l - Repositorio Gestion Documental v.03

ALI — 59 — ALI
real, á cuyo precio se consumía por la clase
trabajadora; hoy vale 3 reales, no puede comprarla,
y la reemplaza con pan, judías, etc.
Comparado el trabajo producido entonces con
el producido ahora, resulta que hoyes menor
en un 50 por 100, pues es indudable que si el
pan entretiene la vida, la carne da la fuerza.
Está demostrado que un kilogramo de carne
tiene un valor nutritivo igual á 3 kilogramos
de pan. El kilogramo de carne vale 7 reales,
y los 3 de pan cuestan lo mismo, por término
general; pero con el pan el obrero puede entretener
á sus hijos, si no para que se alimenten
cual debieran, al. menos para satisfacer en
parte el hambre. La carne absorbería todo el
jornal, el cual no se ha elevado en la proporción
del mayor precio que hoy alcanzan los
* alimentos.
»Que el hombre de trabajo debe, entre los
demás alimentos, consumir diariamente, incluyendo
á los niños y las mujeres que necesitan
menor cantidad, 200 gramos de carne,
es cosa averiguada, y de consiguiente el consumo
de un individuo debe ser de 73 kilogramos
por lo menos al año. Según los datos
estadísticos, resulta que en España ese consumo
es de 8 kilogramos, lo que arroja 2 gramos
diarios por cabeza, inclivyendo las capitales
y los pueblos; pero si de éstos únicamente
se trata, se obtendrá un resultado que
prueba que la mayoría de los españoles no
prueban la carne, y muchos, muchísimos no
comen el pan necesario para vivir El pan, las
patatas, las judías, son en general el alimento
de las clases trabajadoras de una parte de las
de España; en otras partes el pan, las patatas,
las judías, el arroz y los garbanzos, que en
varias reemplazan las almortas ó muelas, y
en algunas las habas, y si bien estas últimas
son alimentos más nutritivos, el vino y la carne
escasea, si no es que no se bebe el vino ni
come la carne nunca. - »
Reproducidas esas observaciones, que realmente
no tienen nada de lisonjeras y satisfactorias,
sin agregar las _ya indicadas anteriormente,
sólo diremos por nuestra parte que
afortunadamente en algunas comarcas se suple
la carne con bacalao salado, con sardinas y
otras especies de pesca, y que de esa suerte
se evitan en parte las terribles consecuencias
de una nutrición excesivamente defectuosa, y
que va dando al traste con el vigor de nuestro
pueblo.
Para aclarar más y más ese importante tema,
completaremos las indicaciones anteriores con
las del ilustre M. Bar ral. Después de consignar
que median notables diferencias entre los
hombres respecto de la alimentación, y que
mientras unos son muy comilones, otros son
bebedores en exceso, dice que en 1847 y 1848
practicó durante veinticinco días con gran cuidado
cuantas observaciones directas pueden
resolver el problema. La edad, el sexo, el
género de ocupaciones y las estaciones, escribe,
ejercen influencia especial. Para obtener
un término medio general hemos practicado
cinco experiencias en cinco días cada una. He
aquí los resultados para cada caso especial,
reducidos á un solo día (veinticuatro horas),
en lo concerniente á las cantidades de alimentos
y bebidas, á las materias secas ingeridas,
al agua total consumida, al ázoe y al carbono
absorbidos:
1.° Un hombre de veintinueve años pesaba,
completamente desnudo, 47,5 kilogramos.
La experiencia se hizo durante el invierno. El
hombre trabajaba mucho en tareas intelectuales,
sobre todo por la noche, y durante el día
hacía bastante ejercicio corporal. El peso total
medio de las ingestiones diarias fué de 2.755
gramos; el de las bebidas, 1.643 gramos, y el
de los alimentos sólidos, 1.112 gramos. Desecando
los alimentos sólidos, y teniendo en
cuenta el agua, consumió cada veinticuatro
horas 756 gramos de materias sólidas secas y
1.999 de agua, habiendo sido la cautidad total
de ázoe ingerido 27,9 gramos al día, y la de
carbono 366 gramos.
2.° El mismo hombre, durante el siguiente
estío, siendo menor el trabajo intelectual é
igual el ejercicio frsico, ingirió, en suma, cada
veinticuatro horas, 2.386 gramos, que se descomponían
en 692 gramos de alimentos sólidos
y 1.694 de bebidas, ó sea también en 544 gramos
de materias secas y en 1.842 gramos de
agua, habiendo sido el consumo de ázoe durante
veinticuatro horas de 21,2 gramos, y de
265 gramos el del carbono.
3.° Un niño de seis años, que pesaba 15
kilogramos desnudo y jugó según las aficiones
de su edad, consumió en cada veinticuatro
horas 440 gramos de alimentos sólidos y 956
gramos de bebidas, ó sea en junto 1.396 gramos;
en otros términos, 327 gramos de materias
secas y 1.069 de agua, conteniendo todo
7,9 gramos de ázoe y 154,3 de carbono.
4." Un hombre de cincuenta y nueve años,
que pesaba 58,7 kilogramos durante la primavera,
y que no se dedicaba á trabajos intelectuales,
sino que desempeñaba las faenas
propias de un mozo de oficina, consumió en
total durante cada veinticuatro horas 2.710
gramos de alimento, que se descomponían en
981 gramos de alimentos sólidos y 1.729 gramos
de bebidas, representado el conjunto por
708 gramos de materias secas y 2.002 de agua,
habiendo alcanzado el consumo de ázoe durante
veinticuatro horas á 27,3 gramos, y el
de carbono á 331,8.
5.° Una mujer de treinta y dos años de
edad, que pesaba 61,2 kilogramos netos, y que
hacía un ejercicio moderado, pero sin trabajar,
consumió en total durante el verano, y en
cada veinticuatro horas, 2.340 gramos, délos
cuales 904 pesaban los alimentos sólidos y
1.436 las bebidas, ó sean 574 gramos de materias
secas y 1.766 de agua, siendo el consumo
de ázoe durante las veinticuatro horas
22,4 gramos, y el del carbono 293.
Haciendo las operaciones consiguientes, se
deduce que por término medio, y atendiendo
á las cinco personas aludidas, consumió una