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revista 31 - Asociación Cultural Salvadme Reina de Fátima

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néutica se expresa <strong>de</strong> una forma inequívoca<br />

cuando dice que el Concilio<br />

“quiere transmitir la doctrina en su<br />

pureza e integridad, sin atenuaciones<br />

ni <strong>de</strong>formaciones”, y prosigue: “Nuestra<br />

tarea no es únicamente guardar este<br />

tesoro precioso, como si nos preocupáramos<br />

tan sólo <strong>de</strong> la antigüedad, sino<br />

también <strong>de</strong>dicarnos con voluntad<br />

diligente, sin temor, a estudiar lo que<br />

exige nuestra época […]. Es necesario<br />

que esta doctrina, verda<strong>de</strong>ra e inmutable,<br />

a la que se <strong>de</strong>be prestar fielmente<br />

obediencia, se profundice y exponga<br />

según las exigencias <strong>de</strong> nuestro tiempo.<br />

En efecto, una cosa es el <strong>de</strong>pósito <strong>de</strong> la<br />

fe, es <strong>de</strong>cir, las verda<strong>de</strong>s que contiene<br />

nuestra venerable doctrina, y otra distinta<br />

el modo como se enuncian estas<br />

verda<strong>de</strong>s, conservando sin embargo el<br />

mismo sentido y significado”.<br />

Es claro que este esfuerzo por expresar<br />

<strong>de</strong> un modo nuevo una <strong>de</strong>terminada<br />

verdad exige una nueva reflexión<br />

sobre ella y una nueva relación<br />

vital con ella; asimismo, es claro que<br />

la nueva palabra sólo pue<strong>de</strong> madurar<br />

si nace <strong>de</strong> una comprensión consciente<br />

<strong>de</strong> la verdad expresada y que, por<br />

otra parte, la reflexión sobre la fe exige<br />

también que se viva esta fe.<br />

En este sentido, el programa propuesto<br />

por el Papa Juan XXIII era<br />

sumamente exigente, como es exigente<br />

la síntesis <strong>de</strong> fi<strong>de</strong>lidad y dina-<br />

1 Heraldos <strong>de</strong>l Evangelio · <br />

mismo. Pero don<strong>de</strong> esta interpretación<br />

ha sido la orientación que ha<br />

guiado la recepción <strong>de</strong>l Concilio, ha<br />

crecido una nueva vida y han madurado<br />

nuevos frutos. Cuarenta años<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l Concilio po<strong>de</strong>mos constatar<br />

que lo positivo es más gran<strong>de</strong><br />

y más vivo <strong>de</strong> lo que pudiera pa-<br />

Dnd la síntsis<br />

d fidlidad y<br />

dinamism guió<br />

la intptación<br />

dl Cncili, ha<br />

ccid nuva vida<br />

te. En el gran <strong>de</strong>bate sobre el hombre,<br />

que caracteriza el tiempo mo<strong>de</strong>rno,<br />

el Concilio <strong>de</strong>bía <strong>de</strong>dicarse <strong>de</strong><br />

modo especial al tema <strong>de</strong> la antropología.<br />

Debía interrogarse sobre la relación<br />

entre la Iglesia y su fe, por una<br />

parte, y el hombre y el mundo actual,<br />

por otra. La cuestión resulta mucho<br />

más clara si en lugar <strong>de</strong>l término genérico<br />

“mundo actual” elegimos otro<br />

más preciso: el Concilio <strong>de</strong>bía <strong>de</strong>terminar<br />

<strong>de</strong> modo nuevo la relación entre<br />

la Iglesia y la edad mo<strong>de</strong>rna. […]<br />

El concilio Vaticano II, con la nueva<br />

<strong>de</strong>finición <strong>de</strong> la relación entre la fe<br />

<strong>de</strong> la Iglesia y ciertos elementos esenciales<br />

<strong>de</strong>l pensamiento mo<strong>de</strong>rno, revisó<br />

o incluso corrigió algunas <strong>de</strong>cisiones<br />

históricas, pero en esta aparente discontinuidad<br />

mantuvo y profundizó su<br />

íntima naturaleza y su verda<strong>de</strong>ra i<strong>de</strong>ntidad.<br />

La Iglesia, tanto antes como <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong>l Concilio, es la misma Iglesia<br />

una, santa, católica y apostólica en camino<br />

a través <strong>de</strong> los tiempos; prosigue<br />

“su peregrinación entre las persecuciones<br />

<strong>de</strong>l mundo y los consuelos <strong>de</strong> Dios”,<br />

anunciando la muerte <strong>de</strong>l Señor hasta<br />

que vuelva (cfr. Lumen gentium, 8)<br />

La Iglesia sigue siendo un<br />

“signo <strong>de</strong> contradicción”<br />

Quienes esperaban que con este<br />

“sí” fundamental a la edad mo<strong>de</strong>rna<br />

todas las tensiones <strong>de</strong>saparecerían y<br />

Benedicto XVI anuncia la primera Encíclica<br />

Hacia el final <strong>de</strong> la Audiencia General <strong>de</strong>l 18 <strong>de</strong><br />

enero, el Santo Padre Benedicto XVI a<strong>de</strong>lantó el tema<br />

<strong>de</strong> su primera Encíclica, publicada el 25 <strong>de</strong> enero.<br />

“También trato <strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrar [en la Encíclica] que<br />

el acto personalísimo que nos viene <strong>de</strong> Dios es un único<br />

acto <strong>de</strong> amor. Este acto <strong>de</strong>be expresarse también como<br />

acto eclesial, organizativo. Si realmente es verdad<br />

que la Iglesia es expresión <strong>de</strong>l amor <strong>de</strong> Dios, <strong>de</strong>l amor<br />

que Dios tiene por su criatura humana, <strong>de</strong>be ser también<br />

verdad que el acto fundamental <strong>de</strong> la fe que crea y<br />

recer en la agitación <strong>de</strong> los años cercanos<br />

al 1968. Hoy vemos que la semilla<br />

buena, a pesar <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollarse<br />

lentamente, crece, y así crece también<br />

nuestra profunda gratitud por la<br />

obra realizada por el Concilio.<br />

Antes y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l Concilio la<br />

Iglesia es siempre la misma<br />

Pablo VI, en su discurso durante<br />

la clausura <strong>de</strong>l Concilio, indicó también<br />

una motivación específica por la<br />

cual una hermenéutica <strong>de</strong> la discontinuidad<br />

podría parecer convincen-<br />

une a la Iglesia y nos da la esperanza <strong>de</strong> la vida eterna y<br />

<strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong> Dios en el mundo, engendra un acto<br />

eclesial. En la práctica, la Iglesia, también como Iglesia,<br />

como comunidad, <strong>de</strong> modo institucional, <strong>de</strong>be amar.<br />

“Y esta ‘caritas’ no es pura organización, como<br />

otras organizaciones filantrópicas, sino expresión necesaria<br />

<strong>de</strong>l acto más profundo <strong>de</strong>l amor personal con<br />

que Dios nos ha creado, suscitando en nuestro corazón<br />

el impulso hacia el amor, reflejo <strong>de</strong>l Dios Amor,<br />

que nos hace a su imagen.”

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