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Un sistema de competencia incompetente<br />

La puerta del Sol (Nazareth Mejide)<br />

Marcelo Cárdenas<br />

No hay mejor forma de despertarse un lunes por la<br />

mañana que escuchar que España tiene la mayor tasa<br />

de paro en menores de 25 años de toda Europa, o que<br />

en países como Alemania o Canadá se están ofertando<br />

puestos de trabajo que aquí son poco accesibles<br />

para la gran mayoría, o al menos para todos aquellos<br />

que no gozan de esas amistades tan especiales que,<br />

paradójicamente, en la actualidad abundan. Triste,<br />

pero cierto.<br />

Hoy en día, la autorrealización que se siente al terminar<br />

una carrera se mezcla (con mucha facilidad) con<br />

la desesperación de no saber qué nos deparará el futuro<br />

más allá de los muros de los distintas facultades.<br />

Atrás han quedado todos aquellos deseos y aspiraciones<br />

que en algún momento nos marcamos y que, por<br />

ahora, en España no son posibles.<br />

Hace no mucho, la única salida para evitar este<br />

desasosiego consistía en vivir para estudiar. Los<br />

individuos han dedicado su juventud a adquirir<br />

conocimientos para poder tener más facilidades al<br />

alcanzar la madurez. Sin embargo, tras largas etapas<br />

de estudio y después de alcanzar un desarrollo<br />

intelectualaceptable,la gran mayoría vive y reparte su<br />

adultez entre el ir y el venir de distintas entrevistas<br />

de trabajo, que están muy lejos de la autorrealización<br />

descrita por Maslow, sobre-cualificación le llaman.<br />

Mucha preparación, poca experiencia<br />

Al parecer, estar por encima de la media, destacar,<br />

querer superarse a uno mismo no es valorado lo<br />

suficiente por esta sociedad, algo que resulta irónico<br />

a la vez que hipócrita. Nuestro sistema educativo está<br />

formando a unas generaciones bajo la idea de competencia,<br />

donde pretendemos premiar y separar a los<br />

más aptos de los que no lo son.<br />

¿Y a qué se debe ese rechazo a la sobre-cualificación?<br />

Tener a una persona con una gran capacitación<br />

puede despertar situaciones conflictivas con el resto<br />

de sus compañeros o , con dicha formación, puede<br />

encontrar trabajo en cualquier lugar, irónico.<br />

Nos movemos en un futuro sin futuro, donde confiar<br />

en quienes pueden tener la clave de todos los problemas<br />

está mal visto, ya que carecen de la experiencia<br />

necesaria para estar a la altura y resultaría caro<br />

formar a personas sin que estas hayan aportado antes<br />

su pequeño granito de arena.<br />

Nos situamos en un bucle: no hay trabajo sin experiencia,<br />

y no hay experiencia sin trabajo. Vemos<br />

cortadas las aspiraciones de manera precipitada. Sin<br />

apenas ser capaces de volar, nos encontramos ya de<br />

cara al asfalto.<br />

Ante estas perspectivas, no queda otra opción que<br />

buscar alternativas que llenen nuestras aspiraciones o la<br />

de esperar sin caer en el desánimo y en la anonimia. Se<br />

rechaza a futuros líderes y emprendedores generacionales<br />

a favor de mantener un sistema de competencia<br />

incompetente, en el cual la propia individualidad de<br />

una comunidad se regala a precio de coste a cualquiera<br />

que ofrezca una oportunidad de poder ser algo más<br />

de lo establecido. Por ello, estamos ante una fuga de<br />

talentos que, de momento, cierne aún más desesperanza<br />

en una sociedad con falta de personalidad.

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