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Rock Bottom Magazine Número 19

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“Dayton, Indiana”.

Que levante la mano el que escuchara antes

“Soup” que el primer disco de Blind Melon. No

veo muchos brazos levantados en la sala..

Debo ser yo el raro. Pues sí, gentes de bien,

uno, que nunca tuvo MTV ni amigos que

compartieran el gusto por la buena música...

Una isla desierta... Un atolón más bien diría

yo, entre la exuberancia musical de los años

90.

Y he de reconocer que su segundo álbum,

no fue una puerta fácil, un disco maravilloso,

angustioso a ratos diría yo, imbuido por el

espíritu de la ciudad donde fue grabado, New

Orleans, pero nada complaciente. De hecho,

recuerdo que fue uno de los primeros CDs que

compré, cuando las cintas fueron dejando paso

a los “compacts”, y yo quemaba el pequeño

equipo de música, que junto a una cazadora

vaquera fueron mis dos compras con el primer

sueldo de mi trabajo veraniego.

Y aun así, adorando “Soup”, y contando con

el factor emotivo del primer amor, he de decir,

que yo, soy del primero, un disco de esos a

los que vuelves SIEMPRE, como “Sweet

Oblivion”, “Heaven tonight” o “Car wheels

on a gravel road”... Con decir que la letra de

“Change” la llevé durante años escrita de puño

y letra en un pequeño papelito dentro de mi

cartera, creo que queda todo dicho.

Por eso, cuando el año pasado surgió

la oportunidad de visitar el lugar donde

descansará para siempre el cuerpo de

Shannon, no la dejé escapar. Habíamos

viajado a Indianápolis a ver, el que acabaría

siendo mi concierto favorito del año, Nicki

Bluhm y sus maravillosos Gramblers, y al

día siguiente, hice que mis amigos Ángela

y Joe se comprometieran a parar en el

cementerio de Dayton, junto a Lafayette,

en nuestro camino de vuelta a Chicago.

Fue muy emocionante, sonaba su primer

disco cuando llegamos, el día acompañaba,

precioso y radiante, y yo junto a tres de las

personas a las que más quiero en este mundo.

También fue especial para Joe, que creció

en Indiana y que me contaba que lo de Axl

le había pillado demasiado joven, pero justo

cuando Blind Melon explotaron en USA, era

cuando él empezaba su experiencia musical

a un nivel semiprofesional, y que ver como

alguien “de los suyos” lograba triunfar fue

una gran motivación para seguir adelante.

Allí estuvimos un rato, meditando y rindiendo

tributo a Shannon, tomamos varias fotos y

tomamos el camino de vuelta a la ciudad.

Jonatan Martínez

que el comienzo y el final corriesen a cargo de

una banda de jazz callejero interpretando una

marcha funeraria, como si el subconsciente

de la banda estuviese previendo el inevitable

desenlace y se convirtiera en un disco de

despedida, realmente impactante. Una pieza

inicial que no venía inicialmente más que en la

edición en cd y que daba entrada a “Galaxie”,

primer sencillo además, un tema enérgico con

un potente video que recordaba a la “Naranja

Mecánica”. Recuerdo cada noche gastarme

todo mi dinero en la máquina de videos que

había en un bar en verano donde veraneaba

con mi familia para ver una y otra vez ese

“Galaxie”. Un tema impactante y furioso donde

ya se puede comprobar que la banda ha

evolucionado (quién sabe hasta dónde habrían

llegado). Una composición de Brad (la letra

acabó cambiándola entera Shannon), más

rock, menos Grateful Dead y con unas letras

que se oscurecen, algo inevitable en la psique

de Hoon, que parece cada vez más fuera de

control tratando de ahogar los demonios de

su mente para perderse de esa realidad con

la que no está a gusto (“Oh, no, no, no it isn’t

me, I’m more at home in my Galaxie”). Para la

grabación acuden a Andy Wallace (que como

productor grabaría también aquel año a Jeff

Buckley, ¿os imagináis cómo habría sido

colaboración Buckley/Shannon?), que supo

entender perfectamente el giro estilístico de

la banda. Canciones más directas con letras

más concisas como “2 X 4” (“I’m talkin’ to

myself boy”) o más lisérgicas como “Vernie”

se mezclan con temas carnavaleras como

la deliciosa “Siknned” con esa letra sobre

Ed Gein, al igual que habían hecho pocos

años antes los Jane’s Adiction con su “Ed,

just admite it”. “Christopher había compuesto

la música, con los banjos y todo eso, y la

letra fue cosa de Shannon. Es una canción

muy extraña, es cierto, pero a Shannon le

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