Pensadores dominicanos del siglo XX - Claro

trabaja para aumentar la conciencia de su inferioridad en todos
sentidos. Aquí a todo el mundo le cortan las piernas sistemática-
mente. Nos empequeñecemos deliberadamente».
Se ha escrito que Moscoso Puello fue también racista y pesimis-
ta. Creyó, como otros autores, que el espíritu nacional se hallaba
desequilibrado por virtud de la mezcla racial, pero se cuidó de aclarar
que jamás sintió desprecio por la raza negra y que se sentía orgullo-
so «de la parte que tengo de esta sangre». Sin embargo, entende-
mos que los críticos deben reconocer cierto valor en la actitud de
algunos de estos pensadores considerados pesimistas, pues para la
«ENDIOSAMIENTO» DE TRUJILLO
PENSADORES DOMINICANOS DEL SIGLO XX Y EL SURGIMIENTO DE LA CONCIENCIA NACIONAL
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época en que hicieron públicas sus reflexiones ya existía la dicta-
dura de Trujillo y desde antes de 1930 se había configurado todo
un sistema de significación mitológica en torno a este gobernante
que le confería cualidades providenciales por supuestamente ha-
ber evitado el colapso de la nación (Andrés L. Mateo: 1993).
Con toda seguridad, al dictador y a sus principales áulicos no les
era simpático -ni podía serlo- que un ciudadano como el doctor
Moscoso Puello contradijera públicamente uno de los mitos esta-
blecidos por el discurso oficial en el sentido de que Trujillo le ha-
bía dado cohesión y definición a la dispersa nacionalidad domini-
cana. En este sentido, es obvio que en plena época del Jefe no
podía encontrar tolerancia oficial una aseveración como la que
sigue a continuación:
«Yo no he pensado nunca hasta qué punto mi padre podría te-
ner razón. Pero por mi parte he creído siempre que la República no
estaba preparada para su Independencia ni en Febrero del año 44,
ni en Agosto del 65. Los dominicanos no tenían entonces una
conciencia clara de lo que es una nación. Aún puede repetirse la
frase bien conocida de Narcizaso, el padre de Francisco del Rosa-
rio Sánchez. Ni en aquellos días, ni en los que le siguieron, la Re-
pública estaba preparada para darse instituciones propias. La his-
toria lo ha demostrado».
No debe sorprender la ligereza con que los intelectuales com-
prometidos con el régimen del dictador destinaron a la pira ideo-
lógica las ideas de pensadores como Moscoso Puello, toda vez que
éstas no se identificaban con la mitología oficial.