Cuatro estaciones - Diverdi
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212 / marzo 2012 boletín de información discográfica 3
(marzo 2012)
año XXI nº 212
marzo 2012
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winter & winter
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índice
Diverdi, S.L.
9
11
13
18
23
25
32
37
41
42
50
Florencia monumental
En Glossa, Hervé Niquet y Le Concert Spirituel nos ofrecen
la Misa para 40 y 60 voces de Alessandro Striggio
El siglo XVII según Alessandrini
1600, una perspectiva del Seicento instrumental por el Concerto Italiano
Deslumbrantes Cuatro estaciones
Forma Antiqva firma una lectura antológica de los conciertos vivaldianos
Amandine Beyer
Entrevista a la violinista y profesora de la Schola Cantorum Basiliensis
Orlando, un furioso en los Campos Elíseos
Un sensacional documento teatral del capolavoro operístico vivaldiano,
servido por un extraordinario equipo artístico, en un DVD de Naïve
La reina de Viena
Orfeo publica un exhaustivo retrato de Edita Gruberova por los 40 años
de actuaciones de la diva eslovaca en la Staatsoper de la capital austriaca
Bruckner verbatim
Nueva entrega de la integral de Herbert Blomstedt con la Gewandhaus de
Leipizig: una perfecta Tercera, en su versión original de 1873
Gubaidulina: la belleza tiene más nombres
Dos obras de la compositora ruso-tártara por Gidon Kremer y
Nicolas Alstaedt, respectivamente, en ECM
El todo y el fragmento
Daniel Kawka y el Ensemble Orchestral Contemporain homenajean a
Pierre Boulez en tres de sus piezas clave de los 80, en Naïve
Wolfgang Rihm
Eloy Gonzalo 27 (entrada por Santísima Trinidad, 1)
28010 Madrid
tel.: 91 447 77 24
fax: 91 447 85 79
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e–mail: diverdi@diverdi.com
La discografía incluida en este Boletín se puede
adquirir en los centros de El Corte Inglés, Fnac y en las
principales tiendas del país.
Diverdi entrevista al gran compositor alemán en su 60º aniversario
el chupito: Primeros pasos de un reencuentro
Foto de portada: © Rolf W. Stoll
Diseño y realización: Diverdi
Maquetación: Jose Pascual (macprimo@diverdi.com)
Publicidad: diverdi@diverdi.com
Dep. legal: M-10066-94
Solicitado control de OJD
muchos más conciertos en diverdi.com
foto © MarcoBorggreve
4 di v e r di conciertos & actualidad
c o n c i e r t o s & a c t u a l i d a d
Un tenor 4x4
El tenor alemán Christoph Pregardien vale para
todo. Su versatilidad, como un todoterreno 4x4,
le permite dominar la carretera o el repertorio
barroco con el mismo éxito que el campo a través
o el lied alemán. Aparte de su encomiable
habilidad vocal, en los últimos años viene desarrollando
con idéntico acierto otra faceta suya,
la de director musical. Con este segundo rol
comenzará en marzo una gira por toda Europa,
que le traerá a España en dos ocasiones a principios
de abril, la primera en el Auditorio Kursaal
de San Sebastián y la segunda en el Teatro
Auditorio de Cuenca, dentro de la programación
de la Semana de Música Religiosa. En
ambos lugares dirigirá la misma obra, habitual
en los escenarios al acercarse la Semana Santa:
La Pasión según San Juan, BWV 245 de Johann
Sebastian Bach. En tal empresa estará muy bien
acompañado, orquestalmente por Le Concert
Lorrain y vocalmente por el Nederlands
Kamerkoor, y contará con un plantel de solistas
excepcional, formado por la soprano Sybilla
Rubens, la mezzosoprano Sophie Harmsen, el
contratenor Andreas Scholl, los tenores Eric
Stoklossa y Andreas Weller y los bajos Yorck-
Felix Speer y Dietrich Henschel. Con tal reparto,
la magnificencia bachiana está asegurada en
estas versiones dirigidas por uno de los mejores
Evangelistas de la discografía, además de cercano
colaborador de Ton Koopman. Recordemos
que en 2009 su grabación de Die Schöne Mullerin
de Schubert junto al pianista Michael Gees, en
el sello Challenge, recibió dos premios Midem:
el de mejor recital vocal y el de mejor Disco del
año. Recientemente ha protagonizado una versión
del Cancionero italiano de Hugo Wolf junto
a la soprano Julia Kleiter y un disco con lieder
de Schubert con el exquisito acompañamiento
a la guitarra de Tilman Hoppstock.
Auditorio Kursaal, San Sebastián,
1 de abril
Teatro Auditorio, Cuenca, 4 de abril
Leipzig en España
El repertorio del Leipzig String Quartet es abiertamente
impresionante. Tan solo en el sello
MDG ya superan la cifra de cincuenta grabaciones,
y siguen trabajando en ampliarlo y en buscar
nuevas obras camerísticas a las que conferir
su inconfundible marchamo de claridad y rigor.
Desde su creación en 1988 por miembros de la
Leipzig Gewandhaus Orchestra, este cuarteto
no ha hecho sino cosechar merecidos éxitos y su
alineación se mantiene estable desde 1992, formada
por Stefan Arzberger, Tilman Büning, Ivo
Bauer y Matthias Moosdorf, violines, viola y
violonchelo, respectivamente. Dominan el repertorio
clasicista y romántico, alcanzando con
maestría composiciones de nombres de nuestro
siglo como John Cage, Jörg Widmann o
Cristóbal Halffter, y han estrenado obras de
autores tan importantes como Schnittke o Rihm.
Su habilidad en la música contemporánea podrá
ser disfrutada de primera mano por los asistentes
a los dos conciertos que ofrecerán los días 7
y 8 de marzo en el Teatro Central de Sevilla y
en L’Auditori de Barcelona, con un mismo programa
integrado por el Cuarteto nº 2 de Philip
Glass, Eight Colors de Tan Dun y el Cuarteto nº
3 (“de caza”) de Jörg Widmann, autor del que
este grupo editó recientemente un álbum con la
integral de su obra para cuatro instrumentos de
cuerda. Algunos hitos en su discografía son una
famosa integral de Schubert (incluido el Quinteto
“La trucha” junto al pianista Christian Zacharias,
en la considerada por algunos como la mejor
versión grabada de esta obra) y sus diez álbumes
dedicados a la obra de Beethoven; recientemente
han grabado el cuarto volumen de su serie de
los cuartetos de Haydn. Los numerosos reconocimientos
y galardones que ha recibido proclaman
la inamovible calidad y versatilidad del
que, sin duda, es uno de los mejores conjuntos
de cámara del mundo.
Teatro Central, Sevilla, 7 de marzo
L’Auditori, Barcelona, 8 de marzo
foto © MarcoBorggreve
La Pasión según Minkowski
Con ocasión de la festividad religiosa de la
Semana Santa, la primavera de los auditorios
suele florecer con una mayor presencia de grandes
estrellas, ya sean intérpretes, orquestas o
directores. Uno de los que se acercarán a nuestro
país para embellecer esta bienvenida al buen
tiempo será nada menos que Marc Minkowski,
quien, a sus 49 años, es todo un referente en el
campo de la dirección musical. En el campo de
la música sacra, aún tenemos recientes las gratas
sensaciones que despertó en los oyentes con
su álbum titulado To Saint Cecilia, en el que recogía
tres cantatas de Purcell, Haendel y Haydn
dedicadas a la patrona de la música, y no podemos
olvidar su triunfo con la grabación de la
Misa en Si menor de Bach, con un reducido conjunto
que confirió a la obra una transparencia y
claridad superiores a las de otras versiones. Con
estos precedentes, los vallisoletanos están de
enhorabuena, pues el día 24 de marzo podrán
escuchar en su flamante Auditorio Miguel
Delibes una de las obras sacras más importantes
de todos los tiempos, La Pasión según San
Mateo, BWV 244, de Johann Sebastian Bach en
las expertas manos de Minkowski al frente de su
propio conjunto, Les Musiciens du Louvre. Fue
con este grupo, fundado por él mismo en 1982,
con el que, en el campo vocal, grabó la Misa de
Bach y las cantatas en honor de Santa Cecilia,
y en el ámbito puramente orquestal nos han
ofrecido grabaciones tan exitosas como las sinfonías
Londres de Haydn, la Música Acuática de
Haendel, o las suites de L’Arlésienne y Carmen de
Bizet. Su más reciente triunfo corresponde a la
grabación de dos obras de Héctor Berlioz, Harold
en Italia y Las noches de estío, disco en el que está
acompañado por dos solistas de excepción, el viola
Antoine Tamestit y la mezzosoprano Anne
Sofie von Otter, además de los excelentes
Musiciens du Louvre.
Auditorio Miguel Delibes, Valladolid,
24 de marzo
conciertos & actualidad 212 / marzo 2012
El Teatro Real presenta su Temporada 2012-2013
El 7 de febrero, con notable antelación respecto
del año pasado y prácticamente sin polémica,
ha tenido lugar la presentación de la
Temporada 2012-2013 del Teatro Real, cuyos
títulos ya anticipamos el pasado mes de enero.
Una versión concertante de Moisés y Aarón de
Schoenberg inaugurará la temporada el 7 de
septiembre, a cargo de Franz Grundheber y
Andreas Conrad, con Sylvain Cambreling en el
podio al frente de la SWR Sinfonieorchester
Baden-Baden-Freiburg y el Europa Chor
Akademie. El 28 de septiembre subirá a escena
una nueva producción propia de Boris Godunov
en versión integral en diez cuadros, debida al
holandés Johan Simmons y dirigida musicalmente
por Hartmut Haenchen, con el joven bajo
austriaco Günther Groissböck como Boris, junto
a Dmitry Ulianov (Pimen), Anatoli
Kotscherga (Varlaam), Michael König (Grigori)
y Béatrice Uria-Monzón (Marina). Del 2 al 15 de
noviembre se ofrecerán 11 funciones del programa
doble Il prigioniero de Dallapicola y Suor
Angelica de Puccini, en una nueva coproducción
del Real y el Liceu debida a Lluis Pascual
que será dirigida por Ingo Metzmacher, en cuyos
repartos intervendrán Deborah Polaski,
Veronika Dzhioeva y Julianna Di Giacomo; y
en diciembre Theodor Currentzis dirigirá el
Macbeth verdiano en la producción de Dmitri
Tcherniakov estrenada en París hace tres años;
destaca en el reparto Violeta Urmana, junto a
Dimitris Tiliakos, Stefano Secco y el Banquo
de Ulianov. En enero tendrá lugar el estreno
mundial de The Perfect American, sobre Walt
Disney, un encargo a Philip Glass del Real y la
ENO londinense, con dirección musical de
Dennis Russel Davies y escénica de Phelim
McDermott, en el que Christopher Purves y
Marie McLaughlin interpretarán a Walt
y Lilian Disney. Del 23 de febrero al 17
de marzo tendrán lugar 10 funciones de
Così fan tutte, una nueva producción
del Real y La Monnaie debida a Michael
Haneke, con dirección de Sylvain
Cambreling y un reparto integrado por
Annett Fritsch, Juan Francisco Gatell,
Andreas Wolf, Kerstin Avemo y
William Shimmell. En abril, el argentino
Alejo Pérez será responsable de
la dirección musical del Don Giovanni
mozartiano en la polémica producción
de Tcherniakov para el festival de Aixen-Provence
de 2010, con Russell Braun
como el Burlador, junto a Paul Groves,
Kyle Ketelsen (Leporello), la Donna
Anna de Christine Schäfer y la Donna
Elvira de Ainhoa Arteta, en su esperado
debut operístico en el Real. La
rappresaglia de Mercadante será la
segunda (y, por ahora, última) de las
óperas “españolas” de su autor que
verán subir al podio del Real a Riccardo
Muti al frente de la Orchestra Giovanile
Luigi Cherubini, en coproducción (a
cargo de Andrea de Rosa) del Real con
el Festival de Rávena. En junio será el
turno de Wozzeck, en la aplaudida producción
de Christoph Marthaler procedente
de la Ópera de París (2008), con Simon
Keenlyside en el rol titular y Nadja Michael como
Marie; de nuevo Cambreling asegurará la dirección
musical. Con tres funciones de La flauta
mágica a cargo de Simon Rattle y la Filarmónica
de Berlín se cubrirá el primero de los compromisos
trienales del conjunto berlinés con el
Teatro, y se completará la trilogía de títulos
mozartianos, uno de los ejes centrales de la programación.
Y la temporada se cerrará con Il postino
de Daniel Catán, dirigida por Pablo
Heras-Casado (triunfador en Mahagonny la
pasada temporada), en una producción escénica
de Ron Daniels para la Ópera de Los Angeles,
donde tuvo lugar el estreno, con Plácido
Domingo, Charles Castronovo, Cristina
Gallado-Domâs y Nancy Fabiola Herrera en los
mismos roles de aquella ocasión. Además del
Moisés y Aarón, otros tres títulos se ofrecerán en
versión concertante: Roberto Devereux, con Edita
Gruberova, José Bros y Sonia Ganassi; Les
pêcheurs de perles, con Juan Diego Flórez, Patrizia
Ciofi y Marius Kwiecien; y Parsifal, con la orquesta
de instrumentos originales reconstruidos
Balthasar-Neumann-Ensemble y el coro del mismo
nombre, dirigidos por su fundador Thomas
Hengelbrock, y un reparto encabezado por
Angela Denoke, Simon O’Neill, Matthias
Goerne y John Relyea. En danza se anuncian
dos creaciones: Lo Real de Israel Galván y Romeo
y Julieta de Prokofiev por la Compañía Nacional
de Danza, además del Ballet de la Ópera de Lyon
con One of a Kind, con coreografía de Jiri Kylian,
y el Mark Morris Dance Group con Mozart
Dances. Y Las noches del Real traerán un desfile
de importantes batutas y solistas, entre los que
destacan Pollini, Di Donato, las Labèque, Bayo,
Goerne y Brueggergossman.
ETIPO - TELETIPO - TELETIPO - TELETI
El barítono americano Barry McDaniel fue uno
de los cantantes más destacados de la posguerra.
Como cantante de opera y liederista disfrutó
de una larga carrera, pero a pesar de sus
muchas grabaciones no gozó de la difusión que
merecía y tuvo que medrar a la sombra de
Fischer-Dieskau. Audite le hace justicia este mes
con un doble CD trufado de grabaciones de
estudio inéditas (1963-1974) en las que borda
con sofisticación temas de Schubert, Schumann,
Wolf, Duparc, Ravel y Debussy asistido por el
piano cómplice de Hertha Klust y Aribert
Reimann.
Raumklang anuncia la salida de tres
nuevos álbumes que prometen no
pocas exquisiteces: el primero es
Sacer nidus, un disco que el
Ensemble Peregrina nos propone a
modo de recorrido medieval a través
de las figuras de San Adalbert,
Boleslaw I el Valiente y Otto III; un
segundo disco dedicado a los deliciosos Tríos de
Johann Gottlieb Graun por los arcos de Les
Récréations y, para terminar, una nueva versión
de La bella molinera schubertiana cantada por el
tenor Hans Jörg Mammel con la participación al
piano de Arthur Schoonderwoerd.
Dux acaba de compilar en un box set los seis
discos que conforman la integral de la música del
compositor polaco Mikolaj Zielenski por el
Collegium Zielenski, la Capella Cracoviensis y
Stanislaw Galonski y que hasta ahora sólo habían
sido editados en una colección de ediciones
sencillas muy elogiadas por la crítica especializada.
Por otro lado, el sello de Malgorzata
Polanska prepara una antología de la obra orquestal
del Bronislaw K. Przybylski (1941-2011), uno
de los compositores polacos de posguerra menos
conocidos fuera de sus fronteras.
Diverdi distribuye este mes el primer
álbum del compositor Alberto
de la Rocha, quien se confiesa apasionado
del cine y que en este disco
vierte todos sus intereses
creativos para formular una banda
sonora abstracta recorrida por piezas
de gran belleza melódica. El
disco, titulado Fantasy, ha sido grabado por el
Coro y la Orquesta Sinfónica de Bratislava bajo
la guía de David Hernando y cuenta con la participación
de Xavi Lozano al duduk y la soprano
Susanna Mendoza, así como con la asistencia
del músico de cine Arnau Bataller.
El inquieto Querstand nos anuncia este mes un
lanzamiento de campanillas para todos los
amantes de la música contemporánea norteamericana
e inglesa: se trata de Gee’s Bend, un álbum
de conciertos para guitarra y orquesta que aporta
los propios de Elmer Bernstein –el legendario
compositor de Hollywood– y Malcolm
Arnold, así como el estreno mundial del concierto
para guitarra eléctrica y orquesta que da título
al disco, el Gee’s Bend del efervescente y muy
solicitado Michael Daugherty. Interpreta
Thorsten Drücker a la guitarra y la WDR
Rundfunkorchester Köln conducida por
Rasmus Baumann..
5
6 di v e r di conciertos & actualidad
PO - TELETIPO - TELETIPO - TELETIPO -
ECM ha anunciado sus novedades New Series
para la primavera: al esperado Quinto Libro di
Madrigali de Gesualdo por The Hilliard
Ensemble hay que sumar un nuevo álbum de
Garth Knox titulado Saltarello que aglutina piezas
sacras y profanas para violín, viola, viola d’amore
y percusión de todas las épocas. Participan
en esta grabación Agnès Vesterman y Sylvain
Lemêtre. Por último, se espera un tercer disco
dedicado a las Sonate in stil moderno de los renacentistas
Dario Castello y Giovanni Battista
Fontana interpretado por John Holloway, Jane
Gower y Lars U. Mortensen.
Toshio Hosokawa nunca ha dejado
de estar de moda en Stradivarius.
A los monográficos ya
disponibles en el sello italiano
–óptica orquestal (STR 33818) y
solista (STR 33689)–, se une ahora
una nueva grabación de obras
concertantes del compositor japonés
que incluirá piezas para gran orquesta del
calado de Seascapes of Fukuyama, el delicado
concierto para arpa y orquesta Re-turning o las
fabulosas Metamorphosis para clarinete, orquesta
de cuerda y percusión. Andrea Pestalozza
dirige la Deutsche Radio Philharmonie
Saarbrücken Kaiserslautern.
En mayo de este año Wergo celebrará sus 50
años de existencia. El sello alemán, que durante
medio siglo ha mantenido su fidelidad y compromiso
con la música contemporánea, ha
decidido soplar sus velas publicando una compilación
de cinco discos en exclusiva edición
limitada y anunciando una espectacular serie de
nuevas grabaciones para el año en curso entre
las que se cuentan obras y estrenos de
Gubaidulina, Rihm, Ligeti, Feldman, Cage y
Kurtág, así como un esperado monográfico
orquestal de Valentin Silvestrov alrededor de
su Segunda Sinfonía.
Nuevo lanzamiento discográfico
de la LPO tras la celebrada publicación
de su Dafnis y Cloe dirigido
por Haitink: se trata de un directo
de la Missa Solemnis de Beethoven
fechado el 18 de octubre de 2008
que dirigió Christoph Eschenbach
en la sede de la LPO junto al
Támesis, el Royal Festival Hall, y para el cual se
rodeó de un elenco de voces doradas, como la de
la soprano Anne Schwanewilms y la mezzo
Annette Jahns o la del tenor Nikolai Schukoff y
del famoso bajo Dietrich Henschel.
Las mágicas artes de un Café Zimmermann
multiplicado con efectivos adicionales se desplegaron
en el Innsbruck Festwochen de agosto
de 2011 con motivo de su primera
interpretación de ópera. La obra elegida fue la
ignota Romolo ed Ersilia de Johann Adolf Hasse,
una ópera estrenada en 1765 como parte de los
fastos nupciales del archiduque Leopoldo y la
princesa María Ludovica. Inspirada en modelos
italianos y con libreto de Pietro Metastasio,
la obra es un paradigma del gusto italianizante
que prevaleció en las cortes alemanas durante esa
época. Alpha editará el disco.
Ondine, Sello del Año en los Premios ICMA
(International Classical Music Awards) 2012
Bilbao Ars Sacrum
El festival Bilbao Ars Sacrum, dedicado a ofrecer
a los aficionados bilbaínos un recorrido panorámico
por músicas sacras de diferentes
tradiciones de todo el mundo, tendrá lugar este
año en la capital vizcaína entre los días 26 de
marzo y 4 de abril. La inauguración tendrá lugar
en el Teatro Arriaga en la primera de esas fechas
con la interpretación del Requiem Alemán de
Brahms, en el que Christoph Spering (en la foto)
dirigirá a Das Neue Orchester y dos importantes
agrupaciones corales, Chorus Musicus Köln
y la Sociedad Coral de Bilbao, con la intervención
como solistas de Eva Mei y Josep-Miquel
Ramón. El resto de los conciertos se celebrarán
El jurado de los Premios ICMA anunció el pasado 20 de febrero a sus ganadores
de la edición de 2012. De los 15 premios otorgados a grabaciones, cinco
han correspondido a sellos distribuidos por Diverdi. El correspondiente
al apartado de Solo Instrumental ha recaído en el álbum ECM 2122/23, en
el que Andras Schiff interpreta piezas de piano de Robert Schumann.
Heinrich Schütz: Musicalische Exequien, interpretado por el ensemble Vox
Luminis dirigido por Lionel Meunier para el sello Ricercar (RIC 311) ha sido
galardonado en la categoría de Música Barroca Vocal, mientras el del sello
Orfeo dedicado a arias de ópera eslavas, con Krassimira Stoyanova y la
Münchner Rundfunkorchester dirigida por Pavel Baleff, ha recibido el
correspondiente a la de Recital Vocal (C830111A). En el apartado de Música
de Cámara ha sido premiado el disco con el Septeto opus 20 y el Sexteto opus
71 de Beethoven por el Scharoun Ensemble Berlin editado por el sello Tudor
(Tudor 7146). Por último, en la categoría de Grabación Histórica el galardón
ha recaído en el álbum dedicado a obras de Bela Bartók interpretadas
por Ferenc Fricsay al frente de la Orquesta RIAS de Berlín, con las actuaciones
solistas de Tibor Varga, Andor Foldes, Géza Anda, Louis Kentner,
Dietrich Fischer-Dieskau, editado por el sello Audite (AUD 21407). Los
premios ICMA también incluyen seis premios honoríficos para músicos y
productores excepcionales. Así, el compositor polaco Krzysztof Penderecki
ha recibido el Lifetime Achievement Award; el pianista francés Jean-Efflam
Bavouzet ha sido escogido Artista del año; el pianista alemán Joseph Moog,
Joven Artista del Año; un Premio Especial del Jurado ha sido para el productor
e ingeniero de sonido Ward Marston; classicalplanet.com ha sido escogida
Mejor Web Clásica del Año y el sello finlandés Ondine, distribuido en
España por Diverdi, ha obtenido el premio de Sello del Año. La ceremonia
de entrega de premios tendrá lugar en Nantes, Francia, el 15 de mayo.
en la Iglesia de la Encarnación los días 28, 30 y
31 de marzo y 4 de abril, en los que intervendrán,
respectivamente, The Mississippi Mass
Choir, dirigido por David R. Curry Jr., en un
recital de gospel; el Orfeó Català, bajo la rectoría
de Josep Vila, en un programa Mendelssohn-
Rheinberger; el ensemble XVII-21 Le Baroque
Nomade con Jean-Christophe Frisch sobre el
tema Nueva España, centro del Mundo. En la clausura
intervendrá la Orquesta Barroca de Sevilla,
dirigida por Andoni Mercero, y el contratenor
Carlos Mena, con el programa De Venecia a
Madrid, integrado por obras de Vivaldi y
Scarlatti.
PREGUNTAMOS A...
Judith Jáuregui
conciertos & actualidad 212 / marzo 2012
Usted ha proclamado en varias ocasiones que
posee un carácter “muy Jáuregui”, y desde entonces
nos ha tenido en vilo… ¿Se trata de su denominación
de origen?
Temperamentales, independientes, extremadamente
tercos, perseguidores de sueños... Me
reconozco absolutamente en la esencia Jáuregui.
¡No me queda otra que admitirlo!
Vino al mundo con el piano pegado a los dedos,
como quien dice, y a sus veintisiete años ya se las
ha visto con impresionistas, nacionalistas,
románticos y barrocos por igual. ¿Le encuentra
límites a su repertorio?
Tener un repertorio extenso es muy enriquecedor
porque te da una visión más amplia de la
música al paso de los siglos. Además, considero
que es mi momento de sumar obras a la lista.
Ahora bien, si me preguntan dónde me
encuentro más cómoda me decanto por el
romanticismo, el impresionismo y la música
rusa.
Aunque lleva tocando con orquestas desde los
doce años, este 30 de marzo tendrá lugar su
puesta de largo junto a la Orquesta Nacional de
España en un programa sobre el maestro
Rodríguez Albert… ¿Lo ve como el comienzo
de una nueva etapa?
Como un paso importante, sí. Tras mi debut
con la Orquesta Sinfónica de Euskadi el pasado
noviembre llega ahora la Nacional, y con ella,
algunas invitaciones de otras orquestas para
próximas temporadas. Estoy muy agradecida e
ilusionada con ir de la mano de la ONE en mis
primeros pasos dentro de nuestro circuito de
orquestas.
Entre sus otros muchos compromisos –Festival
Musika-Música, Piano Classique, Quincena
Musical…– actualmente está paseando por la
piel de toro en compañía de José Sacristán el
espectáculo poético Homenaje a Antonio
Machado, en el que usted secunda la declamación
del actor con un viaje pianístico que va desde
Mozart a Villa-Lobos. ¿Cómo surgió esta colaboración
tan especial?
Fue desde mi agencia, Iberkonzert. Pensamos
que sería bueno crear un espectáculo diferente,
que uniera dos públicos, contando con una gran
figura como Pepe, con el que ya tenían relación.
Y está siendo un placer compartir escenario con
él, a su lado se aprende constantemente.
Recientemente, Columna Música ha publicado
su primer recital en disco, un monográfico de su
querido Schumann titulado El arte de lo pequeño,
que ha sido merecedor del Independent Music
Award a la Mejor Grabación de Música Clásica.
¿A qué otros compositores le apetece retratar en
sus próximos álbumes?
Tengo varios posibles en mente: desde Brahms
a Ravel, Debussy... O españoles como Falla,
Granados o Mompou, por el que siento verdadera
pasión.
judith jáuregui, una de nuestras jóvenes
pianistas con mayor proyección,
empieza a tener la agenda apretada: el
próximo 4 de marzo ofrecerá en el palacio
euskalduna de bilbao, como parte del
festival musika-música, las estaciones de
tchaikovski; poco después (el 30 de marzo)
debutará en madrid junto a la one
con un monográfico de rodríguez albert
dirigido por el maestro brotons, y entretanto
ofrecerá en barcelona (teatre
sagarra, 16 de marzo), san sebastián
(auditorio kursaal, 24 de marzo) y más
tarde en segovia (festival de música, 22
de julio) el espectáculo homenaje a antonio
machado en compañía del actor josé
sacristán.
ETIPO - TELETIPO - TELETIPO - TELETI
Bis nos sorprende este mes con dos discos sobrados
de fantasía: un álbum para la trompeta de
Håkan Hardenberger –Both Sides Now– construido
a partir de una curiosa selección de música
de cine y televisión (incluyendo rarezas como
el tema de Thomas Newman para la miniserie
Ángeles en América), pop (Joni Mitchell) y tango
(Piazzola) que secundan Roland Pöntinen al
piano y las cuerdas de la Academy of St. Martin
in the Fields. El segundo álbum, –Chameleon–
está defendido por Øystein Baadsvik y aporta un
imaginativo repertorio de tuba y banda militar
con temas como el Minuano de Pat Metheny.
Ondine, recientemente coronado
como Mejor Sello de Música Clásica
en la última edición de los ICMA,
tiene previstos dos álbumes de fuste
para el mes de abril: la primera
grabación mundial de los
Conciertos para viola y orquesta del
clasicista sueco-germano Joseph
Martin Kraus, en interpretación de David Aaron
Carpenter –uno de los fichajes-estrella del sello
finlandés– y la Tapiola Sinfonietta y, por otro
lado, una selección de salmos para coro de cámara
de Felix Mendelssohn y Cyrillus Kreek cantados
por el Estonian Philharmonic Chamber
Choir.
Tras una investigación detectivesca sobre los
manuscritos originales de Bach en torno a La
Pasión según San Juan, Sigiswald Kuijken y La
Petite Bande llevan ahora al disco –en Challenge
Records– la que bien podría ser la versión definitiva
de esta obra del Kantor. A vueltas con la
polémica que plantea la instrumentación de la
obra –como el aspecto relativo al enigmático
bassono grosso– Kuijken ha optado por seleccionar
pasajes de las versiones conocidas –la de
1724 y la de 1725– para reconstruir desde cero una
grabación histórica de referencia.
Carus celebra este año su 40 cumpleaños,
y para dar comienzo a los
fastos lo ha rubricado con una primera
hornada de discos que dan fe
de la calidad e idiosincrasia del sello
alemán: un disco-recital de
Dorothee Mields sobre el amor en
Purcell titulado Love’s Madness, en
el que se acompaña del ensemble Lautten
Compagney Berlin y Wolfgang Kattschner a la
batuta, un triple CD de himnos alemanes con
Sarah Wegener y Klaus Mertens entre sus valedores
y, por último, el tercer volumen de su serie
de Canciones infantiles.
Tras la publicación de la definitiva Misa en si
menor interpretada por Philippe Herreweghe
y el Collegium Vocale Gent que anuncia Phi
para este mes, el director belga vuelve al estudio
para grabar por primera vez música de
Tomás Luis de Victoria. Y lo hace, nada menos,
que de la mano del Officium Defunctorum de
1605, la obra maestra de nuestro genial polifonista.
En opinión de Herreweghe, se trata de
“una de las más grandes mentes musicales que
hayan existido, capaz de crear mundos enteros
hechos de sonido (…), profundos y colmados
de riqueza”.
7
8 di v e r di antigua
El último minnesinger
Trovas amorosas de Wolkenstein
por Unicorn
Josemi Lorenzo Arribas
La portada parece una broma, pero es el retrato de
Oswald von Wolkenstein (1377-1445), primero de
un escritor de habla alemana, contenido en el
Innsbrucker Handschrift (1432), y el comienzo del
primer corte reafirma la impresión de tratarse de
un chiste, con una punzante arpa de boca sonando
y dejando al oyente con la idem abierta.
Reaparece más veces el instrumento en cuestión.
Concedamos el capricho, porque el disco es bueno,
el mejor quizá desde que Sequentia le dedicara
un monográfico al tirolés en un lejano 1993,
junto al reciente recital de Andreas Scholl. Un misterio,
por qué no se graba más de este inspirado
constructor de canciones, minnesinger postrero,
que aquí se presenta con canciones de amor, pues
también trató de otros asuntos en las más de cien
piezas que de él se conservan. Luego, vendrá el
lied, y será otra historia.
Le tenía la pista perdida al ensemble Unicorn
desde que entre 1994-1996 grabaran frenéticamente
media docena de discos para Naxos, y la
reaparición demuestra lo mucho que han evolucionado.
Sigue siendo fuerte la base instrumental
(cómo se gustan en la improvisación que nos regalan
en el corte 13), pero se han rodeado de grandes
cantantes (brillante el politextual Die minne füget
niemand), que parecen actores cuando de decir las
piezas se trata (qué espectáculo el Herz, prich, rich,
sich), algo básico en este tipo de música. Realmente
merece la pena. Por si fuera poco, la edición de la
carpeta, pulquérrima, es marca de la casa:
Raumklang, así como la soberbia toma de sonido
de que goza este disco de más de setenta minutos.
En suma, que nos declaramos seguidores del tirolés
y del sello. Si quieren placer con música bajomedieval,
aquí tienen una gran tentación.
OSWALD VON WOLKENSTEIN (ca. 1376-1445): Canciones
de amor
Ensemble Unicorn / RAUMKLANG / Ref.: RK 2901 (1 CD) D2
(Des)amores
tardomedievales
Variado repertorio vocal
e instrumental por Alta Musica
Josemi Lorenzo Arribas
Disco misceláneo, algunas de cuyas piezas seleccionadas
le recordarán al aficionado a la música medieval
títulos de otros discos relativamente recientes.
Es el precio de incluir hits como La harpe de mélodie
de Senleches, o De toutes flours de Machaut. En este
caso, el disco vuelve al autor francés para el título,
Amours me fait desirer, pues en torno al tópico mayor
que la cultura occidental ha conocido se anuda este
repertorio obtenido de manuscritos hoy conservados
en bibliotecas italianas, francesas, austriacas y británicas.
A través de este nuevo sello, Talanton, vamos
a ir conociendo fondo de armario de grabaciones
que en su día se hicieron y no vieron la luz. Esta de
Alta Musica, ensemble que a pesar del nombre emplea
instrumentos “bajos” cuando lo cree necesario, y
aquí lo han creído, se hizo entre 2003 y 2004, y acaba
de salir al mercado. Estas propuestas variadas tienen
sus pros y contras, por lo conocido de la fórmula.
También es frecuente intercalar piezas vocales e instrumentales,
para dar color a la audición y facilitarla,
opción aquí seguida. Cierto que sorprende el
Alleluia con que se abre el disco, en una versión para
instrumentos altos en el mejor modo de las fanfarrias,
procedente de un ms. de Montpellier del siglo XIII
que no pinta demasiado con el resto del repertorio.
El vocal suele ser a una voz acompañada con el que
contrastan las dos piezas de Francesco Landini a
tres voces. La soprano Maria Köpcke tiene un timbre
poco lucido, tanto que hay veces que parece cantar
en falsete, con poca proyección. Más solvente el
grave y bello registro de la contralto Anja Schumacher,
muy convincente con la primera pieza de von
Wolkenstein seleccionada, y lo mismo se puede decir
de la otra de este autor, a cargo de la soprano Juliane
Sprengel. Ambas, de lo mejor del disco. Está de enhorabuena
el minnesinger. Brillan por lo general, hay
que decirlo, las canciones abordadas instrumentalmente
como Je ne cesse de prier de Machaut. Aunque
le falten detalles al disco para considerarlo excelente,
es una grabación a considerar.
AMOURS ME FAIT DESIRER: Canciones de amor del siglo
XIV
Ensemble Alta Musica. Rainer Böhm, director / RAUM-
KLANG / Ref.: TAL 90004 (1 CD) D4
Una reconstrucción
para Sweelinck
MDG da comienzo a una integral
organística del músico holandés
Manuel de Lara
El organista de la Iglesia Vieja de Amsterdam fue
crucial en la creación de la escuela nortealemana,
tanto por la formación de los músicos que sentaron
sus bases, Scheidemann, Jacob y Johann
Praetorius o S. Scheidt, entre otros, como en las
formas que transmitió y perfeccionó. Su música,
de gran valor, alcanza maestría polifónica –extendiendo
el estudio de Zarlino– y formal, y aglutina
diversas fuentes contemporáneas: inglesas de Bull
o Philips; italianas de Merulo o A. Gabrieli; hispanas
de Cabezón o germanas de Hieronymus
Praetorius. Este primer volumen de las obras para
órgano que nos presenta Harald Vogel, nos muestra
las formas que cultivó: la fantasía en eco, con
sus juegos de registros y manuales; la toccata, capriccio
o fantasia, con mayor estructura formal e importancia
de las secciones fugadas, como se aprecia en
la Fantasía en La m sobre el tema b-a-c-h, aquí con
rica registración y uso de pedalero; o las variaciones
sobre corales o salmos que se desarrollan sobre
el Cantus Firmus que aparece sucesivamente en
diferentes voces, con uso de contrapunto imitativo.
Además de su indiscutible calidad interpretativa,
Vogel destaca como estudioso y experto en el
uso de los registros de este ámbito. El órgano de
pared de la nave lateral de la iglesia de Sta. María
de Lemgo ha sido objeto de un proceso admirable
de restauración sobre la base tardorenacentista,
en cuyos laboriosos trabajos ha participado Vogel
como consultor, recuperando así un instrumento
único en su tipo en Alemania. Ha sido cuidadosamente
elegido para resaltar toda la riqueza de los
registros específicos del renacimiento tardío que
tuvo Sweelinck a su disposición en Amsterdam,
dotando de un color característico a su música, y
el resultado es francamente notable, en una grabación
espléndida. Al final del disco, Vogel hace un
interesante recorrido por los ricos registros de este
bello instrumento.
JAN PIETERSZOON SWEELINCK (1562-1621): Obras para
órgano vol. 1
Harald Vogel, órgano / MDG / Ref.: MDG 1690-6 (1 CD) D2
Embajadores del nuevo
estilo
Obras policorales de inspiración
veneciana de los siglos XVI y XVII
Urko Sangroniz
A día de hoy es sobradamente conocida la influencia
que la Basílica de San Marcos ejerció en el desarrollo
de la concepción sonora y musical durante
los siglos XVI y XVII. Y aunque nos refiramos al
templo en su conjunto, lo mismo se podría decir
de los grandes maestros de capilla que allí trabajaron,
a saber, los Willaert, Gabrieli (tío y sobrino),
Monteverdi, etc., que ya es decir. Se trata sin
duda de uno de los más importantes centros de
creación musical que ha habido en la historia, esos
que, por medio de una combinación de circunstancias
favorables, propiciaron que el arte de los sonidos
avanzase de forma irremisible hacia nuevas e
inexploradas latitudes. De tal manera, la policoralidad,
es decir, la disposición de los efectivos en distintos
bloques para explotar las condiciones
acústicas de la mencionada basílica, dejaría de ser
un recurso puntual. Y éste es precisamente el quid
de la cuestión, ya que esta nueva concepción no solo
se circunscribió a la Serenísima República, y así los
numerosos músicos de todas las nacionalidades
que allí estudiaron y trabajaron la exportaron al resto
de Europa, llegando incluso hasta el Nuevo
Mundo a través de las embarcaciones que zarparon
desde la Península Ibérica.
El disco que nos ocupa es una selección de
obras acuñadas en el nuevo estilo, compuestas por
músicos provenientes del ámbito de San Marcos
y que trabajaron en diversas cortes de Eslovaquia,
Austria y especialmente Polonia. No resulta difícil
de imaginar el impacto y el desarrollo que ocasionarían
en aquellos lugares acostumbrados a
técnicas más humildes, así como el incentivo en forma
de contratación de nuevos y más competentes
intérpretes. En este sentido, el Ensemble
Dodecantus, dirigido por Marina Malavasi, cumplen
sobradamente con las numerosas exigencias
planteadas en una más que convincente interpretación.
DE VENECIA A VARSOVIA: Música policoral de los s. XVI y
XVII (obras de Simbracky, Mielczewski, Stivori, Vecchi,
Anerio, Pacelli, Asola, Bertolusi, Gualtieri y Gabussi)
Ensemble Dodecantus. Marina Malavasi, director / BON-
GIOVANNI / Ref.: GB 5172-2 (1 CD) D2
antigua 212 / marzo 2012
Florencia monumental
En Glossa, Misa para 40 y 60 voces de Alessandro Striggio
por Hervé Niquet y Le Concert Spirituel
Alessandro Striggio (c.1536-1592) fue hijo ilegítimo
de un famoso soldado del norte de Italia, quien
le garantizó una buena posición social, pues el
músico firmaba sus obras como “gentilhombre
mantuano”. En 1559, siendo ya un reconocido virtuoso
de varios instrumentos (laúd, viola da gamba,
lirone o su espectacular lira da gamba de 18
cuerdas y la altura de un hombre) entró al servicio
del Duque Cosme I de Médicis, para quien
colaboró en algunas misiones diplomáticas, como
la que en 1567 hizo por Londres, Viena, Múnich y
París. En la capital inglesa conoció a Thomas Tallis
y quizá escuchara entonces su motete a 40 voces
Spem in allium. Aquello fue una inspiración o, tal
vez mejor, una casualidad, pues hay testimonios que
demuestran que en su estancia parisina de aquel
mismo año el músico hizo ejecutar con gran éxito
su Misa Ecco sì beato giorno, a 40 voces (con el
Agnus Dei II a 60), que estaba a su vez basada en
su propio motete Ecce beatam lucem, también a 40
(y también incluido en este CD), por lo que tanto
misa como motete debieron de ser anteriores a la
estancia londinense.
La Misa, que forma parte de esa tendencia a
la monumentalidad polifónica que cultivaron
algunos maestros del XVI, se consideraba perdida
hasta que Davitt Moroney la halló en París y la
editó en 2007, interpretándola por primera vez en
los Proms de aquel año al frente de los Tallis
Scholars y los BBC Singers. Sin embargo, parece
ser que Dominique Visse había ya encontrado y
transcrito la obra en 1978, y es esta edición la manejada
por Hervé Niquet para la presente grabación,
que es la segunda que se hace de la obra, después
de la que en 2010 Robert Hollingworth registrara
al frente de su conjunto I Fagiolini para el sello
Decca, que partía de la edición de Moroney.
Niquet ha querido colocar la colosal obra de
Striggio en el marco litúrgico de la principal fiesta
de la corte medicea en Florencia, la de San Juan,
por lo que utiliza para el Propio de la misa obras
de Francesco Corteccia, maestro de capilla de los
Médicis al que en la práctica acabaría sustituyendo
Striggio como principal suministrador de música
de la corte. También se incluyen tres obras
9
Pablo J. Vayón
(Laetatus sum, Miserere y Magnificat) de Orazio
Benevolo, quien en el XVII cultivaría igualmente
la monumentalidad policoral (era suya la misa para
48 voces, lamentablemente perdida, que en 1628
sirvió para inaugurar la catedral de Salzburgo).
Las cuarenta partes de la obra de Striggio se
distribuyen en cinco coros de ocho voces cada uno,
que Niquet ha querido conservar tal cual, añadiendo
instrumentos para doblarlas y no para sustituir
a los cantores, y ello según el siguiente plan:
los coros 1 y 5 se interpretan solo con voces; al
coro 2 lo doblan un órgano principal y un realejo;
al 3, dos cuartetos de instrumentos de viento, una
corneta y tres sacabuches por un lado, y cuatro
bajones y bajoncillos por el otro; al 4, un clave y una
spinetta ottavina (clave a la octava). Además, la
parte del bajo general se adjudica a dos instrumentos
de cuerda grave, a distancia de octava, bajo de
violín y violone. Si describo con este detalle el
orgánico empleado en la interpretación es para
que el aficionado se haga una idea del tipo de sonoridad
que se busca. Lograda de forma convincente
la monumentalidad, ¿salvaguarda Niquet la claridad
deseable en música de este tipo? Hasta donde
es posible, sí, aunque conviene aclarar que no estamos
ante un disco (en formato SACD) que pueda
escucharse de cualquier manera: me temo que el
mp3 y los reproductores de teléfonos móviles y
otros dispositivos similares no son contemplables
si se desea disfrutar realmente de la propuesta.
Pero en un equipo convencional decente, la majestuosidad
de esta música resplandece de forma
incontestable, con un trabajo brillantísimo en
empaste y espacialidad, con planos sonoros de más
que notable distinción, bien modelados los contrastes
y una notabilísima delicadeza allí donde las
texturas permiten apreciar las voces individuales
de los solistas.
ALESSANDRO STRIGGIO (c.1536-1592): Misa para 40 y 60
voces (y otras obras monumentales florentinas de Benevoli y
Corteccia)
Le Concert Spirituel. Hervé Niquet, director / GLOSSA /
Ref.: GCDSA 921623 (1 SACD) D1
Hervé Niquet
foto © Patrice Nin
10 di v e r di antigua
… y Savall los junta
Flora presenta dos nuevas grabaciones de Les Sacqueboutiers
Eduardo Torrico
Pocas cosas en esta vida son casuales, porque la mayoría son causales. El sello Flora presenta estos dos
registros de Les Sacqueboutiers de Toulouse, lo cual tiene mucho que ver con una de las más emblemáticas
figuras de la música antigua, Jordi Savall. Flora fue fundado por el violagambista Philippe
Pierlot y por el violinista François Fernández, colaboradores habituales de Savall. El eje motriz de Les
Sacqueboutiers son el corneta Jean-Pierre Canihac y el sacabuche Daniel Lassalle, otros dos miembros
históricos de las diversas agrupaciones del maestro de Igualada. Añadamos que en estos dos discos aparecen
otros nombres de la “factoría Savall” como la soprano Adriana Fernández, el barítono Furio
Zanasi, el tiorbista Eduardo Egüez o el percusionista Pedro Estevan, y comprobaremos que la conexión
no es sólo clara sino lógica y hasta casi inevitable. Dios los cría y Savall los junta, podríamos decir.
El primer disco, por orden de aparición, contiene obras de algunos de los más destacados compositores
del siglo XVII, tanto italianos como alemanes y españoles (Castello, Falconiero, Merula, Schütz,
Scheidt, Schein y Ortiz). El segundo, en el que participa con destacado protagonismo el emergente tenor
sevillano Juan Sancho, incluye Il Combattimento di Tancredi e Clorinda, de Claudio Monteverdi, y la muy
desconocida ópera de bolsillo Il carro di fedeltà d’amore, del no menos desconocido Paolo Quagliati, un
estricto coetáneo del genio cremonés (se trata de la primera “azione scenica” que se representó en
Roma). Este segundo registro se completa con una paráfrasis para clarinete solo sobre Il Combattimento
monteverdiano, obra de un músico de nuestros días, el germano-inglés Alexander Goehr (nacido en
1932), cuya interpretación corre a cargo de Jean-François Verdier (por supuesto, con instrumento
moderno). Lecturas todas ellas sobresalientes, con momentos ciertamente deslumbrantes. Con músicos
tan buenos implicados, es imposible que un proyecto salga mal.
CLAUDIO MONTEVERDI (1567-1643): Il combattimento di Tancredi & Clorinda; PAOLO QUAGLIATI (1555-1628): Carro di
fedeltà d'amore; ALEXANDER GOEHR (1932): Paráfrasis para clarinete sobre el madrigal Il combattimento di Tancredi &
Clorinda
Furio Zanassi, Juan Sancho, Adriana Fernández, voces. Les Sacqueboutiers. Jean-François Verdier, director / FLORA / Ref.:
FLORA 1709 (1 CD) D2
EL SACABUCHE: Obras para el instrumento de Castello, Ortiz, Falconiero, Scheidt, Merula, Morales, Ortiz, Schein y Schütz
Michel Becquet, sacabuche tenor. Les Sacqueboutiers de Tolouse / FLORA / Ref.: FLORA 2310 (1 CD) D2
Violas en la Roma
del Seicento
Música vocal e instrumental por
Vox Luminis y Mare Nostrum
Pablo J. Vayón
Aunque el triunfo del violín como instrumento
solista en la Italia del siglo XVII resulta incontestable,
los conjuntos de viola siguieron teniendo
una presencia notable durante décadas, destinados
tanto a las nuevas prácticas de disminución
solista sobre un bajo continuo como a la interpretación
de piezas polifónicas, bien pensadas específicamente
para algún tipo de instrumento o
conjunto, bien adaptadas de la música vocal. Entre
esos conjuntos, alcanzó especial fama el que mantenía
en Roma el cardenal Francesco Barberini,
sobrino del papa Urbano VIII (Maffeo Barberini),
quien le encargaría la dirección de la Biblioteca
Vaticana.
Andrea de Carlo, director del conjunto de
violas Mare Nostrum, plantea en este disco un
programa que bien podría haber sido el del concerto
de Barberini. Incluye obras de Frescobaldi, pensadas
para instrumentos de teclado y que en las
violas suenan con una prestancia y una claridad
muy especiales, danzas de Kapsberger, dos de los
ocho ricercares escritos por Palestrina (sus únicas
obras instrumentales conocidas), canzonas y
madrigales de Cherubino Waesich, un violista residente
en Roma por aquella época, y piezas de
Domenico Mazzochi, hermano del maestro de
capilla del cardenal, que escribió madrigales pensados
para el acompañamiento con violas e incluso
para su interpretación puramente instrumental.
El conjunto vocal Vox Luminis se encarga de los
madrigales de Mazzochi y Waesich, en los que luce
un empaste y una delicadeza que encajan a la perfección
en las versiones del Ensemble Mare
Nostrum, dominadas por una sonoridad dulce y
refinada, elegante y sinuosa que ni en la atrevida
propina (una Sonata de Scarlatti) pierde la compostura,
conservando siempre su tono de lírica sensualidad,
tan adecuada para la paz de las tardes
primaverales que se avecinan.
IL CONCERTO DELLE VIOLE BARBERINI: Obras de cámara
de Frescobaldi, Mazzocchi, Palestrina, Waesich y Scarlatti
Ensemble Mare Nostrum. Vox Luminis. Andrea de Carlo,
bajo de viola y dirección / RICERCAR / Ref.: RIC 320 (1 CD)
D2
Franz Vitzthum, una
voz celestial
La canción sacra alemana
después de 1650
Manuel de Lara
Las consecuencias de la Guerra de los Treinta
Años en las ciudades alemanas determinaron una
actitud especial hacia el sentido de la vida que se
plasmó en la música vocal sacra de la segunda
mitad del siglo XVII, fruto en parte de las propias
circunstancias vitales de los compositores: la muerte
como liberación del sufrimiento de una vida
tortuosa. Esta preciosa grabación que nos presenta
el contratenor Franz Vitzthum con el
Capricornus Consort Basel, formado por jóvenes
músicos de las más prestigiosas orquestas centroeuropeas,
hace un recorrido por la canción sacra
que se desarrolló durante ese periodo, descubriéndonos
muchas piezas hasta ahora inéditas. La
mayoría de obras recogidas en el disco –que también
incorpora piezas instrumentales de músicos
nativos y extranjeros activos por esas tierras como
contrapunto sonoro– son en gran medida arias
estróficas, mostrándonos la variedad de técnicas
a la hora de abordarlas. Desde la complejidad del
hermoso lamento de Erlebach, Kommt ihr Stunden,
elaborado sobre una passacaglia fúnebre, hasta piezas
inéditas de J. Krieger, Böhm o Hildebrand,
construidas a través de inflexiones expresivas y
armónicas en las estrofas. Tras el cambio de siglo,
la visión de la vida y formas musicales se habían
transformado, como se ilustra a través de la única
cantata que desgraciadamente nos ha llegado de J.A.
Kobelius, compositor de la corte ducal de
Weissenfelds. El aria central de esta cantata, primicia
mundial en disco, es una absoluta maravilla
construida en ostinato y staccato sobre el doblar
de las campanas que dulcemente, ya sin angustia,
acompañan el tránsito final. Franz Vitzthum, joven
aunque sobradamente conocido, es ya uno de los
mejores contratenores de la actualidad, con una
técnica vocal envidiable y una voz delicada y dulce
que aborda estas obras de manera sublime, celestial.
El acompañamiento musical es también muy
brillante. No se lo pierdan.
HIMMELS-LIEDER: Cantatas y canciones sacras para contratenor
Franz Vitzthum, contratenor. Capricornus Consort Basel /
CHRISTOPHORUS / Ref.: CHR 77354 (1 CD) D2
antigua 212 / marzo 2012
El siglo XVII según Alessandrini
1600, una extraordinaria perspectiva del repertorio instrumental
transalpino de la época a cargo del Concerto Italiano, en Naïve
Se echaba de menos un disco puramente instrumental por parte del Concerto Italiano. Descontando
el recital Chaconne donde Alessandrini actuaba como solista, la última grabación instrumental del grupo
se remontaba, si no recuerdo mal, a hace casi cuatro años. En aquella ocasión sorprendió –y mucho–
el carácter de la propuesta: un puñado de sonatas de Frantisek Tuma (1704-1774), compositor que por
área y cronología se alejaba de los derroteros habituales del conjunto. Con este nuevo registro, Alessandrini
vuelve en cambio a su repertorio de elección, el barroco italiano, y lo hace dirigiendo desde el clave a
una plantilla de cuatro cuerdas (dos violines, viola y violonchelo) y tiorba. El recorrido es de lo más ambicioso:
abarcar todo el siglo XVII hasta alcanzar los primeros años del XVIII. Las piezas escogidas cumplen
con el objetivo de ofrecer una visión articulada y de conjunto, si bien algunas de ellas suenen con
frecuencia en antologías de este tipo.
Poco conocida es la página que abre el programa, la muy interesante Fantaisie (les pleures d’orphée
ayant perdu sa femme) de compositor anónimo, cuyos acentos dolientes y cromáticos son un fascinante
manifiesto del mal de vivre del siglo entrante. Las canzone de Gabrieli (Giovanni), Merula, Frescobaldi
y Salvatore ensayan las nuevas posibilidades del género instrumental sin perder de vista el legado de la
polifonía vocal. Las Consonanze stravaganti de Giovanni de Macque se regocijan en las tensiones disonantes
con un gozo gesualdiano que excluye cualquier contacto con la dimensión del melodrama (a diferencia
de lo que ocurría en la Fantaisie). La sonata de Castello y el Passacaglio de Marini se caracterizan
por la búsqueda de una expresividad más directa y afable, que en el caso de la suite Il Scolaro de Zanetti
se acoge a estructuras de danza de derivación francesa. Ya en la segunda mitad del siglo, las sonatas de
Legrenzi y Bononcini exploran ámbitos formales más amplios y elaborados así como los postreros conciertos
a cuatro de Torelli y Dall’Abaco, donde predomina todavía la dimensión de grupo pero en un
contexto musical ya muy próximo a dar el salto hacia la nueva tipología del concierto solista.
Las piezas seleccionadas por Alessandrini desprenden en general un talante más severo que hedonista
y así lo subraya también el Concerto Italiano
con unas versiones caracterizadas por su intensa
elocuencia, por una expresividad natural y nunca
exagerada, consiguiendo sus mejores resultados
en las músicas de Macque, Marini y Legrenzi, traducidas
aquí con velada melancolía. Por supuesto
no faltan momentos puntuales de bullicio y brillantez
(Castello, Zanetti), pero el rostro primordial
de este siglo XVII dibujado por Alessandrini
invita a la reflexión y al análisis pormenorizado. El
alto nivel técnico e interpretativo de las presentes
versiones redondea una grabación que sin duda
cautivará a los aficionados a este tipo de repertorio.
Mientras, Alessandrini suma y sigue.
11
Stefano Russomanno
1600: Obras maestras instrumentales italianas del s. XVII (Giovanni Gabrieli, Tarquinio Merula, Giovanni de Macque,
Girolamo Frescobaldi, Giovanni Salvatore, Dario Castello, Gasparo Zanetti, Biagio Marini, Giovanni Legrenzi, Giovanni
Bononcini, Evaristo Dall’Abaco y anónimo)
Concerto Italiano. Rinaldo Alessandrini, director / NAIVE / Ref.: OP 30531 (1 CD) D1
Rinaldo Alessandrini
12 di v e r di antigua
Las delicias del laúd
Beier recupera a Reusner, precursor
de Weiss, Baron o Kellner
Eduardo Torrico
El laúd vive en Alemania su época de máximo esplendor
en la primera mitad del XVIII. Weiss, Baron,
Kellner, Falckenhagen o el propio Johann Sebastian
Bach son sus más eximios representantes. Pero tan
formidable plétora no surge por generación espontánea;
son el fruto de la siembra que años antes ha
realizado Esaias Reusner, tenido por el primer compositor
germano de suites para este instrumento.
Reusner fue un niño prodigio que en compañía de
su padre, también laudista, viajó de corte en corte
exhibiendo su asombroso arte. Con apenas veinte
años cumplidos, entró al servicio del duque de
Silesia; tres lustros después, ejercería de profesor de
laúd y flauta en la Universidad de Leipzig, y en 1674
sería nombrado laudista de cámara en la corte del
elector de Brandemburgo, cargo que ostentaría hasta
su muerte. No resulta complicado descubrir la huella
de Reusner en Silvius Leopold Weiss, tenido por
el más grande laudista de todos los tiempos. Ambos
nacieron en Silesia y ambos compusieron solamente
música para este instrumento. En la obra de
Reusner destacan dos colecciones: Delitiae Testudinis
(1667) y Neue Lauten-frücht. (1676). Contienen un
total de veintiocho suites, con distintos números de
movimientos (de cuatro a nueve). Lo poco que sabíamos
respecto a la obra de Reusner se debía a un disco
que grabó Konrad Junghänel para Deutsche
Harmonia Mundi en 1991, con siete suites de las
Delitiae Testudinis (traducido: Las delicias del laúd).
Aparece ahora este segundo monográfico, con cinco
suites de la misma colección, que se anuncia
como primer volumen de una serie que ojalá será larga.
El protagonista es el siempre convincente Paul
Beier (norteamericano, pero afincado en Milán desde
hace tiempo), quien ha optado por un laúd de doce
cuerdas, instrumento empleado por Reusner y que
poco a poco acabaría entregando el testigo al laúd
de once cuerdas usado por Junghänel. Música e
interpretación son, como el propio nombre de la
colección, una pura delicia.
ESAIAS REUSNER (1636-1679): Delitiae Testudinis, Vol. I
(Brieg, 1667)
Paul Beier, laúd barroco / STRADIVARIUS / Ref.: STR 33867
(1 CD) D2
Diversiones à la
française
Músicas de M.-A. Charpentier
para las comedias de Molière
Javier Sarría Pueyo
Frente a la reverente y cuasi religiosa actitud del
público actual, en el barroco el respetable acudía
al teatro a divertirse, con una disposición mucho
más parecida a la del actual asistente a una película
o un musical. Se apreciaban no sólo las cualidades
musicales, sino también los decorados, el
vestuario, las maravillas que eran capaces de obrar
las máquinas –los efectos especiales de la época–,
las danzas y, en fin, todo aquello que fuera capaz
de entretener y despertar el interés del espectador.
La Francia de fin del XVII fue muy aficionada
a todo esto: una buena comedia debía ir
acompañada de música –lo que, en realidad, también
pasaba en el resto de Europa– y, siendo posible,
canto y danza para entretener al personal,
llegando su máximo desarrollo con la creación de
la comédie-ballet –una obra de arte total avant la lettre,
si se me permite la herejía–, que lleva a cabo una
simbiosis perfecta entre declamación, canto y danza.
En el centro de su génesis se halla Molière,
quien junto a Lully creó esa obra perfecta titulada
Le Bourgeois Gentilhomme. Después llegó la ruptura
con el florentino y su acercamiento a
Charpentier, cuya colaboración engendró un fruto
no menos sazonado: Le Malade imaginaire, comedia
en cuya cuarta representación comenzó el autor
a agonizar. Previamente Charpentier compuso
músicas de diversa índole y extensión para otras
comedias de aquél. El presente disco constituye
un estupendo testimonio de esa genial colaboración,
presentando como mayor novedad la interpretación
de una selección de esta música con las
restricciones que el malvado Lully impuso a través
de las ordenanzas reales de 1672 y 1673, que terminaron
por prohibir representaciones teatrales con
más de seis instrumentistas y dos cantantes (siete
y tres en nuestro disco). Hugo Reyne y los suyos
se desempeñan con la seriedad –muy jocosa en
este caso– y conocimiento que les caracteriza.
MARC-ANTOINE CHARPENTIER (1643-1704): Música para
las comedias de Molière
La Simphonie du Marais. Hugo Reyne, director / MUSIQUES
À LA CHABOTTERIE / Ref.: MC 65010 (1 CD) D2
Vinaccesi: segundo
episodio
Cantatas profanas y sonatas del
músico lombardo en Stradivarius
Stefano Russomanno
Diez años después de su primer disco dedicado a
la desconocida figura de Benedetto Vinaccesi
(1666-1719), el conjunto Gli Erranti dirigido por
Alessandro Casari vuelve al lugar del delito con
un nuevo monográfico sobre el compositor. Si en
aquella ocasión los focos estuvieron puestos en su
producción sacra (motetes), el presente programa
se reparte en cambio entre la música vocal profana
(cantatas para voz y continuo) y la instrumental
(sonatas para cuerdas). Nacido en Brescia,
Vinaccesi desempeñó su actividad de organista y
compositor en el norte de Italia; el punto álgido de
su trayectoria ha de situarse en Venecia, a partir de
1698, cuando se le nombra maestro de coro de
uno de los ospitali de la ciudad y, más tarde (1704),
organista de la capilla ducal de San Marcos. El disco
incluye cuatro de las ocho cantatas de Vinaccesi
que han sobrevivido. Marcada resulta la influencia
de Alessandro Scarlatti tanto en el lenguaje
como en la arquitectura formal, basada en la alternancia
recitativo-aria, aunque con variantes personales
muy interesantes. Como en Or fia mai ver,
donde los recitativos superan con creces a las arias
por elaboración y extensión. Las dos sonatas aquí
recogidas pertenecen a la colección de Sonatas de
cámara a tres opus 1. Se trata de obras juveniles
pero, como explica Michael Talbot en sus ejemplares
comentarios del disco, muestran una notable
originalidad y una interesantísima estructura
en diversos movimientos (muchos de danza) todos
ellos vinculados a través de la coherencia del trabajo
temáticos. El conjunto Gli Erranti vuelve a
ofrecer una prueba de alto nivel, confirmando aquí
las buenas sensaciones del primer monográfico
que dedicaron a Vinaccesi. Excelente también la
prestación vocal de Gemma Bertagnolli y Fulvio
Bettini en las cantatas. Un disco importante para
iluminar la figura y la obra de un compositor que,
de nuevo en palabras de Talbot, fue una importante
personalidad de la vida musical veneciana en
las dos primeras décadas del siglo XVIII.
BENEDETTO VINACCESI (1666-1719): Cantatas y sonatas
Gli Erranti. Alessandro Casari, clave y dirección / STRADI-
VARIUS / Ref.: STR 33879 (1 CD) D2
Dos genios andan
sueltos
Formidable recital de Diego Ares
dedicado a Domenico Scarlatti
Eduardo Torrico
Muchas veces el espíritu que encierra un disco
queda gráficamente resumido en su título. Este
“Vivi felice” que el clavecinista vigués Diego Ares
le dedica a Domenico Scarlatti es la más perfecta
explicación de la modestia que caracterizaba al
genio napolitano, cuyo largo medio millar de sonatas
para teclado no deja nunca de ser una caja de
sorpresas sin fondo. En el prólogo de su colección
Essercizi per gravicemvalo (Londres, 1738), Scarlatti
advertía, tanto al intérprete versado como al diletante,
de que no encontrarían en ellos ningún virtuosismo,
sino un mero método de entrenamiento,
al tiempo que lanzaba un animoso “¡Vive feliz!”.
Es cierto que las sonatas de Scarlatti, las treinta contenidas
en los Essercizi y las demás que escribió a
lo largo de su dilatada carrera (casi todas ellas,
durante su estancia en España) son una invitación
a la felicidad, acaso derivada de las fuentes populares
en las que bebió en no pocos casos. Pero mentía
el napolitano al querer reducirlas a un mero
ejercicio práctico, porque si algo las caracteriza es
una endiablada dificultad técnica, encaminada a
explorar y a explotar todas las posibilidades técnicas
del instrumento. Hace falta ser muy buen
intérprete para tocarlas realmente bien y créanme
si les digo que no se me ocurren muchos más cualificados
para hallar la verdadera esencia de la música
de Scarlatti que Ares, a pesar de su insultante
juventud (no ha entrado aún en la treintena). Lo
escuché por primera vez hace cuatro años en el
auditorio del Conde Duque, con las Variaciones
Goldberg, y su descomunal lectura me dejó perplejo.
Luego, su primer registro en solitario, con
música del padre Soler, me ratificó en el convencimiento
de que estamos ante un intérprete mayúsculo.
Sin embargo, el presente disco me dice que
quizás entonces me quedé corto en mis previsiones,
porque lo de Ares sólo está a la altura de los
más privilegiados.
DOMENICO SCARLATTI (1685-1757): Vivi felice (sonatas
para clave)
Diego Ares, clave / PAN CLASSICS / Ref.: PAN 10258 (1 CD)
D2
antigua 212 / marzo 2012
Deslumbrantes Cuatro estaciones
Forma Antiqva firma una lectura antológica de los archiconocidos
conciertos vivaldianos
¡¿Una más?! Supongo que es la interrogante admirativa
que se plantea el melómano cuando ve anunciada
la aparición de una de esas obras que ya han
sido grabadas decenas y decenas de veces. Supongo,
también, que cuando un artista se embarca en la
empresa de registrar música tan archiconocida es
porque está en la certeza de que tiene cosas importantes
o, al menos, diferentes que decir. Pues sí, he
aquí una nueva versión, la enésima, de Las cuatro
estaciones vivaldianas, con el interés apriorístico de
que nunca antes ningún grupo español las había
plasmado en disco. Tenía que ser Forma Antiqva,
claro, la que afrontara el reto. Desde el principio,
la formación de los hermanos Zapico ha entendido
esto de la música como una actividad de riesgo,
lo cual la ha llevado a explorar territorios ignotos
y a buscar enfoques inusuales, dentro, eso sí, de la
más pura ortodoxia historicista. Cosas de juventud,
pensarán algunos. Pero van pasando los años
y Forma Antiqva, sin perder un ápice de su lozanía,
va adquiriendo un poso de experiencia que le
permite exclamar sin complejos eso de “¡eh, que
aquí estoy yo!”. Y sí, aquí están ellos, para ofrecernos
una de las más vibrantes, apasionadas,
ardientes, impetuosas, desenfrenadas, apoteósicas
y alucinantes lecturas que se hayan hecho jamás
de los cuatro célebres conciertos del prete rosso.
Siendo como son conciertos para violín, hay
que centrarse en la figura de Aitor Hevia. Lo primero
que hice nada más acabar de escuchar el disco
fue ponerme a indagar de dónde había salido esta
auténtica “bestia parda” (perdón por la expresión).
Asturiano, como los Zapico, había sido compañero
en el conservatorio de Aarón, el mayor de los
hermanos y director artístico de Forma Antiqva.
Hevia, integrante del Cuarteto Quiroga, no es un
13
Eduardo Torrico
especialista en el violín barroco (aunque quede
claro que el que utiliza en esta grabación es un
Grancino-Landolfi milanés del XVIII) y, a la vista
de los resultados, ni falta hace que lo sea. Sonará
a perogrullada, pero cada vez estoy más convencido
de que para hacer buena música lo que verdaderamente
hace falta es ser buen músico y Hevia
demuestra aquí que es un músico superlativo, como
lo son el resto de intérpretes reunidos ad hoc para
este fascinante proyecto.
Un proyecto un tanto híbrido pues, junto a
estas obras representativas del apogeo barroco, se
insertan musicalizados los poemas sobre Las cuatro
estaciones que la leyenda atribuye al propio
Vivaldi. O, más concretamente, la traducción de
dichos poemas al inglés. Esa tarea de musicalización,
con enfoque jazzístico, ha sido encomendada
a Uri Caine, que nunca deja a nadie indiferente,
y a Theo Bleckmann. Ellos son, además, los encargados
de la interpretación: Caine toca el piano y
los distintos instrumentos electrónicos, en tanto
que Bleckmann pone la voz y realiza el procesado.
No hace falta presentar a estas alturas a Caine,
uno de los buques insignia de Winter & Winter,
para el que ha grabado, con el presente, veintidós
discos. Cada poema precede a su correspondiente
concierto. Dos estilos absolutamente contrapuestos.
Música del siglo XVIII y música del siglo
XXI parece un matrimonio contra natura, pero
este tipo de transgresiones no sólo son frecuentes
“Una de las más vibrantes, apasionadas, ardientes,
impetuosas, desenfrenadas, apoteósicas y alucinantes
lecturas que se hayan hecho jamás de los cuatro
célebres conciertos.”
en W&W, sino que constituyen la propia esencia
del exitoso sello alemán.
La audición de Las cuatro estaciones de Forma
Antiqva ha supuesto para quien esto firma la misma
conmoción que supuso la audición, a principios
de los 90, de la versión de Il Giardino Armonico.
Cuando se van acumulando años en el carnet de
identidad y discos en las estanterías de casa, las
conmociones musicales cada vez son más infrecuentes.
Por eso, no puedo por menos que agradecer
a Hevia, a los Zapico y a sus acompañantes
tan fastuoso regalo. Con permiso del mencionado
Il Giardino Armonico y de Gli Incogniti
(Amandine Beyer), no les quepa la más mínima
duda de que estamos antes las mejores Cuatro estaciones
de la Historia.
ANTONIO VIVALDI (1678-1741): Las cuatro estaciones
(incluye interludios escritos e interpretados por Theo
Bleckmann y Uri Caine)
Aitor Hevia, violín. Theo Bleckmann, voz. Uri Caine, piano.
Forma Antiqva. Aarón Zapico, director musical / WINTER &
WINTER / Ref.: WIN 910185-2 (1 CD) D1
14 di v e r di antigua
Plaisir des dieux
Cantatas del Grand Siècle por
Ludovice Ensemble en Ramée
Javier Sarría Pueyo
El disco que tengo entre manos contiene una selección
de cantatas francesas tan bellas como desconocidas.
Un magnífico ejemplo de la maestría de
André Campra en el género es Le Jaloux. En ella,
el compositor crea una concatenación de arias,
ariosos, recitativos y momentos instrumentales
totalmente libre de ataduras formales para describir
un texto que glosa los sinsabores del humor
celoso. Destaca el maravilloso sommeil “Someil,
vien, soulage les maux que je sens”, en el que flauta
y violín en unísono y con sordina desarrollan una
delicadísima melodía para avocar al sueño al anónimo
celoso. Paradigma del género es Pigmalion,
de Clérambault, su máximo exponente. Con un
esquema formal más canónico, desarrolla la historia
del mitológico escultor en tres recitativos y sendas
arias. Magnífica “Reine de l’amoureux”, en la
que la voz forma un cuarteto con flauta, violín y
bajo. El maître de musique de la Duquesa de Maine,
Philippe Courbois, es muy poco conocido y, sin
embargo, su cantata Orphée presenta tras arias
muy contrastadas llenas de buena música: un desolado
lamento, una brillante pieza con trompeta
obligada y un ligero y encantador movimiento de
danza. Louis-Antoine Dornel se encarga de los
interludios instrumentales con tres de los preciosísimos
conciertos de 1723. La interpretación corre
a cargo de los –para mí– desconocidos Ludovice
Ensemble, grupo portugués que da sobradas muestras
de calidad y saber musical. Acompañan en las
cantatas a Hugo Oliveira, a quien cabe augurar un
futuro muy prometedor. De voz cálida y bellamente
timbrada, este basse-taille se muestra perfecto
conocedor de las muy peculiares exigencias de este
repertorio, contenido, expresivo y refinado al tiempo,
con una estupenda dicción del francés antiguo
–se lleva a cabo una reconstrucción de la pronunciación
aristocrática del francés de la época–. Las
espléndidas notas y la elegancia del digipack redondean
una producción de lujo.
AMOUR, VIENS ANIMER MA VOIX!: Cantatas francesas para
bajo
Hugo Olivera, bajo. Ludovice Ensemble / RAMÉE / Ref.: RAM
1107 (1 CD) D2
Pequeñas óperas sacras
Obras vocales de Förtsch en CPO
por Roland Wilson
Caronte
Compositores como el poco conocido Johann
Philipp Förtsch ayudaron a tender puentes entre
el mundo de la escena operística y el de la música
sacra. Y de ello dan buena cuenta las nueve obras
recogidas en este CD, perteneciente a la serie
“Música sacra hamburguesa 1600-1800”, con la
que el sello CPO rinde homenaje a la fructífera actividad
que Hamburgo exhibió durante la Edad
Moderna.
Förtsch nació en 1652 en Wertheim, proyectando
desde bien joven una vida asombrosa por
polifacética, en materias tan dispares como la
Música, la Política o la Medicina. Pero es que dentro
de la Música, su actividad no fue menos diversa,
cultivando la ópera (tanto como compositor
como escribiendo libretos), la música religiosa, la
instrumental y la tratadística.
Este disco reúne diálogos, salmos y conciertos
sacros, compuestos siguiendo el modelo al uso
en su tiempo, pero primando los elementos más
dramáticos en detrimento de los narrativos, como
si de obras para ser representadas se tratase. Las
voces caminan sobre el bajo continuo –defendido
con manifiesto protagonismo aquí por el órgano–
para encontrarse en momentos puntuales con las
cuerdas en una elegante alternancia de grosores y
texturas de muy agradable efecto. Particularmente
hermosa me ha parecido el dúo de sopranos en
“Herr, wie lange wiltu mein so gar vergessen?”
(¿Hasta cuándo me tendrás olvidado, Señor?”
–Salmo 13–) en la que se prescinde de las cuerdas
para que las sopranos entrelacen sus melodías en
un inspiradísimo juego de tensiones.
Los conjuntos Capella Ducale y Musica Fiata,
a las órdenes de Roland Wilson, vuelven a ofrecer,
como es habitual en ellos, una interpretación de la
mayor solvencia.
JOHANN PHILIPP FÖRTSCH (1652-1732): Conciertos sacros
La Capella Ducale. Musica Fiata. Roland Wilson, director /
CPO / Ref.: 777369-2 (1 CD) D2
Saltos mortales
Cantatas italianas para bajo de
Haendel, en Accent
Mariano Acero Ruilópez
En el nutrido corpus de cantatas que Haendel compuso
durante su estancia italiana, abrumadoramente
dominado por las voces agudas, tan sólo
hay cuatro concebidas para bajo. O mejor, para
contrabasso, timbre entonces muy apreciado que
conjugaba unos agudos sutiles con una profunda
zona grave. Dos de ellas, Cuopre tal volta il ciel y
Nell’africane selve, fueron escritas durante su corta
estancia napolitana de 1708 y estaban destinadas
al excepcional cantante –probablemente,
Domenico Antonio Manna– que encarnó a
Polifemo en la serenata de las bodas del duque de
Alvito. Ambas describen los trastornos que el amor
provoca en el alma mediante alusiones metafóricas
–el león, fiero y orgulloso en libertad, supuestamente
manso y tembloroso estando encadenado;
una tormenta marina–, lo que permite trenzar recitativos
intensamente dramáticos y arias con espectaculares
audacias vocales –algún salto hay en la
selvática cantata que supera las dos octavas y
media–. Se ignora, sin embargo, para quién se
escribieron las otras dos. Tal vez Spande ancor a mio
dispetto, con un interesante accompagnato enmarcado
por dos contrastadas arias, fue cantada por
el Cristofano que dio vida a Lucifer en La ressurrezione.
Pero nada se puede decir sobre quién estrenó
Dalla guerra amorosa, más conocida hoy en su
inmediata transcripción para soprano, y que es
uno de esos ejemplos en que Haendel, partiendo
de retazos antiguos, logra una obra nueva y muy
hermosa. Aunque todas han sido reiterada, aunque
desigualmente grabadas, no es frecuente verlas
reunidas en un disco. El bajo-barítono alemán
Raimund Nolte posee el imprescindible virtuosismo
para afrontar esta a veces endiablada música,
que desgrana, además, con sentimiento y sensibilidad.
Y la Batzdorfer Hofkapelle, que también
interpreta alguna infrecuente obrita instrumental,
le proporciona un lujoso acompañamiento.
GEORG FRIEDRICH HAENDEL (1685-1750): Integral de
cantatas italianas para bajo
Raimund Nolte, bajo-barítono. Batzdorfer Hofkapelle /
ACCENT / Ref.: ACC 24249 (1 CD) D2
Haendel: ayer, hoy y mañana
antigua 212 / marzo 2012
Las Ocho grandes suites de Haendel en versión pianística de
Olga Smirnova, en ECM
En 1720, en plena carrera inglesa, editó Haendel la
primera entrega de estas suites para clave. Por
entonces sus óperas se representaban en el Teatro
del Rey y el compositor gozaba del monopolio de
sus ediciones, también por privilegio real, ya que
otra publicación –la de Jeanne Roger en
Amsterdam– no contaba con su revisión y ofrecía
escasas garantías de autenticidad. En 1727 se dio
a conocer la segunda parte de las suites y en
1733/1734 las reeditó John Walsh, sin saberse hasta
qué punto Haendel intervino en el evento.
Es curioso rememorar la finalidad didáctica
de estas series, dada su altísima calidad estética, su
eminente perfección de escritura y la eficacia de su
redacción para el teclado, ahora reavivada por su
ejecución en un piano moderno. Por un lado, cabe
colegir que Haendel evitó grandes dificultades virtuosísticas.
Por otra, que diversificó sus fuentes
para que los alumnos –sin duda, muy aventajados–
se tornaran duchos en materia de oberturas, cantables,
ritmos bailables y variaciones.
Escuchándolas, más de uno –yo, el primero– nos
consolamos imaginándonos ante un piano y resolviendo
estas “facilidades” como lo hace Lisa
Smirnova.
Que Haendel supo escribir para todos los dispositivos,
voces e instrumentos disponibles en su
tiempo, es público y notorio. Pero que consiguiese
esta plural faena de estructuras y de números
que son las ocho suites ahora reunidas, no deja de
sumar una admiración más a las muchas que su
memoria recoge desde hace varios siglos. Me detengo
en lo que podríamos estimar como un dechado
del cosmopolitismo barroco y la construcción
de una música decididamente europea. Haendel,
en efecto, era alemán, recaló en Italia –por entonces,
todavía, fulcro de la música continental y madre
de géneros y formas–, se instaló en la poderosa
pero no especialmente creativa Inglaterra y atisbó
el prestigio que las artes de Francia habían ganado
en el continente.
En efecto, si la suite puede considerarse un
invento francés, con su obertura majestuosa, su
aria intercalada y su oscilante cantidad de danzas
que le dan nombre genérico –giga, alemana,
corriente, sarabanda, pasacalle en los índices de
estas obras– , la construcción de base es el concierto
italiano, hijo de la forma sonata, a todo lo
cual se suman las danzas cortesanas de los Luises
versallescos.
En esta colección hay muestra de todo ello. Por
ejemplo, la número dos es un concerto para teclado,
con una introducción lenta y los tres movimientos
de una sonata. En las restantes hay siempre
una introducción rápida, que a veces se llama obertura,
otras allegro y otras, simplemente, preludio.
Las danzas ya han sido enumeradas y conforman
el meollo característico de estas series. Hay arias
que alternan con las danzas y breves ejercicios de
variación como para no olvidar que estamos en el
barroco. Pero, en conjunto, la reunión de fuentes
nos permite pensar en una música europea, sintética
en su cosmopolitismo y evocadora de una fiesta
barroca con las danzas, reposos, cuchicheos y
sigisbeos pertinentes. En el salón cortesano se reunían
los refinamientos de los especialistas como
Haendel con las memorias del baile popular disciplinado
por los maestros de palacio.
Lisa Smirnova ha optado por el piano moderno
para sus versiones. Es un instrumento que
Haendel no conoció pero pudo intuir que alguna
vez aparecería. Para la música barroca tiene un
valor añadido y es la riqueza de timbres que sus hermanos
menores, el clave y demás parentela, aun
conservando el sabor de época, no cuentan en su
haber. Es claro que Haendel, en un piano moderno,
ha de contar con el toque exquisito de Smirnova,
opulento de timbre y restringido de cuerpo sonoro
para no caer en romantizados anacronismos.
Haendel vuelve a mostrarnos, en sus manos, que
es un músico de ayer, hoy y mañana.
Lisa Smirnova
Blas Matamoro
GEORG FRIEDRICH HAENDEL (1685-1759): Die Acht
Grossen Suiten
Lisa Smirnova, clave / ECM RECORDS / Ref.: ECM 2213/14
(2 CD) D10 x 2
Regreso feliz
Integral laudística de David
Kellner por José Miguel Moreno
15
Pablo J. Vayón
Aunque es posible que no fuera laudista, el único
rastro compositivo que ha sobrevivido de David
Kellner (Leipzig, c.1670 – Estocolmo, 1748) es su
XVI Auserlesne Lauten-Stücke, en realidad diecisiete
piezas (y no dieciséis) publicadas un año antes
de su muerte por el editor Christian Wilhelm
Brandt de Hamburgo en tablatura francesa para un
laúd de once órdenes. A su lado, habría que situar
un método de bajo continuo, el Treulicher Unterricht
im General-Bass, que vio la luz en 1732, fue reeditado
varias veces y tuvo mucha circulación y gran
influencia en su época. Miembro de una familia
musical alemana, Kellner pasó la mayor parte de
su vida en tierras escandinavas, llegando a servir
diez años en el ejército del rey sueco Carlos XII,
donde alcanzó rango de capitán. Trabajó seguramente
en Tallín, pero fue en Estocolmo donde
encontró acomodo, como carillonneur de la Iglesia
Alemana y organista de San Jacobo, puestos que
conservó hasta el fin de sus días.
La colección de Kellner incluye seis fantasías, una
campanella (donde resuena su oficio de carillonista),
un aria y una pastorela de aroma italianos, y
ocho danzas en estilo francés, entre ellas una impresionante
chacona, que es, junto a las fantasías, la
obra más extensa y compleja de la colección, con
una interesante mezcla de refinado contrapunto y
libertad improvisatoria. Después de años de silencio
es un auténtico gozo recuperar a José Miguel
Moreno con esta grabación en la que muestra una
vez más su extrema sensibilidad y su exquisito gusto.
El músico madrileño se ha fabricado él mismo
el instrumento para el que piensa que Kellner compuso
su obra, un laúd de 11 órdenes, con cuerdas
algo más largas de lo habitual y afinación a 390. En
él deja una hora de delicadeza, lirismo, elegancia
y matices infinitos.
DAVID KELLNER (c.1670-1748): Phantasia (música para laúd
barroco)
José Miguel Moreno, laúd barroco de once órdenes / GLOS-
SA / Ref.: GCD 920112 (1 CD) D2
16 di v e r di antigua
Conexión femenina
Sonatas para violín de Jacquet de
la Guerre por Lina Tur
Javier Sarría Pueyo
Dos mujeres son las absolutas protagonistas del disco
que hoy comento. La primera, Elisabeth-Claude
Jacquet de la Guerre, protegida de Luis XIV, muy
célebre en su tiempo como intérprete y algo menos
como compositora. Nos ha dejado una obra breve
pero sustanciosa, en cuya cúspide se sitúan las
composiciones que nos ocupan: las Sonatas para
violín y bajo continuo, publicadas en París, en 1707,
si bien compuestas bastante antes. Estas seis sonatas
produjeron una fortísima impresión en Francia,
y no es para menos, ya que siguen fielmente los
modelos de la escuela romano-boloñesa (aunque
con ese aroma cartesiano tan propio del barroco
galo): si en los movimientos lentos priman las audacias
armónicas, en los rápidos el protagonismo se
sitúa en el abundante contrapunto imitativo y el
dinamismo rítmico; y siempre un fino melodismo,
cuidado formal y expresividad. Cabe destacar
igualmente el muy activo papel que se encomienda
al bajo continuo, que pasa del mero soporte
armónico a compartir con el violín el material
temático, a veces desarrollando una estructura en
trío. La segunda protagonista del registro es Lina
Tur Bonet, sobresaliente violinista que entra en
íntima conexión con Jacquet a través de una música
que exige una alquímica y difícil combinación
de técnica, sensibilidad, emoción, rigor –entre versallesco
y corelliano, ¡ahí es nada!– e ímpetu.
Inmejorablemente acompañada por Patxi Montero
y Kenneth Weiss –de quien nunca olvidaré unas
maravillosas Goldberg hace cuatro años–, Lina
entiende a la perfección todo esto y lo sirve en
abundancia, deslizándose con inteligencia y pasión
entre unas indicaciones agógicas que, en ella,
adquieren un sublime sentido musical, con la ornamentación
justa y precisa –excelentemente realizada–
y un sonido que puede ser desafiante y
agresivo (último presto de la Sonata I), dulce (Aria
de la misma sonata), insinuante (Aria de la Sonata
V) o juguetón (Courante de la misma). Brava!
ELISABETH JACQUET DE LA GUERRE (c. 1664-1729):
Sonatas para violín y bajo continuo
Lina Tur Bonet, violín. Kenneth Weiss, clave. Patxi Montero,
bajo de viola / VERSO / Ref.: VRS 2114 (1 CD) D10
Bodas, sucesiones y
oberturas
Suites orquestales de
Schieferdecker, en Challenge
Mariano Acero Ruilópez
¿Quien no conoce la anécdota –falsa, por cierto–
de Bach poniendo pies en polvorosa cuando su
admirado Buxtehude le ofreció sucederle como
organista en Lübeck si se casaba con una de sus
tres feísimas hijas? ¿Y la de unos veinteañeros
Haendel y Mattheson yendo desde Hamburgo a
burlarse del viejo organista por idéntico motivo?
Ocurrió, sin embargo, que los de Hamburgo estaban
más interesados en órganos y claves –los había,
y buenos, en la vieja capital de la Hansa–, que en
bodas. Y que –seguimos a G. Cantagrel– cuando
Bach visitó Lübeck, Buxtehude ya había apalabrado
boda y sucesión con Johann Christian
Schieferdecker (1679-1732), cuya música, por cierto,
muy pocos pueden decir que conocen. A subsanar
este vacío viene este disco de la espléndida
Elbipolis Barckorchester Hamburg, con seis de
los doce conciertos que integran su única obra
orquestal publicada.
Schieferdecker había nacido en una localidad
próxima a Weissenfels y pertenecía a una
dinastía de músicos. Formado en la escuela de
Santo Tomás de Leipzig, estudió después en su
Universidad y tocó en la orquesta de la Ópera de
Hamburgo, donde coincidió con Haendel. Y en
1707, tras contraer matrimonio, efectivamente,
con Anna Margretta Buxtehude –de cuyo aspecto
físico nada se sabe documentalmente–, sucedió
a su suegro como organista de Santa María. Allí
siguió hasta su muerte componiendo música para
órgano y vocal eclesiástica, celebrando las
Abendmusicken y publicando esta colección de
conciertos (1713). O, mejor dicho, suites orquestales,
porque eso son en realidad estas composiciones,
que comienzan con la solemne obertura
francesa, seguida por una serie no homogénea de
danzas (gavotas, bourrées, chaconas, menuets,
gigas...) a las que no le faltan gracia ni inspiración.
La interpretación, como era de esperar, tiene
calidad, garra y fuerza. Un disco precioso.
JOHANN CHRISTIAN SCHIEFERDECKER (1679-1732):
Musicalische Concerte (Hamburg 1713)
Elbipolis Baroque Orchestra Hamburg / CHALLENGE
RECORDS / Ref.: CC 72531 (1 CD) D2
Delicadeza hecha
música
Piezas de cámara del barroco
francés, en Flora
Pablo del Pozo
A veces se crean ensembles de tanta calidad en sus
miembros que éstos logran que no importe mucho
el repertorio con el que decidan agasajarnos. Nos
fiamos tanto de su buen gusto al tocar que esperamos
el mismo buen hacer al elegir las piezas y
alternarlas entre sí. Es éste uno de esos casos.
Marc Hantaï, Georges Barthel, Eduardo Egüez y
Philippe Pierlot: ahí es nada. ¿La excusa del disco
entre manos? Un homenaje a Madame de
Sévigné, la célebre autora epistolar que tan bien
retrató en las cartas a su hija y a sus amigos los
intríngulis y los vaivenes del paisaje nobiliario del
Grand Siècle. Pero si hemos de ser sinceros, el hilo
argumental podría haber sido fácilmente sustituible
con cualquier otro que nos permitiese un
recital camerístico en torno al barroco francés:
tal vez sobre cualquiera, por ejemplo, de los personajes
ilustres que, posibles anfitriones de veladas
privadas, copan las propias páginas de Sévigné.
En el caso de Hotteterre, además, la suite que de
él se presenta es en más de tres lustros posterior
a la muerte de la escritora. Pero todo esto son
minucias que nos darán lo mismo, como decía, al
escuchar una interpretación tan bella y solvente
de las piezas del mismo Hotteterre, de las de Lully,
Marais, De Visée o Gaultier (cuya presencia quizás
es también algo anacrónica, esta vez un tanto
anterior a la época que supuestamente nos
ocuparía). Todas son obras escogidas antes más
bien para el lucimiento del dúo de flautistas, admirabilísimamente
compenetrados, o de Pierlot a la
viola o de Egüez a la tiorba. Juntos ofrecen un
estilo fluido y melifluo, intimista y tamizado, volátil
y bucólico. En suma, una preciosidad de álbum,
especialmente indicado para todo amante de la
delicadeza hecha música.
UN CONCIERTO PARA MADAME DE SÉVIGNÉ: Obras de
Lully, Marais, de Visée, Hoteterre...
Marc Hantaï, flauta. Georges Barthel, flauta. Philippe Pierlot,
bajo de viola. Eduardo Egüez, tiorba / FLORA / Ref.: FLORA
2110 (1 CD) D2
Músicas para Semana Santa y Pascua
dieterich buxtehude • membra jesu nostri •
la petite bande • sigiswald kuijken
jan pieterszoon sweelinck • the complete
psalms • gesualdo consort amsterdam •
harry van der kamp
joseph balthasar hochreither • requiem •
missa jubilus sacer • ars antiqua austria •
st. florianer boy’s choir • gunar letzbor
acc 24243
gcd 922407
pan 10264
jan dismas zelenka • responsoria pro
hebdomada sancta • collegium 1704 •
collegium vocale 1704 • vaclav luks
johann sebastian bach • easter oratorio
bwv 249 • organ concerto • orchestra of
the 18th century • frans brüggen
heinrich isaac • missa paschalis •
ensemble officium • wilfried rombach
acc 24259
chr 77356 gcd 921115
fotos © Benjamin de Diesbach
18 di v e r di entrevista
DIVERDI: Establecida ya como violinista centrada
en el período barroco, y concretamente en la
corriente historicista, ¿estaría usted interesada en
dar el salto a otros repertorios distintos?
AMANDINE BEYER: Aunque me encanta ser
conocida como violinista barroca, estoy avanzando
progresivamente hacia obras algo más modernas,
en parte a causa de mis actividades pedagógicas
y en parte porque este año me estoy acercando al
repertorio clásico, tratando de aprehender su sabor
como hice con el barroco. Irónicamente, esto me
resulta más difícil por mi aprendizaje en el violín
moderno, interpretando Mozart y Beethoven de un
modo muy concreto. En aquellos tiempos de escuela
yo nunca había tocado compositores como
Castello, Corelli, Rosenmüller, Matteis o Purcell
(excepto con la flauta, pero por aquel entonces no
sabía ni que era música barroca, ¡lo cual me vino
bien, porque estuve interpretando mucho barro-
Amandine Beyer
“A veces siento que estoy actuando como una médium”
Diverdi entrevista a la violinista y profesora de la Schola Cantorum Basiliensis
co sin conocerlo!). Ahora estoy tratando de alcanzar
el mismo dominio con obras clásicas e incluso
románticas, aspirando a asimilar ante todo la idea
del rubato. De todos modos, lo que también me
interesa es ir más allá del repertorio básico e interpretar
lo mejor que pueda música no tan bien conocida.
Como músico sé que conviene tener una
visión lo más amplia posible del repertorio disponible:
me parece perfecto que alguien quiera tocar
Bach toda su vida, pero abarcar compositores como
Buxtehude, Rosenmüller y Pisendel y otros como
Schütz, Erlebach o Pachelbel afina mi propio enfoque
y enriquece mi imaginación, especialmente
desde una perspectiva historicista. Me parece que
este razonamiento se puede aplicar a todo tipo de
repertorio. Si uno va a tocar Stockhausen, le conviene
conocer algo de todos los compositores de
la Escuela de Darmstadt (¡e incluso lo que pensaba
Stockhausen, que fue siempre bastante complicado
y algo loco!). Soy muy curiosa y siempre
Mark Wiggins
Bajo la dirección de Amandine Beyer, el grupo Gli
Incogniti lleva desde 2005 ofreciendo interpretaciones
intensas, coloridas, vivaces y transparentes de
obras barrocas tanto famosas como desconocidas.
Beyer fundó este ensemble con compañeros suyos de
estudios en la Schola Cantorum Basiliensis, donde
ahora da clases de violín barroco, tras sustituir en
2010 a su propia maestra, Chiara Banchini. Nacida en
Aix-en-Provence, Beyer comenzó como flautista, pero
comenzó a alcanzar renombre como violinista por
sus colaboraciones con Pierre Hantaï y Le Concert
Français. En sus interpretaciones prefiere un enfoque
camerístico y ligero, y Gli Incogniti toca habitualmente
con un instrumento por parte (aunque su nuevo
proyecto dedicado a obras de Arcangelo Corelli requerirá
dieciocho instrumentistas). Con este criterio como
base podremos disfrutar el día 23 de marzo en Sevilla
de Las cuatro estaciones de Vivaldi (junto a otros conciertos
de este autor) en la sevillana Iglesia de Santa
Ana, dentro del Festival de Música Antigua de Sevilla
(FeMÀS), amén de saborear los prestigiosos discos
que el grupo ha grabado con el sello Zig-Zag
Territoires. Su repertorio incluye música de toda
Europa: Bach y Rosenmüller de Alemania, Rebel de
Francia, Vivaldi de Italia, e incluso Matteis, napolitano
que hizo su carrera en Inglaterra. Un despliegue de
barroco europeo muy apropiado para una violinista
que habla al menos cuatro idiomas, aparte de su francés
nativo (uno de ellos es el español, muy práctico
para ella, ya que actualmente reside aquí). En esta
entrevista Amandine Beyer (cuya curiosidad le ha llevado
a indagar incluso en el mundo de Karlheinz
Stockhausen) nos habla, entre otras muchas cosas,
de su personal recorrido por el barroco europeo.
estoy leyendo música, tocando con gente variada
y descubriendo lo que pueden aportarme. Además,
por encima de todo, interpretar un amplio abanico
de repertorio barroco me ayuda también a interpretar
a Bach, lo cual es crucial para mí
D.: Tras haber trabajado en conciertos y grabaciones
con gran cantidad de obras barrocas de distintos
países y tradiciones, ¿cómo logra manejar la
imaginación barroca?
A.B.: Aunque cada intérprete de esta música tiene
su propia imaginación que ofrecer, lo que yo
quiero conseguir es capturar ese algo especial que
contiene la propia partitura –trabajando con un
facsímil o una primera edición– y encontrar respuestas
a quién, qué, cuándo y dónde. Al elaborar
mi propia imagen de una pieza, a veces siento que
estoy actuando como una médium: absorbo impresiones
de la música, de la partitura y de la perso-
“Ahora estoy tratando de
alcanzar el mismo dominio con
obras clásicas e incluso
románticas, aspirando a asimilar
ante todo la idea del rubato.”
nalidad del compositor y después tengo que transmitir
todo eso al público de un modo tan bello
como fiel. Trato de penetrar en la pieza lo más
posible, pues quizá así pueda lograr la relación
más directa posible entre la música y el público.
Puedes transmitir tu propia imaginación, pero no
intentes colocarte entre la música y el público, pues
ya estás en medio. Combinando la propia imaginación
con la barroca, en mi cabeza surgen numerosas
imágenes barrocas – lugares, historias, ópera,
teatro, danza, cuadros…– que me ayudan a entender
mejor la música (pues, por ejemplo, no se debe
interpretar de igual manera la música de Dresde
que la de Roma o la de Londres). Todo ese proceso
de desarrollar imágenes es mi primer paso; después
intento entrar en un estado en el que solo
pueda sentir esa imagen o esa sensación para poder
trasvasarlas a la música.
D.: ¿Cuál es para usted el contraste entre músicas
barrocas tan variadas como la de la Roma de
Arcangelo Corelli y la del Londres de Henry
Purcell?
A.B.: A grandes rasgos me siento muy atraída por
la música del siglo XVII de cualquier país, pero en
la música inglesa de aquella época, en las ideas
melódicas de autores como Purcell o Dowland,
hay algo muy auténtico o popular, lo cual me fascina.
Su estilo no es ni seco ni abstracto, y cuando
entras en alguna de sus piezas puedes percibir
realmente cómo funciona el arte de componer.
Aunque no siempre sean fáciles, cuando las escuchas
son atractivas y sencillas de oír, y tienen la
capacidad de conmovernos. Me encanta ese estilo
de música, y acabo de grabar un programa de
obras de otros autores ingleses del XVII como John
Jenkins y William Lawes con el grupo Musick and
Mirthe en el sello Ramée; y son músicas absolutamente
fascinantes. Aunque a menudo encontremos
en las obras de Purcell rasgos italianos y sobre
todo franceses, su gran genio absorbía inspiración
de muchos otros países y fuentes. También me
gusta la música de Nicola Matteis, que aunque era
italiano –napolitano–, supo extraer lo mejor del
alma de Inglaterra, lugar donde vino a trabajar.
Por otro lado, la música de Corelli me resulta muy
diferente. Cuando interpreto sus obras siempre
tengo la sensación de estar haciendo algo muy
saludable o de estar haciendo meditación. No sé
si será la armonía o el ritmo o su sonoridad, pero
las obras de Corelli causan en mí un profundo
impacto físico y me producen la impresión de que
todos sus elementos surgiesen con naturalidad,
sin necesidad de forzar nada.
D.: ¿Cual es su experiencia con la música barroca
española?
A.B.: En Gli Incogniti no tendemos a interpretar
mucha música hispana porque a menudo requiere
un conjunto completo e instrumentos de vien-
entrevista 212 / marzo 2012
to, mucho mayor que el grupo que tenemos, pero
nos gusta mucho el repertorio español del XVII y
hemos preparado un programa para dar un concierto
esta primavera. He tocado en numerosas
ocasiones con Al Ayre Español y me gusta la música
de José de Nebra y de compositores similares,
además de todos aquellos autores que viajaron a
España desde otros países, como Henry Butler
(conocido como Enrique Botelero), Falconieri,
Scarlatti o Boccherini. Sé que la corte y la cultura
españolas tuvieron gran poderío musical, incluso
en áreas en las que no soy especialista, como la
música litúrgica o de órgano. Aún queda mucho por
investigar y descubrir en este campo, para dar a la
música española su auténtica dimensión dentro
del panorama barroco europeo. Esto vale también
para la música polaca o la checa, e incluso tengo
amigos que están tocando barroco ruso. A menudo
la dificultad estriba en encontrar la partitura y
en poder acceder a ella. Me extraña que España no
parezca mirar hacia su propio pasado musical ni
se enorgullezca de él, y resulta difícil interpretar
aquí esta música (algo comprensible dentro de la
actual situación económica). Vivo en España –y
también doy clases en Oporto– pero raramente
toco aquí, y aunque el año pasado actuamos en el
Real Coliseo Carlos III de San Lorenzo del
Escorial, nuestro próximo concierto en Sevilla
dentro del FeMÀS no deja de ser una excepción.
D.: Gli Incogniti suele interpretar mucha música
de Antonio Vivaldi, y así lo hará en Sevilla.
Partiendo de tales programas, ¿cuáles serán los
próximos repertorios que explorarán?
A.B.: Adoro Las cuatro estaciones, y Vivaldi es, desde
luego, un excelente compositor. A veces esta
obra actúa, para nosotros y para el público, como
un portal a través del cual poder llegar más lejos.
La gente que viene a escuchar Las cuatro estaciones
quizá la próxima vez acuda a oír, por ejemplo,
música de Johann Rosenmüller. Hicimos un disco
con música fantástica de Rosenmüller, –una
serie de motetes desconocidos–, con Raquel
Andueza, con quien espero colaborar de nuevo,
pues me encanta trabajar con ella. Esos motetes
eran muy poco usuales para su época, y tienen un
estilo muy intenso e inmediatamente reconocible.
El estilo es muy marcado; se puede reconocer casi
de inmediato. Escribió para la voz igual que lo
hacía para el violín, con mucho virtuosismo para
la época. En su música, los cantantes, el violín y los
otros instrumentos se ven involucrados todo el
tiempo; ¡es algo así como un Wagner del siglo
XVII! Estoy exagerando, desde luego, pero en
Rosenmüller la voz penetra en los instrumentos y
los instrumentos en la voz; hay mucho juego de
respuestas e imitaciones, y a nivel profundo hay
interacción entre unos y otra; Rosenmüller se preocupaba
mucho por la forma de todo esto.
Compuso algunas piezas largas, como la situada
en mitad del programa de nuestro disco, el exten-
19
so motete Nisi Dominus, para soprano y pequeño
conjunto, muy intenso y vital, aunque a veces también
muy melancólico; y esto es lo que me gusta de
Rosenmüller, que no puedes anticipar lo siguiente
que va a suceder en la obra. Aunque en el Barroco
existen muchos estereotipos, este no es el caso de
Rosenmüller.
D.: Como solista de violín, ha afrontado usted
recientemente una de las cimas del repertorio de
este instrumento, las Sonatas y Partitas de Bach.
¿Qué pasaba por su mente cuando preparaba esta
grabación?
A.B.: Estaba un poco aterrada, pues a lo largo de
las dos sesiones de grabación –una en diciembre
y otra en febrero– tenía que grabar por completo
las seis obras, y ésta era la primera vez en mi vida
en que me enfrentaba a todas juntas. Como tantos
otros violinistas, ya había trabajado con las
Sonatas y Partitas desde mi juventud, pero llega un
periodo en la vida en el que te concentras más en
una de las piezas que en las demás, y a la hora de
realizar la grabación tuve que asimilar el espíritu
de todas las obras al mismo tiempo. Me aterrorizaba
pero también me sentía muy feliz y orgullosa
de conseguirlo. Se parece un poco al deporte,
en el sentido de que era un reto para mí, aunque
prefiero no verlo así; después de todo es música,
música maravillosa que ayuda al intérprete a tocarla.
El esfuerzo valió la pena.
D.: En esta grabación añadió usted una Sonata
para violín solo de Johann Georg Pisendel. ¿Qué
dimensión aportó esto a la experiencia musical
que nos proponía en este álbum?
A.B.: Tuve que luchar con mi ingeniero de sonido
por este asunto! Considero importante dar a la
gente algo más sobre lo que pensar de lo que están
acostumbrados. Pisendel, nacido dos años después
de Bach, era un buen ejemplo de lo que se
hacía en música en aquel tiempo. Su enfoque era
mucho más avanzado o moderno que el de Johann
Sebastián Bach, y estaba más en el estilo galante
de C.P.E. Bach y el Sturm und Drang, acentuando
más al músico y menos la música per se. Me gusta
el contraste resultante entre la Sonata de Pisendel
y las obras de Bach, y más aún porque Bach, el
compositor universal, había tenido contacto con
el violinista Pisendel (menos importante como
compositor pero que creaba obras muy atractivas
en aquel tiempo) y es posible que Bach, de hecho,
hubiese escrito las Sonatas y Partitas para él (o
incluso que, de algún modo, se inspirase en
Pisendel). Por eso me pareció interesante ofrecer
las dos caras o visiones de esta época.
Amandine Beyer en
20 di v e r di clasicismo
Esa esquiva poesía
Versiones muy camerísticas de dos grandes conciertos mozartianos
para piano por Arthur Schoonderwoerd y Cristofori, en Accent
Decía Messiaen, en un librito que pude conseguir
en uno de esos típicos quioscos de la ribera del
Sena hace ya bastantes años, que en el Andante
del Concierto en do mayor K 467 de Wolfgang
Amadeus advertimos “un maravilloso estado de
muerte y resurrección detrás de cada nota”. Una
descripción enormemente poética y me parece
que certera de lo que expresa, a través de una diáfana
escritura, esa música inefable, hecha de sollozos,
osada en las armonías, original en la forma.
Desde entonces siempre recuerdo esas palabras
cada vez que escucho la obra, a cuyo estreno no tuve
oportunidad de asistir en aquella tarde de 10 de
marzo de 1785, en el Burgtheater de Viena, con mi
padre al teclado. Era yo demasiado jovencito y aún
estaba por hacer acto de presencia en este mundo.
Digo lo que digo porque ninguno de esos sentimientos,
emociones o ideas se ha manifestado en
mi sensibilidad al escuchar la limpia versión que de
la partitura me ha hecho llegar don Santiago. En
mi modesto equipo estereofónico, que tengo que
poner a medio gas no vaya a ser que la cascarrabias
de la vecina de abajo, una octogenaria insoportable,
se encrespe y empiece a golpear el techo con
su bastón, no he percibido nada de eso, sino un canto
más bien desangelado y desmedrado, una utilización
del pizzicato nada cadenciosa y una sequedad
poco estimulante, que se extienden prácticamente
a toda la interpretación. No voy a negar la honradez
del acercamiento, que pretende evocar aquel
que ofreciera el compositor el día del estreno, cosa
siempre difícil y, a veces, un poco inútil.
Como ya he consignado en estas páginas,
aprendí de Wolfgang que cada interpretación es un
mundo y que lo que hay que buscar en todo
momento es la verdad intrínseca de los pentagramas,
independientemente de los medios empleados.
Lo que debe pretenderse, eso sí, es disponer
de los mejores y más idóneos en cada supuesto.
Por eso me permito disentir de la muy autorizada
opinión de Arthur Schoonderwoerd, el aplicado
fortepianista holandés que firma la dirección y la
ejecución de la obra citada y la de su hermano
mayor el K 466. No dudo, y mis informaciones
también van por ahí, de que este concierto, el nº 20
Papageno
de la colección, contara con una orquesta de 17
músicos, dadas las características del escenario de
la muy pequeña sala Mehlgrube, donde tuvo lugar
la primera ejecución, el 11 de febrero de aquel año;
prácticamente uno por parte. Eso hace que en la
reproducción las voces se escuchen por lo general
mejor, aunque por aquella razón no pueda evitarse
que en ocasiones la desmedrada cuerda quede
sepultada por los vientos, que van por pares. El
sonido no es acolchado, no posee la ductilidad, la
suavidad, la belleza de otras tímbricas de mayor
densidad instrumental. Dudo mucho de que el 21
fuera interpretado por primera vez, en un teatro
de 1.400 localidades como era el que acogió su
estreno, con un orgánico tan reducido.
Por supuesto que estos planteamientos tienen
sus ventajas, como la ya mencionada de la claridad
global; y que puedan seguirse sin problemas,
por ejemplo, los rápidos contrapuntos de la cuerda
grave bajo la repetición en forte del primer tema
del nº 20, aun cuando aquí la tragedia que postula
el do menor no acabe de aparecer del todo. Faltan
colores, matices, contrastes plenos, que nos ayuden
a profundizar en ella. Y eso que el trabajo del
fortepianista –que toca una copia de Anton Walter
de 1782, instrumento muy probablemente similar
al que tocaba mi padre por aquella época– es encomiable:
posee una clara digitación, se adorna con
elegante discreción y hace sonar al teclado con
propiedad, mostrando un fraseo lógico, bien atemperado
y eficaz, manteniendo con suficiencia el
diálogo con el tutti.
Me ha extrañado que los respectivos Finale,
Allegro assai y Allegro vivace assai, queden algo
escuálidos y faltos de impulso, de brío, de decidida
vitalidad, en especial el del 21, aunque el cierre
del 20 tenga escasa gracia y su re mayor quede un
tanto alicaído. No ha hecho que mi gotosa pierna
derecha bailara al compás, como sí lo hizo el año
pasado mientras escuchaba, en uno de mis periódicos
repasos a estas obras pianísticas, la antigua
interpretación de Brendel con la Academy of St.
Martin in the Fields y Marriner. Hablando de historicismos,
Bilson me contagiaba en mayor medida.
Todo lo cual no quita para que recomiende la
escucha de las aproximaciones de este instrumentista
con nombre de ciclista, el probo
Schoonderwoerd, con el que colabora un espléndido,
debo reconocerlo, Ensemble Cristofori.
WOLFGANG AMADEUS MOZART (1756-1791): Conciertos
para piano nº 20 KV 466 y nº 21 KV 467
Arthur Schoonderwoerd, fortepiano y dirección. Cristofori /
ACCENT / Ref.: ACC 24265 (1 CD) D2
Guerra y nacionalismo
en el XIX español
Cádiz 1812: heraldo de libertad, una
selección de canciones patrióticas
María Palacios
Cada vez es más frecuente encontrar llevados al disco
trabajos de investigación musicológica y eso es
precisamente lo que nos propone en este disco el
dúo Lux Bella, formado por la cantante Ana
Carpintero y la arpista Gloria María Martínez.
Continuando con su labor de recuperación musical
ya comenzada con el libro-disco Adónde vas
Fernando incauto: canciones patrióticas de la Guerra
de la Independencia, siguen ahora en esa línea revolucionaria
centrada en las canciones de la guerra,
pero con el hilo conductor de la Constitución de
Cádiz de 1812. Se recupera así un repertorio especialmente
patriótico, dando espacio a un siglo XIX
musical revolucionario y nacionalista.
Se trata de un repertorio poco habitual de las
canciones para voz y acompañamiento instrumental
tradicionalmente conocidas de la España
“romántica”. Ni siguen la vía del lied alemán, ni la
tradicional música doméstica de salón, ni tampoco
se aproxima al nacionalismo folklorista, a través
de los tradicionales ritmos y melodías de sabor
hispano, sino que el nacionalismo aquí tiene un
color marcial de himno patriótico.
Con la sonoridad de un arpa de Erard de ca.
1815-1820, el dúo Lux Bella interpreta un repertorio
absolutamente nacionalista y en gran medida
anónimo (sólo dos de las doce obritas que incluyen
el disco tienen autoría reconocida: “Presurosos
corred gaditanos” de Manuel Rücker y “Cesaron
los males” de Francisco Bañeras), que tienen la
Guerra de Independencia como referente. Versos
como “al arma españoles”, “no reinará en España
José Primero”, “Libertad, gritemos, libertad y guerra”
o “todo es rabia fiereza y encono, que en su
pecho abriga el francés”, marcan el tono general
de este repertorio. Contrasta por tanto la dureza
de los textos con la interpretación planteada, al
arpa sola y voz de soprano, introduciendo así un
toque ingenuo y naïf a unas canciones especialmente
revolucionarias y violentas.
LUX BELLA: Cádiz 1818, Heraldo de libertad
Lux Bella (Ana Carpintero, canto. Gloria María Martínez,
arpa) / LUX BELLA / Ref.: COUT 3035 (1 CD) D10
22 di v e r di clasicismo
Entre Haydn y Beethoven
Extraordinaria recuperación discográfica de Gioas, Re di Giuda
de Cartellieri, en MDG
Al igual que otros muchos compositores activos
en la Viena de finales del siglo XVIII y principios
del XIX la figura de Antonio Casimir Cartellieri
ha pasado a la posteridad completamente eclipsada
por el genio de Haydn y Beethoven, figuras
descomunales que acapararon buena parte de la
vida cultural europea en aquellos años de transi-
Francisco de Paula Cañas Gálvez
ción política y artística. De sólida formación musical (sus padres eran cantantes de ópera) y ligado desde
muy joven al servicio del conde Oborsky, Cartellieri pronto llegó a la capital imperial donde, gracias
en parte a los buenos contactos de su patrón, conoció a Beethoven, amplió sus conocimientos de música
italiana con Salieri y de contrapunto con Albrechtsberger presentándose, finalmente, en 1795 ante
el príncipe Lobkowiz, por entonces el mecenas musical más reputado de toda Europa, con su oratorio
Gioas, Re di Giuda. Deslumbrado por la calidad de la obra y el talento del compositor a la batuta, el príncipe
le nombró su violinista y maestro de capilla, un puesto, este último, de enorme prestigio y además
en una de las cortes nobiliarias más ilustradas y refinadas del Imperio, algo que, sin duda, colmaba las
aspiraciones del joven Cartellieri de convertirse en un músico afamado y asentarse definitivamente en
Viena. Los años inmediatamente posteriores y hasta su prematuro fallecimiento en 1807 estuvieron
protagonizados por los estrenos en la residencia de su mecenas de algunas de sus obras escénicas más
importantes (Anton en 1796 e Il Secreto en 1804) y la presentación de varias de las mejores partituras
de Beethoven como la Sinfonía Heroica o el Triple Concierto.
Su muerte, cuando contaba con tan sólo 34 años de edad, nos ha privado de un catálogo en el que,
sin duda, habrían sobresalido muchas obras. Su magnífico oratorio Gioas, Re di Giuda, es un buen
ejemplo de maestría, elegancia y perfecta combinación de la mejor tradición del oratorio barroco y neoclásico
con los nuevos aires, aún tímidos en el caso de Cartellieri, del espíritu romántico que por entonces
comenzaba a imponerse en salones, capillas y teatros de ópera de Europa. Dividido en las habituales
dos partes, esta pieza brilla con una especial intensidad en las arias y en algunos números como el duetto
de Sebia y Gioas Se figlio mio que antecede al solemne coro con el que concluye la primera parte. El
dominio de los recursos vocales, la extraordinaria habilidad del autor a la hora de dotar a la orquesta
de un lenguaje particularmente colorido y expresivo en varios pasajes, hacen de esta partitura un descubrimiento
muy notable. El buen hacer de los solistas, entre los que destaca Thomas Quasthoff, del
Bachchor Gütersloh y la Detmolder Kammerorchester bajo la dirección de Gernot Schmalfuß rubrican
un trabajo de recuperación particularmente interesante en el que, también es necesario mencionarlo,
quizá se eche de menos la sonoridad de una orquesta de instrumentos originales, tan habituales
y necesarias en estos repertorios.
ANTONIO CARTELLIERI (1772-1807): Gioas, Re di Giuda (oratorio)
“Gioas, Re di Giuda, es
un buen ejemplo de
maestría, elegancia y
perfecta combinación
de la mejor tradición
del oratorio barroco y
neoclásico con los
nuevos aires, aún
tímidos en el caso de
Cartellieri, del espíritu
romántico.”
Katharina Kammerloher, mezzosoprano. Gesa Hoppe, soprano. Ingeborg Herzog, soprano. Thomas Quasthoff, barítono. Hugo
Mallet, tenor. Jörg Hempel, barítono. Bachchor Gütersloh. Detmolder Kammerorchester. Gernot Schmalfuß, dirección / MDG /
Ref.: MDG 0748 (2 CD) D2 x 2
Gusto delicado
y escogido
Piezas guitarrísticas del clasicismo
español por Thomas Schmitt
Javier Suárez-Pajares
En la universidad española hay un grupo de docentes
con formación guitarrística y dedicación a la
investigación en temas relacionados con la historia
y el repertorio de este instrumento. Pienso en
Gerardo Arriaga, estimadísimo maestro que lleva
años dando clases en el Departamento de
Musicología de la UCM. También Thomas Schmitt,
intérprete de este disco, ha sido profesor de musicología
en Salamanca y ahora ejerce en la
Universidad de La Rioja. Y es que, aunque la guitarra
tiene poco sitio en los programas universitarios
de estudio de la música, entre los catedráticos
que han contribuido decisivamente a la conformación
de este espacio académico hay varios con particular
sensibilidad hacia ella: primero Emilio
Casares, cuyo entusiasmo ha sido determinante en
lo que uno haya podido aportar a esta historia; luego
Antonio Martín Moreno a quien mencionamos
en el último boletín, y también Ángel Medina, cuyo
nombre figura en esta producción como propietario
del libro de Vargas y Guzmán del que proceden
unas piezas grabadas aquí. Conocí este libro apenas
lo adquirió Medina, leí entonces algunas de
sus músicas y me alegro de que Schmitt incluya
tres de sus breves, pero graciosas, ilustraciones
musicales. El resto del programa no es menos interesante:
por más que los nombres de Moretti y
Ferandiere suenen en la historia de la guitarra, su
música –llena de interés y de una gracia ilustrada
y fina– pertenece más a los dominios de la erudición
que a los de la realidad sonora. La información
que Schmitt da en su web sobre encordaduras, afinación
y detalles interpretativos de este disco no sólo
refleja su carácter académico sino que desvela parte
de la alquimia de estas grabaciones que los intérpretes
normalmente callan como secretos de su
oficio. Los instrumentos utilizados –una guitarra
Lorenzo Alonso (1797) y la copia que su propietario,
el luthier Carlos Gass, hizo para Schmitt–, y su
contraste, refuerzan el interés del disco.
DE GUSTO MUY DELICADO: Música española del siglo
XVIII para guitarra de seis órdenes (obras de Moretti,
Ferandiere, De Vargas y Guzmán y anón.)
Thomas Schmitt, guitarra de seis órdenes / LA MA DE GUI-
DO / Ref.: LMG 2108 (1 CD) D3
ópera 212 / marzo 2012
Orlando, un furioso en los Campos Elíseos
Un sensacional documento teatral del capolavoro operístico vivaldiano
servido por un extraordinario equipo artístico, en un DVD de Naïve
El DVD que aquí nos ocupa supone un paso importante
en la recuperación del legado lírico de Antonio
Vivaldi, partiendo de los trabajos pioneros de
Claudio Scimone sobre Orlando furioso en 1978
–estilísticamente discutibles pero eficaces cara a su
aceptación por un público operístico aún poco
familiarizado con el Vivaldi no instrumental–, en
su doble vertiente discográfica (grabación de Erato)
y escénica (con rectoría de Pier Luigi Pizzi), en
ambos casos con el protagonismo de una Marilyn
Horne como ideal Orlando. Las sucesivas puestas
en escena en varios teatros alemanes y europeos,
muy diversas entre sí en lo musical y en lo
escénico –desde ilusorias pretensiones de fidelidad
hasta modernas y desenfadadas visiones pop– contribuyeron
a que Orlando furioso pasara de ser una
rareza para especialistas a convertirse en un plato
de frecuente degustación en los escenarios internacionales
y por los públicos más alternativos. Y
la Edición Vivaldi de Naïve, hoy día ya una colección
de cerca de 50 volúmenes (entre ellos una
docena de óperas), también se ha ocupado, como
no podía ser menos, de la que, a juicio de muchos
expertos vivaldianos, es la mejor ópera del veneciano,
estrenada sin éxito en el veneciano Teatro
Sant’Angelo en 1727.
Como conocen los familiarizados con el tema,
el hábil libretista de Orlando furioso, Grazio
Braccioli, llevó a cabo una síntesis libérrima de las
diversas acciones y personajes de la obra de Ariosto,
haciendo coincidir en la isla encantada de la maga
Alcina a todos los personajes principales de la trama
–pese a que varios de ellos nunca llegan a pisarla
en el poema original–, en la que confluyen líneas
argumentales que, en Lully, Haendel y otros, corresponden
a óperas independientes: los amores de
Ruggiero y Bradamante, puestos en crisis por los
encantamientos de Alcina; los de Angélica y
Medoro, cuyo descubrimiento causa la locura de
Orlando, y la atracción que la maga despierta en
Astolfo. El conjunto de emociones que la obra
recorre, por tanto, es de una riqueza extraordinaria,
y los personajes tienen ocasión de expresarlas
en unas cuantas entre las arias más bellas, no ya del
repertorio vivaldiano, sino de toda la ópera barroca:
arias contemplativas, de tempi lentos (del Largo
al Andante molto), como la extática y voluptuosa
“Sol da te mio dolce amor” de Ruggiero, acompañada
por la flauta; “Così potessi anch’io” doloroso
canto de una Alcina envidiosa ante el amor de
Medoro y Angelica; y el aría de ésta, “Poveri affetti
miei”, sobre un ritmo de siciliana; o las arias de
virtuosismo de Alcina, o las tres grandes escenas
de locura de Orlando, verdadera suma de recursos
expresivos con su mezcla de recitativo, arioso y
parlato, o sus arias “Nel profondo” y “Sorge l’irato
nembo”, prodigiosa aria di tempesta. En fin, para
qué seguir; es la partitura entera la que se impone
a nuestra admiración, sin que existan arias de relleno
ni tiempos muertos.
Tanto Jean-Christophe Spinosi como Federico
Maria Sardelli han ofrecido sendas versiones discográficas
de la partitura original íntegra en Naïve
y CPO respectivamente –reseñadas por Mariano
Acero Ruilópez en estas páginas (boletines 132 y
171)–, ambas musicológicamente rigurosas y satisfactorias
en lo interpretativo, y hasta cierto punto
complementarias, aunque el glamuroso y
espectacular cast de la primera pueda inclinar ligeramente
la balanza en su favor. Y ahora el proyecto
iniciado por Spinosi en 2003 en versión
concertante en el Festival d’Ambronnay y el Théâtre
des Champs-Ëlysées culmina con la grabación en
DVD de su versión escénica ofrecida en marzo de
2011 en el mismo teatro parisino, con rectoría del
libanés de ascendencia y educación francesa Pierre
Audi, fundador del Almeida Theater londinense
y después afincado en Holanda. Audi,
responsable de algunas de las producciones
líricas más celebradas de las últimas décadas,
que abarcan desde Monteverdi a Messiaen y
a obras de nueva creación, concibe una producción
de corte tradicional, con un escenario
único de apertura variable en el fondo y una
iluminación que subraya cada transición dramática,
y donde los cantantes, ataviados con
trajes venecianos de la época del estreno de la
obra (Longhi o Canaletto no andan muy lejos),
despliegan una matizadísima gestualidad y
una rica gama de acciones paralelas, lo que
contribuye, si necesario fuera –aunque la
expresividad y vivacidad de la música vivaldiana
ya posee de por sí una enorme carga dramática–,
a ahuyentar cualquier riesgo de estatismo.
No vamos a descubrir ahora a Spinosi y a su
Ensemble Mattheus como formidables intérpretes
del repertorio lírico del Prete Rosso, cimentado
ya en cuatro grabaciones operísticas para Naïve.
Con una nutrida cuerda de 29 elementos y otros
11 para vientos y continuo, la sonoridad que des-
23
Santiago Salaverri
pliega desde la obertura es de máxima pureza y
refinamiento sin merma de su intensidad, al igual
que la energía y el dinamismo habituales en la
dirección de Spinosi se remansan cuando la ocasión
lo requiere para ofrecernos momentos contemplativos
de belleza sobrecogedora. Los
recitativos secco han sido convenientemente aligerados
para dar mayor fluidez a la acción sin merma
de su inteligibilidad.
En cuanto al reparto vocal, cuatro de sus siete
integrantes –Marie-Nicole Lemieux (Orlando),
Jennifer Larmore (Alcina), Verónica Cangemi
(Angelica) y Philippe Jaroussky (Ruggiero)– son los
mismos que en la versión CD; salvando las lógicas
diferencias entre una función teatral y una grabación
en estudio en la que repeticiones y retoques
son posibles, los cantantes mantienen en líneas
generales el altísimo nivel de aquélla, comenzando
por una Lemieux como sensacional Orlando,
creíble en lo escénico y de inagotable energía, y la
Alcina de Larmore, bella mujer, excelente actriz e
impecable cantante. Jaroussky, cuya voz ha adquirido
un mayor volumen y riqueza de colores, perfila
un delicado Ruggiero, brindando un “Sol da te”
que desencadena el mayor aplauso de la velada,
mientras Cangemi, en una prestación globalmente
muy meritoria, muestra cierta veladura en el
timbre, algún problema de afinación y menor flexibilidad
para la coloratura que en 2004. Y en cuanto
a los nuevos incorporados, la sueca Christina
Hammarström es una excelente Bradamante y
Romina Basso un Medoro decidido y viril, mientras
Christian Senn, de timbre más baritonal que
de auténtico bajo, no nos hace ovidar al Astolfo en
su día protagonizado por Lorenzo Regazzo.
Una sensacional grabación, pues, con el único
lunar de que la grabación lleva subtítulos sólo
en francés e inglés.
ANTONIO VIVALDI (1678-1741): Orlando furioso (ópera
completa, RV 728)
Lemieux, Larmore, Cangemi, Jaroussky, Senn,
Hammarström, Basso / Ensemble Matheus. Choeur du
Théâtre des Champs-Elysées. Jean-Christophe Spinosi,
director musical. Pierre Audi, director escénico / NAIVE /
Ref.: DR 2148 (1 DVD) P.V.P.: 29,85 €.-
24 di v e r di ópera
Entre Mozart y Strauss
Interesante debut discográfico de
la soprano polaca Aga Mikolaj
Fernando Fraga
Pese a las evidentes diferencias algo hay que une, interpretativamente
hablando y en especial si hablamos
de sopranos, las músicas vocales de Mozart y Richard
Strauss. La gloriosa Elisabeth Schwarzkopf floreció
en sus repertorios; más modernamente Kiri Te
Kanawa hizo lo mismo. A estas dos personalidades
parece sumarse la joven cantante polaca Aga Mikolaj
quien –el mundo, incluso lírico, es un pañuelo, pues
fue alumna de la Schwarzkopf– para su presentación
discográfica eligió –con una prestigiosa orquesta
(Radio de Colonia) y un director oportunamente vienés
(Karl Sollak)– un programa exclusivamente centrado
en ambos mundos operísticos y liederísticos, ya
que abre programa con las grandiosas Vier letzte Lieder,
una versión más a las tantísimas existentes, desde la
de quien las estrenara, la inmensa Kirsten Flagstad,
a Nina Stemme o Ricarda Merbeth. Continúa Sollak
por todo lo alto con la inmensa escena de abandono
de Ariadne y completa la oferta straussiana con la
escena final de la hasta entonces indecisa Condesa
de Capriccio. De Mozart asume las dos páginas de la
Condesa Almaviva, el aria principal de doña Elvira y
la ajetreada diatriba que Fiordiligi dirige a los albaneses
invasores de su napolitana intimidad. Mikolaj se
enfrenta a este exigente repertorio con una voz muy
atractiva, de soprano esencialmente lírica, limpios y
firmes los tres registros, que distribuye y expone con
una juvenil y segura fuerza disuasoria. Pero añade
algo aún más esencial: una musicalidad exquisita,
heredera de aquella escuela que dio en llamarse vienesa:
de ahí la oportunidad del acompañante; de ahí
la presencia magistral de la soprano docente. Si en el
capítulo cancioneril los resultados son más que meritorios,
la artista deja su mejor presencia en momentos
reflexivos, elegantemente trazados (Bodas), igual
que, y ya metida en territorios más exaltados, en un
notable In quali eccesi donjuanesco, enérgica y dolorida
en el recitativo, totalmente convincente en el aria.
Una cantante a descubrir de inmediato.
MIKOLAJ canta STRAUSS: Los cuatro últimos lieder y arias,
Ariadne en Naxos y Capriccio; MOZART: Arias de Las bodas
de Fígaro, Don Giovanni y Così Fan Tutte
Aga Mikolaj, soprano. WDR Rundfunkorchester Köln. Karl
Sollak, director / CPO / Ref.: 777641-2 (1 CD) D5
Jovanski y los cismáticos
Reedición de la maravillosa Jovanschina dirigida a las huestes del
Bolshoi por Boris Jaikin
Estamos en 1974, y desde entonces se ha revolucionado
el panorama de Jovanschina. No sólo porque
se han disparado las referencias en soporte audiovisual,
con nuevas producciones y reediciones de
videos más o menos históricos, lo que ya sería
importante. Es que hasta aquel momento sólo se
interpretaba la “versión Rimski”, aunque con determinados
cambios o libertades. Esta versión de
Jaikin resuelve algunas cosas con lo que luego conoceremos
como versión de Shostakóvich, pero en
general se atiene a la versión ortodoxa rimskiana,
pasada por determinadas censuras soviéticas del
texto. No ha de sorprender esto, puesto que las
dos grandes óperas de Musorgski son relatos históricos
de gran alcance político. Él también se
tomaba sus libertades, y no vamos a señalar ahora
las que se tomó con la revuelta de los Jovanchi
y los streltsi, con los gobernantes realmente en el
poder en ese momento, y con la rebelión de estos
Raskólniki (los Staroviertsi, los Viejos creyentes).
Al margen de eso, estamos ante una versión
casi insuperable. “Casi”, porque el propio Jaikin
había conseguido en su registro de 1946 al menos
una voz insuperable (ésta, sí), la de Reizen como
Dosifei, mientras que aquí tiene un intérprete que
deja mucho que desear, Ognivtsev. Ese importante
lunar no debe indisponernos con esta sensacional
propuesta, que sigue viva y llena de color casi
cuatro décadas después.
Porque tanto la dirección de Jaikin (tenía 72
años y le quedaban cuatro de vida) como el esplendoroso
coro del Bolshoi (streltsi, pueblo) y la orquesta
del teatro acompañan, arropan y dan sentido a
una serie de situaciones dramáticas definidas con
rigor y con emoción. Por ejemplo, el cuadro de la
euforia y caída de los streltsi, acto III, en la que la
orquesta apoya a un coro espléndido, convertido
en auténtico personaje: uno de esos grandes
momentos musicales y dramáticos (momento álgido
de euforia y embriaguez, alarma, decepción,
desesperanza tras la intervención de Iván Jovanski,
final en piano y canto simultáneo) que nos permiten
decir: “esto es la ópera”. Por no referirnos a
otros, memorables, como el sacrificio final de los
viejos creyentes.
Santiago Martín Bermúdez
“No encontraremos, ni
en audio ni en video,
ninguna lectura
fonográfica que
supere ésta de Jaikin
de 1974.”
Y junto a las excelencias de orquesta y coro,
hay un plantel de voces inigualable, salvo el caso
mencionado (importante, sí) hasta en los cometidos
menores. Sorprende que el papel del escribano,
para tenor ligero, tenga una voz de lujo, de esas
que ya no existen, la de Efimov; o que Susana corra
a cargo de una soprano espléndida como
Tugarinova. He de confesar que, contra algún criterio
muy respetable, la voz rotunda y de hermoso
timbre de Sorokina me parece muy adecuada
para Emma. Grigoriev define de manera clara la
embriaguez del strelet ufano que abre la acción y
reaparece en ocasiones.
Siendo así los secundarios, no deberían sorprendernos
los dos enormes protagonistas que
son Krivchenia para el Príncipe Iván, voz rotunda,
poderosa, de una dignidad que aquí queda por
encima de la de Dosifei; y Arjípova para Marfa, en
una prestación que ya no oiremos más que en disco,
ni aunque surja otra Borodina, porque ese timbre,
esa emisión, esa línea ya no existen,
sencillamente. Al lado de los dos, Maslenikov cierra
el triángulo con un excelente Golitsin, de voz
demasiado clara para su cometido, lo que no es
defecto, sino mejor definición de la ambigüedad de
este personaje (la ambigüedad sugerida de sexo
como trasunto de la ambigüedad política).
Redondean el reparto Piavko como Príncipe Andrei
y Nechipailo en el cometido del boyardo-policía
Shaklovity. Imposible dar más detalles, pero nos
queda una sensación: hay lecturas de versiones
acaso más fieles, como las basadas en la revisión
de Shostakóvich, pero no encontraremos, ni en
audio ni en video, ninguna lectura fonográfica que
supere ésta de Jaikin de 1974; si acaso, pero con sonido
demasiado “histórico”, la del propio Jaikin con
Kírov de Leningrado en 1946. En fin, estamos ante
una maravilla, una reedición muy oportuna y muy
deseable.
MODEST MUSSORGSKY (1839-1881): Khovanshchina
Solistas, coro y orquesta del Teatro Académico Estatal
Bolshoi y el Palacio de Congresos del Kremlin. B. Khaykin,
director (grabado en 1975) / MELODIYA / Ref.: MEL
1001867 (2 CD) D5 x 2
La reina de Viena
Con su apoteósica Zerbinetta con Karl Böhm de
1976 (que acaba de ser publicada por Orfeo), Edita
Gruberova se convirtió de la noche a la mañana en
una de las reinas absolutas de la Staatsoper de
Viena. Ya había cantado la Reina de la Noche,
Olympia o Konstanze, pero seguía condenada a
interpretar personajes de paje como Tebaldo en
Don Carlo, de amigas de la protagonista, como
Flora en La Traviata (con Ileana Cotrubas y Nicolai
Gedda) o criadas tipo Annina o Barbarina. A partir
de entonces, la diva eslovaca ostentaría un cetro
y una corona que ha logrado mantener hasta hoy,
gracias a una técnica a prueba de bombas y unas
cualidades físicas y vocales absolutamente admirables.
Es verdad que la cantante no ha frecuentado
demasiado a Verdi (salvo Violetta en La Traviata
–que ha sabido llevar a su terreno, convirtiéndolo
en uno de sus caballos de batalla– o, más esporádicamente,
la Gilda de Rigoletto, de la que, no obstante,
ha ofrecido convincentes retratos tanto en
disco con Giuseppe Sinopoli como en la película
de Jean-Pierre Ponnelle), y mucho menos a Puccini,
ni siquiera la Musetta de La Bohème (sus únicas contribuciones
al compositor de Lucca son “O mio
babbino caro”, “Signore, ascolta” y el “Sueño de
Lauretta” en un disco de su propio sello, llamado
muy adecuadamente Nightingale). Y, en el bel canto,
ha obviado prácticamente a Rossini, aunque se
ha permitido dejar una estupenda constancia de la
“reina entre las reinas”, la gran Semiramide, lo
ópera 212 / marzo 2012
Orfeo publica un exhaustivo retrato de Edita Gruberova por los 40 años
de actuaciones de la diva eslovaca en la Staatsoper de la capital austriaca
cual demuestra que podría haber hecho mucho
más por la causa del músico pesarés que una Rosina
del Barbero en clave jilgueril.
Pero, en fin, Edita Gruberova ha querido centrarse
en Bellini y, sobre todo, en Donizetti, convirtiéndose
en una auténtica adalid de la obra del
compositor bergamasco en los territorios centroeuropeos
(tanto en la capital austriaca como en
Munich y, anteriormente, en Zurich). Podremos
estar más o menos de acuerdo con la forma de
abordar sus óperas, pero hay que reconocer que ella
ha sabido crear una vía propia y coherente, culminada
con esa Norma que nos presenta a la sacerdotisa
de Irminsul no como uno de los grandes
personajes trágicos de la historia de la lírica, la
heredera de la Alceste o las Ifigenias de Gluck, La
Vestale de Spontini o Medea de Cherubini, sino
como una consecuencia lógica de sus retratos de
las reinas y demás heroínas donizettianas como
Lucrezia Borgia o Linda di Chamounix, basadas
en un canto más instrumental que puramente dramático.
Su Lucia di Lammermoor es tan válida como
puede serlo la de Joan Sutherland. Hay que decir
que, como en el caso de la australiana, también en
Edita Gruberova se aprecia, desde las primeras
aproximaciones a estos roles hasta el momento
actual, un mayor cuidado por el fraseo y el aspecto
teatral de los personajes, como hemos podemos
apreciar en su reciente Roberto Devereux
muniqués. En su Mozart han predominado los
papeles de bravura, como Doña Ana o la escalofriante
Giunia de Lucio Silla (de la mano de Arnold
Östman, lo cual indica que también ha sabido plegarse
a criterios historicistas, como demuestran
sus habituales colaboraciones con Nikolaus
Harnoncourt). Sin olvidar su extraordinaria
Konstanze, de una destreza técnica más apabullante
aún en esta edición con Karl Böhm de 1979
que en su posterior grabación comercial con Georg
Solti para Decca un lustro después.
Se abre el doble álbum con una Norina de
Don Pasquale en alemán, de una visita de la compañía
a un teatro de la periferia vienesa, con un estilo
ya por fortuna periclitado de enfocar este
repertorio, y lo corona, muy justificadamente, la
gloriosa Zerbinetta, un papel que parece que
25
Rafael Banús Irusta
Richard Strauss escribiera expresamente para la
soprano de Bratislava, donde el más puro artificio
se eleva a la categoría de obra de arte (aquí la encontramos
en una de sus tantas deslumbrantes encarnaciones
de la pizpireta comedianta, con el
experimentado Horst Stein en el foso). Entre
ambos fragmentos, asistimos a una ilimitada exhibición
de sobreagudos que producen verdaderos
escalofríos (especialmente en I Puritani, donde
manifiesta un absoluto dominio de la messa di voce).
En Manon quizá esté un poco fuera del papel, aunque
juega abiertamente a la coquetería y en los
momentos más apasionados es arrastrada por el
arrebatadísimo Des Grieux de Francisco Araiza (no
nos extraña que el tenor mexicano se “abrasase”
la voz antes de tiempo). Es sorprendente escuchar
cómo se conserva aún en la entrada de Lucrezia
Borgia, de 2010, “Com’è bello”, una proeza de la
que fuimos testigos gracias a la transmisión radiofónica
en vivo. Es una lástima que no se incluya ningún
ejemplo de su Aminta de La mujer silenciosa,
ya que podemos apreciar su vis cómica en la Adele
de El Murciélago, otro de sus absolutos musts.
Encontramos también otras voces importantes
(Peter Dvorsky –un timbre de oro puro que
muy pronto se gastó– como Edgardo en el dúo del
“Con su apoteósica Zerbinetta con Karl Böhm de 1976 [...] Edita Gruberova
se convirtió de la noche a la mañana en una de las reinas absolutas
de la Staatsoper de Viena. [...] A partir de entonces, la diva eslovaca
ostentaría un cetro y una corona que ha logrado mantener hasta hoy,
gracias a una técnica a prueba de bombas y unas cualidades físicas
y vocales absolutamente admirables.”
I acto de Lucia, el recordado y aquí algo excesivo
Jerry Hadley en Don Ottavio de Don Giovanni,
Kurt Rydl como el confesor en Maria Stuarda,
Ramón Vargas en Roberto Devereux, Michele
Pertusi en el malvado Alfonso de Lucrezia Borgia,
Nadia Krasteva en sensible Adalgisa en Norma
(bajo la atenta mirada del desaparecido Marcello
Viotti), Carlos Álvarez y Egils Silins como nobles
Riccardo y Giorgio en I Puritani, y muy especialmente
Alfredo Kraus, que aporta su aristocrática
elegancia frente a la virtuosística Violetta de la
soprano), así como una panoplia de ilustres batutas,
que además de las ya citadas incluyen a los dos
hermanos Fischer (Iván y Adam), Giuseppe Patané,
Pinchas Steinberg, Theodor Guschlbauer, Bruno
Campanella, Maurizio Benini o el marido de la
artista, Friedrich Haider.
EDITA GRUBEROVA: Arias de ópera (1977-2010)
Edita Gruberova, soprano. Varios cantantes, orquestas y
directores / ORFEO / Ref.: C857112I (2 CD) D4 x 2
26 di v e r di ópera
Una voz, una escuela
nacional
Rarezas de la ópera checa por
Ivan Kusnjer, en Supraphon
Santiago Martín Bermúdez
El barítono checo Ivan Kusnjer (1951) tiene una
voz poderosa, de bello timbre, pero con claras dificultades
en los extremos, en especial arriba, lo que
compensa bastante con un centro rotundo, aunque
la amplitud de la emisión no es extraordinaria.
Supraphon propone con este CD una especie de
resumen o antología de la versatilidad lírico-dramática
de Kusnjer. Tómenselo como una muestra
de lo que el repertorio checo puede dar para voces
bajas, cuando siempre asociamos esas hermosas
óperas a voces de sopranos, acaso mezzos, siempre
tenores; y los barítonos y bajos están ahí para
ser los “malos”, o padres, abuelos, reyes, brujos…
De todo y muchas más cosas es Kusnjer en este hermoso
CD.
Pueden tomárselo también como una secuencia
histórica, en la que los clásicos Myslivecek y
Zvonar preceden a una amplia serie de cantos que
resumen los avances de la historia operística checa;
aunque falten Fibich, Janácek y Martinu, y operistas
menores como Kovarovic. Atención al aria
de Skuherský, y sobre todo el amplio dúo de Sebor
con Lika Tocaková (Los templarios en Bohemia),
de un sabor tardorbelcantista tal que a veces podríamos
considerarlo auténtico Donizetti. Nada es
“tierra conocida” en este recital, ni siquiera las piezas
de Smetana o Dvorák. Ni todo es checo, porque
Nápravnik y su Dubrovski (poema de Pushkin,
libreto de Modest Chaikovski) son rusos por los
cuatro costados. El recorrido llega hasta Novák y
algunos títulos que sería importante redescubrir,
como Zuzana Vojírová, de Pauer, que tal vez reedite
Supraphon en la versión íntegra que atesora
en su rico archivo (Beñacková-Cápová, dirección
de Vajnar).
No hay tiempo para detalle, como el hermoso
solo de oboe del aria de Záboj, en respuesta a
la voz del solista. Sólo para recomendar este recital
de rarezas que suenan a grata sorpresa con
sabor ya familiar.
IVAN KUSNJER: Rarezas de la ópera checa (arias para barítono)
Ivan Kusnjer, barítono. Varias orquestas y directores (grabado
entre 1981 y 1991) / SUPRAPHON / Ref.: SU 4074-2 (1
CD) D4
Un bajo canadiense
Un perfil de Joseph Rouleau en una selección de actuaciones
realizada por el propio artista, en un triple álbum de Analekta
Aceptamos que Canadá es una buena cantera de
tenores: Edward Johnson, Simoneau, André Turp
(tan querido en el Liceo barcelonés), Raoul Jobin,
Vickers, Donald Grobe, Michael Schade, Richard
Margison, Ben Heppner… Incluso de barítonos:
Victor Braun, Norman Mittelman, George
London, los Quilico padre e hijo, Russell Braun…
Pero ¿y bajos? Ya tenemos a uno: Joseph Rouleau.
A Rouleau, nacido en Matane, Québec, el 28 de
febrero de 1929, tuvimos oportunidad de conocerle
gracias al personaje de Assur en la Semiramide
de Joan Sutherland grabada por Decca en 1966.
Nos atrajo la calidad de una voz de bajo auténtico,
por el colorido, la densidad, la proyección y de
inmediato reconocible por la personalidad de su
timbre. Luego descubrimos que anteriormente
había sido un antipático Don Bartolo para la célebre
grabación de Las bodas de Fígaro de Giulini,
Banquo en el estreno londinense de Macbeth (¡en
1960!), el Frate de Don Carlo en el ya mítico montaje
de Visconti o Raimondo en el despegue profesional
de la Sutherland como Lucia donizettiana,
todos cantados en Covent Garden donde desarrolló
parte bien decisiva de su actividad. A más de un
Arkel con la adorable Victoria de los Angeles en el
Teatro Colón bonaerense o el humilde pero íntegro
Ambroise de la deliciosa Mirelle gounodiana
junto a la encantadora Pierrette Alarie para la televisión
de su tierra natal… Y muchos, muchos papeles
más. Porque Rouleau fue un bajo todo terreno,
cantando desde Monteverdi hasta los más modernos:
estrenó el Obispo en la ópera Louis Riel de
Harry Stewart Somers (Kennedy Center de
Washington, 1975). Y esa prolijidad se refleja un tanto
en un álbum de tres discos donde, selección
Fernando Fraga
hecha por el propio artista, da un repaso a su dilatadísima
carrera, propiciada tanto por las características
de su cuerda como por la inteligente
utilización de las mismas. En estos discos hay,
pues, bastante material para definirle y juzgarle. De
aquel Frate-Carlo V verdiano a un imprevisto
Dulcamara donizettiano (un papel bufo suficientemente
asimilado), pasando por un impresionante
Mefistofele boitiano junto al más modesto
Ferrando verdiano que el cantante, como buen
profesional, atiende como se merece. Y añadiendo
su faceta de intérprete de cámara (amplio detalle:
Tosti, Grieg, Brahms, Fauré, Duparc, etc.) o
concertístico (concretamente, el Samson haendeliano).
La prueba del nivel en que se movió su carrera
puede darlo también sus acompañantes
discográficos (los escénicos harían una lista más
nutrida). En primer lugar, Joan Sutherland que fue
considerable presencia, igual que su marido director,
en su currículo; luego el poderoso barítono
inglés Peter Glossop, la atrayente soprano galesa
Gwyneth Jones, o los tenores italianos Bruno
Prevedi o el menos notorio pero apreciado por su
registro agudo Luciano Saldari (no Salvari como
se empeñan en decirnos los textos acompañantes),
así como directores de la categoria de Tullio
Serafin, Giulini o Nello Santi. El capítulo más
nutrido de este nutrido homenaje discográfico es
el destinado a la canción, quizás porque el intérprete
nos quiere llamar la atención sobre el dato de
que esta faceta fue tan importante para él como la
realizada en un escenario operístico. En tal dedicación,
es menester destacar las lecturas interesantísimas
de los Cantos y danzas de la muerte de
Mussorgsky y de las Canciones de Don Quijote a
Dulcinea de Ravel. Tan distintas y tan bien delimitadas:
tal como corresponde a un artista de imaginación
y posibles.
JOSEPH ROULEAU: Hommage (arias de ópera y canciones
de Verdi, Donizetti, Boito, Monteverdi, Fauré, Ravel, Duparc,
Mussorgsky, Ibert, Brahms, Tosti, Saint-Saëns, Grieg, Flégier,
Mathieu, Mussorgsky, Haendel y Donizetti)
Joseph Rouleau, bajo. Varios intérpretes, orquestas y directores
/ ANALEKTA / Ref.: AN 29874-6 (3 CD) D10 x 2
Ni colores ni latitudes
Sensacionales Beethoven, Czerny
y Schubert por Jin Ju, en MDG
Pocos discos como éste para acabar de una vez
con el tópico manido de que los orientales se quedan
en la superficie de la música occidental. La
china Jin Ju se adentra en este compacto enjundioso
con musicalidad y autoridad propias de los
grandes maestros. Su Beethoven, hercúleo, lírico,
contrastado y de poderoso aliento romántico,
recuerda al de maestros tan inolvidables como
Artur Schnabel, Wilhelm Kempff, Emil Guilels,
Sviatoslav Richter, o, ya en tiempos más recientes,
al de Alfred Brendel o Grigori Sokolov. De todos
ellos parece beber su modo de tocar, que deslumbra
y seduce ya desde los primeros compases en
pianísimo de la Appassionata. La suya es una versión
cargada de fantasía, misterio, fuego y tradición.
Impecable técnicamente, en la que todo-todo
se vuelca y pone a disposición de una profunda
imaginación musical.
Luego, estas cualidades se mutan para servir
al Schubert último, introspectivo y extravertido a
un tiempo, y siempre próximo a Beethoven, de la
Sonata en do menor, compuesta en 1828, exactamente
22 años después de que el genio de Bonn concluyera
la Appassionata. En medio, la refrescante
ligereza clásica y diáfana de las Variaciones La
Ricordanza de Czerny, donde Jin Ju pliega su virtuosismo
a las peculiaridades de los pentagramas
del prolífico creador de estudios para piano.
Equilibrio, mesura y fraseo bordan y caracterizan
una de las mejores versiones disponibles de esta
obra digna de mayor difusión. Un CD inesperado
que no puede quedar inadvertido, y que demuestra
que la gran música no entiende ni de colores ni
de latitudes.
siglo XIX 212 / marzo 2012
Justo Romero
MÚSICA PARA PIANO: Obras de Beethoven, Schubert y
Czerny
Jin Ju, piano / MDG / Ref.: MDG 1698-6 (1 SACD) D2
Caprichos románticos
Regondi y Coste, dos grandes de
la guitarra del XIX
Javier Suárez-Pajares
Las dos primeras composiciones de este disco del
guitarrista milanés Enea Leone –unas variaciones
sobre un tema de I Capuleti de Bellini y una fantasía
sobre el Don Giovanni de Mozart, ambas de
Giulio Regondi (1822-1872)– se presentan como
primera grabación mundial y son ciertamente un
descubrimiento porque es música discográficamente
inédita de un virtuosismo trascendente y
plenamente romántico. Veinte minutos de música
que iluminan la juventud creativa de un fenómeno
tan atractivo como fue Regondi, un prodigio de
la guitarra de mediados del siglo XIX, le devuelven
la disputada primacía en el uso moderno del
trémolo y refuerzan su interés por la celebridad
de los temas que se acomodan a la guitarra y sobre
los que se fantasea. El disco se cierra con dos obras
–Introduction et Caprice op. 23 y Nocturne Rêverie
op. 19– de la madurez de Regondi, mucho más
conocidas –aunque difícilmente en interpretación
tan interesante como ésta–, y, entre las obras de
Regondi, tres composiciones del guitarrista romántico
francés Napoleón Coste (1805-1883) en las
que llama la atención el desfigurado pintoresquismo
del capricho sobre la cachucha española que
popularizó en los círculos románticos la célebre bailarina
Fanny Elssler, así como el carácter más “español”
de la polonesa del op. 44.
Leone, a quien conocíamos por sus grabaciones
de música de Piazzolla y Morricone, acredita
aquí unas excelentes dotes para la interpretación
del repertorio romántico del más alto virtuosismo.
Lo hace además con una guitarra de Francisco
Simplicio de 1929, un instrumento que, con su
sonido brillante, claro y un registro agudo muy
incisivo, contradice absolutamente lo que pudieran
haber sido los ideales sonoros de Coste o
Regondi. A cambio, la guitarra de Simplicio aporta
sus propias calidades y cualidades de un universo
sonoro diferente. Conste que esta contradicción
la encuentro muy atractiva.
SOUVENIR: Obras para guitarra de Giulio Regondi y
Napoleón Coste (incluye Primeras Grabaciones Mundiales)
Enea Leone, guitarra / STRADIVARIUS / Ref.: STR 33907 (1
CD) D2
Glinka ante el piano
Una gran perspectiva de su obra
para teclado en Phaedra
27
Blas Matamoro
Se dice, y con ameritada razón, que Glinka abre
el espacio del nacionalismo musical ruso. Bien,
pero: ¿estamos, con él, ante el tópico del alma rusa?
Me atrevo a decir que sí, en tanto por alma rusa
entendamos a un país tendido entre el Oriente chino
y el Occidente germano-latino. Y así Glinka
recoge, en este menú, canciones populares rusas
para convertirlas en tarantela (napolitana) y en
variaciones canónicas, mientras también varía tanto
sobre un tema de la mozartiana Flauta mágica
como sobre la canción rusa de Alabiev El ruiseñor.
Textos de libretistas operísticos italianos como
Felice Romani y Pietro Metastasio le sugieren
melodías. Además, completando el inventario: valses,
mazurcas, barcarolas, polcas, nocturnos, evidentemente
nos remiten al gran eslavo que sedujo
a Occidente desde París con todas estas miniaturas
populares y universales: Chopin.
Una vez más, se prueba que todo verdadero
nacionalismo es universal aunque no sea cosmopolita.
Pero esa universalidad surge de un ejercicio,
justamente, cosmopolita. Si, por un momento,
ensanchamos la herencia glinkiana a su obra operística,
nos encontramos con un atento estudioso
de la ópera italiana romántica. A la vez, se advierte
que sus danzas remiten a un recogido salón, en
tanto sus temas con variaciones propenden a una
sala de conciertos.
Un ilustre paisano de Glinka, León Tolstói,
decía que lo universal consiste en describir la aldea.
Desde luego, pensemos en la universalidad del
Paraíso, un mero jardín de clima templado con dos
habitantes que, según parece, no necesitaban ropa
para defenderse de la intemperie. Pero no es la
aldea ni la gran ciudad las que aseguran universalidades,
y Glinka lo demuestra: una modesta mazurca
puede ser universal si su código musical lo es.
Glinka es un repetido y excelente ejemplo.
MIKHAIL GLINKA (1804-1857): Tesoros del pianoforte
Tatiana Loguinova, pianoforte (Conrad Graf, Viena 1825) /
PHAEDRA / Ref.: PH 92026 (1 CD) D2
Carolin Widmann. Foto © Marco Borggreve
28 di v e r di siglo XIX
Exquisita dirección
En ECM, Carolin Widmann y Alexander Lonquich ofrecen
un afortunado recital de obras para violín y piano de Schubert
No es muy tocada la música para violín y piano de
Schubert pese a que en ella encontramos obras
muy estimables, no de relumbrón, no magistrales,
como tantas del autor, pero sí perfectamente
escritas, muy en su estilo, llenas de encanto… y algo
más. La vena melódica, casi imparable, los procedimientos
armónicos, a veces tan complejos, las
inesperadas originalidades estructurales, el tratamiento
instrumental, el juego entre ambas voces
otorgan a varias de estas partituras un inusitado
interés. Situadas entre un Mozart evolucionado y
un Beethoven entrando en el romanticismo, nos
tocan el corazón porque, al fin y al cabo, son ya
Schubert auténtico; aunque provengan, como la
Sonata D 574, póstuma, de un año en el que el
compositor estaba todavía buscándose. Los avances
se revelan ya notables, aunque su talante diste
de ser dramático, en las otras dos partituras concurrentes
en la grabación, el Rondó D 895 y la
Fantasía D 934, que nacieron, respectivamente, en
1826 y 1827.
La sombra de la Fantasía Wanderer planea
sobre la Sonata, que va aparte del trío de Sonatinas,
también póstumas, de 1816. Las otras dos composiciones
nacieron para el lucimiento de dos virtuosos,
el pianista Karl Maria von Bocklet y el
violinista Josef Slavic, que las estrenaron en 1827
y 1828. No creemos que uno y otro dieran en su
tiempo mejores prestaciones que las que nos brindan
hoy Alexander Lonquich y Carolin Widmann.
La entente entre ambos es absoluta, dialogan con
naturalidad y presteza y, lo que es más importante,
cantan, dicen y expresan sin ningún tipo de forzamientos,
con una línea de exposición impoluta
y convincente, embebiéndonos en estos hermosos
pentagramas.
Ya en el misterioso inicio de la Fantasía, sobre
trémolos en pianísimo del piano, Widmann sabe
salir de la nada para abordar, delicadamente, la
bella melodía, que crece y crece largamente en un
efecto maravilloso. Aquí queda revelado el exquisito
arte de la violinista, dotada de un sonido delgado
pero intenso y adornada de un fraseo de rara
intimidad, que sabe, no obstante, desplegarse en
las dificultosas florituras de las variaciones del
Arturo Reverter
Andantino. El piano de Lonquich por su parte hace
alarde de seguras octavas a dos manos en el exuberante
y marchoso Allegro final. El encadenamiento
de ideas melódicas es apabullante en el
Allegro del Rondó, cuya bravura es defendida con
ardor por ambos intérpretes. Los cuatro tiempos
de la Sonata son expuestos con una firmeza que no
excluye la gracia y que da pie a un juego preciso y
alado en el cromático Scherzo-Presto. La estructura
ABA del Andantino nos presenta un lied, que
es cantado y respirado con placidez, sin que se nos
hurten las sombras mozartianas de Pamina y
Tamino que Brigitte Massin cree divisar tras los
pentagramas. La ligereza no está reñida con la
agresividad en el rotundo Allegro postrero, servido
igualmente con la mayor de las propiedades y
con el salero rítmico necesario para marcar el tempo
de vals.
Hay bastantes versiones discográficas de estas
tres obras, pero nos atrevemos a afirmar que las
que aquí hemos comentado son de las más afortunadas.
FRANZ SCHUBERT (1797-1828): Fantasía en Do mayor;
Rondo; Sonata en La mayor
Carolin Widmann, violín. Alexander Lonquich, piano / ECM
RECORDS / Ref.: ECM 2223 (1 CD) D1
¿Un antídoto contra la
germanización?
Amplia selección de la música
con piano de César Franck
Eva Sandoval
El nombre de César Franck ha estado tradicionalmente
relacionado con el magnífico Cavaillé-Coll
de la basílica de Santa Clotilde de París y con la creación
de la escuela organística francesa. Sin embargo,
los que le conocían bien opinaban que su
instrumento era el piano. A él están dedicadas las
composiciones que acaba de reeditar el sello belga
Musique en Wallonie en un quíntuple álbum
con grabaciones realizadas en los últimos treinta
años. Esta colección nos presenta un Franck poco
frecuentado para el gran público: autor de piezas
de salón, restaurador de la música de cámara gala
y creador de un pequeño, pero interesante, capítulo
de obras para piano solo. Un músico al que la
historiografía encasilló como adalid del estilo francés,
por oposición al todopoderoso lenguaje germánico,
y al que, sin embargo, debemos contemplar
como continuador del mainstream europeo en buena
parte de sus partituras. El Concierto para piano
y orquesta nº 2 op. 11 manifiesta evidentes
influencias de Hummel, Mozart, Chopin y
Beethoven. La misma línea la encontramos en sus
Tríos concertantes, en este caso de impronta brahmsiana,
o en algunas de las páginas imprescindibles
de su catálogo pianístico, como Preludio, fuga y
variación o Preludio, coral y fuga, que en el mismo
título evocan las referencias a Bach. El punto y
aparte en esa oposición germano-franca llega con
el Quinteto para piano y cuerdas en fa menor y la
Sonata para violín y piano en La Mayor, dos partituras
que determinan el renacer del estilo camerístico
nacional, con sus cromatismos, sus líricas
melodías y su sensualidad armónica. Destaca la
solvencia y calidad interpretativa de Andrew Hardy
y Uriel Tsachor, cuya excelente versión resiste la
comparación, incluso, con otras lecturas recientes,
como la de Vadim Repin y Nikolai Lugansky. Un
apasionante resumen de las mejores, y también las
más desconocidas, páginas con piano del maestro
francés.
CÉSAR FRANCK (1822-1890): Musique pour piano
Jean-Claude Vanden Eynden, Dominique Cornil, Uriel
Tsachor, Daniel Blumenthal, Jacob Bogart y otros, piano /
MUSIQUE EN WALLONIE / Ref.: MEW 1161 (5 CD) D1 x 2
Mariposas negras y
agua corriente
La integral pianística de un gran
operista: Jules Massenet
siglo XIX 212 / marzo 2012
José Velasco
En los años 70 fue un pianista italiano, Aldo
Ciccolini, quien mejor interpretó al francés Jules
Massenet, pero ya es momento de ver cómo un
alemán interpreta en nuestros días su integral de
las obras para piano solo. Tras grabar otras dos
largas y exitosas integrales, la de Clementi y la de
Rossini, Stefan Irmer tiene tablas suficientes para
afrontar el fascinante y poco conocido repertorio
de este disco, cuyas 33 breves obras aparecen en un
muy loable orden cronológico. El autor de grandes
óperas como Werther, Manon o Thaïs fue también
un premiado pianista con un estilo variado y juguetón,
lleno de inspiración tanto para la melodía
como para los ritmos. Bebió de buenas fuentes
(Mendelssohn y Schumann) pero mantuvo su propia
voz, distinta y sorprendente sobre todo para
quien sólo conozca sus óperas. Esta música de
salón nada convencional, muy superior a la de colegas
como Offenbach o Bizet, le vale un puesto de
honor en el pianismo francés, con independencia
de sus triunfos en el campo lírico.
Pasemos a los frutos de este poeta del piano,
con gusto por lo programático y lo pintoresco,
como sus Mariposas negras y blancas, el Vals loco y
el Vals muy lento, una nana, una Toccata digna de
las vertiginosas velocidades chopinianas, o el Agua
remansada y el Agua corriente, que parecen obra de
Monet. Entre la multitud de tesoros hay curiosidades
como un Pulcinella en miniatura para niños
sobre Arlequín y Colombina, o una Gran Fantasía
sobre un tema de Dinorah de Meyerbeer (pieza
majestuosa y sorprendente de un Massenet de 19
años) y maravillas absolutas como las Diez piezas
de género, op. 10.
Aunque Irmer no es Ciccolini, demuestra su
talento como pianista meticuloso, con fuerza pero
sin violencia, delicado y cerebral, más acertado en
las piezas lentas como Siete Improvisaciones, la
obra más abstracta del disco, donde está ciertamente
brillante.
JULES MASSENET (1842-1912): Integral de la obra para piano
Stefan Irmer, piano / MDG / Ref.: MDG 1729 (1 CD) D2
Belleza y efectividad
Más Tchaikovski por Pletnev
en Pentatone
Pablo-L. Rodríguez
Si Tchaikovski fuera una religión, está claro que el
musicólogo David Brown (1929) sería su sumo sacerdote.
Haciendo caso a los comentarios de este catedrático
jubilado de la Universidad de Southampton,
que escribió entre 1978 y 1991 la biografía más monumental
sobre el compositor ruso (4 volúmenes publicados
por Norton que suman 1572 páginas) es muy
probable que renunciásemos a comprar este disco,
pues tilda las dos composiciones aquí incluidas de
inmaduras y deficientes a pesar de destacar su belleza
y efectividad. A esto último se agarra Mikhail
Pletnev (1957) en esta nueva grabación de la Primera
con la Marcha Eslava como parte de su nuevo ciclo
sinfónico de Tchaikovsky para Pentatone (véanse los
Boletines nº 202, pág. 41 & nº 209, pág. 35). Dejando
a un lado la espectacular toma sonora de Polyhymnia,
llena de detalles y perfectamente equilibrada en los
tutti más atronadores, las diferencias con el registro
que hizo Pletnev a mediados de los noventa para
DGG no se aprecian a simple vista, pues las duraciones
son muy similares. Tras una cuidada audición
la cosa cambia. Y es que en este nuevo registro de
la Primera sorprende desde el principio una puntillosa
insistencia en la articulación y la dinámica,
donde casi cada instrumento realiza su contribución
tímbrica como formando parte de una cadena
de montaje; y, sin embargo, el uso de unos tempi
levemente fluidos aporta el condimento ideal para
que florezca la expresividad en su justa medida.
Estamos seguramente ante el ejemplo más puro de
lo que queda de la tradición rusa vinculada a
Tchaikovski y ello lo podemos verificar aquí en el
bellísimo, evocador y nebuloso Adagio cantabile (lo
más logrado de la obra; Brown dixit). Hasta en los
pasajes más bombásticos y ruidosos, como la coda
final de esta sinfonía o las últimas páginas de la
Marcha eslava, Pletnev y su Russian National
Orchestra son un prodigio de equilibrio y brillantez,
sin perder la tensión o la musicalidad. Lo dicho:
un ejemplo de belleza y efectividad.
PIOTR ILYTCH TCHAIKOVSKY (1840-1893): Sinfonía nº 1;
Marcha eslava
Russian National Orchestra. Mikhail Pletnev, director / PEN-
TATONE / Ref.: PTC 5186381 (1 SACD) D1
Dvorák a la berlinesa
Interesante debut del PSB
en Pentatone
29
Pablo-L. Rodríguez
La prestigiosa Berliner Philharmoniker acoge en su
seno hasta una treintena de formaciones camerísticas
de la más diversa índole: conjuntos de cuerda,
pero también de viento, combinaciones mixtas de
ambas familias, con o sin piano, o incluso algún
ejemplo con instrumentos de época. El
Philharmonisches Streichquintett Berlin (o PSB)
comenzó su andadura en 2007 en Gante como unión
de cuatro miembros de la orquesta berlinesa con la
joven solista rusa de violonchelo Tatjana Vassiljeva
(el contrabajista Nabil Shehata abandonó a los
Berliner en 2009 para dedicarse a la dirección
orquestal) y pronto adquirió renombre con sus interpretaciones
de Boccherini, Rossini, Schubert,
Dvorák, Tchaikovsky o Ravel, muchas veces en arreglos
realizados por el violista Wolfgang Talirz para
la formación de cuarteto de cuerda con contrabajo;
y es que la inclusión de todos los instrumentos
de cuerda en este conjunto de cámara lo convierte
no sólo en una representación a pequeña escala del
sonido energético y vital de la sección de cuerda de
la Berliner Philharmoniker sino también en un destinatario
ideal para arreglos de composiciones para
orquesta de cuerda. En este primer disco para el
sello Pentatone encontramos un poco de todo ello
con Dvorák como denominador común: el Quinteto
Op. 77, original para la formación, un arreglo del
Nocturno para cuerda Op. 40 y un movimiento adaptado
del Quinteto con dos violas Op. 97. No hay duda
de que el primer añadido es ideal, pues ese Nocturno
fue en origen el segundo movimiento de la primera
versión del Quinteto Op. 77, aunque sorprende que
tan sólo se incluya el Scherzo del arreglo del Op. 97
en un SACD que apenas supera los 46 minutos; en
él vemos la textura pretendidamente orquestal del
conjunto, la excelencia musical pero también sonora
del registro o el enfoque más centroeuropeo que
propiamente checo del estilo interpretativo, donde
no pueden competir con el Panocha Quartet en
Supraphon.
ANTONÍN DVORÁK (1841-1904): Quinteto de cuerda, op. 77;
Nocturno, op. 40; Quinteto de cuerda en Si bemol, op. 97: 2º
Movimiento
Berlin Philharmonic String Quintet / PENTATONE / Ref.: PTC
5186458 (1 SACD) D1
30 di v e r di siglo XIX
Bruckner “pop art” y su reverso
La Novena de Norrington en Hänssler y la Séptima de Janowski en Pentatone,
dos visiones antitéticas del compositor de Ansfelden
Vivimos una época muy estimulante para las sinfonías
de Anton Bruckner con un contínuo replanteamiento
de sus problemas textuales e
interpretativos. Ahí tenemos al musicólogo
Benjamin Korstvedt y su defensa de la Cuarta de
1888 que grabó Osmo Vänska en Minnesota para
BIS (ampliamente comentada por José Luis Pérez
de Arteaga en el Boletín nº 197, págs. 40-43); la
renovada confianza de algunos directores en ediciones
denostadas como la brillante resurrección
de la “edición Hynais” de la Sexta en manos de Ira
Levin (destacada por Miguel Ángel González
Barrio en el Boletín nº 198, pág. 38); también está
la labor interminable de la conclusión del Finale de
la Novena donde la versión conjunta elaborada desde
los años ochenta por Nicola Samale, John
Phillips, Giusseppe Mazzuca o Benjamin-Gunnar
Cohrs ha recibido carta de naturaleza el mes pasado
con sendos estrenos en Berlín y Nueva York de
Simon Rattle al frente de la Berliner
Philharmoniker que culminarán en un nuevo lanzamiento
del sello EMI; y no podemos olvidar
tampoco una propuesta tan discutible como interesante
de Peter Jan Marthé encaminada a revitalizar
las sinfonías de Bruckner en Preiser con
versiones textuales propias (cuyos dos lanzamientos
ha valorado González Barrio en el Boletín nº
154, pág. 38 & nº 157, pág. 33). Y es que, al margen
del dichoso “Problema Bruckner”, tampoco paran
de surgir integrales de las sinfonías del compositor
de Ansfelden con ciertas pretensiones restauradoras,
como ese “Bruckner diferente” de Mario
Venzago (CPO) –véanse los comentarios de
González Barrio en los Boletines nº 206, pág. 34
y nº 211, pág. 30)– o la tercera vía de Ivor Bolton
(Oehms), aunque predominen los acercamientos
más tradicionales pero no menos interesantes en
integrales bastante avanzadas ya como las de Jaap
van Zweden (Exton), Markus Bosch (Coviello),
Sylvain Cambreling (Classics Glor) o Simone
Young (Oehms), junto a otras de magistrales veteranos
como Herbert Blomstedt (Querstand) –véanse
los comentarios de González Barrio de la Sexta
y la Quinta en los Boletines nº 187, pág. 37 & nº 200,
pág. 39 y en el presente de la Tercera– o de direc-
tores más jóvenes que pisan fuerte como Gerd
Schaller (Profil).
Pero hay más todavía. Tenemos, por ejemplo,
el Bruckner completamente iconoclasta y desmitificador
de Roger Norrington (Oxford, 1934) que
comenzó su andadura allá por
1996 con una alocada grabación
en EMI de la versión original de
1873 de la Tercera al frente de los
London Classical Players donde
el primer movimiento le dura
prácticamente la mitad que a
Georg Tintner (Naxos) dos años
más tarde (18:48 frente a 30:34).
Norrington retomó su visión de
Bruckner en Stuttgart hace cinco
años con registros en vivo de
la Tercera, Cuarta y Sexta para
Hännsler, ahora sin instrumentos de época y con
un planteamiento algo más equilibrado pero no
menos antimístico (en 2007 ese movimiento inicial
de la Tercera le dura tan sólo un minuto más).
Y ese mismo planteamiento, que pretende recuperar
tanto el sonido “original” bruckneriano de la
Filarmónica de Viena de finales del siglo XIX –radicalmente
sin vibrato según su punto de vista– como
la articulación, el fraseo, los golpes de arco, la disposición
de los músicos o los tempi, lo encontramos
en la Séptima en 2008 y ahora en esta Novena
grabada en 2010. Norrington explica en la carpetilla
del disco que pretende buscar el “lado humano”
del compositor de Ansfelden y alejar esta
música de la abstracción pseudoreligiosa, ahondando
para ello en los paisajes naturales, ambientes
rústicos, sensaciones personales que describe
o incluso en su sentido del humor. Este planteamiento
le funciona bien en los scherzos y, concretamente,
el segundo movimiento de esta Novena
es, con mucho, lo mejor del disco; no sólo el Scherzo
tiene una construcción ideal en cada sección desde
la picardía o la inocencia a la brutalidad, sino que
el Trio es todo un prodigio de sonidos de la naturaleza
sacando un partido desconocido a esos
hoquetus continuos que plantea Bruckner en su
orquestación. Ahora bien, el resto es claramente
Pablo-L. Rodríguez
otra historia y ello muy a pesar de estar ante una
interpretación orquestal ciertamente magistral
(una mención especial para los metales) o ante un
registro técnicamente memorable; Norrington
compartimenta en exceso el Feierlich, misterioso
inicial y el Adagio final en busca de contrastes de
tempi muchas veces excesivos y otras directamente
frívolos que afectan gravemente a cualquier
visión unitaria de la obra. El director inglés, en su
afán por recuperar el Bruckner “original” y alejarlo
del elitismo espiritual, ha terminado inventando
una especie de pariente putativo que en su
incongruencia, provocación y buen humor se asemeja
bastante al “pop art”; no por casualidad a
Norrington le fascina Andy Warhol y luce camisas
estampadas con obras de ese artista.
Quizá el reverso de Norrington sea Marek
Janowski (1939) cuya integral en Pentatone avanza
con determinación tras interesantes versiones
de la Novena, Sexta, Quinta u Octava comentadas
en pasados boletines por Pérez de Arteaga, José
Alberto Pérez o por mí (véanse los Boletines nº
168, pág. 38-39; nº 188, pág. 29; nº 193, pág. 33 &
nº 201, pág. 34). Y es que la máxima de Janowski,
recogida por Wolfgang Seifert en su reciente libro
sobre este director, no deja lugar a dudas: “Nada
funciona sin una interpretación extremadamente
precisa”. Su Séptima es eso: extremadamente precisa,
magníficamente estructurada y muy atenta a
los numerosos detalles de la orquestación. Sin
embargo, en esta ocasión los tempi resultan algo
más lentos de lo habitual y con ello la interpretación
pierde algo del espíritu e intensidad que resalté
en la Sexta o la Octava; ello se nota, en parte, en
el Allegro moderato inicial y, especialmente, en el
Finale. Tampoco el Adagio se libra de cierto halo
de frialdad al no funcionar su ascenso al clímax
donde incluye el golpe de platillos con triángulo de
la edición Nowak. Nos queda, eso sí, un Scherzo
magistral que junto al registro sonoro de
Polyhymnia es lo mejor de este disco.
ANTON BRUCKNER (1824-1896): Sinfonía nº 9
Radio-Sinfonieorchester Stuttgart des SWR. Roger
Norrington, director / HÄNSSLER / Ref.: 93.273 (1 CD) P.V.P.:
17,50 €.-
ANTON BRUCKNER (1824-1896): Sinfonía No. 7
Orchestre de la Suisse Romande. Marek Janowski, director /
PENTATONE / Ref.: PTC 5186370 (1 SACD) D1
Roger Norrington
Bruckner verbatim
La espléndida integral Bruckner de Herbert
Blomstedt y la Orquesta de la Gewandhaus de
Leipzig en el sello Querstand prosigue a paso lento,
demasiado lento. Con esta Tercera, registrada
en concierto los días 23 y 24 de septiembre de 2010,
son ya cinco las sinfonías publicadas. Previamente
lo fueron Octava (2006), Séptima (2007), Sexta
(2009, ver boletín nº187, diciembre 2009) y Quinta
(2010, ver boletín nº 200, de febrero de 2011). Los
días 8 y 9 de marzo Blomstedt dirigirá en la histórica
Groer Saal de la capital sajona la Segunda,
pero no parece que el plan previsto de lanzar la
integral en julio de 2012 para conmemorar el 85º
cumpleaños del veterano director, titular de la
orquesta entre 1998 y 2005, pueda ya cumplirse.
Desde que hay constancia fonográfica (1998),
Blomstedt se ha mantenido fiel a la versión original
(1873) de la Sinfonía “Wagner”, dedicada “al
inalcanzable y célebre noble maestro de la poesía
y de la música”, que vio la luz tardíamente, en 1977.
Es curioso constatar cómo la práctica musical no
es ajena a las modas. Los grandes brucknerianos
del pasado siglo mostraron su apego por la segunda
revisión de 1889 (editada por Nowak en 1959),
que dejaba la obra en 1644 compases de los 2056
iniciales (en su versión original es la obra más larga
de Bruckner, y no me refiero a duración sino a
número de compases), un recorte del 20% que eliminaba
la práctica totalidad de las citas wagnerianas
(sólo sobrevivió la del Adagio). Lo que más
sufrió fue el Finale, que de 764 compases pasó a
solo 495. Se suponía que era la última palabra del
maestro, el destilado definitivo. Fue la partitura
que utilizaron Böhm, Jochum, Karajan, Celibidache
o Wand. El testarudo Knappertsbusch seguía llevando
bajo el brazo la edición Rättig de 1890, con
los cambios de última hora de Franz Schalk. No
sólo él: ¡también Szell y Schuricht! En los años
70, Deryck Cooke (The Bruckner problem simplified,
The Musical Newsletter, 1975) abogó por la
primera revisión de 1877, que según él había llevado
la obra a su máxima perfección. Esta partitura,
en sus ediciones Oeser (1950) o Nowak (1981,
con la Coda del Scherzo), fue favorecida por
Horenstein, Haitink, Kubelik, von Matacic,
siglo XIX 212 / marzo 2012
Nueva entrega de la integral bruckneriana de Herbert Blomstedt con la Gewandhaus de Leipzig:
una perfecta Tercera, en su versión original de 1873
Barenboim, Solti o Sinopoli. Si dejamos a un lado
los esfuerzos pioneros de Inbal (1982) o
Rozhdestvensky (1988), en los últimos años hay
una abrumadora preferencia por la versión original,
la elegida por Tintner (Naxos, 1998), Nott
(Tudor, 2002), Nagano (Harmonia Mundi, 2003),
Bosch (Coviello, 2006), Young (Oehms, 2006),
Norrington (Hänssler, 2007; también en su discutida
aproximación “historicoide” con los London
Classical Players para EMI/Virgin, 1995) y ahora
Blomstedt.
Debo confesar que siempre he preferido la
versión de 1889… hasta escuchar este registro de
Blomstedt. El ultraobjetivo director sueco-estadounidense
apuesta por los tiempos rápidos (la
duración total es similar a Norrington II; con 5
minutos menos, Botstein y Norrington I ostentan
ex aequo el dudoso record de velocidad), la
transparencia de
planos, la belleza
sonora y la fidelidad
a la letra y realiza
una lectura
rigurosa, coherente,
de una lógica
aplastante. En su
versión original y
en manos de
Blomstedt, la
Tercera suena
mucho más lírica
que en la épica
segunda revisión.
Un lirismo de ley y
algo contenido,
nada almibarado o
autocomplaciente.
Blomstedt, y en
esto me recuerda
mucho a Böhm y Keilberth, se aparta a un lado,
renuncia a interpretar, “limitándose” a recrear literalmente
la partitura con voluntad inflexible. ¡Qué
difícil es hacer esto, más aún hacerlo bien, de manera
tan convincente! La aparente austeridad interpretativa
se ve compensada con creces por la
irresistible belleza del sonido de la Orquesta de la
Gewandhaus, de cuerda luminosa, maderas de
seda y metal impecable (y bien embridado por la
batuta), la patente firmeza de carácter y la sabiduría
práctica del veterano director. Tiempos, dinámicas
y balances se antojan perfectos. Blomstedt
no se recrea en hallazgos aislados, en esa originalidad
tan en boga consistente en resaltar con el
microscopio este o aquel detalle. Despliega un
tapiz sonoro de colores uniformes, bien mezclados
(la orquesta de Blomstedt funciona como un
superinstrumento, con todos los timbres perfectamente
integrados, empastados). Tampoco destaca
ritmos, como el omnipresente latido propulsor
de la cuerda grave o el rústico Ländler en el Trio.
Su enfoque es más global que local; el detalle
importa menos que el conjunto. Estamos ante una
31
Miguel Ángel González Barrio
de las versiones mejor tocadas de toda la discografía,
con una Gewandhaus en estado de gracia. La
frenética Coda del Finale, tocada a ese tempo, no
está al alcance de cualquier orquesta. Las citas y
los diseños estructurales y armónicos tomados
de Beethoven (Novena), Schubert (Inacabada) y
Wagner (Lohengrin, La Valquiria, Maestros cantores,
Tristán), más evidentes en la versión original,
constituyen un capítulo aparte de la “ansiedad de
la influencia” que obsesiona a Harold Bloom. Las
citas wagnerianas son discretas y están perfectamente
imbricadas en el material temático. Las
sucesivas revisiones no solo se llevaron por delante
pasajes enteros de excelente música, como la
bellísima cita del motivo del sueño de Brünnhilde
de La Valquiria (14:41 del primer movimiento), que
aquí podemos oír en todo su esplendor, sino también
buena parte de la audacia inicial (la versión
original es pródiga en silencios agógicos, por ejemplo),
y difuminaron la conexión con el modelo: la
Novena de Beethoven, “sinfonía de sinfonías”,
también en Re menor.
Quien busque una versión más “interpretada”
tiene la excelente grabación de Tintner (Naxos), una
de las cimas de su integral, con una orquesta, la
Nacional de Escocia, entregada pero inferior. Quien
busque la perfección la encontrará aquí.
HERBERT BLOMSTEDT dirige ANTON BRUCKNER (1824-
1896): Sinfonía nº 3 en re menor
Gewandhausorchester Leipzig. Herbert Blomstedt, director /
QUERSTAND / Ref.: VKJK 1017 (1 SACD) D2
Herbert Blomstedt
32 di v e r di siglo XIX
Reinecke, la serenidad
Concierto para arpa y Sinfonía nº 3
del autor romántico alemán
Blas Matamoro
Un par de augurios recibió en su juventud Carl
Reinecke que, podemos imaginarlo, apuntalaron su
biografía de compositor. Uno fue Mendelssohn,
quien revisó, benevolente, sus pinitos para piano de
adolescencia. Otro fue Schumann, encantado con las
transcripciones de Lieder suyos para el teclado. O sea:
la elegante severidad de una mentalidad clásica y el
loco entusiasmo de un romántico ejemplar.
En efecto, la estética de Reinecke debe su vocabulario
al romanticismo germánico pero su temperamento
es de una contención neoclásica. Dicho con
la mejor intención: académica, si por academia entendemos
el tesoro magistral del pasado. La cercanía de
Brahms, seguramente, con su ascendencia schumanniana
y su amor a los perfiles formales nítidos, le
sirvió de ayuda. Además, su propia serenidad personal,
tan necesaria para un tradicionalista en tiempos
de revoluciones estéticas como el wagnerismo,
el impresionismo y los torbellinos nacionalistas.
Las dos obras aquí incluidas son trabajos de
madurez y sirven como fácil compendio de su labor.
Los géneros elegidos tienen perfecta definición.
También, buenas memorias a las que acudir. Por
ejemplo, el Concierto para arpa y orquesta nos lleva
a comparables partituras como las de Mozart y
Boieldieu. El arpa está tratada con mimo que raya
en una elegante brillantez virtuosística. Reinecke
conoce sus timbres y escribe su parte de modo que
no acabe el solista engullido por la orquesta, para lo
cual elabora los colores de la masa con la debida inteligencia.
Melodías y variantes y momentos de cadencias
condignamente lucidas, hacen el resto.
En cuanto a la Sinfonía, un dispositivo de
Reinecke escasamente conocido en nuestro tiempo,
la sonoridad Mendelssohn-Schumann le deja su
presencia, a medias propiamente sinfónica y a
medias camerata del siglo XVIII. Ambas vertientes
hacen del pasado algo vivo y renovado. Cuando el
caballo de la historia se encabrita, no conviene perder
los estribos.
CARL REINECKE (1824-1910): Concierto para arpa; Sinfonía
nº 3
Elsie Bedleem, arpa. Brandenburgisches Staatsorchester
Frankfurt. Heribert Beissel, director / CHRISTOPHORUS /
Ref.: CHE 0162-2 (1 CD) D13
La merecida
aprobación
Obras corales de Herzogenberg
por Rheinische Kantorei
Urko Sangroniz
Ya fuese porque pertenecía a la nobleza y sus orígenes
le presuponían un desahogo ajeno al de otros
colegas, o porque fue director de la Hochshule für
Musik de Berlín –protegido en su atalaya académica
del fragor de las trincheras, que dirían algunos,
lejos de los riesgos de la primera línea de batalla
en lo que pesquisas creadoras se refiere–, lo cierto
es que Heinrich von Herzogenberg se sintió en
ocasiones menospreciado por sus contemporáneos.
Incluso su entorno cercano podría incluirse en
ese grupo, y no digamos ya un titán de la talla de
su querido y admiradísimo Brahms, del que
Herzogenberg buscó continuamente la aprobación.
Sin embargo, los halagos de éste se produjeron
con cuentagotas, pues menudo era el bueno de
Johannes, ni más ni menos que la personificación
de la más alta exigencia. En este sentido, si se lee
la correspondencia entre ambos, se aprecia la posición
psicológica dominante de Brahms, así como
el anhelo de reconocimiento de Herzogenberg y las
esquivas respuestas del primero cuando debía emitir
un veredicto ante una nueva composición de
su amigo. Más aún, resulta cuanto menos retorcido
el hecho de que Brahms parodiase en el comienzo
de O schöne Nacht (primero de sus Quartette
op. 92) la misma introducción pianística del segundo
de los Vier Notturnos op. 22 de Herzogenberg
(Nacht ist wie ein stilles Meer); conociendo la debilidad
de su amigo, se diría que Brahms intentaba
provocar falsas esperanzas en él ennobleciendo
públicamente con su parodia algo que después
jamás ensalzaría en privado. Con todo,
Herzogenberg al final ha conseguido la aprobación
general, sobre todo por sus obras de formato
más reducido, como estas piezas para coro a
cappella. La belleza de lo sencillo y bien realizado
es realzada por esta estupenda lectura de los
Rheinische Kantorei, dirigidos por Hermann Max.
HEINRICH VON HERZOGENBERG (1843-1900): Obras para
coro mixto a cappella
Rheinische Kantorei. Hermann Max, director / CPO / Ref.:
777728-2 (1 CD) D5
Monsieur Janowski
Saint-Saëns, D’Indy y Chausson
por la Suisse Romande
Ignacio González Pintos
En una reciente entrevista (Scherzo, nº 254) Marek
Janowski reivindicaba sus dieciséis años al frente
de la Orchestre Nationale de Radio France para
demostrar la amplitud de su repertorio y lo erróneo
de encasillarle como especialista del romanticismo
alemán de la segunda mitad del siglo XIX.
En la misma entrevista, y en esta ocasión no precisamente
para desmentir los tópicos que le persiguen,
explica lo fundamental de su praxis
interpretativa: con respecto a la obra, e independientemente
del repertorio en cuestión, tratar de
asegurar la claridad articulatoria, “intentando no
cubrir con una sonoridad densa las líneas distintas
de contrapunto”; con respecto a su instrumento,
cuidar en primer término el “aspecto artesanal”
del sonido de la orquesta, y sólo después pensar en
añadir imaginación al asunto musical. Ciertamente,
pocas veces habrán sonado estas obras con la exactitud
y la intensidad aquí desplegadas, pocas veces
la Orchestre de la Suisse Romande habrá rendido
con este nivel de excelencia. Todo transcurre con
pulso firme, aplastante lógica y muy brillante tono
orquestal: ímpetu y vitalidad para la encantadora
Sinfonía “Cévenole” de D´Indy, fantasía tímbrica
para Soir de fête de Chausson, gracia y efervescencia
para la infrecuente Segunda sinfonía de Saint-
Saëns. Mención especial para el piano de Martin
Helmchen, que aporta sensibilidad y color a la obra
de D´Indy. La grabación no concede excesiva relevancia
al piano, de manera que, por un lado,
Helmchen emerge, se funde y desaparece con cierta
naturalidad del conjunto orquestal, mientras
que por otro en determinados pasajes su concurso
permanece ligeramente oculto. Por lo demás la
toma sonora es excelente, profunda, amplia, cálida
y brillante, como es habitual en los registros
SACD que el equipo de Polyhymnia realiza para
Pentatone.
VINCENT D'INDY (1851-1931): Symphonie sur un chant
montagnard français; CAMILLE SAINT-SAËNS (1835-1921):
Symphonie No. 2; ERNEST CHAUSSON (1855-1899): Soir de
fête
Martin Helmchen, piano. Orchestre de la Suisse Romande.
Marek Janowski, director / PENTATONE / Ref.: PTC
5186357(1 SACD) D1
Merecido homenaje
El fallecimiento del gran violinista Josef Suk (1929-
2011) en julio pasado ha movido a Supraphon a
publicar un álbum conmemorativo de su arte, con
registros de música de cámara realizados por el
gran violinista en los años 50 y 60. Se incluyen 14
Sonatas para violín y piano, además de dos conjuntos
de cuatro piezas y un puñado de miniaturas
para dicha combinación instrumental. Figuran
también cuatro dúos para violín y chelo y uno para
violín y viola. Es decir, 25 obras en total cuya duración
es de 7 horas y 10 minutos. La calidad sonora
original de los registros es muy buena, tanto la
de los monoaurales como la de los estereofónicos;
ambos han sido muy bien reprocesados.
En el grupo de obras para violín y piano, merecen
cita preferente las escritas por autores checos:
Dvorák, Josef Suk (abuelo del violinista), Janacek
y el semidesconocido Jezek. La ejecución de Suk
es siempre sobresaliente por su viveza rítmica, su
perfecta afinación y su espléndido sonido: bello,
noble, timbrado, poderoso y capaz de todos los
matices de intensidad. A estas cualidades se une en
los autores checos una profunda afinidad por el
idioma musical, que comparten los tres pianistas
colaboradores: Jan Panenka, casi omnipresente,
Josef Hala, al que escuchamos en cuatro Sonatas
y Alfred Holecek, que figura solo en una pieza breve.
Ninguno fue un solista de relumbrón pero todos
compartieron con Suk los principios básicos de la
música de cámara: el diálogo atento y equilibrado,
el cuidadoso respeto al estilo de cada autor y la
búsqueda incansable de la máxima expresividad
en los pequeños detalles de color, ritmo, fraseo y
dinámica. Una armonía en la ejecución musical
solo alcanzable después de muchas horas de trabajo
intenso.
Muy bellas también las tres sonatas francesas,
con mención especial para la de Debussy –bellísima–
y la de Franck. El segundo movimiento de
ésta puede parecer, en primera audición, demasiado
contenido, pero Suk y Panenka desplazan
intencionadamente el centro de gravedad de la
obra al Recitativo-Fantasía que le sigue, de una
belleza sobrecogedora. En conjunto, una de las
más grandes versiones de esta Sonata. La de
siglo XIX / siglo XX 212 / marzo 2012
Supraphon presenta un séxtuple álbum conmemorativo
del recientemente fallecido violinista Josef Suk
Roberto Andrade
Poulenc no la asociaríamos, a priori, con el estilo
de Suk, pero el resultado tiene un imprevisible
charme. Magníficas las tres Sonatas de Brahms, la
Primera con Hala y las otras dos con Panenka; no
me atrevo a decir que alcancen a las que Suk grabó
en 1967 con Julius Katchen para Decca, pero la
visión es diferente y atractiva, más viva de tempi,
algo más incisiva en el fraseo, más juvenil en la
Primera Sonata.
Antológica la Tercera Sonata de Grieg, grabada
con Hala en 1956, que acaso nunca ha sonado
tan bien caracterizada, tan apasionada y convincente.
En los movimientos extremos hay pasajes
que, en manos de un artista no excepcional, pueden
sonar retóricos; en las de Suk son emocionantes.
Grieg pide el máximo de expresión y Suk la
obtiene sin comprometer nunca su excepcional
calidad de sonido, siempre timbrado, redondo y
poderoso. En la Romanza central expone con la
mayor naturalidad los temas populares que la vertebran,
y culmina en la coda con unas escalofriantes
frases en pianísimo en el registro sobreagudo.
Dos encantadoras obras de Schubert, el gran
Dúo opus 162 y la Primera de las tres Sonatinas que
forman el opus 137, ofrecen una muestra más de la
versatilidad de Suk. En ambas encuentra el estilo
idóneo: delicado, espontáneo, con el justo toque
melancólico cuando procede. Se incluye también
la infrecuente Sonata de Respighi, cuyo valor musical
queda potenciado en esta ardorosa versión que
culmina en la muy comprometida Passacaglia final.
Cerremos este capítulo con las Cuatro Piezas opus
17 de Josef Suk. ¿Hace falta decir que se trata de la
versión de referencia? Obra muy exigente en el
aspecto técnico: escúchese la Burlesca final, cuyo
sautillé toca Suk de modo deslumbrante. Preciosas
las miniaturas de Schumann, Brahms y Debussy,
con un etéreo Claro de Luna y una muy sugestiva
La plus que lente.
En los dúos con violonchelo escuchamos al
magnífico chelista francés André Navarra. Limitaré
la cita al hermosísimo Adagio del Segundo Dúo de
Martinu. Óptimas también las sonatas de Honegger
y Kodaly. Por último, el Dúo con viola K 424 de
Mozart, con Milan Skampa, colaborador habitual
de Suk.
En conclusión, un auténtico banquete musical,
una colección que ningún aficionado puede
desconocer. Siete horas de música con mayúsculas
en compañía de uno de los máximos violinistas
del siglo XX que, seguramente, dio lo mejor
de sí mismo en el repertorio de cámara y en estos
registros de sus años más jóvenes.
JOSEF SUK: Primeras grabaciones (obras de cámara de
Honegger, Schubert, Brahms, Grieg, Martinu, Respighi...)
Josef Suk, violín. Alfréd Holecek, Jan Panenka y Josef Hála,
piano. MilanŠkampa, viola. André Navarra, violonchelo (grabado
en 1961 y 1964) / SUPRAPHON / Ref.: SU 4075-2 (6
CD) D10 x 4
33
34 di v e r di siglo XX
Ravel en Technicolor
Dafnis y Cloe en versión íntegra de
la LPO con Haitink
José Velasco
Atosigado por las cartas que le escribía Nijinski
urgiéndole a terminar lo antes posible la composición
del ballet Daphnis et Chloe, Maurice Ravel
le respondió: “¿Lo quiere ahora o lo quiere bueno?”.
El francés elaboró durante dos años una de sus
obras más extensas e intensas, denominada por él
como “sinfonía coreográfica”. El resultado fue una
apasionante composición de tema bucólico y pastoril
con una de las más ricas y fastuosas orquestaciones
de todo su catálogo, eclipsada al año
siguiente por el mayor escándalo de la historia de
la música: el estreno de La consagración de la primavera
de Stravinsky (al que asistió el propio Ravel),
que hizo parecer antiguas a todas las nuevas obras
de aquella época.
Tenemos aquí la espléndida versión de la versión
completa grabada en 1979 por Bernard Haitink
al frente de la London Philharmonic Orchestra y
el John Alldis Choir, con un sonido historicista
avant la lettre en el que Haitink parece homenajear
no solo a Pierre Monteux (quien estrenó la pieza
en 1912) sino al fantasioso modo de
interpretación estilado en los años cuarenta, lo
cual es todo un elogio. Nunca esta obra sonó tanto
a banda sonora; uno diría que escucha una versión
hollywoodiense, en Technicolor, sumamente
detallista, en la que se notan detalles que en otras
grabaciones ni se perciben. Vence en autenticidad
a otras grandes interpretaciones, como la de Munch
o la más reciente de Kreizberg, por sus vigorosos
contrastes cromáticos, dignos de Stokovsky, en
una orquesta transfigurada, expresiva y flexible,
junto a un coro excelente (en especial su sección
femenina) con sus vocalizaciones sin texto que nos
evocan directamente el exotismo misterioso de las
películas de ambiente selvático. Haitink hace temblar
los altavoces y las emociones, nos pone el vello
de punta y la sonrisa en los labios con un Ravel
metido en la piel de Max Steiner.
MAURICE RAVEL (1875-1937): Daphnis et Chloé (ballet
completo)
London Philharmonic Orchestra. John Alldis Choir. Bernard
Haitink, director (grabado en el Royal Festival Hall el 6 de
noviembre de 1979) / LONDON PHILHARMONIC ORCHES-
TRA / Ref.: LPO 0059 (1 CD) D5
El Mahler del autócrata
Una soberbia Novena del controvertido Mark Gorenstein al frente de
su –hoy ya ex– Orquesta Académica Estatal de la Federación Rusa
El temperamento de Mark Borísovich Gorenstein
(Odessa, 1946) no parece resultar del agrado de
algunos de los músicos que han trabajado con él,
quienes se quejan de su temple autoritario y su falta
de tacto. Uno de ellos decía en un foro en Internet
que el maestro se comporta como un boyardo grosero
que ningunea
la capacidad
musical de sus
orquestas y se
queja constantemente
del bajo
nivel técnico de
sus ejecutantes.
Otro decía que es
maleducado y
arrogante, y que
trata a sus músicos
como un faraón
egipcio a sus
esclavos. Otro
más denunciaba
que debía su cargo
al hecho de
haber sido amigo
del ministro de
Cultura ruso
Mijaíl Schvidkoi, que destituyó al viejo Evgueni
Svetlanov (1928-2002) al frente de la Orquesta
Académica Estatal de la Federación Rusa –la que
fuera Orquesta Sinfónica Estatal de la URSS– en
2000, tras treinta y cinco años al frente de la misma,
para poner a Gorenstein. Todas estas invectivas
vitriólicas se vieron desatadas cuando, en junio
del año pasado, durante un ensayo para el Concurso
Chaikovski, Gorenstein tuvo la ocurrencia de ordenar
a sus músicos que no prestaran atención al
solista, el joven chelista armenio Narek
Hakhnazaryan (Ereván, 1988), porque era –la traducción
es aproximada– un pobre paleto del
Cáucaso, y que debían hacerle caso a él. El joven
en cuestión acabó ganando la medalla de oro del
Concurso, pero fue así como, tras once años de titularidad,
el escándalo hizo que Mark Gorenstein
fuera despedido con cajas destempladas en sep-
José Alberto Pérez Díez
tiembre de 2011.
El registro que nos ocupa, que viene a sumarse
a la notablemente corta discografía de
Gorenstein, fue efectuado en vivo en la Gran Sala
del Conservatorio de Moscú el día 20 de febrero
de 2010, antes de los hechos relatados, aunque no
se ha publicado hasta hace muy poco. Diré de
entrada que me ha parecido una soberbia lectura,
plena de matices y atención esmerada al detalle en
la articulación del discurso musical. La Sinfónica
Estatal responde a la batuta de Gorenstein con
admirable precisión y perfección técnica, y logran
componer una versión más que jugosa. El Andante
comodo, desde el melancólico arranque de la obra,
avanza con brío y elegancia, especialmente en la
vivísima sección central. La interpretación del
segundo movimiento presenta toda la belleza y
rudeza campestre que la partitura demanda. El
Rondo-Burleske, probablemente la parte más exigente
de la pieza desde un punto de vista técnico,
por su variedad y dificultad, está resuelta magistralmente,
y cabe resaltar en especial lo perfecto
de la transición entre la violencia del rondó y la líri-
ca sección central (desde 6:16). El elegiaco Adagio,
impecablemente articulado, cierra con broche de
oro una, desde luego, hermosísima lectura.
Si el estilo autoritario y antipático de
Gorenstein no es plato de gusto para sus músicos,
a la luz de esta magnífica grabación no podemos
afirmar que los resultados no merezcan la pena. Si,
por fortuna, el tiempo del director autócrata parece
haber pasado, el viejo principio maquiavélico
parece, en este caso, seguir vigente.
GUSTAV MAHLER (1860-1911): Sinfonía nº 9
State Symphony Orchestra of Russia. Mark Gorenstein,
director / MDG / Ref.: MDG 1719 (2 CD) D2
Mark Gorenstein
Tres mujeres, tres tríos
Fauré, Bonis y Ravel, unidos por
el femenino Trio George Sand
Tres francesas nos acercan tres tríos franceses de
autores que fueron coetáneos, Gabriel Fauré, Mel
Bonis y Maurice Ravel. Las artífices de este disco,
unidas bajo el nombre de Trio George Sand (toda
una declaración de principios) son la violinista
Virginie Buscail, solista de la Orchestre
Philharmonique de Radio France al igual que su
compañera al chelo, Nadine Pierre, solista además
de la National de France y fundadora del Quatuor
Kandinsky, y la pianista Anne-Lise Gastaldi, vieja
conocida de los seguidores del sello Zig-Zag.
Van de menos a más, arrancando con uno de
los tríos más hermosos que existen, el de Ravel, para
el que no utilizan la edición habitual revisada por
Casella, sino el manuscrito original de la partitura.
Aunque en los momentos más frenéticos resulten
atropelladas, las George Sand nos ofrecen una
versión sensata de este Trío inagotable.
Este grupo parisino entrega el cénit del disco
a dos piezas encantadoras y sosegadas de otra
parisina, Mel (Mélanie) Bonis, discípula de Cesar
Franck y que, gracias al mundo del disco, va saliendo
poco a poco del inmerecido olvido.
Interpretadas aquí con mano maestra, Soir (Tarde)
y Matin (Mañana) son un remanso de calma, en la
línea del Cisne de Saint-Saens la primera y con
frescura casi brahmsiana la segunda. Necesitamos
más Bonis lo antes posible.
El último autor es el maestro de Ravel, Gabriel
Fauré, cuya penúltima composición, el Trío Op.
120, es una obra ensoñadora que parece irradiar luz
a través de una tela de seda, en especial su segundo
movimiento, Andantino, donde las tres intérpretes
no son sino Parcas bondadosas que tejen y
destejen la música con talento y complicidad.
Cálido y bien estibado, este Trío de íntima serenidad
(como últimos ecos del autor de la Elegie y la
Pavane), suena aquí mucho más intangible y atractivo
que en la mayoría de las versiones actuales.
TRÍOS CON PIANO: Obras de Ravel, Fauré y Bonis
siglo XX 212 / marzo 2012
José Velasco
Trio George Sand / ZIG-ZAG TERRITOIRES / Ref.: ZZT
120101 (1 CD) D2
El admirable y recatado Debussy último
Un bello homenaje al músico francés con obras propias
y homenajes de sus contemporáneos
Cualquier filarmónico que valore como merece la
figura de Claude Debussy encontrará en este CD
una oportunidad magnífica de conocerlo mejor,
porque, además de los geniales doce Estudios para
piano que el maestro compuso en 1915 y que son
un prodigio de sabiduría pianística y de modernidad
armónica, encontrará otras piezas de rarísima
audición que Debussy escribió en los últimos años
de su vida, entre 1914 y 1917, con el cuerpo herido
por el cáncer y el espíritu herido por la barbarie de
la guerra. Así, una Berceuse héroïque dedicada al rey
Alberto I de Bélgica y a sus soldados, una pieza
destinada al comité de actividades benéficas
Vêtement du Blessé, una honda y amarga Élégie y una
inaudita pieza, llena de poesía y afecto, titulada
Les soirs illuminés par l’ardeur du charbon y dedicada
cordialmente a su carbonero. Un Debussy personalísimo,
introspectivo y que, si siempre había
sido libre, aquí se manifiesta libérrimo. Música de
uno de los más grandes talentos musicales de los
tiempos modernos, y que nos dice, como en voz
baja, cosas en las que no habíamos reparado: pequeñas,
pero jugosas. Y al decir “pequeñas” excluyo,
claro, los Estudios.
Todo ello viene trufado en el CD por seis
páginas extraídas del número extraordinario de
35
José Luis García del Busto
La Revue Musicale que se editó en París en 1920,
monográficamente dedicado a honrar la memoria
del gran Debussy, fallecido en 1918. Esta publicación,
como es bien sabido, incluía partituras de
piezas que diez importantes compositores del
momento habían escrito como personal homenaje
a su ilustre colega desaparecido. En el CD se
ofrecen las de Malipiero, Dukas, Bartók, Roussel,
Falla y Stravinsky. Salvo la obra de nuestro Falla
(el Homenaje a Debussy para guitarra, que aquí
tenemos en la versión pianística del mismo Falla),
son piezas que difícilmente hemos podido escuchar…
Lo más característico de este CD es que
ofrece un repertorio a base de absolutas “novedades”,
pese a que se trata de obras de grandes maestros
de la primera mitad del siglo XX, de los que
nuestras discotecas suelen estar bien nutridas.
Las interpreta con solvencia y signos evidentes
de haber trabajado a fondo, y con amor, el pianista
belga Jan Michiels, que toca un piano de
hermoso y peculiar sonido, fabricado por Érard en
París en 1892, o sea, cuando Debussy componía su
esencial Prélude à l’après-midi d’un faune.
Interesantísima propuesta discográfica.
LE TOMBEAU DE DEBUSSY: Obras para piano de Debussy,
Falla, Roussel, Stravinsky, Bartók, Malipiero y Dukas
Jan Michiels, piano (Erard piano, 1892) / FUGA LIBERA / Ref.:
FUG590 (1 CD) D2
Teatro Real • Plaza de Oriente, s/n • 28013 Madrid
Tfnos.: 91 516 06 73 - 91 541 25 95
e-mail: latiendadelreal@diverdi.com
Nuevo horario: De lunes a viernes de 17 a 20 horas
Los días de función permanecerá abierta al público asistente hasta el primer entreacto
domingos y festivos incluidos
Claude Debussy
36 di v e r di siglo XX
Attenelle: una Iberia delicada
Nueva integral de la genial suite albeniciana
por un grande del pianismo español, en Columna Música
Andrés Ruiz Tarazona
Iberia es un desafío. Desafía al pianista cuando trata de interpretar cualquiera de las doce piezas que
la integran, pero también al aficionado que escucha tan solo una de ellas, y no digamos a quien la ejecuta
íntegramente o a quien asiste a una versión completa. Hoy cualquier crítico o buen aficionado
sabe que Iberia está entre lo más logrado de la historia del piano, sin duda el instrumento que cuenta
con el mejor repertorio.
Su complejidad la hizo en principio abordable únicamente a pianistas de excepción, dotados de
una prodigiosa técnica en su tiempo (comienzos del siglo XX), aunque la musicalidad fuera su punto
débil. Pero desde Blanche Selva y Joaquín Malats hasta nuestros días el pianismo ha evolucionado de
tal modo que el número de pianistas capaces de tocar dignamente la suite albeniciana completa se ha
multiplicado. En nuestro país pueden adquirirse ahora mismo unas cuantas integrales y aún más versiones
parciales de Iberia, y, por fortuna, todas tienen virtudes merecedoras de aplauso, pero evidentemente
distintas y no siempre a gusto de todos. Porque, como en una lectura en alta voz, hay quien
aprecia el registro de esa voz, otro la entonación, el de más allá el énfasis puesto en este o en otro pasaje,
etc.
Ahora nos llega una Suite Iberia interpretada por Albert Attenelle, el ilustre pianista barcelonés
Alberto Giménez-Attenelle de nuestros años jóvenes, al que vimos en el único canal de televisión de
antaño ganar el concurso Vianna da Motta de Lisboa.
Su carrera ha sido extraordinaria no ya por sus premios internacionales sino por su repertorio,
que no elude la música de su tiempo o la docencia en centros de indiscutible prestigio.
Albert Attenelle es un pianista con personalidad grande, tanto como para darnos una Iberia especialmente
íntima y, como bien dice Josep Pascual en sus excelentes notas a la grabación de Columna
Música, ha interiorizado esta composición tras haberla interpretado durante muchos años. La suite ha
madurado lentamente en sus manos y lo primero que produce su escucha es una seguridad, un control
sobre sus intrincados pentagramas casi absoluto. La versión procede además de la edición al cuidado
del propio Attenelle trabajada sobre la original de Albéniz. Quizá los momentos más refinados y sorprendentes
de la obra se dan en las piezas más serenas, de más hondo lirismo –Evocación, Almería, El
Polo, Jerez…–, y también en el plus que nos ofrece en el segundo CD, La Vega que Albéniz dedicó al
pianista y compositor portugués Vianna da Motta, titular curiosamente del premio ganado en su día
por Attenelle. Sin excederse en los tempi en ningún momento, siempre justo y preciso, Attenelle da en
toda la obra una sensación de pleno magisterio, de un
saber hacer y transmitir realmente mágicos. Si alguno
tiene la impresión inicial de frialdad o distanciamiento
le aconsejaría redoblar la atención e insistir
en su nunca enojosa escucha. Quedaría prendido de
la elegancia y sensibilidad que desprende esta versión,
lejos de agobiantes y gratuitos desmelenamientos.
Todo es claro y bello. Dan ganas de pedir al gran
pianista barcelonés que siga con Albéniz e incluya
Navarra y Azulejos en una próxima edición de esta
Iberia. Ambas podrían haber estado en ésta.
ISAAC ALBÉNIZ (1860-1909): Suite Iberia (cuatro cuadernos); La Vega
Albert Attenelle, piano / COLUMNA MUSICA / Ref.: 1CM 0213 (2 CD) D4 x 2
“ Attenelle da en toda
la obra una
sensación de pleno
magisterio, de un
saber hacer y
transmitir realmente
mágicos.”
Albert Attenelle
De un tiempo, de un
lugar
Cuarteto nº 1 y Notturno de Artur
Schnabel, en CPO
Juan Manuel Viana
Probablemente quien desconozca la obra de creación
del gran pianista Artur Schnabel (Lipnik, 1882-
Axenstein, 1951) y escuche las dos piezas que integran
el presente registro tenga muy serias dudas
para adivinar al autor de las mismas.
Entre 1918 –el año anterior a su llegada a Berlín–
y 1940, Schnabel compuso cinco cuartetos de cuerda
de los que el Pellegrini ya nos ofreció, hace siete
años y también en CPO, su primorosa versión del
que cierra el ciclo. El Primero, escrito en Pomerania
en agosto de 1918, estrenado por el Cuarteto
Premyslav en noviembre del año siguiente y publicado
por Universal en 1927, es obra respetuosa con
la tradición en su estructura clásica de cuatro movimientos,
pero su libérrimo y dilatado curso (50 densos
minutos) acarrea adherencias sonoras de muy
diversas fuentes. El antiguo alumno de Leschetizky
y Mandyczewski en Viena, permeable a la herencia
del último Brahms en sus páginas de juventud, no
es ajeno en esta obra todavía temprana a músicos
como Busoni o el primer Schönberg, habituales de
Schnabel durante sus años berlineses. Por otra parte,
el dilatado Larghetto aporta un dejo de soledad y
añoranza mahlerianas que añade interés a una partitura
imprevisible.
Complemento nada desdeñable en esta reveladora
grabación es el Notturno op. 16 para contralto
y piano, extenso lied (la versión de Noa Frenkel e
Irmela Roelcke alcanza casi los 23 minutos de duración)
en seis estrofas que Schnabel compuso durante
el verano de 1914 sobre un texto de Richard
Dehmel, quizá el poeta llevado al pentagrama con
más abundancia y mejor acierto por los compositores
del área germana entre los respectivos finales del
siglo XIX y de la Gran Guerra. En este caso, la escritura
vocal de Schnabel remite, más que al Pierrot
lunaire cuyo estreno berlinés presenciara en 1912, al
gran ciclo schönberguiano El libro de los jardines colgantes,
sin olvidar a Schreker, otra referencia vocal
ineludible en el Berlín inmediatamente anterior a la
irrupción de Kurt Weill.
ARTUR SCHNABEL (1882–1951): Cuarteto de cuerda nº 1;
Notturno
Noa Frenkel, contralto. Irmela Roelcke, piano. Pellegrini
Quartett / CPO / Ref.: 777622-2 (1 CD) D5
La extraña pareja
Obras para violín y piano de
Stravinski y Shostakovich
Ignacio González Pintos
Algo más que una diferencia generacional separa
a Stravinsky de Shostakovich. El significado, tan
dispar, de la obra de cada uno de ellos simboliza
la oposición entre lo ruso y lo soviético, entre el
desapego y el compromiso, entre la ambición cosmopolita
de la inconfundible voz impersonal de
Stravinsky y la fidelidad al entorno de un
Shostakovich siempre portavoz del mismo, sea
éste individual o colectivo. Pero este registro Audite,
un SACD magníficamente grabado, empareja a
estos dos autores más para acercarlos que para
oponerlos. La obra de Stravinsky, arreglo para violín
y piano del ballet El beso del hada, es fiel ejemplo
de la estética del compositor. Música brillante,
estilizada y pulcra, cuya vocación anti-romántica
cuida los sentidos y rechaza el discurso emocional
en favor de un diseño ingenioso que plantea un
sutil desafío al oyente, quien debe localizar en la
obra las citas, las referencias, los guiños, que en este
caso remiten a Tchaikovsky. Ingolfsson y Stoupel
brindan un festival sonoro a la altura del ingenio
de Stravinsky: la variedad de humores, colores,
ataques, acentos y sonoridades encuentra en la
pareja una respuesta exquisita y exacta –qué maravilla
de Danzas Suizas. Decía Krzysztof Meyer que
en la Sonata Op. 134 aparece un Shostakovich desconocido,
en referencia a “la frialdad intelectual,
la reserva emocional y la rigidez de sonido” que,
en su opinión, caracterizan la obra. Ingolfsson y
Stoupel parecen compartir el aserto hallando así
el hilo conductor entre las dos piezas programadas.
Sin abandonar la pureza de sonido nos sumergen
en la densidad y el desasosiego de la obra
–tremenda la ejecución del dramático Allegretto–,
dibujando el doliente diagrama musical sin llegar
a hacer suyo el sufrimiento, mostrando antes que
padeciendo. Es ese pudor, esa última reserva lo
que, por un instante, logra enlazar dos mundos
irreconciliables.
IGOR STRAVINSKY (1882-1971): Divertimento; DMITRI
SHOSTAKOVICH (1906-1975): Sonata para violín y piano
Vladimir Stoupel, piano. Judith Ingolfsson, violín / AUDITE /
Ref.: AUD 92576 (1 SACD) D1
siglo XX 212 / marzo 2012
Música para un tiempo de guerra
Ives, Adams, Britten y Vaughan Williams en un apasionante
registro Pentatone
De las cuatro obras que conforman el programa
de la grabación que Carlos Kalmar y The Oregon
Symphony presentan en PentaTone bajo el sugerente
título de Música para un tiempo de guerra,
tan solo dos guardan una relación directa con el
hecho bélico. Pese a su carácter abrupto, a su indómita
energía y a la general aspereza de tono, la
Cuarta Sinfonía de Ralph Vaughan Williams –y el
autor no se cansó de repetirlo– no tiene nada que
ver con la guerra. De hecho, fue compuesta casi
enteramente en 1931, cuando los ecos de la Primera
Guerra Mundial se habían casi extinguido, y pocos
podían prever la catástrofe que aguardaba a Europa
y al mundo apenas ocho años más tarde. No obstante,
el clima de esta sensacional sinfonía es turbulento
y belicoso, está impregnado de un aura de
fatalismo que alcanza su cima en el lacónico
Andante, y el escalofriante Scherzo podría ser la
pesadilla de un soldado en la trinchera. Por su parte,
la breve, concentrada y desconcertante The
Unanswered Question, una de las más emblemáticas
creaciones de Charles Ives, fue compuesta en
1906 (y revisada en 1935) y su inclusión en el programa,
a modo de preámbulo, solo puede justificarse
por el inquietante aire premonitorio que
deriva del contraste entre la stasis de la cuerda y las
enigmáticas frases de la trompeta y las maderas,
que parecen entablar un incómodo diálogo acerca
de un destino tan misterioso como sombrío.
Considerada una especie de quintaesencia del arte
de Ives, La pregunta sin respuesta cuadra bien con
el planteamiento general del programa, aunque
sea tan sólo como lúgubre augurio de un desastre
que cíclicamente regresa, con lacerante puntualidad
y para su mayor desdicha, a la historia de la
sociedad humana.
Las otras dos composiciones que completan
el Super Audio CD sí que tienen en la guerra su
origen y su razón de ser. The Wound-Dresser (que
podría traducirse como ‘El que cura las heridas’)
de John Adams, parte del poema del mismo título
escrito por Walt Whitman en 1865, en donde el
gran poeta-humanista canta y cuenta sus experiencias
como enfermero voluntario en hospitales
militares durante la Guerra Civil norteamerica-
37
Martin Lasalle
na. La sucesión de horribles imágenes que forman
los miembros separados de sus cuerpos, las heridas
supurantes, los coágulos y las gangrenas, son
tamizadas por la mirada infinitamente compasiva
de Whitman, y adecuadamente traducidas en sonidos
por el estilo, impregnado de un austero lirismo,
del autor de Nixon in China, que logra trazar
un arco musical en el que la nostalgia y la melancolía
se abren paso a través del horror y la muerte,
y en donde el mensaje de Whitman se nos
devuelve intacto, acaso acrecentado, si cabe, por
el suave perfume de una música que, como el curador
del título, nos alivia de la consternación y el
desaliento por tan mortífero espectáculo. Nada
que ver, por lo tanto, con la célebre Sinfonia da
Requiem de Benjamin Britten, cuyos compases iniciales
nos sitúan de golpe en el fragor del campo
de batalla, en virtud de un ensordecedor ataque
de timbal que constituye el que quizá sea el más
impactante comienzo sinfónico de la historia de la
música. En su brevedad –apenas veinte minutos
de duración– la Sinfonia da Requiem es quizá la
más importante obra sinfónica de Britten, y su
desafortunado y contradictorio origen (fue encargada
nada menos que por el gobierno japonés en
1940, cuando Britten se encontraba exiliado en
Estados Unidos por su oposición a la guerra) no
oculta el sincero compromiso del autor británico
con la causa de una paz que por entonces parecía
lejana, pero que en todo caso no era la paz de Hitler
o de Hirohito. La negativa final del gobierno nipón
a aceptar una obra que no sólo recurría a la liturgia
católica para designar sus tres movimientos
(Lacrymosa, Dies Irae y Requiem Aeternam) sino
que además ponía en evidencia el horror y el absurdo
de cualquier conflicto armado, restituyeron el
prestigio de un Britten cuyo incomprendido pacifismo
era muy cuestionado dentro y fuera de su
Inglaterra natal.
La sucesión de las cuatro piezas del programa
(Ives, Adams, Britten, Vaughan-Williams) resulta
más que atinada, y la escucha completa del CD
nos deja la extraña sensación de haber oído una única
obra, por muy diferentes que sean tanto sus
autores como sus mensajes (en especial el tránsito
entre la Pregunta de Ives y la pieza de Adams es
prácticamente imperceptible). Un acierto de Carlos
Kalmar y sus ‘oregones’, quienes por otra parte se
muestran enérgicos, urgentes y técnicamente sobrados
para conferir unidad a piezas tan dispares.
Ayudados por el buen hacer del barítono Sanford
Sylvan y la –como siempre– excelente toma sonora
marca de la casa, el resultado es un disco realmente
apasionante, de los que se escuchan una y
otra vez, sin desmayo.
MÚSICA PARA UN TIEMPO DE GUERRA: Obras orquestales
de Charles Ives, John Adams, Benjamin Britten y Ralph
Vaughan Williams
Oregon Symphony. Carlos Kalmar, director / PENTATONE /
Ref.: PTC 5186393 (1 SACD) D1
38 di v e r di siglo XX
Contra el olvido
Rarezas pianísticas de autores
franceses, por Cyprien Katsaris
Blas Matamoro
Recuerdo a un profesor de la Escuela Normal (léase
a la española: de Magisterio) que, si un alumno
no sabía la lección, nos daba una lectio brevis magistral,
destacando la importancia del olvido en nuestra
vida subjetiva. Desde luego, existe la memoria
objetiva de los archivos y el internet pero ninguno
de nosotros puede asumirlos en su totalidad. Lo
digo en honor de este rescate que Cyprien Katsaris
hace de compositores poco notorios u olvidados,
dentro de los cuales, con supremo humorismo, se
sitúa él, improvisando al teclado sobre temas de
películas. Confieso que, fuera de Sévérac y
Lavignac (éste, más bien como musicólogo e historiador
de la música), el resto del elenco me resulta
novedoso. Vaya esto por delante pues es un
objetivo del antólogo e intérprete, Monsieur
Katsaris.
Ahora bien: las novedades no se nos vienen
encima de modo caótico sino que han sido seleccionadas
en función de una estética neorromántica:
torrente, corporeidad del pianismo liszteano,
alternando con cuchicheos de intimidad de mueble
toi et moi. En todo caso, el antólogo, investigador
e intérprete ha mostrado el posible vaivén
romántico entre teatralidad y secreto, y su pervivencia
en tiempos posteriores. ¿Quién que es, no
es romántico? vuelve a preguntarnos Rubén Darío.
Katsaris, aparte de buscador, es un pianista de
amplio dominio instrumental, seguro de sus efectos
y de un canto valiente y echao p’alante. Y eso
aunque ostente apellido griego y hable en francés.
A ellos suma una irónica y cachonda erudición
que le permite poner en escena un galop de
Lavignac para cuatro pianistas (echen la cuenta:
ocho manos) en un solo teclado, aparte de una no
tonal reunión de instrumentos en la Rengua de
Yves Claoué. La fórmula general no puede ser más
seductora: erudición, buen humor y solvencia técnica.
CYPRIEN KATSARIS: Rarezas para piano, vol. 2 (compositores
franceses contemporáneos)
Cyprien Katsaris, piano / PIANO 21 / Ref.: P21 037-N (1 CD)
D3
Un gran músico: Juli Garreta
Tritó ofrece, con la OBC y Miquel Ortega, dos excelentes novedades
sinfónicas que revelan al insuficientemente conocido autor catalán
Recuerdo un ya lejano concierto en los Lunes de
Radio Nacional que se celebraban allá por 1975 en
el auditorio de La Unión y el Fénix del Paseo de la
Castellana (hoy Mutua Madrileña). El pianista
José Ribera, residente por entonces en Suecia,
interpretó la muy extensa Sonata en do menor de
un compositor apenas conocido en Madrid, el catalán
Julio Garreta. El pianista, natural, como el
compositor, de Sant Feliu de Guíxols, había tocado
ya esta obra en Södertälje (ciudad sueca de unos
50.000 habitantes) y en Estocolmo, en 1973. Luego
la llevó a Copenhague, a Lausana, a Madrid (en el
concierto citado) y a París. Fue el primero en grabar
esta formidable sonata, que más tarde grabaría
en España el pianista Jordi Masó. Ribera
también tocó mucho por entonces, junto al violonchelista
danés Erling Blöndal Bengtsson, la
Sonata en Fa para violonchelo y piano, dedicada por
Garreta a Pablo Casals y que el gran maestro de
El Vendrell estrenó junto al pianista Blai Net. La
Orquesta Pau Casals fue la impulsora de algunas
obras sinfónicas de Garreta, de muy sólida factura,
como fruto que son de un músico de extraordinario
talento, recluido en el entonces limitado
clima cultural de una comarca gerundense como
L’Empordá (el Ampurdán), si bien resulta muy
exagerada aquella afirmación del gran Josep Pla,
emitida con el desconocimiento que suelen mostrar
–salvo raras excepciones– los intelectuales
españoles acerca de la música: “A Catalunya no
tenim música; quatre sardanes i quatre cançons
admirables, però res obert als quatre vents del
món”. Quizá no sabía que en el siglo XIX escribieron
música excelente Fernando Sor, Mateo Ferrer,
Martínez Imbert, Antonio Nicolau, Felipe Pedrell,
Juan Bautista Pujol, Ramon Carnicer, Francisco
Alió, Joaquin Malats, Enrique Granados, Isaac
Albeniz, Enrique Morera, etc, etc.
Ahora el sello Tritó lanza un disco de enorme
interés dedicado íntegramente a dos obras de
Juli Garreta para orquesta, Les illes Medes (Las islas
Medas) y las Impressions simfóniques. La primera
alude a los islotes que se levantan al frente de la playa
de El Estartit, visibles también desde el Montgrí.
Escrita para orquesta sinfónica, es la gran obra de
Andrés Ruiz Tarazona
su madurez, en la cual quiso poner a prueba el
dominio que había alcanzado en el plano sinfónico,
así como su inclinación hacia la música alemana,
con influencias o ecos de los dos grandes
“Richard”, Wagner y Strauss. El estreno de Les illes
Medes tuvo lugar en 1923 por la Orquesta Pau
Casals.
En cuanto a Impressions Sinfóniques, data de
1907, cuando aún no conocía Garreta a Pau Casals
y practicaba su oficio de relojero pero había escrito
algunas canciones y numerosas sardanas que le
habían procurado prestigio por todo el Ampurdán,
entre ellas Zaira, inspirada por un personaje de
L’alegria que passa de Rusiñol; y La filla del marxant,
título del dramaturgo Adriá Gual, al que también
pondría música en 1934 el gran Eduardo Toldrá,
admirador incondicional de Garreta. Éste ha sido
considerado uno de los mejores autores de sardanas,
junto a Morera y Toldrá, quien exclamaba
entusiasmado: “ricas de ideas y de color, exuberantes
de forma, de un contenido armónico denso,
picantes de ritmo… ¡qué alegría para el espíritu
escuchar el timbre silvestre de la cobla ampurdanesa
tocando sardanas de Garreta!”. Pues bien, en
las Impresiones sinfónicas hallamos al Garreta que
amó tanto su entorno del Ampurdán, el verdor de
los viñedos, la intensa luz y el color de cielo y mar
en el Mediterráneo. Como en la magnífica sardana
Juny, en las Impressions simfóniques el compositor
guixolenc ha sabido cantar con hondura y
poético lirismo las esencias de su tierra. Si Juny es
una sinfonía en pequeño, las Impresiones sinfónicas
para orquesta de cuerdas se podrían tomar como
una sinfonía pastoral cuyo último movimiento
desata un viento mistral sobre las masías de la costa
que bien prueba el genio de un músico vital,
directo, comunicador de belleza y emociones.
Ha sido una acierto inmenso recuperar estas
dos piezas ignoradas de Garreta, y convendría llevar
otra vez al disco la Pastoral para orquesta (que
tanto gustaba a Toldrà y gusta a Ros Marbà), o la
Sardana de la Sonata para piano orquestada por
Casals, el Scherzo (1918), la Suite en sol Ampurdanesa
(1921), el Preludio Mediterráneo (1918) o la sardana
para orquesta Nydia (1920). Editar y grabar a
quien, como dijo Francesc Pujol en La Veu de
Catalunya, es “una lástima inmensa que no haya
podido producir los frutos riquísimos que de él
cabía esperar”.
Las dos formidables composiciones que hoy
nos ocupan dan buena idea del muy alto nivel de
este músico que debemos adscribir plenamente al
“noucentisme” catalán. La versión de la Orquesta
Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña,
bajo la batuta de un experto maestro, Miquel
Ortega, ayuda a percibir a Garreta como el gran
compositor que fue.
JULI GARRETA (1875-1925): Les illes Medes; Impresiones sinfónicas
Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña.
Miquel Ortega, director / TRITO / Ref.: TD 0086 (1 CD) D10
40 di v e r di siglo XX
El serio y cachondo
Jean Françaix
Música de cámara
del autor francés en MDG
Pongámonos graves: Jean Françaix (léase, no más:
Francés) vivió entre 1912 y 1997, o sea que le tocaron
–léase en ambos sentido: tocar a la persona y
tocar su música y la de sus colegas–, a saber: dos
guerras mundiales, Hiroshima y Nagasaki, la caída
del muro de Berlín y las películas de la nouvelle
vague francesa. Vaya serie de calamidades. Ahora
bien: ¿qué puede hacer el ser humano, como obra
maestra de la Creación, si le tocan estas crueles probanzas,
más o menos comunes a todas las épocas,
salva sea la diferencia técnica en cuanto a la calidad
de las armas? Jean Françaix (léase traducido:
Juan Francés) opta por reírse, como nunca se rieron
los grandes redentores, desde Cristo y Buda
hasta Mahoma. Reírse hasta que se te salten las
lágrimas, si no, no vale la carcajada.
En estas tres jocundidades humedecidas por
las lágrimas de la meditación sentimental, o sea del
recogimiento pudoroso que protege nuestros
momentos más hondos, Françaix nos habla, si es
que la música habla, de su madurez, hasta de su
vejez: 1968/1977. Nos lo dice con ese exquisito
pudor instrumental y armónico que suelen tener
los músicos franceses. Por ejemplo, los aquí registrados:
un Octeto que es una orquesta de quita y
pon; un Quinteto que es un concertino para clarinete
y cuerdas; un Divertimento que es un concierto
de bolsillo –los pantalones suelen tener dos o
tres– para fagot y cuerdas. El pequeño formato es
decisivo porque Françaix se juega, casi siempre,
en esa estrictez del dispositivo camarístico donde
el compositor no puede excederse pero tampoco
quedarse corto porque entonces la brevedad equivale
a la escasez. Estricto, jocundo, capaz de reírse
hasta las lágrimas: el siglo XX.
JEAN FRANCAIX (1912-1997): Música de cámara
Blas Matamoro
Charis-Ensemble / MDG / Ref.: MDG 0300 (1 CD) D2
Enorme
Recital Bach-Britten-Ligeti por
Miklós Perényi para ECM
Pablo Batallán
Sea cual sea su programa, un disco de Miklós
Perényi, como un recital suyo en cualquier parte,
es algo que cualquier buen aficionado no debiera
perderse. El húngaro es uno de los grandes músicos
del presente en cualquier ámbito, un artista
que une a una técnica poderosa una extraordinaria
capacidad expresiva. Su presencia en escena
–tan tímida–, su anuncio entre las novedades discográficas
–tan poco habitual– hacen que quien
lo conoce lo espere con ansia y quien se sienta atraído
por un nombre que a veces pareciera sólo para
conocedores se sorprenda ante lo verdaderamente
inesperado. Dicho lo cual, el firmante de estas
líneas no necesita confesarse como devoto convicto
y confeso del arte de Perényi desde el primer
día que lo escuchó, probablemente acompañado a
la sazón –él, no yo– por un jovencísimo Zoltan
Kocsis en un variadillo de la firma Hungaroton. Y
si no lo fuera, bastaría este disco en el que, además,
se entrega a tres autores que, junto a Beethoven y
Kodály podrían catalogarse como su repertorio
de elección. Olvidémonos de que no se trata de
una integral Bach ni de una integral Britten sino
de dos muestras de cada uno –las suites Tercera y
Sexta respectivamente– que bastan para que nos
hagamos una idea más que suficiente de cuál es su
concepto del uno, del otro y de la suma de los dos.
Y es que el acercamiento es de ida y vuelta, porque
empezando a escuchar el disco por Bach o por
Britten el punto de encuentro es el mismo. Cada
uno, claro, con sus cosas, respetándolas el intérprete.
Sabiendo que en Britten hay una esencia dramática
vital, nuclear, que permite, nunca mejor
dicho, la vuelta de tuerca, como ha hecho hace
poco Daniel Müller-Schott en esta misma línea en
su grabación completa para la casa Orfeo. Y que
Bach es modernísimo y como tal puede tomarse.
La Sonata de Ligeti es algo más que un complemento
de ese par de cimas del violonchelo que en manos
de este grande entre los grandes son lo que son.
MIKLÓS PERÉNYI: Obras para violonchelo de Britten, J.S.
Bach y Ligeti
Miklós Perényi, violonchelo / ECM RECORDS / Ref.: ECM
2152 (1 CD) D1
Plegarias atendidas
Volumen 4º del ciclo de sinfonías
de Panufnik en CPO
Juan Manuel Viana
Compuesta en 1957 y revisada en 1966, la Sinfonía
Elegiaca de Panufnik –segunda de su catálogo–
toma prestado parte de su material sonoro de los
dos primeros movimientos de una obra anterior,
la llamada Sinfonía de la paz, una amplio tríptico
sinfónico-coral dado a conocer por el propio músico
en Varsovia, en la primavera de 1951. A pesar de
su inmediato éxito, y del cosechado en 1955 por
Stokowski con ocasión de su estreno americano,
Panufnik no quedó contento de una obra que consideraba
sometida en exceso a los dictados estéticos
del realismo socialista. La nueva obra –indica
su autor– “carece de programa literario pero, desde
un punto de vista emocional, expresa la tristeza
con respecto a las víctimas de la guerra y la
protesta contra la locura y la violencia, para concluir
con el lamento por los muertos y sus familias”.
La Sinfonía Sacra –tercera de las suyas y una
de las más conocidas– fue escrita por Panufnik en
1963 con ocasión de las celebraciones del milenario
de la cristianización y la independencia política
de Polonia. Las dimensiones patriótica y religiosa
sirven al músico para elaborar un discurso personal
y contrastado que utiliza como base la
Bogurodzica, canto gregoriano que constituye el
más antiguo himno en lengua polaca conocido,
“cantado en las iglesias como plegaria a la Virgen
María pero también, a modo de invocación, por los
caballeros polacos en los campos de batalla”.
Dividida en cuatro secciones encadenadas,
la Sinfonía nº 10 (1988) obedece a un encargo de
Solti y la Sinfónica de Chicago para el centenario
de la agrupación. Su concentrado discurso abunda
en pasajes de carácter meditativo que confluyen
en la emotiva plegaria del Adagio conclusivo.
En esta cuarta entrega, Lukasz Borowicz ha cambiado
a su habitual orquesta polaca por la berlinesa
Konzerthaus, nueva denominación (desde 2006)
de la veterana Sinfónica de Berlín que tan excelentemente
moldeara entre 1960 y 1977 su legendario
titular, el gran Kurt Sanderling.
ANDRZEJ PANUFNIK (1914-1991): Sacra (Obras sinfónicas,
vol. 4)
Konzerthausorchester Berlin. Lukasz Borowicz, director /
CPO / Ref.: 777683-2 (1 CD) D2
Y tú…
Una excepcional trilogía de obras
de Friedrich Cerha, en Kairos
Pese a la sombra del ciprés, la estética del compromiso
que ha venido practicando Friedrich Cerha
le sitúa ya en el olimpo de los supervivientes. Kairos
completa una trilogía excepcional dedicada al compositor
austríaco con un registro que tiene gestos
de documento esencial. Contiene dos primeras
lecturas: Und du… (1959-60) y Für K (1993), junto
a Verzeichnis (1969), todas bajo la dirección del
compositor junto a miembros de la ORF y al
Ensemble die reihe. Pero además tenemos entre
manos una manera de crear donde el auge y ensimismamiento
de las vanguardias logró tomar contacto
con una realidad angustiosa, reivindicativa y
brutal generando espacios de entendimiento.
Und du…, creación radiofónica en la mejor
tradición de las que se acunaron en Darmstadt, es
una obra maestra que va más allá de las balbucientes
resoluciones electrónicas, pues es capaz de vislumbrar
un universo denso y apocalíptico gracias
a un fresco sonoro que atrapa. Nos llega en la toma
de la emisión original de 1963, que lejos de ser una
rémora, aporta un halo memorable. Verzeichnis,
para coro a cuatro, no abandona la línea de trabajo
anterior. Un catálogo de brujas condenadas en
el siglo XVII sirve de comprometido hilo conductor
para un alarde de control de técnicas vocales y
espacios texturales resueltos sin sacrificar ni eludir
el compromiso emocional. Algo semejante
sucede con Für K, que, si bien es la más reciente,
no acusa esa desilusión estética del despertar de la
década de los ochenta y se desarrolla con brillantez.
La preocupación de Cerha por iluminar distintos
prismas desde episodios tímbricos
complejos, genera grandes esculturas sonoras que
se resuelven con tanta solidez, estructura e intencionalidad
sonora que sabe a música grande. La
trascendencia de la grabación es imponente y la presencia
del compositor en el atril la hace imprescindible.
siglos XX & XXI 212 / marzo 2012
Juan Francisco de Dios
FRIEDRICH CERHA (1926): Und du...; Verzeichnis; Für K
ORF Radio-Symphonieorchester Wien. Ensemble "die reihe".
ORF Chor. Erwin Ortner, director de coro. Friedrich Cerha,
director orquestal / KAIROS / Ref.: 0013182 KAI (1 CD) D1
El todo y el fragmento
Daniel Kawka homenajea a Boulez con tres piezas clave de los 80,
en Naïve
“No habrá más realidad que el fragmento, el todo
no es sino una ilusión sin cesar de renacer y sin
cesar de proseguir”. Reflexiones de Pierre Boulez
que vienen a propósito para ilustrar el carácter de
las obras que contiene este excepcional disco que
dirige con vigoroso pulso el director francés muy
vinculado a Boulez, Daniel Kawka, fundador en
1992 de su Ensemble Orchestral Contemporain y
entregado difusor de los lenguajes de la música de
hoy y que, dicho sea de paso, dirigió este mismo
programa en el monográfico Boulez que patrocinaron
la Fundación BBVA y el Auditorio Nacional
en noviembre de 2010.
Las tres obras, pertenecientes al periodo tardío de
Boulez, fueron grabadas en Montbrison, su ciudad
natal, poseen en común sus plantillas de cámara
restringidas y la ausencia de material electrónico;
sus lenguajes vienen derivados de escrituras canónicas
y heterofónicas, y por otro lado, todas ellas
llevan precisas dedicatorias a personas del entorno
del compositor. Las dos primeras, Mémoriale
y Dérive 1, rondan los seis minutos de duración,
mientras que Dérive 2 es un extenso y ambicioso
trabajo de 50 minutos objeto ya de varias revisiones.
Mémoriale (1985) está escrita para flauta solista y
ocho instrumentos, y en esta versión se prescinde
de la parte electrónica. El flautista Lawrence
Beauregard fue su destinatario debido al proyecto
de construcción en el IRCAM de una flauta con
capacidades informáticas. La pieza, subtitulada
(…explosante-fixe…, Originel), es una extensión
de la parte de flauta de la obra homónima de los
años 72-74 y mantiene un eco fúnebre por el músico
citado, por Stravinsky y asimismo Maderna.
En un bloque o nudo armónico de siete sonidos las
transposiciones se articulan sobre un eje de simetría,
produciéndose interrupciones alternativas.
Sin embargo, se desprende un tono ligero y transparente
de fantasía casi impresionista que recuerda
a Debussy.
Un año antes, creaba Boulez su Dérive 1 para seis
instrumentos sobre el modelo del Pierrot lunaire de
Schoenberg. Su título evoca el principio estructural
de derivación provocado por una cascada de
41
Manuel Luca de Tena
estructuras locales derivadas y dependientes de
una estructura global dada de seis sonidos, en este
caso derivados de las equivalencias alfabéticas del
nombre de Paul Sacher, célebre director de orquesta.
Las derivaciones en forma de trinos y arabescos
crecen a partir del sonido origen hasta la
saturación del espacio que queda en plena tensión
para a continuación ralentizarse paulatinamente y
reencontrar lentamente la sonoridad inicial.
Dérive 2 terminó estrenándose dos años después
de lo previsto en Milán, en junio de 1990. La intención
de Boulez era celebrar el 80º cumpleaños de
Elliott Carter y rendirle homenaje junto a la figura
de György Ligeti. Escrita para once instrumentos,
Dérive 2 es una obra muy abierta que presenta
una considerable complejidad formal, y de ahí proviene
el hecho de que haya sido revisada en 2001
y 2006. Su simétrica distribución instrumental
permite una amplísima serie de transformaciones,
combinaciones y variaciones que dan lugar a un largo
desarrollo en el que Boulez va adoptando a sus
criterios compositivos esquemas isorrítmicos prestados
de tanto de Carter como de Ligeti y que son
a su vez derivaciones del hoquetus medieval. Viaje,
por tanto, complejo, cuajado de figuras musicales
y articulaciones que se generan desde el bloque
colectivo y compacto hacia ramificaciones individuales
solistas en variadas trayectorias narrativas
de sinuosos melismas de continuidad sin fisuras que
culminan en una total transfiguración y reciclado
de la arquitectura inicial en la que los papeles instrumentales
terminan por intercambiarse. Perpetuo
fluir de fragmentos que conforman un todo monumental,
denso a pesar de su flexibilidad, que sin
duda demanda una atención y esfuerzo suplementarios
al oyente para llegar a percibir toda la acumulación
de pensamiento musical que Boulez nos
propone y que no parece sino una consecuencia de
planteamientos abiertos y apuntados ya en trabajos
pretéritos perpetuamente revisados en su concepto
de “work in progress”… Todo cambia sin
cesar.
PIERRE BOULEZ (1925): Mémoriale; Dérives 1 y 2
Fabrice Jünger, flauta. Ensemble Orchestral Contemporain.
Daniel Kawka, director / NAIVE / Ref.: MO 782183 (1 CD) D1
foto © Universal Edition, Eric Marinitsch
42 di v e r di entrevista
Muchas etiquetas se han aplicado para
describir la obra de Wolfgang Rihm
(Karlsruhe, Alemania, 13 de marzo de
1952), pero él defiende que la música de
calidad escapa a cualquier clasificación.
Al principio de su trayectoria, fue considerado
el enfant terrible de la música
germana, el joven de desmesurado talento
e impertinente frescura que se atrevió
a hacer lo que quería hacer. Para
muchos, una especie de hereje; para
otros cuantos, la salvación de la música
contemporánea europea. Demasiadas
expectativas para alguien que piensa
que el ímpetu creativo debe partir de la
auténtica necesidad del artista por hacer
lo que verdaderamente desee. Los ecos
de aquella época aún resuenan, a pesar
de que va a cumplir 60 años y es uno de
los compositores más consolidados del
panorama. Prueba de ello es que en este
azaroso año de celebración por su aniversario,
su obra se interpreta por todo
el mundo tanto en círculos especializados
en contemporánea, como, sobre
todo, en el gran circuito de música clásica.
El prolífico Wolfgang Rihm ha logrado
formar parte de un olimpo reservado
para unos pocos haciendo, sencillamente,
lo que deseaba.
Wolfgang Rihm
“En mis composiciones, pongo toda mi técnica y todo mi amor”
Diverdi entrevista al gran compositor alemán con motivo de su 60º aniversario
MARIA SANTACECILIA: No conduce, no tiene
ordenador ni internet, escribe sus partituras a
mano. ¿Se trata de una actitud política hacia la
vida? Al contrario que su maestro, Nono, o compatriotas
suyos como Lachenmann, su música no
parece guardar relación con la política…
WOLFGANG RIHM: Se trata de algo muy sencillo.
Escribo más rápido a mano, porque nunca
aprendí a manejarme con el teclado. Internet me
intriga, pero no tengo tiempo para navegar.
Tampoco aprendí a conducir, pero no lo echo de
menos. No creo que se trate de una cuestión política.
Y, desde luego, tampoco hay política en mi
música, excepto, quizá, en el hecho de que el arte
es un asunto radicalmente individual, cuyo punto
de partida y llegada es la libertad humana.
M.S.: Es usted un creador muy prolífico. ¿Espera
un compositor de hoy que sus obras se incluyan en
el canon de obras maestras de la Historia de la
Música? ¿Qué opinión le merecen estos cánones?
W.R.: Seguramente, Schubert se levantó una mañana
de la cama y se dijo: “hoy comienzo mi
“Incompleta”…Los cánones, en su gran mayoría,
han sido elaborados por personas que no han hecho
otra cosa en su vida que redactar cánones. Cada
cual según sus capacidades. Si pensamos en todo
aquello que en el arte ha sido canónico, después
olvidado, después nuevamente canónico y vuelto
a caer en el olvido, puede ser un ejercicio mareante.
Creo que lo antiguo no debiera volverse anticuado.
Escalofriante, ¿no le parece?
María Santacecilia
M.S.: Serenidad, violencia, humor, tradición,
modernidad…En su música conviven estilos, caracteres,
técnicas muy distintas. ¿Es ecléctica también
su personalidad?
W.R.: Quizás. Pero pienso que todos somos así,
“seres complejos”. Una cosa es cierta: no se puede
decidir deliberadamente ser ecléctico en el arte.
No funciona, especialmente si uno no es ecléctico
de verdad. Y es imposible determinar sobre uno
mismo si se tiene o no se tiene esa cualidad.
Dejemos que sean otros quienes lo decidan.
M.S.: ¿Cree que las duras críticas que ha recibido
a lo largo de su carrera pueden deberse en parte a
toda esa diversidad? Resulta incómodo no poder
etiquetar fácilmente a alguien y ello puede provocar
críticas más agrias…
W.R.: La crítica –esto es, la diferenciación– es un
arte. Hasta ahora, siempre he aprendido algo de
cada cosa que se ha escrito sobre mi obra. En su
momento, di muchas vueltas en mi interior a algunos
comentarios incorrectos e injustos que se dijeron
sobre mí. Después, fui capaz de desarrollar
un contrapeso interno que me fortaleció.
Podríamos llamarlo una especie de “actitud positiva”.
Pero eso no significa que los furibundos ataques
que recibí –sobre todo al principio–, no me
confundieran y me dejasen deprimido. A pesar de
ellos, supe que debía perseverar. Además, artistas
verdaderamente importantes me animaron para
seguir adelante con mi propio camino.
M.S. Una de las críticas afirma que su obra es
demasiado expresiva para ser alemana y demasiado
compleja para ser finlandesa. ¿La música tiene
nacionalidad?
W.R.: Para describir la música, suelo utilizar la
expresión “el lugar extraño que hay dentro de nosotros”.
Mi experiencia me dicta que, cuanto más
tratamos de ubicar la música utilizando palabras
y conceptos, más nos damos cuenta de que es un
fenómeno que escapa a toda aproximación lingüística.
Creo que la música, aunque sea de forma
fugaz, juega un papel decisivo tanto en Alemania
como en Finlandia.
M.S.: ¿Podría describir aquella situación del principio
de su carrera, cuando se criticó su música
con vehemencia?
W.R.: Mmmmmm…Eso suena como si tuviera
que contar mis emocionantes escaramuzas juveniles
en una reunión de veteranos…Creo que mucha
gente se molestó entonces –hace ya casi 40 años–
por el hecho de que yo escribía el tipo de música
que a ellos les hubiera gustado hacer, pero no se
atrevían porque estaba prohibido en Darmstadt,
etc…Yo empecé a acudir allí en 1970. En aquel
momento, nada estaba prohibido, pero muchos
“Para describir la
música, suelo utilizar la
expresión ‘el lugar
extraño que hay dentro
de nosotros’.”
estaban ansiosos por plegarse, por subordinarse,
y aquella actitud me sorprendía. Cuando
Stockhausen carraspeaba, los demás también lo
hacían. Y así continuó la cosa. Es fácil señalar los
nombres de aquellos que vinieron después carraspeando
y los de quienes los imitaron. Stockhausen
me escribió entonces: “sigue por entero tu voz
interior”. En aquella fase temprana, él fue uno de
los que me animó, aunque no tengo dudas de que
lo que yo hacía no le entusiasmaba. La fortaleza
artística de Stockhausen ha sido edificante en mi
vida.
M.S.: Su música se oponía entonces a lo establecido.
Ahora usted forma parte del “establishment”
y, sin embargo, los jóvenes no se oponen a lo que
usted escribe. Incluso pudiera usted ser considerado
un ejemplo para quienes se decantan por la
vía de la expresividad. ¿Cree que el hecho de ir en
contra de algo desvirtúa la verdadera voz de un
compositor?
W.R.: No hay nada de malo en oponerse a lo establecido,
al menos en una fase inicial. De hecho,
sirve para consolidarse. Y ayuda a consolidarse al
propio establishment, no solo a la moda imperante
en el momento. En el pasado, los compositores
gustaban de justificar su obra aludiendo a la “necesidad
histórica” y actuando en consecuencia, como
si tal argumento pudiera de inmediato identificarse
con su música. Cada cual cuenta con su propia
experiencia. Es un placer escuchar lo que hacen
ahora los compositores alemanes que nacieron
alrededor de 1970: Enno Poppe, Jörg Widmann,
Matthias Pintscher... Todos ellos deben romper el
“caparazón” de su tiempo, y no solo para ser tomados
en cuenta; en realidad, el ímpetu por crear
algo artístico debiera partir de la auténtica necesidad
del artista por hacer lo que verdaderamente
desee. Los compositores de hoy día no andan a
tientas poniendo poses mientras tratan de escribir
música de calidad. Eso suena más simple de lo
que en realidad es, porque la calidad en la música
no solo reside en escribir todo de forma “correcta”,
sino en crear algo que no se pueda clasificar
fácilmente. Pero en cuanto el artista trata deliberadamente
de escribir música de difícil clasificación,
ya ha perdido la batalla. Sin embargo, el
verdadero talento acaba venciendo; siempre ha
sucedido así.
M.S. ¿Cómo se relaciona su pensamiento con el de
su maestro, Klaus Huber?
W.R. ¿Cómo se aprende de un maestro? Siempre
de forma dual, sin duda. Absorbemos cosas al mismo
tiempo que criticamos de forma creativa. De
esa manera nos acercamos también a la música
del pasado: el proceso de disolución y remodelación
es el mismo. En el magisterio de Huber, el
eclecticismo y las implicaciones históricas del material
sonoro tenían gran importancia. De hecho, yo
entrevista 212 / marzo 2012
quería integrar esas implicaciones en mis obras,
pero solo hasta el punto en que el resultado sonoro
fuera distinto. La totalidad a veces sobrecarga
y daña el proceso. En cambio, las zonas difusas
pueden transformarse en sugerentes sombras grises.
¿Ve usted? No se trata de una cuestión de
material “nuevo” o “viejo”, sino de modos de proceder.
M.S.: ¿Cómo describiría entonces su relación con
la tradición musical? ¿Y su relación con otras artes,
como la literatura o la pintura? Hace unos meses
murió Cy Twombly, uno de sus referentes…
W.R.: El modo en que Cy Twombly incluyó la tradición
y la historia en sus obras es muy notable. La
literatura como portadora de historia se nos revela
bajo la apariencia de un nombre que funciona
como una fórmula mágica, como si se tratara de
“En eso consiste la
libertad musical:
independencia de
sistemas y
adiestramiento en el
arte de la percepción.”
una membrana sobre la que resuenan los sedimentos
de la historia. A veces, Nono pronunciaba nombres
de poetas y filósofos, sencillamente decía sus
nombres, así: “Wittgenstein”, “Hölderlin”, sin añadir
una palabra más. No se trataba de evocar sus
textos, sino de pronunciar nombres mágicos, como
los de las pinturas de Twombly. Como los círculos
concéntricos al arrojar una piedra al agua, una
especie de conjuro, de encantamiento…
M.S.: Se le describe como posmoderno. ¿Está de
acuerdo con esa etiqueta? Y, en general ¿está de
acuerdo con las etiquetas? Usted, que habla a menudo
sobre su propia música, estará acostumbrado
a servirse de ellas.
W.R.: El término “posmoderno” no es objetivo.
A veces se utiliza como un elogio, otras como una
crítica, dependiendo de quién lo utilice. Por otra
parte, me resultan indiferentes las etiquetas que
se apliquen para describir mi obra. Las palabras
no deben ocupar el primer plano.
Lamentablemente, suelen cobrar demasiado protagonismo,
quizá porque son una vía de escape
para no tener que experimentar la propia obra de
arte, ya que eso es algo que requiere tanta energía
como talento. Cuando yo mismo hablo sobre mi
obra, lo hago a desgana, muchas veces porque no
43
sé decir que no si se me pide con amabilidad. En
consecuencia, mis comentarios pueden resultar
superficiales, sobre todo si los comparamos con
mis composiciones, en las que pongo toda mi técnica
y todo mi amor. Normalmente, no suelo quedar
satisfecho con mis palabras, especialmente
cuando se me pregunta por algo que dije sobre
una obra 25 años después de escribirla. Entonces
pienso: “¡ojalá me hubiera callado!” Aunque quizá
hubiera sido inútil, porque el silencio suele
interpretarse como la más interesante de las declaraciones.
En general, diría que mis obras son los
mejores comentarios de mi música.
M.S.: En su libro Offene Enden (2002), (Extremos
abiertos), expone sus pensamientos sobre música
contemporánea. En él habla sobre la libertad musical,
mencionando a compositores como Busoni y
a Varèse. ¿En qué consiste esa libertad?
W.R.: Ese libro es otra vía para canalizar mi energía
creativa, pero nadie debiera tomarlo como si se
tratara de la verdad absoluta y, desde luego, no
como un sustituto de lo más importante para mí:
mis composiciones. Creo que todo el mundo sabe
que no ha de “tragarse” mi libro para disfrutar de
mi música. ¿Disfrutar? Sí, he dicho “disfrutar”.
He ideado un tipo de experiencia holística, en la que
no es necesario prescindir de ninguna capacidad
humana en favor de otra. De la emoción, por ejemplo.
Solo ahí se puede encontrar la libertad. En
eso consiste la libertad musical: independencia de
sistemas y adiestramiento en el arte de la percepción.
Pero eso no es necesario estipularlo de forma
especial hoy día. Hace 35 años era diferente.
M.S. Gérard Mortier, actual director artístico del
Teatro Real de Madrid, ha programado su ópera
Die Eroberung von Mexico (La conquista de México)
para inaugurar la temporada 2013-14, en parte porque
se trata de una obra de tema español, aunque
los españoles, –por razones evidentes–, no salimos
muy bien parados…
W.R.: Mi interés al componer la ópera no era ni el
tema español ni el azteca, sino el texto de Artaud:
un encuentro entre dos civilizaciones en el que no
hay ni buenos ni malos. Los invasores provienen
de un sistema que se expande, mientras que los
“conquistados” están al borde de la implosión. Hay
personajes negativos y positivos en ambos bandos.
Todo está dominado por el principio fundamental
de dualidad humana: lo masculino y lo
femenino, con un tercer género entre ambos: el
que Artaud denominó “neutro”. Espero que se
haga una hermosa interpretación de La conquista
de México.
todo wolfgang rihm en
44 di v e r di siglos XX & XXI
Hacia un romanticismo lacónico
Obras para violín y piano de Wolfgang Rihm a cargo de Andreas Seidel y Steffen Schleiermacher, en MDG
Parece que el 60º cumpleaños de Wolfgang Rihm,
este 13 de marzo, no ha propiciado el aluvión de lanzamientos
propio de otras ocasiones, y ello pese
a que no hubiera sido mala idea simplemente editar
alguna recopilación como guía de escucha o
introducción a la copiosísima y muy interrelacionada
obra del compositor alemán. Sea como fuere,
el sello MDG se presenta en esta algo deslucida
fiesta de aniversario con un “detalle”, un compacto
que reúne la casi totalidad de la producción para
violín y piano de Rihm. Repertorio reducido –apenas
tres piezas concentradas entre 1992 y 1994– del
que existía ya una notable versión discográfica
registrada para CPO, pronto hará una década, por
el violinista Ulf Hoelscher y el pianista Siegfried
Mauser, dedicatario éste de dos de las composiciones.
Y, no obstante, las presentes lecturas a cargo
de Andreas Seidel y Steffen Schleiermacher resultan
bienvenidas por su modélica claridad expositiva,
como en Antlitz (1992/93) y voluntad de
consignar inadvertidos planos sonoros, nuevas
conexiones armónicas y desatendidas configuraciones
cromáticas en estas obras que, entendidas
a veces como meras derivaciones de otros trabajos,
constituyen, con todo, un corpus tan riguroso
como significativo y atrayente. Seidel es además
un violinista de marcada musicalidad, con un fraseo
capaz de combinar una ingravidez casi extática
y el más patente carácter matérico, como ilustra
inmejorablemente Phantom und Eskapade
(1993/94), mientras el piano de Schleiermacher,
templado durante años en la interpretación de un
Javier Palacio
universo tímbrico tan exigente como el de Cage,
se revela siempre atento al valor expresivo de cada
nota, de cada silencio, de cada vacío. Como contrapartida
cabe advertir a veces cierta búsqueda
del efecto teclístico inmediato en detrimento del
desarrollo general, lo cual no resulta óbice para
que Schleiermacher entregue un Nachstudie
(1992/94) para piano solo de concepción analítica
y al mismo tiempo de incontestable fluidez, con
un exquisito balance tonal y dinámico.
Las versiones aquí propuestas suponen por
tanto buenos ejemplos de la actualidad de una poética
que se desarrolla entre los polos de lo conciso
y lo vertiginoso, una estética que aporta a la
contemporaneidad un potente pulso expresivo
evocador, por gestos y procedimientos, del romanticismo,
aunque de un romanticismo, eso sí, otro
y en cierto modo más lacónico que melancólico.
WOLFGANG RIHM (1952): Obras para violín y piano
Andreas Seidel, violín. Steffen Schleiermacher, piano / MDG
/ Ref.: MDG 1672 (1 CD) D2
wo l f ga n g r i h m e n d i ve r d i
0012072 kai 0012122 kai 0012372 kai 0012892 kai 0012952 kai 6623-2
6677-2 93.263 98.397 neos 10721
neos 10817 neos 11032 neos 10717 win 910178-2 wwe 31883 wwe 50501
Volver a empezar
Penderecki dirige su Sinfonía nº 4
en un directo polaco de 2010
siglos XX & XXI 212 / marzo 2012
David Rodríguez Cerdán
Penderecki ha tenido que aguantar durante años
los desplantes de un sector de la crítica que no le
perdona su batida en retirada de la vanguardia.
Hasta algunos ultras han proclamado que el oficio
de compositor le viene grande. A los segundos no
hay que hacerles mucho caso, pero a los primeros
conviene reorientarles hacia la palabra del propio
Penderecki, quien no se cansará de repetir que tras
reventar no pocas cuerdas de violín y cajas de resonancia
con los modernismos que fraguó en la época
de la Trenodia y los Polymorphia, acabó dándose
cuenta de que por ese camino no había nada más
que hacer. Así que no tardó el compositor en soltar
el ariete y aparcar la bola de demolición para
seguir su marcha por caminos ya desbrozados. En
la Cuarta de 1989 nos encontramos al Penderecki
neo-bruckneriano o neo-mahleriano de la época
de síntesis; un Penderecki menor, en este caso,
porque a la obra le sobra quejumbre y le faltan
argumentos. No obstante, en el movimiento como
de mole reptiliana que tienen sus páginas, animadas
con un andante en contrapunto angular y una
armonía cromática bastante primitiva (la buscada
claritas de su estilo último), advertimos a un sinfonista
que sabe conducirse como nadie en el modo
menor y pintarnos con una frase de madera sola
un mundo desolado salpicado de osarios y catafalcos,
como ésos que soñaba Zdzislaw Beksinski, y
que podemos vislumbrar vívidamente en el recitativo
del fagot y la trompa en Tempo I sobre el olear
de los chelos o en el fugato para contrabajos y
rota-toms del Allegro. Aprobado raspado para este
directo de 2010 dirigido por el propio autor al frente
de la Sinfonía Iuventus: a los ataques les falta
entereza y al empaste una pizca de cemento para
autentificar la granítica sonoridad de la obra. Y si
no, que se lo pregunten a Antoni Wit, que de dirigir
polacos sabe un rato.
KRZYSZTOF PENDERECKI (1933): Sinfonía nº 4 "Adagio"
The Polish Sinfonia Iuventus Orchestra. Krzysztof
Penderecki, director / DUX / Ref.: DUX 0822 (1 CD) D2
La belleza tiene más nombres
Cántico del Sol y La lira de Orfeo, dos obras de Sofía Gubaidulina
por Nicolas Alstaedt y Gidon Kremer, respectivamente, en ECM
Es casi imposible no sentir cierta sensación de
deuda con la compositora ruso-tártara Sofia
Gubaidulina (1931). Me la imagino vestida de hombre
rana, buceando en las profundidades submarinas
de la música de hoy, de las que a menudo
extrae tesoros algo extraños a nuestro tiempo,
mientras tantos colegas de pedante envoltorio vuelven
una y otra vez a las playas de vacío. ¿Qué procedimientos
emplea esta leona mística de mirada
abarcadora para tener un catálogo amazónico, en
el que apenas hay texto poético, serie matemática
o inusitada fuente de inspiración que no haya acompañado
alguna vez codo con codo a sus aletas
incansables? O por decirlo sin cansinas metáforas,
¿cómo puede esta humilde burra del Señor
sostener tanta carga musical en sus hombros sólo
medianamente recios?
Gubaidulina es una artista seria, intuitiva y
paciente, que defiende el arte como misión casi
salvífica y cree en la comunión artística con el
público. Si no fuera exagerado postularlo de cualquiera,
cabría afirmar que su fluidez todo lo engloba
y para despabilarla se vale de textos místicos,
germánicos, egipcios, eucarísticos, eslavos, latinos
y en latín, siendo el suyo un corpus oceánico
y transoceánico. Pero que sea seria no quiere decir
que nunca tenga humor; a veces su obra lo tiene y
mucho. Un ejemplo es Rumore e silenzio, de 1974,
para clave y percusión, que se sigue como una
pequeña pieza teatral en la que dos instrumentistas
se enzarzan en un desigual combate, se amenazan,
casi se insultan, al tiempo que nos ofrecen
una música refinada y original.
Obsesionada por la belleza como un orden
oculto que hay que descifrar, los enigmas constructivos
y la potestad que pueden tener las formas
de ordenar el caos, se emplea con fuerza en la doma
de los materiales que serán sus obras. Los sopesa,
calibra y ausculta muy de cerca, trabando entre
ellos relaciones únicas, nada uniformes, casi infinitamente
variadas. Una de sus grandes fuentes
son las matemáticas. Soy lego en ellas; poco hablaré.
Sin embargo, urge decir algo sobre una suerte
de estilema en aquellos de sus frutos en los que se
sirve de la llamada proporción áurea. Ella no es la
45
Joaquín Martín de Sagarmínaga
única autora que ha apelado a las sucesiones de
Fibonacci para lograr equilibrios partiendo de ciertas
combinaciones numéricas. Ya Bartók, y no fue
el primero, roza tal proporción en momentos de
Música para arcos, percusión y celesta, una de sus
obras maestras y tal vez la mejor escrita nunca
para esta última. Como en Gubaidulina, lo que el
oyente percibe es un incremento de la expresividad
en diversos puntos de la obra, con independencia
de que conozca o no el secreto de su cocinado o la
extensa cultura del cocinero.
En la numérica Lira de Orfeo (2006), telonera
del álbum, llamará su atención la infrecuencia
de las formaciones instrumentales, otra característica
de su autora. Esta obra es para violín, percusión
y orquesta de cuerda y le viene cual anillo al
anular a un heterodoxo como Gidon Kremer quien,
como a veces los demás músicos, emplea un sonido
muy adelgazado no sólo en armónicos, lógicamente,
sino también en ataques sul ponticello,
inflexiones... Asimismo, cosa delicada, encontramos
una pulida sección en pizzicati. Kremerata
Baltica, un nombre que parece una de esas bobadas
de Sagarmínaga, bordó análogos repertorios
en el Festival de Lockenhaus, durante los áureos
dos lustros y medio en que el buen Gidon fue su
factótum. Mejor obra, el Cántico del Sol (1997)
para violonchelo, coro de cámara, percusión y
celesta, está dedicada a Rostropovich, un compañero
de viaje espiritual. En sí misma, la parte de
cello que defiende Nicolas Alstaedt es excelente,
pero la obra trasciende mucho su canto alargado,
parejo al de un cisne. Es una loa en cuatro partes
al Creador y algunas de sus muestras, sobre un
texto del poverello de Asís, lo que a más de uno
irritará. Pero se trata de música indagadora y por
momentos grandiosa, como en esa glorificación
que es su segunda parte, una celeste barahúnda de
infrecuente belleza, con coros raudos, nunca convencionales,
que glorifican los cuatro elementos primigenios,
como hace Tarkovski al final de Sacrificio,
aunque preservando mejor una ambigüedad simbólica
que en la partitura no se da. Glorificación de
la vida es el tercer segmento, y en él asistimos a una
visión que no rehuye sus propios acentos mortecinos,
incluso pesantes, y que se prolonga en el
cuarto a través de una larga e insistente sonoridad
que parece hendir el infinito y luego traspasarlo con
su silencio.
SOFIA GUBAIDULINA (1931): The Lyre of Orpheus; The
Canticle of the Sun
Gidon Kremer, violin. Marta Sudraba, violonchelo. Nicolas
Altstaedt, violonchelo. Andrei Pushkarev y Rihards Zalupe,
percusión. Rotislav Krimer, celesta. Kremerata Baltica. Riga
Chamber Choir. Maris Sirmais, director / ECM RECORDS /
Ref.: ECM 2256 (1 CD) D1
46 di v e r di siglos XX & XXI
Entregado a su tiempo
Voro García dirige a Espai Sonor
en cuatro de sus propias obras
Germán Gan Quesada
Es Voro García (Sueca, 1970) una de las figuras más
inquietas del panorama musical español reciente:
compositor y director del ensemble Espai Sonor, con
el que ha dado vida a nuevos repertorios en numerosos
festivales y ciclos de creación actual, y fundador
de la Mostra Sonora de Sueca, que
anualmente –este 2012 se llegará a la décima edición–
concita el interés del no tan improbable melómano
contemporáneo.
De los frutos de dos de estas facetas da cuenta
este registro, que revela la construcción de una
voz personal modelada, en sus inicios, por el magisterio
de Mauricio Sotelo: evidente en la composición
más antigua, Cuando la luz de ese día (2004),
en que el carácter de los procesos de acumulación
y disolución sonoras, la atención al ataque de cada
gesto musical y la tímbrica de resonancias profundas
–en el registro grave del fagot o en el despliegue
armónico del piano– prolongan rastros de la
poética soteliana, llevada, en busca de una mayor
sugerencia, hacia fronteras menos definidas en el
quinteto Territoris de la memòria, dos años posterior.
Dos obras fechadas en 2008 completan el disco
y señalan el camino más propio de García: Nada
queda al despertar, de una expresividad por momentos
turbulenta, continua exploración de registros
y técnicas instrumentales (slaps, multifónicos del
saxofón) y deducción, a partir de un rico magma
sonoro, de estructuras formales claramente perceptibles...
rasgos que, incorporada la percusión,
cobran aún mayor relieve en Sombra del recuerdo,
en que la referencia implícita a la poesía de Miguel
Hernández –como motto encriptado en la partitura
instrumental– abre espacios de sentido explorados
por el compositor de Sueca en composiciones
más recientes, caso de El rayo que no cesa (Memoria
de ausencias) (2009) o Hijo de la luz y de la sombra
(2010). Jalones de una trayectoria que apenas ya si
precisa confirmación...
VORO GARCÍA: Sombra del recuerdo (obras para ensemble)
Ensemble Espai Sonor. Voro García, director / STRADIVA-
RIUS / Ref.: STR 33894 (1 CD) D2
Diálogo mediterráneo
Espai Sonor propone tres obras
del italiano Aureliano Cattaneo
Germán Gan Quesada
De su Lombardía natal a su actual residencia en
Madrid, tras un paso por París para completar su
formación, en la última década Aureliano Cattaneo
(Codogno Lodi, 1974) se ha incorporado con fuerza
a la escena musical española, como indica su
presencia habitual en nuestros auditorios, y cobrado
una dimensión internacional que refrenda, por
ejemplo, su anunciada presencia en el próximo festival
de Donaueschingen de este 2012.
Es uno de los conjuntos más cercanos al compositor
en estos años, el ensemble valenciano Espai
Sonor de Voro García, quien nos ofrece en
Stradivarius una muestra de su producción de
cámara, que interpreta con plena convicción y
conocimiento; de hecho, tanto el Concertino (2001)
como el Trío (2001/02) fueron estrenados en nuestro
país en la Mostra de música contemporánea que
el grupo desarrolla anualmente en Sueca.
Si en la primera, Cattaneo exhibe su capacidad
para la construcción de entornos melódicos seductores
–ya en el trombón solista de Carlos Gil, ya en
su diálogo con flauta u oboe– y para el trazo formal
detallado, en el Trío, defendido con su habitual solvencia
por Esteban Algora en su parte de acordeón,
se asoma a una gestualidad del material más
poderosa, casi expresionista en sus perfiles, de procesos
dinámicos y rítmicos más contundentes.
Cierra la propuesta Trazos (2007), en que Petra
Hoffmann desgrana una serie de poemas del Siglo
de Oro con timbre ajustado y meritoria labor fonética;
Góngora, Baltasar del Alcázar o Hurtado de
Mendoza se pasean por unas páginas ‘nocturnas’,
que estiran la escritura vocal hacia zonas más fragmentadas
(“Sorda hija del mar”) o dramáticas (el
soneto cervantino “Afuera el fuego”), trayendo a la
memoria –como indica Russomanno en sus notas–
los universos de Kurtág o Sciarrino o, entre nosotros,
el Luis de Pablo de Tarde de poetas: adecuados
referentes para una música de necesaria escucha.
AURELIANO CATTANEO: Trazos; Trío; Concertino
Petra Hoffmann, soprano. Carlos Gil, trombón. Ensemble
Espai Sonor. Voro García, director / STRADIVARIUS / Ref.:
STR 33893 (1 CD) D2
Una orquesta
comprometida
La Orquesta de Cadaqués y su
Concurso de Dirección
María Palacios
Siempre es interesante destacar proyectos novedosos,
distintos y que apoyen la joven creación e interpretación
musical. Este es el caso de la Orquesta
de Cadaqués con su Concurso Internacional de
Dirección para jóvenes, que lleva activo desde 1992.
El concurso, además de fomentar la visibilidad de
nuevos directores de orquesta, también encarga
en cada edición una obra a un compositor vivo.
Fruto de esa actividad es el disco que nos presenta
el sello Tritó en esta cuidada edición.
Nada más abrir el librito que acompaña al
CD nos encontramos con una foto de la Orquesta
de Cadaqués. Nos presenta una orquesta distinta,
fresca, con los músicos sonrientes y mostrando
sus instrumentos en alto. Ciertamente la ropa sigue
siendo el habitual frac con pajarita blanca para
ellos y vestidos negros para ellas, pero el aire general
que se respira a través de las actitudes de sus
intérpretes es bastante más fresco y jovial que el
que desprenden fotos más tradicionales. Que esta
foto sea lo primero que aparece al entrar en el disco
no es anecdótico: la orquesta y su actividad es
el principal motor de este trabajo. Y el resultado
no puede ser más sobresaliente.
Abre el disco la obra escrita por Montsalvatge
para el primero de los concurso, Sortilegis (1992);
seguida por Pantonal, de Joan Guinjoan (1998);
Passacaglia, de Leonardo Balada (2000); Elephant
skin, de Jesús Rueda (2002); Movimiento, de Jesús
Torres (2004); Ttakun, de Ramón Lazkano (2006);
y Cap de Quero, de David del Puerto (2008).
Estamos por tanto ante un panorama bastante
completo de parte de la creación sinfónica española
(desde Montsalvatge hasta Lazkano) por la que
apuesta directamente esta agrupación musical.
Los directores que aparecen en esta grabación son
Gianandrea Noseda (actual director titular de la
orquesta), Sir Neville Marriner, Pablo González
y Michal Nesterowicz.
ORQUESTA DE CADAQUÉS: Competición Internacional de
Dirección (obras de Montsalvatge, Guinjoan, Balada, Rueda,
Torres, Lazkano y Del Puerto)
Orquesta de Cadaqués. Dirs.: Sir Neville Marriner,
Gianandrea Noseda, Michal Nesterowicz y Pablo González /
TRITO / Ref.: TD 0066 (1 CD) D10
Piazzolla insiste
y se queda
Sus Cuatro estaciones porteñas y
otras obras, en Stradivarius
Años suficientes cuento como para recordar el desasosiego
que produjo el arte de Astor Piazzolla en la
Buenos Aires de los años cincuenta del pasado siglo,
a su vuelta de París tras estudiar con Nadia
Boulanger. No gustaba a los tangueros por ser repipi
y no gustaba a los repipis por ser tanguero. Con
los años, se inventó un público y dio vueltas al mundo.
La prueba es que, a varias décadas de su muerte,
hay piazzollistas por todas partes y este trío
italiano lo prueba una vez más.
Aparte de su calidad intrínseca y, en especial,
su rica sonoridad tímbrica, el trío trabaja con arreglos
propios, lo cual encaja perfectamente con la
propuesta piazzolliana. En efecto, Astor introdujo
en el tango la libertad de duraciones y el gusto jazzístico
por la variación, lo cual le permitió alternar
con músicos de otras zonas como Jerry Mulligan.
Aquí cabe destacar que, junto al piano y el violín, integrantes
de la orquesta típica tanguera, aparece el
violonchelo, que muy esporádicamente y como relleno
tímbrico utilizaron contados músicos del tango
(Fresedo y Troilo, por ejemplo). Sin embargo –y en
memoria de José Bragato, violonchelista que sí tangueó
lo suyo– aquí aparece su colega Orabona y
pasa al frente con sus meditativos cantos y su oscuridad
tímbrica. Y así redescubrimos este instrumento
como parte de las llamadas “orquestas
típicas”. Su talante luctuoso, de una meditada voluptuosidad,
le va que ni pintado al tango.
En el programa hay algunas de las más memorables
páginas piazzollianas, como Las cuatro estaciones
porteñas, Milonga del ángel, Chau París y la
dedicada al pintor Georges Bracque, Marrón y azul.
El hecho de que los intérpretes sean italianos contiene
un valor añadido, ya que Buenos Aires es una
ciudad de caudalosa inmigración peninsular –sin
olvidar a nuestra ibérica, me refiero ahora a la bota–
y el melodismo sensual y algo lamentoso del tango
armoniza –diría que sanguíneamente– con estos
tres excelentes músicos italianos del Trío Artelli.
siglos XX & XXI 212 / marzo 2012
Blas Matamoro
ASTOR PIAZZOLLA (1921-1992): Cuatro estaciones porteñas
y otras obras
Trio Artelli / STRADIVARIUS / Ref.: STR 33913 (1 CD) D2
El contrapunto vive
25 Fugas del compositor neobarroco Pablo Queipo de Llano por el
Ensemble Fisarchi, en la nueva colección Experience de Enchiriadis
Una aventura retrógada. Así califica el propio Pablo
Queipo de Llano (Bilbao, 1971) su experiencia
como compositor neobarroco, alimentada, es
obvio, por su trabajo como musicólogo, que en los
últimos años ha dado para el melómano frutos de
enorme interés, como su extraordinario estudio de
la música instrumental de Vivaldi, El furor del Prete
Rosso, que publicó la Fundación Scherzo, o sus
reconstrucciones de conciertos del mismo maestro
veneciano, que han sido grabados con éxito
por conjuntos de primerísimo nivel mundial. Fijado
con claridad su interés, la música clásica occidental
de entre 1710 y 1750, y muy especialmente, la
escrita por músicos italianos, Queipo de Llano se
atrevió a dar el siguiente paso: si tanto disfrutaba
escuchando y estudiando este tipo de música, por
qué no escribirla.
No cabe duda de que asumir este reto suponía
arrumbar viejos prejuicios sobre el zeitgeist, el
deber del artista con su tiempo y otras zarandajas
por el estilo. Un proceso de convencimiento que
él resume de forma contundente en sus notas al presente
CD: “Mi música, nuestra música no es la de
nuestro tiempo, sino […] la de nuestro corazón”. La
existencia de una asociación internacional de compositores
neobarrocos (Vox Saeculorum), de la
que forman parte gente como Michael Talbot o
Federico Maria Sardelli debió de servir de indudable
ayuda a la hora de afrontar sus primeros trabajos,
que incluyen ya más de una docena de
conciertos y 38 fugas para cuerdas y continuo de
las que este CD de Enchiriadis ofrece ahora 25.
Se trata de obras escritas en el estilo contrapuntístico
que cultivaron los maestros italianos en
la primera mitad del siglo XVIII. Vivaldi, Torelli,
Albinoni, Bonporti o los Marcello están detrás de
estas piezas, que se organizan según un esquema
armónico, rítmico y melódico absolutamente clásico
y fundamentado en una ciencia perfectamente
asentada: es decir, no nos encontramos ante el
trabajo de un imitador de melodías más o menos
chapucero o afortunado, sino ante la labor de
alguien que ha integrado en su mundo interior hasta
tal punto ese lenguaje que estas fugas se convierten
en su forma de expresión más natural, y esa
47
Pablo J. Vayón
“¿Qué hay en este
trabajo que pueda
atraer al público de
nuestros días,
conocedor del gran
repertorio barroco? La
música. Así de
sencillo.”
franqueza se aprecia de forma directa a través del
segundo aspecto por el que destacan las obras: la
retórica. En efecto, cada pieza lleva un título que
refleja su carácter particular: así en Poseidón se
evoca al dios emergiendo de las aguas; en Prometeo
al titán sometido a su duro cautiverio con su posterior
huida; en Polifemo la figura del gigante; en
Dido el dolor de la reina; en la Fuga delle Stelle, el
fulgor de las estrellas fugaces; aunque también las
hay de carácter más conceptual, como la Fuga della
Pietà o la del Magnificat, que forman una especie
de díptico sacro. En una práctica bien conocida
también entre los grandes maestros barrocos,
Queipo de Llano ha recurrido en ocasiones al uso
de temas de Vivaldi, como en ese explícito Tributo
Vivaldiano en el que resuena alto y claro el sujeto
de la fuga del conocido Concierto en re menor de
L’Estro armonico.
La interpretación del Ensemble Fisarchi de
Florencia (una voz por parte, con un violonchelo
en el bajo) cobra especial interés pues el grupo
emplea un acordeón en el lugar de la esperada viola,
lo que, como bien aprecia el propio Queipo de
Llano en sus notas, hace para el oyente más fácil
el seguimiento de una voz media que tiene tendencia
a desaparecer en las interpretaciones de conjuntos
con instrumentos de la misma familia. Por
otro lado, Daniele del Lungo y sus compañeros se
han tomado esta música absolutamente en serio y
su interpretación es cuidadosa con los detalles.
Si desde el punto de vista del autor la cosa
queda clara, y su empeño responde a un íntimo
deseo de seguir considerando la melodía y la armonía
tonal clásica como los pilares que deben soportar
el arte musical, ¿qué hay en este trabajo que
pueda atraer al público de nuestros días, conocedor
del gran repertorio barroco? La música. Así de
sencillo. Pues aparte de un oficio indiscutible, la
chispa de la inspiración salta a menudo en un trabajo
que amplía las perspectivas de escucha, muy
especialmente para los aficionados más críticos
con los caminos de la creación contemporánea.
PABLO QUEIPO DE LLANO (1971): Fugas
Ensemble Fisarchi / ENCHIRIADIS / Ref.: EN 2033 (1 CD) D5
48 di v e r di jazz & otras músicas
Amando lo extraño
Theo Bleckmann se acerca a la música de Kate Bush
para Winter & Winter
Kate Bush volvió el pasado año a las tiendas con
dos discos, Director’s Cut y 50 Words for Snow.
Mucho para alguien que se ha pasado años sin lanzar
material nuevo y que vive apartada del mundo
musical. Apartada no quiere decir que sin impacto
porque, por ejemplo, no es difícil detectar su
influencia en grupo actuales tan difundidos
como Florence and The Machine. La envolvente
música de la cantante inglesa abunda
en lo recogido, secreto, un mundo de fantasía
de extrañas metamorfosis cuyas imágenes
e historias encontraban su vestimenta
musical en temas con inhabituales estructuras
irrespetuosas con el formato canción,
líneas melódicas con inusuales intervalos y
una voz de penetrantes agudos. Su dramatismo
y su, a veces muy barroca, puesta en
escena guarda sin embargo una cualidad de
asombro, de contemplación de lo maravilloso,
que la que proviene mucho de la extrañeza
de su visión, de su capacidad poética.
Ésa era una de las cualidades que atraían
a Theo Bleckmann cuando era un adolescente
en Alemania, campeón de patinaje
artístico en ciernes y buscando una vía de
expresión a su sensación de diferencia y desplazamiento.
“Su música tiene ese algo que
adoro en el arte,” dice Bleckmann, “ese ser
absorbido instantáneamente por el universo
de alguien, sin realmente saber por qué,
pero en cierta forma comprendiendo todo
desde tu corazón”. El vocalista alemán ha
puesto su idiosincrásica técnica vocal al servicio
de piezas que van desde Machaut a la
vanguardia, pasando por el cabaret berlinés
o, llevándose un Grammy de camino, las canciones
de Charles Ives. La enorme variedad de planteamientos
con las que Bleckmann cuenta –su
atmosférico uso de la electrónica, la flexibilidad
de su voz, su gusto por lo extraño– asegura que su
acercamiento siempre creativo a un mundo muy
definidamente propio como es el de Bush, pero lo
auténticamente sorprendente, en una carrera llena
de sorpresas como es la del vocalista, es cómo
sabe mantenerse fiel al material. No es sorprenden-
Ángel Gómez Aparicio
te su elección del repertorio: Bleckmann escoge
gran parte de los temas más conocidos de Kate
Bush, Running Up That Hill, The Man with The
Child In His Eyes, And Dream of Sheep…, sí lo es el
tratamiento que le da la banda. Bleckmann es esa
extraña combinación de precisión en la soltura y
arrojo, y naturalidad en la rareza, en el quiebro y
en la colocación de lo discordante y ésas son las cualidades
de la banda que reúne entorno suyo, formada
por músicos muy cercanos a él,
principalmente John Hollenbeck y Skúli Sverrisson,
Henry Hey y el multiinstrumentista Caleb Burhans.
Abundan los detalles de gran clase a lo largo de
todo un disco cambiante, de gran cuidado en
atmósferas y fantasiosas texturas: el paso del batería
en Running Up That Hill, el solo de violín de
Burham en una zappiana Suspended in Gaffa, la
embelesante introducción vocal de Dream of Sheep,
la contundencia punk de Violin…, son algunos de
ellos. Juntos logran que el mundo de Kate Bush se
convierta en el de ellos, un inusual triunfo.
THEO BLECKMANN: Hello Earth! (la música de Kate Bush)
Kate Bush
Theo Bleckmann, voz, procesado vocal electrónico en directo,
piano de juguete, glockenspiel, caxixi. Henry Hey, piano,
sintetizador minimoog, piano fender rhodes, clave preparado,
voz. Skúli Sverrisson, bajo eléctrico, voz. Caleb Burhans,
violín eléctrico de cinco cuerdas, guitarra eléctrica, voz.
John Hollenbeck, percusión, batería, crotales, voz / WINTER
& WINTER / Ref.: WIN 910183-2 (1 CD) D1
... la música es una
ilusión auditiva
El feliz Offenbach del dúo
Trovesi/Coscia, en ECM
Pierre Élie Mamou
Umberto Eco, viejo admirador de los músicos, que
había presentado su Round about Weill, acaba el
libreto del CD con esta propuesta de cambiar el título
de Frère Jacques por: Cómo utilizar libremente
a Offenbach y ser (musicalmente) feliz.
... otra vez la felicidad... puede... es en cualquier
caso frente a las ruinas de la música, feliz o no,
cuando el dúo Trovesi/Coscia expresa mejor su
entendimiento; acaso los músicos están unidos
por la inquietud de saber esta dicha amenazada...
... es acaso cuando, en ese crepúsculo de las
músicas pasadas (los músicos dedicaron sus anteriores
grabaciones ECM a Verdi, a Weill...), el clarinetista
y el acordeonista comparten más
profundamente esta dulzura de los sentimientos en
un tête-à-tête conmovedor mientras las músicas,
originales, recompuestas, descompuestas, musitan
y bailan con una queja sin edad...
... de lo que podría haberse quedado como un
amplísimo cementerio de ahogados, les viene esta
fuerza íntima llevándolos a inventar un ritmo de
marea, de vaivén perpetuo entre el pasado y su
permanencia... en esta recomposición, re-visita,
de estas músicas de Offenbach, en este crucero en
el que la gran duquesa de Gérolstein, la belle Hélène
u Olympia bailan el tango o el beguine (las gargantas
se desnudan, los vestidos se acortan) en
esta nueva lengua vieja, vieja lengua nueva, renueva
o revieja, algo finge entregarse al espectador
auditivo, un algo que en su vida se perdió. Y la verdadera
vida, la otra vida, la de frère Jacques, fue acaso
más feliz (soñar su vida en otro cuerpo, sonar
la música de otro cuerpo).
... la recomposición, esta lengua que crece en
el “round”, en el “alrededor”, allá donde amar y
desaparecer son acaso la misma cosa, esta lengua
canta y consuela, buscando lo que es dulce y tibio,
y diciendo lo que no es sin memoria.
GIANLUIGI TROVESI / GIANNI COSCIA: Frere Jacques
(Round about Offenbach)
Gianluigi Trovesi, piccolo y clarinete alto. Gianni Coscia,
acordeón / ECM RECORDS / Ref.: ECM 2217 (1 CD) P.V.P.:
17,50 €.-
a n t i g u a
anthonius divitis; antoine de févin
lux perpetua; requiem
ANTHONIUS DIVITIS/ANTOINE DE FÉVIN (s. XV): Lux
Perpetua; Requiem / Ensemble Organum. Marcel Pérès,
director
aeon
AECD 1216 | 1 CD | D2 | EAN: 3760058360163
la catena d’adone
domenico mazzocchi
DOMENICO MAZZOCCHI (1592-1665): La Catena d’Adone
/ Scherzi Musicali. Nicolas Achten, director
alpha
ALPHA 184 | 2 CD | D10 x 2 | EAN: 3760014191848
música flamenca para clave del s. xviii
ewald demeyere
MÚSICA FLAMENCA PARA CLAVE DEL S. XVIII: Obras de
Josse Boutmy, Dieudonné Raick, F.I. de Boeck, Ferdinand
Staes, Charles-Joseph van Helmont, Natalis Vander Borcht y
anónimos / Ewald Demeyere, órgano
challenge records
CC 72528 | 1 SACD | D1 | EAN: 0608917252828
georg böhm
integral de la obra para órgano
GEORG BÖHM (1661-1733): Integral de la obra para órgano
/ Friedhelm Flamme, órgano (Creutzburg-Orgel der
Propsteikirche St. Cyriakus zu Duderstadt)
cpo
777501-2 | 2 SACD | D2 x 2 | EAN: 0761203750122
william young
obras para consort de viola da gamba
WILLIAM YOUNG (1610-1662): Obras para consort de viola
da gamba / Hamburger Ratsmusik. Simone Eckert, director
cpo
777569-2 | 1 CD | D5 | EAN: 0761203756926
johann caspar kerll
missa non sine quare
JOHANN CASPAR KERLL (1627-1693): Missa non sine quare
/ Elisa Franzetti, soprano. Emanuele Bianchi, contratenor.
Mario Cecchetti, tenor. Sergio Foresti, bajo. La Risonanza.
Fabio Bonizzoni, director
pan classics
PAN 10259 | 1 CD | D2 | EAN: 7619990102590
johann joseph fux
tríopartitas
JOHANN JOSEPH FUX (ca. 1660-1741): Tríopartitas / La
Gioconda
querstand
VKJK 1108 | 1 CD | D2 | EAN: 4025796011081
tromba hispanica
battallas y canciones
TROMBA HISPANICA: Battallas y canciones (música de
trompeta española del s. XVII) / Barocktrompeten Ensemble
Berlin. Johann Plietzsch, director
raumklang
RK 2906 | 1 CD | D2 | EAN: 4018767029062
marzo 2012
johann sebastian bach
sonatas para clave y viola da gamba
JOHANN SEBASTIAN BACH (1685-1750): Sonatas para clave
y viola da gamba / Lucile Boulanger, viola da gamba.
Arnaud de Pasquale, clave
alpha
ALPHA 161 | 1 CD | D2 | EAN: 3760014191619
miguel de irízar
lamentaciones, motetes y tonos
MIGUEL DE IRÍZAR Y DOMENZAIN (1635-1684):
Lamentaciones, motetes y tonos para Miserere / Nova Lux
Ensemble. Josep Cabré, director
accp
ACCP 02 | 1 CD | D10 | EAN: 8437011560018
música para laúd del s. xviii
weiss, hagen, bach, kellner, baron...
MÚSICA PARA LAÚD DEL SIGLO XVIII: Obras de Charles-
Durant, Friedrich , Weiss, Falckenhagen, ... / Alberto
Crugnola, laúd barroco
christophorus
CHR 77355 | 4 CD | D10 x 2 | EAN: 4010072773555
johann sebastian bach
bach apócrifo
JOHANN SEBASTIAN BACH (1685-1750): Bach apócrifo /
Gesualdo Consort Amsterdam. Solistenquartett der
Musikhochschule Bremen. Alsfelder Vokalensemble.
Hannoversche Hofkapelle. Wolfgang Helbich, director
cpo
777561-2 | 1 CD | D2 | EAN: 0761203756124
cantatas de amor italianas
obras de steffani, vivaldi, lotti...
CANTATAS DE AMOR ITALIANAS: Obras de Steffani,
Vivaldi, Lotti y Scarlatti / Silvia Vajente, soprano. Epoca
Barocca
cpo
777583-2 | 1 CD | D5 | EAN: 0761203758326
johann sebastian bach
misa en si menor
JOHANN SEBASTIAN BACH (1685-1750): Misa en si menor
BWV 232 / Collegium Vocale Gent. Philippe Herreweghe,
director
phi
LPH 004 | 2 CD | D10 x 2 | EAN: 5400439000049
johann joseph fux
música instrumental sacra, de cámara...
JOHANN JOSEPH FUX (1660-1741): Música instrumental
sacra, secular, de cámara y operística / Neue Hofkapelle
Graz. Lucia Froihofer y Michael Hell, directores
querstand
VKJK 1138 | 1 CD | D2 | EAN: 4025796011388
claudio monteverdi
missa in illo tempore
www.diverdi.com
CLAUDIO MONTEVERDI (1567-1643): Missa in illo tempore
/ Odhecaton. Paolo Da Col, director
ricercar
RIC 322 | 1 CD | D2 | EAN: 5400439003224
s i g l o x i x ó p e r a c l a s .
s i g l o s x x & x x i
joseph haydn
integral de tríos con piano (9 cd)
JOSEPH HAYDN (1732-1809): Integral de tríos con piano (9
CDs) / Trio 1790
cpo
777649-2 | 9 CD | D2 x 4 | EAN: 0761203764921
nicola martinucci, vol. ii
arias de ópera
NICOLA MARTINUCCI, VOL. II: Arias de ópera (Norma,
Attila, Rigoletto, Il trovatore, Un ballo in maschera, Manon
Lescaut, Simon Boccanegra, Adriana Lecouvreur...) / Nicola
Martinucci, tenor (grabado en directo entre 1976 y 2003)
bongiovanni
GB 1224-2 | 1 CD | D3 | EAN: 8007068122424
ludwig van beethoven
sinfonías nºs. 2 y 3
LUDWIG VAN BEETHOVEN (1770-1827): Sinfonías nºs. 2 y 3
/ Netherlands Symphony Orchestra. Jan Willem de Vriend,
director
challenge records
CC 72532 | 2 SACD | D4 x 2 | EAN: 0608917253221
engelbert humperdinck
cuartetos de cuerda; quinteto con piano
ENGELBERT HUMPERDINCK (1854-1921): Cuartetos de
cuerda; Quinteto con piano / Andreas Kirpal, piano. Lydia
Dubrovskaya, violín. Diogenes Quartett
cpo
777547-2 | 1 CD | D5 | EAN: 0761203754724
johannes brahms
integral de sinfonías (nºs. 1-4)
JOHANNES BRAHMS (1833-1897): Integral de Sinfonías
(nºs. 1-4) / Helsingborg Symphony Orchestra. Andrew
Manze, director
cpo
777720-2 | 3 SACD | D2 x 2 | EAN: 0761203772025
edvard grieg
concierto para piano; danzas noruegas; ...
EDVARD GRIEG (1843-1907): Concierto para piano; Danzas
noruegas; Suite lírica / Miroslav Kultyshev, piano. NDR
Radiophilharmonie. Eivind Gullberg Jensen, director
orfeo
C815121A | 1 CD | D2 | EAN: 4011790815121
cyrill scott; ralph vaughan williams
canciones de búsqueda e inspiración
CANCIONES DE BÚSQUEDA E INSPIRACIÓN: Obras de
Cyrill Scott y Ralph Vaughan Williams / Robbert Muuse,
barítono. Micha van Weers, piano
challenge records
CC 72527 | 1 CD | D2 | EAN: 0608917252729
gabriel brncic
barcelona-músicas (1974-2011)
GABRIEL BRNCIC (1942): Barcelona-Músicas (1974-2011) /
Group 2e2m, París. Paul Méfano, director
columna música
1CM 0295 | 1 CD | D3 | EAN: 8429977102951
bassolo
música para contrabajo del xx y xxi
BASSOLO: Música para contrabajo de los siglos XX y XXI
(obras de Gabrys, Szalonek, Boguslawski, Cage, Grisey, ...)
/ Aleksander Gabrys, contrabajo. Consuelo Giuianelli, arpa.
Jürg Henneberger y Daniel Buess, piano
dux
DUX 0800/0801 | 2 CD | D2 x 2 | EAN: 5902547008004
dénes várjon
precipitando
DÉNES VÁRJON: Precipitando (obras para piano de Alban
Berg, Leoš Janácek y Franz Liszt) / Dénes Várjon, piano
ecm records
ECM 2247 | 1 CD | D1 | EAN: 0028947645856
viaje musical por la europa de las luces
obras de devienne, j.c.f. bach, ...
UN VIAJE MUSICAL POR LA EUROPA DE LAS LUCES:
Obras de F. Devienne, J.C.F. Bach, T.Giordani y J.F. Tapray /
Ensemble Carmen Veneris
lindoro
MPC-0122 | 1 CD | D2 | EAN: 8436003801214
ero y leandro
giovanni bottesini
GIOVANNI BOTTESINI (1821-1889): Ero y Leandro /
Mercier, Pasolini, Scandiuzzi / Orchestra Filarmonica del
Piemonte. Coro Claudio Monteverdi. Bruno Gini, director
del coro. Aldo Salvagno, director
dynamic
CDS 670/1-2 | 2 CD | D3 | EAN: 8007144606701
a russian romance
obras rusas para coro
A RUSSIAN ROMANCE: Obras rusas para coro / Polikanin,
Chesnokov, Chichin, Kolesnikov, Obuhkov / Don
KosakenChor Russland. States Soloists Ensemble
‘Philarmonia’. Marcel Nicolajevich Verhoeff, director
christophorus
CHR 77350 | 1 CD | D3 | EAN: 4010072773500
conciertos italianos para oboe
sammartini, rossini, bellini, donizetti...
CONCIERTOS ITALIANOS PARA OBOE: Obras de Battista ,
Bellini, Rossini, Donizetti, Pilotti y Aguilar / Orchestra di
Padova e del Veneto. Diego Dini Ciacci, oboe y dirección
cpo
777715-2 | 1 CD | D2 | EAN: 0761203771523
nocturnos para piano
obras de field, chopin, borodin, ...
NOCTURNOS: Obras para piano de Field, Chopin, Liszt,
Borodin, Tchaikovsky, Fauré, Debussy, Satie, Scriabin,
Blancafort, Britten, Bonet y Balsach / Sira Hernández, piano
la ma de guido
LMG 2107 | 1 CD | D3 | EAN: 8431471521077
franz schubert; felix mendelssohn
tríos con piano
FRANZ SCHUBERT (1797-1828): Tríos con piano en Si
bemol mayor y Mi bemol mayor; FELIX MENDELSSOHN
BARTHOLDY (1809-1847): Trío con piano en re menor /
Voces Intimae (con instrumentos de época)
pan classics
PAN 10263 | 2 CD | D1 | EAN: 7619990102637
encantos del mundo (encants del món)
obras tradicionales para coro
ENCANTOS DEL MUNDO: Obras tradicionales de varios
países para coro infantil / Pau Casan, piano. Coro Infantil del
Orfeón Catalán. Glòria Coma i Pedrals, dirección
columna música
1CM 0279 | 1 CD | D2 | EAN: 8429977102791
julius röntgen
música de cámara para vientos
JULIUS RÖNTGEN (1855-1932): Música de cámara para
vientos / Linos Ensemble
cpo
777127-2 | 1 CD | D5 | EAN: 0761203712724
tomás marco
obras para guitarra
TOMÁS MARCO (1942): Obras para guitarra / Marcello
Fantoni, guitarra
dynamic
CDS 708 | 1 CD | D3 | EAN: 8007144607081
tehilim
salmos entre el judaismo y cristianismo
TEHILIM: Salmos entre el judaismo y el cristianismo / Gilad
Nezer, bajo. Nederlands Kamerkoor. Klaas Stok, director
globe
GLO 5247 | 1 CD | D2 | EAN: 8711525524705
s i g l o s x x & x x i
j a z z & o . m .
pierre jodlowski
drones; barbarismes; dialog/no dialog
PIERRE JODLOWSKI (1971): Drones; Barbarismes;
Dialog/No Dialog / Sophie Cherrier, flauta. Ensemble
Intercontemporain IRCAM-Centre Pompidou. Susanna
Mälkki, directora
kairos
0013032 KAI | 1 CD | D1 | EAN: 9120010281600
joanna wozny
as in a mirror, darkly
JOANNA WOZNY (1972): As in a mirror, darkly / Klangforum
Wien. ORF Radio-Symphonieorchester Wien, ... Martyn
Brabbins, Rüdiger Böhn, Titus Engel y Enno Poppe, directores
kairos
0013192 KAI | 1 CD | D1 | EAN: 9120010281600
clásica española
obras de granados, albéniz, lama, ...
CLÁSICA ESPAÑOLA: Obras para guitarra, flauta y ensemble
de Granados, Albéniz, Acosta, Falla, Rabbath, Lama y
Corea / A. Maiburg, A. von Wangenheim, W. Gula, A.
Alarcón, J. Lama, L. Llorente, J. González Brito
mdg
MDG 1727-6 | 1 SACD | D2 | EAN: 0760623172767
gustav mahler
sinfonía nº 9
GUSTAV MAHLER (1860-1911): Sinfonía nº 9 / Badische
Staatskapelle Karlsruhe. Justin Brown, director
pan classics
PAN 10262 | 1 SACD | D1 | EAN: 7619990102620
claudio ambrosini
the piano species
CLAUDIO AMBROSINI (1948): The Piano Species (obras
para piano) / Aldo Orvieto, piano
stradivarius
STR 33908 | 1 CD | D2 | EAN: 8011570339089
ramón humet
música del no ésser; concierto para piano
RAMÓN HUMET (1968): Música del no ésser; ... / Jordi
Masó, piano. Grup Instrumental bcn216. Orquesta Sinfónica
de Barcelona. Manel Valdivieso, Juan José Olives y Pablo
González, directores
trito
TD 0084 | 1 CD | D10 | EAN: 8437011311139
claude debussy
preludios i; children’s corner
CLAUDE DEBUSSY (1862-1918): Preludios I, Libro I;
Children's Corner / Rubén Yessayan, piano
verso
VRS 2115 | 1 CD | D10 | EAN: 8436009801157
flamenco por andalucía, ...
varios artistas
FLAMENCO POR ANDALUCÍA, ESPAÑA Y LA HUMANIDAD:
Grandes temas del flamenco / De Lucía, Fdo. de la Morena,
Tomatito, Chano Lobato, Enrique Morente, Estrella Morente,
Fosforito, Carmen Linares, Manolo Sanlúcar, Arcángel...
almaviva
DS 375 | 1 CD | P.V.P.: 5,95 €.- | EAN: 9010000037501
kinderlieder, vol. 2
canciones alemanas para niños
KINDERLIEDER, VOL. 2: Canciones alemanas para niños /
Mields, Volle, Genz, Henschel, Mauch, Schneiderman,
Ziesak, Moll / MDR Kinderchor. Ulmer Spatzen Chor.
Kinderchor SingsalaSing. Stuttgarter Hymnus-Chorknaben...
carus
CARUS 83.007 | 1 CD | D2 | EAN: 4009350830073
tord gustavsen quartet
the well
TORD GUSTAVSEN QUARTET: The Well / Tore Brunborg,
saxo tenor. Tord Gustavsen, piano. Mats Elertsen, contrabajo.
Jarle Vespestad, batería
ecm records
ECM 2237 | 1 CD | P.V.P.: 17,50 €.- | EAN: 0602527858968
mauricio kagel
süden
MAURICIO KAGEL (1929): Süden (Gastón Solnicki sobre
Mauricio Kagel) (DVD) / Ensamble Süden. Compañía
Oblicua. Divertimento Ensemble. Gastón Solnicki, director
y productor
kairos
0013172 KAI | 1 DVD | D1 | EAN: 9120010281761
l’altra beltà
música para piano de valen, schoenberg...
L'ALTRA BELTÀ: Música para piano de Valen, Schoenberg,
Berg y Webern / Annabel Guaita, piano
lawo
LWC 1024 | 1 CD | D2 | EAN: 7090020180250
john cage
integral de la música para piano
JOHN CAGE (1912-1992): Integral de la música para piano
(Vols. 1-10) / Steffen Schleiermacher, piano
mdg
MDG 1731 | 18 CD | D10 x 3 | EAN: 0760623173122
luci mie traditrici
salvatore sciarrino
SALVATORE SCIARRINO (1947): Luci mie traditrici / Nina
Tarandek, mezzosoprano. Christian Miedl, barítono. Roland
Schneider, contratenore. Simon Bode, tenor / Ensemble
Algoritmo. Marco Angius, director
stradivarius
STR 33900 | 1 CD | D2 | EAN: 8011570339003
ballata
luca francesconi
LUCA FRANCESCONI (1956): Ballata (ópera completa) /
Beasley, Larsson, Komlosi, Kim, Lorenz, Delcampe, J. Byrne,
Loges, Schimmack, Weiss / Orchestre Symphonique et
Choeurs de La Monnaie. Kazushi Ono, director
stradivarius
STR 57012 | 2 CD | D4 x 2 | EAN: 8011570570123
dipolo
obras para violonchelo y piano
DIPOLO: Obras para violonchelo y piano de Torres, Zohn-
Muldoon, Humet, López López, Corrales, Erkoreka,
Panisello y Lazkano / David Apellániz, violonchelo. Alberto
Rosado, piano
verso
VRS 2111 | 1 CD | D10 | EAN: 8436009801119
tomás bretón
las tres sinfonías
TOMÁS BRETÓN (1850-1923): Las tres sinfonías / Orquesta
Sinfónica de Castilla y León. José Luis Temes, director
verso
VRS 2117 | 2 CD | D6 x 2 | EAN: 8436009801171
francisco javier torres
semana santa en el siglo xxi
FRANCISCO JAVIER TORRES: Semana Santa en el siglo XXI
/ Francisco Javier Torres, trompeta. Miguel Fernández
Vallejo, saxo. Juan Gómez Galiardo, piano. José López, bajo.
Juan de la Oliva, batería. Vicente Moreno, corneta
almaviva
FJT CD-0107 | 1 CD | D2 | EAN: 8435046255671
tim berne
snakeoil
TIM BERNE: Snakeoil / Tim Berne, saxo alto. Oscar Noriega,
clarinete y clarinete bajo. Matt Mitchell, piano. Ches Smith,
batería y percusión
ecm records
ECM 2234 | 1 CD | P.V.P.: 17,50 €.- | EAN: 0602527786544
alberto de la rocha
fantasy
ALBERTO DE LA ROCHA: Fantasy / Susanna Mendoza,
soprano. Xavi Lozano, duduk. Bratislava Symphony Chorus
& Orchestra. Arnau Bataller, arreglos y programaciones.
David Hernando, director
intérpretes
8436039065352 | 1 CD | D4 | EAN: 8436039065352
52 di v e r di el zoco
z o c o e l z o c o e l z o c o e l z o c o e l z o c o e l z o c o e l z o c o e l z o c o e l z o c o
Walhall lleva firmemente las riendas de la recuperación de grabaciones de ópera de la época dorada de la fonografía, y en esta ocasión
trae hasta nosotros cuatro veladas de los años 1960 y 1961. Cronológicamente la primera es la imprescindible versión italiana
de Los pescadores de perlas de Bizet, donde brillan con luz propia Giuseppe Taddei y nuestro inmortal Alfredo Kraus. Las siguientes
son un Tristan und Isolde del Metropolitan con Birgit Nilsson, Hines y Liebl, y un Rosenkavalier con Regine Crespin, Wunderlich, Böhme y Rothenberger.
Cerramos con una Lucia di Lammermoor de Joan Sutherland, acompañada por Tucker y Guarrera. Repartos de lujo a precios más que accesibles.
GEORGES BIZET (1838-1875): Los pescadores de perlas (ópera
en tres actos) / Alfredo Kraus, Giuseppe Taddei, Pina
Malgarini, Carlo Cava. Orquesta y coros de la RAI de Milán.
Armando LaRosa Parodi, dirección (grabado el 12.10.1960) /
WALHALL / Ref.: WLCD 0299 (2 CD) P.V.P.: 11,90 €.-
RICHARD STRAUSS (1864-1949): Der Rosenkavalier (El caballero
de la Rosa) / Crespin, Böhme, Meyer, Rothenberger,
Wunderlich / Orquesta del Teatro Colón de Buenos Aires. Heinz
Walberg, director (grabado el 08.10.1961) [Primera Grabación
Mundial] / WALHALL / Ref.: WLCD 0341 (3 CD) P.V.P.: 17,85 €.-
RICHARD WAGNER (1813-1883): Tristán e Isolda / Liebl, Hines,
Nilsson, Dalis, Cassel / Orquesta del Metropolitan. Joseph
Rosenstock, director (grabado el 18.03.1961) [Primera
Grabación Mundial] / WALHALL / Ref.: WLCD 0344 (3 CD)
P.V.P.: 17,85 €.-
GAETANO DONIZETTI (1797-1848): Lucia di Lammermoor /
Guarrera, Sutherland, Tucker, Moscona. Orquesta del
Metropolitan. Silvio Varviso, director (grabado el 09.12.1961)
/ WALHALL / Ref.: WLCD 0299 (2 CD) P.V.P.: 11,90 €.-
El sello británico Alto prosigue con su fructífera labor de recuperación de grabaciones tan hermosas como inencontrables. En esta
ocasión nos abre el apetito con la asombrosa reconstrucción de la Séptima Sinfonía de Tchaikovski junto a otras obras infrecuentes de
este autor ruso. Los amantes de la ópera disfrutarán sin duda de tres álbumes recopilatorios con lo mejor de Elisabeth Schwarzkopf,
Dietrich Fischer-Dieskau y Fritz Wunderlich, además de una Bohème de referencia, protagonizada por Tebaldi, Bergonzi, Bastianini y
Siepi. Entramos en zona picante con los Madrigales eróticos y espirituales de Monteverdi, a cargo del grupo de Emma Kirkby, Consort of Musicke, y nos
sosegamos con dos recitales, uno de Julian Bream a la guitarra y otro del maestro del violonchelo Pau Casals. Entrando en materia orquestal hallamos
dos sinfonías de Sibelius, un álbum con obras infrecuentes del Holst de Los planetas, y a Osmo Vänskä dirigiendo Britten. Como broche, Alto nos propone
dos álbumes de lujo: una selección de famosos temas de jazz por los mejores intérpretes y otro de dúos populares a cargo de cantantes como Frank
Sinatra, Sarah Vaughan, Doris Day, Tony Martin, Ray Charles y un sinfín de estrellas.
BENJAMIN BRITTEN (1913-1976):
Conciertos para violín y piano / Annette
Servadei, piano. Sergej Azizian, violín.
London Philharmonic Orchestra.
Copenhagen Philharmonic Orchestra.
Joseph Giunta y Osmo Vänskä, directores
/ ALTO / Ref.: ALC 1152 (1 CD) D7
CLAUDIO MONTEVERDI (1567-1643):
Madrigales eróticos y espirituales /
Consort of Musicke. Anthony Rooley,
director / ALTO / Ref.: ALC 1160 (1 CD)
D7
FRITZ WUNDERLICH: Arias para tenor
(Haendel, Mozart, Strauss, Puccini....) /
Fritz Wunderlich, tenor (grabado entre
1958 y 1961) / ALTO / Ref.: ALC 1162 (1
CD) D7
LO MEJOR DE ELISABETH SCHWARZ-
KOPF: Mozart, Léhar, Strauss, Schubert...
/ Elisabeth Schwarzkopf, soprano. Varios
directores y orquestas (grabado entre
1951 y 1961) / ALTO / Ref.: ALC 1163 (1
CD) D7
Como agua de mayo lo estaban esperando los discófilos,
y aquí está, por fin, el disco-catálogo del sello
CPO para 2012. Mantenernos actualizados en esta
ingente y variadísima colección de buenas grabaciones resulta, además de
económico, gratificante, pues el catálogo viene acompañado por un álbum
cuidadosamente seleccionado de entre sus extensos fondos. En este caso
el disco elegido por CPO para deleitar
nuestros oídos ofrece conciertos
para una y dos trompas de Antonio
Rossetti (1750-1792), también llamado
Anton Rössler, autor muy admirado
por Mozart.
CATÁLOGO 2012: ANTONIO ROSETTI (1750-
1792): Conciertos para trompa / Klaus
Wallendorf, trompa. Sarah Willis, trompa.
Kurpfälzisches Kammerorchester. Johannes
Moesus, director / CPO / Ref.: 777714-2 (1 CD)
P.V.P.: 5,95 €.-
DIETRICH FISCHER-DIESKAU: Arias de
ópera de Verdi, Mozart, Wagner y
Beethoven / Varias orquestas y directores
(grabado entre 1955 y 1961) / ALTO
/ Ref.: ALC 1168 (1 CD) D7
GUSTAV HOLST (1874-1934): Sinfonía
en Fa mayor, Op.8 The Cotswolds; Walt
Whitman Overture; A Hampshire Suite;
The Perfect Fool / Munich Symphony
Orchestra. Douglas Bostock, director /
ALTO / Ref.: ALC 1170 (1 CD) D7
JULIAN BREAM EN CONCIERTO: Obras
para guitarra de Mauro Giuliani, Malcolm
Arnold y Lennox Berkeley / Julian Bream,
guitarra. Melos Ensemble. Malcolm
Arnold, director (grabado en 1960) /
ALTO / Ref.: ALC 1174 (1 CD) D7
JEAN SIBELIUS (1865-1957): Sinfonías
Nos.2 y 5 / Royal Philharmonic Orchestra.
Sir Charles Mackerras y Ole Schmidt,
directores / ALTO / Ref.: ALC 1189 (1
CD) D7
PABLO CASALS: El canto de los pájaros;
obras de Falla, Bach, Haydn, Couperin,
Schumann, etc. / Pablo Casals, violonchelo
/ ALTO / Ref.: ALC 1193 (1 CD)
D7
GIACOMO PUCCINI (1858-1924): La
Bohème / Renata Tebaldi, Gianna
d’Angelo, Carlo Bergonzi, Ettore
Bastianini, Cesare Siepi / Chorus &
Orchestra of the Accademia di Santa
Cecilia, Rome. Tullio Serafin, director
(grabado en 1959) / ALTO / Ref.: ALC
2017 (2 CD) D7 x 2
JAZZ FOR COCKTAILS: Otros 20 temas
clásicos / Stan Getz, Oscar Peterson, Ben
Webster, George Shearing, Barney
Kessell, Acker Bilk y Errol Garner. Dave
Brubeck Quartet / ALTO / Ref.: ALN 1925
(1 CD) D7
EV'RY TIME WE SAY GOODBYE: Duetos
románticos inolvidables / Frank Sinatra,
Dinah Shore, Ray Charles, Tony Martin,
Doris Day, Buddy Clark, Sarah Vaughan...
/ ALTO / Ref.: ALN 1928 (1 CD) D7
PIOTR ILYTCH TCHAIKOVSKY (1840-
1893): El Tchaikovsky desconocido
(Symphony of Life; Elegy for Strings;
Overtures in c & F) / Russian State
Cinematographic Orchestra. Sergei
Skripka, director (grabado en 1987) /
ALTO / Ref.: MC 116 (1 CD) D7
GIACOMO PUCCINI (1858-1924): Madama Butterfly (ópera en 2 actos) / Veda, Popescu, Wilson,
Barricelli, Salsi, Giannino, Signorini, Guagliardo / Orchestra & Chorus Festival Puccini. Laurence
Gilgore, director musical. Stefano Vizioli, director escénico (Subtítulos en castellano) / DYNA-
MIC / Ref.: CDS 55563 (1 BLURAY) P.V.P.: 35,90 €.-
GIOACCHINO ROSSINI (1792-1868): La Gazza Ladra (ópera en dos actos con libreto de
Giovanni Gherardini) / Bordogna, Papatheologou, Korchak, Cantarero, Esposito, Pertusi, Custer,
Cifolelli, Panozzo, Prato, Ferrara / Prague Chamber Choir. Orchestra Haydn di Bolzano e Trento.
Lü Jia, director musical. Damiano Michieletto, director de escena (Subtítulos en castellano) /
DYNAMIC / Ref.: CDS 55567 (1 BLURAY) P.V.P.: 35,90 €.-
L o s d i s c o s d e l z o c o n o c o m p u t a n p a r a l o s d e s c u e n t o s s e ñ a l a d o s e n e l b o l e t í n d e p e d i d o .
el zoco 212 / marzo 2012
z o c o e l z o c o e l z o c o e l z o c o e l z o c o e l z o c o e l z o c o e l z o c o e l z o c o
50 óperas
con un
50%
Los amantes de la lírica disfrutarán de este mes de marzo un poco más que los demás melómanos, pues nuestro Zoco trae una
oferta excepcional desde todo punto de vista: 50 óperas con un 50% de descuento. Los sellos participantes son Gala, Bis, Orfeo,
Dynamic, Neos y Supraphon, y estos son los compositores: Janacek, Salieri, Smetana, Cagnoni, Strauss, Honegger, Beethoven,
Piazzolla, Massenet, Verdi, Carnicer, Mozart, Lortzing, Rossini, Korngold, Donizetti, Britten, Nicolai, Tchaikovski, Leoncavallo,
Pacius, Bizet, Menotti, Wagner y Fagerlund. La relación de títulos, intérpretes y directores es demasiado extensa para plasmarla
aquí. Los que aquí abajo señalamos son solo una parte de la selección, que pueden consultar al completo en nuestra página web
www.diverdi.com durante este mes. Merece mención especial el único DVD incluido en esta oferta, con una de las más importan-
tes aportaciones españolas contemporáneas al campo de la ópera: Lázaro de Cristóbal Halffter. Este DVD es la guinda de estas 50 óperas al 50%.
GIOACHINO ROSSINI (1792-1868):
Bianca e Falliero / Bayo, Barcellona, Meli,
Lepore / Coro da Camera di Praga.
Orquesta Sinfónica de Galicia. Dir.:
Renato Palumbo (2005) / DYNAMIC /
Ref.: CDS 501/1-3 (3 CD) P.V.P.: 17,95 €.-
[-50% de descuento]
JULES MASSENET (1842-1913): Werther
(versión para barítono, 1901, escrita para
Mattia Battistini) / Grassi, Tufano,
Colaianni, Spina, Ramini / Orchestra
Internazionale d’Italia. Dir.: Jean-Luc
Tingaud / DYNAMIC / Ref.: CDS 443/1-
2 (2 CD) P.V.P.: 21,95 €.- [-50% de descuento]
RICHARD WAGNER (1813-1883): El Oro
del Rhin / Hotter, Uhde, Stolze, Weber,
Greindl / Orchester der Bayreuther
Festspiele. Dir.: Clemens Krauss
(Bayreuth, 1953) / GALA / Ref.: GL-
100519 (2 CD) D7 x 2 [-50% de descuento]
RUGGIERO LEONCAVALLO (1857-
1919): Pagliacci / Del Monaco, Ivanov,
Maslennikova / Orquesta y Coro del
Bolshoi. Dir.: Vassily Nebolsin (1959) /
GALA / Ref.: GL-100641 (3 CD) D7 x 3
[-50% de descuento]
WOLFGANG AMADEUS MOZART
(1756-1791): El Rapto en el Serrallo /
Laubenthal, Köth, Otto / Chor der Wiener
Staatsoper. Wiener Philharmoniker. Dir.:
George Szell (1956) / ORFEO / Ref.:
C652052I (2 CD) D4 x 2 [-50% de descuento]
BEDRICH SMETANA (1824-1884): La
novia vendida / Braun, Konetzni, Seefried
/ Chor der Wiener Staatsoper. Orchester
der Wiener Staatsoper. Dir.: Berislav
Klobucar (1960) / ORFEO / Ref.:
C785092I (2 CD) D4 x 2 [-50% de descuento]
consulte la lista completa en www.diverdi.com
La primavera comenzará el día 20 de marzo, y con ella el despliegue floral y cromático de la naturaleza, que afectará incluso
a nuestro Zoco. Para ello basta echar un vistazo al variadísimo repertorio que nos proponen para este inicio de estación
nuestros amigos de Brilliant, Novoson y Newton. Comenzando por el sector zarzuelístico, sus novedades son Rosa
la China de Lecuona, El conde de Luxemburgo de Lehar y las Escenas andaluzas de Bretón. Newton despliega un poker de
NOVOSON ases con Donizetti, Bartok, Vivaldi y música de cine, mientras que el abrumador caudal de lanzamientos de Brilliant regará
nuestras huertas discográficas con Pasiones y obras religiosas de autores tan diferentes como Haendel, Palestrina,
Tchaikovski, Telemann, Rachmaninov y Grechaninov, además de las obras completas de Thomas Tallis y un álbum de cinco discos con vísperas venecianas
en interpretación del Gabrieli Consort. El teclado estará representado por una caja con obras pianísticas de Albéniz, Falla y Granados, por
Esteban Sánchez y Cristina Ortiz, nada menos, y por tres discos de sonatas de C.P.E. Bach. Khachaturian, Tippett, Strauss, Wranitzky… la lista es tan
larga como reducido es el precio de todo este ramillete de músicas.
FAMOUS FILM SCORES: Max Steiner,
Franz Waxman: Obras de Korngold,
Hermann, Rozsa, Tiomkiny y Williams /
National Philarmonic. Dir.: Charles
Gerhardt / NEWTON / Ref.: 8802104 (3
CD) P.V.P.: 11,85 €.-
GAETANO DONIZETTI (1797-1848):
Sinfonías y valses para piano / Elisabetta
Bessi, piano / NEWTON / Ref.: 8802107
(2 CD) P.V.P.: 7,90 €.-
ANTONIO VIVALDI (1678-1741):
Conciertos y sonatas / I Solisti di Milano
/ NEWTON / Ref.: 8802109 (9 CD) P.V.P.:
35,55 €.-
BÉLA BARTÓK (1881-1945): Integral de
los cuartetos de cuerda / Guarneri
Quartet / NEWTON / Ref.: 8802111 (2
CD) P.V.P.: 7,90 €.-
RICHARD STRAUSS (1864-1949): Der
Rosenkavalier / Evelyn Lear, Jules Bastin
/ Rotterdam Philharmonic Orchestra. Dir.:
Edo de Waart / BRILLIANT / Ref.: 9248 (3
CD) P.V.P.: 11,85 €.-
SPANISH PIANO MUSIC: Obras de
Albeniz, De Falla & Granados / Esteban
Sánchez, Cristina Ortiz piano / BRILLIANT
/ Ref.: 9255 (6 CD) P.V.P.: 23,70 €.-
ARAM KHACHATURIAN (1903-1978):
Suites de los ballets Gayaneh y Spartacus
/ Bolshoi Theatre Orchestra. Dir.: Evgeny
Svetlanov / BRILLIANT / Ref.: 9256 (1 CD)
P.V.P.: 3,95 €.-
MICHAEL TIPPETT (1905-1998):
Cuartetos de cuerda núms, 1-4 / The
Britten Quartet / BRILLIANT / Ref.: 9257
(2 CD) P.V.P.: 7,90 €.-
PAUL WRANITZKY (1756-1808): Cuarteto
y sexteto de cuerda / Ensemble CORDIA
/ BRILLIANT / Ref.: 94168 (1 CD) P.V.P.:
3,95 €.-
CARL PHILIPP EMANUEL BACH (1714-
1788): Preussische und Württembergische
Sonaten / Pieter-Jan Belder, clave / BRI-
LLIANT / Ref.: 94320 (3 CD) P.V.P.: 11,85
€.-
RACHMANINOFF, TCHAIKOVSKY &
GRETCHANINOV: Vespers, Liturgy of St.
John Chrystostom / The National
Academic Choir of Ukraine ‘Dumka’. Dir.:
Yevhen Savchuk / BRILLIANT / Ref.: 9233
(5 CD) P.V.P.: 19,75 €.-
CHORAL CLASSICS FROM
CAMBRIDGE: Varios autores / Choir of
Clare College, Cambridge. Dir.: Timothy
Brown / BRILLIANT / Ref.: 9234 (5 CD)
P.V.P.: 19,75 €.-
GIOVANNI PIERLUIGI DA PALESTRINA
(1525-1594): Masses, Lamentations of
Jeremiah, Stabat Mater / Pro Cantione
Antiqua. Dir.: Mark Brown / BRILLIANT /
Ref.: 94266 (5 CD) P.V.P.: 19,75 €.-
THOMAS TALLIS (1505-1585): Obras
completas / Andrew Benson-Wilson,
organo / Chapelle du Roi. Dir.: Alistair
Dixon / BRILLIANT / Ref.: 94268 (10 CD)
P.V.P.: 39,50 €.-
VENETIAN VESPERS: Obras de
Monteverdi, Gabrieli, Cavalli, Banchieri,
Lassus / Gabrieli Consort. Dir.: Paul
McCreesh / BRILLIANT / Ref.: 94269 (5
CD) P.V.P.: 19,75 €.-
GEORG FRIEDRICH HAENDEL (1685-
1759): Johannes Passion, Messiah, La
Resurrezione / Choir of King's College,
Cambridge. Brandenburg Consort. Dir.:
Stephen Cleobury / BRILLIANT / Ref.:
94317 (5 CD) P.V.P.: 19,75 €.-
GEORG PHILIPP TELEMANN (1681-
1767): Passions-Oratorium / Barbara
Locher, Stefan Dörr, Zeger Vandersteene,
Berthold Possemeyer / L'Arpa Festante
München. Dir.: Wolfgang Schäfer / BRI-
LLIANT / Ref.: 94318 (2 CD) P.V.P.: 7,90
€.-
ERNESTO LECUONA (1895-1963)/GUS-
TAVO SÁNCHEZ GALARRAGA (1893-
1934): Rosa La China / Dolores Pérez,
Luis Sagi-Vela, Luisa de Córdoba, Maño
López / Coro de Radio Nacional de
España. Orquesta de Cámara de Madrid.
Dir.: Félix Guerrero / NOVOSON / Ref.:
Z-240 (1 CD) P.V.P.: 5,95 €.-
ATAÚLFO ARGENTA dirige TOMAS BRE-
TON (1850-1923): Escenas andaluzas /
Gran Orquesta Sinfónica. Dir.: Ataúlfo
Argenta / NOVOSON / Ref.: Z-241 (1 CD)
P.V.P.: 5,95 €.-
FRANZ LEHAR (1870-1948): Der Graf von
Luxemburg (El conde de Luxemburgo) /
Elsa Marval, Luis Sagi-Vela, Luisa de
Córdoba, Santiago Ramalle, Manolito
Díaz / Coro de Radio Nacional de
España. Orquesta de Cámara de Madrid.
Dir.: Ricardo Estevarena / NOVOSON /
Ref.: Z-242 (1 CD) P.V.P.: 5,95 €.-
L o s d i s c o s d e l z o c o n o c o m p u t a n p a r a l o s d e s c u e n t o s s e ñ a l a d o s e n e l b o l e t í n d e p e d i d o .
53
“El acuerdo de
colaboración entre
los citados
conservatorios de
Aragón y Nápoles
tiene un especial
sentido de la
oportunidad por
diversas razones, y
no son las afectivas
las menores. De lo
vivido
conjuntamente
siempre
permanece algo, y
en Nápoles el sello
de lo aragonés va
más allá de la
rememoración de
un capítulo
histórico.”
di v e r di el chupito
el chupito
Primeros pasos de un reencuentro
Juan Ángel Vela del Campo
La Historia se lanza a veces guiños a sí misma.
Incluso traspasando fronteras y hasta eliminándolas.
El punto de partida en esta ocasión es la fecunda
relación a varios niveles que en su día
mantuvieron la Corona de Aragón y el Reino de
Nápoles. La puesta al día de estos lazos culturales
de fraternidad la protagonizan el Conservatorio
San Pietro a Majella de Nápoles y el Conservatorio
Superior de Música de Aragón, que el pasado 17
de febrero firmaron en la ciudad partenopea un
convenio de colaboración, de al menos tres años
de duración, con la Música como argumento fundamental
para un amplio intercambio artístico
entre Zaragoza y Nápoles. Hay que caminar soñando,
como afirmaba Luigi Nono, y más en estos
tiempos de crisis. El convenio se revalidará en
Zaragoza el próximo junio y contempla, como
primeros pasos prácticos, al lado de actividades
pedagógicas y “másteres” especializados, la interpretación
de dos óperas: Il trovatore, de Verdi, con
la excusa de su desarrollo parcial en La Aljafería
de Zaragoza, y la recuperación de una ópera napolitana
del siglo XVII. La primera será en junio de
2012 y la segunda un año después, estando precedida
de un curso en varios meses sobre el barroco
musical napolitano, con profesores de la talla del
propio Florio y de Dinko Fabris, actual presidente
de la Sociedad Internacional de Musicología.
El acuerdo de colaboración entre los citados
conservatorios de Aragón y Nápoles tiene un especial
sentido de la oportunidad por diversas razones,
y no son las afectivas las menores. De lo vivido
conjuntamente siempre permanece algo, y en
Nápoles el sello de lo aragonés va más allá de la
rememoración de un capítulo histórico. El con-
servatorio napolitano tiene una experiencia
apabullante. No en vano
Nápoles era la capital mundial de la
música en el XVII y contaba con cuatro
conservatorios, de los que aún se
mantiene el de San Pietro a Majella. El
número de partituras que allí se conservan
es espectacular y entre ellas destacan
originales de los mejores autores
napolitanos del Barroco, de los compositores
belcantistas más destacados, o
del mismísimo Verdi, del que se mantiene
allí el Cuarteto de cuerda.
Actualmente un millar de alumnos asisten
a las clases. El acceso al cargo de
directora de Elsa Evangelista ha favorecido
la aventura compartida con
Zaragoza.
En sentido totalmente distinto
el Conservatorio Superior de Aragón,
que dirige Pedro Purroy, tiene escasamente
una década de existencia pero
en ese periodo de tiempo ha conseguido
colaboraciones pedagógicas con
destacados solistas de la Filarmónica
de Berlín, actuando la Camerata
Aragón –orquesta del conservatorio–,
reforzada por algunos solistas de la Berliner, en la
mismísima Philharmonie. También han trabajado
en cuestiones didácticas con la Escuela de Altos
Estudios Musicales de Friburgo, o han incorporado
a su profesorado un amplio número de personalidades
musicales españolas entre las que se
encuentran instrumentistas como Lucas Macías
Navarro, Asier Polo o el cuarteto Quiroga, o compositores
como Sánchez Verdú, López López,
Jesús Rueda o Agustí Charles. Del campo internacional
se han desplazado a Zaragoza desde
Salvatore Sciarrino a Helmut Lachenmann para
compartir sus experiencias con el alumnado aragonés.
A ello hay que añadir la vinculación de la
Camerata Aragón, dirigida por el excelente violinista
Rolando Prusak, con el Auditorio de
Zaragoza, lo que supone un estímulo de primer
nivel para los estudiantes.
La intencionalidad de este acuerdo entre
Zaragoza y Nápoles no se limita al hecho musical
y contempla también exposiciones artísticas o cursos
universitarios en la agenda de intenciones. El
alcalde de Nápoles ha mostrado su adhesión a esta
iniciativa, al igual que el Teatro San Carlo. Antonio
Florio, alma musical del proyecto, ya está calentando
motores en España. Después de su vibrante
dirección recientemente en Valladolid de
L’incoronazione di Poppea, de Monteverdi, actuará
el 1 de abril en la Semana de Música Religiosa
de Cuenca con un programa basado en temas ligados
a la Semana Santa napolitana, con obras de
Caresana y Veneziano, bajo la denominación
Tenebrae. Con este título está editado un disco por
el sello español Glossa. Diverdi, que siempre está
al loro, lo distribuye.