l - Repositorio Gestion Documental v.03
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ARE — 496 — ARE<br />
experimentos de Schubler resulta, en el supuesto<br />
de que contienen las tierras 100 partes<br />
de agua, que en cuatro horas y cuatro minutos,<br />
á 18,75° de temperatura, pierde la arena<br />
silícea 88,4, la arena caliza 73,0, perdiendo<br />
la arcilla 31,9, y el mantillo 2,5 solamente.<br />
Por el ligero examen hecho de las principales<br />
propiedades físicas de la arena, vemos que<br />
todas ó la mayor parte las tienen en un grado<br />
tal de exageración, que aun aquellas que son<br />
indispensables para el cultivo, vienen á ser<br />
perjudiciales por exceso.<br />
Si la arena entra á formar parte de los suelos<br />
laborables con otros elementos que modifiquen<br />
esas propiedades, suele formar buenos<br />
terrenos, útiles para la agricultura, y sobre<br />
todo para el cultivo de las raíces y tubérculos,<br />
cuyo desarrollo facilita por la soltura que comunica<br />
al suelo.<br />
En los terrenos formados por arenas solas,<br />
ó en los que éstas entran en una gran proporción,<br />
la vida vegetal se desenvuelve en malas<br />
condiciones, y sólo con el auxilio del riego<br />
podrán obtenerse buenos resultados, teniendo,<br />
si no se dispone del agua necesaria, que recurrir<br />
á otras enmiendas que á continuación describimos.<br />
La mezcla de arcilla ú otras substancias tenaces<br />
que modifiquen la excesiva soltura de las<br />
arenas, presenta el grave inconveniente de la<br />
carestía de los transportes, y además se incorpora<br />
difícilmente al suelo por las labores; por<br />
esta razón sólo en determinadas condiciones<br />
y en pequeñas parcelas podrá resultar económico<br />
este sistema.<br />
El entarquinado, que describimos al hablar<br />
de la Arcilla, es mucho más práctico en<br />
los casos en que pueda ejecutarse, siempre<br />
que los tarquines tengan alguna tenacidad, ó<br />
sea lo que el labrador llama tarquín compacto.<br />
De todas maneras, ninguna de estas<br />
enmiendas podrá practicarse en muchas circunstancias<br />
, sobre todo cuando se presentan<br />
grandes extensiones de arenas, como los médanos,<br />
las laudas, las costas arenosas, etc., etc.;<br />
no por esto, sin embargo, deben considerarse<br />
como inútiles, y los esfuerzos del hombre consiguen<br />
en muchas ocasiones brillantes resuldos<br />
, pudiendo citarse numerosos ejemplos que<br />
demuestran hasta qué punto son susceptibles,<br />
no ya los suelos arenosos, sino los arenales<br />
mismos, de poderse utilizar en el cultivo.<br />
Para conseguir estos resultados, si las arenas<br />
son movedizas ó voladoras, es preciso comenzar<br />
por fijarlas é impedir que avancen á<br />
los terrenos cultivados, pudiendo emplearse á<br />
este objeto diversos procedimientos, de todos<br />
los que consideramos como los más prácticos,<br />
la plantación de líneas paralelas de setos<br />
de espino, aromo, aulaga, etc., en una palabra,<br />
de cualquier planta, prefiriendo las<br />
espontáneas, que puedan vegetar en mejores<br />
condiciones en esos suelos estériles, empleando<br />
las enmiendas entre esas fajas y avanzando<br />
con ellas paulatinamente.<br />
También pueden sembrarse plantas herbá<br />
ceas adaptables á la esterilidad de las arenas,<br />
empezando por la arando arenaria, los pincos<br />
marinos, el esparto y las plantas barrilleras,<br />
que se dan bien eu el litoral; según los<br />
climas, podrán emplearse en mejores condiciones<br />
la grama, la ortiga ú otras plantas resistentes.<br />
Cuando éstas hayan prosperado, y<br />
merced á ellas se consiga la fijación del suelo,<br />
podrán empezar á propagarse los arbustos,<br />
el espino, la aulaga, etc., etc., concluyendo,<br />
por último, por los árboles, ya sean el pino<br />
marítimo, el ciprés, el pino de Escocia, el<br />
enebro de Virginia, etc., etc.<br />
No pueden determinarse exactamente las<br />
plantas más á propósito, pues en cada caso<br />
varían éstas con las condiciones del clima de<br />
la localidad en que se encuentren los terrenos<br />
arenosos. De todas maneras, por este sistema,<br />
que no tiene otro inconveniente que la lentitud<br />
de su desarrollo, se consigue, en primer<br />
término, la fijación de las arenas; más tarde,<br />
por el detritus de las hojas y restos vegetales,<br />
se va formando el mantillo, que modifica las<br />
condiciones de la arena, permitiendo, gracias<br />
á su influjo, el cultivo de especies de más importancia;<br />
por otra parte, la sombra que esos<br />
mismos vegetales proporcionan, mantienen la<br />
humedad y frescura del suelo, impidiendo la<br />
desecación de la arena, tan rápida sin esta<br />
circunstancia, contribuyendo todo al desarrollo<br />
de las plantas, y con ellas el cambio de las<br />
propiedades físicas del suelo.<br />
En el Centro y Norte de España' se ha<br />
ensayado en algunos arenales el cultivo del<br />
ailanto con éxito tan lisonjero, que creemos<br />
merece citarse y fijar la atención de nuestros<br />
labradores. Este árbol, en efecto, reúne condiciones<br />
excepcionales para este objeto. Su<br />
propagación es sumamente sencilla, como puede<br />
verse en el lugar correspondiente; su rusticidad<br />
le permite aguantar sin resentirse<br />
grandes sequías, y sus largas y superficiales<br />
raíces, así como la propiedad que éstas tienen<br />
de arrojar gran número de tallos, le dan para<br />
la fijación de las arenas cualidades inapreciables.<br />
Algunos pies solamente que arraiguen<br />
en pocos años, ocupan una gran extensión de<br />
terreno, favoreciendo además la propagación<br />
la forma de la semilla, que permite la diseminación<br />
á grandes distancias.<br />
Todos estos procedimientos del desarrollo<br />
lento y paulatino de la vegetación, parecen á<br />
primera vista algo ilusorios é interminables;<br />
por su duración hay pocos propietarios que<br />
los acometan con la decisión y el empeño que<br />
merecen, y, sin embargo, son dignos de tenerse<br />
muy en cuenta.<br />
Eijando bien los términos de la cuestión,<br />
observaremos que se trata de terrenos improductivos,<br />
de suelos que son el tipo de lá esterilidad,<br />
donde ni algunas plantas espontáneas<br />
crecen de trecho eu trecho, no son á propósito<br />
generalmente ni aun para la alimentación<br />
del ganado. Por otra parte, los gastos que la<br />
siembra ó plantacióu proporciona, son insignificantes<br />
y no merecen tenerse en cuenta. En