UN ACERCAMIENTO A LA DESHONESTIDAD ACADEMICA ...

UN ACERCAMIENTO A LA DESHONESTIDAD ACADEMICA DESDE LA
MIRADA DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS
Resumen
Patricia Amaro González
Pedro Espinoza Baca
Luis Humberto Garza Vázquez
Este trabajo aborda el fenómeno de la deshonestidad académica a partir de datos
recabados a estudiantes de dos licenciaturas que ofrece una universidad pública
del estado de Tamaulipas.
El cuestionario utilizado indaga sobre el carácter moral y gravedad que los
encuestados asignan a un conjunto de acciones académicamente deshonestas;
frecuencia que en su opinión observan son cometidas por sus pares; su
preferencia respecto a una serie de medidas que profesores y autoridades
pudieran adoptar para combatirlas; así como de algunas estrategias para
reducirlas, entre otras cosas. Los datos encontrados indican que una gran mayoría
de los estudiantes identifican a casi la totalidad de las acciones que se les
despliegan como deshonestas, aunque se aprecia un grupo significativo que
atribuye poca o ninguna gravedad a prácticas como ‘copiar fragmentos o trabajos
de internet’; y ‘entregar un trabajo de cursos anteriores’. Aproximadamente una
cuarta parte manifiesta que ‘copiar fragmentos de fuentes impresas y usarlas sin
citar’, es una de las acciones deshonestas que han observado llevan a cabo sus
compañeros muy frecuentemente. Una proporción sobresaliente considera que la
medida más adecuada para sancionar a los estudiantes que realicen acciones
deshonestas es ‘advertirles verbalmente y rebajarles la calificación’, y finalmente
casi un 30% indica como estrategia más adecuada para reducir las prácticas
deshonestas el ‘desarrollo de cursos para formar a los estudiantes sobre cómo
realizar trabajos académicos’.
Palabras clave: Deshonestidad académica, estudiantes

Introducción
La deshonestidad académica o fraude académico entre estudiantes
universitarios constituye un asunto relevante de estudiarse dado su impacto
negativo en la formación de los futuros profesionales. Investigaciones realizadas
en países como Estados Unidos y Reino Unido (Beléndez et. al., 2011) que es
donde se localiza gran parte de la literatura que aborda este tema, muestran que
se trata de un problema creciente y preocupante. No obstante que se trata de un
fenómeno importante, los trabajos que hacen referencia al estudio de acciones
académicamente no éticas o deshonestas cometidas por estudiantes universitarios
en México son escasos. Entre la literatura bibliográfica que se apega a esta línea
de investigación cabe señalar la de Pedro Canto et al. (2011).
La presente ponencia constituye una muestra de adhesión al estudio de
esta temática, y forma parte de una investigación mayor sobre deshonestidad
académica que se realiza en la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Se apoya
en información recopilada mediante un cuestionario conformado por diez
preguntas suministrado a estudiantes de dos licenciaturas que son ofrecidas por
dos unidades académicas de la institución mencionada. En este trabajo se
describen solamente los resultados de cinco preguntas del instrumento cuyo
objetivo fue determinar el carácter moral y gravedad que los estudiantes
encuestados otorgan a un conjunto de acciones académicamente deshonestas; la
frecuencia que señalan con que son cometidas por sus pares; su preferencia
respecto a una serie de medidas que profesores y autoridades pudieran adoptar
para combatirlas; así como su valoración hacia algunas estrategias que se les
plantean para reducirlas.
La deshonestidad académica.
La primera dificultad que se presenta al abordar el tema de la
deshonestidad académica radica en la indefinición del concepto y por tanto la de
su operacionalización, lo que genera una diversidad en la interpretación de la
conducta deshonesta. Es por esto que lo que puede representar un acto
deshonesto para una persona, puede no serlo para otra.

Para fines de este trabajo la deshonestidad académica también referida
como fraude académico, se concibe como toda acción e intervención deliberada
del estudiante en su proceso de aprendizaje que con el fin de lograr la aprobación
o una nota mayor, contraviene los principios éticos de la institución y menoscaba
su formación intelectual y moral.
Leal (2011) señala que este tipo de práctica constituye:
“un acto de desviación social, en tanto que la persona, a fin de conseguir un
objetivo, en este caso de tipo académico como lo es aprobar una asignatura,
toma una vía o camino que no es el permitido de acuerdo con las normas
establecidas a estos fines en la institución” (p.21).
Esta conducta deshonesta en estudiantes –futuros profesionales- puede
interpretarse sobre todo como una “crisis de religación entre el individuo y otros
individuos, entre el individuo y la sociedad, entre el individuo y la especie humana”
(López, 2010:10). Crisis que coloca al individuo en un estado que le desvía del
propósito de adquirir y desarrollar las competencias cognitivas técnicas de manera
responsable y dentro de las normas lícitas, conduciéndolo a elegir vías y acciones
indebidas para conseguir diplomas y grados que acrediten una preparación que
es aparente. Esta forma de proceder además de violar principios de la ética de su
profesión, —por representar un impedimento para prepararse correctamente a fin
de proporcionar bienes y servicios que mejoren la vida de su comunidad— se
torna en un problema para la sociedad que albergará en el campo laboral a
profesionales con serias deficiencias cognitivas técnicas, una conducta fraudulenta
y por tanto inmoral. Sin excluir que la conducta deshonesta corrompe al estudiante
que la realiza porque sin un conocimiento real difícilmente podrá desempeñar su
trabajo para el que se supone se ha comprometido y mediante el cual tiene la
posibilidad de ser mejor humano. En este sentido la deshonestidad académica
constituye para las instituciones formadoras un problema con graves
consecuencias sociales dado su compromiso de responder con profesionales
competentes a la demanda que la sociedad les plantea, por lo que requiere ser
estudiada con mayor celeridad.

Aspectos metodológicos
Lo que aquí se reporta es parte de una investigación con un enfoque
cuantitativo, exploratorio y transversal.
Los sujetos de estudio constituyen un grupo de 43 alumnos inscritos en los
últimos semestres de los programas de las licenciaturas de agronomía y derecho
que se ofrecen en dos unidades académicas pertenecientes a la universidad
pública del estado de Tamaulipas y que se ubican en la capital de la misma
entidad.
El instrumento utilizado está conformado por un apartado de datos
generales y otro que comprende diez preguntas de tipo cerrado que han sido
retomadas de un cuestionario utilizado por Sureda y Comas (2008).
En este trabajo se presentan los resultados de cinco preguntas, las que
indagan sobre el carácter moral y gravedad que los encuestados asignan a un
conjunto de acciones académicamente deshonestas; frecuencia que en su
opinión observan son cometidas por sus pares; su preferencia respecto a una
serie de medidas que profesores y autoridades pudieran adoptar para combatirlas;
así como de algunas estrategias para reducirlas
Resultados
Datos generales de los encuestados
De la totalidad de alumnos a los que se les suministró el cuestionario un
35% son mujeres y el 65% son varones. El 87 % se adscribe en una edad que
oscila entre 21 y 25 años, un 6.5% tiene de 26 a 30 años y el 6.5% restante es
menor de 21 años.
Postura moral de los estudiantes respecto a algunas prácticas deshonestas.
Del conjunto de diecisiete acciones deshonestas que se les plantearon a los
encuestados para identificar su postura moral sobre cada una de éstas, se
observa (tabla 1) que diez de éstas son reconocidas como tales por un porcentaje
que oscila entre el 76% y 95% de los encuestados. Entre las acciones que son
señaladas como ilícitas por las más altas proporciones de estudiantes están:

‘Falsear datos en trabajos académicos o de investigación’; ‘entregar un trabajo
realizado por otro alumno que ya había sido entregado en cursos anteriores’; y
‘utilizar acordeones o apoyos no permitidos en un examen’.
Un porcentaje entre el 30 y 32% de los encuestados no considera
deshonesto ‘entregar un trabajo realizado por si mismo que ya había sido
entregado en cursos anteriores’; ‘dejarse copiar por otro estudiante durante un
examen’; ‘copiar fragmentos de fuentes impresas sin citar para elaborar trabajos
académicos propios’; y ‘copiar partes de un trabajo entregado en años anteriores
por otro estudiante y usarlos como partes de un trabajo académico nuevo’.
Llama la atención que un porcentaje significativo de alumnos (entre el 41%
y 52%) no reconoce como acciones deshonestas el ‘hacer un trabajo para otro
estudiante’; ‘componer íntegramente un trabajo a partir de fragmentos copiados de
artículos y/o páginas de Internet’; o ‘copiar de páginas web fragmentos de textos
sin citar para elaborar un trabajo como si fuera propio’.
Valoración moral del alumnado sobre la gravedad de prácticas deshonestas
Respecto a la pregunta que interroga sobre el nivel de gravedad que se
juzga tienen un conjunto de once acciones académicamente incorrectas, se
advierte (tabla 1) que para un 41% del total de los encuestados el ‘entregar un
trabajo elaborado por si mismo ya presentado en otros cursos o materias’ no lo
consideran un acto grave. Otra acción que no se considera grave aunque por un
porcentaje de alumnos menor al anterior (22%) es la de ‘copiar y pegar fragmentos
de diferentes fuentes de Internet´.
Por otro lado una proporción de los encuestados que oscila entre el 37% y
el 26% asignan una gravedad mínima a los actos de ‘copiar y pegar fragmentos
de diferentes fuentes de Internet’; ´presentar datos y resultados falseados en
trabajos académicos’; ´copiar y pegar directamente un trabajo de Internet; y
‘entregar un trabajo elaborado por si mismo ya presentado en otros cursos o
materias’.

Como actos medianamente graves un 47% señala a ‘presentar datos y
resultados falseados en trabajos académicos’, y un 46% a ‘copiar de libros y
revistas fragmentos para presentarlos como propios en un trabajo académico.
Un porcentaje importante de estudiantes (58%, 42% y 41%) califican
respectivamente como acciones muy graves el ‘utilizar acordeones o apoyos no
permitidos durante un examen´; ´copiar de otros alumnos en exámenes en la
universidad´ y; ‘pagar a alguien para que le haga un trabajo’
Frecuencia con que cometen los estudiantes acciones deshonestas según
sus compañeros.
En relación a la pregunta que indaga sobre la frecuencia con que el
estudiante observa que sus compañeros cometen acciones deshonestas, se
aprecia (tabla 1) que una proporción significativa de los encuestados (28% y 26%)
coincide en que ‘copiar de páginas web fragmentos de textos para pegarlos en un
documento donde hay texto escrito por sí mismo y entregarlo como trabajo de una
materia’, es la conducta que observan que sus pares cometen frecuente y muy
frecuentemente; un 33% indica que han visto que la realizan esporádicamente y;
un 13% manifiesta que nunca ha observado que dicha acción la lleven a cabo.
De similar manera un 33% y 20% señala que ‘copiar a un compañero durante un
examen’, es una acción llevada a cabo frecuente y muy frecuentemente por los
alumnos. Un 38% manifiesta que dicha conducta se comete esporádicamente y;
un 9% restante apunta que se trata de un acto que nunca ha notado que sus
compañeros la lleven a cabo.
Sumando las dos opciones de respuesta (frecuentemente y muy
frecuentemente) que representan mayor periodicidad de realización de conductas
deshonestas, se tiene que un porcentaje significativo de estudiantes encuestados
que constituye entre el 41% al 45%, manifiesta que entre las más usuales que ha
observado llevan a cabo sus compañeros se encuentran seis: ‘Facilitar a un
compañero/a un trabajo de años anteriores para que lo entregue como un trabajo
nuevo; ‘utilizar acordeones o apoyos no permitidos en un examen; ‘copiar partes
de un trabajo entregado en años anteriores por otro estudiante y usarlos como

partes de un trabajo académico nuevo’; ‘componer íntegramente un trabajo a partir
de fragmentos copiados de páginas web o artículos de Internet’; ‘utilizar nuevas
tecnologías para obtener las respuestas en un examen’; ‘dejar que otro estudiante
le copie durante un examen’;
Al revisar los resultados de esta pregunta llama la atención que un 60% de
las respuestas de los estudiantes muestra que ‘copiar fragmentos de fuentes
impresas y usarlos sin citar para elaborar trabajos académicos propios´ es
registrada como una acción llevada a cabo esporádicamente. De manera similar
sucede con la conducta ‘dejar que otro estudiante le copie durante un examen’, la
que es referida por el 51% de los encuestados.
Valoración de los estudiantes sobre medidas disciplinarias ante acciones
deshonestas
De cuatro posibles medidas disciplinarias para combatir las prácticas
académicamente deshonestas que se les plantearon a los estudiantes a fin de
conocer su opinión, es posible apreciar (tabla 2) que una proporción significativa
de éstos se declara a favor de las tres sanciones menos duras que consisten en:
“Reprobar al alumno en la materia completa”; “reprobar al alumno en la actividad
en que se presentó el trabajo” y; “advertir verbalmente y rebajar la calificación al
alumno”. Solo un porcentaje muy bajo está de acuerdo con la medida más severa
que sugiere la “expulsión de la universidad”.
En cuanto a la medida menos severa que consiste en “advertir verbalmente
y rebajar la calificación al estudiante”; se observa que las conductas alusivas a
‘copiar y presentar un trabajo académico entero de Internet’; ‘presentar un trabajo
propio de años anteriores’ y; ‘copiar partes de un trabajo de Internet’ son las que
registran porcentajes entre el 50% y 55%.
Respecto a la medida que atañe a “reprobar al alumno en la actividad en
que se presentó el trabajo”, los porcentajes más elevados (43%) se presentan en
las conductas referidas a ‘presentar un trabajo de años anteriores de otro alumno’
y; ‘copiar en un examen de un acordeón o de apoyos no permitidos’. Le siguen
aun con porcentajes significativos ‘copiar partes para un trabajo de un libro’ (36%);

‘dejarse copiar en un examen por otro alumno’ (34%) y; ‘copiar y presentar un
trabajo académico entero de internet’ (32%).
Los porcentajes más elevados de estudiantes en la medida que sugiere
“reprobar al alumno en la materia completa”, se registra en las conductas ‘copiar a
un compañero en un examen’ (30%); ‘presentar un trabajo de años anteriores de
otro alumno’ (25%); ‘copiar partes de un trabajo de Internet’ (25%) y; ‘copiar de un
acordeón o apoyos no permitidos en un examen’ (21%).
En relación a la medida que propone la “expulsión de la universidad”, la
conducta a la que se adscriben más estudiantes (9%) es la de ‘falsear datos en
trabajos académicos’, siguiéndole con un 7% de los estudiantes la de ‘copiar a un
compañero en un examen’.
Estrategias juzgadas más adecuadas por los estudiantes para reducir la
practica deshonesta del plagio académico
Con respecto al grado de conveniencia de cinco estrategias encaminadas a
reducir el plagio académico las que incluyen cada una cinco opciones de
respuesta que van desde una escala de muy poca adecuada hasta muy adecuada
una revisión general de las respuestas permite apreciar (tabla 3) que los
porcentajes más elevados de los estudiantes en cuanto a su valoración sobre
éstas, se inscriben en la opción ‘adecuada’.
El más alto porcentaje (49%) lo recibe la estrategia que plantea ‘incluir en
los reglamentos académicos normativas que sancionen las conductas
deshonestas relacionadas con el plagio, que contemplan desde una amonestación
verbal a la expulsión de la universidad; incluso la retirada de un título o diploma ya
entregado si se demuestra que el estudiante ha incurrido en una falta grave’.
La siguiente estrategia considerada adecuada para reducir las conductas de
plagio académico y por la que se declaran a favor un 45% del total de los alumnos
encuestados es la referida a ‘utilizar programas informáticos de detección de
plagio’.
La distribución de los porcentajes de valoración que se observa en la opción
‘muy adecuada’, muestra que los estudiantes prefieren respecto a las distintas

estrategias de combate al plagio la de ‘desarrollar cursos, seminarios o talleres
dirigidos a los estudiantes para formar al alumnado acerca de cómo realizar
trabajos académicos’, ya que ésta concentra la proporción más elevada (28%). En
tanto que en la opción de valoración ‘bastante adecuada’, la estrategia de
‘desarrollar campañas informativas y de sensibilización acerca de cómo desarrollar
prácticas académicas correctas’, es a la que se adscriben la mayor proporción de
alumnos (26%).
Conclusiones
Los datos obtenidos muestran que ante el conjunto de prácticas
deshonestas que se les presentaron a los estudiantes para que emitieran su
postura moral sobre cuáles de éstas juzgaban que eran deshonestas, una
proporción elevada de éstos coinciden en considerar a la mayoría de estas
conductas como tales. Sin embargo se advierte también que una cantidad
significativa de estos alumnos no perciben como acciones deshonestas el ‘hacer
un trabajo para otro estudiante’; ‘componer íntegramente un trabajo a partir de
fragmentos copiados de páginas web y/o artículos localizados en Internet’ y;
‘copiar de páginas Web fragmentos de textos sin citar para pegarlos en un
documento en el que hay parte de texto escrito por sí mismo y entregarlo como
trabajo de una materia’.
Pese a que un porcentaje alto de estos alumnos califica a un buen número
de las conductas que se les desplegaron como deshonestas, sobresale un grupo
que atribuye a algunas de éstas prácticas una gravedad mínima o incluso no las
considera graves, entre las que se encuentran ‘copiar y pegar fragmentos de
fuentes de internet’; y ‘entregar un trabajo presentado en cursos anteriores’.
Entre las medidas disciplinarias que los estudiantes privilegian para reducir
las prácticas deshonestas sobresalen ‘la advertencia verbal acompañada de la
disminución de la calificación’ y; la ‘reprobación en la actividad en que llevó a cabo
el fraude’.
Entre las prácticas deshonestas en las que incurren los estudiantes con
mayor frecuencia se encuentran: ‘Copiar de páginas Web fragmentos de textos sin

citar para pegarlos en parte de texto escrito por sí mismo y entregarlo como
trabajo de una materia’ y; ‘copiar a un compañero durante un examen’.
Las estrategias por las que se inclinan los estudiantes al juzgarlas como las
más adecuadas para disminuir las prácticas deshonestas consisten en ‘desarrollar
cursos para formar a los estudiantes sobre cómo realizar trabajos académicos’ y;
‘desarrollar campañas informativas y de sensibilización acerca de cómo desarrollar
prácticas académicas correctas’.
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