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gleses ó franceses. Hay también suizos, que se
dedican á la agricultura, y han formado una
pequeña aldea al S. de la colonia, que se designa
con el nombre de Agua fresca. Seis vapores
al mes tienen á la colonia en comunicación
directa con los puertos chilenos y con
Europa. Punta Arenas posee varios aserraderos
, que convierten en tablones los hermosos
troncos del Fagus antartica.
La Tierra del Fuego, esa grande isla habitada
por tribus antropófagas, que la etnografía
coloca con razón en la última escala de los
seres humanos, se ve bastante lejos, con sus
altas mesetas, con sus bosques raquíticos siempre
azotados por los huracanes, nunca visitados
por el hombre civilizado. Pasarán muchos
años sobre esta tierra misteriosa antes que la
civilización, penetrando en ella, saque de la
horrible barbarie en que viven á tantos miles
de criaturas humanas.
En varios puntos de la América meridional
hay colonias agrícolas, fundadas expresamente
para dar hospedaje y trabajo á los inmigrantes.
En Venezuela hay dos, la de Guzmán Blanco
y la de Bolivar. La primera está situada entre
los pueblos de Orituco y de Concagua, á
1.800 metros sobre el nivel del mar, del que
dista próximamente 100 kilómetros, y de Caracas
120. Su extensión superficial es de 555
kilómetros cuadrados, de terrenos montañosos
y propios para la agricultura. Muchas maderas
de construcción y ebanistería abundan en los
extensos y vírgenes bosques de la colonia,
siendo las principales por su calidad, cantidad
y ventajosas condiciones para ser explotadas,
el roso, el gateado, el roble, el trompillo, el
púy y el laurel. El café, la caña de azúcar y
la yuca son los frutos de cultivo preferente.
La caña de azúcar rinde productos asombrosos,
no sólo por el vigor y lozanía con que se
desai'rolla, sino porque, una vez sembrada,
puede sufrir quince y hasta veinte cortes en
las mejores condiciones. El clima es benigno
y muy sano. La colonia de Bolivar tiene 37
kilómetros cuadrados, y está situada á 50 kilómetros
al JSTJS. de Caracas. Su clima es cálido,
pero muy sano, y en sus terrenos hay
catorce fundaciones de café, con 16.000 matas
, y 200 conucos de maíz, plátanos y frutos
menores.
Estas y otras colonias son núcleos de establecimientos
agrícolas donde las personas y
familias labriegas europeas que llegan al país
encuentran facilidades para adquirir tierra,
útiles y animales de labranza. Se puede conseguir
una hectárea de terreno en las colonias
argentinas por 80 y aun 60 pesetas, pagaderas
en 4 anualidades. Sólo en la provincia de
Santa Fe (República Argentina) hay 55 colonias
agrícolas; la más antigua, La Esperanza,
data de 1856, y tiene hoy 3.300 habitantes.
Hay 8 colonias nacionales en dicha Re-
.pública: 3 en el Chaco, 2 en Entre Ríos, 2 en
Córdoba y una en Patagonia. Todas ellas
. cultivan principalmente trigo, maíz, lino, arvejas,
habas y papas, y poseen gran número
de cabezas de ganado vacuno, caballar, mular
, lanar y de cerda.
Según las leyes de inmigración, los inmigrantes
deben ser con preferencia agricultores;
son por cuenta de los Gobiernos los gastos
que ocasione su desembarco, su residencia
en los depósitos y su traslación hasta su destino;
á cada familia que se establece en los
distritos coloniales se le da un título de propiedad
provisional de cierto número de hectáreas
de terreno de cultivo, un rancho y los
instrumentos necesarios para el trabajo. Según
el mayor ó menor cultivo que hagan, adquieren
derecho á más hectáreas y á convertir
en definitivo el título provisional.
La ley de inmigración de la República Argentina
establece que todo . inmigrante que
acredite su buena conducta y aptitud para
cualquier industria tiene derecho á ser alojado
y mantenido á expensas de la nación durante
los cinco días siguientes á su desembarco, y
si enfermaren, mientras dure la dolencia. Los
contratados por la nación para las colonias
agrícolas tienen derecho á alojamiento y manutención
hasta que sean enviados á su destino.
Todos lo tienen á ser colocados en el trabajo
ó industria que elijan; á ser trasladados
al punto de la república donde quieran fijar
su domicilio, y á introducir libres de derechos
las prendas de uso, vestidos, instrumentos y
herramientas. En varias ciudades hay una
casa para alojamiento de los inmigrantes.
La inmigración es muy escasa en la zona tropical.
Sólo algunos centenares de individuos
al año llegan á Venezuela, Colombia, Ecuador
y Perú, que se establecen en los puertos y en
las grandes ciudades, donde ejercen el comercio
y algunas industrias de lujo. Más importante
ha sido la inmigración de chinos en el Perú
y de africanos en la Guayana inglesa. De 1860
ál877 desembarcaron 80.458 chinos en el Callao.
La inmigración de negros en la Guayana
fué de 187.248 individuos de 1835 á 1873. La
cuestión de la inmigración preocupa mucho
á los agricultores brasileños, que necesitan
gran número de brazos para el cultivo del
café, y que tienen que escasear aún más, á
consecuencia de la supresión de la esclavitud.
La emigración europea se dirige con preferencia
á la zona templada. Sin embargo, en Chile
no sólo Imy poca inmigración, ya porque está
lejos, ya porque allí, dada la constitución déla
propiedad, el colono tiene pocas probabilidades
de llegará poseerla tierra, sino que los mismos
chilenos emigran á la costa del Pacífico. La
región del SE., es decir, el Brasil meridional, el
Uruguay y la República Argentina, son los
países escogidos por los inmigrantes europeos,
donde en las ciudades y en el campo hay inmensas
colonias de alemanes, italianos, españoles
y franceses. Se calcula que estas regiones
reciben un contingente anual de 50.000
individuos.
El valor de los terrenos agrícolas y el de
los pastos varía mucho, según sus condiciones
naturales y artificiales, y la posición que ocu-