Edicion No 12 AAA Plus Magazine
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Historias de Vida<br />
Una madre<br />
detrás de<br />
cámaras<br />
42<br />
Por <strong>No</strong>rberto Cristancho Prieto<br />
En cada municipio de nuestro país<br />
hay historias de emprendimiento y<br />
luchas por sacar adelante iniciativas<br />
a partir de un saber que se hereda<br />
generación tras generación.<br />
Ese “saber” o talento, es el insumo<br />
para generar un ingreso y vivir de<br />
el. Aunque no se trate de una industria,<br />
hay sectores de la economía<br />
cuya explotación obedece al<br />
amor y al apego por ese legado<br />
que se lleva en la sangre. Un negocio<br />
que combina arte, estrategia<br />
y planificación es la fotografía. Pero<br />
no aquella de los nombres que poseen<br />
un sofisticado estudio y son<br />
celebres en el mundo del jet set.<br />
Hablamos de la fotografía regional,<br />
del estudio en el barrio, del cubrimiento<br />
de la primera comunión, el<br />
bautizo, el matrimonio o el evento.<br />
El negocio se transforma, los<br />
materiales cambian, los soportes<br />
tecnológicos avanzan y se simplifican,<br />
sin embargo sigue creciendo<br />
y muchas personas viven de el. La<br />
siguiente historia es de una mujer<br />
que nos cuenta brevemente su relación<br />
con la fotografía y como formó<br />
un hogar alrededor de la producción<br />
de imágenes.<br />
Doña Lucila Sarmiento Viuda de<br />
Corchuelo es un ejemplo vivo de<br />
aquella madre de familia que luego<br />
de separarse, sacó sus hijos adelante<br />
con su cámara fotográfica.<br />
Nacida en el municipio de Facatativa<br />
un 29 de febrero de 1934, luego<br />
de casarse se vio enfrentada a<br />
convertirse en microempresaria y<br />
dedicarse a un oficio que aparentemente<br />
estaba destinado para los<br />
varones. <strong>No</strong> tuvo problema en “armarse”<br />
de lentes, objetivos, rollos,<br />
trípodes y químicos para “saberlo<br />
todo” y enfrentar el mundo, generando<br />
ingresos e imprimiéndole calidad<br />
a su trabajo.<br />
¿Cómo entró al negocio de la fotografía?<br />
Para mí la fotografía, el cine y la<br />
televisión van de la mano. Por eso<br />
digo que “incurrí” en el séptimo<br />
arte, por un hermano de mi difunto<br />
esposo, llamado Alfredo Corchuelo<br />
“el Conejo” quién fue muy celebre<br />
en los años sesenta y setenta en<br />
la televisión nacional como fotógrafo<br />
y camarógrafo. “El Conejo Corchuelo”<br />
había fundado años atrás,<br />
en 1938, el primer estudio fotográfico<br />
en Facatativa. Debido a que su<br />
trabajo en Inravisión no le dejaba<br />
tiempo para atenderlo, le vendió<br />
aquél estudio a su hermano Álvaro,<br />
quién más adelante sería mi esposo.<br />
¿Entonces fue aprendiendo con<br />
los hermanos Corchuelo?<br />
Si. De mi cuñado Alfredo “el conejo”<br />
aprendí, sobre las calidades del<br />
papel, los tiempos de revelado, los<br />
químicos, las clases de películas,<br />
y con Álvaro, mi esposo, la toma<br />
fotográfica propiamente dicha, los<br />
encuadres, la iluminación, la preparación<br />
de las poses de los clientes,<br />
la expresión y hasta el retoque<br />
fotográfico.<br />
Las cámaras de lente, los rollos<br />
y toda esa antigua técnica no<br />
deja de ser nostálgica, ¿cómo<br />
era un día en ese estudio en<br />
Facatativa?<br />
Pues es como una de estas fotos<br />
de la iglesia de Facatativa que está<br />
en el Museo fotográfico del Municipio:<br />
una historia de tiempos idos.<br />
Hace 46 años que me separé de<br />
Alvaro, quién ya falleció. A partir de<br />
1963 tuve que trabajar y sacar adelante<br />
a mi familia con la única herramienta<br />
que tenía que era el es-