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ANE — 318 — ANE
El anemómetro, que pudiera llamarse de
Hooke, consta esencialmente de una veleta
que, al girar y enfilarse con el viento, lleva
consigo y coloca normal ó perpendicular á la
corriente aérea, cuya fuerza se trata de valuar,
una plancha metálica, generalmente rectangular,
y de área y peso perfectamente determinados,
giratoria alrededor de la arista
horizontal superior, á guisa de portezuela ó
trampilla. En tiempos ó momentos de calma,
la planchuela, por efecto de su propio peso,
toma la posición vertical; pero, conforme el
viento arrecia, se desvía más y más de aquella
su posición natural de equilibrio, describiendo,
vista de canto, un arco de círculo, de cuya
amplitud se deduce con aproximación á la
verdad, suficiente las más veces en la práctica
, la fuerza del viento que la impele, y levanta,
y propende en vano á colocarla en
posición horizontal. Dando á la plancha 2 decímetros
cuadrados de superficie, y un peso
de 456 gramos, el constructor madrileño señor
Cobo ha conseguido, en combinación con
una veleta de grandes dimensiones, fabricar
un anemómetro bien equilibrado y ligero, de
figura elegante, y dócil á los caprichos y sacudidas
del viento, tanto en dirección como
en intensidad, representado en la figura 139.
Para apreciar las desviaciones de la plancha,
completa el instrumento un arco de círculo
graduado, en el cual pueden leerse fácilmente
las amplitudes de aquellas desviaciones. Y de
los grados leídos se pasa á las presiones ejercidas
por el viento, referidas al metro cuadrado
de superficie, y expresadas en kilogramos,
con auxilio de la siguiente tabla:
Presión P del viento, conocida la desviación '•?
de la plancha
? P !0 P CO P
Grados Kilog. Grados Kilog. Grados Kilog.
2 0,8 30 15,2 60 78,9
4 1,6 32 16,8 Ül 84,8
6 2,4 34 18,5 62 91,3
8 3,2 36 20,5 63 98,5
10 4,1 38 22,6 64 106,5
12 5,0 40 25,0 65 115,6
1* 5,9 42 27,6 66 125,8
16 6,8 44 30,6 67 137,3
18 7,8 46 34,0 68 150,5
20 8,8 48 37,8 09 165,6
22 9,9 50 42,2 70 183,0
24 11,1 52 47,4 »
26 12,4 54 53,4 »
28 13,7 56 60,4 >> »
30 15,2 58 68,8 » »
A propósito de este anemómetro son de advertir
tres cosas importantes:
Primera.—Que no conviene que la plancha
de presión retroceda súbitamente, después de
desviada, á su posición vertical, tan pronto
como cede ó pasa el impulso del viento; pues
en días de borrasca daría entonces un gran
número de golpes y violentas sacudidas con­
tra el eje ó árbol de sustentación de la veleta
y de la misma plancha, y el deterioro del aparato
sería en breve tiempo casi inevitable. Este
inconveniente le ha sorteado el Sr. Cobo de un
modo muy ingenioso y sencillísimo en la apariencia,
ó después de discurrido, permitiendo
á la plancha ascender sin dificultad ó tropiezo,
alguno, impulsada por la fuerza del viento; y
dejándola enganchada en suposición de máximo
desequilibrio, hasta que la mano del hombre
interviene y separa el obstáculo que á su
descenso se oponía. Con lo cual se consigue,
no sólo asegurar la conservación del aparato
en buen estado de servicio, sino determinar la
presión máxima ejercida por el viento en
tiempos ó períodos dados, de día en día, ó de
hora en hora, sin molestia del observador, y
hasta en ausencia suya: problema de la mayor
importancia.
Segunda.—Que las indicaciones del anemómetro,
y números consiguientes en la tabla
anterior insertos, se refieren á la fuerza
del viento, ó componente suya horizontal, en
la hipótesis, falsa muchas veces, de que el
viento sopla paralelamente á la superficie ó
haz de la tierra. Pero cuando el viento, estrellándose
contra las paredes de un edificio, contra
un árbol ó grupo de árboles, ó contra las
desigualdades del suelo, bota y asciende, formando
caprichosos remolinos, puede suceder
que llegue á pegar inclinado contra la plancha,
y que la sacuda y despida oblicuamente
hacíalo alto, falseando en términos considerables
sus indicaciones. Contra este inconveniente,
que no lo es del aparato, sino que procede
de la índole especial del fenómeno que
con auxilio suyo trata de apreciarse, no hay
más remedio eficaz que el de una instalación
en sitio adecuado, lejos en lo posible de las
causas ó circunstancias de perturbación indicadas.
En este como en otros muchos casos
análogos, la experiencia y buen juicio del observador
tienen que suplir, y corregir ó completar,
las deficiencias é imperfecciones inevi
tables de todas las combinaciones mecánicas
de la simple materia, sometidas sin defensa á
las fuerzas enfurecidas de la Naturaleza.
Y tercera.—Defecto deplorable del aparato,
de que también adolecen casi todos los demás
de su especie, es el de la pérdida de
sensibilidad, conforme la violencia del viento
aumenta, precisamente cuando más falta haría
que funcionase con gran delicadeza y precisión.
Para que, según la precedente tabla
indica, se desvíe y levante 2 o la plancha receptora
del empuje del viento, bien poca fuerza
se necesita cuando se halla en posición casi
vertical; pero, en pasando de los 30° de desviación,
la resistencia que opone al giro ascendente
es cada vez mayor, por efecto de su
propio peso, no soportado por el eje de rotación
horizontal, y la superficie útil ó eficaz que
á la acción del viento presenta, cada vez, ó
por momentos, más y más pequeña: de manera
que para levantarla de los 30 á los 32° se
necesita doble esfuerzo que de los 2 á los 4 o ;.