l - Repositorio Gestion Documental v.03
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ANE — 322 — ANE<br />
Esta tabla, arreglada en lo posible á la escala<br />
y nomenclatura de los vientos, propuesta<br />
á principios de siglo, para inteligencia y uso<br />
de los marinos, por el almirante inglés Beaufort,<br />
y cuyo contenido, expresado en unidades<br />
métricas y no inglesas, resulta algún tanto<br />
extraño ó caprichoso, fácilmente puede resumirse<br />
ó compendiarse, y ampliarse también en<br />
caso necesario, por medio de los símbolos matemáticos.<br />
Admitiendo, en efecto, que las<br />
presiones varían en proporción de los cuadrados<br />
de las velocidades, para deducir de las velocidades<br />
por hora, Vh, en kilómetros; ó por<br />
minuto, Vm, en hectómetros ; ó por segundos,<br />
Vs, en metros; las presiones, P, que les<br />
corresponden, en kilogramos, referidas al metro<br />
cuadrado de superficie receptora, bastan<br />
las formulitas siguientes:<br />
P= 0,0094 x Vh- y P =0,336 x VJ-<br />
ó, aproximadamente:<br />
P = 'U VJ 7 P= 0,121 XF/.<br />
Suponiendo, pues, que<br />
Vs= 5, 10, 15, 20, 25, 30, 35 ó 40 metros,<br />
resultará que<br />
P = 3, 12, 27, 48, 76, 109, 148 ó 194 kilogs.<br />
Y, recíprocamente, si<br />
P = 10, 20, 30, 40, 50, 60, 70/80, 90 ó 100 kg.<br />
será<br />
Vs = 9,13, 16, 18, 20, 22, 24, 26, 28 ó 29 m.,<br />
con leves diferencias.<br />
En la materia de que tratamos hay todavía<br />
algo más que advertir, importante de suyo,y<br />
que viene á dificultar todavía más, ya que no<br />
á imposibilitar por completo, el establecimiento<br />
dé la relación matemática entre velocidades<br />
y presiones, y deducción de tablas de correspondencia<br />
merecedoras de fe entre ambas<br />
cantidades: el distinto modo de actuar el viento,<br />
ó de manifestar sus efectos, en los aparatos<br />
de presión y en los de velocidad. Los primeros<br />
ceden instantáneamente casi al choque<br />
violento de las moléculas aéreas, como á la sacudida<br />
del ariete cedería, derrumbándose, endeble<br />
muralla, y funcionan como por saltos<br />
ó sacudidas reiteradas, unas de otras separadas<br />
por intervalos de reposo; mientras que en<br />
los segundos, ni el aumento ni el decremento<br />
de fuerza de las ráfagas atmosféricas se revelan<br />
por excitaciones repentinas en la velocidad<br />
que indican, ni por intervalos consecutivos<br />
de laxitud ó calma, entre ráfaga y<br />
ráfaga. El volante, de cualquier forma que sea,<br />
recibe el empuje del viento, y se apodera de<br />
él, y le almacena, para utilizarle gradualmente,<br />
primero moderando su acción, y luego<br />
prolongándola por largo rato, dando tiempo<br />
con esto á que llegue una nueva ráfaga,<br />
que avive ó sostenga el movimiento que las<br />
anteriores le comunicaron, sin intervalo apa<br />
rente de respiro. De la velocidad de un anemómetro,<br />
por hora, mal puede inferirse su verdadera<br />
velocidad por minuto, y peor todavía<br />
por segundo ó en determinados segundos de<br />
tiempo; y, para elevarse del conocimiento de<br />
la velocidad al de la presión, como instantánea,<br />
sería menester que correspondiese la primera<br />
á un momento indivisible casi: al que emplea<br />
desatinado huracán para volcar un edificio, ó<br />
tronchar y arrancar de cuajo un árbol corpulento<br />
y profundamente arraigado. Si el viento<br />
obrase, moderado en sus ímpetus por un<br />
volante, de seguro que no produciría los estragos<br />
que á las veces produce, por resultado<br />
natural é inevitable de su modo de proceder,<br />
en aterradora libertad absoluta. Los anemómetros<br />
de presión y de velocidad no pueden<br />
suplirse unos por otros, porque cada cual refleja<br />
efectos distintos de la fuerza que contra<br />
ellos actúa. Pero mutuamente se completan y<br />
contribuyen á la definición precisa de aquella<br />
potente é indómita fuerza, que en vano nos<br />
empeñamos en apreciar con exactitud, considerándola<br />
tan sólo bajo de uno de sus múltiples<br />
y muy variados aspectos.<br />
Apropiados á este fin, mucho mejor que los<br />
simples anemómetros, están los anemógrafos, 6<br />
registradores automáticos de un modo continuo,<br />
por de pronto de la dirección del viento,<br />
y además de supresión ó de su velocidad, y á<br />
la vez también de algún otro fenómeno meteorológico,<br />
como la lluvia, con la dirección y<br />
fuerza del viento estrechamente relacionado.<br />
En los anemógrafos, de que sólo muy por<br />
encima y en principio trataremos, hay que<br />
distinguir tres distintas partes: la destinada á<br />
recibir la acción del viento, ó anemómetro ordinario,<br />
más ó menos completo, y naturalmente<br />
expuesto sin defensa alguna á la intemperie;<br />
la preparada so techado para la consignación<br />
gráfica, con lápiz ó tinta, de las indicaciones<br />
de la veleta, plancha de presión, ó<br />
volante giratorio, sobre papel cuadriculado y á<br />
propósito para ello; y la que una con otra los<br />
empalma, ó enlaza el mecanismo receptor con<br />
el registrador de los efectos del viento.<br />
De la primera nada realmente nuevo hay<br />
que advertir.<br />
La segunda consta de un mecanismo de<br />
relojería, que con movimiento uniforme y bastante<br />
rápido arrastra un tablero ó hace girar<br />
un cilindro, provisto de un papel cuadriculado,<br />
sobre el cual, ora en un punto, ora en otro<br />
muy distinto, enlazados por líneas automáticacamente<br />
trazadas, se apoyan el lapicero ó la<br />
pluma, obedientes al impulso que del exterior<br />
reciben.<br />
Y la tercera, destinada á la transmisión de<br />
ese impulso, suele reducirse á una cadenilla<br />
metálica, ó á una cuerda resistente y flexible,<br />
sostenidas y guiadas por sistema bien concertado<br />
de poleas, que tiran del lápiz ó pluma, ó<br />
las sueltan y abandonan á la acción antagor<br />
nista de un muelle ó contrapeso, conforme el<br />
anemómetro superior se desequilibra y funciona,<br />
ó recupera el equilibrio momentánea-