LIBRO SEGUNDO - Bicentenario
LIBRO SEGUNDO - Bicentenario
LIBRO SEGUNDO - Bicentenario
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
— 115—<br />
frente de los Estados Unidos; pero, considero preferible cusIquier<br />
cosa al pasado Ileno, de humillaciones, que fue el resultado de<br />
&quells politics.<br />
Por otra parte, mal podfa ser enaltecida nuestra Patria en el<br />
extranjero cuando se haefan ministros plenipotenciarios a las personas<br />
quo se elevaron a esos puestos sin merecimiento aiguno, sin<br />
antecedentes justos y serios y dnicamente como favores concedidos<br />
por el senor Mariscal. Francamente, mAs que asombro, causa<br />
desagrado ver c6mo fueron elevados a los altos puestos diplomftticos<br />
a personas tan incompetentes. Esto tiene como finica, explicaci6ii<br />
Is falta de carActer y Is benevolencia del senor Mariscal.<br />
Era muy amigo de la lisonja, y todo aquel que se lanzaba a<br />
marearlo con su servil adulaci6n, estaba seguro de conseguir un<br />
puesto de c6nsul o canciller pars su hijo o protegido, de secretario<br />
de legaci6n y hasta de ministro. Asf fue como pudimos ver a extranjeros<br />
casi perniciosos on puestos de iwportancia; a personas<br />
de notoria amoralidad, manchadas por el vicio y Is corrupoi6n, de<br />
representantes tv eneargados de altas misiones en el extranjero; a<br />
j6venes de nuestra cjeunesse dor6ex, notables por su estulticia,<br />
de secretarios y encargados de negocios. Vamos, liubo uno entre<br />
otros que el 6nico me'^rito que tuvo para, ser diplomfitico y Ilegar a<br />
primer secretario de Legaci6n, f ue: cSaberse de memoria el ca.lendario<br />
do GaIvAnx.<br />
Menos mal Is protecci6n quo dispens6 el seflor Mariscal a varios<br />
do nuestros literatos, que siempre f ueron indtiles pars Is diplomacia<br />
mexicana, pero al menos eran de talento, cultivaban con<br />
m6s o menos 6xito las bellas letras, daban una idea de nuestra.<br />
intelectualidad en el extranjero y eran personas honorables y correctas.<br />
Pero ^,y otros?<br />
El senor Mariscal, en Is politics nacional, fue cexclusivainente<br />
porfirista^. En una oca-siOn que el Caudillo le dijera: equiero que<br />
me d4 usted su opinift sob re quidn debe ser mi sucesor , (se tratabs<br />
entonces de que Limantour recogiera temporalmente ]a berencia<br />
pord riana), el senor Mariscal contest6 prontamente: cSenor<br />
Presidente: pars mf es ocioso pensar on tal cosa. El dia quo usted.<br />
dejo de ser Presidente, me separard inmediatamente del Miniaterio.<br />
El problems est6, resuelto pars mf; yo s6lo he .de ser ministro<br />
si ut ted as Presidente. A nadie m6.s lie de servirle^. Esta cow.<br />
testacion de incondicionalista cpur sang v lig6 mfis y mAs al Caudillo<br />
con su miul^tro de Negocios Extranjeros, quien tal ves en muchos