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para dirigir y graduar el arado, se sujeta por
su parte posterior al extremo anterior de la
cama, por medio de unas abrazaderas de hierro,
llamadas belortas. En el extremo anterior
va provisto de unos cuantos agujeros, que forman
lo que se denomina el clavijero, en los
que, y por medio de un pasador de hierro, llamado
lavija ó clavija, se sujeta á la anilla ó
barzón del yugo, por donde se ejerce el tiro del
animal. En la parte posterior de la cama, que
es encorvada, entra en una mortaja el extremo
del dental, sobre el cual descansa la reja, con
la que constituye la base del arado, formando
cou la cama, 3' por consiguiente con el timón,
un ángulo más ó menos agudo. En esta misma
mortaja se introduce la extremidad inferior
de la esteva, que á su vez lleva en su extremo
superior, la mancera ó mango, á donde se apo-
3 r a la mano del obrero, variando transitoriamente
la dirección y profundidad de la labor.
Estas tres piezas se sujetan con un tarugo ó
cuña de madera, llamadopascuño.
Para sujetar la cama con el dental, tienen
la mayor parte de los arados españoles, una
pieza, la telera, constituida por una varilla
cilindrica de hierro, que contribuye á dar mayor
solidez al instrumento; y, por último, á
uno y otro lado del dental, se colocan según
las necesidades, dos palitroques llamados orejeras
, á los que se da diferente inclinación y
longitud , según la labor que se haya de practicar.
A excepción de la reja y de la telera,
las piezas restantes son ordinariamente de
madera.
N0 puede ser más sencillo el mecanismo del
arado que nos ocupa; consiste en la combinación
de dos palancas, una de primer género y
otra de segundo género, las cuales tienen un
punto de apoyo común, y obran al mismo tiempo
para vencer la resistencia que la reja opone
á su acción. La primera palanca está formada
por la esteva, sujeta al dental; la potencia que
la hace obrar, son las manos del labrador aplicadas
á la mancera, á que se agarra para conducir
el ai - ado; el punto de apoyo, se encuentra
en el talón ó parte posterior del dental, 3'
su resistencia primera, en la punta de la reja;
las que provienen del frotamiento del dental
en el surco, son secundarias, puesto que no son
más que una continuación del primer obstáculo
que experimenta la reja al cortar la
tierra.
La palanca de segundo género está constituida
por el timón. La fuerza de los animales,
aplicada á su extremidad, constituye la potencia
que la hace obrar; y siendo su punto de
apoyo el mismo que el de la otra palanca, se
encuentra, por consiguiente, en el talón del
dental, hallándose de igual manera la resistencia
en la punta de la reja.
La especial disposición de los órganos que
constituyen el arado timonero no es, ni con
mucho, la más á propósito para que se aprovechen
de la manera debida las fuerzas que en
el actúan y para conseguir el mayor efecto
útil. Obrando como obra el arado, como una
verdadera palanca, la resistencia se encuentra
en la parte anterior, siguiendo una dirección
paralela al fondo del surco. La fuerza de tracción
debería seguir una dirección paralela á la
de esta resistencia, para que no hubiera descomposición
de fuerzas; pero como el motor
empleado, que es el animal, tiene una alzada,
se desvía la línea de tiro de su dirección verdadera,
y forma con el horizonte un ángulo
más ó menos agudo, llamado de tiro, lo cual
supone una descomposición de la fuerza motriz
, parte de la cual se emplea en sostener el
peso de la parte anterior del arado, que gravita
sobre la parte del animal por donde el tiro
se verifica. Y como que tiene que vencer la
resistencia de las restantes partes del instrumento,
además de sostener ese peso, trabaja
como animal de tiro y como animal de carga,
lo cual da lugar á que se desaproveche, según
los cálculos generalmente admitidos, una cuarta
parte de la fuerza empleada. Los inconvenientes
de este ángulo de tiro, inevitables
siempre por efecto del motor empleado, se
aminoran considerablemente con la disposición
que ofrecen los buenos arados de timón partido.
La graduación del arado, se obtiene sencillamente
alargando ó acortando el timón, haciéndole
subir ó bajar sobre la anilla ó barzón
del yugo, y sujetando su extremo en el clavijero
por medio de la clavija; de esta suerte, se
varía la abertura del ángulo de tiro, 3' la reja
pica más ó menos, haciendo una labor más ó
menos profunda.
El pescuño 3' las cuñas que sujetan el dental
, la cama y el extremo inferior de la mancera,
sirven también para graduar la entrada
de la reja, combinando las cuñas de modo que
la abertura que forme la cama con el dental
sea mayor ó menor, para cu3'o objeto es conveniente
que la mortaja en que entran y se
sujetan dichas piezas, sea bastante ancha para
que puedan colocarse dos cuñas, una por arriba
y otra por abajo. Dependiendo, como queda
dicho, la profundidad de la labor del ángulo
que forman la cama y el dental ensamblados
, si este ángulo es muy abierto, el arado
penetra poco, porque la cama se halla muy
alta, y el obrero, cuya mano se apoya constantemente
sobre la mancera, trabaja mucho
para dirigir el instrumento y para darle la
entrada conveniente.
Cuando, por el contrario, el ángulo es poco
abierto, la yunta trabaja más, porque estando
más baja la cama, la reja penetra á mayor profundidad;
pero el labrador en cambio trabaja
menos, limitándose á dirigir el instrumento
y á trazar el surco recto. Para que este ángulo
sea poco abierto, se aprieta y se hunde fuertemente
la cuña superior, y poco la inferior.
Cuando se quiere más abertura para que la
reja pique menos, la cuña de abajo es la que
se hunde y se aprieta fuertemente. A veces
también varía el obrero la abertura del ángulo,
colocando cuñas entre las belortas que
sujetan la cama y el timón, empleándose de