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Por no poder limitarse a 10 que dice, el experto se pronuncia a<br />

título del sitio que su especialidad le ha proporcionado. Por este medio se<br />

inscribe y queda inscrito en un orden común donde la especialización tiene<br />

valor de iniciación en tanto que regla y práctica jerarquizadora de la<br />

economía productivista. Para someterse con éxito a esta práctica inícíétíca,<br />

puede, respecto a cuestiones ajenas a su competencia técnica pero no respecto<br />

al poder que ha adquirido gracias a ella, sostener con autoridad un<br />

discurso que ya no es el del conocimiento, sino el del orden socíoeconómico.<br />

Habla como el hombre ordinario, que puede "cobrar" autoridad<br />

con el conocimiento como uno cobra su paga por el trabajo realizado. Se<br />

inscribe en el lenguaje común de las prácticas, donde por otra parte una<br />

sobreproducción de autoridad entraña su devaluación pues siempre se<br />

procura más con una cantidad igualo inferior de competencia. Pero<br />

cuando continúa creyendo o haciendo creer que tiene efecto científico,<br />

confunde el sitio social y el discurso técnico. Confunde a uno con el otro:<br />

es un equívoco. Ignora el orden que representa. Yano sabe lo que dice.<br />

Algunos solamente, luego de haber creído hablar durante mucho tiempo<br />

como expertos una lengua científica, se despiertan del sueño y advierten<br />

de pronto que, después de un momento, como el Gato Félix en las caricaturas<br />

de antaño, caminan en el aire, lejos del suelo científico. Acreditado<br />

por una ciencia, su discurso era sólo el lenguaje ordinario de juegos tácticos<br />

entre poderes económicos y autoridades simbólicas.<br />

El modelo de Wittgenstein del lenguaje ordinario<br />

Pese a todo, el discurso "universal" de una filosofía pretérita no recobra<br />

sus derechos. En la medida en que concierne al lenguaje, la cuestión filosófica<br />

consistiría más bien en cuestionar, en nuestras sociedades técnicas,<br />

la gran línea divisoria entre las díscursívídedes que determinan la especialización<br />

(mantienen una raz6n social mediante separaciones operativas)<br />

y las narratividadee del intercambio masificado (multiplican los ardides<br />

que permiten o frenan una circulación en una red de poderes). Independientemente<br />

de los análisis que han reunido unas y otras bajo el signo<br />

común de prácticas língüístícas.P o de investigaciones que descubren sea<br />

la insinuación de creencias, de lo verosímil, de metáforas, es decir, de 10<br />

"común" en el discurso científico, sea las lógicas complejas implicadas<br />

por medio del lenguaje ordínerio'! -tentativas para rearticular las piezas<br />

deshilvanadas, y abusivamentejerarquizadas del lenguaje-e, es posible<br />

recurrir también a una filosofía que proporciona un "modelo" (como<br />

13 Ver más abajo la IVParte: Usos delalengua.<br />

14 Ver el volumen 2: Habi/er, cuisiner, por Luce Giard y Píerre Mayol.<br />

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