Elisa Lerner: “La soledad es la patria del escritor” - Gioconda Espina
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- Como <strong>es</strong> ahora, sí. Te voy a contar una anécdota de Dita.<br />
Nosotros recibíamos el diario El Nacional, que era un diario<br />
importante, y lo sigue siendo; era un diario muy literario,<br />
muy <strong>es</strong>peranzador, porque lo habían fundado gente que<br />
había adversado a <strong>la</strong> dictadura de Juan Vicente Gómez. Y <strong>es</strong>e<br />
era un momento en el que se <strong>es</strong>taba librando una gran batal<strong>la</strong><br />
contra el nazismo y se pensaba que Venezue<strong>la</strong> se iba a<br />
adentrar en <strong>la</strong> democracia, era un momento en el que había<br />
fiebre de ideología en el mundo. El Nacional <strong>es</strong>taba a favor<br />
de <strong>la</strong> república <strong>es</strong>paño<strong>la</strong>, así que también <strong>es</strong>cribían exiliados<br />
<strong>es</strong>pañol<strong>es</strong> que vivían aquí. Así que, junto con los libros, <strong>es</strong>e<br />
periódico me infundió a mí mucho <strong>es</strong>tímulo para pensar que<br />
yo alguna vez podría <strong>es</strong>cribir en algún periódico. Allí<br />
<strong>es</strong>cribía una <strong>es</strong>critora joven, Ida, que <strong>es</strong>cribía unos reportaj<strong>es</strong><br />
preciosos.<br />
-¿La poeta Ida Gramcko?<br />
- Sí. Entonc<strong>es</strong> yo leía los reportaj<strong>es</strong> de Ida y decía: bueno, a<br />
lo mejor yo alguna vez puedo llegar a <strong>es</strong>cribir…C<strong>la</strong>ro, <strong>es</strong>to<br />
me lo decía en mi interior y muy dubitativamente, porque yo<br />
a nadie le decía que quería ser <strong>es</strong>critora. Se lo había dicho a<br />
mi papá y él se sonrió y pensó que era como un sueño de<br />
niña.<br />
- ¿Y <strong>la</strong> anécdota cuál <strong>es</strong>?<br />
- Todos los domingos yo recibía el diario, que lo llevaba un<br />
pregonero. En <strong>la</strong>s casas <strong>del</strong> Centro, donde nosotras<br />
vivíamos, había un zaguán y a primera hora de <strong>la</strong> mañana él<br />
dejaba allí el periódico. Los domingos el diario tenía el<br />
Papel Literario donde muchas vec<strong>es</strong>, en <strong>la</strong> página central,<br />
había un reportaje de Ida Gramcko. Un día, yo tendría unos<br />
11 años, llegué a <strong>la</strong> <strong>es</strong>cue<strong>la</strong> llorando a lágrima viva y Dita<br />
me preguntó por qué <strong>es</strong>taba llorando de <strong>es</strong>a forma<br />
<strong>es</strong>trepitosa y yo le dije que era porque no había podido leer<br />
el reportaje de Ida porque el pregonero no me había dejado<br />
el periódico. Al día siguiente Dita se apareció con el diario y<br />
me lo regaló… ¡y el<strong>la</strong> también lo coleccionaba!<br />
-¿Pudo conocer a Ida Gramcko?<br />
- Sí, con el tiempo yo llegué a ser como parte de su familia<br />
porque Ida <strong>es</strong>cribió en La gruta venidera, un libro que<br />
Elizabeth Schön publicó cuando yo <strong>es</strong>taba saliendo de <strong>la</strong><br />
adol<strong>es</strong>cencia. Yo quedé tan fascinada con <strong>es</strong>te libro que una<br />
vez me <strong>la</strong> encontré caminando por <strong>la</strong> p<strong>la</strong>za Bolívar, el<strong>la</strong> iba<br />
con Silva Estrada y se lo dije, y Elizabeth Schön, sin ser<br />
amigas, me lo regaló. Y <strong>es</strong>e libro, igual que los reportaj<strong>es</strong> y<br />
los poemas de Ida, para mí significó muchísimo, el<strong>la</strong> para mí<br />
fue una influencia.<br />
- ¿Mas que Ida? ¿O diferente?<br />
- Diferente. El<strong>la</strong> fue muy importante para que yo <strong>es</strong>cribiera<br />
mi primera pieza, <strong>“La</strong> bel<strong>la</strong> de inteligencia” pero no sólo<br />
<strong>es</strong>o, fue una gran amiga, una gran consejera, fue como una<br />
tía joven o una hermana mayor, mayor que mi hermana<br />
Ruth. Fue una mujer muy sensible, muy sensata, muy<br />
protectora, muy prudente. Cuando yo vi a <strong>la</strong> Reina Sofía en<br />
3<br />
España, <strong>la</strong> beatitud de su sonrisa, me acordé mucho de<br />
Elizabeth porque el<strong>la</strong> tenía <strong>la</strong>s maneras de una reina silv<strong>es</strong>tre<br />
en su jardín de Los Rosal<strong>es</strong>. Yo no sé cómo ni dónde el<strong>la</strong>,<br />
que creo que no terminó <strong>la</strong> primaria pero sí fue a unos cursos<br />
de filosofía, pudo adquirir <strong>es</strong>a sabiduría en <strong>la</strong> vida, <strong>es</strong>a<br />
diplomacia admirable. Nunca hubo quejas ni pequeñec<strong>es</strong> con<br />
el<strong>la</strong>, y lo digo porque <strong>es</strong> verdad. Ida también fue una mujer<br />
muy discreta pero Ida era más tormentosa, sus <strong>es</strong>tados de<br />
ánimo.<br />
- ¿Cuándo conoció a Ida?<br />
- En mi infancia, yo era una niña de 11 o 10 años y fui con<br />
mis padr<strong>es</strong> a <strong>la</strong> Unión Israelita askenazí a un agasajo a León<br />
Felipe, el poeta <strong>es</strong>pañol. Yo no entendía nada, porque él<br />
decía sus poemas y yo veía que todo el mundo lloraba, como<br />
diciendo que era un mismo exilio y que él también, por<br />
l<strong>la</strong>marse León Felipe, también venía <strong>del</strong> exilio judío. Allí yo<br />
vi hombr<strong>es</strong>, que en el día eran duros negociant<strong>es</strong>, con<br />
lágrimas. Y cuando terminó el acto, que era en una casa, veo<br />
a Ida Gramcko en el comedor, <strong>la</strong> reconocí <strong>del</strong> periódico y le<br />
pedí un autógrafo. El<strong>la</strong> me lo dio pero encontré como una<br />
gran frialdad, como cierta soberbia… no hubo ningún<br />
acercamiento hacia <strong>es</strong>a muchachita que <strong>la</strong> admiraba.<br />
- ¿Y d<strong>es</strong>pués?<br />
- D<strong>es</strong>pués me <strong>la</strong> encontré en mi adol<strong>es</strong>cencia cuando el<strong>la</strong><br />
llegó de <strong>la</strong> Unión Soviética, en donde había sido encargado<br />
de negocios en <strong>la</strong> embajada siendo muy joven, era su<br />
momento de brillo, los 40 y 50 fueron su momento de más<br />
brillo, lo que pasa que le tocó durante una dictadura militar.<br />
Yo iba al Venezo<strong>la</strong>no-Francés, muchas vec<strong>es</strong> con Román<br />
Chalbaud y a vec<strong>es</strong> so<strong>la</strong> porque me quedaba cerca de mi<br />
casa… bueno, no tan cerca, porque yo vivía en <strong>la</strong> zona alta<br />
de San Bernardino. Pero bueno, era una adol<strong>es</strong>cente y<br />
tomaba un autobús y caminaba hasta Los Caobos y Caracas<br />
era una ciudad segura, era una ciudad más pequeña, y<br />
encontraba allí a Ida. Y ahí comencé un diálogo con el<strong>la</strong>, le<br />
dije que yo guardaba sus artículos y el<strong>la</strong> me dijo que era una<br />
cursilería, o algo así. Pero d<strong>es</strong>pués se fue creando una<br />
<strong>es</strong>pecie de amistad no pactada, y cuando el<strong>la</strong> publica<br />
Poemas, que <strong>es</strong> su gran y famoso libro, yo me <strong>la</strong> encuentro<br />
un día en un autobús en San Bernardino, porque el<strong>la</strong> vivía en<br />
<strong>la</strong> parte de abajo, entonc<strong>es</strong> me ofreció su libro.<br />
Lamentablemente yo tontamente le dije que me lo había<br />
rega<strong>la</strong>do una amiga y el<strong>la</strong> quedó fascinada porque yo <strong>es</strong>taba<br />
encantada con su libro.<br />
<strong>“La</strong> muerte soporta todas <strong>la</strong>s indiscrecion<strong>es</strong>, todos los<br />
detall<strong>es</strong>.<br />
Es <strong>la</strong> forma que tiene de añorar, de nuevo, <strong>la</strong> vida.”<br />
La envidia o <strong>la</strong> añoranza de los m<strong>es</strong>oneros, <strong>Elisa</strong> <strong>Lerner</strong>,<br />
1974<br />
-¿Por qué dice que Elizabeth Schön fue su influencia<br />
teatral?