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Nazaret en Alicante<br />
Religiosas ignacianas<br />
Jesuitas en la luna<br />
Centenario de<br />
San Francisco de Borja
2<br />
Director:<br />
Vicente Marqués<br />
Consejo<br />
de Redacción<br />
José María Bernal<br />
David Guindulain<br />
Carlos Moraza<br />
Vicente Pascual<br />
Angel A. Pérez Gómez<br />
Wenceslao Soto<br />
Redacción:<br />
INFORSI ARAGÓN<br />
La Cenia 10<br />
46001 Valencia.<br />
Tel 96–3916104<br />
96–3916105<br />
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Depósito legal:<br />
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María José Casanova<br />
Imprenta:<br />
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Portada:<br />
Galaxia NGC2903<br />
Los artículos de Jesuitas<br />
pueden reproducirse<br />
en cualquier medio<br />
de difusión, citando la<br />
procedencia y enviando<br />
dos ejemplares a<br />
Inforsi, Aragón. Malos<br />
espíritus<br />
Jesuitas nº 102 – Otoño 2009<br />
DIRECCIONES DE LA COMPAÑÍA<br />
DE JESÚS EN ESPAÑA<br />
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Tfno: 93 318 37 36 Fax: 93 317 87 04<br />
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Esta revista quiere ser un lazo de unión de la<br />
Compañia de Jesús España con familiares, amigos<br />
y colaboradores.<br />
Marc Recolons, SJ<br />
Q ¿ ué aporta la Congregación General 35<br />
sobre la misión de la Compañía?<br />
Recoge un nuevo concepto de frontera. En<br />
un mundo globalizado, las ideas, la información,<br />
las mercancías, la tecnología, los capitales, circulan<br />
libremente y también las personas, aunque<br />
con muchas más restricciones. Las fronteras<br />
se han hecho permeables y en muchos casos<br />
han desaparecido. El mundo se ha vuelto plurirreligioso<br />
y pluricultural. Ya no hay una cristiandad<br />
con unas fronteras delimitadas, que traspasan<br />
los misioneros.<br />
Las nuevas fronteras están en todas partes<br />
y se nos envía a las fronteras con la misión muy<br />
concreta de abrir pasos fronterizos, de «construir<br />
puentes» entre los que viven a un lado y<br />
a otro de la frontera. Más aún, se nos pide que<br />
nosotros mismos lleguemos a ser puentes en<br />
un mundo fragmentado. Me resulta una imagen<br />
muy sugerente: en un mundo roto, agrietado,<br />
lleno de brechas, nuestra misión es ser puentes,<br />
para que esas brechas no sigan aislando a los<br />
grupos sociales y a las personas, para que puedan<br />
entrar en comunión con Dios, con las otras<br />
personas y grupos y con la creación.<br />
¿Cuáles son esas brechas? Entre las que<br />
nos separan de Dios, la Congregación señala<br />
las que se han abierto entre la fe y la razón, la<br />
cultura y la religión, entre la cultura y la moral,<br />
entre la fe y la sociedad. Se mencionan expre-<br />
Traspasar<br />
fronteras<br />
samente el subjetivismo, el relativismo moral,<br />
el hedonismo, el materialismo práctico. Y también<br />
el fundamentalismo religioso, que usa la<br />
fe en Dios para dividir pueblo y comunidades.<br />
Citando la alocución del Papa, tendríamos que<br />
tender el puente entre «una visión errónea o<br />
superficial de Dios y del hombre», que para<br />
tantos hombres «permanece hoy oculto o irreconocible».<br />
Entre las brechas que se han abierto entre<br />
los grupos humanos, la Congregación señala en<br />
primer lugar la brecha creciente entre ricos y<br />
pobres, tanto dentro de los países, como en el<br />
plano internacional. Aquí se nos invita a mirar<br />
el mundo desde la perspectiva de los pobres y<br />
marginados, reafirmando, con el Papa, la opción<br />
preferencial por los pobres. Otras brechas que<br />
impiden las relaciones justas de unos con otros<br />
son la pérdida de soberanía de muchas naciones-estado,<br />
que se experimenta como una marginación<br />
global, el saqueo de los bienes naturales<br />
por intereses transnacionales al margen de<br />
las leyes, la violencia, la guerra y el tráfico de<br />
armas.<br />
Finalmente, otro puente a tender es una<br />
nueva forma de relación con la creación, integrando<br />
esta preocupación de una manera muy<br />
natural y armónica en la formulación de nuestra<br />
misión enraizándola bien en nuestra espiritualidad<br />
e insistiendo en la perspectiva de los<br />
pobres, que con frecuencia son los más inmediatamente<br />
afectados por la degradación del medio<br />
ambiente y por el cambio climático.<br />
Condensación de «Promotio Iustitiae», nº 98-99, 2008/1<br />
■<br />
3<br />
3
«NACIDO PARA SERVIR»<br />
V CENTENARIO DEL NACIMIENTO DE SAN FRANCISCO DE BORJA<br />
Martín de Olave, SJ<br />
Del<br />
25 de octubre de 2009 hasta el 31 de<br />
diciembre de 2010 en Gandía, Roma y en la<br />
Compañía universal se celebra el 500 aniversario<br />
del nacimiento de San Francisco de Borja. Una<br />
ocasión para aprovechar la ejemplaridad cristiana<br />
de la vida de un hombre que tuvo a Dios<br />
como eje y sentido de toda su vida, tanto como<br />
laico, padre de ocho hijos, gobernante, Duque y<br />
Grande de España, pariente, amigo y consejero<br />
del Emperador Carlos como, cuando viudo, se<br />
hizo jesuita.<br />
San Ignacio dijo de esa decisión que el<br />
mundo no tendría oídos para oír tal estampido,<br />
pues mostraba la entrega total a Dios de un<br />
hombre que, en vez de dejarse seducir por los<br />
atractivos mundanos de la riqueza, el poder y la<br />
gloria, en medio de los que vivía, se enfrentaba<br />
radicalmente al protagonismo idolátrico del yo<br />
que estructura el mundo desde el egoísmo, la<br />
división y la injusticia.<br />
Francisco de Borja era un hombre afectuoso,<br />
como lo demostró toda su vida en la relación con<br />
sus hijos. Vivaz por temperamento, deportista,<br />
sensible, compositor musical y escritor, diplomático<br />
hábil y leal, enérgico y decidido, pero de una<br />
energía sin aspereza y de una autoridad amable,<br />
no rígida, humilde y desprendido de sí mismo, y<br />
ameno y fino en el trato.<br />
La celebración del Centenario nos borrará<br />
de una vez, la caricatura deformante del Santo<br />
que fue Francisco de Borja, que lo dibuja como<br />
de una espiritualidad centrada morbosamente<br />
en la vanidad del mundo, el pecado y la muerte.<br />
La iconografía barroca y popular lo presenta,<br />
con frecuencia, contemplando una calavera. Y<br />
se ha hecho de la escena del enterramiento de<br />
la Emperatriz, que él presidió, el núcleo de su<br />
conversión, concretado en la frase apócrifa No<br />
más servir a señor que se me pueda morir, que<br />
se contradice con su inmediata aceptación del<br />
Virreinato de Cataluña. Francisco sabía que al<br />
Señor se le ama y sirve amando y sirviendo a los<br />
demás, a los pies de todos como lugar escogido<br />
para su vida.<br />
Su espiritualidad, no fue un momento puntual,<br />
sino un proceso continuo basado en su<br />
honda experiencia del amor infinito del Señor y<br />
en lo que él llamaba «confusión», es decir vergüenza<br />
de sí mismo ante lo pobre de su respuesta<br />
personal a ese amor divino tan sin medida:<br />
¿Quién es Dios y quién soy yo?; Vos, abatido<br />
y yo honrado; Vos muerto y yo vivo; Vos con<br />
llagas y yo sin ellas. Murió por mí, y aún no soy<br />
muerto por Él. Pero la «confusión» no le abate,<br />
le empuja a mayor agradecimiento y amor: A<br />
Cristo pido que escriba su nombre en mi corazón,<br />
para ser todo de Jesús y que sea mi vida en<br />
Cristo… Quiero vivir a Él, para Él y en Él.<br />
Esta identificación de Francisco de Borja<br />
con Cristo se expresa en su devoción central a<br />
la Eucaristía: En la Eucaristía pedía gracia para<br />
ofrecerme por lo que Cristo se ofreció. Por eso<br />
se le representa acertadamente, muchas veces,<br />
revestido de ornamentos sacerdotales o con una<br />
custodia en las manos.<br />
Sin embargo siempre se reconoció pecador,<br />
como todos los santos, porque, como decía<br />
Santa Teresa, En pieza que entra mucho el Sol,<br />
no hay telaraña escondida. Los mediocres en el<br />
seguimiento de Jesús no tienen luz para verlas.<br />
Francisco de Borja, aun gobernante de laico<br />
y de religioso, definió, como Jesús, la vida como<br />
un servicio a Dios y a los demás. No he venido<br />
a ser servido, sino a servir. Al final amar y servir<br />
son inseparables: En todo amar y servir. (S.<br />
Ignacio). Un buen mensaje para nuestro tiempo<br />
de in-trascendencia. ■<br />
P. Francisco Javier Fontova, SJ<br />
Miguel Ángel Segura, Director<br />
Medio siglo en la brecha, ¡ya son años! En<br />
un mundo que cambia a velocidad de vértigo,<br />
que pasa de la abundancia a la crisis profunda sin<br />
solución de continuidad, no hay respuestas fáciles<br />
para saber qué ofrecer a jóvenes marginados y<br />
excluidos. En una sociedad donde las causas del<br />
abandono y el maltrato se oscurecen y se acrecientan,<br />
no es sencillo formar y convivir con niños<br />
en desamparo, con niños de la calle.<br />
Ayer<br />
Hace más de cincuenta años, un jesuita,<br />
Francisco Javier Fontova (Algerri [Lleida] 1907<br />
– Alicante 1977) se rebeló contra esa realidad de<br />
miseria y abandono que afectaba sobre todo a la<br />
infancia, en aquella España de larga posguerra.<br />
Aquél, a quien la prensa de la época calificó de<br />
«Quijote a lo divino», en cierto modo se adelantó<br />
casi dos décadas a la formulación que encontró la<br />
Congregación General 32 para definir la misión de<br />
la Compañía como «…el servicio de la fe, del que<br />
la promoción de la justicia constituye una exigencia<br />
absoluta, en cuanto forma parte de la reconciliación<br />
de los hombres exigida por la reconciliación<br />
de ellos mismos con Dios». Quijotesca era<br />
Nazaret<br />
en Alicante<br />
su osadía de dar hogar, instrucción y aprendizaje<br />
de un oficio para ganarse la vida por sí solos, a<br />
cuantos niños de la calle recogía. Esa utopía es<br />
una prueba más de la radicalidad con que vivió su<br />
opción por los más pequeños.<br />
Con los ejemplos inspiradores de l’Abbé<br />
Pierre y el P. Flanagan, el P. Fontova da forma a<br />
su Nazaret, que en 1957 comienza su andadura<br />
en Alicante, en los locales de la Congregación<br />
Mariana que él mismo dirigía. Con el tiempo, «Los<br />
traperos de Nazaret» dieron paso a la «Ciudad de<br />
los muchachos», donde llegaron a convivir más<br />
de 250 internos, compartiendo espacio con la<br />
«aldea infantil»: diez pequeñas casitas que acogían<br />
a los niños más pequeños, especialmente a<br />
grupos de hermanos (su tercera fuente de inspiración:<br />
las Aldeas SOS).<br />
Hoy<br />
A finales de los setenta del pasado siglo el<br />
concepto de institución integral ya no da respuesta<br />
a las necesidades de los menores que<br />
han de separarse de su familia o carecen de ella.<br />
Poco después de la muerte del P. Fontova (1977)<br />
comienza la desmasificación de Nazaret y se inicia<br />
la experiencia de atender a esos menores en un<br />
entorno mucho más normal, equivalente al que<br />
viven otros niños de su edad.<br />
Hoy en día Nazaret lo conforman cuatro<br />
recursos diferentes (cuatro sectores: Centro de<br />
Día, Centro de Vida, Programas de Juventud y<br />
Programas de Familia), que pretenden afrontar<br />
problemas que también son diferentes. Lo que<br />
fue el gran colegio con internado para niños sin<br />
recursos y de familias marginales hoy son dos<br />
proyectos distintos: el Centro de Día y el Centro<br />
de Vida.<br />
El Centro de Día es una alternativa socioeducativa<br />
para aquellos chavales que no la<br />
encuentran en el sistema escolar normalizado.<br />
A él acuden chicos de la calle, con fuerte rechazo<br />
escolar (en muchas ocasiones reactivo al que<br />
ellos mismos han sentido en la escuela), a los que<br />
se les ofrece unas posibilidades de aprendizaje<br />
fuertemente adaptadas a sus características, vinculando<br />
lo manipulativo (buena parte de la jornada<br />
se dedica a talleres) a sus procesos cognitivos.<br />
Pero sobre todo, dedicamos mucho tiempo a<br />
trabajar con ellos su madurez humana, sus habilidades<br />
personales y relacionales y su autoestima,<br />
4 5
condicionadas negativamente por su conflictivo<br />
entorno familiar y social. Unos 170 chicos y chicas<br />
acuden a nuestro Centro de Día que, administrativamente,<br />
tiene la clasificación de Centro de<br />
Acción Educativa Singular (CAES), de enseñanza<br />
primaria y secundaria.<br />
El Centro de Vida lo componen ocho pisos<br />
distribuidos por la ciudad de Alicante. En seis de<br />
ellos, residen menores que están en situación<br />
legal de desamparo, remitidos por la Conselleria<br />
de Bienestar Social, que ostenta su tutela. Cada<br />
piso acoge a seis niños y adolescentes, que conviven<br />
con sus respectivos educadores. Gracias<br />
a ese día a día normal, del que forma parte, por<br />
ejemplo, acudir al colegio de su barrio, o jugar<br />
con los otros niños vecinos de escalera, interiorizan<br />
un «estilo de vida» (en el sentido que le da la<br />
psicología social) más adaptado y útil que el vivido<br />
en el seno de su familia. Los otros dos pisos<br />
están destinados a aquellos chicos y chicas que al<br />
alcanzar la mayoría de edad se les acaba la tutela<br />
de la Administración, y carecen por completo de<br />
respaldo familiar. Con una capacidad para cuatro<br />
jóvenes cada uno, estos «pisos de transición»<br />
cuentan con el seguimiento a distancia de nuestros<br />
educadores, y ofrecen el soporte imprescindible<br />
hasta alcanzar unos mínimos de autonomía e<br />
independencia personales.<br />
Los otros dos recursos surgen a mediados<br />
de los noventa, como respuesta a las carencias y<br />
retos que nuestra propia experiencia nos planteaba.<br />
Los programas de Juventud se centran en<br />
la aplicación de las medidas judiciales de medio<br />
abierto con los jóvenes infractores de la ciudad<br />
de Alicante. Este programa nos permite subrayar<br />
la faceta educativa en el tratamiento de los delincuentes<br />
juveniles, ofreciendo una oportunidad<br />
de recuperación a muchos de estos jóvenes. Un<br />
equipo de diez personas actúa anualmente con<br />
más de trescientos jóvenes en la ejecución de<br />
más de cuatrocientas medidas.<br />
Por último, los Programas de Familia<br />
(Educación Familiar, Perinatales y Desarrollo y<br />
Organización Familiar), nacieron de la necesidad<br />
de actuar en la prevención para evitar el deterioro<br />
familiar que desemboca en la desprotección y el<br />
desamparo de los hijos, del que tanta experiencia<br />
teníamos en el Centro de Vida. Destinado a<br />
familias con graves problemas, pero en las que la<br />
convivencia no se ha roto del todo, las educadoras<br />
intervienen en el seno de la familia, de cada<br />
familia, ayudando al cambio de actitudes educativas<br />
y relacionales, facilitando alternativas para la<br />
resolución de conflictos. En el caso del programa<br />
de «Perinatales», que está pensado para madres<br />
jóvenes con graves carencias personales para<br />
la crianza y con ausencia de apoyo familiar o de<br />
otro tipo, la prevención se lleva al extremo, pues<br />
el acompañamiento a la joven comienza prácticamente<br />
desde el nacimiento del bebé y a veces<br />
antes. Este seguimiento individualizado garantiza<br />
los mínimos básicos de alimentación, higiene y<br />
seguimiento médico de la criatura y ayuda a la<br />
muchacha a desarrollar otras facetas afectivas<br />
y educativas en su nuevo papel de madre. Seis<br />
educadoras atienden a más de cien mujeres (e<br />
influyen sobre más de trescientos niños), entre<br />
los distintos programas, que están implantados<br />
en la ciudad de Alicante y otros dos municipios<br />
cercanos.<br />
Cuatro jesuitas trabajan codo con codo con<br />
más de ciento diez profesionales. Entre todos<br />
intentamos dar respuesta a las necesidades que<br />
están sin respuesta. E intentamos hacerlo de<br />
forma personalizada e incondicional con cada uno<br />
de ellos, con cada niño, con cada joven, con cada<br />
madre. Queremos hacerlo siguiendo el modelo de<br />
Ignacio de Loyola y el ejemplo más cercano de<br />
Fco. Javier Fontova, como una clara opción por<br />
los más pequeños y excluidos, y por la justicia<br />
que se les debe.<br />
Pero ese camino no es fácil y la incomprensión<br />
ha sido muchas veces compañera de viaje.<br />
Tachados de «asistencialistas» en unas épocas<br />
y de demasiado «profesionalizados» en otras, la<br />
duda se hace inevitable. ¿Vale la pena todo este<br />
esfuerzo, todo este dinero, toda esta dedicación?<br />
A veces, entre tanto ruido de análisis sociales,<br />
de cálculos y documentadas reflexiones, no<br />
escuchamos lo que nos están diciendo ellos: esos<br />
niños, esos jóvenes con sus miradas, con sus<br />
silencios, con su gesto de miedo o sus sonrisas.<br />
Seguramente ésa es la pista más certera para<br />
encontrar respuesta a nuestras dudas e incertidumbres.<br />
■<br />
® Fotógrafo: Lucio López Revilla.<br />
Ciencia, Tecnología<br />
y Religión<br />
Javier Leach Albert, SJ<br />
Un<br />
el mes de julio de 2003 la Junta de<br />
Gobierno de la Universidad Comillas aprobó la<br />
constitución de la Cátedra de Ciencia, Tecnología<br />
y Religión en la Escuela Superior de Ingenieros<br />
de nuestra universidad. Su rector, José Ramón<br />
Busto, apoyó decididamente la creación de esta<br />
cátedra, en un momento en que razones contextuales<br />
no hacían fácil su financiación. El convencimiento<br />
de que este proyecto podía representar<br />
algo importante ha unido a un grupo de personas,<br />
entre ellas jesuitas profesores en diversas<br />
universidades españolas en materias que van<br />
desde la física teórica o la cosmología, pasando<br />
por la tecnología y las ciencias de la computación,<br />
hasta la bioquímica, la biología, la paleontología<br />
y la psicología científica.<br />
6 7<br />
Objetivos<br />
Crear dentro de la universidad, en apertura<br />
hacia la sociedad, un foro de reflexión institucional<br />
estable que permita pensar en profundidad<br />
sobre la imagen científica del universo que hoy<br />
tenemos para ponerla en diálogo con sus dimensiones<br />
metafísico-filosóficas y teológicas. Es<br />
evidente que este objetivo debería ser esencial<br />
para una universidad como la nuestra, especialmente<br />
comprometida en la tarea de ofrecer<br />
a quienes se acercan a ella una oportunidad de<br />
afrontar con profundidad el reto intelectual de<br />
adentrarse con profundidad sobre el misterio del<br />
universo, de la vida y del hombre.<br />
La Cátedra CTR nace del convencimiento<br />
de que carreras como la ingeniería proporcionan<br />
preparación competente para ciertas intervenciones<br />
científico-tecnológicas, jurídicas o económicas,<br />
muy concretas, pero olvidan el planteamiento<br />
integral, en profundidad, de cuanto la<br />
ciencia significa en relación al sentido de la vida,<br />
a lo filosófico y, consecuentemente, a lo teológico.<br />
Alumnos y profesores pueden acabar así en<br />
una situación esquizofrénica o bifronte: el mundo<br />
de lo científico-tecnológico o de lo jurídicoeconómico<br />
y, por otra parte, el mundo personal<br />
del sentido de la vida, de los cuestionamientos<br />
filosóficos, de las convicciones morales o religiosas.<br />
Este bifrontismo puede darse en el joven<br />
universitario, pero quizá aparece con más fuerza<br />
cuando la vida nos ha llevado a momentos de<br />
madurez. Un profesional de la ingeniería puede<br />
tener la apetencia, incluso existencial, de afrontar<br />
el reto de la cultura actual para clarificar su<br />
pensamiento y de adentrarse en la profundidad<br />
rigurosa del conocimiento.<br />
La ciencia, en efecto, que constituye hoy<br />
casi connaturalmente la lente desde la que<br />
vemos el mundo, nos ofrece una visión del universo,<br />
de la vida y del hombre. La filosofía y la<br />
teología tratan de ofrecernos el sentido último<br />
de esas realidades. El problema personal para
muchos científicos y tecnólogos es que su imagen<br />
científica no es congruente con su universo<br />
filosófico y religioso. De ahí la necesidad de clarificar<br />
el propio sentido en relación a la imagen<br />
científica y a la imagen filosófico-teológico-cristiana<br />
en que nos hallamos por tradición cultural<br />
y religiosa.<br />
La universidad debía responder además<br />
a una necesidad institucional. Y es claro que la<br />
Universidad Comillas y el ICAI han tenido un<br />
rasgo distintivo propio: ofrecer una formación no<br />
sólo científica y tecnológica, como cualquier otra<br />
universidad, sino intentar la formación humana<br />
integral: profesionales de alta calidad, con rigurosas<br />
exigencias éticas, personales y sociales,<br />
con una cosmovisión responsable que les proporcione<br />
un equilibrio personal para afrontar con<br />
sentido su propia vida y actuación social.<br />
La creación, pues, de la Cátedra CTR en<br />
la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la<br />
Universidad Comillas responde a estas inquietudes:<br />
la necesidad de crear foros donde pueda<br />
encontrar ámbitos de pensamiento en profundidad<br />
que ayuden a reflexionar para encontrar<br />
el sentido que todos necesitamos. La Cátedra<br />
nace como foro de deliberación participado. Los<br />
profesores que promovemos la Cátedra somos<br />
conscientes de la complejidad de la ciencia,<br />
de la filosofía, de la teología, e incluso de las<br />
cosmovisiones culturales (complejidad de la<br />
interculturalidad). Sabemos que hay siempre<br />
muchas opiniones y pareceres, muchas veces en<br />
confrontación. La función<br />
de la Cátedra debe ser,<br />
pues, hacer posible un<br />
foro de reflexión, donde<br />
se escucha a unos y otros;<br />
pero siempre queda a<br />
salvo la libertad de cada<br />
uno para ir encontrando<br />
el propio sentido. Oír, participar, discutir, dialogar,<br />
exponer, son formas de activar nuestra voluntad<br />
personal de no vivir aletargados, arrastrados irremisiblemente<br />
por una sociedad de consumo que<br />
nos adormece, sino activos, comprometidos por<br />
encontrar el sentido y experimentar la paz interior<br />
de vivir nuestras vidas con autenticidad.<br />
Acogida<br />
Estamos muy contentos. Durante estos primeros<br />
años la Cátedra CTR ha emprendido diferentes<br />
vías de actuación. Refiriéndonos a lo principal<br />
destacaríamos algunos puntos:<br />
1) Ha tomado postura en los ámbitos internacionales<br />
que cultivan el estudio de las relaciones<br />
ciencia/religión, principalmente en los países<br />
anglosajones; se han establecido importantes<br />
contactos personales y se ha participado en foros<br />
internacionales.<br />
2) Se ha organizado en España una red de<br />
grupos locales para el estudio de ciencia/religión,<br />
principalmente en universidades, habiéndose conseguido<br />
una financiación básica de estos grupos<br />
por el Metanexus Institute for Science & Religion<br />
de Philadelphia, Estados Unidos; se ha presentado<br />
a la Templeton Foundation de Estados Unidos<br />
un proyecto titulado La evolución humana, que ha<br />
sido concedido y ha supuesto financiación de la<br />
Cátedra para proyectos concretos durante estos<br />
años; se ha abierto la página web de la Cátedra<br />
que ofrece ya a un público general numerosos<br />
materiales de formación, reflexión y participación;<br />
se ha establecido contacto con una red de<br />
universidades latinoamericanas conectadas en<br />
los estudios de ciencia/religión; se ha comenzado<br />
la colección de publicaciones de la Cátedra que<br />
se engrosará en los próximos años; se tienen<br />
abiertas diferentes líneas de investigación, incluyendo<br />
varias tesis doctorales; se ha trabajado<br />
también en el diseño de un programa de Ciencia,<br />
Tecnología y Ética Social (CTES) de la Fundación<br />
Universitaria Comillas ICAI; en estos años pasados<br />
hemos recibido ayuda de varias empresas; se<br />
han iniciado además diferentes estrategias para<br />
movilizar al alumnado en torno a las propuestas<br />
de reflexión de la Cátedra.<br />
La creación de la Cátedra nace del altruismo<br />
y tiene una vocación de servicio. Creemos que<br />
responde a una necesidad que muchas personas<br />
pueden sentir cuando la búsqueda de autenticidad<br />
intelectual nos urge desde dentro.■<br />
www.upcomillas.es/webcorporativo/centros/<br />
catedras/ctr/<br />
LOS JESUITAS<br />
Y LA<br />
ASTRONOMÍA<br />
CON MOTIVO DE LA CELEBRACIÓN DEL AÑO INTERNACIONAL DE LA ASTRONOMÍA,<br />
EL PROFESOR DE MATEMÁTICAS, FRANCISCO JAVIER BLANCO, PROPUSO A LOS<br />
ALUMNOS DE 1º Y 2º ESO DEL COLEGIO JESUITA «APÓSTOL SANTIAGO» DE<br />
VIGO, QUE INVESTIGARAN JESUITAS QUE SE HUBIERAN DEDICADO AL ESTUDIO<br />
DE LA ASTRONOMÍA. CON ALGÚN AÑADIDO REPRODUCIMOS AQUÍ EL RESULTADO<br />
DE ESTE TRABAJO, QUE APARECIÓ EN LA REVISTA DE DICHO COLEGIO O NOSO<br />
LAR Nº 37 (ENERO-JUNIO 2009).<br />
CHRISTOPHER CLAVIUS, SJ<br />
(1538 – 1612)<br />
Muy admirado por Galileo, Tycho<br />
Brahe y Kepler. Participa en la reforma<br />
del calendario a propuesta del<br />
papa Gregorio XIII.<br />
CHRISTOPHER GRIENBERGER, SJ<br />
(1561 – 1636)<br />
Partidario de las ideas de Galileo tuvo que defender<br />
las ideas de Aristóteles. Introdujo la montura<br />
ecuatorial del telescopio e inició un programa de<br />
localización de estrellas por el telescopio.<br />
CHRISTOPH SCHEINER, SJ<br />
(1573 – 1650)<br />
Está entre lo primeros en observar y estudiar las<br />
manchas solares en el Sol. Mantuvo con Galileo<br />
una polémica sobre la prioridad de las observaciones.<br />
ORAZIO GRASSI, SJ<br />
(1583 – 1654)<br />
Fueron famosas sus polémicas con Galileo bajo<br />
el pseudónimo de «Sarsi». Defendió que los<br />
cometas eran astros que giraban alrededor del<br />
Sol, mientras que Galileo decía que eran fenómenos<br />
luminosos en la atmósfera.<br />
JOHANN CYSAT, SJ<br />
(1587 – 1657)<br />
Es uno de los primeros en estudiar los cometas<br />
con ayuda del telescopio. Demostró que las<br />
órbitas de los cometas eran alrededor del Sol<br />
y parabólicas. En 1630 observó el tránsito de<br />
Mercurio por el disco solar.<br />
JOHANN ADAM SCHALL, SJ<br />
(1593 – 1666)<br />
LLevó a cabo la reforma del calendario chino.<br />
En 1644 predice el próximo eclipse y acierta con<br />
precisión. Los astrónomos chinos erraron en la<br />
hora del eclipse en 45 minutos.<br />
GIOVANNI BATTISTA RICCIOLI, SJ<br />
(1598 – 1671)<br />
Estudió la Luna y publicó la obra «Nuevo<br />
Almagesto» (1651, corrigiendo a Ptolomeo),<br />
en la que establecía la nomenclatura de<br />
los accidentes de la cara visible de nuestro<br />
satélite. Rechazó las teorías de Copérnico<br />
como ciertas, pero alabó su trabajo. Realizó<br />
un detallado estudio telescópico de la Luna,<br />
trabajo que realizó en conjunto con el P.<br />
Grimaldi.<br />
FRANCESCO MARIA GRIMALDI, SJ<br />
(1618 – 1663)<br />
En astronomía, construyó y utilizó los instrumentos<br />
para medir características geológicas<br />
en la luna, y dibujó un mapa de la luna que<br />
fue publicado por Riccioli. En óptica descubrió<br />
el fenómeno de la difracción y es citado<br />
por Newton.<br />
FERDINAND VERBIEST, SJ<br />
(1623 – 1688)<br />
A partir de 1667, reforma el calendario<br />
chino. Fue director del Observatorio de<br />
Pekín. Construyó los instrumentos astronómicos<br />
del observatorio que todavía se conservan.<br />
JOSÉ ZARAGOZA, SJ<br />
(1627 – 1679)<br />
Gran astrónomo y matemático profesor del<br />
Colegio Imperial de Madrid. Publicó en 1675<br />
una de las primeras obras de astronomía<br />
en español. Observó la aparición de varios<br />
cometas.<br />
JACOPO BELGRADO, SJ<br />
(1704 – 1789)<br />
Matemático de la corte y confesor<br />
del duque Filipo de Parma,<br />
donde estableció un observatorio<br />
astronómico.<br />
8 9
ación<br />
S¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero<br />
que anuncia la paz! (Isaías 52, 7)<br />
¿Quién habitará en tu monte Santo? El que practica la justicia,<br />
el que no hace mal al prójimo, el que no acepta soborno contra el<br />
inocente (Salmo 15, 1-4)<br />
Concordia (Pakistán): en el centro el K2. ® Fotógrafo: Luis Santaolalla<br />
Envia tu luz y tu verdad: que ellas me guien hasta tu<br />
monte Santo, hasta tu morada (Salmo 43, 3)<br />
Los que confian en el Señor son como el monte Sión: no vacila,<br />
está sentado para siempre (Salmo 125, 1)<br />
Jesús subió al monte... y los instruyó (Mateo 5, 1)
Los «padres negros» en la<br />
Tarahumara<br />
Luis Antonio Lucas Mejía, SJ<br />
L a historia de la misión de la Tarahumara<br />
se remonta hasta el siglo XVII, cuando los primeros<br />
misioneros jesuitas, enviados a las tierras<br />
del norte de México, comenzaron su labor entre<br />
pueblos indígenas de los actuales estados de<br />
Sonora, Sinaloa y Chihuahua, con grupos indígenas<br />
como los chínipas, los tepehuanes, los<br />
guazapares, los tubares y los rarámuri, entre<br />
otros. Hombres como Tomás de Guadalajara,<br />
José Tardá y muchos otros dejaron huella en la<br />
evangelización de estos pueblos. Debido<br />
a la expulsión de los jesuitas de los<br />
territorios españoles, los pueblos y<br />
comunidades rarámuri quedaron<br />
prácticamente sin atención por<br />
parte de la Iglesia, aunque<br />
hubo intentos de atenderles:<br />
un tiempo los franciscanos<br />
y los josefinos, además<br />
del clero diocesano de las<br />
regiones cercanas; sin embargo, nunca se logró<br />
cubrir el área que mantenían los jesuitas. Esto<br />
provocó que los rarámuri, a su propio modo y<br />
estilo, fueran asimilando y apropiándose de lo<br />
que los «padres negros» les enseñaron.<br />
En 1900, con la llegada de tres sacerdotes<br />
y un hermano, la Compañía de Jesús regresa a<br />
la sierra de Chihuahua. Desde entonces y hasta<br />
la fecha, la misión de la Tarahumara se ha visto<br />
animada por la presencia de muchos jesuitas<br />
que han dejado huella de su caminar por estas<br />
tierras. Lo que fuera la misión de la Tarahumara,<br />
actualmente se ha convertido en la Diócesis de<br />
la Tarahumara y los jesuitas atendemos solamente<br />
algunas de la parroquias.<br />
Para situarnos<br />
La sierra Tarahumara se encuentra ubicada<br />
al oeste del territorio del norteño estado de<br />
Chihuahua, México. Una quebrada región serrana,<br />
de bosques de pinos y encinos, que se eleva<br />
en lugares hasta de 2700 metros sobre el nivel<br />
del mar. Lugar de abundante fauna tanto en las<br />
partes altas como en las profundas barrancas de<br />
la región. Los grupos indígenas que actualmente<br />
habitan en la sierra son: rarámuri, rarómari,<br />
ódame, warojio y pima. Tarahumaras es el nombre<br />
que el hombre blanco asignó a los rarámuri<br />
y a los rarómari.<br />
Yo llegué a la sierra Tarahumara recién terminada<br />
mi etapa de estudio de la Filosofía junto<br />
con otro maestrillo y un sacerdote. Se nos asignó<br />
una de las parroquias que los jesuitas tenemos<br />
a nuestro cargo: la parroquia de San Miguel<br />
de Wawachiki. Nuestra misión, encomendada<br />
por el Provincial, como maestrillos, fue principalmente<br />
aprender la lengua rarámuri y adentrarnos<br />
en su cultura.<br />
Dentro de la parroquia mi comunidad de<br />
referencia fue el pueblo de Pamachi. Poco más<br />
de dos años he estado acompañando a este<br />
pueblo. Acompañar a una comunidad<br />
rarámuri representa una serie<br />
de aspectos a los que no estamos<br />
acostumbrados. De entrada, nuestra<br />
formación occidental choca con los<br />
modos, formas y costumbres de estos<br />
grupos indígenas. Un ejemplo de esto<br />
es que la función de los sacerdotes,<br />
religiosas y religiosos es la que las<br />
autoridades tradicionales decidan. De<br />
hecho, si no hay un clérigo de la Iglesia,<br />
los rezos y fiestas se dan de la misma<br />
manera. El ritmo de vida en estos<br />
lugares, es tranquilo, sin prisa, los horarios no<br />
existen. Por todo eso, básicamente, nuestra presencia,<br />
es de acompañamiento. Esto significa,<br />
en términos prácticos, estar con ellos: trabajar,<br />
vivir, festejar y celebrar. Pasamos alrededor de<br />
quince días al mes insertos en cada una de las<br />
distintas comunidades.<br />
El acompañamiento en el aspecto religioso<br />
está también definido por el estilo de su cultura:<br />
es austero, sencillo y tradicional. En sus ritos y<br />
celebraciones se han sedimentado dos culturas,<br />
la autóctona y la hispánica.<br />
Las fiestas<br />
Un momento muy significativo de su cultura<br />
son sus fiestas. Son una mezcla de las autóctonas<br />
(el yumari, que es la danza del búho y del<br />
venado) y las fiestas religiosas que les inculcaron<br />
los primeros misioneros (la danza del matachín,<br />
de origen español). Sus fiestas principales<br />
abarcan dos ciclos: invierno y Semana Santa.<br />
Comento sólo algo de las fiestas de invierno.<br />
Estas son, básicamente el 12 de diciembre<br />
(Ntra. Sra. de Guadalupe), el 24 de diciembre<br />
y el 6 de enero, y en algunos lugares el 2 de<br />
febrero. En estas fiestas se suele danzar «matachín»<br />
toda la noche previa al día de la<br />
fiesta, dentro de la Iglesia, iluminados<br />
únicamente por la luz de las<br />
velas que adornan el altar, a<br />
una temperatura a veces de<br />
-10º C. Se danza por muchas<br />
razones, pero la principal es, a<br />
decir de ellos, «para que Dios<br />
esté contento, porque a Dios le<br />
gusta nuestra música y también<br />
danza con nosotros». Esos días<br />
nuestro trabajo es danzar<br />
con ellos y ayudarlos con<br />
los rezos que se hacen a<br />
diferentes intervalos de la<br />
noche y del día y bautizar.<br />
La fiesta en la Iglesia<br />
termina el mismo<br />
día, después de que<br />
se da de comer<br />
a todo el pueblo<br />
un poco de<br />
caldo de chivo;<br />
de ahí nos retiramos<br />
todos a<br />
las casas de los<br />
fiesteros,<br />
para<br />
seguir<br />
danzando y<br />
tomar una bebida<br />
ligeramente embriagante a base de maíz<br />
que llaman suguiki. Al igual que en el baile,<br />
Dios come y bebe con nosotros, a Él se le da de<br />
comer y beber primero.<br />
Además de acompañar a las comunidades<br />
en sus fiestas y tradiciones, y siguiendo la línea<br />
del acompañamiento y no de la imposición de<br />
nuestras ideas y concepto de desarrollo y civilización,<br />
impulsamos la formación de promotores<br />
de salud mediante un proyecto de apoyo<br />
alimenticio para combatir la desnutrición en<br />
varias comunidades; acompañamos un proceso<br />
organizativo que busca el reforzamiento de su<br />
cultura y religiosidad, a nivel diocesano, regional<br />
y parroquial, entre otras iniciativas.<br />
El necesario diálogo intercultural<br />
La interculturalidad es la clave en nuestra<br />
convivencia con estas comunidades. Se trata<br />
de caminar con ellas, de que ninguna cultura<br />
domine o suprima la propia, sino que se viva<br />
un compartir recíproco. Hoy día ninguna cultura<br />
puede permanecer aislada de las demás,<br />
por eso constatamos la importancia del diálogo,<br />
de reconocer en el otro a la persona que<br />
es y su derecho a serlo. ¿Cómo podemos ser<br />
puentes entre las culturas? ¿Cómo ayudamos<br />
a que los rarámuri sigan siéndolo en medio<br />
de un mundo que avanza rápidamente y que<br />
muchas veces destruye todo lo que encuentra<br />
a su paso? Son algunas de las preguntas que<br />
nos hacemos en este lugar, y que vamos respondiendo<br />
con ellos. Desde su fundación, la<br />
Compañía de Jesús ha buscado siempre estar<br />
y apoyar la dignidad de los pueblos indígenas.<br />
Hoy como ayer, seguimos con ese trabajo, con<br />
diferentes métodos y modos, pero fieles a la<br />
llamada de Jesús en el servicio de la fe y la<br />
promoción de la justicia que es exigencia constitutiva<br />
de la evangelización. ■<br />
14 15
Centenario de San<br />
Francisco de Borja<br />
El embajador de España<br />
ante la Santa Sede, Francisco Vázquez,<br />
propondrá al Vaticano que la<br />
celebración de la Hispanidad del 12<br />
de octubre de 2010 esté dedicada a<br />
S. Francisco de Borja, dentro de los<br />
actos conmemorativos del V Centenario<br />
de su nacimiento, cuyo año<br />
jubilar se iniciará el domingo 25 de<br />
octubre de 2009 en Gandía (Valencia).<br />
Representantes del Ayuntamiento<br />
de esa ciudad, junto a la<br />
presidenta de la Sociedad Estatal<br />
para la Acción Cultural Exterior del<br />
Gobierno de España, han viajado<br />
a Roma para preparar las actividades<br />
previstas en la capital italiana<br />
y en el Vaticano con motivo de la<br />
efeméride. El embajador de España<br />
en Roma, Luis Calvo, gestionará<br />
con las autoridades de la ciudad la<br />
celebración, en la Plaza del Popolo,<br />
del concierto que el músico Carles<br />
Santos prepara con 500 músicos.<br />
La iglesia del Gesù acogerá otro<br />
concierto que el musicólogo Jordi<br />
Savall está preparando sobre la<br />
música de la dinastía Borja. Asimismo,<br />
la Academia de España en<br />
Roma será la sede de la exposición<br />
que organiza el Ayuntamiento gandiense<br />
sobre arte contemporáneo,<br />
arquitectura jesuítica, y la figura de<br />
Francisco de Borja, duque de Gandía,<br />
virrey de Cataluña y tercer General<br />
de la Compañía de Jesús. Este<br />
V Centenario, que se celebrará en<br />
Gandía con diferentes actividades y<br />
celebraciones a lo largo del año, se<br />
clausurará con la presencia del P.<br />
General de la Compañía, el jueves<br />
28 de octubre de 2010, fecha del<br />
nacimiento del Santo.<br />
El reto africano<br />
de los Antiguos<br />
Alumnos<br />
Del 22 al 27 de julio tuvo lugar en<br />
Bujumbura, capital de Burundi,<br />
el Congreso Internacional de<br />
Antiguos Alumnos de la Compañía,<br />
con participantes de todo el<br />
mundo. La designación de África<br />
y, en particular, Burundi, como<br />
sede del Congreso, es significativa<br />
en vista de la historia del país, las<br />
heridas aún sangrantes causadas<br />
por turbulencias políticas, la plaga<br />
de SIDA y la pobreza que afecta a<br />
tantos de sus habitantes. La presencia<br />
de la Compañía de Jesús en<br />
Burundi, sobre todo en el campo<br />
de la educación, tiene una larga<br />
tradición. El antiguo Collège Saint-<br />
Esprit, actualmente Lycée Saint-<br />
Esprit, cuenta con casi 900 alumnos,<br />
chicos y chicas. El tema del<br />
Congreso supuso ya un programa:<br />
Por un África mejor: qué hemos<br />
hecho, que estamos haciendo, qué<br />
deberíamos hacer. La reunión estuvo<br />
precedida por una semana de<br />
«pre-congreso», para los antiguos<br />
alumnos más jóvenes, como una<br />
«experiencia», activa y solidaria,<br />
en los centros de huérfanos, o en<br />
hospitales de Burundi y de la región<br />
de Bukavu en la vecina R.D. del<br />
Congo.<br />
Aniversario de los<br />
jesuitas filipinos<br />
Para conmemorar<br />
los 150 años del regreso de<br />
los jesuitas a Filipinas, el 14 de<br />
junio se tuvo una solemne ceremonia<br />
presidida por el Cardenal<br />
Gaudencio B. Rosales, Arzobispo<br />
de Manila, y el P. José Magadia,<br />
Provincial de Filipinas. Asistieron<br />
muchos antiguos y actuales alumnos<br />
de nuestros colegios, autoridades<br />
y amigos. Exactamente<br />
hace 150 años, en la mañana<br />
del 14 de junio 1859, recordó el<br />
P. Magadia en su discurso, diez<br />
jesuitas de la Provincia de Aragón<br />
de España, desembarcaron de la<br />
nave Luisita. Después de meses<br />
de viaje desafiando la violencia del<br />
mar y soportando las molestias<br />
e incertidumbres de los viajes en<br />
el siglo XIX, pusieron pie finalmente<br />
en su nuevo destino. Pocos<br />
meses después, el 10 de diciembre<br />
1859, recibieron el encargo<br />
de dirigir en Manila la Escuela Pía,<br />
que más tarde cambió su nombre<br />
a Ateneo Municipal. Este fue el primer<br />
paso que condujo al colegio<br />
que hoy, trasladado a otra parte<br />
de la ciudad, se llama Ateneo de<br />
Manila University. Las celebraciones<br />
continuaron con conferencias,<br />
conciertos, exposiciones de arte<br />
y de ciencias, y con la publicación<br />
de un volumen conmemorativo.<br />
Culminaron con la visita del P.<br />
General.<br />
Primera Ordenación<br />
de un jesuita camboyano.<br />
Joseph Phongphand Phokthavi<br />
SJ, más cariñosamente conocido<br />
como «Jub», fue ordenado sacerdote<br />
en la iglesia de la Asunción en<br />
Battambang, Camboya. La ordenación<br />
fue un maravilloso encuentro<br />
comunitario, en el que los anfitriones<br />
fueron Enrique Figaredo SJ,<br />
Prefecto Apostólico de Battambang<br />
y Gabriel Je SJ, Delegado del<br />
Provincial de Corea, ya que la<br />
Misión en Camboya depende de<br />
esa Provincia. Antes de entrar a la<br />
Compañía, entre los años 1985-<br />
1991, Jub trabajó en el JRS como<br />
voluntario con los refugiados camboyanos<br />
en uno de los campos que<br />
queda en la frontera con Tailandia.<br />
En 1990 Jub partió a Camboya, y<br />
allí ayudó en el proceso de retorno,<br />
iniciado por la ONU, de los refugiados<br />
que volvían a su país. Después<br />
de unos años como primer director<br />
de Banteay Prieb, una escuela técnica<br />
para discapacitados, volvió a<br />
Tailandia para seguir trabajando en<br />
el JRS, especialmente con los refugiados<br />
birmanos. Durante la emergencia<br />
de Timor Oriental, en 1999,<br />
fue miembro del equipo del JRS<br />
que fue allí a ayudar. Finalmente,<br />
en el año 2002 decidió ingresar a<br />
la Compañía de Jesús. Después de<br />
hacer su noviciado en Singapur,<br />
pasó dos años estudiando filosofía<br />
en el Ateneo de la Universidad de<br />
Manila, Filipinas, y posteriormente<br />
estudió teología en Melbourne,<br />
Australia.<br />
Una esperanza<br />
para las mujeres<br />
refugiadas<br />
En este momento aumentan en<br />
Roma las peticiones en los centros<br />
de acogida. Uno de esos centros<br />
es la «Casa de Giorgia», a<br />
la cual acuden en busca de asilo<br />
y protección mujeres, que huyen<br />
de sus países de origen. Esta<br />
estructura está ligada al Centro<br />
Astalli de los jesuitas de Roma,<br />
que puede acoger 36 mujeres,<br />
de las cuales 28 reciben ayuda<br />
económica de la ciudad de Roma.<br />
En 2008, la mayoría de las mujeres<br />
acogidas provenían de África.<br />
Recientemente, el deterioro de<br />
la situación política y social en<br />
países como Birmania, Tibet y<br />
Bangladesh, ha hecho que aumente<br />
el número de mujeres de esos<br />
países en busca de asilo político.<br />
Tenemos un alto número de mujeres<br />
con niños pero sin maridos<br />
-dice Giovanni La Manna SJ,<br />
Director del Centro- que después<br />
de seis meses reciben el permiso<br />
de estancia y pueden considerarse<br />
autónomas. Pero hay también<br />
mujeres que nos llegan con experiencias<br />
dolorosas. Las que han<br />
sido víctimas de torturas traen<br />
heridas visibles e invisibles que<br />
requieren tiempo. Las que más<br />
tiempo necesitan para curarse<br />
son las heridas invisibles, interiores,<br />
para las que hace falta un<br />
acompañamiento psicológico y, en<br />
algunos casos un largo tiempo de<br />
permanencia en el Centro hasta<br />
que logren curarse.<br />
Radio Progreso de<br />
Honduras<br />
El terremoto político,<br />
que ha sacudido a Honduras con la<br />
destitución del Presidente Manuel<br />
Zelaya el 28 de junio, ha afectado<br />
también a los jesuitas. Esa misma<br />
mañana, Radio Progreso, de la<br />
Compañía, fue obligada a suspender<br />
su programación. Hacia las<br />
10’30 h. de la mañana, cuando la<br />
emisora informaba acerca de la<br />
situación, irrumpieron en los estudios<br />
un grupo de 25 militares.<br />
Mientras los militares estaban<br />
dentro de los estudios, escribe<br />
el P. Ismael Moreno, Director<br />
de Radio Progreso, un nutrido<br />
número de personas acudió<br />
a nuestra estación queriendo<br />
entrar para defender la Radio<br />
y el personal. Por fortuna, y<br />
gracias a la intervención de<br />
varios, logramos evitar que<br />
la confrontación acabara<br />
en violencia. A la mañana<br />
siguiente, al constatar que<br />
los militares se habían retirado,<br />
la estación reanudó<br />
su actividad, aunque bajo<br />
la amenaza de una posible<br />
clausura. Los jesuitas emitieron<br />
un comunicado condenando<br />
esta acción y exponiendo su postura,<br />
con el que se solidarizaron<br />
los demás jesuitas latinoamericanos<br />
en otro comunicado conjunto.<br />
No es la primera vez que Radio<br />
Progreso se convierte en un símbolo<br />
de resistencia e independencia<br />
crítica.<br />
16 17
F. X. Dumortier, SJ<br />
Muchas<br />
tradiciones religiosas se reconocen<br />
«familia espiritual», aun dentro de su diversidad,<br />
por las raíces de las que nacieron o se nutren<br />
todavía. Con frecuencia se mueven en círculos<br />
distantes, pero eso no les impide sentirse familia<br />
cercana. Les unen intuiciones fundantes, un aire<br />
de familia y referencias y aún lenguajes comunes.<br />
Hemos constatado que de la espiritualidad de<br />
Ignacio de Loyola, han bebido, sobre todo de los<br />
Ejercicios Espirituales, muchos laicos y congregaciones<br />
religiosas. Una experiencia fontal de rasgos<br />
comunes y configuración espiritual: la centralidad<br />
de Jesucristo en complicidad personal de amistad,<br />
destino y misión, la polaridad acción/contemplación<br />
para encontrar a Dios en todo y en todos;<br />
la llamada al mundo y en él a lo más urgente o<br />
abandonado, el magis de la mayor gloria de Dios...<br />
Diferentes pero próximos<br />
Llamamos familia, analógicamente, a una<br />
comunidad que busca vivir y vive el espíritu de<br />
afecto y solidaridad que caracteriza, normalmente,<br />
las relaciones familiares. No, ciertamente, a una<br />
federación de grupos diferentes. Este concepto<br />
de familia anularía y diluiría la identidad propia de<br />
cada grupo o congregación, nivelando las diferencias.<br />
Cuando nos encontramos percibimos más<br />
y mejor el acento propio de los distintos grupos.<br />
Es importante que cada uno sea él mismo, para<br />
poder llamarnos y ser «nosotros». La familia ignaciana<br />
ha de ser necesariamente plural: los contornos<br />
serán imprecisos, los modos de actuar procederán<br />
del discernimiento de cada uno y se necesita<br />
que cada grupo sea y permanezca él mismo. La<br />
experiencia misionera de la Compañía de Jesús en<br />
los últimos 30 ó 40 años ha sido de una colaboración<br />
en el plano apostólico, que es donde se ha<br />
Familia<br />
afirmado y desarrollado el sentido de lo que nos<br />
une: la espiritualidad ignaciana es esencialmente<br />
apostólica.<br />
Colaboración mutua<br />
Primero por referencia a una misma tradición<br />
espiritual. Tenemos mucho que aprender unos de<br />
otros, cada uno y cada una, individual y colectivamente.<br />
Se da así una reafirmación en las fuentes<br />
y en lo que especifica cada camino particular,<br />
como perteneciente a tal grupo o congregación<br />
concreta, o como laico de tal movimiento, o como<br />
jesuita de su comunidad. En efecto podemos<br />
aportarnos mucho mutuamente en nuestro modo<br />
propio de sentir las cosas y de expresarlas, de<br />
comprender nuestra espiritualidad y la misión, en<br />
el buscar y hallar a Dios en todas las cosas: es<br />
nuestra diversidad que sólo ahora empezamos a<br />
descubrir.<br />
Además hay que buscar una manera de<br />
actuar apostólicamente. Trabajar juntos no es una<br />
opción posible, sino un desafío apostólico y una<br />
gracia, una necesidad. Importa discernir juntos<br />
tareas y prioridades; es colaborar en lo posible<br />
allá donde seamos llamados a actuar como discípulos<br />
y apóstoles de Cristo.<br />
Más aún, hay una manera de expresar qué<br />
es a lo que el Señor nos llama: personas que<br />
cuidan de los demás, que se escuchan y dialogan,<br />
que se estiman y aprecian, que buscan vivir<br />
como «amigos en el Señor», y que les mueve la<br />
voluntad de dirigirse a un mundo despiadado y<br />
duro, y testimoniar que el Espíritu de Dios crea<br />
proximidad y respeto en personas llamadas a ser<br />
un corazón de carne por los caminos pedregosos<br />
de un mundo dividido. Y, por fin, el deseo de ser<br />
discípulos de Cristo a la manera de Ignacio, Javier<br />
y Fabro.<br />
Ser «nosotros mismos»<br />
Una relación con el mundo absolutamente<br />
positiva, no por optimismo, que sería artificial,<br />
sino porque la experiencia cristiana se vive en el<br />
corazón de realidades ambiguas y cambiantes del<br />
mundo en el que vivimos, y a Dios hay que buscarlo<br />
y hallarlo en todo, en cualquier situación.<br />
Una vida interior y un caminar espiritual que,<br />
a partir de la experiencia de Dios que facilitan los<br />
Ejercicios, abren al deseo de salir al encuentro del<br />
Señor en la acción, aquí y siempre, en los acontecimientos<br />
y en los hombres, y así encarnarse en el<br />
mundo del Hijo de Dios hecho hombre y participar<br />
con Él, como servidores, de su misión.<br />
Además un sentido de Iglesia que se vive<br />
con un corazón y un espíritu suficientemente<br />
abiertos para entender lo que decía Juan Pablo II<br />
sobre el hombre de hoy: Este hombre es el camino<br />
de la Iglesia, camino que se despliega de una<br />
determinada manera, en la base de todas las<br />
rutas que la Iglesia debe asumir, porque el hombre<br />
–todo hombre sin ninguna excepción– ha sido<br />
rescatado por Cristo, porque Cristo está unido al<br />
hombre, a cada hombre, sin ninguna excepción,<br />
aunque el hombre no sea consciente de ello.<br />
En fin, el cuidado de no priorizar los «asuntos<br />
de familia». Hay que descentrarse de sí mismos,<br />
desplazando el centro de atención y las<br />
propias preocupaciones hacia donde aparecen las<br />
necesidades y esperanzas de los hombres de hoy,<br />
porque la familia ignaciana opta por lo que se<br />
proponía Javier en su tiempo: hacerse presentes<br />
en las fronteras del mundo y de la cultura de hoy.<br />
El porvenir de la familia ignaciana<br />
La Congregación General 34 de la Compañía<br />
de Jesús invitaba a la creación de una «red apos-<br />
Algunas congregaciones<br />
religiosas femeninas<br />
de inspiración ignaciana<br />
ANTES DE LA DISOLUCIÓN DE LA COMPAÑÍA<br />
• Instituto de la Bienaventurada Virgen María<br />
(Mary Ward)<br />
• Compañía de María<br />
• Hermanas de Santa Catalina de Braunsberg<br />
• Hijas de San José<br />
• El Retiro<br />
DURANTE LA DISOLUCIÓN DE LA COMPAÑÍA<br />
(1773-1814)<br />
• Instituto de Hijas del Corazón de María<br />
• Sociedad del Sagrado Corazón de Jesús<br />
• Hermanas de la Sagrada Familia<br />
• Hermanas de Nuestra Señora<br />
• Damas de la Instrucción Cristiana<br />
DESPUÉS DE LA DISOLUCIÓN DE LA COMPAÑÍA<br />
(1814)<br />
• Congregación de Jesús María<br />
• Fieles Compañeras de Jesús<br />
• Religiosas de Santa Dorotea<br />
• Auxiliadoras de las almas del Purgatorio<br />
• Hijas de Jesús<br />
• Religiosas de María Inmaculada<br />
• Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús<br />
tólica ignaciana» en los términos siguientes: La<br />
existencia de tantas personas de inspiración ignaciana<br />
atestigua la vitalidad permanente de los<br />
Ejercicios y su poder de animación apostólica. La<br />
gracia de una nueva era de la Iglesia y el dinamismo<br />
hacia un plus de solidaridad nos empujan<br />
de una manera decisiva a reforzar los lazos con<br />
todas estas personas y grupos. Así podríamos<br />
crear una red apostólica ignaciana (d. 13, n. 21).<br />
Trabajar juntos anudará los vínculos entre personas<br />
y grupos, permitirá que nazca una red en el<br />
que cada uno tenga su lugar y su misión propia y<br />
podamos así aportar a la Iglesia y a los hombres<br />
de nuestro tiempo lo que se nos confiado, es decir<br />
una tarea que no podemos abandonar. Está claro<br />
que esto significa cambio en el modo de pensar y<br />
hacer, pues se trata de una nueva «cultura apostólica»,<br />
una apuesta decidida por lo que se busca,<br />
se experimenta y se vive en una familia ignaciana<br />
que desea amar y servir al Señor en estos<br />
tiempos nuevos que demandan corazones libres<br />
y espíritus abiertos para avanzar humildemente<br />
hacia aquello a lo que hemos sido convocados.<br />
(Condensación de Jésuites de France, 2007)<br />
• Esclavas de Cristo Rey<br />
• Mercedarias Misioneras de Bérriz<br />
• Hermanas del Divino Pastor<br />
• Misioneras Cruzadas de la Iglesia<br />
• Institución Javeriana<br />
• Compañía Misionera<br />
del Sagrado Corazón de Jesús<br />
• Misioneras de Cristo Jesús<br />
• Santa Cruz de Jerusalén<br />
• María Reparadora<br />
• Comunidad Apostólica San Francisco Javier<br />
• Instituto secular Vida y Fe<br />
• Hermanas de Santa Clotilde<br />
• Hermanas de San Andrés<br />
• Nuestra Señora del<br />
Cenáculo<br />
• Hermanitas del Obrero<br />
• Federación ignaciana<br />
Jesús Servidor<br />
• Instituto secular<br />
Nuestra<br />
Señora del<br />
Trabajo<br />
• La Xavière<br />
(Grupo de Espiritualidad<br />
Ignaciana,<br />
Diccionario de<br />
Espiritualidad Ignaciana,<br />
Mensajero-<br />
Sal Terrae)<br />
18<br />
EN EL SIGLO XX<br />
• Apostólicas del Sagrado Corazón<br />
(Damas Apostólicas)<br />
19<br />
■
Entrevista al P. Félix Zabala<br />
Recuperar<br />
el júbilo y la fiesta<br />
C<br />
José Luis Franzesena<br />
antad al Señor un cántico nuevo...<br />
Resuene su alabanza en la asamblea de los<br />
fieles. Cantad con vuestra voz, cantad con<br />
vuestro corazón, cantad con vuestra conducta...<br />
La alabanza del canto reside en el mismo<br />
cantor. ¿Queréis rendir alabanzas a Dios? Sed<br />
vosotros mismos el canto que vais a cantar<br />
(San Agustín).<br />
Hace ya años se me grabó en el corazón<br />
la inscripción de un Cristo que se quedó<br />
sin brazos en un bombardeo de Munich: «No<br />
tengo más brazos que los vuestros». A nosotros<br />
los jesuitas se nos envía a un sitio en<br />
el que debemos ser los brazos de Cristo. Fui<br />
misionero de emigrantes españoles y portugueses<br />
en Burdeos, capellán de presos... Mi<br />
trabajo con los inmigrantes fue muy variado:<br />
asistencia a familias necesitadas de Burdeos<br />
y provincia; atención a los presos españoles y<br />
portugueses, con visitas casi diarias a la cárcel;<br />
fundar y dirigir un Centro de enseñanza de<br />
Bachillerato para jóvenes que un día regresarían<br />
a España y Portugal, fundar la Asociación<br />
de Padres de Familia, encargarme de la<br />
catequesis, fundar también la Congregación<br />
Mariana de Hijas de María y una revista, ocuparme<br />
de una capilla para los inmigrantes en<br />
uno de los pueblos de los alrededores... En el<br />
tiempo que me quedaba, formé también un<br />
coro de voces blancas y preparé las funciones<br />
del teatro que teníamos en nuestro Centro.<br />
Allí ensayábamos y representábamos obras en<br />
castellano.<br />
Más tarde estuve dando clases en un<br />
Colegio en España. Pero, mirando en perspectiva<br />
mi vida, me doy cuenta de que mi vocación<br />
en la Compañía era el canto y la música.<br />
A eso me llamaba Dios y lo constataba en la<br />
misión que me encargaban mis superiores De<br />
hecho en todas las etapas de mi formación<br />
como jesuita me he responsabilizado de los<br />
coros y me he ido formando en la práctica<br />
y con buenos maestros, como el P. Nemesio<br />
Otaño y el P. Seraphin Berchten. Mi servicio<br />
apostólico ha sido, principalmente, el canto y<br />
la música, como una catequesis de la liturgia y<br />
la devoción popular. Hay que cuidar la liturgia,<br />
y especialmente, la eucaristía, de la que nacen<br />
la inspiración y la fuerza para la «liturgia del<br />
mundo» (K. Rahner), que es hallar a Dios en<br />
todas las cosas, personas y situaciones y vivir<br />
con Él, para Él y para sus hijos.<br />
- ¿Y ahora en Loyola?<br />
Lo primero que me pidió el P. Provincial<br />
fue que ocupase el cargo de organista, en las<br />
varias funciones de la Basílica. Creamos un<br />
Coro, el Coro Nemesio Otaño. Otra de mis<br />
ocupaciones fue la de responsable del Archivo<br />
de Música. Es un fondo muy rico. Hasta ahora,<br />
con la ayuda de dos colaboradoras, tenemos<br />
más de 100.000 fichas de partituras, documentos,<br />
libros etc.<br />
- ¿Y como compositor?<br />
Creo que pasarán de las seiscientas<br />
obras. En Loyola fui componiendo cerca de<br />
100 salmos, los propios de cada domingo y de<br />
cada fiesta. Y otros para las distintas partes de<br />
la misa, como la comunión, ofertorio, canto de<br />
entrada, fiestas de la Virgen, de los santos...<br />
El hecho es que muchas de esas partituras se<br />
cantan también en otras parroquias. Mi idea<br />
ha sido siempre hacer que el pueblo participe<br />
activamente y no como un testigo mudo. Así<br />
la liturgia, con un coro y una asamblea participativos,<br />
tiene vida y es fiesta, la fiesta de los<br />
cristianos. La fiesta no es un espectáculo: no<br />
se «dice» ni se «oye» misa. Como tampoco,<br />
un concierto. La fiesta cristiana celebra la fe y<br />
la agradece y es celebración unánime y concorde<br />
que necesita, nace, crea y refuerza la<br />
comunidad. Sin fiesta no hay comunidad sino<br />
individualismo, o mero cumplimiento rutinario<br />
sin corazón.<br />
He compuesto también cantos que me<br />
han ido pidiendo expresamente algunos directores<br />
de coros, no sólo para la liturgia, sino<br />
también para conciertos sacros; me han galardonado<br />
en varios concursos, como los de la<br />
Federación de Coros de Euskalerria. Publiqué<br />
un Cantoral Religioso de Loyola, con 259 cantos<br />
en castellano, 49 en latín y 262 en euskera,<br />
también «Villancicos de Navidad», 23 canciones<br />
con letra en castellano y euskera para<br />
coro mixto y voces graves. Es importante lo<br />
popular en cuanto incultura la fe.<br />
Para el V Centenario del nacimiento de<br />
san Ignacio, el año 1991, preparé el disco oficial<br />
«Loyola 91», con trece obras, de las que<br />
tres son mías: Amarte a ti, Señor - Zu Jauna,<br />
maitatu, himno oficial del Centenario, y dos<br />
de las oraciones típicamente ignacianas como<br />
el Suscipe, Domine (Tomad Señor y recibid) y<br />
el Alma de Cristo. Además, grabé y publiqué<br />
doce versiones para solistas y coro o asamblea,<br />
flauta, violín y trompeta y órgano de En<br />
todo amar y servir.<br />
- También has investigado en el mundo<br />
de la música...<br />
Con ocasión del V Centenario del<br />
nacimiento de san Ignacio, publiqué el<br />
libro Música Ignaciana. En la primera<br />
parte del libro estudié el origen de la<br />
Marcha de san Ignacio; la segunda es<br />
el catálogo de obras en honor del Santo<br />
que pude reunir. Fueron unas 500, muchas<br />
de ellas desconocidas completamente.<br />
Durante doce años he estado trabajando<br />
sobre Músicos Jesuitas a lo largo de la historia,<br />
ya publicado. Y actualmente estoy<br />
preparando un Catálogo sobre la música<br />
que hay en nuestro Archivo relacionada<br />
con la Compañía de Jesús, sus santos, festividades<br />
importantes, etc. Creo que pasan<br />
de 5.000 las obras que tenemos sobre esta<br />
materia, que pueden ser de interés para<br />
posibles investigadores.<br />
¿A tu edad te sientes satisfecho como<br />
jesuita por este tu destino casi prioritario<br />
a la música?<br />
No sólo satisfecho, sino muy agradecido<br />
al Señor por mi humilde contribución a la<br />
liturgia y a la participación del pueblo en ella<br />
a través del canto. La considero un servicio<br />
apostólico. El canto y la música preparan el<br />
corazón, serena nuestro espíritu y nos libera<br />
de las preocupaciones y distracciones<br />
de la vida ordinaria. Nos alza a lo esencial,<br />
inabarcable e indecible y así nos facilita el<br />
acercamiento al Misterio de Dios. Me gusta<br />
expresarlo con los versos de Fray Luis de<br />
León: El aire se serena / y viste de hermosura<br />
y luz no usada, / Salinas, cuando suena<br />
la música extremada / por vuestra sabia<br />
mano gobernada (....). Traspasa el aire todo<br />
/ hasta llegar a la más alta esfera / y oye<br />
allí otro modo / de no perecedera/ música,<br />
que es la fuente y la primera/ (....). ¡Oh<br />
desmayo dichoso / ¡Oh muerte que das vida!<br />
/ ¡Oh dulce olvido! / Durase en tu reposo /<br />
sin ser restituido / jamás a aqueste bajo y<br />
vil sentido.<br />
El canto y la música acompañan y le<br />
prestan corazón a lo que la sola palabra no<br />
alcanza a expresar. Es toda la persona la que<br />
se expresa ante Dios, cantando su júbilo. Y es<br />
toda la comunidad la que al unísono se une<br />
en sinfonía y se hace una y unida, en una fe,<br />
un bautismo, una complicidad orante ante el<br />
único Señor.<br />
20 21<br />
■<br />
P. Felix Zabala con P. Nemesio Otaño.
IHS<br />
E s el emblema o logo de la Compañía de Jesús.<br />
No podía ser de otra manera, pues Jesús es el principio<br />
y fundamento de la espiritualidad ignaciana y<br />
con frecuencia se llamaba a la nueva orden religiosa<br />
la «Compañía del Nombre de Jesús». Suele explicarse<br />
como abreviatura de «Jesús Hombre Salvador», pero en<br />
realidad esto es una tradición devocional que se añade<br />
al significado original.<br />
Se trata del monograma resultado de la abreviatura<br />
del nombre ‘Jesús’ en griego: Içóouò o IHÓOUÓ. Al<br />
principio se utilizaron otras formas, pero se acabó fijando<br />
el monograma Içò (Içóouò), formado por una «iota»<br />
griega (i, I), una «eta» griega (ç, H) y la forma de la<br />
«sigma» griega al final de una palabra (ò). Al asimilar<br />
esta sigma a una «ese» latina (s, S), y en letras<br />
mayúsculas, tenemos IHS: una «i» o «j», una «hache»<br />
y una «ese».<br />
El conjunto se cubría con un trazo horizontal<br />
para indicar que se trata de una abreviatura.<br />
Al escribirse el monograma en letras<br />
góticas minúsculas (Ihs) el trazo vertical de<br />
la h se cruzaba con el horizontal de la abreviación formando<br />
una cruz. Esta costumbre se mantuvo con las<br />
mayúsculas, añadiendo al conjunto una cruz sobre la<br />
H, a veces con la imagen de Cristo crucificado o con el<br />
Niño Jesús. También es muy corriente incluir<br />
el IHS en un sol radiante, rodeado de una<br />
corona de espinas, o con otros complementos<br />
iconográficos.<br />
Ya era muy usado este signo antes de la Compañía,<br />
como expresión de la devoción al nombre de Jesús,<br />
y se esculpía sobre la portada de muchas casas, a modo<br />
de escudo heráldico. Fue divulgado por los domini-<br />
22<br />
Wenceslao Soto Artuñedo, SJ<br />
cos y los franciscanos, entre los que destacó san<br />
Bernardino de Siena (1380-1444).<br />
Pero su mayor difusión vino con la Compañía<br />
de Jesús. Ignacio encabezaba sus cartas desde los<br />
primeros tiempos con el nombre o la abreviatura de<br />
Jesús, que solía escribir con cuatro letras minúsculas,<br />
poniendo la cruz en el asta de la «h». También<br />
lo adoptó como su sello de Prepósito General de la<br />
Compañía, añadiendo debajo del monograma una<br />
media luna entre dos estrellas. Se piensa que es una<br />
representación simbólica, heráldica, del firmamento,<br />
pero también podría ser una reminiscencia del sol<br />
y la luna presentes en la iconografía medieval del<br />
Calvario. Mucho más frecuente en la Compañía de<br />
Jesús ha sido colocar debajo del monograma tres clavos<br />
unidos por sus puntas, que son los de la pasión<br />
de Cristo, cuyo origen también es medieval. Desde el<br />
siglo XVI fue muy frecuente añadir un corazón sobre<br />
el que se apoyan o hincan los tres clavos. Aunque la<br />
adición del corazón no fue exclusiva de los jesuitas,<br />
éstos fueron los que más la usaron.<br />
A san Ignacio se le suele representar<br />
contemplando un IHS<br />
(como a otros santos jesuitas)<br />
o se le inscribe en el pecho o en<br />
algún objeto que sostenga (libro,<br />
estandarte, ostensorio). Se hizo muy<br />
frecuente en las portadas de<br />
los libros, en las casas de la<br />
Orden como elemento identificativo<br />
y decorativo (Allá<br />
donde haya gente de la<br />
Compañía póngase el<br />
nombre de Jesús), y en<br />
los sellos o logotipos<br />
de sus obras. Una<br />
prueba de su poder<br />
mediático es que<br />
Carlos III, expulsados<br />
los jesuitas, ordenó<br />
quitar todos los IHS de<br />
los edificios ocupados<br />
y poner en su lugar el<br />
escudo real. ■<br />
«Veía al Padre que<br />
le decía a su Hijo: Quiero<br />
que tomes a éste por<br />
servidor tuyo. Y así Jesús<br />
le tomaba y le decía: Yo<br />
quiero que tú nos sirvas.<br />
Y tomando, por esto, gran<br />
devoción a este santísimo<br />
nombre, quiso que la congregación<br />
se llamase: la<br />
Compañía de Jesús»<br />
«Le oí decir a<br />
Ignacio, que pensaría<br />
ir contra Dios y ofenderle,<br />
si dudase que este<br />
nombre convenía».
P«¿ ablo es Pablo?». Esta pregunta, cargada<br />
de intención y bondad, se la hizo una<br />
vez a otra persona una que me conoce muy<br />
bien y llevaba un tiempo largo sin verme.<br />
Una pregunta que, poco a poco, se me ha<br />
ido haciendo muy importante -convirtiéndose<br />
en tarea y desafío- y que, envuelta<br />
por ese «hilo» de fe y esperanza que vivo,<br />
se podría reformular así: «¿Juan Pablo es lo<br />
que Dios quiere que sea?».<br />
Soy consciente de que mi vida se ha<br />
ido y se va construyendo con nombres y<br />
adjetivos diferentes que me ayudan a ser<br />
y a decir lo que soy: buen o regular hijo<br />
y hermano, fiel o mediocre amigo, esperanzado<br />
o escéptico colaborador del Reino,<br />
entusiasta o desganado jesuita, disponible<br />
o resignado compañero de comunidad,<br />
agradecido o exigente sacerdote…<br />
Sin embargo, por debajo de estos<br />
modos de ser y vivir -y dándoles o restándoles<br />
calidad- creo que existe con fuerza<br />
otra cosa en mi vida y en nuestra vida, una<br />
especie de verdad a modo de «Magnificat o<br />
Bienaventuranzas» y que, de vez en cuando,<br />
me ha hecho experimentar que yo soy<br />
más yo cuando al palpar mis fragilidades y<br />
mi pecado compruebo que el amor de Dios<br />
y el de los demás es mucho mayor que el<br />
mío. Una verdad que me ha hecho verme<br />
Todo recibido de Dios<br />
Juan Pablo Rodríguez Gutiérrez, SJ<br />
más nítidamente cuando no me he mirado<br />
desde mis pequeños o grandes éxitos y<br />
fracasos, sino desde la mirada compasiva y<br />
cariñosa de Dios; o cuando me he sentido<br />
«bueno» no por mis tacaños empeños o<br />
mis flacas conquistas morales y apostólicas,<br />
sino porque otros me hacían gratuita y<br />
generosamente «bueno».<br />
Me he sorprendido aproximándome a<br />
lo que Dios quiere que sea cuando he vivido<br />
en la Iglesia, en la Compañía de Jesús<br />
y con las personas sin tantas exigencias y<br />
con más gratuidad, o cuando he acogido<br />
la vida confiadamente con todos sus sabores<br />
y sus espectaculares sorpresas. Me he<br />
reconocido más jesuita y sacerdote, cuando<br />
lo he vivido como regalo que Otro y otros<br />
me han hecho, insinuándome que me diera<br />
a los demás dispuesto a recibir siempre<br />
mucho más de lo que iba a entregar. Se<br />
me ha hecho, también, muy transparente<br />
lo que soy, cuando los más desfavorecidos,<br />
los más humildes, los más pobres,<br />
las mujeres que incansablemente alientan<br />
vida, los hombres que se afanan en trabajos<br />
duros por una familia que quizá está<br />
lejos…, me han devuelto amablemente, sin<br />
pretenderlo y sin reproche alguno, la medida<br />
real de mi estatura haciéndome que me<br />
sienta pequeño y hermano.<br />
Y, finalmente, se me ha ensanchado el<br />
corazón y he reconocido mi nombre inscrito<br />
en él cuando he vivido agradecidamente<br />
todo como recibido de Dios en las muchas<br />
personas y rostros que Él ha ido poniendo<br />
en mi camino, y he devuelto torpemente a<br />
Dios en ellos, lo que de Él venía. O expresado<br />
con otras palabras: siento y creo que<br />
soy más yo, y más lo que Dios quiere que<br />
sea, cuando rezo el «Tomad, Señor, y recibid»<br />
y atisbo que esta oración me hace<br />
ser, nos hace ser, de un modo único, lo que<br />
verdaderamente somos y lo que Dios quiere<br />
que seamos. ■