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do tenerlo presente para el caso en que se intentase
su generalización en la forma aquí recomendada.
CUALIDADES DE LA MADERA.—La madera de
este arce es excelente, pareciéndose bastante
á la del A. rubrum, L. En América es muy
estimada, sirviendo para cajas de fusil, obras
de torno y ebanistería.
J J. J.
ARCE NEGUNDO.—Árbol aclimatado en
nuestro país, que corresponde á la especie
Negando fraxinifolium, Nutt. ( Acer negundo,
L.; Negundo aceroides, Mcench.), familia
Aceríneas.
DESCRIPCIÓN.— Hojas tres ó cinco-foliadas;
foliólos opuestos, con gruesos y espaciados
dientes, el impar por lo común -3-lobo. Flores
dioicas; cáliz muy pequeño, con cuatro
ó cinco dientes desiguales; pétalos 0. Flores
masculinas fasciculadas, con pedicelos filiformes;
las femeninas, verdes, en racimo. Fruto
sámara alada. Florece en Mayo y Junio. Este
árbol es de rápido crecimiento, llegando á tener,
á la edad de veinte á veinticinco años, de
15 á 20 metros de altura, y 0,60 á 0,80 metros
de diámetro.
HABITACIÓN.—Este arce vive espontáneo
en las tierras frescas y pingües de los Estados
del NE. de los Estados Unidos, y en la región
del SE. del Canadá, de donde vino á Europa.
APROVECHAMIENTO.—En los países de donde
este árbol es originario, se beneficia su savia
para la obtención de azúcar, siguiéndose los
mismos procedimientos que se han indicado
al tratar del arce de azúcar. Eivalizando en
producción con esta última especie, aventaja
á todos los demás arces que dan savia azucarada;
siendo, por lo tanto, de bastante interés
la explotación del arce negundo bajo el indicado
punto de vista, prescindiendo del de su
madera, que también merece tomarse en cuenta.
De los experimentos hechos en Europa
resulta que, á pesar de su gran crecimiento,
este árbol no sirve para beneficiarse en monte
alto, pero que brotando mucho y creciendo
con rapidez los renuevos, da en un turno
de quince á veinte años gran cantidad de leña.
CULTIVO. — En Aranjuez se introdujo el
cultivo del arce de hoja de fresno ó negundo
en 1785, y desde sus viveros se propagó á
los plantíos del centro de España por lo rápido
de sus creces, por la belleza de sus hojas,
aunque las pierde algo temprano, y por la
resistencia á los fuertes calores de nuestro
clima. Para su propagación debe tenerse en
cuenta lo que se ha dicho al tratar del cultivo
de los arces en general, debiéndose añadir
aquí que este árbol exige con bastante predilección
terreno fresco, y que el medio más
fácil y seguro de multiplicarlo es el de estaca,
sin que por esto deban excluirse los demás.
MADERA Y LEJÍA.—La madera tiene espejillos
angostos, anillos anuales muy ondeados,
pero cerrados é iguales; 0,543 de densidad y
color amarillento, siendo además compacta,
tenaz, elástica y sonora. Sobrepuja en calidad
á la del fresno común, y se emplea para tablazón
, carruajes y obras de carpintería, porque
se trabaja bien. Su leña es excelente, tanto
que casi iguala á la del haya.
ARCEUTHOBIUM (Oxycedri, M. Bieb.;
Viscum oxycedri, D. C).—Matilla pequeña,
de la familia de las Lorantáceas, de 5 á 20
centímetros ó poco más, sin hojas, ó reducidas
éstas á escamas pequeñísimas, siempre
verde, con ramas articuladas irregularmente,
dicotomas, dando á la planta el aspecto de
una salicornia; flores masculinas amarillentas;
las femeninas blanquizcas, con su ápice
obscuro-verdoso; bayas pequeñas (1 á 3 milímetros),
aovadas, verdosas ó algo azuladas,
poco jugosas. Florece esta planta en verano;
vive parásita sobre los enebros (J. oxycedrus
et communis); se encuentra en la Europa meridional,
en el Norte de África, en Persia y
en el Cáucaso. En España la hemos visto en
las sierras de Credos y de Guadarrama, en los
pinares de Soria, en Burgos (Ontoria) y en
Navarra (Burguí, Aoiz, etc.). (Laguna, Flor,
for. esp.J
Eespecto á las condiciones de ésta y las demás
parásitas de la misma familia que viven
sobre diversos árboles, véase el artículo
Muérdago ó Marojo.
ARCILLA.—La arcilla es una combinación
de 52 partes de sílice, 33 de alúmina y 15
de agua. Generalmente no se encuentra pura
en la naturaleza, y sus caracteres varían muchísimo
, según las substancias que la acompañan;
sin embargo, su presencia en el suelo
la reconocen los prácticos fácilmente.
La arcilla es untuosa al tacto ; cuando está
seca, se pega á la lengua, por la gran avidez
que tiene para el agua; con esta forma pasta
suave, que se trabaja sin dificultad y que adquiere
gran dureza por el fuego.
De los elementos que componen el suelo
laborable, es, sin duda alguna, en unión de la
arena, de los más importantes, hasta el punto
de servir su proporción más ó menos grande
para establecer clasificaciones de terrenos
agrícolas á distinguidos agrónomos de todas
épocas, y de proporcionar ó no condiciones
de cultivo por sí sola.
Entre las diversas propiedades que comunican
á las tierras, estudiaremos solamente
las más importantes, y las de más aplicación
y transcendencia en la práctica. La gran tenacidad
de la arcilla cuando ésta existe en cantidad
en el terreno, dificulta las operaciones del
campo, oponiendo mucha resistencia á los arados
y demás instrumentos] agrícolas, por lo
que entre nuestros labradores reciben estas
tierras el nombre de fuertes, llegando, si lo
son en extremo, por esta sola circunstancia, á
no servir en buenas condiciones más que
para determinados cultivos.
La propiedad de absorber hasta el 70 por
100 de su peso de agua, reteniéndola fuertemente,
y haciéndose impermeable cuando se
encuentra saturada, se refleja también en las