MI SECRETO - Frente de Afirmación Hispanista
MI SECRETO - Frente de Afirmación Hispanista
MI SECRETO - Frente de Afirmación Hispanista
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
martirizado, los espasmos <strong>de</strong> una felicidad <strong>de</strong>sconocida, el<br />
grito que pi<strong>de</strong> "re<strong>de</strong>nción". De hecho, con este sistema <strong>de</strong><br />
procedimientos se consiguió superar <strong>de</strong> raíz la vieja <strong>de</strong>presión,<br />
la vieja pesa<strong>de</strong>z y la vieja fatiga; <strong>de</strong> nuevo la vida volvió<br />
a ser muy interesante: <strong>de</strong>spierta, eternamente <strong>de</strong>spierta,<br />
insomne, ardiente, carbonizada, extenuada y, sin embargo, no<br />
cansada -así es como se conducía el hombre, "el pecador",<br />
iniciado en esos misterios. Ese viejo y gran mago en la lucha<br />
contra el <strong>de</strong>splacer, el sacerdote ascético- evi<strong>de</strong>ntemente<br />
había triunfado, su reino había llegado: la gente no se<br />
quejaba ya contra el dolor, sino que lo anhelaba: "¡Más<br />
dolor! ¡Más dolor!".<br />
Cualquiera podría <strong>de</strong>ducir que la filosofía <strong>de</strong>l fenómeno masoquista<br />
fue también fundada por los pensadores alemanes, mas<br />
existe evi<strong>de</strong>ncia que Francesco Petrarca (1304-74) ya había<br />
reflexionado sobre dicho fenómeno. En su libro De contemptu<br />
mundi o Secretum (1342) <strong>de</strong>sarrolla un diálogo imaginario con<br />
San Agustín, en don<strong>de</strong> el Santo hace las veces <strong>de</strong> superyó,<br />
reprochándole sus <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> gloria literaria y su masoquismo<br />
amoroso por la ingrata Laura. Veamos:<br />
San Agustín : ¡Oh raza <strong>de</strong> hombres mortales! De todas las propensiones<br />
que heredáis, ninguna me asombra ni me<br />
espanta tanto como la inclinación a apegarse a vuestras<br />
propias <strong>de</strong>sdichas , pretendiendo que no veis el peligro<br />
que os amenaza, y si alguien os obliga a advertirlo, lo<br />
expulsáis <strong>de</strong> vuestra vista y alejáis.<br />
XIX