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Quedaron para bien los movimientos de los ochenta, que eran alternativos,<br />
contestatarios, necesarios en un país que salía de una represión muy reciente; era<br />
muy importante en esa época. Para mal: pensar que cualquier manifestación mal<br />
hecha puede ser rupestre. No está padre que cualquier cosa que cante cualquier<br />
compositor rudimentario sea rupestre. El término Rupestre como algo esencial<br />
está bien; todos somos Rupestres cuando hacemos bien las cosas, pero ese otro<br />
término de mal hecho, de no estudio, no afino, no canto: eso no ayuda mucho.<br />
En el disco citado, Un producto de los sesentas, grabaste una pieza que reflejaba<br />
mucho a toda nuestra generación: Yo no nací en la Huasteca, que, sin duda, es la<br />
que te abre un espacio propio dentro del Colectivo Rupestre y en la cual fijabas,<br />
cuando menos, tres puntos básicos que los chilangos de entonces debíamos ir<br />
definiendo para poder darle valor a nuestra identidad: el folklore, la ciudad y ser<br />
productos bitleanos. Háblame de esos tres puntos y cómo logras sincretizarlos en<br />
tu obra.<br />
Es una pieza que sale cuando estaba muy reciente el movimiento de las peñas y<br />
por lo tanto era un movimiento muy politizado, muy a favor de la izquierda de<br />
esa época. Quién sabe por qué, o es parte de los setenta, la música tradicional<br />
era música de izquierda, era algo vinculado. Había peñas donde le cantaban al<br />
Ché Guevara o a Salvador Allende. Éramos gente muy joven y era una moda. Yo<br />
lo siento como una moda estar a la izquierda, en las peñas. Pero la gente estaba<br />
muy acostumbrada a las canciones contestatarias como La paloma o lo que hacía<br />
Gabino Palomares.<br />
Yo vengo de otra manera de concebir la música: desde muy niño toco y escuchaba<br />
sobre todo la música de los sesenta: Beatles, Doors, Cream, después Simon<br />
& Garfunkel, después la música barroca; pero uno debe estar ad hoc en el momento<br />
y tenías que hacer canciones y en español. Cantar en inglés ya había pasado,<br />
era parte de los jipis; no estabas en el momento. Y empecé a hacer esta canción<br />
y me vino la idea de que era medio artificial, que siendo nosotros como éramos,<br />
viniendo de clases medias de los cincuenta, de repente éramos pro-campo o prohuastecos<br />
y, pues no: éramos otra cosa. Y es una canción que sale a partir de esa<br />
idea de ser honesto con que somos de clase media y escuchamos a los Beatles sin<br />
entenderles nada, pero así crecimos.<br />
Por ahí está como una de las mejores cien canciones de la historia del rock mexicano.<br />
Hoy en día me piden que la cante, pero yo no puedo cantar algo con lo cual ya<br />
no… ¡a mí sí ya me gusta la música huasteca! Y sobre todo la jarocha, pero es algo<br />
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