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tres años. El cultivo al aire libre es fácil en
la Habana, en Cayena, Jamaica, etc., países
muy cálidos, con tal de elegir sitios húmedos
y frescos. Algunos ensayos practicados en la
Argelia han dado tan buenos resultados como
los emprendidos en Málaga y otros puntos
de nuestra costa del Mediterráneo. Pero
en general, no se puede practicar su cultivo
sino en estufas calientes, y en las regiones
templadas, en bacas.
Las ananas requieren, como decimos, calor
y humedad, y cajones ó camas calientes donde
se les haga fructificar,
dentro de un
invernáculo en
buena exposición,
aunque poco elevad
o, para que las
plantas no se_ encuentren
muy alejadas
de los vidrios.
La mayor dificultad
que ofrece el
cultivo de las ana­
Fisura 119
Ananas de Cayena
nas consiste en
calcular la suma de
calor y humedad
que necesita esta
planta, porque, originaria
de los países
tropicales, en
que el calor es casi
uniforme, sin ser
excesivo, las ananas
no exigen período
de reposo
anual.
MlJITIPL ICA-
'CIÓN.— Se verifica
por semillas é hijuelos
, ó por los esquejes
de corona,
que ocupan la parte
superior del fru­
to. Sólo se emplea la siembra para obtener
variedades nuevas, porque se necesitan tres ó
cuatro años por lo menos para obtener fruto
de las plantas sembradas. Por mucho tiempo
se han preferido las coronas, pero hoy se
apela á los hijuelos, que dan resultados más
rápidos.
Deben destacarse con cuidado los hijuelos,
y muy especialmente los de la base de los
tallos, que son los mejores, y plantarlos con
sus hojas tan pronto como sea posible.
TIERRA Y ABONOS.—La tierra que conviene
mejor á las ananas es la ligera, y suave, que
contenga una gran proporción de materia vegetal
en estado fibroso para que no se deforme
con los riegos. Se puede conseguir ésta mezclando
un tercio de buena tierra con otro
tercio de tierra de brezo y otro de mantillo
de hojas. Debe enriquecerse en seguida, según
las necesidades, con estiércol muy descompuesto.
PLANTACIÓN.—-Antes de la época de la plan-
tación, y hacia los últimos días de Septiembre
, se prepara un lecho ó cama de unos 60
centímetros de espesor, compuesto de mitad
y mitad de estiércol enterizo y hojas mezcladas
ó estiércol bien fermentado. La altura de
la cama debe calcularse de tal modo que después
de haber cargado de 20 á 30 centímetros
de residuos de tenerías ó de musgo, las plantas
se encuentren lo más cerca posible de los
vidrios. En cualquier época los cajones y
camas que se destinen al cultivo de ananas
deben estar cubiertos de musgo.
Para efectuar la plantación se despojará de
h ojas la parte que se ha de introducir en la
tierra de los tiestos, que deberá ser de 10 á 12
centímetros. Algunas personas conservan los
renuevos durante varios días á la sombra en
un sitio del invernáculo
, á fin
de enjugarlos
un poco, y lo
mismo puede
hacerse con las
coronas foliáceas.
Figura 120
Ananas de la Providencia
No ha de estar
la tierra seca
al tiempo de
plantarlas, ni
tampoco muy
húmeda, pues
el exceso de humedad
sería el
más perjudicial
entre los dos
extremos.
Después de
la plantación se
colocarán los
tiestos en la cama
ó caja preparada
al efecto,
dejando entre
los tiestos
un espacio conveniente,
que se
calculará con
arreglo al desarrollo
y fuerza
de las plantas. Durante la noche se cubrirán
cuidadosamente los cajones con esteras, y por
el día se colocará un toldo de tela gruesa, ó se
echará por encima paja para atenuar la intensidad
de los rayos solares.
Cuando las ananas jóvenes comienzan á vegetar,
se les ventilará de vez en cuando, abriendo
las cajoneras ínterin da el sol, y siempre
del lado opuesto al viento, pues es planta tan
sensible y delicada que se estropea al menor
descuido. Se regará con precaución, no haciéndolo
más que cuando sea absolutamente
necesario, y entonces de pie, pero cuidando
que no penetre agua en el cogollo.
A principios de Noviembre, ó en la época
en que comienza á sentirse el frío entre nosotros,
se recalentarán las cajoneras, rodeando-