Diez Negritos De Agatha Christie 5 Diez negritos se fueron a cenar ...
Diez Negritos De Agatha Christie 5 Diez negritos se fueron a cenar ...
Diez Negritos De Agatha Christie 5 Diez negritos se fueron a cenar ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Philip le interrumpió:<br />
—¿Cuándo he reivindicado e<strong>se</strong> título de honradez?<br />
Blove continuó imperturbable:<br />
—Si nos ha contado la verdad, no nos queda sino un partido que tomar. En cuanto usted<br />
con<strong>se</strong>rve e<strong>se</strong> revólver, miss Claythorne y yo estamos a merced suya. El único medio de<br />
tranquilizarnos es el de guardar el arma con los otros objetos encerrados en el armario.<br />
Usted y yo continuaremos teniendo las llaves.<br />
Philip Lombard encendió un cigarrillo.<br />
Lanzó una bocanada y dijo:<br />
—¡No <strong>se</strong>a usted idiota!<br />
—¿No acepta mi proposición?<br />
—No; e<strong>se</strong> revólver me pertenece... lo necesito para defenderme... y me lo guardo.<br />
—En e<strong>se</strong> caso debemos convenir en que...<br />
—¿Yo soy U. N. Owen? Pien<strong>se</strong> lo que quiera. Pero si esto fuera así..., ¿por qué no le he<br />
matado esta noche con el revólver? He tenido veinte ocasiones para hacerlo.<br />
Blove bajó la cabeza y dijo:<br />
—No lo sé, lo confieso. Sin duda tiene usted sus razones.<br />
Vera no había tomado la menor parte en esta discusión. Por último medió entre ambos<br />
diciendo:<br />
—Se portan ustedes como dos idiotas.<br />
—¿Por qué? —preguntó, mirándola, Lombard.<br />
—¿Olvidan ustedes la canción de cuna? Y con voz en la que la malicia <strong>se</strong> recalcaba, recitó:<br />
Cuatro <strong>negritos</strong> <strong>se</strong> <strong>fueron</strong> al mar. Un arenque <strong>se</strong> tragó a uno de ellos Y no quedan más que Tres.<br />
Miss Vera continuó:<br />
—Armstrong no ha muerto. Se ha llevado el negrito de porcelana para hacer creer en su<br />
muerte. Usted dirá lo que quiera... pero yo sostengo que Armstrong aún está en la isla. Su<br />
desaparición no es más que una estratagema para desviar nuestras sospechas.<br />
—Quizá tenga usted razón —le dijo Lombard <strong>se</strong>ntándo<strong>se</strong>.<br />
Blove objetó:<br />
—Su argumentación es muy sutil, pero... ¿dónde <strong>se</strong> ha refugiado nuestro hombre? Hemos<br />
registrado la isla en todos <strong>se</strong>ntidos.<br />
<strong>De</strong>sdeñosamente repuso miss Claythorne:<br />
—Ustedes también buscaron por todas partes para encontrar el revólver... sin resultado. Sin<br />
embargo, el arma no ha desaparecido de la isla.<br />
Lombard murmuró:<br />
—¡Caramba! Hay gran diferencia de tamaño entre un revólver y un hombre.<br />
—Poco importa —repitió Vera—, tengo la <strong>se</strong>guridad de no equivocarme.<br />
Ob<strong>se</strong>rvó Blove:<br />
—Nuestro hombre <strong>se</strong> ha traicionado en esta canción, hubiera podido modificar algo.<br />
—¡No <strong>se</strong> dan cuenta de que tratamos con un loco! Es in<strong>se</strong>nsato el cometer crímenes<br />
siguiendo las estrofas de una canción de cuna. El hecho de disfrazar al juez con una cortina<br />
roja, de matar a Rogers en el momento en que cortaba leña, envenenar a mistress Rogers<br />
para que no <strong>se</strong> desperta<strong>se</strong> más, de poner una abeja en la habitación cuando miss Brent<br />
estaba muerta, creo no son sino crueles juegos de niños. ¡Es preciso que todo concuerde!<br />
—En efecto —aprobó Blove. Reflexionó un minuto y siguió diciendo—: En este caso la<br />
isla no tiene colección zoológica para ajustar<strong>se</strong> a la estrofa siguiente. Tendrá que buscarla<br />
para con<strong>se</strong>guir sus fines.<br />
La joven les gritó:<br />
—¡Ustedes no saben nada! El zoo, la colección zoológica... ¡somos nosotros! Ayer noche no<br />
<strong>Agatha</strong> <strong>Christie</strong><br />
<strong>Diez</strong> <strong>Negritos</strong><br />
88