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be del Tell ha adoptado el régimen de los
barbechos á largo plazo, ó sea el sistema extensivo
en toda su latitud, haciendo escasos esfuerzos
y reducidísimos gastos para el cultivo;
solamente cultiva todos los años las tierras de
regadío; el kabila del Tell y el berberisco de
los oasis, por el contrario, practica el sistema
intensivo con bastante acierto, y el europeo,
no obstante las excitaciones de la Administración
para que siga ese ejemplo, á fin de no
emplear capitales de consideración, ha prescindido
generalmente del cultivo de plantas
industriales, y prefiere los cereales, los forrajes
y la ganadería, absteniéndose también de
cultivar plantas arborescentes, á fin de no
aguardar varios años á recoger el fruto de sus
faenas, es decir, que en Argelia todos viven
al día, y que la agricultura no ha llegado aún
al grado de prosperidad á que podría aspirar,
dadas las condiciones del suelo y del clima.
Plantas cultivadas.—Pertenecen á todas las
categorías de la producción. Entre las cereales
figuran el trigo duro, conocido por los indígenas
desde la antigüedad más remota; el
trigo candeal, cuyas principales variedades
han sido importadas de Francia; la tuzella de
la Pro venza; la cebada de seis carreras; el centeno
común; la avena de invierno; diferentes
variedades de maíz; el durah, especie de mijo;
el urghiffa y el beclina, ambos parecidos al
sorgo; el sorgo azucarado, introducido poco
ha; el sarraceno, si bien en pequeña proporción,
y aun el arroz de secano, á título de ensayo
hasta ahora.
De las plantas leguminosas, comprende el
cultivo en grande escala las habas, dos de cuyas
especies son muy usadas entre los indígenas,
una para los nombres y otra para los
animales; los guisantes, los garbanzos, las
lentejas y las judías. En 1854 ocupaban las
habas una extensión de 13.617 hectáreas, que
produjeron 247.068 hectolitros, cuyo valor se
calculó en 2.713.745 francos. Entre las raíces
y tubérculos figuran el nabo, la patata, á que
se van habituando los indígenas, la remolacha
y la zanahoria; entre las oleaginosas, el olivo
en primer término, los cacahuetes, la colza,
el sésamo y la nabina; entre las tintóreas,
la rubia, el henné, el cártamo, el castus y
la cochinilla, además del zumaque, que se cosecha
sin someterle á cultivo; entre las plantas
textiles, el algodón, el lino, el cáñamo, y
la morera como alimento para gusanos de
seda. El esparto se recolecta en grandes cantidades
sobre las altas mesetas; el tabaco ocupa
el primer lugar entre las plantas industriales,
y siguen el lúpulo y la adormidera á
título de ensayo. Entre las plantas aromáticas
figuran el geranio, la rosa, el jazmín, la
melisa, el heliótropo, la verbena y otras.
Los colonos europeos han introducido los
forrajes verdes y las praderas artificiales, especialmente
la alfalfa, la esparceta ó pipirigallo
y aun el trébol, si bien se ha abandonado
después por no resistir la acción de un sol
ardiente. Con los riegos los prados artificiales
dan portentosos resultados, y en un año se
puede segar ocho ó diez veces la alfalfa.
Animales.—El camello, el caballo, y sobre
todo el buey, el mulo y el asno, son las bestias
de que los indígenas se valen para sus
labores; el buey, la oveja, la cabra, la gallina
y la paloma los animales que crían para el
consumo, y la abeja para obtener miel. Los
europeos han introducido el cerdo, el pato, el
ganso, el pavo, el gusano de seda y la cochinilla.
El buey y el mulo del país son pequeños,
pero vigorosos, lo mismo que el asno ó
borrico. Las ovejas pertenecen á tres castas:
la de Constantina, de cola larga, espesa y
grasa; la del Sahara, de pelo fino y corto, y
la europea. Las lanas son también de muy
diferentes clases. Las estadísticas señalaban
pocos años ha 213.321 camellos, 136.560 caballos,
3.000 asnos, 143.500 mulos, 1.272.408
bueyes, 7.423.683 ovejas, 3.412.000 cabras y
unos 9.000 cerdos. El comercio de ganados se
halla organizado en grande escala, y algunos
europeos han establecido casas de vacas en las
cercanías de las poblaciones.
Riqueza forestal.—Los ingenieros franceses
han calculado que existe en Argelia más de
un millón de hectáreas cubiertas de excelentes
bosques para la explotación, en el Tell especialmente,
y distribuidas del siguiente modo:
208.606 hectáreas en la provincia de Argel;
269.764 en la de Oran, y 630.657 en la de
Constantina. Una extensión seis veces mayor
se halla cubierta de matorrales, á pesar de los
incendios que provocan frecuentemente los
árabes por miras especiales. Las especies forestales
más comunes son: entre las aceríneas,
los arces; entre las terebintáceas, el pistachero
del Atlas, el terebinto y el lentisco; entre
las tamaricíneas, el tamarindo de las Galias y
el de África; entre las oleáceas, el olivo; entre
los cupulíferas, la encina, el roble, el alcornoque,
la encina de Mirbeck (Quercus Mirbecki)
y el castaño; entre las coniferas, el
oxycedro, ia tuya, el if, el pino de Alepo, el
marítimo y el cedro del Líbano, y además el
olmo campestre y la palma datilera. En los
matorrales vegetan numerosos arbustos propios
de aquellos climas. En las márgenes de
los arroyos y ríos, los álamos, fresnos, sauces,
cipreses, acerolos, plátanos, nogales, etc.
En los últimos años, los franceses, que durante
mucho tiempo se creyeron inhábiles
para la colonización, han comenzado á consagrar
cuidados especiales á fomentar los cultivos,
la ganadería y las explotaciones forestales
en Argelia, y gracias al concurso de
300.000 españoles, italianos, malteses y otros
europeos,.han conseguido en la antigua regencia
resultados bastante satisfactorios, y
que alcanzarían mayores proporciones aún si
las autoridades y empleados administrativos
guardasen más consideraciones á los extranjeros
que acuden á Argelia con el propósito de
obtener remuneración para su trabajo., es
verdad, pero también para constituir preciosos
elementos de producción y de riqueza, y