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A lili — 525 — ARR
fresca. En algunos puntos llega á pesar 4 kilogramos
la raíz de cada planta.
Ese producto constituye la base de la comida
diaria para los habitantes de los países en
que se recolecta, y en donde desempeña los
oficios de la patata. La carne es amarillenta,
más bien compacta que harinosa, de sabor
menos azucarado y menos aromático que el de
la zanahoria, y que no se parece á ninguna
de las legumbres europeas. Por sus propiedades
nutritivas se puede colocar entre la zanahoria
y la patata, sazonándose lo mismo que
ésta, y pudiendo sustituir al pan después de
asada. Es tan delicada que exige poco tiempo
para cocerse, y sustituye á la zanahoria entre
las gentes ricas de los países mencionados.
Alimento sano y de fácil digestión, es recomendado
por los médicos á los convalecientes
y á las personas de estómago débil. La cepa
se abandona generalmente alas gentes pobres;
las ricas sólo comen las ramificaciones principales.
Mediante la adición de azúcar, se obtienen
excelentes conservas de la arracacha, y aun
se extrae fécula para mezclarla con el manioc,
á fin de preparar un pan bastante apetitoso.
Reducida á pulpa, entra en la composición de
ciertos licores fermentados, que se consideran
como estomacales, y se elabora también con
ella una bebida embriagadora, la llamada chicha
de arracacha. También se emplean las
raíces para alimentar animales domésticos, y
sobre todo para el cebo de cerdos. La hoja,
demasiado aromática, no se emplea para ese
fin, gracias á la abundancia de pastos en los
países donde se cultiva la planta.
Las facilidades que su cultivo ofrece, la
cantidad y la calidad del producto que se obtiene,
la facilidad de obtener varias cosechas
sobre el mismo terreno, son circunstancias
que recomiendan la importación de esa planta
en Europa, si es que ese cultivo es posible,
aun en España, que es una de las regiones en
que podrían hallarse comarcas más favorables
para él. En Francia no han dado resultado los
ensayos hechos, tal vez por ser malas las condiciones
de los pies importados, tal vez por
haberla sembrado en grano. De todos modos,
nada se perdería con ensayar su aclimatación
en nuestra península, en donde se cultiva la
caña de azúcar con éxito.
ARRACLÁN, CHOPERA (R amnus
frángula).—Arbusto de 3 á 4 metros, muy
común en las selvas, en los setos y en los sitios
húmedos. El arraclán se reconoce fácilmente
por la corteza de un color obscuro violáceo,
salpicado de pequeñas lentejas grises, y
las hojas alternas, ovaladas, enteras, lineadas
ó rayadas por diez ó doce nervios laterales.
La madera debajo de la corteza tiene un color
amarillento, y las flores, que nacen de los encuentros
de las hojas, son pequeñas, blanquecinas,
y aparecen desde el mes de Abril hasta
el mes de Julio. El fruto es una baya pequeña,
globulosa, blanda, verde al principio, encarnada
después y negruzca al madurar. La madera
del arraclán es de consistencia homogénea y
bastante tierna, siendo buscada particularmente
por su carbón, con el cual se fabrica la
pólvora. Sin embargo, para las pólvoras superiores
se prefiere el carbón de la agramiza.
En las fábricas de pólvora la carbonización de
la madera del arraclán se verifica en vasos cerrados,
aumentando progresivamente el calor,
sin llegar al rojo. De este modo se obtiene un
carbón rojizo, ligero, poroso, que da muy poca
ceniza, y muy rico en hidrógeno y otros
gases; 100 kilogramos de leña de arraclán
producen de 25 á 35 kilogramos de carbón.
Algunos pretenden que la madera destinada
á ser carbonizada debe cortarse en tiempo de
savia, á fin de facilitar la separación de la
corteza, porque ésta daña evidentemente á la
calidad del carbón. Los tallos que mejor car^
bón producen son los que tienen de 1,50 á 3
centímetros de diámetro; dimensión que adquieren
á la edad de seis y ocho años. La corteza
es un purgante muy activo, y contiene
además un principio colorante parecido al de
la rubia. Cocida en vinagre se tiene por antiescorbútica,
y se emplea como preservativo
de la caries. Dividida la madera en tiras, se
hacen de ella canastillos ligeros y pajuelas.
Las hojas gustan mucho á las cabras y á las
vacas, y las flores á las abejas. El arraclán se
multiplica por semillas, que se deben sembrar
así que maduren, por estaca y por acodos.
ARRÁEZAR.— Voz anticuada que se empleó
en sentido de dañarse, viciarse, averiarse
, malearse ó echarse á perder alguna cosa,
ya sean granos, comestibles, líquidos, etc.
ARRAMBLAR, ARROYAR.—Verbo
que se emplea para indicar el estado en que
dejan las tierras por donde pasan las aguas de
los ríos, arroyos y torrentes, al cubrirlos de
capas arenosas y restos fangosos. Los cortes,
surcos ó hendeduras que estas avenidas forman
á su paso, se llaman arroyadas. Al ocuparnos
de las inundaciones expondremos la
manera de evitar esos inconvenientes.
ARRANCADERA.—Esquila grande ó
cencerro que llevan los mansos en los rebaños,
y sirve, entre otras cosas, para levantar y
guiar el ganado.
ARRANCADOR (Mecánica agrícola).—
Empléase ese término para designar varios
instrumentos que se emplean en el descuaje de
los bosques y en el transplante de los árboles
y de algunas plantas. De su construcción y del
modo de usar tales instrumentos hablaremos
con la extensión debida en los artículos correspondientes
del DICCIONARIO.
ARRANCAR, DESARRAIGAR—Desprender,
sacar de raíz lo que está plantado y
fijo, como árboles, plantas, legumbres, etc.
Llámase también arrancar ó descepar la acción
de desarraigar violentamente las malas
hierbas, plantas muertas ó arbolillos. Cuando
se haya de arrancar un vegetal á fin de trasplantarle
, es necesario cuidar mucho de que
no se estropeen sus raíces, y tratándose de árboles
que presenten alguna corpulencia, se