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ARO — 516 — ARO
Milou enseñó otro procedimiento para extraer
el principio oloroso de las flores, obteniendo
así un producto que considera él como
distinto de la esencia correspondiente. Se introducen
las flores en un aparato adecuado, y
se cubren con éter fino. A los diez ó quince
minutos se extrae de la vasija el líquido etéreo,
y se echa éter nuevamente sobre las flores, á
fin de agotarlas y lavarlas. Se mezclan luego
ambos líquidos, y se destilan sin pérdida de
tiempo á un fuego suave, para recoger nuevamente
el éter. Entonces queda en el recipiente
una substancia de consistencia mantecosa
y de diferente color, según la naturaleza de
las flores, que se parece á la esencia de rosas
de los orientales. Se extiende en capas delgadas
, y se mantiene en fusión á una temperatura
poco elevada hasta que se haya evaporado
todo el éter. Entonces se obtiene un residuo
seco que exhala el primitivo olor de las flores
ó de la planta, con su natural pureza é intensidad.
Es inalterable bajo la acción del aire, y
se conserva años enteros en tubos abiertos,
sin perder las propiedades que le son características.
Resulta completamente soluble en el
alcohol, en los aceites y en las grasas.
Millin propuso para la obtención de esos
extractos el empleo del sulfuro de carbono
rectificado; pero sus primeros ensayos no dieron
resultados bastante satisfactorios, por ser
muy difícil procurarse el sulfuro de carbono
en estado de completa pureza. Posteriormente,
en 1868, ayudado por Comaille, reanudó
sus trabajos nuevamente, y habiendo conseguido
purificar perfectamente el mencionado
sulfuro, le recomendó otra vez como disolvente
para la extracción de aromas naturales. El
procedimiento de purificación se reduce á
lavar muchas veces el sulfuro de carbono con
agua destilada, destilando luego en ancha
retorta sobre cal viva, y recogiéndolo en botellas
que contengan buena cantidad de limaduras
de cobre, tostadas precedentemente y
reducidas por el hidrógeno, á fin de que queden
despojadas de las substancias grasas á
ellas adheridas. El sulfuro de carbono, así
que haya sido purificado de la manera descrita,
adquiere un olor etéreo que nada tiene
de ingrato, y que se puede emplear para obtener
los más delicados perfumes.
Tischborne encontró no hace mucho tiempo
que se puede extraer el aroma de las flores
por medio de la glicerina inodora, que se apodera
de él y después le devuelve bajo la
acción de un disolvente volátil, como el cloroformo,
ó le abandona por destilación con
tal de que la substancia aromática sea de tal
índole que no se altere con el calor. Si la experiencia
hubiese demostrado ya que no se
puede separar el aroma destilando, se diluirá
en agua la glicerina, se trata coa el cloroformo,
se separa la capa de éste que se había
apoderado de la substancia aromática, y después
se aguarda á que se disipe por evaporación
espontánea, obteniéndose en el residuo
el apetecido aroma.
AROMAS ARTIFICIALES (Industria).—Los
progresos de la química llevaron
á descubrir esos cuerpos ó substancias de índole
orgánica que poseen olor agradable y
semejante al de las fragancias naturales que
se extraen de algunas plantas, exhalau ciertos
frutos ó se forman por la fermentación de
algunos licores. Por lo mismo que se pueden
fabricar á gusto del consumidor, como vulgarmente
se dice, y por lo mismo que resultan
á precios más inferiores que los de las
esencias naturales, surgió la idea de hacer
uso de ellos, no solamente en perfumería, si
que también en economía doméstica. Daremos
breves noticias acerca de las diferentes substancias
de esa especie que se conocen hoy.
Nitrobencina.—Esta substancia, como indica
su nombre, es un producto de reacción
entre la bencina y el ácido nítrico. De sus
propiedades físicas y químicas no nos toca
hablar aquí. Como ingrediente de perfumería
es útil, porque posee el olor de la esencia de
almendras amargas ó aldehido benzoico, y de
ahí que en la actualidad se emplee mucho
para la fabricación de jabones de tocador y
para perfumar otras muchas substancias.
El éter amilacético es un producto que posee
el olor de las peras; con él se aromatizan
los dulces finos que se venden en Inglaterra
con el nombre de confituras de pera. Para
usos industriales se prepara con facilidad destilando
juntamente una parte de ácido sulfúrico
, una parte de aceite de patata y dos partes
de acetato de potasa. En el refrigerante
se recoge un líquido de olor fuerte á pera,
que diluido con seis volúmenes de espíritu de
vino rectificado, forma la esencia de pera.
Éter valeroamílico.—Es éste un producto
que proporciona un excelente aroma de manzana.
Se prepara para uso de confiteros y perfumistas
poniendo á destilar una mezcla de
aceite de patata con ácido sulfúrico y bicromato
de potasa. La porción destilada posee
un olor pronunciado á manzanas pasadas, y
deberá volverse á destilar en una solución
muy diluida de potasa cáustica, para obtener
un producto que resulta muy delicado cuando
se disuelve en un volumen seis veces mayor
de espíritu de vino rectificado.
Éter butírico. — Constituye el aroma del
ananas, y se prepara destilando dos partes de
ácido butírico disuelto en un peso igual de
alcohol concentrado, y agregando otra parte
igual en peso de ácido sulfúrico. La mezcla se
calienta, y el éter butírico que se haya formado
acaba por sobrenadar en la superficie. Mas
para que la reacción sea completa es necesario
mantener la mezcla por algún tiempo á una
temperatura de 80° centígrados. Formado que
sea el producto, se decanta, se agita durante
algún tiempo con agua, se le agrega carbonato
de cal en polvo fino con cloruro de calcio,
se deja macerar á fin de que el ácido sulfúrico
que contenga quede neutralizado por el carbonato
de cal, y después con cloruro de calcio.
Comúnmente los perfumistas y confiteros