como el gran flIÓSOfO,¡I¡I. -AsI que acabes de echAr el tl'igo 8<br />

podia añadir;<br />

.la golondrina, házme un ralllillete, dijo<br />

La educacion modificó mi carácter .1 Magdalena levantándose, i besando en<br />

hasta tornarle en otro.<br />

' lila {rent~ a su ~lja •..<br />

. II· No bren sahó del jRrdlD, ADJelaes-<br />

La segunda vez que Magdalena V¡Ó tendia el trigo en el sitio acostumbrado,<br />

desde 11I1I~cobade su esposo, las cabez~s !Ii la golondrina rué il buscar el primer<br />

de sus hiJas. pegadas a la puerta, salIó I grano para sus hijos, que empezaron a<br />

sin hacer rUIdo, f to~áDdolas una de piar aleteando gozosos a impacientes.<br />

cada mano, las condUjOal jardin. I La golondrina hacia sus viajes COD<br />

La desdichada j6ven estaba pálida l· pasmosa rapidez: pero sn pequefla facomo<br />

la muerte, pero aún tuvo una ·1 milia aumentaba la grlteria ansiosa del<br />

sonrisa para sus hiJas, para aquellos ilalimento.<br />

desdichadas criaturas que iban a qUe-jl De súbito alzó Rosa la cabeza IDcodar<br />

sin padre •.<br />

modada, pues la algazara de los pájaros<br />

-Toma, hiJa mia, dijo a Rosa dán- la distraia de su lectura: cojie ona<br />

dole el primer tomo de Las Veladas de,I gruesa piedra que tenia al lado, I la<br />

La Quinta, que yo le habia l/evado lanzó al nido con toda lU fUerza.<br />

aquella mlliiana, f colocándola cn un " La golondrina, que en aquel momen-<br />

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30 <strong>BIBLIOTECA</strong> LI TERARIA.<br />

to ponia un grano de trigo en el pico de II Ma!'! ésta hizo un signo negativo, I<br />

Ulla de sus hijos, CilYÓ del tejadillo ¡¡II ¡ adelantó hasta los piés del Jecbo.<br />

6uelo, dando un débil quejido, i quedó II - Ven conmigo, hija mia, dijo su<br />

muerta a los piés de AnjEla. :: madre, queriendo lIevársela.<br />

El cuerpo de la pobre madre fué se- .! l\f¡¡~dalena 1/1 rfchazó suavemente.<br />

guida por los ùe sus hijos heridos de: 1 -Pero esa lliÍla .•• ObSel'\'Ó el sacermuerte<br />

tambien. Los tiernos animalitos I i dote.<br />

se ajitaron durante uu instante, i que- ·1 Nada con~estó tampoco la jóven madaron<br />

yertos. I: dre al ministro de Dios; pero, Inclinán-<br />

Ancla se puso al pronto pálida i en- I dose hasta el aida de su hija, murmuró<br />

mudeció: luego lanzó un agudo grito, i ;con accota solemne estas palabras:<br />

cayó desmayada. i i - Rosa, tú has hecho morir a una<br />

Rosa, mudatambieo, permaneciósen-:! madre a la vista de sus hijos ••• puesto<br />

tada e Inmóvil, ma .• al ver caer a su I que no te dolió su peua i mira ahora<br />

hermana, se levantó i corrió a la puerta, ! I morir a tu padre!<br />

Ilamaodo a gritos a SIJ madre. II La niña abrió desmesuradamente sos<br />

De pl'onto retrocedió sobl'ecvjida, Mag :i grandes ojos, palideció ~e. espanto, I sus<br />

dalena estaba en el umbral, i su sem-: labios temblaroo conVUISIVOS.<br />

blante pl'ofundamente nlterado, le di6 a;. Rudo era el choque: casi inhumana<br />

couocer que hahía presenciado cuanto!; la prueba: pero alJuell~ eoérj lea I .poacababa<br />

de pasar. i· derosa naturaleza de siete alías resIstió<br />

A lIna señal de su señora, aparecró Il ella todavía, i Rosa clavó su ftbsorta<br />

la doméstica que tomó en sus brazos a I mirada co el rostr,) ya desencajado de<br />

Anjela, i la condujo a su lecho: en se- I su padre. No obstantt', su alma se reveló<br />

guida Magdalena cojió de la mano a· eotónces en toda su espléndida belleza.<br />

Rosa, que lloraba asustada, i la llevó al El carmin mas vivo sucedia en las mecuarto<br />

de su esposo •. jillas de Rosa a la mas intensa palidez,<br />

En el jardin quedó solo un polluelo, i gruesas gotas de helado sudor conian<br />

que piaba tl'Ïste i huérfano en su aban- por su frente, No lloraba. Su cor/lZOO,<br />

donado nido. l. prensado de angustioso dolor, reventaba<br />

IV. 1\ en su pecho.<br />

I De repente se detuvo en su respira-<br />

Al entrar Magdalena con su hija de I: cion: juntó sus bl¡¡oCIlS manos, i escula<br />

mauo, en el cuarto del enfermo, su . chó con avidez. Habia sonado la voz<br />

padre i su madre que se encontrabao. I de su padre.<br />

alii, salicron a su encuentro. ! -I Adios---- Magdaleoa mia ,----<br />

Un sacerdote salía con la santa UII- i murmuró débilmente. Dios te bendiga<br />

cion, último de Jos SaCl'Uffientos que; por tu santa ~irtud'<br />

faltaba suministrar al moribundo, i que: El seilOr fi oprimió las manos de<br />

en aquel momento acababa de recibir .. su esposa: lue~o se incorporó con la<br />

Aún se veia sobre la mesa, cubierta I ansiedad de la muerte, I dh'isl1ndo a su<br />

con un rieo tapete. el Crucifijo ante (\1 ; hiJa le tendió los brazos. Magdalena<br />

cual ardian do!'! bujías. A la cabecera: tomó a la niña i la puso eu ellos.<br />

estaba sentado otro sacerdote, para' -j Rosa 1. 1hija mill '. -----1 sé<br />

asistir a la agonía del señor fi - que buena __ para que pagues a tu madre._<br />

habia recobl'ado la razon pOI' uno de lo que ha hecho por mi! murmuró el<br />

esos prodijios que se ven todos los dias, señor fi _ . _ en taoto que la niña, blsni<br />

que ni la ciencia misma alcanza a ea como unll estátua de cera, le miraba<br />

esplíc6r. Dios, sin duda, quiso despojar con estravlados ojos.<br />

el alma del senor v de las sombras -I Aniela !.--- i Aujcla ! balbude<br />

la locura, para Ilamarla a sí. ecó el moribundo.<br />

-Véte, Magdalena, véte, dijo su Magdalena dej68 Rosa al caldado de<br />

padre a la jóvcn.<br />

su madre, salió vacilante, i IJIlUlomeilto<br />

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~ _" oP o·· /.<br />

EL ANJEL DEL HOGAR; 31<br />

despues volvió con A njcla en los brazos l'<br />

in8nima(1~ todavía. ¡ CAPíTULO SESTO.<br />

El !llllr:bu_jo (IbriÓ los suyos, i es- !!<br />

trechú cvotra ¡¡il pech" ù ~IJ !Jija. I U:\A DlSCUL1'.\1 U'i.\ ESl'r.rCACIONDE<br />

De pronto sinti:' Mag(\,Jien~ que el ;l LAAUTORA.- LAS ESTATU~SDELSEI'ULamante<br />

lazo, formado por los brazos de I: CRO.-Er. PÁJAROIIUÉIIl'ANO.- MADREI<br />

su esposo, se aflojaha, i desprendiendo I ESCllITORA.- u. ADor.ESCENClA.- LOS<br />

a Anjela de ellos, fué a depositaria en A)lORES IlE ROSA.-)IÚ¡C,\ 1 RECUERun<br />

sotá. IlOS.-FI:'\ DE LA IllSTORlA.<br />

-j Ven! murmuró con ahogada voz I<br />

tomando de nuevo a Hosa, i lIevándola 1.<br />

al seno de su l'SpOSOque ya se l¡¡lbla I ' ..<br />

desplomado soure el lecho. I Yen, hija, i .SI hal al.guna entre vosotlas, lectoras<br />

mia I el último beso de tu padrc le ne. 'I miaS, ? quren. no le, a,grade que me haccsitas<br />

tú, para que cu adelante seas I ya vahdo de tIpoS "I"lent~s para pr~sen.<br />

buena ••• ! .1· tal' las reglas ùe la educaclOn I los eJem-<br />

•.. : rIos de la ,'irtud, yo Il' ruego que me<br />

.I acerco la frente de su 1~lp~ I~s. la- ;I perdone. He creído que seria mas ngrabIOS<br />

de su esposo, que los. Ilnpr¡ml? ~n :I dable esto método, i que los séres de<br />

ella, eJ.l~¡¡lando en aquel osculo su ultl- ~I que hablo interesarían mas que las<br />

mo suspIro. ! I Iccciones áridas i monótonas de que<br />

A la impresion de aquellos labios' i pudiera haber lIenaùo muchas páinas,<br />

helados, lanzÓ la niña Ul\ agudo grito j !! pero que sirmpre hubieran sido de esse<br />

irguió pálida i fria; lurgo, como una' i casa importancia, atendidas la edad e<br />

flor troncbada por el huracnn, se doo-·' iuesperiencia de la que escribe<br />

blegó Cri los brazos de su madre, i que- [ Tengo la persuasion firme de que, eu<br />

dó privada de sentido. ! tanto cruce mi pié la senda florida de<br />

Magdalena la depositó junto a su; la juventud, ~olo podré satisface.r mi<br />

hrrmaull en el sofu i volvió al lado del, deseo de ensenal' la ,lrtud, practlcáncadáver<br />

cuyos ojos eerró piaùosamente.' d.a1n yo misma, o .des(·r!lJieodo. cuaDtos<br />

Despues tornó al sofá donde estaban su~ 'I cJ('~plus I1hn serVIdo para iosp~rár~ela.<br />

bijas, se dejó caer ùe rodilns delante dc I Un.pedago~o ~on faldas ha SIdo slemaquellos<br />

cuerpos iomóvi!('s i doblÓ la' I pre, l'ldlculo, I SI ci femenino pre~eptor<br />

cabeza abogada por los sollozos. ¡ I es~a dota~o, ~omo yo, d~ ~na flso~o-<br />

. S'" l' .. h' 1 I '! lUla Dpaelule I de una debll constltu-<br />

-, I, lime, I Jlme Il. (Jla. esc amo i cion su moral exijida severuroente no<br />

su padre con \fa: lIo!l!.por tus hijas,' será' ni aún e~cUt'hada, ni harán ~tra<br />

cuando te has com~lac¡do en. que la mas., cosa sus pretcnsiuues que inspirar una<br />

peque.ñ~ presenc,lal a I;: ~goDla de su pa- ! \ Irónica lástima. SI yo predicase la madre.<br />

I Eres un, erd uco . :: l'al rí¡ida i descarnada, i una maùre<br />

El sacerdote, que habia ,o~~,o las pa- '. curiosa quisiera conocerroe, al mIrar<br />

la~r8s que Magdalena dlrl~lera a ~u. en mis ojos la misma suave injenuidad<br />

hiJa al cutral' en la ¡¡~e~ba J que habla. que CD los de so hija, pensaria que mis<br />

espla~o .toùos su.s movl!llIClltos, se vol- ': leccioncs las habia escrito una persona<br />

yió hacm el an~lano IIS1 que escuchó sus i i grave i que las firmaba yo.<br />

Impl'udcntlls o II'Deuudas palabras. II Recuerùo que,cualldo hac~ ocho ailos<br />

_\ Es una santa! dijo CODtono so- ': escribí i di a luz mi novln RosII. mi<br />

lerone i señalando a Magdaleua que;' p:imer ensayo eu este jénero de Iiterapermauecia<br />

iumóvil cn la misma [los- :: tU1'3, Dad'c quiso creer que fuese obra<br />

tura. !' mia, no obstante ser tan sc~ci\la como<br />

1en seguida volvió a ponerse de I'odi- ,. una rosa de invierno.<br />

lias a los pu:Ïs del lecho para continuar. Yo vi Il.Rosa en mi ciudad n8tal, en<br />

el oficio de difuntos. \ las manos del pobre artesano, en el<br />

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32 <strong>BIBLIOTECA</strong><br />

,-.. -- ~..•.•.._- ."" ~-"""~" -.,--' . - .-.... .. ' - -.-".. '.' .<br />

<strong>LITERARIA</strong>.<br />

tocador de la elegante dama, en el pu-l busèar la puerta de salida, puse mi bepitre<br />

del respetable padre de familia, en lada mano en el gato dormido sobre<br />

la cocina del campesino, i en la humilde una silla, i la angustia contuvo felizbabitacion<br />

del virtuoso eclesiástico: mente en mis labias el grito de horror<br />

pero todas estas jentes, si por acaso se 1 ~ que Iba a lanzar. Mas de una vez, al<br />

alzaba entre ellas alguna voz que alii',inclinarse por su propio peso hácia ade.<br />

verme pasar decla: Esa es la aurora ,Iante una de las largas i espesas trende<br />

Rosa, mecian la cabeza con incredu, 'zas de mis cabellos, creí que una mano<br />

Iidad, murmurando: esa niña no l' se posaba sobre mi cabeza, i mi corapuede<br />

haber escrito este libro: será I ¡ zan, yerto, detuvo sus laUdos.<br />

obra de su padre.<br />

'<br />

Como se vé debo a la suerte de tener Una noche, cuando mas preocopada<br />

un padre dotado de talento, qoe no estaba yo, des~ribiendo la 8~onfa de<br />

fuesen mas allá las suposiciones, acha- R~sa, me p~r~cló sentir rutdo, era ta,l<br />

caodo mi obra a otra persona, aunque, mI enterneclmlento~ que lloraba coptoa<br />

decir ,'erdad, la figura inocente i ju- samente sobre lo mismo que escribUl, f<br />

venil de la aurora, alejaba todo pensa- en el exceso de la peo~_que me inspiraba<br />

miento injurioso i atrevido acerca de la suerte de aquella Ulua, creaclon mia,<br />

ella. me olvidé. ~I instante del romol" que<br />

4Isabels, lectoras mias, cómo escri. habla p~rclbldo, i que en otra oeaslon<br />

bi yo la novela de que os hablo? Oidlo. me hubiera amedrentado.<br />

Acostábame a las diez i tenia que ba- Pero, I oh, Dios de piedad! I cuál<br />

cerme la dormida basta las doce, hora fué mi espanto al vel reflejar una loz<br />

en que la casa quedaba silenciosa, i a lo léJos! El miedo me dió fuerzas, i<br />

todos sus habitantes cnh'egados al ltespues de apagar de un soplo mi pobre<br />

sueño.<br />

Sucedia algunas noches que me dorlamparilla,<br />

balcon.<br />

me refujié corriendo en el<br />

mia yo tambien, f en vez de despertarme<br />

a las doce. salla del sueño a las tres Un Instante despoes vi entrar 8 mi<br />

o las cuatro de la mañana: pero fuera I madre.<br />

cualquiera la hora eu que roe de~per~- I Ar.ercóse ésta a la mesa en que escriba,<br />

me sentaba, esc.uchaha COD IOqme- 'I bia yo poco ántes; pero creyó que los<br />

tud, 11~('gome deshzaba del lecho ; me papeles que en ella habia eran apuntaclo.<br />

eDvolvl~ en una ~ata, pasaba a otra, nes o coentas de la cdsa, i no los tocó.<br />

llabltaclOn, cncendla luz I roe ponla a Luego se acercó al balcon i lo cerro<br />

escribir en pedazos de papcl de todas con fuerza, sin verme, a causa de la<br />

clases, tamaños i colores, porque entón- oscuridad, i sin que yo me atreviese a<br />

ces yo carecIa i basta de papel I eleeir nada<br />

Alli, delante de mi mauuscrito, olvi-<br />

•<br />

daba el frio excesivo de las madrugadas Aquella noche 1J0via agua helada, i<br />

de enero. i Pero era tan medrosa! Cada yo no tenia mas abrigo que mi bata.<br />

silla se me figuraba una sombra, i cada Mis plés, frios siempre, aún hallánpuerta<br />

un jigaote : mas yo rezaba una dome junto a la lumbre, estaban ressalve<br />

i pedia valor a la Vlrjen, que casi guardados solo por unas babuchas de<br />

siempre me le concedia. tafilete, i aunque mi cabeza, abrasada<br />

Algunas veces se acaba el aceite de por el insomnio I abrumada por el peso<br />

la luz que me alumbraba i se :lpagaba I de mi cabello, sintió un placer indecible<br />

esta, sin que yo, embebecida eo mi. con el frio de la noche, bien pronto mis<br />

trabajo, echase de ver su agonia basta miembros quedaron yertos i paralizaque<br />

moria por completo.<br />

dos. .Yo recé, sinembargo, a la madre<br />

¡AI, Dias mio! todavía ticmblo al de Dios, porque me habia salvado i harecordar<br />

lo que eotónces pasaba por ml! bia salvado tambieo mis papeles, i des-<br />

Maa de una vez me sucedió que, al Ir a I pues me qucdé adormecida.<br />

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EL Al\JEL HEL HOGAR.<br />

"-- --'-' - ••.... - " _---<br />

Al amanecer, cuando la criada en car- :¡ de un Sél' viviente han sido ho dlvinag:tda<br />

de la limpieza,aurió el balcon para·: mente reproducidas por el cincel, como<br />

barrer el aposento, me hall6 inmóvil,·; lo estabnn las de las hijas de Magdalena:<br />

Cria i entregada a un SU('Ùf}


34 <strong>BIBLIOTECA</strong> LlTERARIA.<br />

que me ha sido concedida sobre la tie- l' trabajar. i tanta aptitud para todas las<br />

rra? i NUllCd ¡ E~ta cusa me trac a elida i' tareas, quo su ror:¡Jr.J no dud6 en eninstante<br />

los ¡'ecuel'dos de mi felicidad I:cargarle una multitud de cuiddClos doperdida,<br />

i tanto ménos infeliz seré cuan-i! méstlcos, para los cuales estaba AOlela<br />

to mas vivos i profundos sean esos I; imposibilitada, por su delicada salud.<br />

recuerdos. II La seùora de G, •• i su hija mayor se<br />

La casa, empero, sufrió alguna va~ I! dedicaron con asiduidad al bOl'dado,<br />

riaclon. El cuarto del señOl' G .•. fué l' único recurso que hai en provincias.<br />

cerrado por Magdalcna; pero todo lo " Rosa exijió a su madre que la cDseiiase<br />

que cn él babla permaneció en Idéntico; ¡ tamblen a bordai', i 1m bre"e pudo de·<br />

estado: quedó el lecho lntllcto, el sillon, :sempeñl\r la parte mas fácil de la obl'a,<br />

en que el enfermo se sentaba, en el •con un tiDO i unll limpieza que tenian<br />

mismo lugar asi como la biblioteca, el : absortas a su madre i hermana.<br />

velador, la slllerla i los cortioojes: en 'i No ohstante, Magdaleua, pora no \'¡I)-<br />

el reclinatorio, coronado por Ull g,'an i lentar su natuml viveza, lc bacia dl'jar<br />

Crucifijo, '\.IS l¡bl'OS de oraciones, i de- 'la labor a cierta hora de la tarde, i la<br />

lante de él, el almohadon de seda en i exhortaba Il que fuese a jugur: pero<br />

flue se arrodillaba, cuando la enlljeDa- ~!entóoces la niùa tomaba un libro i volcion<br />

de su cerebro le dejaba algun mo- I! viendo 8 su asiento, leia en voz alta i<br />

mento lúcido Illereno: el gran retrato:: Ilrjentina, para distraff a su madre i su<br />

al óleo del seiior G , qne se elevaba hermana, hasta mul cerca del 8nosobre<br />

un divao, colocado al frente de:' che,ccl·.<br />

la puerta, siguió presidiendo, severo i I i ElltóDces Magdalena dejaba la labor,<br />

apacible 11uo tiempo, la estancia 010['- ',tomaba pOI' la mano a sus hijas, i se<br />

tuoria, i solo fueron sacadas de allí la ¡I dirijia con ellas a la haùitacion de su<br />

pajarera, poblada de canarios i colori- :I esposo. Allí, arrodilladas fi la puerta<br />

nes, lias flores que creclao cn limpias i;I de In alcoba, rezaban dcrante unn bora<br />

fresclls macetas. Pero l:is llores I los" fervorosamente por aqnel que tanto las<br />

pájaros Iueron colocados en la estancia.' habia amado en la tierra, i le pedian les<br />

de Magdalena, que esperimenlaba un . alcanzase de Díos la gracia de no aparintimo<br />

I melancólico consuelo ni ese u- 'I tarse nunca del camino de la virtud, I<br />

chal' los dulcísimos cantos que taotas, de reunírsele en el cielo c'H\fido el<br />

veces habian alegrado el al do de su! sueño eterno cerrase sus ojos pllra<br />

esposo, i al sentir los penetrantes per- i siempre.<br />

fumes que él a;.piraba con tanto placer'll Dc;,Je aquella estanl'Íu, que era para<br />

El choque violento que Magdalena:~ la seùora de G i SllS bijas un tl'mbiza<br />

sufrir fi Rosa, obligándola a pre- i: plo, Anjela I su madre pasallao ai come-<br />

8enciar la agonIa de su padre, cambió II dor para tomar un Iljero refrijerlo,<br />

e»teromente el carácter de la niña. Su;\ segun se acostumbra en provincia,<br />

precoz i despejada intelijencinlla viva- í i donde se çome lo mas tarde a la9 dos.<br />

cídad de su carácter, la bicleron recibir ¡ Rosa, cuyo estóffillgo robusto no necede<br />

lleno aquella ruda prueba, excitando! sítaba de tautos cuidados, bajaba al jaren<br />

ella todas las fibras sensibles, que: i din a dar de cenaf,como ella decia, 8 la<br />

yacían embotadas por su indole fogosa, ¡. pobre golondrina, Il quien su anebato<br />

iodómíta, rebelde I egoista. ; babla dejado huérfana.<br />

El cambio rué tan radical como pro- I La niña habla cobrado l\ la inocente<br />

vechoso. Su robustez, unida a la gran avecilla un estremado i tiernisimo caactividad<br />

que le prestaba III .Ivllcidad I rl¡'lO. Ella III cuidaba i alimentaba, I ni<br />

de su imajinacion, la hacltlD mas útil I un solo dia dejuba de derramal' lágrlflue<br />

a su hermana para todll clase de I mas, al acordarse de la muerte de su<br />

trabajo. No blcn la señora de G \ madre i sus hermanos, pu~s Il este<br />

ordenó de nuevo el arreglo de su casa, I recuerdo iba unido el de la agoDia i el<br />

desplegó la niña UD deleo taD graode de del último beso de su padre.<br />

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EL ANJEL DEL nOGAR.<br />

Cuando en el invierno próximo la I \ Magdalena llevaba uu vestido ne¡;ro<br />

pobre avecllla abandonó el jardin para i, de seda, (mico traje que usaba -desde la<br />

trasladarse al cálido clima del Africa, i i muerte de su esposo: 110 cuello, blanco,<br />

una tristeza profunda se apoderó de i í i liso, hacia resaltar la suave palidez de<br />

aquella criatura tan insensible i egoista 'I su hermoso rostro, cuyas facciones·con·<br />

cn o~ro tiempo. i i sel'vaban toda la belleza de sus treinta<br />

-Te has divcrtido CD hacer infeliz a .' anos, I el encanto I pureza qoe prestan<br />

tu hijn, decía un dia a la señorn de G __ ;! In tranquilidad de la conciencia i la se-<br />

8U vulgar i groset'o hermano: afortu-' ¡ renidaù del alma. Su talle esbelto I<br />

nadamente, habla nacido con un carác· :: flexible estaba lleno de gracia, I aUDter<br />

enteram~ute opuesto al de Anjela, i ': que los pesares hablan adelgazado un<br />

hubiera sido dichosa, a no sel' pOI' tus i I tanto el óvalo encantador de su rostro<br />

estravagaueias, porque era incapaz de 'i i !'lUS blancas i afiladas manos, sus rassentir.<br />

Ii gados ojos garzos conservaban la viva-<br />

-:-lIermauo mio, contestó i\fagdalena :: cidad de su rica imajinacion, i su soncon<br />

el accota dulce, pero fli'me i grave, :: risa, la dulzura melancólica, que tan<br />

que empleaba siemprc Call él: herma-, I poética la hacia.<br />

DO mio yo prefiero qlœ mi hija sea bue- ! í Muehos i ventajosos casamientos 58<br />

na a que seajeliz. " .:: le hablan ofrecido a la jóven '-iuda:<br />

í I mas para cita. que despreciaba de cora ••.<br />

III.<br />

l' zan l\ la muier que recibe en el tálamo<br />

l· •<br />

¡: dc su primer esposO a un segundo due-<br />

El dia en que Anjela cumplió doce I: ño, solo q~edllban e,n la tierra la tumb~<br />

años, llamó la seilOra de G ••• a su: del bomble con ,qUIen estuvo unlda,l<br />

cuarto a sus dos hijas. Ya hacia cuatt'O ': el amor .de sus hIJas •• ,<br />

que estas orupaban la salita contigua a ., La sello,r.a de G .•. abrlO sluS brazos a<br />

la de su madre, la cual, aunque habia" las dos omas, estrecbálldo as a la vez<br />

sido Ilmueblada con una sencillez tan . sobre su corazon, ~egun lU amante. i<br />

rigurosa quc rayaba en pobreza, eslaba ': antigua costumbl'e, I lucgo permaneció<br />

llena de gl'acia, de buen !Yusto i de ele- " cou una mano de cada una entre las<br />

gancia • ., . i: suya~. " . "U<br />

Magdalei.a se hallaba sentada iunto al,. -H13 mia, dijo dlrlJJe~dose a ~nuna<br />

mesita que contenía papeles i un I:¡ela.; hol cumple~ doce auos, I VOl a<br />

rc('adv completo de \\scribír de blanca i ' r~al1zal' el prOpóslt? que tenia desde el<br />

elegante p"l'celaua. Delante de ella ha- dl~ en que nacl~te, I en el ??al me aftI'·<br />

b:d uu Iibl'O, enl:11adernaùo en pasta·! me CUI\!l~() DIOS me envIo a tu ~ler..•<br />

o~cura de la mas sencilla, i ¡¡Igo mas mana:. ~,Ota hacerte u~ regalo, A~¡~I~t<br />

lejos un cuactcruo bastante abultado, en . a .condl;lOn de que nasa ha de pal tiCI-;<br />

el que, al parecer, estaba escribieudo al ,par de el., .<br />

cnll'lu' Aujeh i Hosa. :~ ._j Ah, .m~ma I ¿ h~s podIdo pensar<br />

!: que yu de¡arJa de partir con Rosa todo<br />

•• 1


36 <strong>BIBLIOTECA</strong> <strong>LITERARIA</strong>.<br />

están depositadas todas las lágrimas de hermanas, dedicaban a su lectura una<br />

mis sufrimientos, todas las memos'ius hora que robaban de su sueño para no<br />

de mis escasos plnceres. I Hijas de ml faltar a sus tarens, i en brel'e llegaron a<br />

alma I prosiguió la señora de G•••• estrechando<br />

de nuevo contra su pecho a que sabian sus oraciones diarias.<br />

saberlo de memoria del mismo modo<br />

las dos niñas; si I/ega un dia en que alguna<br />

reprenslon mia os parezca injusta,<br />

abrid este diario i me perdooareis mi<br />

Injusticia, en gracia de lo que he sufrl-<br />

IV.<br />

Mi prime'r propósito, al hablar de la!<br />

do; si en alguna oca¡¡iondudais la senda memorias de Magdalena, fué tratar,<br />

que debeis seguir, quizá c'o él enCOD-i aunque someramente, de la ya tau detrllreis<br />

consejos saludables que os ser- I batida cuestion, de si cOllviene o no la<br />

~Irán de guill eD el revuelto i dificultoso" literatura CDla mujer: mas be pensado<br />

camino de la "ida. despues que nuestro siglo es el de las<br />

Aujela i Rosa batieron alegres sus escritoras, I que necesito un capitulo<br />

Jnanccllas, i tomando el precioso voJú- especial si he de elojiar la parle buena<br />

men, escrito todo por su madre, se de la literatura para la mujer i de conasleron<br />

del brazo disponiéndose a salir. denar los abusos que esta hace de ella.<br />

-Este manuscrito, añadió Magdnle- Coucluiré, pues, en este la historia de la<br />

na, señalando el cuaderno abierto que señora de G•... i de sus hijas, dejando<br />

teola adelanle, este munuscrito es la para mas adelante uu asunto, que es, a<br />

continuacion de mis memOl'ias desde; mi parecer, hUlto grave i tr'asccndental<br />

que me casé hasta hoi: el dia que os: para ser tratado cou lijereza.<br />

entregue a uo esposo diguo de vosotras, I L3 adolescencia de Anjelll I Rosa fué<br />

os dal'é uua copia de la segunda parte: tan tranquila iapacible como su Infandel<br />

diario de mi vida: es todo el dote I cia: la señora de G.~.. dobló 8US cuique,<br />

en medio de mi pobreza, os puedo! dados para con ellas, desde que 108<br />

señalar; a~ra id a poneros vuestros ,. encantos de la primera juventud empesombreros,<br />

i vámonos II la Iglesia. , zarODII ocupar el lugar de la cándida<br />

Anjela i Rosa salieron saltando de ~ hermosura de la niñez, i su vijilancia<br />

gozo: empero, eo sus grandes i espre-: se hizo mas tierna i esquisita, i al missivas<br />

ojos Se veia brillal' el llanto dell mo tiempo milSasidua.<br />

cnternecimieuto. Su vida era en verdad harto fati-<br />

Al volver de la iglesia, tomaron el: gasa, pues madre e hijas trabajaban sin<br />

libro de su madre; entornaron la ven- descansar pal'a porlcr subvenir, aunque<br />

tana de su cuarlo, i senlándose ámbas escasamente, a los gastos i atencioeo<br />

el rincon mas apartado de la estan- nes de la casa. Rosa era la mas apI'ocia,<br />

dieron principio a la lectura. Aquel pósito para el trabajo por su fndole<br />

dia estaban relevadas de todo trabajo, activa i robusta coostitucion, opuesta<br />

por ser el dos de agosto i la fiesta de en todo a la fr¿íjil de su hermana. La<br />

Nuestra Señora de los Anjeles : de vez jencrosa niña se levalJtaba con la auen<br />

cuando alzaban los ojos del libro l'oro, presidia i ayudaba fi la limpieza<br />

sImultáneamente, i esc/amaban con la de la casa, que hacia uoa anciana cria-<br />

.oz embargada pOI'el llanto: da, que tenia n por toda S61'vidumbre :<br />

-j Ob, cuán buena es nuestra mamá ~ despues llevaba ella misma ('( desayuno<br />

-------------------- ------------ a su madre i a su hermana, que perma-<br />

------------ '-------------------<br />

Anjela i Rosa devoraron ansiosamenneeian<br />

acostadas, oponiéndose miéntras<br />

le era posible a que se levantasen: daba<br />

te todo el libro, aquel libro que, s~un de comer a los pájaros, regaba las ma-<br />

Ja misma autora decía en él, había sido cetas de fiores, i bajaba al jardinlllo<br />

escrito con inauditos trabajos i ocultado para cOl'tarotras nuevas: luego peinaba<br />

eon el mas prolijo afan; pero desde sus hermosos cabellos negros, se ponia<br />

eqUel dia, todos, ai levantarse las dos su sencillo vestido blanco, i se seotaba<br />

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E L A N J E L D E L fi O G A H • 117<br />

a bordar iunto a la ventana entoldada ¡ vilÍ la cabeza sobresaltada, i la senara<br />

de madre-selva.<br />

de G ••. vi'; a un gallardo jóven, apoyado<br />

No bicD el viejo Sultan veia ùesde; 1en la esquina de unn calle que hacia frenso<br />

casita la risada cabeza de la jóven,: te ni edificio. Magdalena clavó cn su hija<br />

empezaba a aranar la puerta I a jemi,', 1uoa mirada profunda i triste, que hizo<br />

hasta que la doméstica bajaba a abrirle; " bajar la cabcza ,'uborjzada ala doncella.<br />

entónces subia con gran prosopopeya'·1 -Eso ua está bien hecho, bIja mia,<br />

lamia, moviendo su enorme cola, las i: dijo la m¡¡dl'e c~rrando la ventaUll.<br />

blancas manos de la jóven, i se tendia·' I tomando a la uina de la maDo, se<br />

a sus piés dando un resoplido de satls- ,¡la llevó n otm habitaeion.<br />

faccion i bienestar. l. Dos dias despues, uno de los amIgos<br />

Poco despues entraban en la salita de : de su marido, pidió permiso a la senara<br />

labor la senora de G •••. i Anjela, que.1 de G para presentarle su hijo: achablaD<br />

hecho ya su tocador: abrazaban·' ccdió Magdalena, i aquella noche misa<br />

Rosa, i se sJntaban a trabajar a su ma vió en su casa al rondador de Rosa.<br />

lado. La prudente madre le ofreció su casa<br />

Anjela era UDa bermosa criatura, cortesmente, i esperó vijilando a su<br />

de talla esbelta, blanca tez, grandes i hija. El jóven, que era un calavera de<br />

melancólicos ojos i fisonomía llena los muchos que, pOI' desgl'acia, abunde<br />

dulzura I sentimiento. La frajilidad dau en la socicdad, no escaseó las visi.<br />

I delicadeza de su organismo seoecba- tas. Era rico, gallardo, i llevaba UD<br />

ban de ver CDsus formas poco pronun- nomb"e ilustre: cualquiel'a madre, en<br />

cladas, en su tez que o~tentaba la diá- lugar de Magdalena, se hubiera creido<br />

fana pa:idez del nácar, i en la gracia mui dichosa eu pudel'le dar tal marido<br />

casi infantil de sus facciones, que, por. a su hija: empero la señora de G _<br />

otra parte, estaban mui distantes de' no pensaba asI.<br />

tener una regularidad perfecta. i Ocho dias habian pasado apénas desde<br />

Rosa era mas alta i corpulenta. Su' la presentacion del jóven, cuando su<br />

tez habia tomado un lijero tinte O1ore- padre pidió II la viuda de su amigo la<br />

no, que hacia un delicioso contraste con mano de Rosa. Magdf\lena se la Degó<br />

el sonrosado de sus mejillas, sus gl'an- con polltica, pero con firmeza, i rogandes<br />

ojos turqules, guarnecidos i cOI'ona- do al prctenùiente que susptmdiese IUS<br />

dos de negra seda, i su profusa I rizada, visitas, fundánùose en que desde el mocabellera<br />

de azabacbe. Sus facciones i mento que habia dejado de ser amigo<br />

eran mas perfectas que las de Anjela.·, de Rosa, para ser su amante. habia<br />

En suma, la una era la belleza del alma, l· perdido todo el derecho a verla.<br />

la ternura i poesIa del peusamiento.: Padre e hijo se retiraroD mui irrUa-<br />

La otra era la hermosura del cuerpo i dos, por lo que llamaban un de3alre.<br />

el encant.o de los sentidos. Desde aquel dia, Rosa perdió el color i<br />

Cuando Anjela cumplió diez i ocbo el sueùo. Sus ojos, enrojecidos e hinchaestro<br />

s, los diez i seis abriles de Rosa dos, patentizaban que pasaba largas<br />

eran la personificaeion de la gracia ¡ horas entregada al IInnto: empero ni<br />

vivaz i juvenil, i mas de una vez ell una queja se escapó de sus labios.<br />

corazon de S4 madre se oprimió, al, Anjela dejaba por las noches su lepensar<br />

en los peligros que podria traer: C:IO, se sentaba a la cabecera del de su<br />

n su hija su fresca iencantadora belleza.: hermana i la consolaba. llorando COD<br />

Rosa era un tanto coqueta: J'eia de i clla,cuaudo no podia lograria.<br />

contínuo para enseñar sus menudos i il AsI pasaron algullos dias. De repennacarados<br />

dientecillos, i el dia que no ;: te, las meji lias de la jóvcn se anImaron<br />

salia a paseo, se ~entaba junto a una de I: de nuevo, pero en lugar de ser CODel<br />

Jas ventanas que daban a la calle. i' colorido de la salud, fué con el berme-<br />

UDa tarde, a)a bora del crepúsculo, 'Illon de la fiebre; parecia ajitada, J<br />

entró de Improviso su madre: Rosa vol- l acabó de perder el apetito i el sueño.<br />

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<strong>BIBLIOTECA</strong><br />

<strong>LITERARIA</strong>.<br />

Llegó un dia, sinembargo, en que: mas la señora de G alargó la mano<br />

rendida de fatiga, se adorrmció ell el 'con imponente calma.<br />

silloll de su madl'e. Media hora hacia -Rosa, dame esa carta, dijo.<br />

que duraba su sueilO, cuando ~1agd;l- Alal'góla la niñ'l temblorosa i Maglena.<br />

que la había observado, entrÓ con dalella la leyó, como si 110 la conociera.<br />

leoto paso, cel'rando tras si la puerta. -Hija mia, dijo des pues devolvién-<br />

La señora de G .tocó su fl'cnte abra- : dosela: yo me opongo a que te UlIllS a<br />

sada i luego besó sus mejillas descolo- ,un hombre que no puede hacerte feliz;<br />

ridas i sus hinchados párpados; des- i ahora vé a eneerrarte durante dos horas<br />

pues apoyó su mano en el COl'8zon de 'en la habitacion de tu padre, I cuando<br />

su hija, i contó COll ansioso cuidado sus ¡ salgas de ella, ven a particlparme lo que<br />

latidos, En aquel momento los lábios ,te dicte tu concieuria.<br />

de la jóven se ajitaron, dejando escapar Era de norhe ya. Rosa, conmovida<br />

estas frases entrecortlldas por sllspiros :, por la blandura de su madre, besó 110-<br />

_j Abandonlr a mi madre • i a, rando su mano, i tomando una luz. se<br />

mi het'mana '----i Oh! ¡Es demasia- encaminó al cuarto mortuorio, cuya<br />

do terrible el sncrific io ! •: lInve le habia en trl'gado M'lgdolena.<br />

La desdichada madre palideció In-,! Al llegar alii, se arrodilló delante del<br />

tensamente i llevó su mano al corazoo retrato, i elevó sus manos cruzadas pial<br />

mismo tiempo que de sus ojos brota- diéndole perdon pOI' el delito de obanba<br />

un raudal de llanto: pero atenta· donar a su madre i fi su hermana,<br />

solo con esa sauta abnegacion de las I miélltras que dos rlludlllcs de lágrimas<br />

madres a alivilll' a su hija, desabrochó ,regaban sus pálidas mejillas •.<br />

el corpiüo que 0pl'imia el ajitado pecho. ¡ De sùbito oyó la voz de su hermana,<br />

de Rosa. Una carta cayó al suelo. Le· i: que cantaba una melodía dulce I tierna<br />

vantó In señora de G .. , • i la leyó.,: acompañándose con el piano. Aquella<br />

En ella avisaban a la jÔven que se pre- !, música habia sido compuesta por el<br />

parase para una manifestaclon que ten-, señor G para su esposa, cuando<br />

dria lugar dentl'O de dos dias. La carta: daba a esta lecciones de música.<br />

estaba fil'mada por el desairado amante La voz de Alljela se elevaba sonora i<br />

i por su padre pura como la de UD ánjel. Era el eco<br />

Una amarga sonrisa plegó los labios : de su alma santa e inoceute.<br />

de la desgraciada M:,l


EL A~JEL nEL HOGAR.<br />

poética melodía. Cesó por Un esta; i. nas entoiùatlas de parras i madre-selva.<br />

Rosa nl~.Ó MI bella cabeza radiante de:: Aún "ive Sultan, cuya obesidad ha lIeuoa<br />

eSf\re,,¡on sublime. i, gado a ser monstruosa. Aún conserva<br />

_i Gracias, plldre mio 1 esclamó le- l· el jardin su viej:l higuera que se carga<br />

vlintándose: I gr


_<br />

40<br />

.. -", ~', "-- - "~-'- .J .•..-r-.r. _'"<br />

BIB L lOT E C A L I T E R A R I A.<br />

Empezaré, pues, a entresacar del quc,; que manchar sus blancas hojas con la<br />

comprende desde que Magdalena cum-I' reluciOlJ de acriones maJas. _<br />

plló siete aÏlos, época CD la cllal con- -- '_h __ "h h_ • __ 0 cluyó dllaprendera escribir, hasta JOS/' .. _<br />

diez i siete 8 cuva edad se casó. (l i Ya se ha pasado un dia desde que<br />

Las primeras hO,:as de este manus- cumplí siete años •.. !<br />

crfto estaban llenas de una letra gruesa, I i Qué pronto! Hoi he jugado dos<br />

incorrecta i desigu¡¡!: luego iba mejo- I horas en el jardin •.. digo, no: me he<br />

rnndo ; i por último, llegaba 8 ser Iim-I dormido al pié de un Mamo lo ménos<br />

pia i perfect'i, cuya circunstancia pro-¡ hora i média: primero corrf, corté llores<br />

baba los progresos de la niña en la i perscguí a una gran mal'iposa basta<br />

escrltul'a i su estremada aplicaclon. ! alcanzarla.<br />

J Juan ci jardinera me decía que Jo<br />

I! pasase un aJfiler por cnmedio del cuer-<br />

';po, ,i que donde la pusicr¡: permaneccl'la de[l~ro sleropre ?el fanlll.del d,sc-<br />

l<br />

---- •• ----------- -h_H __ • • relOJ,<br />

-------.- --------·--··-----------11 cada. Yo no he querido ..•. I Ai, Dios<br />

el I Qué deseos tenia de sabel' escribir! ,! mio! i roe dró tanta lástima' j Matar a<br />

Por lin hol los vco realizados. Hol que I: un pobre animalito que niugun daño<br />

cumplo mis slcte lIños. l' me ha hecho! Me horrorizo de ver<br />

MI padre, que siempre me regaña,,! cómo mi padre, mi hermano, Juan, I<br />

dice que drbia haber sabido morho i I hasta mi madre, !rl; es tan buena,<br />

ántes. I slnembargo, mi mano cs tan i i andan por el jardin, sin cuidado de<br />

pequeña, que apénas puede sostener Ill!! risllr las hormif'lIs ••• )'0 no puedo, no<br />

pluma. Pero como asegura mi tia la;: puerto pisarIas .•• si mc pisaran a mí,<br />

relijiosa, Jos padres slemprc tienen ra- ¡J' lIol'aria ••• ¿ Jas he de piSltr a el/as porzoo,<br />

I mi padre la debe teoer al llecir I que no sabro llorad<br />

que sol desaplicada. II Coloqué a la mariposa cn uo agujero,<br />

. I Cuáoto siento las horas que he per- I formado en el tronco de una blguera :<br />

diJo co jugar, I que debla haber em- il pero ella empezó a revr,lotear, I como<br />

pleado en estudiar i aprender I Si, si : :I dejaba aI/i los colores de sus alitas, la<br />

de hoi en adelante, trabajaré mas, para ¡¡ puse en completa libertad porque me<br />

que no se enoje mi padrc, i para ver si.! dió pena: despues, no sabiendo qué<br />

mi madre, que está siempre triste, se i bacer, roe scnté, i me dormí.<br />

alegra un poco. l, Yo estol siempre sola. i Dios mio,<br />

i Triste! j yo tambien lo estol, i DO ¡! que pena es estar sola I 1\1i madre cose<br />

sé por ~ué I Algunas ~eccs me. poogo 8: I siempre c~"ada. Al~u~as veees la veo<br />

caotarlnopuedosegUl~. ¡Me¡Orllorao¡¡1I0rar •.• ,Quéteodla, D. _<br />

ria 1 Coroa no tengo Juguetes, no sé I _<br />

coo qUéalegrarme. No obstante, ahoral! _<br />

estaré mucho mas t)¡straida, porque leeré a Yo no sé qué escribir uoi, í mi vida<br />

j escribiré en mi di¡;i1o•. es tan igulIl 1<br />

i Mi diario! I Cutioto vol a querer 8 Me lIamao así que amancce, me vismi<br />

diario I El será como uoa amiga, a to, me lavo f me peina la criada: luego<br />

quien cuente todo lo que haga. No sé IIalmuerzo, i me pongn a hacer calceta •.•<br />

por qué tenia yo tanta gaDa de contar I Ya me


EL ANSEL DEL UOGAR. 41<br />

e i Qué dichosas son esas niñas de lli \ rezamos:<br />

así, pues, no hallo una fal~<br />

casa de en fl'ente! Como son dos her- de respeto en llamar de tú Il los padres,<br />

ml\nltas, pueden jugar: tienen muñe- \ que son su imájen.<br />

cas lias vistcn i desnudan, i hermosos -Tia, entóncts 1.por qué mis Pllpedazos<br />

de tela de seda, para hacerles dres no quIeren que les diga de tú ?<br />

vestidos. Su maolll canta lia mia llora, I -No sé, hija mia, ni quieras tÚÎQ.,.<br />

porque pRpá la regaña dlciéndole que ! vestigar los motivos que ellos puedan<br />

me da mimo. ¿ Qué será mimo? I tener: obedece I calla, que tu deber e,<br />

Ellas llaman de tú a su papá i a su ! ese.<br />

mamá, como 51 fueran niños como ellos 1 Yo callé, I pasé mul bien la tarde,<br />

f amiguitos suyos. 1 basta la hora en que mi madre fué Il<br />

i Qué bueno debe ser llamar de tú a i Iibuscarme. Il.- - - -- - - - - -- - - - - -- -----<br />

sus padres L Pero el mio diceque es! -------------------- -----------~<br />

un gran pecado. Sinembargo, si yo le il------------ --- ----------------<br />

tuteara, no le tendria tanto miedo i me ¡J Il No he querido interrogar a ml ma••.<br />

.atreveria a eonfiarle todos mis pensa-! i dre, acerca de lo que pregunté a ml tia :<br />

mlentoS.ll \\ es tilO buena, que parece que no tiene<br />

__________ • • liotra "oluntad que la de ml padre, 1<br />

________________________________ !Inunca piensa en averiguar los motivos<br />

o:Hol he Ida a pasar la tarde con mi ~ de sus órdenes. Yo slnembargo, be<br />

tia Sor Francisca eo ell!onvcoto de la:! prosado ya muchas veces en lo qu-.<br />

Encarnacion, Como soi pequeña, abren!! ayel' me dijo mi tia: ella que, segull<br />

la porteria pal'a reclbirme, i me \levan:: confiesao todos, es uoa santa,Do encueoa<br />

la sala de labor de las relljiosas. \1\1 tra mal hecho que una oiúa diga de tú<br />

Estas seùoras creo que me aman mas, a sus padres.<br />

que mis padl'es. Me toman eo brazos, I: I Cuánto me alegraría yo de poder<br />

me besao tanto, I me dan tantos dulces ¡i lIamarles así! Parece que-S6 debe de,.,.<br />

i bollos••• ! :Icil' con mas sentimiento i confianza:<br />

]\,fitia me llevó a su celda. 1'\ ¡ C1tánto te quiero, madre! que!JO<br />

_i. Sabes rezar, Magdalena? me pre- i ¡cuánto la quiero a ustea, madre!<br />

~UDtÓ. : ¿ Será acaso por el odio qU6mi padra<br />

-SS, señora •• \Itieoe a las modas, pnr lo que no quiero<br />

_ Vamos, reza un Padre Nuestro, I :\que yo deje para él i para mi madr~ III<br />

un Ave b!,.,.ía para que yo te oiga. ' ustqd? Pero yo creo que tambieo bai<br />

Yo em(J,,~éel Padre Nuestro. Allle- 'I algunas modas buenas; esta, por eJeD).-<br />

gRr a estas palabras, que estcís en lOI \ plo, que viene a dar a 108 podres el<br />

cielos, una j(lea repeutiun me impidió Imismo tratamiento que domes a Dios<br />

pasar ndelar.tc_ j a su Santa Madl'e. Tampoco quiere<br />

-Tía, dije: ¿ a quién debo tener mas que diga yo Papá i Mamá como las nf...,<br />

respeto<br />

padrrs?<br />

I querer mas, a Dios o a mis ñas de en frente: de eso me eODsueJo<br />

con mas facilidad, porque Jesucristo<br />

-A D/os, hij!l mia, J luego n tus' I nunca llamó Mamá a ¡a V[rjen Santípadres.<br />

:I sima. 1)-- - -- -- -- -- - - -- - - --- - -----<br />

,-Pues entónces~ .tla, .¿ por qué a \\------------ --------------------<br />

DIOSle llamo de tu I a mis padres de '\' ------------ -.--- .-------------~.<br />

ustea? ! li. Hol me ha zurrado mi padre tanto,<br />

-Porque ese es el uso establecido: I que meduele mucho la cabe¡¡:a:mi ma.,.<br />

yo, sioembargo, no condeno que IoS. Idre : ba dicho, en presenc.lo.de ml \ladre.<br />

hijos llamen de tlÍ a sus padrp,s: Dios, i q1le él tenia razon i me ha reprendido<br />

qU6 es h.finltamente grande, !.luenoi II tambien ; pero despues se ba quedado<br />

poderoso, quiere que a él i a BU Bolacoùmlgo i ha llorado i me b~ abra-<br />

P1adre les llamemos de tú, porque él i:,zado repelidas veces.<br />

8U5 ánjeles han hecho las oraciones que ¿ Qué querrá decir esto 1 SI Illere¡,co<br />

E:'IT1i£GA 43.<br />

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-;. :. __<br />

42 <strong>BIBLIOTECA</strong> LI TERARIA.<br />

qoe me castiguen, si mi padre tenIa r8-1 placer que' tf'odrlayo al com('rla al dra<br />

z(Jlft,¡ pOI' qué me abraz8 mi madre" siguIente, i le dije que perdonara por<br />

cuando él no est¡í delante? ¿ Si la tenia I Dios. '<br />

yo,s1 el castigo uofué me.recido, por qué i, La po~recita se alejó mlrl\ndomecon<br />

calló cobardemeute, dejando qua me I tristeza, I,YO corr! a guardar ".lis albamaltratasen'l<br />

i rlcoques en el fondo de UDa c8la. Sin-<br />

'Hol es la vez primera que DO mé han : embargo, en todo el dia estuve trauconmovido<br />

las caricias de mi madre, l\fl ! quila.<br />

culpa fué leve, a mi parecer; perollul- IIoi he Ido a buscarias no bleD me<br />

zá~ me equivoqué yo: tomé, sin prdir levanté, i los he encontrado podridos.<br />

'p'ermiso, UD libro que leiami herm/lno, I Dios me ha castigado por mi falta de<br />

para ver las estampas que contenlá.» caridad I • h<br />

. .... . , ' --------------<br />

_~ • i • ~ ._. • __ • _<br />

--~~-ë~ánto tiempo sin e.scriblr nnda I «( Al volver mimadrede misa, a donen<br />

mi diario! A la verdad, temo tanto I! de no be podido acompañada, por estar<br />

que me vean, que solo, miéntras duer- i ¡ enferma hace dias, ha venido con ella<br />

J;Deolos demas, me atre\'o yo li e~cribir II un murbacbo que traia un prrro eooren<br />

él, i esta dura!)te mui poco CIlto;, i me, con una cnerda al cuello; a¡,í que<br />

Mariana, nuestra anciaDa criada, me II le vi, eché a correr toda asustada, pero<br />

amenaza con contarlo a mi ,padre, por,.. I mi madre me siguió, me tomó de la<br />

que como está su camB en mi 'cuarto, fi mano, i me hizo volver Junto al' roudlee<br />

que no puede dormir con Juz. j! chll,


_____________ • 0 El<br />

E L A ¡\j J E L n E L RU GAll . 43<br />

_¿ Por qué das dinero a ese chico ~ :I lIace ya algunos dias que estol enfermas<br />

pregu,ntó con mui mal humor. ¡, i que no duermo ni tengo gaDa de<br />

-He comprado esc perro para Mag- ;! comer.<br />

dalena, contestó mi madre con su ioal . ¡ i A medida que vot creciendo, me vQI.<br />

teraùle dulzura. '! poniendo mas triste. Ayer I bol, ,tll-<br />

-Bonito es, por vida de tantos! dijo:; embargo, estoi mas contenta. )11 peJ:'r~<br />

mi padre daudo un puntapié al animal. ;, va siempre coomigo, me acaricia i Ille<br />

-Lo iban a matai', i me flió lástima,: quiel'e;' no doi UD paso siD que él tn8<br />

repuso mi pobre madl'e, coufuo


<strong>BIBLIOTECA</strong><br />

LITERAnIA.<br />

ta)mante, i se fué, despues de besarme ¡I Di~¡ ha castigado severamente m'<br />

ln la frente. Do- .•• :1 mentira, porque ademas esta tarde hit<br />

-_ :¡ venido una señora vecina con 8U niña,<br />

_h_ ---~-----------<br />

---------------- -------.:-------- I<br />

h<br />

que traia una mUllecalilu.1 bonita, set<br />

Québermoso está Capitan! Corre i gun me dijo Mariaoa, I no be podido<br />

salta ya· alegremente por el jardin I por !jogar con ellá, nf participar de los beel<br />

patio. 1re ba becbo mas grande que Ii lados i do/ces qoe se hao setvido en el<br />

la ternerilla que tenemos en /a torre (1J. i refresco.<br />

Estll grneso como uoa bola, i todos le Ii Me be privado de mil cosas que apequieren<br />

en casa, basta mi hermano,. que I tilzeo de cootlnuo sin poderias logr~r, f<br />

{¡otes siempre le estaba dando punta- ¡ ademas he cometido UD pecado 1 he<br />

plés.<br />

I ofendido a Dios.<br />

ICúdntas veces me ban hecho llorar i Ya no Tolverõ a meotir /» los abullidos dolorosos del pobre Capi- /--- __-' _<br />

tan! ¡Peroya nadie le pega! Eles /-------- _<br />

felli, I yo tamhicn. Ademas, estoi mu· cri Qué cententa estol! He presentado<br />

cho mejor, cabalmente desde que puedo a mi padre UDa rlqufsima camfsa que<br />

correr I jugar con mi perro.<br />

be cosido para él sin que lo soplera, I<br />

IEs tan travieso! Cuando me vé me ha regalado UDhermoso vestido de<br />

lIeMada, viene a doode yo estof, me seda, I una monedita de oro de dO.t<br />

~Je un pliegue del vestido I empleta a duros.<br />

tirar con los dientes, como diciendo: He ido corriendo a ver a mi madre,<br />

'Vamos, vamos, acorrer. D - -. - - - / para enseñarle mi regalo. Capl~n cor••<br />

h ----~---- ----- i ria como un loeo detras de ml, tlrán-<br />

------- --------- --- - - - - -- -- -. -- - dome de la falda.<br />

et Hoi tenia mui poca gana de coser, I I •..•••El vestido lo estrenarás el domingo,<br />

resolví decir que estaba mala, para que I/ bija mia, me ha dicho mi madre: i para<br />

!ne consintiese mi madre dejar la labor, ¡I completar tu atavio, ha afiadido, abrlene<br />

Irme a jugar al jardlD. Sinembargo,I/ ¡ do un cajon de su cómoda, aqui tienes<br />

como es la primera vez en toda mi vida I un aderezo de coral, que te g,!ardo desde<br />

que he mentido, me encontraba suma-li el dia que naciste, para dárteJo cuanmente<br />

embarazada: eD fin, me decidí, do acabases con primor alguDa obra de<br />

I pMi permiso a mi madre para recojer I costura.<br />

el cestillo de mi costura. ! 1diciendo esto, me puso en la mano<br />

-¿ Qué te duele! me preguntó. i uo estuchito que coutenla unos peo...•<br />

- La cabeza, contesté yo algo Con- i dientes, uu alfiler para el pecho, f<br />

tUSIl.<br />

dos brazaletes de coral fino, engarzado<br />

-L Solo? en oro.<br />

-I el estómago tamblen, añadí te- Yo besé llorando 50S manos. IDios<br />

Jnerosa de que no Je pareciese bastante mio, qué placer tener alhajas! Son las<br />

l>retesto mi dolor de cabeza.<br />

i primeras que be poseido en toda mi<br />

i Mas, ai J mi madre, en vez de de- vida. J<br />

drme que me fuese a jugar, me mandó -¿ Quieres declrme ahora en qué<br />

que me acostase, lo que tuve que bacer, pIensas emplear esa moneda de oro?<br />

apesar de mi resistencia. me pregl11ltómi madre; !Illo deseas, te<br />

Cuando llegó la hora de comer, me I . compraré con ella UDabaoico.<br />

dieron solamente un poco de s~pa. que ,l. -COIDO usted quiera, madre mfa,<br />

i<br />

es lo que de peor gana como sIempre: I contesté. yo bajando los ojos algo cnnbo<br />

me dieron pescado, ni arroz con . fusa.<br />

leche, Iii aUD dulce. siquiera, de los i -1, Pero tenias tú otra fntencion?<br />

muchos, que justamente había hol para -Habia ,pensado pedir a usted perllo.tres.<br />

misa para emplear la mitad, es d.ecirí<br />

(1) Torre; cosa de campo en Aragon. veinte reales, en comprar Ug collar do-:<br />

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ÉL ANIEL DEL HOGAR.<br />

rado para Capitan; i para dar el resto:: Mariana ¡]a otra criada despachaD su.<br />

al pobre tia Mateo, el tullido. ~,qu('hacer~.ellcríbo un poco en mi diario,<br />

-¡ Ah! i qué buena eres, Magdale- :: el dia que tengo alguna cosa nueva que<br />

DIl mia! dijo mi madre abrazándome: :. poner en él ; pero mi vida es tan igual,<br />

esta tarde Iremos las dos a comprar el :: que algunos dias ua sé qué escl'iblr i no<br />

collar, I 8 dar los veinte reales restan- :' le saco del C.1.1ondonde le guardo COD<br />

tes al tio Mateo. Il. • ¡i el mayor cuidado para que no sepa ml<br />

---- • .. 11 padre que le tengo.<br />

----.--. . . . __il Luego me arrodillo Mte un crucifijo<br />

(Aqui bal muchas hojas llenas de ! I que hai eu mi alcoba, ¡ rezo durllnte<br />

algunos detalles, tan parecidos a los :¡ largo rato. La oracion me hace mayor<br />

que ya se conocen de la existencia de ;I bien cada dia, I me consuela de todos<br />

Magdalena, qu~ creo ¡nutil repetirias; :: los dolores que sufro.<br />

su vida siguió deslizándose uDiforme i i Cuando Mariana entra i me ve remonótono,<br />

basta los catorce años, de.: zando, se desnuda callandito, para no<br />

cuya época "01 a continuar copiando,: interrumpírme, i se duerme ántes de<br />

algunos párrafos de su dial'io) • :;que yo haya concluído¡ pero apaga la<br />

_____________ . __. . __ ,~IuzI me deja a oscuras. ¡Es tan egoistal<br />

_______ . . __••••. i:Sinembargo, mléntrlls rezo, no tengo<br />

CI ; Qué dulce al coralon es rezar I :. miedo.<br />

Siempre be orado con suma alegría; : Mi pobre Capitan me quiere mas cada<br />

pero desde bace algun tiempo, necesito.' dia, i yo Je pago del mismo modo.» - --<br />

mas de los consuelos que la oracion me, . ._.,. _<br />

proporciona. I __. __~ ~ . _<br />

Tengo catorce años, I poco mas de : (l Ayer estaba Mariana 'VIstiéndose<br />

un mes; ya sé cuanto debo saber para: para salir, i empezé a burlllrme de ella;<br />

que mi madre 'Vivadescansada, pudien- :: por su vestido negro tan antiquísimo,<br />

do desempl'ñar a su satisfaccíou todos:: que parece un embudo, i por lo estrafalos<br />

cuidados de la C8SIl. Vol a escribir ¡ ¡ larío de su peinado.<br />

ml vida de bol para acnrdarme perfec-' I Ella se me acer('ó llena de ira, i me<br />

tamente de ella,s! acaso algun dia llevo i: pcgó un Cuerte bofeton.<br />

otra. \: ~Ahora, Jl\e dí~o. vaya ustedll que-<br />

Me levanto al amanecer, i con la [! jarse li sus padres: el señor le dará sobre<br />

ayuda de Mariana barro i Iimpío mi:: mi boreton, media docena mas por Incual'tito,en<br />

el cual duerme ésta tamblen: :¡ solente, I la seÍlora que es una nadie en<br />

luego limpio yo sola la sala de labor; :I casa, no se atreverá a castigarme por no<br />

despnes entro a daI' los buenos dias a :i descubrir a su esposo la desvergüenza<br />

mis padres, i me peino. para Ir a misa ¡, de usted.<br />

eon Mariana. : ED medio del llanto i de la indIgnai<br />

Por cierto que no me puedo peinar: cion que me soroclIban, conoci que MaliDia,<br />

porque mi cabello es tan largo .•• ! I riana tenia J'llzod, (para no dar a mi<br />

Todo se me enreda, pero DOtengo quien i madre un disgústo, i a ella el placer,de<br />

me peine, I no bai mas remedio que que ml padre me castigara, no tove mas<br />

reslgnarme II ello.<br />

I remedio que callar I devorar mi afrenta.<br />

Eu cuanto vuelvo de la iglesia, al- : Adernas, por una tontería mia, me he<br />

muerzo, i me pongo a coser basta las i conquistado en Mariana un enemigo<br />

do~, que como; cuando me levanto de ¡ImPlacable.<br />

la mesa vol a las Cuarenta Horas con Ah! i Hol me he convencido de que<br />

mi madre, a la 'Vuelta tomo de nuevo" todos los séres. basta el mas inOmo;<br />

la labor hasta las Dueve de la noche iI merecen considera clan, J de que, si iet<br />

que cenamos, i cada uno se va- a SU;j Caltamos a ella. bOS esponemos a que<br />

cuarto a dormir. ¡ nos falten a 8U vez al respeto que no.<br />

Cuando entro en el mío, imiéntrs5 deben. i nos insulten por añadidura I p<br />

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____ n • • __ • úoioos<br />

46 fi I il t lOT E C A L I T E R A ,n I A.<br />

tigo. No obstante, me zumban las-sie- ' (l Dos meses hace que no he abierto<br />

nes, I estoi milla, sin duda de no haber mi diario. La muerte de Juana me n.<br />

comido en todo el dia.ll • sumido en un est~por doloroso. ¡La,que-<br />

___________________ .• ria yo tanto ~ Ella i Capllan eran 101<br />

séres que se interesaban por mI.<br />

t!. Hnce cuatro dias que no he escrito Juana me tl'aia todos los dias UD ramo<br />

en mi diario, porque be pedido pl'I'- I dll flvres del huerto que cuidaba su pamÎsoll<br />

mtll-'PllodreS, para cuida!' a la bija dre; pasaba hablando conmigo dos, fA<br />

del tia Mateo,. el tullido, que está mui tl'es horas i me contaba cuentos: ella<br />

enfel'ma. i, he pasado eo su casita cuan.<br />

arreglaba los domingos IDis cabellos, Cjm<br />

to tiempo me ha sido posible. un gusto i uo cuidado esquisitos, del<br />

La pobre luana está IDul mala. Le trusmo modo que sí yo hubiera de haber<br />

he llevado. CODautorizacíoll de mi ma- ido a lucir los a un baile o nI paseo.<br />

dre, algunas camisas miliS usadas.llIá- I Ya solo me queda Capitan. __---! II<br />

bailas para la cama. ¡ Pobre Juana f ---0--- -----"----,,-----<br />

Er4ltan bonita, i ahora está tao dcstl- -------------------'--------- ~;---<br />

gurada'! Nació un dia despues que yo, ((i Ya tengo diez i seis años I medlo,l<br />

i s(oembargo, yo la llevo medio palmo mi tristeza crece cada dia.<br />

~ alta. La miseria i las privaciones DO Solo estai C01ltenta cuando bajo al<br />

la h~ dejado crecer 111. .- jardin, I puedo sentarme a contemplar<br />

_______________________ 0 h la puesta del sol. o Il mirar la luna por<br />

_______________________________ la uoehe. El cielo atrae mi ~lma. como<br />

« Qué lindas jóveues se han hecho las si esta fuera una hija suya que bubi,ese<br />

DÜias de la casa de en freote! Ayer, caidoa la tierra i aquel anhelase recocuaudo<br />

salieron a paseo con su madre, brar. ~<br />

:00 me œo~ba de mirarias. Llevaban. Capitan se puso ayer malo. Yo lo ea- •<br />

veaUdos de muselinA blanca CODcintas I nocl en su Dariz seca i ardiente, y en s~<br />

8¡ale~ i sombredtos d6 paja •. gWlrntcl- \ tristes ojos. Mi madre. cODmoYi~ QI'<br />

des elel mismo color de los clntl1rones. I vermeUorar,i-aprovechando la ~uHDCIa<br />

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____________ u • __ "pel'O<br />

EL ANJEL DEL HUUAn. 47<br />

~ ·_.-,~'·~·,-,r,· '-./ ,._,- ,'<br />

de mipadre I de mi hrrmano, mandó lIa- r I crBoi he rumplirlo dil'z isiete años l.me<br />

mar a un alhéitar; élite recetÓ una bebi- :: caso dentro de tres dias. Ya he visto<br />

da, queCapitao noquiso probar.) .' tres veces al ql1P va n ser mi esposo,<br />

siempre ot'lante de mi8 padrrs.<br />

---- .-.------------------.------ i, Parecc bUl'no iCll\'iiIOSO, i se \lama Rai-<br />

Il Acabo de ver a Capitan. Sigue peor. ': mundo. ~'a deseo que llegue la hora de<br />

i no levantn la cabt'za. AI acercarme a' verle. ¡ DIOS me conceda la grl\cla de<br />

61, sinembal'go, h:1 abierto sus grandes I hacerle dichoso! "-----.-----------<br />

ojos, meha mirado COD f1j¡;za i luego ha I ---------------------.------.---<br />

Jamidomis maDos.)) -------- ..------ .. i .. ------ .. ----------- .... -- .. - ... - .. ----<br />

.--- -----------.--.----.--------: « i Oh, pobre Capitau! i Si vivieses,<br />

-------.--------.-.---.- ---.- ----:i te vendl'ias conmigo i Call HlIimundo,i<br />

« He velado toda la noche n ~nlpobl'e ,~serias roui feliz! I Cuánto te amarlaperro<br />

que está Ilc~stado Cil ml cuarto; '; mos los dos!<br />

mas parn que Mariana se callase, be te- ;¡<br />

Dido que regillilrle un pañuelo de seda. ' i Rnimundo es tao bueno, tan com-<br />

A c:lda ills(ante, bumedecia la nariz placicute, tan amante I Desde que Je<br />

de Capitan COD agua fresca. El pobre amo, mi corazon laie con mas libertad,<br />

animal me lo agradecia lamiendo mis' i una II legria que jamas bebia conocIdo<br />

manos. Apesar úe estar acostado subre ha penetrado en mi alma.<br />

dos mantas, i de estar arropado COD otra<br />

mui Bl'lInde igruesa, lÍl'jtaba siu cesar.)) i Pobl'e i querido Capitan! j Solo.tú<br />

• . . me faltas pal'aque yoseaenteramp\e<br />

_____ ~ . . dichcsa.)) . ."_ . _<br />

a I Ya hn muerto mí pobre perro! .<br />

Está tendido a mis piés, fl'io e inmóvil.<br />

iNo puedo escribir mas r» . _ '<br />

••• -_. _,--------- _ •• a i<br />

li He estndo enferma~ mui enferma. :<br />

LIl muerte de mi pobre i fiel perro, de.<br />

ese sér tan caríilOso pal'u ml, me causó el'<br />

dlllor mils hondo qu~ he sentido en III i :<br />

vida •.<br />

Hoi he Ido por la primera vez a misa ¡<br />

con mi madre. Un jÚvlllI, vecino nuestro, I<br />

- - - - • - - - -<br />

que ae;':lba de llegar de Madi'id, estaba i Yo le he contestado que sí, i él me ha<br />

apoyado ell unn columna de la iglesia, ¡ besado la mano con ,terDurn. i Qué feli~<br />

i DOS ¡¡aJudá con aire d ulee j meluncó- r: he sido paseando con el! iComo yo, ama<br />

Iico ..I\lui desfigurada debo estar,porquc.; Jas flores i el canto de las aves! ama, en<br />

no ba separada de mí los ojos.)) - - - - ! I fin, CUanto amo yo ! " __ .• _<br />

• - - - •- - - - .. - - - _. - - - -. - - •. - - - - - - - • - Ii -- .. -- -' -- - -- - - -. -' - -- h<br />

--:Se~~I~- ~e;;a'~~~~~ -¡;~!.~.<br />

- - - .•. - - - ..• - - - - - - - - - - - - - .•..~--- .•.<br />

«Hoi he ido a paser> con mi înadre I<br />

COll Raimundo. Apesar de que solo llevaba<br />

mi pobre vestido de alepin negro,<br />

me ha dicho que estuta linda. De!lpuel<br />

me preguntó:<br />

-;. Querrás, Magdalena mia, que elija<br />

yo mauuna el vestido que has de llevar<br />

al volver d~ la iglesia, p.ara ¡'eciblr Il<br />

nuestros amigos?<br />

;~~r-e~<br />

JI _.:( ~~~t~'o-~: ~~::~~~~;:S-~~I~ ~~~~<br />

nuestro. \'eclno ha pe?ldo mi mano que lia Iglesia. Cierro este diario para empe.<br />

lo ha Sido otorgada SID consultarme, i :Zlll' m¡¡Ïluna otro.<br />

deutro tie uo mes me caso. ¡'I<br />

¿ Me nlcgrl\ el c;¡~i1l'mo? No Jo sé •. Esto está termInado. ¡Dios mio!<br />

)fe entristece ~ Igualmente lo Ignoro.)) !! ; Gonci:dcme In gracia de que pueda~a-<br />

------ - • • h il cel' la lellcidad de ml bueno i. qu.erldo<br />

------- .. -- ---- - ---'.~P" __- __•... II Rail;Xlunào J .))<br />

.<br />

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<strong>BIBLIOTECA</strong><br />

<strong>LITERARIA</strong>.<br />

, ser rico, pero es tan Ilndo, que 8U vlata<br />

CAPITULO OeTA VD. IIbace palpitar de gozo a mi corazoo.<br />

II Por una coincidencia estraüa, hol S8<br />

CON'IINUACION DEL DIARIO DE MAG- ! ba casado tambien UDade mis Jóvenes<br />

DALEi'iA. ¡' I vecinas. Al ir oosotros a la Iglesia, volvian<br />

ella i su espOBo con sus familias:<br />

~-----. -- - -- --- --- ------ .------~. 'I su riquísimo traje valia un tesoro,lapé.<br />

«~cabo ~e volver de. Ia Iglesia, i Das podia sostener el peso de sus pentodavIa<br />

esto! con ml traje de boda:! dieotes de diamantes.<br />

pero ántes de pasar al pequeño salon: .<br />

de mi padre, donde se hallan reunidos I ~hora la estai vIendo desde aquI.<br />

varios amigos, vai a escribir algunas I Esta acabando su tocado, ~yudada de 511,<br />

líooas, que servirán de principio a mi, doncella~, Lleva UD Vestl.~Ode crellpon<br />

DUevodiario. : de la ChlOa blanco, recoJldo con rami-<br />

I; lIetes de perlas; pero yo no cambiaria<br />

He dejado de ser niña, puesto que soi i! su riqueza por mi dicha. Su esposo es<br />

espo~a. Mi intelljencia, dormida en un; frio, grave, mesurado: es imp~sible que<br />

.ueño iofantll por el rigorismo de mi i se parezca sn carácter al de Ralmundo.»<br />

educaclon, despierta hal, ,'iva I robusta, \ ~-_H_h __._ .. ----<br />

iluminada por el rayo de mi amor. ! ---- ----------------------------<br />

Voi a quitarme el traje negro que he il uMe he despertado en ml casa. No bleo<br />

\<br />

llevado ~ la Iglesia, para ponel'me ot,ro. ;. me he levantado, I despues de ponerme<br />

MI vestIdo de raso negro I ml mantIlla; I una linda bata de mañllna, que he en.<br />

de terciopelo I blandas me los ha rega:- i! contraJo a la cabecera de mi cama, ha<br />

lado ml madre. MI padre I ml hcrma~o .i tirado Raimundo del cordon de la cam-<br />

DO me han dado nada; aunque el prl- : panilla, i se han presentado a recibir mis<br />

mero. con su rigurosa esaetltud, está I órdenes, un criado, una doncella i una<br />

poniendo abora mi dote en Planos de ..: cocinera. '<br />

Ralmundo. ·1<br />

MI<br />

esposo les ba exhortado a la obe-<br />

Cuando volviamos a casa, iba yo del! dienela, i a cumplir bien i fielmente con<br />

brazo de mI esposo. i l\JIeSV;1l ! i Cuán' \ sns deberes. Ellos han ofrecido hacerla<br />

dol~ es e~ta palabra! Ella pare('e que!, así, con tanto respeto I sumlsloD, que<br />

me asegura pal'a siempre el cariño i la ! me he ereldo obligada a decides:<br />

proteccion que [junca conoel, ique tanto II - Enté,,('cs de m! cucnta correrá la<br />

ansiaba mi pobre i débil corazon. !Irecompensa de ustedes •.<br />

Todos n~s miraban. II RalmuDdo me dirljl6 lIna mirada fria<br />

Ii I aúo me atreveré a decir algo severa,<br />

-:--j Qué hermosos son !-declaQ. \I que me dejó cortada.<br />

I anadian luego: ¡ 1\. -Antonio, dijo despues dltijiéDdose<br />

I al criado: sirva usted el desayuno I<br />

-¡ Q~é lástima que ella sea tan n\ila ¡'aViSenos usted eo seguida.<br />

i eDfermlza I I Los domésticos salieron, I Ralmundo<br />

La tristeza ( la soledad me han hechO l· se acercó a mi.<br />

débill achacosa; sinembargo, creo que' I<br />

la dicha me dará fortaleza i l'obustez. -Magdalena mia,. esçlamó; DOmues-<br />

, trell Jamas con tus Criados UDablandura<br />

A mi lado, sobre un sofá, está tendido ¡ perjudicial: te lo aconsejo por tu bieo •<br />

.el vestido que voi a ponerme, i qUE' Rai·<br />

mundo ha elejldo entre los muchos que i-Yo crel. le contesté confusa, qU8<br />

me ha regalado. Es de tul blanco con I era necesario aDimarl.esa cumplir ~n<br />

doble falda, i está recojida la segunda I sus deberes COD la esperanza do la recon<br />

ramos de jazmines: mucbo dista de I compensa. -<br />

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•• • _,.<br />

EL Ai\JEL DEL IIOGAR. 49<br />

..,...-- -.......---•..•..•..•..--------------- •..•..------<br />

•.••Tu juventud e inocencia i mas que yo deseo mucho, tomo mi bordado, i<br />

todo tu bondad, disculpan este error: Raimundo lee ell voz alta Las medita ••<br />

Dadle merece premio por cumplir bien ciones de Lamartine, o las Odas da<br />

i esactamentc con su deber; miéulras Victor Hugo, traúucidas por él, COll<br />

paguemos fielmente a nuestros criados, tautll esmero I escrupulosidad que nada<br />

miéntras les tengamos las conslderacio- pierde el orijinal.<br />

DeS


so B lB L lOT E C A L IT E RA R I A .<br />

~--------- -- """ ~'" ~----~-..,..------- -<br />

do UD vohímen de su Iibreda i me Jo i -¿ Qué te ha pal'erido? ba sido lo<br />

puso en Ja mano, rogáDdome que lo: primero que me ha ùicho.<br />

leyera. I -Me ha rnternpciùo mucho, I com-<br />

-Clara de Alba, IE-íen su primera i padezt'O profuudanH'nte la suerte de ClapájiDa.<br />

lluego proseguí llena de gozo: _ ra i Federico, pl'ro no por eso dejan do<br />

-E!l de Mme. Cottin, Ja autora de; ser Culpllbles 8 mis ojos.<br />

Matilde o las Cruzadas, que con tanto ¡ -¡ Luego, tú crees que hubieran pogusto<br />

acabo de lerr. I dido sustraerse a la fatalidad que pesaba<br />

- Creo, dijo Raimundo, que no lee- :, sobre ellos?<br />

rás esta obra con ménos complacrncia. ¡: -¿ Quién lo duda? Si Clara hubiera<br />

Todo el dia me ocupé en mis laborrs,! confiaùo a su esposo el estado de su<br />

pues 80JOlas veladas dedico a la leeturll;, corazou, en el momrnto en que slotió<br />

pero DO bien diE-ron IdS ocho, i \'iendo,: grabarse Cil él la imÚ¡en de otro, aquel<br />

COD gran satisfaceioo de mi parte, quI'; honrado i bODdadoso lInciane hublrra<br />

Dadle venin, pedi la lámparll, i empecé, all'jlldo a Federico de su casa, hubiera<br />

a lel'r el libro. : hrcho conoeer /I Clara su enOl' enD sus<br />

MUI'ho-we agradó hasta poco mas de: consejos i quizás todo se habría remcla<br />

cUllrta parte dl'l tomo: no obstantl',; dlado.<br />

cuand,o vi que la amistad de :Federico n: - Pero ya sabes que Federieono<br />

Clara se convertia en amor, sentia una: cODtaba con mas recurso que la protecespecie<br />

de repugnancia i mall'star, que: cion de l'Ill'. de Alba, ni con otro asilt)<br />

rt'lllmente me hacia sufrir. I que Sil casa.<br />

-¿ Qué tienes" mI' pregunto Ral-: -El esposo de clara hubiera sabido<br />

mundo que escribiu llotO II mí. i buscar para él, uno i otro.<br />

Yo le manisfesté Ja causa de mi des-I - Federico, lil separarse de Madama<br />

contrnto. , de Alba, hubiera mm'rtn de pl'oa.<br />

-Pero, repuso él, elllmor de Fede-: -No tal: tengo la crerncia de que<br />

rico ¿ 00 está apoyado en la Ildmiracion _ clamor es el que muere en IllSalmas<br />

que Je causan las vil'ludrs de Clnra '1 i rectlls, siempre que no halla conespon·<br />

- Sin duda, cootl'stt'; pero no por: dencia; ademlls, el influ o de III virtud<br />

eso deja de ser culpahle ('stl' /lmor : po-: de Clnra hubiera pUt Hil'IIJo III pa~ion de<br />

dré admirar la c~usa, pem condcDO coo i Fedl'l'ico, hasta el punto de volveria a<br />

enojo los efectos. : convertir en una perfecta amistad, o la<br />

-Pues aún tl'ndràs que ver n Clara! hubiera estinguido hasta el estremo do<br />

apasionada a su vez de }'ederl(,ll. hacer a éste indiferente el recuerdo de<br />

-¡ Es posible! ¿ Con un esposo tan su amada.<br />

bueno? • Raimundo me abrazó, i salió de la<br />

- Tú te cODvrncerás de que sí. babitaclon para bU8carrue otro IibroD_ -<br />

-Pues entónces, dije ccrrando el, ------- .. ., __u __ • ._<br />

libro, no quiero seguir leyendo esta: ---- " --- " n _<br />

Dovela. - « Hace dias qne me sil'oto mal. i sin<br />

-Yo deseo por el contrario que la: gllnl\ de comer. Si salgo Il paseo, es por<br />

Jea8 con cuidado i rl'flexion, dijo Rai-: complacer a Raimundo, que DO baila<br />

mundo, volviendo a dal'lne el volúmen:: guslo alguuo en pasear como no sea<br />

para evitar el peligro, es preciso cono-: conmigo.<br />

eerIe, i, por mi parte, te aSl'gul'o que· Apénas veo a mi padre i a ml berna<br />

te agradecen' jamas<br />

debo Il la ignoraDcia.l)<br />

lu virtud, si la ' maDO. Solo mi pobre madre vielle todos<br />

¡ los dias a verme durllllte una hora, o<br />

n _______ •<br />

________________ •<br />

me cllvía rccado COD<br />

espera.<br />

MIll'Íllna de que. me<br />

'<br />

(I Hoi he leido una parte de la tarde, iDesdichada madremia! Apéoas hace<br />

para cODcluir Clara de Alba. I esta cinco meses que me separé de su Jado.<br />

noche he devuelto el libro a Raimundo. i me parece que ban paliado d~z. 8D08<br />

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EL AJ'


---------------- u (\'~I<br />

- - __ u - -u - -.- - - - _ - - h pena<br />

---------------- h su<br />

<strong>BIBLIOTECA</strong> <strong>LITERARIA</strong> •<br />

..... - -: "-- ~<br />

Infancia. Él jugará COD mi niña, i la hijas. j Mis hijas! j Cada hijo trae 8'<br />

alegrará, como me alegraba el compa- Corazon de una madre un inmeoso dote<br />

ñero 9ue perd.l. i Ab, si ahora viviese, I de alegria I de felicidad! Du ..; _<br />

amam a la hiJa del mismo modo que j _<br />

amó a la madre 111 h ¡<br />

. _<br />

Rosa es el retrato liel d~ su-.padre •.<br />

~ .• -------------------------- -- -- I QUIzás es mas bella que AUJela; pero<br />

(lYa he encontrado lo que buscaba. Uo I nada bai comparable a la celeste esprehermoso<br />

perro de pocos meses, pero mul . sion de candor i de Inoccncia del rostro<br />

alto, casi tan alto como Anjela. Ral- de mi primo/éoita.<br />

mundo quiere que se llame Sultan. Rosa I Rosa mia! ¿ es posible que no<br />

porque dice que es nombre mui fácil de haya de poder yo allmentarte en mi<br />

pronunciar para los niños. seno? ¿Es posible qUIl be de verte en<br />

Mi Anjela tiene una condición de braz:>s de una mujer estraiia i mercenaánjel.<br />

Jamas llora. Cuando la tomo eu i ria? llija mia' ¿ que has hecho tú,<br />

los brazos para d!lrle el pecho, sonrie I pobre iDoceute para que Dios haya secadulceml'nte,<br />

como si mt: lo agradeciera. do en mi seno las fueQtes de tu vida?<br />

i Dios mio I j no comprendo cómo Ah! i Esta idea me hace sufrir tanto,<br />

hal madres que pueden criar a sus hijos<br />

i no lo hacen I I Pobres mujeres I No<br />

: que desCallece mi corazon J.D<br />

.<br />

~ ~<br />

•<br />

saben de cuáotos goces se privan. Si . . _<br />

___ h • ---- •<br />

pudiesen imajinarlo siquiera, jamas (lA DO ser por Raimundo, que me con.<br />

consentirian en separarse de elJos»_. __ suela Sill cesar, creo que lile mataria la<br />

que siento al ver que una nodriza<br />

--- -- -- -- -- .-- ------ .. - - -- - - -- - - ha de alimental' a mi hi.la; pero su ca-<br />

(Creo inútil copiar la parte del diario ¡ riño sabe prestar a mi pena un calmante<br />

en la eual esplica Mllgdalena su método : tao eficaz, me pinta con tanta ternura I<br />

de vida, desde que fué madre: mis Ice- . viveza ló que padece vléndome sufrir,<br />

taras Je tienen ya claramente esplicado que procuro consolarme por su tranqui.<br />

en el c3pitulo 3.0 de este libra, I por lo lidad. A Jo ménos, he conseguido 8<br />

mismo, i en gracia adcmas de la breve- fuerza de tacto y de firmeza, hermanada<br />

dad, pasaré a la parte eo que se refiere coo no pequeila parte de dulzura i perol<br />

nacimiento de Rosa). suasion, que la nodriza se avenga Il<br />

dejarme la niña durante casi todo el dia,<br />

I a dormir en mi alcoba por la noche.<br />

Así no pierdo de vista a mi<br />

sueño, espio el momento<br />

hija. Velo<br />

en que ella<br />

abre los ojos, i recibo su primera son-<br />

« Tres meses cuenta ya mi segunda risa, al mismo tiempo que ella no carece<br />

hija I hoi es la vez primera que puedo de mis ,besos I mis caricias D _<br />

estampar en' el papel la impr'l'sion de<br />

dicha que su nacimiento me ha causado.<br />

Durante dos meses, no he vivido en el '<br />

mundo. Presa de un sueño letarieo, he<br />

estndo sumerjida en la nada, pues mi<br />

pensamiento yacía pal'alizado como mi<br />

existencia. i Ya contaba mi hija dos<br />

meses de vida, i aÚD DO habia recibido<br />

el beso primero de su madre!<br />

Luego, durante otro mes, he sufrido<br />

tanto I La fiebre me devoraba, i si me<br />

levantab!l, aunque por pocos instantes,<br />

DO podia hacer mas que abrazar a mis<br />

--- .•. -------- .•. --. ------- ..--------<br />

«Muchos pequeñossufrimieotos be depositado<br />

en mi diario durante tres meses,<br />

ocasionados por la illtervencloD de<br />

la nodriza entre mi hija i yo. Pero, eD<br />

cambio, Rosa está hermosa i medrada,<br />

i quizás conmigo se hubiera criado eDdeble<br />

i enfermiza.<br />

i Cuán bellas SOD mis hiJas! Yo las<br />

I amo COD el mismo amor. No podría<br />

¡ decir a cual de las dos prefiero. La teri<br />

nUra de uoa madre derrama SDS rayo.<br />

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___________ h __ , __ " • " que<br />

EL ANJEL DEL HOGAR.<br />

-----.~~por<br />

igual sobre todos sus hijos. Hast!! silio, oh, Dios de bondad! Tú, qtle dali<br />

bol, Dunca he pensado eu que éramos· Ia fortuna i la quitas, das tambit"t. áol .•.•<br />

ricos, iDios sabe que solo le doi gracias·; mo para sufrir las mudanzas de nuestro<br />

por nuestra fortuna, cuaodo fiJo los ojos: : destino.<br />

en mis bijas8 . ', Ya estol Illas tranquila. La oracion<br />

________________________________ ('ontinua ha trnido a mi csplrltu la cal-<br />

____ . . ma que necesitaba. He r('cobrado la<br />

(f Una pena me aqueja hace algunos facaltad de reflexionar que me habla<br />

dias. Rnimuodo se ba puesto tri~te de abandonadu enteramente.<br />

repente. Cuando le prt'gunto III cllusa, ',Ii esposo "ivl', aunque privado para<br />

se sonrie con violencia para tranqulli- sit'mpre ue In rozon, que le ha arr('bazarme,<br />

pero al instante vuelve a caer tado la il\ju!';ticia de los hombres •••• Yo<br />

en su pertiL~/' melancolia. le amo tanto, sinell'bargo, que ~i('l)to<br />

¿ Qué puede tener !» .. : una es pecie de plllcer melancólico al<br />

pt'Dsaf en que)'''. lo sol todo para él en<br />

_______ h<br />

_______________________________ este mUlldo.<br />

IICuatro meses hact' que deposito cada Al mirarme, se animan IIUS tristes<br />

noche en mi diario una sel1sacion tristc. o:os, cou ulla esprl'sion de blt'nt'star;<br />

La melaucolía de Ruirnundo se hace ca- aun me sonríe. i Oh, Raimundo, l\alda<br />

dia mas iutensa i sombría. Algunas lUundo roia! i Mucho dehiste amarme<br />

veces ie he sorprendido llorando eoce- cuando nún hal, a trnvt's de las nieblas<br />

rrado en su cuarto. j Dios mío! i Sá- de tu cert>lll'o, penetra el \'ayo bienbe' 4<br />

carne pl"Ooto de esta angustill cruel; : chal' Je tu cariïl~! i Mucho, sí, mucho<br />

pues ver sufrir a Raimulld,es supedor tenmo lambl!'n yo, cuando aún eocuen-<br />

8 mis fuerzas! I) __ • • . tro fuerzas para vivir por til Pero "I mis<br />

hijas" Oh! ¿qué seria sin mldeeslas<br />

00 u •<br />

________________________________ criatums ~<br />

lo «I Dio~ de ~o.ndad! Raim.ll~do (',stit: i Pobre~, pobres hijas mias! iDios<br />

co -; - ,¡loco .. 1 no~ b~n Ilrl ~llJ.ado . - -, me ('onsl;"ará para vuestro pddre i para<br />

iCler~ro aqUI el dm,rl? de ml dllCdha'-- vosotras' D • h<br />

i No qUIero que este Junto a e mis '<br />

desgracias ! 1 Dios mio, ten com- : - - - - - - -- - - - - - - - -- - -. - - - - - - -<br />

u __<br />

- u_<br />

pasion de nosotros I» - __ - - _- - - I - - - - - -- - • - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -<br />

________________________________ 'I CI Ya estoi en mi pobre casita. Tengo<br />

( Dllspues de las anteriore~ líneas sc· arr('glados mis pequeños gastos para<br />

encuentran tres hojas CD blanco; la, que llada falte a Raimundo ni a mis<br />

continuacíon de estas memorias empieza' ninas. Yo trabajaré ... i j con qué ánialgunos<br />

dias despues, i el cstracto de mo! Siempre ha sido mi del/cia el borella<br />

me servirá de materia para el capl- dai', i ahora lo estaré haciendo I/ena de<br />

tulo siguiente.) , plllcer todo el dia, pOI'que pensaré en<br />

. que el producto de mi obra 'Va a prQ.-<br />

pon'jonar Illguna comodidad a estos sé-<br />

CAPÍTULO ¡'OVENO. res que me son tan queridos. i Dios<br />

'ni,,! i Desde boi, todils mis súplicas se<br />

CONCLUSIONDEL DrARIO DIl MAGDALENA.!•Judi/"iín en una: eo una sola, para<br />

p('dirtc, con todo el fen'or de mi alma,<br />

me conserves la salud !¡l_ - - - - - - --<br />

q: I Gracias, Dhs mio, por haberme ;<br />

inspIrado la fortaleza que tanto nece- ,


---- -- - --- - -- - Uh - - - -- - • i<br />

~ Anjela,<br />

li4 BIn L lOT E C A L I T E R A Il I A •<br />

.-.~--- - "-<br />

cil i li sus locos ju


•• • .-- ------------<br />

EL A:'I.IEL DEL llOGAR.<br />

5010 habia adivinado ví\gament\·: es, la l'¡¡USnde la melancolía que la devora,<br />

que la prudencia i I'rsi~nutilln drill II la: i que ya iba siendo sobrado intensa para<br />

criatura una Infinita supel'i'lrida¡} sobre' tomaria pOl' un cferto untural de su calos<br />

malos caraclércs: el sl:f"imirnto ciÏ1e rácter meditabundo.<br />

las sienes de una Corona. que llílll en la I Por fill, aVPl' ví aclaradas todas mís<br />

inocente frente de mi hija, impone ya' dudas, E,til'ndJ Ancla conmigo en el<br />

respeto.!). • : eUBl'to de su podrr, me volví a mil'arla,<br />

• . __. . ._. __. ----l· sorprendida de su prolongado silencio •<br />

•. . __ .', Ah! Jlmas podrá borrarse de mi<br />

(l El estado de Raimundo cs cada diu . mrmGria la espresiou de la mirada que<br />

mas deplol'able, i !lO POl'itS \'Cl'pS falt,\' tenia cla"nda cn S'I padrc, i que rensua<br />

mi pecho el aliento i t'l valor a mi mia todos los sllfrillliclItos de su amancorozon.<br />

¡ Oh, DillS mio I Si 110 me hu- le i jellcro~o l',Hllzon: dos gruesas IÚbieras<br />

hfcho madre I eJll cuánto aran grim:l~ S~ ùeslizuùan por sus blancas<br />

te pl'diria que me saeases ùe esle mundo . me ¡lbs,<br />

al mismo tiempo quc te lleves al hom-" ;Oh, hija mk Nunca, hasta ese insbre<br />

que me dellal'aste pOI' eompaùero: tante, habia comprcndido lo que vales!<br />

MilS esle pen$amirnto. que surje a veces i: Ai estrechal'la entre mis brazos, volvi<br />

en mi mente, como una imájeu de ron· "los ojos hácb la puel'ta, i vI asomada a<br />

6uclo, debe Sl'f I'echazado por mi razon i l'lia la cabt'ZiI negra i l'né¡'jlea de Hosa.<br />

como uu crimen! I).__• . _, Yo crfí col umbral' en su~ faedones uua<br />

________________ . '~SIJlC":lln(:~ enlel'l.ceir·'iellto que nunca<br />

___ . . .. ... hahil¡ \ ¡,to en ellas, : i.j~H'hizu nacer una<br />

Il iDios me otorgue fuerzas para em- .. esper: \)7.:\ ell mi angustiado corazon.<br />

pieM c(Jn mi hija todo ci r¡grll' que ne-' ,H;,z, oh, Dias mio, que no salga<br />

l'l'sita! j Vírjen mia, madre de bondild i fallida :). _<br />

misericordia, ~uega a lu divino l~iJo ~~le If' ---00- -'- -- -.- -------------- ----<br />

tome en desquite las pCIIBS qUl'csta IIllIa, .. __ ' - -- .--.------------ _<br />

me causa, pal'a aliviar los dolon·s de su; i (Las hojas del diario, que siguen a<br />

padre, que se aumentan rada instante' i. eslas lineas, contienen los trlsles porlIaco<br />

cinco dias, que mi hi /I suree . menores dI! la enfermedad del Sr. Go._<br />

una priv!lcioo casi total de alimento,: i sus I'ápidos progresos, I por lo mismo<br />

51n que haya podido doblegar su per-. creo dchl'I' pasarlas hasta llegar al dia<br />

versa indole i su cnr;if'!CI' de acero. No', de su mucrte.)<br />

obstante, su corazon I'S ùurno •. , j Sal- i<br />

vador del mundo, permite a uua madre' I<br />

sin consuelo que repita las palabras,;' u • _<br />

que eo lu triste oracion dil'iJistr, pos- __ o<br />

trado cu el Huerto, a lu Eterno Padre!" (ISoi viuda .. ! i mis bi.as huérfanas_.!<br />

i SeilOr, si es posible, pase de mí este Ya duerme ci sueúo eterna el hombre,<br />

cáliz !I). ,' a quicn tanto amé, i de quien fui tan<br />

---.-------.- ....---------.-------J amada._._'<br />

_______ .. , Madr!' de Díos! Alcanza de tu Hijo<br />

u Baimundo baja al srpulcro a pasos! para c~tll desgraciada, que le conc¡:da<br />

aceleradJs, i estil verdad oolorosa, que! valor para soportar la vida !I)- _<br />

yo sola creí haberadidnado, no está: - . . . _<br />

oculta. t1lmporo 31 /lm~nte corazon de I -------- -------------- •• --------<br />

mi An:ela .. Sublime iustinto el de IllS « Bendito seas, Raimundo mio, pues<br />

allOns tiern~s I ti ha hecho adivinar a hasta cn tu muerte has amparado· mí<br />

e~t~ niña que prc,nto va a queda •. ~;in dl'bilid'ld, i has sabido hacel' fel'undo<br />

padre, í pOI' eso llora ha tanto tiel11po' tu IWI(\I' de padre! La dura prueba, a<br />

sin encontrar consuelo! En vano he que sometí a mi bija, ha sido tan eficaz<br />

procurado, hasta· haoo poco, descubrir i como provechosa.<br />

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,')6<br />

<strong>BIBLIOTECA</strong> <strong>LITERARIA</strong>.<br />

~.r_...-~ -~ __ ~--... ","~_..r-.---.._~,~.<br />

He despertado el cor


EL ANJEL DEL HOGAH, .';7<br />

Il:Hevenido a esta habitacion, que es : _<br />

UD templo para mí, Il escribir estas so- I' ---- .. _<br />

lemnes palabras:<br />

I<br />

HOl CASO A Ml mlA.<br />

Dios mio! ¡Si no ha de SCI' dichosa,<br />

¡<br />

I<br />

A las doce de la noch6.<br />

si ha de apartarse de la senda de la vil'- Acabo de de:ar a Anjela COD su 85-<br />

tud, yo te lo ruego de rodillas, hiéreme i i poso i con su hermana, I he venido a<br />

de muerte, I deja alit'nto en mi pecho, , mi cuarto para escribh' los últimos reQántes<br />

de espirar, para que Ducda pro- glanes rD este diario que vol a darle.<br />

biblr 8 mi Aniela que ve, ¡fique éste I Es el último qU6 escl'illa; este senirá<br />

enlace __-. ! Yo sé que el precepto de ¡ tambieu para Rosa cuaodo se case, porsu<br />

madre moribunda será iüviolable pa- que su hermana sabe que desde eotóol'a<br />

ell8, i de este modo la libraré de quo 'ces será un bien comuu para entrámbas.<br />

huelle el camino del mal, o de que su; En cuanto a mí, ya no necesito concorazon<br />

se drstroce con ¡folores, quo tioual' estas memorias, porque mi miya<br />

DO estará en mi !llano evitar! :sion está cumplida sobre la tierra. El<br />

I tú, RlIlmt:odo mío; tú, a quien tan- ! üi:J.ell que haya elltregado a mt Rosa<br />

to he amado, a quien tanto am~ toda- 'i al hombre que elija su corazon por<br />

vía: tù, cuyo solitario lecho he conser- I i compaùero, debo dedicarmo enteravado<br />

inmaculado I puro de otro amor; ; mente a rogal' II Dios que me reuna con<br />

tú, que fuiste el rcd,mtor de mí de~gra- . Rflimuùdo en el cielo, para velar desde<br />

cia, i despues el amparo t el sosten d" ,allí !Jor nuestras hijas, pedir al Señor<br />

mi frájil vida; tú, qUel me h,¡s alentado I 'lue las haga felices, ¡conseguir de su<br />

desde el cielo en las durns pl'Uebas por- . ùOlljad que las guarde dos sitios a uuesque<br />

ho tenido que pasar desde quP.de· : tro lado, i a los piés de su trono,da<br />

jaste este mundo; tú, que me ves aquí :gloria,»)<br />

postrada Ique lees en mi alma como en"<br />

UD libro abierto, dime si obro bien en- ~<br />

tragando a Anjeta al hombre a quien su CAPITULO DÉCIMO.<br />

corazon ba elejido •.<br />

i Si me engaño, si tú, con tu mirada ' nEFL¡¡XlO~ES.-EL TÚ l EL USUD.<br />

do bienaventurado, ves en el alma de<br />

ese hombre desamor o ralsla, hazmc UIl : I<br />

, lo<br />

signo, por el cunl pueda yo comprender ¡<br />

tu avlsu !» : lie f}¡¡alizadola historia de Magda-<br />

- - - h -- - u : leoa i de sus hijas, de esas tl'es Dobies<br />

u __ ---- • ,__ • 'I criaturas, cl!ya~ virtudes no habrán poi<br />

dldu lllénos de intel'e~u a mis lectora!!.<br />

Á las seis de la tarde. ' En ellas cstán rea~umiùos los tres carac-<br />

I: tércs mas jeneralC:3eo la mujer, I los<br />

o:He permanecido en oraciou cuatro ,tres son enteraml'nto distintos entre sf.<br />

horas. '! El de la seilora de G. ofrece esa<br />

Hace dos, que mis hijas se hao unido, I mezcla de dulzura i cnerjia, que mua<br />

mi, i acompañan mis rezos.<br />

I chas veces me ba admlr:¡do CD algunas<br />

¡l\llrulas, Raimundo, dulces i her- .: mujeres, a quienes la sociedad coofuade<br />

mosas como esos álljelcs moradores del' i call los sél'es mas vulgares, con esa decielo!<br />

;: sntadora injusticia que hiere el eorazon<br />

Contempla a nuestra Rosa •. del que vive eu Sil centro. Esos dobles<br />

El fatal amor qne ardia en su cora- :! caractérc3, esa~ almas privilejiadas,ilUQ.<br />

zan, fué apagi\do por el inl1ujo de tu que son raras, existen, i no hai que<br />

recuerdo; no desoigas ahora el nlcg\l deci!' que son mul escasas, puesto que<br />

que te dirije para que bendigas Iii fe-, yo, en el discurso de mi corta edad, he<br />

licldad de su herman3,») . __ • : encontrado ya algunas, aunque qulzá,-<br />

ENTJlEGA 45.<br />

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ss BIBLIOTEeA <strong>LITERARIA</strong>.<br />

ain sabe.l' ellas mismas que existian i II se olvida de si propia, en medte del<br />

pues tan esclava, o enaltedda con taota :: ngudo dolor que le causa la ag!>n;adel<br />

Imprudencia o poca digoidlld vive la . espo~o a qulcn holo ama, por llcudlr<br />

mujer, que ni aún sabe estimarse a si al remedio de su hija, casi del todo permisma:<br />

DO obstante, es bien sabido, vertida, es la leccion mas bella de terque<br />

la base de la dignidad es la propia Dura maternal, que puede ofrecerse.<br />

estimaeion. Os lo fl'pito, madres de, famltla: no<br />

Escusado me parece hacer retlexio- Cernais emplear uo prudente ri§Of en la<br />

nes acerca de la belleza del carácter de' educaeion de las criaturas que 0& deben<br />

la madre de Anjela I Rosa. El cootraste,! el sér. Existen carnctéres que, léJOs de<br />

que ofrecen ~u tl'rnUra conyugal i ma-: doblegal'se a la dUlzura, se eosoberbecen<br />

terDa I el ('sforzado valor con que so-: con ella. Vosotras teneis mil medlœ de<br />

portó todos SU!! dolores I peolllldildes, '. recompensaros "U estro sufrimiento al<br />

es tao bello, que 00 nec('sita eomenta-:' castigar a vuestras bijas, i de lnderonll'los<br />

i I su ejemplo es el mlls saludable, zar a estas de sus cllstigos.<br />

que puedo oireeer a las esposas i a las j La infancia se contenta con tan<br />

madres.<br />

poco. ••IUna caricia vuestra hará secar<br />

El carácter de Anjela se encueutra en sus ojos el llanto. Uoa flor, UIl<br />

tamblen en el mundo coo freruenela. dulce, les harán sOllreir. Una bora de<br />

Las mujeres en su mayor parte nacen I ¡ paseo les hará olvidar l'\ peso de la oorpoetll8<br />

en este sigla, j ~u organ¡~mo: i I'ecelon mas severa. Mas, para couaepierde<br />

en fuerza, CU:lUtogana )1\ ima- i: guir el remedio, es necesario aplicar<br />

j{oacion i pl'ro estas criaturas, que se-' ¡ con tino el castigo i la recompensa: es<br />

rlan olros tantos ¡inicIes; si se les edu-;: n('cesar'ia ulla contínua vljilsocia de<br />

cata cori el tino que Jofu" aquella Jóv('J), :: vuestra pllrtl', i es necesario, en fio,<br />

se convierten en entl'S insoportllbles,: i que vuestras bijas os vcan continuapor<br />

el mimo de sus padre~. ¡ llhmdo- :: !Dcnte 8 su lado, como a 108' ánjeles de<br />

non el cuidado de su hog::r, i ma~ tal'de, : 1\ su guarda.<br />

las cunRS de sus hijos, para hacer ver-I<br />

sos, que, p!lr Sil fatal cducadon, son, !<br />

II,<br />

en vez de ecos d\' ;JnB alma pura, cros, I<br />

de la "anldad i del egoismo, que, por II Segun se habrá podido observar corr<br />

lo tauto, a nadlc conmueven. ! t la leclura tie las precedentes pájinas, be<br />

La poesía debe Ir siempre alumbrada il abog8do frrl'orosamcnte por el trat8-<br />

COD las sagradas antorchas de la "cl'dad ¡: miento de tú, cntre p~df(,Se bijos, crei<br />

de la virtud; dc lo contrario, léjos de I: yéndole mas conv('oiellte qut! d de usinte.resar,<br />

será solo una ridícula afeda· 'I' ted. Voi a manifestar ahllra Jas razones<br />

clan de sentimientos, tanta mas irriso- en que fundo esta persuasion, pues ya<br />

ria, cuanto mas léjos están de ellos los ¡ J be dicho que mi sola opinion DO tiene<br />

hábitos i costumbres de la que esrribe.' ni ci apoyo de la edad, ni el de la e.pe-<br />

El carácter de Rosa es el mas comnu.: rlencla •..<br />

Ese tipo de la muchacha viva, roqueta Il Yo creí, slnembargo,que mis razoou<br />

voluntariosa, se encuentra a cada paso;! crau fan claras i C01lviBceotes,que 08-<br />

pero en pocas de su especie se halla el die, o mui pocas personas purlier:m poseoalble<br />

COTazonde la hiJa del demente. ¡ ncrlas eo duda, pues tengo por costum-<br />

Sioembargo. esa sensibilidad hubiel'a i bra no Jefenderiamas cuestiones poco<br />

aldo abogada por sus malos instintos, n razooables, equívocas o dudosas. Pero<br />

no mediar la viva I jeocrosa teruura de i con mucha sorpresa, he oido a personal<br />

su madre. La tremeoda prueba a que ~ de estado i clrcunstaoclas, q\ie mereceD<br />

la ~uJetó, cURodo aún. no tenia siete I\ respeto, condeoar con durlsimas espreaños,<br />

manifiesta la coerjia que atesoraba ¡ siones lo mismo que yo be deleDdido<br />

en' sU alma esta madre sin eicmploi ii con taota te.<br />

la heróica abnegllcloD de ln mujer que" ti La Mas completa con{~ion-dJctD<br />

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EL ANJEL DEL HOGAR.<br />

tascitadas personas-deja apéoas conocer que solo pueden d"sct'nder de él por cul~<br />

quiénes son superiorcs, quiénes inferiD- JIllsuya. Si \ln palire (~ompft'nde el su."<br />

fes, cuáles los padres, cuálcs los hIjos, blime dl"stlno que le na sido conferido;<br />

pues uoa igualdad homicida i vergon- si se estima Jo bastante para guardar IIU<br />

.zosa los ha confundido enteramente,» ; propio decoro i no cometer Dinguna ac- .<br />

Ahora bien: yo de mi propia cuenta ! cion reprensible, sus hi,:os le respt'tarán<br />

:aseguro, que en las familias, en que se ! I siempre, aunquIJ solo sea por ese los.,.<br />

bota esa IGUA.LDAD, no t


60 I\IBLIOTECA LI TERARIA.<br />

CDso bella Gaviota. El jeneral S:lDta' cariño, i 8US hijos les compensarán COD<br />

María, colocado allí a propósito para: usura, porque la juventud cs tierna·'<br />

formar un contraste con una dama ro-! agradecida. Se confiarán a el/os, pormántica<br />

i csclava de los mas absurdos: que les reconocerán superiores, i buscaprichos<br />

de la moda, es un hombre, ;, caráo 50S consejos, iles contarán sus<br />

eDemlgo acérrimo de esta Inconstante I dolores, seguros de que les ban de com·<br />

deidad, que asienta" como principio ln- I prender, consolar î guiar por la senda<br />

falible, quo Dada, de lo que de ella pro- ! del bleD•. '<br />

cede, es bUeno. I Estas padres justos no son OUDea<br />

En nuestros dias existen aún algunlls ,débilell: sus. castl~os, aplicados éon<br />

Jentes que, semejaotes al padre de Mag- I oportunidad I enerJla" son mas temfdalena,<br />

DOquieren comprender que hai í I bles que .por su rlgol, porque prlvBD<br />

algunas innovaciones útiles i saludables, /1 de la llmlsta~ del que los Impone da .•<br />

i yo afirmo sin recelo que de esta clase:! raute algun tIempo.<br />

es el tratamiento de tú entre los padres t ! •<br />

i los blJos. Il IV.<br />

Jóvenes de ámbos sexos be visto, II<br />

cuyos padres hacen alarde de ser cha· I liD padr~ bueno, recto ( eariJ1o~o,<br />

pados a la antigua, que escudados con I hace tamblen buenos a SQS hilos,' i<br />

el 'Usted, contestan a los autores de sus l' estos besan sumisos la maDO fuerte I<br />

dias una dcsvergúenza de mas volúmen :i protectora quc sujeta las riendas de su<br />

que las que alguDos de los que les ha- J/ ,. vida, I evita que se hundan en la slma<br />

blan de tú se atrevcrian a decir a sus I sin foodo del mal.<br />

criados.· ! -- « Jamas olvidaré--me decia poco<br />

I esto no es estrllño, en verdad. Esos! ba UD hombre mul digno-,iamas olvlpadres<br />

no educan Il sus híjos ni para ell, daré lo que sintió qtl corazon uoa noche.<br />

cariño ni para el respeto. Les educan que, contando aptlna~ catorce años, fuí<br />

para el miedo: i el dia que bajao el, al cuarto de mi padre para C(lDfial'l~una<br />

Játigo por el cansancio, o porque su ¡ falta, cuyo peso abrumaba mi corazon.~<br />

brazo ha perdido algo de la fuerza que « Mí padre era mi mejor amigo. Hot<br />

le presta la ednd, los hijos, que ya no ,que yo tengo bljos, hoi que sus cabe..l<br />

temen el dique, se desbordan a su gusto 111105 e~táu blanco~ como l,anieve, lo es<br />

J segun la fuerza de carácter de que hao ¡ todsV'\l\I nadie melor que el comprende,<br />

sido dotados.<br />

! alivia I consuela todos los sinsabores 4e<br />

Todo respeto, toda coosideracion en I mi vida, todas las Amarguras de mi<br />

el mUDdo, están basados en ef valor del<br />

alma. MI padre es el hombre mall justO,<br />

que los Inspira. Amamos a Dias, porque ¡ mas no~le i mas recto que conozco. SU..·<br />

tenemos su imájen f'nclavada en una teroura ha subyugado siempre a mi c.ocruz,<br />

I espirando entre tormentos sin i I raZOD.Su nobleza me lmpone,rf!sft6lo.<br />

ejemplo para redlmirnos. Le amamos, ·1 La grandeza 1 elevacioD de 8US pcosaporque<br />

sabemos que a su bondad p,'ovl- mlentos I de su carácter me humU/aD:<br />

dente debemos la ,'Ida, el alimento 1 i cuando veo aquella {rente augu.sta, nq<br />

todos cuantos goces i placeres dIsC.'uta- sé si es mayor el amor o la Teoeraclon<br />

mos. Le respetamos, porque Dsda co- que me Inspira.» .<br />

nocemos mas grande, mas poderoso ([Eo la noche de que voi hablando.<br />

que EL. escribía sentado delante de su bufete,<br />

ScaD, pues, los padres, que son la cuando yo llamé a la puerta de su cl)ar-<br />

Imájen de DIos, en la tierra, uoa imá- te, pues apesar de 8U. amor I de lacl8:-<br />

ien "Iva de su protecclon i de su amor. ga cootJQota, que así a mis hermano'<br />

Sean grandes, nobles, apasionados para como a mí nos inspiraba, todos ml,r~":<br />

sus hiJOS,mostrándoJes, eo coantas oca· bamos su habltacloll como un li~~Ur'<br />

,iones les sea posible, su nobleza i su rio. II .. -<br />

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EL ANJEL DEL HOGA"R. Gt<br />

-t: Entrn hijo mio, me dijo, con su<br />

habitual acento sereno i reposado, i<br />

conociendo, segun su co.tumbre, mi<br />

modo de lIamar.l)<br />

-I[ Yo entré, i ml padre dejó la<br />

pluma.1)<br />

-('( Qué quieres? me preguntó con<br />

bondad. tomando mi mano i atrayéndome<br />

Mela sí. I)<br />

C[ [mlrándome con mas cuidado en~<br />

tónces, añadió con sobresalto: II<br />

-(t í. Qué tienes que estás pnlldo i<br />

i demudado hijo roio?»<br />

-Il Padre, respondí yo, bajando la<br />

cabeza humildemente: vengo a decil'te<br />

que he ppgado a mi hermana. D<br />

Q' Mi padre se Irguió, como si le hublerll<br />

mordido una serpiente, I vi sentellear<br />

sus grandes I magníficos ojos. II<br />

C[ Pero bien pronto se apagó aquella<br />

luz fujitiva, desprendiéndose de ellos<br />

algunas lágrimas. I)<br />

cr Luego las enjugó con el pañuelo, I<br />

fijando en mi su mlr:¡da, en la cual se<br />

encerraba eu aquel instante una iumen·<br />

sa espreljion de<br />

preguntó: Il<br />

alDOl' I de tristeza, me<br />

-CI Si yo te diese ahora<br />

un golpe con<br />

toda mi fuerza, seria un cobarde ¡,no es<br />

verdad, Fernando? »<br />

-({ No, padre mio: contesté yo confundido:<br />

tienes el derecho de hacerla.»<br />

-« El fuerte DO tiene niogun derecho<br />

para maltratar al débil: un golpe<br />

mio te aplastaria, porque eres delicado<br />

como una doncella; IUl'go si yo te le<br />

diera, yo seria UD cobarde I ademas un<br />

padre bárbaro I cruel.»<br />

« Yo guardé silencio. D<br />

-et Fernando, continuó mi padre, tú<br />

eres un cobarde; bas ppgado a tu hermana,<br />

que cuenta dos anos ménos que<br />

tú, Ique es mujer.1I<br />

« El orgullo herído vistió mi frente<br />

de UDa ardiente púrpura; pero mi padre<br />

tenia razono Devoré su ultraje I callé.1l<br />

-CI: Vas a pedir perdon a tu hermana,<br />

prosiguió tras una prlusa: Iluego,<br />

hijo mlo,-para rehabIlitarte a tus propios<br />

ojos, pasarás cuatro dias en tu<br />

euarto. sin salir. ni aúo para comer con<br />

tas .padre. i hermanos: te servir4n<br />

.Dél ••<br />

« I abrazándome, añadió: II<br />

-a Yo, por mi parte, te be perdonado<br />

ya. desde el momento en que áepositaste<br />

en mf tu confianza: tu culpa.<br />

Fernando mío, me ha lastimado mucbo;<br />

pero llunca llama en vano un buen bljo<br />

al ('orazon de su padrp.l><br />

(t Mi pecho, prosiguIó mi amigo, se<br />

anegó en terum'a ni sentirme acari('lado<br />

! por el raislno que me podia castigar<br />

: severamentA. Las lágrimas que vela<br />

! correr por las mpjillas de ml padre hl·<br />

. ciaoo brotar dos raudales de mis ojos.<br />

Aquel hombrp, cuyo valor era proverbial,<br />

cuya probidad acataban todos. I a<br />

quien yo veia cercado !\icmpre de taoto<br />

resprto, se convirtió desde aquel Instan·<br />

te en ¡ni único amigo, i supo captarse<br />

mi confianza hasta el eslremo de Ir yo<br />

mismo a confiarle todos mis proyectos<br />

de dlvel'sioocs I de amores. :&<br />

a Hoi puedo confesar con orgullo,<br />

que 3 la amistad de mi padre debo la<br />

salvacioo de todos los precipicios de<br />

que la juventud está rodeada. »<br />

Este hombre, que, como se puede su·<br />

poner, sigue C(ln sus hijos pl ejemplo<br />

de su padre, no ha enseÍlado a estas<br />

a Ilamarle de ustpd, porque está con-<br />

,'encido de que este tl'atamleoto, que<br />

él rechaza con las lll'rSOnas 8 quienes<br />

lima, no debe colocarse como uoa barrera<br />

cntre el cariñl) que éll sus hijos &e<br />

profesan.<br />

v.<br />

Nada hal mas sublime, mils grande.<br />

mas podel'oso que Dias; I slDembargo.<br />

~:L nos manda Ilamarle de tú, en las<br />

oraciones, que ha hecbo con sus áojeles,<br />

i que, por boca de estas I de sus<br />

apóstoles, nos ha trasmitido, para Implorarle<br />

I darle gracias.<br />

- Padre nuestro, que ESTÁS en lo,<br />

cielos, dice el cristlaoo cada dia.<br />

-Llena ERES de gracia, pron9Jl,cla<br />

al saludal' a María con el ánJel.<br />

Entre Dios i sus hiJos DO se CODOce el<br />

'Usted i seria UDR burla s8cl'llega e Impia<br />

emplparlc con el Crelldor I con su<br />

divina' llmantíslma madre.<br />

¡ Padres que sois la lllláJen del Creador<br />

en la tierra! i Madres que habeIa<br />

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62 <strong>BIBLIOTECA</strong> <strong>LITERARIA</strong>.<br />

recibido de In madre eomuo de nuestro i I c


E L A l'l J E L D E L HO G A R • 63<br />

cuando este DO le impone ve aciones ni i algunas de ellas, no puede suponerse<br />

insultos? ¿ No veis en nuestras pro-' que tengan todavía voluutad propla,-<br />

vlnclas, Il esos bonl'ados colonos, de,' estas eriaturas, digo, se presentan aote<br />

tez bronceada i blanca cabellera, que' el público en un estado de desnudez<br />

descubren su cabeza cada \'eZ que se espan~sa, tal vez porque a sus padres<br />

nombra a las personas Il quienl's sil'ven? " les convenga exajerar su ~niseria, para<br />

¿ No veis a los criados envejecidos en el 'i excitar dl! este modo la eompaslou de I<br />

servicio de ulla noble familia, all'gmrsc 'que las ve. Pero los l.'oul'urrentes a estos<br />

cuando se casa, i cuaudo es madre la sitios están ya tan acostumbrados a ese<br />

hija de sus señores '~ i, triste espeetáeul0, que todos siguen to-<br />

Preguntadll's si quieren sel' iguales a ,I Mando su I'cfresco can la mayor st'renl.<br />

sus amos, 51 quieren que estos se des-; dad, es decir. gastando Innecesnriameota<br />

pojen por ellos, si quieren que les redan í algunos reales, que bastarían pal'a /ll/.<br />

la mitad de su mesa i la mitad de su! vial' el hambre de la criatura que lmlecho.<br />

! piara su caridad, i la de tuda su f~mi/la.<br />

_¡ Antes morir! os cootestaráo con' Así, pues, estos niïlOs, acostumbrados<br />

eneJía i coo esc jeneroso al'dirnicnto,., tambien a que los miren con Indiferenpropio<br />

de la ledUad de su corazon. ! i cia o les contesten con dureza; estos<br />

Dios no ha puesto los mismos lostio· ¡, niños, n quienes se obliga desde sn edad<br />

tos co el pueblo, laborioso i mo(]esto, Ij milS tierna a perdel' toda especie dI' pudor;<br />

que eo 8US señores, no! ¡ i estos niüos, que solo burlando la vijllan-<br />

Es vel'dad que III rr!iiioll 00 tolera' cia del los camareros, pueden tra8pasar<br />

siervos i tiranos. Pero manda que haya: los umbrales de un café; estos Diños, que<br />

pubres i ri~os, se[¡ol'es i criados. Lo i vell a sus scrnl'jantes Insensibles a su<br />

importante, lo indispen,ahle es fomen- I i miseria; estos nió')s, que tieneo que<br />

tar el tlabajo,moralil.ar a la clase pobre, :, huir de aquel sitio porque los camareros<br />

ejercer CODella la caridad, enseñarle la i' It's persiguen I maltratan, se nutren de<br />

paciencia i la resiguaciou; en una pa- ,' envidia i de veneno, i juran mas tarde<br />

Jabra, educaria, porque la educacion es : UD odio encarnizado i sangriento Il la<br />

la base de la virtuI(; no de la virtud I ¡ sociedad que hnas en cuyas manos está promo ! dura su vida, en su cuerpo i en su coverlos<br />

o dispensarios, ha de escl'loil'las razon!<br />

Dios en su sagrado libro. Pero, dolo·' i Eso~ desgraciados, ofuscados por su<br />

rosa es conf"~al'lo; t.iO laudables ~sfuer· 'I miseria I enseúados l\ hacer gata de ella,<br />

zos no produl'en el resultado que debía, por unos paorcs dl'soaturallzndos I CJesperarse,<br />

merced al egpíritu de ,agan- ,I rrompldos, Sp preguntarán sin duda. DO<br />

ela que se opone 11 e/los. ' bien despunte la menguada lu~ de su<br />

A cual'1uil'ra Iura de la noche, reco- razou:<br />

rra un~ multitud de muchachos de ám· ! -¿ Qué debel'es bai que cumplir COD<br />

bos sexos las mpsas de los cafés de la i una sociedail, que DO nos ha otorgado<br />

CÓlte, pidiendo limosna a los concurrcn . jamas ni aÚ•.•la mirada que se cODcede<br />

tes. Estas criatUl'as, enviadas por SIlS! al can descouocldo? ¿Qué conslderaclo.<br />

padres -ptles atendida la corta edad de I nes merece?<br />

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64 BIB L lOT E C A LIT E RA R I A.<br />

I estas amargas reflexiones, que co- ¡IDO,DOhabrla iDdustr/a, D/comercio, Df<br />

rroen toda la sávla que pudiera, haber, I artes. Mas es mul cierto tamb/eo, que<br />

eo su cor.'lZlln,les arl'oja a cometer to- II el mendigo no puede saber tanto como<br />

da clase de crímenes i excesos. Ii un miembro de la Academia de cleoclas<br />

i Sociedad, I te horrorizas de ello! I I; morales i políticas.<br />

aún eres bastante inhumana, i COrresa 'I POi'otra parte, tal vez serfa posible<br />

ver ajusticiar a un malhechor, o a ver I admitlr la pobreza, suprimiendo la ml-<br />

Cómo llevan 8 /a cárcel Il una mujer:/ seria, pOl'que medill un abismo entre<br />

perdida! ¡ Al! SI se fuera a buscar el ¡ I estas dos situaciones. Yo DO admito la<br />

odjen de leIS estravíos ùe esos de~gra- ii mendicidad: i la castigaria severamen.<br />

ciados, quizá se encontraria que el mun- ,'¡ te, i la perseguir/a sin descanso, como<br />

do, que los condena, tiene la culpa de .! un delito social, ahora sobre todo,<br />

su desgracia. i: que hai abiertos tantos asilos para los<br />

Pudl'cs que jemls en la p01J:'


EL Ai\JEL DEL HOlîAI\.<br />

Las "iins van a rasa de (ll!l,un s:lstre, vuestras madres no os exbortan a la<br />

o a alguna tienda ùe calz,lllll, donùe paclenci.1, i os enseÍlan las oraciones de<br />

trabajan doce ,) catoi'CC hl)1"a5pOI' dos o la familia? I cuaudo las gracias de la<br />

tres reales. Otras, II la cdad r;) llue to- I U(Lllescencia reemplazan a las form~<br />

dava uel'csitan dr: los cuidados rnlter- in¡]('cisas de la infancia, I OS cercaD de<br />

nos, entran a scrvil', i sc las cm'Ilrga del seducciones i peligros, ¿ por qué eSBS<br />

cuidado dil una o mas niñas, poco me- madres no os acompaùan, para evltaro.<br />

nores que ellas. compaùías mas pernIcIosas I halagos<br />

Por lo regular, no suele haber mui que os pierdan?<br />

buenos ejemplos a la vista de ('sUs Iles· I Pero i no! El pueblo, que parece<br />

graciadas cri¡lfûras. Ad('mas, In ';~:'\i- haber bebido el "cuello de los libros da<br />

dumbre, pOl' mudJO qne se (l' ¡('l'a dc- Sué, cree, o nparenta creer, que la des.<br />

cil' en contrario, l'S sirrnpr" dura, c honra cs patrimonio suyo, o uno de los<br />

Imprime \Ill sl'll" am~rgo en ci cor¡¡¡wn . m11es Inevitables que lo aquejan: I ell<br />

de quicn la ejerce, Esas pobres !liilas, vez de CUSCiJal"a sus hijas a ser aseadas,<br />

que cosen elegautes brodequi¡¡l's, se a luchar con la pobreza de su traje, I a<br />

preguntan al verse su pubre calzadi- ,; ofrrcer sus penas a los piés de la cru~<br />

110roto: •del Redentor, las abrazon llorando,<br />

-¿ Qué mas méritos quc nnsotras cuando sucumben a los balagos del pohan<br />

cootmido loiS elegautes uiiws para . dl'roso, i dicen con desaliento:<br />

quieurs trabajamos? -.- í Qué habia de sucederte, hija mia,<br />

Las que eu casa i1c Ulla ;"oelista son si samos t


66 IUBLIOTECA LI TERARIA.<br />

eomo el nuestro, una casa de asilo, a<br />

!<br />

abnegacion, la virtud, ya brillen eo el<br />

donde puedan rctirarse aquellas las tardes<br />

de dichos dias, i evitando todo l'lesmilde<br />

recinto dE'l hngar domrstlco.<br />

suntuoso templo de Tal(a, ya ('n el hugo<br />

de perversion, proporcionarse los I Las l'tscuelils OOlllinieales están presmedios<br />

de utilizar el tiempo, cuyo menor<br />

riesgo fuera la pérdida del mismo. » : cios a la sociedad, i yo, que he te-<br />

: tando inmensus, inconcebibles benefil<br />

nido acasion de apreciar estas beneficios.<br />

; quiero bacerlos públicos. para que ari<br />

rranquen de las personas que los des-<br />

CAPITULO PRIMERO. : conozcan, no nplausos, sloo uoa bendi-<br />

:cion que es la recompensa que mas sai<br />

tisface a la verdadera virtud.<br />

OBJETO IlE LAS ESCUELAS DOMINICALES.<br />

i He dicho ya que lali Escuelas Domini·<br />

¡ en les hace tiempo que se hnn instituido, f<br />

'que, para que se comprenda su objeto,<br />

; hl' copiado la introduceioo lei l'llpíhJlo<br />

: primero de su reglamentr>. Lcyéudoles<br />

¡ se podrá formar una idea de la cariddd<br />

: de las seilOras que constituyen esto aso-<br />

, ciacion, a cuyo frcnte se halla UDdlrec-<br />

, tor espírltuai de reconocido celo. ilustre<br />

II. Artículo primero. El objeto de estas<br />

escuelas, es díspensnr a las criadas<br />

i demas jóvenell del pueblo, que concurran<br />

a ellas, el precioso beneficio ùe una<br />

educacioo c Instruccion cristianas, acomodada<br />

a su edad, sexo i conùicion.<br />

a Art. 2.° En la educacion se comprende<br />

la enseñanza del catecismo de la<br />

doctrina cristiana i los consejos i avisos<br />

saludables, para instalar en los corazones<br />

de las cducandas, el s3nto t,mol' de<br />

Dias, aborrecimlcnto de todo jéllero de<br />

vicias, i amor a la virtud, jontamente<br />

con la frecuencia de Sa('ramentos.<br />

cc Art. 3.° La instruccion se encierra<br />

en los precisos l/mites de leer, escribir i<br />

contar.D<br />

Hé aquí copiados fi ta letra Jp Ltroducrion<br />

I el capItulo primero del ¡'('glnmento,<br />

por los cuales, se podrá formar<br />

una idea del laudable i benéfico objeto<br />

Que se proponen las


EL ANJEL DEL HOGAR. G1<br />

i al escribir -estas líoeas, que no son;: I SI viérais qué compostura i deeoro.<br />

cumplidos cinco años, acabo de saber, ~!qué inocente coquetería se descubre Il<br />

que no solo se hlln abierto varias Escue- ! i traves de su pobre atavío, i de sus mllas<br />

eu la Corte, a las cuales lIsiste UGa " seros trajes!<br />

multitud de educ:lUdas,sino que en mu- !: í Qué espresion tan dulce se lee en<br />

chas provincias se hao instituido t


6S <strong>BIBLIOTECA</strong> <strong>LITERARIA</strong>.<br />

eon una ticrnfsima despedida de las Il mas adelant¡\(;n de la seeeioo : ellll es la<br />

educadas a la VI~ieo su protectora;: i que, en atlSCLe;a de las sellol'as Direcpero<br />

eo esta despedida no bai nada de:: toras puede c:;plil'ilr la dùetrína i tomar<br />

e:&ojerada o rutinaria devoclon, de res-: fi su cal'go, siquiera Sl'a moment'Íut'apeta<br />

temoroso ni de sumislou afectada.: mente, Il sus compaileras: i l'sa cinta es,<br />

Aseméjllse a la despedida que ulla hija i ni mismo tiempo que un distintivo de<br />

cariñosa da a su madre al separarse de: su mérito, una recompensa a su virtud<br />

su lado por algunas horas, pal'a cum-' i conocimiellto~.<br />

pilI' con SUS deberes, o para acompañar ¡ Dijome tambíen que cada seis meses<br />

a una amiga enferma. Las educandas: se distrihuir,n, entre las alumn;¡s mas<br />

al salir de la Escueln que dejaD hasta el. nplicadas pl'emios consistentes en objepróximo<br />

domingo, dicen a la santa Vir-, tos de tlHociOD I utilidad, como rosajeD:<br />

rios, Iihros, vestidos, paliuelos i delana<br />

Adias mndre amorosa, talcs. POI' su parte, csa abandonada<br />

Adios, adias, adios. Il jUVl'ntud paga bien a sus tnhestras toi<br />

dos los desvtlos d.:lsu caridad. Al salir<br />

SI es cIerto que estos pobrcs versos: pugnan todas por besar sus manos, t<br />

carecen de armouía métl'iea i ell'gan-· se despiden COlitcrnura dándolrs muescia<br />

de lengunje; eu cambio, j cÓmo; tras de un cariilo mayor quizá que el<br />

rebosan de cariño i de ternura I i Qué: que les inspiran sus propias madres.<br />

sublimidad en tan pocas palabras! j Qué: I qué est,'aùo es que así suceda?<br />

celeste sencillez! i Estas solo les han dado una existencia<br />

No sé qué admirar mas en las Escue-: matedal, llena de pri\'acioncs, de sufd-<br />

Jas Dominicales. Si la virtud de fas, mieDtos i de f~grin'(ls.<br />

educandas, que dcspues de tI'abajar to- ¡ Las bondadosas seilOras que Jas aco ..•<br />

da la semanas, van a encerrarse allí las:; jen en su~ Escuelas, cou sus palauras ae<br />

tardes de los domingos, único rato que·: consuelo, endulzan estas privaciones,<br />

tienen de descanso i de recreo, o la ' mitigan estos sufrimientos í enjugan esconstancia,<br />

dulzura i caridad de las : tas lágrimas. Las ('useilan que el cami~<br />

señoras que están al frente de tan lldmi· : no de esta ,'ida es transitaria i que sus<br />

rabie i santa institucloD, í su precision ,muchos abrojos solo pueden ser suavi ..•<br />

en los menores detalles de su difícil I zados por las flores aromadas de la<br />

cargo. i virtud. Las hacen ver que, ante el Su-<br />

V. i premo Hacedor, todas las almas son<br />

i iguales, i que la corona, que reserva a<br />

El menor rasgo de esmero i aplica- la pobre jóven pacieDte i resignada,<br />

cion, el mas leve deseo de sobl'esalir, es, será mas brillante que las que en los saanimado,<br />

aplaudido i recompensado eu i raos ciilen los cabellos de las damas 8<br />

las Escuelas Dominicales •. : quienes sirven. J.as ( animan, CD tin, a<br />

Ví a una Hn dc la esclavitud de la igde<br />

bronce. norancia !<br />

-Esta jóven a quien se designa eon<br />

el nombre de Monitora, me dijo la,<br />

seliora Presidenta, que tuvo la bon


EL Ai\JEL DEL HUGAR. 69<br />

hijos, i donde estos Iowan una instrucclo:l<br />

sólida i erbtialla. Prohíbase, den en grun parte de que el leal pueblo<br />

no de Ilurstra hermosa patria, depen-<br />

pues. sevcmmellte esa vergonzosa mendicidad<br />

pÚblÏl'a. obligando fi los padres bienhechora, que ilumine su ignoran-<br />

espailOl "ca a su frcnte Il una /lutori~ad<br />

a enviar a sus hijos Il rdlll'III"SCduralite cia i prem:" sus virtudrs.<br />

el dia i a tenerles reeojídos por la noche.<br />

Cu/dcse de !Jue nunca fallen al frcnle ùe<br />

esos establecimilmtos gratuitos i dedi - ,~<br />

codos a los hijos del Jlllt'hlu. personas CAPÍTl.JLO DUODÈCIMO.<br />

Ilustradas, I dotadas con los honorarios<br />

suficientes a mantenrrse con la p,'ecisa DE LA Lnr.nATUUA EN LA )lUiER.<br />

decencia. Envíen los menestrales a esas<br />

pobres hijas que ocupan toda la semaua<br />

J.<br />

en ganar un jornal, euvíenlas. digo,<br />

siquiera en las tardes dI' los uornillgos, , Ha sirlo tan debatida, i n veces tan<br />

8 instrUÍl'se eD las Escuelas D


70 BIB L lOT E C A L I T E R A R I A.<br />

bria figura del bandido italiano está<br />

suavizada cou uua maestria admirable<br />

por III triste ternura de AnUlJciata:<br />

mas que una novela cs Esplltolino, a<br />

los ojos de mi entendimiento, unll tremenda<br />

epopllya de las dos pítSiODCShumaoas<br />

que mas hacen sulrir a la humanidad.<br />

El amuI' i la venganza.<br />

I Yo te saludo COD toda la t'fusion<br />

de mi alma, escritl)ra nmericltna! i El<br />

espía'itu de Colon bll debido sOllrt'ir en<br />

otros mundos mt'jores al ver tu fam~,<br />

porque a su jenio inmortal, hermano del<br />

tuyo, debemos iJ gloria de haber unido<br />

la tierra fefiz donde naciste a la corona<br />

de Castilla I i Con cuánto pesar te he<br />

l'isto abandonar el cielo que cobija mi<br />

cabeza, i cuanto envidio a Cuba la gloria<br />

de poseerte' I Ella te ha recibido<br />

con gritos de amor, ha alfombrado tu<br />

camino de flores, de palmas i laureles, i<br />

ha coronado tu Cl'eote de diamantes I<br />

j En vano, en vano la envidia i la animosidad<br />

han pretendido empaiíllr el<br />

claro brillo de tu gloria I Sus reflejos<br />

SOn tao pUl'OSe inmol'tales, que aún<br />

despues que el mundo te pierda, iluminarán<br />

tu sepulcro, i alumbrarán las<br />

coronas de siemprevivas con que le<br />

adornen nuestros hiJos!<br />

II.<br />

Estas Daturalezas dobles, Como yo las<br />

llamo, son tan raras, que únicamente be<br />

conocido la que acabo de citar. Por lo<br />

regular, la poesia de la mujel' es constantemente<br />

tierna, mimosa i melancólica.<br />

Pero ¡cosa estrañll I Muchas<br />

mujeres, que cantan al dolor como a<br />

su inseparable cO'llpañero; que en sus<br />

versos lloran resignadas i dulces, son,<br />

en su casa i en el ioterior de su familia,<br />

nnas arpías, llenas de vanidad, pl'etensiooes<br />

i exijencias. Toman tono tie reinas,<br />

i adquieren para con sus mismos<br />

padres una altivez que las hace iusoportables.<br />

Yo conozco algunas mujeres qne escrlbeD,<br />

que no bablllD, ni andan, oi se<br />

sientan como las demas. Su acento es<br />

siempre lloroso i declamatorio. Su paso<br />

afectado ilento. El alimento quetoman,<br />

i a vista de las jentes, no bllstaria para<br />

I sustentar a un pájaro. I SUll posturas ea<br />

; el sofá i la butaca-úllicos asientos que<br />

I ocupan con preCel'encla a sus padres I<br />

! superiores -son tan abandonadas como<br />

iudeco/'osa!.<br />

En el tel'l'eno de la discusion. quie-<br />

I l'en que su opinion prevalezca siempre.<br />

I porque su soberbia i vanidad no les<br />

I permiten usar ('00 nadie de III meDor<br />

I deferencia. Nuuca acompanaD a una se-<br />

I fiora mas allá de Id primera portiére.<br />

: ni vuelven vi8itas, ni hacen compañia<br />

i a una amiga cuft'l'ma, si es que existe<br />

í alguna criatura dotada de tallta paclen-<br />

! cia i bondad que plleda ser amiga de<br />

esos.sércs. En suma, 1'1 tipo de la literata,<br />

tal como yo he visto alguoas, es<br />

tan empalagoso, tan perjudicial, que DO<br />

me sorprende que inspire aversion.<br />

¿ Podrá t:reerse en la sensibilidad<br />

I que estas mujert's de/'l'aman en sus ver-<br />

I sos? ¿ En las virtudes que predicaD en<br />

ellos? En los suCrimientos estraordi-<br />

: narios que describen ~<br />

I ¡Imposible! Si descuidan todos Jas<br />

! deberes de la sociedad; 51son Intolel<br />

sus obras caerán en el ridículo, que C81i<br />

'rantes, inmodestas, vanas I sobe.'bllls.<br />

I siempre, aunque sea velado, acompaña<br />

a las obras de la mujer.<br />

I'<br />

Solo la verdad convence, ba dicho<br />

! Ciceron. I este axioma es tan Innegable<br />

¡ que todos los dias le vemos confirmado.<br />

I Aunque los escritos de esas mujeres. de<br />

jlas cuales acabo de hablar, seduzcaD.<br />

¡ como p.'oductos de loza Das imajinacio-<br />

! nes, a otras imajlnolliont's fogo~as e 1mi<br />

presionabJes, el corazon del lector que-<br />

dará vacío, sio qne quizá sepa él mls-<br />

I<br />

i IDO Tdarse cuenta del por qué •.<br />

! No puede ser buena la mUjer que<br />

! descuida sus deberes. Tal vez escribirá<br />

I coo arte, pero DOcan verdad I cODviccion:<br />

I en ese CIISOsolo puede alucinar a<br />

entendimientos mui medianos.<br />

SI se eotrase en el interior de Ja casa<br />

de algunas escritoras, se veria, como 'o<br />

he visto yo, que estas son un mueble<br />

enteramente iuútil. aunque mui costoso.<br />

Yo trataba en una ('apital de proviocia<br />

a una familia respetable. de la cual<br />

formaba parte una poetisa: al ménos<br />

Este Libro Fue Digitalizado Por La Biblioteca Luis Ángel Arango Del Banco De la Republica, Colombia


E L A N J E L D E L HO G A R • 71<br />

este erR ci nombre que dabao sus padres : ficultoso, l'utóuces, I ai de sus esposos i<br />

n uoa jóven que eslaha toclo el dia em- I ¡ de sus hijos!<br />

borronando papel cou renglones dcsigua !! E~ bicn sabido que en España la Iiteles.<br />

A primPra vIsta sr. compl'endia l'uán : ratura, léjos de enriquecer al que la<br />

caro le costaba a la familia el talento I cultiva, le empobrece, pürque en estos<br />

de aquella c"¡atura. LlI eruùita debia, : tiempos, eo que taolo se escribe es tan<br />

cn su opinion, u


7%<br />

<strong>BIBLIOTECA</strong><br />

tITERARIA.<br />

~~'-~~f"",-",--._.,.",,"",~<br />

......•.. -.,~~r-... ,..._ " _-..........,.-.... __<br />

me hace hablal' así. Hai en mi corazOl] " sin tasa ni cuidado ?'¿ P-;~;a~;'~~~a<br />

ulla propensioo dl'.cididll ¡¡ am~r a, todo I !maíinacioll "írjen i lozana se t'mp9Pa<br />

aquel que ha nucld!) coo a§prraclonrs ¡ Jmpulloment/-! eo ci ¡Jfr¡rlin el E.~p'.'sito.<br />

de poeta, ora le ayude para dicha su blemorias de un médico i El /tambre de<br />

talento, ora le niegue el ciclo la luz pu- /(.s tres ca[z')nes? '. Pensais que solo<br />

rilllma ~e la poesIa; i l'sta propension litS proporcionan diversiOIl El hijo del<br />

se COIlVJerteen el mas puro Ilft'cto hacia, di(],blo. Catalina Howard, Antony j<br />

toda mUjer que toma en sns delicadas Adriana Lecouvreur.<br />

maoos el arpa de Safo I de f.fJdoa.<br />

Nuuca he podido coucebir cómo exls- Pues os equlvocais. Nióa hai a quien<br />

ten almas bastante bajas para ensañarse yo conozco, i cuyos padres son tan resen<br />

las composjcionrs de los débiles sé I prtables como rrspetados, que está deres<br />

que pertecen II mi sexo. Lo dije ya! vorando Los tres ¡'flo,~qlleteros. i no ha<br />

en otra ocasiolJ, al dill' III público uno, cumplido los ocho llÍlO,;; i su familia no<br />

de mis escritos, en que defeodí el talen- I halla inconveniente en que se ent"re de<br />

to de unll mU,:cr. * Cuando trato de!, las maldades de AJiladl{, de los ndúlponer<br />

el\ relieve lo necesal'Îo que es su ;I tel'os limares de Mme, Bonacieux, i de<br />

buena educacion para la socit'd~r1, me 'lIa escandalosa pasioll de la sBliorita<br />

parece vislumbrar uua sonrisa en los I La Valliere por el J'ef, pasion que se<br />

labios de m:lS de un lector, al ver que' !oflltra tanto mejor Cil los corazones<br />

defiendo mis propios intereses. Pero,,; Jóvenes e ínespertos cuanto está re vescomo<br />

entónces vuelvo a rogarles hoi l' tid,l de ulla forma mas poética, dulce i<br />

que se detengan a reflexionar un mo-,' sentimental.<br />

mento, I fácilmente me perdona dll que 1 '<br />

sea yo el abogado dp. una eausa, que'<br />

tantos i tan encarnizados fiscales<br />

tiene.<br />

Las madres están contentlslmas de<br />

que sus hijas, al volver del colejlo,<br />

tomen de los estantes de sus padres<br />

Yo acabo de poner en evidencia todas, cuantos I.¡bros quieraD, a tl'ueque de<br />

las ridiculeces de la mu ,'j' eseritora.; ~ue u,o le~ molestt'n saltlludo, cantando<br />

Acabo de probar tamblen que este tipo, ¡ ¡ I comendo durante las bora.s que pertal<br />

como se ve i se compl'ende, es alta- ;' mauecen en casa. Pero las tiernas lecmente<br />

prrjudicia\' i ahora ai¡¡¡do con" t~ras, cuando lIegau 8 los trece afias,<br />

todo el fervor de :ni alma' I Ojalá que' I "'gueQ e,n CUlluto purticn los pasos de<br />

todas las mujeres llnciese~ poetisas i i lias I~~rolna~ dJ sus Ilovelas; i ~I al fio<br />

con talento, para enaltecer, moralizar' i I! li! 1:"ldez pundonorosa dl\ sus familias<br />

hacer mejor nuestra eorrompid


- •.......... - .••..- ..• EL ANJEL DEL HOGAn.<br />

'-".-.,-~., 71<br />

Pero en breve crecen las exijencias; La madre. que cuida en su retiro 110.<br />

de las niñas; tienen que concluir 81- II res 'para que perfumen el aposento de-<br />

~una obra Importante, necesitan mas! r sus hijos, que ama i co~~rende la mú.<br />

tiempo: I los padres que, ya hun dado 'sica, que educa a su famlha en el temor<br />

el primer paso en la senda I'esbaludiza : de Dios, i CD la virtud, que ensena a<br />

de la complacencia, ceden cada dia UD,~sus hijas a hablal' COll graciosa i modepoco,<br />

llegando el caso, ellando las ni- I rada dulzura, que las enseña a vestirse<br />

fias cumplen veinte afios, de que se les" con gusto i sencillez, es para mi. la<br />

ha olvidado c6mo se C')jc el plumero I verdadel'a poetisa. porque la poesía es<br />

para quitar el polvo a los muebles i en 'el sentimieuto de lo bello. Una mujer<br />

que dl.'do se pone el dedal. i muda i manca que no puede escribir,<br />

Infelices ni[¡as ! ;,Qué cflucacion, qué pe/'o que comprcnde la grandl.'za del<br />

estudios os han dado, pal'a que deis poder de Dios, que se conmueve ni<br />

vosotras a la voraz mordacidad del pú- contemplaI' la belleza de /a creacfoD.<br />

blico los productos de vnrstra pluma? I que ama el perfume de las flores, que<br />

¿ Cómo han dlrijfdo vuestra imajinaeion " dcrl'ama algunas lágrimas a I escuchar<br />

para que sean Útiles i morales los pen- • Ias llotas agonizantes de la infeliz Trasam/entas<br />

que broten de clla? i. Do qué I viata, es, p¡¡ra mí, UDa gran poetisa;<br />

manera han moralizado vuestros há- : mus diré. es, segun mis creencIas, unll<br />

bitos, vuestras costumbres, para quo'; mujer sublime.<br />

deIs lecciones a los delllas ? I: " •.<br />

Ah! Vosotras sois las que produc/s . I~Xlste uoa mUjer que e~, en mi conesos<br />

vohImenes do poesías, en que hai I eepto, Ulla de llu~s~ras, primeras poellquejas<br />

de males imajinarios, En que se ! sas, a I~ cual 1'Idll~uhZll_banalgunos,<br />

deplora la suave i dulce condicion de la ,. porque vIve cn una pequena aldea, pormuJel',<br />

Como sí fuese un mal el haber I que por ..su pobreza se ve reducida a<br />

Doc/do para ser el ánjel del hogar do- .' desempenar todqs los que~a,cel'es de. su<br />

rn~stico. En que se ,lloran amores, que:! rasa i por~'J~ en su parte CISICDha SIdo<br />

qUIzás nunca Se han conocido. En quo poco favo.eclda d~ la naturaleza. SiDse<br />

ioterprf'tan los decretos de Dio~. En : embargo, ~sa mUjer Im~lora en sus<br />

que se llama abrasadora ltoJuera al . eantos!l la madre de »IOS con tanto<br />

hermoso i vÎvificante sol, i antorcha de ., fervor I t~l'U?r!l, compa~,ece con taD<br />

dolores a la suave i apacihle Juna. I los[ dulce sentlm,len.to a un paJaro enJaulaque<br />

os COllocen i saben que sois cO.luo- ,do; canta al )eolO d¡;1 poeta cou tanta<br />

tas, que vestís con mas esplendidez i v~rdad I val~Dt(a, que el cont,raste de 8U<br />

afeetacion de las qUf' a VUl.'stl'a!losicion , ".Ida mísera I de s,u desconocIdo martlconviene,<br />

qlle dais un seco perdone : fiO, con la grandIOsidad de su alma i<br />

usted al pobre que llama a vurstr8 puer- ,i la ~ondad .de S~ corazon, la ban eoalto,<br />

auuque esteis almorzanrJ'I, ,,


14 BIB L lOT E C A ·L I T E R A it I Â •<br />

pelpada a la Inglesa, me parsce tau educaclon de la mujer. Elllbandono de<br />

despreCiable como ridícula.<br />

Sil intelljencla es tan culpable, como el<br />

obligarla a que se desarrolle '\'lclO58-<br />

IV. meute. Escojed, madres de familia, loa<br />

libros que ban de leer vuestras hijas, o,<br />

Ya dije en mi capítulo primero, que si no tenels criterio bastante para ello,<br />

ta educaclon cn F:spaña, está reducida \ aconsejaos de una persona competente.<br />

a tres clases. La educacion de la grao- Enseñadles blen i con preferencia \(Idas<br />

dœa, encomendada al aya. La educa-lias labores propias de su sex!) j que tab<br />

ClODti la francesa. I la educacion a la necesarias son para el gobierno de su<br />

tI!ltigua.<br />

I casa. Enseñadles a leer j a escribir con<br />

Las jóvenes, formadas por la prime- i: perfecciono Si es posible, cnseñadles la<br />

ra, viven demasiado aJitadas, para que'¡: múslclI i el õibujo, esas dos artes, qoe<br />

piensen en escribir, aunque algunas mu- l. elevan el alma I la aproximan a Dios.<br />

Jere~ de gran talento han salido et. e Jal Illspirndles:amor I respeto a su C.'endor.<br />

aristocracia. A la segunda clase perte- Enseiilldles a romprcnder i a admirar<br />

DeceDlall que devoran libros a su pla- las maravillas de la Daturaleza. I sobre<br />

cero Las de la tercera no son jeoeral-I todo, dadles uncoDstaote ejemplo<br />

men'te de organizaclon poética, porque, i de. paciencia,. dulzura, rtsignaclon I<br />

eomo ya dije eD el mismo capítnlo, sus i amor.<br />

superiores procuran ahogar en ellas to-I La poesía del "orllzon I de la virtud,<br />

da aficioDinstintiva a lo bello.: ~<br />

Esa clase procede de lin modo entel a-I ~atrán adq\\Ï1'ien,doa.~ned!daqu~ vayai5<br />

Inente contrario, pero no méuos peljudi-! lIustr?ndo, sus mteh!encla,s. Nada de<br />

cial que la quedeJ'a a sus hiJ'asbebl'r dra. !: cienCIas DI de estudlol; áridos, que al<br />

, l' lb' l' d<br />

mas terrorlficos inovell.l"I}spelu7.nantese i: paso que es ro aran e tiempo que, e-<br />

Inmorales. En esas fllmiliasla mujel' está I: be~ emplear en su~ deberes. doméstlco9,<br />

relegada al hogar domé1lticoI SJl la edu- !i fatIgarán su imsJmaclou \ \l~Vftráuel<br />

ca coo el mas esquisIto esmero para que I! vac~o a su alma. La instr.ucrwD de la<br />

lU imajinaclon, en vez (1e elevllrse. se i! mUjer debe estar reducida ~DlcameD~a<br />

cireuDscriba a 'es mas est"echos límites ·Îl sentir, a .amar a su esposo I a sus lUlos<br />

posibles. No se le daD libros de nlngun i a saber educar n sus hijas para que<br />

jénero; pero en cambio, se la exlje i I sean I? que ellas deben ser : buen~ e&-<br />

que sea buena esposa i buena madre.!: posas 1 buenas madres.<br />

ain pensar co que no puede dar ni eo· i\ Rara es la mujer a quien se cuida de<br />

aOOar lo que no le dieron ni aprendió. \ eleval' su intelijencla por medio de lec-<br />

Sin retlexionar que UIlB buena esposa'. turas ejemplares i tiernas, a quien se<br />

DO llena tampoco sus obligaciones SR· \\ ofrece un saludable I constante ejemplo<br />

blendo Iiolo coser, bordar i cuidar de de virtud, a ." que se le cultiva el espíaus<br />

criados, ni podrà hacer feliz a su '. ritu con la música, el dibUJOi la lectorA<br />

marido eOD tan escasa ciencia. Que no: ¡ de poemas escojidos ¡tiernos: rara es,<br />

podrá formar i dlrijir el corazoo de sus ¡ \1 repito, la que, educada de este modo, DO<br />

bijos quien ha sentido secarse ell atesora un raudal de poesia, consoladori<br />

auyo con el rigor de su educacioD, i \ dulce. comotado 8entimlentaque emana<br />

que léjos de ser buena madre, nL aúa de IIIvirtud. Entl'e las que se eduquen<br />

relijiosa puede ser, ia que se ha acOll,- así. habrá infinitas que puedan escribir<br />

tumbrado a mirar a Díos bajo el mismo con perfeccion los libros que hayeD de<br />

prisma que mira al grau Mogol, Il quien leer sus hijas. i1qué mas hprmoso t<br />

jamas ha visto. I a las obras de ese 0108, 'II ópimo fruw puede dar el talent() de la·<br />

tan bueno I amoroso, como a los mue- " mujer, que el de es~rlbir un corso de<br />

bles que adornan su cárCB.' doméstica. \'\ educllcÍDDpara su familie,i daf-,ma<br />

Un término medio, entre esos dOl parte de su alma a IllS parLes miSmaad6<br />

_cmos, es lo que hace falta en III su lér ! '<br />

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E L A N J E L D E L HO G A R • 75<br />

~_,,-.''-...r--'''-''',-,,-'_.-'_'<br />

"_,_'"""'."_' ..r_ "'''' ~-./-./ _" ._·'............-r _~<br />

No soi yo de las que creeD ellojo jn-<br />

V. dispens'llJle, i ~oi la pl'Ímera eoeondeoar<br />

l los estrngos que ocasiona. PerO,8ost~n~<br />

'l'odl\v(a, i ántes de decir cómo yo ~ go COll fe, que ulla mujer janias débe<br />

eemprendo a la poetisa I escritora, to-: descuidar la belleza, en sí mlsm!\. I e1l<br />

davía vol a hablar de otro tipo de, todo aquello que la rodea. '<br />

literatas, tau estraño como incompren-¡' La escritora, a mí modo de ver, es<br />

sible •. algo mas que uoa mujer comun ; tiene<br />

Hai al~unas mujeres dotadas de ta- I otra mision mas elevada que llenar que<br />

lento, I aún de variada instruccion, quP,,' las demas muj('res, i por otro lado, tiene<br />

por el afan dc dedicarse a las tareas de: los mismos deberes que cumplir. Tiene<br />

la pluma, olvidan enteramente el cui- 'i que responder delante de Dios, lo misdado<br />

de su familia, de su casa,. i hasta': mo que todas IllS mueres, de fa Cellelel<br />

de sí mismas. Todo el sentimIento de ,: dad de su familia: por ser escritora, D~<br />

lo bello, de que están dotadas sus almas, ,dr-jn de ser hija, bermaDlI, esposa 1<br />

lo depositan en sus libros, i la f~aldad i 'madre; i ademas de estos deberes sael<br />

descuido mas repugnante reina en': grados, su mlsion le impORe 'otros nqe::-<br />

torDO suyo. I; vos i no ménos penosos. Asr, i a ml<br />

Yo, por Oli parte, puedo decir, que, I~modo de sentir, la escritora debe ser, o<br />

al leer en su~ novelas ,la descripcion. de ,: Il lo ménos debe procurar ~erlo, UD<br />

una mujer bella i elegante. no he VIstO, i modt'lo de las virtudes que eoaltezcll<br />

COD los ojos del entt'ndimiento .aquella,: con su pluma: i nI mismo tiempo debe<br />

mujer que me presentaban. He VIsto con ¡ habel' armonía entre la belleza de su,<br />

los Ojos de la memoria, a\lí, a do~ pasos! pensamientos i la belleza de su sér.<br />

de ml, a In autora, con su deSCUidado i; De lo contrario, ~ cómo convencerá<br />

feo traje, c(ln su cabello descompuesto, ;! con sus escritos? Quién lus estimará t<br />

o arreglado ridiculamente, con sus ma- ; Qui¿n querrá adquil'irlos t<br />

nos ásperas f enrojecidas, no por los. ¡ Oid, lectoras mias, una puerllfdad que<br />

quehaceres domésticos, de los cuales no:: os voi Il dccir, porque ya sabeis que hase<br />

ocupan esas mujeres, sino por el: I blo con vosotras como una amiga.<br />

completo abandooo de su propia per- ;: Tengo yo en mi casa dos estantltos<br />

sona ••. i i llenos de :1I1slibros predilectos. 'Ambos<br />

No quiero pmtar con mas d~tem-,: están colocados eo mi cuarto do eSCribir<br />

miento este tipo que alguuos de ~IS lec· !: I de estudio.<br />

tores conocen sin duda: pero qUIero de· "<br />

eir una verdad, dura, si bien incontes- :! . Pues bieD, en esos eS,tantes, eo esos,<br />

table con repecto a él. Los que no tl'atan:: hb~os hal encerrados seres,.8 quienes<br />

a. Ias literatas de que acabo de hablar i •qUlcro con cllllma: _i.ques.e me figura<br />

las conoceD soto de vista, creen, al leer ; que me hacen eo~pan\ll. Hal en los persus<br />

obras, que ellas las firman i otra,: sunnles de las, l\lstol'l~S que contienen,<br />

persona las escribe. L'ts personas de su ¡ ~uleres Il qUIenes mIro como. amigas,<br />

trato íntimo, al vel' sus libros, les eo- '; I I{U.~to~an cuerpo para los oJos de mi<br />

cuentran, por mui bellos que sean, el:: im8)1U3Clon. Eu UDa palabra, se me<br />

sello de ridiculez que parece Inherente a: i figura que un buen libro, cotocadososu<br />

autora. ~!br~ ml costnrero o velador, me acorn.,.<br />

Hai una perfecta armonía, dice un; ¡ pana. ,<br />

gran poeta inglés, entrg el jenio i la be· ¡I Todas la8 mujeres que escriben dablan<br />

lleza. '! desear que las demas miroseli los libros<br />

Yo digo a ml vcz. lIai uoa simpatia!! que producen como aml~os, i que lo.<br />

admirable cntre el talento I el bucn' i amasen como yo amo mis libros favogusto.<br />

Deacntendiéndose de la bellezn; I ritos. La literat~ra inmortal es la ~ue<br />

por completo, el talento mengua insen-,llogra ocupar, no solo la cabeza, '8100<br />

slblem6nte, "no crcce por lo méD08. Il tamblen el eorazon: es Ja que hace bléiJ t<br />

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76 <strong>BIBLIOTECA</strong> <strong>LITERARIA</strong>.<br />

)a que consuela, la que acompaña, por", escribiendo mis veladas del -inmern(J,<br />

deelrlo así., en torno de una mesa de labor Ills<br />

Cuando leemos una dulce historia que cuales pienso publicar en breve. El asilOS<br />

(lonmueve todas las tIbras del senti· crlbir, solo por escribir o por vaoidad,<br />

miento; uoa hIstoria de esas que lee- DO dará jamas una reputacion sólida.<br />

mos én la soledad de una velada, i a la Preciso es que In escritora sea simpátl-<br />

Juz de nuestra modesta lámpara, desea- ca i estimable a la sociedad, últQi agramos<br />

cooocer a la autora. I Qué diria- Idable en sus obras, si quiere consolidar<br />

mos &ise nos presentase de repente, ¡su fama i bacerla inmortal. La opinion<br />

sucia, desaliùada, vulgar, i ostentando ':1 pública, en cuanto a la personalidad, et<br />

unos modales llenos de grosería? Qllé ¡Iel mas poderoso ausiliar del renombre<br />

desencanto tan triste I Nosotros que liOS ~!que da el talento.<br />

habiamos identificado con los persona- .: Yo condeno tambien el afan que<br />

jes de Ja nave/a, que habiamos creldo 'l' ¡ tieneo algullas mujeres que se dedican a<br />

que la mas bella i dulce de sus beroí- /i la literatura, de meterse eo todas partes,<br />

nas era el retrato de su autora, que la II de adquirir mucbas relaciones, de ,haamábamos<br />

por su gracia, i le estábamos l' blar de sus versos i escritos, basta a las<br />

agradecidos, porque nos bahia dado ai-I personas mas profanas en la literatura,<br />

gUnas horas de placer, sentiriamos mu-, con una incànsable i fatigante verboslcha,<br />

muchisimo, el que hubiese apare· I dad.<br />

cldo a nuestra ví~t8,. porque siempre osi A mi modo de ver, el gran talcnto<br />

triste perder las II~slooes: . I¡ tiene cierto pudor. Sé que la tierna,<br />

El ~ombre escrl~e casI sle~p~e para IlIue la admirable Mme. CoUio era boconquIstar<br />

ra~a, riqueza o pOSICIOD: so- oita, delicada i co estremo distinguida<br />

cial. El prIncIpal obJcto de la escrItora I i elegante. Y(l me la be figurado adodebe<br />

ser el bacerse .amar .d~ sus lecto- I mas, dulce, pero reservada i tall beIJares.<br />

El hombre esc~lbecasI slemp~e para ¡ mente d,ístioguiùa cn Jas hábitos de su<br />

el hombre. La !Iluler debe escrlbl.r.para vida privada, como en sociedad. En<br />

su sexo. Su objeto debe ser la utilIdad, I suma: yo admiro a la mujer erudita.<br />

el recreo de las otras mujeres. , estudiosa, atestada de instruccloD, i que<br />

Muchas amables jóvenes hai a quie- i está por encima de todas esa. pequeñenes<br />

la módica fortuna de sus padres no: ces i delicadezas de la vida. Admiro a<br />

permito concurrir a los bailes i diver-- i la poetisa, a la escritora, que cuida de<br />

siooes que tanto se arnbicioDlm a su I la economía de su casa, que la sa\!e emedad,<br />

i que pasarían con un bueu libro bellecer, sea cualquiera su forbtna, que<br />

la velada sin pensar eu las gasas, en las es elegante, graciosa, distinguido, i que<br />

perlas i eo las flores, que tantas otras escribe sencillamente para solaz del bo-<br />

Jueen, I que ellas no pueden alcanzar., gar doméstico.<br />

Para estas jóvene~ es preciso escribir.; No quiero a la mufer varonil. Quiero<br />

Para ellas falta~ hb~os que las compen-! a la mujel' enteramente femeoina, con<br />

lien de sus prIVacIOnes. ¿ Cuánto no i su llanto su graciosa risa sus coqued<br />

. dl' ,<br />

8gra eceran esall.. aman tes .ma res, que: terfas, en una palabr a. Quiero que sepa<br />

8~Ora? a sus hiJas, un ,hbro qu~ las i zurzir i tejer bicn Ull pM de medias, i<br />

dIStraIga .de otros pensa~XIlentostnstes, bordar con gracia Ulla tIor, i que no<br />

que las divierta con utlhdad ?<br />

deje de saber esto por aprender el Inglés<br />

Mas, para que esas jóvenes imajina- i aleman. Quiero que escriba para Jas<br />

elones se embebao en la lectura, pnra buenas madres, las bueoas esposas, las<br />

que olviden las lisonjas i las gallls del buenas hijas, que no saben mas que<br />

baile. bai que ofrecerles histOrias dul- I amar i rezar, i no quo cebe a borbotoces,<br />

llenas de sentimiento i de verdad.! nes la erudiclon lia ciencia.<br />

Ese beneficio es el que me be propuesto i Si asl escribieran todas, los hombres.<br />

hacer a las jóvenes de la clase medill. I no se ensaüarian contra Jas escrItoras.<br />

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• J •••• -~",.F.,~~-'-'....."........"-'-./,,./'-~./<br />

EL ANJEJ" DEL HOGAR •<br />

__.._ "".<br />

~<br />

lJnos, pGr lástima, I otros por afe('to i terias. Pero esta il ustracíon debe ser<br />

gratitud, les perdonarian sus Iib¡'os. sencilla, tierna, persuasiva, porque la<br />

Yo nada sé; mas digo: nada sabré mujer lustrada se comprende solo dividiendo<br />

su tiempo entre el cuIdado de<br />

jamas.<br />

Para qué 'l Nac! cantando como los su casa, el uso de la aguja, i el ejerci·,<br />

pãjaros i cantando moriré. Rai en mi cio de la pluma, cuando se entr'ega a él<br />

alma fe i devocion: hai en mi corazon sentada entre las cunas de sus bijo~,<br />

buenos sentimientos: Dios ha i1umina-, que era como Mme. de Lamartine escribia<br />

su diario, tan poético, tan tierno<br />

do mllntel/janc/a COD la luz eterna de la:<br />

ve~dDd, i esto será lo que hallarán mis I i tan sublime, pues su lectura fué la que<br />

leetoras en mis libros i creo que basta I hizo poeta a su hijo.<br />

para que me amen.<br />

i i Pluguiese a Dios que todas las muje -<br />

Yo se que los grandes talentos di- : res naciesen poetisas, como yo comprendo<br />

que deben serlo! Entónces ¡¡e<br />

cea:<br />

i<br />

-Pobracilla / de.iadla: va por su i convencerian nuestros severos detractores,<br />

de que nadie, cual la mujer, puede<br />

sellda sin Incomodar a nadie!<br />

Ah / iCuánto bien me hacen esas I moralizar la sociedad i hacer brotar<br />

palabras! I Si, yo seguiré mi senda, sin I cn clin semillas de virtud, i que,<br />

afilo, sin amb/cloo I A nadie haré daùo ' cultivando su iotelijencia, tendrla el<br />

en el/a, Dios bendecirá el pan que mi I mundo fervorosos apóstoles de paz ¡<br />

pluma me gane para la vejez, i solo os; relijion, mas persu¡¡sivos que 105 de la<br />

pldo'por recompensa, madres jovenes i I ciencia, porque la mujer tiende siempre<br />

a conmover el corazon i le alumbra<br />

htlrmosas doncel/as, que enseñeis mi I<br />

nombre a vuestros hi,;os, i que vaya/s, I con la estrella divina del amOr I con la<br />

cIJlando yo no exista, a poner algunas sagrada antorcha de la verdad.<br />

oraciones i algunas flores sobre mi sepulcro<br />

!<br />

VI.<br />

La influencia de la mujer es de suma Ir CAPÍTULO DÉCIMOTERCERO.<br />

importancia en la sociedad. Una madre, j<br />

dice Alfooso Lamartine, una buena i 1·1 Lo\. POESIA. DEL HOGAR DOMÉSTICO.<br />

poética madr, hace de su hijo lo que,<br />

fJ'uiere. l' 1.<br />

Mirad llllIustre poeta en corroboracíon<br />

de sus palabras. Mme. de Lamar- ! Proseguiré oún la materia del capitatine<br />

erR un modelo de teroUf'8, sensibi-I lo anterior, para ofl'ecer en csteomls Icc-<br />

IIdad I virtud, I no bal poeta mas t1erlJO ¡ tores la risueña imájen de una mujer<br />

i sens/ble ni hombre mas virtuoso que su "I dulce, poética i buena. Quizá alguDo<br />

hijo. ! I enCUl:'ntre f/llta de plan en mi libro,<br />

Volved la vista a Byron. El espíritu! I pero yo confieso tamb/en que no abrigo<br />

mordaz, el carácter sañudo e irascible lila \'aDa persuasion de que lo tf:>nga.M/<br />

de so madre, están bhm reflejados en ! I carácter ml'ditabundo me ha hecho Ir<br />

JIlS obras del hijo. I apesar de la incom- il recojicndo observaciones, Ideasi pensaparable<br />

hermosura de sus poemas, siem- I' mientos, que he ido trasladando ai papre<br />

dejan estos un sabor amargo en el .¡ pel sin arte DiDguno, I solo como se van<br />

carazon i un vacio descousolaùor en ell presentaDdo Il mi fmajinacloD, fresca,<br />

alma. Illibre e impresionable. Todo /0 que he<br />

No me cansaré de repetirIa: enucando i; procurado al escribirlos, es que las imábfeD<br />

a la mujer, se obraria uu cambio ;jenes sean verdaderas, i despues de lo<br />

saludable en todo el universo: pero su !' que llevo consignado en el cnpítulo aoeducacion<br />

debe ir presidida por la vir- !! tcrior acerca de las poetisas, la imájen,<br />

tudo Débesela nustrar en ciertas ma~ r Ide que voi Il hablar, se ofrece natural ••<br />

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78 BIB L lOT E C A L I T E R A R I A.<br />

mente a mi memoria,<br />

como un l'crucr- ri sus rodillas junto a un bAlcon entoldado<br />

do dulce i puro de rui lIiilf.Z. II de flores, tiene a mis ojos una poes(a<br />

No es la poesía taD solo aquel rayo 1 1 /' tan bella como elocuente. Una Jóveo<br />

que ilumina la mente del que hace ver- sentada al lado de su anciano padre,<br />

IlOS. La poesía está en el muodo bajo i leyendo con suave f dulce voz en la.<br />

diversas formas, i mora entre nosotros i largas noches de invierno para dlscasi<br />

siempre, sin que nos apercibamos: troerle, ofrece un cuadro de tierna e<br />

en su presencia. El hombre, a causa de i Inimitable poesía.<br />

su instinto egoista, la acoje en su alma j No he cODocido sér mas poéUco qtM<br />

pocas veces, como no espere sacar de! unaóven, hija de un aDelano militar,<br />

ella alguo provecho. ED su primera! qoe CIISÓ CODunpobre empleado de pojuventud.<br />

le pide versos pam cantal' Il ¡ cos años i de ménos haberes. Yo hl eo--<br />

)a mujer a qUlcDama. Mas tarde, le: nocí dos nilOsdespues de casada, j rDapide<br />

dramas que le den diDero. Mas eD: dre de un niño de algunos meses. V¡'¥la<br />

esta segunda época, ya no es la poesía lo: ademas con ellos 6U anciano padre,<br />

que Inspira su pluma. La poesia se es-: partien~o In modesta icasi mísera exlBconde<br />

avergonzada; pero, compasiva I tencia de sus hijos.<br />

jeoerosa siempre, deja al autor dramá- El tedio se apoderaba de mi ánimo<br />

tieo el arte de bacer versos. cuando iba COD mi madre a C8sa de<br />

Desde el momento eD que el hombre alguna de sus fl1stuosas i opuleDta.<br />

quiere vestir a la pocsía cou el manto amigas.<br />

dela especulacion, la poesía huye de él. Mi corazon tan jóven, que aúo DO<br />

Po.rque la poesía debe ser espontánea. I sabia darso cuenta de sus emociOnei, ••<br />

Es el sentimiento: es la blanca i per- dormia en el fondo de mi pecho. Aquefumada<br />

flor que brota en el cora1.on. lia monótona mRgnificencla, aquellos<br />

Cuando los rayos del dolor han agostado: I salones en que el lujo se aglomeraba<br />

todas las demos flores del alma, la de II bajo cien diferentes aspectos, resplr8tldo<br />

)a poesía despliega su corola, mas hèr- : en todos la "anldl\d~ aquellas pesadas<br />

mosa quo nUDca. Las lágrimas son su ! I colgaduras de selterla que velabao casi<br />

rocío. La reslgnacion el sol benéfico iI siempre el esplendor del 801: aqueUos<br />

que la calienta con sus tibios resplau - i I divanes, eo flD, destinados a enervar e~<br />

dores.<br />

i I UOIl soñolienta molicie al que los,oeu •.<br />

La poesía es la compañera mas lnse-II pase. mo causabau un hastto que DO<br />

parable de toda mujer buena i la que I! podia vODcer. L<br />

embellece el hogar doméstico. i Desgra.!: I por el cootrarlo I con qué dan. declada<br />

la mujer que la desconoce, i des- II seaba que mi madre me concedle$lt pergraclado<br />

tambien el hombre que dese~, Ii miso para Ir a casa de mi jóveo amtga !<br />

para compañera suya, a una mujer pro· Marg~uita me atraia con una simpasaica<br />

f materialista! i SI busca UDalma! I tía incomprensible eD mi edad; pues<br />

helada, se encontl'ará CODUDalma du-! no llegaba a doce años, lia amaba COD<br />

ra I ¡SI busca un corazon dcstituido de;! la mayor ternura. Ella contaba Bpénas<br />

ilusiones, solo enco.ntrará UD corazoD i II veintidos primaveras: i su carácter, Ile•<br />

. vacío o los jiroues sangrieDtos de uu CO-I no de uoa apacible alegría, nlaj.lls de<br />

razOD desgarrado J aquella casa Celiza la tristeza, qúe DO<br />

perdia ocasioD de osomar a las pllertas<br />

II.<br />

su torva Caz.<br />

Margarita no tenia para 811 servicIo<br />

La poesía. como ya dejo dicho, es el l· mas que una muchacha do poca mas<br />

sentimieDto de lo bello. AsI, pues, tQda edad que yo. que desempeliaba una par•..<br />

mujer que cuida de embellecer la vida l, te de los oficios de la casa. Su ióYeIl<br />

de su esposo e hijos, tiene un alma poé- [1l!eñOra cuidaba de su padre, dew ••••<br />

tIca I tierna I poso i de su hijo: su earii\08o'~<br />

Una madre meciendo il su oÍÏ1osobre! I se estendia tambicn al balClOJlldÎl ••<br />

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EL ANJEL DEL HOGAR.<br />

i9<br />

cuarto, que era un verdadero jardin, I 1 Velala yo, con un placer Indefinible,<br />

a dos tórtolas, que prisioneras en uua . entrai', salir i repartir sus cuidados enjaula<br />

de eañAScolocada entre las mace- : tre aquellos tres séres, que cifraban en<br />

tas, arrullàbanse tristemente. : ella toda su "entura.<br />

Siempre que iba yo a ver a Margarita,: l\1irábala cambiar el agua de sus tór·<br />

la encontraba en su casa. Su pequcilo : tolas, dudes alimento i esperaba con<br />

gabinete no tenia mas mueblaje que· impaciencia la hora de su tocador para<br />

alguoas sillas de paja, uua mesita de ! asistir n él, oculta entre los pliegues<br />

graciosa hechura, sobre la eual babia : de las cortinas que guarnecian mi vensiempre<br />

dos jarros de loza llenos de r taua.<br />

dores, i la cuna de su niño, velada por Despucs de conclnir todos sus quecortinas<br />

de muselina blanca. Junto a : haceres, se quitaba Margarita su gorrito<br />

lIquello cuna bordaba Margarita todo el .: blanco, i desataba SUS hermosos cabetlt1mpo<br />

qua le de;ab9n libre sus deberes:; llos castaüos, que peinaba con maradoméstlco$.<br />

El sueldo de su esposo era·; villosa ajilidad, cnlazándolos luego po<br />

mul eorto i ella hacia el sacrificio de sus ; graeiosa farma detras de su cabeza. Un<br />

boras de reposo, entrE'gándose a aquel: i vestido blanco i liso, ceâillo con un<br />

traba o que le proporcionaba algun di-:, c¡nturon azul, era todo 8U adorno ('n<br />

nero con que contribuir al bienestar de:: el verano. En ellnvleroo, reemplazaba<br />

su familia.<br />

i este traje otro de lana oscurQ.<br />

El que dice que el trabajo amengua:: Despues de vestida, se sentaba a tra-<br />

Ia vida i pel'udica la salud, asientn un:: ba,lar miélltras el abuelo reia i jugaba<br />

errar. Mal'garita era un prodijio de be- i i con el niüo.<br />

lIeza floreciente, de fresca i encautadora :! Cuando por la tarde volvia su esposo,<br />

)01l8n18: cubria sus meji ¡i¡ls uu sonro-': Mal'garita conocia sus pisadas. Dejaba<br />

sado delicioso i sus ojos bl'illaban de i. su labor, i tomando al niño en sus bradicha<br />

i de contento •. l' zos, salia a reclblrle. I Cuán dichoso<br />

La ocupacion continua es lo que con-! dcbia seDtir¡:e aquel hombre, 8\ estreserva<br />

la tranquilidad en el espíritu de·: chal' contra sn pecho a SQ anjelical esla<br />

mujer. La buena distribucillo de su .. posa i a su inocente bljo! Mul grande<br />

tll'mpo le prol'0reiona la t:'llDqullidad debía SCI' su ,cntura, pues se grababa<br />

de la conricnria, i esa alegría, dulce e. eu todas sus facciones COD cal'actéres<br />

igual, que emall,1 de la quietud del al- harto visibles i profuodos. -<br />

ma. El ocio es su mas cruel enemigo:;: Miéntras comian, no cesaba yo de<br />

porqne el ocio vil'ia su corazon, de.~tru- :; oil' la risa su nora I dulce de Margarita;<br />

yo su entendimiE'nto, hiela su alma I ,sinembargo, el corto tiempo que pE'rmaembota<br />

lodos sus buenos instintos. : nccia eu la me!'a, acusaba la frngalidad<br />

, de los manjares.<br />

III.<br />

r Muchas noches alcanzaba yo permiso<br />

de mi mada'e para pa!'ar la "rluda en<br />

: I casa de Margarita. Est. ".;ostaba a su<br />

Margarita i su familia ViVlall en uo: hijo, i volvia a temar su bordado en<br />

euartlto en frente del que ocupaba yo . tanto que mecía la cuna con su lindo f<br />

CODla mia. Todas las mr.i'1anas se le- _Iijero pi~. A las diez dE'jaba la aguja por<br />

vantaba a las siete, i cl'ot~odo como un 'uu libro, en t,1 cllal Iria con suave i repájaro,<br />

asesha su pequeña sala i el ga- posada voz basta IllS doce.<br />

blnete de las flores, como yo le llamaba. I I Cuáo atentos estabamos a la leetu-<br />

Luego vestia a su niño, que Y/1aodaba ': l'a, su padre, su esposo í yo! Sentado<br />

solo: ayud~ba,al tocador ü¡l su sncla- 'el aDcil'!lo enf.'eilte de ell((, escuchaba<br />

DO padre p¡'lI1ando sus b'ancos cabellos, con una especie de éxtasis la voz de su<br />

arreglánúole la corbata I prestándole, hija, i el jóven esposo, apoyando la meen<br />

h, todos aquellos culdado:s que su jilla cn su mnno, parecia pendiente de<br />

edad exfjfa.<br />

los labios de Margarita.<br />

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-'~'"<br />

80<br />

Esta elejilllos libros que mas le agra ¡<br />

garita, de aquellas palabras que nadie<br />

daban CD la biblioteca de mi padre, i la I'<br />

elecclon de ellos atestiguaba. mas que I<br />

bubiera esperado de unos labios tan puros<br />

e inespertos. La terDurà del alma,<br />

nada, la lucidez modesla de su talento,<br />

de un talento que brillaba Con la suave I<br />

el Instinto de la mujer sensible, supleD<br />

con ventaja al bienIo mismo.<br />

i grata belleza de la pcrla, sin deslum- )<br />

brar como el diamante CODsus sober- ~~h~~.<br />

I<br />

Pl'eferia siempre las obras producidas,<br />

IV.<br />

por las mujeres. Las llovelas de Mistris [<br />

Bennet, de Mme. Staël, de Mme. COUinI Desde su edad mas tierDII debe irse<br />

I de Mme. de Genlis cran sus favoritas. : .<br />

UD dia, que le llevé yo una novela de .,f mculcando<br />

en el nlma de la mujer esa<br />

suave i dulce poesia, que lucgG debe<br />

Joye Sand, la tomó, me dió gracias CODi serviria para embellecer su hogar.<br />

dulzura, la puso sobre su mesa. : Hágasela amar todo lo bueno, todo lo<br />

r: o le pregunté admil'ada pOI'qué no I bello, todo Jo tierno. Hágllscla elevar a<br />

la OJeaba, segun su costumbre. I Dios su corazon COD sincero afec-<br />

-La dejo a,uI,p.ara que la lea mi I to. Dios es la fueDte de la verdadera,<br />

esposo, me con.esto. ese IIUlorno lUEl de la sublime pocRla: el jérrnen de<br />

agrada • ., . l, la belleza int/nita. Madres, Inculelld.en<br />

- -Por qué - observé yo con estra- I! el corazon de ,'uestras bijas amor li lo<br />

neza •. , , Ii bello i fe CDDios, i serán buenas i feli-<br />

-.Porque<br />

<strong>BIBLIOTECA</strong><br />

ha clcJldo uDa. senda I.m-II ces, i harán dichosos a cuantos vivan a<br />

propia de su sexo, c~Dlesto l\~argarJtn'l i su lado. I no padecerán nunca ese es-<br />

JorJe Sand ha invadIdo el tClreno del:: pléen, fatal en el hombre i culpable en<br />

hom~re. " !: la mujer, porque es ,iempTe producido<br />

- (, Pero no escflbe baJO el pseudó- ! por la ociosidad o por la saciedad dellos<br />

nlmo de un hombre?<br />

placeres<br />

-Es verdad, repuso MarRarita COD •<br />

dulzura es verdad' pero dejará de ser Nada hal mas bello que la virtud.<br />

su alma' de mujer r' Mi q~erida Maria, Los séres a qUieDesel mundo llama con<br />

Dios ha puesto una gran t:ifcreDcia en- su culto lenguaje despreocupados; aquetre<br />

el alma, el corazon í los sentimientos : 1105,.que n~ se espantan aote ningun<br />

del hombre i los de la mujer: /a que 'medio de satIsfacer sus pasiones, g(lZ8nI<br />

abjura de la naturaleza, de los impulsos I se ex.tas(aDleyendo, las sublimes conflque<br />

le ha dado el mismo Dios; la que denclas de ~amartme, donde el amor<br />

trucca aquella i estos p,': ¡os del otro materno se pmta con la mayor ve~dad,<br />

sexo, no será amada COlli\) mujer, ni donde 18~virtudes del hogar domestico<br />

están dlvlDizadas por el inmortal poe-<br />

ta.<br />

respetada como hombre: nunca excitará<br />

la admíracion de nadie, pues todo lo que<br />

LIIERABJA.<br />

es Injusto, es culpable; todo lo que es. Haced, pues, oh, madres I haced que<br />

presuntuoso, dista mucho de SCI'grande; l' ¡ vuestras bijas amen la virtud. Hacedles<br />

yo quiero los libros de esas mujeres que i dulce el deber. Hacedles comprender<br />

ponen ante los ojos dulces i evaDjélicas ,i que la suerte de la familia está en mavirtudes:<br />

los libros que enseñan a ser ¡: nos de nuestro débil scxo, pues que el<br />

buena madre i buena esposa, i aborrez- Ii imperio i /a influencia de la mujer no<br />

co esas pájinas empoDzoñadas,en que se II salen, no deben salil' de las paredes de<br />

viste a las pasiones con un manto de su hogar. Haced que se persuadan de<br />

flores, i a los crímenes con un manto 1'1 que la m~ (Dtima satisfaccion, el g~e<br />

de oro.<br />

mas completo, están en la cODvlccíonde<br />

Muehas veces al tomar la pluma para I cumplir con sus deberes, 1que Dada bal<br />

empezar un libro destinado al público, Ii mas poéUcameote bello que la. virme<br />

he acordado de las palabras de Mar- : tudo<br />

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E L A N J E 1_ 1) E L H(J(í A it . 81<br />

La frente de la mujer buena lleva un<br />

sello quI.' le imprime 1'\ mismo Dios i CAPÍTULO DÉCnIOCUARTO.<br />

que respetan los ¡¡¡lOS, los pesares i las<br />

dolencias. Si es bella, su uelleza t¡t'ne ,: llllL PRE"T1JIO QCE EJF.RCE E~ LAS MUlE·<br />

un carácter parlicular, que no sc cn- m:s };L A:IIOI\.<br />

cuenta'a en las dcmas muieres. SlllO ha<br />

sIdo dotada Je gracias por la naturll- l.<br />

Jeza, posee al ménos un encauto Indelinible,<br />

que es, por decido asi, ellen~,:o El amor es el sCI¡!imicnto, que mas<br />

de su alma. esclu'inumntc ()cllpa el corazon de la<br />

La mujl'r huena cmùel!cl':) t'iclo" Ill:t el' i, P()I' tan!o, el


IHBLIOTECA LI TERAB.IA.<br />

bia ir a casa de Emilia, .que cste es I:cia, las han limado con la mayor tersu<br />

nombre, i asi que nos quednmos so- " nura LIr! "las c1edùi(Í;1 p¡,cftrenc¡¡\.<br />

Jas, me I'dirió ,,':la S~ vida (:: ,(1 mas: A 10~ tri;; ['110S, sin d,j;ir ¡JtJ (lmnr a<br />

sincera frallqutL.a, Por ella vi que esc': su maurc, ama ia nIña il su muñeca.<br />

drama que con tauto placer hemos ad-:: j Pero cou ~lIé abnegarían tan IImante !<br />

mirado eu el Teatro fl'lm~es con el títu" 'POI' su muñeca se despoja de la Pllñolo<br />

de La dame aux Camellias, en el ¡: leta, aunque tenga frio, La acuesta en<br />

Principe con el de ¡Redencion! i en el ,. su lecho. Parte con ella cuantas golosi-<br />

Real con el de La Traviata, no cs tan:: nas le dan. La pasea, la hare bailar.<br />

faro como sc cree. La Il( rmosa Emilia,: la meca en sus brllzos, i le profeslI en<br />

fué redimidll por un homore, bastante:; miniatura un llfecto vcrdaderamente<br />

Jeneroso i amante para hacer ¡¡gueHa; I maternal.<br />

obra de sublime carjdll~ •• ¡: Este amor dura en toda su foerza<br />

Dentro ~c a/guo ~ICr.n.pO dare. a la i: hasta los ocho años, E!ltón('('s empleprensa<br />

la ~llStoria de Emilia, autoJ'lzada i: Zlln a halagar la ,'ista de la lIiil'l su ves~<br />

por ésta I por su esposo. Por ella sc:, tido de seda, su pantlllon bordado i<br />

eonvence"á~ cuantos la h~lln de que el ;I sombflwo, de cllstor eu Invierno, ide<br />

amor ~8mbl:\ enteramente el caráctel' de:: pila cn "CI',1nO, Des~a que le ponga<br />

la ~uJer, s,lempre que su coraZOD no:: brazaletes, que le ricen el pelo, 1 que<br />

este perv~rtldo. ': perfumen CODagua de olor sudiUliuuto<br />

Craso 1 lamentable error es el creer;; pañuelo.<br />

que la mujer DO ama en su vida mas i. , •<br />

que una sola ,'ez, "sí como en muchos: I La 111~a r,m~lc~a Il t~nrr amlg,as, t.<br />

casos es unn 'Verùaù iODegable en el,' entre (')J,IS ùlst'Qguca u,n con m")"'l<br />

hombre En efecto el hombre tienn una ¡ cariño que 11 la!' drmas, Ya no ('S sola<br />

edad de' ¡¡usionl's ide confianza en que I la muiJeca_ quien la OC¿¡ roa: quiz¡í: h<br />

entrt'ga su COI'a1.0D henchido de toda la pobre mllneca q~eda olndadll ITlUl'uHS<br />

pasion que se pupde contl'ner cn él. vcces por la ¡\Jl,lga, I ésta adqUiere el<br />

1 uego el desen~nño, el cálculo, los cui- derecho de sll~¡¡nd,earla ¡¡ HI placer .• desdados<br />

de III fllmilia i la ambicioD apa- nud~rla, vestida ¡ zurrarla, si llSI se le<br />

gan esc sentimiento, o le templ¡¡n dI' tal i antoJa.<br />

modo, que llega n Ser cn su vida la ~, Yo me acuerdo de que tenia un vivo<br />

pOl'te mas secundaria. Pero III mu;rr \'e li pesai' c[;b \'ez que una dt, mis primas i<br />

toda su dicha pasada. prest'nte i futura l'! mi mejol.' Il.miga. maltrataba Ulla gran<br />

eD el amor. Encerradn en los estrechos i muñeca, que mi buena mllmá me }¡Ilbia<br />

límites del hogar doméstico, ('ada dia Icomprado en ~ladrid. 1'.:1'0 fI (u'rin",<br />

consagra alguuas horas a meditar en I que me inspiraba mi \ll"mu, ahogaba,<br />

sus recuerdos i en sus t;~pernnzas, siem· : o, mpjor didIO, dominaLa al quI' profepre<br />

emanados i pendientes del amor. d s¡¡ba a mi muoecd, j callaha pOI' no in ...•<br />

!I comodal' a ia primera, de~4uitándome.<br />

II. I: cuando me quedaba SOlil, I~llil('arielar<br />

!: a la segunda, a semejanza de .;ÜII ma-<br />

Apénas libre la mujer los 0)05 a III I: dre d(~mllsiado déhil para t'on!ener los<br />

hit, ama ya '" f)'lura du ~us padres, que ¡I arrebutos de un esposo qUJ maltrataa<br />

ve vagam!'n!l' ü;(' sus ojos. Pocos dias il sus h;J"'~'<br />

despues .•. ama su voz, i I~onoce i all~ela ! I A ~)a~do a sus pndrrs, fi su muùeca,<br />

8US cariCias eutre t/l'las las que reclbe'li al lUJo I a sus am'gas, III'ga la mujl'l" a<br />

El amor cie~o i esc\.\sivo a Sll lllildre I ¡ los doce anos. EIl\ónct., lIa,'e en su peerece<br />

con ~Iïa j i aunque han ex!stido i cho U1Hl vaga necbídaù de ;10181'a algual<br />

gunos mUJeres, que hao desprecllldo I I Da otra cosa que 1111 coooce todavia.<br />

aborrecido a lus que les dieron el sér,. se l' Pierde d su,'ño, j'U DO ríl' Coa las fl'aoha<br />

visto siempre que, durante su infan- . cu carcajadas de la niÍlez, i alguD~1<br />

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EL ANJEL D¡':L HOGAR. 83<br />

jóvenes pIerden tamblen a esta edad el. quercr para dai' salida al raudal de terapetito<br />

i ri color. I: UUl'aque rebosa en e\las.<br />

Hili algunos padl'es imprudentes que:; ¡Oh, cuáo oecesaria ~s ~n esta pelien¡¡rflan<br />

a sus hijas, dr'ià" sus prilllero'i; I wosa edad. una b~ena I solldll ~dUCll-<br />

B¡IOS,a que Ilam('n SIt novio aluilio de ;' CIOIl' j Cuan preCIso que la ~uJer, ai<br />

un amigo o de un vecillO, E~tos IIll)O- :, Ilegal' a l,OS um~rales de la lu~e~tud,<br />

res l'Il lIlir,is diviel'tcfl grande- i conserve I~tef(:o ~ ~UI'O el seohmlentQ<br />

mente, i fOlllPlltll11i P!'i)VOCancntre los j de l'u propia dlgOldad : .<br />

niños, com" Ilk,' Eu :eoio Sué, ese~'nas :, Las cflaturas, a qUIenes DIOS dO~G<br />

de celos, de cari¡w i de rabieta, P


84 BIBLlOTECA I_ITERARIA.<br />

- Pero llego un dia l'n que un hombre': pretrsto siquiera que justifique o discol.<br />

suspira a su oido Pllabras de omor. Si pc su conducta.<br />

es jóven i gallordo, desbanca al amante;: No seré yo quien "jtupere este modo<br />

Jmajioarío, porque la niña encuentra en' de proceder; en rol ~onc('pto, es mas<br />

él el encanto de fa vida i de la pal:¡lll'a, " honrado el hombre, que obra de esta<br />

j le adorna ademas con tollas las pe..ccc ! manrra, que los que pasan nilos i aDos<br />

ciones del amante de sus libros. II entretenidos en amores. para no easar-<br />

Este es el primer llmor de la mujer. i se al fiu. Entre estos hai alguoos qoe<br />

¡Oh, cuán Ilello está de fr, de ternura!! tienen la esperanza de que la mujer, a<br />

j de esperanzas! i 'l'lidos los d\'fcl'los de,: qllien dicen que aman, se aburra Iles<br />

la mujer, todo el e~oisnHl que pUl'da i: dé dimisorias ella misma.<br />

abriga~ su olma, tO:lll la il'asc~bjJjdad ùe '; Sea como quiera, la mujer ve perd(-<br />

su camcler, los cstll'pa su pruner a~or:, do casi sIempre su primer amor. Ve<br />

a la mallCl'a que los royos cspl\>ndl del ciclo. Es- l, edificio de su felicidad. Eu tónces la<br />

te cariílO llenu t"dllS ~:lSinstantes, ~o- " mujer pucde convertirse en dos sére~<br />

das sus horas; este eanuo ocupa su VIda ¡i distintos, segun su carácter i educacion.<br />

cntera. i i Si es tiernr:, ~ensible i tiene sóll.<br />

j Feliz nquella que une su suerte li la;' dos principios de virtud, llorll, durante<br />

~el primer hombre a quien amó! ~Fe, :' mucho tiempo, i pierde la mejor parte<br />

IJz la que cn~ri'gfl ?u mllno al pnl1l~l' "de su belleza, devorada por lo peoll. M<br />

hombre que IlIZO ~¡¡tll'su cOl'ílzon r I!'U su ol'ganizacion cs vul~a/', si es vaua<br />

alma consrrva sIempre Ins cr(;CUCIaS 'i egoista se consuela fácilmente i se<br />

mas puras ,i.su cor(l7;0n tod~s IllS¡lusio- 1 vuelve ~oqueta haciendo pagar ~ los<br />

nes de la mucz! j ESll~ mUjeres son las ! demas hombres el deser¡


EL ANJEL DEL 1I0GAR<br />

S5<br />

jnrse, ni el derecho de ser compadecidas.<br />

v.<br />

Es una ver


SQ BIB L lOT E C A L I T E R. A R I A •<br />

marido, al paso que otras muchas no lo II madre, i, en una palalna, el ánjel de la<br />

soo. I los paciellt~s maridos de éstas' casa.<br />

mujeres sufl'en por temor, ° creen real- Olvidemos los contrastes de la "Ida.<br />

mente que no tienen éstas mas obliga- Dejemos a esas mujeres oaci das para el<br />

cion que cumplir, que la de sl'rles fieles. mal. Apal'temos ~ambien la vista de<br />

¡Ah, pobres mujeres, i qué engafJadas " esas infelices "íctimas del abandono de<br />

"ivis! El primer dcber de la mujer es : sus esposos. Si busc,.mos a la mu:er en<br />

el ser fiel a su esposo, pero IUl'go le 'la tranquilidad del hogar doméstico, O<br />

quedan infinitos mas que cumplir. De- I en el pedestal de la gloria que le han<br />

ber suyo es, ser buena, apacible i resig- 'formado sus virtudes o su talento, venada.<br />

Deber suyo es, conservar lo que : remos que es dichosa por el Mnor, i que<br />

su esposo gana i emplearlo lo mejor el limoI' la ha elevado, la sostiene i la<br />

posible, Deber suyo es, cuidar del arre- hace feliz.<br />

glo i economIa de su casa, i de lo quI'<br />

haeen sus criados. Deber suyo es, trabajar<br />

i vijilar para que sus hijos no;<br />

estén ociosos. Ocber suyo es, sel' 1<br />

induljentes i amenizar la vida de su<br />

mal'ido con sus desvelos i cuidados.<br />

¿, Sahels lo que haceis creer vosotras,<br />

virtU9sas iracundas e insoportables<br />

~ Que vuestra vÏl'tlld es vanidud<br />

i que ni un àtomo de amOl' hai en vuestros<br />

!'gOistas i helados corazones pal'n el<br />

hombre que pasa su vida trabajando por<br />

vosotras.<br />

Aun creo que os hice demasiado favor<br />

al concederos, con la jeneralidad, ese<br />

sentimiento da gratitud, innato en la<br />

mujer bácia d que le da su nombre.<br />

iLa gratitud no tiene cabida entre vosotra~,<br />

no I El lugar .le ese dulcísimo<br />

sentimiento le oeupó la triunfante alegría<br />

de la vanidad satisfecha, porque<br />

ya no temias que el mundo os designa.<br />

se con el nombre, para vosotras odioso,<br />

de solteronas.<br />

VII.<br />

No quiero ocuparme mas de esos Sé-I<br />

r,s, para echar la última ojeada al ea- !<br />

fazon de la mujer, segun yo lo comprendo,<br />

Creo, como ántes d:je, que el amor<br />

cambia el carácter de la muier. Si el<br />

hombre que se Jo inspira es digno, si la<br />

nma a su vez, si hai en él esa mezcla de<br />

tlnel' la I ternura que cautiva tauto a los<br />

corazones femeuiles, si le prodiga esas<br />

atenciones que tanto agradecen las organizaciones<br />

débiles i tiernas, el amor<br />

hará a la mujer buena esposa, buena<br />

CAPITULO<br />

COQUETEBIA<br />

DECI\IOQuINTO.<br />

I COQUETISlllO.<br />

La coq'_ "teria i el coquetismo se confunden<br />

comunmente i, 110 obst~ntc, son<br />

mui distintos entre sí, La primera la<br />

sienten todas las mujerrs, desde que<br />

despuntan la luz de su razon, I ¡eoel'almente<br />

no las abandona basta el sepulcro,<br />

aunquA bairn a él Il uca edad mui<br />

! abanzada. El srgundo no se sielltr, se<br />

! ejerce; porque, lé,os de ser un sentimiento,<br />

es un sistema calculado I sujeto<br />

a re~llIs.<br />

Aún hai otras muchas cosas que diferencian<br />

notablemente la coqueterill i el<br />

coquetismo. La coqueteriala sirnte,<br />

como ya dije, toda mujer, mas o mén,os<br />

tiempo. El coquetísmo /0 l'jrr('en únicamente<br />

las mujeres de corazon frio i de<br />

poco r1c.vados sentimirotos. La coquetería<br />

es conveniente. Ella con~tituye el<br />

1.<br />

principal encanto de III muier. KI cllquetismo,<br />

por el contral'Íù, reb!lja sudigni·<br />

dad, i muchasvece~ minll,en la opi_ulon<br />

I pública, el pedrstal de su virtud.<br />

Ln mujrr necesita cl,lnservl\r ia coquetería<br />

para s~ felicirlad. J'orque la<br />

coquetería es Ulla especie de conocimiento<br />

de su p.ropio mérito, que la<br />

induce a realzarlo en cuanto puede, i<br />

aumentarlo con mil gradosos einocentes<br />

recursos. Puede decirse que III<br />

coqucterla es un deseo cons.t.aO,te de<br />

agradal' •.<br />

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EL 'A:';JEL DEL HOGAn • 81<br />

•....-'~.. '-'-.-- ..•. ,... .., ...•. ~. ~."'",," .. ,<br />

La mujer virtuosa desea agradar ¡ da:'les, el primer pensamicnto que les<br />

Ger sirn;:itica, prime!"J, a >uS padres i . ocurre es :,1 ~i~~uielJte:<br />

a su esrosJ, i despUt's ¡.i0l' ¡¡mOI' a ellos, i - E,có\ IIIU.;UI'se :1;Jornó únicamente<br />

Il In sociedad cn jCllCl'UI. Porque Ulla 'para encontra¡' marido, i a!;ora que lo<br />

mujer buena i amante es feliz, cuando . tiene, mi!'~ mas por su cgoismo, q~e<br />

las personas que a ma pueden eno!'gu- ; por agradarme ; quizás nunca me amo.<br />

IIcccrse de su mérito, sin que un pensa- ,: Este p~nsamíeuto destruye su primiento<br />

nebuloso vaya nunca a mez~lar- mcra ilusion, i tras fie la primera caen<br />

Se en su inocente dll'ha, Eu las mujeres todas las demas, como las hojas secas<br />

de alma fl'ia,la Coollctcrí;¡ dejcneril iilui de lIn árbol.<br />

pronto en coquet¡"smo, o nace ya con La mnjPI', al perder su coquetería so<br />

ellM pst" ~nll d\'fedo, que suele ser el hace rl'gaílOna, displicente imateriaHsta.<br />

odjeu de lllu;:has uesgracills. Pierde el gusto para todo, i llega a<br />

Pl'cseuta l'SC aute su ('SPOSO,uo ya mal<br />

I vcstida, sillo hasta sucia i abandonada.<br />

II. II Es cicrto que, cuando la mujcl' es ma-<br />

! i ure, guarda pal'a sus hijos toda su co-<br />

Hal alguoas mujeres dotadas de CIl- : ¡ quetrl'Íl1. Es derto que su amor mate¡'-<br />

cnnt'!dora eU(juderia en su juvl'ntud, :: uo, que su abul'gacion, la embellecen a<br />

Todo participa de ('lia; sus acciolles, su;, lus ojos de todos.<br />

traje, ws palabras i ha~ta sus meuon's' Pero su esposo que la VI' en cI interior<br />

movlmicntos. Su mas vi vo desco es agra- " de la casa,1l1l se satisface con que cuide<br />

dar: i YlJ ('lll'lIt'ntro, en esa constante esmeradamente de sus hijos, porque el<br />

ocupueioll del placeI' de los demas, algo corJzon del hombrc 'leceslta la virtud<br />

de jeneroso i tiel'll\). ¡¡dol'nada de útractÍ\'os ino en completa<br />

Su euquetería las haco constallt~- desnudez. Acostúmb,'ase al fin nI desamente<br />

amables i dulces. Su coquetería seo de su mu el'; pero le agro la ver a<br />

las inclina a ('ultival' tOi~O jénero de otms mu ;;res graci()o,!s i elegautes, i<br />

habilidades, i a prest'ntarse, ¡¡ún cn f¡¡- bu,ca su corl\'el'SaCiOD animada, sus<br />

milill, bien i elegantemente pl'l'lldidas. habilidades, sus gracias, i en una pala-<br />

Pero consiguen casarse i se creu ya dis- bra su coquetel';Il.<br />

pensadas de todos ejOS cuida:Jos que I Ai. cntÓnces de la esposa, que ba<br />

tanto las ('mbellecian. Vislen sulu ~Igu- . perdbo la suya, si entre esas mujeres,<br />

Das batas ho:"ildas, pMa no molestal'se; cuyo trato busca su marido, hai alguna<br />

se ¡;~illan mal, i descuidan enteramente. que e t'rza COlldesprecio el eoquetismo!<br />

la música i el dibu o. , i El ('dificio de su felicidad, que sufrió<br />

- Mi marido, sc dicen, me amará. un rud.) golpe al perder su esposo la priigua1ment;><br />

con ulla bata que con el ¡' mera ¡lusiolJ, viene mui pronto a tierra<br />

corsé puesto; con el cabello mal reco- II par'! no \'olvl'r a levaotarse,iamas ! Porjido<br />

qut' con un peinlldo en el ruai tengo IIque habcis de saber, lectoras mi~, que<br />

que emplear tres cuartos de hom :10 :' para el coqnelis,,"l no hai nada sagrado.<br />

mismo le importa ya oir'me t()('ur el Cilra su gloria ¡l".yor "!) atar a su carro<br />

piano, que verme dormir en lI".\ butaca 'al esposo tierno i al virtuoso padre de<br />

durante la velada miéntl'as él ('s¡;¡lhe, li. Call1'lia, Nada le importan /I él los dolo.u<br />

se VII al café con sus amigos. res de una espo,(j lbandonada, la Infei<br />

Ah, cuánto os ellgailais, pobl'es alU- : I¡cidad de uua familia entera. El coquejeres<br />

' "~Ihombre ama siempre lo hello, ¡ tismo se nutre de lágrimas I se ltlimenta<br />

¡lo bust'a instintivamente. No sabels i de jemidos, En medio de su llanto, én<br />

Jas conseCUl'llc;as que pueden traer:>s :el insomnio de sus noches sin sueùo,<br />

vuestr~ descuido i el ubllndono de voso- i busca la triste esposa la causa del destras<br />

mIsmas. VlJestros esposos os agra- vIo de su esposo.<br />

decerlan que os adol'Uáseis para ellos. I -Yo IJ sol fiel, dice: yo soi una<br />

Al ver que en tau poco teneis eJ agra- ,buena madre de mis hijos: me olvido<br />

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88 B I Il L lOT E C A L I 'T E fi" fi I A.<br />

de mi propia para 110 per.sar mas qne" con ri de sociedad; el de rcu~lones de<br />

en mi famili:1 i eu lil pro~pt'rid,1d de ml •confianza con el que cs apropóslto, para<br />

casa: ¿ euál es, pues, la ('ausa de la,; ir al teatro. Conoceu a fondo la ciencia,<br />

indiferencia que me demuestra ci hom- !' tan difícil en el mundo, de dar a cada<br />

bre quc tanto me amah:¡ ? ' UtlO lo que le corresponde, l, siendo<br />

iLa causa, pobrt.'s desdichadas! i La;: amables i espirituales, nuncn se ponen<br />

r¡¡usa es la exa.:ef[l('io:! dJ esas yirtu- ¡ I en ridículo.<br />

des, que alegais con rllzon como otros! III.<br />

tantos méritùs! Si alguna de vosol,'as<br />

lee estas líneas, qu' ; sábelo Dios! esc:ibo<br />

anhelllndo vol\'eros la felicidad;, El cOfluetismo no tiene laienerosidad<br />

aCOI'daos del ,'ollse:o que os doi ('n ('lIlls. " i abnE'gaciou de la coquetería. No Im-<br />

Una mujer nunca debe o/?;idase de.: pi:'nc {'II la que lo ejerce el sello del tas!<br />

misma. I!lento, sino el de la astusia i falsedad.<br />

No desl'r/¡eis jr.n1lls ,"uostra" coqlle- El coquetismo es fastul'so i deslumbratel'Ía.<br />

Ella es necesaria a ,"urstra dicha. "dor, pero carece de ese lltr!lctivo Inbe-<br />

Elin ademas inclina a la virtud, La co- :: l'ente a todo aquello en que toma parte<br />

quetería es Ull d('seo de inspir1ll' simpa- " el corazon. Anhela que SE' le rinda tritias<br />

a los cstr¡¡ÏlIls, i amor a las personas buto, no amor. Es vano; pero no senque<br />

amamos; i estc drseo, ('amo di.:e 'sible. Arrogante; pero nu digno. El<br />

ántes, modcm todas nucstrns malas" coquetlsmi>, I no la coquetería, es lo que<br />

pasiones i pone en relieve todas nuestra" :: dá a la mUjer el odioso nombre de cobuellas<br />

cualidades. queta.<br />

La coquetería, i POI'. consigl~knte, el El coaul'tismo se acompaña siempre<br />

buen,gusto, n~ Citan clrcun~wtos solo de ia presuncion, i hasta los ha unido,<br />

al CUIdado del tra,!'. Se l'stleude tam- ,en el título de una lindísima comedia,<br />

bien a la habitacion en q~c vivimos, a ; ¡ un aventajado i simpático<br />

los muel?les (Jue us:omos, ,I hasta a lI,lIe~ :' temporánèo. *<br />

escritor con-<br />

tros hábItos,' La coquetel'la ~;; ecol~oml' El coquelismo es intolerante, mordaz<br />

ca. Dlla mu~cr. dotada,de ella, ('st~ mas,: I despiadado hasta con las mi


E L A N J E L D E L HOG An. 89<br />

El coquetlsmo es el que usa los afeite~, ¡! médico de cámara del rei Fernando VII;<br />

los con torneos I'idículos, las posturas'! de;ó la Corte, se retiró a una provlDcla,<br />

indecorosas. El séquito del coquctismo !' i vivia en una casa mui modest3 i sin<br />

es la vanidad, la Inmodestia, el egoismo, : mas servidumbre que dos criadas: allí<br />

la nmbicion I hasta la crueldad: pues, ¡ dividia su vida entre su relijion I yo,<br />

eroelllamo yo a la mujer que se com- I que era sn amor mas tierno sobre ]a<br />

pillee en sembrar csperanzas eo ,iuvenÎ- ,tierr¡¡.<br />

les corazones, par'a desgarrarias dcs-! Mis o:os se Ilrnan de lágrimas al repues<br />

con un desengaño, que, segun el cordarla en este Instante sentada CDun<br />

temple del que lo sufre, suele tener;' cómodo sillon, vestida de seda oegra o<br />

consecuencias mas o méoos funestas. : gris, i delante de UD pequeño velador,<br />

Porque asi como dije, n! tratar de la! que eontenin sus libros de oraciones, en<br />

influencia del amor en la mu ler, que un .. tanto que yo jugaba a sus piés, sentada<br />

desengailo puede bacerla coqueta, asi :' sobre la alfombra.<br />

aslenlo tambien ahbra que un desen- . Todo, en ml bu~na i aoclana mamã,<br />

gaño, en amor, puede ahogar en el 'era decoraso i de buen gusto. Su casita<br />

corazon del hombre todos sus buenos I :, alegraba el cora7.0n, I no babia en ella<br />

jenerosos Instintos. I: otl'a cosa,que coartarse mi confianza,que<br />

Jeneralmente se ve que ulla mujer, i el gran retl'ato de mi abuelo, vestido<br />

coqueta ell.:e para casarse, a una per- : con su f1'\ I!..:nífiro uniforme de proto-<br />

SODa rica, aunque le doble la edad, o l, médico ¡clieral utnda que en mi abuela, I por eso<br />

debe a.::ompañar a 1'1 mujer hasta rn su !' hGblo de ella aqui como uoa mUE'Stra<br />

ancianidad. I i de que la coqueterfa, bien eDtendlda~<br />

De mi sé decir que cautiva mis ojos; i nunca llega a ser ridícula.<br />

una señl>ra anciana vestida con lã seve- i' i Séame lícito, ademas, rendir un trl~<br />

¡'3 eleglllJcla corrt'spondicute a su l'dll(!,: buto de limar a la noble señora, que era<br />

j que se da aquel decGro, que tanto i' dos veces mi madre. i que me amó con<br />

realza la dignidad de los aùos. i' tanto estremo sobre la tierra que aún<br />

Yo recuerdo, aún \lena de eoterDeci- :~hol la invoco en mis afllxiones, para que<br />

miento, a mi abuela paterna, dama, que Ii me proteja desde el cielo, Il donde debabla<br />

pasado la mitad de su vida CDel II ben haber la conducido sus virtudes I<br />

palacio de nuestros rt'yes, i a quien los:;<br />

años no habian quitado nnda de su l. y.<br />

amable dIgnidad. ! ij<br />

Cuando, a la muerte de su esposo, I: La coquetería, mis amadas lectoras;<br />

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90 <strong>BIBLIOTECA</strong> <strong>LITERARIA</strong>.<br />

es UDadulce amiga, que I:'mbclleee nues<br />

tra vida lia de todos los sércs que nos<br />

rodean, f Il la cual, léjos de rechazar o<br />

desconocer. debemos amar, hacit'odo<br />

de ella nuestra compañera lóseparable.<br />

_Ella da encaoto a nue~tra cnsa, elegancia<br />

li nuestros trajes I belleza a nues·<br />

tra fisonomía. Ella es uon hada bienhechora<br />

que nos proporciona el amor de<br />

IllS personas, que DOS son queridas, i<br />

nos sODrie siempre.<br />

j<br />

El coqueiillmo es un mónstro detesfable<br />

que se traga nuestros buellos Instintos,<br />

i que nos hace aborrecibles II<br />

todos, porque, nI iovadir el corazoo, le<br />

endurece.<br />

La coquetería es amiga de la virtud.<br />

tI coqu~tismo es su enemigo mas Implacable.<br />

ED uoa palabra, la coquetería<br />

es la base de la dicha, i el sostell de<br />

todas Ins bl'lI11Scualidades de la mu:er •.<br />

El coquetismo es el prólogo de su pros- .<br />

"tucion, que liellc por l'pilogo, el abandODO<br />

i el llesprecio de todos.<br />

€APITULO DECIMOSESTO.<br />

DEL OBGULLO 1 VANIDAD.<br />

l.<br />

la salvaclon de su hCloor en 1'1 seotilDlroto<br />

fuerte i o.obiI' de su orgullo.<br />

I Nadie hn presentado el orgullo bajo<br />

:formas mas poéticas i bellas, I al mismo<br />

¡ tiempo mas verdaderas que, Eujeoio Sué<br />

I CD ta lindísima Dovela que I\l'va por<br />

· título La Duquesa, i que está basad~ en<br />

¡ el pl'Ím('ro de los pel.'udos clipitale~. Di<br />

hermosa i casta Herminia, aolueUa jóveo<br />

de diez i ol.'ho años por cuya aln;¡a<br />

pudsima uo han resbalado nunCa mils<br />

qne nobles i virtuosos pensamientos, elt:<br />

la pt'rsonificlIcfoo de le dlgóidad de la<br />

mujer, o por mpior dCl.'ir, de su bieu<br />

entendido orgullo: porque este orgullo<br />

le hlll.'e sobrclleval' la mr.-eria i las privaciones<br />

con pacicncla I hasta COD a}egriD.<br />

Esle orgullo bace freote a todas<br />

las aSl'challzasde un hombre perverUdó<br />

que dest'ÍI seducirla. Este orgullo. le<br />

haec re~l'elar el seCft'tu de su madre.<br />

consiDtil'ndo eo aparrotar que igoora·a<br />

qUiI'D·debe la vida. I este orgullo, en<br />

fin, le h~ee guardar su lugar tall admir/lblell¡lcnte,<br />

que la /lltlloera duqUe,8a-de.<br />

· Sennetérre; una de las damllsde lA lti~s<br />

8D~igUa noblez¡í fl'snccsR, tieDe. qtielrQ<br />

1· su casa a pedlrleque consienta (m ca8ar~<br />

I se ron su hijo, el beredero de todos SIlS<br />

'I títulos i blasones. -<br />

Al qut' hnya leido esta lindísima p0:-<br />

I vela, nada puedo decirle ya en elojlo 4el<br />

I orgullo. En ella, como dije ántès._~s.tá<br />

!I poetizado i embl'lIecido de uo qlQdô lan<br />

hisle- eDtre estos dos sentimientos ¡, sublime I con tal fuoduml'nto, que neee-<br />

000 diferencia tao notable como entre 'I sarillmente debe convencerle de que es<br />

Jas dos, de los co~lcs traté en mi Cilpí- útil i hasta necesario. Casi pudiera detolo<br />

aDterior. El orgullo bien entt'odido cirse que el orgullo es el padl'e de la<br />

i sentido-porquE! es UII seutlmieuto mas jrntil i graciosa coquetería; porqQe ~ua<br />

o ménos vehemrnte·- con modt'racioo. mujer orgullosa es a~eada, ya qne no<br />

es siempre laudable i cOllveniente. En purda set' e¡éganle, i el I1seo es el lujo I<br />

este caso los oombres orgullo, digni- la coquE'tería de los pobres •.<br />

dad, SOD sinónimos. Ulla mujer digna lleva, con lln~ ele-<br />

Elorgullo es muchas veces el defen- ganein sill Igual, - UD vestido blaDco,<br />

sor de la vírtud de la mujer, aún ~uan- l'uyocoste DOpase da ocheota reales, I<br />

do ésta se halle combatida por una de mui ecoo~mico ademas, porque cada<br />

esas pasiones voraces I estremas qne se ,-ez que se lava queda nuevo i hermoso.:<br />

ven alguoas veces co la V¡dll; i de mas i quizás desluce eoh él a otras que os:'"<br />

de una pudierll asegurarse que, coco n- tentan traies de mui subido precio.<br />

trl\ndose aislada eomedlo del mundo, Una mu;er digna i orgullosa, eo la<br />

sin padres, esposo, femília,ni autorida6 buena ¡¡l'epeloo de esta palabra" recibe,<br />

alguna que pudIese cootenerla i pedirle sin cortarse, eo su ilIodesta vivienda la<br />

C1Iellta do sus IWlcioncs, ha encontrado visita mas encumbrada. No de~iJbre en<br />

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-..'•••. -...•... ,_-"-._......,-......- r ->...'...,-.. '-~ ',~ '"'- "., ..•.'- ' - •.... -'" ""-"' ...•........,.......,- .", _'o .--...--- -./~.<br />

8U frente esa culpable yergÚenza de no" cómplices que pudieran un dia echár.<br />

:ser rica, que atormenta a talltas otras; selas en cara. No vereis nunca que UDa<br />

~ee eODperfecto desembarazo los ho-: mu él' orgullosa se c/lse con UDviéJo ~<br />

nares de su casa, p~rque su orgullo,. con uua pel'8onn deforme: primero<br />

tan exijeote, por lo ménos, como la mas :muere soltera evitando el pellgr.o de ser<br />

delicada conciencia, le gl'ita sin cesar:' inflei II su marido, porque sólo se ealla<br />

al oido :<br />

. con un sér a quien. pueda amar.<br />

-Tú eres noble, estimable i rica, . Dedúeese de todo lo dleho, que uua<br />

porque eres buena.<br />

mujl'r puede ser, si no buena, inCulpa-<br />

Ademas; la mujer qoe posee aquel hie al méoos,con solo tener o~ullo.<br />

sentÍlTtiento, escucha con altivo I jcne- El temor de !IIS reconvenclones de otro,<br />

roso' desderi todo aquf'llo que puede' le hacen cumplíl' con todos sus deber ••,:<br />

orenderla, i, II vpces, ni aún da II sus.' i aunque sepa que pOI' prudencia, o<br />

enemigos el gusto de que la Vl'andesazo- " pOI'otl'as consideraciones, han dec~ltar<br />

nada, por mas que a sus solas pague un acerca de sus acciones, su conciencia,<br />

justo tl'ibuto al dolor que las inJusticias: en estromo intolcl'ante I siempre avizor,<br />

del mundo le ocasionan. ¡ no le pl'rlllíte el mas leve desliz. S\em-<br />

! pre ¡en todas las ocasiones de su vida,<br />

II.<br />

es mártir de su deber: ni causa a sus<br />

i. padres el mas pequeño disgusto, ni da<br />

El orgullo es tambien necosalÍo eu la '. a sus hijos nunca un mal ejemplo.<br />

vida doméstica. Aunque el destino, la "<br />

condlciou I el deber .:lela mujl'r le acon- ;:<br />

sejali que sea amanta i apacIble; aIlU-, ¡<br />

que la resl¡;naclon es unll de las virtu :: El orgullo, sinembargo, puede deje.•.<br />

des que mas la realzan, bai casos en" nerar en Ullsentimiento culpable I basta<br />

que a todns estas considerllciones drbe,' odioso, si no va ilcompaúado de mucha<br />

sobreponerse un noble I bien entendido': dulzura de cadcter.<br />

orgullo. :; El orgullo inspira tambien un des-<br />

No me entretendré yo, por cierto, en ! medido IIt'seo de brillar. Pcro entónces<br />

seùalar cuáles deben ser estos easos. Ea. merece el Ilomb,'e de ~rgullo mnl enteo.-<br />

ellos,el único juez es la conciencia: pl'ro .dido; es decir, destituido de dignidad i<br />

sí aseguraré que la mujer buena i fl'!lijoSa . de .¡enerosa altivez.<br />

debe seguil' los impulsos de eu orgullo, Yo ha pintado ya, en cuanto me hl<br />

cuando este se levanta en su corazon sido posible, ese orgollo feroz en alguherido,<br />

segura de que las dl'cislones nas de mis novelas. Orgullo, i no mas,<br />

dictAdas por él, ser:ill sicropl'e justas j es lo que impide, en la que lleva por<br />

razonables •. ' título ROSA, a la 'marquesa de Olmedo<br />

El orgullo impide a la mujer el ser acceder a que su hija se cllse con -el caperjudicialmente<br />

coqueta, el exajel'ar i pitan Gálvcz, i este orgullo Cll el que<br />

el aventurar III mas leve mentira, El .ocasiona la muerte a la desdiehada<br />

orgullo imprime a sus' modales 011 Clementina. Al orgullo he querido<br />

carácter digno i distinguido, Sill que" persollificar en la flgura mas odiosa de<br />

por esto dejen de ser dulces. El llrgullo l, la leyenda histórica que publiqué CÔDel<br />

la hace solicita para sus hijos, amante título de La Corona de Sangre. Al hade<br />

su marido, i buena i entendièa ama. blar de In culpable condesa de nivadeo,<br />

de su casa.<br />

:: son estas mis propias palabras:<br />

La mujer orgnllosa cuida mucho de ' . « La mujer qae no nlberga bastante<br />

que nadie tenga nada que reprochal'le •. ¡ sensibilidad de corazon para precaverse<br />

Sus accionessoD siempre buenas í leales, .del demonio tcntador del orgullo. la<br />

porque moriria de pella si tuviese que, que se deja dominar de la ambicion, la<br />

Inclinar la freute delante de alguno. t· que no doma sus pasiones CODel freno<br />

Qlilwno comete fliltas por no tener' sagrado de la relljion, correrá de abismo<br />

III.<br />

Este Libro Fue Digitalizado Por La Biblioteca Luis Ángel Arango Del Banco De la Republica, Colombia


en ab¡~mo, i quízás dejará manchada de<br />

crímenes la senda tortuosa de su vida. l)<br />

Este aserto es ,'erdlldero, oplieodo a<br />

la Infernal criatura, que en aquel escri.<br />

to la motiva, I ua tiene, por cierto,<br />

llobrada enerjía empleado en la relacion<br />

del sangrlento drama, que refiero en<br />

una época ya mui remota: pero en<br />

nuestl'os dlasl en nuestra sociedad,<br />

será mul raro que el orgullo masexaltado<br />

j culpable de tan funestos resultados.<br />

No obstante, lo que si se puede<br />

asegurar, como una verdad innegable,<br />

es que la mujer bueoa I virtuosa siente<br />

ei orgullo justo I razonable, al paso que<br />

la l.'goista e Irrelljiosa se deja dominar<br />

por el orgullo culpable, en el cual tiene<br />

la ambician no pequeña parte.<br />

La esposa del. orgullo razonado es la<br />

bella dignidad: i le llama padre la altivez,<br />

pero esa altivez que posee la<br />

suavldad, encanto i hermosura de la in:'<br />

fancia.<br />

La consorte del orgullo exajerado es la<br />

dura l seca ambicion, i este enlace cojeodra<br />

muchos i mui malos i odiosos hijos.<br />

Tales son el egoismo, la al'rogancill,<br />

dos jeme los llamados el ridículo i la<br />

vanidad, I otros varios, cuyos nombres<br />

callo por feos, i cuyas fisonomías des- ;<br />

conozco eompleta!lleote<br />

se dan a la luz.<br />

porque jamas ¡<br />

IV•<br />

rlcos i sin gusto. de joyas vistosas f<br />

exajeradas, de plumajes, de dljes j de<br />

afeites: i cada dia se empabona i acicala,<br />

vistiéndose, unas sobre otr~,<br />

todas las pieu, do su estrambótico<br />

equipaje.<br />

La vanidad no se repll.'ga como el<br />

orgullo digno, ni obra coo enerjía como<br />

el orgullo ambicioso. Su afan está reducido<br />

Il brillar, o, mejor dlcb9.,~ Hamar<br />

la atencion en taclas partes. Por~ usa<br />

siempre brazalett,s colosales del pl!lla I<br />

orcf, rodeados ûe campanillas: enor.,.<br />

mes abanicos, que bagan mucbo ruido,<br />

¡cbales i vestidos de abigarrados colores.<br />

,~<br />

La vanidad no tieoe hijos: es solterona<br />

i estéril i nadie le inspira amor,<br />

porque se dedica Únicamente a sí propla,<br />

I auoque fuest capaz de amar a otros,<br />

es tao fea i ridícula qne nadie la quel'l'Ill.<br />

La vauldad es glotooa, i caJa dia<br />

se atraca de los mas esquisitos mdojares.<br />

Pero jamas engorda. Es tan envidiosa,<br />

que Sil consume ella misma. Su respiracioo,<br />

sinemba¡'go, se parece a III de una<br />

persona apoplética, porque su hlochado<br />

vientre la soroea. Cuaodo babla, sus<br />

frases son siempre estudiadas i retumbantes.<br />

l,a vanldad tiene uo' diccionario esclusivo<br />

i enterameote diverso de todos<br />

los demas, No coooce la relijion, ni la<br />

. amistad, nl la beoeficencia, nlla tole-<br />

Muchas personas confunden el orgu- ¡ rancia, ni clamor recíproco; I eo cuaolia<br />

con la vanidad. Nada hai, sinem -' to a iotelljencía, la SUYll, si la tiene, es<br />

bargo, mas opuesto. El orgullo, como I tan corta, que no sabe mas que hacer<br />

ya be dicho, es conveniente I hasta ¡ papel.<br />

preclso, cuaodo va acompañado de bUe- i Casi siempre va sola; pero, en Jas<br />

nos sentimientos i de buen carácter. Es I grandes solemnidades, se la ha visto del<br />

culpable i odioso, si Invade el alma! brazo con el ridículo, su bermano jecompletamente,<br />

engrosado por las Ii- i meio. Este ha perdido ·en-~e4ros •.<br />

sonjas del mundo, I ahoga eu ella todos ¡ cuantos le sobran a &u flaca hermana •.<br />

los sentimientos dulces i~tiernos. ! Es uu enano feísimo i gl'otesco, ador-<br />

Pero III vanidad es demasiado raquí- ¡ ¡ nado tamblen coo joyas, brocados I<br />

tica para ser mala, i sobrado menguada [:preceas. pero en tal cantidad itan ricas,<br />

para ser buena. Es ménos que buena i í! que se podria creer viste coo sus dese-.<br />

que mala: es ridícula. La vaoldad es ¡'I chas a su hermana la vanidad. El ridiuna<br />

figura tlesa, seca í larga, que tiene ,I culo, al reves de su compailera, rie sin<br />

la cara del mico, los piés del ganso, el ¡I<br />

contoneo i jestos estrayagantes de la 'I


cesar, abriendo una boca enorme ¡ no i, feo i cruel hermano. No cometals jacesa<br />

de hact'r SPÙ¡I!o i guiu'lS, lIamaodo i mas el craso i lamentable error de coola<br />

atcncion de tojos sobl'e la gravedad i i:fundir la vanidad con el orgullo digno I<br />

Ueso cootinente de su hermana. l' altivo, que es una de las mas bellas<br />

¡ ùotl'S de la mUleI', i la defensa mas efl-<br />

., cal de su virtud, cuando está secundada<br />

V. i! por la sublime i hcrmo~a relijiou.<br />

,; I para pl'cservaros ùe la vanidad,<br />

¡. huid siempre de deseos i caprichos dis·<br />

Hal algunas pobres mujeres, en las ! ppndiosos. Cuando anheleis una COS8,<br />

cuales hace presa la vanidad, ([ue, cau- ' un traje, una joya superior a vuestros<br />

sada de aodal' siempre sola, se apega a haberes, dl'sechad ese deseo como ('ulella,<br />

de un modo inconcebible. Aunque p~ble e hijo ùe la vanidad i como prefea<br />

i antipática, como solo se acerca a : ludio de otros desordenados. La vanidad<br />

aquellas que tienen IntellJencías limita- i ¡ no cesa ¡¡Imas en sus perversas su~estiodus<br />

o educacíoll grosera, logra do mi- i· nes, i cada dia os hará desear cosas<br />

narlns completamente i hacerlas sus I: nuevas i mas árduas. La vanidad en a-<br />

víctimas. Ademas, les impl'ime todos, i jena el cariù() de los padres, del esposo<br />

sus caprichos i sus bÚbitos. Las viste ': i ùe los hijos, los cuales, por su parte,<br />

de los ùesechos de sus galas, cuyo pl'i- '. uo pueden amar mucho al sér que les<br />

mer brillo gastó ya el I'Ïdículo, i se de- I priva de su decencia i bienest'lr, por<br />

clara su compañera ioseparalJll!. Hasta ,I satisfacer sus caprichos e inagotables exiles<br />

enseña sus jestos i su diccionario •• I jeueias. La vanidad os robará la consi-<br />

·1 ,!eracion i el aprecio de la sociedad que<br />

Pero; lo mas doloros~, .para ¡:sos ~o- ,: todo lo escudriña; i la envidia que,<br />

bres seres, es que d f1lllculo, no bll'1l . como una carcoma, la roe de coutínuo,<br />

ve a su ~ermanc ~ferrada a alguno de :' averiguará que gastals mas de lo que<br />

ellos, qUlCre tamb/cll su parte en la pre- , tenels i harà acer~a de vuestro fausto<br />

sa, i como la, ,:aoidad se .vlste i ell,ga.-:' mil s~posicioues injuriosas.<br />

Jana de sus dadlvas, le dC,ia, pOI' miedo.: No deis pues lu",11' a tantos males'<br />

de perderias, la parte mejor de sus cou· :' i léjos de' coufu~dh? la vanidad con aí<br />

qulstas. I: ol'gullo, oponed este como uo dique lJ<br />

I Al, de la pobre mujer que cae en las I: l?s desór,ùe,ne~ 9ue os aconseje aquella.<br />

garras de estos malvados jemelos! Nu" Sabed dlstJl)gUlrlos eotl'e sí, pues en<br />

tiene otra perspectiva qut' ser el ludi- ! I eso estriba vuestra dicha. El orgullo<br />

brio de la sOl'ledad i el J¡a::;me reir de " digno es ulla \'irtud. El orgullo arrotodo<br />

el que la mira. Solo el orgullo I gante i eX,a;erado es u~~ faltt,.<br />

razonable puede salvaria entúnces: el! La vaOldad es un VICIO, que, apesar,<br />

orgullo, esposo de la dignidad, que: de Ir siem~r~ acompañada. del ridículo,<br />

acude con su u'llable eompailera, por- I puede preclpltaros el) un al)lsmo de maque<br />

ámbos son cllemirros del or"ullo les. Sobl'c lod;} g¡'abad en el alma de<br />

exajerado i por consiguiente daO sus . vuestras hijas ese sentimiento puro de<br />

odiosos hijos. ': dignidad orgullosa que os recomiendo;<br />

. pero alejadlas de las asecballzlIs di! la<br />

• No hai cosa que mas hiera que el . vanidad, ahogad, en su jérmen, la so·<br />

ridículo. El mundo compadece quizá a : btrbia arro¡;anL'la que mas turde puede<br />

UD sér culpable, pero se eoea.'uizacon el ; dejencr31' en el orgullo culpable, amblque<br />

está marcado por aquel. Así, pues, ¡ cio~o i cruel.<br />

creed me, lectoras mias; huid de él, i l'<br />

precaveos de sus tiros. Para conseguirlo, i I<br />

no existe otro medio que arrojar léjos a 'l<br />

Ja vanidad cuando se llcerquo a vosotras,<br />

porqu.e esta atrae instantáneamente a su !<br />

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94 <strong>BIBLIOTECA</strong> LI TBRARIA.<br />

..",..... ...•...~~ .•. ,..<br />

/i preceptos de la I't'lijion, dice Mme. de<br />

CAPÍTULO DECIMOSÉTIMO. !: Genlis l'Il Sil tomo de COllversaciones,<br />

!: deùicddo 11su educauda IIIjóvl'n i alUa-<br />

DE u lNFLlJE:'iCi A DE LA R1iLIJION : ¡ ble princcsa Eujeuia Luisa Adelaida de<br />

E~ LA MUJER. I: Orll'i\us.<br />

En la srgunda de est~s máximas, es-<br />

II.<br />

-SI Querais moralizar la sociedad,<br />

formad las mujeres, dice Mme. Capmani<br />

en sus cartas a Napoleon I.<br />

- Si deseais formar buena a la mujer<br />

t adornarIa de virtudes, grabad en 8U<br />

alma las dulces vCl'dades i los santos<br />

il<br />

I. plica la condesa Je Genlis el mooo de<br />

\1 1 p.>ncr en práctica la que le antecede;<br />

Muchos detl'lIctores tiene i ha tenido I para fOl mar la mu.:ei', es necesario baeD<br />

todos tiempos la mujer, I no ('5 tam-: ceria reliJiosa ante todo. La virt,*osa<br />

, poco corto d nú'ncro de plumas que se i i IlY" de la princesll de OrlE'!a-ns~tetltJ.w<br />

ha empleado co su defeosa, ° a lo mé- i I bien daro cuánta e~ la inilueuela ,de la<br />

nos, en su disculpa, Entre los primeros, " rtllijion l'n ri alma tll'rna I.apallionada<br />

se cueotan algunos, qu~ víctimas sio ~¡ de la mujer, Cil III educaeion que dióll<br />

dudll del talento o de I.I!' aslul'Ílls de 'I aquella niiia, vástJgo real de uo tronco<br />

esta débil mitad dd jéncl'n humallo,:: herido.<br />

fuerte muchas \'cces en la maldad i en ; II Mlle. de Orleans, qur había apreDei<br />

disimulo, censuran a la mujer en e- ,dido coo preferell('ia a todo a respetar<br />

neral, ila calumnian en la ceguedad de i I la voluntad de Díos, soportó con hesus<br />

resentlmif'rllos. Entl'c los segundos, i róieB paCiencia los trabajlls i desgràciaa<br />

DO poros la defit'oden por espíritu de! de ulln amarga pl'oseripcion, i Illsmiseeontradiccion,<br />

o pllrclalid"d. ! rias de uon existeoría errante iperse-<br />

Si observÜ,'amlls a uoos i otros cou i gl'ida. En la ciudad de BremgBrtem, i<br />

detellclolJ, encontrariamos que los Beu,: eu su convento di! Santa Clara, donde<br />

sadores son séres desl'I'eidos que hlJn i I había sido ill,!ojida por los burllos oficios<br />

perdido ya todas sus ilusiooes que ha- I ¡ del jeneral Monlt'sql\il'u, se ,'ió cerCl\na<br />

ceo amar 1/\ vida: i que 105 paladines: ¡ a morir, léjos de su fami Ih i amigos, i<br />

SOD ciegos enamol'ados de alguua bel¡n' devorada por pl'~arl'S ùe mllebos meses<br />

I virtu08ajÓven. Siembargo, Di UDOS Ill: dt' espa,triaclon, fruto de las COQvulsiootros<br />

se hau detenido /I reflexionar: Iles políticas del aill) de t 792,<br />

jamas cuál es el medio de hacel' buena i Cuando sus dcsgl'acias empezaroo,<br />

8 la mujer o de contenl'rlll I corrl'-; todavía no contaba la priocl'sll Eu:enla<br />

jirla, si Dace por desgracia con malos:: Luisa catf1rce aúns, i yn habla cUlIlplido<br />

instintos. i í treinta i siete cuando logró cobijar su<br />

La mujer para el hombre. eo jeneral, . i fatigada cabeza ba,o el réjio solio de<br />

eB una Iiuda plata que divierte sus ojos' sus !ladres.<br />

con su hermosura, eo tanto estil cubier- : Siempre buena i amante, fué In comta<br />

de fiorI'S, i que le hastía des pues que: pañera de destierro de su hl'l'manO mael<br />

tiempo o los vendavales se hall lleva-I yor el duque de Chartres, i cuando éste<br />

do sus aromlldas galas. No obstante, los, fué coronado con el nombl'e de Luis<br />

vendavales de la existencia hUmllD/l son I J'"clipe, Euj(~llia Luisa siguió siendo el<br />

Jas pasiones, I las pasIones de la mujer. i consuelo de todas sus aflixiooes. No<br />

SODatizadas, en vez de Sel' contenidas I obstante, las que ella había padecido,<br />

por la mano protectora del hombre. I aunque con tan admirable resignacion,<br />

i dejaron en su alma una incurable me-<br />

: lanenHa, i solo fué iilegre su 5ó~'risa,<br />

\ cuando vló abrirse la gloria doM!! la<br />

I esperaba para reciblrll\ con la corona<br />

Idel martirio, aquel Dios qoo la bizo<br />

pasar por teo duros pruebas I a quien<br />

I ella habla am~do I rf'Spetado tauto.'<br />

Raros son, en' verdad, en nl1êSti'6S<br />

dias esos modelos de virtud i do'rellf8-<br />

I<br />

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F.L Al\JEL DEL HOGAn.. \15<br />

naclon. Si rxistrll, ~e oq¡ltan vergon- !: que e.táo mui léjos de la depravacloo.<br />

zasos a las mil'ad", IÍ'~la multitud, por,' i Tú sola, relijion santa i bieohechotemor<br />

de que "sla bs hiera Call sar- .1 l'a, eres III dulce, induljente i cariñosa<br />

casmos. I sinembargo, l'II tanto que la 'madl'e, que perdonas todas las debilidareHjlon<br />

DO despliegue su estandarte SilO' I des del .iénero humaDo, i que enjugaS<br />

to sob.'e nuestras cabezas, \JO hai virtud 'las lágrimas, que hacrll derramar aquI"<br />

posible, ni sociedad bil'n orgalJizadll, i 'lias, con IllS anchos i sagrados pliegues<br />

pllra conseguirlo, cre('dm,', madres de de tu manto!<br />

família, ('s preciso que alisteis a vuestras<br />

hijas, desde que nal'l'n, b'ljo esa Ill.<br />

bandera<br />

de paz i de espel'anza.<br />

La mujer es la q:le forma la sOl'icdad, Si cada marlre enseÏ1asf' a sus hijas,<br />

porque de la roujn Ila,'e el IlOmbl'r i i no bien despuntase la luz Je su rIlZOIl,<br />

de ella !t'l'ibe su primna (',dul'acioo. Ya a conoce,' que hai UIl Dios Crcador de<br />

lo he dicho e,n otra pilr(('. 1 uo ,lile ,can-, todo ('uanlo l'xisle, la prlml'ra idea que<br />

saré de rf'pl't1rJo. U UR buen~1 I r,eli~losa ': se grabaria en I'stas tiernas nlmas, seria<br />

roll~re tS el m('.ntor ~e}u ~,IJO,' I l'Jel'ce : grandiosa i elevada., El primer sentisoble<br />

él ,Ulla tnnU(lIc~a Ilimitada en mÍt'lItodel'sosiof~ntllesr.nrazonesserla<br />

todas las epocas de su Vida. : de gralitud i de e¡¡rlilO hacia el sé" bien-<br />

Con dificultad se encuelltra un hom-' hechor que cuida de todo aquello que<br />

bre d('salmndll que lenga por madre li,' aman i les agrada.<br />

una mujer relijiosa, i por l'ollsiguil'nte," Cada niüa --porque a las mujeres me<br />

buena; porque la rl'1ijion es la fupllte refiero eu este libro-cada niña nace<br />

de donde 1Il1C('nla wrdnderu bcndad l. con al~un sl'ntimiento bello, porque--no,<br />

todas IllS vÎl'tudes. La madre relljiosa, " hal tiérra tan l'stél'll que solo ortigas<br />

8 quien el cieln ha dado la dt',grec!a de l' produzca. Muchas nacen dotadas de<br />

tener UD hijo mlll\'ado, Jo (,/l,l'lia eon el' mil cualidades recomendables; I aúa<br />

ejemplo, que es la ma~ rfil'IlZ de todas I concedo que algunas tengan igual núlas<br />

II'l:Ciunes, cuando la eOrfcel'ioll se' mero de defectos. Pero no hal una sola<br />

ha hecho Inúiil para el endurl'l'ido cora-. a la cual no se pueda imprimir, casi<br />

zon del ('ulpable. RUl'ga por él ni cielo I de$de que U:lce, una Idea 8ubllme, I,<br />

i ofrece a Dias tooos sus dolores en pOI' Jel'irlo I1sí, csacta de la relijioD.<br />

satlsfac('ÏoD de las culpas dc su hijo: i" A la que nnce compa¡,iva, hágasele<br />

no porDs \Ieee!! se han \';,lO co[¡\ersio- l'utender que nios cuida de los pobres.<br />

nes "cpelltinas, que nll~ han admirado, i no~ mallda a todos que les d('mos lo<br />

i cuya caus,} \(~rdadera hnn sido las que nos sobra.i cnséileselcs, coo ele¡emsúplicas<br />

(\H uu:. madre a la ~l¡:"re Sau- plo i con la prál.'tiCll, a dar prquei'IBs 11-<br />

t1slma dp; 0108. mosnas I a sacrificar algUM de sus ca-<br />

Si ~I Crl'ador, por uno de sus altos prichos I divl'rsiones para este fio. Ala<br />

fines, nil'ga 1


96 <strong>BIBLIOTECA</strong> <strong>LITERARIA</strong>.<br />

nació cristianA. siendo sus padres faná- II tivos, qUI) la adolescencia relijlosa. Mas<br />

ticos servidores de Ismael. Aquella alma I) de una vez me he detenido detrlls de<br />

cándida bújó del cielo éll mUDdo, tl'a· '\ una jóven, que no lIl'ga a diez I seis<br />

yendo taD firmemente esculpida la fe i, ailOs, i que uye misa en UDa pequeña<br />

rellJiosa, que Di los torml'ntos del mar· :Icapilla, que yo visito COO freeueDcia.<br />

tirio pudieron oscurecer por UD instante!, Esa jóven, a la que acompaña una sesus<br />

s~ntos.1 purísim~s respla.n~ores. ¡ ¡ Ï10m de mediaOR edad, reza, despues ~e<br />

Hal eXIsteD tamblell martmos para': concluido el santo sacrificio, a los pies<br />

esas almas, aunque se baya estiDguido ¡! de una imájen de María, i yo creo que<br />

la raza feroz e idÓlatra de los empera- I un lazo de amor une a la reina del cielo<br />

dores romanos. Martírios que son qui- .! i a esa niña taD bella i melancólIca que<br />

zãs mas dolorosos, pues que, siendo" mora en la tierra.<br />

oscuros I desconocidos, no alcanzan por I ---« Yo compadezco, dice mi amiga<br />

fruto, como aquellos, la conversion de Carolina Coroll3do, I'D la novela que<br />

los que los prfseneíobaD. !: lleva por título La Sigéa, yo ~ompa-<br />

No es tampoco corto el número de ¡¡ dezco en el fondo de mi alma! 8 las<br />

las ninas que nacen egolstos I de l'seasa .! ignorantes e Insensibles ml1f~res, que<br />

sensibilidad. Pero esas criatura~ lienen, / i no comprl'nden la m:¡jestad de la Vírjen<br />

eo su proplorgoismo, un instinto que les . María, i que no sienten Meia elll\ el<br />

baee amar todo aqul'lIo que halaga sus I! elitrallable amor que mantiene puras a<br />

placeres. Del'idles que los dulces, que, Ii,s ç)"D


l': L A N J E L D E L H U li An.<br />

"-""""...J ..J"_ '- .,. ,- ',,"- o/'.<br />

Ai! iDemasiado lo sé! ( pOI' eso qui -; Para la mujer, fiU rclijíon es el amor,<br />

siera que mi voz fuese bastante robusta, i i su amor la relijion. AI amor saerifi •.<br />

( mi pluma bastante autorizada para,; ea tajos sus demas nfectos, j el amor<br />

Imponer n la sociedad, como lei, un le i¡¡Si,ira mud:~s \'Cces acciones sublideber,<br />

sin cuyo cumplimiento no hai . mes. El oriJrl1 de su hrroismo, de su<br />

felicidad posible en la tierra. "abnrgacioll, ~s siempre el amor, pues el<br />

Vosotl'oS, detractolcs ele la mujer; ; amol' a mi moJo de \'1'1', no está circunsvosotros,<br />

que acusais su vanidad, Sll crito a ln solo objeto o persolla.<br />

coquctisrno, Sil falsi,! : cxamill:lù Sll íli- Uua t: u,el' up'lsíouadit ama ardorosadole<br />

i su, icntil"ientos COll detellc¡Jr. melllr:\ ~us padlcs, a su esposo, a SIJS<br />

ántcs dc condenaria. i vcrei, COllll)l':I~;i hijo" i. j¡,~C, que a estos sé res, amará<br />

siempre tiel>e la culp.\ d.l sus [,\lto:s el a su reiijiúll si le hacen conocer lo que<br />

descuido ùe su eduea~¡oll, VilsDtr,,'. yaic',<br />

ICl'vorosos admiradol'es de hs gradas :, Qué cernon de mu:er no se condel<br />

st'xo belio; vosotros, quell' dc- i IUUC\'C a la vista de uu cruc;fi;o '? ,; Qué<br />

tendeis p~r el pres:ijio que su bi'llcza no dÏl~I';¡ su corazon la imájell de ese<br />

material ejerce l'Il Vllestl'O COIazon ; ! Dio" todo amOl', que ngolliza entre tOf"'·<br />

retlexionad que csa~ gracias, que POll- I mentü> por l.'Jsotros?<br />

derais, son efimeras, i (IUC,cuauùn il,- I Ese llO;,I o main maùre. Rara ve:/;<br />

rii1o, I sarcaSUlOS lilS \;1[1:\3 lisOlli:l;, de ,una mujcr rc1ijiosa ostellta cse coqueque<br />

ántcs las haheis r,Hkado; ¡', 1'01" tismo, que LlIltO I'chaia la dignidad de<br />

vuestro prieu i que os ser¡Í' La mU,;cr re¡iJiosa cs ese tipo suave i<br />

mul fácil inculcar en ella, pnrque cst,)- 'podi.:o, que Fel'DdU Caballero ha sabido<br />

reis rodeados del admirable presti,iio ('omill'CnJcl' i retratar' mejor que nadie.<br />

que presta el amor. Suuca debeis olvj- : Es esa esposa dulce, digna i resignada,<br />

dar que la muie¡' rcci(w la srgunùa i :l~sa maùrc tierna I previsora, csa hermas<br />

sólida cJueJCiOll de su m" idL,: mana rlmaute e induljcote, esa hija<br />

que DO pocas Sl~ han \'is~o CCI~· '¡'I i ,obediute i sumisa. La mujer relijiosa<br />

ventajosamente trasformadas .i."i'ues liene casi siempre hermosa i elevada el<br />

de baberse unido al hombre a quieu II alma, seusible i tierno el COl'aZOD,i la<br />

amaban. II illlajinacion poética i armoniosa, porqu~<br />

V. ' el cristianismo eleva toJas las facultaùes<br />

intelectuales. La Illujer rclijiosa<br />

El amor i la reliilon forman un lazo ,houra tod¡¡s las conùiciones de la vidíl,<br />

tan estrecho en el àlmll tierna i apasio- :: i es para mí tan aùmirable, cubierta con<br />

nada de la mujer, que se pueJe asegurar' e( vestido tlorcaùo de la aldciiua, como<br />

que constituyo un solo Sl'utimientv. ¡¡tayi:'\da elm l~.;,\ l'kas gâlas de la mas<br />

Este Libro Fue E~'I1\E¡;A Digitalizado ¡jO. Por La Biblioteca Luis Ángel Arango Del Banco De la Republica, Colombia


98 <strong>BIBLIOTECA</strong> <strong>LITERARIA</strong>.<br />

encumbradá nobleza; la mujer relijio- !! fundo los sentimientos relijiosos con las<br />

BIl, en fin, puc;de, a mi "el', lo mismo;: prácllc!\s ridículas dll la beatería. Solo<br />

leer un libro devoto, que escribí;- \ln' las nlmas débiles i bajas pucden CODpoema,<br />

siendo siempre Igualmente ad-: fundir el éspíritu grandioso de la rellmlrable.<br />

; Jion con los hábitos estúpidos de una<br />

SI todas las mujeres fuesen relijiosas, ': (.h~vocionexojerada,dcl mismo modo que<br />

laliteJ'atura en"la mujer seria un bien i! solo un ciego puede ('onfundir el oro<br />

inestimable, en vez de ser un mal,:: con el cobre. La Ici de Jesucristo es tao<br />

enmo con razon se juzga bol. Entónccs, ,! grande i hermosa, que no eXiJe sacrtlnlldie<br />

podria escribir con tanto fruto,: Clil alguno, superior a nuestras fuerZls.<br />

como la mUier, pues solo a ella le cs' Hedúcese a dos preceptos.<br />

dado hablar al corozon, con esa ('lo, ! i A amar a Dios sobre torlas las CO$as<br />

euencla persuasiva quc de él nace. En- I i al prójimo como a nosotros mismos.<br />

tt~Dces, sus obras serian provechosas!¡ Ah! j Con cuánta fncilidad I placer<br />

como ningunas, pues comprendiendo las.; pucde llenar nos un alma tierna i bon-'<br />

que las leYl.'l'an el espíritu que Ins habia !. dadosa! i Cuàn dulce tS, cuán grato,<br />

dictado, se aprovecharían de las leceío- i I amar a esc Dias, todo amor I mlseri-'<br />

lÏes de sana moral, que necesariamente: i cordia I j Cuán ('onsolado.' es umllf i<br />

habiaD de eD~el'Car. ! ¡ socorrer en lo posible 11 nuestros ber-;<br />

Mas i ar! que en cI dia cada tibro l· manos! Ninguno de estas preceptos<br />

cristiano, que nace, se relega al olvido 'está /lcorde con esas absurdas preocucomo<br />

pesado e insoportable.' Educada;· paciones que \'emos todos los dias,<br />

la muj.r con l'sn !:jereza, que hace mas: ¡ Mujeres hal, que, por oir dos misas<br />

versátil su carácter I sus gllsto~. dc~e-. I diarios, abandonan n su marido enfer.<br />

ebo, por su m~J, t~do .aq,uello q~e po- l: mo, o li sus hijos pequl'Îios i delicados.<br />

dia elevar su IUteliJencJa 1 correJlI' sus i I Ancianas be visto, que se pasan en<br />

costumbres. I medio del Inviemo el dia entero de<br />

j CUálltoS poetas i poetisas lloran ""- ': hino:os sobre el mármol dl' Ulla Iglesia<br />

sar('~ imajlnorios en IGS voIÚm('n~s '¡'le, I dest:uyendo SU salud. Hombres santu~<br />

escriben, en tanto qu;- se d~sdl'ul\ll. de :! rrones existen, que rezan cotidiaoaleer,<br />

o Rasan con. In~Jf,~rencla la VJ~la I mente el largo catálogo ruUnado de<br />

por aquellos, ,que pudieran ~()nsolar las sus devoriol;(,s, sin pensar siquiera en<br />

verdaderRs penils de que es~a sembra?a i Jo que dircn, con tal que sea mui ressu<br />

vida! I luego se


iusplraciou pal's escribir. El jenio sublime,<br />

que se ve radiar en las facciones<br />

del gran I'locta, dice bien claro que<br />

Dros le otorgaba el don que le pedia.<br />

I el jer.lo del inmortal autol' de Rafael<br />

fué desarl'ollado, formado, por deèirlo<br />

así, por su buena i santa madre. Oigamos<br />

al mismo Lamartine en un p:ÍI'rllfo<br />

EL A!'iJEL DEL HOGAn. 99<br />

de su Curso familiar de literatura:<br />

« Veia II menudo a mi malh'e en su<br />

CUllrto, dice, inundado pOI' el so', en<br />

que reposaba los domingos, desput's de<br />

haber asistido a las ceremonias rl'lijiosas,<br />

o se entrrgnha a sus labores femcninas,<br />

los demas dias de la semana, i al<br />

anochecer, cunndo habia depuesto la<br />

aguja, la observi1ba tomar de Ulla mesita<br />

junto a su lecho un torno de devo- :<br />

cion, que le venia do su propia madre,<br />

Su fisonomfa, de comun tan francn i<br />

espansiva mudaba de cspresion, i se<br />

recojia como la lu~ de la lámn:Jl'a, que<br />

proteje eneorbada la mano cootra el<br />

vlentq, que hace vacilar su llama i amenaza<br />

apagaria. Como me cm notorio<br />

ese jénero de eS¡lrcsioo, fácilmente colejla<br />

que se entregaba a una conversacion<br />

muda con una persona ausente, cn tél'-<br />

minos, que Sill necesiùad de Ilviso al- '<br />

guno de su pal'te, guardaba el mnyor<br />

recojimiento, i, ¡'espetaba su leetura __<br />

------------ ----._- -----.-- .. ----<br />

--------------------------------<br />

CI De este modo llegué a vislumbrar<br />

que existia en estos libros hojeados por<br />

las piadosas manos de mi madre~ una<br />

literatura sagrada, por la cual, mediante<br />

ciertas pájinas que eonteninn secretos<br />

superiores a mi edad, el sér quc oia<br />

flamar Dias, convcrsaba CC;] ('jcl'tas<br />

personas privilejíadas, I estas rOll Dios,»<br />

«Tal fué mi primer seutimirnto literario,<br />

sentimiento que sc fuurliÚ luego<br />

eo mi mente con una atmosfera de santidad,<br />

que parecia envolvel' a la santa<br />

mujer a quien debo la vit/n, cuando<br />

abria esos misteriosos volúmencs, Il<br />

Vir.<br />

El ejemplo de M. de Lamartine i de<br />

au madre es tan elocuente, que siempre i<br />

que trato de la influencIa de la mujer I<br />

en el destino del hombre, me oOllrre<br />

: cilarlo.<br />

Lri maùre del gran poet~ es la mejor<br />

prueha de que una mujP¡', virtuosa t<br />

sensible, da por fl'uto hijos que son<br />

luego el or¡;ullo de su patria; que la<br />

relijion cs la llave de tod.as las glol'ias i<br />

. grùndezas humanas, i que si llega un<br />

dia venturoso co que se arraigue CD el<br />

cornZOll de la mujer, por el mayor<br />

cuidado con que debe educàrsela, la<br />

veremos enaltecida I respetada, I el<br />

mundo dará un paso en el seudero de<br />

la verdadera civilizacion, mas gl'aode<br />

quc eunnt\IS cree haber dado en el dia<br />

COll los descubrimientos de la ciencia,<br />

pues solo eu la Vll'tud estriba la solide~<br />

ue todos los tf'Íunfos humanos.<br />

CAPÍTULO D~~cmo OeTAVÓ.<br />

)'~lOR nRlT,\~¡¡;O,-SACRlFJCIO.-UNA<br />

ES1'A~OLA 1 U:'\ L'iGLÉS.-ESCENA<br />

YUGAL.<br />

1.<br />

CON-<br />

Voi a intercalar uoa historia,tristei<br />

suave, ('utre los consejos que os·he dado,<br />

let'toras mias,llos que aún os tengo que<br />

dai'. Una histlll'iO, o mas bien un dra,..<br />

mu de esos que cada dia tienen lugar a<br />

nuestra vista, sin que Das apercibamos<br />

(1" ello. Uno de esos dramas, que Dios<br />

dll'ije, i cuyos actores son los iudivl."<br />

duos de Ulla o mas familias. Basta de<br />

exordio i 11Illpil'zo.<br />

Ei sl'ñor \V, ri co ba nquero inglés,<br />

vivia en Paris hará cuarenta aúos, sobre<br />

poco mas o ménos. Su esposa era espallola<br />

i natural de :\1adrid.<br />

Era, en In época cn que empieza esta<br />

historia, una mujer encantadora, que<br />

no pasaba de los treinta I dos años, t<br />

cuyos ojos conscrvaban el mas herma,;.<br />

so matiz azulado que hayan poseldo<br />

jnmas lus pÚpilas de uua mujer.<br />

Sus cabellos, negros, cran IOI'gos,.<br />

sedosos i abundantes, como sus cejas (<br />

pestañas. Su boca pequeña i dulce. S,.-<br />

Este Libro Fue Digitalizado Por La Biblioteca Luis Ángel Arango Del Banco De la Republica, Colombia


ioo R I B L lOT E C A L I T E R A R I A.<br />

nariz i su frenle ùe Ull corte lleno de i I mano pérfida i oculta se hubiese empc,<br />

encauto i delirodl'Zf\. Todo l'II ella se- :1 ilado en pel'derle.<br />

ducla a primera', isla: la morvida grao Ii Uuo de los socios de su casa en Paris<br />

cia de su cuello, sus manos dl' marfil, • hizo quicbra, i el pobre anciano perdió<br />

lU pié de n¡¡w, su flexible t,dIe. ¡! en ella algullos miles de duros. Otro<br />

I despues que el trato habi;¡ hecho' dia echó de ménos uno de sus libros de<br />

conocer todos los eQcantos de SI. carúc- ; caia, i tuvo que renllnciar tambien a<br />

ter, se la amaba con un:¡ ternura tan I'eembolsarse de algunas pequeñas canapasionada<br />

como casta, porque nquelJ:¡ ': tidadcs que estaban apuntadas en él,<br />

pura I bellísima mujer no podia desper' .' no queriendo cn su honradez, fiarse de<br />

tal' ningun pensamiento 01


E L A N J E L D E L JI O G .\ H .<br />

101<br />

~strechaDdo a su vez la mano de su" yo muera, qllCrlill'lÍ tall rica, que no<br />

bija, murmuró : ~~tenùrá que c¡~hal'¡e de méllos.<br />

-Jamas! No pienses en eso, RufarIa. :: - Cómo ~esclamó la jóven: i no líe-<br />

-Veo que me has comprendido, i c¡; :: ne usted pariente nioguno'~<br />

en vano, querIdo padre, que te opongas: -Ninguuo, S('ilOl'ita, i por lo tanto,<br />

a mi deseo de salval'te. Voi a escribir: dese') que se cfcctÜI! cuanto ántes nut'sa<br />

'V.<br />

:~tra u'li')n.<br />

La jóven, apénas pronunció estas pa " -Tomaré la mitad de esa cantidad,<br />

labras, dejó el asiento que orupaba a la.' diJo el seüor A, despues de haber exacabecera<br />

del lecho de su padre, e iba a ,mina(lo los valorcs que conteoia el<br />

dirljlrse hácia un "eladorcito, colocado ' cofrecito: pero solo COIllOun préstamo<br />

en el centra de la estancia i que coute- ,i Il cODdiciou de devol\'crlo Il mi hija Il<br />

nia su recado de escl'ibir; pcro el an- . mediela que vaya mejorando mi foreiano<br />

la detuvo.<br />

: tuna.<br />

-Hija mIa! esclomÓ en tanto que Ell nno la JlÍ\'cn intentó disuadir 8<br />

se pintllba en sus venerables faccioIlPs Sll padre dl' e,le propó.:;ito.<br />

UD agudo dolor: hija mia, no puedo El Ilnciauo fué Ín{ltxillle.<br />

consentir en que te sacrifiques de esc I Con\'illose el\ que la boda se efectuamodo<br />

por mi. : ria, dentro de \ocho liias, en la capilla<br />

_, Acaso amo Yi) Il álguieIl en el dd mngnífico ralacio del banquero, iel<br />

mundo mas que a tí, padre :nia? I'C- St'ÏlOl' A. anundó qüe, tan pronto como<br />

puso la jóven coo sonrisa. ' se tcrmiu¡¡,e la l'eremonal, saldrla para<br />

_¡ Pero quizá lIegal'ás a amar algun Madrid, ,![",ar de los ruegos fervorodia,<br />

cuaudo estés unida a ese hombre sos de su i. .,¡ para que permaneciese<br />

con eternos tazas! durantc algull tiempo a su lado, i delas<br />

-O quizá no: Dios solo sabe lo que corteses, aunque hclndas instancias de<br />

puede suceder. ~u futuro yerno para lograr el mismo<br />

Dichas estas palabras, sentóse Ha- fiu.<br />

facIa delanto de su velador en t,lUto que 11I.<br />

su padre volvia a cacr sobre las almohadas,<br />

exhalando un jemido sofùcado i Pcnetremos en el despacho de Mister<br />

angustioso. \Y. un mcs dcsptll's de su enlace con<br />

Media bora despues, recibia el S


I U2<br />

•..... -...•..•....••.. ~/.<br />

nIBLIOTECA LI TERARIA.<br />

De repente, "ióse interrumpido en su ~ comerciante inglés pudiera descubrirle.<br />

faena pOI' uu criado viejo, (ldu~to i cuyo I Dos escritorios macizos, con cl'rI'adu,<br />

cabello, ('asl albino, acusaba su Oríjillll ras de bronce, ocupaban los dos frentes<br />

britànico. I de la pUert~, dejando huero para el<br />

-QlIti quieres? interrogó bmsramen-; gl'an sillon de baquet/\ oscura de Mistt'r<br />

te Mister ,Y. ¡ ,Y. Ddante de este sillon estaba su<br />

-La señora pregunta si puede ell- i mesa guaruecida de cajones, todos'cuitraI',<br />

contestó el servidol' sin perder la: dlldosamente cel'rado~, i como YIl be dlinmovilidad<br />

de una estlÍtua. ¡ cha, eubierta de papeles i de libros.<br />

-Que entre, cootestó secamente su Finalmente, una gran caja dll hierro<br />

amo. I colndo, con labores i rematell de broDce,<br />

Ellaeayo Jir6 sobre sus talones, i un i ocupaba el testero que daba freote ot<br />

momento despues volvió 1\ levantar la : ba/con, I se aseml'jlllJa a lti Imájen de<br />

cortlOa para dejal' paso a Rafaela. ,la avaricia, cou su sombrio I helado<br />

La jóven estaba pálida, " asppcto.<br />

Ei ancho círculo violado, que rodea, ! ¡ Quien hubiera conocido n fondo el<br />

ba sus rasgados ojos, patentizaba el': temperamento i 1'/ cllrál'tt'r de anfaela,<br />

insomnio de sus noches,.i I:llInoto coo- 'hubiera tomado aquella habltacloD, por<br />

tinuo que humedecia sus pupilas, dos : el purgatol'io del alma de la jóvell, de<br />

meses áutes ta!! radiantes i alegres. ! Ilquella alma tdU poético, dellcacla i<br />

Miró a su esposo i le preguutó COD 'tierna. Eran la Industria algodoDeral<br />

timidez: : el carbon de piedra eu contacto coo la<br />

--'-Me necesitas? ; gracia muelle i la m'diente imajinaciol,1<br />

-Sí, respondió Mister 'V. :de unll españ,)ln.<br />

- Pues aquí me tienes. : No obstante, ni aún aquel que hu-<br />

I Rafaela, despues de ha~cr dicho, cs- I biese conocido i tratado a Rafaela desde<br />

tas palabrafl con una. espreslOn adrnll'~-: ': su infancia, bubiera podido comprender<br />

hIe de Tesi~oacion I dUlzul'a, se deJO I! hasta qué cstl'emo era desgra~iad8, coeller<br />

co un sll/oo, i apoyando.,el codo en ¡ mo lo (~omprcnderemos nosotras en bre.<br />

uno de sus brazos, i la mCJllla eu la; vc lectoras mias,<br />

palma do su blanca 1 delgadi' mano, es. , ' •<br />

peró a que su marido le hablase, dl'jan-: . Dur,a.nte algun~,s OllOutos, permoD~do<br />

vagar sus ojos por lu hauitacioll, con I CI? la Jove~ sll,cllclOsa. i absorta eo uoa<br />

una indiferencia melancólica. I tl'lsle medltaclOn, ffilélltras su maridó<br />

No ern, por cierto, aqucl exárncn lo: ~.evolvi¡l pllpe!es, i apuntaba eo sus remas<br />

a propósito para alegrar el alma: Jlst!'OS ,los Dumeros de fascartas que<br />

entristecida de Rafaela. I tellla·dlsemluudas por In mesa •.<br />

Todo en su derredor revelaba el 86rdl- : Levantó al fio la vista, i ia fijó en sa<br />

do cálculo de un avaro. Los sillooes, de;; mujtw, que no advirtió siquiera aquella<br />

maciza encina, parecian que debian ser;' mirada. ,<br />

eternos. Los asientos eran de cuero do- ,I -¿ No perderás nunca la costumbre<br />

rado, como la gmn portiere, que cubria :' de ll'vantal'te blt'de i de adorna/'te des.:.<br />

la entrada, i que separaba el despacho ¡. de


E L A N J E L D l': L HOG A H • 103<br />

duquesas, mi ql1l' ri do Hie~rdo; pero' -Sl'iior~, dii" éste, con una )~ntitlld<br />

yo no puedo levalh.,rtOe :iutes. I tan ('I'uel, que Sc hubiera dicho que<br />

--POI' qué r,lZOIl? qtl('~iil clJ\'ilr cada ulla de sus palabras<br />

- Porque l'U mi vida me he levanta- en ci corazon de la júveu: hace un<br />

do mils tempraoo, i no encuentro razou mes i trcs dins que DOShemos casado,<br />

fundado para variai' mi costumbre_ : i ya erco v¡sl umbral' una verdad que,<br />

-¿ Ni aún mi órden vara que te ~i a mí ml' hará infl'liz no debe tampolevautes<br />

como yo nI amanl'CCI'? co haecI' a ustp.d mui dichosa.<br />

-Estoi segura dl' que no me lo man- ---~aùa comprl'ndo de l'sas palabras,<br />

darás. rahal' '1'0, l'ontestó Bafilela, lIceptnn-<br />

- I por qué? do COllp"ontitud i sin pena el lenguaje<br />

- Porque saves que 1110 obli¡wrins a ceremonioso dr SU m:lrido.<br />

desobedecertc cn el hecho de mUI;dÚr- - Digo, seÏJora, que u:-~ed se ha camelo.<br />

sado conmigo solo por mis I'iquezfls, i<br />

Mister \V. nada I'pspondiÔ; pcro \lO con la intencion de ayudarnH> en mí<br />

empezó 8 roerse las uilaS con mu('ho trabajo i de pmbellecerme la vida.<br />

mas !ifan del que habia eplplt'Hdo hasta _ Yo me he casado coo usted, cahaentónccs.<br />

Sus conravas mejillas, ¿ÍlItps Ilero, pOI' salva.' Il mi padre de la popálidas,<br />

se tornarou lívidas, i hl'otaron breza, i l'l'COhabérselo manifestado así<br />

de III raiz de sus cabellos algunas pc- de una mancra mui leal i terminante.<br />

queñas gotas de helado SUdOl'. _¿ I se ha propuesto usted contra-<br />

Un esp;u"lOl se hubiera I'nrojecido. riarme CDtodo '?<br />

Se hubiel'a levantado con ímpetu derl'Ï- _ No scilOr: ántes bien deseo combond.)<br />

cuanto rneonL-ase al paSll, i hubiera<br />

gritado para desahoga)' su ;rrita- placer Il usted en cuanto sea posible,<br />

cion. £lel'Olos ingleses sienten de otro pues le soi deudora ticl bienestar de mi<br />

modo: calculan, disimulan, m('t!;tau i padre.<br />

se vengan. -Sincmbargo, sabe usted, porque ya<br />

Bafaela no reparó siqll;PI'a en rI cfec- se (o he dicho muchas vcces, que


t 04 lllGLIOTEeA <strong>LITERARIA</strong>.<br />

-¿ Para dónde he de usados, si ua :' mujer, i no como horn bre. MI madre<br />

snlgo dC1 ella? '. me ha enspñado li ser buena, a rezar i<br />

-Porque usted no qnirre: t.¡davía 'amar a mi familia.<br />

no ha cllllsen,tido usted cu il' Il ver lIe- ¡ i Mi~ter \V, nada respondió a estas pagar<br />

u~o de mis buqu~s mel'¡~'1otes. '[Iabras, i pareció que empleaba algunos<br />

~Nu~ea he ~a\¡do mucho d~ casa, ,minuto~ en dominar su impacicllcia.<br />

amIgo miO, repuso I',a!ílela, dulclfican- ;<br />

da de nuevo su lenguaje: 'riada sin' ¡ - Me conteslarás, por lo méoos, dijo<br />

madre, i dotada de uu temperamento al fin, las cal'tas que cstén en español,<br />

débil i de un caráctl':' pal'Ífleo, procuro: i desde hoi tendrás este cargo.<br />

siempre, ha~erme bell,o i dulce mi ha· '! Haf,lela, f'l)¡'(Hcn,e, tomó unn pluma<br />

gar: SOI fehz en ci retIro. ;: i cnl ¡:'('zú a CS!~rioÏl' rn tn nto que su<br />

-j Si al méuos, S;i'10I'


EL ANJEL DEL HOGAR. lO')<br />

:i ademas, hija de un comerciante; DU~-<br />

CAPITULO.DÉCI~IO NONO. :I Cil, repito, pudo persuadirse de que<br />

i: ignorase todos los idiomas i todo lo que<br />

LA JW1ER INGLESA I LA. ESPA:o.OLA .• - l· pertenecla al comercio •.<br />

AIll\tPf.!~TIMIEIn:O.-LA ENREOADEfi.l..- I: Satisfecho ya su anhelo de ser dueño<br />

¡l'OBRE JlAPAEL\!-I!V AHRO.-llA-¡ide Rafaela, desde el dia en que ésta<br />

TER1HDAD •• ¡ consintió en llamarse su CSPOS¡I, solo<br />

': quedó a Mistcl' W. el al'repentimieDto<br />

1. ;I de haber eOlltraido uoa union tau des-<br />

~I ventajosa.<br />

Desde el dia en que tuvo lugar la :: -Qué he hechG YG? se decia, paescena<br />

que aCilbo de referir, cambió 'seándose en su despacho, durante las<br />

cOmpletamente la situ1\clon de H'lfaela,; largas 1I0eh('s del invierno que siguió a<br />

haciéndose mucho mils infeliz. " su m.:("¡'!l(¡;d" : I.cuánto mas me huble-<br />

Tanto corno su belleza, habia ap


106 BIBLIO?ECA <strong>LITERARIA</strong>.<br />

-.,' J' '-,".,. ~. _'o' ""._' ,. •.. ...-. '"",,, •• • .-,., •<br />

efon no tenia vistas Il la calle, sino Il un !I horas cada dia, I estas las p/lsaba eo dlpatio<br />

Interior, Os("uro i envuelto eo las ~,rijirle"blSultaotes rec'flovrnciones.<br />

tinieblas que casi siempre cubdllD la: 1 Rafaela no tenia l'O la populosa Lóociudad<br />

como un sudario. i i dres Di uua amiga 5iqulerll. Habia ido<br />

1.a pobre jóyen, muerta de tédio' ¡ cou osu padre solo por alguuos dias,lla<br />

i desellndo distraerse algun tanto, ha- i; vida triste que pasaba desde su casabla<br />

hecho colocar eo los antepechos de 1 ¡ miento, le placia mas que el trato con<br />

!iUS dos ventllnas algunas mAcetas en '; afluellas mujeres, beladas, graves i<br />

Ja8 cuales habia plantado flores. Mas-ai t .; sistemáticas.<br />

que aquellas pobres plantas no podian !I En Inglaterra no hal clase médlll.<br />

prospel'ar, porque jnmns un rnyo de sol i: No hal mas que comerciantes o aTistoalE'graba<br />

aquel e5tr~cho í nebuloso pa-: cracia: plebeyos o magnates. No existe,<br />

tio r M uchas veces a las cuatro de i esa .frDcl-ion, tau es t¡mable i la mas<br />

la tarde, habia que E'IlCeUdel' los dos [ dl'sgrllcialla de la socie,dad, cuyos ins~.<br />

faroles que le alumbraban dUllilllte la: 1 tintos delicados están siempre mi\\'tirinoche,<br />

i las pobres flores mUI'íI'I'OU, ' zados por lo escaso de sus bol&illos,<br />

Rafaela bizo cuanto pudo pnra 581- i !Rafaela no habia nacido gl'an sl'jjora,<br />

varias; i vIendo que 110 podia conse- ~1 ni podia ser nunca comercianta. Escepg.uirlo,<br />

trató de endulzar su agonía por:. tuando su corazûn, que estaba vacío,<br />

cuantos medios le sujirió su imnjinacion:! bastábase a sí ml5ma, Pasaba horas eopoética<br />

I ticrna, H.1cf¡111lsentraI' por la: í teros rezando o tocando su plano, pornoche<br />

dentro de su cuarto, para que no ' 1 que la orllcioo i Iii mÚsica la consolaban<br />

apresurase su fin el vilpor dd gils i del': i distraían. La primera caia t'omo un<br />

carbon de pIedra que exhalaban los' ¡ bálsamo sobre su IIlma, t'ocojida por UD<br />

almacenes vccinos. Pero fueron vImos!: dolol' que l'n se puede definir si no se<br />

todos sus deseos i las \'ió marchitarse: ha sentído ; pOI' el dolor de la. soledad,<br />

apesar del cuidado cClnque las rl'gaba! completa, eterna, interminable.<br />

i del qu.e emplcaba para limpiar C.III ~u I La músÎca le hacia dull'l'.S,-Sus mispai"luelo<br />

el polvo que cubrl& sus brillan- '. mas pl'nas, Muchas "l'l'es, en tauto<br />

tes bajas. :I tocaba en su clave algnnas de las meio-<br />

Solo ulla plauta rl'sistí6 la frialdad i':di¡¡s de Bellini o de Weber, improviel<br />

vapor mefllieo de IIqlll'lIa in,alubr!' ,saba oraciones lI,>nas ¡Je poesia I de<br />

atmósfera. Era unn enrrdadcl'lI •. ternura que rezaba en voz alta. Si<br />

Habíala 'plantado Rafal'la ell la matt, cuando esto sucedia pasaba su marido<br />

pequeña I humilde de las macetas,. i'Ia: por la puerta de su cuarto, se cllcojill<br />

vió crecer CO:l una alegria indecible, al r de bombro~ i d"cia cou frialdad.<br />

paso que las demas ¡Jlauta, lallguide- ¡ -Se vuelve Idiota.<br />

clan, e iban muriendo poco a poco. I Si alguoa de Jos dependientes de la<br />

EJ dia en que vió abl"Írso la ,':mendl'o l. casa alcanzaba a oir 8qu~lIos~to5 •.<br />

dentro de la cual ap'ilrece e-tu plf1l1ta en: arrancados Il una almo crastia~urla<br />

superficie de la Hel'l'a, 1I1I sentimien- ~ muraba: . '.<br />

lo de consuelo8Caríc;() el pobre corazon! -Está loca ,<br />

de Rafaela, tan abatido, tan exhausto:: SIr.embargo, no era una Idiota, ni<br />

de l'speranza. Vióla crCl.'er con ulla 80-1: una JOCII, !a mujel' que hablaba coo<br />

licitud casi maternal, i luego fuá colo-:' ·DiOHO la soledad de su babitaclon,<br />

canJa pE'queÏlos clavos dorados, a Jo II siempre sombria, slempl:e o,rUta. Era<br />

Jargá de la pared, I cordolles de sl'ela .. uno pof,re jóven que ¡emla en medio de<br />

para que la cariñosa planta fuese enre- !I una ciudad de ocn que muchas veces<br />

dando sus flexibles ram~s. i' hdbia visto co sueños, cuando dormIa<br />

Ante nquellll enredadera palió Rafae· l. bajo l!1 techo de un anclaDO padre. Uaa<br />

la las a~a


EL ANJEL DEL HOGAR. 107<br />

mh'ada de sus ojos, Ilenándgla de luz.<br />

{joa .bienaventurAda que lloraba sobre<br />

/a tierra, I que imploraba a la madre de<br />

DIG!!, como a la estrella de eterno consuelo,<br />

como a la suprema consoladora<br />

de tQdos los males.<br />

III.<br />

-Que ha muerto '? Es indudable!<br />

R/lfllela dló un griio : alargó los brazos<br />

i se desmayó.<br />

Su marido llamó /I dos criadas que la<br />

condujeron a su lecho, presa de terrIbles<br />

convulsiones.<br />

Aquella misma noche, f sin que la<br />

jóven hubiese vuelto a su raZOD, que<br />

habla ofusl'ado un \'ioll'nto i doloroso<br />

_ Rafaela tuvo un dia un dolor mucbo, delido, partió Mister W. a Madrid,<br />

mas grande que todos sus dolores pa-: donde recojió media millon, valor de<br />

..sados. ' la fOl,tuna del pobre anciano, quien no<br />

Uoa mañana, cuando ella apénas ¡ hnhia podido rlll'iquecerse apesar del<br />

acababa de levantarse, i miéutras reco- ¡ I doloroso sacrificio de su hija.<br />

jla sus largas trenzas negras en un go- ¡: Dl'sde el casamiento de Rafael!l, no<br />

rrito de batista, que tenia costumbre .de habia sido mui ncti-v1Isu COI'I'l'spondenponerse<br />

hasta la hora del peillado, se le cia. La tirania de Mistel' \V. a bria e<br />

prpsentó'sll esposo •. Inspeccionaba tOllas Jas cal'ta~ ele su es·<br />

Mister 'V. se spntó, con gran asom- posn, Ni ulla sola de su padre-que<br />

bro de Rafllela, que hacia algunlls me-' eran ('asilas únicas 'Ille reclbia-lIegó<br />

ses 00 le veia ni aún llegarse a la puer-, i cc.'rada a manos


108 .<strong>BIBLIOTECA</strong> LI TERARIA.<br />

Vestida la jóven de blanco, tenia las 8010 ese medio millon: elllos dos añott<br />

manos cruzadas sobre las rodilles i con- )1 que le ba estado manejando, nDhaga•..<br />

templaba COD una triste alegr!a In eo- I: nado un n"al, i todo lo que ba pedidO<br />

r~dadera que guarnecia su ventana,! conseguir eo sus operacloDe8 ha lIleIo<br />

adornada ya con dos campan/lias son-I no perderlo •.<br />

rosadas. : -Pero ese dínero. ?<br />

"Iister W. se Informó Con frialdad; -Qué te importa? yo le tengo; yo<br />

de su solud, i Rafaela contestó eon la I ¡ le emplearé, porque es mui Justo que<br />

dulce (;l'8vedad quo acostumbraba, I¡!I' vuelva a mis manos lo que CODtaDta<br />

conteniendo las lágrimas que se agol- Jenerositlád cedí.<br />

paban a sus ojos, La jóven creia, I con!, -¡, Pero no me dijIste, aleaurlHll.<br />

razon, que aquel hombre DO debia ver :1' que me dotabas eu un millon !Crté<br />

IIUS lágrimas, puesto que no sabia apre- I que el marido no puede disponer ni<br />

clarlas. I! arriesgar el dote de su mujer; j qué-<br />

Durante un cuarto de hora permafle- !' date con la mitad, pero dame al ménol<br />

cló senludo Mister \V. I RafaeJa esperó,<br />

la otra!<br />

en vano todo l'ste tiempo a que le diera -Cómo I Te habrAs vuelto 8Var~!<br />

algunas noticias acerca del caudal de su, -Avara yo! esclamó ta jóVlm Cltl'ê<br />

padre; pero cuando vió que se levau- UD grito del alma: i luego, moderando<br />

taba para retil'arse, le detllVo eon un aquel transporte, continuó coil sotemademan<br />

lleno de la majestuosa gracia nidad:<br />

que le era tan natural, i le dijo COD il -No, Ricardo: uo puedo yo ser<br />

suavidad i firmeza: :: avara jamas; pero vol a ser madre, I<br />

-Deseo, amigo mio, que te detengas! ¡ quiero saber lo que podré dar a mi<br />

UD poco mas, para hablar de Ull asuutl) I ¡ hlj o.<br />

que me interesa. II MisterW. permaneció silencioso e im-<br />

- Véamos qué asunto es ese. repuse p~lble.<br />

el banquero volviendo a sentarse COD II Ninguna emoclon se pint!>èDlU. bemal<br />

humor. '1l,adorostro: luego, i viendo qllè,iI iau-<br />

-Ricardo, dijo la jóven, ¡, qué me " Jer callaba con el peeho polpttlJfttelló.<br />

traes de mi padre ~ ¡, qué bas recojido ! i ojos bajos, contestó levantándose l<br />

para mi? ¡' -No incumbe a lasmlijeresel -enl-<br />

-Nada, respondió el jnglé~, enco- ,dar del porvenir de sus hijos: yo cnljléndose<br />

friamente de hombros. daré del de los míos.<br />

-Eso no puede ser, j veo que es ne- - l'pro, nicardu; csclamó RaCllela<br />

eesario que yo hable en unos términos levantándose con ímpetu I 8sl6n'd/lH<br />

de que quizá cn otra oCllsioome aVE'r· para sostenerse del brazo de su marido.<br />

gonzoria; tú me dotaste en un millon No me traes ni una sortija 'de mi.p •••<br />

~I casnrme contigo. dre, \li una prenda 'que le ha~~,ert~-<br />

-- Es verdad, respondió Mister W. ;necido ? ':~<br />

sin poder rept'im!r uo suspiro. ! Mi!>terW" en vcz de responder en<br />

-:De este mIllon, sabes !Jue ~omó I sl'gulda,. examinó el talle de su mujer<br />

mcdlOmi pobre padre para restablecer su 'COD sus redondos ojos, como para COQforluna<br />

; del otro medio nnda sé, por- ! vencerse de que DO le eogailllba. id hà-'-<br />

que VOlVi? li tu pod~r. ! blarle de su pl'óxima maternidad, i,<br />

-Es Cierto, I esla empleado cn aigu· Isatlsfecho de su exámen, respondió:<br />

nas especulaciones lucrativas. I '<br />

-No pregunto pOI' esa cantidad; I -Nada te traigo de tu padre.<br />

pero Ricardo, ¿. qué ba sido del medio I -Pero por qué ?grftóla pobre j6-<br />

tnlllon que pasó n poder de mi plldl'e'1 I ven exasperada; mi padre tenia Joya.<br />

Debe haberse acrecentado cn sus ma- de su uso, I aún algunas quebltWaa<br />

nOI. Ipertenecido a mlll1adre Dóade-el-<br />

-Paes estàs equivocada: he recojldo ItIln? i No hllde poder yo deein'pn-<br />

Este Libro Fue Digitalizado Por La Biblioteca Luis Ángel Arango Del Banco De la Republica, Colombia


Et ANJEL DEL HOGAR.<br />

dia a mt bíj~~~-;e;to-q~~-f~é-d~'íu,'R;f~eiadcmasiado orgullosa para pc-<br />

.elo I II dirle, teoia, por otl'a parte, un plletr<br />

, -No se to podrás decir: encontré,! ¡ indecible co que su hi,a lo debiese todo<br />

es cierto, alguoo!! alhajas; pt'r. todo lo a ella.<br />

vend;, Incluso el reloj del dlfuoto. 'I Así que la envoltura I el lecho en<br />

-Venderlo I Oh, Dios miD I siendo' mini.llura eSIU\'iel'on concluidos, IllS<br />

tan rico tú, es una infamia el no ha- i condujo a su alclJba, i csprrõ con illlberme<br />

CODservade esas sngradas rell-': paciencia 1'1 momento de su fellcldad.<br />

qulas. - ,: Llegó por Ho, i tras algunos dolorel,<br />

':"-Rcpito quo las nndí para pagar el i: pudo abrazar a la mas hermosa crla-t\lentierro;<br />

el que yo sra rico no es una i, l'a que sus ojos ha bien visto.<br />

razoo para que dcsembolsase lo que!: De repente sintió que se la arnllC8-<br />

han costado las honras fúnebres. : ban de los brazos.<br />

AI concluir de pronullciar e~t"s pala- Vol\'ióse i vió la sombrill figuro de<br />

bras, Mbter W. salió del aposento. I su esposo, i delante de él, a una mujer<br />

Rl\faela juntó sus blanca~ mahOS so- gruesa i de brutal aspecto, que pugoabra<br />

su seoll, i opl'imiendolils con fuerza : ba por quitarle la niúa que elln estrechaesclamó<br />

entre sollozos, dl\"ándose caer . bu contra su corawn.<br />

81 mismo tiempo ell UD sillon: "-Qué quiere \1stI'd, bUI'Dn mujer?<br />

-Pobre padre mio! prt'guntô Raiaela massorrrendida que<br />

IV.<br />

109<br />

irritada.<br />

- Quie!'e que le des la niña respondió<br />

l\lis;e¡- W -' -'<br />

Tres meses despues de este dia, dló l'ar/\ qué': Por qué razon me la qoe-<br />

Rafaela a luz uno Iliña. ; reis quital' ya? Dé.,llmela un poco mal,<br />

Aquellos tres meses los pasó In pobre:' Ricarda: opénas In ho visto.<br />

mujer formándose sueilos para r\ por- .i -Mistl'is Beld es la nodrlza que be<br />

vcolr. Próxima a ser mndre desafiaba;. buscado a mi hija. Rafaela, I solo su<br />

yaloHJo-lm'es de la so~dnd, pensando'! nodriza i su padre deben eo-teodel'Se ya<br />

un (fee su pequrño áojel le haria com- : con esta CI intura.<br />

pllllla •• : R¡¡f¡\(\la diÓ un grito agudo i aprove-<br />

CODel primor que ella rmplellba en ! chálldose de su l'stupor, lagrIJes8:notodo<br />

cuanto hacia, bordó la canastilla ,driza le quitó la (¡¡ila de los bl'azD'S.<br />

para su hijn, tejió elló misma los cnca i -Biell decía vuestra grllcla., milord,<br />

Jes de sus gorritos, i le prcparó una que seria nt'crS


t 10 Il I B L lOT E C A L I T E R A R I A.<br />

qué no le permite usted que amamante 'I) hacer pnsar por entre sus dientes apre-<br />

Il su hija! tados alguoas gotas de cordial. Aquel<br />

-Caballero, contestó Mister W. ca- il' terrible ataque parecia 8umentars.e a<br />

da uno en su casa obl'a como le parece cada st'guudo qur pasaba.<br />

mejor I yo no iré jamas Il dar a usted! Pálido i jadeante de ('ansanclo, .e<br />

canse os en la suya, DIa hacede' ad- ¡ volvió hácia una criadlt que, situada al<br />

vertencias oficiosas.<br />

! pié de la Clima, miraba a la enferma<br />

VolviéDdole luego /11 espalda, sel'· con su impasibilibad illglesa.<br />

nproximó al lecho de su mujer que 110- -i No tiene llquí tu señora DIDgUD<br />

raba a lágrima viva. pariente, ninguD amigo! le preguntó.<br />

-Oye, le dijo, i agradece a tu ca- I -No, contestó Con laconlsm6.<br />

rácter de madre el que pOI' In primera i El doctor hirió el suelo con su pié, i<br />

vez te dé cUt'nta de mis proyectos.<br />

Iañadió:<br />

La jóven secó sus OJosCODlas yemas I -j Pues ,'é a decir n tu amo que<br />

de sus delgados dedos, i escuc:hó con venga, porque se muere!<br />

ansiedad. I Ln criada salió clin mucha pausa, (<br />

-Nuestra hijo, prosiguió impaslb/e : e/ doctor volvió a sostenel' el cuerpo de<br />

e/ booquero, Se llamará Alicia. I Rofilela, que se destrozaba Il impulsos<br />

-I Yo queria que se llamase María' ¡ de horribles sacudidas llt'rvIOS88.<br />

murmuró Rdaela coo aceutó sumiso. I -Pobre mártir! murmuró el doctor:<br />

- Se llamará Alicia porque t'se es mi I isi Dios quiere que vh'os, yo te sacaré<br />

gusto, st'ilora: la criará .M:istrisBeld, ; de esta caverna de lobos!<br />

I la tendrá todo el din en su bllbitacion, ¡/<br />

para que no Interrumpa COllsu l/anta<br />

mi; trabajos de escrltor'io. POI' ahora DO<br />

es necesario que yo diga mas.<br />

I<br />

-Pero<br />

¿ no podria estar aqui, a ml I<br />

CAPITULO VIJ~SIMO.<br />

lado, durante el dia? iEsta habita('loli, I '<br />

Ricardo, está mul lé;os de tus oficillas! I CONVAL'ECENClA.- LA CUNA SOtIT.UU ••.•_<br />

-Quiero que Alicia vea a su madre . UN BAYO DE SOL.-EL ll.ÈDICO DRt.CUIRlo<br />

ménos posible. Crees tú que deseo I PO I EL MÉOICO DEL AUfA.-CONSVEWS.·<br />

que' se te aseme~e'l Antes quisiera ver- l-UNA ESPEBA.NZA.-lIESOS MATJlIlNA.LBS.<br />

la muerta •.<br />

-Oh, Dios mio I Yo puedo reslg- !<br />

Darme a no darle el primel' alimento:<br />

pero a no veria, i no! iqué honor!<br />

continuó la pobre mujel' alzando al cielo<br />

sus manos i sus ojos baliados de lágrimas.<br />

i Dios de bondad, i tú consentirás<br />

eD que me roben mi hija __.,_1<br />

1. Qué he ht'cho yo, Senor, para merecer<br />

este cllstigo ?<br />

Mister W., sereno e Impasible como<br />

si no bubiera oido las angustiosas qurjas<br />

de 811 mujer, sanó de la habitacioD e<br />

hizo señas a Mistris Beld de que le sigoiese<br />

con la recien nacida.<br />

De repl~ntecesó el Ilaoto de Rafaela ;<br />

torclérouse sus ojos, cstirároDse sus<br />

mie'llbros horriblemente, i fué acometida<br />

de violentas convulsiones.<br />

En vano e\ compasivo médico le hizo<br />

.aspirar a/ganas sllles. En VIl.DOprocurb<br />

Dios da fuerza a III voluntad mas<br />

abatida para sobrellevar \a adversidad,<br />

cUllndo los principios relijlosos están<br />

; arraigados en el alma. Así lo esperimen-<br />

, tó la des~raciada Rafaela, f durante la<br />

cruel enfe."medad que por espacl.Gde<br />

; trl'S meses fa clavó en su lecho de dolor,<br />

f eu' mas de una ocasion, al st'nUr lljitar-<br />

I se sobre su pálida frente las fl'iasalas.de<br />

l'a muerte, oró creyendo que lo hacia<br />

i por Última vez, i oyó alzarse una voz<br />

, en el fondo de su COl'aZODdcsfdllecldo,<br />

que /e gritaba:<br />

- Espera!<br />

Aqupl acento poderoso aclaraba las<br />

tinieblas de su dolol', i comunicaba UD<br />

, vigor nUllVO a su espirltu quebraD~<br />

¡ abaUdo. I la reflexioD se abria p$IOi fia<br />

I.<br />

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EL ANJEL DEL HOGAR. 111<br />

dolce calma de !m cou~:~l\('ia srrcnaba : trozado ~(l podia fel' sll'mpre vencido<br />

la tempestad de sus pesarl's. por los ('closuelos de la oradOll.<br />

No se mUl're ¡Je dolor: si l'st.] mata Era junio. TIll rayo iró de vhil', de tl'la ele lana OSCI\I'/I, 1,1 antigua có-<br />

Veíllsela a menudo aplica¡' el oído mpdll de nngal i los "uadros al óleo<br />

creyrndo que la nliH\ gorjeaba en l'lia. que representaban vidas I m:!rtirlos de<br />

Luego, i al convellcerse de su error, santos.<br />

humedecianse con lágrimas am,lrgas sus Uun irnlÍjen de la VirIeu de bulto,<br />

ojos escanclecidos por la fiebJ'r,i Cl'uzall- colorada sohre una mesita dt' palisando<br />

las manos, miraba suplicaute a su drn, sonrcía COli ('sa teroura que 1l0'<br />

cl'iaùa i /II doctor, i Irs dreia: ùejatlugnr lIinguoo para la alegl'Ía por<br />

_ Traedme a mi hija I estai' imprpgnada de d~masil\do amor.<br />

I.a doméstica se encojia de homoros La l'scultllra 1'1'/1 mul hermosa. Ha·<br />

con su fll'lnII habitual,i nada l'ontcstaba. bia slclo el l'l'galo rle boda dpl padre de<br />

El doctor pasaba su llIallG por sus Hafaela, quien habip.ndo visto eD UD<br />

ojos humedrcidos i tampoco respondia" convrnto calólfco de Lóodres aquella<br />

Entóllces Rafaela quedaba mulla' admit'able dijie, i sabielldo la amorosa<br />

tamblen, pero temblorosa. dcvocion ue su hija a III Vírjen María,<br />

Dejaba c!ler sobre las rodillas sus: la compró a mul subido precio, i se la<br />

manos, aún cruzadas, i parecia absorta" hizo Ilrval' a su casa momentlls áules<br />

i aterrada del silencio que re¡onua en de su salida.<br />

torno suyo, I,que le hadn ";'~"r ¡¡I¡¡unas Cualldo Uafaela, anf'gada en \Ianto,<br />

'Veces


112 <strong>BIBLIOTECA</strong> <strong>LITERARIA</strong>.<br />

se acercó mas i tomó ulla de sus manos. ¡ Inglaterra hace medio siglo, i que taD<br />

}


EL Ai\.lEL nEL HOGAB. 113<br />

-Tengo algun talento '! ; Por Dios,<br />

!loctur, dlgame usted la wrdad I A<br />

fuerza de padere¡', casi he llegado a ron·<br />

vencerme de que merezco la suerte a<br />

que me ('oudeua mi mal'ido I Necesito<br />

sa bel' lo que vnlgo moml e inteleetuol-<br />

I mcnte, porque bai instantes en que no<br />

Inn creo un sér racional siquicra '- - ,- -<br />

mi ;uicío se ofusca .. _. ,Un rnvo de<br />

luz; doctor, un ravo de luz! •<br />

-Desvcnturadã! murmuró el doe-,<br />

tor, tomando la mnno de la jÓv('P. i sill<br />

apel'cibirse de que dos grnesf\s ltigrimns '<br />

corrian [lar sus venerables mejillas.<br />

-- Vai a oil' la VI'I'(Iad, ;. 110 es C¡l'rto?<br />

prosigui6 Rafuela COll unsie(bi;<br />

yo lIO sé loque soi, contin\ll¡ ella; la<br />

sociedad no ha podido eompreuderme<br />

ni vllluarme, porque jumas he vivido en<br />

~u sellO: mi patllza,<br />

:i U~'\ :jhn 'lU\' dL~;(alicec ¡<br />

j)r.lo lt:r~() su mirada fU,liaute e ius-<br />

; pÚ'û,:a, sobt'c la abatida cahl'za ùe la jó-<br />

:el:, i, !" contempló, duran~~ algullos<br />

''l::'''I'(~S, .le U!! modo l.'ur'~I:l(w al ((UG<br />

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51<br />

114 <strong>BIBLIOTECA</strong> <strong>LITERARIA</strong>.<br />

-.."....,..- ------ -- ------ - --""'-'----~<br />

debió emplear Jesus ántes de resucitar a Siempre solitaria, basta la ol'acloo te ha<br />

Ii.<br />

Lázaro. ; llegado a ser árida i monótooa.<br />

-Rafaela, dijo con acento solemne: I Cuando DO hai afectos, ¿qué ha dO'<br />

es menester que me oigas como una hi- :¡ ofrecerse a Dios? El alma? Suya es, i<br />

ja, I que yo te bable como un padre; i fi DOla llena u las scnsaciones del libre<br />

IÓjos ya de nosotros los frívolos trata· . albedrfo, bien conocida la tiene. El c~mIentos<br />

de la vanidad del mundo: dé- razon? El tuyo estaba frIo desde el dia<br />

jame la lisura del cariño i de la contlan- I en quc naciste, i helado desde el dia en<br />

za, el abandono de la ternura. I que perdiste a tu padre. El pCDsamien-<br />

Rafaela no contestó: empero, sus to? \ilas se animaron con un rcs- que ocuporsn mas que de la m


EL ANJEL DEL HOGAR. 11.1<br />

~ -~ -~ ~<br />

i su pel~ho palpitaba con un calor bien- ;: quiera dar nos, hija roia: tÚ crcs sin<br />

hechor i desconocido ••. duda roui amada del Eterno, pues ba<br />

i Oh, vida sagl'ada del sentimiento i :I hecho de tí una de esas mártires oscuras<br />

de la intelijeRcia! Los dolores de la,: i desconocidas, que el mundo abriga en<br />

vida material se esconden bajo ci oro .. su seno, sin rcpal'ar sIquiera eu su prcrefuljente<br />

de tu velo, i solo<br />

amor en el alma que iluminan<br />

queda ell seneia.<br />

tus refle- .. -I No la he visto desde que nació,<br />

jas! '. seilOr !<br />

-Lllego,seüor, dijo, con voz trému- -Yo sí.<br />

la de emocioo, ¿seria preferible para -Ah! csclamó con afan Rafacla:<br />

mí la desesperacion al estado de inercia . ¿ i cómo es ?<br />

en quc me hallo? l' -Bella, mui bella.<br />

-No! repuso el anciano: la deses- I -La ban bautizado 1<br />

peraeion es la ausencia completa de la i -Sí: so llama Alicia.<br />

viJ'tud i de la esperanza: solo un sél' i -La cuida bien su uodriza? Está<br />

creo que se ha desesperado verdadera-: buena mi hija? Llora 1 Duerme bien?<br />

mente cn este mundo. Júdas, al ver Por qué no me la traen?<br />

morir al hijo de Dios, vendido por él. ; -Hija mia, dijo el doctor, es inútil<br />

]Jos demas son pobres criaturas cobar- . disfl'azarte la verdad, i vale mucho mas<br />

des i desalentadas, que se honran Ila-" que te resignes Il ella, por dura que sen.<br />

mándose desesperados, como si un .1c- Tu marido ha resuelto criar a tu hija<br />

sus bubiese comido con ellos, i les hu-. enteramente separada de ti.<br />

biera dado pan cuando tenian hambre, i -Pero por qué '!<br />

~ua cuando tenia n sed. -Quiero realizar en ella la absurda<br />

Solo de las grandes causas nacen los idea de la emancipacion de la mujer:<br />

g~'andei efectos. i, Qué hai en la vida i educándola cerca de una madl'C tau<br />

que valga, que merezca la desesperaeion; tierna, delicada í femeuil, uo podría<br />

incurable de un alma,<br />

})ios mismo, ¡no ha<br />

imájen<br />

puesto<br />

de Dios?<br />

al fin de<br />

lograrlo.<br />

-Pero no la veré siquiera alguna<br />

nuestra carrel'a un premio que nos coo- . vez? preguntó Uafaela, que, en Sll<br />

suele de todas las pérdidas? ¿Los padl'es, '. cándida ignoroncia, nada entendia de<br />

los hijos, los amantes, no los bemos de ., emancipaelou.<br />

hallar en uu mundo mejor 1 Si han sido; -Es pero que si: mas IIhora tengo<br />

culpables, ¡,uo tenemos la ol'aeion paro¡ ,uu proyecto que quiero participarte.<br />

redimidos? I; Rafaela estaba abismada en el rceuer-<br />

Ab! Si la menguada sociedad no me : do de su hija I el médico continuó:<br />

npellidase loco, yo iria por las calles -Escucha, bija mia: yo tengo unll<br />

gritando: : esposa i una hija; vivo con ellas en<br />

_i Hermanos, sed buenos i nada te- ; un antiguo castillo, a dos leguas de<br />

mais! ., LÓlldl'CS, que me legó mi padre; ám-<br />

La fuel'u omnímoda e invencible está· bás son dulees,buenas i te amarón : ¡, 110<br />

en la virtud. No, Rafaela, tú no pucdes " querrías pasar algunos meses a su lado i<br />

dcsesperarte, porque cres buenll I serás<br />

fuerte: è ves esc rayo de sol que ántes::<br />

al mio?<br />

-Sí, ah, sí I esclamó la enferma<br />

te he mostrado i que acaricia a tu cnre- . ¡ batiendo las palmas con cntusiasmo.<br />


IIG nlBLIOTECA LITEB.AHIA.<br />

- ..••. --~--<br />

me tiempo: tu marido es astuto, i yo ! dependientes suyos lIevabao sus libros<br />

tengo que serio mas que él, si he de ; dt: cajn, 1105 cuales, gracias Il su p"elograr<br />

lo que deseo. " seocia, hacian chirriar las plumas sobre<br />

-Seilor, dijo Rafaela besando las 'el papel con uoa maravillosa rapidez.<br />

manos de aqucl hombre benèfico: mi II Es verdad que, asi que Mister 'Y.<br />

suerto depende do usted; disponga usted I: volvia la espalda, se cruzaban de brade<br />

ella. ¡¡ zO:;, hasta el momento en que temían de<br />

-Pues ahora, a la cama, hija mia, 'i ouevo su visita.; Ninguno le amaba, ni<br />

que el sol ha desaparecido, i est;í fria la! I le tenia la mas leve simpatía. Ninguno<br />

tarde: para que ducr:nas meJor, voi 1\ : i saeaba utilidad del peDoso i constante<br />

\'CI' si puedo logrnr que des uu !Jeso a tu ¡. traba;o li (lue se entregaba, i la ocupahija.<br />

:. don contíllua, cuando sólo se desempc·<br />

El doctor salió. Fu('~derrcho al cua\'- ¡, ¡la pOI' temor, llega a hacerse molesta<br />

to de Mistl'Îs Belel, i pOi1iéndale ulla:: ¡odiosa.<br />

oulneu CD la mano, le dijo: [. Los pobres muchachos, que acudiau<br />

o dl'· I t d " I -,<br />

-Lieve uste a a ullIa Il cual' o e., a ['s llueve de la mauana, apcnas tl'-<br />

su madl'e. '. nilla tiempo para tomar un bocado de<br />

La muji'r, seducida por el oro, obc- :' pan i otro de pescado cocido, que, en~<br />

decio. Bafaria besó dur'anle uu cunrto:: vueltos en papeles se llevaban CD los<br />

de hora a su hija, i lIon) sohrc su ca- .. bol~íllos de sus mogrientas Jevitas.<br />

beza abunduntl'fficllte: no (;('cnl1Saba l' l\Iister \V, ponia tasa hasta al COI'to<br />

de miraria, i solo Dios pudier" e:ll)'nr; tiClqlO que les cra indispensable para<br />

los ósculos de que aquella eríatur:l rué:' nllIStiCa¡' SI} fru"al refri]'erio. Cuando<br />

'1 ~<br />

cubierta. I ol\'i:lakn por un momento la necc"idu(l<br />

POI' fin, el doctor dió la scihl de re-! de S:J eS1Óm,,~¡), calmada por nquel in~<br />

tirada, i al salir la [¡oùriz3, le dijo en ',tpido alimento; cUiludo olvidaban d<br />

voz baja: : fria de sus bohardillas í las duras priva-<br />

-Si ~lísterW, saùe que hn estado 'ciones a que su pobreza les tenia sujelisted<br />

¡qui, haré que la despida al ius- : tos, con la alegría i el lIpetito de sus<br />

tante, ascguráudolc que la leche de,. poco, años, oian la voz seca i estl'identc<br />

mtell hace dai'lO fi su bija. f' del banquel'o, que les deeia,~segun su<br />

La mujer salió aterrada: i el dudor " costumbre:<br />

se volvió hâeia Rafat:lu, que lloraba il --j Al trabajo, seüores, al trabajo'<br />

aÚn. :i Ealónces los infelices jÔvenes guar-<br />

-- Tell fe i esperanza, hija mía, le" daJJJIl cu el fouùo de su bolsillo el<br />

ùijo; reza i duerme en paz, basta ma-' pedazo de pan duro i lUoreno,. que con<br />

¡¡¡¡ua que veudré a despcrtnrte. ~tanto placel' moruian uu momento án-<br />

: tes, I tomaban la pluma apresurada-<br />

~mente, temerosos de ser despedidos.<br />

~ ¡ Hai CD Lóndres tantos desdichados<br />

CAPITCLO VI.J~:SIMO PUIl\IEHO. que ~:olicitan un destino, por mezquino<br />

. que c~te sea I Los dependientes de l\Iis·<br />

El. AVARO.-Asn:r.rA JF.NEnOSA..-co~;- tel' \'l. no dudaban de que quien diese<br />

SEJÚS.-IŒf:UlilIllO¿ J)OLOROSO".-I'A1\- pruebas de remiso o perezoso seria reemplazado<br />

al instante.<br />

TIllA 1 I.LEGAllA AL CASTILLO.<br />

A I.1s eioco de la tarde abandonaban<br />

1.<br />

el escritorio; i el que mas sueldo tenia<br />

I<br />

no cobrabil mas que tres libras esterlinlls<br />

cada mes. Tl'es libras en Lóndres,<br />

Lns once de la malHma (leI siguiente.<br />

dia açababan de dar, cuando entró el , esto es, unos quincc duros de nuestra<br />

doetól' en el despacho de Mister W. moneda, cquivalen a eomcr pan i pescado<br />

salado cocido tU agua, a vivir en<br />

No le encontró en él. E\ banqucro ,<br />

estllba cn sus oficinas, donde muchos' un chirivitil, húmedo e infecto, I Il ves-<br />

Este Libro Fue Digitalizado Por La Biblioteca Luis Ángel Arango Del Banco De la Republica, Colombia


\ '\ ,j E !, D lé n () (~ \ H . ¡I .•<br />

•...r ../"_~,.. ...•.- - -.--- •...<br />

',irse de los 1lc';llf'chos de las prendcríns, .: i\Ii,trr \\, Ll'yuntús(', i, dirijiéndosc a<br />

Sinemburgo, todos nqllt'lius desgrnria-.: su bureau, dijo al m(~ùko :<br />

dos lenian p3dres, hermana o esposa, i -Pcrdonc usteù quc !lO me haya<br />

algul1o, aàelD'lS de todo (sto, dos o 'acordado aÚn de I'agarle sus cuidados<br />

tres ('(¡almas. ' [JOl' Hafael:! i por mi hija; t"nlas aten-<br />

Ah I lilil1tras \¡in il miseria, haùrá 'doncs me tienen trustornada la cabcza.<br />

(I'.'al'os, l'SU polilla, (jllC rarcome, COIllO " Al dedI' cstas pal¡ILras, abrió cI buun<br />

cancer, uuestra suc:('(J¡¡d : l'cm., i tom,) de uno de sus cajunes diez<br />

gu¡nt':Js que pr('sentú al doctor. Este<br />

lI. :.sonr(o al \'cr la mezquindad dl' la paga,<br />

I i lucgo, scpar:mdo con dignidad I:! ma-<br />

El (; de comp¡¡síoll, -lIable usted, pues, dijlt Mistel' \V.<br />

amigo mio, pOI' ¡él ,ida que !Il~va. sl''ll:ínrln~e con nus complacencia de la<br />

'''_j Oh, fiues 110 3r,¡il~ \J,leú, Îl¡,,:ta (1\11) hubiera ('llIplraùo, a 110 !Uedial' ci<br />

c¡n6 punto vivo e~'l'ÎC\',!.::Hili: rt'I;l1s~) LI ù('~r¡:'cndimicnto dd aneieno.<br />

b',~1(l'll:nl •• '!!innJll \,," las palal!r:-:; de! ::ste port'cia m"dilal', i luego, fijando<br />

nll.'dl(,~,; : ~üi :)D:;) p'ó:'i~ L¡~¡;) : n1¡::; ,~:i: .•+~ eH rI ipn::o tie B..:\faciu una mirada duldos<br />

lne J'ob.\n, lli~'::' (~;:¡il.¡-.diputrs (.iL'·~,:'H~ ; t'L'} !'~H1t;UUÚ :<br />

chI!Ifls trabaji's dei '""l'¡ ¡t,nio, ¡n'j t,:;¡¡·· --)'a he dicho que su esposa de usgo<br />

il nadip 1j\':'Ill'~ l!:"¡"I>lSC. tl'(1110 cs IJ mujcr que le conviene: que<br />

-Es \'Pl'll;¡d, es "rnL,d I por l'SC;k ., le sirve de carga mas bien que de ayuda.<br />

Cl1P.li'nr!I,~.~(l D. 1:;'(:[1, (petiLlo ¡¡'¡¡100, i {1t:~iu considero solo como una pobre<br />

.\ h, ~i ¡¡,(\",i ~(: ;Il!b~\'ïa ('asado ren otra cri¡:lura de pocos alcances, aunque de<br />

rnuy~r, eon una i:I~~!cS:l! pur e:cmr!tt : niui lHlí'i) fondo.<br />

i\listel' \V. mil'll (,(¡~l '~esco;¡fL!.:',:\ (li :':1:1\'11'0 him un signo de asentímienínédico.<br />

I.c ha[¡¡¡; ~!'\'¡ljp ~;\'Illp¡;: ,(;;;ra· Cù, ¡;oj '!l,;Jico siguió en estos términos:<br />

Ùll adicto p, Ibi',l!'!:;, parii qlW e~. esta -,Crr:), amigo mio, que Iluestro deocasion<br />

le p:!r~'cit's(' su lenguaje na:ul'ill bel' dt' cristianos cs el de conser\'ar la<br />

i sincero. Conleotú';(', pues, CU!! dil' uu c:'i.btrnda de las personas li quienes la<br />

suspiro por toda ~ontcstaeiOll,esperanùa, l'dijion nos manda amar, aU1H,j\lC realeOIl<br />

~¡¡ S?1::widad i,aoitual, il (iUe el mClli":Jo lils amemos, ya porque ellas<br />

,'",V;C!; se dl"UliJll('S(; lila,:. ,: no SP lO Il1Crl'lClln, ya por una natural<br />

_ ,\Î.:


Jl8<br />

nIBLI.oTECA<br />

LITEHAHIA.<br />

~---~---~-~--""""-"""'-""'--""'~.....-.......,- - - - -<br />

bcré yo conscrval' I ¿ Cuál está amena- ! i compoDer \ln sermon meior CJue muchos<br />

zada -; ;; clédgos protest.1ntes ..<br />

-La de llafacla! contestó el anciano :1 -Ah! j Quién hubiem hallado ese<br />

call ~n;¡s calor del que huhiera quc;'ido ,: tesoro ~esclamó Mister \V. con un pro.<br />

manifestar. Despucs cillmando aquel,' fundo suspiro. Yo buscaba capacidad o<br />

jenel'oso 11I'I'unque con el enérjieo es- dinero; sabia que esto último n() lo tenia<br />

fuerzo del hombre de mundo, ailudió,· Hafada; pe/'o creí encontrar en ella<br />

'l'Íamente : i: instruceion bastante para Ayudarme.<br />

-Rafuela se muere; nacida bajo un ,i -Todos erramos alg.una vez en la<br />

ciclo radiantc e iluminado por un sol, :~vida, amigo mio; paci¡:ncia, pero vasiempre<br />

hermoso i vivificador, su (,ol'a-· mos a ver: ; no cree usteJ que Rufaela<br />

zan se hiela bajo nuestras nieblas, su ,'sel'ia aÚn susceptible de aprender! Qué<br />

cabeza dolorida estil destrozada; su cs. ,edad tiene)<br />

tomago debilitado, ¡casi perdido el ape- ~-CI'eo que no ha cumplido todavía<br />

tito, causa natul'al de su absoluta curen- veinte i dos ailOS.<br />

cia de ejercicio. ;1 -Aún pueria volver5e otra; i para<br />

-I por que /la sale? reptlso Mister que vea usted cuáuto me intereso en la<br />

\V. con una ira que eub,'iú sus flacas,; felicidad de usted, vengo a proponcrle<br />

mejillas de Ull eucíil'nado repugnante i . que me la deie lIeval' a mi castillo.<br />

bilioso; par qué no trabaja? ¿ quién I --I ella querrá I preguntó Mister W.<br />

1,1obliga a que se pase los dias entcl'os ,en cuyos ojos brilló la alegría.<br />

seotada en uu sillon? -Yo la convenccré; i allí, allndodo<br />

-Su temperamento, su naturaleZfl Catalina i de Eoriqueta, caOlbial'á quimuelle<br />

i perczosa. Qué quiere usted? ' zá de carácter; eo fin, i qué cuesta<br />

Podemos nosot/'os pcl'feccionar la obra I probar?<br />

de Dios .] I: -Nacla: sacrificaré sin mucha pena<br />

-1 qué hacel'? i Yo no puedo dal'le :: algllu dinero para satisfacer a usted los<br />

la salud, si ella se empeña en no tc- : I gastos que le haga mi mujer, a trueque<br />

nerla ! ;; de que ella venga capaz silJuiera de ser<br />

-Olgame usted, amigo mio, dijo el 'uua buena i enteodida ama de gobierno.<br />

médico aproximando m


EL A:\JEL DEL HOGAR. 119<br />

Baraela tomando con c!\riÏlo I gratitud,: llnfacla lloraba en tElllto que hablaba<br />

la mano del doctor. ,: el ductol' j pero habia levlllltado la cu-<br />

- TI'anquilamente? prl'guntó el an- heza, que, en lo agudo dc su pena, dociano<br />

contando con cuidado los latidos btara sobrc el pecho, i sus lágrimas<br />

del pulso de la enferma .. corrian COllmucha ménos aruargUl'a que<br />

-¡ Oh, sí ~ repuso ésta; COlila ma- . otras veres.<br />

yor tr:mquilidad. -lIijU mia, p,'osiguió el anciano,<br />

-Bien se conoce, dijo 'JI médico 501- . continuando la dulcc tarea de vcrtcr el<br />

tando la mallo de Hr[- da con s('mblautc '. bÜlsalllo de sus palabras sobre aquel<br />

satisfecho. c¡¡r¡¡zon, (,llfcrmo i ahatido: hija mia,<br />

.1 luego añadió sOllr;endo COll esa si tú conocieras una pequella parte dl'<br />

hondad, que es la coquetería de las;' los dulores que yo hc presenciado en<br />

canas: ': esta vida, i de los que he padecido yo<br />

-. Vaya, l, te hnllns cou fuerza paru: mismo duraute mi larga cal'lwo, 110<br />

hacer los preparativas de la rnal'(:ha ? ': dudarías dl' In p:eJad de esc Sér bíen-<br />

-Pues qué, nos vumus'( esclallllÍ' I I,pcùor q\le preside desde el ciclo nues-<br />

HaÚlela Cilcuyas beBas facciOllcs brilló . tros destinos,<br />

la espeJ'aDza. ;I Dei sella de las mas grandes amar-<br />

-Sf. : r guras, brotil il vcccs un rayo de cspe-<br />

-Cuánd,) or r r¡¡llZa, i ci SrilOr aplica siempre la copa<br />

-Así ll':~ tÚ estés dispuesta. : del consuelo fi los I¡¡bios del que "a a<br />

-I mi :¡;j¡l 'f ! fenecer ahogado por el dolor.<br />

-N~ lJ)() he n~revido H l,wblm: de ella I: Yo slJi,uno de los hombres (l~~ mas<br />

por h," u tu marido; hlluleru SIdo dar-' han sufndo en e.te mundo. MUllóven<br />

le 'Juc sospechar, i tr ") cstaba per-I, alÍn, amé il una mujer buena, hermosa,<br />

dido •. i dulce .. - - que s,e te parecia, cn .fin ~<br />

Rafaela bajó la cubeza sm respond'?r; No obslante, ml ¡atlre la aborrecIa: 1<br />

pero el doctor que la obsc!'vnl.la atenta- i sincmbargo, el era ~"mb¡t:n buena, jnsmente,<br />

vió deslizarse ,;¡¡S gruesas 1;''~ri-" to i razonablc.<br />

mas pOI' sus blancas ml'jill~s. :: En vano tl'fité de vencer su resisten-<br />

-Hiia mia, le diJO vol viendo a to- " cia: era anciano i aquella antipatía cs-<br />

Illa., sus mallos; no te doi mi palabra' r taha aferrada a Sil /lIma, fria ya por la<br />

IOl'mal de IIcvarte il tu hija, p0rtIue nu r i ('dad i calentada ~olo con los rayos de<br />

sé si lo podré lograr; un homlJl'l' nun - !; mi eal'illO.<br />

ca ùebe pl'ometcl' mas que lo 'lJue estú: Mi padre depenùia de mí, i me deseguro<br />

de cumplir, I pretiel'o verte pu- [cJarÓ '''lC rchnsaria todo sucorro que<br />

decel' Il dadc una cspCI'nIlZl\vana. SuCrc, ,í viníCSl .iC mi mano, si me unia con<br />

por Dios, Rafela; todos tenemos ClI' I aquella ,llljer. Este l'l'a el mas poùeroeste<br />

munJo una CI'UZ mas o méuos pe- 'r so, O m('jor dicho, 1 tinira medio de<br />

sada, i Dios quizá le ha dcpul'at.lo una I; harermc imposible aqut'lla pasion, lIa<br />

que abrumûl'éi tus homlll"i)s! PCI:O Sil'! felicidad que en ella disfrutaba. Conobondad<br />

110 te abanclonani; el qllc lIU ;I cia a mi pa:ll'c, i Eahia qne ¡jntes se deùesampara<br />

fi /:1S pnjariil,,~, el ¡;)scctos, que 1:1: hijü desoberlicnte UIl pedazo dc pan.<br />

agua pruducc o (¡UG ~,~ ;¡¡'t:ltil l'¡:tre la' Desistí. Dmante I[\r,~os ailOs me hl'<br />

g¡:1,na, ,; se ha do ol\,id:'l' dc lí, qltcri- [ll"egulltndo nt'spucs el motivo ele ¡¡quc"'-<br />

da hija mia ~ (; To halmi dado Ull eo- lia "vE'r~iÙ!ldl' mi padre hácia lu anjeli-<br />

\'HiOn !llwno i ticr ..u ~"llo para sufrÍ!'~; cal ciÍatll":l, quc hubiel'n sido para ('1<br />

: 'í'e lj,;crJ'il :Jl'l'ehat:o.rcùónplctanH"ltL' cI h mejol' i mas eariilOsa llC' las hijas, i<br />

Úllico de t'IS g'JCl'S, hlld0ndotc descollO- jam:J5 pude ClIcolltl'al'lc •<br />

.:ida a tu hija: :\0 III C/'lo,'Sasi; dudar ¡'ui u VCI' a mi amoda; i apuré la<br />

de la bondad, lIe la justicia (Ic Dios, es amargura dl' decirle que \}O podia ca~<br />

Ulla impiedad (11Jl~ :hl i\ll'rCC~' pefl!oll! Sill"mCCOll dl;¡. 'le oyÓ tranquila i rc-<br />

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120 <strong>BIBLIOTECA</strong> <strong>LITERARIA</strong>.<br />

~--.-.~~-~<br />

'~jgnad,1 rn la aparit'lwia; peril la palidcl: que la mujer, a quicn tanto habia ama-o<br />

del'u semblautc me hb) conoccr lo que., do, habia mucl'to para ti munùo i para<br />

sufria .. mí, tomando el velo l'n UI10 de los coo-<br />

Oh, Dios mio' prosiguió el cloctor ., vcntos del coullallo de Khent.<br />

Ile,'ándose o JIlS manos a la o frent,e con' Seis ¡¡¡lOSmas tardc, murió mi padre<br />

una cspreslOD de dolor IlI'lIJ(,llte I ('011- hendiciénùomlJ, i poco dl'SPUCSme uuí<br />

centrano que asust?ba, al "cr sus blau- ., a Catalina Pan-y, cansado de la soledad<br />

cos ,cabell.OS :¡ I)IOS ~e los buc~lOs'·. en que la muerte de ml (Hldre me habia<br />

j Cu,tDdo barrai ás en ml la memOfl:l de . dciado.<br />

aquella acinga hora I ; Cuarcnta ailOs, o' o .<br />

hun pasado, Se¡lOr, i aun veo ir ~ubil:'D , ,-;' En:on~ro ustecl~ p.or fin, la fclldo<br />

la densa palidez dl' la muerte a Jas . eldad, srllor, prrgunlo hafaela tOnJ.anfacciones<br />

de ¡1l1ul'!la muier, i aÚn "CO, do aft'etuosllml~lIte la nWIH) del medIto,<br />

Irse anublando la luz de sus ojos, i aÚI},ii profundnmo,ida de la alteveo<br />

temblar sus labios, como las hojas I: racion que demostraban aÚn sus facde<br />

una rosa balidas por el vendabal! : I cioues.<br />

Calló el anl'Ïano: sepultó entre ámbas:: -Sí, respondió él ~ la fclicid


EL A~JEL DEL HOGAH. 121<br />

Que todas tus palabras para Alicia:!<br />

sean de paz i de man'cdurnbre:' I CAPITULO VIJESIMO SEGUNDO.<br />

inspírale nmor a su padrr, porquc<br />

quizá él, pOI' sí mismo, no se haga<br />

querer de l'sa niÏla: siempre que<br />

puedas abrazarla, rrpil,~ li su oiùo las<br />

máximas del debcl' i dc In yirtull, eu<br />

vez de emplear el tiempo en l[l('os trasportes<br />

de ternura; i de ('se mOlla, CUUIldo<br />

esté Jéjos de tí, pemará ('n su madre<br />

como ell un sé!' bcnéfic'l i qnrri.lo; dt'<br />

ese moelo, conjururás la ¡ncH.'reacia ;<br />

el menosprecio quI' háeia tí dl>sput'lriÍll<br />

en su corazon las manos waales i oficiosas<br />

que la manejen, i no sc estínguirá<br />

eo su pecho la santa semilla del amor<br />

filial.<br />

-¡ Oh, señor! eselamó Rafnela; todas<br />

las palabras que se escapan ,1(' lus labios<br />

de usted ellen en mi coraZOll rd'rese¡ílldole<br />

i consolando su am:¡rp'\1l1; ¡,Clnt':<br />

poder tienen los r,lzonamielltos Je usted<br />

para ali ,'iarme ¡¡sí '?<br />

-Esa es la únic¡~ \'Cnt~j:l qu'~ queda<br />

a los que hall suí'rido mud.lo, ¡¡ij'l mia;<br />

dijo el doctor, levl!ntándose i ~onl'iendo<br />

melancólicamente; sabemos a:ivial' los<br />

dolores de los o,'mas, i así olvidamos<br />

alguna vez los n, ~stros,<br />

El mrdico e


<strong>BIBLIOTECA</strong><br />

<strong>LITERARIA</strong>.<br />

dlentc de un terciopelo del mismo color, ~da venir a entristecer esta cssa con el<br />

que rodeaba su cuello. ' espectáculo de mis penas.<br />

Miss EDriqueta se parecia mucho a su '. - Mi madre i yo consolaremos a usmadre:<br />

era alta, pero poseia toda la ted, señora; i, si no podemos lograrlo,<br />

graciosa esbeltez da sus diez i siete años. :! lloraremos juntas; obseryó In hija del<br />

Sus cabellos largos, blandos i sedosos, :' doctor.<br />

estaban rizados pOI' la mano cal'iñosa de ': -.- yé, Eol'Ïqueta, dijo el señor Simpla<br />

señora Catalina. Tenia los ojos IIZU- " son: conduee a Rataela Il su cuarto,<br />

les i la nariz perfecta, lo mismo que la !: i qne se acueste, porque necesita des--<br />

boca, que cl'a diminuta i sonl'Osada, :' canso: yo tengo que hablar con tu<br />

Sus manos eran afilndas i blancas; i cn ;' madrc, i luego iremos al cuurto de Ratoda<br />

su persona, reinaba esa gracia al-' facia.<br />

go fria, pero delicada i IleDll de digni- Las dos j(ivencs salieron del salon i<br />

dad, que es el principal adorno de las ¡, atravesaron una galcría l'utoldada de<br />

mujeres inglesas. Yestia un traje blan- ,! pámpanos, que daba entl'ada a varias<br />

co i liso, sujeto a la cintura con una ,habitaciones de la casa, Enl'iqueta abl'ló<br />

cinta azul. 'una de Jas muchas pucrtas que se veian<br />

Rafaeln dejaba vagar sus ojos de la ; en ella, i penetró con Bafaela I'n uu<br />

madre a la hija, i,no se causaba de c¡¡n· cual'tito fl'esco, blanqueado i amueblado<br />

templarlas. Habia en ámbas ciert:! es- ,con estraordinarla sencillez.<br />

pecle de mensurada dulzura i una espre- I - Este es Sil cuarto de usted, amiga<br />

sion de dicha tranquila, que clla no!' mia, dijo li lll.faela: l'stá inmediato al<br />

ballia visto, ni habia sentido jamas. I mio i puede Ilamal'ml' li cualquier hora<br />

Por su parte, l\listris Simpson í su I del dia i de la no~he que me necesite.<br />

hija contemplaban a la viajera con dul- : i - No sé, en verdad, seilorita, cóce<br />

interes, ino bien se huho llpeado, !' mo agrade'cer tantas bondades, dijo<br />

Miss Euriqueta le ofreció el abrazo, í la: l\1istris 'V. dejando ,-a;;ar sus miradas<br />

condujo al salon, siendo sl'guidas ám-I: por aquella sencilla habitaeion, a traves<br />

bas por el doctor i su esposa. ;, de cuyas ventanas abiertas se distlnguian<br />

las mOlltañ:ls de Escocia cubier-<br />

II. tas de nieve i heridas por el sol.<br />

! 'fanta era su distraccion, que no ad-<br />

-Catalina, dijo.el médico a su mujer . virlió que Enriqueta la iba drsnudando.<br />

no bien se hubieron sentado: considera -Por Dios, seilOrita, (.qué hace usa<br />

esta jóven, corno a nuestra Enrlqdeta; ,ted? esclamó Rllfaelil confusa.<br />

es mi hija m"yor, I espero que la mires, -Mejor será, dijo £oriqueta, que nos<br />

IO'mismo qlle si fueras su madre. ' llamemos de tÚ: ¿ no me ha em'argado<br />

- Entónces, hija mia, repuso M¡stris' :ni padre que nos miremos como her-<br />

Simpson dirijiéndose a Rafaela, me dis-! manas?<br />

pensarás de los cumplidos, i permitirás i -Es verdad, contestó Rafaela, i yo<br />

a Enriqueta que te llame hermana ¿ no ¡! tendré en ello mucho gusto, i mi coraes<br />

verdad? zan recibirá un inmenso beneficio:<br />

Bafaela besó por toda contestacion la pero deja 'lue me desnude yo.<br />

mano de la señora Catalina, í dejó caer; -Aquí, diJO Enriqueta, tenemos solo<br />

en ella una lágrima. dûS crilldas ancianas, que han servido a<br />

- Mucho has debido sufrir, hija mia,' mis padrcs des da que se casaron, i que,<br />

prosiguió Mistris Simpson: solo los que,'. demasiado toscas para sel'vir de camabaD<br />

sido desgl'aciados lloran cuando sel" l'cras, te disgustarian, querida Hllfallla:<br />

les demuestra amor: en el corazon de i. por eso te rUt'go que me permitas ayu·<br />

las personas dichosas se alberga siempre i darte ••<br />

mucha Indiferencia. !: -Ah! esclamó M/stris W. COD efu-<br />

-Si, he sufrido mucho, señora, con- < sion: no creas, querida Enriqueta, que<br />

testó Rataela; isolo me aqueja el temor I¡ pueda molestarmo niDguna muestra de<br />

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EL ANJEL DEL HOGAR. ua<br />

interes, de cariño o de complacencia, Preferible es, a mi modo de ver, el<br />

cualquiera que sea la persona de quien : sufrir las mayores penas, a eroa ausencIa<br />

venga: he sido siempre tan desgraeia-·' completa ele sensibilidad i de afectos,.a<br />

da, I ho visto en derredor mio tan poco . ese hastío háeia todo aquello que Coramor,<br />

quc cstoi allsiosa de él. : zosamcntc ba de rodearnos.<br />

Entónces, nmlga mia, repuso Enri- Rafaela era de las mujeres privllejfa ..•<br />

queta, aqui tc hallarás bien. Mi madre 'das que pueden sufrir mucho: pero que<br />

es sencilla como una campesina, pcro . no pueden f,lstldiarse jamns. Conjurab!l<br />

amorosa i buena: yo Cl'eo que lo Sl>l ella la monotonía dc la vida dcl castillo,<br />

tambien; porque, educada pOI' ella i ,con los rccursos.de su propia imajinapor<br />

mi excelente padre, \la podia tam- cion.<br />

poco ser otra cosa; adema s, quc, drs- Bordaba, leia, se paseaba aùn en los<br />

de el instantc p,'imero cn quc te he 'dias ncbulosos tau frecucntes enaguel<br />

visto, una simpatía irresistiblc mc atrac ,clima,í tocaba sus sonatas favoritas en el<br />

hácia ti. : piano de Enriquetn. Como todas las mu-<br />

Enriqueta, nI decir estas palabra~, ; .ieres de alma tierna, dedicaba nlgunas<br />

acabó de abrochar eo el torneado ClIC- horas del dia a la oracion: I cuaudo la<br />

110de Rafilí'la ulla bata de dormir, i memoria dc su bija la perseguia de<br />

despues la ayudó a acostar, art'opándo masiado, cuando el dolor i el desalienla<br />

con el mayor esmero •. to illvadian pOI' completo su espíritu,<br />

o<br />

Aún hablaban Ins dos nuevas amigas, re7.aba tambicD, i la oraeion traia a sus<br />

cuando entrnl'on el doclo¡' i su e"po- ojos un llanto copioso que la IIlivinba.<br />

sa, i poco despucs se prescntó ulla dc I No obstante, aqllel·l'ccuerdo puuzanlas<br />

anelnnas sirvientas con un vaso de ! te estaba siempre en su alma; no había<br />

leche {'aliente colocado en un pInto de Ulla hora, uu instante en que no viese<br />

losa blnnca. " la in¡¡¡jeu de su hijo, ora hermosa I ri-<br />

El seilOr Simpson hizo que Rafoela la . sueila, tendiéndolc los brazos,ora enferbebiese,<br />

en tanto qlle la seiiora Cata!i- : ma I moribunda, con su pálida cabe-<br />

Da encendla una la mparilla l'olocUlia ' cita recost&da en el seno mercenario de<br />

sobre un velador, I, despues dc desear a i\listrís Be/d.<br />

su huéspeda una noche Celiz, se retir:l-, El doctor participó un dia en la meron<br />

todos, despidiéndose basta ci si- ,sa que tenia quo marchar a Lóndres<br />

gu/ente dia. , para atendcr a la cura de uno de sus<br />

:: ll'lliguos clicntes. Aunque aquel exce-<br />

III. ,.lente anciano se habia formado ya una<br />

; I renta suficicntc para sus modestas BSpi-<br />

Dos meses SI' pasaron para Rafaela ,raciones, no habia podido deseotenderen<br />

ci castillo del doctor con la rapidez ; se de algunas dc sus relaciones, / vislde<br />

un sueño. ,. tabo a sus amigos, siendo en casa de<br />

La existencia en él era, sinembar~o" uno de estos donde Mister \V. Ic CODO..,.<br />

bien monótona, I hubiera parecido in- ,ció, i le rogó quc fuese a vcr a su essoportable<br />

11 cualquiera otra qlle DO fue- .' posa,<br />

ra Mistris W. : El avaro creyó desde luego que seria<br />

Pero ¿ qué mujer de alma tierna i, mllcho ménos caro un facultativo, que<br />

pIadosa no halla rceursos en sí misma'! vivia CI\ el campo, quc uno de L6odres,<br />

Mas que a la mujer, rcalmente dcsgra- .. í se ha visto que el éxito sobrepujó a sus<br />

clada, compadezco yo a la mUjer quc : eSl'eranzas, puesto que el doctor Simpse<br />

fastidia: porque ¿ haî algo compar'(l- .. son nada quiso admitir por los cuidados<br />

hIe a esa helada Indiferencia hácla to- : que habia prodigado a Rafaela.<br />

das las cosas que DOS rodean? ¿ lIai; AI participar el doctor a su familia su<br />

algo peor que esa falta de sentimiento o próximo viajc, Rafacla le miró de un<br />

esa falta absoluta de aspiracioncs i de I modo tan triste i espreslvo, que el docealor<br />

en el corazon ? I tor le coutestó, comprendiéodola :<br />

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COll<br />

~24 fi I fi L lOT E C A L I T E fi A R I A.<br />

-Ten confiaoza en mí, hija mia. 'I -Qué fué de ella 7 preguotó "iva-<br />

Raiaela enjugó una lágl'ima ùe grati-l; mente Rafllcla rompiendo el silencio,<br />

tud, i la señora Simpson pregnntó a su ; contra la espcranza del médico.<br />

esposo que cuánto creia que podría du !. -No lo sé I respondió éste sombrlaraI'<br />

su ausencia. \: meute; no lo he sabido jamas I Para<br />

-Un mes, a lo mas; contestó el:, qué ~ i E:la habia mucrto para mi,<br />

doctor: confío cur ••1' cu csc tiempo a fa:' i, felizmente, para el mundo tambieu !<br />

persona que mc nccesita. : Pero volvamos a lo que tenia que ha-<br />

Mistris Simpson i Enriqueta, acos-I blarte, J¡i,:a mia: te he dirho que te<br />

tombradas a Ins frecuentcs ausencias: pareces a Carlota en ('uerpo i alma.<br />

del médico continuaron comiendo l' - Cal'lota! gritó Blibela parándose<br />

hablando de otras cosas ~Olltrll.llJuili- i de sú~ito. Carlota era, seiJor, el nombre<br />

dad; mas Rafaela pemo con secreto 'de ml mlHlre I<br />

terror eu el


· , ...•.~ /' .. - '-.....~.,.<br />

rosas; pero no hao alcanzado a darme l' 1 ¿ qué nombre daremos al seutimienotras<br />

gratas 1 i creeme, hija mia ..•. ,·ale. to que me liga a li'~ El loco mundo, el<br />

mas sentir uo agudo dala" que esperi- mundo ruin i calumniador le lIamaria<br />

meulaI' el vacío en torno nue~tl'o. ; amor qui"l.à, pero )'0, si le llamo amor,<br />

-Demasbdo lo sé: murmuró débil- " hdlamaré amol' de padre, que es el úoi·<br />

mente Rbfaela.<br />

:: co que le conviene.<br />

-L'l intclijencia I ¡Oh,:a intelij¡>nci de illz caido de tus los IHdres o el de las madres no es tan<br />

ojos I ¡l, cuando cstá uui!la a IfI scn- • ciego, como se cree, i está casi siempre<br />

sibilldad I n la poesía de la al ma, cs una eo relacion COlllas cualidades i con el<br />

parte misma de tu sér! . cadctcl' de los hijos: ademas, Enrl-<br />

, -Pero su csposa ele mtfd i su hiJa quClrl tiell~ tr('~ pel'sonas que la ameD :<br />

soo buenas i s,'nsiblcs, ¡¡migo mio, di.o i su madre, yo i su prometido: eo tantimidamente<br />

Rilfaela. to ((nr, tú \lO tienes a nadie mas que a<br />

-Es verdad I contestó el aDciano. ' mi que te quiera, I a quien querer: su<br />

Es verdad' pero mi cas,l esb. llehda, ,naturaleza l'S, por otra parlc, mul discomo<br />

lo están muchos !);;!ae;os (Il~ma~:,- lill~:1de la laya: tiene un orgAnismo<br />

Dates, en los cualcs hiervc la riqueza, i inglés, qUI', pam llpsgl'al'ia mia, nO<br />

en los c\lales, sÏlwl\\uargo, he ~¡'.ltido ,ha querid,) concf(lerme la Providencia:<br />

eofriarse mi COl'ílzon' tÚ Ill:cesilas mucho amor: ella se coo-<br />

I Prefiero sentir en rededor mio c\' tenta C,llI mui IDco: ùrjadme, pues,<br />

bramido de las pasiones, li la calma de quo os quiol'l\ a fllt. ámhas l'omo padre,<br />

los sepulcros! iQuiero la virtud SEll- pero llue os quicl'a fi cada una segun lo<br />

tlda, no rutinaria I i La quiero amada, necesita.<br />

DOImpuesta! i La qniel'o por convic- El méllico, al p,'onuneiar estas palaclOD,<br />

no por costumbre! Ah 1 i Si \ID bras "ió "l'nil' pOI' uua de las calles dei<br />

te hubiera hallado Il ti, ljUizá, hija mia, parquc a su mujer i a su hija.<br />

hubiera yo muerto mui pronto ~ -Eseríbcmc todos los dias, dijo a<br />

-Ah, scilOr ! Ah, padre mío' escla-' Rafaela cOlloeieudo 'lue toda intimidad<br />

mó la jóven cubricndo de beso~ i de lá-, iba a dcsaparecer de la eooversaciun :<br />

grimas la mano del anciano: ': COllque 'yo vol a vcr si puedo traerte a tu hija,<br />

aún vale para alguna cosa ésta dl'sdi- 'cuando vuelva ll(jui.<br />

chada, a quien han quitado hasta su 1 El paseo continuó pero ya no se trahija?<br />

!,' tó sino de asuutos jCDerall's. A las diez<br />

-Te han quitado a tu hija, porque ¡volvieron todos al castillo, i cada uno<br />

temian que la hicieses, con tu I'jemplo, ,se retiró il su cuarto, pues el señor<br />

demasiado buena, demasiado tierna, de- ':;"11~ "m debia marchar a Lóndres ai<br />

masiado sublimr, i porque su píl1lre alllf\npCCI'del siguiente dill.<br />

quiere bllcerla tan ruin como él. Plu- l~a\'aela poseiù" de una profunda trisgulese<br />

al cielo que yo pudiera cvi-' tCla, durmir) mui poco I la aurora la<br />

tarlo I ..encontró apoyada ell la ventaDa de su<br />

_j Dios pagará tan hcrmosos deseos,' cuarto, desde la cual oyó partír el C8-<br />

ya que yo DOpueda hacerla! mUI'muró., rruaje del doctor.<br />

Ralaeln.·<br />

II<br />

-Tú me has pagado i me pagas CODi v.<br />

usura. si te he hecho Illgun bien, hija ,1<br />

mia: ¡en quién, sino co tí, he .halladorl. Aquel, mes lo pasó Mistris W. casi<br />

yo ese Iman que apcga a la Vida, ¡ la' . en la misma soledad para su cor8zon<br />

hace ver a traves de un rosado prisma? ,! en que siempre habla vivido. i Estraña<br />

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- - -- - •••• Ao _ ••••• , ••• .a., & ••. ,<br />

fatalidad empujaba sin cesar a aquella' I su madre. Mistrls :¡impson I Enrlqueta<br />

mujer hácia los séres que ménos podian I mirabau tambien Ilquel hermoso cuacomprenderla<br />

I ! ! dro, i solo Rllfaela sc acordó de pre-<br />

No obstallte, sus ojos disfl'utab~n, guntar al dodoI', cuando vió que iba a<br />

mayor solnz nllí, quc cn la sombria ha- reliral'se:<br />

bitacíon que habia ocupado cn casa de' I -I el enfermo?<br />

su esposo. El castillo, aunque tríste" ¡ -Curado! respondió el doctor, pasera<br />

vasto, i su grlln jal'din i su estcnso,! mado de nquella sensibilidad de coraparque<br />

le pel'mitian pasearse hasta quc " zon, quc hacia a Rnfaela acordarse de<br />

el cansancio del cuerpo domiuaba a la II las penas


EL ANJEL DEL HOGAR. J27<br />

II.<br />

...• -" •..... '--'<br />

'-'"./<br />

¡ ¡ 'mo los pliegues de un aÓl'eu i perfu-<br />

CA PITULO VlJESE\lO TERCERO. "mudo mallto, i al cual no resisten ni IllS<br />

VUELTA A LÓNDRES._ ~lAny.-CA[\'';Cn:R' orgunizaciones mdS gl'oseras i materia-<br />

'les. Alluella mujer, que no era nada<br />

Ill! ALIC1A.-\'R~:V1SION DE hI.\I>l\E,-EL d<br />

DIA DEL ÁNJEf. SAN RAFAEL,-A)lOR Fl- devota, so sentia con deseos Il r('ZIIl',<br />

cuando ('ada dia veia a Rafaela arrodi-<br />

LlAL.-llOSAS 1 D1A~A"'TES.-LA CAIlTEIlA. I I I<br />

liada junto a lu cuna de su liju, rec-<br />

J. taudo eu ,"oz baja las oraciones de la<br />

Un año p('rmaneeió A licla alIado de noche.<br />

su madre, sin que !\listel' \V. fu~sc /Ii La pobre madre era feliz: pero ella<br />

una sola \'('z al r[lstillo, ell el t¡,asr'lr~u debia cuutar coud poca dicha sobre<br />

de este tiempo. Tranquilo, l'ail Ins CIII'- ia ticrra i biell pronto viú desaparecer<br />

tas del doctor, aCHrcu de la robustez i" su tl'nulluiliJaù.<br />

excelente salud dll su hija, i del apart:l- ¡,<br />

miento absoluto de Hnfüllla, en que la<br />

hacia vivir, nlldll mns necesitaba sahel', Un dia que se levanló :\Ibter 'V. de<br />

I se entrl:'gabn a su pasiou dominante;. mal humor, tomó la pluma i escribió al<br />

la de acumular oro. 'médico que le envLse su llij'j, pues<br />

Sillembargu, el doctol' Simpson tc- l'unt:;:'u ya esta quiucc meses i deseaba<br />

hia glllladll a la nodriza. A¡H'nas Alida, tenerla li su lado.<br />

cumplió un año, ¡¡vi,(jel mé.lku a 'Iis-' E,te golpe aterró n Rafaela, a quien<br />

ter \V. la necesidad de Jesmf\mar 1\ la el doetol' coscÚó III cartil, calculando<br />

niílí\, i le hi7.0 presente tarnbirn que" que ,JO podia uminoréll' el d¡¡üo con oculestando<br />

mui cncariililda con Mistris Belel tarlo.<br />

i care.ciendo és.ta mujel· de familia, le, Cunociendo R¡¡faela que nada adeparecia<br />

convelllente que se qlled:lse ¡~I, lantaria con llorar vistió a la niña i<br />

servicio de la pequcüi\ Alicia, :\1istel' \\. : IUl'Cf,) se puso ella' mi~ma su traje du<br />

consiotió ~ustoso ell, todo esto, i hullic·- :: can~ino.<br />

ra consentido del mismo modo l'Il ('oan I __ QUt; quiercs Lacer? le preguoto ci<br />

to I.chubiese propuc~lo el doctol' a quien, doctol'.<br />

c~ela habel· intel'esado con su des[Jra-: -Seguir' a mi hija, contestó Rafaectada<br />

suerte.<br />

, la re'lleltampllte.<br />

Achaque mui comull cs la /':'cdlllidad!i -1 pmI 'IUU I l':.:. sabes que tu maen<br />

las personas l'goistas. Sil: sllher po,' ¡, rido nû l)uiere quo viva a tu lado?<br />

qué, cl'eeo que illte/'l'Sélll alllluudo cu- ir -Al méuos 110 podl'ú privarme que<br />

tero en su favor, i merceù a la astucia i :¡ viva unjo el mis,'"ù lecho que clla; que<br />

li la lisonja, se les ellgaùa con la ¡nayol' I; oiga su voz, i ~us ri~llS I su Ilunto.<br />

facilidad. 'I --Dcsgl'Ucíùùa' : Quieres volver a<br />

Mistrís Beld era tambien egoista i aquella sombría habitadon de la cual<br />

aVal'a: pag:lda bien por su amo, i rega- te ~aqllé casi moribunda!<br />

lada conlinuanente por el doctor, tomó --i Sí, quiero volver: todo lo arrossu<br />

partido, i parec;(Í intere,¡¡rse mu-, traré para no s('parme de mi hija.<br />

cha por Rélfaela, a qLlicu abandonaba '; Eu V¡lIJO :\listris Si..npson i Enriqueta<br />

entel'umente \'1cuidado de Alicia, miéu-' illlrlltaroll disuadida. Hafaela fué iutréls<br />

eJlupiI'/I;'1I el dia {'n l'Offil'r, ell bl'- ': flexible. Vió partir en el coche del docber<br />

o en rUIlCd!" t(,IHJidn cn un sil/Vil de I tal' a éste con Mistl'is Beld i Alicia i In,'-<br />

baqueta OSCUl'lI, que babía hecho cotll- :' go Ips ~igu¡ó ell la calesa que la seúora<br />

cal' en su cuurto. ¡; Catalina i su [¡;¡a usaban co sus paseos<br />

Sinembal'g(l, ellíl~elltia hácia Hafaeta " campcsII·es.<br />

una especie"de respeto profundo e 10\'0- Ii Tan eslrarlO vehículo llamó mucho la<br />

luotario. I es 'lue las madres tienen un JI atellcion de los transeuntes, no bien eoprestljio<br />

sagrado, que las envuelve, co- ~!tró en ;Lóodl'es: pero la {lobre joven<br />

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125 <strong>BIBLIOTECA</strong> <strong>LITERARIA</strong>.<br />

Iba demasiado dolorosamente preoeu-·· Un golpecito dado a la puerta vino a<br />

pada pnra reparar en ello. :' sacaria de sus dolosas reflexiones. Ra-<br />

DetÚvose, at fin, d carruaje en la· f.1cla abrió, i vió catl'ar a una nlñR,<br />

puerta de sn casa, i notó en ('lia el, mis como de doce años, que traiaeD sus<br />

mo sepulcral silencio que, desde el dia:! bl'azos una pequeña maceta.<br />

primero que entró hajo sus muros:¡ Era Sil enredadera, sin flores a causa<br />

habia notado en su derredor. Casi dudó:: de la estacilll., pero cuidadosamente<br />

de que su hija estuviese allí. :: arreglada en unas delgadas caüitas.<br />

Poco £lespues de Ilegal' ell:! i de ha- :: -Quién eres, niña? preguotó Raberse<br />

mudado de traje, hizo avis1r a su : I faela a la muchacha, torAando la maceta<br />

marido quien se pl'cscntó all cuarto de ,i COll ulla especie dc at'repentimlento dobora<br />

despucs. l\Iiróla l'on enojo, i le : i )0/'0'0, i ellloClÍndvla en su vcntana.<br />

pregunt¡) pOI' qué habia v('niJo sinlla- .: - -Soi Mnry, señora, respondió ella<br />

marl,) él. ;¡ creyendo que In ·C¡lOra de la casa no<br />

--}


El. ANJEL })~L HOGAR.<br />

- ~.--.- - ." - ~<br />

Mary venia todas las tardl's a las dos, II --No hai cuidado de que ella diga<br />

Ile fraia alguna fruta o alguna flor que I! nnda a su padre.<br />

coJa en los campos cnando hllcia buell: -No le ama, pues? pregunto Rat/COlpO.<br />

Estas Iijeras pruebas de interes ;; facIa.<br />

eran las únicùs que recibía Rafae!R, I -Casi puedo asegurar que no, selas<br />

pagaba con un beso, única cosa


,JO <strong>BIBLIOTECA</strong> <strong>LITERARIA</strong>,<br />

-Este es el prifU('r dines'o que veo ': duJcl's, "e~lidos, i, l'n una pnhbrn,l'll&<br />

en mi mano desde h~ce sietc aüos: i es ,: cosas ((ut' mils apl'll'dpse. Casi tl/das<br />

mi hija quien mp. lo ha dado: c('deré il ' lll)uellus ('Uf;tidades pusaban II manos de<br />

usted una parte de él; In mayor pade, ,Rafaela, aunque no podría yo aSl'gurar<br />

Jeuny, si me promete uo del'ir Mda a; que algunas no quedilSt'1) detClddlls en<br />

mi esposo del regalo que me ha hecho' las faltriqueras de Mi,tris Held. PI'rO,<br />

ml hija. , apesar de todos los I'sfuerzos de su pa-<br />

--j Ah, sr.f1ora I eselamo :\Ji


EL ANJEL DEL HOGAR, 1S1<br />

mente opuesla a l')s SCUlilll:~lltOS que' lleno dc oro, quc Rnfaela desocupaba<br />

al>i'iga~a hilda t(,dos los demas. Era. cn lIlIO dl~ los cajoac:; de su secretaire.<br />

una mezcla de llm:Jf, de respeto, de t~I' ': ;, Por qué recibía cou SOlll';sa los donU1'11i<br />

de conm'seradoll, que hacia qne nativos de su hija, aquella mujer tan<br />

111prefiriese /I todas las cosas de lu tierra 'Illlble, tan i1~sint'~resada, t¡¡1l poco ma ..•<br />

qu~ elL\ conûcia. terialis1a 'I Era P()I' vivil' coo mas lujo?<br />

Complncíase la uiÏ\a ('11 (lue la ador- ;~lIa 110 habia alnnrlonado la lDodesnase<br />

Jenny con espknJiùez, i la lluti- ta spncillez de sus ll'ajes.<br />

gua nvdJ'iz;¡ IlgI011ll'raba, sobrc aqllcl E"a p:\l'a genal' de mas comodidades?<br />

cuerpo infantil, el raso, el tcreiopelo, En su cuarto se \'l'ía la misma p bru silas<br />

plu:-\1as i las .i()~(\s, eDil t~nta prot'u- Ilcrh dc lau


18' B ] B L lOT E C A L I T E R A R I A.<br />

..•. --.-....- - -.- - ----------._/,--'.~. -,.-'-....-..." .'., ..--..... ,.".... - . """',,~..-.. - -,,, .. " " -- ..' ,.,.. --<br />

bai una dicha mas grande que la de /1 dudando de que fuese UDaniña de ocho<br />

snber mucho pnra no necesitar de: años In que le hablaba así.<br />

nadie? • - Oye, mamá, continuó Alida: papá<br />

Rafaela contempló a su hija con su- f me dice algunus ,'cces: (I No quiero<br />

ma tristeza durnnte algunos installtes. I ~que veas con frecuench, a tu madre; es<br />

-Tal vez sea CiCl'tO,bija mid; pero i' una ignorante que cchará n perder tu<br />

dime ¡qué van a cllseùarte tus nuevos;: educacion ; no sahe nada, i nada ha samaestros<br />

1 !i bido jamas: por cuya rozan he tenido<br />

-El español i el frances. l, que baCCI' CUD ella lo que se hace COD<br />

-;.I seguirás con todos los que tc- !: los muebles inútiles, que se encierran<br />

nins àntes ?<br />

,! en los desv8Drs Il bohardillas,»<br />

-Sí: con todos. ;¡ - Pues bico, mamá, prosiguió la nl-<br />

-De modo que ahora aprendes? '! ña; yo quirl'o sabel' mucho, muchísl-<br />

-Música, dibujo, baile, italiano,fran-!! mo, i así, cuando sea grdndr, mr srpaces,<br />

espaùol,histol'la, jeografía, blason i! ~l'alé de Pllpá, me iré Il mi casa i te Ilearitmética.<br />

conteslÓ apresuradamente!: varé conmigo; yo manrjlll'é todos lo!!<br />

Alicia, llenR de vanidad. i ¡ negocios, i tú pasar¡ís ri dia rn Jeer I en<br />

-Temo, hija Olla, que tantos cstu- ¡ ¡ tOcal' el piano que tanto te gusta.<br />

dios te dañen, I no lienes mas que ocho!! -Ah, hija mía I Qué dices T Será<br />

años! ,; posihle que DO nmes a tu padre? escla-<br />

-Dañarme, mamá? no lo creas; j lo • mó R,:faela rOll tc~ror •.<br />

que yo deseo es Silber mucho! : - ); o Je amo, SI, mama, pero no ,co-<br />

-j Quizá te con\'enga eso! murmuró" mo a tl.ï su carn, adusla ¡ amal'llla,<br />

Rafaala: i por saber tan poco ha sido i ':"~ entl'lStecr., en tanto que tu carn de<br />

hien desgraciada til pobre madre! aOJeJ me pone el COl'azou aSÍ- tan<br />

V I'ó Al" á '.' ti' I alegre --- !\fira!<br />

o VI se ICla I' plu~me~ ,~.~ 011' as I Alicia colocó la pequeña mano de<br />

pa~ab~as de Raf?ela, l, dJrlJ~eDdose a su madre u su seno ue latia apresu-<br />

Mlstrls Beld, le dIJOcon Impel'lo : rada. e q<br />

- Vete. ! -Hol, continuó la nlfln, quien por<br />

-El señor me lo tiene pl'ohlbido,,! estar callada todo el dia, trula muchos<br />

Miss, respondió la antigua nodriza, :¡ deseos de hablar, hol me 8cUI'llé de que<br />

- Vete! rrpitió Alicia hirieudo el, era til santo; i dije a pllpá que queria<br />

lucIo con su pequeno plé ; i ten entcn- comer contigo; til no se acordaba de<br />

dido que desde hoi, cuando vcnga a ~que l'l'a tal dia i me responài6 : ,<br />

ver a mamá, quiero estar sola COllella. -No quieru eomt'r sin ti; ademas,<br />

-Tendré, pues, quo lIvisar al srnor la comida de lU madre te bará daño.<br />

de la llueva órden de Miss Alicia, dIjo i -POI' qué? le p,'egunlé.<br />

)a pobre mujer caminando intimidada: -No come mas que legumbres i fru-<br />

Mcia la puerta. I tas.<br />

- No bal necesidad, repuso la niÏla : :¡ -; Por qué no le llevan otros pintas 1<br />

yo diré hoi a mi papá, que si no me ¡I -- Nunca los pide •.<br />

d~:a estar sola con mamá media ho/'~ il Entónees, mamá, me levanté llena<br />

cada dia, I una los domiogos, me orga/'c " de ira, tiré de la campanilla i vino el<br />

Il aprender todo Jo que se me eIlSCÜd. ayuda de cámara de papá.<br />

Jenny salió cerraodo la puerta, i -DlIe al repostero que venga, le<br />

Alicia dijo tomando las manos de su ordené.<br />

madre: CUllndo apareció éste puse mul mala<br />

-No quiero que Jenny oiga ya lo cara, Ile dije:<br />

que hablemvs ; ya soi grande, mamá, i -Envia hoi para la mesa de mi msdeseo<br />

ser tu amiga.<br />

dee doce platos variados, dulces, pastas<br />

.,.-Rafaela miró sorprendida a su 11Ija. i vinos esteanjeros; f desde mañana<br />

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E L A N J E L D E L JJ O G A 1\ . ISIl<br />

cuidarás de que sea 1iCTvida con seis:: se me olvidaba, papá, me ha mandad9<br />

pIntos dislilltos, proeur;Íudo tú rl'petil'l' que te de esta carter3, qu~ dice era de<br />

mas aquellos que yo te diga son de su ! tu padre, i que 110 se ha aeol'dado de<br />

gusto.<br />

;. ('ntl'egll/'te.<br />

El repostero miró a mi padre. ¡: Bardela tomó con IlfIJn aquella J'eli-<br />

-He ad\'ertido muchas veces ya que:: quia: era de terciopelo liso, I solo fllmi<br />

bija sea obedecida en todo, dijo con ¡: cOlltró en su flludo una carta cerrada,<br />

mal humor. :i cuvo sourI' decia ;<br />

-; Cómo, papá! esclamé yo \'01-;: ~(A mi Mja. )l<br />

vléndome hácla él, cuando el repostel'o: Ab¡'¡óla, i encontró otro dentro, cerrahubo<br />

salido: í es posible que tú i yo" da t~mbien i cn cu)'o sobrescl'ito se<br />

tengamos una mesa de graodes señores, " leia;<br />

i que mi madre coma pcor que los:' «Para et dorfor Simpson. »<br />

cr¡ados ! , Rafarla II'YÓl'on âlJsia lu que le esta-<br />

-Nunca ha comido de otro modo, ;1' ba did iJa. Dl'cia asi ;<br />

respoudió: su fortuna ha sldu siempre I «Voi a morir, hija mili, I te dejo sola<br />

mul mediana. I i i CíiSi ab¡¡ndonada en Lóndrrs; pero<br />

-Pero yo sol mul rica, segun dices, ;; debc habitar dl'ntro de sus muros UD<br />

i desde hol quiero que mi madre sea! I hombre jf'mroso, li quien he buscado<br />

tratnda como deb'! serio. I: en vallo Jcsde tu casamiento, I DO me<br />

Papá no respondió, pues he conol'ido :! ha sido dado encontrar.<br />

que me teme alguuas veces: es claro, ,¡ «Búscale tú ; i ni instante que le l'D w<br />

todos los malos tl'men a fos buenus, I i: cuentrl'S, l'lltrégale la carta adjunta I él<br />

yo sol bueno, \: es verdad? "te protl'jel'á.<br />

-Si, hija mia; pero tu padrc lo es Il Adjo~, hija mi.:, ffil1Cre bendici'éntambien.<br />

:: dote tu padre. {( CLEMENTI> tiE A, Il<br />

-Mi padre bueno? lUas dejemos es- :, -Un cl'jado! I Qup venga un crlaùo,<br />

to, que el señor cura me monda que le, ¡ III instante! esclamó Rafllel.l, DO bico<br />

res[1ete i le quiera: en fin, mamá, yo: I hubo leido In carta de su padre.<br />

me sr~té li la. mesa i DO probé ~ada I " Alicia iba a snlir, pel'll su madre paguar~~<br />

el aprtlto para comel' contigo. 'I reció herida de una súbita l'l'flexion, lia<br />

AllcIB, dichas estas palabl'as, se 050- l' detuvo.<br />

mó lila ventana, IlIamó : /'i •<br />

-Mary! ,¡ -No I dijo, no! a.ho~~no soi desdI-<br />

-Aqui estai, Miss, respondió la mu- ,ch~da_ -,- tfngo a mi hiJa. - - - ¿ (Jara<br />

chacha desde el patio. ~1I~ pedlJ' protecclon? Guardemus esto<br />

-Di que nos ~irvllJ), I sube eso •. ultuno I'CCUI'SO por si ~)gu~ dia qui-<br />

Alicia fué en seguida a III puerta I ¡ ~ie~an a,rrebatal'~le ll, ml AlIcia! Oh!<br />

esperó. ,!i ~!Jll Im~.l PI'?slgUio abrnzando ,B la<br />

Un Instante despues tomó de manos:! llI~a! i hIJa mili, cuánto te. debo, Tu<br />

de Mary UD mogoi/lco ramo de rosas i ,'cncrj1ca tl'rllUrll hll coomovldo el corBjazmines<br />

I vol\'ia al lado de su madre. I zun, de tu padre, basta el estre~o de<br />

-Toma, mamá, dijo; nno~he en elll harerle dnl~me este tes?ro, que el, en<br />

teatro pedi a Milord Stnfol'd flores de ,dias mils aCiagos, pensDrla lIrrebatarmel<br />

su estufa f te he hecho yo mIsma este I! -Mamá, no llores! Mira que ya<br />

ramo. !' suben los criados a sel'virnos,dljo A HeJa.<br />

Rataela tomó Jas flores i vió que es-/! enjugando con su pañuelo las hígrimos<br />

taban liadas con un soberbio collar de íi que bañaban el semblaute de su madre;<br />

diamantes. I: vamos, mamá, anImate por mí! i Co-<br />

Esa sarta me la envió hace tres dias; I meremos murho, I luego tocaré todo lo<br />

Lady Sumerhill,dijo Alicia, por una flor Ij' que sé nuevo eo tu piano I<br />

que le dibujé para que se la bordasen CQ Alicia ni era golosa DI aflcioDada 8 la<br />

un pañuelo i te la he guardado a tí : ¡ah, música j pero deseaba consolar asu ma-<br />

Este Libro Fue Digitalizado Por La Biblioteca Luis Ángel Arango Del Banco De la Republica, Colombia


J34 <strong>BIBLIOTECA</strong> LITERAl\lA.<br />

dre, i distl'arrla do los trbtes J'ccuerdos ,: que es, como dije en otl'O capítulo, don-<br />

(lue pilf~l'iUIIttol'nwntarla. ,: de lieue lugar 1itadores<br />

Oh. qué hermo':J e,tás así, mamá!: se.h"llia pntl'l'gaù'l aún al SUl'illl.<br />

esclamó: jolmas Ill' vistll un:' muje,' qu!' : En una sala pequdn. sc veian tres<br />

¡¡C te igual\'; rUiluJll voi al teatro o a! m\ljel'es sentadas 1Ilrcdl'd,or de uua<br />

pasco a Hydf-Park •. pûpá me díce ¡ chimcne1, Cil la cUill ¡¡l'dia un fuego<br />

algunas veCI's: ; poco abunditute, a causa de lo avanzado<br />

-M,,'u qUtl bermosa es Lady \Vi- ~ de la est;\(:inn,<br />

Warns o Lally Stew,lI't o Lady Stall-: E-ta S.ll


EL A1\JF:L nEL nOGAR.<br />

13,~<br />

IIl1ma de una mecha, perfumaJ:\ call:' ('dad, nl1nqup 'u (',tatura ('shelta i bl(,D<br />

lirio I l'n'sn. ' proporc,ollilda le hi¡o¡cra aparentar uno<br />

Senlllda junto :lnquel vcrarlor, i bor- ,o dos mas.<br />

d.meJo t'Il una l~b(}r de tnpicería, se, A p('sar de pr('spntnr l'n S\l figura j<br />

h/llla\;a Rr.f¡leln. Dij(' ya que il la ,non : semblantp un tipo rnteram('llte opuesto<br />

t¡>nln treinta I dos nillls. pero n;¡die lo;; al dl' la hermosa L('ontina, se cOllucia<br />

huhiem conoridll al \'1'1' la tel'sura de" f:iciln1l'nte qlr!' era hija suya a cllusa de<br />

nácar de 'u fl'cnte, rI [rpsco sonrnsndo 'esil invisihle SellH'jall7,a. que se revela<br />

de su~ labius i la viveza de sus berrno- ,po los mo\ími('ntos, ('Il la sOlll'isa ien el<br />

sos nlos. ¡¡ire tndn rie !il fis,lIlomia. Sinrmbargo,<br />

L1evnba un traje dl' seda calor ¡!ris COIlHH':O. que e,te era el nombre ùe la<br />

perla i lin l'ul'lIo d!' elH'aje lIUC re~lzaua sCÍl,)ritn dI' H -- - -, era mnS suav(', mns<br />

la gracia de sn l'\It"lIoa!~() Inq.:o, \>'illI("" hllmildr, por drcido a,í. qlle S\I madre.<br />

como ri mnrfil i elul,Hlo de nOilS 117.11- l'\t1llca un 1l¡'mUre bonito i dllke ha<br />

Ir8. Re('(lji¡~lIsp sus rnbcllos l'Il ~\lS ~ir- c\lildr1do mt'Jul' a la persona que le ha<br />

Ill'S pOl' nlcdi" de dos gl'ut'sns trenza~, I\('vado,<br />

scml'jallt\'snl ébélllo bruù:do, porsu Ill": C(lll~uelo ùe Il o podill ronsolnr,<br />

trI' i terslIra. c"n \1111\sonrisa () con \I\la mirada, Ins<br />

~o léjos de la rsposa del ballq\lPl'o, 'prnas Illas arnar¡!as, porque al \'cria,<br />

otra mUIrI'. con las manos ('I'\Izad.,s I'm pl pciso crpcr ('II la p~istenc¡a de los<br />

sobrE' las ro:lil!as, sr~\I¡a Ins téo\les Os- :¡nil'lrs {'II Iii Iipf'l',1. Dnll poblad,l cabE'-<br />

cilacÎolIE's de la llama que 1l1'\1íu l'Il la Iltorn luhia, \'aporosa i dorada, coronaba<br />

chimpnl'a. S\l frpllle dI' IlÚcar Tl'fli;¡ grillldrs ojos<br />

Aquella mujrr ('l'II lamhil'n h!'rrnr.sn. 117.111I's,ml'Jillas SOllrosaùos i hrrmosa<br />

IH'nso mas que Hur;¡el,l: pE'ro su b('lIE'l.a dl'lIlarlnra: su tnlle l'l'a fl!'xible como<br />

('l'a de un jénl'J'o ('llll'l'amenle di,tilllO ,una palma, su voz ml,lodiosa i lenta-'<br />

del de la madre de Alicin. ' mpnte llcentuada, I sus modale~ (',tabau<br />

Proclria trnel' ('uatro afios mas que ,llenos JI' mansedumbre i de dulwra.<br />

R/lfill'la, i S'US ojos npgro~ poseían Ulla Siul'mll.ll'go, Consuelo 110 ('r:, !¡rrvÍ\'rzfl<br />

tnl, qlle huhiera podido crl'ersl' mosa ~ tO(") Sil ~,tl'¡H,tivo ('on


126 lllBLIOTECA LI TERARIA.<br />

'.~.,.''-''''/,~<br />

labol', i la condesa miraba a las lIamas'i -No, Leontina: pt"ro, cuando te veo<br />

que serpenteaban ell la chimenea. mo-:: hastiada de la presencia I de la compaviendo<br />

con Impacieocia su lindo pié, 'I ¡lía de Consuelo. recuerdo con amargurn<br />

calzado de ras(o) negro, i cubicrto con ¡ que yo estol privada, bien apesar mio,<br />

una media de seda calada,<br />

:: de la de mi Alicia!<br />

PUl'pcló cansarse por fin de nqllt"Jla: i La pobre madre cojugù, al decir eso('Up"(~ion.<br />

I dijo, dírijiélldose a MiS-II tas palabras, alguolls lágrimas que se<br />

tris \\'. escapaban de SIlS ojos.<br />

-S! 00 dejas tu bordado, Rafaela, I -Si tú supieras tomar In vida como<br />

me VOla mi casa., debe tomarse, no sufrlrlas taoto por<br />

,-Esa "~H'nRZa es omnipotente para I cosas que oada valen, dijo la condesa,<br />

mi, cODtl',stu"n~fae~~, rlavando la aguja i! conmovida III ver llorar a su amiga,<br />

en su taplcelfa I de,andola sobre el ve-II porque, apt"sar de su jonia áspero e irrllador.,.<br />

" , , " table, teoia buen coraZOD: pero tú siem-<br />

- ~ u, OI~~', yetl'coo Ahcla, co~tlnuo l, pro hilS sido asi, continuó mirlÍndola<br />

L~ontlOa dJrJJlcndose coo impeno a su ! con una especie de lástima, ¡Tc acuérhIJa.<br />

, I das do cunndl' viviamos en Madrid I<br />

-Pero, mamá, contl'sto CODsuelo 'éramos de la edad de ouestl'as hijas ~<br />

con dulzura, está ocupada CODsu macs ,<br />

tro de mntemá.IÏcas. I no puede sufdr -Si 1 contesto Rafaela COn un doloque<br />

la Illtl'rrumpan. 1'050 suspiro.<br />

- Vetp ¡je t ·dos modos! eontestó la! -Quién pudiera volver II aquel tremcondesa<br />

roo un furol' quc enrojeció 11- 'I po ~ esclllmó la condrsll: i vivia ml<br />

jeramcnte sus plÍlid¡¡s mt'jillas. ¿ Es po- madre, quo tanto me queria i que jasible<br />

que no me Ile de vel' jamas I¡bl'c I mas supo arrebatarme ningun placer!<br />

do tu pn'sl'ncln? -Quién te lo:> ha arrebatado des-<br />

Consuplo dejó su labol' i se dirijló I purs ~ preguntó Rafaela sonriendo, no<br />

con Illlmildlld háeia la puerta. obstante su tristeza.<br />

-Vuelvc, hija mill, i tira del cordon -Nadie, es verdad: pero cODfiesa,<br />

de la campanilla, dijo Ra/aela a la jÓ-¡ Rafat"Ja, que mi carácter me ha /lyudaven.<br />

do toda mi vida:l ser feliz: hija yo<br />

Esta olwùl'ció, i un instantr. despues'l de una \'iuda que solo tenia unft posfapRl'ecill<br />

Mary n la puerta (Je In saIn. cion mediana, brillaba en todas partes<br />

-Acompflila nla sellOrita Consuelo a .' mas que tÚ, que lo eras de un rico l'0-<br />

la hiulietl'ca, i enspiiale :os libros quoi merciante: jamas qllisi~te lujo ni flesha<br />

comprando ay?" el seilOr pal'a.-Ia I tas: por l'50 yo Ilude atrapar a un .iós


00' ,. '" •• _.•.•• ' •••••••••••••••••••• ••••••'"'-'<br />

EL ANJEL DEL HOGAn, 131<br />

-'=L;~'ntl-~a.dijO naf~cla:'~ie~dlda d~¡q~e se de~an seducir; pero ~ulzá bulas<br />

razones de su amiga; yo respeto I l" bl?ra pUhllcad,opor todo ParIs que era<br />

estimo a mi esposo, i siento que hables ! mI amante, SI no le hubiera cerrado lu<br />

así de él en mi presencia. il puel'tas de mi casa"<br />

-Por qué no dices que le amas tam- ¡ I Alicia, que entro en este InataDte,<br />

bien?<br />

' •Interrumpió el vehemente razonamiento<br />

- P arque DO se't' men Ir. 'II,<br />

de su madre.<br />

1 I Eo los dos alias que haD pasado<br />

--Luego no le amas .• desde quo la dejamos en Lóodrell, ha-<br />

-Le estimo I rcspeto, nada mas. bian sufrido, así su semblante, como su<br />

-Ya sabin yo que ni una vcz sola en persona, una cstraordinarlll mudaoza.<br />

tu vida serias f¡'lInca.<br />

Contaba solo diez primaveras, I su esta.<br />

-Qué quieres decir? tllbraI la gra vCdaGdedsus ~acclonde~~cu•<br />

. , • : sa an catorce. ran es Ojeras allilD a<br />

• -NI respetas a tu marido, DI le eS- su mirada, azul I abrlllantada, uoa estimas.<br />

I presion mui triste. Sus anchas cejas<br />

1<br />

-No dlscutam~s, po.r favor, \lO~~S, negras, eedosas I afelpadas, I sus lueotan<br />

grave~, Leontina;, I,ya que tu h9a, gas i espesas pestañas, negras tambien,<br />

esta divertida en la, biblIOteca, ocupc-; prestuban clelta austeridad i dureza a la<br />

monos de lo que temas quo declrme. parte superior de 8Urostro que com-<br />

-Es verdad, ya me habia ~olvidado I pletaba ci corte de su anch~ irente, elede<br />

ello: sabe, pues, que malla Da a las' vada i serena i cn la cual estaba escrita<br />

diez de la noche, he consentido en reci- ; r su intclijenei~ grandiosa. rápida I probir<br />

en casa a Mr. de Laroche. /1 funda.<br />

-Cómo! ese/amó RaCae/a, i ha te- ¡<br />

nitio ese hombre la impudencia de pe- 'I Pocas veces p~csenta la naturaleza<br />

dicte una entrevista?<br />

:un Upo m~s estrano que el de Alicia de<br />

- Él •••no: pero me ha pedido el per- I\V. Conoelase que el est~dlo Insesant& I<br />

miso de presentármelo el conde de X.••• ¡dev?rador, . que la amblcion de sab~r<br />

-' I es posible que tù so lo hayas I hlllnon petrificado el corazon de aquel a<br />

eonc~dldo ?<br />

, . hCI'll;lOsaniña, ( que la gravedad de las<br />

-Por qué no? !: ~edltaciones habia contenido las epan-<br />

-No creia que olvidases jamas.Leon. :1' SlOnesde su carácter.<br />

tina, que ese hombro fué el quo volvió', Apesar de su poca edad, su alta estaa<br />

tu esposo jugador i ¡¡beltina. i el que,; tura i su gusto tamblen le hablan hecho<br />

Ic condujo con mano segura de exceso I¡adoptar el traje largo. Llevaba una bata<br />

en exceso, hasta haccrle dejar en ellos ¡!


taS <strong>BIBLIOTECA</strong> LITERAI\IA.<br />

III.<br />

, -- iDuerme, hija mia! murmuró<br />

BaCaela contemplUlldo<br />

l<br />

a su hija con una<br />

conmiseracion profunda. i Duermp, i<br />

AlicIa entró lentamente. No tenia ya \' haga el cielo que, siquiera en sUl'ños,<br />

ni la ,'h'eza de la n¡¡'¡l'z. ni el amable : te visiten las cáodiílas il o~illnfS i la<br />

abandono, i la turbulencia de su edad.' dulce alrgrla de tu eclad 1 Eres ya cé-<br />

A travl's,del oq;ullo, que resplandecia i lebre, mi pobre Alicia! i Todo Paris<br />

en su Creote i en su mirada, se veian I habla ~'a do til profundo sabt'r, de tu<br />

una profunda tristeza i una altivez, que' talento i de tu riqueza I Dt'lltl'O de dos<br />

se hubieran podido confundir con ell' años te llsedial'án los pretcndirntes, i<br />

desaliento. será¡; 18 Jóveu mas codiciada de Frl\ncla<br />

Saludó con una le\'e incllnaelon


EL ANJEL DEL HOGAR.<br />

~<br />

primero,<br />

~ . .--......~ . .....r....r",J,..,<br />

I des pues buena<br />

,r_~· ..•••~'-' ..•...<br />

esposa i bUll- ¡I ta i6vcn habia nacido bella, I estaba<br />

na tnlldre. 1·1· fatalmente dotada por /a natur/l/eza. La<br />

-La humildad de SllS Inclinaciones i escasez de sus alcances era tan notable<br />

me tiene aburrida: part-ce una Inbrle- ~,como su excesiva vanidad, i su· desmega,<br />

no tiene ¡¡ficioll mas que a coser i a! ¡ dido deseo de brillar: no teniendo Idea<br />

borllar, i no hai forma de h~cerla em- ! i alguna ~6lída de relilion, I habiendo<br />

prendel' ningun estuùio que valga la:1 vivido siempre al lado de su madre,<br />

peoa, 1 i quc si ('l'il huena era porque en su vida<br />

_ y o habla pensado, di:o tristemen- ¡' habla sl\bido ser mata, sus defectos fuete<br />

Raf,\ela. qoe de la Intimidad de,' ron creciendo


140 fi I B L lOT E C A L I T E R A R I A.<br />

el hombre en precaverIa: el bien se l' jante a mí en carácter e Inclinaciones,<br />

¡oza con deleite: pero la nada i mata' 'i' que no dudo se me parecerá completa-<br />

¡,Hal que agradecerle el que sea buena l l mente; buscará riqueza j hermosura,<br />

a una mUjcr que no tiene aliento,ni co- como busqué yo, i luego maldecirá cada<br />

razon, nl pasiones para ser mala? i No, iIdia el lazo quê le ahoga, I que él misml1<br />

no, María! i Esta no es virtud ! i Es••• I rodeó Il su cuello I<br />

nulidad I í El amor, la jenerosidad, son', -Ah! pensé yo contemplando COD<br />

nomhres vaclos e incomprensibles para I: tristeza a aquel hombre, I el amor es<br />

esas criaturas, para esos autómatas, a i I lo que eleva, hace buena l engrandece a<br />

quienes creo que la justicia de Dios ne- III la mUJer! ¡TrIste destino el de aquegará.la<br />

eott'ada en el cielo i en el inller- lila que no lo comprende o le desconoce,<br />

no, I los conducirá al limbo. I¡ porque tampoco sabe inspirar le !<br />

-Pero, amIgo mio, esos pobre.'Sséres l'<br />

tienen su destino en la tierra: para al- i II.<br />

guna cosa les ha criado Dios, i usted<br />

aCendesu eterna sabiduría negándolc'\ , La madre de Leontina Cuépara su<br />

toda Influencia cn la sociedad I en la' marido una estátua de yeso, coml) defamilia,<br />

todos sus derechos en esta vida cia mi amigo de su esposa. Cuando<br />

I en la otra!<br />

enviudó lloró Jas nueve dias de eostum-<br />

-Quién niega que tienen un destino? I bre, pero solo delante dEl las Jentes ;<br />

Le tienen, itan elevado, como Cllrrcs- : cuando estaba sola, comla, bebia I darponde<br />

a su nulo organismo: tiencn la I mia, con el mismo desahogo que cuanmlslon<br />

de hacer ambicionar igua.lmente : do vivia su esposo.<br />

el bien i el mal, para que uno i otro se I Si DO se volvió a casar en stgnida,<br />

echen de ménos en ellos! fué porque su hija Leontina, que ya<br />

MI amigo acompañó sus últimas pa- contaba catorce años, se ponia hecha<br />

labras con una sonrisa seca i nerviosa, una furia cUlWdoalguno hablaba a sn.<br />

que mc hizo mucho daño. madre de casamiento. Esta temla -8 su<br />

-Todavía quedan a usted sus hijos, hija; f aunque be dicho que Illadoraba,<br />

repusc anbelando calmar aquel dolor ,no merece el nombre ni de adoraclon,<br />

profundoi IIcnar con una sensacion COD- : ni aún de cariño, la mezcla odiosa de<br />

soladora e~vacío insondable de su cora- i indIgno servilismo i de estùpida indife-<br />

20n. i rencia, con que mIraba todos los caprl-<br />

-Mis hijos 1 repitió, eo tllt1to quo . chos de su hija.<br />

UOll lágrlma templaba el brillo de sus ,Como consecuencia Indispensable de<br />

ardientes ojos: mis hIjos se noa pa- los cuantiosos gastos de Leontina, su<br />

reccràn mucho a Sil madre I a mi; Cortqna fué decayendo: no bastándole<br />

mi hija sabrá coser, barrer, comer i las renta!!, acudió al capital, i si a los<br />

dormir, como hace su madre: oirá dieziocho años no hubiera conocido<br />

misa todos los domingos i confesará I Leontina al conde de H. I hablera loeada<br />

dos meses; pero si a lossesenta grado casarse COD él, madre e hija hjlailos<br />

de su edad se le preguntase que bieran tenido que pasar roui doifis<br />

significa lo que reza, no sabria decirlo: pruebas.<br />

su corazon se helará, sin que lo haya RaCaela, cntr


EL AN.TEL DEL HOGAR. 141<br />

.••......•... , -....., ,....,. , , -"..,'---......~<br />

modo con su soberbia e irrascibilldad, i encenegnndo en todos lOiSdesórdenes de<br />

que Rataela no teola mas voluntad que ¡ su vida licenciosa. Sinembargo, el coofa<br />

suya •. de conservlÍ ileso su honor; todas sus<br />

Sofamente eon Leontina i con su ma- 1 deudas eran pagadas relijiosamente I no<br />

dre, salta Rafaela de SQ casa, i cuando ¡i pocas veces satisfizo tamblen las de su<br />

las voian en un mismo palco en 01 teatro, l' amigo M. Laroche.<br />

las dos Jóvenes llamaban la atrneloo ¡: Consuelo se parecia a su padre. Dojeneral<br />

; III una con su soberbia belleza ¡ : tada de esquisita sensibilidad, I de una<br />

de diez i acho años, i 111 otra COD su Ii percepclon admirable, i educada, adecándida<br />

hermosura de catorce.<br />

i I mas, por una excelente seilora, a quien<br />

Rafaela asistió al casamiento de su ·1 su padre suplicó le sirviese de aya,<br />

amiga, I apénas celebrado, partió Le.on- J I un instinto invcncible la separaba de su<br />

tina a Paris con su esposo, quo era': madre, la cunl, por su parte, pasaba<br />

jó\'en, rico I estaba dotado de mil cua- !, dias enteros sin veria i sin pensar 51-<br />

Iidades recomendables. Rafaela quedó.: quiera cn que tenia uua hija.<br />

en Madrid con su padre, f seis ailOs des· :! Cuando Consuelo contabanpénas ocho<br />

pues le acompañó a Lóndres. doude,; i alIOS, tuvo que llorar la muerte de su<br />

como ya sabemos, casó cou !\fister W. ': pndrc; la satud del condt', delicada de<br />

. El conde de II. conoció, aunque tar- ., suyo, no pudo resistir a los excesos de<br />

de, su yerro en casarse con J.eontiM:" todas clases a que se entregaba, I contuvo<br />

dos hijos que murieron, i, por ÚI- .' trajo una enfermedad que le llevó al<br />

timo, una hija, li la cual puso por nom- "sepulcro en pocos meses. Consuelo,<br />

bre Consuelo; pues era yerdlltleramen- ': npes:lr de su corta edad, veló a su padre<br />

te el único que le quedaba, en medio'! noche i din, rn tanto que su madre no<br />

de sus pesares domésticos. :. perdió ulla sola de sus habituales dlver-<br />

No obstante, el conde de H. tcnin so- 'I siones.<br />

lo veinte j ocho años, i un dia pensó! I Pocos dias despucs de babel' muerto<br />

maduramente acerca de si le eonven.. I; el conde, salió para Alemauia M. Larodria<br />

mas acabar de un golpe con su'. che. Muchas personas habian adveresposa,<br />

encerrarIa en un convento, o tiùo la aficlon desmedida que te prorehacerse<br />

el tonto con respecto a su dc- i, saba la condesa cn vida de su esposo, I<br />

maslado visible coquctismo.<br />

:: aún se decia que él no era Insensible 8 su<br />

Despues de largas reflexiones calcu- I cariùo: así, aquella marcha precipitada<br />

lá que ya no la amaba. Que con darle '! cboeo a casi todos, atribuyéndola a moun<br />

golpe ¡ mataria esponia su propia; i tivos favorables para Claudio Laroche.<br />

vida, f que ct)cerr:índola en nn conven- I: ¿ Mas quú podia ya conceder el mundo<br />

to, ademas de provocar nn escándalo, i I a aquel hombre jeneroso, pero arrebale<br />

costarJa desembolsar el impertc de;; tado por las pasioncs? Los rumores<br />

unos crecidos alimentos. Sacó en con- !; cesaron mui pronto, f la condesa tardó<br />

secuencia, que su mujer vaHa tan poco, :. poco en volver n su coquetlsmo f Il<br />

que no mercèia ninguna de estas cosas, '; su disipaciou habitual, olvidándose de<br />

f toma- ci partido de dejarJa divertir a su :, Claudio.<br />

s1bor f de dível,tirse él tambicn cu:mto :I Cuando Leontina se decidid a ver a su<br />

le fuera posible.<br />

~,hija, era soin para regañarla i regañar a<br />

I~ntónl!es,es decir, pocos dias despucs !: su aya POI'l'I método de vida que ámbas<br />

de babel' formado esta prudente ùetrf- " haciull, Ella J¡ul>icr¡¡querido ver n Conminacion,.<br />

conoció a 1\1. Laroche; era . suelo aficionada IIllujo, i IIInilia era la<br />

éste uno de tantos caballeros de indus- : mism~ scncillcz.llubiél'ala querido arl'otri:¡<br />

como pululan en Paris, i que vivia, guntc, i ella estaba dotada de la mas<br />

sin saber de qué, con grande 08tont1l- dulce i hermosa humildad. La hubiera<br />

clan.<br />

desendo instruido i brillando por su ta-<br />

M. Laroche pareció aficionarse mu- lento, i el aya que su padre Je había<br />

chfslmo al conde; i poco a poco Je fué buscado, solo 11\habia enseñado 8scr<br />

Este Libro Fue Digitalizado Por La Biblioteca Luis Ángel Arango Del Banco De la Republica, Colombia


81BLIOTECA LltE&~nlA •<br />

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..•.. ,~ ...../',.- ......•....•....••. ~/'"'<br />

.•..<br />

I •• /'.._ .•••.•••• ',..- •••••• ~J"...·-·~.<br />

bupna, dulce, sumisa, 8 sentir, a tra-I\ pon'dia la cOl\desa con impaciencia ~ til<br />

bajal' con pel'feccion ell todas las 101>0- mal'ido d~l>e tt'ner alguna Iden grande<br />

res ùe Sll SPXO,a gouprual' una casa i a!, con respel~to a tu hija.<br />

rezir COllf~ i cle\'llèion, il - Si, una idea monstruosa! replicó<br />

Consuelo llevaba, dps¡Jr, la muerte de' Rafapla \lll di~ que su alni~1 le había<br />

s~ padre I siD que Leontina se apt'rct-Il didlO e,tas palabr'I;;. nCíl~O por la miléblese<br />

de ello, todas Ins c\lcotas de IllSl1sim" veZ: ; ql1lel'c hacer ver cn mi hija<br />

inmensos g Istos de la Clisa, i su aya le: que es posible la crnallclpacioll de la<br />

hatlla conol'or 109 excesos j el mOllo 'I¡lJIujer ' -' -<br />

mejor de rempdiarlos, pill'a cuando clla ¡l-':;';"[ quién lo durla ?<br />

lu\'iese unaf'lmilia !fIle golll'l'n'u. l. -¡ y,), LellnUna, yo t Iáotes qui-<br />

. Cuando àfister \V., canslldll ya de' ¡ siera morir que ,'er a mi pobrc hija<br />

eJ,erecr la usuI'a en Lóndrl>s, determinó li prestándose a rcalildr Ideas tan absurfijar<br />

su residencia cn Paris para ¡Ilear" das!<br />

nuevos modos de elll'iquccer~e, Raf,tela 'I -Pues qué I Si nos dieran nlas muescribió<br />

a sn amign Leontina, con quien; I jeees \1\ educ,lcíon que se da Il los homhabia<br />

srguido una correspondencia len-! bl"CS, ¡, 110 sel'ial1)os tan capaces como<br />

ta, pero no intel'rumplda. L1 c(mdrsa, i ellos de manejarllo;; sola'!,' ¿ Hai alguna<br />

Idólatra de todo lo CJuebl'ill:lba, i sol>l't~,¡ diferencia cntre uuestl'a intelijencia i la<br />

todo, idólatra de la riqueza, se apresuró: i suya?<br />

a Ir Il visitar Il su amiga, PCI'Ono fué:! Ll'ontini\ decía estas vulgaridades,<br />

la belleza de Rafaelll lo qlll' mas la atl- ,¡ repitil'ndo lo que nlluh 01,10 th'cir tanmiró,<br />

ni III riqueza dI' M'sIc," \V.: lo!i tilS V('CI'S; R:lfipla C:IIlO('íóque no emique<br />

la cauti,vó ~obr('maoc"i1 fué Alieia, ,i tia idea~ pl.'I)pias, i que solo l'ra el eco<br />

su estraordlflill'lO talcnto, su vasta ios- ,dc lils arnhlc'o~as IIluplas de IIt"8~ mutruecion<br />

i su airc réjio. : jel'es de m¡¡~ tall'nlo, pero no d,' mejores<br />

R1facla, por su ¡.H\I'te,halló tiln V8- ! in.;lint')~. Ni} ()b~tante, aunque estas<br />

cíll i superficial la cabeza dll l'oU amiga, 1I'l'l1exiones hubier,\Il podido di~pensarla<br />

que IIU pensó siquiera eo conllal'll' la ¡ de c(lntl'star, \lOquiso hacerlo, temerosa<br />

mél9 mínima parte de sus penfl~. Pl'l'o;\ de la influencia que podian ejercer eo<br />

I cuaoto admiró la gracia, la dulzura i I ¡ su hi.ia tan fatales idt~as.<br />

todas.la~ bellas d,)te, de. su hija I i Có- ;I :-N~ seré yu q~iell di~pute si la inmo<br />

SllItlÓ cl'ece~ ca~a dia en su corazon ,\ tl'he\lCl8 de Iii mllpr es Igllal o supeel<br />

afecto que le lO~plr¡Jba Consuelo I i I , i rjor fi la dl'.l h,)rn Iwe: pel'o sl/stend ré<br />

cuántu hubil'l'a drldo porque Alicia se la I; siempre, con el c,lIt)!' de Ulla conviccion<br />

hubiera ascmejado! lllll'Oflllroa. que la mujer no ha nacido<br />

par;, \a emilnciplcion. i que Dias no le<br />

III. I ha dado ese destino en el mundo. r. Cómo<br />

había de señalar III soledad I el als-<br />

-ND mereces tú a csa admil'able niña;;<br />

~<br />

lamlent,), c"mo la mayor de las ventudeeia<br />

Leontina muchas veCdS mirando a i i ras, 1\1 ~~l' mas débil (amnro!\o de la<br />

Alicia COlluna envidia que se tl'asluciil II crci\\'ion 1 Cómo habia dc pmarla de<br />

en la cocollad\ espreiio,. de su roslro. ;'¡lit f,¡mill" i de los gaces, ~ublimes del<br />

I Oh, las ayas, las ayas I ,Q


EL A~JEL DEL BOGAA • • ••<br />

ceder el matrimonIo li la emanCiPaCIOn!~<br />

de la mujer 'r Qué derechos tenlll'Ía en-I<br />

IV.<br />

tÓDces 1'1 esposo! Quién querría sel'lo !<br />

de la mujer emancipada 'J il App.sar de la di"erenela de carácter I<br />

-Si lu eml\ncipaci"ll fuese un hpcho:! de educarion, que t'xistla t'ntre Alida I<br />

° UM lei sentada, en vez de una teoría:.; Consllelo, las clos niñas se amaban coll<br />

como es hoi. !' entrañable afedo. Admiraba la hija ùe<br />

Jamus ! interrumpió Rnfilela con: la conelesa la fortall'7.n i la arrogancia<br />

fuego; jamns habrá esposo para la ¡ i de la hija del in~lés: IAlicia mir:lba<br />

mujt'r emancipada, 01'11 se ('onsillere su: con una es¡wcie de tiel'nn, pt'l'O altiva<br />

emanclpacillo l'omo un sueÏlo t:k imaji- : eonmiserllcion, la debilidad i la mansenaciones<br />

enfermas, ora se i1llponp;a a la' dumbre de Consuelo.<br />

sociedad como lei' ,'Qué hombre que-;; Esta, al pl'eseutnrla a mis lectores.<br />

rrin \ereducar a sus hi.i~s para PI'IJ¡¡gO' i' hada ya un ¡¡il., llue no tenia llya. Pergas,<br />

i Il ~us hijOS pari! la nulilbd? Qué ~nadid,\ su lIlildre de que la buen~ se·<br />

hombre de('linarb ¡¡sí IllS s¡¡gl'lldos;o ¡lora, a quien el ronde habia tncllrgado<br />

dereehos dl: In naturaleza 'J ;, Qué Ol'U-' de lu edul'acion de C,lDsuelo, alimentapacion<br />

honrosa quedabl al hOlnhi'e eu, ha la ba'e:;;a. coma l'lia lIamaùa, de los<br />

IiU hogar, si la espost\ malll'J"ua 1u9:, instintos ùe ésta,l'n vez de procurar<br />

negocios i disponla de los h¡¡bel ('S ~ I i enaltl'cerlos, npl'ovechó la primera oca-<br />

-Bah I bah! Hai mas que abolir el:: sion de c1espeùirla ~e su rasa •.<br />

matrimonio ~ :' Ctlnsuplo quedo, pues, como lIlslada<br />

, .'. i falta de toda comp~ilíll desde que fué<br />

-El\ló~ces la rmanclp:lclOn e~ nna : despedida su buena aya. Ol'upada como<br />

monstrunSI(Jad Il que mUI pocns IllUje- est~ba su maùrll en hacer o recibir COli·<br />

rl"S que~ri,an aven~\'s,e: iqucdarian los ,t¡nuas visitas, apénlls la "eia; l, por<br />

hoga;es Sill l'alOI' \, Sill luz, porqul' nu otra parte, sus cal'¡¡ctéres e IlIclillllClobabnll<br />

ni esposas nt madres!, nps difel'ian demnsilldo para que uo<br />

-Quedal'ÎlI elllmor a la mujer. ~.fuese absolutamente imposible loda 10-<br />

_ HOI'ror' I QuI! PS el nmol' cUllnllo: I timid~ld l'litre ¡\mb~~••<br />

no está cOlltpnido i embelh'cido por el! lla~ en el all~:1 clel'la clllse de afecclOdeber<br />

I ;,Prcteucl('s que 1'1 hombn' ha- ,nl's., \lIrI,l'p~ndlenlCg elel am.lr, de la<br />

blnsc solo li nu('slros sentidos i nUB!':! III amlst:1(1 I hasta de los lazos de la 8aocornzon?<br />

No, no. Lponlioll • Dios mis-; gl'c. Se ve li vcc('s que ge unen dos permo<br />

hizo a\ hombre el jefe n¿lurlll de su sonaS pOI' la mas fuerte ¡imps,till, sieofnmilia.<br />

¡Trabaja! le di.jn en Adan. do ~e1lodo, opuestas en s6l1tl,?leotos I<br />

i Ama! dijo ('I) Eva ala mujl'r ('n jcnl'-; ca~ader; lotl'as veces ndvertllnos que<br />

l'Ill; ¡ronsuelu al humbre l i hâ::.le ma,~ l'l'ma cntl'e, dos her,manas. ~ afin e,nll'o<br />

llevadero mi castigo! ¡sí'1ue1e dunde i ~nadre ~ hila" una dlvel'Jencl1I co~tlnua<br />

quiera que vaya! I I sostl'lIlùa. Estu era lo que sucedia II la<br />

.. '. i condesa i II su hila: sinemhargo, esta<br />

- Tu hIa me parece ,de .un f'splfllu " conslante opOSiCI(lO estaba templada.<br />

tllfl fu('rll', que no. Deee~llnra ùel amor" or arte de la niña con el res eto lIa<br />

p'lrll SP~ c1!.'hosa, 1,podra serlo sin faltar i I rerll~ra que pl'ofesllba li su ma~re.<br />

a esa, HlUÙ ,que tu Illldes a varus. I La cOllde~a pasa ba su vida en los<br />

_ Ese 1'5 todo mi tt'mor' Esclamó l salones I teatros, a donde rara vez Iba<br />

Rnfil,l'la alzando al cielo ~lIS ojos llenos:' acompil¡lIIua ~ su hija, I bubiera pode<br />

lagr1mas I sus crui'.adas mallos,: mi : dido l'l'l'el'se que guardaba a Consuelo.<br />

temor ('s que su C01'1l7.0nse petrifique ¡ corr.o un medio de atraer las atenciones<br />

por In, ri~llci:t, i que pueda vivir. sin en derredol' suyo, cuando la edad huamor.<br />

Sill amor L i La redellclOn, blera disipado todos sus atractivos<br />

el consuelo, la fuerza I el cielo en la tie- Consuelo permaoeeia todo el dia sollla:<br />

Wl de la mujer!<br />

ria, I pasaba Ins ~18das Igaalmente sola<br />

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<strong>BIBLIOTECA</strong><br />

LITE~AnIA.<br />

ell su cuarto, ocupada cn leer alguoo de I dencia no puedo adivinar la sociedad,<br />

los libras que tenia Cil la pequeña ics- ! pero que es tanto mas desonroso, CUlncojida<br />

biblioteca que le habia formado ¡ to mayor es el misterio que lo encubre.<br />

- su padre, o en alguna labor de aguja, i No obstante, Claudio Laroche habla<br />

cn las que era, por hábito i por aficioD, tenido en otro tiempo magnía~a CAsa<br />

en estremo primorosa. A las once, I I hermosos trenes I esto bastó para que<br />

cuando todavia no habia vuelto Sil ma- se le abriesen muchos salones, cerrados<br />

dl'e a casa, se arrodillaba en su reclina- a la pobreza bonrada I digna. En ellos<br />

torio, rezaba I se acostaba.<br />

habla conocido al coode i a la condesa<br />

Aunque hija 4e una de las casas mas .. de. H, i se habla apoderado a un tiempo<br />

nobles iricas de Franeia,Consuclo vivia II mismo de la voluntad del uno I de la<br />

como una j6ven de la clase media,escep- , otra.<br />

tuando los trajes de valor que su madre le 1\ La condesa supo su pal,tlda a Alemaobligaba<br />

a gastar de contínuo, para ver, II nia con poca pesadumbre, pero viÕ BU<br />

como ella decia, si era posible que se: ¡regreso con gran placer: porque, si huaficionase<br />

al Jujo. Por lo demas, Leon- II' biera sido capaz de querer a otro sér<br />

tiDa, que pasaba meses coteras sio en- ,que no fuese ella misma, seguramente<br />

traI' en el cuarto de su hija, no habla ¡hubiera sido MI'. de Larocbe dueño ab-<br />

~ehado de ver que su mueblaje, que aoluto de 8Ucorazon.<br />

cuando era mui niila tenia una excesivaClaudio tenia treinta aão8 a lU vuelta<br />

sencillez, se habia convertido en mui a Paris. Era alto, delgado, moreno I<br />

pobre para una jóven de doce años, e J nervioso. Sus ojos eran rllsgado~ f<br />

bija de Ja bl'ÍJlante condesa de ll. negros; su cabello, negro tambien.<br />

Consuelo solo salia de su casa los i abundante I rizado: su nariz, aguileña I<br />

domingos para ir a misa, i Jas noches: Iijeramente encorhada. Una hermosa<br />

que su madrc pasaba con Rataela. Po- I barba negra i ensortijada cubria lli parte<br />

cas veces veia a Alicia, que ocupaba Inferior de su rostro) i le daba uu aire<br />

una gran parte de la velada en dar sus enérjico i atrevido.<br />

leeciones,i el resto cn estudiar; pero Procuró ser presentado de nuevo· en<br />

~sta no se olvidaba nunca de ir il abrazar casa de la condesa de H. I mul pronto<br />

a su amiga, cUQndola vela llegar, i I bailó ~~medio de consegui~lo. giaei~a<br />

cuando calculaba que era Ja hora de! Ja facdldad con que Leontana accedlo a<br />

que se volviese a su casa. De cste modo! las instancias de otro de sus numerosos<br />

se Cu6 consolidando cada dia mas el lazo i amigos que se lo rogó en 4bombre de<br />

fuerte i simpático, que unia li aquellas I Claudio, dicléDdole que no se atrevia n<br />

dos hermosas criaturas; lazo, que, con ¡ presentarse solo en su casa.<br />

el trempo, debia ejercer uDa. gean in- i<br />

fIuencia en el porvenir de ëntrámbas,<br />

porque Jas afecciones de la iofancia dan<br />

lugat casi siempre a los mas Importantes<br />

sucesos de la vida.<br />

CAPITULO VIJESIMOSESTfJ.<br />

Algunos dias ántes dc la noche en,<br />

que he presentado a Leontina por la I LA BERLINA AZUL.-DOS ANTIG UOS<br />

vez primm'a a mis lectores cn casa de<br />

SOCIOS.<br />

Mister W, aparcció de nuevo CltÏudio<br />

Laroche en Paris.<br />

I.<br />

Era un hombre hermoso, pero de una<br />

bellezil que tenia algo de fatídica i som-<br />

Eran las die~ de la mañana. El sol de<br />

bría. Hijo de un herrel'o, habla dejado I mayo brillaba cn el cielo, comunicando<br />

la fragua de su padre para ser actor de<br />

vida ¡alegria a la gl'an ciudad de Paris,<br />

una compaiíia de la lengua, i luego se I cuando un hermoso carruaje paró a la<br />

habia metido a accionista, con un caudal<br />

improvisado, de csos cuya proce. . ela CDel solitario barrio del<br />

'I pucrta do una casa de misera aparlell-<br />

Marals.<br />

Este Libro Fue Digitalizado Por La Biblioteca Luis Ángel Arango Del Banco De la Republica, Colombia


tI. ANJEL DEL HOGAll. 1,45<br />

La calle, larga i tl'iste, estaba cuùierta '! con toda la lentitud i prosopopeya de<br />

en parte por la yerba que brotaba entre,: uu hombre opulento.<br />

las mal unidas picùras, siguo seguro de! Su aspc


146 B[BLI~TEC A <strong>LITERARIA</strong>.<br />

preguntó con una actitud amarga, que: sinembargo, me ùijlste necesitar entel's.<br />

DO podIa disimular apesar de sus es- ' -- ¿ I COIllO'InÓ!r¡s de coosel'varla,<br />

fuerzo s : sabiendo todos los nrgocÎantcs de Lóo-<br />

-Qué quieres de mi? dre4 que en tu'cllsa hahla estado depo-<br />

~No te lo presumes? pl'el;untó Il SU. sltuda, i ,afirmando tú que la habla<br />

vez Mister \V. con una risita sardó- retirado de ella su lejitimo poseedor?<br />

nlca que dejó ver un poco sus dientes - Sea, e e\lo lo quo qui('ra, tú te<br />

amarillos i desiguales. \levaste 80,000 duros, le) dueño de<br />

-Sí,cootestó sombriamente Claudio; ellos murió loco, po. querer yo fs"oreme<br />

parece, Ricardo, que ,'ienes a pe-. ecrle a ti con la ¡nihil de esa cllntldad<br />

dirme dinero. : que despues te lleví\~tll por entero. Poco<br />

-Te parece, pues, la verdad. , despucs te di otra gruesa suma para<br />

-1\1ira, repuso Claudio, riendo a su : que pudieras deslllmbrar al conde H. f<br />

vez con una espresion que hubiem hc- • escamntearic co el .;m·~o, a condidoD de<br />

Indo de espanto a eualquiera que no : entregarme a mi 600,000 francos.<br />

hubiera sido Mister \V; mira en der-: -1 no te los entro:gué !<br />

redor tuyo. i -' No lo niego ; pero déjame hablar:<br />

El banquero tendió sus redondos ojos I·no vengo n peùÍl'te oada por lo que respor<br />

la estancia con una espresion adml- : peeta a semejante asunto.'<br />

rabIe de indiferencia i de frialdad. i' - l, Será por los 80,000 duros quo<br />

-Ya be mirado,dijo dcspncs a Ctail- " gasté ell Akmania ?<br />

dio. " -No, c,;l:ucha: cuando vi pel'didas<br />

-Ahora, contiouó éste, mil'ame a i mis csperllflws de Ciuarme con UnCaela<br />

mí; i con nu movimi~nto nípi


EL A~JEL DEL HOGAR. 147<br />

-Sf, yo lo sabia lldemas; i por cso esperes de mi que coopere Il semejante<br />

no tc la exijo ahora. monstruosidau \<br />

-Cuándo, pues ¡ --Siéntate, Claud;o, i acaba de e.scu-<br />

-El dia que te cases call la condesa· ¡ chal' con calma lo que exijo de ti, dIjo<br />

Leontina. I: !\lister \V. call la ml\S admirable sangre<br />

Ill.<br />

:. fria, I sin que le hiciese la mas leve Im-<br />

!: presiou la Indig;nacluu de su socio;<br />

Reinó el silencio nlgunos Instantes •. l\leg'}, continuó, luego te diré cuál es la<br />

Claudio habla doblado la trcntc i lIarecia : recompensa que destino a tus servicios.<br />

sumerjidu en una meditat:ioll amarga i Selltóse otra vez Claujío en su mísepro.funda.<br />

Mister \V. espel'ó ulla I'CS- 1'0 lecllil, i se enjugó el sudor, que corria<br />

puesta; pero viendo que no la obtenia, por sus sienes, con un pnñuelo de rIca<br />

prosiguióasÎ: batista, qUl' pGr el blasoln bordado en<br />

_ Escucha; te casar:ls con la conde. Ulla de sus pUlltas era f,ídl couocer que<br />

sa Leontilla, í muchareis en seguida Inuia pertt~ncd:jo a alguna dama, I que<br />

a los Estados Luiùos; i cn vez de el'a ùádiva de Ulla de aquellas frenétldarme<br />

los ~O,ooo duros que tl' to.:aron cas pasiones :.¡ue Claudio sabia Inspirar.<br />

eD el despojo de mi suegro, te daré yo -Quicro, continuÓ ci banquero, que<br />

mcdio milloll de reales .. : Alicia asbta a las disertaciones de las<br />

-Qué eseucho! csclamó Claudio fl.ldor.1s, i a I


148 <strong>BIBLIOTECA</strong> <strong>LITERARIA</strong>.<br />

-Para evitar que se enamore, pues, ;' el enemigo del jéll~ro humano los ha<br />

es para /0 que te la entrego, Claudio: I; hecho répl"obos.<br />

ienamorarse! j amor! cstas p.alabr


EL ANJEL DEL HOGAR. 140<br />

-Antes de contestarte, \Iece~lto que' I<br />

me presentes Il tu mujer. CA.PITULO VIJESIMO SETIMO.<br />

-Cómo! esclamÚ el banquero asustado<br />

apesar de su lmpaclbilidad, quc-, LA IlECLAIlACIO~.-Al'A.RRCK OTU vb EL<br />

nIas decirle!. ;1 DOCTOII SI~l'SO:'i.-EL SALH.D:J8.-U<br />

-No me hagi%il preguotas, porque a<br />

nInguna he de respooderte: necesito: CAnTA DE CLAUDIO.<br />

(,ue me des entrada, no solo eo tu ca~a '<br />

sino en la habitacion de tu mujer. i l.<br />

-Está bien: cuindo?<br />

-Ellta noche. :: A las nueve de aquella noche, Tom,<br />

-A qué hora? iÍ elnyuda de cámara de Mister W. In-<br />

-A las llueve. , ,; trodujo Cil la habitacion de !Id amo a<br />

-VeD Il esa hora Il mi gabinete par- • Claudio Laroche.<br />

tlcular, I en seguidù te conduciré a la: Nadie (!lIP h'lhíern visto n éste por la<br />

babitaclon de Rafaela: pel'o ¿ cllá:¡do'! mnillllla, le hubiera eonocldll, vestido<br />

sabré si puedo contar contigo? : por la nOl'he con ulla elegancia llena de<br />

-Maùnoa a estas horas. :: naturalidad i distincion. Sillembargo, su<br />

-Hasta la noche, pues, dijo l\Iister traje ostentaba Ulla seucil1e~ que dis-<br />

'V. dir/jéndoso a la puerta; i luego, .! taba mucho del I'njo : queria sin riuda<br />

volviendo algunos pasos añadió: .i dar a eutendcr a R.lfaela que su deseo<br />

-Si mañana me dices que te lIevM a I i de SCI' presentado a ella habla sido CIl-<br />

Alicia, te liaré en el acto tu pension del:: suai, o nacido en el momento de entrar<br />

primer año. a ver n su marido.<br />

Claudio se encojló de hombros con un ,i Llevaba pautalonclaroadmlrablemen.<br />

movimiento de triste indiferencia que . te hecho; frac color


150 BIB L ( O T E C 'A L I T E R A R I A.<br />

parecer mayor su estatura, d\~m:\siado" siguió contemplando a llafllelll con la<br />

desarrollada para su edad •. ' mirada tristc que había fijado en ella al<br />

Sus cabcllos, diviJidos po~ una rêiva" entrar en su habitacíol'l. La señora de<br />

desde la frente a la nuca, caian ell dos' \V. cspel'ó en vano durante alSUIlO8<br />

largas, i hermllsas tl'clllas negras a lo " instantes a que le coptestase; pero .Ien·<br />

largo de su tru je. i I do que uo lo h'lcia, S'a sentó, i npoyando<br />

-Qué h3CCSaqui, Alicia? prcguntó lila mejilla en la palma de la mano eon<br />

Mister W. a su hija. I el movimiento triste,1 digno que le era<br />

-He venido a ver a mi madrc, res- ¡ ¡ habitu¡tl. guardó un despreciable 81-<br />

pondió la niÏla cou gl'ilvcdad, i pasando' ¡ lencio,<br />

delante de,su padre I de Claudio. :I Despues de mucho rato, Clsudlo 18"-<br />

Al 0lrle8 entraI', levantó l\;lfaela la; ¡ paró bs oju; lOC l\afaela, pasó la mODO<br />

cabeza del libro en que Ida.1 bien prOll' ,¡ por la fl'ente, i dijo:<br />

to apareció en su semblul1te UII:I pro- ¡ -He veniùo, sei\()ra, a decir a usted<br />

funda espresion de desprccio i asombro:: ulla cosa que debe saber hace mucho<br />

al vcr a Clnudio, al que cono da ya h1\' I ¡ tiempo.<br />

cia mucRo titlmpo do ()omb,'t', i al que, -1 cuúl cs ?<br />

últimamente habia visto alguuns veces' -Que la amo!<br />

en casa de Leontina. ! Clnudio dijo esta!l palabras eOG UDa<br />

Ya sabemos de qué maneI'll reconvíno i voz qllC. salía de lo .mas IntimO de .!lU<br />

8 su amiga cuando ésta le u()unció,que' nlma; rera tantl\ lí!. verdad i el senUiba<br />

a recibj¡' a M. Laroche en su Ci1911. : l' miento que su ucento rHillaba, que Ra-<br />

Guanù le encontró ell ella, apénas ha- ¡ facIa volvió hâcla él ws asombrallo,<br />

bin quel'ido hablarle, i su asombre fué, ojos.<br />

tan granJo como su enojo al Oil' decir a :i Y o 110 sabia semejnnt,~ cosa, caba-<br />

''SU marido: I¡IINO, respondió, i aseguro 8 usted que<br />

-Ralaela, mi amigo M. Laroche, me;! hubiCI"(\ùes~ado no Sl\berla nunca.<br />

ha rO~8do que te le pl'esentara. I: -ScÍlora, dijo Gla\Jdlo néercáodo.se.a<br />

-No sé, en vel'dad, lo que puede \' Rafaela, i CO/11081acabara de.Comllr una<br />

querer de ~í és~c ~;¡ball,ero, balbuceó il re~olucionpodcrosa : orgame usted du-<br />

Rafaela, rOJa de IIldlgllaclOn. ! j rante lllgllllo~ momelltos, i despues os-<br />

-ÉI'\e lo dirá: Cil cuanto fi ml, me: i ted decidira de mi destino.<br />

llaman mis negocios a otm parte; vu-,! Rataela no cambio ùe postura'; pero<br />

mas, Alicia, continuó volvi¿llùosc ,il su :' hi1.Oun l.esta ùe resiguac\on, por el cual<br />

hija: si quieres, te dejaré en la opcJ'a' :\f. Laroche cOlloció que te escuchaba.<br />

donde sc hallan esta Doche LI cOllJes,l.; [bee veinte Jños, seilOra, contlouó<br />

i su hija. ! él, haec veinte aõos l/uc soi un m¡lierll-<br />

Alicia abmzo n SI; madre, hizo una i, hIe: bajt! la apal'jcllcia frívola del<br />

gl'avc cortesía li M. Laroche, I salió con: I hr)mbre de mundo,ho contl'Íbuido o be<br />

su padre, dlljando solos li l\afaela I a : forjado PI)I' mi solo la ruina de muchos<br />

Claudio. i hombres ue bien. Habia pensado, at<br />

II. Ivolvcr li Francia, casar me con la conde-<br />

,sa de H. que, cs mui rica, I b cual me<br />

No bien hu~o caido la porti~~c ,del: I amó en otl"Ot!er,lpo to poeo que el/a es<br />

gabinete de ~i1stris \V. se vol \'lO esta I¡ capaz de amal': pCI'O VI a usted en su<br />

bácia Claudio que permanecia cn pié i,! casa, i mis proycctosse volvieron burna,<br />

en actitud respetuosa. !; i mi corazoll latio de un modo que no<br />

-Cabi\llel'O, le dijo con dignidad;, conoci:l yo aúu.<br />

estraño mucho que se haya tomado la, - Yo no he tenido jamas la pretenlibertad<br />

de venir a ml Cllill'tO,i espcl'O . sion de convertir malvados, !lcñor de<br />

que me esplique el motivo que Je ha ! ~I'oche. rcspondió Rafaela eón un des-<br />


EL ANJEI. DEL HOGAR. 151<br />

Palidecieron las mOI'NHIS m('jillas de 'I -Robnrmr l\ mi hija I esclamó Ra-<br />

Claudio; pr.rv i:qUtPa il'a í\l.:itin, o f:\f:¡. elln (,'plI.tO: '" l'Ía usted capaz<br />

aquel doloroso despecho, se apagó casi Ù~ ello, caballero '1<br />

Instantáneamente. -Mui c?pn, seilOrllj pero no llegue-<br />

-Yo no sé, seilora, contiouó des- mos a un caso estremo. l\afaela, ptosl •..<br />

pues de una pausn, )',) no sé qué cosa guió Claudio duleifil'an(\o ele nuevo.dsu<br />

hai eo tOl'no suyo, que me atraI! i me arento Lsu aclitud; Rafaela, yo no pl o<br />

fascina: es sin duda el rcnejo tW su qllr lIstrù me ame, sino que me pcrhermQs¡¡<br />

alma i de su inmrl\:ulada \'ir- mita (lmarla 1<br />

tudo Sea lo que quiera, pro:,i~ujó U(llIeI -10 110 qui('ro sopartllr pCI' ~':¡;.;<br />

hombre que se iha 1IIli'.néwdo de una ti('mpo \;l pl'cselle::l de listed! esclamó<br />

manera que hubiera infulldido miedo ill R~f¡lrla 1l'\';.lIt,ílhIJ::t1 indignada: no<br />

que le hubiera Cllllocido, sea Ùl' dio lo s(llH~ u,tl"¡ que Si;; ([1S11(11\? ¿ que debo<br />

que quiera, cs lo l"Írl'lo qne cstI' !lmol' mi fe fi mi marido, i que' "/<br />

puede \'olvcrme al camino ùe la perdi- -- C;,aJa! i con quién'~ interromclan,<br />

o puede haccr de mí un hOlllbrc piÓ impctuo,anH'lItll Claudio; quiere<br />

de bien.<br />

usted qllp le diga lo qne ha sido i lo que<br />

-1 qué me Importa'! dijo Uafarla es su marido'<br />

COD indiferencia. :\,Illa de esoquierosaber l solo quie-<br />

-Aún tengo que hablar algo mas, 1'0 (\11


152<br />

<strong>BIBLIOTECA</strong> LITE~ARIA.<br />

migo del jé~ro I'''m!lno volviÜ a pose· ~se refleja en la frente de los' hombres<br />

slonarse de su alH., i dijo' n Rafaela: ! sabios, I que han sofrido mucho.<br />

-Esta noche, ~eñorn, debe usted; -Acosada pOI' Laroche, prosiguió<br />

despedirse de su bija, porque mañana ! Rafaela, he recordado, amigo mio, que.<br />

estará t'a mi poder.<br />

tenia una carta de mi padre para usted.<br />

Salió dichoe!lt~ ; pero Rafoela no dió -Una carta para ml! repitió 850mmuestras<br />

de haberla oido, f cumdo êl brado el doctor: ¡de tu padre, dices?<br />

salió a la calle, IlÙIt contiouaba la po- --Sí: la reclbi con otra para mí,<br />

bfe madre su plegaria.<br />

i por mano de mi hIja, a quien las eotre-<br />

:: gó 'mi marido mucbo tiempo despuel


E L A l\ ,I E L Il E L 1\ O (i .\ R . l.í3<br />

-« No tengo dificultad l'Il casanne I<br />

con usted, amigo miDi Dios DO me C}uic- :<br />

re para sí, i me tendré por dichosa si :<br />

puedo hacer la felicidad de alguno cn cI i<br />

mundo.»<br />

i<br />

« Unlme, pues, a ella: pero no sin,<br />

que ántes me confiase que había amaùo '<br />

mucho a un hombre, el cnal habi'l roto<br />

bàrbal'llmente los lazos dl' su amOl', i<br />

que so corazon Je recordaba a l'àdu instante.<br />

j)-<br />

--« Pero yo curaré, aÍladia con su<br />

santa sonrisa, yo curaré con cI poder de<br />

Dios. II<br />

« No curó, siuembnrgo : enfel'lna de<br />

alma I cuerpo, vivió diez ailOs, i, \lO<br />

obstante, me hizo durante ellos tan dichoso,<br />

como jamas pude soiJa¡' habcrlo<br />

sido. »<br />

CI Mi esposa se llamaba Carlota; i (,1<br />

hombre a quien tanto habia amado, cI<br />

doctor Simpson, I)'<br />

Cayóse al Ilegal' aqui la tarta de las<br />

manos dcl doctOI', i cubrió SIlS faccio\les<br />

ulla palidez tan intcnsa, que Hafacla,<br />

toda asustada, se precipitó hrida él:<br />

mas el anciano volvió a tomar la carta<br />

i leyó e~n voz firme ya lo que sigue:<br />

CI Dejome Carlota, II su muerte, una<br />

niña de nueve años, en cuyo tierno corazon<br />

habia sl'mbrado ya Sil salita madre<br />

las máximas de In mas sólidn "irtud:<br />

hoi, sellol', la dejo en Lóndres,<br />

sola i casada con un hombre al cual se<br />

nnl6 pOI' salvarmc de la pobreza. La<br />

Providencia ha qurrido sin duda tracrla<br />

al pais de su madre, apesar de habel'<br />

nacido en Espaim, para quo halle aquí<br />

el bienhechor que en ninguna otra parte<br />

podia encontrar. I)<br />

(I Seúor, si alguna vez le piùe Sll ayuda<br />

pOI' la memoria de su madrc, qlle<br />

está en el cielo, no la desampare usted.<br />

Así se lo ruega su desgl'aciado i 100rihundo<br />

padre CJ.nlE:\-r1l IlE A.)<br />

IV.<br />

Cuando el doctor acabó de Icei' esta<br />

carta, copiosas hígrimas baliabllU sus<br />

mejillas: doblóla, la guardó en su pecho<br />

j luego estendi6 sus brazos a Rafaela,<br />

Clue 8C arrojó cu ellos sollozando.<br />

ENTJlEG.\ ¡,7.<br />

Ambos permanccieron largo rata SiD<br />

poder hablar, i enteramente sometidos Il<br />

la emoclon que les Ilominaba.<br />

-Ah! esclamó el doctor: ahora me<br />

esplico, hija mia, la fuerza irresistible<br />

que me arrastraba h:i('ia tí: No temas,<br />

aÏladió, haciendo un esfuerzo para recobrar<br />

la sercnidad que formaba la base<br />

principal de su ellràetcr: no tiembles;<br />

\'0 sal\l\ré II tll hijl\ - siu saber los<br />

designios de su padre, creo adivinarlos.<br />

pl/l'que conozCO a Claudio Laroche, desde<br />

qllc \ hia eu L6ndres.<br />

. __ : l'CI'O qué haremQs? i Dios 11110I<br />

i, qué harcmos? esclamó la pobre madre<br />

con crecicnte agonIa: sn padre<br />

ticne derEchos que nadie le puede dlsputlll'.<br />

i luego, sile ayuda ese hombre<br />

tan perverso, tall desalmado.--.I<br />

-Dios nos ayudat'á II nosotros: yo<br />

veré II Claudio, (, i quién sabe' I quizá<br />

mllveré su cornzoll t sail las· diez, continuó<br />

el doctor mirando su reloj: ahora<br />

debe estar cn su casa. vuelvo dentro<br />

de media<br />

hora.<br />

El doctùr, dichas estns palabras, tomó<br />

su baston i su sombrero i salió apresnradamente,<br />

dirijiélldose en seguida a<br />

casa de Claudio.<br />

v.<br />

El doctor no podia, li causa de su pobreza,<br />

gastar (·oche. Era julio, i las ClIlies<br />

pobladas de jente no le dejaban el<br />

i paso tan libre, como él hubiera deseado<br />

: en su impaciencia.<br />

. Cruzó por fin las mas populosas i se<br />

halló ~n ri solitario barrio de Marais.<br />

Cil donde ya pudo caminar eon<br />

mayor rapidez, llegando bico pronto li<br />

la casa de Claudio. ;, Cómo conocia el<br />


154 BIB L lOT E C A L I T E R A R I A.<br />

Allostaote se oyó un paso rápido que i. --Por qué, Claudio? te avergonzabajaba<br />

la escalera, I Claudio abrió la; I ria acaso mi modesto don ¡<br />

puerta, trayendo en la mano un cabo de ;: -Sf! ime overgüenza ! esclamó Lavela<br />

de sebo.<br />

i I rache ocultando el rastro entre las ma-<br />

-Señor! balbuceó con respeto in- ¡ i nos: ¡sf, me avergüenza, señor, porq~<br />

cllnándose ante la austera figura del!· usted es Ull santo, i yo soi un grao<br />

aoclano.<br />

' criminal!<br />

- Buenas noches, hijo mio, dijo éste: ~ -Claudio, sé mas Induljente contigo<br />

¡quieres recibirme en tu casa: , mismo,. dijl}.el doctor -tornando snave-<br />

-j Ah, señor, qué pregunta! escla ; mente la mano del socio del banquero.<br />

mó Claudio con emocion ; i vamos, va- i I 110 sé de tu vida posado mas que aquemos<br />

arriba I<br />

i i 110 que tú, has querido decirme : pero sé<br />

Ambos subieron la escalera I entraron i ¡ que Dios perdona al pecador mas endu-.<br />

en la mísera salita que ya conocemos. i, recido, j no quiero ser yo mas severo<br />

¿ Cómo se bollo usted en París, señor? ,I que él. Ademas, ¿ qué derechos tengo<br />

preguntó C/alldio, que npénas se atrevia:; yo sobre tí? no debo hacer mas que<br />

a levantar<br />

los ojos deldnte del médico. ,i coosolarte, i jamas me oirás reCODve-<br />

-He venido li encRrgarme de la, ¡ nirte.<br />

euro del duque D, hijo mio, i despues Ii -i Ah, señor! si usted supiera _<br />

de cumplir con mi deber, no he querido 11 -Habla, reposo el doctor contento<br />

marcharme sin verte. ¡; al ver correr el llanto pOI' lall mejillas<br />

-Me avergüenzo de tanto cariño,: I del réprobo: habla, Claudio: sai homseñor.<br />

I i bro, i todo la puedo escuchar, parque<br />

-Por qué, Claudio? I; he sido amaestrado en la escuela de la<br />

-' Despues de la 'última cantidad! ~desgracia: b:Jbla: i tienes crímenes<br />

que debí a la jeDcrosidhd de usted, ni i i so~re tí ~ itodos lo~ lava ~I arrepentlsiquiera<br />

he vuelto o escl'ibirle!<br />

i ¡ miento, I aún eres Jóven I puedes eD-<br />

-Qué importa? yo por eso no te l. me~dar cuanto mal ~ay~s oca.IODado,<br />

flulero ménos: /.te acuerdas de aquella haCiendo otro tanto bien.<br />

terrible enfermedad, por Jo cual todos -SeÏ1or, dijo Claudio con voz aholos<br />

médicos de Londl'es te habian de- gada, estoi tan pobre, tau miserable,<br />

sauciado ya? Desde entónces, te amo, tan perdido, que me hallo en visperas<br />

Claudio, porque conod que eras uu ¡ I de venderme por el mas infame de los<br />

hombre estraviado. pero no perverso: ! crfmene.s; me compron para que l'obI)<br />

desde entónces, no he cesado de velar ! una hija a su madl'e, i para que la perpor<br />

tf, i cuando hace dos meses me es- i vierta bajo la influencia de mi propia<br />

erlbiste que habias "uelto a Paris, i que I maldad.<br />

vivias en este solitario barrio, temí pOI' i ClaUdio, 01 decir estas palabras, hutusuerte<br />

figurándome que estabas mui ;¡ miJló su frente casi hasta tocar la tlepobre.<br />

, i rra, temeroso de hallar lo severa mirada<br />

-, Es verdad, señor! repuso aquell del doctor, Mas éste, en vez de soltar la<br />

hombrtl bajando humildemente la ca- i mano que tenia entl'e las suyas la estrebeza<br />

: ies la verdad: estoi pobre, arrui- i' chó cariñosamente i dijo:<br />

nado, perdido, i soi un miserable! i -La sabla.<br />

-Felizmente, hijo mio, tengo con! -Cómo I ¿ sabia usted que estaba<br />

qué socorrerte, dijo el doctor sacando I encargado por Mister W. de Ilevnrme a<br />

uoa pobre h!);;.ita de seda verde i pre-I· su hija?<br />

&entándola a Claudio: luego añadió: -S;.<br />

-Toma: es todo lo que poseo. I -;. Quién ba podido dec/rselo ?<br />

--Señor, señor I Cuán confundido! "":"'Bafaela.<br />

"sto; al ver tanta jenero6ldaà.<br />

yo no puedo admitir u __<br />

I no, no, i 'I - Bafaela! repttiÚ Claudio<br />

i baja iHombrade.<br />

en 'YDa<br />

Este Libro Fue Digitalizado Por La Biblioteca Luis Ángel Arango Del Banco De la Republica, Colombia


EL ANJEL DEL 1I0GAR. 1 Sã<br />

- l\afaela, sí; i ahora vengo a dc- .' pcrfeccion el español, el aleman, ello,..<br />

cirte: - Claudio, hijo mio, a quien tanto' i gres i el {rances, Claudio, prosiguió el<br />

am.o, pOI' quien tanto me intereso, ¡no : doctor fijando en el semblante de ,Laroarrebates<br />

a esa pobre madre su hija, que : ehc la dulce mirada de sus g~aodes<br />

CB lo único que le queda en el mundo! 'ojos, de aquellos ojos que no habla po.-<br />

-Oh, señor! dido la edad empañar; Claudio yo que<br />

-Claudio un Jazo fuerte, mul fuerte, 'tantas Veces he huscado para tí, sio pome<br />

ulle Il Rafaela, que es ulla santa : der encoutrarla, una posicion hoorosa<br />

mártir; ella es hija de la ùulca mujer a que te apartase del camino del mal. yo<br />

quien he amado en este muudo; cuando" que, al contl'al'lo de todos aquellos que<br />

)a vi por ,'ez primera, estaba moribunda te han conocido, te he juzgado siempre<br />

como tù; a los dos os cuidé yo, i os ,mas desgl'ilciado que culpable, vengo<br />

salve de la drsesperacion; en aquel boi a deeirte :-quiél'es ser honrado (<br />

tiempo, Claudio, pasaba yo todas mis, dichoso? ¿ quiéres ser algo en la sacie.<br />

horas cotre vosotros dos; a clla la llevé dad, tÚ que siemp¡'e has sido consideraa<br />

mi lado, pero a ti no pude, porque tu ,do en ella como un pária? La persooa,<br />

vida aventurera te llevÓ a Al l'mania; a quien clesc!> proponer tus servicios,<br />

bol sé que la amas, Claudio; ¡¡mbos nada te pr •.:,'J!ltará acerca de tu pasababeis<br />

llegado al estío de la vida: ella, do: no "bdga preocupaciones, i le<br />

siendo buena i sufriendo mucho; ttí, bastará que tu presente sea honrado<br />

siendo culpable, pero dichoso, porque e intachable.<br />

tu conciencia dormi:1 ; i hoi digo desde MI', Laroche juntó sus manos coo<br />

)0 íntimo de mi alma :-¡ Pluguiese Il : esprcsiOll de viva gratitud i la emocion,<br />

Dios que àmbos fuérais libres pam que 'que embargaba su voz, le Impidió decir<br />

yo pudiera uniros haciéndoos felices: que aceptaba.<br />

-Senor,me confunde tanta bondad!' El doctOI', tan perfecto eODocedor del<br />

mUrmuró Claudio, que no podlaresol- : eoralOn humauo, habia ieido demasiado<br />

verse a lel'antar la abntida cabeza, I a ': bien e~1el de aquel hombre. Tenia l'amiral'<br />

de frente al doctor; ustpd sabe ; zon: era mas desgraciado que culpaquien<br />

soi, sabe quien es ella, i sinem- ¡: hie: ¿ i qué hombre hal en el mundo,<br />

bargo .._ - - ' por otra parte, que no prefiera ser bue-<br />

-I sinembargo, Claudio, si ella Cue- i no 8 ser malo, cuando le dan medios<br />

ra libre, i tu quisieses aceptar el porve-, i honrosos i fáciles para que siga por el<br />

nil' que te ofrezco, no ,'acilaria en ~unî- " camino del bien '!<br />

ros con los lazos de una eterna union Siempre haî acierto pudor en el alma,<br />

apesar de la diferencill de vuestras cu- aún de los séres mas abyectos I desp,'enas,<br />

i de "uestro pasado. Dios murió ciables, que responde cuando se le inpor<br />

todos. hijo mio, i no :tma ménos I voca. La dureza, el menosprecio de la<br />

al que nUDca ha pecado, que al delin- sociedad, precipitan a muchos sé res en<br />

Cucnte arrepentido. ,i la sima sin fondo del erímen, cuando<br />

En cuanto Il mí, Claudio, no puedo: solo han recorrido el camino del mal.<br />

ni debo ser mas severo que el Dios de ¡ Ah! i Si cada uno de los pobres esjusticia;<br />

cuando vine a Paris, traje el 'traviados encontrase un doctor Simpson,<br />

propósito de eucoutl'8rte i de ponerte al ; no habria talltos criminales! .<br />

abrigo de la miseria que estaba seguro<br />

de que te perseguia; Iq he logenda i pOI'<br />

eso te digo que te ofrezco un porvenir. I<br />

-Un porvenir!<br />

-Sí !La persona, a quien be veuido<br />

a curar


156 DlnLIOTECA <strong>LITERARIA</strong>.<br />

pero no he cometido ningun crímcn pOl': hubiera yo visto muchas veces, llorando<br />

••<br />

I<br />

mi mIsmo. de gratitud i de felicidad por mis eui-<br />

_¿ Desistes de \'endcrtG a Mister 'W.: dados I mí tcrnUl'll, si el deber no nos<br />

para Ilevarte su hijC\ ': preguntó el doc-: hubiera separado pam siempre!<br />

tal' en cuyas facciones se retrataba una: El anciano fué Interrumpido por un<br />

viva alegria. hombro desconocido, que entró en la<br />

-Desi~to, sí: solo puedo ppgar a antesala, donùe se haUahan, COQ una<br />

llste(I su jenerosidlld, procurando sel' lo : carta Cil la mano.<br />

que hasta aquí no habia sido ¡amas; -S~rá vuestra gracia Mister W. ?<br />

bueno i honrado. preguntó a Mister Simpson, mostráudo-<br />

-I tú lo lograrás, hijo mio' i Sí, tú le la earta.<br />

10 lograrás' Dios no de.;a sin ayuda los: -Es la letra de Claudio! se dijo el<br />

esfuerzos de lo~ que quicren siucera-' doctor; i luego añadió: no soi yo,<br />

mente eutl'ar en el camino de la virtud; pero haré llegar al instante esta carta a<br />

dentro de un mes, saldrLÍs para Madrid. sus manos.<br />

con el duque n, olvidarÚs a Uafaela ; i El mandadCl'o se la entl'egó, i salió ~D<br />

si JlO la oh'idas, su I'ecuerdo, léjos de seguida.<br />

ser criminal, te alent'lrá en ci camino, "':"-Yéamos lo que le escribe, dijo el<br />

del bien: ese es el privilejio de la vir-, doctor despegando la oblea que aún estud;<br />

todo lo purifica, todo lo alumbra, ; taba húmeda; no espero de él una<br />

todo lo alegra! Claudio, hijo Olio, acep- infamia, pero tampoco puedo confiar<br />

ta aquel dinero que he dC,ado sobre tu ,enteramente, cuando se trata de tu dicama:<br />

él te pondI'll :JI abrigo de la ne- ! cha i de la de tu hija.<br />

ccsidad, hasta que la salud del duque· Dicho esto abriÓ la carta i leyó lo<br />

D, me permita presentar te a él. i que sigue:<br />

AI deeir estas palabras, el seilOr Simp-! « He meùitado lo que me has proson<br />

puso en las roanos de Claudio el: ¡ puesto, Ricardo, I no puedo consentir<br />

bolsillo dc seda, que éste tornó sin. ru- I i en ello; tu proyecto me horroriza, l,<br />

borizarsc ya, pues sabia que élie habia I por lo mismo, en vez de esperar a made<br />

preservar del cl'Ímen. ñana para negarme a él, te escribo hol<br />

El doctor volvió a casa oe 'lister \V. pal'a que DOcuentes conmigo.»<br />

des pues de habel' abrazaùo a Claudio, a: «En cuanto Il lo que dices soi en<br />

quien prometió ver todos los dias, temc- 'debertc,. todo te lo pagaré cuando honroso<br />

de que se debilitasen sus buenas . radamente pueda adquÍ\'Íl' medios para<br />

resoluciones. ello; me he cansado ya del mal, R1-<br />

Rafaela salió a recibirle ausiosa. , cardo, i deseo pl'obar el bien.»<br />

-Qué bai '! preguntó apretando cou- :'<br />

vulsivamente las mauos del doctor .. I C).AUDIO LAROCHE.<br />

-No te quitarán a tu hija. respondió,!<br />

el anciano estrechando contra su pecho ··1 El doctor voh'ili Il cerrar la carta,<br />

a la pobre madre, que rompió a llorar, !' llamó a Toro, i le encargó que se la<br />

embriagada con el exceso de su alegría, i· entregase a su amo, añadiendo que un<br />

i de su gratitud. " hombl'e desconocid() acababa de traerla<br />

_iCómo pagar a usted lo que le i i para él.<br />

debo, señor i padre mío: murmuro '- Dios mio! esclamó Baraeltl, ¿ escon<br />

voz ahogada por la emociou. Usted,: tará ya libre mi pobre hija de los eruesolo<br />

usted se ha interesado en este muu·· les proyectos de su padre?<br />

do por mi felicidad, pues mi pobre p~- -Yo deseo verla, dijo el doctor; 1, no<br />

dre nada pudo hacer por ella. i podrias Jlnmarla para que la abrazase<br />

-No cl'es tú la hija de Carlota? re- :: ántcs de retirarme a mi casa?<br />

puso el anciano que nu podia separar;' -I Ai. amigo mio, me es ImposIble t<br />

sus ojos del pl


E L A N J E L D E L Il O G A 1\ . 157<br />

halla ocupada así, es en vano que lu', La descspcrucion de Ll'ontina fuétao<br />

llame, pues me responde que le cs im- " grande corno amarga, al vcr que su beposible<br />

complncerme. \: IIrzase ioa destruyendo, din por dia,<br />

-Cómo! I AsI vas renunciando a tn hora por hora. Para la mujer que cifra<br />

sagrada autoridad, Hafaela! csclamó el " en l>US gl'acias personales todos los eleanciano<br />

dolorosamente afectado .. mcntos de felicidad presente i futura<br />

-1qué puedo hacer yo r Mi hija cs : e: qué qurùa cn el mundo si esta se<br />

cada dia mas grave, mas resuelta e in- : araba?<br />

dependieute! i Con terror, con mncho Leontina, des pues de haber gastado<br />

terror, lo digo. amigo mio, pero es la . la mitad de lo que le quedaba de su<br />

,'erdad! i Aprsar de todos mis e~fuer- fortuUl\ en bailos cstrallJeros I en conzos<br />

i del constante ejemplo que le doi snltar a lo,; mas famosos médicos de<br />

de humildad, mi hila va cumpliendo de- todos los p~ise~. quiso, a cualquier cosroasiado<br />

bien, para desgracia mia, todas ta, distracrse de la pena que le eausalas<br />

miras de su padre! " ba la péi'(Hda de todas sus esperanzas, I<br />

El anciano contempló a Baraela du- I: Sil espíritu mrzquino no bailó cosa meraute<br />

algunos instantes, con una cspre- " jor que el .iuego, en el cual perdia cada<br />

sion lIeua de piedad i de tl'Ísteza, por- 'dia sumas cOllsiderablrs, 'que bien pronquo<br />

en su alma bullian mil pensamien- ' to d~jaron su caudal reducido a la nutos<br />

angustiosos; i luego, abrazllndola,' lidad.<br />

se retiró a su casa. Pero ella necesitaba matar el tiempo<br />

: a toda costa, por maS de UDa razon:<br />

habia salido de Paris, siguiendo a Claudio<br />

Laroche, cuando supo que éste se<br />

CAPITULO VJ.JEsmo OCTAVO. dirijia a i\ladrid de secretario del duque<br />

, D.; i no obstante, pOI' mas esfuerzos<br />

UNAMIRADAA TODOSLOSPERSONAJESDE : que hizo, ni logró all'aerle n su casa<br />

ESTA HISTonU,.-LA lIlUJF:a SIN COR'\'- 'una sola vez, ni le viú acudir a ninguna<br />

ZON,-I.A. MUERTE.-OTlIA VEZ CLAUOIO.. de las citas que ella le daba.<br />

-UN CASUllENTO SIN AMOl\,-AGO;olIA' Claudio c1(piaba sus pasados yerros<br />

DE 1tIlSTEnW.-AP_-\RECE DE NUEVO El., con una conducta ejemplar: era hon-<br />

DOCTORSlMl'SOC'l. " rado, probo, sincero I adicto al duque,<br />

, que, por su parte, Je estimaba mucho I<br />

J. le colmaba de favores: pero su alma<br />

l'staba hcrida de una incurable descon-<br />

Mucho tiempo ha pasado. Ahora csta- :; fianza hacia todos los hombres i de una<br />

mos en Madrid, co ulla helada noche' i acerba melancolía.<br />

de enero i en casa de Leontina, condesa,: Claudio canDela el mundo bajo todas<br />

de H., opulenta hace seis años, i hoi:' sus fasrs: hahia pasado demasiadas<br />

arruinada enteramente por sus excesi- veces,


solirar¡os,<br />

1,)8<br />

<strong>BIBLIOTECA</strong> <strong>LITERARIA</strong>.<br />

naba, porque aquella órdell imperiosa il nobleza, prodigándole obsequios i hade<br />

conservar la existencia la hallaba.; menajes.<br />

tambien Cil todas las cal'tas del doctol'. :: Mas la palabra amor era Incompren-<br />

Este habitaba eo Lóndres algunas: ¡ sible para aqlJel jóven corazoo, i debla<br />

temporadas ¡ otras en su castillo: ha-,' serIo siempre: su impasibilidad, que se<br />

biase casado su hija Euriqueta con su !¡ atribuyó destle luego a su orljeo ioglés,<br />

primo Allán, I fijado su residencia en' I era efecto de 5U carácter, de 8U educacloo<br />

Escocia, ¡ el pobre anciano esperabal¡' i de cierta vaga semejanza con su padre.<br />

tranquilamente la hora en que Dios se I el adusto, egoista I cruel ~ister W;<br />

slrviose lIamarlo a si, rodeado de los ,I sinembargo, Alicia conservaba siempre<br />

fl'Ïos pero asiduos cuidados de su esposa! I hâcia su madre cierta especie de. 'res-<br />

Catalina. :: peta involulltario, i de aCecclon tieroa e<br />

Una blanca imájen se levantaba ClJ- :~indeclinable" porque la hermusa i soave<br />

tre I~s negras sombras que cuhl"ian de:' ~lIfaela cau~lvaba tod.~s las voluntades,<br />

cootmuo el alma de Claudio L!lroche. ,; Inclusa la fria e inflexIble de su hiJa.<br />

Era la imájen de Rafaela; de RaCaela, ;: Pero ~o por esto se brindaba ounca a<br />

a quien veia alguna vez, pues hacia \1' ae°'llP~u:¡I' a. su madre en sus paseos<br />

cuatro años que vivia tamblen en Mll- l. ni bu~caba la~ ocasiones ~e<br />

drid i la cual despues dé la saludable I estar con ella. El demoDlo de la 'IIIDImud~nza<br />

que las palabras d~1 doctor ~Idad do~rDaba a Alicia P?r completo, i<br />

Simpson habian obrado en Claudio, no:! se ahuma fucra del bulliCIO ~el mundo,<br />

huia ya de él cuando iba a visitaria :i o de la soledad de su gabmete, en el<br />

como un amigo leall lleno de abne"a~ '! cual pasaba los dias enteros ocupada en<br />

cion. o I lelll' i estudiar. Poco a poco, se habla<br />

'. T • , : i hecllJ instruIl' por su padre en todus los<br />

Mlstr~s ". era casI dlC.hos~ desde· negocios de la casa, i habla muchos que<br />

q?e ha~la vuelto a su p~trla, .1 lo h.u-' los desempeñaba por sí misma cuando<br />

bl~ra SIdo por completo, S! ~ ublera dls- I solo tenia quince años.<br />

fru~lI~o el bl.ellt'star d~mestlCo, q,ue cs, Si alguna vez se bailaba a kafaela<br />

Iii uDlca. .rellcld~d .pOSltlV~,de la t/erra;: paseando, acompañada de unagr!l~io8a<br />

p~ro AliCia ba~l~ Ido h~cJendose. cada, jóven, ésta no era segul'ameute su hija.<br />

dl~ mas despotlca e lodependlente; ~~I'a Consuelo, la hija de la condesa<br />

vhla sola, i ya ~o buscaba, c0'?l,o t'n su: ¡ Leontina, que, maltratada acerbamente<br />

niñez, ~a dulce.' gruta comp~llIa de su :: por su madre, era ulla de las mas desmadre.<br />

absorbla el dia cute. o eo sus : oraciadas criaturas de la tierra.<br />

estudios; i po: I?s noches salla sola en :: e El caracter de la condesa se habla Ido<br />

su carruaje, aSistiendo ya a las soarés,: haciendo cada dia mas imperioso e iny~<br />

a los teatros, en todos los cuales te- i soportable, agriado por los desprecios<br />

ma ~bono, quo pagaba de su bolsillo: de Claudio, i despues, por la pérdida<br />

partlcu~ar. i I total de una belleza, que ya .emp!;U~8<br />

La buana sociedad madrileña se ad- :i a marchitar los anos. ConCorme babiaD<br />

miró basta el pasmo de ver a aquella i ido decreciendo sus baberes, habla Ido<br />

niña dedoce alIOS, que vivia con la mis- :: cargando a su pobre hija cou mas atenma<br />

Independencia que un;¡ vi uda verde o ;, ciones, llegando ésta a dividir su vida<br />

que uoa solterona. I Miss \V. se hizo mui ,I enteril, cotre la plancha, la aguja i .el<br />

de moda, gracias a sus cstraÏ1as costum, :' quita-polvos, ¡siendo mas duramente<br />

bres, I a su mal'ilvillosa hermosura, í a! reconvenida que la última de las crfasu<br />

colosal riqueza. Pronto hubo vcsti-: das que ántes llenaban el osteotoso pados<br />

de color Alicia, peinados Alicia, i lacio de su madre.<br />

cuadros Alicia, i habitaciones Alicia; I Por fortuna, los hábitos de,lapobr e<br />

apénas la niña hahia llegado a cumplir nliia b&bian sido siempre mui model~J;<br />

los catorce aõos de su edad, la rodea- i lo que, en tiempo de su opu!e~,~ron<br />

todos los jóvenes de la primera I bin desesperado a su madre, le toe de<br />

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EL ANJEL DEL HOGAR. 159<br />

Inmensa ventajn, cuando IIcgó el ticm- ; veia la antesala sio estera, I tan sucia<br />

de su pobreza. Rafaela simpatizaba prCl- ': que parecia no haberse barrido jama!.<br />

fundamente coo la hija de su culpab!e . Dos o trl'S sillas cojas componlan todo<br />

amiga; tenia, como ella, el carácter ! su mucbla;c.<br />

dulce, I, como ella, era uno 'de esos' Era la u'lla de la noche; en una sillita<br />

ánjeles de paz, que se "cn algllnns ve- ! estrecha i alha jada con la mayor miseces<br />

sobre la tierrll, para hacel' la dicha ! rin, se hallaba la condesfl L~ontlna ende<br />

los que les rodean, mas para hacer : tfrgada a su ocupacioo favorita; et<br />

ellos constantemente dcsgraeiadll~. Ha- ! juego.<br />

faeld hubiera dado la mitad de su vicia. Apénns se hubiera podido reconocer<br />

porque Alicia se hubiera parecido a Con- !; en aquella mujer de fisonomía repug.<br />

suelo; pero la naturaleza se habia eom- !, nante ¡ cubierta con uo traje casi baraplacido<br />

en formarias cntrramente dls- !; poso, Il IJ hella, coqueta I elegante<br />

tintas. No obstante, las dos jóvenes se ': Leoutina de H. que, pocos años áotes<br />

amabao .:;on la mayor ternura, i ('uando :. cxtasiaba a Pllris COD sus ruidosas 8venno<br />

podia ir Consuelo a casa de ,\Iicia, J; tUl'lIS, i con su lujo casi réjio. Abora<br />

dominaba' ésta la repugnaocia qne le;: volvemos a encontraria, llevando Imcausaba<br />

la condesa, plll'a ir a pasar l, presas en su semblante IllS señales inde.<br />

algunas horas con su amiga. l, Icbles del vicio. de la miseria I de Ins<br />

! ' mns ('encorosas i bastardas pasiones.<br />

H. " La estancia, en donde DOShallamos.<br />

!; rstá alumbrada solamente por la escasa<br />

Entremos en casa de T.contina. I('c-', luz de una \'ela de sebo, que puesta en<br />

toras mias, que ya os he entrctenido II un calldelero de plaqué arde tristemente<br />

Iwbl'ado tiempo pam haceros COUOC~l' las i sotll'e una mesilla cubicrta con un padiferentes<br />

posiciones actuales de cada ; floton \'icjo i desteñido, que eD ellnvler-<br />

UDOde los personajes de esta historia. : no pasado habin servido de abrigo a la<br />

He dicho ya que vive en nn barrio I cour)(>sa. Seis sillas de infimo precio. en<br />

solital'io, i en el cuarto sl'gundo de una 'union de una mesita cubierta de barajll-s<br />

casa de mas que modesta apal'iencia. El I viejas, de cosméticos ordinarios, f de<br />

portal es prqueilO i sucio. La escalera i I peines mui bastos i sur-ios decorabao la<br />

de yeso, angosta, húmeda i ennegrecida.: habitacion.<br />

El cuarto principal tiene una puerta Jim-I ¡ Es de advertir, que todas aquellas<br />

pia, i pintada de color azul i abrillan· i' sillas estaban destrozadas, aunque lo<br />

tado, que, auoque sirve para hacer [nuevo i lustroso de su barniz decia bien<br />

resaltar lo miserable de la pscalcra, sir- ! claro que no el'a larga su boja de serve<br />

tambien pam demostrar que las per- :vicios; pero la condesa se entregaba a<br />

60nlls que lo habitlln tienen cierta oficion Icada instante a raptos de furol', i estren<br />

la limpieza. [liaba todos sus muebles contra la pared<br />

No podia decirse otro tanto de los ¡. durante sus accesos de mal bumor I de<br />

habitantes del segundo. La puerta, mu- ,: dcsesperaeion.<br />

grlenta, apénas conserva algunas seila- i' Delante de la mesa del tapete, se hales.<br />

de pintura oscura, I !lstá ademas i' lIaban se,ntaùas i jugando dos mujeres,<br />

casI cubierta de pOlvo. UD cordel as-;, de esas quc no tienen nombre, pero que<br />

queroso i lleno de Iludos sirvc para, Ison casi siempre viudas de un coroniJl<br />

tirar de la campaollla, i los verdosos " o de un intendente; siuembargo, suele<br />

vidrios de Jas ventanas de la escalera, " hauel' impreso en el semblante de estas<br />

eDgastados eD plomo. hall perùiùo casi!; honradas señorqs un sello tal, que basta<br />

totalmente su transparencia en fuerza pM'a que se les niegue toda procedencia<br />

de las telaraùas que los cubren. i aún todo proceder decente. Estas do;<br />

El aspecto Interior de esta ,'¡vienda no damas estaban sentadas frente a {l'cote<br />

era ménos repugnante que el esterior; i de cuando en cuando, talvez para avi:<br />

apesarde ser eDero, como he dicho, 58 salise del ju('go, se hacian guiños i jèatos<br />

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160 <strong>BIBLIOTECA</strong> <strong>LITERARIA</strong>.<br />

que npl'endel'Ía sin duda Satanás pal'a ;' alIOS dc edad, pem


EL A~JEL DEL HOGAR. 161<br />

_~ - -,.....•..... ',''-'''.'..J''- ........•.......•. /,-._.,.' .•.. ,.-'.-,_~.__- -....,'-.''"'.""".-...•• ~-~<br />

De las cuatro personas reunl


162 BIB-I.IOTECA <strong>LITERARIA</strong>.<br />

--- ~-- - - -- -- - - ?' - --------<br />

-Mi medallon? esclamó Consuelo II a corta distancia, sollozaba amargllcon<br />

terror I llevando involuntariamente mente.<br />

la maoo a una cadenita de oro mui del- I Rato hacia que no se oia mas que el<br />

gada que rodeaba Sil cuello. i penoso estertor de Leontloa que se ajl-<br />

-Sf, tu medallon, i cou la cadena I Itaba entre acerbos dorores. Sinembartodo.<br />

[go, parecia escnchar CODatenclon' las<br />

-¿ Mas para qué, mamá? Yo no II palabras del ministro de Dios, i cuando<br />

adivino __ - - éste cesaba de bablar los labios secos de-<br />

-Nada tienes que adivinar: le ne- lia enferma murmuraban una oraclou.<br />

cesito. ' Hujo un Instante en que levlIntó pe-<br />

-~lamá, yo uo puedo darteel retrato ¡nosamente la cabeza, IlIamó COD unll<br />

de Alicia, repuso Consuelo COllmas J'e- I voz, apéoas perceptible:<br />

solueion de la que hubiera podido espe-I -Consuelo! _<br />

rarse de ella.<br />

-¿Cómo que 00 puedes? ;,De dónde<br />

: La jóven<br />

madre.<br />

se levantó I se acercó 8 3U<br />

has saead~.vlllor hastaote pllra replicar- -Hija mia- __ ,I j pobre hija mia!<br />

me? iTe GIgo.que ~o necesito I murmurtÍ aquella ponlendv su descar-<br />

. -I Pero, DIOs mIO! -. -. IVa a pMar II nada mano sobre la rubia cabeza de<br />

a. poder de eS89 jentes el retrato de AIl- I C!)Dsuelo. Te dejosola. __ .Indljente~. __<br />

C1I1! esclamô Consuelo hecha un mar de II'perdónamc. __ .1 ¡perdóname l<br />

llanto: ,te lo ganarán en seguida, mamá! Consuelo redobló Su llanto, f apoyó<br />

añadió Juntando las manos ,con ademlln II su freote (~n la mano de su mndre.<br />

suplIcante: j sr, te lo ganaran como todo ¡ -j Tú eras rica. __ .mui rica! prosl-<br />

~uanto teuia~10s. pues:ya nos han de- :' guió la desvcnturada con aceoto cada<br />

Jada en, la puorez8! , "<br />

J.•a VIUda no respolldlO:<br />

: vez mas J'ooco i debilitaùo : Itú cl·as••••<br />

pusose mo-: mui rica, i todo tu caudaL te lo be<br />

fada d~ cólera: ,cullriéronse ,de espuma: perdido yo. __ .1 .<br />

sus l~blOs : s~s oJos s~ e~~endll'ron como i -I Mamá,. por jJios" uo te ajlles!<br />

dos ascuas, ~,se prCClplto sol:re su hiJa \ escJamó Consuelo con angustia; ¡qué<br />

dando un rUJl{lo de cólera. J.,ra la pn-,<br />

mel'a vcz de su vidû que se vela contra-'<br />

importa la riqueza?<br />

todo me sobra!<br />

j tenféndote<br />

'<br />

a ti,<br />

riada, i,la il'a, ql~C tal~ habitualm~nte: .-Es que yo voi a morir, i te dejo<br />

lil domlU¡¡ba, dl'/l'nero eu f,'eoesl ell: sola. i sola. __ .! j Dias mio, Dios<br />

aquella oeas,ion, , mio. __ ,: j qué castigo tan cruel!<br />

Tan homble era su aspecto, que sus: - Yalor, señora,' dijo el sacerdote:<br />

dos indignas compaiJcl'as temieron P?f: Dios será el padre de su hija de usted.<br />

la ViM de la pn(¡re Consuelo ¡,se precl- : -Ah I eselamó de súbito la enferma<br />

pitaroD II dc[cudrrl:1: no ~uc empe~o! como herida de una idell repentioa:<br />

necesaria su ¡¡yuda, Su homble pnrasls-!<br />

mo J'obó a la cC:Hlcsa la Cuerza i ci sell- I<br />

i Consuelo<br />

llaCaela!<br />

envia a¡lnstante<br />

-.,<br />

a Ilamal' a<br />

tl(1o', 1 cayó (lcsplomada en el suelo, Cali , ., , , .<br />

I I b' s cubiertos de lin sangl'ienta La Joven ,salJo , envIO Il 1:1mucbacha<br />

os a JO que les serVIa, a llamar il la madre de<br />

espuma. l\'. Alicia.<br />

-j Es el único sér que se interesa en<br />

Amanecín el dia siguiente cuando la éste mundo por tí! dijo la enferma.<br />

condesa de H. entró en la ¡!~(loía. Ha- cuyo semblante se descomponia por moblase¡e<br />

reventado una "enn del pecho, mentas.<br />

i hacia seis horas que no cesaba de arro- Luego cayó i empezó a moyer los lajar<br />

sanr,re po,' \;\ boca. I bios, eo tanto que el sacerdote i Con-<br />

Seotado junto al mísero lecho de la, suelo oraban con fervor.<br />

mOrlbuuda, UD sa.:crdote le prestaba (os: -j SeilOr, señor! ITu justicia es int.iltinlOS<br />

Dusilio~, i COMuelo, lIrrodilJada f mutable: esclnmó de repclltc lacondesll,<br />

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EL ANJEL DEL nOG AR.<br />

163<br />

a Alicia.<br />

_ No! dijo el sacerdote poniendo la' \ Miste\' W. agoniza.ba ya. Su vida se<br />

mano sobre la abatida c¡¡ueza de la jó- 'c3tinguia con espantJsa rapidez, sin que<br />

\'en; coosuéla.te, pllbrc pecadora, el Dios; los cuidados del doctol' Simpson, que,<br />

de las misel'icordin¡ cuidará (\~ tll hija. :; hacia ocho dí;\s hahía venido a aslstirle<br />

-Sí L~ __ ahL--- Si~.. __ esclarnó:¡ desde su castillo, bastascn /I contener Il<br />

la enferma que por casualidad te!lia fi- i i la mue\'te que se acercaba con paso 8cejos<br />

sus ojos en la puerta de la hablta-:! lorado.<br />

cion; Dios me cnvfa su ayuda. : I Tenllido el banquero en su lecho, tehéla<br />

aqui!. !! nia las facciones contl'aldas por una es-<br />

Volviéronse el S:J.cerdote í la jóven, i,',peele de dolor amargo i feroz.<br />

vieron a Claudio Laroche que se adelan-,! No hablaba. nO rezaba, no parp.cla estaba<br />

con paso lento i majestuoso. :! ruchaI' siquie\'a \:ts palabras del sllcer-<br />

-AIIUI estoi, Leontina, dijo ocel'cán-': dote; empc:o al ver a Claudio se anidase<br />

al Il'cho. Bafaela me ha escrito ,1lIaron sus sombríos i redondos ojos con<br />

que v¡nlc&~ no pudiendo ella dejal' a su i: uorayú de alegría CI'\lcl.<br />

marido,;. -Ah' ah I aÚn \105 volvemos a eo·<br />

_j G.'aclos. _ . _ Claudio. __ .1 I Ln ! ¡ contrlll'; guluró con voz desfalleciente;<br />

mano ! diJO la pobre mujer con, pero tú eres pobre, i yo • muero<br />

an~ustl3. rico. - -. mui rico!<br />

Claudio le alargó su diestl'a, i ella, '. Volviendo entúnces la mirada hacia<br />

tornandu la de su bija, miró con afan al ¡: su hijn, tomó con vehemencia sus O1asacerdote.<br />

' ,nos, i reuniendo sus casi exhDustas<br />

_ ¡ Claudio. es UD aDjeL __ .áma· ;: fuerzas, grito:<br />

la 1 dijo la condesa ; Iluego aï1adió! -Vive 5018 Allcla---_ siempre<br />

diriiip.ndose al sacerdote: : •sola. - - -! el mundo entero es malo. - --<br />

_j La bendlcion, padre. ta ben- I ¡ I abor\'ece al poderoso. - - -! i I tú ID<br />

dicion para que pueda morir en paz ••••• 1 '! eres mucho- - -- ! i vive sola. - - _sola ••••<br />

El sacerdote,arrostrodo por In solem- ,[ sola. __ - !<br />

nidad de la sltuochm i por la aDgu~tia': El único acento de Mister W. se<br />

que retrataban las facciones de la llgo-, exhaló en estas palabras. Ni unll 'Vez<br />

nlMnle, bendijo la union de Consuelo i p.'onunció el Dombre sontíslmo' de<br />

Claudio. UIlO celeste espreslon de paz : Dios, ni miró DI cielo. Habla vivido coi<br />

de felicidad iluminó el semblante de i mo un avaro, í moria como UD réprobo,<br />

Leontina; cllsi \'oh'ió a ser bella; son- ,dejando en pos de sí la deso18cion 1111<br />

rlóse dulcemente, clavó los ojos en el ; desgracia I<br />

cielo i espiró.<br />

Consuelo, conociendo la triste ver- '<br />

dad, se arrojó sobre el cuerpo de su ,!<br />

madre i Claudio tuvo que scpararla del' i.<br />

cadáver, privada de sentido. - -" - - -<br />

_ .. _-----~--- ~--.--------.-- ..... - ..•<br />

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H¡4 BIB L r pTE C A L I T E Il A R I A •<br />

- ~ - - - -~---_.•..•.-..------- .•.•...-.-._ ••......_-.-._""""'--- ...•.•.._--<br />

!: I los árboles de III plazuela, que ya em.<br />

CAPITULO VlJESl1\IO NONO. :i pezaban a brotar tjernos pimpollos<br />

:! vcrdes. Oíase el raoto de los paja-<br />

----..-..•."""""""<br />

ANACASITAI'OBRE.-DESESP¡¡RACION._ i rillos, las voces de los vendedores<br />

ELOCUEi'iCIAnEL A)IOI\.--EL PRECIODE : de verduras I buñuelos, I .Ias' alegres<br />

UNACADE:."A. - LAOIlA(;IO:-i,-RL l'AN DE .! rizas de los muchachos, que jugaban al<br />

CADA lHA. ¡. sol ántes de ir a la escuela. Todo era<br />

i vida, movimiento i alegría; i sinem-<br />

. [, Ii bargo, /a freote de uoa de I as dos per-<br />

I! sonos sentadas al lado del velador,<br />

Dos meses dcsput\s de los su,·csos an- Ii de que ya he hablado, permanecIa<br />

tl'l'Ïores, i ell ulla hermosa mJflaua de ! i somb;{a i ceñuda.<br />

mn,'zo, dos personas estaban desll)'u- ¡. Era Claudio Laroche. Consuelo, sen"<br />

nándose sentadas del;lIltc de un vela- " tnda cnfreute de él, le miraba melaneódorcito<br />

que cubria Ulla blallca ~e¡-vilfl'ta. Iicamente: mas cuando Claudio alzaba<br />

HallábnllSC Cil UllU salil~ dl' UIl l'uarto: lu l'abl'zn, la pobre niñu flllJia corner<br />

f£rcero de la plazuela de Bilbao, uno de: con mucho apl'tito de un plato de patalos<br />

mas agradablcs sitios de la coronada! tas CQC'd'lS que tenia delante.<br />

villa •. Estraño era, por CiCI'to, el contraste<br />

Eran apénas las ocho, i ya cI sol ba-· que ofrecian ámbos esposos. Losdos<br />

ñabn de lIeDo aquella alegl'c estancia,! vestían de Juto pOI'[¿ontina •.<br />

amueblada con sf'Dcillez suma, () mas' Claudio, alto i robusto, era mui mobien<br />

con p(,ureza. Algunas sillas pin-' l'l'nO, i en su soberbia cabellera negra i<br />

tadas de \'l'rde, Ulla I¡¡asita, i sobre ella • en su pOblada bigote empezaban a apa-<br />

\ln tocador i algunos frascos de porce- l'l'Cel' algunas hebl'aS de plata. Su ancha<br />

lana, componian todo su mueblaje: l' frente estuba de contínuo cargada de<br />

slnembargo, habla allí un no sé qué densas nubes, i III mirada de sus ojos<br />

de r¡surilo i encantatfor, que conmovia era casi siempre uraùa i desconfiada,<br />

dulcemelite ci coralOD i el alma. efecto de/ amargo ooDocimiento que te-<br />

Caian delante del ba/con, ocupado nia del mundo i de sus hobitadores.<br />

todo él por frescas I templ'anas plantas i I Vestia ulla l'aida leyita I uu pantalon DO<br />

colocadas cn macelas de barro, anchas i I ménos viejo: su calzado se hallaba tamcortinas<br />

de muselina lisa, sin otl'O adoJ'- : J bieo en mal estado: i solo /a deslumno<br />

que un simple feston, pero hecho. bl'lidora blancura de su camisa /e daba<br />

por Ulla mano primOl'Osa. Estas cortinas' cierto aspecto de decencia,<br />

estaban levdntaúns para dejar pasar el . CODsuelo tenia puesto un vestido de<br />

sol i elairc pUl' el balcon abierto, i mos ! indiana de la mas barata, de fondo De..,.<br />

traban UDOSvbillos, no ménos blancos, ;I gro, con pintas blancas mul pequeilas.<br />

que cubrian los cristales. ;: Un cuellecito de crespoD negro v~lvla<br />

Las puertas de Ja alcoba estaban i I soore e/ cerrado escote de su traje,<br />

abiertas tambien de p:u' en p~r, i en su '. l:ort,ado call sllmagracia, Is~ cabellos<br />

fon.do so divisaba una hermosa cama, •¡ rubios, recojidos,$lin ostenta~ion, daban<br />

de ca()ba, bien mullida, i cuva colcha,' i a su bella cabeza uoa 'espr~jon risueña<br />

así como los almohadones, guarnecidos i i iencantadora. a la pv que noble j senùe<br />

un eucaje comun i mui (¡arato, desa- ., cil/a •.<br />

tlaban CDlimpieza a la misma nieve, A .¡ Il.<br />

los pi~s de la cama habia un cofl'e enor- !;<br />

me i vipjo, que pl'obablemf'nte serviria -No comes, Claudio? pregunt6 dulde<br />

guardaropa, i a lo cabecera una im~- cemente la jóven a su mal'ino, al ver<br />

jen de Jesll~, de yeso blanco, clavada en que flO llevaba a lu boca ni la parte mas<br />

unI. cruz de mudera negra •. levede su pobre almuerzo.<br />

A traves d,'l balcon abiel'to se dlvisa- :: Estremedóse Laroche, como si salie~<br />

ba un belll' ped,no de ciclo, azul i puro, Ii se de UDprofundo sueño, i llevó. Ia ma-<br />

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EL :\;'I,.IEL DEL HU(jAH. 165<br />

DO II ~u tenedol' de hiclTo rou ¡Jrl'cipita-" a su m~jl'r. Brillaban coo entusTasmo<br />

cion. lo., Oj,1Sde la Jóven: plllpltab;¡ su seno,<br />

-No comas si \lO tienes apetito, i sus blallcas nlt'Jilfas se habian cubierto<br />

Claudio, di o la jÓH'I¡ dejando su lisien· d,' ûlI vh,) sonrosaÙo.<br />

to pnrR aCerCll'Se Il Sil marido: v/lle De rep,'ule I[a'llaron a la puerto. Clau.<br />

mas que escuehes lo que qull'ro dl'cÎrte. oio se cstruncrió violentamente, i su<br />

-HnuLI, repuso Laroche mirando e~posa clavó ell él una mirada de procon<br />

ntl'nl'ion a su muj!'r. i funda piedad al levantarse para ir a<br />

--TÍ! e~ti\S trl~tl', CI¡¡:ld¡", mui tris- ab;'ir.<br />

te, Jijo Con'IIl':o, cuyo, h,·l'Iuusos ojos Cl.1udio quiso acudir Il ver quien lIa-<br />

:lzulcs se I!t'narou de I;ig!:"ws:


lMI<br />

<strong>BIBLIOTECA</strong><br />

,..."...,..- - -- ~--~------ -- ~- --~--<br />

ros j cuenta cabal! i 'veinticuatro! de sus ojos, e inundaban sus lívidas<br />

señores, soi su humilde servidor. mejillas.<br />

Sulió aquel hombre, i Consuelo se Consuelo babia lev¡¡ntBdo III cabeza<br />

volvió a mirol' 11 su esposo. desde el instaDte en que habia empf'zado.<br />

-Qué tienes 1 esclamó al ver la de- a hublnr su marido: cada uDlIide aque-<br />

$esperaelon profunda que se pintab:¡ en IIa8 palabras entrecortadas por jemidos,<br />

las facciones de Laroche; i qué te su- hablan peuetrado hasta su corazon i ha·<br />

cede, Claudio 1 I bian descol'rido el cándido velo que<br />

-Con que tambien tú? observó éste' ofuscllba su IntelijclIela. Comprendió<br />

con amargura j i tambieu tú te has per-' que su marido dudaba de su virtud e<br />

vertido! ICODque es mi suerte el infi-' inocencia, i cuando ucabó de habldr, se<br />

cloDar cuanto se me aproxima! levantó erguida, scre,na e imponente j<br />

:-No te comprendo,' Claudio! repuso : se acercó a ~I j separo las manos abra -<br />

la Jóven con las mcjillas rojas de ver- zadns de Claudio de su semblaDte j<br />

güenza I los ojos lIeDos de IÚgrimas •. sacó de su pecho un pequeõo medalloD,<br />

-Desventur¡¡da r eselamó el desdi-I' I mostrando a su marido elcor~oD de<br />

chadD, I'cpdiéndola CODfuerza; tú tam-. seda 'de que pelldia, le dijo esta sola<br />

bicn ercs lo que son todas, i solo he de' ,palab.'a :<br />

poder Vel' en torno mio el vicio i la - Mira!<br />

miseria! Claudio miró con afilO,el negro cor-<br />

.. doneito: apagóse el soml;río fülgor de<br />

-Pero j Dios mio! ¿ qué dice éste su mirada: cesarOD los lùgubres ecos<br />

hombre I gritó Consuelo cubriéndose el, de su risa, clavó Call afan los ojos en el<br />

semblante CODIllS mallaS; i luego, acel'- i apa~ible rosh'o de su mujer, i cayendo<br />

cándose a su marido, prosiguió: ; a sus pié~, murllluró lenlUtando SU3<br />

-Claudlo,no comprendCl bien tus pa- I ojos I vel't1eDdo un raudal delluuto conlabras,<br />

porque nada sé del mundo j pero! solador I dulce:<br />

creo I creo que dudas de mI __o! \ -Perdon!<br />

-¡, I despues de todo, qué Importa?<br />

murmuró Claudioa media voz, f<br />

como hablando cODsigo mismo; ¿ no<br />

he sido yo siempre un criminal?<br />

i dlls meses he acariciado la iluslon de<br />

que un sér puro c inofensivo me perte·<br />

necia i me limaba, i por ml'nguado quo<br />

fuese este sér, tal creencia me hacie<br />

bien, f me consolaba de la iudijencia<br />

que volvia a amenazal'me! I pero esta<br />

ilusion se ha desvanecido, como tantaa<br />

otras, i el cieno de la realidad me rodes,<br />

de Duevo !. No me mires asl! proa:<br />

siguió volvléodose a su esposa; mi des·<br />

tiDO es perderte, como perdí' a tu padre,<br />

como perdí Il tu madre<br />

Ia pero ello fué<br />

sin querertampoco<br />

que·<br />

ria que tú me tl'ajescs oro, i sinembargou<br />

__ me In has trllido __ - - i pues<br />

bien, ya que has empezadou -. sigue,<br />

sigue L __<br />

Unll carcajada seca i amarga ahogó<br />

los últimos ecos de sus palabr,'s: i en<br />

tnoto reia cOllvulslvameute, lágrimas<br />

encendidas, lágrimas de rabia corrian<br />

<strong>LITERARIA</strong>.<br />

lU.<br />

Despues de algunos instantes de mutuo<br />

entel'necimiento, Cou~uelo hizo levantar<br />

a su marido le obligó Il sentarse<br />

j ella ocupó otra slila a su lado.<br />


EL A~JEL DEL HOGAn. HiT<br />

Cllludio ; yo, que a nadie había amado, i; -j I te has desposeido de la única<br />

j que tampoco habia sido amada de oa-I nlhaja que conservabas, siendo ademat<br />

die, yo, que he vívido siempre ell el i, UD don de tu amiga! ,<br />

mas Ilbsoluto relira; yo, trlltada COD:I -Qué importa? Me era odiosn su<br />

dureza por mi madre I por todos aque· ¡ I vista, pues clin causó la muerte de mi<br />

lias que me hnn rodeado; yo, Claudio, i: pobre madre: en cuanto 8 Alicia, su<br />

te quiero mucho, i deseo que seas Cellz. I i helado corazon dará poco valor a que<br />

-¿Qué te mueve a quererme? pre-, yo consen'e o no la cadena: ella delTagunM<br />

L/lrocbl', que escuchaba extasla- I! m.a el dInero cu torno suyo, sin euldardo<br />

Il su mujer. I: se de quien lo recoje.<br />

-Qué? I'epuso ella con ese fuego quel -Rewlta, pues,que aún tienes vcin-<br />

Dllce del corazon, i quo se cOOluuh'a,! tiscis ùuros?<br />

como UDa chispa eléctrica, ¿ l'Ile pl'egun-.· -Sí: Míralos en el cajon de la mesa.<br />

tas que ~:>lo que me obliga a querel'lc, . -La cantidad que deho es mayor<br />

Claudio'? En primel' lugar, la nececidad que esa. '<br />

de aWllr que siente mi eorazou; luego - Pues tómala i contenta con ella a<br />

el conocer qne has sido OI •. j desgracia- I tus acreedores, diciélldoles con Dobleza:<br />

do, i ahora el sabe:'. por IC tú lo has' por ahOl'a no tengo mas: pero asi que<br />

dicho, lJue has sido crimilJal. " adquiera, acabaré de al'l"cglar mis cuen-<br />

-Consuelo! Serà cielto lo que dices? tas.<br />

esclamo CI.Judio, mirando con un a~om- ,I -Lo haré, repuso Claudio, que mabra<br />

que l'l'cela por Instantes a aquella ,lliÎestaba a su mujer /n misma docilidad<br />

criatura a quien si empre babia atriuuido ,I que al doctor Simpson, su antiguo I<br />

UD alma fria, I que ahura se espresaba:! jcneroso bicnhechol', lo haré asi; pcr.o<br />

con tanto fuego i pash)\). '. i con qué comeremos hasta que yo pue-<br />

- Pues qué! continuó la jóven, : da ganar algulla cosa?<br />

cuyo seno palpitaba COll violencia; es: -Yo tengo catorce duros todavia,<br />

poro para uoa mujer el decirse :-1 yo,! Claudio, contestó la jóven COllinocentO'<br />

puedo dar la fe de mi amor a ese hom- : r alegría.<br />

brc que otras mujeres han hecho des· .! - TtÍ 1<br />

creido! Yo pueùo hacerle t[lll bueno -Sí.<br />

como el mundo leha hecho malo' Yo --Pero _<br />

puedo trabajar con él, ~ufrir con él,· -l\1ira : a los- ocho dias de casamos,<br />

gozar con él de la vista de la naturaleza l, conael que no teulas dinero, I quise tra-<br />

Yo puedo enseimrle a deeir desde lo bíljar.<br />

mas hondo de su alma: «(; Sei'lOr, pa-: -Oué dices!<br />

dre de lo;; buenos, yo l'l'COca tí, i 8do- : -Hai en el cuarto pl'inclpal unA serD<br />

tu bOl1dad ! }) ¡ ¡¡ora anciana que tiene doncella de Ja-<br />

- Pero ¿ i la pobrcza, Consuelo? lia: bol'; mas la que le servia por aquellos<br />

pob~'eza


168 B I il L lOT E C A L I T E it A R ï A •<br />

III primera ,'cz en mi vida en la bondad'" -La veJ'rlad es ~iemprc sublime,<br />

de la Providencia! eselilll10 Larot:he Ç1audío, pl'ro cs sc-ncilll1 tambit'n,<br />

bes/llldo cou pasion las mal'OS ¡Je ~'l '-, Ahor.1 COtlOZCùque, a Ir la S habia<br />

mujer: está continuó así: '_ ' I'esolludn en mis oidíl~ I<br />

-La señora SI' enterneció, i me di ,O: ,~ -De mI la oirás siempl'e, Claudio:<br />

Sí, hija mia: i para quc 110 fuite a ustd ': vamos, añadió Consuelo levantándose i<br />

el ausillo que quiere gilDaI' con tanta, abriendo el rlljon de la mesitll: torna<br />

honradez, no daré en adelante el repaso: los vl'intisris duros: i ademns doce de<br />

a mi doncella: desde hoi seilalo a usted 'i los eatorel' de que te' he hablndo ántes.<br />

dos duros por semalla: i, le parèce bieu! :: -j Entónces SlIO treinta i ocho!<br />

Yo le di mil gracias: i todas las se- ii -Justamente.<br />

manus me suben un gran sesto de hcr- i: -l~sclecir, el tolal de III que debo.<br />

mosa ropa, que apcnas tiene que coser, !' -Qué dices? ¿ puelles pagur -todo lo<br />

J que aplancho mui contrnta, pOI'qUl::' que debes?<br />

sie,"?pre me ha gustado mucho esta oeu- ! -L1evándome los treinta locho dupaClOn.<br />

i ros sí.<br />

-Oh, vergüenza mia! Trabajar tú ; , ,<br />

por ml! esclamó oolorosamente Clnu- , -Pues j tómaJos! esclamo CQDSUCdio<br />

ocultando enh'e las manos su se m- ! lo con alegria.<br />

blante. I -I qué' observó dolorosamente<br />

-1qué hal de malo en ello? dijo la, Claudio; vamos a quedaroos úuicajóven:<br />

¿ I}() somos marido i mujer, es!, mente con cuarenta rt'alc3?<br />

decir, uno ~nismo? , 'I -Por qué no '!<br />

- Ah 1 si sllpieras lo que yo he sulo, II _ .<br />

te avel'gollzarias de tu beueficeueill! i) -No tengo ahora ocupaclOD ninguna,<br />

J ni sé donde ganar I<br />

-Jesus, cuando andaba por el muno l, , ,<br />

do, repuso Consuelo, adoptando c1len- i ~ --:No Im¡>orta; pagnemos, 1 ~JOS<br />

guaje inocente de la niilez qu ' era co : proyeerá: vete n Ileva,r ese dlneel/a<br />

el mas Datural; Jesus, DUe~ll'Osal- ; 1'0, I luego vuelve, i nos Iremos 8 PllS80<br />

vadOt', 110 I'eco¡nenia a los pecJJores; I i i a tomar el sol. '<br />

llevaba la mid en los labios, i cOllvl'rlia l' -Laroche se leVllntó lentamente i<br />

con beuefieios il'OU palabras d3 manse-: fuese Il buscar su sombrcro.<br />

dumllre; i sabes _por qué '( ponlue: : -CI,lUdlo, por Dios, no te dejes abaamaba<br />

mucho al Jeuero humano, I el :' til' I esclaro" Consuelo al vel' el aire<br />

amor no sabll rccouve/?i¡' !. !: triste de su marido; mira, añadió: yo<br />

- Trabajar tú por mi! repitió Clau- ! I podialr ahora mismo li casa de Alicia,<br />

dIo que pareCia agolliado \lor e~ta idea I! i roga-rle que te diese ocupacion en su<br />

tenaz; tú, la hija del coode de H" por II opulenta casa; pero DO quiero poner<br />

mi, hijo de un herrero L - -- en práctira ese medio, en tanto tcnga-<br />

_j Dios muTió lo mismo por cI noble mos otros, porqu~ sé que Al!eia, en su<br />

que pOt' el pleb~yo, Clall~lio; todos ?r~ullo, no tll,e~tJ,m~ ~o,~o tu mereces,<br />

somos sus hijos; el no ha dlCbo que en I CIl~O y~ ,~e~eal'la, ciS!, pues, _fiemos<br />

el cieJo habrá un sitio pam el COlide i cn DIOS, , EL no nos lIb":llhIll8ra !<br />

otro mas bajo para elal't€snno honrado' Las dulces palabras '{(' Consuelo loi<br />

Claudio, yo soi tu esposa, I si tu pa ! graron pOI' fln lranquililllr ci ánimo de<br />

dre vivieI'll, yo besaria cada noche.su; su marido, No hai, felizmente, un sé,'<br />

mano ennegrecida por la fragua, i sau-: tan duro () descreído que oiga invocar<br />

tificada por el trabajo! " ' continuamente a Dios sin cOllmoverse, i<br />

-j Tu noble naturaleza me ticne ~ SiD sentir en el fondo de su corazoD un<br />

nbsorto, Consuelo I ¿ cómo sabes unir: inefable biene~tar __ . . . =- _<br />

asilas ideas sublimes, COD la SCDcilkzj ------ " _<br />

de la ínÚlncia ? I -. -. __ ~ _~ " -". - _ • •• __ - •<br />

Este Libro Fue Digitalizado Por La Biblioteca Luis Ángel Arango Del Banco De la Republica, Colombia


t: L A ,\ ,I E L D E L JI O (¡ ..\ li . lü\J<br />

Claudio estuvo poco tiempo fuera de --Deseo complacer a usted, señorai<br />

su casa. Cuando ,'olvio, Consuelo se f('spondiú Claudio vol,'iendo a iDclipu,o<br />

sobre su pobre bata un paillJlon de llursc,<br />

merino negro; cubriÓ su hll'm~)sa ca- -Pues J¡¡¡'n, caballero; yo soi sola,<br />

beza con un velo de tul, i, I\poyada en \'illda i po,;co, o mejor dicho, debia po.<br />

el brazo de su marido salió u la eam- .. seer \Ina [(l!'tUH ,UliS que regular; pero<br />

piña. '"<br />

:: 1Il'sde la muette de mi espos,o, acaecl'da<br />

El dia había a\'anlado tan hcrmoso . Il,w,' algull(lS aÏlo~, se han Ido embrocomo<br />

estaba al empezar, Brillaba e: sol i '11¡lIido mis asuulos, de modo, que hoi<br />

los dos esposos vieron en d ,tampo mu,' tlptOn,'s tetJ~o con qué vivir COll algun<br />

chas fa(ùilias que comióll seutarhs sobre, (les


170 BIBLI.,TECA LITERAIlI.


EL A~JEL DEL nOGAR'<br />

171<br />

su madl'e, n quien solo vcia ya lIna me- :. cn la noche, de que voi bablaodo, ma§<br />

dia hora cada noclH~. Ella manl'jaba sus:' se parecia a uo hermoso jóveo. que Il<br />

caudall's. Cuidraua del escritorio i de una nilla de diez i seis primaveras. Su<br />

los dependientes. de la misma manera estatura, mucho mas alta que la jeueque<br />

lo hacia su padre; esto es, tira ni- II l'al de las maieres, era'robusta sin ser<br />

zándoles hasta un plinto iocl','iule, Sa- :! gruesa: I sus formas, demasiado desahia<br />

lassalidras, los fngl'csos, i cstabra imo : ¡ rrolladas, le daban una graa corpupuest~,<br />

en fio, en todas las operaclolles: i leoeia.<br />

mercantiles que practicahan sus casas: i D~jémosla leyendo, i pasemos a ver<br />

de Lóndres, de Paris, de Frankfort i de:: Il su madre, retirada al otro estremo aet<br />

Bruselas. :: palacio, donde tenia su habitaclon, (<br />

Unia a su disposicion para los ocgo- '~ donde pasaùa casi todo el dia, desde la<br />

clos, una instrueeion vastislmll: cada,; muerte de su esposo.<br />

dia escribía por su mano gl'an nÚmero,'<br />

de cartas en diferentes idioma5, i dicta- n.<br />

ba otras tantas a su Silcretarío partieu- :<br />

lar. En cuanto a los estudios de adorno, ' Rafaela estaba sola tambleD, ¡leia<br />

los habia descuidado completamente:: como su bija. Mas no leía en un libro:<br />

ya no tocaba el piano, IIi dibujaba,. era una carta la que tenia eo la mano f<br />

porque teola por mal empleado el tit'm- : sobre la l'liai caia de cuando eD cuando<br />

po que p;aslaba en ello, porque ademas : Ulla lágrima.<br />

estos pasatiempos no divcrtían Sll vf\sta: Hafaela tenia ya treiuta i ocho años i<br />

intelijencia, Rastab \ con verIa, para ('0- : parecia mas jóvea que su hijito Su talla,<br />

noccr quc no era una mujel' como las : mncho meDor que la de Alicia, era lo<br />

\1emas; pHO que esta difercncia, POI': ¡ mismo que en los dias de 8U juventud,<br />

mui sobresaliente que fuese, l'ra tam- ~esbl'lta i flexiblc, pues su delicada CaMbien<br />

la mils a pl'op6sito para hacerla': titucilln no le habla permitido cogruecompletamente<br />

desgl'aciada •. : sal'. Vestia sencillamente, pero con mal<br />

{;n candelauro con seis brazns ~r¡Jin : esmcl'o que su hija, porque sus diferensobre<br />

la mesa, delante de la ell31 cstilha tes tcmperamentos, 1 en particular, su<br />

Alicia sentada. Vestida ésta con una diversa educacion se advertian en todos<br />

bata de seùa negra, entretclada i forl'¿¡- : SlIS hábitos, I hasta en su esterior de<br />

da de raso negro, apoyaba la frcnte, ,uua maucI'a j¡'recusable.<br />

pálida por Il\s v,ijilias Il'l estudio. en la En vez de llevar, como Alicia, una<br />

palma de su blanca i tOl'llcaùa mano. :, hol~8da bata. llevaba un v8&tido de<br />

Attcla, fllstldiada del tiempo que em .: Inlle liso i ajustado. Sus mangas de<br />

picaban en peinarla, i fatigada con el : crespon, bordadas epn npllcacloo de<br />

peso de su soberbia cabellera, se la ha- : rilSO, hacian resalta¡' la mórbida blanbia<br />

hecho cortar, apesar de las lágrimas cura de su cuello i manos. Sus cabellos<br />

j de los ruegos de su madre para que nl'gl'os cons~rvaban toda su hermosura<br />

desistiese de semejante propósito. Pcro i ahundancia, i bajaban, partidos en<br />

j al { 1.qué h!lbia de comun entre aqne- dos anchas bandas, un poco levantados<br />

1\05 dos séres tun distintos? i, En sobre la frente, yendo li perderse en la<br />

qué se parecían aquella hiJa, varonill gruesa trenza enlazada en graciosa foractiVA,<br />

I aquella madre, delicada i tier- ma dctras de su cabeza.<br />

na? i Alicia hizo su gusto, coroo lo A pesar del esmero de Sil traje, Ra..,.<br />

habla hecho siempre, i como debia ha- facIa cstaba triste, mu i triste. La muerte<br />

ceria miéntras , viviese' Cort


172 RlflLIOTECA <strong>LITERARIA</strong>.<br />

tenia de quien huir, apénns fa ,'eill. :jen, hija mia. Sí, RaCaela I Hace diez i<br />

Pero RaCaela era una de esas mujeres, 'sois aùos que te abrigaron estas pat'edes,<br />

tan escasas ell el mundo, que eml>elle-; i alln me parece que me guardaD<br />

cen cuanto tocan, i cUllnto las rodea: e/ eco de tu voz. I Hace diez i seis<br />

que están hermosas sin serlo; i Que : auos, que el riachuelo que cruza mi<br />

poseen ese ('neanto misterioso e indefi-; jardin retrató tu semblante, i aÍln creo<br />

nible, que dejan detrlJS de sí, como un : ([ue me oCrece tu imájen! i Qué poder<br />

celeste perfume, i como Ulla luz conso- 'reside en tí, i en todas las criaturas que<br />

Jadora •. ' se te pareCI'1) que jamas


EL AN.JEL DEL HOGAI\. 173<br />

que solo considero un tránsito para 'lila ¡: via aun l'Il el fondo de su almn; pero,<br />

vida mejol'.» ': de la misma manera que su padre, a<br />

a 'Ven, Rafaela, mi COl'azon tI' llama, ;: quien se aseml'jaba bastante, hacia<br />

ite necesita; ven pam que puedas III',11"! i años que In considel'aba como un sér<br />

a tu madre las palabr,IS de 8mIJr que le ': mili inferiu" a ella en intelijeneia I taconsagres.<br />

pues que espero hallarla en ,: leu to, si bien datado de suma bondad i<br />

el cielo. Ven i lllJvilré a tn padre aIgu· ,: mansedumbre.<br />

nas lágrimas tuyas, al decide que te' Aunque vió sus ojos enrojecidos, no<br />

he evitado otras muchas, pl'oteji{~ndùtc 'le preguntó la causa de su tristeza;<br />

como él deseaba I me cllt'ilrgó cn su : pues, como ella decia, lloraba por eualcarta:<br />

eo el cielo un cntran Ins l't'los, quicrn cnSil.<br />

el rencOl', ni ninguna de las ml.'zquinas --Hija mia, dijo Rafacla sentándose<br />

pasiones de la tiel'ril, i yo amaré igual- con la (hllce dignidad que le era hablmente<br />

(l tu padre i il tu maJre •. tuai i tomando la mano de Sil hija; mi<br />

(l No te digo adios, hi;a mia, sino : querida Alida, \,('ngo n de('irte que esta<br />

bllsts la vista: Catalina une sus J:u~gos 'mismn noche salgo de Madrid,<br />

li los mias, i te espera tu segundo padre, .' -Salir de Madrid' repitió la jóven<br />

,' frunciendo sus gl'nndes cejas negras, I<br />

.: como admirada de hallat eo su madre<br />

.' vol untar!<br />

propia.<br />

Cuando Rafaela acabó de kel', sus,: -Si! repu so Hafada: quiero, hija<br />

IÙgrimas caian abundantemeute sobre . mia, ir Il cuidar a mi anciano amigo ci<br />

la carta. iAi; í Ella conocia demaSiado ,dodoI' Simp~on, qne está mui e¡Jermo.<br />

que iba a morir el hombl'e benéfico, de' A esta pdlabr¡1 qniero, las cejas de la<br />

quien habia sido tan amada! Dios Il.', jóvcn se fruncieron mucho mas.<br />

llamaba ya a sí, para darle el hermoso, - No puedes rlejarme, mamá, coopremio<br />

que debe dUI' eu el cielo a los testó friamente.<br />

mártires del corazon. -Me es, en verdad, mui doloroso<br />

Durante largo rato llorÓ Hafaela so- " separarme de tí, aunque por mul poco<br />

bra aquella carta bes¡íu,loln Je vez en tiempo: pero me es preciso: el doctor<br />

cuando, como si fuese una santa I'elí-' ha sido mi Únko amigo, i mi solo conquia.<br />

Luego eojug


174 RIllLIOTECA <strong>LITERARIA</strong>.<br />

-Hija mía, díj:>con suavidad, res-II Ralàela nada contestó ya ¡ le dlrijió<br />

pcmdiendo II la pregunta de Alida: hija' eo silencio a la puerta.<br />

mia, tú eres, para mI, lo mas caro que i -Supongo que habrás ya desistIdo<br />

existe, el sêr a quien mas amo en el ¡I de tu propósito, mamá, dijo Alieia<br />

mundo, I por tí daria mil veces mi exis ' ¡ /'abriendo de nuevo pl libro en que lela<br />

tencia: pero tú tienes buena salud; i !: cuando entró RafaelA.<br />

ademas, el jénero de vida que llevas, I¡ -Adios 1 dijo ésta voh'iéDdose con<br />

no me hace precisa a tu lado; eres.: el semblante cubierto de lágrimas, i<br />

fuerte, hermosa e independiente: debo, Ii como si el acento de su hija la delperpues,<br />

ir a J'ccojer el último suspiro del [! tase de un sueño penoso. Adios! repl~<br />

anciaDO, que te conservó a mi amor,:! tió, teniénùole los brazos.<br />

cuando tu padl'c queria separarte de mí. :I -Persistes, pues, en irte? dijo como<br />

-Quizá houfera hecho mejor ese j, asombrada Aliciá.<br />

sabia impt',tincnte eo no oponerse a lO!! ,I -SI, respoodió su madre.<br />

designios de mi padre, dijo Alicia con i! -¿Apesar de todo lo que te be dicho?<br />

un dcsdeo le!'l'iblc por lo helado i pun-I! -Apesar ùe todo lo que he tenido<br />

zante.<br />

! la paciencia de escucharte.<br />

-Qué dices! esclamó Rafaela pali- i -¡Mire usted lo que hace, st'ñora!<br />

dccieudo borrilllemente.<br />

:dijo In jóvell con uon mirada sombria:<br />

-Madre, repuso Alicia, ya sabes qua i i opon1éndosll a mi \'oJuntad, renuncia<br />

soi sóbl'Ía de palabras, i así te diré tan 'a mI :<br />

solo las que tú necesitas air: no puedo : '-A su voluntad I sollozo Rafaela.<br />

consentir en que salgas dI' casa. :: i Oh, Dios mio! I A su voluotad! í Es-<br />

- y o quiero salir al io.tante, rrpu50 '; tas son las palabras i el acento de su<br />

Rafaela levalltá"Go,e con dignidad. ; padre!<br />

-No pueJo, por dos razonLS, coo- ¡' I luego, enjugando sn llanto I alzansentir<br />

en que \'ayas al castillo de ese ¡ do su freDte COD majestAd, añadió:<br />

viejo loco, prOSiguióAlicia sin alterarse.! -Los hijos Ingratos i rebeldes no<br />

-No quiero saber l'sas razones, ni ¡ hallan felicidad 50bre la tierra: i humídebo<br />

OirlM, dijo Rafael/l adelllntando- ¡ Ilote, i quI' Díos te perdone como yo !<br />

sebácia la puerta con p'l~o vacilante. ¡ -Señora, repuso la jóven, yo nQ<br />

- Yo las diré, sincmhargo: me opon· I entiendo lo que quiere decir la palabra<br />

go n que te vayas, eo primel' lugar, por- ! hNmillacion: mi razon i mis maestros<br />

que detestQ a esc apóstol del blcn, i no ! me hun enseilado a dominar, porque be<br />

quiero que ulla persona, de cuya suerte:' nacido grande: jamas cejaré ante lo<br />

dispongo, v/lya n servlde. l' que creo justo i razonable: así, pues,<br />

Rafaela dió lin jemido, i apoyó su:: fleclnrí>a usted que si abandona esta<br />

lánguida cabeza contra la pared. i Su !; Docilemi ca6a, no volverá a entr.ar eo<br />

ingrata hija tenia el cruel valor de de- ;, ella, a ménos que no se la abran las<br />

elrle que disponia ciesu suerte! ¡ leyes.<br />

-La otl'll ¡'azon, prosiguió Alicia: Al oil' estas bárbaras palabras, Raconfnndiendo<br />

el dolor de su madre con ¡ faela alzó al cielo sus manos Midas,<br />

una debilidad mezquina que la cmpe- como para pedi!' a Dios que no descarqueñecia<br />

II sus ojos, la otra razon que. ¡ gase su mano terriblll sobre 18culpable.<br />

tengo para no dejnrte mllrchar, es que" J,uego un tcmb10r horrible recorrió tote<br />

necesito a mi lado para que sigas ,do su cuerpo, lia palidez de 8US facciogobernando<br />

la repostería i la cocina•. nes se hizo espantosa.<br />

_ No tieues otras que darme? dijo Alicia no ·alzó los ojos del libro eo<br />

Bafcela cOJ} voz baja i temblorosa. que lela, ni pudo \'el' el dolor agonizan·<br />

-No: pero (lsta ù1tima creo qae te da su madre. Aunque le bubier"<br />

debe convencerte: te pareee que debo visto, 1\0 le hubiera comprendido tamyo<br />

ocuparme del gobicrno tnteripr de 18 poco, porque ya he dicho


EL ANJEL fiEL HOGAH. 17 ;¡<br />

par la adul~clo'~.~P~c~ a ï;~~o ~esó 'el:¡ .. Por ulla tcrl'Íble inM¡iciou, al oir el<br />

temblor de su desdicbada madre, quien,: ruido del coche, que se llevaba a su ,malevantó<br />

con mano desfallccida la por-,: dre, hallia conocido que la habiaherldo<br />

tiÙe de terciopelo, i salió echando so- .; de muerte. Luego, cada dia recordaba<br />

bre su hija unll larga i dolorosa mirada., su dulzura, su carácter lImoroso i tier-<br />

Mucho rato habla pasado cuaudo l, no, i el perfume de roesía i de gracia<br />

levantó Alicia la cabeza. Su madre ha- ': infinita, que dc:aba eu pos de sí, i pUi'<br />

bb desaparecido. ¡. do qujera que p~saba.<br />

Un lostante despues, oyó el ruido de, Desde la salida de Rafaela del palllun<br />

carruaje, I se asomó al balcou. Eo! cio de 'V, parecia eslar éste sumel'jido<br />

aquel coche se dirijia su madre cou Ma·! en la tristeza mils profunda.<br />

l'y a la casa de postas. I Alicia se detellía mucll!\s veces en<br />

Alicia tiró del cordon dc la camnau!· ,¡ medio d,~ sus suutuosas habit3ciones<br />

lia, i bien pronto apareció l\1istl'is 'Beld. ,: creyendo air ci soniùo del piano de su<br />

La· buella mujer venia llorando COll' madre, o pel'cibil' su V0Z melodioso que<br />

tanta amargura, que apéoas podia res- .' hablaha con !\ial'Y, que era casi su única<br />

piral' •. compañía. Despucs recordaba la fu-<br />

-I mi madre? preguoto impel'iosa- uesta escena que había tenido lugar cnmente<br />

Alicia. tre ámbas la \lathe de la partida de<br />

-Se ha marchado, Miss' contestó Hafaela, i gruesas i ardientes lágdmas<br />

llorando a lágrima viva la antigua 110- se deslizaban por &m mejillas.<br />

driza: i se ha marchado i me hu dicho No habia Jin, en que no trajese a su<br />

estas palabras que me han destrozado memoria Call íntima ¡¡


Ii (j<br />

B 1 il L lOT E C A L I T E It A H I .\,<br />

dolol' seco i profundo conw su coralOn, birlas. l\1istr(s Beltl dió fuertes golpes<br />

pero que 110 cra por eso menos ,'¡oleoto. con el al.!abon i nadie contestó.<br />

Ora veia a su madre moribunda i lIa- "<br />

mándola COll allgust;", Ora I" veia presa<br />

de un violento dolor, COD su hermoso<br />

semblante destlgurado por ID ira, maldecirla,<br />

i llamar sobre su cabeza la<br />

justicia eterna, Durantf1 largo rato,<br />

Vol\'ió a llamar, i enWuces se oyereu<br />

¡¡ lo léjos unos pasos tardas I pesa-<br />

,dos, Un instanle despues se abrió la<br />

; pU~rta, i uua anciana apareció en el<br />

umbl'al.<br />

permaneció Alicia sumcl'jida en un, Alicia rnÎl'ó a aquella mujel', i se espI'ofnudo<br />

abatimiento: IllIIS call la tremcéió. Sus arrugadas mejillas estaeller.ia<br />

i rapidez d


E L A:\ J E L il E L li O ti A 1.\ • ln<br />

Sentado elltre ámbos, i ell otro sillon ; de mi eOllsti' nte bienhechor - -- _! jOb,<br />

algo mas bajo, estaba un anciano sacer- 'mi Alicia! contiuurJ Rafaela, que e~<br />

dote católico, que ora atendia al doctor, !; aquella última hora habia recobrado esa<br />

ol'a a Rafaelo con ulla solicitud cvaujé- 'I fuerza súbita, esa cDcrjía que cs casi<br />

Iica i lleno de dulzura. A la dcrccha un patl'imonio de los moribundos: I oh,<br />

del sacerdote, i sobre una mesa cubierta ,hija mia! i Tu nacimicnto ml' trajo la<br />

de blanco, se elevaban un grau crucifijo : didlll de conocer a éste hombre benéfli<br />

una V/rjen de los Dolores, ante los ; co, pues el dia que tu viniste al mundo<br />

cuale~ al'diaD dos bujias en antiguos! le ví por primera "ez !----i l~luguiese a<br />

candeleros de plata. Delaute de las di vi· ,: Dios que yo pudiese dejaI'll' haî a tu<br />

Das Imájenes estaba ci sagrado copan, :i lado para protcjcrtl' '- - --<br />

pues el doctor i Rafaela acababan de -- i Se muere! murmuró el sacerdote<br />

recibir los santos sacramentos de la como hablando consigo mismo: i leconfesion<br />

i comunion. vantándosc aprcsurauamcnte aplic~ los<br />

No habia médico allí. El que moría santos óleos a las venerables siene! del<br />

era un sabia en la difícil cicncia de ali- .


BIB L JOT E G A L I TEn A H I A.<br />

la carrera del crímcn_ - __ill' hice bue- i¡ enl"ontró desmaynda junlo s SOilentsDa,<br />

no i jeneroso Illvoc¡mdo el nombre de " i que reanimó sn nlma con el 'calor de<br />

, I I<br />

ona santa mUjer .__ - _<br />

'. su palabra.<br />

Un débil suspiro, que se escapó. del I -. Dill' tambielJ, amigo mio, continuó<br />

pecho de Raíaela interrumpió el éxtasis . el doctol' dirijiéndose al sacerdote, coo<br />

del anciano, que se volviÓ CVOlOatraído; el cual le unian h.icia muchos años lo!!<br />

por aquel eco triste i agonizante, 1,JZ()sde la amistad, dill' tambien que<br />

-I tú tambien ~ prosiguio: tú lam- allá ardb¡l rogaré por el\a, hasta que<br />

bit'o estás alluí, bija mia, mi b~cna Ra- . Dias la lle\'e a mi lado: dill' que abraee,<br />

facta! j i tÚ me aeompañarás,; cn nombre ijlio, li Enriquetacuando<br />

porque Dios ha puesto fio il tll martirio, i vuelva aquí, i qli(~ le diga que su padre<br />

i tflshrc las puertas del ch'lo I j Niña' : le alennz~rá la prùtt'eeion de Dios.<br />

coutlnuó cou dulzura i bUSl'¡¡UÙO las I Ln \'oz dol doctor sonaba lenta, pero<br />

manos de Alicia. ; l';jiia, a quiell yo" repos¡lda i dulce. En los últimos in5-<br />

recibí en rnis 11I'azos al !laCel' I i l'iiilU' lanlt·s de su vida l'l'a lo que siempre<br />

hermosa, que hoi elltras l'Il IJ carreJ'll. había ~ido: Ull buell esposo, uu buen<br />

de la vida, \'en a mi IlIdo para que yo . padre i UIl homhl'l' justo. Cuando acabó<br />

te bendiga i bese tu frcllte, tan blauea i " ùe h:¡bl¡¡r con el miuistl'O del Señor, se<br />

tan tersa todavía I •.volvió II Hafaela, qUI', debilitada por la<br />

":1slleerdotc Il~V3nló a Alicia, i III . cmorion que le hahia c,lusado la vlsb<br />

coloclÍ en su propio sillllD, accreándole . de su hija, iba respirando cada vez COD<br />

despues al ùcl Illorihunúo. La jlÍ\'ClI mayol' di(jeultad.<br />

inclinó llorando su cabeza soLre d pe- -Te precedo biell il mi pesar, hija<br />

eho del médico i ¡Isle CCllltil:UÚ : mia, le Ùijo: i pronto, :;iuembargo. me<br />

-¡ Ko llores así, hija mia! __ ¿ quÚ seguirás al l'cino de eterna gloria donde<br />

has podido tÚ haecI' qUé me:'czca tan hahitan tus pll.dl'e:L !<br />

amargo llanto? J\ Igo, es vcrd!lù, 81;,\0. Calló, dichas estas palabras: cruzó<br />

ha pasado cntre tu madl'e i IÚ, pues Ifls mallos i se puso a orar con los OJOi<br />

Raiaela llegó aquí ya herida de muerte; .: fijos t'n la imájen del Crudficlldo.<br />

pero a tu edaù pueden l'Xpiarse todas las" Su muerte era tan hermosa coro o 8U<br />

culpas comctid¡¡s pr¡¡cticnndu bucnlls : vida, Enl'olvialc U/la bata de seda, de<br />

obras: no c('ùas !lIIIH'a ,'\ mal, \¡ijn 'gl'8ndes pliegues, i sus blllllcoscabellos,<br />

mia; sé piadosa i cOl1lpa~iva: la tc('- ,ajitados rlOr la lJrisq de la tarde, formanura<br />

del alma I'S el mas bdlo atl'ihlllo': ban ulla plateada corona cn deredor de<br />

de la mojel'; siembra benellcios, hija su espaciosa i elevada frente. NI una<br />

mia j cn uuestra Última horll, en e_ta;. sola contraccion hailLl desfigurado aquel<br />

hora tCl'I'iblc en que yo me hallo, todas ¡ scll\blante venerabie: sus grandes ojos<br />

las pompas, tcùas las vanid¡all'S dc lél " pardos, de duke mirar', pareeian mas<br /><