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los agudos, trinervados; corola más larga, con
pétalos casi faltos de uña; se cría en la sierra
de Guadarrama.
3. a Arenaria tenuifolia, L.—Planta anual,
poco ó muy ramosa, lampiña ó vellosa-viscosa;
hojas setáceas, largas y puntiagudas; flores
blancas pedunculadas; sépalos con tres
nervios muy agudos, con colores y mucho
más largos que los pétalos; se cría en la provincia
de Madrid.
4. a Arenaria ciliata, L.—Planta muy pequeña,
con hojas brevemente pecioladas, con
varios nervios; panojas con pocas flores; cálices
más cortos que la corola.
5. a Arenaria recurva.—Planta alpina, de
cepa leñosa; arroja muchos tallos en césped,
con hojas densas, lineares obtusas, nerviosas
y lampiñas ; pedúnculos velloso-glandulosos
como los cálices, cuyos sépalos son nerviosos,
y se terminan en punta muy aguda, casi aristada;
flores blancas, del largo del cáliz; se cría
en Peñalara.
Hay otras especies que indicaremos sus
nombres y no hacemos su descripción por lo
indicado anteriormente: A. fasciculata, A. tetraqueta,
A. montana, A. trinervia, etc.
J. de Hidalgo Tablada.
ARENARIA. — Género de plantas de la
familia de las Ahíneas. (V. Mancaperro.)
ARENAS.—Reciben este nombre las substancias
minerales que presenta la naturaleza
en forma de granos más ó menos gruesos y
resistentes. Su composición es sumamente variable
para poder fijarla en términos generales,
pues según las rocas que las han dado
origen, las arenas pueden ser cuarzosas, graníticas,
calizas, volcánicas, etc., etc., y también
pueden estar mezcladas dos ó más clases
distintas.
Además de la composición, es distinto en
las arenas su yacimiento ó situación en el terreno
, sirviendo esta circunstancia para dividirlas
en arenas de mar, de río y de mina;
nombres que indican bien á las claras su
procedencia.
El tamaño es otra condición que sirve también
para dividirlas y agruparlas, distinguiéndose
como tipos principales la arena fina,
cuando, suponiendo esféricos los granos, tiene
un diámetro de 0m,0005 á 0m,001; ] a arena
gruesa, cuando varía entre 0m,0075 y 0m,003,
y media la comprendida entre estos dos límites.
Cuando el diámetro aumenta de Om ,003,
deja de llamarse arena, para recibir, según sus
dimensiones, los nombres de gravilla, grava y
canto rodado.
La arena es uno de los principales elementos
que componen los suelos laborables, y
tiene gran importancia en el cultivo, sobre
todo por las propiedades físicas que comunica
á las tierras cuando entra en ellas en proporción
algo importante.
La arena absorbe muy poca ó ninguna humedad
atmosférica, hasta el punto de que en
los diferentes ensayos comparativos que se
•han hecho para estudiar tan importante asun­
to, la arena silícea está representada por 00,
siendo el extremo inferior de la escala como
tipo de tierras que no absorben ninguna humedad
atmosférica.
Fácilmente se comprende los inconvenientes
que esto acarrea en un clima como el
nuestro, que no peca de húmedo ni mucho
menos, que es excesivamente seco y despejado
en el verano, y por lo tanto muy grande
su evaporación y muy necesario que el
vapor de agua suspendido en lá atmósfera sea
absorbido y retenido por el suelo, para contrarrestar
en parte los perniciosos efectos de las
sequías.
La tenacidad de los suelos laborables, ó sea
el grado de cohesión ó enlace con que se
hallan unidas las moléculas de sus componentes
, es una propiedad preciosa y de gran
influencia en la práctica; los terrenos excesivamente
tenaces ó fuertes, como los llaman
los labradores, impiden el desarrollo fácil de
las raíces, y entre otros inconvenientes, presentan
el de oponer gran resistencia á las labores;
cuando pecan por el defecto contrario
y su tenacidad es muy poca, no sirven en buenas
condiciones para el cultivo por varios motivos,
entre ellos por no sujetar las raíces de
las plantas con la fuerza necesaria para impedir
que el viento las arranque ó desarraigue;
en este último caso se encuentran las tierras
que contengan gran cantidad de arena, pues
este elemento es el menos tenaz de todos, ocupando
en la escala el último lugar la arena
silícea y la arena caliza, que están representadas
por 0,0, siendo también su adherencia á
los aperos de labranza la menor de todas, pues
por decímetro cuadrado y en tierras húmedas
la arcilla pura llega hasta 1,200 kilos para el
hierro y 1,320 kilos para la madera, mientras
que la arena caliza no pasa de 0,190 y 0,200
kilos, y la arena silícea de 0,170 y 0,190 kilos
respectivamente.
En,la práctica puede considerarse la tenacidad
en razón inversa con la permeabilidad
y capilaridad, que permiten al agua, al aire
y á los gases, la libre circulación por el suelo
y el fácil acceso á las raicillas de las plantas;
esta propiedad importantísima llega, sin embargo
, á ser un obstáculo para el cultivo cuando
es excesiva, como sucede en la arena, cuya
capilaridad y permeabilidad son las mayores
de todas las de los elementos que constituyen
las tierras laborables. En cambio la absorción
del agua es insignificante comparada con
otras substancias, pues 100 partes de arena
silícea no retienen más que 25 de agua, al paso
que la arcilla retiene 70, llegando el carbonato
de magnesia hasta 456, y entre otras condiciones
dignas de tenerse en cuenta, merece
especial mención esta propiedad, porque merced
á ella la tierra se enriquece de los principios
solubles de los abonos.
Como consecuencia de la permeabilidad excesiva
de la arena, de su escasa absorción por
el agua, la desecación es rapidísima y constituye
en general tierras muy secas. De los