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hueco entre las raíces y la tierra. Luego que
prende el plantón, se procede á arreglar su
copa, cortando todos los brotes y dejando
sólo tres, cuatro ó cinco de los superiores,
con cinco ó seis yemas cada uno. Se procede
al injerto en Mallorca durante los meses de
Noviembre y Diciembre, porque juzgan más
"ventajoso cortar el tronco cuando está en sus-
Figura 25,—Corte longitudinal de una almendra
heterophüa'
pensó la savia, y practican la hendedura y colocan
la púa luego que empieza el movimiento
y se forma un reborde alrededor del corte'del
tronco. La altura á que debe cortarse éste varía
entre 1,70 á 1,90 metros, según la clase de
yuntas con que se han de hacer las labores;
pero es ventajoso que quede más bajo cuando
Figura 26.—Frutos del amigdalopsisLuidleye
se trabaja con azadón. Colocan la púa hacia la
parte de donde vienen los vientos más recios
y frecuentes, y se cubre con paja ó hierba
seca si se efectúa en localidad fría. Cuando
los brotes que arroja el injerto cuenten ya 10
centímetros de altura, se dejarán tres únicamente
, que servirán para formar las tres ramas
madres del árbol. Fuera de la región meridional
se verificará más tarde el injerto. En
Mallorca y en casi toda la costa del Mediterráneo
prefieren el injerto de cuña á los de
yema para el almendro y demás árboles pro-
pensos á la goma, y hacen el transplante, con.;,
plantones gruesos. Todo tiene sus ventajas é
inconvenientes. Injertando de escudete cuan- •
do la planta es muy joven, se logra el objeto ,
haciéndolo á ojo dormido, y se puede plantar
definitivamente más pronto, sin necesidad de
perder tiempo para verificarlo después que
prenda en su asiento; pero las plantacionescon
arbolitos
jóvenes están
expuestas á
fracasar por la
voracidad d e
los animales
que vagan pollos
sitios lejanos
en que se
acostumbra
acometerlas.
Figura 27.—Agrupación de frutos
en el almendro Luidleye
En Italia y
en algunas
comarcas de
España se
acostumbra
asociar el al­
mendro con el cultivo herbáceo, como cebada
y trigo, recibiendo indirectamente algún
abono, ó con higueras tunas ó chumberas y
aun con la vid, como en Sicilia. Pero no requiriendo
abono el almendro, le es dañosísima
la asociación con la vid, porque con ésta sufre
poderosamente el árbol. Sea debido
á esta causa ó á otra, lo cierto
es qué nunca dieron una cosecha
mediana los almendros que plantó
con las vides en su finca de
Anchurones (montes de Toledo)
el inolvidable Sr. D. Alejandro
Olivan.
I
PODA. — Debe cuidarse mucho
en los primeros años formar al almendro
una copa bien redonda y
desahogada en el centro, cortando
todos los renuevos que toman mala
dirección, y conteniendo el vuelo
de los que tienden á crecer demasiado,
pues el cultivador ha de proponerse
crear árboles de mucho
diámetro en sus ramas y de moderada
altura, puesto que por el
exterior es donde más producen.
Una vez desarrollados los almen-
Figura 28 dros , han de cortarse sin consideahnendro
r a c ^ u ^ as r a m a s chuponas que ro~
balanoso han la mayor parte de la savia y
las secas, economizando en lo posible
la podadera, como en todos los árboles
propensos á la goma. La poda se verificará
cada dos años, por el mes de Noviembre.
Cuando ya son viejos y echan sólo retoños
lánguidos y se ponen amarillentas las hojas,.
conviene cortarles las ramas madres por la
mitad y aplicar una buena estercoladura para
que arrojen muchos renuevos que sirvan para
formar una nueva copa que rinda abundantes
frutos. Se" les dará una labor en invierno y