la plena comunion, mas cerca la plena comunion, mas cerca

AÑO LXVII
NUM. 3.345
20 enero 2007
1,75 €
LA PLENA COMUNION,
MAS CERCA
SEMANA DE ORACION POR LA UNIDAD

■ Número: 3.345
■ 20 de enero de 2007
■ Páginas de la 53 a 92
Un pastor protestante y un obispo católico presiden una
celebración ecuménica. Entre ambos, el cirio, que representa
a Jesucristo, expande la luz de su llama y de la fuerza de la
plegaria. Un año más, entre los días 18 al 25 de enero, los más
dos mil millones de cristianos de todo el mundo hemos de intensificar
nuestra oración y nuestro compromiso en pro de la unidad de los
cristianos. La plena comunión es la meta y su camino es la oración.
Cristo, que «hace oír a los sordos y hablar a los mudos» –reza el lema
de la Semana de oración por la unidad de este año–, nos ilumina, nos
convoca y nos apremia.
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55
Editorial
La Iglesia no teme a la verdad ............................................................................................................. 5
Buena hora ecuménica ...................................................................................................................................... 5
Opinión
La plena comunión está más cerca, por Félix Ochayta Piñeiro ... 6
España
El Gobierno pide ayuda a la Iglesia para acoger a menores inmigrantes,
por Angel Arriví .......................................................................................................... 8
Encuentros de Seminarios y de Pastoral Penitenciaria ............................... 9
Mensaje de los obispos de la Comisión Episcopal para las Relaciones
Interconfesionales con motivo de la Semana de
Oración por la Unidad de los Cristianos ............................................................. 10
La práctica del ecumenismo, por José Manuel Coviella Corripio .... 12
Cáritas, medala de oro al Trabajo ................................................................................................... 13
Cultura
¿Vuelve el cine religioso?, por Eduardo T. Gil de Muro .............................. 15
Teruel: «Tierras de frontera» ....................................................................................................................... 16
Reseña de novedades editoriales ..................................................................................................... 16
Latinoamérica
Desafíos de Chile para 2007, por Armando Jaque Avila ......................... 17
Chávez en estado puro, por José Ignacio Rivarés ................................................ 18
Mundo
El arzobispo Wielgus pide perdón ................................................................................................ 19
Reportaje
Entrevista al P. Rodríguez Garrapucho, miembro de la Comisión
preparatoria de la III Asamblea Ecuménica Europea, por José
Luis Díez Moreno .................................................................................................................................. 20
Vaticano
Benedicto XVI confirma su viaje a Brasil, por Miguel Angel Agea .. 23
Documentación
Discurso de Benedicto XVI a la Plenaria del Pontificio Consejo
para la Promoción de la Unidad de los Cristianos ............................ 24
Discurso a Su Beatitud Christodoulos, arzobispo de Atenas y
de toda Grecia .................................................................................................................................................... 26
Declaración Conjunta de Benedicto XVI y de Christodoulos ......... 27
Mensaje de Benedicto XVI al Patriarca Ecuménico Bartolomé I
con ocasión del VI Simposio del proyecto «Religión, Ciencia
y Medio Ambiente» ........................................................................................................................ 29
Discurso a la delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla
en la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo 30
Discurso a Su Gracia el doctor Rowan Williams, arzobispo de
Canterbury y Primado de la Comunión Anglicana ............................. 31
Declaración Conjunta de Benedicto XVI y de R. Williams ..................... 32
Carta de Taizé 2007 ................................................................................................................................................. 33
Colaboración
Un feliz aniversario, por Pablo Martín de Santa Olalla Saludes 36
El Domingo, pan de la Palabra
Hoy se cumple esta Escritura, por Jesús Francisco Riaza ........................ 37
La firma
Catolicismo al 25%, por José María Gil Tamayo ................................................... 38
Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
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editorial
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Editorial
La Iglesia no teme a la verdad
La conocida crisis suscitada y vivida hasta con dramatismo en el seno de la Iglesia polaca hallará
el camino para su superación en la vivencia de principios evangélicos como la búsqueda de la verdad,
la asunción de responsabilidades, el ejercicio de la humildad, la práctica de la caridad y la reivindicación
de la libertad en la vida y en la acción de la Iglesia, cuyo único Señor y Salvador es Jesucristo.
Además, decía en polaco Benedicto XVI el domingo 14 de enero, Dios ayuda a quienes
buscan la verdad y tienen dificultades. Por ello, «la Iglesia —han afirmado el portavoz de la Santa
Sede y el presidente de la Conferencia Episcopal Polaca— no tiene miedo a la verdad». Es la verdad la
que nos hace libres, creíbles, coherentes y fecundos. Es necesario reconocer las culpas y los errores y
poner en marcha procesos de purificación. Están en juego la propia vitalidad de la querida Iglesia en
Polonia, que no debe resentirse sino robustecerse, y su «preciosa y extraordinaria contribución de fe
y de empuje evangélico a la Iglesia europea y universal», que, como subrayaba el portavoz Lombardi,
es una de sus características más luminosas.
La delicada y dolorosa situación creada por la pasada colaboración de algunos eclesiásticos polacos
con los servicios comunistas de espionaje no debe ser ocasión de escarnio, ni de vituperio, ni de
juicio indebido y precipitado. Hay que dejar que los hechos hablen por sí solos. Desde la pertenencia,
el sentir y, la disciplina de la Iglesia, se deben asumir las responsabilidades en todos los niveles que
correspondan. Instancias ajenas a la Iglesia, como los poderes políticos o mediáticos, no debe ser
quienes marquen la pauta. De ahí, la buena noticia que supone la decisión de la Conferencia Episcopal
Polaca de crear comisiones diocesanas de investigación, en procesos a realizar de manera independiente
de los medios de comunicación y del Estado. No se trata de extender la sombra de la sospecha,
ni de justicieros revisionismos históricos transidos de rencor o de venganza. Se trata de buscar
la verdad y asumirla desde la responsabilidad, la reconciliación y la libertad.
En nuestra página web, hemos invitado a nuestro cada vez mayor número de visitantes a que expresaran
su parecer sobre este tema. Cerca del 40% ha opinado que Dios siempre hace surgir efectos
positivos de todas las circunstancias y situaciones de la vida y que así sucederá en este caso. También
nosotros tenemos firmemente esta convicción y esperanza. Para los que creemos en Dios todo es para
bien, todo es gracia. Es preciso saber extraer sus consecuencias y conclusiones y aplicarse fielmente a
ellas. Y a buen seguro que así lo hará la Iglesia en Polonia, a la que ahora hay que expresar nuestra
solidaridad, afecto y oración. Dios ayuda a quienes buscan la verdad y tienen dificultades. La verdad
nos hace libres y la cruz es siempre fuente de vida y de gracia. ■
Buena hora ecuménica
La Semana de oración por la unidad de los cristianos llega en una hora de especial y fundada esperanza
en pos de la meta del ecumenismo, que es la plena comunión. ECCLESIA ofrece en este número
amplia documentación, opinión y testimonio, que corroboran esta sensación. La avalan además
los hechos: declaraciones conjuntas del Papa con el Patriarca de Constantinopla, con el Arzobispo de
Canterbury y con el Arzobispo ortodoxo de Grecia, la reanudación de los trabajos de la Comisión
Mixta Internacional ortodoxo-católica, la aceptación del Consejo Mundial Metodista de la Declaración
Conjunta sobre la doctrina de la Justificación, un reciente documento católico-anglicano sobre el
papel de María, la preparación de la III Asamblea Ecuménica Europea, prevista para septiembre en
la ciudad rumana de Sibiu... Asimismo lo certifica la creciente necesidad compartida de la urgencia
evangelizadora ante la actual situación de secularización tan generalizada, y máxime también en
medio de la presente sociedad de la movilidad y de las migraciones.
Con todo, todavía queda mucho camino por recorrer. Junto a la oración incesante en pro de la unidad,
camino privilegiado para ella son hoy día los llamados ecumenismo de la santidad, del Pueblo
de Dios, del amor y de la verdad. El relativismo o el fácil y falso irenismo no culminarán la búsqueda
ecuménica, sino, al contrario, la tergiversarán y desorientarán. Y es que en materia ecuménica,
también la verdad nos hace libres y nos acerca a la unidad tan anhelada. ■
Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
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Opinión
La plena comunión está más cerca
Félix Ochayta Piñeiro
Delegado de Ecumenismo de la diócesis de Sigüenza-Guadalajara
El pasado 17 de noviembre, en su
discurso a la Plenaria del Consejo
Pontificio para la Unidad de los
Cristianos, declaraba Benedicto XVI:
«Aprovecho gustoso la presente ocasión
para reiterar y confirmar con renovada
convicción lo que afirmé al inicio
de mi ministerio en la Cátedra de Pedro:
“Su actual sucesor asume como compromiso
prioritario trabajar sin ahorrar
energías en la reconstitución de la unidad
plena y vis¡ble de todos los seguidores
de Cristo. Esta es su ambición, éste su
acuciante deber”».
Impresiona el vigor con que reitera
su convicción. Reúne las mejores condiciones
para realizar esta tarea. A su
óptima preparación intelectual, como
profesor y como prefecto de la Congregación
para la Doctrina de la Fe, se une
la circunstancia de ser alemán, buen
conocedor del espíritu de la Reforma
protestante. A ello se añade su sintonía
espiritual con Juan Pablo II, el Papa
que deseaba que la Iglesia pudiera respirar
con sus dos pulmones, el de Occidente
y el de Oriente.
1. Un hecho de gran alcance ecuménico.—Hubo
un hecho de gran alcance
ecuménico en la misa funeral por
Juan Pablo II, presidida por el cardenal
Ratzinger, el 5 de abril de 2005. Me
refiero a la participación en ella del hermano
Roger Schutz, el fundador de
Taizé, quien se acercó y recibió la comunión
de manos del mismo cardenal.
No pudo ser fortuito ni fruto de una
decisión emocional del momento. Pocos
meses después fallecía el hermano
Roger, víctima de una persona perturbada.
En su entierro, el 23 de agosto, el
cardenal Kasper describió el camino
del hermano Roger como un camino
de piedad y de santidad. Las preguntas
se agolpan: ¿Se había «convertido»? ¿Se
encontraba en plena comunión con la
Iglesia católica?
2. Convergencias cada vez mayores
con la Ortodoxia.—Pero hay otros
hechos aún más relevantes de los que
hemos sido testigos en el año 2006, en
relación sobre todo, con los hermanos
de la Iglesia ortodoxa.
2.1. El discurso de Benedicto
XVI a la delegación del Patriarcado
Ecuménico de Constantinopla.—
Era el 29 de junio, solemnidad de los
Santos Pedro y Pablo. Esta fiesta celebrada
el mismo día por católicos y ortodoxos
«evoca la sucesión apostólica
compartida y la fraternidad eclesial que
nos caracteriza». El Papa expresa su deseo
de eliminar disonancias, y muestra
su alegría anticipada ante su visita programada
para noviembre, con la seguridad
de «que este intercambio recíproco
reforzará nuestra comunión eclesial»,
y será, con la ayuda del Señor, «un
paso más en la realización de su voluntad
de unidad y de paz».
2.2. El reciente viaje apostólico a
Turquía.—Este viaje ha tenido, sin duda,
gran resonancia por los contactos del
Pontífice con las autoridades civiles y
los líderes religiosos islámicos. Pero
para nosotros la resonancia mayor
proviene del encuentro fraterno con el
Patriarca Ecuménico y otros jerarcas
cristianos orientales.
Habría que analizar el discurso de
Benedicto XVI en el Patriarcado Ecuménico
el día 29, lleno de afecto, de
recuerdos de una historia común, de
tesoros patrísticos compartidos. Merecería
aún mayor relieve la homilía
pronunciada en la divina liturgia celebrada
en la iglesia patriarcal de San
Jorge. En ella son evocados los hermanos
apóstoles Pedro y Andrés, cuyos
sucesores Benedicto y Bartolomé
comparten la misma fe, con la esperanza
«no sólo de asistir a la divina
liturgia, sino de poder celebrarla jun-
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tos, participando de la única mesa del
Señor, compartiendo el mismo pan y
el mismo cáliz».
Pero es en la Declaración Conjunta,
firmada el día 30, donde de forma precisa
y solemne se reconoce la fraternidad
del Papa de Roma y del Patriarca de
Constantinopla, que supone la comunión
ya existente, tan amplia y profunda,
y que anhela esperanzada la comunión
plena y visible. Invito al lector a
que estudie algunas de sus afirmaciones,
que entrecomillamos:
— Los firmantes expresan «la alegría
de sentirnos hermanos y de renovar
nuestro compromiso con el objetivo de
la plena comunión».
— «El Espíritu Santo nos ayudará a
preparar el gran día del restablecimiento
de la plena unidad, cuando y como
Dios quiera».
— Señalan la importancia de los anteriores
encuentros entre Pablo VI y
Atenágoras, así como entre Juan Pablo
II y Demetrio, en los que se subrayó
el valor del «diálogo auténtico de la
caridad» y se anunció la creación de la
Comisión Mixta para el diálogo teológico
entre la Iglesia católica y la Iglesia
ortodoxa «con el objetivo declarado de
restablecer la plena comunión».
— Valoran en mucho el acto por el
que se relegaron al olvido los antiguos
anatemas entre la Iglesia de Roma y la
Iglesia de Constantinopla, afirmando
que «de aquel acto aún no hemos sacado
todas las consecuencias positivas
posibles para nuestro camino hacia la
unidad plena».
Mientras llega el día del restablecimiento
de la plena unidad, hay que seguir
actuando unidos, prosiguiendo el
diálogo teológico, anunciando el Evangelio
al mundo de hoy, tan afectado
por la secularización, el relativismo, el
nihilismo. Este trabajo reclama un testimonio
común: «Nuestras tradiciones representan
para nosotros un patrimonio
58

que debemos compartir, proponer
y actualizar permanentemente».
2.3. El Encuentro en
Roma y la Declaración
Conjunta del Papa Benedicto
y de su Beatitud Christódulos.—El
pasado 14 de
diciembre se firmaba esta
Declaración Conjunta. Hace
bien pocos años hubiera parecido
imposible. Pero el camino
estaba allanado desde
que Juan Pablo II visitó el
año 2001 en Atenas al Arzobispo
Christódulos, con palabras
y gestos le expresó el
amor y comunión fraterna y
lamentó actuaciones pasadas
de miembros de la Iglesia Latina
en la época de las Cruzadas.
La acogida al Arzobispo,
en los Palacios Vaticanos,
fue más que cordial. En el
discurso del Papa se habla
de encuentro fraterno, de
afecto sincero, de la gran
tradición común a Grecia y
Roma, transmitida a otros
pueblos. Todo ello fundamenta
el deseo de promover
acciones pastorales comunes,
siempre con vistas
«a lograr la plena comunión entre católicos
y ortodoxos».
La Declaración Conjunta es aún
más explícita en el reconocimiento de
la fe común y en el deber de transmitirla.
Pero quiere ir más lejos. Se trata
de una tarea común: la de «recorrer el
arduo camino del diálogo en la verdad
con el fin de restablecer la plena
comunión de fe en el vínculo del
amor». Reconoce lo mucho que se ha
logrado, desea que prosiga el diálogo
teológico, con la esperanza de que
pueda llegarse a «formular proposiciones
aceptadas por ambas partes
con espíritu de reconciliación». Mientras
tanto hay que trabajar juntos en
otras tareas: el anuncio al mundo del
Evangelio, el diálogo interreligioso, la
defensa del carácter sagrado de toda
persona humana, etc.
2.4. ¿Está próximo el encuentro
entre el Papa de Roma y el Patriarca
59
El arzobispo ortodoxo de Atenas Cristódulos y el Papa
Benedicto XVI estampan sus firmas en la Declaración Conjunta.
de Moscú?—Hay muchos indicios a favor,
intercambios, viajes de jerarcas católicos
a Moscú y de ortodoxos a
Roma. Pensamos que no está lejos el
encuentro soñado por Juan Pablo II,
quien no pudo verlo realizado en su
vida terrestre.
3. El discurso del Papa Benedicto
al Consejo Pontificio para la Promoción
de la Unidad de los Cristianos.—La
fecha de este discurso, el 17 de
noviembre, marca un hito en este 2006,
tan rico en acontecimientos ecuménicos.
El tema estudiado «La situación
ecuménica, en estado de cambio», podía
dar la impresión de preocupación.
El Papa afirma, sin embargo, que «el
objetivo del movimiento ecuménico —la
unidad visible de la Iglesia— sigue inalterado».
El término «comunión», y otros
equivalentes aparecen de manera reiterada
en el discurso. Apelando a su
Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
Opinión
propia experiencia como
perito en el Vaticano II subraya
que «se ha avanzado
mucho hacia la plena comunión»,
que «la fraternidad
entre todos los cristianos ha
sido redescubierta y restablecida»,
que «el crecimiento
de la comunión es un fruto
precioso de las relaciones
entre los cristianos y del
diálogo teológico». Y se
atreve a hablar de «la experiencia
de comunión» vivida
en los funerales del Papa
Juan Pablo II y en la inauguración
de su pontificado.
Con realismo, sin embargo,
reconoce que aún queda
mucho camino por recorrer.
Valora muy positivamente la
reanudación del diálogo teológico
con los ortodoxos y
las grandes esperanzas que
abre «con vistas a alcanzar
una comunión de fe y amor
cada vez más plena, en la que
resulte posible un intercambio
cada vez más profundo
de riquezas espirituales entre
todas las Iglesias».
4. El encuentro de Benedicto
XVI y el Arzobispo de
Canterbury, Primado de la
Comunión Anglicana.—En los discursos
y la Declaración Conjunta se valoran
de manera muy positiva los cuarenta
años de diálogo, el redescubrimiento
de «nuestra comunión real, aun
cuando incompleta», a la vez que se
constata «el problema constituido por
los recientes cambios que, amén de dividir
a los anglicanos, plantean graves
obstáculos a nuestro avance ecuménico».
Conclusión.—Estos y otros hechos
hablan por sí solos. El ecumenismo
sigue su camino. Es exigencia de la
Iglesia. Es una prioridad de Benedicto
XVI. Nos ha hecho tomar conciencia
de la «comunión» ya existente, en mayor
o menor grado. Pero hay que seguir
adelante hasta el restablecimiento
de la comunión plena y visible, cuando
y como Dios quiera. Invocamos a
la Theotokos para que se acelere ese
día y esa hora. ■
7

España
El Gobierno pide ayuda a la Iglesia
para acoger a menores inmigrantes
Diversas entidades de la Iglesia están valorando la petición formulada por el Gobierno
Diversas entidades sociales
de la Iglesia católica —como
CONFER, Cáritas o las delegaciones
diocesanas de Migraciones—
están valorando la petición
cursada días atrás por el Gobierno
para solicitar el concurso de estas
organizaciones en la puesta en
marcha de un plan de acogida a
los menores inmigrantes actualmente
retenidos en Canarias. La
noticia del inicio de esta ronda de
contactos con la Iglesia en esa
materia fue anunciada el 10 de
enero por la vicepresidenta del
Gobierno, María Teresa Fernández
de la Vega, durante un desayuno
informativo organizado en
Madrid por la agencia Europa
Press, el que asistieron el obispo
de Bilbao y presidente de la CEE,
monseñor Ricardo Blázquez, y el
nuncio en España, monseñor Manuel
Monteiro de Castro.
«En estos momentos —reveló Fernández
de la Vega— estamos buscando una
colaboración en un tema muy sensible
en el ámbito de la inmigración, que es la
del acogimiento y atención a menores
inmigrantes». «La Iglesia —explicó— nos
ha ofrecido toda su colaboración y espero
que podamos llegar a un acuerdo.
Ya hemos acordado algunos elementos
y vamos a concretar una línea de trabajo
en esta materia».
Matizaciones de la CEE
A pesar del anuncio de la vicepresidenta,
desde la Oficina de Información
de la Conferencia Episcopal se
precisó que, aunque «el Gobierno ha
solicitado ayuda a las diócesis e instituciones
como Cáritas en materia de
inmigración, ello no supone un acuerdo
marco con el episcopado», además
de recordar que, como es bien conocido,
el compromiso social de la Igle-
Monseñor Blázquez y el nuncio Monteiro asistieron al
desayuno informativo con la vicepresidenta del Gobierno
organizado por la agencia Europa Press.
sia con la situación de los inmigrantes
«no es algo nuevo».
De hecho, en instituciones como Cáritas
el programa de Inmigrantes es una
de las áreas de trabajo de mayor prioridad
en el conjunto de las acciones que
desarrolla desde hace sesenta años a favor
de las personas más desfavorecidas.
Sólo, en el último ejercicio, Cáritas atendió
a más de 233.000 inmigrantes en
toda España y destinó a este programa
unos 7,8 millones de euros.
Según ha sabido ECCLESIA, la petición
de colaboración del Gobierno a la Iglesia
se realizó desde el Ministerio de Trabajo
y Asuntos Sociales a través de la Comisión
Episcopal de Pastoral Social. En estos
momentos, la oferta del Gobierno
está siendo valorada por diversas instituciones
de la Iglesia con objeto de ofrecer
a la Administración, según han señalado
fuentes próximas a estas entidades,
«una respuesta que vaya más allá de los
aspectos coyunturales, acorde con nuestra
trayectoria de trabajo con los inmigrantes,
y basada, sobre todo, en la coordinación
y el respeto a la dignidad y
8 Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
los derechos humanos de los inmigrantes».
Avances en
investigación biomédica
Ese mismo día, desde las CEE
se ofrecía una valoración positiva
de la noticia sobre la posibilidad
de obtener células madre a partir
del líquido amniótico. El director
del Secretariado de la Subcomisión
Episcopal para la Familia y
Defensa de la Vida, Leopoldo
Vives, expresó su esperanza en
que «por el bien de la ciencia y
de la vida humana, que las evidencias
se impongan y se abandone
la experimentación con células
madre embrionarias para
investigar sobre estas otras células
madre que sí permiten curar y, además,
no suponen destrucción de más
vidas humanas».
Encuentro en Tierra Santa
Monseñor Joan Enric Vives, obispo
de Urgell, participó, en representación de
la CEE, en el encuentro anual que obispos
de Conferencias Episcopales de varios
países del mundo mantienen con la
Asamblea de los Ordinarios Católicos de
Tierra Santa. La cita tuvo lugar en Jerusalén,
Nazaret y Gaza, del 12 al 18 de
enero. El objetivo principal de este encuentro,
presidido por el patriarca Michel
Sabbah, y el nuncio en Israel y Chipre,
y delegado apostólico en Jerusalén
y Palestina, el arzobispo Antonio Franco,
fue el de apoyar la solidaridad con
los cristianos de Tierra Santa y compartir
la vida pastoral de la Iglesia local, que
vive bajo una intensa presión política y
socio-económica. ■
Angel Arriví
60

España
Encuentros de Seminarios
y de Pastoral Penitenciaria
Organizados por las Comisiones Episcopales
de Seminarios y Universidades y de Pastoral Social
«A
61
compañar la vocación de los
chicos: Familia, Parroquia y Se-
minario menor» es el tema al
que estará dedicado el XXVI Encuentro
de Rectores y Formadores del Seminario
menor, que se celebra del 19 al 21 de
enero en Madrid. Las jornadas, organizadas
por la Comisión Episcopal de Seminarios
y Universidades, serán inauguradas
por el obispo de Urgell y presidente
de ese departamento, monseñor
Joan Enric Vives Sicilia, y por monseñor
Camilo Lorenzo Iglesias, obispo
de Astorga y vocal de la Comisión para
los Seminarios Menores.
Los contenidos del encuentro son desarrollados
por Susana y José Luis, esposos
del movimiento «Encuentro Matrimonial»;
Jesús Higueras, párroco de
Santa María de Caná (Pozuelo de Alarcón,
Madrid); Ricardo Gómez Laso y
Monseñor Vives Sicilia.
David Pérez Gutiérrez, de Palencia; y la
psicóloga Teresa Ortega.
Pastoral Penitenciaria
El Departamento de Pastoral Penitenciaria
de la Comisión Episcopal de Pastoral
Social ha convocado, para los días 13,
14 y 15 de febrero en Madrid, las XIX
Jornadas Nacionales de Capellanes, que
estarán dedicadas al tema «Buscad el
rostro de Cristo en cada preso».
Esta convocatoria, que dirige y coordina
José Fernández de Pinedo, capellán
del Centro Penitenciario de Burgos,
contará con la presencia, como ponentes,
de monseñor Vicente Jiménez Zamora,
obispo de Osma-Soria y responsable
de Pastoral Penitenciaria; Víctor
Renes Ayala, responsable de Estudios
de Cáritas Española; José Luis Segovia
Bernabé, coordinador del Area Jurídica
del Departamento convocante del encuentro;
y Juan Pablo García Maestro,
trinitario y profesor del Instituto Superior
de Pastoral de Madrid.
Ejercicios para obispos
La Conferencia Episcopal Española
(CEE) ha organizado, del 14 al 20 de enero,
la tanda de ejercicios espirituales para
obispos que cada año se celebra en Pozuelo
de Alarcón (Madrid).
Este año participaron 46 prelados de
las diócesis españolas, además del nuncio
apostólico en España, monseñor
Manuel Monteiro de Castro, y del secretario
general de la CEE, padre Juan
Antonio Martínez Camino. Los ejercicios
han sido dirigidos por el P. Marko
Ivan Rupnik, SJ. El encuentro, cuyo comienzo
estaba previsto para la noche del
domingo, día 14, finaliza en la mañana
del sábado día 20. ■
Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
9

España
«Cristo nos ilumina a todos»
Mensaje de los obispos de la Comisión Episcopal
para las Relaciones Interconfesionales con motivo
de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, 18-25 de enero de 2007
Un año más la Semana de Oración
por la Unidad de los Cristianos
viene a colocar ante todos
los cristianos la unidad visible de
la Iglesia como meta del ecumenismo.
Los discípulos de Cristo no podemos
volver la vista atrás tentados por la seguridad
de un pasado sin relaciones
entre las Iglesias. Todas las grandes
comuniones eclesiales aspiran hoy a
reconocerse recíprocamente como
«Iglesias hermanas», y hemos de realizar
cuanto esté en nuestras manos
para lograr que llegue el momento en
que todas las Iglesias cristianas puedan
reconocerse mutuamente como
una sola comunión en la fe y una misma
realidad eclesial.
1
Proclamar el Evangelio unidos
para que Cristo ilumine
a todos es caminar hacia la unidad
visible bajo la acción del Espíritu.
No podemos sucumbir al desánimo
aun cuando las etapas que faltan sean
todavía de larga duración, porque las
ya recorridas nos estimulan a completar
la carrera, que sólo podremos concluir
con éxito si nos dejamos guiar
por el Espíritu Santo, verdadero intérprete
de la voluntad de Cristo para su
Iglesia en cada momento histórico: «Yo
les he dado a conocer tu nombre y se
lo seguiré dando a conocer, para que
el amor con que tú me has amado esté
en ellos y yo en ellos» (Jn 17,26).
El Espíritu que procede del Padre es
el que dispone a los discípulos a recibir
el amor del Padre en el reconocimiento
de Jesús como Hijo de Dios,
aquel en quien el Padre ha dado la mayor
muestra de amor al mundo. Nada
podremos hacer sin la guía del Espíritu
Santo, por cuya acción espiritual en
nosotros podemos permanecer unidos
a Cristo. Los cristianos hemos de supli-
car con constancia la asistencia del Espíritu
del Padre y del Hijo para que nos
vaya señalando en cada momento histórico
lo que conviene hacer para que
la proclamación del Evangelio llegue a
los hombres de todas las culturas,
mentalidades y religiones. Daremos
pasos firmes hacia la unidad de la Iglesia
si a todos los cristianos nos une la
misión para la que hemos sido enviados
por Cristo: la evangelización del
mundo.
Respetuosos con los creyentes de
las diversas religiones y con cuantos se
declaran agnósticos o no creyentes, los
cristianos estamos llamados a ofrecer
el testimonio de Cristo como «único
mediador entre Dios y los hombres,
hombre también, que se entregó a sí
mismo como rescate por todos» (1 Tim
2,5-6); pues siendo Dios «nuestro Salvador»
(1 Tim 1,1) y «Salvador de todos
los hombres, principalmente de los
creyentes» (1 Tim 4,10), «no se nos ha
dado a los hombres otro nombre bajo
el cielo por el que podamos ser salvados»
(Hech 4,12). Así hemos de proponer
a Cristo como único redentor del
género humano, fiados de su palabra
siempre eficaz y la señal de sus milagros,
que hacían exclamar a cuantos le
seguían admirados: «Todo lo ha hecho
bien; hace oír a los sordos y hablar a
los mudos» (Mc 7,37).
10 Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
2
Orar por el éxito del encuentro
entre las Iglesias de
Europa en Sibiu para que se fortalezca
el testimonio de las Iglesias
en Europa.
La III Asamblea Europea de Iglesias,
cuyas fases preparatorias hemos empezado
a recorrer, nos convoca a acudir
al encuentro con los otros cristianos
del Continente que tendrá lugar en
la ciudad de Sibiu, en Rumanía, el pró-
ximo septiembre de 2007, para juntos
mirar hacia «Cristo, luz que ilumina a
todos, esperanza de renovación y unidad
en Europa». Con este lema auguramos,
confiando plenamente en la acción
del Espíritu unificador, una experiencia
de gracia que hará crecer la
comunión de las Iglesias en Europa.
Un encuentro fraterno que las llevará a
un mayor compromiso por la nueva
evangelización de las sociedades europeas,
hoy hondamente afectadas por el
espíritu agnóstico del relativismo, la
gran tentación de nuestro tiempo. Estamos
ante el reto de una ideología
que cierra los ojos y los oídos de las
personas a la verdad del Evangelio y
aleja a las naciones europeas de la civilización
cristiana.
Estamos llamados a anunciar a todos
que Jesucristo es el Redentor universal
del género humano, que a todos
ha congregado en el recinto acogedor
de su Iglesia una y santa, y a dar testimonio
de Cristo de modo acorde con
la naturaleza de la Iglesia una. En ella
quiso Dios Padre reunir en Cristo a sus
hijos dispersos (Jn 11,52), dotándola y
enriqueciéndola de los medios de salvación:
los sacramentos, medios de
gracia por los cuales el Espíritu del Padre
y del Hijo realiza la santificación de
los creyentes; y servicio espiritual de
los ministros ordenados, mediante el
cual es Cristo mismo el que reúne a su
Iglesia y se hace presente en ella, para
seguir incorporando a la salvación a
los hombres de todos los tiempos. A
estos medios de salvación el Espíritu
del Señor agrega los dones y carismas,
mediante los cuales reparte «diversas
tareas o ministerios que contribuyen a
renovar y construir más y más la Iglesia,
según aquellas palabras: “A cada
uno se le da la manifestación del Espíritu
para el bien común” (1 Cor 12,7)»
(Vaticano II: Constitución Lumen gentium,
n. 12).
62

La búsqueda de la unidad
visible viene contribuyendo sobremanera
a esta renovación
de la Iglesia, que tiene en el
Vaticano II un referente permanente,
válido para nuestro
tiempo. Los pasos que las Iglesias
han dado hacia esta unidad
fortalecen el testimonio de
Cristo como salvador universal
de los hombres, luz de las naciones
y esperanza de la humanidad
y de toda la creación.
Todavía queda camino por andar,
pero si todos los cristianos
secundan la acción del Espíritu
Santo en la Iglesia, Cristo
será conocido y amado como
el enviado del Padre para la
salvación del mundo. Todo
cuanto podamos hacer unos
cristianos y otros por la renovación
de la Iglesia hará resplandecer
ante los hombres el
misterio de su unidad católica,
tal como señaló el Concilio:
«Por la fuerza de esta catolicidad,
cada grupo aporta sus
dones a los demás y a toda la
Iglesia, de manera que el conjunto
y cada una de sus partes
se enriquecen con el compartir
mutuo y con la búsqueda de
plenitud en la unidad» (Lumen
gentium, n. 13).
Estamos plenamente seguros
de que la III Asamblea Europea
de Iglesias contribuirá a
que los cristianos de Europa nos conozcamos
más y mejor, para que juntos
afrontemos el reto común de nuestro
tiempo: conseguir que Cristo siga iluminando
la vida de los pueblos que le han
conocido y a cuya luz han caminado.
3
El acercamiento entre católicos
y ortodoxos acrecentará
la comunión de todas las Iglesias.
Por otra parte, no podemos dejar de
mencionar el éxito del feliz encuentro
entre el Papa Benedicto XVI y el Patriarca
Bartolomé I. La reciente visita
del Papa a Turquía para encontrarse
con el Patriarca marca, ciertamente, un
hito en las relaciones ecuménicas entre
la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas
orientales que, con la ayuda del
63
Cartel editado por la Comisión de Relaciones Interconfesionales
con motivo de la Semana para la Unidad.
Señor, redundará en un mayor acercamiento
por todos esperado de las dos
grandes Comuniones eclesiales, que se
reconocen recíprocamente como «Iglesias
hermanas». Este acrecentamiento
de la comunión entre católicos y ortodoxos
ayudará al mismo tiempo al crecimiento
de la comunión entre las todas
Iglesias cristianas. Cuando dos
Iglesias se acercan todas se acercan
porque los interlocutores se reducen y
disminuyen las diferencias.
Encomendamos al Señor los frutos
de este encuentro para que el diálogo
teológico entre católicos y ortodoxos,
acompasado por el diálogo de la caridad
y sostenido por la oración ecuménica
de todos, lleve a las dos grandes
Iglesias a la comunión en la que estuvieron
durante el primer milenio de
cristianismo. Para cumplir el mandato
Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
del Señor de evangelizar a todos
los pueblos, católicos y ortodoxos,
como han dicho en
su Declaración Conjunta el
Papa y el Patriarca están llamados
«reforzar la colaboración y
nuestro testimonio común
ante todas las naciones».
4
España
La santidad como
medio de lograr la
unidad deseada haciendo
propia la voluntad de Cristo.
Finalmente, queremos recordar
a todos que el camino
hacia la unidad tiene en la santidad
de los discípulos de Jesús
el más sólido punto de
apoyo y trampolín de lanzamiento
hacia la meta deseada
de la unidad. El ecumenismo
de la santidad es el más eficaz
de todos, porque la configuración
con Cristo es el medio
apto para dar cabida en nosotros
a la voluntad de Dios
mediante la identificación plena
con la mente de la Iglesia
Esposa de Cristo.
Sólo mediante la obediencia
a la voluntad del Padre, la acción
de los cristianos en el
mundo producirá sus frutos,
pues la entrega a la voluntad de
Dios hará que los cristianos vivan
la vocación a la santidad
como forma perfecta del testimonio de
Cristo ante los hombres. Si todos los
cristianos nos dejamos guiar por el Espíritu
en el ejercicio de esta vocación a
ser santos, todos nos encontraremos
caminando al unísono y podremos recibir
de Dios el don de la unidad visible
que buscamos. De esta suerte los hombres
reconocerán en la comunión santa
y católica de la Iglesia el «sacramento de
la unidad del género humano». La Iglesia,
unificada en Cristo a imagen de la
Trinidad, aparecerá como testigo de
Cristo en el mundo, ámbito del encuentro
y recinto de la congregación de
los hombres y las naciones en Cristo. ■
Los obispos de la Comisión
Episcopal para las Relaciones
Interconfesionales
11

España
La práctica del ecumenismo
El Directorio Ecuménico, tema del II Congreso de Ecumenismo, celebrado en Madrid
Con una numerosa asistencia,
se celebró en la
Residencia «Madre de la
Divina Pastora» el II Congreso
de Ecumenismo, dedicado al
tema «Directorio Ecuménico:
La práctica del ecumenismo».
Bajo la dirección de Julián
García Hernando y organizado
por el Centro Ecuménico
«Misioneras de la Unidad» y
ACEMU (Asociación Centro
Ecuménico), transcurrió el
Congreso con la apertura a
cargo de monseñor Juan Fernando
Usma, oficial del Pontificio
Consejo para la Promoción
de la Unidad de los Cris- Una imagen del numeroso público asistente al Congreso.
tianos. Las conferencias
analizaron la historia y el origen
del Directorio Ecuménico.
Intervino en este Congreso José gía San Dámaso de Madrid y en el Cen-
Ramón Villar, decano en la Facultad tro Ecuménico «Misioneras de la Unidad»,
de Teología de la Universidad de Nava- así como miembro de la revista Teología y
rra, que habló sobre «La formación Catequesis. Abordó en su intervención, el
ecuménica: Balance y perspectivas». Sacramento del Bautismo. Citando a
Walter Kasper recordó que «es funda-
Comunidad
de vida en el culto
mental el bautismo sacramento de la fe a
través del cual los bautizados pertenecen
al único cuerpo de Cristo». Un cristiano,
dijo, es un iniciado, es decir, una persona
Acto seguido tuvo lugar una mesa re- introducida en el misterio de Cristo. Terdonda
bajo el título «Comunidad de vida minó su intervención con una alusión a
en el culto», en la que intervinieron: Fer- siete retos que enfatizó como: la dimennando
Méndez, pastor de la Iglesia sión teológica del bautismo, la dimensión
Bautista en el Barrio de El Pilar y profe- simbólica, la misionera (Cristo luz del
sor de Nuevo Testamento en el Semina- mundo), la catequética, la espiritual o
rio Teológico UEBE en Alcobendas. contemplativa y la escatológica.
Abordó el tema «Compartir actividades y A continuación, Mariano Perrón,
recursos espirituales». Hizo hincapié en delegado diocesano de Ecumenismo de
el gran escollo que supone para su Igle- Madrid, abordó el tema de los matrisia,
la actitud de la Iglesia católica al conmonios mixtos. Tras realizar un recurrisiderar
a otras iglesias (la evangélica y do sobre las normas que existen sobre
otras) como de segundo nivel, y matizó los matrimonios mixtos, se refirió a los
que la separación es pecado; de ahí que problemas actuales de los matrimonios
la expresión «hermanos separados» mar- mixtos, como son la intercomunión. A
que una distancia incómoda.
este respecto indicó que celebrando el
Seguidamente, intervino Manuel
González López-Corps, sacerdote diocesano
de Madrid, doctor en Sagrada Liturgia
y profesor en la Facultad de Teolo-
matrimonio (los ministros son los contrayentes)
fuera de la misa, se soluciona
este problema, pero persiste cuando
sucede que los ministros del matrimo-
12 Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
nio en la Iglesia católica son
los contrayentes, no así en la
Iglesia ortodoxa.
La mesa redonda concluyó
con la intervención de
Rogelio Sáez, monje de la
Iglesia Ortodoxa Griega, que
habló sobre el compartir la
vida sacramental, especialmente
la Eucaristía, que, señaló,
es el sacramento de la
unidad de la Iglesia, el sacramento
del misterio del mundo.
La Eucaristía, dijo, no se
debe entender en clave individualista;
una comunidad
dividida no es una comunidad
eucarística.
En sesión vespertina del
2 de diciembre intervinieron
José Luis Andavert, director
de la Sociedad Bíblica y profesor de
NT y Misionología, que dedicó su intervención
al trabajo común relativo a
la Biblia y en el campo de la catequesis.
Intervino a continuación José Hernández,
CMF, que habló sobre el testimonio
común de las Iglesias. Es preciso,
dijo, sentir los problemas de las otras
Iglesias como propios, estudiar los factores
que obstaculizan el testimonio y
renunciar a cualquier forma de rivalidad
y proselitismo, fueron algunas de las
pautas que considera prioritarias.
Esta intensa jornada concluyó con
las intervenciones de Juan Pablo García
Maestro, trinitario, profesor de Teología
Fundamental y Cristología, autor
de numerosos libros, que presentó
una conferencia sobre la colaboración
ecuménica en el diálogo con las religiones
monoteístas; y Pedro Rodríguez
Panizo, sacerdote diocesano,
doctor en Teología por la Gregoriana
de Roma y profesor de Teología Fundamental
en la Universidad de Comillas,
cuya ponencia giró en torno a la
colaboración ecuménica en el diálogo
con las religiones orientales. ■
José Manuel Coviella Corripio
64

Cáritas, medalla de oro al Trabajo
Ana Alvarez de Lara, Dama de la Orden Pontificia de San Gregorio Magno
El Consejo de Ministros del pasado
1 de diciembre acordaba la concesión
de la medalla de oro al mérito
en el Trabajo a Cáritas Española.
El Gobierno de Navarra y la Caja Laboral
entregarán en la próxima primavera
a los Hermanos de San Juan de
Dios el prestigioso premio internacional
«Navarra a la solidaridad», recaído en
esta Orden dedicada a los enfermos, en
la VI edición del galardón. También el
Gobierno navarro ha premiado a la Delegación
de Pastoral de Juventud del arzobispado
de Pamplona y al capellán
de la cárcel Antonio Azcona.
Por otro lado, la consejería de Bienestar
Social del gobierno autónomo
de la Comunidad Valenciana ha premiado
a los Terciarios Capuchinos (Amigonianos)
por sus trabajos realizados en
favor de la familia y de la juventud. Recogió
el galardón su provincial, José
Antonio Fernández.
Asimismo, la Generalitat valenciana
ha premiado a Manos Unidas y a la
Obra Mercedaria por su labor solidaria
y de voluntariado y al colegio diocesano
«Pie de la Cruz» de Puçol (Valencia)
por su trayectoria educativa en formación
profesional.
Una semanas antes de su muerte, el
1 de noviembre, el dominico Lorenzo
Galmés era condecorado con la Cruz
de la Orden de San Raimundo de Peñafort
del Ministerio de Justicia. Autor de
numerosos libros y publicaciones, Galmés
ha sido profesor de Historia de la
Iglesia y de Patrología y promotor de
numerosas Causas de canonización.
Precisamente, unos días antes de fallecer,
el padre Galmés asistía en Barcelona
a la apertura de la fase diocesana de
canonización de Magdalena Aulina,
fundadora del Instituto Secular Operarias
Parroquiales (ECCLESIA, nº 3.336).
Los Agustinos Recoletos de La Rioja
han sido premiados como «entidad riojana
solidaria», dentro de los premios
«Solidaridad La Rioja 2006», que otorga
el gobierno regional de esta comunidad
autónoma.
65
El VIII Premio CajaGranada a la cooperación
internacional ha recaído en las
hermanas Carmelitas Misioneras de
Malawi. El premio lo recogió Mª José
Carrasco Rouco, carmelita misionera,
médica y directora del hospital rural de
Kapiri.
El ayuntamiento de Valencia ha otorgado
al salesiano Angel Tomás García,
el IX Premio «Valencia se solidariza»,
en reconocimiento a su trabajo de solidaridad,
estilo de vida y compromiso
con los jóvenes más desfavorecidos. La
religiosa Julia García de Garay fue
objeto de un homenaje en el comienzo
del Congreso de las Escuelas Católicas
de Madrid. La hermana Julia García ha
sido en los últimos diez años secretaria
general de FERE-CECA y EyG. Otro religioso
galardonado ha sido el misionero
javeriano en Sierra Leona, José María
Caballero, premio internacional Brunet
2006.
El barrio El Pilar-Cotillo de San Antón
de Plasencia, ha galardonado al
obispo y diócesis placentina. Recogió
el premio el obispo local, monseñor
Amadeo Rodríguez
Magro. También ha sido
premiado monseñor Luis
Quinteiro Fiuza, con la medalla
de oro del Liceo de
Orense.
El pueblo de Galliga (diócesis
de Vic) ha homenajeado
a su párroco, José Dalmau,
con motivo de sus bodas
de oro al frente de esta
parroquia. El sacerdote asturiano
Angel García, fundador
y presidente de Mensajeros
de la Paz y de la Asociación
Edad Dorada, ha sido
declarado hijo adoptivo de
Oviedo. El sacerdote de Málaga
Gonzalo Huesa, párroco
en Ronda, ha sido nombrado
prelado de honor del
Papa. El vicario episcopal de
Asuntos Económicos de
León, Pedro Puente, ha sido
Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
España
distinguido con la medalla de oro de la
solidaridad del Ministerio de Trabajo.
El colegio «Santo Domingo de Silos»
de Zaragoza tributaba un sentido homenaje
al sacerdote diocesano de Zaragoza
Manuel Almor Moliner, estrechamente
vinculado con este centro
educativo a lo largo de los últimos 26
años, primero como director y después
como delegado episcopal.
Las laicas Manuela García y Candelaria
Chirino, cocineras durante
años de los seminarios diocesanos de
Avila y de Canarias, han sido homenajeadas
con motivo de sus jubilaciones.
Mª Elvira García, delegada de Manos
Unidas en Oviedo, ha sido distinguida
por la Santa Sede con la cruz «Pro
Ecclesia et Pontifice» y la ex presidenta
nacional de esta Institución, Ana Alvarez
de Lara, ha recibido la Gran Cruz
de la Orden de Dama de San Gregorio
Magno.
Las diez misioneras y los seis misioneros
nacidos en la localidad extremeña
de Don Benito han sido nombrados hijos
predilectos de la ciudad. ■
Ana Alvarez de Lara, ex presidenta de Manos Unidas.
13

España
■ MUERE MARIANO ARTIGAS, SACERDOTE DEL OPUS Y
PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD DE NAVARRA, de cuya
Facultad de Filosofía fue el primer decano. Tenía 68 años de
edad. Era doctor en Ciencias Físicas y en Filosofía. Artigas (en la
foto) Era profesor de Filosofía de la Naturaleza y de la Ciencia.
Asimismo falleció el ex vicerrector de la Universidad Pontificia
Comillas Juan Manuel Cobo Suero, jesuita y profesor de la
Facultad de Ciencias Humanas
y Sociales de dicha Universidad.
En Lérida, ha muerto el
capellán de Su Santidad y canónigo
de la catedral Buenaventura
Pelegrí Macarulla,
de 84 años de edad. En su momento,
fue galardonado con la
medalla de oro de la ciudad de
Lérida. Otro reciente fallecimiento
es el del religioso escolapio
Antonio Meseguer Pallarés,
de 70 años de edad, y
tras haber servido en distintos
colegios de su Congregación.
■ «A VUELTAS CON LA PARROQUIA: BALANCE Y PERS-
PECTIVAS» ES EL TITULO DE LA XVIII SEMANA DE TEO-
LOGIA PASTORAL, que organiza en Madrid del 25 al 27 de
enero el Instituto Superior de Pastoral de la Universidad Pontificia
de Salamanca. Ponentes de la Semana serán, entre otros,
Jesús Sastre, José Luis Segovia y Eloy Bueno. Habrá también
varias mesas redondas y grupos de trabajos sobre las distintas
realidades de la vida parroquial y sus ámbitos. Se puede
ampliar información en el teléfono 915 141 700.
■ TRES SINGULARES NOMBRES PROPIOS DE LA AC-
TUALIDAD ECLESIAL son la hermanita de los ancianos desamparados
sor Dolores Robles Fernández, que ha celebrado
los 75 años de profesión religiosa, cuarenta de los cuales
lleva sirviendo ejemplarmente en Córdoba; el del sacerdote
diocesano de Madrid Lorenzo Santos Martín, uno de los
nueve hijos del hasta hace poco sacristán de la parroquia madrileña
de Santa María Micaela, quien ha defendido brillantemente
su tesis doctoral en Teología Bíblica. El tercero de estos
nombres propios es el del salesiano destinado en Sevilla y de
origen zamorano, Antonio Sánchez Delgado, que ha cumplido
100 años de edad.
■ LA FUNDACION UNIVERSITARIA ESPAÑOLA ORGANI-
ZA EL XXI CURSO DE PEDAGOGIA PARA EDUCADORES
Y EL IX DE ANTROPOLOGIA FILOSOFICA. Las sesiones lectivas
del primero son los martes de los meses de enero, febrero,
marzo, abril y mayo. «Profesores, directivos y familia ante la nueva
reforma» es el título del curso, entre cuyos profesores se hallan
Ramón Pérez Juste, Alicia Delibes, Consolación Isart y
14 Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
Teófilo González Vila. Por su parte, la carta encíclica de Benedicto
XVI Deus caritas est versará el segundo de estos cursos,
con sesiones los miércoles de enero y de febrero. Entre los ponentes
se encuentran Santiago del Cura Elena, Juan José Pérez
Soba, Juan Antonio Martínez Camino y Leonardo Rodríguez
Duplá. Dirige ambos cursos Lydia Jiménez.
■ EL DOMINGO 28 DE ENERO SE CELEBRA EL DIA MUN-
DIAL DE AYUDA A LOS LEPROSOS, en su edición ya número
52. «La lepra se cura. Las secuelas invalidantes permanecen
de por vida» es su lema. Esta es una jornada de carácter civil e
internacional, a la que se suma la Iglesia a través de las distintas
instituciones específicas y de la Pastoral de la Salud, que sirve
a los enfermos de lepra. La jornada fue creada en 1956 por
el francés Raoul Follereau, considerado como el gran apóstol
contemporáneo de los leprosos y cuyo proceso de canonización
está en curso.
■ EL MARTES 23 DE ENERO SE ENTREGAN LOS PRE-
MIOS «BRAVO» DE MEDIOS DE COMUNICACION, fallados,
por un jurado de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación
Social, en septiembre. Los premiados son Joaquín
Navarro-Valls, Joaquín L. Ortega, Carlos Herrera (en la
foto), Ente Público Radiotelevisión
valenciana, la película
«El noveno día», la cantante
Pasión Vega, una campaña
institucional de la ONCE,
«Análisis Digital» y el semanario
diocesano de Pamplona
«La Verdad», en las respectivas
categorías de premios
Especial, Prensa, Radio,
Televisión, Cine, Música, Publicidad,
Nuevas Tecnologías
y Trabajo diocesano en MCS.
El acto será a las 12,30 horas
en la sede de la CEE.
■ LA PARROQUIA DE LA CONCEPCION DE MADRID AL-
BERGO UNA EXPOSICION SOBRE EL SANTUARIO DE
TORRECIUDAD, entre los días 24 de diciembre al 7 de enero.
La exposición ha contado con un espacio de 150 metros cuadrados.
Estaba dividida en ocho espacios diferentes con paneles,
textos, pantallas audiovisuales, una maqueta de grandes dimensiones
y una copia de la talla original del siglo XI de la Virgen
de Torreciudad. La exposición pretendía acercar a las
familias madrileñas este santuario. ■
FE DE ERRORES: En la información publicada en la página 8 del anterior
número (ECCLESIA núms. 3.343-44) se citaba por error la parroquia
de Nuestra Señora de las Nieves en lugar de la Nuestra Señora
de las Fuentes como templo objeto de la orden de demolición.
66

¿Vuelve el cine religioso?
67
Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
Cultura
Esto se han preguntado más de
cuatro espectadores y críticos
cuando han visto que, de repente,
Tengo para mí que la pregunta de
arriba, por un lado, no es ponderadamente
rigurosa. Si de verdad alguien se
enseñarnos una vez y otra cómo es la
vida interior de unos hombres que no
tienen más escenario que el de su pro-
han aparecido en pantallas más o me- hace este planteamiento, será porque pia vida monástica hecha de actitudes,
nos comerciales una serie de títulos entiende que ha habido ahora mismo mínimos gestos, palabras interiores y
que han traído consigo imágenes y un movimiento pendular que tras el una especie de gozo personal que
planteamientos cercanos a la trascen- éxito de La Pasión, de Mel Gibson, ha tampoco necesita manifestaciones judencia
religiosa. Unos cartujos que ha- pensado que el momento no es malo bilosas.cen
de su vida de silencio una presen- para sacar a relucir viejos sistemas de Lo de Jesús, peregrino de la luz es
tación de la que ni se enteran porque catequesis que, de paso, se cubran con como el homenaje que unos amigos le
ellos están a lo suyo y lo suyo no es una cierta dignidad estética. Ninguna hacen a otro amigo con el que han
protagonizar película alguna. Ni si-
convivido mucho tiempo. Lo que se
quiera aquella que intenta contar su
admira más en esta película es el
sencilla vida monástica. Y una chica
entusiasmo: esa especie de seguri-
llamada María es tomada con herdad
emocionante con que el grupo
mosa ingenuidad para acercarnos
«Manantial» ha recogido su propia
—dentro de lo posible— a una ima-
experiencia y la ha convertido en
gen de la que fue madre de Dios sin
una película que echa mano del
dejar de ser la muchacha desposada
texto del Evangelio para convertirlo
que vivía en Nazaret y que tenía un
en un cauce suficiente. Todo tiene
novio nada cascajo que se llamaba
sabor a popular verdadero, a cosa
José. Y a esta muchacha le sucede la
recién hecha y sin guiños a nadie.
natividad. Es decir, le sucede el mis-
Las gentes de Ciudad Rodrigo y su
terio de un anuncio por el que se le
entorno han dado a la película lo
abre ante los ojos nada menos que
mejor de sí mismas: su propia pre-
el trasiego humano de la dignidad. Y
sencia, su fe en lo que estaban ha-
de una monja carmelita que en su
ciendo. Y por encima de su propia
día pegó en la televisión nacional el
trascendencia religiosa, esto es lo
puntazo de una sinceridad que sa-
que se admira más en esa película.
bía a confesión personal y arranca- «El gran silencio», un film sobre la vida en la Cartuja.
Una chica llamada María ha teda
a pulso, pues se ha montado un
nido el valor de ir a festivales inde-
documento inmediatamente postependientes
donde ha sido acogida
rior a la inesperada muerte de la
casi con admiración. La ha dirigido
monja. Y, por si esto no fuera suficien- de las películas que han aparecido en el salesiano Angel J. Fernández y ha
te como para hacerse la pregunta de si estos dos últimos meses está en la lí- volcado en ella su larga experiencia de
vuelve o no el cine religioso, van los innea de lo que fue la película de Gibson. documentalista. Todo en la historia de
tegrantes de un grupo popular de Ciu- Ni siquiera Natividad que es la que, esta chica tiene el sabor de lo amateur
dad Rodrigo y hacen su Jesús, peregrino aparentemente al menos, lleva consigo inteligente. Y una cosa habrá que su-
de la luz, que es como una biografía mayor carga de intención comercial. Ni brayar ante esta experiencia plural de
respetuosa e ilusionada del Cristo que siquiera —tampoco— la película cartuja- un cine religioso: que, aun en produc-
ha pasado ya por la historia del cine na de Philip Gröning. Los títulos tieciones tan discretas como éstas, ha al-
como el personaje más visitado por cinen su pequeña historia trasversal y canzado una dignidad muy superior a
neastas de todo pelaje. Un reciente Dic- han llamado la atención por elementos los medios con que cuentan para su
cionario de Cristo en el cine, que lleva mi no exactamente cinematográficos. El desarrollo. Alguien debiera plantearse
firma, hacía referencia puntual a las gran silencio es el producto de muchos esta circunstancia: que, con medios su-
ciento setenta películas de que, en la años de promesas y de tres años de ficientes, puede llegar a hacerse un cine
historia del cine, ha sido Jesús el prota- trabajo silencioso en el interior de la que no siempre tiene que ser temáticagonista.
Desde 1897 hasta 2006 han Gran Cartuja de los Alpes franceses. La mente bíblico o monástico, pero que sí
sido pocos y raros los años en que la película, que es profundamente religio- puede estar siempre cerca de la tras-
cosecha cinematográfica no ha contasa cristiana, tiene —olvidados sus mucendencia que el cine reclama cuando
do con una o dos o tres películas que chos defectos— una condición ejem- se pone interesante. ■
han tomado a Jesús como motivo y leplar: que es sencilla, que no pregona
yenda.
nada, que se dedica silenciosamente a
Eduardo T. Gil de Muro
15

16 Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
Cultura
Teruel: «Tierras de frontera»
En la catedral y en la iglesia
de San Pedro, ambas
en Teruel, y en la iglesia
de Santa María de Albarracín
tendrá lugar, del 1 de
marzo al 30 de junio, la exposición
Tierras de frontera.
Reunirá tres centenares y
medio de piezas artísticas, de
entre los siglos XII y XVI, y su
comisario será Dimas Fernández-Galiano.
Cada una
de las sedes de la muestra se
adecuará para presentar aspectos
específicos de cada
ciudad y de cada momento
de la historia que se quiere
mostrar: en la capital «Tierras
de frontera», «Urbs condita»
y «La Ciudad de Dios»,
y en Albarracín, «Los Ben
Razin», «Los Azagra» y «Los
obispos de la diócesis».
■ LA VIDA DE SAN JUAN
BOSCO, película en DVD,
dirigida por Lodovico Gasparini,
producida por Lux
Vide para la RAI, se distribuye
en España por la editorial
salesiana CCS. Con una duración
de más de tres horas
recorre las etapas más significativas
de la vida del fundador
de los salesianos, San
Juan Bosco, que vivió entre
1815 y 1888. La emisión en
dos capítulos, en horario de
máxima audiencia, por el
primer canal de la televisión
pública italiana, fue un éxito,
en septiembre de 2004. Dos
años después CCS lanza,
con el DVD, una breve guía
para poder utilizar el film en
videoforum con animadores,
educadores y padres. ■
Una biografía de Tomás de Aquino
omás de Aquino a la luz de su tiempo (Una biografía)
T(Ed. Encuentro) de José Egido es, como no podía ser
de otro modo, un voluminoso libro de seiscientas repletas
páginas. Con este libro el lector puede zambullirse
en los diversos ambientes y contextos del siglo XIII y,
orientado dentro de esas coordenadas, penetrar en el
mundo interno de uno de los filósofos más fundamentales
e imprescindibles de toda la historia del pensamiento
universal. Tomás de Aquino no es un inmovilista
que siguiera repetitivamente los caminos trillados,
sino que arriesgó con la filosofía pagana de Aristóteles.
Pero este libro del profesor Egido no tiene la pretensión
de exponer la doctrina tomista o hacer un panegírico de
ella, sino que atiende, sobre todo, a la persona y la personalidad
del intelectual, filósofo y maestro dominico.
Desde la infancia, en una sociedad medieval, feudal,
muy poblada de nobles y guerreros, pasando por su estancia
en la abadía de Montecasino, el ingreso en la orden
de los dominicos, sus tiempos de estudiante y de
maestro de estudiantes, hasta el periodo más fecundo
de la redacción de la Summa Theologica, una amplia
síntesis filosófico-teológica matizada y compleja, que
presenta quizá el más organizado sistema filosófico. Estamos,
pues, ante una biografía intelectual muy esclarecedora
para entender al filósofo y al tomismo. ■
68

Desafíos de Chile para 2007
Tal como lo describieran
distintos medios de
comunicación chilenos,
el año 2006 estuvo marcado
por dos hechos que pueden
ser decisivos para el futuro y
convertirse en un punto de
inflexión del proceso político.
Por una parte, el 10 de
diciembre moría a los 91
años el general retirado Augusto
Pinochet, y con él
desaparecía la principal figura
política del país de los últimos
treinta años. Su régimen
será recordado tanto
por la violación de los derechos
humanos como por las
transformaciones económicas
experimentadas, cuyos efectos aún
persisten. Por otra, y en lo que aparece
como una irónica coincidencia, quien
tuvo que decidir si Pinochet merecía
honores de Estado o no, fue una víctima
de su represión, la actual presidenta
de la República, Michelle Bachelet.
«Lo que correspondía era actuar con
prudencia, pero a la vez con firmeza, y
con visión histórica», declaró ésta, tras
los funerales, en alusión a por qué su
gobierno no rindió al ex dictador honores
de Estado. «Y los resultados nos
han dado la razón, ya que mi rol como
Presidenta significa mirar por el bien
de todos en el país», concluyó.
De su elección ha pasado casi un
año. Su candidatura fue impuesta por
la propia ciudadanía. Con el 53,5% de
los votos, Bachelet se convirtió en la
primera mujer en llegar al Palacio de
La Moneda. Su apoyo sigue siendo
mayoritario, a pesar de los casos de
corrupción que han estallado en el
conglomerado político que la apoya.
Desde que asumió el poder, se lanzó a
la tarea de dar forma a un gobierno
ciudadano, un escenario propicio para
que gremios y diversos sectores sociales
reclamaran mejor calidad de vida
ante la buena situación económica del
país.
69
Pildora del día después
En el plano religioso, la relación de
su gobierno con la Iglesia católica no
ha sido fácil. El propio cardenal Francisco
Javier Errázuriz la ha calificado
de «ni muy estrecha, ni muy frecuente».
La decisión de entregar la llamada píldora
del día después en los consultorios
públicos a adolescentes mayores
de 14 años sin el consentimiento de
los padres, es un claro episodio de la
batalla de valores iniciada en el gobierno
anterior.
La Iglesia respondió con fuerza a la
idea del Ejecutivo, y lanzó una serie de
argumentos para criticar la determinación.
Pese a que la Jefa del Estado no
respalda la despenalización del aborto
y no contempla legislar sobre ese
tema, hay voces dentro de la Concertación
que están a favor. «A ratos tengo
la impresión de que algunas personas
del Gobierno no valoran qué ha hecho
la Iglesia por Chile (...) Probablemente
parte de su vida la pasaron en ambientes
muy distintos del chileno», sostiene
monseñor Errázuriz.
Pero la llamada «agenda valórica»
que algunos dirigentes del país discuten
no se reduce sólo a estos temas. El
Chile de aquí y ahora le impone a la
Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
Latinoamérica
Las relaciones del Gobierno de Bachelet con la Iglesia no están siendo nada fáciles
El cardenal Errázuriz, arzobispo de Santiago,
en la capilla ardiente de Pinochet, el pasado 11 de diciembre.
Concertación un deber ético
ineludible: superar la excesiva
desigualdad que nos convierte
en caso de estudio
dada la brecha que separan
a los más ricos de los más
pobres. Y ésta es una deuda
pendiente con el país.
Parece que a ratos se olvida
que Chile es una nación
con un producto per cápita
de 12.000 dólares —cifra que
representa el equivalente a la
mitad del producto promedio
de los países desarrollados—
mientras que el 40%
de los chilenos más pobres
vive con un ingreso per cápita
inferior a 7.000 dólares.
Antes de que Bachelet asumiera la
presidencia, los obispos chilenos retrataron
el problema en forma categórica:
«Manifestamos nuestra preocupación
por los hermanos y hermanas que sufren
la injusticia de un salario, jubilación
o montepíos insuficientes, y los
efectos de una pobreza persistente. En
nuestro país las diferencias sociales,
manifestadas en calidad de vivienda,
acceso a bienes de consumo, salud,
educación, salario, etc., alcanzan niveles
escandalosos, mientras la equidad y
la globalización de la solidaridad siguen
siendo un desafío que aún espera
respuestas urgentes».
Con este panorama, el desafío de
Chile, como país, no es menor. Todo lo
contrario. Como señala el obispo auxiliar
de Santiago y secretario general de
la Conferencia Episcopal, monseñor
Cristián Contreras, se trata de «refundar,
desde el punto de vista de lo moral
y de los ideales, una nación para
todos». Este es, precisamente, el desafío
que los obispos han propuesto a
discusión pública con motivo de la celebración
del bicentenario de la independencia
nacional, el año 2010. ■
Armando Jaque Avila
Chile
17

18 Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
Latinoamérica
Chávez en estado puro
Hugo Chávez juró el 10 de enero
su reelección como presidente
de Venezuela. Hasta aquí
todo normal, pues el mandatario se
impuso holgadamente (63% de los votos)
en las elecciones del pasado 3 de
diciembre. La novedad llegó en la fórmula
utilizada para renovar el cargo.
«Juro por Cristo, el más grande socialista
de la historia, por todos los dolores,
por todos los amores, por todas
las esperanzas, que haré cumplir con
los mandatos supremos de esta maravillosa
Constitución, aún a costa de mi
propia vida», clamó el histriónico jefe
de Estado, antes de concluir con la habitual
proclama de su homólogo y
amigo cubano, Fidel Castro: «Patria,
socialismo o muerte».
Todo apunta a que el nuevo sexenio
que ahora comienza en Venezuela va a
ser de corte totalitarista. Por lo pronto,
el régimen ya ha decidido no renovar
la licencia de emisión a Radio Caracas
Televisión, una de las voces críticas del
nuevo socialismo. La Iglesia ha lamentado
esta medida, y Chávez, con sus
particulares maneras, ha cargado contra
los obispos, que, según él, se exponen
con su actitud «a que Cristo los
condene». El deslenguado Presidente
ordenó al nuevo ministro de Interior y
Justicia, Pedro Carreño, que envíe a la
Hugo Chávez jura
el 10 de enero como
presidente de
Venezuela ante Celia
Flores, presidenta
del Congreso. El
mandatario pretende
reformar la
Constitución para
poder presentarse
nuevamente a la
reelección en 2012,
algo que le impide la
actual Carta Magna.
Nuevas tensiones entre la Iglesia y el presidente venezolano
Conferencia Episcopal libros «para que
los obispos estudien. Y que el primero
de ellos sea la Biblia».
Un socialismo «democrático»
El presidente del Episcopado, monseñor
Ubaldo Santana, se entrevistó
poco después con el ministro Carreño,
a quien pidió un diálogo respetuoso
que evite «las descalificaciones y los
términos injuriosos». «Nosotros en ningún
caso vamos a contestar en términos
similares. Sencillamente, creemos
que es una cuestión de altura de debate»,
dijo el arzobispo de Maracaibo
poco antes del inicio, el 7 de enero, de
la 87ª asamblea plenaria del Episcopado.
El presidente de la CEV dejó muy
clara también la posición de la Iglesia.
«Deseamos —dijo— que ese socialismo
que se plantea sea plenamente democrático,
que no se vaya a emparentar
con socialismos del siglo pasado que
causaron tanto dolor, muerte y miseria
en los países de la Europa del Este».
La misma petición le hizo a Chávez,
por carta, la Conferencia Episcopal el
pasado 14 de diciembre. ■
José Ignacio Rivarés
70

■ VEINTICUATRO SACERDOTES,
RELIGIOSOS Y LAICOS MURIERON
VIOLENTAMENTE EN 2006.—Veinticuatro
sacerdotes, religiosos y laicos
—uno menos que el año anterior— fueron
asesinados en 2006 mientras desempeñaban
tareas de misión, según
datos de la agencia «Fides», perteneciente
a la vaticana Congregación para
la Evangelización de los Pueblos. El
elenco está constituido no sólo por los
misioneros «ad gente», sino por todo el
personal eclesiástico fallecido de modo
violento o que sacrificó su vida consciente
del riesgo que corría. Africa y
América vuelven a ser, un año más, los
continentes más violentos. En el primero
fueron asesinados nueve sacerdotes,
una religiosa y una voluntaria seglar,
mientras que en el segundo perdieron
la vida seis sacerdotes, una
religiosa y un laico.
■ MAS DE TRES MILLONES DE PER-
SONAS PARTICIPARON EN LOS EN-
CUENTROS PUBLICOS DEL PAPA.—
Tres millones doscientos mil fieles participaron
en los distintos encuentros
públicos protagonizados por Benedicto
XVI, en el Vaticano y en Castelgandolfo,
a lo largo de 2006, según datos
oficiales de la Santa Sede que se desglosan
como sigue: 1.295.000 personas
asistieron al rezo del Angelus, y
1.031.500 participaron en las audiencias
generales. Las celebraciones litúrgicas y
las audiencias especiales contaron con
la presencia de 539.200 y 357.120 fieles,
respectivamente.
■ NUEVA SUPERIORA GENERAL
DE LAS IRLANDESAS.—La irlandesa
Marian Moriarty ha sido elegida
nueva superiora general del Instituto
de la Bienaventurada Virgen María (Irlandesas),
fundado en 1609 por Mary
Ward. Entre sus retos más inmediatos,
los preparativos para la conmemoración
del IV Centenario de la fundación
del Instituto, que tendrá lugar en 2009.
■ CUARENTA AÑOS DE MISION VI-
CENCIANA ESPAÑOLA EN MADA-
GASCAR.—Acaban de cumplirse cuarenta
años de la llegada a Madagascar
de los misioneros paúles españoles. Por
tal motivo, y como muestra de homenaje
a su labor, la revista trimestral «Caminos
de Misión» acaba de editar un
excelente y completísimo monográfico
71
sobre la evangelización vicenciana en la
gran Isla Roja. En la actualidad, diez misioneros
paúles españoles y nueve Hijas
de la Caridad siguen al pie del cañón
en la antigua colonia francesa, la mayoría
de ellos en la empobrecida región
del Androy, al sur del país.
■ PREMIO A UN SALESIANO ES-
PAÑOL.—El salesiano español Jesús
Moreno Sánchez ha sido condecorado
con la «Cruz Oficial de Isabel la Católica»,
que concede el Rey don Juan
Carlos. Con ella se ha querido premiar
su excelente labor educativa con los
E l
noticias
El arzobispo Wielgus pide perdón
Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
Mundo
jóvenes y la difusión de la cultura española
en Corea del Sur. El misionero,
natural de la localidad toledana de
Don Fadrique, es, desde 2003, Ciudadano
de Honor de Seúl, distinción que
le fue concedida por el Ayuntamiento
de la capital surcoreana. En el pasado,
le han sido otorgadas también la Medalla
al Mérito Civil de la presidencia
de la República, y la Medalla de Oro de
la Cruz Roja coreana.
■ MONSEÑOR BERTELLO, NUN-
CIO EN ITALIA.—El arzobispo italiano
Giuseppe Bertello, nuncio apostólico
en México desde 2000, ha sido nombrado
por Benedicto XVI nuevo nuncio
en Italia y la República de San Marino.
Tiene 64 años y sustituye a monseñor
Paolo Romeo, nombrado recientemente
arzobispo de Palermo. ■
arzobispo polaco Stanislaw Wielgus
(en la foto), que renunció a la archidiócesis
de Varsovia horas antes de su toma de posesión,
ha pedido perdón por su colaboracionismo
con los servicios secretos comunistas
en el pasado, y por haber negado los hechos
ahora al ser denunciados por la prensa.
En una nota emitida por el programa polaco
de Radio Vaticana, monseñor Wielgus afirma:
«Llevado por el deseo de hacer estudios
importantes para mi especialización científica,
me dejé involucrar por esos contactos sin la
prudencia necesaria, y sin la valentía y la decisión
para romperlos. Confieso ese error. (...)
No sé si los documentos que me ha presentado
la Comisión histórica son los únicos o si
aparecerán otros, pero hoy confirmo con plena convicción que no denuncié a
nadie y que traté de no hacer daño a nadie. (...) Actué mal de nuevo cuando, en
los últimos días, ante la febril campaña mediática, negué los hechos de esta colaboración.
Esto ha puesto en peligro la credibilidad de las afirmaciones de las
personas de la Iglesia, entre quienes se encuentran aquellos obispos que se han
solidarizado conmigo. Sé que para muchos de vosotros este alejamiento de la
verdad es un hecho tan doloroso como la involucración de hace tantos años».
Mientras, en Polonia, prosigue la caza de brujas contra los eclesiásticos supuestamente
espías del comunismo. El diario Dziennik ha asegurado que en
1978 el régimen contaba con la colaboración de doce obispos. En Roma, el portavoz
vaticano, P. Federico Lombardi, ya aseguró el domingo 7 de enero que
«el caso de monseñor Wielgus no es el primero ni probablemente será el último»
que sale a la luz pública. El director de la Sala de Prensa dijo también que
no hay que olvidar que «la actual oleada de ataques a la Iglesia» polaca se está
efectuando con material «producido por funcionarios de un régimen opresivo y
chantajista». «Es un momento de gran sufrimiento para una Iglesia a la que todos
debemos muchísimo», conluyó. ■
119

Reportaje
La ciudad medieval
rumana de Sibiu acoge en
septiembre de 2007
la fase final de la
III Asamblea Ecuménica
Europea. El proceso de
preparación para la
misma se inició hace dos
años y ha recorrido
etapas en países como
Italia y Alemania. Se trata
del tercer evento de esta
naturaleza, tras los
celebrados en Basilea
(Suiza) en 1989, y Graz
(Austria) en 1997.
En esta Europa que se unifica, las Iglesias no pueden permitir que continúe el escándalo de su división. Es
preciso un nuevo impulso al ecumenismo. De ahí que la Conferencia de Iglesias de Europa (KEK, protestantes
y ortodoxos) y el Consejo de Conferencias Episcopales Europeas (CCEE, católicos), que organizaron las dos
Asambleas Ecuménicas anteriores de Basilea y Graz, decidieran convocar esta III Asamblea en la ciudad rumana
de Sibiu, del 2 al 7 de septiembre de 2007. Sobre ella conversamos con el P. Rodríguez Garrapucho, SCJ,
catedrático de Eclesiología de la Universidad Pontificia de Salamanca y director del Centro de Estudios Orientales
y Ecuménicos Juan XXIII, único español presente en la Comisión preparatoria.
«E
sta III Asamblea no es un evento
puntual de unos días, sino un
proceso asamblear que dura dos
años y recorre las tres tradiciones cristianas
más representativas en Europa»,
explica el P. Rodríguez Carrapucho. Y
añade: «En mi opinión, la razón de elegir
como punto final del proceso una ciu-
Rumbo a
SIBIU
Entrevista al P. Rodríguez Garrapucho, miembro de la Comisión
preparatoria de la III Asamblea Ecuménica Europea
dad de Rumanía es la siguiente: las dos
asambleas europeas anteriores se desarrollaron
en países de tradición protestante
—caso de Basilea (Suiza)— y de tradición
católica (Graz, Austria). Tocaba
ahora un país de tradición ortodoxa y,
dentro de los patriarcados ortodoxos en
Occidente, el de Rumanía es, sin duda, el
20 Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
que ha mostrado más apertura hacia el
ecumenismo. Además, la ciudad de Sibiu
encierra ya en sí misma un mosaico
de confesiones muy interesantes: allí
conviven dos parroquias católicas (de
rito latino y bizantino), dos luteranas,
una reformada y la Iglesia ortodoxa, con
su catedral y sus infinitas parroquias. Y
72

ello, sin contar el interesante hecho de
que en la ciudad haya Seminario y Facultad
de Teología ortodoxa, y también
Facultad de Teología luterana.
PREGUNTA—Es usted el único español
en la Comisión preparatoria y
organizadora. ¿Cómo fue elegido?
RESPUESTA—Cosas del azar, o seguramente
de la Providencia. Cuando hace
unos años se decidió aumentar un
miembro por cada parte el número de
integrantes de la Comisión preparatoria,
los católicos pensaron en un religioso,
y consultaron a la Unión de
Conferencias Europeas de Superiores
Mayores (UCESM), desde donde se
propuso mi nombre. Poco después me
llamaban desde Suiza, sede de la secretaría
del Consejo de Conferencias Episcopales
Europeas (CCEE) y recibía una
73
invitación a preparar viaje para acudir a
una reunión en Terni (Italia). Era marzo
de 2005. Así comenzó todo.
P—Hay otros españoles entre los
participantes en los Encuentros
como delegados de las Iglesias...
R—En efecto. En la inauguración de la
primera fase del proceso asamblear,
en Roma, en enero de 2006, estuvieron
presentes José Ramón Villar
Saldaña, teólogo y actual Decano de
la Facultad de Teología de Navarra,
como delegado de la Conferencia
Episcopal Española. Como representante
de las Iglesias no católicas en España
asistió Carlos López Lozano,
obispo de la Iglesia Española Reformada
Episcopal (IERE). Y como delegado
de la Prelatura del Opus Dei, Pedro
Rodríguez, reconocido eclesiólogo
y ecumenista, también de la
Facultad de Navarra.
P—El tema de la Asamblea es «La luz
de Cristo ilumina a todos. Esperanza
de renovación y unidad en Europa».
¿Qué sentido ecuménico tiene?
Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
Reportaje
A la izquierda, participantes en uno de los encuentros
preparatorios de la III Asamblea Ecuménica Europea: el
celebrado en Roma, en enero de 2006. Bajo estas líneas,
los miembros de las Iglesias cristianas con el Papa
Benedicto XVI, en la recepción que tuvo lugar el 25 de
enero del pasado año. La tercera fotografía corresponde al
P. Rodríguez Garrapucho, el único español presente en la
Comisión preparatoria de esta III Asamblea Ecuménica,
cuyo logotipo oficial se muestra en la página anterior.
R—El lema es, por decisión consciente,
muy cristológico, porque entendemos
que es a Cristo al que hay que anunciar
al mundo y El es el único que nos
une en lo más profundo. En cuanto al
subtítulo, es claro que desde el comienzo
del movimiento ecuménico las
Iglesias han visto que sin renovación
interior y estructural, es decir, sin verdadera
conversión, los cristianos no
podremos acercarnos unos a otros,
no podremos perdonar los errores del
pasado ni llegar a la reconciliación.
La cuestión de la unidad en Europa
representa en cierto sentido una provocación,
pues cuanto más avanza el proceso
de integración y de unión entre los
pueblos de Europa más queda al descubierto
la contradicción que significa un
cristianismo dividido en nuestro continente,
ávido de unidad en todos los órdenes
de la vida. Con esta Asamblea, las
Iglesias cristianas quieren avanzar hacia
un testimonio común de Cristo para
«dar un alma a Europa», muy conscientes
de que lo que ellas pueden aportar
no lo pueden hacer meros proyectos
políticos o económicos.
21

Reportaje
P—¿Son éstos los objetivos de la III
Asamblea?
R—Sí, aunque hay que añadir uno
más, que es la verificación de cómo se
va llevando a término en los diversos
países y regiones el compromiso adquirido
por las Iglesias en Estrasburgo
en 2001, al firmar la «Carta ecuménica
europea». En esta carta se proponen
principios teológicos y acciones concretas
que ayudarán a desarrollar el
ecumenismo en Europa.
P—¿En qué ambiente se han desarrollado
hasta ahora las reuniones de
la Comisión preparatoria?
R—El ambiente entre los 24
miembros de la Comisión es
muy positivo. No sólo estamos
representantes de todas
las grandes familias cristianas
—es decir, anglicanos,
protestantes de varias denominaciones,
ortodoxos y católicos—
sino que además
somos de muchos países
distintos y de estados de vida
eclesial variados: obispos, teólogos,
religiosos, laicos casados,
representantes de
movimientos de jóvenes, representantes
de patriarcados,
etc. En casi todas las reuniones
se unen, además, los representantes
de los comités
locales en los diversos países por donde
está pasando el proceso asamblear:
Italia, Alemania, Rumanía. Por todo ello,
cada reunión del Comité de preparación
y organización es ya, en sí misma,
un evento ecuménico que nos reúne en
la oración, la convivencia, el diálogo y
la proyección de nuestras actividades
ecuménicas a toda Europa. Estando en
medio de esta Comisión se percibe que
el ecumenismo es algo realmente vivo
en las relaciones entre las Iglesias europeas
y en los diversos países.
P—¿Cómo ve usted la marcha del
ecumenismo en nuestro país?
R—Lenta y fatigosa. Creo que el ecumenismo
exige mucha paciencia, pues si
miramos a nuestra historia, hasta hace
poco no ha sido un problema eclesial y
pastoral en España. Hoy día, sin embargo,
por obra de la inmigración masiva de
los últimos años y del turismo perma-
nente, ya no podemos decir que las cosas
del ecumenismo son para países con
fuerte presencia de otras Iglesias, porque
el hecho de muchos cristianos no católicos
en España es ya una realidad entre
nosotros. Estamos ante una situación
nueva, contundente, y por ello no podemos
dejar de lado la labor ecuménica, y
mucho menos permitirnos salidas extemporáneas
de «nacional catolicismo».
Por lo que respecta a esta III Asamblea,
hay que decir que, impulsado por
monseñor Adolfo González Montes,
en calidad de presidente de la Comisión
que se ocupa del ecumenismo, se han
elegido ya a los 40 delegados católicos
que participarán en Sibiu en septiembre
y se ha celebrado una reunión con
ellos. La próxima reunión se hará ya
con los delegados de las otras Iglesias
de España, para que sirva de encuentro
fraterno y conocimiento mutuo.
P—En ocasiones da la impresión de
que el ecumenismo teológico permanece
estancado...
R—El ecumenismo teológico ha hecho
y sigue haciendo avances espectaculares,
que ponen fin a problemas doctrinales
que han dividido a las Iglesias
cristianas durante siglos, a veces hasta
de un milenio y medio. Los diálogos
teológicos están en pleno vigor. En estos
momentos hemos de celebrar la
reanudación del diálogo ortodoxo-católico,
cuya comisión mixta se ha reunido
de nuevo hace poco en Serbia,
después de bastantes años de suspen-
22 Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
sión. Las comisiones mixtas internacionales
y nacionales producen regularmente
documentos excelentes, que están
logrando la real reconciliación de
las doctrinas más centrales de la fe. Es
cierto que ahora los ritmos son distintos
con respecto a decenios anteriores,
pero si ahora las cosas se ven más difíciles
es porque el diálogo, una vez superadas
las diferencias más superficiales
o fáciles de resolver, se enfrenta
cada vez con mayor intensidad a cuestiones
espinosas, y esto no es negativo,
sino simplemente que las cosas van
más en serio.
P—¿Qué se puede esperar
de Sibiu?
R—Es difícil sacar conclusiones
de lo que puede pasar;
en Sibiu participarán unas
3.000 personas y seguro que
habrá una riqueza enorme
de ideas y de nuevos impulsos
para continuar el camino
hacia la unidad cristiana. Lo
más importante es que se
tome una conciencia más
viva del pecado que representan
nuestras divisiones y
que la preocupación por la
unidad de la Iglesia sea cada
vez más patrimonio de todos
los cristianos.
P—¿Qué puede decir a los laicos españoles
comprometidos con el
ecumenismo?
R—Tres cosas tan sólo. La primera,
que la actividad ecuménica les compete
de lleno, porque es toda la Iglesia
y todos sus miembros los que están
llamados a trabajar por la unidad.
La segunda, que es tiempo de
formarse para actuar con competencia
y no a ciegas o sólo por sentimientos.
Y la tercera, que el ecumenismo
espiritual y relacional, así
como el pastoral, está al alcance de
todos y no es cosa sólo de especialistas.
Por tanto, el ecumenismo debe
ser cada vez más una forma de vivir
y actuar en la Iglesia por el simple
hecho de ser cristiano. Es mucho lo
que los laicos pueden aportar en
este movimiento. ■
José Luis Díez Moreno
74

La Iglesia en Latinoamérica y el Caribe,
que aglutina a la mitad de los
católicos de todo el mundo, pondrá
a prueba su vitalidad frente a los
nuevos retos del siglo XXI, durante la
V Asamblea del CELAM, que tendrá lugar
en el Santuario de la Virgen de
Aparecida (Brasil), del 13 al 31 de mayo,
y que contará con la presencia de Benedicto
XVI, en la jornada inaugural.
El Papa mantendrá, así, una tradición
de protagonismo pontificio en estas
magnas conferencias episcopales.
El viernes 12 de enero informó a la
prensa de los pormenores de la nueva
conferencia el sacerdote venezolano
David Gutiérrez, responsable del área
de comunicación del CELAM, según el
cual, el tema elegido para la V Conferencia,
Discípulos y misioneros de Cristo
para que nuestros pueblos tengan vida
en El, lleva impresa la marca del mismo
Benedicto XVI, quien, siendo cardenal,
quiso que se insertase «en El», para subrayar,
así, la dimensión cristológica y
comunitaria de la vida eclesial.
La gestación de la V Conferencia se
remonta a 2001. Formalmente se aprobó
su celebración en 2003, con tres
años de preparación. Hasta llegar al
2006, con la aportación de las 22 conferencias
episcopales. Una comisión de
nueve expertos es la encargada de sintetizar
las diversas aportaciones hasta
conseguir un texto que será entregado
a los participantes a finales de febrero,
y servirá de base de reflexión.
Participarán en los trabajos 270 personas
de 35 países, entre cardenales,
obispos, religiosos, religiosas, diáconos
y seglares, en representación de todas
las conferencias episcopales latinoamericanas
y caribeñas, entre las cuales
24 sacerdotes diocesanos, 23 religiosos,
cuatro diáconos, 17 seglares, seis
representantes ecuménicos, cinco
miembros de organismos de ayuda a
la Iglesia católica y 15 expertos. También
estarán presentes —con derecho a
voto por vez primera— obispos en representación
de los Estados Unidos y
de Canadá, respondiendo a la intuición
75
Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
Vaticano
Benedicto XVI confirma su viaje a Brasil
de Juan Pablo II de una unidad de
todo el continente americano. Como
invitados no faltarán prelados españoles
y portugueses.
Numerosos son los temas que figuran
en el orden del día: las sectas religiosas
y su penetración, especialmente
en Brasil, pero también otros problemas
que ya marcaron anteriores conferencias,
como el de la pobreza, con el
abismo creciente entre ricos cada vez
más ricos y pobres cada vez más indigentes,
la exclusión social, los efectos
de la globalización económica, la violencia,
el narcotráfico, el papel de las
mujeres y de los jóvenes, la política y
sus problemas, en especial el auge de
las corrientes populistas cuyas vanas
promesas captan especialmente el ánimo
de las clases más humildes. Problemas
añejos, que, con el paso del tiempo,
han alcanzado especial virulencia.
A falta de programa oficial de la visita
del Papa, se ha adelantado que Benedicto
XVI celebrará el 13 de mayo,
festividad de la Virgen de Fátima, una
misa multitudinaria. Se espera que aterrice
en Sao Paulo el 9 de mayo. Allí se
reunirá con la Iglesia local, mantendrá
un encuentro con los jóvenes y oficiará
una misa. Desde Sao Paulo se desplazará
a Aparecida, donde se alza el
santuario mariano más famoso de
Brasil, visitado cada año por una media
de ocho millones de personas, y
donde se venera la imagen de la Virgen,
que se apareció, según la tradición,
a finales de 1700. El mismo día de
la clausura de esta V Conferencia, el 31
de mayo, comenzará una «gran misión
continental».
Tras el «caso Wielgus»
El caso del arzobispo dimisionario
de Varsovia, monseñor Wielgus, forzado
a renunciar a su cargo tras desvelarse
su connivencia en el pasado
con los servicios secretos del régimen
comunista polaco, ha traído, como
consecuencia la decisión de investigar
Tras la dimisión de monseñor Wielgus, la
sede de Varsovia permanece vacante.
en el pasado de las relaciones entre los
obispos y las autoridades comunistas
de Polonia. Tal verificación la llevará a
cabo una comisión histórica de la Iglesia
polaca, bajo precisas indicaciones
del Vaticano, que trata así de adelantarse
a posibles manipulaciones e intentos
de desacreditar a la Iglesia de
Polonia desempolvando otros posibles
casos.
El viernes 12 de enero tuvo lugar en
Varsovia una reunión extraordinaria
del episcopado polaco. Para demostrar
que la Iglesia católica polaca nada tiene
que ocultar, y que no teme la verdad,
el episcopado ha escrito una carta
abierta a los fieles de Polonia para
expresar su propia voluntad de iniciar
un proceso de «transparencia» y «purificación»,
y convocando para el Miércoles
de Ceniza una jornada especial
de oración y penitencia. ■
Miguel Angel Agea
Ciudad del Vaticano
23

Documentación
Chequeo a la situación ecuménica
Discurso de Benedicto XVI a la Plenaria
del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos (17-11-2006)
Señor cardenal, venerados hermanos
en el episcopado y en el sacerdocio,
queridos hermanos y hermanas:
«A
vosotros gracia y paz, de parte
de Dios nuestro Padre y del
Señor Jesucristo» (Rm 1, 7).
Con este saludo de San Pablo a los Romanos
me dirijo a vosotros, que consagráis
vuestra inteligencia, vuestro
amor y vuestro celo a la promoción de
la comunión plena de todos los cristianos,
conforme a la voluntad del propio
Señor, que por esa unidad oró la víspera
de su pasión, muerte y resurrección.
Agradezco ante todo a vuestro
presidente, el señor cardenal Walter
Kasper, su saludo y su densa relación
de la labor de vuestra Plenaria, y os
doy las gracias a todos por haber traído
a este encuentro vuestra experiencia
y vuestra esperanza, comprometiéndoos
a concretar respuestas adecuadas
para una situación en estado de cambio,
que centra precisamente el tema
que habéis escogido y estudiado: «La
situación ecuménica, en estado de
cambio». Vivimos un período caracterizado
por grandes cambios en casi todos
los ámbitos de la vida; no es de
extrañar, pues, que ello incida también
en la vida de la Iglesia y en las relaciones
entre los cristianos.
Sin embargo, conviene afirmar ante
todo que, aun en presencia de cambios
de situación, de sensibilidad, de problemáticas,
el objetivo del movimiento
ecuménico —la unidad visible de la
Iglesia— sigue inalterado. Como es sabido,
el Concilio Vaticano II consideró
como uno de sus principales propósitos
la restauración de la plena unidad
entre todos los cristianos (cf. Unitatis
redintegratio, n. 1). Este es también mi
propósito. Aprovecho gustoso la presente
ocasión para reiterar y confirmar,
con renovada convicción, lo que afirmé
al inicio de mi ministerio en la Cátedra
Foto de archivo del arzobispo Kiril, al frente
de una delegación de la Iglesia ortodoxa
rusa, saludando al Papa Benedicto XVI.
de Pedro: «Su actual sucesor asume
como compromiso prioritario trabajar
sin ahorrar energías en la reconstitución
de la unidad plena y visible de todos
los seguidores de Cristo. Esta es su
ambición, éste es su acuciante deber». Y
añadí: «El actual Sucesor de Pedro se
deja interpelar por esta pregunta y está
dispuesto a hacer todo lo posible para
promover la fundamental causa del
ecumenismo» (Primer mensaje de Benedicto
XVI, 20-4-05: ECCLESIA núm.
3.255 [2005/I], pág. 654).
Verdad es que desde el Concilio Vaticano
II hasta la actualidad se ha avanzado
mucho hacia la plena comunión.
Aún tengo ante mis ojos la imagen de
la sala del Concilio, en la que los observadores
delegados de las demás
Iglesias y Comunidades eclesiales permanecían
atentos, pero en silencio.
Esta imagen dio paso en los decenios
sucesivos al fenómeno de una Iglesia
en diálogo con todas las Iglesias y Comunidades
eclesiales de Oriente y Occidente.
El silencio se ha transformado
en palabra de comunión. Se ha llevado
a cabo una labor ingente, tanto en ámbito
universal como a escala local. La
24 Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
fraternidad entre todos los cristianos
ha sido redescubierta y restablecida
como condición de diálogo, de cooperación,
de oración común, de solidaridad.
Es lo que mi predecesor el Papa
Juan Pablo II, de feliz memoria, puso
de relieve en la encíclica sobre el compromiso
ecuménico, en la que afirmó
explícitamente, entre otras cosas, que
«el crecimiento de la comunión es un
fruto precioso de las relaciones entre
los cristianos y del diálogo teológico
que mantienen. Lo uno y lo otro han
hecho a los cristianos conscientes de
los elementos de fe que tienen en común»
(Ut unum sint, n. 49: ECCLESIA
núm. 2.740 [1995/I], pág. 861). Aquella
encíclica ponía de relieve los frutos positivos
de las relaciones entre los cristianos,
tanto de Oriente como de Occidente.
¿Cómo no recordar, a este propósito,
la experiencia de comunión
vivida con los representantes de las demás
Iglesias y Comunidades eclesiales
que acudieron de todos los continentes
para participar en los funerales del
inolvidable Papa Juan Pablo II y también
en la inauguración de mi pontificado?
Compartir el dolor y la alegría es
señal visible de la nueva situación que
se ha creado entre los cristianos. ¡Alabado
sea Dios por ello! También mi inminente
visita a Su Santidad Bartolomé
I y al Patriarcado Ecuménico constituirá
una nueva señal de consideración para
con las Iglesias ortodoxas, y confiamos
en que sirva de estímulo para acelerar
los pasos hacia el restablecimiento de
la plena unidad.
Sin embargo, siendo realistas, hemos
de reconocer que aún queda mucho
camino por recorrer. Desde el
Concilio Vaticano II la situación ha
cambiado en muchos aspectos. Los rápidos
cambios registrados en el mundo
también han repercutido en el ecumenismo.
Muchas de las veneradas
Iglesias de Oriente vivían, en tiempos
76

del Concilio, oprimidas bajo regímenes
dictatoriales. Hoy han recobrado la libertad
y se hallan comprometidas en
un amplio proceso de reorganización y
revitalización. Estamos a su lado con
nuestros sentimientos y nuestra oración.
La parte oriental y la occidental de
Europa vuelven a acercarse, y ello estimula
a las Iglesias a coordinar sus esfuerzos
por la salvaguardia de la tradición
cristiana y por el anuncio del
Evangelio a las nuevas generaciones.
Semejante colaboración resulta particularmente
urgente debido a la situación
de secularización avanzada, sobre
todo en el mundo occidental. Afortunadamente,
tras un período caracterizado
por numerosas dificultades, el
diálogo teológico entre la Iglesia católica
y las Iglesias ortodoxas ha cobrado
nuevo impulso. La Comisión Mixta Internacional
de diálogo ha podido reunirse
con resultados positivos en Belgrado,
generosamente acogida por la
Iglesia ortodoxa de Serbia. Abrigamos
grandes esperanzas en el camino futuro,
que habrá de recorrerse respetando
las legítimas variedades teológicas, litúrgicas
y disciplinarias con vistas a alcanzar
una comunión de fe y de amor
cada vez más plena en la que resulte
posible un intercambio cada vez más
profundo de riquezas espirituales entre
todas las Iglesias.
También con las Comunidades eclesiales
de Occidente mantenemos varios
diálogos bilaterales, abiertos y amistosos,
que registran avances en el conocimiento
recíproco, en la superación de
prejuicios, en la confirmación de algunas
convergencias y en la propia iden-
77
tificación más precisa de las divergencias
reales. Quisiera mencionar sobre
todo la Declaración Conjunta sobre la
doctrina de la justificación, fruto del
diálogo con la Federación Luterana
Mundial, y el hecho de que dicha Declaración
haya sido expresamente
aceptada por el Consejo Mundial Metodista.
Mientras tanto han surgido varias
problemáticas importantes que
exigen profundización y acuerdo. Permanece
la dificultad de hallar una concepción
común acerca de la relación
entre Evangelio e Iglesia y, a este respecto,
sobre el misterio de la Iglesia y
de su unidad y respecto a la cuestión
del ministerio en la Iglesia. Han aparecido
además nuevas dificultades en el
campo ético, con la consecuencia de
que las diferentes posiciones asumidas
por las confesiones cristianas acerca de
las problemáticas actuales han reducido
la incidencia orientativa de las mismas
ante la opinión pública. A este respecto,
es preciso un diálogo en profundidad
acerca de la antropología
cristiana y sobre la interpretación del
Evangelio y la aplicación concreta de
éste.
Hay que promover, sin embargo y
ante todo, el ecumenismo del amor,
que desciende directamente del mandamiento
nuevo que Jesús legó a sus
discípulos. El amor acompañado de
gestos coherentes genera confianza y
abre el corazón y los ojos. Por su propia
naturaleza, el diálogo de la caridad
fomenta y alumbra el diálogo de la
verdad: y es que precisamente en la
plena verdad tendrá lugar el encuentro
definitivo al que conduce el Espíritu de
Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
Documentación
Cristo. Ciertamente no culminarán la
búsqueda ecuménica el relativismo o el
fácil y falso irenismo, que al contrario
la tergiversan y desorientan. Hay que
intensificar también la formación ecuménica
partiendo de los fundamentos
de la fe cristiana, es decir, del anuncio
del amor de Dios que se ha revelado
en el rostro de Jesucristo y que a su
vez en Cristo ha manifestado el hombre
al propio hombre y le ha descubierto
la grandeza de su vocación (cf.
Gaudium et spes, n. 22). A estas dos dimensiones
esenciales les presta apoyo
la cooperación práctica entre los cristianos,
que «expresa vivamente aquella
conjunción por la cual están ya unidos
entre sí y presenta bajo una luz más
plena el rostro de Cristo Siervo» (Unitatis
redintegratio, n. 12).
Como conclusión de estas palabras
mías, quisiera reiterar la particularísima
importancia del ecumenismo espiritual.
Justamente, pues, se compromete al
respecto el Pontificio Consejo para la
Promoción de la Unidad de los Cristianos
al hacer hincapié en la oración, en
la caridad, en la conversión del corazón
con vistas a una renovación personal
y comunitaria. Os exhorto a proseguir
por esta vía, que tantos frutos
ha dado y muchos aún ha de dar. Por
mi parte, os aseguro el apoyo de mi
oración al tiempo que, como prenda
de mi confianza y afecto, os imparto a
todos una especial bendición apostólica.
■
(Original italiano procedente del archivo
informático de la Santa Sede; traducción
de ECCLESIA)
25

Documentación
«¿Está dividido Cristo?»
Discurso de Benedicto XVI
a Su Beatitud Christodoulos, arzobispo de Atenas y de toda Grecia (14-12-2006)
«Gracias a vosotros y paz de
parte de Dios, Padre nuestro, y
del Señor Jesucristo» (1 Co 1, 3)
Beatitud, queridos hermanos
en Cristo que acompañáis al
venerable arzobispo de Atenas
y de toda Grecia con ocasión
de nuestro fraternal encuentro:
A todos os saludo en el Señor.
Tengo el placer de recibiros
con profunda alegría con
la misma fórmula con que
San Pablo se dirigía «a la Iglesia
de Dios que está en Corinto; a
los santificados en Cristo Jesús,
llamados a ser santos, con
cuantos en cualquier lugar invocan
el nombre de Jesucristo,
Señor nuestro» (1 Co 1, 2). En
nombre del Señor y con afecto
sincero y fraternal os doy la bienvenida
entre nosotros, en esta Iglesia de
Roma, y doy gracias a Dios, que nos
concede vivir este momento de gracia
y de gozo espiritual.
Vuestra presencia hoy aquí reaviva
en nosotros la gran tradición cristiana
nacida y desarrollada en vuestra muy
querida y gloriosa patria. Mediante la
lectura de las Cartas de San Pablo y de
los Hechos de los Apóstoles, esta tradición
trae a nuestro recuerdo, día
tras día, a las primeras comunidades
cristianas que se constituyeron en Corinto,
Tesalónica y Filipos. De esta forma
hacemos memoria de la presencia
y de la predicación de San Pablo en
Atenas y de su valiente anuncio de la
fe en el Dios desconocido y revelado
en Jesucristo y del mensaje de la resurrección,
difícil de entender para sus
contemporáneos.
En la Primera Carta a los cristianos
de Corinto, que fueron los primeros
en atravesar dificultades y graves tentaciones
de división, podemos reco-
El Papa Benedicto XVI escucha el discurso que le dirigió, en el
Vaticano, el arzobispo ortodoxo griego Cristodoulos.
nocer un mensaje de actualidad para
los cristianos. En efecto, existe un peligro
real cuando hay personas que anhelan
identificarse con éste o con
aquel grupo diciendo: yo soy de Pablo,
yo de Apolo, yo de Cefas. Entonces
plantea Pablo la temida cuestión:
«¿Está dividido Cristo?».
Grecia y Roma intensificaron sus
lazos desde los albores del cristianismo
y prosiguieron sus relaciones, que
dieron vida a diferentes formas de comunidades
y tradiciones cristianas en
las regiones del mundo que corresponden
actualmente a la Europa
Oriental y a la Occidental. Tan intensas
relaciones han contribuido, además, a
crear una especie de ósmosis en la
formación de las instituciones eclesiales.
Dicha ósmosis —sin mengua de
las particularidades disciplinarias, litúrgicas,
teológicas y espirituales de
las dos tradiciones romana y griega—
ha hecho fructíferas la acción evangelizadora
de la Iglesia y la inculturación
de la fe cristiana.
26 Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
Hoy en día, nuestras relaciones
se reanudan lenta pero
profundamente y con anhelos
de autenticidad, brindándonos
la ocasión de descubrir toda
una nueva gama de expresiones
espirituales ricas en significado
y compromiso recíproco. Gracias
sean dadas a Dios por ello.
La memorable visita a Atenas
en 2001 de mi venerado antecesor
el Papa Juan Pablo II, en el
marco de su peregrinación tras
las huellas de San Pablo, marca
un hito significativo en la intensificación
progresiva de nuestros
contactos y de nuestra colaboración.
Durante aquella peregrinación,
el Papa Juan Pablo
II se vio honrosa y respetuosamente
recibido por Vuestra
Beatitud y por el Santo Sínodo
de la Iglesia de Grecia. También
guardamos un recuerdo especial del
emocionante encuentro en el Areópago,
donde San Pablo predicó. Sucesivamente
se han celebrado intercambios
de delegaciones de clérigos y de
estudiantes.
Tampoco puedo olvidar la fructífera
colaboración que se ha instaurado
entre la Apostolokí Diakonia y la Biblioteca
Apostólica Vaticana.
Iniciativas como ésta contribuyen a
un conocimiento mutuo concreto, y a
buen seguro influirán en la promoción
de nuevas relaciones entre la
Iglesia de Grecia y la Iglesia de Roma.
Si miramos al porvenir, Beatitud, se
abre ante nuestros ojos un amplio
campo en el que podrá crecer nuestra
colaboración cultural y pastoral.
Los diferentes países europeos trabajan
en la creación de una nueva Europa
que no puede ser una realidad
exclusivamente económica. Católicos
y ortodoxos han de aportar su contribución
cultural y, sobre todo, espiri-
78

tual, ya que es su deber defender las
raíces cristianas del continente, que
han ido forjando a éste a lo largo de
los siglos, para que la tradición cristiana
pueda seguir manifestándose y
empleando todas sus fuerzas al servicio
de la salvaguardia de la dignidad
de la persona y del respeto a las minorías,
procurando evitar una uniformidad
cultural que podría implicar la
pérdida de inmensos tesoros de civilización.
Conviene asimismo trabajar
por la salvaguardia de los derechos
humanos, derechos que incluyen el
principio de libertad individual y específicamente
el de libertad religiosa, y
que deben fomentarse y tutelarse en
la Unión Europa y en cada país miembro.
Conviene al mismo tiempo intensificar
la colaboración entre los cristianos
de cada país de la Unión Europea,
con el fin de plantar cara a los nuevos
retos a los que se enfrenta la fe cristiana:
la secularización creciente, el relativismo
y el nihilismo, que da paso a
conductas e incluso a legislaciones
que atentan contra la dignidad inalienable
de las personas y atacan instituciones
tan fundamentales como el
matrimonio. Urge emprender acciones
pastorales conjuntas que constituyan
para nuestros contemporáneos un
testimonio común y nos permitan dar
razón de la esperanza que nos habita.
Vuestra presencia aquí en Roma,
Beatitud, es señal de este compromiso
común. La Iglesia católica, por su parte,
está completamente decidida a no
escatimar esfuerzo alguno con vistas
a nuestro reacercamiento, para que se
logre la plena comunión entre católicos
y ortodoxos y, por el momento, al
servicio de una colaboración pastoral
a todos los niveles posibles para que
se anuncie el Evangelio y se bendiga
el nombre de Dios.
Reitero mi cordial bienvenida a
Vuestra Beatitud y a los queridos hermanos
que os acompañan en vuestra
visita. Al tiempo que os encomiendo a
la intercesión de la Theotokos, suplico
al Señor que os colme de copiosas
bendiciones celestiales. ■
(Original francés procedente del archivo
informático de la Santa Sede;
traducción de ECCLESIA)
79
1
Nosotros, Benedicto XVI, Papa
y Obispo de Roma, y Cristódulos,
Arzobispo de Atenas y de toda
Grecia, en este lugar sagrado que es
Roma, hecho ilustre por la predicación
evangélica y el martirio de los apóstoles
Pedro y Pablo, abrigamos el deseo
de vivir con intensidad creciente nuestra
misión de dar un testimonio apostólico,
de transmitir la fe a próximos y
alejados y de anunciarles la Buena
Nueva del nacimiento del Salvador,
que unos y otros vamos a celebrar
dentro de poco. Compartimos asimismo
la responsabilidad de superar, en el
amor y la verdad, las numerosas dificultades
y experiencias dolorosas del
pasado, para mayor gloria de Dios, Trinidad
Santa, y de su santa Iglesia.
2
Nuestro encuentro en la caridad
nos hace aún más conscientes
de nuestra tarea común: recorrer
juntos el arduo camino del diálogo
en la verdad para restablecer la plena
comunión de fe en el vínculo del amor.
Así obedeceremos al mandato divino,
cumpliremos la plegaria de nuestro Señor
Jesucristo e, iluminados por el Espíritu
Santo, que acompaña a la Iglesia
de Cristo y jamás la abandona, continuaremos
implicados en este camino,
siguiendo el ejemplo apostólico y dando
testimonio de amor recíproco y de
espíritu de reconciliación.
3
Reconocemos los importantes
avances registrados en el diálogo
de la caridad y mediante las decisiones
del Concilio Vaticano II en materia
de relaciones mutuas. Esperamos también
que el diálogo teológico bilateral
sepa aprovechar estos elementos positivos
para formular unas proposiciones
que sean aceptadas por ambas partes
Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
Documentación
Recorrer juntos el arduo
camino del diálogo
Declaración Conjunta de Benedicto XVI
y de Cristódulos, Arzobispo de Atenas y de toda Grecia
con espíritu de reconciliación, siguiendo
el ejemplo de nuestro ilustre Padre de la
Iglesia San Basilio el Grande, el cual, durante
un período caracterizado por numerosas
divisiones del cuerpo eclesial,
se declaró convencido de que «con la
comunicación recíproca más duradera y
las discusiones libres de espíritu de disputa,
si ha de producirse algún esclarecimiento
nuevo, el Señor proveerá a ello,
pues hace que todo contribuya al bien
de quienes lo aman» (Carta 113).
4
Afirmamos de manera unánime
la necesidad de perseverar en la
vía de un diálogo teológico constructivo.
En efecto, pese a las dificultades encontradas,
se trata de una de las vías
esenciales de las que disponemos con
vistas a restablecer la tan deseada unidad
del cuerpo eclesial alrededor del altar
del Señor y para reforzar la credibilidad
del mensaje cristiano en este período
de profundos cambios sociales,
pero también de grandes búsquedas
espirituales por parte de muchos de
nuestros contemporáneos, que comparten
nuestra inquietud ante la globalización
creciente, que llega a veces a
constituir una amenaza para el hombre,
tanto en su propia existencia como en
su relación con Dios y con el mundo.
5
De manera muy especial, reafirmamos
solemnemente nuestro
deseo de anunciar al mundo el
Evangelio de Jesucristo, particularmente
a las nuevas generaciones, porque
«el amor de Cristo nos apremia» (2 Co
5, 14) a hacerles descubrir al Señor que
vino al mundo para que todos tuvieran
vida, y vida abundante. Ello cobra especial
importancia en nuestras sociedades,
en las que muchas corrientes de
pensamiento alejan de Dios y no dan
27

Documentación
sentido a la existencia. Queremos
anunciar el Evangelio de gracia y de
amor para que todos los hombres estén,
como nosotros, en comunión con
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y
para que su alegría sea perfecta.
28 Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
6
Pensamos que es tarea de las
religiones asegurar que la paz
se irradie en el mundo, y en modo alguno
ser focos de intolerancia o de
violencia. Como jefes religiosos cristianos,
juntos alentamos a todos los líderes
religiosos a proseguir y reforzar el
diálogo interreligioso y a trabajar por
la creación de una sociedad pacífica y
fraternal entre las personas y entre los
pueblos. Se trata precisamente de una
misión propia de las religiones. Con
esta intención los cristianos obran y
desean seguir obrando en el mundo,
junto con todos los hombres y mujeres
de buena voluntad, en un espíritu
de solidaridad y fraternidad.
7
Queremos rendir homenaje a
los impresionantes avances registrados
en todos los ámbitos de la
ciencia, particularmente en los que atañen
al hombre, invitando, sin embargo,
a los responsables y a los científicos a
respetar el carácter sagrado del ser humano
y de su dignidad, ya que su vida
es un don divino. Nos inquieta ver que
las ciencias realizan experimentos con
el ser humano que no respetan la dignidad
ni la integridad de la persona en
todas las etapas de su existencia, desde
la concepción hasta su fin natural.
8
Pedimos también que se demuestre
una mayor sensibilidad
a la hora de tutelar de manera
más eficaz, en nuestros países, en Europa
y en ámbito internacional, los derechos
humanos fundamentales, basados
en la dignidad de la persona creada
a imagen de Dios.
9
Propugnamos una colaboración
fecunda que permita a
nuestros contemporáneos redescubrir
las raíces cristianas del continente europeo,
raíces que han forjado sus diferentes
naciones y contribuido al desarrollo
de vínculos cada vez más armónicos
entre éstas. Ello les ayudará a
vivir y a fomentar los valores humanos
y espirituales que son fundamentales
tanto para las personas como para el
desarrollo de las propias sociedades.
10
Reconocemos los méritos
de los avances tecnológicos
y económicos para un gran número de
sociedades modernas. Pero también
invitamos a los países ricos a prestar
mayor atención a los países en vías de
desarrollo y a los más pobres, con el
deseo de compartir los bienes con actitud
solidaria y reconociendo que todos
los hombres son nuestros hermanos
y que es nuestro deber auxiliar a
los más pequeños y a los más pobres,
que son los predilectos del Señor. A
este respecto, importa también no explotar
de forma abusiva la creación,
que es obra de Dios. Invitamos a todas
las personas que desempeñan responsabilidades
en la sociedad y a todos
los hombres de buena voluntad a
comprometerse totalmente en una
gestión razonable y respetuosa de la
creación, para que ésta sea correctamente
administrada con espíritu solidario,
especialmente para con los pueblos
que atraviesan por situaciones de
hambre, y con el fin de legar a las generaciones
futuras una tierra realmente
habitable por todos.
11
Con arreglo a nuestras convicciones
comunes, reiteramos
nuestro deseo de colaborar en el
desarrollo de la sociedad, en una cooperación
constructiva, al servicio del
hombre y de los pueblos, dando testimonio
de la fe y de la esperanza que
nos animan.
12
Pensando muy especialmente
en los fieles ortodoxos
y católicos, los saludamos y encomendamos
a Cristo Salvador para
que sean testigos incansables del
amor de Dios, y elevamos fervorosas
oraciones para que el Señor conceda
a todos los hombres el don de la paz,
en la caridad y la unidad de la familia
humana. ■
Vaticano, 14 de diciembre de 2006.
(Original francés procedente del archivo
informático de la Santa Sede; traducción
de ECCLESIA)
80

Santidad y querido hermano en
Cristo:
Ante la imposibilidad de participar
personalmente en la nueva
e importante iniciativa para la
salvaguardia de la creación que habéis
emprendido con el VI Simposio
sobre «Religión, Ciencia y Medio Ambiente»,
dedicado al Amazonas, confío
al señor cardenal Roger Etchegaray el
encargo de transmitiros mi cordial saludo.
Doy las gracias a Vuestra Santidad
por disponer que la preparación
del Simposio se llevara a cabo en estrecha
colaboración con la Conferencia
Episcopal Católica Brasileña. En
efecto, participará en el Simposio el
arzobispo de San Salvador de Bahía, el señor cardenal Gerardo
Majella Agnelo, quien tendrá la ocasión de agradeceros el apoyo
que brindáis a la labor del episcopado brasileño en Amazonia
y a su acción a favor del medio ambiente, cuyo deterioro repercute
de manera profunda y grave en su población. Se revela
en realidad más importante que nunca la labor conjunta de
sensibilización por parte de los cristianos de toda confesión con
vistas a mostrar «la intrínseca relación entre desarrollo, necesidades
humanas y salvaguardia de la creación» (Directorio para
la aplicación de los principios y de las normas sobre ecumenismo,
1994, n. 215). Recuerdo, a este propósito, el apoyo que el Papa
Juan Pablo II, de venerada memoria, dio al IV Simposio, dedicado
al Adriático, y recuerdo también la Declaración conjunta que
firmó con vos, venerado hermano. La tarea de hacer hincapié en
una catequesis oportuna en relación con la creación, para recordar
el sentido y el significado religioso de su salvaguardia,
está íntimamente ligada a nuestro deber de pastores, y puede
ejercer un importante impacto en la percepción del valor mismo
de la vida y con vistas a una solución adecuada de los consiguientes
e ineludibles problemas sociales.
Espero de todo corazón, Santidad, que el VI Simposio, dedicado
al Amazonas, atraiga una vez más la atención de pueblos
y Gobiernos hacia los problemas, las necesidades y las urgencias
de una región tan probada y tan amenazada en su equilibrio
ecológico, cuyos ríos y selvas, con su belleza y majestuosidad,
nos hablan de Dios y de su obra grandiosa a favor del
hombre. Esa región inmensa, cuyas aguas constituyen una
fuente incomparable de armonía y riqueza, se presenta como
un libro abierto en cuyas páginas se revela el misterio de la
vida. ¿Cómo no sentirse instados, como individuos y como comunidades,
a una toma de conciencia responsable que se traduzca
en decisiones coherentes de tutela de un entorno de tan-
81
Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
Documentación
Sentido religioso del medio ambiente
Mensaje de Benedicto XVI al Patriarca Ecuménico Bartolomé I con ocasión
del VI Simposio del Proyecto «Religión, Ciencia y Medio Ambiente» (Brasil, 13/20-7-2006)
ta riqueza bajo el perfil ecológico?
Con este Simposio, Santidad, habéis
querido expresar —más allá de cualquier
otra consideración de las muchas
que podrían esgrimirse— el apoyo
cristiano a los pueblos de las zonas
amazónicas, apoyo que dimana,
en última instancia, de la contemplación
del Verbo eterno de Dios, artífice,
modelo y fin de todas las cosas.
Al expresaros, Santidad, mi vivo
aprecio por las intenciones que os
inspiran, deseo aseguraros mi adhe-
Benedicto XVI, durante su viaje a Turquía, saluda al sión a los valores de los que el Sim-
Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I.
posio es portador. Veo en nuestro
compromiso común un ejemplo de la
colaboración que ortodoxos y católicos
deben procurar con constancia
para responder a la llamada a un testimonio común. Ello supone
que todos los cristianos cultiven en lo más íntimo de su corazón
la apertura de ánimo que dicta la caridad y que arraiga
en la fe. Así podrán ofrecer juntos al mundo un testimonio
creíble de su sentido de responsabilidad por la tutela de la creación.
En el VI Simposio, dedicado al Amazonas, participan personalidades
y expertos pertenecientes a las grandes religiones
monoteístas. Su presencia resulta importante. Existen objetivos
prácticos y de supervivencia del hombre que pueden y deben
aunar a todas las personas de buena voluntad. El respeto recíproco
incluye también iniciativas como la presente, ya que los
temas que se tratarán atañen al interés de todos. Es menester
encontrar puntos comunes en los que pueda converger el
compromiso de cada uno con la tutela del hábitat que el Creador
dispuso para el ser humano, en el que imprimió su imagen.
Os ruego transmitáis, Santidad, mi más cordial saludo a todos
los participantes en el Simposio, asegurándoles mi oración
con vistas a que el mismo constituya un significativo avance en
el esfuerzo —que tantos compartimos— por la salvaguardia del
mundo que Dios creó con sabiduría y amor (cf. Sal 104).
Intercambio con Vuestra Santidad un abrazo fraterno en
nombre de nuestro único Señor. ■
Vaticano, 6 de julio de 2006
(Original italiano procedente del archivo informático de la
Santa Sede; traducción de ECCLESIA)
29

Documentación
Hacia la eliminación de toda disonancia
en el coro de la única Iglesia de Cristo
Discurso de Benedicto XVI a la Delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla
en la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo (29-6-2006)
Queridos hermanos
en Cristo:
Con gran alegría
y sincero
afecto en el
Señor recibo hoy
a Vuestra Eminencia
el metropolitano
Juan y a los
demás miembros
de la Delegación
que Su Santidad
Bartolomé I y el
Santo Sínodo del
Patriarcado Ecuménico
han tenido
la amabilidad de
enviar con ocasión
de la festividad de
los santos Pedro y
Pablo, patronos de
la Iglesia de Roma.
Vaya a cada uno
de vosotros mi
cordial saludo. Me es grato daros la
bienvenida con las palabras del apóstol
Pedro: «Simón Pedro, siervo y apóstol
de Jesucristo, a los que por la justicia
de nuestro Dios y Salvador Jesucristo
les ha cabido en suerte una fe
tan preciosa como a nosotros. Crezca
vuestra gracia y paz por el conocimiento
de Dios y de Jesús nuestro Señor»
(2 Pd 1, 1-2). Son palabras que remiten
a nuestra fe común y al misterio
de la salvación recibida, don que hemos
de transmitir a los hombres y a
las mujeres de nuestro tiempo. El hecho
de que católicos y ortodoxos celebremos
el mismo día la fiesta de los
santos Pedro y Pablo evoca la sucesión
apostólica compartida y la fraternidad
eclesial que nos caracterizan. Me es
grato recordar a este propósito que la
himnografía bizantina
atribuye a
San Pedro un título
denso en significado:
el de protocorifeo,
el primero
que en el coro
desempeña la función
de mantener
la armonía de
las voces, para la
gloria de Dios y
al servicio de su
pueblo. Por eso
os estoy agradecido
por venir a aunar
vuestra oración
a la nuestra,
animados por el
Foto de archivo, de 1997, del Patriarca común empeño
Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I.
de proseguir el
camino que nos
lleva progresivamente
a la eliminación
de toda disonancia
en el coro de la única Iglesia
de Cristo.
El futuro nos deparará importantes
ocasiones de encuentro y de diálogo
fraterno. La presencia de Vuestra Eminencia
como copresidente de la Comisión
Mixta Internacional para el
diálogo teológico entre ortodoxos y
católicos me lleva a pensar en la Plenaria
de dicha comisión, que se celebrará
en Belgrado durante el mes de
septiembre gracias a la acogida brindada
por el Patriarcado ortodoxo serbio.
Con ello el diálogo reanuda su
camino y entra en una nueva etapa.
Surge espontáneo el deseo de orar
para que el Espíritu alumbre e inflame
nuestros corazones y refuerce la voluntad
común de responder, en lo que
de nosotros depende, a la ardiente
30 Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
oración del Señor: «Ut unum sint»,
para que los discípulos de Cristo, unidos
en la fe, anuncien juntos su Evangelio
al mundo entero con el fin de
que, creyendo en él, todos se salven.
Además, respondiendo a la invitación
formulada por las autoridades
del país, por el Patriarcado y por la
comunidad católica local, espero poder
realizar una peregrinación apostólica
a Turquía, país de antigua y rica
cultura, tierra noble en la que vivieron
muchos Santos Padres de nuestra tradición
eclesial, teológica y espiritual.
Ello me permitirá participar en las celebraciones
con ocasión de la festividad
de San Andrés apóstol, hermano
de San Pedro. Repitiendo el gesto de
mis antecesores de venerada memoria,
Pablo VI y Juan Pablo II, con ocasión
de sus visitas al Fanar, será para
mí una alegría reunirme con Su Santidad
Bartolomé I, devolviéndole así las
gratas visitas que ha tenido la bondad
de hacer a Roma. Estoy seguro de que
este intercambio recíproco reforzará
nuestra comunión eclesial y facilitará
la colaboración en las iniciativas comunes.
Que el Señor nos ayude a
avanzar con confianza renovada hacia
el día en que podamos celebrar juntos
la Santa Eucaristía del Señor como
signo de plena comunión.
Con estos sentimientos cordiales,
ruego a Vuestra Eminencia y a cuantos
os acompañan transmitáis mi fraternal
saludo al Patriarca Bartolomé I
y al Santo Sínodo, al tiempo que doy
gracias al Señor por permitirnos dar
un paso más en la realización de su
voluntad de unidad y de paz. ■
(Original inglés procedente del archivo
informático de la Santa Sede;
traducción de ECCLESIA)
82

La urgencia de un testimonio
y de un servicio compartidos
Discurso de Benedicto XVI a Su Gracia el doctor Rowan Williams,
arzobispo de Canterbury y primado de la Comunión Anglicana (23-11-2006)
Vuestra Gracia, queridos amigos:
¡G
83
racia y paz a vosotros en el Señor
Jesucristo! Vuestra visita de
hoy evoca la importante costum-
bre establecida por nuestros predecesores
en los últimos decenios. También nos
recuerda la historia, harto más dilatada,
de las relaciones entre la Sede de Roma y
la Sede de Canterbury, historia que comenzó
hace unos mil cuatrocientos años,
cuando el Papa Gregorio Magno envió a
San Agustín a la tierra de los anglosajones.
Me alegra recibiros hoy junto con la
distinguida delegación que os acompaña.
No es éste nuestro primer encuentro,
pues ya tuve ocasión de agradecer vuestra
presencia, junto con la de otros representantes
de la Comunión Anglicana, en
los funerales del Papa Juan Pablo II y sucesivamente
en la inauguración de mi
pontificado, hace ahora un año y medio.
Vuestra visita a la Santa Sede coincide
con el cuadragésimo aniversario de la visita
del a la sazón arzobispo de Canterbury,
el doctor Michael Ramsey, al Papa
Pablo VI. Se trató de una visita muy prometedora,
toda vez que en ella la Comunión
Anglicana y la Iglesia católica acordaron
el inicio de un diálogo sobre las
cuestiones que procedía estudiar con vistas
a la plena unidad visible.
Mucho es lo que hemos de agradecer
en estos cuarenta años de relaciones. La
labor de la Comisión de Diálogo Teológico
ha sido fuente de aliento al afrontar
cuestiones doctrinales que nos habían
separado en el pasado. La amistad y las
buenas relaciones existentes en muchos
lugares entre anglicanos y católicos han
ayudado a crear un nuevo ambiente en el
que nuestro testimonio compartido del
Evangelio de Jesucristo ha podido nutrirse
y avanzar. Las visitas de arzobispos de
Canterbury a la Santa Sede han servido
El Papa Benedicto XVI saluda al Primado de
la Iglesia anglicana, Rowan Willians.
para reforzar dichas relaciones y han desempeñado
un importante papel a la
hora de afrontar los obstáculos que nos
mantienen separados. Dicha tradición
contribuyó también a la celebración de
un constructivo encuentro de obispos
anglicanos y católicos en Mississagua
(Canadá) en mayo de 2000, encuentro en
el que se acordó la constitución de una
comisión mixta de obispos con el fin de
discernir formas adecuadas de expresión,
en la vida eclesial, de los avances realizados.
Gracias sean dadas a Dios por todo
ello.
Con todo, en el presente contexto y
particularmente en el mundo occidental
secularizado, son muchas las influencias
y las presiones negativas que afectan a
los cristianos y a sus comunidades. Durante
los tres últimos años habéis hablado
francamente de las tensiones y dificultades
que afectan a la Comunión Anglicana
y, consecuentemente, sobre el
incierto futuro de la propia Comunión.
Algunos cambios recientes, particularmente
en relación con el ministerio ordenado
y con determinadas doctrinas de
carácter moral, no han afectado tan sólo
Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
Documentación
a las relaciones internas en el seno de la
Comunión Anglicana, sino también a las
relaciones entre ésta y la Iglesia católica.
Consideramos que dichas cuestiones, actualmente
en fase de estudio por parte de
la Comunión Anglicana, son de vital importancia
para el anuncio del Evangelio
en su integridad, y que vuestros actuales
debates determinarán el futuro de nuestras
relaciones. Cabe esperar que la labor
de diálogo teológico, que ha registrado
un gran nivel de acuerdo sobre éstas y
sobre otras importantes cuestiones teológicas,
sea objeto de atenta consideración
en vuestro discernimiento. En vuestras
deliberaciones os acompaña nuestra
oración sincera. Esperamos de todo corazón
que la Comunión Anglicana siga
fundándose en los Evangelios y en la Tradición
apostólica, que constituyen nuestro
patrimonio común y la base de nuestra
común aspiración a trabajar por la
unidad visible.
El mundo necesita nuestro testimonio
y la fuerza que dimana de un anuncio íntegro
del Evangelio. Los inmensos sufrimientos
de la familia humana y las formas
de injusticia que afectan negativamente
a la vida de tantas personas
constituyen un llamamiento urgente a
compartir nuestro testimonio y nuestro
servicio. Precisamente por ello, pese a las
dificultades actuales, importa que prosigamos
nuestro diálogo teológico. Espero
que vuestra visita ayude a encontrar, en
nuestras actuales circunstancias, caminos
constructivos hacia el futuro.
Que el Señor siga bendiciéndoos junto
con vuestra familia y os fortalezca en
vuestro ministerio al servicio de la Comunión
Anglicana. ■
(Original inglés procedente del archivo
informático de la Santa Sede; traducción
de ECCLESIA)
31

Documentación
Cuarenta años de diálogo y de camino
Declaración Conjunta de Benedicto XVI y del arzobispo de Canterbury, Rowan Williams
Hace cuarenta años, nuestros predecesores el Papa Pablo
VI y el Arzobispo Michael Ramsey se reunían en esta
ciudad, santificada por el ministerio y la sangre de los
apóstoles Pedro y Pablo, y emprendían un nuevo camino de reconciliación
basado en los Evangelios y en las antiguas tradiciones
comunes. Siglos de distanciamiento entre anglicanos y
católicos se vieron reemplazados por un nuevo deseo de relación
y cooperación al redescubrirse y afirmarse nuestra comunión
real, aun cuando incompleta. En aquella ocasión, el Papa
Pablo VI y el Arzobispo Ramsey se comprometieron a instaurar
un diálogo en el que las cuestiones que nos habían dividido en
el pasado fueran tratadas desde una nueva perspectiva en la
verdad y en el amor.
A partir de aquel encuentro, la Iglesia Católica Romana y la
Comunión Anglicana entraron en un proceso de diálogo productivo,
caracterizado por el descubrimiento de elementos significativos
de fe compartida y por un deseo de dar expresión,
por medio de la oración, del testimonio y del servicio conjuntos,
a su patrimonio común. Durante treinta y cinco años, la Comisión
Internacional Anglicano-Católica (ARCIC) ha publicado varios
e importantes documentos con el fin de articular la fe que
compartimos. En los diez años transcurridos desde la firma de
la última Declaración Conjunta por parte del Papa y del Arzobispo
de Canterbury, la segunda fase de la ARCIC ha completado
su mandato con la publicación de los documentos El don de
la autoridad (1999) y María: gracia y esperanza en Cristo (2005).
Vaya nuestro agradecimiento a los teólogos que han rezado
juntos y colaborado en la preparación de estos textos, que
aguardan mayor estudio y reflexión.
El ecumenismo auténtico trasciende el diálogo teológico, y
afecta a nuestra vida espiritual y a nuestro testimonio común.
Conforme ha ido desarrollándose nuestro diálogo, muchos católicos
y anglicanos han hallado en el otro un amor a Cristo
que es invitación a la cooperación práctica y al servicio. Este
compañerismo en el servicio a Cristo, experimentado por muchas
de nuestras comunidades en el mundo entero, imprime
aún mayor impulso a nuestra relación. La Comisión Internacional
Anglicano-Católica para la Unidad y la Misión (IARCCUM)
se ha dedicado a explorar las vías adecuadas para potenciar y
fomentar nuestra común misión de anunciar al mundo la nueva
vida en Cristo. Su Informe, que ofrece una síntesis de las conclusiones
principales de la ARCIC y formula unas propuestas
con el fin de progresar juntos en la misión y en el testimonio,
recientemente concluido, ha sido sometido a la revisión de la
Oficina de la Comunión Anglicana y del Pontificio Consejo para
la Promoción de la Unidad de los Cristianos. Queremos expresar
nuestra gratitud por su labor.
En esta visita fraternal, celebramos el bien que han producido
estos cuatro decenios de diálogo y damos gracias a Dios
por los dones de gracia que los han acompañado. Al mismo
32 Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
tiempo, nuestro largo camino compartido obliga a reconocer
públicamente el problema constituido por los recientes cambios
que, amén de dividir a los anglicanos, plantean graves obstáculos
a nuestro avance ecuménico. Urge, pues, que al renovar
nuestro compromiso a proseguir el camino hacia la plena comunión
visible en la verdad y en el amor de Cristo, nos comprometamos
asimismo, en nuestro diálogo permanente, a
afrontar las importantes cuestiones que entrañan los factores
eclesiológicos y éticos emergentes que hacen más difícil y arduo
nuestro camino.
En nuestra calidad de líderes cristianos enfrentados a los desafíos
del nuevo milenio, afirmamos una vez más nuestro compromiso
público al servicio de la revelación de la vida divina
mostrada de forma exclusiva por Dios en la divinidad y humanidad
de nuestro Señor Jesucristo. Creemos que a través de
Cristo y de los medios de salvación que en él se hallan se nos
ofrecen a nosotros y al mundo la curación y la reconciliación.
Muchos son los ámbitos de testimonio y servicio en los que
podemos colaborar y que, en efecto, invitan a una cooperación
más estrecha entre nosotros: la búsqueda de la paz en Tierra
Santa y en otras regiones del mundo aquejadas por conflictos
y por la amenaza del terrorismo; la promoción del respeto a la
vida desde la concepción hasta la muerte natural; la tutela de la
santidad del matrimonio y del bienestar de los hijos en el contexto
de una vida familiar sana; la ayuda a los pobres, a los
oprimidos y a los más vulnerables, particularmente a quienes se
ven perseguidos por motivos de fe; la lucha contra los efectos
negativos del materialismo y la tutela de la creación y del medio
ambiente. También nos comprometemos al diálogo interreligioso,
mediante el cual podemos llegar a nuestros hermanos y
hermanas no cristianos.
Conscientes de nuestros cuarenta años de diálogo y del testimonio
de los santos y santas comunes a nuestras tradiciones,
entre los que se incluyen María la Theotokos y los santos Pedro
y Pablo, Benito, Gregorio Magno y Agustín de Canterbury, nos
comprometemos a orar con mayor fervor y a esforzarnos con
mayor ahínco a acoger y vivir esa verdad a la que el Espíritu del
Señor desea llevar a sus discípulos (cf. Jn 16, 13). Confiando en
la esperanza apostólica con arreglo a la cual «quien inició en
vosotros la buena obra, la irá consumando» (cf. Flp 1, 6), creemos
que si podemos ser juntos instrumentos de Dios que inviten
a todos los cristianos a una obediencia más profunda a
nuestro Señor, también nos acercaremos unos a otros y encontraremos
en su voluntad esa plenitud de unidad y de vida
compartida a la que él nos invita. ■
Vaticano, 23 de noviembre de 2006.
(Original inglés procedente del archivo informático de la
Santa Sede; traducción de ECCLESIA)
84

El Hermano Alois (en la foto,
junto a jóvenes asistentes a
los encuentros habituales con
la Comunidad de Taizé),
escribió la «Carta de Calcuta»
después del Encuentro con
seis mil jóvenes, sobre todo
asiáticos, que tuvo lugar del 5
al 9 de octubre pasado y fue
dada a conocer durante el
Encuentro europeo de
Zagreb.
La ofrecemos íntegra en este
número que gira en torno al
tema ecuménico, en plena
Semana de Oración por la
Unidad de los Cristianos.
CARTA DE CALCUTA
Carta de Taizé 2007
Hace treinta años, el Hermano Roger pasó un tiempo en
Calcuta, con algunos hermanos y jóvenes de diversos
continentes, viviendo en un barrio pobre y participando
en el trabajo de la Madre Teresa con los niños y niñas abandonados
y los moribundos. Allí compuso la Carta al pueblo
de Dios, publicada luego en un encuentro de jóvenes en Notre-Dame
de París. Con la Madre Teresa, escribió después varios
mensajes y tres libros.
Esta presencia de 1976 fue la semilla de una larga relación de
nuestra comunidad con los cristianos de la India. Visitas a través
del país, dos encuentros intercontinentales en Madrás,
constantes venidas de jóvenes indios a Taizé han marcado
etapas. Y Calcuta ha continuado evocando en nosotros al
mismo tiempo los desamparos humanos y los rostros de
personas que allí dan su vida por los más pobres y hacen
irradiar una luz.
Por eso pensé que era importante regresar a Calcuta y preparar
allí un encuentro. Se reunieron 6.000 jóvenes, sobre todo
asiáticos, del 5 al 9 de octubre de 2006. Se trataba de dar una
nueva dimensión a la «peregrinación de confianza», de acompañar
en su propia casa a los jóvenes asiáticos, de estar a su
85
1
Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
Documentación
Al inicio de su ministerio, el Papa Benedicto XVI escribió:
«Todos los hombres pertenecen a una única y
misma familia» (Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz
2006).
En Calcuta, los cristianos son una minoría entre otras grandes
religiones históricas. En India, tensiones entre religiones
han podido conducir a graves violencias. Sin embargo, el respeto
mutuo constituye lo esencial de las relaciones entre creyentes.
Las fiestas de cada tradición son respetadas por las demás
y pueden llegar a ser una ocasión para compartir.
33

Documentación
escucha, de sostener su esperanza. La Carta de Calcuta ha
sido escrita a continuación de este encuentro, para ser publicada
durante el encuentro europeo de Zagreb.
Al proseguir la «peregrinación de confianza a través de la
tierra» que reúne a jóvenes de numerosos países, comprendemos
cada vez más profundamente esta realidad:
todos los humanos constituimos una sola familia y Dios habita
cada persona, sin excepción.
En India, como en otras partes de Asia, hemos descubierto
hasta qué punto la tan natural atención prestada a la presencia
de Dios en toda la creación implica un respeto de cada
persona y de lo que es sagrado para ella. Hoy, en las sociedades
modernas, es tan importante reavivar la atención a
Dios como el respeto por el hombre.
Para Dios, todo ser humano es sagrado. Cristo ha abierto
sus brazos en la cruz para reunir a toda la humanidad en
Dios. El nos envía a transmitir el amor de Dios hasta los confines
de la tierra, ante todo, mediante un diálogo de vida. El
no nos coloca jamás al nivel de una relación de fuerza con
aquellos que no le conocen.
¡Tantos jóvenes a través del mundo están dispuestos a hacer
más visible la unidad de la familia humana! Se dejan trabajar
por una cuestión: ¿Cómo resistir a las violencias, a las
discriminaciones, cómo saltar los muros del odio o la indiferencia?
Estos muros existen entre los pueblos, los continentes,
pero también muy cerca de cada uno de nosotros hasta en el
interior del corazón humano. Entonces, tenemos una opción:
elegir amar, elegir la esperanza.
Los inmensos problemas de nuestras sociedades podrían
alimentar un derrotismo. Al elegir amar, descubrimos un espacio
de libertad para crear un futuro para nosotros mismos
y para aquellos que nos son confiados.
Con pocos medios, Dios nos hace creadores con él, incluso
allí donde las circunstancias no son favorables. Ir hacia el
otro, a veces con las manos vacías, escuchar, intentar comprender;
y una situación bloqueada ya se puede transformar.
Dios nos espera en los que son más pobres que nosotros.
«Eso que habéis hecho a uno de estos más pequeños, a mí
me lo hicisteis» (Mt 25, 40).
En el Norte como en el Sur, inmensas desigualdades alimentan
un miedo al futuro. Algunos, con coraje, dedican sus
energías a modificar las estructuras de injusticia.
Todos, dejémonos interrogar sobre nuestro modo de vida.
Simplifiquemos nuestra existencia. Y encontraremos una disponibilidad
y una apertura de corazón para los demás.
Hoy existen múltiples iniciativas para compartir accesibles a
cada uno. Un comercio imaginativo y más equitativo o los
microcréditos han demostrado que el crecimiento económico
y la solidaridad con los más pobres pueden ir de la mano.
Hay quienes están atentos a que una parte de su dinero contribuya
a restablecer una mayor justicia.
Para que nuestras sociedades tomen un rostro más humano,
es precioso dar nuestro tiempo. Cada uno puede intentar
escuchar y sostener aunque sólo sea a una persona: un niño
abandonado, un joven sin trabajo ni esperanza, alguien desprovisto
de medios, un anciano.
Elegir amar, elegir la esperanza. Al perseverar por este camino,
descubrimos con asombro que, antes de iniciarlo, Dios
34 Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
2
Un joven padre de familia libanés nos escribía mientras
que los bombardeos en Oriente Próximo se intensificaban
por ambas partes: «¡La paz del corazón es posible! Cuando
se ha sido humillado, la tentación es querer responder humillando.
A pesar del sufrimiento, a pesar del odio que se hace
cada vez más fuerte, a pesar del deseo de venganza que sentimos
en los momentos de debilidad, creo en esta paz. ¡Sí, la
paz aquí y ahora!».
3
Varios hermanos de Taizé viven desde hace treinta
años en Bangladesh, entre un pueblo casi totalmente
musulmán. Comparten la existencia cotidiana de los más pobres
y los más abandonados. Uno de ellos escribe: «Descubrimos
cada vez más que los que son rechazados por la sociedad
a causa de su debilidad y de su aparente inutilidad son
una presencia de Dios. Si los acogemos, nos conducen progresivamente
fuera de un mundo de hipercompetición hacia
un mundo de comunión de los corazones. En la gran diversidad
de religiones y culturas, nuestra presencia en Bangladesh
quiere ser un signo de que el servicio a nuestros hermanos y
hermanas vulnerables abre un camino de paz y de unidad».
Lo que la Madre Teresa comenzó en Calcuta continúa irradiando
a través de sus hermanas. Los cuidados y el amor llevados
a los más pobres son signos claros del amor de Dios. Y
tantas otras personas por todo el mundo se comprometen en
un mismo camino de solidaridad: sin ellas, ¿dónde estaríamos
sobre nuestra tierra?
4
Las desigualdades provocan antes que después violencias.
El 20% de la población mundial, que habita en los
países más desarrollados, utiliza el 80% de los recursos naturales
de nuestro mundo. Una gestión responsable de los recursos
de energía y agua potable se hace cada vez más urgente.
5
Con ocasión de los funerales del Hermano Roger, el
prior de la Gran Cartuja, Marcellin Theeuwes, escribió:
«Las circunstancias dramáticas de la muerte del Hermano Ro-
86

nos ha escogido, a cada uno y cada una de nosotros: «No
tengas miedo, te he llamado por tu nombre, eres mío. Soy tu
Dios, cuentas mucho a mis ojos y te amo» (Is 43, 1-4).
En la oración nos ponemos, nosotros y aquellos que nos
han sido confiados, bajo la mirada benévola de Dios. El nos
acoge tal como somos, con lo que es bueno, pero también
con nuestras contradicciones interiores, incluso nuestras faltas.
El Evangelio nos lo asegura: nuestras fragilidades pueden
convertirse en una puerta a través de la cual el Espíritu Santo
entra en nuestra vida.
Hace treinta años, el hermano Roger escribía en Calcuta:
«La oración es para ti una fuente para amar. Con una infinita
gratuidad, abandónate de cuerpo y de espíritu. Cada día,
ahonda en algunas palabras de las Escrituras, para situarte
ante otro que tú mismo, el Resucitado. En el silencio, deja nacer
en ti una palabra viva de Cristo para ponerla enseguida en
práctica».
Y al dejar Calcuta, añadía:
«Partimos de nuevo después de haber descubierto, en el
corazón de profundos desamparos, la vitalidad sorprendente
de un pueblo y de habernos encontrado con testigos de un
futuro distinto para todos. Para contribuir a este futuro, el
pueblo de Dios tiene una posibilidad específica: repartidos
por toda la tierra, puede construir en la familia humana una
parábola del compartir. Esta parábola contendrá la fuerza suficiente
para propagarse hasta quebrar las estructuras más inmóviles
y crear una comunión en la familia humana» (Hermano
Roger, Carta al pueblo de Dios, 1976).
Esta llamada del Hermano Roger toma hoy una nueva actualidad.
Dispersos a través del mundo, los cristianos pueden
sostener una esperanza para todos al vivir esta noticia inaudita:
después de la resurrección del Cristo, nuestra humanidad
ya no está fragmentada.
¿Cómo ser testigos de un Dios de amor en la tierra si dejamos
que perduren nuestras separaciones entre cristianos?
¡Osemos ir hacia la unidad visible! Cuando nos giramos juntos
hacia Cristo, cuando nos reunimos en una oración común,
el Espíritu Santo ya nos une. Humildemente, en la oración,
aprendemos sin cesar a pertenecernos los unos a los
otros. ¿Tendremos el coraje de no seguir actuando sin tener
en cuenta a los demás?
Cuanto más nos aproximamos a Cristo y a su Evangelio,
más nos acercamos los unos a los otros.
Por la acogida recíproca, se realiza un intercambio de dones.
El conjunto de estos dones es hoy necesario para hacer
audible la voz del Evangelio. Los que han puesto su confianza
en Cristo son llamados a ofrecer su unidad a todos. Y sobreviene
la alabanza de Dios.
Entonces se realiza la hermosa parábola del Evangelio: el
pequeño grano de mostaza se convierte en la mayor de las
plantas del jardín, al punto que las aves del cielo vienen a anidar
(Lc 13, 18-21). Arraigados en Cristo, descubrimos una capacidad
de apertura hacia todos, también hacia quienes no
pueden creer en él o los que son indiferentes. Cristo se ha hecho
servidor de todos, no humilla a nadie.
Más que nunca, tenemos hoy posibilidades de vivir una
comunión más allá de las fronteras de los pueblos. Dios nos
da su aliento, su Espíritu. Y nosotros le rogamos: «Guía nuestros
pasos por el camino de la paz» (cf. Lc 1, 79). ■
87
Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
Documentación
ger no son sino un revestimiento exterior que pone aún más
de relieve la vulnerabilidad que cultivaba como una puerta
preferida por Dios para venir a estar con nosotros» (cf. también
2 Cor 12, 10).
6
Un cristiano del siglo IV expresa bien cómo la oración
y el compromiso son complementarios. Para él, participar
en la Eucaristía lleva a una solidaridad con los pobres:
«¿Quieres honrar el cuerpo del Salvador? Aquel que dijo: Esto
es mi cuerpo, ha dicho también: Me visteis hambriento y no
me disteis de comer. Lo que no hicisteis con uno de los más
humildes, ¡a mí me lo negasteis! Honra pues a Cristo compartiendo
tus bienes con los pobres» (San Juan Crisóstomo, Homilía
50 sobre Mateo).
7
Ya los cristianos de la primera generación, una pequeñísima
minoría en el mundo, tenían esta certeza: Cristo
ha destruido el muro de separación entre los pueblos al dar su
vida sobre la cruz (cf. Ef 2, 14-16).
8
Un cristiano que vivió en Palestina en el siglo VI escribió:
«Imaginad que el mundo es un círculo, que el centro
es Dios, y que los radios son las diferentes maneras de vivir
de los hombres. Cuando los que, deseando acercarse a
Dios, marchan hacia el centro del círculo, se aproximan los
unos a los otros al mismo tiempo que a Dios. Cuanto más se
aproximan a Dios, más se acercan los unos a los otros. Y
cuando más se acercan a los demás, más se aproximan a
Dios» (Doroteo de Gaza, Instrucciones VI).
9
«Las relaciones de la Iglesia con las otras religiones están
inspiradas por un doble respeto: respeto por el
hombre en su búsqueda de respuestas a las preguntas más
profundas de la vida, y respeto por la acción del Espíritu en el
hombre. (…) Toda oración auténtica ha sido suscitada por el
Espíritu Santo, que está misteriosamente presente en el corazón
de todo hombre» (Juan-Pablo II, Redemptoris missio).
Como cristianos, no podemos esconder que en el corazón
de nuestra fe se encuentra Jesucristo, que nos religa de una
manera única a Dios (cf. 1 Tim 2, 5). Pero, en vez de impedir un
verdadero diálogo, este absoluto nos compromete, pues si Jesús
es único, lo es por su humildad. Por esto, nunca podremos,
en su nombre, mirar a los demás por encima del hombro,
sino sólo acogerlos y dejarnos acoger por ellos.
10
Por este camino, Dietrich Bonhoeffer se encuentra
entre los que nos pueden sostener, él que, en las
horas más sombrías del siglo XX, ha dado su vida hasta el
martirio. Sólo algunos meses antes de su muerte, escribía en
su prisión estas palabras que ahora cantamos en Taizé:
Dios, recoge mis pensamientos hacia ti.
Junto a ti la luz,
tú no me olvidas.
Junto a ti el socorro,
junto a ti la paciencia.
No comprendo tus caminos,
pero tú conoces el camino para mí. ■
35

Colaboración
Un feliz aniversario
Pablo Martín de Santa Olalla Saludes
Doctor en Historia Contemporánea
El 3 de enero se cumplían 28
años de la firma de los cuatro
Acuerdos (jurídico, económico,
educativo y cultural, y
castrense) que pusieron fin al
Concordato de 1953. Debemos
felicitarnos, ya que el hecho de
que estos Acuerdos sigan todavía
en vigor se debe no sólo a
que fueron bien redactados y
mejor negociados, sino a que vivimos
una era de estabilidad
política impensable en otros
tiempos. En efecto, tanto el
Acuerdo Básico de julio de 1976,
como los cuatro Acuerdos parciales
de enero de 1979, han sobrevivido
al paso del tiempo y,
firmados por Adolfo Suárez,
han sido respetados por hasta
cuatro presidentes más. Con ello
certificamos un hecho muy importante,
a pesar de que algunos se obstinan en
hacer creer lo contrario, y es que en España
ya no hay «cuestión religiosa»,
como sí la hubo durante la II República
y la Guerra Civil. Ni debe haberla.
No resulta fácil explicar qué es exactamente
el Estado «aconfesional», que es
el instituido por la Constitución de 1978.
Sabemos más bien lo que no es, que lo
que realmente es: no es ni la confesionalidad
católica del franquismo ni el laicismo
anticlerical de la II República. Se
basa en dos principios esenciales: por
un lado, la necesaria separación Iglesia-
Estado, y por otro, la fuerte tradición
cristiana de España. Nuestro país ya no
es aquel «martillo de herejes» del que
hablaba Marcelino Menéndez y Pelayo,
ya que la secularización de la sociedad
ha jugado un papel muy importante
a la hora de fomentar la indiferencia
ante el fenómeno religioso, pero aun así
la Iglesia sigue teniendo todavía una
presencia importante en la sociedad. La
mayor parte de las parejas españolas, si
deciden contraer matrimonio por un
Los entonces, año 1979, secretario de Estado de la Santa Sede,
cardenal Villot, y ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino
Oreja, firmando los Acuerdos Iglesia-Estado.
rito religioso, escogen el católico de manera
abrumadoramente mayoritaria con
respecto al resto de opciones, e igual
sucede con otros sacramentos, como el
bautismo o la comunión. La enseñanza,
ahora a partir del régimen de los colegios
concertados, sigue contando con
un gran protagonismo por parte de las
órdenes religiosas, que se apoyan en
mercados como el editorial para fortalecer
su presencia en el sector.
El hecho de que todo esto sea así, a
pesar de que el número de católicos
practicantes ha disminuido, es lo que
explica que esos Acuerdos firmados en
la Transición y que se basaban en la
honda tradición cristiana de nuestro
país, sigan todavía sin ser denunciados.
En ese sentido, los negociadores de
aquellos textos fueron previsores y optaron
por la fórmula de los Acuerdos
parciales frente al todo de un Concordato,
una estrategia diseñada por Pablo
VI que arrancaba desde que en la
primavera de 1968, tras solicitar a Franco
la renuncia al privilegio de presentación
de obispos, se percatara de que
36 Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
una parte no podía ser modificada
sin afectar al todo en su
conjunto. Por eso resulta increíble
que todavía algunos hablen
del «Concordato de 1979»: ni lo
hubo, ni se quiso que lo hubiera.
Debían parcelarse las diferentes
cuestiones y, si se producía la
revisión de alguna de ellas, dicha
revisión sólo podía tener un
efecto parcial. Porque lo esencial
no era lograr un texto solemne
de alto calado internacional,
como lo fue el Concordato de
1953 para la aislada España de
entonces, sino lograr un instrumento
lo suficientemente efectivo
a la hora de resolver los posibles
conflictos entre la Iglesia y
el Estado. Así, a pesar de que es
cierto que ha habido momentos
de tensión entre el Gobierno español y
la Santa Sede a lo largo de estos años,
el reciente canje de notas entre la Nunciatura
y el ministerio de Asuntos Exteriores,
y que tiene por objeto actualizar
la instrumentalización de la asignación
del Estado a la Iglesia vía contribución
de los fieles, no sólo no ha supuesto
una denuncia del Acuerdo sobre asuntos
económicos, sino que incluso no ha
sido necesario modificarlo.
Ello no quiere decir que nos encontremos
en un momento de total tranquilidad.
La Conferencia Episcopal sabe
que es el momento de concienciar a los
fieles de que deben hacerse cargo del
sostenimiento de la Iglesia, porque sólo
de esa manera se podrá avanzar en la
independencia afirmada por el Concilio
Vaticano II. El Estado debe colaborar, ha
de procurar, en su vocación natural de
servicio a la ciudadanía, los mecanismos
para que el catolicismo pueda desarrollar
sus fines, pero somos los fieles los
que hemos de asumir nuestro papel de
auténtico motor de una institución milenaria
como es la Iglesia católica. ■
88

89
IV TIEMPO
ORDINARIO
(28 enero 2007)
Primera lectura: Jer 1, 4-5.17-
19. (Te nombré profeta
de los gentiles).
Salmo responsorial: 70.
(Mi boca anunciará tu
salvación, Señor).
Segunda lectura: 1 Cor 12,
31 — 13, 13. (Quedan la fe, la
esperanza, el amor; la más
grande es el amor).
Evangelio: Lc 4, 21-30.
(Jesús, como Elías y Eliseo, no
es enviado sólo a los judíos).
«Y añadió: Os aseguro que
ningún profeta es bien mirado
en su tierra. Os garantizo que
en Israel había muchas viudas
en tiempos de Elías, cuando
estuvo cerrado el cielo tres
años y seis meses y hubo una
gran hambre en todo el país;
sin embargo a ninguna de
ellas fue enviado Elías más
que a una viuda de Sarepta,
en el territorio de Sidón. Y
muchos leprosos había en
Israel en tiempos del profeta
Eliseo, sin embargo, ninguno
de ellos fue curado más que
Naamán, el sirio».
28 de enero:
JORNADA DE LA
INFANCIA MISIONERA
El domingo,
pan de la palabra
Hoy se cumple esta Escritura
Cada vez que proclamamos el
Evangelio podemos decir: Hoy se
cumple esta escritura. Y si el domingo
pasado dejábamos a los asistentes
al culto del sabath de la sinagoga de
Nazaret expectantes ante la presencia
y las palabras de Jesús, su paisano más
conocido, no debería
menguar nuestra expectación
porque hoy, aquí y
entre nosotros Jesús sigue
hablando. Por eso,
aunque en el pasaje
evangélico volvemos a la
sinagoga, no salimos de
nuestra propia Eucaristía.
Si bien al principio la
admiración se adueña del
auditorio, que reconoce
palabras de gracia en Jesús,
un prejuicio transformado
primero en duda y
luego en recelo, recorre
como un murmullo la
asamblea hasta convertirse
en clamor. Porque
las palabras de Jesús no
buscan la corrección política,
ni se ocultan bajo
amables parabienes o
fórmulas diplomáticas. No. Más bien,
recogen provocativamente los ecos que
le llegan («Médico, cúrate a ti mismo») e
incluso pone el dedo en la llaga de una
historia lastrada por prejuicios con dos
ejemplos bien conocidos por los oyentes:
la viuda de Sarepta que acogió a
Elías y la de Naamán, ministro sirio curado
de la lepra gracias a la mediación
del profeta Eliseo. Jesús completará esta
historia de extranjeros ejemplares con la
parábola del buen samaritano.
Jesús, que siente la fuerza del Espíritu,
sabe que, como cualquier profeta, no
puede callar. En el relato de la vocación
de Jeremías: elegido y consagrado, es
enviado sorprendentemente a los genti-
Número 3.345 ■ 20 de enero de 2006
les con el aval de Dios. Esto debería
bastar para superar el temor y la desconfianza,
pero no evitará el sufrimiento
personal ni la pesadumbre por los esfuerzos
vanos. Jeremías se convierte en
referencia para su tiempo y su gente. En
el duro batallar diario de la transmisión
de la fe con frecuencia
sentimos la tentación de
considerar vanos nuestros
desvelos, las alentadoras
palabras de Dios
al profeta son un cierto
respiro y la actitud de Jeremías
primero y de Jesús
después nos ayudan
a comprender que ésta
es la gente que está necesitada
de escuchar la
buena nueva del Evangelio,
la que, a veces sin
saberlo, busca algo que
colme unos anhelos más
profundos que el objeto
de sus desvelos.
En definitiva, también
los hombres de nuestro
tiempo ambicionan un
carisma mejor. Con estos
términos introduce San
Pablo el conocido himno al amor de la
Primera Carta a los Corintios. Uno de
los textos que peor se han utilizado de
todo el Nuevo Testamento porque utilizado
hasta la saciedad en las celebraciones
del matrimonio, vinculándolo así
a la relación de pareja, alcanza su auténtica
dimensión cuando se lee como
la raíz de la vida en comunidad y como
el fundamento de la vida en plenitud. En
palabras de la hermosa encíclica de Benedicto
XVI: El amor es una luz —en el
fondo la única— que ilumina constantemente
a un mundo oscuro y nos da la
fuerza para vivir y actuar. ■
Jesús Francisco Riaza
37

José María Gil Tamayo
Director del Secretariado de la Comisión
Episcopal de Medios de Comunicación Social
Muchos lectores recordarán que
en los años de la Transición,
tan dados hoy a olvidarla, al
producirse la primera alternancia en el
poder ejecutivo de nuestra joven democracia
un destacado miembro del
Gobierno socialista señaló, tomando
pie de una frase popular, que al cabo
de no muchos años serían tales los
cambios que se producirían en nuestro
país que a éste no lo reconocería ni su
propia progenitora. Aunque ciertamente
«el cambio» era la bandera esgrimida
entonces en la contienda política para
aupar al PSOE al poder, el común de
los paisanos en aquella época no pasábamos
de considerar esta frase como
una exageración andaluza y apenas
nos hubiéramos atrevido a aventurar
que, pasado un cuarto de siglo, la
transformación sufrida por la sociedad
española llegaría a ser tan profunda y
acelerada como la que ahora contemplamos.
Es verdad, debido a las nuevas tecnologías,
a la globalización y a otros
muchos factores políticos, sociales y
culturales, que ha sido el mundo entero
el que se ha transformado profundamente
y lo ha hecho en muchos aspectos
en sentido positivo; pero lo que en
la presente legislatura está ocurriendo
en España de mano del Ejecutivo socialista
y sus socios podría calificarse
como un ejercicio de ingeniería o diseño
social y político, en definitiva cultural,
que hace parecer prehistórico el
cambio vaticinado por su antecesor en
los comienzos de los 80. Ahora se está
realizando de forma consciente y sin
pudor todo un proceso de refundación
política, de neo-transición, que nos tiene
instalados a los ciudadanos en la
perplejidad, en la confusión cuando no
en la división y hasta en la crispación
excluyente. Pero, en realidad, el cambio
en curso va más allá del legítimo campo
de competencia de la acción política
hasta invadir los terrenos de las libertades
y derechos personales y sociales,
como son los de la educación moral, la
familia, el matrimonio y el derecho a la
vida. Ahí está si no la ráfaga de leyes
propiciada en esta legislatura al dictado
de influyentes «lobbys» homosexuales,
de ideología de género, libertarios y radicales,
sin olvidarnos de la añeja corriente
laicista, con el correspondiente y
hegemónico acompañamientomediático
afín, así como
con el manual de
adoctrinamiento en
curso en la llamada
«Educación para la
ciudadanía».
Todo esto se
basa en la nueva
moral de la generalidad
democrática
—lo bueno es lo
que decide la mayoría—, que en el fondo
no es otra cosa que el autonomismo
aquel, del que afirmaba Romano
Guardini que cuando se impone en la
sociedad, «en el individuo el puesto del
deber moral pasa a ocuparlo el éxito y
en el Estado el lugar de la soberanía
moral lo ocupa la voluntad de poder».
Un país de diseño
Se pretende así crear una nueva sociedad
a la medida del imaginario de
las corrientes apuntadas, donde todo
sea tan plural y variado que no se reconozca
ninguna seña de identidad arraigada
y compartida en España y, en
consecuencia, se sea débil e inoperante
como sociedad civil. De ahí el empeño
no disimulado de marginar y reducir
toda contestación a este propósito, especialmente
la presencia católica en el
38 Número 3.345 ■ 20 de enero de 2007
Catolicismo al 25%
ámbito público hasta querer hacerla insignificante,
con no más de un 25% en
el conjunto social.
Para ello, por ejemplo, se orquestan
reiterativas noticias de encuestas del
CIS y de otras marcas afines, con el
propósito de hacernos ver lo poco católicos
que estamos siendo ya los españoles.
Esto ya no es lo que era…, así
que nada de «privilegios». Y, como, por
el contrario, los datos dicen que, debido
a la inmigración y a otros factores, hay,
además del ateísmo correspondiente a
nuestra moderna realidad laica, otras
confesiones religiosas que van ocupando
un puesto destacado en España,
como es, sobre todo, el caso del Islam,
que goza —además
de la financiación
de Arabia Saudita y
de otros países y
grupos árabes— de
todo el apoyo directo
e indirecto del
buró e intelectualidad
oficial, hasta el
punto de corear, en
una especie de sobrevenido«misticismo»
de «alianza de
civilizaciones», las reivindicaciones musulmanes
sobre la catedral-mezquita de
Córdoba y el entero Al-Andalus, por citar
sólo unos casos. Pero en el fondo,
con el plan de diseño social lo que se
quiere es «desinflar» lo católico hasta un
cuarto de «presión», o sea pincharlo
para que no estorbe ni circule.
Por otra parte, la toma de conciencia
de la recreación social a la que asistimos,
no nos ahorra a los católicos españoles,
además de la defensa de
nuestros derechos y libertades civiles, el
hacer un serio examen de conciencia y
poner remedio a la pérdida de vitalidad
cristiana que, ciertamente, se ha producido
en nuestra filas, y, ponernos, en
consecuencia, en una seria actitud de
conversión y misión a la hora de vivir el
cristianismo, que no sólo es una fe heredada
de rica historia, sino también
asumida y transmitida en nuestro presente
personal y colectivo. ■
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