Diciembre 2008 - Diocese de Tui-Vigo

ación del sacramento, grupos de matrimonios, bodas de plata y oro…), al ser
padres , que transmiten la vida y la fe (escuelas de padres y convivencias para
ellos, los distintos momentos de los procesos catequéticos de los hijos, su vocación
cristiana …) y finalmente justificaron por qué aparece el apartado ser
abuelos . La última parte del Plan, titulada “La Iglesia al servicio de la familia”
recoge los proyectos y acciones que debe llevar a cabo la diócesis y la parroquia
para servir de verdad a lo que hoy necesita la familia. Se añaden unos anexos
sobre cursillos pre-matrimoniales y sobre el equipo y el proyecto de pastoral
parroquial.
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Sugerencias y Aportaciones de los Consejeros
Nueve consejeros entregaron sus aportaciones por escrito y del total de
las 25 intervenciones orales, ninguna propuso alternativas de fondo al documento.
Sí que hubo distintas manifestaciones tildando al mismo de idealista y
de imposible pastoralmente para el rural; que debiera partir de mínimos y no
plantear situaciones ideales o utópicas; que no aborda la situación social de
tantas familias de hoy y que es ajeno a la realidad; que es excesivamente pretencioso,
dijo otro consejero, aunque por ello dijo, resulta muy válido; también
se le calificó de “plan excesivamente largo y genérico”. Otras intervenciones,
además de agradecer el trabajo de los Delegados de Pastoral Familiar, se
refirieron al documento como “un plan que por amplio abre a muchas posibilidades
que pueden concretarse después”; “buen instrumento de trabajo” y con
muchas posibilidades para llegar a numerosas acciones concretas; “un documento
magnífico que reclama de los agentes de pastoral que estemos a la altura”;
otro dijo que aunque el plan está muy bien estructurado, debiera tener propuestas
más exigentes; otro, sin embargo, agradecía las propuestas claras que
deberán concretarse en la diócesis y en cada parroquia; otro consejero manifestaba
su alegría porque, por fin, un Plan de Pastoral Familiar supera el simple
y habitual planteamiento de reducir ésta a los cursillos pre-matrimoniales;
“hay también una toma de postura comprometida, cristiana y clara –se dijo- de
lo que se debe hacer en las situaciones familiares más dolorosas”.
En cuanto a las modificaciones sugeridas las principales fueron las
siguientes: que la normativa sobre lugares de celebración del matrimonio sea
muy clara; que los cursillos pre-matrimoniales tengan contenidos más profundos
y que haya más creatividad pastoral para dar facilidades a los que les es
imposible asistir a los programados; que en las parroquias se visite más a las
familias; que se recupere el espíritu sinodal para aplicar estas orientaciones;
BOLETÍN DEL OBISPADO DE TUI-VIGO• N o v i e m b re - Diciembr e 2008