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ral, en estos últimos todas las blancas y en
el primero las tintas. El tamaño de las hojas,
desde muy grandes hasta muy pequeñas, resultan,
como los sarmientos en su longitud, de
la fertilidad del terreno. Otras objeciones pudiéramos
hacer á las tablas sinópticas de los
caracteres de la vid á que sujetó su clasificación
Pojas Clemente; pero siendo sin objeto
en este sitio, lo reservamos para en su día
con más espacio discutirlas.
Entre las clasificaciones que tenemos á la
vista vemos que Columela dividió las vides en
grupos: el primero las buenas para fruto, y el
segundólas para vino; de este grupo hizo tres
clases. Pero en el primero pone la Duratino?,
que son las Jaénes, de las cuales se hace vino;
y en la tercera clase del segundo grupo para
vino pone las Apiana;, que son las Moscateles,
que sirven para fruto y para vino de primera.
Metzger divide todas las clases de vid en
dos: la primera, la de uvas redondas; la segunda,
la de uvas oblongas, y esas dos clases
en tres divisiones: la primera, la que tiene
las uvas muy grandes; la segunda, la de las
medianas, y la tercera, la de las pequeñas.
Luego hace otra división, basada en el tamaño
de los racimos, y la forma y tamaño de las
hojas. Tal confusión es inconcebible, pues
cada uno de esos caracteres pueden muy bien
encontrarse en las diversas especies agrupadas
en las primeras clases y confundirlas. En
último término, esto nada dice al viticultor.
El abate Milano dividió las vides en dos
clases, uvas blancas y uvas de color, que, según
dice, es el orden natural de las familias.
Fácil es comprender lo imposible de fundar
sobre esa base una clasificación, pues en las
diferentes especies de uvas que se conocen
hay más de dos colores en las uvas, y en esos
colores cepas que tienen el color negro las
uvas y dan éstas el mosto blanco.
Odart adopta en su ampelografía la clasificación
por regiones no sujetas á grados de
latitud; regiones formadas por él, más en consonancia
con la procedencia de las plantas coleccionadas,
y añadiendo agrupadas las especies
de vid, según que son conocidas por
su calidad y el vino que producen. Las subvariedades
las incluye en las variedades, pues
dice: «¿La subvariedad procede de la variedad,
ó ésta de aquélla? ¿Se ha reconocido el
tipo?» Esta es una cuestión difícil de resolver.
Tomando Odart la Francia por centro del
mundo bajo el punto de vista vitícola, en la
parte occidental ha comprendido toda la América
; en su parte oriental los viñedos del
Rhin, los afluentes al Danubio hasta el Mar
Negro; en la región meridional, España, Italia,
Grecia y también Persia, y la región central
que comprende la Francia.
En esas cuatro regiones comprende Odart
417 nombres de cepas.
En cada región separa en dos clases las especies:
cepas de uva tinta y cepas de uva blanca.
También separa los nombres de las plantas
apropiadas para emplear su fruto para vino,
de lo que trata por regiones separadas primero
, y después de las plantas cuyo fruto es
apropiado para mesa, ó sea para fruta.
Termina con un cuadro, dividido en seis
clases, según la época de la madurez las cinco
primeras, y la sexta con el nombre de las
plantas cuyo fruto no ha madurado en el sitio
(cerca de Tours) donde tiene sus plantíos
de estudio.
Stoltz funda su clasificación diciendo: «Creo
deber admitir que el número indefinido de
especies de vid se distingue por caracteres
propios á cada una de ellas, y reuniendo los
individuos que se parecen en la pluralidad de
caracteres, costumbres, cualidades y defectos,
no difieren entre sí más que por el color de
las uvas. Una observación constante me ha
convencido que el número de individuos de
forma primitiva, que nombraré variedades primitivas
de la especie, son tres: una de esas variedades
lleva las uvas blancas, con variaciones
de verde hasta amarillo; la segunda, uvas
de rojo claro, carmesí ó azulado; la tercera
produce uvas negras en apariencia, pero que
examinadas tienen el color púrpura, ó rojo
rubí. Cada una de esas tres variedades está
sujeta á ciertas modificaciones en sus caracteres
distintivos que le imprime el clima, el
suelo, la exposición, el cultivo, etc., y esas
modificaciones pueden producir una especie,
subvariedad, ó variedad degenerada. Si las
tres variedades que yo atribuyo á cada especie
no se encuentran; si una ú otra no se encuentra
y es desconocida, no es porque no
existe ni ha existido jamás; es que existe en
otros plantíos, ó que su poco valor y producto
la hizo abandonar. Mi obra la divido en
tres secciones: 1. a Contiene la designación de
rasgos característicos generales de la especie,
y los caracteres distintivos de cada una de sus
variedades, subvariedades ó variedades degeneradas
en el estado normal en que son conocidas
y cultivadas. —2. a Hago la historia del
origen conocido ó presumido de la cepa y de
sus emigraciones. Indico el sitio actual en
que hoy se cultiva; los diversos nombres
que tiene en el valle del Ehin, en Alemania
del Sur, en Francia y España, etc. Hago preceder
el nombre vulgar al genérico que doy á
la especie, que derivo de los caracteres más
salientes y constantes, y en defecto de signos
característicos, los del lugar de donde procede.—Y
3. a Está consagrada á las indicaciones
agronómicas y valor económico de las cepas
descritas. En ésta se encuentra todo lo que es
propio á la especie, su fuerza vegetativa, su
duración, su fertilidad, época de madurar el
fruto, la calidad y la cantidad de su producto
en condiciones ordinarias, sus exigencias
con relación al terreno, exposición, cultivo y
abonos Indicaré al viticultor todo cuanto
tiene que hacer y observar para obtener del
cultivo de la vid, según su especie, el mayor
provecho posible; esto con relación á las variedades
descritas en mi ampelografía.»
Sin embargo que Stoltz indica una manera