30.04.2013 Views

Apunte 2 De martir a heroe y de

Apunte 2 De martir a heroe y de

Apunte 2 De martir a heroe y de

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

«totalidad». En un escenario mo<strong>de</strong>rno líquido que favorece (y se sostiene sobre) los intereses <strong>de</strong>l<br />

consumidor, ninguno <strong>de</strong> esos i<strong>de</strong>ales conserva su atractivo pasado, ni se ve reforzado por la experiencia<br />

diaria, ni sintoniza con las respuestas aprendidas, ni conecta con las intuiciones <strong>de</strong> sentido común adquiridas.<br />

<strong>De</strong> ahí que se tienda a reemplazar esos i<strong>de</strong>ales por los valores <strong>de</strong> la gratificación instantánea y <strong>de</strong> la felicidad<br />

individual.<br />

A medida que la sociedad mo<strong>de</strong>rna liquida y su consumismo endémico avanzan, los mártires y los<br />

héroes se hallan en franca retirada. Hoy encuentran su último refugio entre aquellos pueblos que todavía<br />

libran lo que a muchos habitantes <strong>de</strong>l planeta (quizás, a la mayoría <strong>de</strong> ellos) se les antoja una guerra contra<br />

todo pronóstico <strong>de</strong> victoria y que ya tienen perdida <strong>de</strong> antemano; una guerra contra las formidables potencias<br />

financieras y militares globales que asedian los escasos territorios vírgenes que aún quedan con el fin <strong>de</strong><br />

implantar su forma <strong>de</strong> «vida nueva» don<strong>de</strong>quiera que vayan (un modo <strong>de</strong> vida que, para quienes lo reciben,<br />

augura el fin <strong>de</strong> la vida que habían conocido hasta entonces y, quizás, incluso el fin <strong>de</strong> la vida en general).<br />

A los más <strong>de</strong>sesperanzados y <strong>de</strong>sesperados <strong>de</strong> los asediados les quedan pocas opciones salvo recurrir<br />

al argumento <strong>de</strong>finitivo: el sacrificio voluntario <strong>de</strong> su propia vida con la esperanza <strong>de</strong> dar testimonio (por<br />

trágicamente retorcido que sea) <strong>de</strong>l valor <strong>de</strong>l modo <strong>de</strong> vida que se les ha hecho imposible vivir y que está a<br />

punto <strong>de</strong> serles negado para siempre. Para ellos, una muerte dignificada <strong>de</strong> ese modo se les antoja la última<br />

oportunidad <strong>de</strong> alcanzar una dignidad que ya les ha sido arrebatada en vida. Esas personas son material<br />

maleable en manos <strong>de</strong> hábiles y astutos manipuladores, crueles y <strong>de</strong>spiadados. Es <strong>de</strong> esas filas <strong>de</strong> don<strong>de</strong> se<br />

recluta a los terroristas <strong>de</strong> la actualidad. Son mutantes <strong>de</strong>plorablemente distorsionados <strong>de</strong> los mártires <strong>de</strong> la<br />

vieja escuela, sobre los que también se ha injertado una imitación igualmente <strong>de</strong>formada <strong>de</strong> los héroes <strong>de</strong><br />

antaño.<br />

Los mártires <strong>de</strong> tiempos pretéritos estaban preparados para sufrir, pero no para hacer que otros<br />

sufrieran, puesto que la eficacia <strong>de</strong>l <strong>martir</strong>io voluntario estribaba en la prueba que con a se pretendía ofrecer<br />

<strong>de</strong> la valía inmortal <strong>de</strong> la creencia en cuya <strong>de</strong>fensa aquellos mártires se inmolaban; el «heroísmo», por su<br />

parte, solía medirse por el número <strong>de</strong> enemigos que el suicidio <strong>de</strong>l héroe lograba <strong>de</strong>struir. Los mártires <strong>de</strong> la<br />

fe no eran héroes y los héroes <strong>de</strong> las guerras nacionales habrían rechazado la etiqueta <strong>de</strong> mártires por la<br />

ineficacia <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> éstos (una ineficacia que tanto los héroes como sus panegiristas habrían tachado <strong>de</strong><br />

lamentable). Pero por virtuosos que los mártires y los héroes reivindiquen ser o sean reivindicados como<br />

tales por otros en sus respectivos y distintos términos, la combinación <strong>de</strong> sus cualida<strong>de</strong>s produce una mezcla<br />

incongruente y ciertamente satánica...<br />

La sociedad mo<strong>de</strong>rna líquida <strong>de</strong> consumo convierte las hazañas <strong>de</strong> los mártires, los héroes y todas las<br />

versiones híbridas <strong>de</strong> unos y otros en hechos sencillamente incomprensibles e irracionales y, por<br />

consiguiente, atroces y repulsivos. Esa sociedad promete la felicidad fácil, alcanzable por medios nada<br />

heroicos y que por tanto, <strong>de</strong>berla estar -tentadora y gratificadora- al alcance <strong>de</strong> todo el mundo (o, mejor<br />

dicho, <strong>de</strong> todos los consumidores). El <strong>martir</strong>io y, en general, toda clase <strong>de</strong> sufrimiento «por una causa», es<br />

ahora representado como el resucitado <strong>de</strong> la fechoría <strong>de</strong> otra persona o como un caso que sólo pue<strong>de</strong><br />

explicarse como una acción dolosa premeditada <strong>de</strong> los actores (en cuyo caso, los culpables <strong>de</strong>ben ser<br />

hallados y castigados) o como un fallo psicológico (en cuyo caso, <strong>de</strong>berían ser sometidos a terapia con la<br />

esperanza <strong>de</strong> que se curen algún días. A diferencia <strong>de</strong> otros tipos pasados y presentes <strong>de</strong> sociedad, la que aquí<br />

nos ocupa pue<strong>de</strong> ser a<strong>de</strong>cuadamente <strong>de</strong>scrita sin necesidad <strong>de</strong> recurrir a las categorías <strong>de</strong>l «<strong>martir</strong>io» y el<br />

«heroísmo», pero necesita, eso sí, <strong>de</strong> dos categorías relativamente nuevas que esta misma sociedad ha<br />

situado en el centro <strong>de</strong> la atención pública: las <strong>de</strong> la víctima y el famoso (o la celebridad).<br />

En la sociedad actual, <strong>de</strong> nadie se espera que sufra dolor a menos que éste haya sido infligido por las<br />

autorida<strong>de</strong>s competentes como merecido castigo por una mala conducta. La cuestión <strong>de</strong> hasta qué punto el<br />

dolor ocasionado se correspon<strong>de</strong> con la magnitud y la gravedad <strong>de</strong> la falta (y pue<strong>de</strong> ser entonces 'consi<strong>de</strong>rado<br />

plena y auténticamente merecido) suele ser sumamente controvertida. El <strong>de</strong>recho a <strong>de</strong>cidir sobre tal cuestión<br />

es uno <strong>de</strong> los principales elementos en juego en la lucha por el po<strong>de</strong>r, y las <strong>de</strong>cisiones que reflejan la<br />

jerarquía <strong>de</strong> fuerzas <strong>de</strong>l momento continúan siendo vinculantes (aunque no necesariamente incuestionables)<br />

mientras persista tal jerarquía. El sufrimiento por otro motivo que no sea estrictamente el cumplimiento <strong>de</strong><br />

una pena (conveniente atenuada) por un <strong>de</strong>lito o una falta es consi<strong>de</strong>rado evitable e injustificado; si alguien<br />

lo pa<strong>de</strong>ce, habrá que hallar al responsable <strong>de</strong> tal exceso y habrá que inculparle por ello. Cada caso <strong>de</strong><br />

sufrimiento es, pues, potencialmente, un caso <strong>de</strong> victimización, y cualquiera que pa<strong>de</strong>zca dolor (al menos,<br />

potencialmente también) es una víctima.<br />

casaemaús 5 <strong>De</strong> Mártir a héroe y <strong>de</strong> héroe a celebridad

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!