La Mundialización - Documento sin título - HOAC
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14<br />
14<br />
Opinión<br />
<strong>La</strong> sutileza del capitalismo<br />
Juan Francisco Garrido Jiménez<br />
2010<br />
Me vienen al recuerdo aquellas palabras después<br />
de ver un anuncio publicitario que se ha venido<br />
proyectando en televisión, en internet y en cines.<br />
Un anuncio del Banco Sabadell donde distintas parejas<br />
de personajes conocidos comparten conversación mientras<br />
en pantalla se van presentando algunos de sus<br />
productos financieros. En concreto, mi recuerdo se activó<br />
al hilo del corte publicitario donde el psiquiatra Luís Rojas<br />
Marcos y la cantaora de flamenco Estrella Morente dialogan,<br />
entre otras cuestiones, sobre el futuro y la necesidad<br />
de seguridad del ser humano ante el mismo.<br />
<strong>La</strong>s reflexiones del reputado psiquiatra se van amasando<br />
con el arte de la cantaora que incluso nos atrapa con un<br />
fandango donde muestra cómo tememos a la incertidumbre<br />
de la vida.<br />
1.531· ENERO 2012<br />
Efectivamente, el anuncio aborda un aspecto fundamental<br />
del ser humano para construir y orientar su vida: la necesidad<br />
de seguridad. Una necesidad en la que el psiquiatra,<br />
una persona autorizada, un maestro –como lo llama la<br />
cantaora–, nos hace caer en la cuenta a través de sus palabras.<br />
El espectador, ya conquistado por la impecable estética<br />
del anuncio, no puede nada más que confirmar esa reflexión<br />
desde lo que él vive día a día; máxime en tiempos<br />
de crisis económica donde el empleo es escaso, barato e<br />
inseguro, donde las sucesivas reformas hacen que se tambalee<br />
la seguridad en la jubilación, en la protección al desempleo,<br />
en la sanidad, en la educación…; donde muchas<br />
necesidades personales y familiares generan incertidumbre<br />
e inquietud al resquebrajarse el Estado solidario y al no<br />
contar con los recursos suficientes para hacer frente a la<br />
adversidad.<br />
En ese escenario, el capitalismo, con su cada vez más refinada<br />
sutileza, muestra la solución: tú, individualmente,<br />
tienes que poner los medios para asegurar tu futuro y eso<br />
sólo lo conseguirás comprando esa anhelada seguridad.<br />
Todo se compra y se vende. También las necesidades más<br />
profundamente humanas son mercancía. El banco aprovecha<br />
esta necesidad y esta respuesta de nuestra cultura individualista<br />
y mercantilista para, como gran benefactor,<br />
ofrecer sus productos: planes personalizados de futuro.<br />
¿Qué haríamos <strong>sin</strong> ellos?<br />
El anuncio no aclara cómo, en esta compra-venta, quedan<br />
los desposeídos, «los nadie», los empobrecidos, las víctimas,<br />
los excluidos, los trabajadores sobrantes, los ilegales…<br />
Los seres humanos más desprotegidos que no<br />
pueden comprar su seguridad porque no tienen nada. El