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almizclado, el jaguar, el pecar y el patira,
parecidos al jabalí; el cabiel, el agutí, el paca
y otras especies, parecidos al conejo; los mirmecófagos,
tamandoas y otros insectívoros; el
perezoso ay, el llama y la vicuña; el ligero
tití, las cotorras y los preciosos colibríes.
AMERICA SEPTENTRIONAL. — Las tierras é
islas septentrionales de América lindan con
el Mar Glacial, donde los hielos aparecen derribados
y acumulados de mil maneras, semejando
á veces castillos, pirámides y obeliscos
derruidos, 3' arcadas, bóvedas ó serie
continua de montones de hielo de más ó menos
elevación, algunos de los que, de 150 y
200 metros de altura, parecen de lejos islas.
Durante el verano estas enormes masas pierden
su equilibrio y se desmoronan á consecuencia
del derretimiento de parte de los
hielos. Se ha supuesto la existencia de un
mar libre, por lo menos en algunos veranos,
en la región más inmediata al Polo; sin embargo
, el capitán Nares, jefe de la última expedición
inglesa que avanzó algo más allá del
grado 83 de latitud, dio á aquel mar el nombre
de Mar Paleocrístico, es decir, cristalizado
desde remota antigüedad.
Dado el clima de esta región de América,
se comprenderá fácilmente la poca importancia
que en general tiene como comarca agrícola.
En las Islas Aleutienas la nieve sólo
desaparece en el mes de Mayo. En las más
próximas á América se encuentran pinos, alerces
y robles; en las occidentales, algunos sauces
achaparrados. En las montañas se dan moras,
y en los valles frambuesas muy desabridas.
Los bosques de pinos son los que más importancia
tienen, porque proporcionan excelentes
maderas de construcción. Las raíces y la pesca
forman el principal alimento de los habitantes.
En los archipiélagos del Príncipe de
Gales, Duque de Yorck y demás de la antigua
América rusa, el clima es menos riguroso,
y crecen ya con más vigor el pino, el cedro y
•otros árboles, y se dan el centeno y la cebada.
La parte del continente conocida con el
nombre de América rusa ó Alaska, y que no
hace muchos años han comprado los Estados
Unidos, presenta por todas partes aspecto
•salvaje y sombrío. Sobre una hilera de colinas
cubiertas de pinos y abedules se levantan
montañas peladas, coronadas de enormes masas
de hielo. Desde la falda de estas montañas
al mar, el terreno es llano, casi todo negro y
pantanoso, y sólo produce musgo, gramas y
otras plantas pequeñas. El comercio en estas
regiones está limitado casi exclusivamente
á las pieles de lobos marinos, zorros y otros
animales de la zona glacial.
En las cercanías del mar de Hudson sólo se
ven tierras impropias para el cultivo. En las
márgenes del río Churchill crecen varios arbustos-bayas,
el grosellero, el fresal, una especie
de boj, musgos, y varias gramíneas y hortalizas.
Los árboles de los bosques son el pino,
el alerce enano, el álamo blanco, el sauce y el
abedul enano. En todas estas regiones, y más
aún hacia el E., en el Canadá, el pino es el
árbol que más se explota.
La Groenlandia es un país muy frío y pobre
en vegetación. Es un montón de rocas mezcladas
con inmensos pedazos de hielo. Las
únicas producciones que alimentan su escaso
comercio son de origen animal: aceite y barbas
de ballena, pieles de foca, zorro, oso y
liebre, y plumazón.
En el Canadá, el frío y el calor son extremos.
La temperatura del verano en Quebec es
de -t- 20°, y la desinvierno de — 10°. Es país
montuoso y cubierto de bosques, y el cultivo
se encuentra principa-lmente en las márgenes
del gran río San Lorenzo. Los principales
productos son tabaco, legumbres y granos. A
la entrada del golfo de San Lorenzo se encuentra
la isla de Terranova,\al SE. déla que
está el gran banco, tan famoso .por la pesca
del bacalao.
Unos 50 millones de acres forman" el territorio
agrícola del Canadá, de los que>37 millones
están cultivados y 6 millones destusados
•i. pastos, y en ellos se alimentan 3.500.000 cabezas
de ganado lanar, cerca de 3 millones ^de
vacuno, 1.500.000 cerdos y 700.000 caballos. Lopesca
tiene mucha importancia; en ella se emplean
cerca de 20.000 barcos, entre grandes'
y pequeños, y más de 40.000 individuos. La!
producción de petróleo es de bastante consideración.
En los últimos años la producción i
media anual puede calcularse en 12 á 15 millo- \
nes de galones. En metales preciosos produjo N
en 1881 5.500.000 pesetas de oro y 340.000 de
plata.
La orografía de la América del Norte está
constituida, como anteriormente se ha dicho,
por dos grandes sistemas de montañas, los
Apalaches y las cordilleras propiamente dichas.
Estas montañas limitan las varias regiones
en que el país puede dividirse desde el
punto de vista de la riqueza predominante, á
saber:
1.° Los Apalaches y la zona comprendida
entre estas montañas y las costas del Atlántico.
Región principalmente comercial y manufacturera.
2.° Gran valle central; vasta región comprendida
entre los Apalaches y las cordilleras
del O., que se distingue por una gran uniformidad,
casi igualdad, en su relieve. En ella
predomina la agricultura.
3.° Llanuras en el centro y O. de la región
central, que puede denominarse región
del pastoreo.
4.° Las cordilleras y la costa del O., que
es la zona minera por excelencia.
Respecto al clima, el calor se distribuye
con bastante regularidad, según la latitud d e
los lugares, aunque, como ya indicamos a n "
tes, la temperatura suele ser más baja q. de . e n
latitudes iguales del Antiguo Mundo. C° n v i e "
ne también observar que no es tanta l- 1 "iterencia
en el O. como en el E., pues te l a c o s * a
del Océano Pacífico es más temp! ^l U( l * a
del Atlántico. Las diferencias mási profundas
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