27.04.2013 Views

1340232811825

1340232811825

1340232811825

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Oh, estás hablando conmigo —se quejó ella—. Por supueeesto que<br />

estás hablando conmigo. Nunca vas a oír el final de esto, ¿me oyes? ¡Nunca,<br />

jamás te perdonaré!<br />

—Sí lo harás.<br />

— ¡Tú! ¡Eres una...! ¡Eres simplemente egoísta, Abby! ¡Eres una terrible<br />

mejor amiga!<br />

Me eché a reír, haciendo que el hombre sentado a mi lado se sacudiera.<br />

—No se mueva, Sra. Maddox.<br />

—Lo siento —dije.<br />

— ¿Quién fue ese? —Gruñó América.<br />

—Ese fue Griffin.<br />

— ¿Quién diablos es Griffin? Déjame adivinar, ¿invitaste a un<br />

desconocido a tu boda y no a tu mejor amiga? —Su voz se hacía más aguda<br />

con cada pregunta.<br />

—No. Él no fue a la boda —dije, aspirando una bocanada de aire.<br />

Travis suspiró y se movió nervioso en su silla, apretando mi mano.<br />

—Se supone que debo hacer esto, ¿recuerdas? —le dije, sonriéndole a<br />

través del dolor.<br />

—Lo siento. No creo que pueda soportar esto —dijo, con voz llena de<br />

angustia. Relajó su mano, mirando a Griffin—. Date prisa, ¿quieres?<br />

Griffin negó con la cabeza.<br />

—Cubierto de tatuajes y no puede soportar que su novia consiga una<br />

simple inscripción. Terminaré en un minuto, camarada.<br />

El ceño fruncido de Travis se profundizó. —Esposa. Ella es mi esposa.<br />

América jadeó una vez procesada la conversación en su mente. — ¿Te<br />

estás haciendo un tatuaje? ¿Qué está pasando contigo, Abby? ¿Respiraste<br />

humos tóxicos en el incendio?<br />

Miré hacia abajo a mi estómago, a la confusa mancha negra justo en el<br />

interior de mi hueso de la cadera y sonreí.<br />

—Trav tiene mi nombre en su muñeca —aspiré otra bocanada de aire<br />

cuando el zumbido continuó. Griffin secó la tinta de mi piel y empezó de nuevo.<br />

Hablé a través de mis dientes—: Estamos casados. Quería algo, también.<br />

Travis sacudió la cabeza. —No tenías que hacerlo.<br />

Entrecerré los ojos. —No empieces conmigo. Hemos hablado de esto.<br />

América se echó a reír una vez. —Te has vuelto loca. Te voy admitir en el<br />

asilo al llegar a casa. —Su voz era aún perforante y exasperada.<br />

Librosdelcielopersonal.blogspot.com<br />

Página312

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!