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cual ocurre con otras muchas plantas, al parecer
también de origen exótico.
Las hojas de las amarantáceas son siempre
sencillas y casi siempre enteras, opuestas ó
alternas, sésiles ó pecioladas, y desprovistas
de estípulas. Las flores, por lo general pequeñas
y sésiles, se hallan reunidas en mayor ó
menor número, y forman variadas inflorescencias,
unas veces terminales, otras axilares, y
en ocasiones de una desmesurada magnitud,
como se ve en el amaranto cresta de gallo. Se
hallan circundadas de brácteas casi siempre
en número de tres, y exteriormente se componen
de un perigouio de la misma consistencia
, con tres, cuatro ó cinco divisiones más
ó menos soldadas entre sí, muy á menudo coloreadas
, y que se han considerado como cáliz
por unos y como corola por otros. Los estambres
están libres ó soldados en una especie de
tubo, é insertos en el fondo del perigonio,
siendo del mismo número que las piezas que
le componen, y á las cuales se hallan opuestos.
Muy á menudo alterna con igual número
de estambres estériles de diferentes formas.
El ovario es libre y aparece en el centro de la
flor; se halla compuesto de una sola cárpela, y
destaca sobre él un estilo sencillo, cuyo estigma
está frecuentemente dividido. Ese ovario
contiene uno ó varios óvulos, y en la mayoría
de las especies se transforma en un utrículo
membranoso, monospermo ó polispermo, que
se abre de diferentes maneras, convirtiéndose
rara vez en cariopside ó baya. El grano contiene
un perispermo harinoso más ó menos
abundante.
A pesar de ser realmente pocas las virtudes
que las amarantáceas tienen, son empleadas
por la medicina popular en América y Asia.
Los labradores del Mediodía de Europa.suelen
consumir á guisa de espinacas las hojas
del Amaranlus blitum y de algunas otras especies
análogas á ésta. También ocurre lo mismo
en la India y la China, donde se cultivan ciertas
especies de grana más gruesa y harinosa
en calidad de cereales. Entre nosotros, las
amarantáceas no tienen otro mérito que el de
proporcionar algunas plantas de adorno, las
principales de las cuales pertenecen á los géneros
Amaranlus, Celosía y Gomphrena, y son
notables por lo vivo de los colores ó por sus
inflorescencias unas, y otras por la persistencia
de sus flores, casi tan brillantes y tan duraderas
como las inmortales.
AMARANTINAS (Gomphrena).—El
nombre de estas plantas indica ya su parentesco
con la cresta de gallo y los amarantos,
de los que no se diferencian más que por la
forma de su inflorescencia. La belleza de las
amaran tinas no la constituye la corola, que
falta completamente, sino las brácteas secas y
escamosas que rodean el cáliz, y que por su
duración coloca el vulgo entre las siemprevivas.
Los capítulos florales de esta planta son
buscados para confeccionar ramilletes, no sólo
por su bonito color, sino también por su duración
casi indefinida. Cortadas y desecadas las
flores á la sombra, conservan su color, y son k
propósito para guarnecer y decorar vasos y
muebles de salón. Este género abunda bastante
en especies, siendo las más conocidas la amarantina
globulosa ó amaranlina violeta, que se
dice procede de la India; la amaranlina encarnada
de Méjico, un poco más alta que la precedente,
y como ella anual, con las brácteas de
un encarnado escarlata y flores amarillas; la
amaranlina de Sellow, originaria de Montevideo
, con capítulos globulosos de color rosa de
carmín. A estas especies se podría añadir la
amaranlina oficinal, muy poco conocida todavía
de los jardineros. Todas las amarantinas
sirven de diversas maneras para decorar las
platabandas, ya sea en macizos, ó en pequeños
grupos, ó bien en pies aislados. Les gusta la
exposición cálida y tierras sueltas preparadas
con mantillo. La siembra tiene lugar en Marzo
y Abril, en cama caliente en el N., y se
transplanta cuando no sean de temer las heladas.
Haciendo la siembra cada quince días, se
puede obtener una floración continua de amarantinas
desde Junio hasta los primeros hielos.
AMARANTO (Jardinería ).— Los antiguos,
por haber consagrado el amaranto á los.
muertos, lo plantaban alrededor de las tumbas.
Son plantas de la familia de las amarantáceas,
que comprenden gran número de especies
, siendo una de las más interesantes el
amaranto conocido con el nombre de cresta de
gallo (A. cristalus, Celosía cristala), planta
anual de la India, con el tallo de 50 á 60
centímetros; hojas alternas, ovales ó lanceoladas,
de un color verde tierno ; flores numerosas,
pequeñas é insignificantes tomadas
aisladamente, pero la inflorescencia se halla
formada por la agrupación de millares de
dichas flores, que simulan en conjunto una
masa de color amaranto, dispuesta en forma
de cresta de gallo. Los matices ordinariamente
muy vivos y como metálicos, y los reflejos
aterciopelados de dicha inflorescencia monstruosa,
dan un gran valor á esta planta. Se
cultivan también en macetas ó jardineras para
adorno de los balcones y habitaciones, ó para
decorar un jardín. Se la multiplica por grana,
que se siembra en vivero, y se transplanta
en pequeños vasos, que más tarde se colocan
en su sitio definitivo. Existen muchas variedades
de crestas de gallo, unas con flores amarillas
, otras róseas, pero su mayor estima no
consiste tanto en el color como en su respectiva
altura, porque generalmente se aprecian
más las clases enanas, que producen algunas
veces una inflorescencia que mide hasta 30 y
35 centímetros sobre una altura del suelo apenas
de 25 centímetros. Esta clase debe reservarse
especialmente para el cultivo en macetas.
A las crestas de gallo se les debe procurar
una tierra ligera arenosa, porque en un
terreno muy abonado los tallos se elevan orgullosos
y pierden parte de su mérito, que es
el de permanecer enanos.
Amaranto moco de pavo, disciplina de monjas
ó cola de zorra con que la designan los