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The New Life Mission : Spanish edition 22

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<strong>The</strong> <strong>New</strong> <strong>Life</strong> <strong>Mission</strong><br />

SERMONES SOBRE SOBRE GÉNESIS GÉNESIS (I)<br />

(I)<br />

La voluntad de la<br />

Santa Trinidad para<br />

los los seres humanos<br />

humanos


El plan de Dios revelado en Génesis<br />

Quien construye una casa primero debe diseñar los planos de lo que será su casa y<br />

entonces sigue estos planos al construirla. Del mismo modo, nuestro Señor también<br />

necesitó unos planos para salvar a la humanidad de sus pecados y hacer que los seres<br />

hanos fueran Su pueblo. Mientras que toda la Palabra de la Biblia nos muestra los<br />

planos de Dios, el Libro del Génesis revela Su plan con todo detalle. Dentro del plan<br />

de salvación de Dios, lo que manifiesta Su objetivo es la Verdad del Evangelio del agua<br />

y el Espíritu. Al creer en la Palabra de Dios, podemos averiguar la buena voluntad de<br />

Dios para nosotros.<br />

¿Para qué nos creó Dios? El Señor nos creó para que alabásemos la justicia de Dios<br />

y Su voluntad, y también para darnos las bendiciones espirituales del Cielo. Todo esto<br />

son las intenciones de Dios que quiso revelarnos.<br />

Dios ha manifestado Su voluntad a través del Evangelio del agua y el Espíritu, y al<br />

creer en este objetivo que Dios ha revelado a través de Su Iglesia, pudimos aceptarlo y<br />

regocijarnos. Todas las bendiciones que Dios nos ha dado estarán siempre con<br />

nosotros. ¡Aleluya!<br />

◄ ÍNDICE ►


SERMONES SOBRE GÉNESIS (I)<br />

La voluntad de la<br />

Santa Trinidad para<br />

los seres humanos<br />

PAUL C. JONG<br />

Casa Editorial Hephzibah<br />

Un Ministerio de THE NEW LIFE MISSION<br />

SEÚL, COREA<br />

Sermones sobre Génesis (I)<br />

La voluntad de la Santa Trinidad para los seres<br />

humanos<br />

Derechos de autor © 2006 por <strong>The</strong> <strong>New</strong> <strong>Life</strong> <strong>Mission</strong><br />

Reservados todos los derechos.<br />

Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida o<br />

transmitida ni por ningún medio, ya sea eléctronico o<br />

mecánico o por medio de fotocopia, grabación o cualquier<br />

otro sistema de almacenamiento o recuperación de<br />

información, sin permiso previo del dueño del copyright.<br />

ISBN 89-8314-6<strong>22</strong>-2<br />

◄ ÍNDICE ►


Prólogo ----------------------------------------------- 6<br />

CAPÍTULO 1<br />

La Biblia es la Palabra de salvación,<br />

no un libro científico<br />

(Génesis 1,1-2) --------------------------------- 13<br />

¿Se han convertido en la luz por el<br />

Evangelio de Verdad?<br />

(Génesis 1,2-3) --------------------------------- 36<br />

Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

(Génesis 1,2-5) --------------------------------- 57<br />

Primer día: en el principio Dios creó los<br />

cielos y la tierra<br />

(Génesis 1,1-5) ------------------------------- 108<br />

Índice<br />

Las aguas que estaban sobre el firmamento y<br />

las que estaban bajo el firmamento<br />

(Génesis 1,6-8) ------------------------------- 140<br />

El segundo día Dios separó las aguas<br />

(Génesis 1,6-8) ------------------------------- 168<br />

Cumplir la voluntad de Dios<br />

(Génesis 1,9-13) ------------------------------ 214<br />

Entrar en la obra de Dios<br />

(Génesis 1,9-13) ------------------------------ 242<br />

Sólo podemos ser salvados de nuestros<br />

pecados si reconocemos nuestra maldad<br />

(Génesis 1,9-13) ------------------------------ 275<br />

◄ Cubierta ►


Lo que deben hacer los siervos de Dios<br />

que creen en el Evangelio del agua<br />

y el Espíritu (Génesis 1,14-19) ------------- 288<br />

Dios nos convierte en recipientes valiosos<br />

(Génesis 1,16-19) ---------------------------- 304<br />

Los justos vivirán sólo de la fe<br />

(Génesis 1,20-23) ---------------------------- 320<br />

Dirijan sus corazones hacia Dios<br />

(Génesis 1,20-23) ---------------------------- 344<br />

Las vidas de la gente de fe que cree en la<br />

Palabra de Dios de corazón<br />

(Génesis 1,20-23) ---------------------------- 361<br />

La razón por la que Dios nos hizo a Su<br />

imagen y semejanza<br />

(Génesis 1,24-31) ---------------------------- 377<br />

Hemos sido creados a imagen y<br />

semejanza de Dios<br />

(Génesis 1,24-31) ---------------------------- 396<br />

◄ Cubierta ►


6 Prólogo<br />

Prólogo<br />

- Sobre la voluntad de la Santa<br />

Trinidad para los seres humanos -<br />

Efesios 1, 9-10 dice: «Dándonos a conocer el<br />

misterio de su voluntad, según su beneplácito, el<br />

cual se había propuesto en si mismo, de reunir<br />

todas las cosas en Cristo, en la dispensación del<br />

cumplimiento de los tiempos, así las que están en<br />

los cielos, como las que están en la tierra». A<br />

través del Libro del Génesis Dios quiere que<br />

conozcamos las intenciones que tiene para<br />

nosotros. ¿Dónde se revela la voluntad de Dios?<br />

En el Evangelio del agua y el Espíritu que Dios<br />

cumplió a través de Jesucristo. Debemos aceptar<br />

estas buenas intenciones de Dios manifestadas en<br />

el Evangelio del agua y el Espíritu por fe. Para<br />

◄ ÍNDICE ►


ello cuando consideramos la Palabra de Dios,<br />

debemos dejar de lado nuestros pensamientos<br />

carnales y creer en la Palabra de Dios tal y como<br />

es. Todos debemos abandonar nuestro<br />

conocimiento erróneo que hemos acumulado<br />

hasta ahora y abrir nuestros ojos espirituales al<br />

poner nuestra fe en la justicia de Dios.<br />

Sólo podemos creer en Dios correctamente<br />

cuando entendemos Sus buenas intenciones que<br />

se revelan en Su Palabra. Para revelarnos estas<br />

intenciones escribió la Palabra de la Creación de<br />

los cielos y la tierra. Debemos entender qué<br />

intenciones tenía el Dios de la Trinidad cuando<br />

creó el universo. Dios quería hacer a todos los<br />

seres humanos a Su imagen y semejanza.<br />

Si Dios hubiera creado al hombre antes que las<br />

demás criaturas cuando creó el universo y todo lo<br />

que hay en él, entonces el hombre hubiera sido<br />

un obstáculo para las buenas intenciones de Dios.<br />

La gente rechaza lo que no puede entender. Por<br />

7 Prólogo<br />

tanto, a no ser que dejemos de lado nuestros<br />

propios pensamientos, no podremos evitar<br />

volvernos en contra de la voluntad de Dios<br />

porque nos será imposible entender Sus<br />

intenciones con nuestros pensamientos carnales.<br />

En realidad, ¿no hay mucha gente que se vuelve<br />

en contra del amor verdadero de Dios porque<br />

desconoce Su justicia?<br />

La Palabra de la Verdad de Dios es como un<br />

proyecto que presenta Su justicia. Dios se<br />

convirtió en la luz de la Verdad en este universo<br />

que estaba lleno de oscuridad. El primer día de la<br />

creación, Dios ordenó que hubiera luz en las<br />

tinieblas y así nos hizo saber Sus buenas<br />

intenciones desde el principio, que consistían en<br />

darnos el Evangelio de la verdadera remisión de<br />

los pecados a nuestros corazones llenos de<br />

oscuridad. La intención del Dios de la Trinidad<br />

era vencer a las tinieblas con la luz de la Verdad<br />

para que recibiésemos la gracia de la salvación<br />

◄ ÍNDICE ►


cuando estábamos destinados a morir con los<br />

trucos de Satanás.<br />

El segundo día de la creación de los cielos y la<br />

tierra, Dios separó las aguas del firmamento de<br />

las aguas que estaban bajo el mismo. Las<br />

intenciones que Dios reveló el segundo día eran<br />

las de librarnos de las palabras de Satanás al<br />

separar Su Palabra de las palabras del Diablo.<br />

Por tanto, debemos vivir nuestra fe basándonos<br />

en la Palabra de Dios y para hacerlo debemos ser<br />

salvados al creer en el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu manifestado en la Palabra de Dios. Al<br />

tercer día Dios ordenó que las aguas que estaban<br />

bajo el cielo se reunieran en un mismo lugar y<br />

que la tierra seca quedara descubierta. Cuando<br />

Dios ordenó esto Sus intenciones eran exponer<br />

nuestros pecados y hacer que siguiésemos<br />

solamente Su justicia.<br />

Al cuarto día de la creación de los cielos y la<br />

tierra Dios creó el Sol, la Luna y las estrellas. La<br />

8 Prólogo<br />

intención de Dios manifestada el cuarto día era<br />

demostrar que extiende la luz de la salvación en<br />

este mundo y Su voluntad a través de Sus<br />

siervos, que iluminan la oscuridad al creer en Su<br />

justicia. Con el Sol, la Luna y las estrellas en el<br />

firmamento, Dios estaba manifestando Su<br />

justicia, Sus siervos y nuestros corazones.<br />

Cuando Dios ordenó el quinto día que los pájaros<br />

volaran en el aire y que las aguas estuvieran<br />

llenas de peces según sus especies, nos estaba<br />

demostrando la naturaleza de la verdadera fe. A<br />

través de las obras del quinto día, Dios manifestó<br />

que podemos conocer Su justicia a través del<br />

Evangelio del agua y el Espíritu y que al creer en<br />

Su Palabra, podemos superar todos los<br />

obstáculos y triunfar.<br />

El sexto día Dios hizo al hombre a Su imagen<br />

y semejanza. Para hacer que los seres humanos<br />

fueran Sus hijos, Dios creó a la humanidad, para<br />

así poder revelar Su justicia y ser glorificado. Por<br />

◄ ÍNDICE ►


tanto debemos recibir la remisión de los pecados<br />

a través del Evangelio del agua y el Espíritu que<br />

Dios nos ha dado y debemos alabar a nuestro<br />

Dios justo.<br />

Por último, Dios descansó el séptimo día de la<br />

creación de los cielos y la tierra. Este séptimo día<br />

manifiesta que Dios sólo quería que le<br />

glorificásemos a Él, ya que planeó todo según<br />

Sus intenciones. Significa que al crear el<br />

universo y la humanidad, Dios lo completó todo<br />

según Su voluntad. Dios descansó el séptimo día<br />

para darnos la verdadera remisión de los<br />

pecados, para bendecirnos y convertirnos en Sus<br />

hijos y para darnos el Reino de los Cielos.<br />

A través de la Palabra de Génesis debemos<br />

entender las intenciones de Dios para la<br />

humanidad, debemos creer en ella y alcanzar<br />

nuestra salvación. Nuestros predecesores de la fe<br />

creyeron en la Palabra de Dios y abrazaron el<br />

9 Prólogo<br />

descanso de Dios antes que nosotros para vivir<br />

en Su gloria.<br />

Al vivir en el fin de los tiempos debemos<br />

saber cuáles son las buenas intenciones de Dios y<br />

creer en ellas. Está claro que la segunda venida<br />

del Señor está cerca. Por eso, los que creemos en<br />

la justicia de Dios no debemos caer en la trampa<br />

de las falsas doctrinas cristianas y malgastar<br />

nuestro precioso tiempo, sino que debemos<br />

difundir la justicia de Dios a través del Evangelio<br />

del agua y el Espíritu. Si vivimos confiando en la<br />

Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu, en<br />

la que se manifiesta la justicia de Dios,<br />

disfrutaremos del verdadero descanso. Al vivir<br />

en la justicia de Dios, debemos estar llenos de fe<br />

en Jesucristo. Al conocer y creer en la justicia de<br />

Dios podemos tener esperanza verdadera,<br />

verdadero descanso y verdadera vida eterna.<br />

De ahora en adelante habrá más gente de todo<br />

el mundo que predique el Evangelio del agua y el<br />

◄ ÍNDICE ►


Espíritu. Sin embargo, al mismo tiempo,<br />

podemos ver que aunque la gente del mundo diga<br />

que el fin está cerca, muy pocos muestran interés<br />

en su salvación. En esta época actual, vemos<br />

como la mayoría de los cristianos ignoran la<br />

justicia de Dios y cómo las falsas doctrinas y las<br />

aberraciones han entrado en el cristianismo.<br />

Muchos cristianos están sufriendo sed espiritual<br />

y están muriendo porque no pueden resolver el<br />

problema de sus pecados.<br />

Ahora hemos sido llamados para difundir el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu por todo el<br />

mundo. En este momento, en el que la segunda<br />

venida de Jesucristo y el Día del Juicio están<br />

cerca, debemos reconocer las intenciones de Dios<br />

correctamente en nuestras vidas. Entonces<br />

reconoceremos lo que debemos saber y en lo que<br />

debemos creer. Si todavía siguen viviendo<br />

afligidos capturados por el pecado, les pido que<br />

crean en el Evangelio del agua y el Espíritu lo<br />

10 Prólogo<br />

antes posible, el Evangelio que Dios les ha dado,<br />

y que reciban la verdadera salvación.<br />

Mientras vivan en esta época, deben examinar<br />

en qué tipo de verdad deben creer. Deben<br />

aprender la Verdad definitiva de la salvación en<br />

la justicia de Dios y deben vivir conociendo la<br />

voluntad de Dios. A los que todavía son jóvenes<br />

en la fe, debemos enseñarles correctamente lo<br />

que dice la justicia de Dios. En el fin de los<br />

tiempos, debemos dedicarnos a la tarea de<br />

enseñar el Evangelio del agua y el Espíritu a los<br />

demás manifestando la justicia de Dios para que<br />

reciban la remisión de los pecados porque somos<br />

los que hemos nacido de nuevo. Y a los que han<br />

recibido la remisión de los pecados, debemos<br />

enseñarles a dedicarse por completo a la obra<br />

justa que sirve a la justicia de Dios. Debemos<br />

tener éxito en esta obra y vivir el resto de<br />

nuestros días confiando en la justicia de Dios y<br />

entonces presentarnos ante el Señor.<br />

◄ ÍNDICE ►


Saludo a todos nuestros compañeros<br />

repartidos por todo el mundo. Estos sermones<br />

van dirigidos a los hijos de Dios que creen en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu, así como a los<br />

que desean conocer esta justicia, creer en ella y<br />

vivir por ella. Espero y rezo por que, a través de<br />

este libro, todos ustedes entiendan la voluntad de<br />

Dios para los humanos y crean en ella y que<br />

triunfen por su fe en Dios. Pido a Dios que les de<br />

todas Sus bendiciones.<br />

Sé que la justicia de Dios nos protegerá y nos<br />

bendecirá a todos. Deseo que todos nosotros<br />

sigamos siendo hermanos en la fe en la justicia<br />

de Dios hasta el día en que nos encontremos en<br />

el Reino de Dios. <br />

11 Prólogo<br />

◄ ÍNDICE ►


CAPÍTULO 1<br />

◄ ÍNDICE ►


La Biblia es la Palabra de<br />

salvación, no un libro<br />

científico<br />

< Génesis 1, 1-2 ><br />

«En el principio creó Dios los cielos y la<br />

tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía,<br />

y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo,<br />

y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de<br />

las aguas».<br />

«En el principio creó Dios los cielos y la<br />

tierra». Este pasaje de Génesis 1, 1 es el primer<br />

verso que encontramos cuando abrimos la Biblia.<br />

Dios dijo: «En el principio creó Dios los cielos y<br />

la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y<br />

las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el<br />

13 La Biblia es la Palabra de salvación, no un libro científico<br />

Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las<br />

aguas». Cuando dice: «Y la tierra estaba<br />

desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre<br />

la faz del abismo», se refiere a la condición de<br />

los corazones de los que no han nacido de nuevo.<br />

La Biblia no es un libro científico. La Biblia<br />

es la Palabra de Verdad que salva del pecado. Es<br />

la Palabra que trae la remisión de los pecados a<br />

la humanidad. La Palabra de las Escrituras es la<br />

Palabra bendita de salvación de la que Dios<br />

hablo y que cumplió para la humanidad. Como<br />

está escrito: «Escudriñad las Escrituras; porque<br />

a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida<br />

eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí»<br />

(Juan 5, 39). La Biblia es la Palabra que permite<br />

a la humanidad ser salvada del pecado y recibir<br />

la vida eterna. Por tanto, para que uno sea<br />

salvado de sus pecados, debe darse cuenta de la<br />

condición en la que se encuentra su corazón a<br />

través de la Palabra de las Escrituras.<br />

◄ ÍNDICE ►


Cuando Dios dijo: «Y la tierra estaba<br />

desordenada», estaba describiendo la condición<br />

de nuestros corazones. La Palabra de Dios nos<br />

está diciendo que los corazones de todo el mudo<br />

están desordenados y por eso están llenos de<br />

pecados por su naturaleza. En los corazones de<br />

todos están presentes estas tres condiciones: sin<br />

orden, vacíos y oscuros. Dicho de otra manera el<br />

corazón, la mente y los pensamientos de la gente<br />

están desordenados, vacíos y llenos de pecados.<br />

Decir que los pensamientos de la humanidad<br />

están «desordenados» puede aplicarse a los que<br />

no conocen la Palabra de Dios de Verdad y que<br />

consecuentemente no conocen a Jesucristo. La<br />

palabra «vacío» se refiere a los corazones de la<br />

gente, que están insatisfechos. Que haya tinieblas<br />

en las profundidades de los corazones de los<br />

pecadores significa que los pecados de la<br />

humanidad están escondidos en sus corazones.<br />

Los corazones de los que no han encontrado el<br />

14 La Biblia es la Palabra de salvación, no un libro científico<br />

Evangelio del agua y el Espíritu que el Señor nos<br />

dio, están desordenados. En otras palabras, no<br />

conocen la Verdad de Dios, es decir que no<br />

conocen el Evangelio del agua y el Espíritu, y<br />

por eso siguen sin saber adónde van, atrapados<br />

por sus propios pensamientos. La razón por la<br />

que la gente del mundo está perdida es que está<br />

confundida. Sus pensamientos confusos hacen<br />

que no puedan resolver sus problemas por su sí<br />

mismos.<br />

La razón por la que los corazones de la gente<br />

están vacíos y desordenados es la ausencia de la<br />

Palabra de Jesús. Dicho de otra manera, al no<br />

guardar la Palabra de Dios de Verdad en sus<br />

corazones, sus mentes están vacías y confusas.<br />

Hay un gran vacío en sus corazones porque el<br />

Señor, que nos ha dado la remisión de los<br />

pecados, no puede vivir en ellos.<br />

En el pasaje de las Escrituras de hoy las<br />

«tinieblas» se refieren a los pecados de la<br />

◄ ÍNDICE ►


humanidad. Se refieren a los que no han borrado<br />

sus pecados porque no han entendido la Verdad<br />

del Evangelio del agua y el Espíritu. Los que aún<br />

tienen pecado están en esta condición porque no<br />

han creído en el Evangelio del agua y el Espíritu.<br />

Por tanto, todo el mundo debe creer que la<br />

Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu es la<br />

Verdad según la voluntad de Dios. Sin embargo<br />

mucha gente no cree todavía en el Evangelio del<br />

agua y el Espíritu y por eso sigue teniendo<br />

pecados en sus corazones hasta hoy. Esto se debe<br />

a que no reconocen el hecho de que Dios es el<br />

Señor que creó los cielos y la tierra, el universo<br />

entero y todo lo que hay en él y que Jesús borró<br />

todos sus pecados. Pero todavía la mayoría de la<br />

gente sólo cuenta con sus obras y no reconoce el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu. La Biblia dice<br />

que esta gente, que quiere establecerse por su<br />

propia justicia, no se somete a la justicia de Dios<br />

(Romanos 10, 2-3).<br />

15 La Biblia es la Palabra de salvación, no un libro científico<br />

¿Qué les ocurre a los corazones de los<br />

pecadores? Como sus corazones siguen teniendo<br />

pecado, están llenos de confusión y no saben qué<br />

es la Verdad de la salvación de Dios. Los que no<br />

han aceptado la Palabra de Dios tal y como es,<br />

deben estudiar lo que es la Verdad del Evangelio<br />

del agua y el Espíritu. Quien no conoce el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu revelado en la<br />

Palabra de Dios es atormentado por sus propios<br />

pensamientos confusos. Esta gente peca contra<br />

Dios.<br />

Como ya he mencionado anteriormente, la<br />

palabra «tierra» en el pasaje de las Escrituras se<br />

refiere al corazón humano. El que la tierra<br />

estuviera desordenada y vacía implica que<br />

nuestros pecados impiden que conozcamos al<br />

Señor y por tanto, nuestros corazones están<br />

confusos y vacíos. En otras palabras, la<br />

confusión llegó a la mente de las personas<br />

cuando se separaron de Dios y se desviaron de la<br />

◄ ÍNDICE ►


Verdad del agua, la sangre y el Espíritu, y<br />

cuando no creyeron en la verdadera Palabra de<br />

salvación de Dios. Mis queridos hermanos, a no<br />

ser que creamos en Dios como nuestro Salvador,<br />

quien creó los cielos y la tierra, no podemos<br />

conocer la Verdad. Cuando no conocemos esta<br />

Verdad de Dios caemos en la confusión. No<br />

podemos darnos cuenta de quién creó todo en<br />

este mundo y de quién es Dios. Mucha gente ha<br />

caído en esta confusión, sin sabes si Dios es una<br />

roca, el Sol, la Luna, un árbol grande o un<br />

elefante. Por eso Dios cuando se refería a que la<br />

condición de los corazones es pecadora está<br />

diciendo: «Y la tierra estaba desordenada y<br />

vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del<br />

abismo».<br />

Cuando la gente no reconoce la Palabra de<br />

Dios en sus corazones, se llena de confusión.<br />

Cuando no se dan cuenta de que Dios, que creó<br />

todas las cosas, es Jesucristo, de que Jesús vino<br />

16 La Biblia es la Palabra de salvación, no un libro científico<br />

al mundo encarnado en un hombre, de que tomó<br />

los pecados del mundo cuando fue bautizado por<br />

Juan el Bautista, de que derramó Su sangre en la<br />

Cruz, y de que se levantó de entre los muertos y<br />

ascendió a los Cielos, están destinados a vivir<br />

toda su vida sumidos en la confusión, el vacío y<br />

la oscuridad. Por eso mucha gente no puede ser<br />

salvada de sus pecados y siguen viviendo<br />

sumidos en la confusión, el vacío y la oscuridad.<br />

Mis queridos hermanos, Jesucristo creó el<br />

universo con Dios Padre y el Espíritu Santo. ¿Es<br />

verdad o no? Por supuesto que sí. Esto significa<br />

que Jesucristo es el Maestro del universo. Los<br />

pecados de la humanidad están separando a los<br />

hombres del Dios de Verdad, que no creen en<br />

Jesucristo como su Salvador ni creen que Jesús<br />

viniera por el Evangelio del agua y el Espíritu<br />

(Juan 16, 9). ¿No es un pecado que los seres<br />

humanos no crean en el Señor que les creó como<br />

su Maestro y que no reconozcan a su Maestro<br />

◄ ÍNDICE ►


original? Por supuesto que sí. En otras palabras,<br />

es un pecado no creer en Jesucristo como el<br />

Salvador y no creer que Él borró nuestros<br />

pecados con el Evangelio del agua y el Espíritu.<br />

Si nos separamos de Jesucristo, estamos<br />

cometiendo un pecado que nos destruye. Este es<br />

el camino que sume a la humanidad en la<br />

confusión. Los que se separan de Dios y no creen<br />

en Él están perdidos porque no creen en la<br />

Palabra de Verdad.<br />

El vacío y el pecado en los corazones<br />

de la gente<br />

No hay nadie aparte de Jesucristo que nos<br />

pueda dar verdadera satisfacción. Sin embargo<br />

como la gente no acepta lo que Jesús, nuestro<br />

Salvador, consiguió cuando vino al mundo,<br />

Cristo no puede entrar en sus corazones y por eso<br />

17 La Biblia es la Palabra de salvación, no un libro científico<br />

están vacíos.<br />

Para poder llenar el vacío de sus corazones la<br />

gente debe aceptar la Palabra de Jesús en sus<br />

corazones, porque Él posee todas las verdades.<br />

Para ello debemos creer en todo lo que Jesús hizo<br />

cuando vino al mundo. Debemos aceptar que<br />

Jesús fue bautizado para tomar todos nuestros<br />

pecados, que derramó Su sangre y murió en la<br />

Cruz, y que se levantó de entre los muertos. Si<br />

reconocen esto y aceptan lo que Jesús hizo por<br />

ustedes, el vacío de sus corazones desaparecerá.<br />

El corazón humano se caracteriza por estar<br />

lleno de tinieblas. Cuando la Biblia dice: «Las<br />

tinieblas estaban sobre la faz del abismo»,<br />

significa que los pecados de todo el mundo están<br />

tan dentro de sus corazones que no se dan cuenta.<br />

También significa que los hombres intentan<br />

esconder sus pecados. Mis queridos hermanos, si<br />

escondemos nuestros pecados y nos negamos a<br />

reconocer nuestra naturaleza pecadora,<br />

◄ ÍNDICE ►


seguiremos siendo prisioneros de las tinieblas y<br />

no podremos nacer de nuevo ni convertirnos en<br />

personas que complacen a Dios. Si no admitimos<br />

que somos débiles y malvados, no podremos<br />

reconocer al Dios misericordioso y no podremos<br />

conocer al Dios de la salvación a través de la<br />

Palabra.<br />

A no ser que reconozcamos la Palabra de<br />

Dios, no podremos saber quiénes somos, y si no<br />

sabemos quiénes somos, estamos abandonando a<br />

Dios. Como la gente no reconoce a Dios,<br />

esconde sus pecados e intenta establecerse por su<br />

propia justicia y protegerse por sí misma. Esto es<br />

lo que ocurre cuando no reconocemos la Palabra<br />

de Dios de Verdad.<br />

Mis queridos hermanos, esto es un pecado.<br />

Todos los que se han separado de Dios y los que<br />

o creen en Su Palabra son pecadores. Desde el<br />

principio Dios habló a estos pecadores y les dijo<br />

que sus corazones están desordenados y vacíos y<br />

18 La Biblia es la Palabra de salvación, no un libro científico<br />

que las tinieblas están sobre la faz del abismo.<br />

Dios obra en nosotros a través de Su<br />

Palabra solamente<br />

La Biblia ice que el Espíritu de Dios se movía<br />

sobre la faz de las aguas. ¿A través de qué<br />

perdona Dios las transgresiones de los<br />

pecadores? A través de Su Palabra.<br />

En la Biblia, las «aguas» se refieren a la<br />

Palabra de Dios de Verdad. La «tierra» se refiere<br />

al corazón humano. Y el «mar» se refiere al<br />

mundo.<br />

Cuando dice: «El Espíritu de Dios se movía<br />

sobre la faz de las aguas» se refiere a dónde obra<br />

el Espíritu de Dios e implica que el Espíritu<br />

Santo obra a través de la Palabra. Cuando la<br />

gente se aferra a la Palabra de Dios y cree en<br />

ella, Dios obra en sus corazones a través de Su<br />

◄ ÍNDICE ►


Palabra, borra todos los pecados de sus<br />

corazones y los salva. Dios creó el universo con<br />

Su Palabra y a través de esta perdonó todos los<br />

pecados del mundo.<br />

¿Qué significa que el Espíritu Santo, que es<br />

Dios mismo, se moviera sobre la faz de las<br />

aguas? Significa que el Espíritu de Dios, es decir<br />

el Espíritu Santo, no podía entrar en los<br />

corazones de los pecadores. Este pasaje nos dice<br />

que aunque Dios quiere vivir en los corazones de<br />

la gente y estar con ellos, no puede hacerlo si hay<br />

pecado en ellos.<br />

El Espíritu Santo, que es Dios, quiere entrar en<br />

los corazones de todos, pero sólo puede entrar en<br />

los corazones de los que han recibido la remisión<br />

de los pecados. Por eso debemos creer en la<br />

Palabra que Jesús nos contó y aceptar la remisión<br />

de los pecados que vino por el Evangelio del<br />

agua y el Espíritu. Entonces el Señor puede vivir<br />

en nosotros.<br />

19 La Biblia es la Palabra de salvación, no un libro científico<br />

¿Quién creó el universo? Jesús, Dios mismo.<br />

Jesús es Dios y creó el universo y a nosotros. Y<br />

Jesús es el Dios Salvador que vino al mundo para<br />

salvar a la humanidad de todos sus pecados.<br />

Jesús es el Dios que creó la naturaleza. ¿Cómo<br />

podemos conocer a este Jesús? A través de la<br />

Palabra de Dios de Verdad. Cuando creemos en<br />

la Evangelio de Verdad de la remisión de los<br />

pecados, podemos ser perdonados y conocer a<br />

Dios. Podemos entender quién es Dios, qué<br />

relación tenemos con Él, qué es el pecado, qué es<br />

la salvación o remisión de los pecados, qué es la<br />

vida eterna que Dios nos dio, y qué tipo de<br />

bendiciones nos ha dado Dios. Al creer en Jesús,<br />

creemos en Dios de todo corazón.<br />

Dios obra en aquellos que creen en Su Palabra<br />

de salvación y salva a los que creen en esta<br />

Palabra, dándoles la remisión de sus pecados. El<br />

Señor ha dado la remisión de los pecados a los<br />

que creen en la Palabra de Dios de salvación. Sin<br />

◄ ÍNDICE ►


embargo, si alguien no escucha ni cree en esta<br />

Palabra de Dios y los pecados de su corazón<br />

siguen intactos, Dios no puede entrar en su<br />

corazón. Por eso Dios se mueve a nuestro<br />

alrededor y nos dice que recibamos la remisión<br />

de los pecados que nos ofrece gratuitamente. Y<br />

por eso la Biblia dice: «El Espíritu de Dios se<br />

movía sobre la faz de las aguas».<br />

¿Qué es el pecado de la humanidad? Es el<br />

rechazo de la Palabra de Dios de salvación que<br />

trae la verdadera remisión de los pecados y el no<br />

creer en ella de corazón. El no creer en la Verdad<br />

de Dios de salvación es cometer un grave pecado<br />

a los ojos de Dios. La gente cree que peca sólo<br />

cuando comete un pecado especialmente grave,<br />

pero no sólo eso es pecado. No creer en<br />

Jesucristo, que es la Palabra, es un pecado. El<br />

pecado más grave es no reconocer la Palabra de<br />

Dios ni creer en ella.<br />

Pero a pesar de ello los que están sumidos en<br />

20 La Biblia es la Palabra de salvación, no un libro científico<br />

la confusión creen en su propia idea de Dios y<br />

creen que sólo pecan cuando son insuficientes.<br />

Pero cuando Dios creó los cielos y la tierra,<br />

habló a la humanidad y dijo que el pecado es no<br />

creer en Su existencia ni en Su Palabra, y dejó<br />

claro que este es el principio del pecado, su<br />

origen y su existencia.<br />

¿En qué tipo de pecadores se han convertido<br />

los seres humanos al no creer en Dios ni en Su<br />

Palabra? Dios les dijo a Adán y Eva: «Y mandó<br />

Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol<br />

del huerto podrás comer; mas del árbol de la<br />

ciencia del bien y del mal no comerás; porque el<br />

día que de él comieres, ciertamente morirás»<br />

(Génesis 2, 16-17). Aunque Adán creyó en Dios,<br />

no creyó en Su Palabra completamente y por eso<br />

acabó comiendo del fruto del árbol de la ciencia<br />

del bien y del mal. Así es como empezó el<br />

pecado.<br />

Como Adán y Eva no creyeron en la Palabra<br />

◄ ÍNDICE ►


de Dios. ¿Cuáles fueron las consecuencias? Los<br />

seres humanos, engañados por Satanás, se<br />

convirtieron en pecadores y dejaron a Dios atrás,<br />

cometieron pecado a Sus ojos, rechazaron la<br />

Verdad y lo que es peor, se pusieron de lado del<br />

Diablo. Al no creer en la Palabra de Dios, los<br />

seres humanos se convirtieron en pecadores y<br />

quedaron malditos. Los que se han separado de<br />

Dios por no creer en Su Palabra, se han<br />

convertido en pecadores a los ojos de Dios y la<br />

humanidad ha sido maldita y Dios la ha<br />

condenado.<br />

Para que un pecador sea salvado de la<br />

maldición de Dios, debe creer en el Evangelio<br />

del agua y el Espíritu que se ha convertido en la<br />

justicia de Dios. Sólo cuando la humanidad crea<br />

en esta Palabra de Verdad, podrá volver a Dios.<br />

Todos los seres humanos deben volver a la<br />

verdadera Palabra de Dios, aceptarla y creer en<br />

ella. Para que un pecador vuelva a Dios, debe<br />

21 La Biblia es la Palabra de salvación, no un libro científico<br />

arrepentirse de no haber creído en la Palabra de<br />

Dios de Verdad.<br />

En el Libro del Génesis podemos encontrar lo<br />

que es el pecado según Dios, cómo Dios llega a<br />

los pecadores y cómo se prepararon Sus obras de<br />

salvación y Sus bendiciones. Cuando los seres<br />

humanos cayeron en el pecado, nuestro Señor<br />

Jesús, que es Dios mismo, vino a nosotros como<br />

el Salvador de los pecadores, y borró todos los<br />

pecados. Gracias a Su Palabra Dios creó los<br />

cielos y la tierra. Asimismo, con Su Palabra nos<br />

ha dado la remisión de los pecados y el Reino de<br />

los Cielos.<br />

Cuando Dios creó los cielos y la<br />

tierra, lo hizo mediante Su Palabra<br />

Cuando Dios creó todo lo que hay bajo el<br />

cielo y en la tierra, lo hizo mediante Su Palabra.<br />

◄ ÍNDICE ►


Dijo: «Sea la luz»; «Haya expansión en medio de<br />

las aguas, y separe las aguas de las aguas»;<br />

«Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé<br />

semilla; árbol de fruto que dé fruto según su<br />

género, que su semilla esté en él, sobre la tierra»;<br />

«Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que<br />

vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de<br />

los cielos»; y «Produzca la tierra seres vivientes<br />

según su género».<br />

Dios creó todo con la Palabra que salió de Sus<br />

labios. Del mismo modo en que el universo<br />

entero existió gracias a la Palabra del Señor, la<br />

remisión de los pecados también vino por la<br />

Palabra del Señor. Para salvarnos a los que<br />

caímos en el pecado por no creer en la Palabra de<br />

Dios de salvación, nuestro Señor viene una vez<br />

más a buscarnos mediante la Palabra de Dios de<br />

justicia. Debemos darnos cuenta que Dios no<br />

viene a nosotros a través de nuestros sueños o<br />

visiones, sino a través de la Palabra de justicia.<br />

<strong>22</strong> La Biblia es la Palabra de salvación, no un libro científico<br />

El Señor no nos encuentra a través de<br />

experiencias místicas.<br />

Está escrito: «En el principio creó Dios los<br />

cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada<br />

y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del<br />

abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la<br />

faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la<br />

luz» (Génesis 1, 1-3).<br />

Este pasaje significa que del mismo modo en<br />

que Dios creó el universo con Su Palabra,<br />

también vino a los pecadores mediante esta<br />

Palabra de justicia cuando caímos en el pecado.<br />

Y esto significa que el Señor ha salvado a los<br />

pecadores de sus iniquidades y ha completado la<br />

remisión de sus pecados tal y como Dios dijo.<br />

Para salvar a todos los seres humanos que<br />

cayeron en el pecado, Jesús vino al mundo para<br />

ayudarles con la Palabra de Verdad. Como Adán<br />

y Eva cayeron en el pecado, todos los demás se<br />

convirtieron en pecadores. ¿Cómo vino nuestro<br />

◄ ÍNDICE ►


Señor a buscar a esta gente? Vino por la Palabra<br />

de Verdad y gracia. Pasemos a Isaías 55, 1-3:<br />

«A todos los sedientos:<br />

Venid a las aguas;<br />

y los que no tienen dinero,<br />

venid, comprad y comed.<br />

Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y<br />

leche.<br />

¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es<br />

pan,<br />

y vuestro trabajo en lo que no sacia?<br />

Oídme atentamente, y comed del bien,<br />

y se deleitará vuestra alma con grosura.<br />

Inclinad vuestro oído, y venid a mí;<br />

oíd, y vivirá vuestra alma;<br />

y haré con vosotros pacto eterno,<br />

las misericordias firmes a David».<br />

Cuando los pensamientos de todo el mundo<br />

estaban atrapados en confusión y el corazón<br />

23 La Biblia es la Palabra de salvación, no un libro científico<br />

estaba vacío y oscuro sobre la faz de las aguas,<br />

nuestro Señor vino por la verdadera Palabra de<br />

salvación a todos los pecadores que habían<br />

abandonado a Dios y Su Palabra. «Inclinad<br />

vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra<br />

alma; y haré con vosotros pacto eterno, las<br />

misericordias firmes a David». Dios vino a<br />

nosotros por la Palabra de Su justicia.<br />

Deben volver a la Palabra de Dios<br />

La Biblia es la misma Palabra de Dios que<br />

ustedes y yo tenemos. La Biblia es la Palabra de<br />

Dios. Debemos conocer la Palabra de Dios y<br />

aceptarla por fe. De las tres Personas de Dios<br />

(Padre, Hijo y Espíritu), el Hijo es la Palabra de<br />

Dios. Esta Palabra que estamos leyendo es Dios<br />

mismo (Juan 1, 1).<br />

Cuando los que creen en el Señor leen la<br />

◄ ÍNDICE ►


Palabra de las Escrituras, lo hacen creyendo que<br />

es la Palabra de Dios. Por el contrario, los<br />

pecadores que no creen en el Señor no creen que<br />

la Biblia sea la Palabra de Dios ni creen que la<br />

Palabra sea Dios mismo.<br />

Dios es Espíritu, pero también es Logos<br />

(Palabra). La verdadera Palabra de la Biblia es la<br />

Palabra de Dios. Y la Palabra es Dios mismo. El<br />

Señor Jesús vino a los corazones de los<br />

pecadores mediante la Palabra de salvación,<br />

porque Él es el Dios de la Palabra. Cuando vino a<br />

los pecadores mediante Su Palabra, dijo:<br />

«Buscad a Jehová mientras puede ser hallado,<br />

llamadle en tanto que está cercano.<br />

Deje el impío su camino,<br />

y el hombre inicuo sus pensamientos,<br />

y vuélvase a Jehová,<br />

el cual tendrá de él misericordia,<br />

y al Dios nuestro,<br />

el cual será amplio en perdonar»<br />

24 La Biblia es la Palabra de salvación, no un libro científico<br />

(Isaías 55, 6-7).<br />

Si no fuera por la Palabra de Dios nos dio,<br />

¿cómo podríamos creer en el Señor como nuestro<br />

Salvador? ¿Cómo podríamos conocer al Señor?<br />

Si nuestro Señor apareciera en nuestras visiones<br />

en toda Su gloria y nos llamara por nuestro<br />

nombre diciendo: «Voy a borrar todos tus<br />

pecados», nos desmayaríamos y moriríamos.<br />

Dios no tiene cuerpo. Vino a nosotros y nos<br />

habló a través de la Palabra de Verdad. Nos dijo:<br />

«Buscad a Jehová mientras puede ser hallado,<br />

llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío<br />

su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos,<br />

y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él<br />

misericordia, y al Dios nuestro, el cual será<br />

amplio en perdonar».<br />

Dios está junto a nosotros a través de Su<br />

Palabra. Mientras que el Señor está en los<br />

corazones de los salvados, está en los pecadores<br />

a través de Su Palabra. El Señor siempre está<br />

◄ ÍNDICE ►


cerca de los pecadores a través de la Palabra. Si<br />

los pecadores llaman a Dios cuando aún están<br />

vivos, y le buscan, Dios les encontrará a través<br />

de Su Palabra.<br />

Para encontrar a Dios, los malvados deben<br />

dejar el mal camino y los injustos deben dejar sus<br />

malos pensamientos. La palabra malvados se<br />

refiere a los que no reconocen la Palabra de Dios<br />

de justicia. Los malvados deben dejar el mal<br />

camino de no reconocer la justicia de Dios. Los<br />

que son injustos a los ojos de Dios son los que no<br />

reconocen la Palabra de Dios de Verdad y<br />

cometen pecados, y junto con los malvados,<br />

deben dejar sus pensamientos y volver al Dios de<br />

Verdad. Los malvados y los injustos son todos<br />

pecadores y para que estos pecadores vuelvan a<br />

Dios, deben encontrar el Evangelio al creer en la<br />

justicia de Dios, sin importar qué tipo de pecado<br />

hayan cometido.<br />

Para ello deben darse cuenta de que no han<br />

25 La Biblia es la Palabra de salvación, no un libro científico<br />

reconocido la Palabra de Dios de justicia. Todos<br />

los pecadores pueden encontrar a Dios y creer en<br />

Él si admiten que son malvados, reconocen su<br />

fracaso y la existencia de Dios y admiten que<br />

Dios es su Señor y Salvador. Todos los<br />

pecadores pueden volver a Dios, pero sólo si<br />

reconocen la Palabra de Dios de Verdad y creen<br />

en ella.<br />

Cuando reconocemos la Palabra de Dios al<br />

creer en ella de corazón, podemos volver a Dios.<br />

¿Lo entienden? Esta es la única forma de que la<br />

humanidad vuelva a Él. Un pecador puede ser<br />

restaurado y volver a Dios sólo si reconoce Su<br />

soberanía y Su Palabra.<br />

Para volver a Dios debemos dejar de<br />

lado nuestras propias ideas<br />

No se puede volver a Dios sólo diciendo el<br />

◄ ÍNDICE ►


nombre del Señor, gritando: «¡Señor!». Algunos<br />

pastores afirman que sí se puede y citan un<br />

pasaje de Romanos que dice: «Porque todo aquel<br />

que invocare el nombre del Señor, será salvo»<br />

(Romanos 10, 13). Pero esto no es así, no se<br />

puede volver a Dios con tal sólo decir: «Dios,<br />

creo». Esto no es más que una idea preconcebida.<br />

Sólo cuando se reconoce la Palabra de Dios se<br />

puede volver a Dios. Los malvados sólo pueden<br />

volver a Dios cuando dejan de lado sus propias<br />

ideas.<br />

Nosotros, los justos que hemos sido salvados,<br />

y también los pecadores, hemos cometido<br />

muchos errores a los ojos de Dios. Pero a pesar<br />

de ello, Dios borró todas estas iniquidades a<br />

través de Su justicia. Tomó sobre Si mismo los<br />

pecados que cometemos por culpa de nuestras<br />

ideas, nuestros malentendidos y debilidades.<br />

Nuestro Señor se llevó todos estos pecados que<br />

la gente comete por sus debilidades y su<br />

26 La Biblia es la Palabra de salvación, no un libro científico<br />

ignorancia. ¿Se dan cuenta de lo ignorantes que<br />

somos los seres humanos a los ojos de Dios?<br />

¿Cuántas veces hemos entendido algo mal y no<br />

hemos llegado al fondo de la cuestión porque no<br />

tenemos el conocimiento adecuado? Por eso<br />

acabamos cometiendo pecados. Pero a pesar de<br />

todo esto, ¿no borró Jesús todos estos pecados?<br />

Sí, cargó con todos nuestros pecados y los borró.<br />

Jesús es nuestro Salvador.<br />

En el pasaje de Isaías mencionado<br />

anteriormente está escrito:<br />

«Deje el impío su camino,<br />

y el hombre inicuo sus pensamientos,<br />

y vuélvase a Jehová,<br />

el cual tendrá de él misericordia,<br />

y al Dios nuestro,<br />

el cual será amplio en perdonar.»<br />

Dios nos está diciendo que dejemos de lado<br />

nuestras ideas y volvamos a Jehová. Mis<br />

queridos hermanos, ¿se dan cuenta de lo<br />

◄ ÍNDICE ►


malvados que son nuestros pensamientos a los<br />

ojos de Dios? Nuestros pensamientos son la<br />

misma maldad.<br />

Por supuesto nuestro Señor se llevó nuestras<br />

ideas preconcebidas también, pero aún así hay<br />

muchos filósofos eruditos y científicos que<br />

niegan la existencia de Dios. Esta gente tiene el<br />

corazón endurecido por sus propias ideas. Dicen:<br />

«¿Dónde está Dios? ¿Cómo puede ser Jesús<br />

Dios? ¿Y cómo puede ser Dios el Dios de la<br />

Palabra? ¿Cómo pudo crear el universo y la<br />

humanidad? Todo lo que conocemos se<br />

desarrolló por la evolución». Mucha gente de<br />

este mundo piensa así.<br />

Sin embargo, Dios está diciendo a los<br />

malvados que dejen sus ideas y vuelvan a<br />

Jehová. Dios está diciendo que para que los<br />

pecadores sean perdonados, deben dejar de lado<br />

sus pensamientos malvados y creer en la justicia<br />

de Dios. Debemos darnos cuenta de que nuestros<br />

27 La Biblia es la Palabra de salvación, no un libro científico<br />

pensamientos son malvados. Y debemos darnos<br />

cuenta ante Dios de que la arrogancia de no creer<br />

en la Palabra de Dios es un pecado grave.<br />

Aún así, nuestro Señor se llevó los pecados de<br />

la humanidad al ser bautizado, desde los pecados<br />

cometidos por culpa de nuestras debilidades<br />

hasta la maldad de nuestros pensamientos y<br />

acciones. Por eso podemos volver a Dios Jehová<br />

por fe. Dios está diciendo: «Que los pecadores<br />

dejen sus pensamiento y vuelvan a Mí». ¿Cómo<br />

son sus pensamientos ante Dios: equivocados o<br />

correctos? ¿Morales o inmorales? Tenemos que<br />

darnos cuenta de que todos los pensamientos que<br />

tenemos aparte de la Palabra, de nuestra fe en la<br />

Palabra de Dios y los que se derivan de ella, son<br />

malvados. Las ideas humanas son falacias. Entre<br />

sus pensamientos y los de la Palabra de Dios.<br />

¿Cuáles son los correctos? Por supuesto que los<br />

de la Palabra de Dios.<br />

Friedrich Nietzsche (1844-1900), un filósofo<br />

◄ ÍNDICE ►


existencialista alemán, concluyó que Dios estaba<br />

muerto. Pensó: «Dios está muerto y por eso los<br />

malvados tienen tanto poder en el mundo aunque<br />

sean tan malvados. ¡Por eso Dios está muerto!».<br />

Mientras Nietzsche estaba de viaje, su barco<br />

naufragó y tuvo que subir a un bote salvavidas.<br />

Pero cuando las olas se hicieron altas y estaba a<br />

punto de ahogarse, empezó a rezar a Dios,<br />

suplicando: «¡Dios, por favor, sálvame!».<br />

Nietzsche, que había declarado que Dios estaba<br />

muerto, estaba pidiéndole que le salvara.<br />

Así que Dios le salvó y puso sus pies en tierra<br />

firme. Al cabo de unos días, cuando Nietzsche<br />

estaba dando una clase, volvió a decir: «Dios no<br />

existe. Está muerto». En esa clase había algunos<br />

de los pasajeros que habían naufragado con él y<br />

se dice que se les oyó comentar: «Este Nietzsche<br />

es un tipo raro. Cuando estaba en el mar, dijo que<br />

Dios estaba vivo, pero ahora que está en tierra,<br />

dice que Dios está muerto. Así que sus ideas<br />

28 La Biblia es la Palabra de salvación, no un libro científico<br />

deben ser falsas».<br />

Así es como piensan todos los seres humanos.<br />

Cuando se encuentran en una emergencia, buscan<br />

a Dios, pero cuando están a salvo, dicen que Dios<br />

está muerto. ¿Por qué? Porque no quieren<br />

rendirse ante Dios. Este es el pecado de no creer<br />

en Dios, y esta gente es la gete más malvado por<br />

haber abandonado a Dios.<br />

La Palabra de Dios de Verdad es<br />

diferente de los pensamientos de la<br />

humanidad<br />

Si quieren que sus almas sean salvadas del<br />

pecado dejen atrás sus pensamientos humanos. Y<br />

piensen en el bautismo y la Cruz de Jesucristo,<br />

que vino por la Palabra de Dios. Nuestras falsas<br />

ideas hacen que rechacemos la Palabra de Jesús.<br />

◄ ÍNDICE ►


El Señor nos está diciendo: «Venid a mí todos los<br />

que estáis trabajados y cargados, y yo os haré<br />

descansar» (Mateo 11, 28).<br />

El Señor tomó sobre Sí mismo todos nuestros<br />

pecados a través de Su bautismo. Por tanto, para<br />

que los pecadores encuentren a Dios, deben<br />

abandonar sus propios pensamientos y volver a<br />

Jesucristo. La Biblia dice que Dios será<br />

misericordioso con ellos. Por su compasión Jesús<br />

tomó todas sus transgresiones sobre Su cuerpo al<br />

ser bautizado por Juan hace 2.000 años.<br />

Está escrito:<br />

«Porque mis pensamientos no son vuestros<br />

pensamientos,<br />

ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.<br />

Como son más altos los cielos que la tierra,<br />

así son mis caminos más altos que vuestros<br />

caminos,<br />

y mis pensamientos más que vuestros<br />

pensamientos» (Isaías 55, 8-9).<br />

29 La Biblia es la Palabra de salvación, no un libro científico<br />

Los pensamientos justos de Dios y nuestros<br />

pensamientos humanos son totalmente diferentes.<br />

Están en un nivel diferente. En nuestros propios<br />

pensamientos nos quejamos: «¿Por qué me creó<br />

Dios para sufrir en este mundo? No entiendo por<br />

qué me hizo así, por qué nací así». Y los que<br />

culpan a Dios también culpan a sus padres.<br />

Piensan: «No sé por qué mis padres no me dejan<br />

herencia alguna, por qué me tuvieron si son tan<br />

pobres y por qué me hacen vivir así, sufriendo y<br />

siendo odiado por tantos». Pero no sólo lo<br />

piensan, sino que además se lo dicen a sus<br />

padres.<br />

Sin embargo, nuestro Señor dice que permitió<br />

el sufrimiento para salvar a todos los pecadores<br />

que habían abandonado a dios y para revestirles<br />

de Su gloria, y así hacer que le buscasen. La<br />

humanidad no buscaría a Dios si no hubiese<br />

sufrimiento en este mundo y todo estuviera en su<br />

lugar. Y si los seres humanos no tuviesen<br />

◄ ÍNDICE ►


insuficiencias o debilidades, no podrían<br />

convertirse en hijos de Dios al creer en<br />

Jesucristo. Por eso Dios ha permitido que la<br />

humanidad sufra en este mundo, pero sólo<br />

temporalmente. Esto se debe a que los<br />

pensamientos de Dios y los nuestros son<br />

completamente diferentes.<br />

La gente dice: «Probablemente Dios nos creó<br />

como juguetes para entretenerse porque estaba<br />

aburrido». Mucha gente piensa igual. Por eso<br />

algunos maldicen a Dios y le señalan. Sin<br />

embargo, los pensamientos de Dios son<br />

diferentes de los nuestros.<br />

Dios nos creó para hacernos Su pueblo y Sus<br />

hijos y para que así viviéramos felices en el<br />

paraíso terrenal y en el Reino de los Cielos. Dios<br />

creó a la humanidad para que disfrutara de la<br />

vida eterna como Él. Dios nos creó con esta idea<br />

en mente, y para ello Jesús fue bautizado, murió<br />

en la Cruz y se levantó de entre los muertos. Esta<br />

30 La Biblia es la Palabra de salvación, no un libro científico<br />

es la providencia divina.<br />

Dios creó a la humanidad para darle felicidad<br />

y bendiciones. Sin embargo nosotros no creemos<br />

en esto y culpamos a Dios con palabras<br />

blasfemas: «Si Dios creó el mundo, no debería<br />

haber creado a la gente mala o al Diablo».<br />

¿Creó Dios al Diablo? No, Satanás, el Diablo,<br />

era un ángel al principio. Este ángel cayó porque<br />

intentó exaltarse por encima de Dios. Por eso se<br />

convirtió en Satanás. Y ustedes deben entender<br />

que Dios permitió que el pueblo de Israel no le<br />

aceptara para que pudiéramos ser salvados<br />

creyendo en Su justicia.<br />

Para explicar la voluntad de Dios más<br />

fácilmente voy a hacer una comparación con la<br />

relación entre un niño de 5 años y sus padres.<br />

Cuando los adultos se proponen desempeñar una<br />

tarea, primero hacen las preparaciones<br />

necesarias. Pero un niño no entiende esto por<br />

mucho que se lo expliques.<br />

◄ ÍNDICE ►


Imaginemos que estamos cocinando una sopa<br />

de fideos. Cuando hacemos sopa, primero<br />

ponemos agua en un cazo. El niño de nuestro<br />

ejemplo nos ve y pregunta: «¿Por qué pones agua<br />

en un cazo?». Entonces ponemos el agua a<br />

hervir. El niño pregunta: «¿Por qué pones el agua<br />

al fuego?». No puede entenderlo porque no tiene<br />

ningún sentido para él. Entonces ponemos los<br />

fideos. El niño pregunta: «¿Por qué pones los<br />

fideos?». Entonces echamos los demás<br />

ingredientes. El niño pregunta: «¿Por qué echas<br />

esas cosas en el agua?».<br />

Para el niño todo es curioso y extraño. Cuando<br />

echamos la sal, el niño vuelve a preguntar: «¿Por<br />

qué echas sal?», cuando removemos la sopa,<br />

pregunta: «¿Por qué le das vueltas?». Cuando<br />

probamos la sopa, vuelve a preguntar: «¿Por qué<br />

la pruebas?».<br />

Puede que no le contestemos hasta que<br />

hayamos terminado, pero cuando le dejamos que<br />

31 La Biblia es la Palabra de salvación, no un libro científico<br />

pruebe la sopa, entonces se da cuenta: «¡Ah! Así<br />

que esto es la sopa de fideos». Pero no ha<br />

entendido los pasos que hemos seguido para<br />

hacer la sopa. Sólo le importa el resultado, que es<br />

la sopa de fideos que se va a comer, y todo lo que<br />

ha entendido es: «¡Vaya! Esto es sopa de fideos.<br />

¡Está muy buena!».<br />

El niño no entiende todos los pasos que sus<br />

padres han seguido para hacer la sopa. Del<br />

mismo modo, por mucho que se nos explique el<br />

objetivo por el cual Dios nos creó y sin importar<br />

cómo se nos explique este objetivo y el proceso<br />

por el que Dios nos ha hecho Sus hijos, es muy<br />

difícil para nosotros entenderlo, porque somos<br />

como ese niño pequeño.<br />

◄ ÍNDICE ►


Debemos reconocer la infalibilidad de<br />

la Palabra de Dios<br />

Si lo reconocemos estamos reconociendo la<br />

bondad de Dios. Dios nos creó para bendecirnos.<br />

Dicho de otra manera, Dios nos hizo nacer en<br />

este mundo para bendecirnos. Dios dice que ha<br />

creado Su viña y la ha sembrado con la más fina<br />

vid y entonces espera que de buenas uvas (Isaías<br />

5, 2). Si Dios tenía un plan para hacer las<br />

mejores uvas y las hizo así, debemos aceptar<br />

todos los pasos que siguió.<br />

Pero a pesar de ello, la gente no cree en Dios.<br />

Por culpa de esto serán arrojados a la basura. Si<br />

no se reconoce a Dios, como pena por el pecado,<br />

seremos arrojados al fuego para sufrir para<br />

siempre. Es sólo cuestión de tiempo que los que<br />

no creen sean arrojados al infierno.<br />

Algunos se preguntarán: «Dios no debería<br />

haber creado el infierno. ¿Por qué lo hizo?». Mis<br />

32 La Biblia es la Palabra de salvación, no un libro científico<br />

queridos hermanos, no está bien que una criatura<br />

no reconozca a su Creador. La Biblia ilustra esta<br />

afirmación mediante una analogía con un<br />

alfarero. Si estuviéramos haciendo una vasija y<br />

no nos gustara como ha quedado, y la<br />

deshiciéramos y la tirásemos, ¿hemos hecho algo<br />

malo? No, como sus creadores no hemos hecho<br />

nada malo. Si pensamos en esto, entendemos que<br />

lo que debemos hacer, como criaturas de Dios, es<br />

creer en Él y aceptar lo que nos ha dado, y que<br />

no debemos culpar a Dios por nada.<br />

¿Somos los creadores? No, sólo somos<br />

criaturas. El Creador tiene derecho a hacer lo que<br />

quiera con las criaturas. Dios nos creó con un<br />

buen plan y un buen objetivo y si no nos<br />

sometemos estamos siendo malvados. Esta es la<br />

maldad del Diablo. Esto es retar a Dios. Dios<br />

camina en la Palabra de Verdad y nosotros<br />

debemos darnos cuenta que no creer en Dios ni<br />

en Su Palabra es un pecado. Y debemos darnos<br />

◄ ÍNDICE ►


cuenta de que el Espíritu de Dios se muevo sobre<br />

la faz de las aguas. Dios obra según Su Palabra.<br />

Cuando reconocemos esta Palabra, creemos en<br />

ella y la seguimos, podemos encontrar a Dios.<br />

La Palabra de Dios obra en los<br />

corazones humanos<br />

Si creemos solamente en experiencias místicas<br />

o revelaciones, en vez de creer en la Palabra de<br />

Dios, no podremos en Dios. ¿Lo entienden? Está<br />

escrito: «El Espíritu de Dios se movía sobre la<br />

faz de las aguas». La Biblia no dice que el<br />

Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las<br />

aguas sólo porque estuviese aburrido. ¿Acaso no<br />

puede Dios moverse en la tierra? ¿Por qué no<br />

habría de moverse sobre la faz de la tierra? En<br />

realidad Jesucristo vino al mundo y caminó sobre<br />

él. Este pasaje significa que el Espíritu Santo no<br />

33 La Biblia es la Palabra de salvación, no un libro científico<br />

puede vivir en los corazones de los pecadores.<br />

El mensaje especial que Dios nos está<br />

transmitiendo aquí es que los pecadores deben<br />

volver a la Palabra para encontrar a Dios. Así<br />

que sólo los que volvieron a la Palabra han<br />

encontrado a Dios y han nacido de nuevo. Por<br />

eso la Biblia explica estos dos puntos: «Para ser<br />

salvado del pecado, primero debes darte cuenta<br />

de que eres un montón de pecados, y segundo, de<br />

que debes nacer de nuevo a través de la Palabra<br />

del Evangelio del agua y el Espíritu». En otras<br />

palabras, se nace de nuevo a través de la Palabra<br />

de Dios y el Espíritu Santo pone el sello de Dios.<br />

Debemos saber lo que es el pecado a los ojos<br />

de Dios, y quién es Dios. Debemos darnos cuenta<br />

de que los corazones de los que han abandonado<br />

a Dios están confundidos y vacíos y de que las<br />

tinieblas están sobre la faz del abismo. No creen<br />

en la Palabra de Dios es un pecado. Para volver a<br />

Dios, debemos volver a la Palabra y sólo<br />

◄ ÍNDICE ►


entonces podremos encontrar a Dios. La Palabra<br />

es Dios mismo, y Dios obra a través de Su<br />

Palabra. Debemos darnos cuenta y volver a la<br />

Palabra.<br />

Nosotros, los justos, debemos dejar de lado<br />

nuestros propios pensamientos. Para ser<br />

bendecidos debemos desechar nuestras propias<br />

ideas. Cuando conocemos la Palabra de Dios<br />

podemos creer en Él. Y cuando reconocemos la<br />

Palabra, podemos creer en Dios, volver a Él y<br />

recibir todas Sus bendiciones. Los que han<br />

recibido la remisión de los pecados hace poco y<br />

los que todavía están confusos deben volver a la<br />

Palabra de Dios. Y deben escuchar la Palabra y<br />

meditar sobre lo que dice.<br />

Esta misma advertencia sirve para los<br />

pecadores. Si los pecadores no vuelven a la<br />

Palabra y si no conocen la Palabra de Dios y<br />

vuelven a este camino, ¿cómo van a encontrar a<br />

Dios? ¿Y cómo van a recibir la remisión de los<br />

34 La Biblia es la Palabra de salvación, no un libro científico<br />

pecados de la mano de Jesús? Sólo cuando estos<br />

pecadores vuelven a la Palabra pueden encontrar<br />

a Jesús, a Dios, a su Creador y ser salvados de<br />

sus pecados.<br />

Por eso decimos que la Palabra de las<br />

Escrituras es el Canon, que significa «la medida<br />

de la salvación, el barómetro que nos permite<br />

conocer a Dios y la norma para todo juicio». La<br />

Biblia no fue escrita por el hombre. Dios escribió<br />

la Biblia y en este preciso momento sigue<br />

transformando vidas. Cuando leemos la Biblia,<br />

podemos darnos cuenta de que hay Dios y<br />

podemos encontrarlo. Y cuando creemos en la<br />

Palabra, esta viene a nuestros corazones y obra<br />

en nuestras vidas.<br />

La Palabra viene a nuestras mentes y obra en<br />

nuestras vidas y también derrumba nuestras ideas<br />

falsas. Y la Palabra permite que recibamos la<br />

remisión de nuestros pecados y sigamos la<br />

voluntad de Dios. Como la Palabra está viva y es<br />

◄ ÍNDICE ►


dinámica, obra en los corazones de los creyentes<br />

con fuerza.<br />

«En el principio creó Dios los cielos y la<br />

tierra». ¿Cómo nos encuentra Dios a los que<br />

caímos en el pecado? En el pasaje de las<br />

Escrituras de hoy hemos encontrado la respuesta<br />

a esta pregunta de cómo Dios viene a nuestras<br />

vidas y cómo obra en ellas. Dios nos busca y<br />

obra en nuestras vidas a través de Su Palabra.<br />

¿Se dan cuenta ahora?<br />

Doy gracias a nuestro Señor. Habíamos caído<br />

en la confusión y en el vacío, pero aún así<br />

nuestro Señor vino a buscarnos a través de la<br />

Palabra. Los que todavía son jóvenes en la fe y<br />

los que acaban de escuchar la Palabra y de recibir<br />

la remisión de los pecados, deben escuchar<br />

atentamente la Palabra tantas veces como sea<br />

posible.<br />

Les pido que no se pierdan las horas de culto y<br />

las reuniones y que tomen parte en ellas, porque<br />

35 La Biblia es la Palabra de salvación, no un libro científico<br />

«Así que la fe es por el oír, y el oír, por la<br />

palabra de Dios» (Romanos 10, 17). Cuando<br />

escuchamos la Palabra del Evangelio del agua y<br />

el Espíritu podemos conocer a Dios y nuestras<br />

preguntas son contestadas.<br />

La Palabra de Dios no es un libro científico,<br />

sino que es la Palabra de salvación. <br />

◄ ÍNDICE ►


¿Se han convertido en la<br />

luz por el Evangelio de<br />

Verdad?<br />

< Génesis 1, 2-3 ><br />

«Y la tierra estaba desordenada y vacía, y<br />

las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y<br />

el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las<br />

aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz».<br />

Al crear el universo y todas las criaturas que<br />

hay en él, Dios reveló Su plan majestuoso a<br />

través de Jesucristo. En el capítulo 1 del Génesis<br />

se muestra este plan majestuoso que Dios ha<br />

preparado para la humanidad. En otras palabras,<br />

la creación de los cielos y la tierra y de todas las<br />

criaturas, la creación del hombre a la imagen y<br />

36 ¿Se han convertido en la luz por el Evangelio de Verdad?<br />

semejanza de Dios, la caída de la humanidad por<br />

culpa de Satanás, la salvación a través de<br />

Jesucristo, el convertirnos en hijos de Dios a<br />

través de Su providencia, y las bendiciones de la<br />

gracia eterna de Dios, son cosas que se muestran<br />

en el primer capítulo del Génesis.<br />

Por eso está escrito: «En el principio creó<br />

Dios los cielos y la tierra», seguido de: «Y la<br />

tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas<br />

estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de<br />

Dios se movía sobre la faz de las aguas»<br />

(Génesis 1, 2). Cuando dice: «Y la tierra estaba<br />

desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre<br />

la faz del abismo», se refiere a la condición de la<br />

humanidad y de todas las cosas creadas por Dios<br />

que cayeron en la confusión por culpa de<br />

Satanás, una criatura espiritual caída. Dicho de<br />

otra manera, este verso describe la caída de la<br />

humanidad en el pecado.<br />

Antes de nada debemos entender la voluntad<br />

◄ ÍNDICE ►


de Dios que creó el universo entero y todas las<br />

criaturas que hay en él. Si no conocemos la<br />

voluntad de Dios, o lo que es peor, si la<br />

malinterpretamos, corremos un gran riesgo. Todo<br />

lo que hay bajo los cielos tiene una razón de ser.<br />

Cuando Dios nos creó, decidió que nos adoptaría<br />

como Sus hijos en Jesucristo. Incluso antes de la<br />

creación del mundo Dios ya tenía en mente un<br />

plan para hacernos hijos Suyos y elevarnos a la<br />

condición de seres divinos.<br />

Por eso Dios nos hizo según Su plan, permitió<br />

que sufriésemos en este mundo, hizo que le<br />

buscásemos en esos momentos difíciles, permitió<br />

que encontrásemos el Evangelio de Verdad que<br />

borra nuestros pecados a través de Jesucristo y al<br />

hacerlo nos adoptó como hijos Suyos y nos dio<br />

Su precioso Reino. Así Dios nos ha demostrado<br />

que nada depende de nuestra propia voluntad,<br />

sino que todo está subordinado a Su voluntad.<br />

Por tanto, mientras vivimos en este mundo,<br />

37 ¿Se han convertido en la luz por el Evangelio de Verdad?<br />

sintiendo y reflexionando sobre estas cosas, nos<br />

damos cuenta de que lo que queremos hacer no<br />

se consigue a través de nuestra propia voluntad,<br />

sino según cómo Dios lo ha diseñado<br />

originalmente; todo lo que hacemos es entrar en<br />

el dominio de Dios al creer en Su Palabra y<br />

seguirle por fe. Por eso Jesús dijo: «Yo soy el<br />

camino» (Juan 14, 6).<br />

Cuando leemos la Biblia podemos entender el<br />

plan de Dios. Dios tenía un plan para la<br />

humanidad y nos lo ha mostrado al manifestarlo<br />

en la Palabra tal y como lo había planeado. Por<br />

tanto, podemos descubrir Su voluntad en la<br />

Palabra de Dios, y al creer en esta Palabra y<br />

seguirla, podemos encontrar a Dios. Así que<br />

cuando creemos en Dios, debemos conocerle<br />

según Su Palabra de promesa.<br />

Si tuvieran que pensarlo todo ustedes mismos<br />

sin tener en cuenta las promesas de la Palabra de<br />

Dios, decidirlo todo por sí mismos e intentar<br />

◄ ÍNDICE ►


encontrar a Dios por sí mismos, desde entonces,<br />

caerían en la confusión. Para encontrar a Dios<br />

deben creer en Su Palabra de promesas y<br />

seguirla, solo entonces podrán encontrar a Dios.<br />

Por eso Dios nos ha dado la Biblia.<br />

Sin la Biblia, la Palabra de Dios, sería<br />

imposible encontrar a Dios. La Biblia es la<br />

Palabra de Dios. Y es la Palabra de la alianza que<br />

Dios ha cumplido y seguirá cumpliendo. La<br />

Biblia dice que Dios es el Dios de la Palabra, que<br />

lo planeó todo con la Palabra, cumplió Su plan<br />

según la Palabra y vino a nosotros a través de la<br />

Palabra.<br />

La Palabra es Dios (Juan 1, 1). Dios es la<br />

Palabra y cuando se manifiesta a la humanidad,<br />

lo hace a través de la Palabra de promesa.<br />

Debemos darnos cuenta de que Dios se ha<br />

revelado a través de Su Palabra y de que es el<br />

Dios de la promesa que llega a nosotros a través<br />

de esta Palabra.<br />

38 ¿Se han convertido en la luz por el Evangelio de Verdad?<br />

No debemos leer la Biblia como si fuera una<br />

novela o un libro de historia, sino que debemos<br />

creer que esta Palabra es la Palabra de promesa<br />

que Dios habló. Dios se nos revela a través de<br />

esta Palabra. Así que cuando leemos la Biblia,<br />

debemos darnos cuenta de que es la Palabra que<br />

Dios nos ha prometido.<br />

La Biblia es la luz de la salvación<br />

para la humanidad<br />

Está escrito: «Y la tierra estaba desordenada y<br />

vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del<br />

abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la<br />

faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la<br />

luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó<br />

Dios la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz<br />

Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde<br />

y la mañana un día» (Génesis 1, 2-5).<br />

◄ ÍNDICE ►


En este pasaje Dios llamó a la luz día y a las<br />

tinieblas noche, y así declaró la voluntad de<br />

salvar del pecado a las almas. Está diciendo que<br />

lo que quita el pecado, la confusión, el vacío y<br />

las tinieblas, es la luz.<br />

¿Quién es esta luz? Es Jesucristo, el Salvador.<br />

¿Quiénes son los que están desordenados y<br />

vacíos, los que tienen las tinieblas en la faz del<br />

abismo? Nosotros, por supuesto. Esto se refiere a<br />

nosotros, los humanos, que aunque fuimos<br />

creados por Dios, fueren engañados por Satanás<br />

y cayeron en la confusión. Desde el principio<br />

Dios nos estaba prometiendo: «Cuando caigáis<br />

en la confusión os salvaré con la luz. Y los que<br />

aceptan la luz se convierten en luz, pero los que<br />

no aceptan la luz se convierten en tinieblas».<br />

Cuando creamos algo, siempre tenemos un<br />

objetivo en mente. No creamos nada sin una<br />

razón. Cuando Dios creó los cielos y la tierra y la<br />

humanidad al principio, Su plan era salvar a Sus<br />

39 ¿Se han convertido en la luz por el Evangelio de Verdad?<br />

hijos, glorificarlos como Sus hijos para que no<br />

existiésemos como simples criaturas.<br />

Esto es lo que está diciendo la Biblia: al<br />

principio, Dios creó los cielos y la tierra y<br />

cuando creó a Sus criaturas, no nos hizo como<br />

robots, sino que nos dio libre albedrío. Dios nos<br />

está diciendo: «Cada uno de vosotros puede<br />

aceptar o rechazar Mi gracia y mis bendiciones.<br />

Os he hecho libres».<br />

Juan 3, 20-21 dice: «Porque todo aquel que<br />

hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz,<br />

para que sus obras no sean reprendidas. Mas el<br />

que practica la verdad viene a la luz, para que<br />

sea manifiesto que sus obras son hechas en<br />

Dios».<br />

Nosotros, los nacidos de nuevo, podemos<br />

distinguir entre la luz y la oscuridad. Sin<br />

embargo, la gente confusa que está ligada al<br />

pecado, no puede distinguir la luz de la<br />

oscuridad. Normalmente odian la luz y aman el<br />

◄ ÍNDICE ►


mal. Pero aún así tenemos la libertad de escoger.<br />

Si Dios no nos hubiera dado esta libertad no<br />

podríamos decir que Dios es justo.<br />

Por otro lado, si Dios hubiera dejado que<br />

todos fuéramos al infierno, no podríamos decir<br />

que es justo y santo. Dios nos está diciendo:<br />

«Soy el Todopoderoso, pero os he dado libre<br />

albedrío. Así que si de verdad amáis el bien,<br />

debéis seguir este bien y recibir todas Mis<br />

bendiciones y vivir en Mí. Pero si amáis la<br />

oscuridad, sois libres para ello».<br />

Por tanto los que han llegado a la luz de Dios<br />

eligen a Dios y creen en él y por haberle<br />

escogido, recibirán todas las bendiciones de la<br />

salvación de Dios y vivirán para siempre. Los<br />

que no le escogen, serán arrojados al infierno y<br />

sufrirán y rechinarán los dientes de dolor, porque<br />

escogieron la maldad. Esta es la Verdad justa de<br />

Dios que revela la divinidad de Dios. Manifiesta<br />

que Dios es perfecto. Dios no nos obligó a hacer<br />

40 ¿Se han convertido en la luz por el Evangelio de Verdad?<br />

nada, sino que se manifestó a través de Su<br />

alianza y nos hizo alabarle justamente.<br />

Al darnos Su gracia y Su Verdad, Dios nos ha<br />

dejado gobernar sobre todas las criaturas y ha<br />

hecho que ellas nos sirvieran. Los que escogen lo<br />

bueno a los ojos de Dios, es decir la luz, son<br />

bendecidos por Dios. Pero los que escogen el<br />

mal, son juzgados por sus pecados a los ojos de<br />

Dios según Su justicia. Este es nuestro Dios que<br />

se revela en la Biblia.<br />

Dios es el Dios de la alianza. Nadie puede<br />

decir que Dios es injusto. Dios le ha dado a la<br />

humanidad el derecho a escoger. La Biblia dice<br />

que si alguien maldice las bendiciones, que<br />

reciba lo que ha escogido. Pero lo que aman la<br />

luz y la han aceptado en sus corazones, viven en<br />

esta luz, la Palabra de Dios y Él les dará todas las<br />

bendiciones que ha prometido. Dios ha permitido<br />

que quien quiera ser bendecido, escoja Su<br />

bondad y reciba las bendiciones de salvación y<br />

◄ ÍNDICE ►


vida eterna.<br />

Dios, que creó los cielos y la tierra, nos está<br />

hablando. Dios es perfecto. Sólo Él es justo,<br />

perfecto y divino para todas las criaturas. Él es el<br />

Creador. Él es el Ser Absoluto. No hay nadie que<br />

pueda negarlo.<br />

A través de la Palabra, vimos al Dios de la<br />

alianza que nos hizo una promesa a través de Su<br />

Palabra y la cumplió. Dios creó los cielos y la<br />

tierra en el principio. Dios lo creó todo, la<br />

oscuridad y la luz. ¿Lo reconocen? Dios nos ha<br />

dado libertad para escoger a todos los seres<br />

humanos, y según esta elección se nos ha<br />

concedido Su gracia.<br />

En el Reino de Dios no existe la palabra «no»,<br />

sólo «sí», sólo está la Verdad infalible. Que sólo<br />

exista la palabra «sí» significa que no hay nada<br />

negativo.<br />

Está escrito: «Y la tierra estaba desordenada y<br />

vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del<br />

41 ¿Se han convertido en la luz por el Evangelio de Verdad?<br />

abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la<br />

faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la<br />

luz» (Génesis 1, 2-3). Cuando la Biblia dice que<br />

«Dios creó los cielos y la tierra» y sigue<br />

diciendo: «La tierra estaba desordenada y vacía»,<br />

implica que incluso antes de la creación del<br />

mundo, Dios ya sabía que Satanás haría caer en<br />

la tentación a los humanos.<br />

Los capítulos 1 y 2 del Génesis describen el<br />

plan de Dios, a partir del capítulo 3, se habla del<br />

cumplimiento de este plan. Podemos decir que<br />

Dios llevó a cabo Su plan paso a paso. Los<br />

arquitectos cambian sus planes de construcción<br />

muchas veces cuando están construyendo un<br />

edificio. Sin embargo Dios no ha cambiado Su<br />

plan ni una sola vez desde que lo diseñó. Lo<br />

cumplió todo tal y como lo había planeado. Dios<br />

no dejó que Sus criaturas fueran meras criaturas,<br />

sino que hizo que nacieran de nuevo y fueran<br />

recreadas. La luz libró a la humanidad del<br />

◄ ÍNDICE ►


pecado. La Palabra de Dios permitió que la gente<br />

escapara del pecado.<br />

Si la humanidad no estuviera desordenada y<br />

vacía y no hubiera tinieblas sobre la faz del<br />

abismo, es decir, si la humanidad no hubiera sido<br />

engañada por Satanás, los seres humanos no se<br />

hubieran vestido de la gracia que les libra del<br />

pecado y les convierte en hijos de Dios. Al creer<br />

en el Evangelio del agua y el Espíritu todos<br />

nosotros hemos podido vestirnos de la gracia de<br />

salvación que Jesucristo nos ha dado y<br />

convertirnos en hijos de Dios. Nuestra gloria fue<br />

preparada por la providencia de Dios en Su plan.<br />

Adán y Eva, los ancestros de la humanidad,<br />

fueron engañados por Satanás. Sin embargo, esto<br />

estaba escrito en la predestinación de Dios. Los<br />

gusanos viven muchos años bajo tierra en estado<br />

de larva, pero al final suben a un árbol y se<br />

transforman en cigarras. Para convertirse en<br />

cigarras, deben vivir como gusanos bajo tierra.<br />

42 ¿Se han convertido en la luz por el Evangelio de Verdad?<br />

Así los seres humanos a los que Satanás tentó y<br />

que cayeron en el pecado estaban predestinados a<br />

que esto ocurriera según el plan glorioso de Dios.<br />

En otras palabras, Dios permitió que Satanás nos<br />

tentase porque sólo si nos convertíamos en<br />

pecadores, podríamos transformarnos en hijos de<br />

Dios al creer en Jesucristo.<br />

La gente que está desordenada y vacía, y que<br />

tienen las tinieblas en la faz del abismo, está en<br />

esta condición por haber abandonado la luz de<br />

Dios. Cuando se separan d Dios, el Creador que<br />

los hizo, y de Su Palabra de promesa, sus<br />

corazones se llenan de confusión y vacío. Del<br />

mismo modo en que Adán, el primer hombre,<br />

cayó en la confusión por separarse de la Palabra<br />

de Dios, entre los descendientes de Adán de hoy<br />

en día, hay gente que no conoce a Jesucristo a<br />

través de la Palabra de la promesa y que por<br />

tanto ha caído en la confusión. ¿Por qué han<br />

caído en la confusión? Porque no conocen la<br />

◄ ÍNDICE ►


Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu que<br />

Dios nos ha dado. Por eso no pueden conocer a<br />

Dios, que nos encuentra a través de la Palabra del<br />

Evangelio del agua y el Espíritu. Entonces, ¿qué<br />

debe hacer la gente para escapar de la confusión?<br />

Si vuelven a la Palabra de Dios de Verdad,<br />

podrán encontrar a Dios.<br />

Además todo el mundo ha caído en el vacío<br />

por culpa de sus pecados. Así que la gente no<br />

encuentra satisfacción en sus vidas. Los seres<br />

humanos estamos vacíos a no ser que<br />

encontremos al Dios de la Verdad. Los seres<br />

humanos ya eran imperfectos cuando fueron<br />

creados. Dios permitió que fuéramos imperfectos<br />

para hacernos perfectos a través de Su plan.<br />

Como el Dios perfecto nos creó, a no ser que lo<br />

tengamos dentro de nosotros, seguiremos siendo<br />

imperfectos, no tendremos satisfacción y<br />

caeremos en el vacío. Por tanto, como Dios nos<br />

hizo a Su imagen y semejanza cuando nos creó,<br />

43 ¿Se han convertido en la luz por el Evangelio de Verdad?<br />

para encontrar la verdadera satisfacción,<br />

debemos nacer de nuevo sin falta. En otras<br />

palabras, los corazones de la gente deben tener la<br />

Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu que<br />

Jesucristo nos dio, y sólo cuando tenemos al<br />

Espíritu Santo dentro podemos ser perfectos.<br />

Sólo estamos totalmente satisfechos cuando<br />

encontramos a Jesucristo.<br />

Todos nosotros fuimos engañados por los<br />

planes malvados de Satanás y como resultado<br />

caímos en la confusión, el vacío y el pecado.<br />

Dios dijo que salvaría a esta gente a través de Su<br />

Hijo Jesucristo. ¿De qué prometió salvarnos? De<br />

la confusión, el vacío y el pecado. Prometió<br />

salvarnos de nuestros pecados, de nuestro vacío<br />

profundo y de nuestra insatisfacción insaciable.<br />

Esta promesa de salvación estaba predestinada en<br />

Jesucristo.<br />

◄ ÍNDICE ►


Jesucristo, el Creador, es el Salvador<br />

de los que creen en el Evangelio del<br />

agua y el Espíritu<br />

El Señor del universo es Jesucristo. Cuando la<br />

Biblia dice: «Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la<br />

luz», la luz se refiere a Jesucristo que nos salvó<br />

de nuestros pecados. ¿Quién creó el universo y<br />

todo lo que hay en él mediante la Palabra?<br />

Jesucristo. Él mismo creó todo lo que ven<br />

nuestros ojos, desde los cielos hasta la tierra,<br />

desde las montañas hasta los mares, y desde las<br />

flores hasta todas las formas de vida.<br />

«En el principio creó Dios los cielos y la<br />

tierra» (Génesis 1, 1). Jesucristo es quien creó<br />

los cielos y la tierra, y debemos darnos cuenta de<br />

que Dios ha borrado nuestros pecados al enviar a<br />

Su Hijo. ¿Quién dice la Biblia que es Jesucristo?<br />

Dice que Jesucristo es el Hijo de Dios Padre.<br />

44 ¿Se han convertido en la luz por el Evangelio de Verdad?<br />

Está escrito: «Yo publicaré el decreto; Jehová me<br />

ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy»<br />

(Salmos 2, 7). La Biblia dice que Jesús fue<br />

engendrado por el Padre. Sin embargo, la Biblia<br />

también dice que el Hijo de Dios Padre es el<br />

mismo que Dios Padre (1 Juan 5, 20).<br />

Por eso el Apóstol Juan, que vio a Jesucristo<br />

con sus propios ojos y le tocó con sus propias<br />

manos, y que vivió con Él durante tres años,<br />

declaró: «En el principio era el Verbo, y el Verbo<br />

era con Dios, y el Verbo era Dios» (Juan 1, 1).<br />

En otras palabras, Jesús es el Dios que creó el<br />

universo. Dios Padre construyó el Reino de los<br />

Cielos a través de Su Hijo y Jesucristo creó los<br />

cielos y la tierra que ven nuestros ojos. Todos<br />

nosotros debemos conocer a este Jesucristo<br />

correctamente, y saber que es Dios.<br />

¿Qué más dijo Dios? Dijo que nos salvaría de<br />

todos nuestros pecados a través de Su Hijo sin<br />

pecado. Dios es el Dios de la Verdad. Cuando el<br />

◄ ÍNDICE ►


Hijo de Dios Padre hizo el mundo, Dios dijo que<br />

era bueno ver el mundo iluminado por la Luz. Y<br />

la Biblia dice: «Aquella luz verdadera, que<br />

alumbra a todo hombre, venía a este mundo»<br />

(Juan 1, 9).<br />

Este plan de Dios fue revelado por el Dios de<br />

la Trinidad, es decir, Dios Padre, Dios Hijo y<br />

Dios Espíritu Santo. La Biblia dice: «Y la tierra<br />

estaba desordenada y vacía, y las tinieblas<br />

estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de<br />

Dios se movía sobre la faz de las aguas». ¿Quién<br />

es el Espíritu de Dios que se movía sobre la faz<br />

de las aguas? El Espíritu Santo. El Hijo del Padre<br />

es quien creó el universo y Dios Padre prometió<br />

que a través de Su Hijo salvaría a todos los seres<br />

humanos que habían caído en la confusión y el<br />

vacío.<br />

Dios quería darnos el Espíritu que nos hace<br />

hijos de Dios, pero este Espíritu no podía entrar<br />

en nuestros corazones mientras hubiera pecado<br />

45 ¿Se han convertido en la luz por el Evangelio de Verdad?<br />

en ellos. Por eso Dios Padre estableció una<br />

alianza con Sus criaturas y nos prometió que<br />

enviaría a Su Hijo al mundo. El Espíritu de Dios<br />

se refiere al Espíritu Santo que entra en los que<br />

creen en la Palabra de Dios y la siguen y<br />

entonces vive en ellos. Este es el plan de Dios. El<br />

Dios de la Trinidad se manifiesta aquí. Dios tenía<br />

un plan para nosotros antes de la creación del<br />

mundo y lo ha ido cumpliendo paso a paso.<br />

Debemos darnos cuenta de que por eso Dios dijo<br />

que era todo era bueno cuando creó los cielos y<br />

la tierra.<br />

Dios dijo que cuando Su Hijo creó la luz el<br />

primer día de la Creación, vio que era buena.<br />

Dios quería hacer que Sus criaturas fueran Sus<br />

hijos, al igual que Jesucristo. Por eso el Apóstol<br />

Pablo cuando se dio cuenta del gran plan de<br />

Dios, le alabó diciendo: «¡Oh profundidad de las<br />

riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios!<br />

¡Cuán insondables son sus juicios, e<br />

◄ ÍNDICE ►


inescrutables sus caminos!» (Romanos 11, 33).<br />

También está escrito: «Porque de él, y por él,<br />

y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria<br />

por los siglos. Amén.» (Romanos 11, 36). ¿Cómo<br />

puede una mera criatura desobedecer a su<br />

Creador? La desobediencia es un pecado. Dios<br />

nos dio la Palabra de promesa. Y es el Dios que<br />

separa a Su pueblo de la gente malvada con Su<br />

Palabra. Si aceptan la Palabra de Dios en sus<br />

corazones, ustedes también se convertirán en el<br />

pueblote Dios. Vengan a la luz de la Verdad y<br />

ustedes se convertirán en luz.<br />

Dios dijo: «Sea la luz»<br />

La Biblia dice que cuando Dios creó a la<br />

humanidad y el universo, la tierra estaba<br />

desordenada y estaba vacía y las tinieblas estaban<br />

sobre la faz del abismo. Así describe la Biblia la<br />

46 ¿Se han convertido en la luz por el Evangelio de Verdad?<br />

condición de los que han caído en el pecado. La<br />

Biblia también dice que cuando la tierra (el<br />

corazón humano) estaba desordenada, vacía y en<br />

el abismo del pecado, el Espíritu de Dios se<br />

movía sobre la faz de las aguas. Es decir, Dios<br />

que creó el universo y salvó a la humanidad obra<br />

en los corazones de los pecadores.<br />

Dios habla y tiene una relación con los que se<br />

acercan a Él a través de Su Palabra, confiando en<br />

ella. Dios aprueba a los que creen en Su Palabra.<br />

Sin embargo, si no creemos en la Palabra de<br />

Dios, nuestros pensamientos nos llevarán a la<br />

muerte.<br />

¿Por qué se suicidó Judas, que traicionó a<br />

Jesucristo? Debería haber resuelto su pecado<br />

confiando en la Palabra de Dios, pero la Biblia<br />

dice que se arrepintió por su cuenta y se suicidó.<br />

Los que no tienen fe en la Palabra de Dios<br />

acaban siendo condenados por sus pecados y por<br />

tanto no pueden evitar morir para siempre. El que<br />

◄ ÍNDICE ►


Judas se arrepintiera por su cuenta significa que<br />

su propia conciencia le indicaba sus pecados y<br />

que había cometido un gran error al traicionar y<br />

vender a su maestro por un mísero puñado de<br />

monedas.<br />

Lo que hizo Judas fue terrible, pero fue<br />

incluso peor el no creer en Jesucristo como Hijo<br />

de Dios. Debemos reflexionar lo que Jesucristo<br />

hizo cuando vino al mundo según la Palabra del<br />

Nuevo y el Antiguo Testamento, y por eso<br />

debemos darnos cuenta de que es Dios y el Hijo<br />

de Dios. Sin embargo, Judas no creyó en la<br />

divinidad de Jesucristo y en vez de arrepentirse:<br />

«He traicionado al verdadero Hijo de Dios y no<br />

le acepté como mi Salvador», su conciencia<br />

humana le pesaba por haber traicionado a un<br />

hombre que había sido su maestro y por eso se<br />

suicidó.<br />

Sólo podemos presentarnos ante Dios si<br />

conocemos nuestras faltas según la Palabra de<br />

47 ¿Se han convertido en la luz por el Evangelio de Verdad?<br />

Dios y si nos arrepentimos de nuestros pecados<br />

al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu; si<br />

por el contrario, juzgamos nuestras obras según<br />

nuestros pensamientos, no sólo perderemos<br />

nuestra vida, sino que también seremos arrojados<br />

al fuego eterno del infierno.<br />

Cuando hacemos algo malo, a veces<br />

pensamos: «He cometido un error», pero nuestra<br />

concepción del bien y el mal es demasiado<br />

ambigua. Según nuestro punto de vista, nuestras<br />

obras pueden ser evaluadas de forma diferente.<br />

Muchas veces, lo que parece bueno a los ojos de<br />

la carne es muy malo desde un punto de vista<br />

espiritual. Así que cuando Judas se arrepintió<br />

ante Dios, sólo se arrepintió en su conciencia y<br />

no al creer en la Palabra de Dios. Claramente,<br />

Jesucristo era Dios y el Salvador de la<br />

humanidad. El hecho de que Judas no creyera en<br />

este Salvador fue un gran error. Como Judas no<br />

creyó en Jesucristo como Dios, estaba destinado<br />

◄ ÍNDICE ►


a traicionarle, lo que fue un error, pero Judas no<br />

se dio cuenta. Judas no admitió su error según la<br />

Palabra de Dios, sino que lo admitió en su<br />

conciencia y al creer que estaba destinado a ir al<br />

infierno, se suicidó. Por eso Jesucristo lamentó la<br />

muerte de Judas, y dijo que hubiera sido mejor<br />

que nunca hubiera nacido (Marcos 14, 21).<br />

Todos nosotros debemos darnos cuenta de que<br />

a través de Su Palabra Dios nos habla y obra en<br />

nuestras vidas. Y debemos darnos cuenta de que<br />

a través de esta Palabra de Verdad, Dios ha<br />

hecho brillar la luz de la salvación sobre<br />

nosotros, los que estábamos confundidos, vacíos<br />

y en el abismo del pecado. Al iluminarnos Dios<br />

con Su luz podemos darnos cuenta de que<br />

nuestros corazones están vacíos y confundidos y<br />

que estamos en el abismo del pecado. Esto se<br />

debe a que Dios ha hecho brillar la luz de la<br />

salvación sobre nosotros. Si Dios no hubiera<br />

hecho brillar esta luz, habría sido imposible para<br />

48 ¿Se han convertido en la luz por el Evangelio de Verdad?<br />

nosotros darnos cuenta y no sabríamos que<br />

estamos confundidos, vacíos y atrapados en las<br />

tinieblas.<br />

A esta gente como nosotros, Dios la ha<br />

iluminado con la luz de la salvación y ha<br />

separado la luz de las tinieblas. Debemos<br />

conocer esta luz. Es indispensable para nosotros<br />

recibir la remisión de nuestros pecados y seguir<br />

la luz. Cuando trabajamos en algo, dependiendo<br />

de si lo vemos desde el punto de vista de la<br />

Palabra de Dios o de nuestros pensamientos<br />

carnales, la misma cosa puede verse diferente.<br />

Incluso cuando miramos el mismo objeto, lo que<br />

vemos a través de la Palabra de Dios, la luz, y lo<br />

que vemos a través de nuestros ojos físicos puede<br />

ser completamente diferente.<br />

Así que es muy importante seguir la luz.<br />

Nuestros corazones y pensamientos deben amar<br />

esta luz, y nosotros debemos vivir conforme a<br />

ella y verlo todo desde su punto de vista. Esto es<br />

◄ ÍNDICE ►


indispensable y todos debemos vivir según la luz.<br />

En el Evangelio de Juan, Jesús dijo: «Otra vez<br />

Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del<br />

mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas,<br />

sino que tendrá la luz de la vida» (Juan 8, 12).<br />

No hay oscuridad en Dios, en Él sólo existe la<br />

luz. Al aceptar el Evangelio de la salvación de<br />

Dios, nos hemos convertido en personas justas.<br />

EL que estemos salvados o no, seamos pecadores<br />

o justos depende de si tenemos esta luz de<br />

Verdad.<br />

Así que nuestra salvación requiere que<br />

tengamos luz, ¿pero qué pasa después? ¿Cómo<br />

debemos vivir después de estar salvados?<br />

Debemos seguir la luz de la Verdad. Cuando<br />

difunden el Evangelio, están iluminando a otros<br />

con la luz de la Verdad de Dios, tal y como esta<br />

escrito: «Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz».<br />

Están siguiendo la luz resplandeciente. Nosotros<br />

no creamos esta luz, sino que la aceptamos en<br />

49 ¿Se han convertido en la luz por el Evangelio de Verdad?<br />

nuestros corazones e iluminamos a otros. Esto se<br />

debe a que predicar este Evangelio es hacer<br />

brillar la luz. Predicar el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu es difundir esta luz. Entonces las almas<br />

escucharán la Palabra de luz predicada por<br />

nosotros y serán transformados.<br />

Si no hacemos brillar esta luz a los que están<br />

en las tinieblas, todo lo demás es inútil, por<br />

mucho que les enseñemos y por muy bien que<br />

hayamos arado los campos de sus corazones.<br />

Todos nuestros esfuerzos serían inútiles. Hacer<br />

brillar la luz verdadera es lo que debemos hacer<br />

como testigos de Jesucristo y sus santos.<br />

Nuestras vidas serán más resplandecientes si nos<br />

decidimos y decimos: «Nuestras vidas de fe<br />

siguen la luz. Seguimos la luz de Dios. Dar<br />

testimonio es hacer brillar esa luz. Yo hago<br />

brillar esa luz. Hay muchas cosas en este mundo,<br />

pero en Dios, no hay oscuridad, sino sólo luz».<br />

Nosotros tenemos la luz. En este mundo existe<br />

◄ ÍNDICE ►


tanto la luz como la oscuridad, pero nosotros<br />

seguimos la luz. Como Dios dijo: «Se la luz», Él<br />

nos dio la luz de la Verdad. Cuando predicamos<br />

el Evangelio, estamos haciendo brillar esa luz y<br />

cuando vivimos nuestras vidas, estamos<br />

siguiendo esta luz.<br />

A través del Evangelio del agua y el Espíritu<br />

que Dios nos ha dado, es decir la Verdad de<br />

Dios, hemos sido salvados y nos hemos<br />

convertido en la luz. Ahora, creemos que hay luz,<br />

la predicamos y la seguimos en nuestras vidas.<br />

Queremos vivir el tipo de vida que se vive según<br />

la luz y que la difunde, y no según las cosas<br />

materiales de este mundo. Dios nos ha llamado<br />

con este objetivo. Lo que no debemos olvidar es<br />

seguir esta luz. Pero esto no significa que<br />

debemos vivir en perfección carnal.<br />

La luz es Jesucristo. Él sólo es la luz y ha<br />

iluminado nuestros corazones con esta luz.<br />

Nosotros hemos aceptado esta luz y nos hemos<br />

50 ¿Se han convertido en la luz por el Evangelio de Verdad?<br />

convertido en día. Esto no significa que podamos<br />

vivir perfectamente en la carne, sino que<br />

significa que hemos recibido la remisión de los<br />

pecados en la providencia de la gracia de Dios.<br />

Todos nosotros debemos saber lo que es la luz.<br />

Mientras vivimos nuestras vidas nos<br />

olvidamos a menudo de la luz del Evangelio. El<br />

Evangelio del agua y el Espíritu es la luz, pero<br />

nos olvidamos de ello. Cuando encontramos algo<br />

que hemos perdido, nos olvidamos pronto de la<br />

persona que lo encontró y nos lo devolvió. Así<br />

nuestras mentes se olvidan de la luz. Es un<br />

problema grave.<br />

Tenemos la luz. Esta luz es Jesucristo. Esta luz<br />

es también el Evangelio del agua y el Espíritu.<br />

Cuando hay luz, el instinto de la gente es seguir<br />

esta luz. Quieren servir a la luz. Es bueno que<br />

nuestros corazones tengan luz y es bueno que<br />

nuestras mentes se acuerden de que Dios es la<br />

luz. Predicar el Evangelio es predicar la luz. No<br />

◄ ÍNDICE ►


predicamos la luz cuando hacemos algo por<br />

nuestra cuenta, sino cuando predicamos el<br />

Evangelio que el Señor nos dio. Puede que<br />

hagamos muchas cosas diferentes, pero las<br />

hacemos para difundir la luz. Vivimos nuestras<br />

vidas de fe para seguir la luz y en esta luz<br />

hacemos todo y vivimos toda la vida.<br />

En la primera Epístola de Juan, Dios habla de<br />

la luz con frecuencia. Está escrito: «El que dice<br />

que está en la luz, y aborrece a su hermano, está<br />

todavía en tinieblas. El que ama a su hermano,<br />

permanece en la luz, y en él no hay tropiezo.<br />

Pero el que aborrece a su hermano está en<br />

tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde<br />

va, porque las tinieblas le han cegado los ojos»<br />

(1 Juan 2, 9-11).<br />

Vivimos bajo la gracia de Dios. Predicar el<br />

Evangelio y hacer la obra de Dios es vivir la vida<br />

que difunde la luz. En vez de pensar que esta<br />

vida es demasiado difícil, deben darse cuenta de<br />

51 ¿Se han convertido en la luz por el Evangelio de Verdad?<br />

que creer en Jesucristo y predicar Su Evangelio<br />

de la Verdad de salvación es vivir difundiendo la<br />

luz. Todo lo que tienen que hacer es saber que<br />

creer en Jesucristo como la luz es vivir la vida<br />

llena de luz.<br />

A no ser que recuerden esto, no podrán saber<br />

para qué están viviendo. Estoy diciéndoles esto<br />

porque los que han recibido la remisión de los<br />

pecados recientemente tienen demasiadas cosas<br />

en mente. Cuando se les dice que se conviertan<br />

en siervos de Dios y que trabajen, empiezan a<br />

dudar. ¿Por qué? Porque se han olvidado de la<br />

Palabra de Dios. Incluso el hecho de que<br />

hayamos sido salvados a través del es algo que<br />

ya hemos conseguido y por eso es fácil que nos<br />

olvidemos de su valor.<br />

Por eso debemos afirman constantemente que<br />

nos hemos convertido en la luz. Debemos pensar<br />

en la Palabra: «Dios es la luz. Dios dijo que se<br />

hiciera la luz. Y al decirlo, se hizo la luz. Y Dios<br />

◄ ÍNDICE ►


separó la luz de las tinieblas. Llamó a la luz día y<br />

a las tinieblas noche. Dios hizo la luz en la tierra<br />

que estaba desordenada, vacía y en la faz del<br />

abismo. Cuando Dios hizo la luz en este mundo,<br />

yo nací de nuevo y me di cuenta de que estaba<br />

confuso, vacío y en el abismo de mis tinieblas».<br />

El que un alma sea justa o pecadora tiene que<br />

ver con la luz de Dios. Cuando Dios nos ilumina<br />

con la luz de la salvación, es decir, Evangelio del<br />

agua y el Espíritu, los que aceptan esta luz de<br />

salvación se convierten en justos y los que no la<br />

aceptan siguen siendo pecadores. Cuando el sol<br />

sale por la mañana, su luz ilumina al mundo<br />

entero. Nadie puede escapar de su calor (Salmo<br />

19, 6).<br />

En otras palabras, ningún lugar está<br />

demasiado lejos de la verdadera luz para<br />

recibirla. Todo está iluminado y todo refleja la<br />

luz y la hace brillar.<br />

Del mismo modo en que la luna brilla<br />

52 ¿Se han convertido en la luz por el Evangelio de Verdad?<br />

mediante el reflejo de la luz del sol, nosotros, que<br />

somos santos al creer en el Evangelio del agua y<br />

el Espíritu, miramos hacia la luz y la reflejamos<br />

todos los días. Mientras que Jesús dijo: «Soy la<br />

luz del mundo», nosotros no podemos decir que<br />

somos la luz del mundo. No hay nada en nuestra<br />

carne de lo que podamos estar orgullosos y no<br />

somos nadie. Es imposible hacer brillar la luz<br />

con nuestra propia carne. Como la Biblia dice:<br />

«Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero<br />

el ocuparse del Espíritu es vida y paz» (Romanos<br />

8, 6), en nuestra vida diaria, la luz y las tinieblas<br />

coexisten.<br />

Cuando los que hemos recibido la remisión de<br />

los pecados sabemos que tenemos la luz y<br />

cuando nos centramos en esta luz y la seguimos,<br />

podemos vivir una vida recta. Es un gran gozo<br />

pensar que tenemos la luz. Cuando nuestros<br />

corazones están oscurecidos y cuando estamos<br />

confundidos y no sabemos qué hacer, podemos<br />

◄ ÍNDICE ►


decidir lo que es correcto si miramos hacia la luz.<br />

Gracias a la luz podemos saber lo que hacer y<br />

cómo vivir. Como somos demasiado humanos, a<br />

menudo nos confundimos, nos sentimos vacíos y<br />

la oscuridad está sobre la faz del abismo. Aún así<br />

podemos seguir a la luz en estos momentos,<br />

porque tenemos la luz.<br />

Estoy agradecido por tener la luz, por que esta<br />

luz esté en nuestros corazones y por que esta luz<br />

está en todo el universo. Estoy agradecido por el<br />

hecho de que hay un Dios que nos dio la luz. No<br />

importa cuáles sean las circunstancias y no<br />

importa lo insuficientes que seamos, porque<br />

tenemos la luz y la podemos seguir. No tengo<br />

palabras para expresar lo agradecido que estoy.<br />

Si la luz no estuviera, sólo nos esperaría la<br />

desesperanza.<br />

Hay una gran diferencia entre una persona que<br />

tiene la luz y otra que no la tiene. Los que tienen<br />

la luz pueden estar en las tinieblas durante algún<br />

53 ¿Se han convertido en la luz por el Evangelio de Verdad?<br />

tiempo, pero como tienen la luz, pueden volver a<br />

controlar la situación, seguir a la luz, poner<br />

rumbo a sus vidas y seguir caminando en la luz.<br />

Por el contrario, es imposible que los que no<br />

tienen la luz, los que no la han aceptado, vivan<br />

iluminados por ella por mucho que lo deseen.<br />

Esto es una gran diferencia. En términos<br />

carnales, hay una pequeña diferencia entre los<br />

que han aceptado la luz y los que no. En términos<br />

carnales sus pensamientos no son tan diferentes.<br />

Cualquier diferencia entre ellos es demasiado<br />

sutil y no hay mucho de que hablar. Los que no<br />

han nacido de nuevo van al baño, yo también voy<br />

al baño, ellos comen, yo también como.<br />

La única diferencia es que uno ha aceptado a<br />

Jesucristo por fe y el otro no; aparte de esto no<br />

hay ninguna diferencia. Puede que parezca una<br />

pequeña diferencia pero en realidad es muy<br />

grande. Como hemos encontrado a Jesucristo,<br />

vivimos en Su gracia y como creemos en<br />

◄ ÍNDICE ►


Jesucristo, podemos hacer la obra de Dios<br />

siempre.<br />

Los que han nacido de nuevo a través del<br />

Evangelio del agua y el Espíritu pueden ser<br />

completamente insuficientes, pero aún así<br />

pueden mirar hacia la luz y seguirla siempre; por<br />

el contrario, los que no han aceptado la luz no<br />

pueden vivir virtuosamente, por mucho que lo<br />

deseen. Veo esto constantemente. Incluso los que<br />

se hacen llamar siervos de Dios en realidad no<br />

tienen la luz y por eso no pueden enseñar nada.<br />

Muchos de ellos no pueden enseñar a la<br />

congregación sobre cuándo vendrá Jesucristo a<br />

por nosotros, no saben si será antes o después de<br />

la tribulación.<br />

Si saben que Jesucristo es la luz y la aceptan,<br />

¿por qué todavía viven en las tinieblas? ¿Por qué<br />

son todavía oscuros? Si tienen el Evangelio y la<br />

luz, ¿por qué no lo saben? El Señor dijo<br />

claramente que vendría cuando la trompeta<br />

54 ¿Se han convertido en la luz por el Evangelio de Verdad?<br />

sonara, pero ¿cuándo sonara la última trompeta?<br />

¿Antes de la gran tribulación? Por supuesto que<br />

no. ¿Después de la gran tribulación? De ninguna<br />

manera. Ninguna de estas explicaciones es<br />

correcta porque nuestro Señor dijo que vendría a<br />

por los santos después de que empiece la gran<br />

tribulación pero antes de que termine, antes de<br />

que se vacíe la ira de los siete cuencos y muchos<br />

santos serán martirizados en ese momento. Todo<br />

lo que debemos hacer es creer. Si alguien tiene la<br />

luz, ¿creen que no entenderá esto?<br />

Hoy en día parece que las iglesias de Corea<br />

están compitiendo para construir iglesias más<br />

grandes. Se dice que cinco de las iglesias más<br />

grandes de mundo están en Corea. Algunos de<br />

los pastores de estas iglesias hacen que sus<br />

congregaciones donen grandes cantidades de<br />

dinero para la construcción y tengan que pedir<br />

préstamos e hipotecar sus casas. ¿Es esta<br />

conducta propia de los que han recibido la luz?<br />

◄ ÍNDICE ►


Estoy seguro de que no han recibido la verdadera<br />

luz.<br />

Los que han aceptado la luz andan bajo la<br />

gracia. Como Dios nos ha salvado, predicamos el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu que Dios nos ha<br />

dado por Su gracia y según el poder que nos ha<br />

dado podemos hacerlo todo. Por eso el Apóstol<br />

Pablo confesó: «Todo lo puedo en Cristo que me<br />

fortalece» (Filipenses 4, 13).<br />

Algunas personas dicen que estudian la Biblia<br />

en su casa por su propia cuenta para luego<br />

convertirse en pastores. Pero para poder ser un<br />

pastor se debe aprender el Evangelio del agua y<br />

el Espíritu y creer en él. Se debe aceptar la luz y<br />

cuando uno se convierte en la luz, entonces<br />

puede iluminar a otros que están en la oscuridad.<br />

Al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu,<br />

vivimos en la gracia de Dios. Como hemos<br />

aceptado la luz como regalo de salvación a través<br />

del Evangelio del agua y el Espíritu de Dios,<br />

55 ¿Se han convertido en la luz por el Evangelio de Verdad?<br />

estamos iluminando a otros con la luz que Dios<br />

nos ha dado. A menudo reflexiono sobre la<br />

gracia que Dios nos ha dado en el Señor. Dios<br />

nos ha confiado Su obra y nosotros hacemos esta<br />

obra por fe, gracias a la fuerza que Él nos da.<br />

Como seguimos al Señor y creemos, estamos<br />

siempre en paz.<br />

Si alguien no acepta esta salvación, no<br />

podemos imponérsela a la fuerza. ¿Somos Dios?<br />

No, por supuesto que no, sólo podemos creer que<br />

Dios es la luz y seguir esta luz. Cuando nuestros<br />

corazones están a punto de caer en la debilidad y<br />

la oscuridad, debemos mirar hacia la luz una vez<br />

más y seguir esta luz mientras nos ilumine.<br />

Cuando den testimonio, no lo hagan más<br />

difícil de lo que es. Lo que estamos predicando<br />

es exclusivamente el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu. No estamos predicando nuestra propia<br />

elocuencia, nuestro talento o sabiduría. No<br />

estamos alardeando de nada, sino que estamos<br />

◄ ÍNDICE ►


predicando el Evangelio del agua y el Espíritu<br />

que Jesucristo ha completado. Y por tanto<br />

estamos viviendo según la luz. No importa si lo<br />

hacemos bien o mal, sino que lo que importa es<br />

vivir por el Señor y seguirle.<br />

Ya hemos aceptado la luz y nos hemos<br />

convertido en los que difunden esta luz.<br />

Debemos creer en esto de corazón. Esta fe nos<br />

permite predicar el Evangelio, hacer la obra de la<br />

justicia, mirar hacia la luz y vivir según esta luz.<br />

Podemos vivir como personas justas siempre sin<br />

tropezar.<br />

Doy gracias a Dios sobre todas las cosas por<br />

darnos la luz de salvación. Aunque no tengamos<br />

nada más que la luz de salvación, podemos vivir<br />

nuestras vidas en el Señor. Como no hay nada<br />

bueno en nosotros, necesitamos luz y todo lo que<br />

debemos hacer es creer en esta luz de salvación y<br />

vivir nuestras vidas en esta gracia, predicando el<br />

verdadero Evangelio a todo el mundo. Al creer<br />

56 ¿Se han convertido en la luz por el Evangelio de Verdad?<br />

en la luz de salvación, siempre podemos vivir<br />

una vida llena de luz ante Dios. <br />

◄ ÍNDICE ►


Del poder de la oscuridad<br />

al Reino del Hijo<br />

< Génesis 1, 2-5 ><br />

«En el principio creó Dios los cielos y la<br />

tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía,<br />

y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo,<br />

y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de<br />

las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la<br />

luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó<br />

Dios la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la<br />

luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la<br />

tarde y la mañana un día».<br />

57 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

Cuando creen en la Verdad del<br />

Evangelio del agua y el Espíritu<br />

desaparece la confusión de sus<br />

mentes<br />

Si ustedes y yo hemos cometido un pecado,<br />

por muy pequeño que sea, debemos ser<br />

condenados por ese pecado y morir ante Dios.<br />

Esta es la Ley de Dios. Sin embargo, para que no<br />

fuéramos condenados, Dios envió a Su único<br />

Hijo Jesucristo a este mundo e hizo que fuera<br />

bautizado por Juan el Bautista. Así que al pasar<br />

todos los pecados del mundo a Su Hijo, y al<br />

crucificarlo, Dios hizo que Su Hijo muriera en<br />

lugar nuestro. Y Dios lo resucitó de entre los<br />

muertos. Todo esto lo hizo para que fuéramos<br />

salvados al creer en el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu.<br />

Jesús dijo: «Yo soy el camino, y la verdad, y la<br />

◄ ÍNDICE ►


vida; nadie viene al Padre, sino por mí» (Juan<br />

14, 6). Si esto es cierto, el Evangelio del agua y<br />

el Espíritu del que habló nuestro Señor debe ser<br />

cierto.<br />

¿Creen que cuando cometemos pecados contra<br />

Dios, se nos perdona si lo confesaos? ¿Dónde<br />

está escrito en la Biblia que nuestros pecados se<br />

borran cuando ofrecemos oraciones de<br />

confesión?<br />

Mucha gente señala 1 Juan 1, 9 como la base<br />

de la doctrina del arrepentimiento. 1 Juan 1, 9<br />

dice: «Si confesamos nuestros pecados, él es fiel<br />

y justo para perdonar nuestros pecados, y<br />

limpiarnos de toda maldad» y por eso muchos<br />

cristianos creen que sus pecados se borran<br />

cuando los confiesan. Sin embargo esta<br />

interpretación es una gran falacia.<br />

El verdadero significado de este pasaje es que<br />

aunque pequemos frecuentemente, nuestro Señor<br />

ha borrado nuestros pecados a través del<br />

58 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

Evangelio del agua y el Espíritu. ¿Por qué sólo<br />

leen la primera frase de 1 Juan 1, 9 e ignoran las<br />

demás? ¿Qué significa cuando dice que Dios es<br />

«fiel y justo»? Cuando dice que Dios es «fiel y<br />

justo», significa que hace 2.000 años, al ser<br />

bautizado por Juan el Bautista, Jesucristo se llevó<br />

todos los pecados del pasado, presente y futuro y<br />

los borró de manera fiel y justa, porque sabía que<br />

ustedes y yo pecaríamos. Por eso la Biblia dice<br />

que si confesamos nuestros pecados, Dios es fiel<br />

y justo para perdonarnos. En otras palabras,<br />

mientras seguimos pecado y confesando nuestros<br />

pecados hoy en día, nuestro Señor ya se ha<br />

ocupado de estos pecados en el pasado, porque<br />

los borró hace mucho tiempo.<br />

Por tanto, mientras seguimos viviendo en este<br />

mundo como nacidos de nuevo al creer en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu, cuando<br />

pecamos, debemos confesarnos de la manera<br />

correcta, con nuestra fe en el Evangelio del agua<br />

◄ ÍNDICE ►


y el Espíritu, como a continuación: «Padre, he<br />

pecado. No puedo evitar seguir pecando. Pero<br />

creo que has borrado mis pecados al ser<br />

bautizado por Juan el Bautista. Todos los<br />

pecados que cometo ahora fueron borrados hace<br />

mucho tiempo cuando fuiste bautizado y<br />

crucificado. Has borrado mis pecados, no sólo<br />

los pasados, sino también los presentes y futuros<br />

mediante el Evangelio del agua y el Espíritu.<br />

Sólo puede darte gracias porque me has salvado<br />

completamente por haber aceptado el Evangelio<br />

del agua y el Espíritu. Señor, por favor, guarda el<br />

corazón de este hombre justo para que pueda<br />

vivir como siervo de la justicia y no me dejes<br />

caer en la tentación».<br />

59 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

Para poder ser librados de todos<br />

nuestros pecados y de toda confusión,<br />

debemos conocer la Verdad del<br />

Evangelio del agua y el Espíritu y<br />

creer en ella<br />

Para nosotros Jesucristo es la verdadera luz de<br />

salvación. Jesucristo es nuestro fiel Salvador y ha<br />

borrado todos nuestros pecados a través de Su<br />

agua y Su sangre. ¿Cuándo borró nuestros<br />

pecados? Los borró hace muchos años. Algunos<br />

de ustedes, cuando pecan ahora, pueden decir:<br />

«Lo siento mucho, Señor; perdóname este<br />

pecado». Pero sólo están haciendo esta confesión<br />

porque no han recibido la verdadera remisión de<br />

los pecados. Mientras están suplicando a Dios<br />

con esta confesión de conciencia, la verdad es<br />

que el Señor ha borrado sus pecados de una vez<br />

por todas mediante el Evangelio del agua y el<br />

◄ ÍNDICE ►


Espíritu.<br />

Si el Señor perdonara nuestros pecados todos<br />

los días en presente de indicativo, cuando<br />

ofreciésemos nuestras oraciones de penitencia,<br />

entonces no se sentaría a la derecha de Dios<br />

Padre. Tendría que ser bautizado todos los días y<br />

ser crucificado, incluso ahora mientras digo esto.<br />

Si todavía creen que sus pecados se perdonan<br />

todos los días, su fe todavía está confusa.<br />

Jesucristo vino al mundo como la luz de la<br />

salvación para salvarnos del cenagal del pecado y<br />

se ha convertido en nuestro verdadero Salvador<br />

al venir a nosotros mediante el Evangelio del<br />

agua y el Espíritu. Por eso Jesucristo fue<br />

bautizado por Juan el Bautista, cargó con los<br />

pecados del mundo hasta la Cruz y fue<br />

crucificado. Y murió en la Cruz diciendo: «Está<br />

acabado» y se levantó de entre los muertos.<br />

Como dice Hebreos 10, 18: «Pues donde hay<br />

remisión de éstos, no hay más ofrenda por el<br />

60 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

pecado», al sacrificar Su propio cuerpo como<br />

ofrenda eterna, nos ha salvado de una vez por<br />

todas para que no hubiera más ofrendas para el<br />

pecado. Por tanto, les pido a todos que crean en<br />

este Evangelio del agua y el Espíritu y se libren<br />

de toda confusión. Al conocer y creer en la<br />

Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu<br />

recibimos la remisión de nuestros pecados, nos<br />

convertimos en justos y nacemos de nuevo. Les<br />

pido que se libren de toda confusión y que<br />

ayuden a otros a librarse de ella.<br />

El Antiguo Testamento declara que la<br />

humanidad está llena de pecados<br />

En Isaías 59, 1-8 Dios habla de los pecados de<br />

la humanidad y dice que todo el mundo comete<br />

pecados con sus propias manos, pies, labios y<br />

cuerpo, y que siempre está pensando en pecar.<br />

◄ ÍNDICE ►


Está escrito:<br />

«He aquí que no se ha acortado la mano de<br />

Jehová<br />

Para salvar,<br />

Ni se ha agravado su oído<br />

Para oír;<br />

pero vuestras iniquidades han hecho división<br />

entre vosotros y vuestro Dios,<br />

y vuestros pecados han hecho ocultar de<br />

vosotros su rostro<br />

para no oír.<br />

Porque vuestras manos están contaminadas<br />

de sangre,<br />

y vuestros dedos de iniquidad;<br />

vuestros labios pronuncian mentira,<br />

habla maldad vuestra lengua.<br />

No hay quien clame por la justicia,<br />

ni quien juzgue por la verdad;<br />

confían en vanidad, y hablan vanidades;<br />

conciben maldades, y dan a luz iniquidad.<br />

61 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

Incuban huevos de áspides, y tejen telas de<br />

arañas;<br />

el que comiere de sus huevos, morirá;<br />

y si los apretaren, saldrán víboras.<br />

Sus telas no servirán para vestir,<br />

ni de sus obras serán cubiertos;<br />

sus obras son obras de iniquidad,<br />

y obra de rapiña está en sus manos.<br />

Sus pies corren al mal,<br />

se apresuran para derramar la sangre<br />

inocente;<br />

sus pensamientos, pensamientos de iniquidad;<br />

destrucción y quebrantamiento hay en sus<br />

caminos.<br />

No conocieron camino de paz,<br />

ni hay justicia en sus caminos;<br />

sus veredas son torcidas;<br />

cualquiera que por ellas fuere, no conocerá<br />

paz».<br />

Isaías 59, 1-2 dice: «He aquí que no se ha<br />

◄ ÍNDICE ►


acortado la mano de Jehová para salvar, ni se<br />

ha agravado su oído para oír; pero vuestras<br />

iniquidades han hecho división entre vosotros y<br />

vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho<br />

ocultar de vosotros su rostro para no oír».<br />

Aquí dice que la única razón por la que la<br />

gente no puede estar en unión con Dios es el<br />

pecado. Por culpa de nuestros pecados, nuestras<br />

oraciones no pueden llegar a Dios y Dios no<br />

puede bendecirnos y permitirnos entrar en el<br />

Reino eterno de los Cielos. En otras palabras,<br />

como nuestros pecados nos están alejando de<br />

Dios, Él no puede ayudarnos aunque quiera.<br />

Dios quiere contestar as plegarias de los que<br />

sufren y están oprimidos en este mundo y<br />

ayudarles, pero como la gente está llena de<br />

pecados, no puede ayudarles. Si todavía hay<br />

pecado en sus corazones, por mucho que recen,<br />

Dios no podrá escuchar sus plegarias. Por eso<br />

Dios nos está diciendo que recibamos la remisión<br />

62 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

de los pecados al creer en Jesucristo, que vino<br />

por el Evangelio del agua y el Espíritu.<br />

Ahora veamos en la Palabra qué tipo de<br />

pecados cometen durante toda su vida. Cuando<br />

dice en Isaías 59, 3: «Porque vuestras manos<br />

están contaminadas de sangre», significa que<br />

cometemos pecados con nuestras manos. Y<br />

cuando dice: «Porque vuestras manos están<br />

contaminadas de sangre, y vuestros dedos de<br />

iniquidad; vuestros labios pronuncian mentira,<br />

habla maldad vuestra lengua. No hay quien<br />

clame por la justicia, ni quien juzgue por la<br />

verdad» (Isaías 59, 3-4), significa que<br />

cometemos todo tipo de pecados con nuestros<br />

labios.<br />

Isaías 59, 4-5 sigue: «confían en vanidad, y<br />

hablan vanidades; conciben maldades, y dan a<br />

luz iniquidad. Incuban huevos de áspides, y tejen<br />

telas de arañas». Este pasaje nos demuestra que<br />

cometemos idolatría, nos postramos ante objetos<br />

◄ ÍNDICE ►


hechos de piedra y madera inútilmente. También<br />

demuestra que nuestros corazones son malvados,<br />

que tienen deseos asesinos cuando hay cualquier<br />

pequeño daño, injuria o insulto, y estos son<br />

precisamente los corazones que incuban huevos<br />

de áspides.<br />

¿Es la naturaleza humana buena o mala?<br />

Muchos filósofos y pensadores, tanto de Oriente<br />

como de Occidente, han expuesto sus<br />

argumentos, algunos afirmaron que la naturaleza<br />

humana es buena, mientras que otros dicen que<br />

es mala.<br />

Sin embargo, Jesús, el Señor de la Verdad,<br />

describió el corazón humano de esta manera:<br />

Marcos 7, 21-23: «Porque de dentro, del corazón<br />

de los hombres, salen los malos pensamientos,<br />

los adulterios, las fornicaciones, los homicidios,<br />

los hurtos, las avaricias, las maldades, el<br />

engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia,<br />

la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades<br />

63 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

de dentro salen, y contaminan al hombre». La<br />

Palabra de las Escrituras es la verdad.<br />

Todo el mundo ha nacido con pecado y todo el<br />

mundo sigue cometiendo pecados durante toda<br />

su vida. No hay ninguna otra especia en el<br />

mundo que sea tan nefasta como la humanidad.<br />

Hace un tiempo, se estrenó una película titulada<br />

Maruta en Corea. Esta película narra la historia<br />

de las atrocidades cometidas por los japoneses en<br />

China durante la Segunda Guerra Mundial,<br />

cuando una unidad militar japonesa llevó a cabo<br />

numerosos experimentos con chinos y coreanos,<br />

para comprobar la resistencia de los humanos a<br />

temperaturas bajas extremas. Para ello<br />

introducían cuerpos humanos en una<br />

centrifugadora para ver cuánto tardaban en<br />

perder todos los líquidos corporales y morir.<br />

Después es inyectaban la bacteria de la plaga<br />

bubónica para ver cuánto tardaban en morir. Esto<br />

demuestra que el corazón humano es realmente<br />

◄ ÍNDICE ►


malvado. Podemos ver que los seres humanos<br />

pueden ser viles según las circunstancias, tan<br />

malvados que llegan a convertir a sus prójimos<br />

en objetos de experimentos. Todo esto demuestra<br />

que todo el mundo tiene un corazón malvado y<br />

egoísta.<br />

La competitividad y los conflictos están a la<br />

orden del día en nuestra sociedad. Hay mucha<br />

gente cruel que, tras usar a los demás para sus<br />

propios fines, no duda en matar a otros cuando su<br />

plan se ha cumplido. El corazón extremadamente<br />

egoísta, que antepone la supervivencia a todo lo<br />

demás, está dispuesto a sacrificar a los demás por<br />

sus propios fines.<br />

¿Cuántos pecados cometemos los seres<br />

humanos? Cometemos innumerables pecados<br />

con nuestras manos, labios y acciones. Esta es la<br />

realidad de la que no podemos escapar porque<br />

hemos nacido con pecado. En la película La lista<br />

de Schindler, el protagonista dice: «Cuando las<br />

64 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

circunstancias lo requieren, sale la maldad que<br />

hay en los corazones de la gente». Los seres<br />

humanos nacimos con esta maldad por naturaleza<br />

y cometemos pecados cuando las circunstancias<br />

nos empujan y entonces nuestras iniquidades<br />

salen a la luz.<br />

Sin embargo, algunas personas intentan<br />

ocultar todos los pecados que cometen en sus<br />

vidas mediante la religión. Intentan cubrir sus<br />

pecados temporalmente mediante sacrificios,<br />

trabajo voluntario, una vida ascética, oraciones y<br />

evangelización. También en Corea hay mucha<br />

gente que dedica su vida entera a una causa de tal<br />

manera que se les llama santos vivientes.<br />

Algunos curan a los enfermos, comparten sus<br />

posesiones con los demás, proporcionan<br />

servicios de alojamiento y a través de todos estos<br />

esfuerzos consiguen que las vidas carnales de los<br />

marginados sean mejores, pero no pueden<br />

librarles del pecado y hacerles justos. Esto se<br />

◄ ÍNDICE ►


debe a que Dios no se fija en la apariencia física,<br />

sino que mira los corazones. Cuando Dios mira<br />

los corazones de la gente, ve que están llenos de<br />

pecados venenosos y de maldad. Dios no<br />

necesita un microscopio para verlo porque Él es<br />

nuestro Creador y nos conoce bien.<br />

Mis queridos hermanos, ¿se dan cuenta de lo<br />

endurecidos que están los corazones? La<br />

naturaleza humana hace que odiemos a los que<br />

son más débiles. Cuando miramos a los que son<br />

famosos a escala mundial por sus virtudes, o<br />

cuando miramos a los países democráticos más<br />

ricos, vemos que su comportamiento es aún más<br />

violento. Antiguamente, las grandes potencias<br />

solían invadir a los países más débiles sin<br />

dudarlo.<br />

Por ejemplo, cuando Gran Bretaña convirtió a<br />

Hong Kong en una colonia suya, ¿no hundió a<br />

China con opio? Todo el mundo actúa para la<br />

satisfacción de sus propios fines. Esta es la<br />

65 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

realidad de los seres humanos.<br />

Los seres humanos son tan violentos que están<br />

dispuestos a invadir otro país y tomarlo como<br />

propio aunque para ello deban matar a otros seres<br />

humanos. Esta es la naturaleza de los seres<br />

humanos. La raza humana es una especia<br />

malvada. Por eso la Biblia describe a los seres<br />

humanos como una «generación de malignos»<br />

(Isaías 1, 4), que son pecadores. Isaías 59, 7<br />

también declara: «Sus pies corren al mal, se<br />

apresuran para derramar la sangre inocente; sus<br />

pensamientos, pensamientos de iniquidad;<br />

destrucción y quebrantamiento hay en sus<br />

caminos», y señala la naturaleza pecadora de la<br />

humanidad. Todo el mundo es así en<br />

pensamiento y en acción.<br />

Jesucristo dijo que lo que procede de «dentro<br />

del corazón de los hombres» son sólo «malos<br />

pensamientos, adulterios, fornicaciones,<br />

asesinatos, robos, envidias, engaños, lascivias, un<br />

◄ ÍNDICE ►


ojo malvado, blasfemias, orgullo e insensatez».<br />

Mis queridos hermanos, cuenten estos pecados<br />

con sus manos y pregúntense si están en sus<br />

corazones o no. Si son sinceros con Dios,<br />

admitirán que sus corazones si que contienen<br />

todas estas iniquidades.<br />

Pero a pesar de ello, aunque todos los seres<br />

humanos tengan estos pecados en sus corazones,<br />

no conocen sus propios pecados. Dios les dice a<br />

estas personas: «Las tinieblas estaban sobre la<br />

faz del abismo». En otras palabras, aunque haya<br />

todo tipo de pecados en sus corazones, la gente<br />

no se da cuenta de quién es. Y mucha gente<br />

piensa que no es tan malvada. Para recibir la<br />

remisión de los pecados debemos darnos cuenta<br />

de nuestra verdadera naturaleza, pero el<br />

problema es que no lo hacemos. Si no nos<br />

conocemos a nosotros mismos, estamos<br />

destinados a ir al infierno porque somos<br />

demasiado malvados, y no podemos evitar<br />

66 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

convertirnos en hipócritas de la religión. Muchos<br />

fariseos se negaron a recibir la salvación de la<br />

gracia porque no se dieron cuenta de quiénes<br />

eran y no lo quisieron reconocer.<br />

Por eso Dios tuvo que iluminar nuestros<br />

corazones con la luz de la Verdad. En otras<br />

palabras, podemos darnos cuenta de que<br />

necesitamos recibir la remisión de los pecados si<br />

Dios nos enseña qué tipo de pecado tenemos y<br />

qué tipo de pecado cometemos. Por esta razón<br />

Dios habló de los pecados de la humanidad en la<br />

Biblia. De hecho, aunque la Biblia es el libro de<br />

la salvación que nos permite ser salvados de los<br />

pecados al creer en esta Palabra, por otra parte es<br />

un espejo que nos permite vernos a nosotros<br />

mismos.<br />

En la Palabra de las Escrituras, Jesucristo dijo<br />

que del corazón de los seres humanos proceden<br />

sobre todo malos pensamientos. Hay malos<br />

pensamientos en nuestros corazones. ¿Tienen<br />

◄ ÍNDICE ►


malos pensamientos? Por supuesto que sí.<br />

¿Tienen deseos perversos? También. ¿Tienen<br />

deseos codiciosos? Sí, los tienen. ¿Tienen deseos<br />

asesinos? Sí ¿Tienen deseos adúlteros? Por<br />

supuesto que sí. ¿Son sus corazones envidiosos?<br />

Sí lo son. ¿Son sus corazones malvados,<br />

mentirosos y lascivos? Por supuesto que sí.<br />

¿Tienen un ojo malvado, blasfemia, orgullo e<br />

insensatez en sus corazones? Claro que sí. Todos<br />

estos deseos pecaminosos están bien alojados en<br />

sus corazones y en el mío, en el corazón de todo<br />

ser humano de este mundo, hombres y mujeres,<br />

jóvenes y viejos, pobres y ricos.<br />

Sin embargo, no todo el mundo sabe que tiene<br />

pecados en su corazón. Antes de que Dios de la<br />

salvación a la gente mediante la luz de la Verdad,<br />

no pueden darse cuenta de quiénes son en<br />

realidad. Antes de conocer la Palabra de las<br />

Escrituras, pensamos que sólo tenemos unas<br />

pequeñas faltas. Decimos: «Nunca he cometido<br />

67 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

un pecado grave. Nunca he robado nada. En<br />

realidad no he cometido ningún pecado grave y<br />

he vivido piadosamente».<br />

Sin embargo, Dios nos dice: «Sois asesinos,<br />

ladrones, adúlteros, habéis cometido pecados<br />

como la envidia, la maldad, la lascivia, la<br />

codicia, la discordia, el orgullo, y la insensatez».<br />

Entonces la gente dice: «¿Cuándo he asesinado<br />

yo a alguien? ¿A quién he asesinado? No he<br />

matado a nadie. ¿Por qué soy lascivo? Los que<br />

van a burdeles son lascivos, yo no lo soy. Nunca<br />

he estado en ningún burdel, ¿por qué son<br />

lascivo? ¿Por qué me ofendes de esta manera?».<br />

La gente no sólo no reconoce sus pecados,<br />

sino que también desconoce su identidad<br />

malvada. No saben de dónde vienen ni adónde<br />

van; no saben por qué viven y adónde se dirigen;<br />

cuál es el destino final de los que han recibido la<br />

remisión de los pecados y de los pecadores que<br />

no han recibido la gracia de Dios.<br />

◄ ÍNDICE ►


Cuando conocemos a Dios, que ha venido por<br />

el amor del Evangelio del agua y el Espíritu,<br />

podemos darnos cuenta de nuestros pecados<br />

claramente. La Biblia dice que el temor a Dios es<br />

la base de toda sabiduría. En otras palabras,<br />

quien de verdad teme a Dios puede conocerse a<br />

sí mismo, saber adónde se dirige, conocer sus<br />

pecados y entender los planes de Dios para todo<br />

el universo. Esto también va dirigido a ustedes y<br />

a mí. Aunque Dios dijera que los humanos tienen<br />

pensamientos malvados, podemos pensar: «¿Qué<br />

pensamientos malvados tengo yo? Nunca he<br />

tenido ningún pensamiento malo».<br />

Admitimos que somos malvados porque la<br />

Palabra de Dios lo dice. La Palabra de dios es<br />

verdad y por eso estamos obligados a admitir que<br />

somos pecadores ante la Palabra. Si no<br />

admitimos la autenticidad de la Biblia, no<br />

admitimos que tenemos estas cosas malvadas<br />

según Marcos 7, 21-23.<br />

68 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

Un ejemplo claro es el de los criminales que<br />

están condenados a muerte o a cadena perpetua.<br />

Probablemente digan que cometieron un pequeño<br />

error y que fueron víctimas de las circunstancias<br />

y que por tanto son inocentes. Así que muchos<br />

criminales defienden su inocencia, diciendo que<br />

fueron condenados por culpa de las<br />

circunstancias.<br />

Así los seres humanos no conocemos nuestros<br />

pecados. Antes de recibir la remisión de los<br />

pecados, ustedes y yo no sabíamos que éramos<br />

una semilla malvada. Yo hice muchas locuras en<br />

el pasado pero no me daba cuenta de que había<br />

algo de locura en mi mente. En otras palabras, en<br />

mi corazón había pecado, pero mi apariencia<br />

exterior no reflejaba lo que había dentro de mí.<br />

De vez en cuando tomaba decisiones insensatas y<br />

hacía locuras, pero después echaba las culpas a<br />

las circunstancias, me torturaba a mí mismo y<br />

agonizaba por lo que había hecho.<br />

◄ ÍNDICE ►


Y entonces intentaba reconfortarme en mi<br />

corazón. Hice muchas maldades cuando mi<br />

naturaleza pecadores salía a la luz. Pero a pesar<br />

de ello, aunque me comportaba de esta manera,<br />

nunca me consideré un asesino. Pensaba:<br />

«¿Cuándo he apuñalado yo a alguien?». Así que<br />

como nunca había asesinado a alguien<br />

literalmente, me justificaba a mí mismo y me<br />

consideraba una persona decente.<br />

Antes de conocer la Palabra de las Escrituras,<br />

pensaba que era un hombre decente, alguien que<br />

estaba lejos del pecado. Pero yo no me conocía.<br />

Probablemente ustedes fueran como yo. Cuando<br />

era joven, pensaba que todas las chicas<br />

adolescentes eran ángeles. Cuando veía a monjas<br />

o enfermeras con sus togas blancas, también<br />

pensaba que eran ángeles. Sin embargo, cuando<br />

llegué a la pubertad empecé a tener pensamientos<br />

lascivos cuando veía mujeres atractivas, y sentía<br />

una llama que ardía dentro de mí con deseos<br />

69 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

inmorales. Así que empecé a desesperarme,<br />

convencido de que alguien tan sucio como yo<br />

debería desaparecer de la faz de la tierra. Cuando<br />

pasé la pubertad y maduré más, me di cuenta de<br />

que la gente es hipócrita y de que todo el mundo<br />

es igual. En otras palabras, nadie se conoce a sí<br />

mismo y todos malgastan sus vidas en vano.<br />

Dios vio los deseos de nuestros de robar que<br />

había en nuestros corazones y por eso nos dijo:<br />

«Sois ladrones», incluso antes de que robásemos<br />

nada. Él nos dice: «Sois asesinos, arrogantes y<br />

locos». En realidad, ¿hay alguien que no codicie<br />

los bienes de otra persona? No, no hay nadie. La<br />

cuestión no es que robemos o no, sino el hecho<br />

de que todo el mundo tiene un corazón<br />

fundamentalmente pecador, que pone sus deseos<br />

en práctica cuando las circunstancias lo permiten.<br />

Cuando plantamos flores, no las plantamos<br />

directamente en la tierra, sino que primero<br />

plantamos las semillas, las regamos y después<br />

◄ ÍNDICE ►


germinan y florecen. Del mismo modo, como<br />

tenemos la semilla del pecado en nuestro<br />

corazón, pecamos. En nuestro corazón hay 12<br />

semillas diferentes de pecados, así que una<br />

germina hoy y la otra mañana. Cuando las<br />

circunstancias lo permiten, estas 12 semillas<br />

siguen germinando, creciendo y floreciendo en<br />

nuestros corazones. En otras palabras, las<br />

ponemos en práctica. El que las tinieblas<br />

estuviesen en la faz del abismo significa que hay<br />

pecados escondidos en los corazones de las<br />

personas y ni siquiera ellas mismas se dan<br />

cuenta.<br />

Las tinieblas implican pecado. Esto es lo que<br />

nos está diciendo Dios. ¿Pueden admitir esto, mis<br />

queridos hermanos? Puede que nos hayamos<br />

cometido estos pecados literalmente pero aún así<br />

Dios nos dice que tenemos estos pecados. ¿Lo<br />

reconocen? La verdad es que todo el mundo es<br />

así. Por ejemplo, ¿creen que la Madre Teresa,<br />

70 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

reconocida como una santa de nuestra era, no era<br />

así? Aunque ayudó a los demás, ¿creen que su<br />

corazón estaba libre de deseos inmorales,<br />

asesinos, adúlteros y codiciosos? Si estaba<br />

completamente libre de estos deseos, entonces<br />

Jesús es un mentiroso o la Madre Teresa no era<br />

un ser humano. Sin embargo, como la Madre<br />

Teresa era humana y como la Palabra de<br />

Jesucristo es la Verdad absoluta que no tiene<br />

nada falso, ella no pudo haber sido tan perfecta.<br />

¿Cuántas masacres se cometieron en la<br />

historia del cristianismo y cuánta gente murió por<br />

oponerse a los ortodoxos de aquel entonces? Los<br />

cristianos mataron a mucha gente durante la<br />

Edad Media. ¿Por qué? Porque tenían deseos<br />

asesinos en sus corazones y por eso mataron a<br />

tanta gente por resistirse a su autoridad religiosa.<br />

De hecho el dominio de todas las religiones<br />

es impuro. La vida de los seguidores de toda<br />

religión, que no sean santos nacidos de nuevo, es<br />

◄ ÍNDICE ►


como un pescado podrido. Incluso en el<br />

cristianismo, si no se nace de nuevo por el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu, Dios dice<br />

claramente, aunque se haya demostrado devoción<br />

a otras personas, : «Estás lleno de pecados. A no<br />

ser que creas en Jesucristo, aceptes la luz y<br />

recibas la remisión de los pecados, serás arrojado<br />

al infierno. No importa que seas un pastor, una<br />

persona con un cargo alto en la iglesia o un<br />

diácono, si no has nacido de nuevo a través del<br />

Evangelio del agua y el Espíritu, serás arrojado al<br />

infierno».<br />

Por tanto debemos rendirnos ante la Palabra<br />

de Dios. Pero a pesar de ello, los que no conocen<br />

la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu<br />

están caminando por el camino erróneo. En otras<br />

palabras, intentan borrar sus pecados y alcanzar<br />

el Cielo a través de sus vidas religiosas, e<br />

intentan alcanzar trascendencia mediante sus<br />

propias acciones y disciplina corporal. Sin<br />

71 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

embargo, el Señor dice a los que no saben que<br />

tienen pecados: «No conocieron camino de paz,<br />

ni hay justicia en sus caminos; sus veredas son<br />

torcidas; cualquiera que por ellas fuere, no<br />

conocerá paz» (Isaías 59, 8).<br />

La Biblia deja claro que: «Hay camino que<br />

parece derecho al hombre, Pero su fin es camino<br />

de muerte» (Proverbios 16, 25). Mucha gente<br />

piensa: «Si vivo virtuosamente, entraré en el<br />

Cielo» y así viven sus vidas religiosas según sus<br />

pensamientos abstractos. Sin embargo, Dios dice<br />

que esta gente morirá sin excepción alguna. Por<br />

muy convencidos que estén de sus propias ideas,<br />

por mucho que crean que irán al Cielo si son<br />

buenos con los demás y diligentes en sus<br />

acciones, acabarán siendo destruidos. Pero aún<br />

así siguen creyendo estas falacias porque no<br />

conocen el camino de la paz. Su falacia se debe a<br />

que no conocen las bendiciones de Dios que nos<br />

permiten nacer de nuevo a través del Evangelio<br />

◄ ÍNDICE ►


del agua y el Espíritu.<br />

Como los legalistas no conocen el<br />

camino de la paz, llevan a otra gente<br />

a la confusión<br />

Muchos cristianos tienen cuadros de Jesucristo<br />

en la Cruz colgados en sus salones, y piensan que<br />

irán al Cielo si simplemente creen en Jesucristo<br />

de la manera que ellos consideran correcta. Sin<br />

embargo, esta gente cree en Jesucristo sin<br />

conocer el camino de la paz. Para ir al Cielo,<br />

cualquier persona que tenga pecado en su<br />

corazón debe recibir antes la remisión de los<br />

pecados sin falta.<br />

Cuando nuestro Señor dijo: «La Tierra estaba<br />

desordenada y vacía y las tinieblas estaban sobre<br />

la faz del abismo», estaba diciendo que la gente<br />

72 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

no se da cuenta de sus propios pecados, aunque<br />

tengan muchos. Sin embargo, en el pasaje<br />

Marcos 7, 21 y siguientes, nos damos cuenta de<br />

que tenemos 12 tipos de pecados en nuestros<br />

corazones y que estamos destinado a ponerlos en<br />

práctica y a seguir cometiéndolos durante el resto<br />

de nuestras vidas.<br />

Todos y cada uno de nosotros no podemos<br />

evitar pecar en la carne. No tenemos elección.<br />

Por muy buenos y piadosos que seamos,<br />

seguimos pecando porque hay pecado en<br />

nuestros corazones.<br />

Todos cometemos pecados a los ojos de Dios.<br />

Aunque no hayan pecado en sus acciones, o<br />

según nuestro criterio, todavía siguen pecando en<br />

sus corazones constantemente. No digo que<br />

hayan cometido un pecado en particular, sino que<br />

por naturaleza tenemos pecados en nuestros<br />

corazones y cuando las circunstancias lo<br />

permiten, pecamos en pensamiento, palabra y<br />

◄ ÍNDICE ►


acción. A través de la Palabra de Dios nos hemos<br />

dado cuenta de que somos grandes pecadores.<br />

Cuando la Biblia dice: «Las tinieblas estaban<br />

sobre la faz del abismo» implica que desde el día<br />

en que nacemos hasta que morimos, cometemos<br />

pecados y seguimos cometiéndolos hasta que nos<br />

presentemos ante Dios. Mis queridos hermanos,<br />

¿reconocen esto con sus corazones?<br />

Pasemos a Juan 8, 1-11.<br />

«Y Jesús se fue al monte de los Olivos. Y por<br />

la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino<br />

a él; y sentado él, les enseñaba. Entonces los<br />

escribas y los fariseos le trajeron una mujer<br />

sorprendida en adulterio; y poniéndola en<br />

medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido<br />

sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en<br />

la ley nos mandó Moisés apedrear a tales<br />

mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían<br />

tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús,<br />

inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el<br />

73 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

dedo. Y como insistieran en preguntarle, se<br />

enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin<br />

pecado sea el primero en arrojar la piedra<br />

contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el<br />

suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al<br />

oír esto, acusados por su conciencia, salían uno<br />

a uno, comenzando desde los más viejos hasta<br />

los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que<br />

estaba en medio. Enderezándose Jesús, y no<br />

viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer,<br />

¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te<br />

condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces<br />

Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques<br />

más».<br />

Aquí en Juan 8, 11, Jesús dijo a la mujer que<br />

había sido sorprendida cometiendo adulterio: «Ni<br />

yo te condeno; vete, y no peques más». Esta<br />

mujer fue sorprendida cometiendo adulterio con<br />

un hombre. Esta trasgresión rompía con uno de<br />

los Diez Mandamientos, y la Ley requería que<br />

◄ ÍNDICE ►


esta persona fuera lapidada si había testigos.<br />

Entonces ¿por qué le dijo el Señor a esta mujer<br />

que había sido sorprendida en el acto: «Ni yo te<br />

condeno; vete, y no peques más»?<br />

Esta mujer había sido sorprendida por fariseos<br />

y escribas. Los escribas eran los funcionarios de<br />

la corte. En otras palabras eran funcionarios del<br />

gobierno. Los fariseos, por otro lado, eran los<br />

líderes religiosos de la época, y los maestros de<br />

la Ley. Como la mujer quebrantó la Ley, en la<br />

que creían estos dos grupos de personas, no<br />

podía escapar de su condena. Al sorprender a la<br />

mujer en adulterio, la arrastraron como a un<br />

perro y la echaron a los pies de Jesucristo. En<br />

aquel entonces, los escribas y los fariseos estaban<br />

intentando provocar a Jesucristo, que era como<br />

una piedra en sus sandalias, para poder matarle<br />

junto a la mujer.<br />

Presionaron a Jesucristo diciendo: «La Ley de<br />

Moisés nos ordena que lapidemos a esta mujer<br />

74 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

que fue sorprendida cometiendo adulterio, pero,<br />

¿qué harías tú con esta mujer?». Intentaron<br />

probar a Jesucristo mediante la Ley, ya que<br />

siempre había predicado el amor. En ese<br />

momento Jesús empezó a escribir algo en el<br />

suelo con el dedo y les dijo: «Aquel de vosotros<br />

que esté libre de pecado, que tire la primera<br />

piedra».<br />

La mujer no podía escapar de la ejecución<br />

según la Ley de aquel entonces. Sin embargo, la<br />

Biblia explica que cuando Jesús les dijo que los<br />

que estuvieran sin pecado deberían apedrearla, la<br />

multitud «acusados por su conciencia, salían uno<br />

a uno, comenzando desde los más viejos hasta<br />

los postreros». Muchos de los que habían<br />

condenado a la mujer huyeron cuando Jesús dijo<br />

la primera palabra. Todos somos como estas<br />

personas.<br />

◄ ÍNDICE ►


Ahora se revela la justicia de Dios<br />

aparte de la Ley<br />

Mis queridos hermanos, ¿quién puede cumplir<br />

la Ley a la perfección en este mundo? La Ley se<br />

refiere a los 613 mandamientos que Dios dio al<br />

pueblo de Israel, que decían lo que se debía hacer<br />

y lo que no. La Ley tiene 10 mandamientos<br />

principales y otros que también deben cumplirse<br />

en la vida diaria. Debemos darnos cuenta de que<br />

no puede haber nadie en el mundo que cumpla<br />

con la Ley de Dios en su totalidad. Según los<br />

estatutos de la Ley de Dios, Jesucristo hubiera<br />

tenido que matar a la mujer adúltera y a los<br />

acusadores, pero desde el punto de vista de la ley<br />

del amor, tenía que salvar a la mujer. Cuando<br />

oyeron a Jesús decirles: «Quien esté libre de<br />

pecado que tire la primera piedra», sus<br />

conciencias les culparon, desde los más viejos a<br />

los más jóvenes, y huyeron de allí.<br />

75 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

Cuando nos presentamos ante la Ley de Dios,<br />

¿quién puede mantener la cabeza alta sin sentirse<br />

avergonzado? Dios sabe perfectamente que<br />

somos incapaces de cumplir toda la Ley. Esta es<br />

la razón por la que hizo una Ley y nos la dio,<br />

para que pudiéramos ser salvados. Jesucristo le<br />

dijo a la mujer: «Ni yo tampoco te condeno».<br />

Con esto quiso decir: «Yo tampoco puedo decir<br />

que tienes pecado». Dijo: «No te juzgo.<br />

Levántate, mujer, vete y no peques más».<br />

¿Cómo pudo decir esto nuestro Señor? Si la<br />

mujer había sido sorprendida cometiendo<br />

adulterio y peco de verdad, ¿significa esto que su<br />

pecado fue cubierto incondicionalmente por<br />

amor? Como ya sabemos, Dios no es un dios<br />

injusto. ¿Por qué dijo eso Jesucristo entonces?<br />

Esto se debe a que Jesucristo ya había<br />

aceptado todos los pecados de la humanidad de<br />

una vez por todas, incluidos los pecados de esta<br />

mujer, a través del bautismo que recibió en el río<br />

◄ ÍNDICE ►


Jordán de la mano de Juan el Bautista, el<br />

representante de la humanidad. Gracias a que<br />

nuestro Señor, al ser bautizado por Juan el<br />

Bautista en el río Jordán, había tomado sobre sí<br />

mismo los pecados de esta mujer y también los<br />

de todos nosotros y los de todo el mundo, tanto<br />

pasados como futuros, pudo decir que esta mujer<br />

estaba sin pecado. En otras palabras, como<br />

Jesucristo ya había tomado los pecados del<br />

mundo sobre sí mismo al ser bautizado, el Señor<br />

pudo decir que no la condenaba.<br />

¿Cómo tomó Jesucristo el pecado de esta<br />

mujer? Para saber la respuesta, pasemos a Mateo<br />

3, 13-17.<br />

«Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al<br />

Jordán, para ser bautizado por él. Mas Juan se<br />

le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado<br />

por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le<br />

respondió: Deja ahora, porque así conviene que<br />

cumplamos toda justicia. Entonces le dejó. Y<br />

76 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

Jesús, después que fue bautizado, subió luego del<br />

agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al<br />

Espíritu de Dios que descendía como paloma, y<br />

venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que<br />

decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo<br />

complacencia».<br />

Aquí vemos que Jesucristo fue bautizado por<br />

un hombre llamada Juan el Bautista. Pero al<br />

principio, Juan el Bautista no quería bautizar a<br />

Jesucristo porque según él: «¡Ni hablar! ¿Cómo<br />

puedo bautizarte si eres el Hijo de Dios? Tú<br />

deberías bautizarme a mí».<br />

Sin embargo podemos ver como Jesucristo<br />

ordenó a Juan el Bautista: «Deja ahora, porque<br />

así conviene que cumplamos toda justicia». Con<br />

esto Jesucristo quiso decir que para borrar los<br />

pecados de todo el mundo, debía ser bautizado.<br />

Así que Jesucristo fue bautizado por Juan el<br />

Bautista, que lo bautizó poniendo sus manos<br />

sobre la cabeza de Jesús y sumergiéndolo en el<br />

◄ ÍNDICE ►


agua y después sacándolo de nuevo. Y una vez<br />

Jesucristo fue bautizado, las puertas del Cielo se<br />

abrieron y Dios Padre dijo: «Este es mi Hijo<br />

amado, en quien tengo complacencia».<br />

La frase «toda justicia» significaba que<br />

Jesucristo tomaría todos los pecados del mundo<br />

sobre Sí mismo, para que todos estuviéramos sin<br />

pecado y fuéramos al Cielo. ¿Qué tuvo que hacer<br />

Jesucristo para cumplir esta obra justa que nos<br />

haría estar sin pecado? Tuvo que ser bautizado<br />

por Juan el Bautista. El bautismo que Jesucristo<br />

recibió de Juan el Bautista significaba «limpiar,<br />

enterrar, pasar o transferir». Así que como<br />

Jesucristo tomó los pecados del mundo de una<br />

vez por todas para llevarlos a la Cruz, ser<br />

crucificado hasta morir y levantarse de entre los<br />

muertos.<br />

Jesucristo es el Hijo de Dios. Es el Creador<br />

que hizo el universo entero y todo lo que hay en<br />

él. Es el Salvador que nos ha salvado de nuestros<br />

77 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

pecados. Este Jesucristo se encontró con una<br />

mujer que había sido sorprendida en adulterio.<br />

Sin embargo, Jesucristo ya había tomado los<br />

pecados de esta mujer porque sabía que<br />

cometería pecados mientras viviese en este<br />

mundo, sabía que cometería adulterio.<br />

El sacrificio eterno de Jesús revelado<br />

en Levítico<br />

El capítulo 16 de Levítico establece las<br />

normas del Día de la Expiación, cuando Aarón<br />

ayudaba al pueblo de Israel a borrar sus pecados<br />

anuales.<br />

Está escrito en Levítico 16, 21-<strong>22</strong>: «Y pondrá<br />

Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho<br />

cabrío vivo, y confesará sobre él todas las<br />

iniquidades de los hijos de Israel, todas sus<br />

rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así<br />

◄ ÍNDICE ►


sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al<br />

desierto por mano de un hombre destinado para<br />

esto. Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas<br />

las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y<br />

dejará ir el macho cabrío por el desierto».<br />

Aarón, el Sumo Sacerdote, se menciona en<br />

este pasaje. De todos los sacerdotes que ofrecían<br />

sacrificios a Dios en el Tabernáculo en nombre<br />

del pueblo de Israel, él era el líder. El décimo día<br />

del séptimo mes, este representante traía dos<br />

machos cabríos para el pueblo de Israel, echaba<br />

la suerte, metía el primer macho cabrío dentro<br />

del Tabernáculo y pasaba los pecados de los<br />

israelitas a su cabeza mediante la imposición de<br />

manos.<br />

Entonces decía todos los pecados de los<br />

israelitas gritando: «¡Dios! El pueblo de Israel ha<br />

cometido todo tipo de pecados. Ha asesinado, ha<br />

cometido adulterio, ha robado, ha adorado ídolos,<br />

ha dado falso testimonio, ha envidiado y<br />

78 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

blasfemado». Y cuando levantaba sus manos,<br />

estos pecados ya habían sido pasados al macho<br />

cabrío. La imposición de manos significa<br />

espiritualmente «pasar». Y también significa<br />

«enterrar».<br />

Entonces Aarón cortaba el cuello del animal,<br />

tomaba su sangre y la esparcía para cumplir el<br />

ritual que limpiaba el asiento de la misericordia,<br />

el Tabernáculo y el altar de los holocaustos. Al<br />

ofrecer Aarón este sacrificio en el Tabernáculo,<br />

la Casa de Dios, Dios borraba los pecados de Su<br />

pueblo, al ver el sacrificio del animal, los<br />

pecados que pasaban al mismo y la sangre que se<br />

vertía en nuestro lugar. En resumen, este era el<br />

método de salvación de Dios.<br />

Jesús cumplió toda la justicia de Dios<br />

Dios no puede tolerar los pecados. La Biblia<br />

◄ ÍNDICE ►


dice que «la pena del pecado es la muerte»<br />

(Romanos 6, 23), y por tanto el pecado debe ser<br />

condenado a muerte sin falta. Sin embargo, Dios<br />

es también amor y por eso para reconciliar Su<br />

amor y Su justicia, hizo que el pueblo de Israel<br />

pasara sus pecados a un animal puro, como un<br />

macho cabrío o una oveja, a través de la<br />

imposición de manos. Cuando el pueblo de Israel<br />

sacrificaba a este animal en su lugar, ponía la<br />

sangre en los cuernos del altar de los holocaustos<br />

y la esparcía por el asiento de la misericordia,<br />

alcanzaba la redención porque Dios veía la<br />

sangre de este animal y les concedía la remisión<br />

de los pecados. Dios amó tanto al mundo que le<br />

dio este sistema de expiación.<br />

Entonces Aarón llevaba al otro macho cabrío<br />

ante el pueblo e imponía sus manos sobre él.<br />

Como dice Levítico 16, 21: «Y pondrá Aarón sus<br />

dos manos sobre la cabeza del macho cabrío<br />

vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades<br />

79 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y<br />

todos sus pecados», Aarón ponía sus manos<br />

sobre la cabeza del macho cabrío y confesaba los<br />

pecados que el pueblo de Israel había cometido<br />

durante todo el año. Y después de quitar las<br />

manos, Aarón le pasaba el animal a otro hombre,<br />

que lo llevaba lejos, al desierto de Palestina y lo<br />

soltaba. Entonces, este macho cabrío que llevaba<br />

los pecados del pueblo de Israel, caminaba por el<br />

desierto sin agua ni pastos y al final moría de sed<br />

bajo el sol ardiente.<br />

Este era el sacrificio que se realizaba el Día de<br />

la Expiación, que borraba los pecados que el<br />

pueblo de Israel había cometido ese año. A través<br />

del sacrificio, Dios estaba planeando salvar a<br />

toda la humanidad de sus pecados en el futuro.<br />

Por eso escribió este pasaje.<br />

El pueblo de Israel ofrecía el mismo sacrificio<br />

año tras año según esta Palabra. Cuando el Sumo<br />

Sacerdote moría, le sucedía su hijo cuando<br />

◄ ÍNDICE ►


cumplía 30 años. Sin embargo, este sacrificio era<br />

sólo la sombra de algo bueno que estaba por<br />

llegar. El hecho de que el pueblo de Israel tuviera<br />

que ofrecer el mismo sacrificio cada año era una<br />

prueba de que a través de este sistema no se<br />

podía recibir la completa remisión de los pecados<br />

de una vez por todas (Hebreos 10, 1-4).<br />

Por eso Dios profetizó hace 700 años que Su<br />

único Hijo Jesucristo sería concebido en el<br />

cuerpo de una virgen y naciera en el cuerpo de<br />

un hombre. Y exactamente según esta profecía,<br />

Dios envió a Jesucristo y a Juan el Bautista a este<br />

mundo y les permitió que cumplieran toda<br />

justicia. Ahora, como está escrito en el Antiguo<br />

Testamento, para ofrecer un «sacrificio del<br />

pecado para siempre», el Hijo de Dios nació en<br />

este mundo con un cuerpo humano.<br />

Así Jesús vino como el Salvador de Su pueblo<br />

y cuando cumplió 30 años, aceptó todos los<br />

pecados al ser bautizado por Juan el Bautista, el<br />

80 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

representante de la humanidad. Para «cumplir<br />

con toda justicia» (Mateo 3, 15) Jesús fue<br />

bautizado por Juan el Bautista. Yo soy el que<br />

debería morir y ser condenado por Dios y<br />

arrojado al infierno, pero como Dios me amó,<br />

envió a Su Hijo al mundo, la pasó mis pecados a<br />

través de Juan el Bautista, el representante de la<br />

humanidad, con la imposición de manos y<br />

condenó a Su Hijo al crucificarlo. Por tanto nos<br />

ha salvado a ustedes y a mí.<br />

Así que nuestro Señor cumplió toda la justicia<br />

de Dios, mediante el método de la imposición de<br />

manos. Para hacer que el mundo estuviera sin<br />

pecado, Jesucristo fue bautizado y crucificado.<br />

La palabra bautismo también significa «ser<br />

lavado, pasado, enterrado» y nos dice que Dios<br />

nos ha salvado de los pecados del mundo de esta<br />

manera, que es la más conveniente. Así que<br />

según lo que Dios nos ha prometido en el<br />

Antiguo Testamento y según la regla de Dios que<br />

◄ ÍNDICE ►


establecía que el pecado debía pasarse mediante<br />

la imposición de manos, nuestro Señor aceptó<br />

nuestros pecados al ser bautizado.<br />

Por tanto, al creer en este hecho, hemos<br />

recibido la remisión de nuestros pecados. Al<br />

venir Jesucristo, el Cordero de Dios, a este<br />

mundo, al aceptar nuestros pecados, todos los<br />

pecados del pasado, presente y futuro, y al ser<br />

crucificado, Él nos salvó. Y ahora, quien crea en<br />

la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu,<br />

ya sea hombre o mujer, siervo o libre, judío o<br />

gentil, puede recibir la remisión de los pecados<br />

sin discriminación alguna.<br />

Mis queridos hermanos, debido a la obra que<br />

nuestro Señor hizo en este mundo, le dio a la<br />

mujer adúltera que había sido sorprendida en el<br />

acto: «Ni yo tampoco te condeno». En otras<br />

palabras, estaba diciendo: «Yo tampoco puedo<br />

decir que tienes pecado, ni puedo juzgarte. Como<br />

he aceptado todos tus pecados a través de Mi<br />

81 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

bautismo, debo morir en tu lugar, debo ser<br />

humillado en tu lugar y debo sufrir el castigo en<br />

tu lugar. Debo sufrir porque los pecados que<br />

cometiste en este mundo me fueron pasados y<br />

ahora los llevo yo».<br />

Por eso nuestro Señor dijo en Juan 8, 12:<br />

«Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz<br />

del mundo; el que me sigue, no andará en<br />

tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida». Los<br />

que creen en la Palabra del Evangelio del agua y<br />

el Espíritu se convertirán en la luz de la vida.<br />

Está escrito en Génesis 1, 2: «Y la tierra estaba<br />

desordenada y vacía, y las tinieblas estaban<br />

sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se<br />

movía sobre la faz de las aguas». Esto significa<br />

que hay pecados en lo profundo de nuestro ser.<br />

Sin embargo, el Señor nos ha dado la salvación<br />

al ser bautizado, derramar Su sangre en la Cruz,<br />

y pagar la condena del pecado y pagar su pena.<br />

Mis queridos hermanos, debido a las<br />

◄ ÍNDICE ►


iniquidades de las tinieblas, no podíamos<br />

reconocer nuestros pecados y estábamos<br />

condenados a morir; no teníamos ninguna<br />

opción, sino ser arrojados al infierno, y aunque<br />

conociésemos nuestros pecados, no podíamos<br />

resolverlos. Sin embargo, gracias a Jesucristo,<br />

esta gente se ha convertido en la luz, ha salido de<br />

las tinieblas. Los que no podían evitar morir por<br />

sus pecados se han convertido en personas justas.<br />

Esto era imposible de conseguir a través de<br />

nuestros propios esfuerzos, por mucho que lo<br />

intentásemos, pero al creer en nuestro Señor nos<br />

convertimos en personas justas. Todos somos<br />

pecadores, pero el Señor vino al mundo y nos<br />

salvó a ustedes y a mí. Por tanto Jesucristo le dijo<br />

a esta mujer adúltera en Juan 8: «Ni yo te<br />

condeno; vete, y no peques más». Y también<br />

dijo: «El que me sigue, no andará en tinieblas,<br />

sino que tendrá la luz de la vida». Mis queridos<br />

hermanos, los pecadores ahora son justos, y los<br />

82 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

condenados han recibido vida eterna.<br />

¿Quieren creer en este Jesucristo? ¿Creen en<br />

este Jesucristo con su Salvador? Como Jesucristo<br />

se encargó de nuestros pecados y nos salvó, dijo:<br />

«Venid a mí todos los que estáis trabajados y<br />

cargados, y yo os haré descansar» (Mateo 11,<br />

28).<br />

Aparte de Jesucristo, ¿hay algún otro dios en<br />

este mundo que prometa la salvación a los que<br />

creen en él? Buda dejó básicamente a cada uno a<br />

su aire. Y lo mismo hicieron Confucio y Mencio,<br />

que pedían a sus seguidores que vivieran según<br />

un sistema ético y moral. ¿Dónde pueden<br />

encontrar alguien con tanta compasión para<br />

nosotros, los que estábamos destinados al<br />

infierno, que diera su vida por nosotros? Sin<br />

embargo, Jesucristo abandonó Su trono en el<br />

Cielo por nosotros, vino a este mundo, aceptó<br />

todos nuestros pecados al ser bautizado, y pagó<br />

la condena de nuestros pecados con Su propia<br />

◄ ÍNDICE ►


vida. No hay nadie más aparte de Jesucristo que<br />

nos haya salvado. Así que este Jesucristo es<br />

nuestro Salvador. Por eso el Señor le dijo esto a<br />

la mujer adúltera.<br />

Debemos tener la fe que nos permite<br />

recibir la remisión de los pecados de<br />

Dios<br />

Está escrito en Romanos 8, 1-2: «Ahora, pues,<br />

ninguna condenación hay para los que están en<br />

Cristo Jesús, los que no andan conforme a la<br />

carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley<br />

del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha<br />

librado de la ley del pecado y de la muerte».<br />

Aquí el Apóstol Pablo nos está diciendo que<br />

como Jesucristo tomó todos los pecados del<br />

mundo al ser bautizado y al morir en la Cruz, el<br />

83 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

Señor se ha convertido nos ha dejado sin pecado.<br />

Mis queridos hermanos, ¿acaso no cometemos<br />

pecados en este mundo? Por supuesto que sí. Sin<br />

embargo, en Juan 1, 29, cuando Juan el Bautista<br />

vio al Señor después de bautizarlo, declaró que<br />

era «el Cordero de Dios que quita el pecado del<br />

mundo». Esto significa que Jesucristo cargó con<br />

todos los pecados del mundo, los que cometimos,<br />

los que cometemos ahora y los que cometeremos<br />

en el futuro. Los aceptó cuando fue bautizado,<br />

los llevó a la Cruz y ha sido condenado por ellos.<br />

Por eso el Apóstol Pablo proclamó que no hay<br />

condena para los que están en Jesucristo. En<br />

otras palabras, los que creen en el bautismo de<br />

Jesucristo y en Su sangre en la Cruz, los que de<br />

verdad creen en Él como su Salvador, no pueden<br />

tener ningún pecado. Esto significa que es<br />

imposible que sean pecadores. Por culpa de los<br />

pecados que cometemos, no podemos evitar ser<br />

pecadores y ser arrojados al infierno, pero si<br />

◄ ÍNDICE ►


creemos en Jesucristo como nuestro Salvador,<br />

que ha borrado los pecados del mundo al venir a<br />

este mundo, ser bautizado y morir en la Cruz, si<br />

creemos con todo nuestro corazón, la Biblia dice<br />

que no hay condena para nosotros. Este pasaje es<br />

una declaración bendita, proclamando: «No<br />

podéis decir que tenéis pecados».<br />

Pero a pesar de ello, mis queridos hermanos,<br />

hay mucha gente que dice que tiene pecados<br />

aunque creen en Jesucristo. Cuando rezan por la<br />

congregación, muchos cristianos dicen: «Gracias,<br />

Padre santo. Hemos cometido muchos pecados<br />

en el pasado. Por favor, limpia mis pecados».<br />

¿Cómo acaban sus oraciones? Dicen: «Este<br />

pecador reza en el nombre del Señor Jesucristo».<br />

¿Cómo puede un pecador rezar a Dios? Si un<br />

pecador se acerca a Dios, muere inmediatamente.<br />

Está escrito en la Biblia que Dios no escucha las<br />

oraciones de los pecadores. Los pecadores están<br />

condenados por Dios. Si Jesucristo vino al<br />

84 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

mundo para quitar nuestros pecados, y cuando<br />

cargó con ellos y los borró al ser bautizado y<br />

condenado en la Cruz, ¿cómo puede haber<br />

pecados en el mundo? Por muy insuficientes que<br />

seamos, Jesucristo ha borrado nuestros pecados<br />

de manera suficiente, amplia y abundante, y por<br />

tanto ¿cómo pueden tener pecados?<br />

Por ejemplo, digamos que tienen una cuenta<br />

en una tienda. Si su padre hubiera pagado<br />

muchos millones más de lo que debían, entonces<br />

aunque tuvieran otra cuenta después no tendrían<br />

que pagarla. Esto es la salvación.<br />

«Ahora, pues, ninguna condenación hay para<br />

los que están en Cristo Jesús» (Romanos 8, 1).<br />

Entre los que creen en Jesucristo correctamente,<br />

no hay ningún pecador. Todos son justos. ¿Por<br />

qué? Porque: «Porque la ley del Espíritu de vida<br />

en Cristo Jesús me ha librado de la ley del<br />

pecado y de la muerte» (Romanos 8, 2). Según la<br />

Ley, no tenemos otra opción que ser arrojados al<br />

◄ ÍNDICE ►


infierno, ¿pero qué hay de la ley del Espíritu de<br />

la vida, esta ley del amor que nos salva? Para<br />

salvar a los pecadores, el Señor vino al mundo,<br />

aceptó nuestros pecados, los pecados del mundo,<br />

al ser bautizado, fue crucificado y murió en<br />

nuestro lugar, se levantó de entre los muertos<br />

para devolvernos a la vida y así se ha convertido<br />

en nuestro verdadero Salvador.<br />

«Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo<br />

Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la<br />

muerte» (Romanos 8, 2). Dios, Jesucristo, nos ha<br />

librado a Sus seguidores de la ley del pecado y la<br />

muerte. El pueblo de Corea estaba bajo la<br />

dominación japonesa durante la Segunda Guerra<br />

Mundial, pero cuando fue liberado el 15 de<br />

agosto de 1945, Corea dejó de ser una colonia<br />

japonesa. De esta misma manera, nosotros ya no<br />

somos pecadores. Si de verdad creen en<br />

Jesucristo como su Salvador, no son pecadores.<br />

Los que se describen como pecadores aunque<br />

85 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

crean en Jesucristo han sido engañados por<br />

mentirosos y creen en falsos evangelios.<br />

Romanos 8, 3 dice: «Porque lo que era<br />

imposible para la ley, por cuanto era débil por la<br />

carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de<br />

carne de pecado y a causa del pecado, condenó<br />

al pecado en la carne» (Romanos 8, 3). Nuestra<br />

carne es demasiado débil para cumplir la Ley.<br />

¿Podemos obedecer la Ley? La Ley nos ordena<br />

que no adoremos a otros dioses, que no matemos,<br />

que no cometamos adulterio, que no robemos,<br />

que no mintamos; pero, ¿están seguros de que no<br />

matarán? ¿Están seguros de que no robarán?<br />

¿Están seguros de que no mentirán? En cuanto<br />

las cosas se ponen difíciles, mentirán.<br />

¿Son capaces de no cometer adulterio?<br />

Jesucristo dijo: «Oísteis que fue dicho: No<br />

cometerás adulterio. Pero yo os digo que<br />

cualquiera que mira a una mujer para<br />

codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón»<br />

◄ ÍNDICE ►


(Mateo 5, 27-28). Entonces ¿pueden cumplir el<br />

estatuto de la Ley que prohíbe cometer adulterio?<br />

¿Pueden cumplir la Ley en su totalidad? Por<br />

supuesto que no. Rompemos todos los estatutos<br />

de la Ley. ¿Cómo lo hacemos?<br />

Si dejamos la Ley de lado, ¿podemos cumplir<br />

las normas sociales? ¿Cumplimos todas las<br />

normas de tráfico? Cuando tenemos prisa,<br />

¿pasamos por el paso de cebra? Cruzamos<br />

imprudentemente cuando no hay nadie mirando.<br />

Quien no cumple la ley una sola vez no ha<br />

podido cumplir las normas y leyes de una<br />

sociedad.<br />

Mis queridos hermanos, si los seres humanos<br />

son incapaces de cumplir sus propias leyes en<br />

este mundo, ¿cómo pueden cumplir la Ley de<br />

Dios? Si quebrantamos un solo estatuto de la Ley<br />

de Dios, somos culpables de quebrantar toda la<br />

Ley, y Dios invalida todas nuestras acciones. La<br />

Biblia dice: «Porque cualquiera que guardare<br />

86 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace<br />

culpable de todos. Porque el que dijo: No<br />

cometerás adulterio, también ha dicho: No<br />

matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio,<br />

pero matas, ya te has hecho trasgresor de la ley»<br />

(Santiago 2, 10-11). Así que nadie entre nosotros<br />

ha cumplido la Ley de Dios a la perfección. Por<br />

tanto, todos estamos destinados a ir al infierno.<br />

Mis queridos hermanos, como nuestra carne es<br />

débil, es imposible cumplir la Ley. Aunque<br />

nuestros corazones quieran cumplir la Ley,<br />

nuestra carne es demasiado débil para hacerlo.<br />

¿Y qué hizo Dios? Dijo en Romanos 8, 3-4:<br />

«Porque lo que era imposible para la ley, por<br />

cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a<br />

su Hijo en semejanza de carne de pecado y a<br />

causa del pecado, condenó al pecado en la<br />

carne; para que la justicia de la ley se cumpliese<br />

en nosotros, que no andamos conforme a la<br />

carne, sino conforme al Espíritu».<br />

◄ ÍNDICE ►


Nuestra carne es demasiado débil para cumplir<br />

la Ley, pero Dios cumplió el requisito de la Ley.<br />

Según ella, quien peca debe morir, pero como el<br />

Hijo de Dios vino al mundo, aceptó todos<br />

nuestros pecados al ser bautizado y fue<br />

condenado en nuestro lugar, cumplió con el<br />

requisito de la Ley. Cumplió los requisitos de la<br />

Ley y completó la salvación.<br />

Jesucristo satisfizo la Ley. Al cumplir el<br />

requisito de la Ley, que declara que la pena del<br />

pecado es la muerte, mediante Su bautismo y<br />

derramamiento de sangre, Jesucristo ha salvado a<br />

los que creen en Él como su Salvador. Cuando<br />

dice aquí que Dios Padre envió a «Su Hijo en<br />

semejanza de carne de pecado y a causa del<br />

pecado, condenó al pecado en la carne», significa<br />

que para salvarnos del infierno, Dios pasó<br />

nuestros pecados al cuerpo de Jesucristo. ¿Lo<br />

entienden? Este es el misterio del bautismo de<br />

Jesucristo.<br />

87 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

Está escrito: «Para que la justicia de la ley se<br />

cumpliese en nosotros, que no andamos<br />

conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.<br />

Porque los que son de la carne piensan en las<br />

cosas de la carne; pero los que son del Espíritu,<br />

en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de<br />

la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu<br />

es vida y paz» (Romanos 8, 4-6).<br />

Mis queridos hermanos, si nos consideramos<br />

en términos carnales, ¿cómo podemos decir que<br />

no tenemos pecados si seguimos pecando en este<br />

mundo? Aunque creemos en Jesucristo, ¿cómo<br />

podemos decir que estamos sin pecados? Sin<br />

embargo, los que viven según el Espíritu son los<br />

que creen que Dios nos ha salvado perfectamente<br />

a través del Evangelio del agua y el Espíritu.<br />

Si creemos en la Palabra de Dios de corazón,<br />

si de verdad creemos en la Palabra escrita, ¿por<br />

qué decimos que tenemos pecados? No hay duda<br />

de que Jesucristo ha borrado todos nuestros<br />

◄ ÍNDICE ►


pecados; está escrito en la Biblia. Y Dios escribió<br />

las Escrituras como prueba de ello en un<br />

volumen amplio, preservó la Biblia durante miles<br />

de años sin cambiarla y nos la dio tal y como<br />

siempre había sido. Así que si creemos en esta<br />

Palabra, ¿cómo podemos decir que todavía<br />

tenemos pecados? La cuestión es: ¿debemos<br />

creen según nuestras ideas carnales o debemos<br />

creer en el Espíritu, es decir, en la Palabra de<br />

Dios? Debemos decidir si creemos según la<br />

Palabra de Dios o según nuestras ideas o<br />

emociones.<br />

La fe de los que creen en sus propias<br />

emociones en vez de la Palabra de Dios es en<br />

vano. Debemos creer en Dios según Su Palabra.<br />

Debemos creer en Jesucristo como nuestro<br />

Salvador según la Palabra. Nuestro Señor es el<br />

Dios de la alianza que nos hizo promesas y las<br />

cumplió. Nuestro Señor es un Dios que cumple<br />

todas las promesas según Su Palabra. En el<br />

88 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

Antiguo Testamento Dios pasaba los pecados del<br />

pueblo de Israel a un chivo expiatorio a través<br />

del Sumo Sacerdote a través de la imposición de<br />

manos en la cabeza, le hacía un corte en el<br />

cuello, sacaba la sangre y la ponía en los cuernos<br />

del altar de los holocaustos, y al hacerlo permitía<br />

que los que creían en este sacrificio expiatorio<br />

fueran salvados.<br />

En el Nuevo Testamento, por otro lado,<br />

nuestro Señor vino al mundo hace 2.000 años tal<br />

y como Dios lo había prometido en el Antiguo<br />

Testamento, fue bautizado por Juan el Bautista,<br />

el representante de la humanidad, los llevó a la<br />

Cruz, murió en nuestro lugar, se levantó de entre<br />

los muertos y así nos salvó a todos. A través de<br />

esta Palabra escrita ustedes y yo sabemos cómo<br />

el Señor nos ha salvado, y al creer hemos sido<br />

salvados. Los que creen son los que «viven según<br />

el Espíritu». Sólo cuando conocemos la Verdad<br />

del Evangelio del agua y el Espíritu podemos<br />

◄ ÍNDICE ►


creer de corazón y sólo cuando creemos podemos<br />

confesarlo con nuestros labios.<br />

Pasemos a Levítico 17, 15-16: «Y cualquier<br />

persona, así de los naturales como de los<br />

extranjeros, que comiere animal mortecino o<br />

despedazado por fiera, lavará sus vestidos y a sí<br />

misma se lavará con agua, y será inmunda hasta<br />

la noche; entonces será limpia. Y si no los<br />

lavare, ni lavare su cuerpo, llevará su<br />

iniquidad». En el Antiguo Testamento, el pueblo<br />

de Israel recibía la remisión de los pecados el Día<br />

de la Expiación cuando veía y creía en lo que el<br />

Sumo Sacerdote estaba haciendo. Esto quiere<br />

decir que el Sumo Sacerdote permitía que los<br />

israelitas se libraran de sus pecados al imponer<br />

las manos en el sacrificio y pasar sus pecados a<br />

éste, ofreciendo así este sacrificio en su nombre.<br />

Sin embargo, si un israelita tocaba algo impuro,<br />

como un cadáver, tenía que lavar su ropa y<br />

limpiar su cuerpo con agua. La Biblia dice que si<br />

89 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

no seguía este ritual, esa persona era culpable. El<br />

agua es muy importante. Incluso después de<br />

recibir la remisión de los pecados, es<br />

indispensable seguir manteniendo la fe en el<br />

bautismo de Jesucristo.<br />

El agua lava<br />

Una de las funciones del agua es lavar la<br />

suciedad. El agua también da vida a la<br />

humanidad. Aunque creamos en la remisión de<br />

nuestros pecados, ¿no seguimos pecando en este<br />

mundo? Por supuesto que sí. Sin embargo,<br />

incluso estos pecados están incluidos en los<br />

pecados del mundo. El Señor los ha borrado<br />

todos. Sin embargo, cuando pecamos, nuestra<br />

conciencia está herida y atormentada. ¿Qué<br />

debemos hacer con estos pecados? ¿Debemos<br />

creer en Jesucristo de nuevo? No, lo que<br />

◄ ÍNDICE ►


debemos hacer es confirmar en nuestros<br />

corazones que estos pecados fueron pasados a<br />

Jesucristo cuando fue bautizado, y creer de<br />

corazón que nuestro Señor borró todos nuestros<br />

pecados porque sabía que pecaríamos de nuevo.<br />

En otras palabras, debemos reflexionar sobre el<br />

Evangelio de salvación en nuestras mentes.<br />

Entonces podemos ser salvados de todos los<br />

pecados que cometemos por culpa de nuestras<br />

debilidades. Entonces podemos estar limpios<br />

completamente. Y entonces podemos ser<br />

salvados completamente y ser justos.<br />

El Apóstol Pablo dice que a través de la ley<br />

del Espíritu de la vida, es decir el Evangelio del<br />

agua y el Espíritu, Cristo Jesús nos ha salvado a<br />

nosotros, que estábamos bajo la ley del pecado y<br />

la muerte, y nos hizo vivir en Él. El Apóstol Juan<br />

también dice claramente en 1 Juan 5, 3-8 que<br />

Jesús nos ha salvado perfectamente del pecado al<br />

venir por el Evangelio del agua y el Espíritu.<br />

90 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

Además dice que «el agua, la sangre y el<br />

Espíritu» dan testimonio del hecho de que<br />

Jesucristo nos ha salvado de pecado<br />

completamente. ¿Qué testifica el Espíritu Santo?<br />

Testifica que Jesucristo es Dios. Da testimonio<br />

del hecho de que Jesucristo es el Dios que creó<br />

este universo, y que para salvarnos de nuestros<br />

pecados, nació en este mundo a través del cuerpo<br />

de una virgen en la imagen de un hombre. ¿Qué<br />

testifican la sangre y el agua? Testifican que<br />

nuestro Señor, el Dios de la salvación, vino<br />

encarnado en un hombre, tomó todos los pecados<br />

del mundo, de la humanidad y todos nuestros<br />

pecados al ser bautizado cuando tenía 30 años,<br />

llevó estos pecados a la Cruz y murió allí.<br />

Por tanto, quien dice que cree sólo en la<br />

sangre de Jesucristo derramada en la Cruz tiene<br />

una fe completamente inútil por mucho que crea<br />

en Jesucristo. Los que creen así se describen a sí<br />

mismos como pecadores, porque acaban<br />

◄ ÍNDICE ►


cometiendo pecados al día siguiente. Pero, ¿por<br />

qué piensan esto? Porque nos e dan cuenta de<br />

que Jesucristo aceptó todos sus pecados cuando<br />

fue bautizado y por eso siguen viviendo como<br />

pecadores aunque crean en Jesucristo. Su<br />

conciencia no les permite decir que están sin<br />

pecados.<br />

Pero para ustedes y para mí, cuando Jesucristo<br />

fue bautizado, tomó todos nuestros pecados.<br />

Durante toda nuestra vida no podemos evitar<br />

pecar, las tinieblas están en la faz del abismo y<br />

nuestros corazones están realmente sucios, pero<br />

Jesucristo tomó nuestros pecados a través de Su<br />

bautismo, los llevó a la Cruz, fue crucificado y<br />

condenado, derramó Su sangre hasta morir, se<br />

levantó de entre los muertos y así nos ha salvado<br />

de nuestros pecados. El Señor está vivo ahora, y<br />

es el Dios que nos da la salvación a todos los que<br />

creemos en esta Palabra de salvación. ¿Qué hay<br />

de ustedes? ¿También creen? Si creen de<br />

91 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

corazón, Dios, el Espíritu Santo, conocerá sus<br />

corazones y les pondrá el sello de la salvación.<br />

Jesucristo es el Dios que nos da la salvación.<br />

Al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu<br />

nos convertimos en hijos de Dios. ¿Tienen<br />

pecados o no? No tienen pecados. Esto se debe a<br />

que todos sus pecados fueron pasados al Señor.<br />

¿Significa esto que podemos pecar siempre que<br />

queramos? Por supuesto que no. Pecamos cuando<br />

no sabemos lo que es correcto; no lo hacemos<br />

porque alguien nos lo pida y no es algo que<br />

podamos evitar si alguien nos dice que no lo<br />

hagamos. Todos los seres humanos están sujetos<br />

al pecado hasta el día en que mueren, porque son<br />

insuficientes. Para salvarnos de estos pecados<br />

nuestro Señor vino al mundo y nos salvó<br />

completamente. Todo lo que tenemos que hacer<br />

es creer. Con el corazón creemos en la justicia y<br />

con la boca confesamos la salvación.<br />

Volvamos a Génesis 1, 2-5: «En el principio<br />

◄ ÍNDICE ►


creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba<br />

desordenada y vacía, y las tinieblas estaban<br />

sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se<br />

movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea<br />

la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era<br />

buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. Y<br />

llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó<br />

Noche. Y fue la tarde y la mañana un día».<br />

Dios ordenó que hubiera luz en un mundo<br />

oscuro lleno de tinieblas. Esto implica que el<br />

Hijo de Dios fue enviado al mundo y que Dios<br />

hizo que Su Hijo tomara todos los pecados del<br />

mundo al ser bautizado y al hacer que muriera en<br />

la Cruz, nos salvó de todos nuestros pecados.<br />

¿Qué hizo Dios el primer día? Dio luz a los<br />

corazones de la gente, que estaban desordenados<br />

y vacíos y que tenían las tinieblas sobre la faz del<br />

abismo, y al hacerlo desapareció toda la<br />

oscuridad y el vacío y llegó la verdadera<br />

satisfacción, el verdadero orden, la verdadera luz<br />

92 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

y la verdadera vida. Jesucristo es la luz de la<br />

salvación para este mundo. Jesucristo es el<br />

salvador de los pecadores. Para todos los que<br />

creen en este Evangelio del agua y el Espíritu,<br />

para todos los que creen que Jesucristo es nuestro<br />

salvador que nos ha salvado a través de Su agua<br />

y Su sangre, Jesucristo se ha convertido en la luz<br />

de la salvación. Mis queridos hermanos, la única<br />

verdadera luz en este mundo es el Señor<br />

Jesucristo. Es esta luz la que vio Dios y dijo que<br />

era buena.<br />

La Biblia dice que Dios dividió la luz de las<br />

tinieblas. Las separó y llamó a la luz día y a las<br />

tinieblas noche. Hay dos tipos de gente en este<br />

mundo: los hijos de la luz y los hijos de las<br />

tinieblas (1 Tesalonicenses 5, 5). Los hijos de la<br />

luz son los que confiesan su fe diciendo: «Antes<br />

de conocer a Jesucristo, era un gran pecador, las<br />

tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y mi<br />

mente estaba confundida. Estaba vacío. No tenía<br />

◄ ÍNDICE ►


satisfacción. No puedo evitar ir al infierno. Sin<br />

embargo, Tú me has enseñado Tu Palabra a<br />

través de Tus siervos y Tu Iglesia. Me has<br />

salvado perfectamente. ¡Creo en Ti, Señor!». A<br />

los que creen y le han recibido como verdadero<br />

Salvador, Dios los ha llamado hijos del día y les<br />

ha dado el derecho de convertirse en Sus hijos.<br />

«Antes erais hijos del Diablo, pero ahora ya<br />

no sois hijos de las tinieblas, sino que sois hijos<br />

de la luz. Sois Mis hijos». Esto es lo que Dios<br />

quería decir cuando separó la luz de las tinieblas.<br />

Por eso el Apóstol Pablo declaró a los que han<br />

nacido de nuevo al creer en el Evangelio del agua<br />

y el Espíritu: «Erais tinieblas, mas ahora sois luz<br />

en el Señor; andad como hijos de luz» (Efesios 5,<br />

8).<br />

Todos los que creen en esta Palabra del agua y<br />

el Espíritu, en la Palabra bendita de la salvación,<br />

son hijos de Dios y Su pueblo. Sin embargo, los<br />

que no creen según esta Palabra son hijos de las<br />

93 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

tinieblas, de la noche y del Diablo. Aunque hay<br />

mucha gente en este mundo, según crean o no,<br />

algunos se convierten en el pueblo de Dios y<br />

otros del Diablo, y algunos van al Cielo y otros al<br />

infierno. Así Dios ha establecido la ley de la fe.<br />

Ha hecho posible que la salvación se alcance<br />

mediante la fe. Al creer de corazón podemos ser<br />

justos. Por fe nos convertimos en el verdadero<br />

pueblo de Dios.<br />

Dios ha separado la luz de las tinieblas<br />

claramente, separando a los que son Su pueblo de<br />

los que no lo son. Y ha prohibido que los<br />

pecadores estén en la congregación de los justos<br />

(Salmos 1, 5). Si alguien se hace pastor después<br />

de estudiar una carrera en algún seminario de<br />

teología famoso, pero no conoce la Verdad y por<br />

tanto sigue teniendo pecados en su corazón,<br />

entonces no puede predicar esta Palabra de<br />

Verdad. Sólo podrá decirles: «Vivamos<br />

virtuosamente». Si un ciego guía a otro ciego, los<br />

◄ ÍNDICE ►


dos se caerán de un precipicio morirán (Mateo<br />

15, 14).<br />

Si un pecador tuviera que enseñarles, nunca<br />

serían librados del pecado. Si tienen pecado,<br />

serán arrojados al infierno, aunque crean en<br />

Jesucristo. ¿Por qué tanto los cristianos como los<br />

no creyentes están destinados al infierno? Porque<br />

las iglesias de hoy en día se han convertido en<br />

negocios. Muchos pastores se comportan como<br />

vendedores ambulantes. Estos mentirosos les<br />

dicen a las almas que están reunidas para ir al<br />

Cielo que les están pidiendo sus bendiciones,<br />

pero en realidad les explotan por dinero.<br />

¿Quién en este mundo no querría vivir<br />

virtuosamente? Pero los seres humanos no<br />

pueden evitar cometer pecados y por eso están<br />

destinados a ir al infierno por sus pecados. No<br />

pueden evitar vivir vidas miserables. Por eso<br />

debemos predicar este Evangelio de salvación a<br />

esta gente, proclamar que Jesucristo nos ha<br />

94 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

salvado a través de Su sangre y Su agua. Esta es<br />

la misión que Dios nos ha dado a la Iglesia de<br />

Dios. Nosotros somos los que creemos en<br />

Jesucristo como nuestro Salvador.<br />

¿Qué es el arrepentimiento bíblico?<br />

Hechos de los Apóstoles 3, 19 dice: «Así que,<br />

arrepentíos y convertíos, para que sean borrados<br />

vuestros pecados; para que vengan de la<br />

presencia del Señor tiempos de refrigerio». Este<br />

pasaje significa que «quien se arrepienta<br />

correctamente y crea en el Evangelio del agua y<br />

el Espíritu, estará sin pecado gracias al Señor».<br />

En otras palabras, nos está diciendo que<br />

recibamos nuestra salvación por fe, porque el<br />

Señor ha borrado nuestros pecados.<br />

Cuando admitimos nuestras debilidades<br />

diciendo: «Somos humanos, no podemos evitar<br />

◄ ÍNDICE ►


cometer pecados ante Dios hasta el día en que<br />

morimos» y cuando creemos en el Evangelio del<br />

agua y el Espíritu que el Señor nos ha dado y<br />

volvemos a Dios, nos estamos arrepintiendo de<br />

verdad. Si venimos al Evangelio del agua y el<br />

Espíritu, el Evangelio mediante el cual el Señor<br />

ha borrado nuestros pecados, y si recibimos la<br />

remisión de nuestros pecados por fe, el Señor nos<br />

refrescará. El verdadero arrepentimiento ante<br />

Dios es dejar de lado el mal camino y decir:<br />

«Señor, los que Tú has dicho es verdad».<br />

Sin embargo, ¿cuál es la opinión que<br />

predomina cuando se considera el verdadero<br />

arrepentimiento hacia Dios? En vez de<br />

arrepentirse, dejar el mal camino y recibir la<br />

remisión de los pecados de una vez por todas,<br />

mucha gente cree que las oraciones de<br />

arrepentimiento son un sinónimo de<br />

arrepentimiento. Así que ofrecen estas oraciones<br />

cuando pecan, diciendo: «Señor, he cometido un<br />

95 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

error. Por favor, perdóname».<br />

¡Qué estupidez! Como hemos visto en Marcos<br />

7, 21-23, Dios dijo que de los corazones de la<br />

gente proceden 12 pecados, tales como malos<br />

pensamientos, asesinatos, adulterio, robos,<br />

envidia, discusiones, fornicación y otros. Por<br />

tanto, el verdadero arrepentimiento consiste en<br />

admitir: «No puedo evitar pecar hasta el día en<br />

que muera. Y cometo pecados constantemente.<br />

Así que estoy condenado al infierno»; en dejar de<br />

lado las creencias erróneas que teníamos hasta<br />

entonces y creer en el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu, el Evangelio mediante el cual nuestro<br />

Señor ha borrado todos nuestros pecados de una<br />

vez por todas. El verdadero arrepentimiento del<br />

que habla la Biblia consiste en abandonar<br />

nuestras creencias y volver a la fe en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu, volver a Dios.<br />

Sin embargo, casi ningún cristiano vive en la<br />

Verdad, sino que mueren en la confusión. Su<br />

◄ ÍNDICE ►


concepto de arrepentimiento consiste en que cada<br />

vez de pecan, creen que deben resolver ese<br />

pecado por su cuenta diciendo: «He obrado mal,<br />

no volveré a pecar nunca más». Esto es lo que<br />

piensan que es el arrepentimiento. Esto se debe a<br />

que sus pastores les enseñaron así porque todavía<br />

no conocen el Evangelio del agua y el Espíritu.<br />

Cuando los pastores dicen: «Limpiad vuestros<br />

pecados personales todos los días mediante<br />

oraciones de penitencia» y esto les parece<br />

bastante lógico.<br />

Sin embargo, ¿qué dice la Biblia? Dice: «Y<br />

casi todo es purificado, según la ley, con sangre;<br />

y sin derramamiento de sangre no se hace<br />

remisión» (Hebreos 9, <strong>22</strong>). También dice:<br />

«Porque la paga del pecado es muerte»<br />

(Romanos 6, 23). Tres años antes de que nuestro<br />

Señor muriera en la Cruz, fue bautizado por Juan<br />

el Bautista, y al ser crucificado, borró los<br />

pecados de todo el mundo.<br />

96 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

Si consideran esto personalmente, intenten<br />

imaginar que vivirán 70 años, esto significa que<br />

nuestro Señor, a través de Su bautismo, tomó<br />

todos los pecados cometidos en su vida, incluso<br />

cuando sean mayores, desde los pecados<br />

cometido con la carne a los cometidos con el<br />

corazón, desde los que se cometen de<br />

pensamiento a los que se cometen por<br />

debilidades, y desde los pecados que se cometen<br />

a sabiendas hasta los que se cometen<br />

involuntariamente. Nuestro Señor cargó con<br />

todos estos pecados hasta la Cruz, derramó Su<br />

sangre y fue condenado por estos pecados en<br />

nuestro lugar, se levantó de entre los muertos y<br />

así se ha convertido en el Salvador de todos los<br />

que creen. El Señor nos está pidiendo que<br />

creamos en esta Verdad que ha venido a través<br />

del Evangelio del agua y el Espíritu.<br />

◄ ÍNDICE ►


La creencia de que podemos ser<br />

santificados al ofrecer oraciones de<br />

penitencia todos los días no tiene<br />

ningún fundamento<br />

El Señor dijo: «y conoceréis la verdad, y la<br />

verdad os hará libres» (Juan 8, 32). Nuestro<br />

Señor nos dijo que creyésemos en la Verdad.<br />

Jesucristo cargó con los pecados del mundo a<br />

través del bautismo que recibió de Juan el<br />

Bautista, murió en la Cruz, se levantó de entre<br />

los muertos y ascendió al Reino de los Cielos. Si<br />

creen en Jesucristo como su Salvador, serán<br />

salvados de todos sus pecados y de la<br />

destrucción. Como el Señor pagó la pena de los<br />

pecados del mundo y los borró a través de Su<br />

bautismo, si creemos en esta Verdad, podemos<br />

estar en la luz.<br />

Sin embargo, algunas personas se inventaron<br />

97 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

una doctrina por culpa de su confusión, y dicen:<br />

«Nuestro pecado original fue perdonado, pero los<br />

pecados personales son santificados mediante las<br />

oraciones de penitencia que ofrecemos todos los<br />

días». Así que algunos pastores definen y<br />

enseñan el arrepentimiento según su moral<br />

humana, y no según lo que dice la Biblia, y<br />

aunque esto suene bien a los que no han nacido<br />

de nuevo, quien afirme esto es un siervo del<br />

Diablo.<br />

En resumen, la idea de que podemos alcanzar<br />

la santificación es una estupidez. Si nuestra<br />

naturaleza humana nos hace ser más débiles, más<br />

obstinados y más duros cuando nos hacemos<br />

viejos, ¿cómo podemos ser santificados? Los<br />

pastores que no creen en el Evangelio del agua y<br />

el Espíritu mienten a su congregación, no<br />

enseñan la Verdad del Evangelio del agua y el<br />

Espíritu. Y animan a su congregación a que<br />

practiquen una fe basada en las obras y piden que<br />

◄ ÍNDICE ►


sus seguidores les sirvan. En vez de liberar a su<br />

congregación, quieren hacerlos esclavos de las<br />

obras de la Ley.<br />

Debemos entender la Verdad de que<br />

Jesucristo, Dios, vino al mundo encarnado en la<br />

carne de un hombre, y de que ha borrado los<br />

pecados de la humanidad al ser bautizado y<br />

derramar Su sangre en la Cruz. Este bautismo de<br />

Jesucristo y Su derramamiento de sangre y<br />

muerte en la Cruz, han borrado nuestros pecados<br />

y la condena que nos esperaba. Como este<br />

Jesucristo nos ha salvado de nuestros pecados y<br />

del juicio, podemos ser salvados al poner nuestra<br />

fe en esta Verdad. Y a través de los que han<br />

aceptado esta Verdad como la luz de la<br />

salvación, Dios ha hecho posible que otras almas<br />

alcancen su verdadera salvación y la prediquen<br />

por todo el mundo.<br />

Todos nosotros podemos convertirnos en hijos<br />

de Dios, todo el mundo puede convertirse en hijo<br />

98 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

de Dios porque Dios ha completado el Evangelio<br />

del agua y el Espíritu por nosotros. Del mismo<br />

modo en que Dios ha creado el universo, todo lo<br />

que ven nuestros ojos, y los cielos y la tierra,<br />

también ha conseguido la salvación que les da a<br />

los pecadores a través del Evangelio del agua y el<br />

Espíritu. ¿No es maravillosa esta noticia? ¿Cómo<br />

podemos estar suficientemente agradecidos a<br />

Dios por poder convertirnos en la luz del mundo?<br />

Cuando pensamos en cómo nacimos en este<br />

mundo y aún así nos convertimos en gente del<br />

Cielo, estamos asombrados y agradecidos.<br />

Nuestra salvación del pecado no surgió de<br />

forma natural, sino que Dios la hizo posible al<br />

permitirnos nacer de nuevo y convertirnos en Su<br />

pueblo. Esta Verdad de salvación, el Evangelio<br />

del agua y el Espíritu, es una verdad maravillosa.<br />

Nada en este mundo puede ser más maravilloso<br />

que este Evangelio.<br />

¿Cómo pudieron convertirse en la gente del<br />

◄ ÍNDICE ►


Cielo? Dios planeó el futuro de la humanidad e<br />

hizo que nos convirtiéramos en Su pueblo.<br />

Estamos asombrados y agradecidos por eso. Si<br />

los seres humanos hubieran planeado la creación<br />

del universo, ¿lo hubieran conseguido? Es<br />

imposible para los humanos, incluso antes de que<br />

hubiera un solo ser humano en este mundo, Dios<br />

hizo todo para que la humanidad naciera de<br />

nuevo y se librara del pecado.<br />

¿Qué plan tan maravilloso es este? Yo sólo<br />

puedo dar gracias al Señor por permitirme<br />

difundir este Evangelio y servirle. No hay nada<br />

nuevo en este mundo, y vivir por algo que no sea<br />

este Evangelio es perder el tiempo. Sin embargo,<br />

cuando pensamos en lo que de verdad es bueno<br />

en este mundo, pensamos en el hecho de que<br />

nuestro Dios nos ha hecho Su pueblo. Esta<br />

noticia es la más refrescante y alegre que<br />

escuchamos todos los días, una noticia que nos<br />

bendice cada vez que pensamos en ella y que<br />

99 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

sigue siendo perfecta cuando pensamos en ella<br />

todos los días.<br />

¿Cuál es el regalo más maravilloso<br />

que Dios nos ha dado?<br />

No hay ninguna noticia mejor que el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu que Dios nos ha<br />

dado. Esta tarde salí a evangelizar con unos<br />

hermanos. ¿Qué mejor noticia hay para los<br />

pecadores que enseñarles el Evangelio del agua y<br />

el Espíritu? ¿Qué mejor regalo hay para los<br />

pecadores aparte de que Dios les haya salvado<br />

del pecado? ¿Podríamos comparar la Palabra del<br />

Evangelio del agua y el Espíritu que estamos<br />

predicando con una cesta de fruta que le<br />

regalamos a los pacientes de un hospital? ¿Hay<br />

algo mejor que el hecho de que Dios nos haya<br />

salvado de los pecados del mundo? No hay nada<br />

◄ ÍNDICE ►


en este mundo que sea mejor para nosotros que el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu.<br />

Dios creó los cielos y la tierra desde el<br />

principio. Dios nos hizo nacer de nuevo en este<br />

mundo para convertirnos en el pueblo del Cielo,<br />

y Jesucristo nos dio el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu, nos hizo creer en él y nacer de nuevo<br />

para convertirnos en el pueblo de Dios. ¿Qué<br />

mejor bendición puede haber en el mundo? Cada<br />

vez que pensamos en esta Verdad nos sentimos<br />

purificados y llenos de alegría.<br />

No hay nada que sea más bendito o más<br />

reconfortante que el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu. Cuando pensamos en la salvación de la<br />

humanidad y la gracia de Dios, no hay nada que<br />

los seres humanos podamos hacer aparte de dar<br />

gracias y gloria a Dios. Todo lo que tenemos que<br />

hacer es disfrutar de la gracia bendita que Dios<br />

nos ha dado al creer en el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu.<br />

100 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

¡Qué bendita, maravillosa, grande y<br />

majestuosa es la salvación que Dios nos ha dado!<br />

No hay nada más que podamos hacer aparte de<br />

dar gracias a Dios al creer en esta Verdad, darle<br />

gloria y alabarle, porque esta Verdad no puede<br />

negarse o ponerse a prueba. Cuanto más tiempo<br />

pasa desde nuestra salvación, más nos damos<br />

cuenta de lo maravilloso que es este Evangelio<br />

que Dios nos ha dado. Cuanto más predicamos el<br />

Evangelio, más experimentaremos lo maravilloso<br />

que es esta salvación. Creemos que no hay mayor<br />

bendición de Dios que esta. El hecho de que la<br />

gente se haya librado de la confusión, el vacío y<br />

la oscuridad ha sido posible gracias al<br />

resplandeciente Evangelio de la salvación que<br />

Dios nos ha dado.<br />

◄ ÍNDICE ►


El vacío del corazón no puede<br />

llenarse con las cosas de este mundo<br />

Si no fuera por la luz de la salvación, no<br />

podríamos escapar de nuestros pecados. ¿Cómo<br />

pueden los pecadores, cuyos pensamientos están<br />

confusos, deshacer el entuerto de sus pecados?<br />

¿Cómo puede la humanidad caída arrepentirse<br />

por su cuenta? Es simplemente imposible.<br />

¿Cómo pueden los seres humanos, que nacieron<br />

como pecadores, nacer de nuevo por sí mismos<br />

como justos? Esta tarea es prácticamente<br />

imposible. Sólo podemos conseguirlo al creer en<br />

la verdadera luz de la salvación que el Señor nos<br />

ha dado.<br />

Si los seres humanos somos insaciables,<br />

¿cómo podemos encontrar satisfacción mediante<br />

sus propios esfuerzos? ¿Dónde pueden encontrar<br />

la satisfacción los pecadores? ¿Les satisfará la<br />

riqueza? Ninguna cantidad de riqueza les<br />

101 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

satisfará. ¿De verdad serían felices si fueran<br />

ricos? ¿Se llenarían sus corazones si tuvieran<br />

mucho dinero? Yo nunca he sido rico, pero si lo<br />

fuera, no creo que eso llenara mi corazón. No<br />

hay ninguna cantidad de dinero que pueda llenar<br />

un corazón que esté completamente vacío. El<br />

dinero no da satisfacción.<br />

¿Cómo podemos llenar nuestros corazones de<br />

satisfacción? Es imposible. ¿Con qué podemos<br />

llenarlos? ¿Qué puede hacernos sentir<br />

satisfechos? ¿El dinero? ¿El sexo o el placer?<br />

¿Los juegos de ordenador? ¿Distracciones<br />

excitantes? ¿El fútbol?<br />

El fútbol es un deporte fabuloso, por supuesto.<br />

El placer de ganar un partido es una gran<br />

sensación. Cuando nuestros trabajadores se<br />

reúnen, jugamos al fútbol. Regatear al equipo<br />

contrario y marcarle un gol es una sensación<br />

maravillosa y sobre todo es fantástico cuando la<br />

pelota se queda dando vueltas en la red aunque el<br />

◄ ÍNDICE ►


equipo contrario haya hecho todo lo posible por<br />

impedirlo. El placer de ganar un partido de fútbol<br />

es sensacional. Uno de los mayores placeres para<br />

la gente es el de ganar en un deporte. Ver un<br />

partido por la televisión ya es emocionante, y si<br />

tu equipo marca un gol, te mueres de la alegría.<br />

Algunos aficionados al béisbol aman tanto este<br />

deporte que se pasan casi toda la vida en un<br />

estadio de béisbol.<br />

Sin embargo, todas estas cosas no pueden<br />

llenar los corazones vacíos. Si un hombre hace<br />

feliz a una mujer que ama, ¿estará satisfecha?<br />

No, no es una verdadera satisfacción. Si él<br />

piensa: «Haré todo lo que quiera la mujer a la<br />

que amo, aunque me cueste la vida», y si lo hace,<br />

¿estará satisfecha entonces? Si dedica toda su<br />

vida a su compañera, ¿estará su compañera<br />

satisfecha? ¿Desaparecerá el vacío de su<br />

corazón? ¿Estará llena de alegría y gozo durante<br />

el resto de su vida? No, por mucho que la quiera,<br />

102 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

ella no siempre será feliz. Los seres humanos<br />

necesitan muchas cosas para estar satisfechos.<br />

En la historia de Israel, el rey Salomón vivió<br />

el tipo de vida más extravagante y opulenta.<br />

Tenía incontables reinas y concubinas y su<br />

palacio y su riqueza eran magníficos. Sin<br />

embargo, no había nada en este mundo que<br />

llenara su corazón vacío. Por eso se lamentaba en<br />

Eclesiastés: «Vanidad de vanidades, todo es<br />

vanidad. Todo es vanidad e intentar coger el<br />

viento». En otras palabras, incluso cuando se es<br />

respetado y venerado por los demás, todavía no<br />

se tiene satisfacción. Por eso Dios describió un<br />

corazón así como: «Cisternas rotas que no<br />

retienen agua» (Jeremías 2, 13).<br />

¿Por qué toman drogas algunas personas? Lo<br />

hacen porque no pueden llenar sus corazones<br />

vacíos. Aunque tengan todo lo que se pueda tener<br />

en este mundo, no pueden encontrar la<br />

satisfacción. Sus corazones están huecos. No hay<br />

◄ ÍNDICE ►


nada en ellos. Los seres humanos no pueden<br />

llenar sus corazones vacíos con las cosas de este<br />

mundo. Nadie puede encontrar satisfacción<br />

aparte de los que han aceptado la Verdad de que<br />

Dios les ha salvado, de que nos ha hecho nacer<br />

de nuevo, nos ha convertido en Su pueblo y nos<br />

ha hecho justos. A no ser que nazcamos de nuevo<br />

y recibamos a Jesucristo en nuestro corazón, no<br />

podremos llenar el vacío de nuestros corazones.<br />

Un corazón vacío sólo puede satisfacerse<br />

cuando está lleno con este Jesucristo que Dios<br />

nos ha dado. Dios ha borrado los pecados que<br />

hicieron que nuestros corazones estuvieran<br />

desordenados y vacíos y en los que las tinieblas<br />

estaban sobre la faz del abismo, y en su lugar nos<br />

ha dado el don de la Verdad para llenar en<br />

abundancia estos corazones. Nos ha salvado<br />

mediante este don que nos ha concedido en<br />

abundancia. Los nacidos de nuevo tenemos<br />

satisfacción y verdadero gozo en nuestros<br />

103 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

corazones. Sólo la satisfacción del alma es la<br />

verdadera satisfacción del corazón. Sin embargo,<br />

no puede haber satisfacción en los corazones de<br />

los que no han nacido de nuevo.<br />

La fe satisfecha de los que han nacido<br />

de nuevo al creer en el Evangelio del<br />

agua y el Espíritu<br />

Podemos encontrar la verdadera satisfacción<br />

sólo si hemos nacido de nuevo al creer en la<br />

Verdad del agua y el Espíritu que Jesucristo, la<br />

verdadera luz, nos ha dado. Debemos creer en<br />

esta salvación, en que Jesucristo nos ha hecho<br />

nacer de nuevo del Evangelio del agua y el<br />

Espíritu. Sin Jesucristo no podríamos resolver el<br />

problema de los pecados de nuestras almas, el<br />

vacío de nuestros corazones y los pensamientos<br />

◄ ÍNDICE ►


de confusión. Jesucristo es el único que puede<br />

resolver estos problemas. No hay nadie más<br />

aparte de Jesucristo que nos pueda hacer felices.<br />

Jesucristo es quien nos da la verdadera<br />

satisfacción.<br />

Puede que hagamos esto y lo otro, y puede que<br />

nos hagamos ricos, pero todavía no tendremos<br />

satisfacción. La verdadera satisfacción es difícil<br />

de encontrar. Cuando servimos al Señor podemos<br />

encontrar la satisfacción finalmente y cuando<br />

hacemos la obra de Dios hay verdadera<br />

satisfacción; asimismo cuando creemos en<br />

Jesucristo y nacemos de nuevo estamos<br />

satisfechos. En resumen, cuando caminamos con<br />

Él, encontramos la satisfacción.<br />

Dios dijo: «Las tinieblas estaban sobre la faz<br />

del abismo», implicando que hay pecados en las<br />

profundidades de los corazones de la gente.<br />

¿Conoce la gente sus pecados? No, no se dan<br />

cuenta de ellos. Aunque hayan nacido con<br />

104 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

pecado, no saben que los tienen. ¿Y ustedes?<br />

¿Cuándo se dieron cuenta de sus pecados? ¿Se<br />

dieron cuenta de ellos cuando escucharon el<br />

Evangelio? ¿Cuándo la luz brilló? ¿O lo sabían<br />

antes? Antes de que creyeran en Jesucristo,<br />

probablemente pensarían que habían cometido<br />

pocos pecados. Cuando la Biblia dice que las<br />

tinieblas estaban sobre la faz del abismo, esto<br />

significa que no había nadie que conociera sus<br />

pecados.<br />

Sin embargo, aunque conozcamos a Jesucristo,<br />

si cometemos pecados horribles en este mundo,<br />

empezamos a darnos cuenta de quiénes somos:<br />

«¡OH! Así que yo soy así». Sin embargo, cuando<br />

llegamos a conocernos a nosotros mismos,<br />

empezamos a estar confusos, pensando: «No. Yo<br />

puedo vivir virtuosamente. Hago estas cosas por<br />

culpa de lo que me han hecho a mí». Las ideas<br />

confusas de la gente les hacen pensar así. A no<br />

ser que encontremos a Jesucristo, no podremos<br />

◄ ÍNDICE ►


darnos cuenta de que tenemos pecados. A no ser<br />

que nazcamos de nuevo, no podremos saberlo. A<br />

no ser que encontremos la verdadera luz, no hay<br />

modo de saberlo.<br />

El que las tinieblas estuvieran sobre la faz del<br />

abismo significa que los seres humanos no saben<br />

qué tipo de pecadores son. No se dan cuenta de<br />

que son pecadores y están destinados a ir al<br />

infierno. Los seres humanos son incapaces de<br />

conocer sus propios pecados. No pueden<br />

conocerlos a no ser que les ilumine la luz de la<br />

Verdad. Todo el mundo cree que es bueno. Las<br />

personas piensan que son como ángeles. Antes<br />

de recibir la remisión de los pecados, yo también<br />

pensaba que era bueno.<br />

Cuando era pequeño mis vecinos me<br />

consideraban un buen chico. Solían decir que era<br />

cortés y amable, que nunca me metía en<br />

problemas y me portaba bien con todo el mundo.<br />

Un simple saludo cortés a una persona mayor<br />

105 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

puede hacerte ganar muchos puntos. Si un niño<br />

saluda a un anciano amablemente, gana 90<br />

puntos; si recoge la basura, ayuda a la gente con<br />

las maletas y a hacer otras tareas en el<br />

vecindario, entonces se le considera un chico<br />

perfecto, y gana 100 puntos. Yo era así cuando<br />

era niño. Nunca oí a nadie decir que era mal<br />

chico.<br />

Sin embargo, cuando crecí, hice tantas cosas<br />

malas que no puede recordarlas todas. Solía<br />

amenazar a otros chicos y me peleaba en la<br />

escuela. Si no me estaba peleando, entonces me<br />

aseguraba de que otros chicos se pelearan. Lo<br />

hacía porque me aburría. Así que cuando<br />

empezaba una pelea, buscaba a algunos<br />

espectadores para que la mirasen. Y les decía a<br />

mis amigos: «Deberíais traer algo de comer. Va a<br />

haber un espectáculo interesante hoy, Deberíais<br />

venir. Fulanito y Menganito se van a pelear».<br />

Entonces mis amigos lo dejaban todo, incluidos<br />

◄ ÍNDICE ►


los deberes, y venían a ver la pelea.<br />

En resumen, hice muchas cosas malas, incluso<br />

provocar una pelea entre bandas. Cuando pienso<br />

en ello ahora me doy cuenta de que siempre<br />

estaba haciendo maldades. Sin embargo, aunque<br />

no había nada bueno en mí, mis vecinos seguían<br />

pensando que era una buena persona. Yo también<br />

creía que era buena persona. Siempre tenía una<br />

alta autoestima y pensaba: «¿Hay alguien que sea<br />

tan bueno como yo?». De verdad pensaba que era<br />

la mejor persona del mundo.<br />

Solía pensar: «Bueno, a veces me peleo con<br />

mis amigos, pero ¿qué pasa? Eso es lo que hace<br />

todo adolescente. ¿Por qué es un pecado?<br />

Reventar narices y hacer chichones forma parte<br />

del proceso de crecimiento». Aunque estas<br />

acciones sean asesinatos, envidia, robos,<br />

insensatez y malos pensamientos que constituyen<br />

un pecado, yo pensaba que no pasaba nada por<br />

aquel entonces. Como no conocía la Ley, no<br />

106 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

conocía el pecado y no sabía que lo tenía.<br />

En otras palabras, antes de recibir la luz de la<br />

Verdad, no podemos reconocer el pecado.<br />

¿Cómo entonces peca la gente?<br />

Había un famoso monje budista llamado<br />

Sungcheol en Corea. Este monje confesó que se<br />

había dado cuenta que era un pecador cuando<br />

estaba a punto de morir. Para poder alcanzar el<br />

conocimiento espiritual se alejó del mundo<br />

exterior y entrenó su mente durante 10 años, sin<br />

tumbarse, sólo se sentaba y miraba a la pared<br />

fijamente. El resultado de todo este proceso fue<br />

que se dio cuenta de que había engañado a<br />

muchas personas.<br />

Cuando la gente de fuera vio que el monje se<br />

había aislado del mundo exterior en un pequeño<br />

templo y que vivió así durante 10 años, todos se<br />

quedaron asombrados: «¡Vaya! ¡Es como Buda!<br />

No hay nadie igual en este mundo. Es el Buda de<br />

esta época». Sungcheol se acostumbró a oír estos<br />

◄ ÍNDICE ►


comentarios durante 10 años. Sin embargo, el<br />

mismo admitió: «No soy como Buda. He tenido<br />

pensamientos impuros con mujeres y he<br />

cometido todo tipo de actos impuros con mis<br />

pensamientos. Aunque no creáis que me haya<br />

tumbado, sí que me tumbé, y aunque creáis que<br />

no comí, sí que lo hice» Esto es lo que él<br />

pensaba. Así que cuando estaba a punto de morir,<br />

dejó un poema con sus últimas palabras, y dice lo<br />

siguiente: «Voy a ir al infierno porque he<br />

engañado a mucha gente durante toda mi vida».<br />

Sin embargo, cuando sus seguidores oyeron esto,<br />

lo alabaron aún más: «¡Qué gran monje es! Es<br />

tan humilde que se ha rebajado hasta este punto».<br />

Está escrito: «Y las tinieblas estaban sobre la<br />

faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía<br />

sobre la faz de las aguas» (Génesis 1, 2). Nadie<br />

conoce sus pecados hasta que escucha la Palabra.<br />

Génesis 1, 3 dice: «Y dijo Dios: Sea la luz; y fue<br />

la luz. Y vio Dios que la luz era buena». En otras<br />

107 Del poder de la oscuridad al Reino del Hijo<br />

palabras, al conocer a Jesucristo, al escuchar la<br />

Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu y a<br />

través de la luz que Dios nos ha dado, pudimos<br />

conocernos a nosotros mismos correctamente y<br />

nos dimos cuenta de que teníamos muchos<br />

pecados en nuestros corazones. Así es como nos<br />

convertimos en la luz y en el pueblo de Dios.<br />

Esta es la verdadera gracia de Dio. ¿Hay algún<br />

don mejor que este?<br />

¿Qué cosa hay que sea más grande que esta?<br />

¿Qué es más importante que el hecho de que<br />

Dios haya hecho a los seres humanos hijos<br />

Suyos? Dios envió a Su Hijo al mundo<br />

encarnado en el cuerpo de un hombre y le hizo<br />

ser bautizado, pagar por todos nuestros pecados,<br />

borrarlos, cargar con ellos hasta la Cruz y pagar<br />

la condena de estos pecados en nuestro lugar. No<br />

hay mejor creación que la que nos hizo ser justos.<br />

Doy gracias a Dios por darnos este<br />

maravilloso don. <br />

◄ ÍNDICE ►


Primer día: en el principio<br />

Dios creó los cielos y la tierra<br />

< Génesis 1, 1-5 ><br />

«En el principio creó Dios los cielos y la<br />

tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía,<br />

y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo,<br />

y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de<br />

las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.<br />

Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios<br />

la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz<br />

Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la<br />

tarde y la mañana un día».<br />

En el Libro de Génesis se explica el objetivo<br />

por el que Dios nos creó. Cuando un arquitecto<br />

diseña un edificio o cuando un artista pinta un<br />

108 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

cuadro, lo primero que hacen es concebir la obra<br />

que será completada en sus mentes antes de<br />

empezar a trabajar en ella. Así, nuestro Dios<br />

tenia la salvación en mente antes de crear los<br />

cielos y la tierra, e hizo a Adán y a Eva con este<br />

objetivo en mente. Y Dios tenía que explicarnos<br />

el dominio del Cielo, que no puede verse con<br />

nuestros ojos físicos, mediante una analogía con<br />

el dominio de la tierra que sí podemos ver y<br />

entender.<br />

Incluso antes de la creación del mundo, Dios<br />

quería salvar a la humanidad mediante el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu. Así que aunque<br />

todos los seres humanos fueron creados del<br />

polvo, deben conocer la Verdad del Evangelio<br />

del agua y el Espíritu por el bien de sus almas. Si<br />

la gente sigue viviendo sin conocer el dominio<br />

del Cielo, no sólo perderán las cosas de la tierra,<br />

sino que también las del Cielo.<br />

Sin embargo, en el cristianismo de hoy en día,<br />

◄ ÍNDICE ►


es casi imposible encontrar la lección que nos<br />

permita entender el dominio espiritual del Cielo<br />

que nos revela el Libro del Génesis. Esto se debe<br />

a que los líderes del cristianismo no pueden<br />

escapar de la oscuridad porque no conocen el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu ni creen en él.<br />

Por tanto, para que los cristianos se aseguren de<br />

que sus almas prosperarán según el objetivo de la<br />

creación de Dios, todos deben entender el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu correctamente.<br />

Estas personas no encontraban la manera de<br />

convertirse en el pueblo de Dios hasta ahora y<br />

esta es aún mayor razón para tener la verdadera<br />

fe que les permite recibir las bendiciones<br />

espirituales del Cielo.<br />

Incluso en este momento, Dios está<br />

construyendo Su Reino en los corazones de la<br />

gente mediante el Evangelio espiritual del agua y<br />

el Espíritu. Todo el mundo debe poder ver el<br />

dominio espiritual del Cielo con los ojos de la fe,<br />

109 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

creyendo en la Palabra de Dios. Esto sólo es<br />

posible si la gente es salvada de sus pecados a<br />

través de la fe en la Verdad del Evangelio del<br />

agua y el Espíritu. Así, para permitirles alcanzar<br />

el dominio espiritual del Cielo, debemos predicar<br />

la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu a<br />

todo el mundo.<br />

El objetivo que Dios tenía al crear el universo<br />

entero y todo lo que hay en él era darnos Su<br />

Reino. Aún es más, Dios decidió en Su<br />

providencia que nos daría este Reino a través del<br />

poder de Su Evangelio. En otras palabras, Dios<br />

ha comprado nuestra salvación para que<br />

podamos entrar en el Reino de los Cielos al creer<br />

en el Evangelio del agua y el Espíritu. Nuestro<br />

Señor fue más que capaz de salvar a todos los<br />

creyentes de sus pecados de una vez por todas,<br />

porque vino al mundo, tomó todos los pecados<br />

del mundo a través del bautismo en el agua que<br />

recibió de Juan el Bautista, derramó Su sangre<br />

◄ ÍNDICE ►


mientras cargaba con estos pecados y se levantó<br />

de entre los muertos.<br />

Ahora Dios ha permitido a nuestros espíritus<br />

que alcancen el dominio del Cielo al creer en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu. Y Dios ha dado<br />

a todos los seres humanos el deseo de buscar el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu, es decir, «ha<br />

puesto eternidad en el corazón de ellos»<br />

(Eclesiastés 3, 11).<br />

A lo largo de la historia de la creación de los<br />

cielos y la tierra, Dios quiso crear Su Reino en<br />

nuestros corazones también. Cuando el pasaje de<br />

las Escrituras de hoy dice que «la tierra estaba<br />

desordenada» se refiere a la condición del<br />

corazón humano, que está esclavizado por el<br />

pecado. Y Dios dijo: «Que sea la luz». Este<br />

pasaje implica que aunque todos nacimos con<br />

muchos pecados en nuestros corazones, ahora<br />

podemos nacer de nuevo. Al iluminar a todo el<br />

mundo que tiene pecado con la luz de la Verdad<br />

110 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

de la salvación, Dios quiso corregir nuestros<br />

corazones que estaban confundidos por el<br />

pecado.<br />

Antes de conocer el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu, todos teníamos pecados en nuestros<br />

corazones y por tanto no podíamos darnos cuenta<br />

de ellos porque estábamos confundidos por el<br />

pecado. En otras palabras, todos estábamos<br />

viviendo sin darnos cuenta de que estábamos<br />

separados de Dios por culpa de nuestros pecados.<br />

Así que los seres humanos no podían saber lo<br />

que era la bondad ni la maldad, por no hablar de<br />

la verdadera salvación. Incluso ahora los que no<br />

han nacido de nuevo todavía están confusos,<br />

tanto que confunden la mayor de las maldades<br />

con la mayor de las bondades.<br />

Por eso Dios dijo: «La tierra estaba<br />

desordenada». Estaba declarando que los<br />

corazones de todo el mundo estaban llenos de<br />

pecados.<br />

◄ ÍNDICE ►


Todo el mundo nace heredando los pecados de<br />

sus padres carnales (Salmos 51, 5…. «He aquí,<br />

en maldad he sido formado. Y en pecado me<br />

concibió mi madre»; Marcos 7, 21…«Porque de<br />

dentro, del corazón de los hombres, salen los<br />

malos pensamientos, los adulterios, las<br />

fornicaciones, los homicidios»). La Biblia dice<br />

que no podemos evitar cometer pecados siempre<br />

porque nacemos con pecados (Romanos 7, 17-<br />

20). Sin embargo, todo el mundo ha nacido con<br />

pecado por culpa de un hombre, Adán, y por eso<br />

sólo podemos convertirnos en justos en la<br />

Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu.<br />

Estas son las cosas que todo el mundo<br />

ha malinterpretado<br />

La Palabra de Dios dice que todo el mundo<br />

está lleno de pecados por naturaleza, porque ha<br />

111 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

heredado el pecado de sus antepasados. En otras<br />

palabras, Dios dice que nadie puede evitar<br />

cometer pecados durante toda su vida porque<br />

todos nacimos con el pecado.<br />

Sin embargo, las ideas de muchos sobre<br />

cuestiones como el pecado son falacias. Piensan<br />

que sus corazones son buenos y decentes por<br />

naturaleza y que cometen pecados<br />

involuntariamente debido a las circunstancias y<br />

que por tanto bajo las condiciones ideales no<br />

cometerían pecados. Sin embargo, debemos<br />

darnos cuenta de que la gente comete no comete<br />

pecados por culpa de las circunstancias, sino que<br />

se debe a que han nacido con pecado. Debemos<br />

darnos cuenta de que los descendientes de Adán<br />

y Eva heredamos todos y cada uno de sus<br />

pecados desde el día en que nacimos, y por eso<br />

seguimos cometiendo pecados en nuestras vidas.<br />

Sólo a través de la Palabra de Dios podemos<br />

darnos cuenta de nuestros pecados y entender<br />

◄ ÍNDICE ►


nuestra naturaleza.<br />

Dios dice que todos somos una «generación<br />

de malignos» (Isaías 1, 4). La semilla de la<br />

humanidad puede ser comparada con un árbol<br />

malo. Todo árbol da fruto según su tipo. Si se<br />

plantan las semillas de un manzano y crece un<br />

árbol, ese árbol será indudablemente dará<br />

manzanas. El manzano no puede evitarlo aunque<br />

no quiera dar manzanas. Del mismo modo en que<br />

es cuestión de tiempo que el manzano de<br />

manzanas, es cuestión de tiempo que cometamos<br />

pecados mientras vivimos en este mundo, porque<br />

todo ser humano nació con pecado.<br />

Dios dijo que como todos hemos nacido con<br />

pecado, estamos destinados a seguir pecando<br />

constantemente y debemos creer en esta Verdad<br />

y admitirla en nuestros corazones. Si nacieron<br />

siendo la semilla del pecado, como un arbusto<br />

espiritual con espinas, están destinados a pecar<br />

constantemente. Del mismo modo en que es<br />

112 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

evidente que un arbusto con espinas da espinas,<br />

es también obvio que los pecadores pecan en sus<br />

vidas. Jesús dijo: «Así, todo buen árbol da<br />

buenos frutos, pero el árbol malo da frutos<br />

malos» (Mateo 7, 17).<br />

Debemos darnos cuenta de que es evidente<br />

que los seres humanos, nacidos como pecadores,<br />

sólo pueden dar malos frutos. Como todos hemos<br />

heredado un corazón pecador de nuestros padres,<br />

estamos destinados a pecar siempre, por mucho<br />

que queramos no hacerlo. Por eso debemos creer<br />

en la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu<br />

de corazón. La verdad es que sólo entonces nos<br />

es posible librarnos de nuestros pecados por fe y<br />

convertirnos en el pueblo de Dios. Así que todo<br />

el mundo debe creer en el Evangelio del agua y<br />

el Espíritu.<br />

¿Se han dado cuenta alguna vez de su<br />

verdadera naturaleza? Aunque mucha gente se<br />

haya preguntado a sí misma: «¿Quién soy? ¿De<br />

◄ ÍNDICE ►


dónde vengo y adónde voy?» nadie en este<br />

mundo ha encontrado una respuesta satisfactoria<br />

para estas preguntas por sí mismo. Las respuestas<br />

a estas preguntas sólo se encuentran creyendo en<br />

la Palabra de Dios, pero como la gente intenta<br />

encontrar las respuestas por sus propios medios,<br />

sus mentes acaban estando más confusas. Así<br />

que muchos filósofos han acabado escondiendo<br />

su confusión con la noción abstracta que<br />

denominan «agnosticismo».<br />

¿Están confusos espiritualmente a causa de los<br />

pecados que cometen? Si es así, no han<br />

entendido bien su naturaleza pecadora y por tanto<br />

no pueden recibir el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu, la Verdad que limpia los pecados. Jesús<br />

le dice a todo el mundo: «Venid a Mí, todos los<br />

que trabajáis duro y lleváis una carga pesada, y<br />

os daré descanso». Pero aún así, los<br />

pensamientos de casi todo el mundo están<br />

confusos y no pueden discernir lo que está bien<br />

113 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

de lo que está mal, y sus valores están confusos.<br />

Por tanto, primero nuestros pecados deben<br />

desparecer mediante el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu. Para ello, debemos darnos cuenta, a<br />

través de la Palabra, de que hemos nacido con<br />

pecado. Sólo entonces podemos creer en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu, la Verdad de la<br />

salvación, y nuestros corazones estarán libres de<br />

pecado.<br />

Para borrar nuestros pecados, Dios nos ha<br />

enseñado Sus dos leyes. Dios nos dio la Palabra<br />

de la Ley como una de esas dos leyes para que<br />

nos diéramos cuenta de nuestros pecados, y la<br />

otra ley, es la ley del Espíritu que libra a todo el<br />

mundo del pecado. Primero, al darnos la Ley,<br />

Dios quiso enseñarnos cuáles son nuestros<br />

pecados, y lo severo que es juzgándolos.<br />

Como ya sabemos, hay 613 mandamientos de<br />

Dios en la Ley, y los Diez Mandamientos<br />

capturan su esencia. De estos diez, los cuatro<br />

◄ ÍNDICE ►


primeros especifican las tareas que debemos<br />

cumplir para mantener una relación con Dios.<br />

Dicho de otra manera, a través de estos primeros<br />

cuatro mandamientos, Dios nos está diciendo:<br />

«Os he creado y también he creado todo lo que<br />

hay en este mundo, y por tanto no debéis adorar<br />

lo que hay en este mundo ni servirlo». Los otros<br />

seis mandamientos, desde el quinto hasta el<br />

décimo, son estatutos que los seres humanos<br />

deben cumplir para mantener una relación con el<br />

prójimo. Así Dios nos dio los Diez<br />

Mandamientos, pero nadie puede cumplir esta<br />

Ley a la perfección.<br />

Lo admitamos o no, Dios nos ha creado. Y<br />

Dios nos ama. Dios es nuestro Maestro y nuestro<br />

Rey. Así que es justo que Dios nos diga: «No<br />

adoraréis a otros dioses». Como Dios es nuestro<br />

Creador, es imperativo que le obedezcamos. Si<br />

no creemos en Su Palabra y no la obedecemos,<br />

estamos cometiendo un pecado ante Dios. Sin<br />

114 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

embargo, desafortunadamente, no nos hemos<br />

dado cuenta de que Dios es el Creador que hizo<br />

los cielos y la tierra. Aunque Dios ordenó a la<br />

humanidad que le sirvieran a Él solamente, que<br />

le obedecieran y creyeran en Él, los seres<br />

humanos no lo han cumplido y han creído en<br />

otras cosas y las han servido.<br />

Por tanto, para los seres humanos que nacieron<br />

con pecado, era necesario que hubiera<br />

mandamientos de Dios para que se dieran cuenta<br />

de sus pecados. Y a través de la Palabra de los<br />

mandamientos de Dios, pudimos darnos cuenta<br />

de cuántos pecados habíamos cometido a los ojos<br />

de Dios en nuestras vidas. A los que reconocen<br />

su naturaleza pecadora, Dios quería salvarlos<br />

mediante el Evangelio del agua y el Espíritu,<br />

hacerlos Su pueblo y construir Su Reino con<br />

ellos. Dios estableció Su Ley para librar a la<br />

humanidad de sus pecados, bendecirla y<br />

convertirla en Su pueblo. Es absolutamente<br />

◄ ÍNDICE ►


necesario que nos demos cuenta de esto y de que<br />

creamos en e Evangelio del agua y el Espíritu.<br />

Si no conocemos la Ley de Dios, no podremos<br />

admitir nuestros pecados nunca. ¿Por qué?<br />

Porque sin la Ley de Dios nuestros pecados no<br />

pueden reconocerse. Si no existiera la Ley de<br />

Dios, que es lo que determina el bien y el mal,<br />

tampoco existirían nuestras transgresiones<br />

(Romanos 4, 15; 7, 8).<br />

Nos creemos que somos muy sabios y<br />

tenemos nuestro propio sistema de valores.<br />

Solemos pensar: «Esto es bueno, esto es malo;<br />

esto está bien, esto está mal», pero sólo por<br />

nuestra cuenta y según nuestra propia<br />

conveniencia. Así que acabamos concluyendo<br />

que lo que nos beneficia es bueno y lo que nos<br />

hace daño es malo. Sin embargo, nos hemos<br />

inventado este juicio de valores según nuestro<br />

egoísmo.<br />

Los seres humanos no pueden establecer<br />

115 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

ninguna ley por su cuenta, porque sólo son<br />

criaturas que deben obedecer la Ley que Dios ha<br />

establecido. Dios nos ha dado Su Ley a todos<br />

nosotros. Esta Ley de Dios nos ordena: «No<br />

adorarás a ningún otro dios». Por eso nuestros<br />

corazones deben reconocer la Ley de Dios y<br />

obedecerla.<br />

Si reconocemos la Ley de Dios, envidiar los<br />

bienes ajenos constituye un pecado. ¿Han<br />

envidiado alguna vez las posesiones de otros y<br />

han deseado tener lo que otros tienen? Todos<br />

somos capaces de envidiar cosas ajenas, como el<br />

marido o la mujer del prójimo, su dinero o su<br />

coche. Además no sólo envidiamos cosas en<br />

nuestros corazones, sino que además lo ponemos<br />

en práctica. Dios nos dijo que no diéramos falso<br />

testimonio contra nuestro prójimo. Dijo que<br />

robar era un pecado. También el adulterio y el<br />

asesinato son un pecado. Dijo que no honrar a tu<br />

padre y a tu madre es un pecado. Y dijo que<br />

◄ ÍNDICE ►


adorar a otros dioses es un pecado que nos puede<br />

destruir.<br />

Si aceptamos la Ley de Dios en nuestros<br />

corazones y examinamos nuestras obras<br />

basándonos en la Ley, podemos darnos cuenta de<br />

que hemos cometido pecados a los ojos de Dios.<br />

Desde el momento en que nacimos, ya éramos<br />

pecadores, porque heredamos todos los pecados<br />

de los corazones de nuestros padres, desde<br />

asesinatos a adulterio y robos. Como tenemos<br />

todos estos pecados en nuestros corazones<br />

(adulterio, asesinato, robo) Dios puede decirnos:<br />

«Sois pecadores». Sin embargo, aunque los seres<br />

humanos nacieron con todos estos pecados desde<br />

el principio, no lo saben.<br />

Aunque los seres humanos tengan deseos<br />

asesinos en sus corazones, Dios ve que no se dan<br />

cuenta. Así que al darnos Su Ley y ordenarnos<br />

que no cometiésemos asesinatos, Dios nos ha<br />

permitido darnos cuenta de que somos asesinos.<br />

116 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

En otras palabras, Dios nos dio la Ley para que<br />

supiésemos que somos «montones de pecados».<br />

Todos somos pecadores a los ojos de Dios, sin<br />

importar nuestra condición social. La Biblia nos<br />

deja claro que todos somos pecadores.<br />

El primer hombre y la primera mujer que Dios<br />

creó fueron Adán y Eva. Pero acabaron pecando<br />

contra Él. Fueron engañados por la tentación de<br />

Satanás y traicionaron a Dios. Como<br />

consecuencia, todos los seres humanos<br />

descendientes de Adán y Eva nacen con los<br />

mismos deseos pecaminosos y la misma<br />

naturaleza que sus antepasados. Por eso todo el<br />

mundo es pecador a los ojos de Dios.<br />

Cuando Dios dijo en el pasaje de las Escrituras<br />

de hoy: «La tierra estaba desordenada», estaba<br />

señalando que nosotros no nos damos cuenta de<br />

nuestros pecados. Como los seres humanos no se<br />

conocen a sí mismos, Dios dice: «Sois pecadores<br />

llenos de transgresiones». Por tanto, debemos<br />

◄ ÍNDICE ►


aprender la Ley de Dios y a través de esta Ley<br />

debemos darnos cuenta de que somos grandes<br />

pecadores a los ojos de Dios. Así es como todo el<br />

mundo se da cuenta de que sus corazones están<br />

desordenados y de que son salvados a través del<br />

Evangelio del agua y el Espíritu, la Verdad de la<br />

salvación. Todos nosotros debemos saber que<br />

«los seres humanos pecan porque han nacido con<br />

pecado» y nuestras mentes deben entender que<br />

debemos recibir la remisión de los pecados al<br />

creer en el Evangelio del agua y el Espíritu.<br />

¿Creen que son pecadores a los ojos de Dios?<br />

Sin embargo, mucha gente no se da cuenta de su<br />

naturaleza pecadores, ni sabe que la Ley nos<br />

enseña la bondad absoluta de Dios. Por tanto<br />

todos han caído en la confusión sin darse cuenta<br />

del hecho de que son grandes pecadores. Sin<br />

embargo, Dios escribe todos los pecados de la<br />

gente en las tablas de sus conciencias y en el<br />

Libro de los Hecho ante el trono de Dios, y está<br />

117 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

esperando a que llegue el día del juicio. Por<br />

mucho que hayan pecado ante Dios o los<br />

hombres, en secreto o abiertamente, si han<br />

cometido algún pecado que moleste en sus<br />

conciencias, Dios lo ha escrito en la tabla de sus<br />

conciencias: «Has cometido estos pecados»<br />

(Jeremías 17, 1). Ya reconozcamos la Ley o no,<br />

Dios escribe nuestros pecados en las tablas de<br />

nuestros corazones. Si nos olvidamos de nuestras<br />

transgresiones, no podremos escapar de la<br />

condena de los pecados, porque todos ellos están<br />

escritos en el Libro de los Hechos. Por eso los<br />

que tienen pecados no pueden tener una<br />

conciencia tranquila: «No tengo pecado», sino<br />

que sólo se pueden condenar a sí mismos,<br />

confesando: «Soy un pecador».<br />

Como Dios ha escrito todos nuestros pecados<br />

en las tablas de nuestros corazones, nadie puede<br />

negar ser un pecador. Por ejemplo, imaginemos<br />

que hemos robado sin quererlo y que nos hemos<br />

◄ ÍNDICE ►


olvidado de ello. Dios le habla a nuestra<br />

conciencia: «Has robado» y escribe este pecado<br />

en las tablas de nuestros corazones. Esto no sólo<br />

ocurre cuando robamos, sino con todos los<br />

demás pecados. Si tenemos un deseo asesino o lo<br />

llevamos a cabo, ya lo hayan visto otros o no,<br />

Dios lo escribe en las tablas de nuestros<br />

corazones y nos hace sentirnos culpables en<br />

nuestra conciencia. Así que si nadie conoce sus<br />

transgresiones, como estos pecados están escritos<br />

en nuestras conciencias, no podemos evitar<br />

confesar a Dios: «He cometido estos pecados».<br />

Todo lo que debemos hacer es admitir<br />

nuestros pecados ante Dios y reconocer que Su<br />

Ley es estricta. Sólo debemos confesar: «Soy un<br />

pecador a los ojos de Dios». ¿Por qué nos pide<br />

esto Dios? ¿Por qué quiere Dios que admitamos<br />

que somos pecadores? Para poder borrar nuestros<br />

pecados, para eso quiere escuchar: «Soy un<br />

pecador». Esto se puede comparar con una<br />

118 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

persona con un cargo alto que da un don de<br />

misericordia a sus subordinados. Este don es<br />

todavía mejor si es algo que el que lo recibe<br />

necesita desesperadamente. Sin embargo si el<br />

destinatario recibe algo que no necesita, no estará<br />

tan agradecido por este don. Dios quiere darnos<br />

Su gracia de salvación a los que lo necesitamos<br />

desesperadamente.<br />

Sin embargo, antes de conocer el Evangelio<br />

del agua y el Espíritu, no podíamos reconocer<br />

qué tipo de pecados habíamos cometido a través<br />

de la Palabra de Dios. Yo también era así. Antes<br />

de creer en el Evangelio del agua y el Espíritu y<br />

conocer a Jesús, no conocía mis pecados tan<br />

bien. Tenemos una tendencia a justificar nuestros<br />

pecados y defendernos. Y una predilección a<br />

esconderlos.<br />

Sin embargo, cuando intentamos esconder<br />

nuestros pecados de Dios, nuestros corazones<br />

sufren. Pero cuando admitimos ante Dios que<br />

◄ ÍNDICE ►


hemos pecado y cuando reconocemos nuestras<br />

mentes pecadoras, nuestros corazones quedan<br />

satisfechos. Así los que se reconocen<br />

sinceramente ante Dios pueden alcanzar la<br />

salvación a través de la obra de Jesucristo que ha<br />

borrado nuestros pecados con el Evangelio del<br />

agua y el Espíritu.<br />

La raza humana debe reconocer la<br />

Verdad que ha borrado sus pecados a<br />

través del Evangelio del agua y el<br />

Espíritu<br />

Todos nosotros sabemos exactamente cómo<br />

Dios ha borrado los pecados de la humanidad.<br />

Todos debemos creer en el Evangelio del agua y<br />

el Espíritu. Todos debemos darnos cuenta de que<br />

el Señor tomó nuestros pecados de una vez por<br />

119 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

todas al ser bautizado y que cargó con la condena<br />

de esos pecados en nuestro lugar al ser<br />

crucificado. Si escuchamos el Evangelio del agua<br />

y el Espíritu y creemos en él de corazón, todos<br />

nuestros pecados serán borrados y seremos<br />

salvados.<br />

Nuestras vidas no terminan aquí en la tierra.<br />

Dios quiso borrar nuestros pecados, dejarnos sin<br />

pecado, llevarnos al Reino de los Cielos y vivir<br />

con nosotros para siempre. Así que hizo planes<br />

antes de la creación del mundo y cuando llegó la<br />

hora, envió a Su Hijo Jesucristo y lo cumplió<br />

todo según el plan. Sin embargo, sólo si creemos<br />

y aceptamos que Dios ha borrado nuestros<br />

pecados, podremos ser salvados. Por eso todos<br />

nosotros debemos creer en Jesucristo como<br />

nuestro Salvador. Así que como todos nacimos<br />

con pecados, estamos destinados a seguir<br />

pecando hasta el día en que muramos, y por tanto<br />

sólo si lo admitimos y ponemos nuestra fe en<br />

◄ ÍNDICE ►


Jesucristo, podemos recibir la gracia y el amor de<br />

Dios.<br />

«En el principio Dios creó los cielos y<br />

la tierra»<br />

Antes de la creación del mundo, Dios había<br />

pensaba crear a los seres humanos y hacer que<br />

naciesen de nuevo en Jesucristo. El primer día de<br />

Su creación, Dios hizo dos cosas: primero creó el<br />

dominio de los cielos y la tierra, y después creó<br />

la luz. Dios creó la humanidad, pero no sólo la<br />

creó, sino que también le dio la luz de la<br />

salvación y creó el universo entero con el<br />

propósito de hacernos, a los que creemos en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu, Sus hijos.<br />

Nuestras creencias y nuestra fe deben empezar<br />

sabiendo la respuesta a la siguiente pregunta:<br />

«¿Para qué creó Dios a la raza humana?». Sólo<br />

120 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

entonces podremos saber qué tipo de fe quiere<br />

Dios que tengamos, y sólo entonces podremos<br />

conocer a Dios al creer en el Evangelio del agua<br />

y el Espíritu. Cuando creó este universo entero y<br />

todo lo que hay en él, ¿cómo manifestó Su<br />

objetivo? El fin de la creación era hacernos nacer<br />

de nuevo y convertirnos en el pueblo de Dios.<br />

Esta tarea es la que nuestro Señor Jesucristo<br />

cumplió. El fin por el cual Dios creó el universo<br />

y la humanidad era hacernos nacer en este<br />

mundo, iluminarnos con la luz de la salvación,<br />

convertirnos en el pueblo de Dios y hacernos<br />

perfectos.<br />

Está escrito: «Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la<br />

luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó<br />

Dios la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz<br />

Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde<br />

y la mañana un día» (Génesis 1, 3-5).<br />

La primera cosa que Dios quiso hacer con<br />

nosotros está escrita en Génesis 1, 1-5. Del<br />

◄ ÍNDICE ►


mismo modo en que un constructor hace una<br />

casa por una razón, Dios creó el universo entero<br />

y todo lo que hay en él según Su plan. ¿Cuál era<br />

Su plan? Hacernos Su pueblo. Y lo consiguió.<br />

Por eso ustedes y yo debemos aceptar la luz de<br />

la salvación en nuestros corazones mientras<br />

seguimos viviendo en este mundo, antes de que<br />

vayamos a Dios. Debemos saber exactamente por<br />

qué Dios creo a la humanidad y cómo diseñó<br />

nuestra salvación en Jesucristo y así creer y<br />

aceptarlo. ¿Por qué nos creó Dios? ¿Cuál era el<br />

objetivo de Dios al crearnos? Debemos entender<br />

qué significa lo que Dios dijo: «Sea la luz; y fue<br />

la luz. Y vio Dios que la luz era buena». Dios<br />

dijo esto para hacer que los pecadores fueran<br />

justos mediante la luz de la Verdad.<br />

Génesis 1, 1 dice: «En el principio Dios creó<br />

los cielos y la tierra». Este pasaje no sólo explica<br />

que Dios creó el universo y todo lo que ven<br />

nuestros ojos, sino que también implica que Dios<br />

121 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

hizo el dominio espiritual del Cielo por nosotros.<br />

Del mismo modo en que el universo fue creado<br />

por Dios, todos los pecadores son recreados por<br />

Dios y se hacen justos a través del Evangelio del<br />

agua y el Espíritu.<br />

Incluso ahora mismo nuestro Dios está<br />

trabajando para hacer que los pecadores sean<br />

justos a través de la Palabra del Evangelio del<br />

agua y el Espíritu. Así que aunque Dios creó el<br />

dominio de las criaturas, Su verdadero objetivo<br />

era hacernos hijos Suyos. En otras palabras, Dios<br />

hizo el dominio de las criaturas para darnos la<br />

bendición de convertirnos en Su pueblo. La<br />

voluntad de Dios es convertirnos a ustedes y a mí<br />

en Su pueblo.<br />

Cuando leemos en la Biblia: «En el principio<br />

Dios creó los cielos y la tierra», debemos darnos<br />

cuenta de por qué Dios creó el universo y todo lo<br />

que hay en él. Dios hizo el universo y todo lo que<br />

hay en él para crear a la humanidad e hizo que<br />

◄ ÍNDICE ►


los seres humanos fueran Su pueblo al borrar sus<br />

pecados mediante Jesucristo, la luz, y<br />

transformándolos en hijos de la luz. Debemos<br />

entenderlo y creer. Dios escribió la Biblia para<br />

salvarnos.<br />

Dios creó el universo y todo lo que hay en él,<br />

y esta Verdad nos dice que lo hizo para<br />

transformar a los pecadores en justos. Así que<br />

aunque ahora nos hemos convertido en justos al<br />

creer en el Evangelio del agua y el Espíritu, antes<br />

de alcanzar este estado, todos éramos pecadores.<br />

La Palabra de Dios que nos ha enseñado esta<br />

Verdad es maravillosa.<br />

Cuando nos examinamos a nosotros mismos,<br />

vemos lo malos que somos y que sólo somos un<br />

puñado de polvo. Pero aún para seres tan malos<br />

como nosotros, Dios ha creado estos<br />

maravillosos dominios del cielo y de la tierra<br />

para hacernos Sus hijos. Cuando pensamos en<br />

esto, recordamos a Pablo, que confesó: «¡Oh<br />

1<strong>22</strong> Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

profundidad de las riquezas de la sabiduría y de<br />

la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus<br />

juicios, e inescrutables sus caminos!» (Romanos<br />

11, 33) y «Porque de él, y por él, y para él, son<br />

todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos.<br />

Amén» (Romanos 11, 36).<br />

Mientras el Apóstol Pablo predicaba el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu en este mundo y<br />

trabajaba para la obra de Dios, descubrió la<br />

grandeza de la voluntad de Dios para nosotros, y<br />

se maravillaba. En realidad, ¿qué son los seres<br />

humanos para que Dios creara el dominio de los<br />

cielos para convertir a los pecadores en justos y<br />

convertirlos en Su pueblo? Cuando el ángel de la<br />

luz, Lucifer, retó a Dios, nuestro Padre no le<br />

perdonó, sino que lo arrojó al Hades. Pero para<br />

los seres humanos, Dios ideó un plan para<br />

permitirles convertirse en Sus hijos al creer en la<br />

Palabra de la Verdad, el don de la salvación de<br />

Dios, y lo cumplió todo en Jesucristo.<br />

◄ ÍNDICE ►


Dios nos dijo: «Porque de tal manera amó<br />

Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,<br />

para que todo aquel que en él cree, no se pierda,<br />

mas tenga vida eterna» (Juan 3, 16). Así que<br />

cuando Dios dijo que se hiciera la luz, la luz se<br />

hizo y Dios iluminó este mundo con su luz. A los<br />

que obedecen a esta luz, Dios les permite ser Su<br />

pueblo a través de Su gracia, y a los que rechazan<br />

la luz de Dios, los juzga según Su justicia. Dios<br />

hizo una obra majestuosa por nosotros a través<br />

de Su providencia que no podemos entender a no<br />

ser que la conozcamos a través de la luz de la<br />

Verdad.<br />

Como el Señor me ha dado la remisión de mis<br />

pecados, y como ahora sigo con mi vida, no hay<br />

nada que pueda hacer aparte de darle gracias a<br />

Dios, porque Su plan para nosotros es grandioso<br />

y magnífico. Como no tenemos nada de lo que<br />

alardear ante Dios, todo lo que podemos hacer es<br />

darle gracias a través de nuestra fe. Creó que<br />

123 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

Dios creó el universo porque tenía un plan<br />

maravilloso para la humanidad. ¿Creen en esto?<br />

Como tenemos el Espíritu Santo dentro de<br />

nosotros podemos creer en el plan de Dios con<br />

nuestros corazones. Dios planeó nuestra<br />

salvación en el Evangelio del agua y el Espíritu,<br />

y por eso nos creó.<br />

Dios nos ha iluminado con la luz de la<br />

salvación. Este Dios, que nos ha iluminado con<br />

la luz de la salvación, hace que haya tesoros en<br />

sus corazones y en el mío, en estos recipientes de<br />

arcilla. Gracias a la Palabra del Evangelio del<br />

agua y el Espíritu que tenemos en nuestros<br />

corazones, podemos creer en la Palabra de Dios y<br />

trabajar con Él. Hay muchas partes de la Biblia<br />

que simplemente no podemos entender si<br />

pensamos en términos carnales. Sin embargo,<br />

como tenemos el Espíritu Santo en nuestros<br />

corazones, podemos entender la obra de Dios y<br />

creer en ella.<br />

◄ ÍNDICE ►


Debemos entender lo que Dios nos intenta<br />

decir en esta Palabra de las Escrituras. Para creer<br />

en la Verdad de Dios y convertirnos en Su<br />

pueblo, debemos darnos cuenta de qué plan tiene<br />

Dios para nosotros y qué tipo de obra ha logrado.<br />

Muchos de los cristianos de hoy en día estudian<br />

la Biblia, pero hay algo más aparte de estudiarla<br />

intelectualmente y memorizar pasajes. El<br />

objetivo de estudiar la Biblia, la Palabra de Dios,<br />

es averiguar cuál es el plan de Dios.<br />

La Biblia dice que Dios nos ha hecho luz y<br />

debemos aceptar la verdadera luz de salvación.<br />

Dios llama a los que no aceptan la Verdad del<br />

Evangelio del agua y el Espíritu, hijos de<br />

Satanás. Debemos darnos cuenta de que Dios<br />

tiene un plan magnífico de salvación para<br />

nosotros y de que lo ha cumplido. Mientras<br />

vivimos nuestras vidas de fe, sólo cuando nos<br />

damos cuenta de las bendiciones que Dios nos ha<br />

dado, y sólo cuando creemos en el Evangelio del<br />

124 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

agua y el Espíritu, podemos creer en Su voluntad<br />

de verdad.<br />

¿Qué nos libera de la confusión<br />

caótica de nuestros corazones?<br />

Pasemos a Génesis 1, 2: «Y la tierra estaba<br />

desordenada y vacía, y las tinieblas estaban<br />

sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se<br />

movía sobre la faz de las aguas».<br />

En la Biblia, la tierra denota los corazones<br />

humanos. El que la tierra estuviera desordenada<br />

significa que los corazones humanos están<br />

vacíos. En otras palabras, la gente está viviendo<br />

en confusión y está vacía, porque no ha<br />

encontrado la Palabra de la Verdad de salvación.<br />

Para quitar esta confusión de la humanidad<br />

debemos comprender correctamente «el pecado,<br />

la justicia y el juicio» (Juan 16, 8). Dicho de otra<br />

◄ ÍNDICE ►


manera, cuando escuchan y creen en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu pueden recibir la<br />

remisión de los pecados y ser librados de la<br />

confusión de sus corazones. Pero<br />

desafortunadamente, mucha gente no conoce el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu y por eso tanto<br />

sus pensamientos como sus corazones están<br />

confundidos y perdidos.<br />

Los que todavía no han recibido la luz están<br />

luchando porque no pueden escapar de sus<br />

pensamientos confusos. Sin embargo, cuando la<br />

luz de la Verdad de la salvación llega a sus<br />

corazones, su confusión desaparece de repente.<br />

Dios nos dice: «Sea la luz; y fue la luz. Y vio<br />

Dios que la luz era buena». Cuando Dios<br />

iluminó este mundo oscuro con la luz, la<br />

oscuridad desapareció instantáneamente. De este<br />

modo, Dios vio lo que había hecho por nosotros<br />

y que era bueno. Nuestro conocimiento de Dios<br />

empieza por conocer la Verdad del Evangelio del<br />

125 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

agua y el Espíritu que ha venido de la mano de<br />

Jesucristo. Cuando nos ilumina con la luz de la<br />

salvación, no hay oscuridad que nos detenga.<br />

Por tanto, los que nos hemos convertido en la<br />

luz de la Verdad debemos difundir este<br />

Evangelio del agua y el Espíritu a todo el mundo.<br />

Cuando predicamos el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu en este mundo, la confusión desaparece<br />

de los corazones de la gente. No hay duda de que<br />

el Evangelio del agua y el Espíritu en el que<br />

creemos y que predicamos ayudará a mucha<br />

gente a llegar a Jesucristo. Cuando creen en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu, el vacío de sus<br />

corazones desaparecerá y sus pecados serán<br />

borrados. Si aceptan este Evangelio del agua y el<br />

Espíritu en sus corazones, sus pecados<br />

desaparecerán.<br />

La Biblia habla de la luz de la Verdad de la<br />

salvación. La base de esta salvación es la Palabra<br />

del Evangelio del agua y el Espíritu. Al tiempo<br />

◄ ÍNDICE ►


en que el Evangelio del agua y el Espíritu es la<br />

base de la Verdad de la salvación, también es la<br />

luz de la salvación y todo está incluido en este<br />

Evangelio. Las vidas de los justos están fundadas<br />

en este Evangelio, así como nuestra fe, nuestra<br />

esperanza y todas las bendiciones que Dios nos<br />

ha prometido.<br />

Dios está obrando como la luz de la Verdad de<br />

la salvación en los pensamientos de la gente, en<br />

su confusión, en su vacío, y en las mentes de los<br />

pecadores. La Biblia dice: «Y el Espíritu de Dios<br />

se cernía sobre la faz de las aguas» (Génesis 1,<br />

2). Dios obra según Su Palabra escrita.<br />

Nosotros también debemos servir al Evangelio<br />

y vivir con fe y creer en la Palabra de Dios.<br />

Cuando creemos en la Palabra escrita y<br />

predicamos lo siguiente con fe: «Esto es el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu», el Espíritu<br />

Santo obrará a través de Su Palabra y nuevos<br />

creyentes recibirán el amo de Dios. «El Espíritu<br />

126 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

de Dios se cernía sobre la faz de las aguas»<br />

(Génesis 1, 2). Dios obra a través de Su Verdad<br />

según Su Palabra. El Espíritu de Dios obra en los<br />

corazones de los que están confundidos, vacíos y<br />

llenos de pecados, a través del Evangelio del<br />

agua y el Espíritu y borra todos sus pecados.<br />

Dios está diciendo: «Y el Espíritu de Dios se<br />

cernía sobre la faz de las aguas» (Génesis 1, 2).<br />

El «Espíritu» aquí se refiere al Espíritu Santo. Al<br />

ver este pasaje, estamos convencidos de que el<br />

Espíritu de Dios ha permitido que la gente<br />

alcance la salvación mediante la Palabra del<br />

Evangelio del agua y el Espíritu. El Espíritu<br />

Santo está en los corazones de los que ahora<br />

creen en el Evangelio del agua y el Espíritu.<br />

¿Sienten cómo el Espíritu Santo obra en sus<br />

corazones a través de la Palabra de Dios? El<br />

Espíritu Santo obra a través de la Palabra de<br />

Dios, según nuestra fe. Cuando escuchamos la<br />

Palabra de Dios y creemos en ella, el Espíritu<br />

◄ ÍNDICE ►


Santo que está en nuestros corazones, da<br />

testimonio dentro de nosotros. Nos habla desde<br />

el corazón: «Sí, eso es correcto. Cree y acepta.<br />

Sigue con fe en Dios».<br />

El Espíritu de Dios se cernía sobre la faz de<br />

las aguas. ¿Qué significan esta agua? En la<br />

Biblia, y en especial en este pasaje, el agua se<br />

refiere a la Palabra de Dios. En concreto, esta<br />

agua se refiere al bautismo que Jesucristo recibió<br />

de Juan el Bautista. 1 Pedro 3, 21 dice: «El<br />

bautismo que corresponde a esto ahora nos<br />

salva». Dios obra exactamente según Su Palabra,<br />

junto con la Palabra del Evangelio del agua y el<br />

Espíritu.<br />

Debemos darnos cuenta de que cuando<br />

sabemos que el Espíritu Santo obra según esta<br />

Palabra, cuando lo aceptamos y seguimos la<br />

Palabra de Dios, Él hará crecer nuestra fe.<br />

Debemos tener fe en la Palabra de Dios.<br />

127 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

La Biblia dice:<br />

«Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz».<br />

Génesis 1, 3-4 dice: «Y dijo Dios: Sea la luz; y<br />

fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena». Dios<br />

vino a este mundo oscuro para ser la luz. Esto<br />

significa que el Señor ha borrado nuestros<br />

pecados y ahora vive en nuestros corazones. En<br />

otras palabras, con esta luz de Verdad, Dios ha<br />

borrado todos nuestros pecados, nos ha hecho Su<br />

pueblo, nos ha dado Su Espíritu y por ello ahora<br />

pertenecemos a Jesucristo. El habernos<br />

convertido en el pueblo de Dios es el mayor<br />

milagro de todos.<br />

Antes de que Jesucristo nos diera el Evangelio<br />

del agua y el Espíritu, este mundo estaba<br />

totalmente oscuro. Está escrito: «Y la tierra<br />

estaba desordenada y vacía, y las tinieblas<br />

estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de<br />

Dios se movía sobre la faz de las aguas»<br />

◄ ÍNDICE ►


(Génesis 1, 2). Este mundo estaba tan oscuro que<br />

sólo había confusión, vacío y tinieblas, pero<br />

cuando Dios ordenó con Su Palabra: «Sea la<br />

luz», la luz se hizo en el mundo. La Biblia deja<br />

claro que sólo hubo luz porque Dios ordenó que<br />

la hubiera.<br />

Así nuestro Señor vino al mundo y nos hizo<br />

Su pueblo a través del Evangelio del agua y el<br />

Espíritu. Es decir, como Dios habló mediante Su<br />

Palabra, todo se cumplió según ella y así hemos<br />

sido salvados de los pecados del mundo y nos<br />

hemos convertido en el pueblo de Dios. EL que<br />

nos hayamos convertido en el pueblo de Dios se<br />

consiguió exactamente según la Palabra que Dios<br />

nos dio.<br />

Como no teníamos a Dios en nuestros<br />

corazones y estábamos llenos de pecados, todo lo<br />

que podíamos hacer era esperar a ser arrojados al<br />

infierno, a nuestra muerte eterna. Todos<br />

estábamos lejos de Dios, porque teníamos<br />

128 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

pecados. Por culpa del pecado de Adán y Eva,<br />

nacimos con una maldición y no había ni un rayo<br />

de luz en nuestros corazones, sino que sólo había<br />

vacío y pecado. Es decir, no había luz de vida en<br />

nuestros corazones. En otras palabras, no<br />

teníamos el Evangelio de Verdad. Nuestros<br />

pecados no tenían nada más que oscuridad, vacío<br />

y confusión, pero aún así Dios dijo: «Sea la luz»<br />

y la luz existió en nuestros corazones. La Biblia<br />

dice que la luz existió cuando Dios dijo que<br />

hubiera luz.<br />

La creación de los cielos y la tierra habla del<br />

renacimiento de nuestras almas. Por naturaleza<br />

las almas humanas están vacías, oscuras y<br />

confusas, pero entonces Dios nos habló. Dios nos<br />

dijo que Jesucristo vino al mundo y nos iluminó<br />

con la luz de la salvación. El Señor nos está<br />

diciendo que vino al mundo, que estaba lleno de<br />

confusión y vacío, y que entró en los corazones<br />

de los que aceptaron Su luz. Mis queridos<br />

◄ ÍNDICE ►


hermanos, ¿cómo nos convertimos en el pueblo<br />

de Dios? Si contestamos desde el punto de vista<br />

de la Palabra de Dios, esto parece una verdad<br />

obvia, pero si nos miramos a nosotros mismos,<br />

que podemos llamar a Dios Padre y que somos<br />

Su pueblo, parece algo imposible si no fuera por<br />

el Evangelio bendito del agua y el Espíritu. Esto<br />

hubiera sido completamente imposible si nuestro<br />

Señor no hubiera venido por nosotros mediante<br />

el Evangelio del agua y el Espíritu.<br />

Gracias a que Dios obró en nuestros corazones<br />

a través del Evangelio del agua y el Espíritu,<br />

ahora somos justos, y gracias a que Dios nos ha<br />

salvado a través de este Evangelio del agua y el<br />

Espíritu, nos hemos convertido en Su pueblo. De<br />

hecho, podemos alcanzar nuestra salvación al<br />

aceptar por fe todo lo que Dios ha hecho por<br />

nosotros. Cuando nos preguntamos: « ¿Cómo nos<br />

convertimos en los hijos de la luz? ¿Cómo nos<br />

convertimos en hijos de Dios?» y reflexionamos<br />

129 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

sobre estas preguntas, nos quedamos<br />

maravillados por la gracia de Dios. Con esta<br />

Palabra, Dios nos ha hecho hijos de la luz.<br />

Cuando Dios creó los cielos y la tierra, el<br />

universo entero y todo lo que hay en él, Dios<br />

ordenó que hubiera luz y la luz se hizo en este<br />

mundo oscuro. Así es como las tinieblas salieron<br />

del mundo. Entonces apareció vida en el mundo:<br />

animales, aves en el cielo y peces en el agua.<br />

Gracias a la Palabra de Dios todo existió. Del<br />

mismo modo en que todo lo que hay en el<br />

universo existió por la luz ordenada por Dios, Él<br />

nos ha hecho hijos Suyos a través del Evangelio<br />

del agua y el Espíritu.<br />

Todos los árboles y la hierba de este mundo,<br />

las aves en el cielo, los peces en el mar y toda la<br />

gente de este mundo han recibido vida nueva<br />

gracias a la luz y existieron gracias a ella. ¿Quién<br />

es el Dios que ordenó que hubiera luz? Jesucristo,<br />

el Salvador que nos ha salvado del pecado.<br />

◄ ÍNDICE ►


Jesús es nuestro Dios y Salvador que<br />

ha creado los cielos y la tierra<br />

A lo largo del Libro del Génesis descubrimos<br />

a Jesucristo. Él es el Dios Creador. El Dios que<br />

ordenó que hubiera luz en este mundo es<br />

Jesucristo. Es nuestro Mesías. Jesús es Dios, el<br />

mismo que con Su Palabra creó el universo y<br />

todo lo que hay en él. En otras palabras, Dios,<br />

que creó los cielos y la tierra con Su Palabra,<br />

hizo el universo y todo lo que hay en él. Por eso<br />

decimos que Jesús es Logos, el Dios de la<br />

Palabra.<br />

Pasemos al Evangelio según Juan: «En el<br />

principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios,<br />

y el Verbo era Dios. Este era en el principio con<br />

Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin<br />

él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho»<br />

(Juan 1, 1-3).<br />

El Dios de la Palabra que creó los cielos y la<br />

130 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

tierra se convirtió en hombre, vino al mundo y<br />

nos salvó del pecado. Este Dios creó la luz en el<br />

universo y vino al mundo para borrar los pecados<br />

de los corazones de la gente. Todos heredamos el<br />

pecado como descendientes del primer hombre<br />

caído, Adán, y como resultado de esta herencia,<br />

no podemos evitar morir presas del pecado, la<br />

confusión y el vacío. Pero el Señor vino a<br />

nosotros, se convirtió en la luz de nuestros<br />

corazones y ha salvado nuestras vidas. En<br />

conclusión, Dios nos ha salvado de los pecados<br />

del mundo.<br />

Todos debemos alcanzar la verdadera<br />

salvación por fe, sabiendo que al darnos la<br />

remisión de los pecados, Dios nos ha<br />

transformado en la luz del mundo. Aquellos de<br />

nosotros que han recibido la remisión de los<br />

pecados son la luz del mundo. La Biblia dice que<br />

Dios ordenó que hubiera luz y la luz se hizo. Esto<br />

implica que Dios nos ha salvado del pecado a<br />

◄ ÍNDICE ►


través del Evangelio del agua y el Espíritu. Así<br />

es como Dios nos ha hecho justos.<br />

Muchos predicadores dicen en sus sermones:<br />

«Mis queridos hermanos, debemos convertirnos<br />

en la luz del mundo viviendo como santos», pero<br />

no podemos ser justos o convertirnos en la luz<br />

mediante nuestros propios esfuerzos. En realidad<br />

cuando creemos en la Palabra de Dios tal y como<br />

Él la dijo, todo se cumple según esta Palabra.<br />

Como Dios nos ha salvado a través del agua y la<br />

sangre, nos hemos convertido en la luz. Aunque<br />

haya días claros y nublados en nuestras vidas,<br />

debemos entender el hecho de que somos la luz,<br />

de que nos hemos convertido en la luz.<br />

Los seres humanos son la obra<br />

incompleta de Dios<br />

«Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz» (Génesis<br />

131 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

1, 3). De este modo todo se cumplió según la<br />

Palabra de Dios.<br />

Nosotros, que nos hemos convertido en la luz<br />

al creer en la luz de la Verdad, vivimos en este<br />

mundo como su luz. No estamos a caballo entre<br />

la luz y las tinieblas, no somos la luz un día y<br />

oscuridad al día siguiente. Por muy insuficientes<br />

y débiles que seamos, seguimos siendo la luz.<br />

Esto es un milagro. Nuestro Dios nos recrea a los<br />

seres humanos finitos e imperfectos, y nos<br />

completa como Su obra final.<br />

Cuando Dios creó los cielos y la tierra, el<br />

universo entero y todo lo que hay en él estaba<br />

incompleto. Este mundo estaba lleno de<br />

oscuridad, confusión y vacío, y no tenía vida. El<br />

universo entero era un caos. Todo estaba<br />

desordenado, tanto la tierra como el cielo y las<br />

estrellas.<br />

Sin embargo, como Dios ordenó que hubiera<br />

luz, la luz se hizo y así puso orden en todas las<br />

◄ ÍNDICE ►


cosas y las hizo funcionar con precisión. Dios<br />

hizo que las estrellas orbitaran por el universo sin<br />

chocarse unas con otras y que otras se chocaran,<br />

para extinguir unas y crear otras nuevas. Así<br />

Dios hizo posible que la naturaleza se<br />

mantuviera, puso orden para que todo funcionara<br />

durante miles de millones de años. Dios hizo un<br />

mundo imperfecto y luego lo perfeccionó y hace<br />

lo mismo con los seres humanos.<br />

Cuando Dios nos hizo a los seres humanos, no<br />

nos hizo completos desde el principio. Nos creó<br />

del polvo y nos hizo imperfectos. Nos hizo<br />

capaces de ser tentados por Satanás. De hecho,<br />

dejó que Satanás nos tentase, y después nuestro<br />

Señor vino y nos hizo perfectos. Al alumbrar el<br />

dominio desordenado del universo, Dios acabó<br />

con toda la confusión y le dio un orden preciso.<br />

Del mismo modo, el Señor, que es la luz, vino a<br />

nuestros corazones que habían caído en el pecado<br />

y habían sido confundidos por el abismo de las<br />

132 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

tinieblas, y nos hizo ser la luz.<br />

«Y fue la tarde y la mañana un día» (Génesis<br />

1, 5). Dios no nos hizo perfectos desde el<br />

principio. Esta es la providencia de Dios que nos<br />

permite nacer de nuevo. Cuando Dios creó el<br />

universo entero y nos creó a nosotros, tenía un<br />

objetivo, y este objetivo era vivir con nosotros en<br />

el Reino de los Cielos para siempre y disfrutar de<br />

la gloria con nosotros. Mis queridos creyentes,<br />

¿saben la razón por la que Dios creó el universo<br />

y a los seres humano? ¿Entienden que Dios nos<br />

creó para disfrutar de la gloria con Él y vivir<br />

eternamente? Por eso Dios nos hizo nacer en este<br />

mundo siendo imperfectos, nos llamó y nos salvó<br />

a su debido tiempo, nos hizo Su pueblo y nos<br />

transformó de oscuridad en luz, y nos permitió<br />

vivir para siempre como Hijos Suyos.<br />

Este Dios nos ha hecho justos. Esta es la<br />

recreación de Dios. Este es el mayor milagro de<br />

todas las obras que Dios ha hecho por los seres<br />

◄ ÍNDICE ►


humanos en este mundo. Al creer en el Evangelio<br />

del agua y el Espíritu, sus pecados han sido<br />

borrados y nos hemos convertido en hijos de<br />

Dios. Los pecadores se han convertido en justos.<br />

Este es el mayor milagro. Está escrito: «Y dijo<br />

Dios: Sea la luz; y fue la luz» (Génesis 1, 3).<br />

Dios nos ha salvado de todos nuestros pecados y<br />

por eso ahora somos justos.<br />

Ahora vivimos en este mundo como justos. A<br />

veces pensarán que son insuficientes y débiles,<br />

pero son justos. ¿No es este un gran milagro, el<br />

que a pesar de ser montones de pecados vivamos<br />

como hijos de Dios?<br />

«Y vio Dios que la luz era buena» (Génesis 1,<br />

4). Dios está tan contento por habernos hecho<br />

justos y habernos transformado en luz que Su<br />

gozo no puede explicarse con palabras. Por eso<br />

hay una celebración en el Reino de los Cielos<br />

cuando un pecador admite sus pecados, cree en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu que Jesucristo<br />

133 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

nos dio, es salvado y se convierte en la obra<br />

completa de Dios (Lucas 15, 7-10).<br />

Sin embargo, el problema es que al vivir<br />

nuestras vidas, a menudo no sabemos que nos<br />

hemos convertido en la luz. Al convertirnos en la<br />

luz, Dios está diciendo que está contento de<br />

vernos. Aunque Dios esté contento, en realidad<br />

nosotros a menudo no aceptamos el hecho de que<br />

somos la luz.<br />

Los que, a pesar de creer en el Evangelio del<br />

agua y el Espíritu, no se dan cuenta de que son la<br />

luz del mundo, deben recapacitar sobre la<br />

Palabra una vez más. Los que piensan: «Me falta<br />

algo para ser la luz», aunque hayan sido salvados<br />

de sus pecados, deben reafirmar el Evangelio del<br />

agua y el Espíritu una vez más. Mis queridos<br />

hermanos, mientras vivimos debemos darnos<br />

cuenta de cómo fue posible convertirnos en la<br />

luz, cómo nos hemos convertido en la luz y creer<br />

en esto. Debemos reflexionar sobre nosotros<br />

◄ ÍNDICE ►


mismos para ver si de verdad creemos que somos<br />

la obra de Dios y debemos dar gracias a Dios una<br />

vez más por hacernos la luz. Al creer en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu, debemos<br />

convertirnos en las obras completas de Dios.<br />

Somos la luz del mundo y damos gracias a<br />

nuestro Señor por permitirnos vivir en este<br />

mundo sin pecado.<br />

Dios separó la luz de las tinieblas<br />

Mis queridos hermanos, al leer Génesis 1, 3:<br />

«Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz», debemos<br />

creer que nos hemos convertido en la luz. La<br />

Biblia sigue diciendo: «Y llamó Dios a la luz<br />

Día, y a las tinieblas llamó Noche» (Génesis 1,<br />

5), y por eso debemos entender que Dios separó<br />

la luz de las tinieblas.<br />

Dios separó estos dos elementos. Los que han<br />

134 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

recibido la remisión de los pecados son la luz,<br />

mientras que los que no la han recibido son las<br />

tinieblas. A los ojos de Dios, los que han recibido<br />

la remisión de los pecados a través de la Palabra<br />

del Evangelio del agua y el Espíritu son la luz.<br />

Ellos son los hijos de Dios, en otras palabras. Sin<br />

embargo, los que no aceptan el Evangelio del<br />

agua y el Espíritu son las tinieblas. Los hijos de<br />

las tinieblas son los hijos del Diablo.<br />

Hay dos tipos de gente en este mundo.<br />

Aunque todo el mundo ha nacido incompleto,<br />

hay gente que se convierte en la luz al creer en la<br />

luz que Dios ha eliminado, y otros que siguen<br />

siendo tinieblas porque no quieren creer. Esta luz<br />

es el Evangelio del agua y el Espíritu. Y ante este<br />

Evangelio del agua y el Espíritu, todo el mundo<br />

se separa en dos tipos de gente: justos y<br />

pecadores.<br />

Los que aceptan esta salvación que Jesucristo<br />

nos ha dado, es decir, los que aceptan el<br />

◄ ÍNDICE ►


Evangelio del agua y el Espíritu que Jesucristo<br />

nos ha dado, se convierten en hijos de Dios. Y<br />

como hijos de Dios, viven iluminando este<br />

mundo. Cuando llegue el momento, Dios Padre<br />

les llevará a Su Reino eterno.<br />

Sin embargo, los que no aceptan esta Verdad<br />

del Evangelio del agua y el Espíritu en sus<br />

corazones siguen siendo hijos de las tinieblas. Se<br />

convierten en los hijos del Diablo. La noche es el<br />

momento en que las tinieblas están sobre la faz<br />

del abismo. ¿Les gusta la noche? La noche es<br />

muy peligrosa. Piensen en una noche oscura, sin<br />

luz alguna. El dominio de la noche es un mundo<br />

caótico, desordenado, peligroso, espantoso y<br />

cegador.<br />

«Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz» (Génesis<br />

1, 3). Dios llamó al mundo iluminado día y a las<br />

tinieblas noche. Debemos creer que Dios separó<br />

estos dos mundos. Como está escrito: «Porque<br />

en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz<br />

135 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

en el Señor; andad como hijos de luz » (Efesios<br />

5, 8), Dios ha dividido a Su pueblo en Sus hijos e<br />

hijos del Diablo. Todo el mundo se fija en la<br />

apariencia exterior, pero algunas personas son<br />

hijos de Dios y otras no. Así que Dios le dice a<br />

un tipo de personas: «Sois Mis hijos y Mi<br />

pueblo», pero a otros dice: «No sois Mis hijos».<br />

Y el último día, el destino de estos dos tipos<br />

de personas se sella. Los que no han nacido de<br />

nuevo del agua y el Espíritu serán justamente<br />

castigados como hijos de la oscuridad. Dios dijo<br />

en el Apocalipsis que echaría a los hijos de la<br />

oscuridad al lago de fuego y azufre, junto con los<br />

falsos profetas. Los falsos profetas y sus<br />

seguidores serán arrojados al fuego del infierno.<br />

Sin embargo, los hijos que se han convertido en<br />

la luz entrarán en el Reino de Dios.<br />

◄ ÍNDICE ►


«Y fue la tarde y la mañana un día»<br />

Génesis 1, 5 dice: «Y fue la tarde y la mañana<br />

un día». Un día en el mundo empieza con la<br />

mañana y acaba con la tarde. Las cosas de este<br />

mundo son efímeras, relucen sólo durante un<br />

corto período de tiempo y se vuelven a convertir<br />

en tinieblas. La historia de la humanidad también<br />

es así. Sin embargo, el dominio de Dios es<br />

diferente. El dominio de Dios empieza con la<br />

imperfección pero acaba con la perfección. El<br />

dominio de Dios siempre es así.<br />

La puerta del Tabernáculo estaba orientada<br />

hacia donde sale el sol, hacia el Este. ¿Dónde<br />

estaba el Arca? En el Oeste. El dominio de Dios<br />

empieza siendo imperfecto y acaba siendo<br />

perfecto. Así es como obra Dios. Por eso Dios<br />

nos dijo a los humanos que debíamos nacer de<br />

nuevo. Dios nos está diciendo: «De cierto, de<br />

cierto te digo, que el que no naciere de agua y<br />

136 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

del Espíritu, no puede entrar en el reino de<br />

Dios» (Juan 3, 5). Aunque el principio fue<br />

imperfecto, Dios llega a completarlo hasta la<br />

perfección.<br />

Nuestras vidas de fe son también así. Después<br />

de recibir la remisión de los pecados, seguimos<br />

siendo imperfectos. En otras palabras, aunque<br />

estemos salvados, no sabemos mucho, parece<br />

que nada haya cambiado, y no estamos seguros<br />

de lo que es correcto. Así que una vez estamos<br />

salvados, podemos apreciar nuestra imperfección<br />

mejor. Esto se debe a que nuestras vidas deben<br />

cambiar y debemos vivir por fe. Antes, solíamos<br />

vivir por nuestra carne y sólo vivíamos por<br />

nuestros deseos carnales, pero ahora si confiamos<br />

en la fuerza de la carne, estaremos malditos y por<br />

eso debemos confiar en Dios y vivir por fe. Por<br />

eso vemos nuestras insuficiencias mejor y nos<br />

desorientamos y luchamos cuando vemos que<br />

fracasamos. Por eso nuestro principio es<br />

◄ ÍNDICE ►


imperfecto.<br />

Sin embargo, si entramos en el dominio de<br />

Dios y vivimos en él, si vivimos por fe, seremos<br />

perfeccionados, aunque parezcamos imperfectos<br />

al principio. Las obras de Dios son siempre así.<br />

Aunque a los ojos de la carne parezcamos<br />

imperfectos, cuando creemos en la Palabra de<br />

Dios, la seguimos y entramos en ella, nos<br />

daremos cuenta de que la vida de fe es perfecta y<br />

completa. Sabemos que es así como Dios obra.<br />

Si tuviéramos que resumir lo que Dios hizo el<br />

primer día, diríamos que fue hacernos justos, es<br />

decir hacernos la luz. Dios nos ha hecho ser la<br />

luz y nos ha hecho vivir como luz. Les pido que<br />

reafirmen esta fe en que Dios nos ha hecho la<br />

luz.<br />

¿Ustedes, los que creen en el Evangelio del<br />

agua y el Espíritu, creen que son la luz? Dios<br />

separó la luz de las tinieblas el primer día. Así<br />

que quien no haya nacido de nuevo de sus<br />

137 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

pecados sigue siendo tinieblas. Por mucho que se<br />

haya disciplinado, por mucho que sus ojos brillen<br />

con sabiduría, por mucha confianza que tenga en<br />

sí mismo, las tinieblas son tinieblas. Su corazón<br />

está confundido.<br />

Sin embargo, los nacidos de nuevo son la luz<br />

del mundo ahora. Como nos hemos convertido<br />

en los hijos de la luz en el Evangelio del agua y<br />

el Espíritu por fe, podemos distinguir. Esto se<br />

debe a que el Espíritu Santo que está en nosotros<br />

nos habla, nos enseña y nos guía. Los que creen<br />

en el Evangelio del agua y el Espíritu son siempre<br />

perfectos porque el Espíritu Santo vive en ellos.<br />

Mientras vivimos debemos recordar siempre<br />

que somos la luz del mundo. El que nos hayamos<br />

convertido en la luz es el mayor milagro de<br />

todos. ¿Puede alguien convertirse en la luz por<br />

sus propias obras? No, es imposible hacerlo con<br />

sus propias obras.<br />

La única cosa que nos permite ser la luz es la<br />

◄ ÍNDICE ►


Palabra de Dios. Jesucristo, la Palabra, vino a<br />

nosotros y nos dijo: «Y dijo Dios: Sea la luz; y<br />

fue la luz» (Génesis 1, 3). No necesitamos otras<br />

palabras aparte de Su Palabra. Cuando entran en<br />

una habitación oscura y encienden la luz, la<br />

oscuridad desaparece en el momento en que la<br />

luz se hace en la habitación y la llena. Del mismo<br />

modo, gracias a que Jesucristo tomó todos los<br />

pecados del mundo y los borró a través de Su<br />

bautismo cuando vino al mundo, si creemos en<br />

esta luz de la Verdad, nuestros corazones están<br />

sin pecado de inmediato y se convierten en luz<br />

pura.<br />

Dios es todo poderoso. Dios nos dio la luz en<br />

este mundo oscuro, en este mundo lleno de<br />

confusión, vacío y oscuridad. Como Dios<br />

ordenó: «Sea la luz», la luz se hizo y las tinieblas<br />

desaparecieron.<br />

La salvación que recibimos gracias a la venida<br />

de Jesucristo a través del Evangelio del agua y el<br />

138 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

Espíritu. Al hablar, la luz perfecta apareció en la<br />

tierra. Gracias a la Palabra de Dios, las tinieblas<br />

desaparecieron de una vez por todas y sólo<br />

existió la luz. Como este Dios que nos ha salvado<br />

es omnipotente, todos nuestros pecados fueron<br />

borrados de una vez por todas mediante la<br />

Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu, la<br />

Palabra de Verdad de Dios.<br />

A través de la Palabra de Verdad, el Señor<br />

prometió salvarnos del pecado y lo cumplió. Esta<br />

Palabra de la alianza, que prometía salvarnos, se<br />

nos entregó cuando maldijo a Satanás. Dios dijo:<br />

«Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto<br />

esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias<br />

y entre todos los animales del campo; sobre tu<br />

pecho andarás, y polvo comerás todos los días<br />

de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la<br />

mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta<br />

te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el<br />

calcañar» (Génesis 3, 14-15).<br />

◄ ÍNDICE ►


Al dar esta promesa a la humanidad, cuando<br />

llegó el momento, Dios nació de María en la<br />

carne de un hombre como la Semilla de la mujer,<br />

tomó todos los pecados del mundo de la manera<br />

más adecuada al ser bautizado, y fue condenado<br />

y derramó Su sangre en la Cruz. El Jesús divino<br />

que se convirtió en hombre para cumplir los<br />

requisitos de la Ley cargando con todos nuestros<br />

pecados y su condena a través del bautismo y la<br />

sangre, y pagando el precio de la muerte, nos<br />

convirtió en el pueblo de Dios a los que<br />

habíamos sido esclavos del Diablo, es decir, nos<br />

hizo justos. Cristo nos hizo el pueblo de Dios y<br />

nos presentó a Dios Padre.<br />

¿No es perfecta esta salvación? No hay<br />

imperfección en la obra de Dios. Él lo completó<br />

todo a la perfección. Dios nos permitió<br />

convertirnos en hijos de la luz, para que no nos<br />

faltase nada para convertirnos en Su pueblo. ¿No<br />

es maravillosa esta salvación de Dios? ¡Qué<br />

139 Primer día: en el principio Dios creó los cielos y la tierra<br />

bendición tan maravillosa es habernos convertido<br />

en hijos de la luz, habernos transformado en la<br />

luz! Nuestra salvación del pecado no nos la dio el<br />

oro y la plata que perecen, sino la Palabra eterna<br />

de Dios (1 Pedro 1, 23).<br />

El que la Palabra nos haya hecho justos<br />

significa que Dios nos ha hecho justos. Al creer<br />

en la Palabra de Dios nos hemos convertido en<br />

Su pueblo. Al creer en el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu hemos recibido bendiciones perfectas.<br />

Doy infinitas gracias a Dios.<br />

En este momento, damos gracias una vez más<br />

a Dios por hacernos la luz, por el hecho de ser<br />

luz ahora, de habernos convertido en luz. Dios no<br />

sólo ordenó que hubiera luz en el universo físico,<br />

sino que para sacar la oscuridad de nuestros<br />

corazones, Dios vino a nuestros corazones como<br />

la luz de la Verdad y nos hizo justos. Debemos<br />

dar gracias a Dios una vez más creyendo en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu. <br />

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140 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

Las aguas que estaban sobre<br />

el firmamento y las que<br />

estaban bajo el firmamento<br />

< Génesis 1, 6-8 ><br />

«Luego dijo Dios: Haya expansión en medio<br />

de las aguas, y separe las aguas de las aguas. E<br />

hizo Dios la expansión, y separó las aguas que<br />

estaban debajo de la expansión, de las aguas<br />

que estaban sobre la expansión. Y fue así. Y<br />

llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la<br />

tarde y la mañana el día segundo».<br />

El primer día de la creación Dios salvó a las<br />

almas. En otras palabras, el primer día de la<br />

creación Dios transformó a los pecadores en<br />

justos, y separó a los pecadores de los justos. El<br />

segundo día de la creación de los cielos y la<br />

tierra, Dios separó las aguas que estaban sobre el<br />

firmamento de las que estaban bajo él. Dicho de<br />

otra manera, Dios dividió Su Palabra de las<br />

palabras de Satanás.<br />

Las aguas que estaban sobre el<br />

firmamento y las que estaban debajo<br />

En la Biblia, el significado espiritual del agua<br />

es la Palabra de Dios y también el bautismo que<br />

Jesús recibió de Juan el Bautista y a través del<br />

cual aceptó los pecados de la humanidad. En este<br />

mundo, hay gente que difunde la Palabra de Dios<br />

y gente que difunde las palabras de Satanás. Por<br />

eso Dios dividió las aguas de la tierra en las<br />

aguas que estaban sobre el firmamento y las que<br />

estaban debajo. A través de las cosas que Dios<br />

hizo el segundo día de la creación, nos está<br />

◄ ÍNDICE ►


141 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

diciendo: «En este mundo hay gente que vive de<br />

Mi Palabra por fe y gente que vive de las<br />

palabras de Satanás y las difunden». Por eso es<br />

imprescindible que distingamos si los que dicen<br />

predicar la Palabra de Dios son siervos de Dios o<br />

de Satanás.<br />

Toda buena dádiva y todo don perfecto<br />

desciende de lo alto, del Padre de las luces<br />

(Santiago 1, 17). Por el contrario todo tipo de<br />

maldad viene del corazón humano. Por tanto,<br />

cuando la luz de la Palabra de Dios nos ilumina,<br />

los colores verdaderos de los pecadores se<br />

revelan. Las aguas que estaban bajo el<br />

firmamento, es decir, las palabras de la tierra, se<br />

refieren a las enseñanzas que vienen del corazón<br />

humano. Por eso las aguas de debajo del<br />

firmamento se separaron de las que estaban sobre<br />

él.<br />

Las aguas de esta tierra son diferentes de las<br />

aguas que están sobre el firmamento. Dios nos<br />

está diciendo que toda palabra que procede del<br />

corazón humano corresponde a las aguas de<br />

debajo del firmamento, mientras que la Palabra<br />

de Verdad que Dios nos dio corresponde a las<br />

aguas que están sobre el firmamento.<br />

Hay falsos profetas en este mundo, pero al<br />

mismo tiempo, hay siervos de Dios, los<br />

verdaderos profetas. Los falsos profetas son los<br />

que dicen todo lo que sale de sus corazones, sin<br />

tener en cuenta la Palabra de Dios. En tiempos<br />

del Antiguo Testamento, había falsos profetas<br />

que profetizaban lo que salía de sus mentes. Así<br />

que desde el punto de vista espiritual, sus<br />

enseñanzas son palabras de la tierra, es decir,<br />

palabras de Satanás.<br />

Sin embargo, es posible que las palabras de<br />

Satanás obren en los corazones de la gente. Así<br />

que cuando miramos a los que son utilizados por<br />

el Diablo, vemos que les dicen a los pecadores<br />

que deben recibir el Espíritu Santo, sin tener en<br />

◄ ÍNDICE ►


142 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

cuenta la Palabra de Dios, y les dice también que<br />

hablen en lenguas, que no es nada más que decir<br />

cosas sin sentido que salen de sus mentes.<br />

Cuando escuchamos atentamente lo que dicen,<br />

podemos distinguir que es una voz de la carne<br />

que sale de sus propios pensamientos y<br />

emociones. Es un lío. Es tan sucio que apenas<br />

podemos seguir escuchando.<br />

Cuando escuchamos los que se dice en una<br />

reunión en un retiro de oración, los nacidos de<br />

nuevo podemos darnos cuenta enseguida de si el<br />

predicador que tiene la Biblia abierta está<br />

hablando de la Palabra de Dios o está diciendo lo<br />

que le viene a la mente. Muchos de estos<br />

predicadores no tienen en cuenta la Biblia. Por<br />

ejemplo, cuando le dicen a la congregación que<br />

reciban el Espíritu Santo, manipulan el<br />

micrófono para que haga efectos sonoros y<br />

gritan: « ¡Recibid el fuego!». Haciendo sonidos<br />

extraños elevan las emociones de la<br />

congregación y la hipnotizan. ¿Recibirán el<br />

Espíritu Santo de este modo?<br />

Dios dice en la Biblia: «Pedro les dijo:<br />

Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en<br />

el nombre de Jesucristo para perdón de los<br />

pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo»<br />

(Hechos de los Apóstoles 2, 38). Sin embargo,<br />

cuando escuchamos las palabras de los siervos de<br />

Satanás, insisten que la remisión de los pecados<br />

se recibe independientemente del Espíritu Santo.<br />

Dicen: «Todos los que creen en Jesucristo son<br />

santos, pero ahora debéis recibir el Espíritu Santo<br />

para estar completos».<br />

Pero ¿se debe recibir el Espíritu Santo una vez<br />

más después de nacer de nuevo? Decir esto es<br />

mentir. Sus enseñanzas no son la Palabra que<br />

está sobre el firmamento, sino que es la palabra<br />

que está bajo el firmamento, es decir una palabra<br />

que sale de la tierra. Dicen cosas que Dios nunca<br />

ha dicho, se las inventan.<br />

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143 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

Así son las palabras de Satanás. Cuando la<br />

gente dice algo diferente a la Biblia, está<br />

diciendo palabras de Satanás. Esta es la<br />

naturaleza de las palabras de Satanás. Lo que<br />

Satanás dice no es la Palabra de Dios, pero dice<br />

que sus palabras son la Palabra de Dios. Esta es<br />

la naturaleza de las palabras de Satanás. Fingen<br />

predicar la Palabra de Dios para engañar a la<br />

gente al final.<br />

Los que predican la Palabra de Dios deben<br />

predicarla basándose en la Palabra de las<br />

Escrituras. Los siervos de Dios son los que<br />

predican lo que dice la Biblia exactamente. Pero<br />

los siervos de Satanás dicen lo que sale de sus<br />

corazones sin tener en cuenta la Biblia y así<br />

guían a muchas personas a la destrucción. Las<br />

palabras de Satanás obran a través de los que no<br />

han nacido de nuevo y los que tienen una fe<br />

inmadura, aunque crean en el Evangelio del agua<br />

y el Espíritu.<br />

¿Cómo descienden las palabras de Satanás en<br />

la gente? En primer lugar, he mencionado que las<br />

palabras de Satanás obran en los que no han<br />

nacido de nuevo. Los que no han nacido de<br />

nuevo son idóneos para ser utilizados por<br />

Satanás. Así que él les da emociones, cambia sus<br />

corazones y les hace trabajar duro como si<br />

estuviese trabajando para la Verdad, cuando en<br />

realidad están sirviendo a la mentira. Satanás<br />

hace que la gente crea en las mentiras de los<br />

falsos maestros como si fueran verdad. Satanás<br />

obra a través de los que no han nacido de nuevo.<br />

Obra a través de ellos para que en vez de seguir a<br />

la Verdad, sigan a las mentiras.<br />

Por eso cuando alguien vive su vida de fe<br />

siguiendo el consejo de un pastor que no ha<br />

nacido de nuevo, acaba convirtiéndose en un<br />

siervo de Satanás. Si este pastor no cree en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu y por tanto no ha<br />

nacido de nuevo, por mucho que crea que está<br />

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144 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

haciendo el bien, su ministerio no es más que<br />

obra de Satanás. Por eso este pastor debe nacer<br />

de nuevo mediante el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu.<br />

La obra de Satanás no se manifiesta<br />

como fe en la Verdad, sino como la<br />

devoción del hombre<br />

De hecho, hay muchos pastores en este mundo<br />

que están haciendo la obra de Satanás sin darse<br />

cuenta. Hacen muchas obras falsas como siervos<br />

de Satanás. Aunque sus obras de Satanás puedan<br />

curar enfermedades y expulsar demonios, sólo<br />

hacen pecadores, porque sus seguidores todavía<br />

tienen pecados en sus corazones. Su próxima<br />

obra es convertir a su congregación en un grupo<br />

de creyentes legalistas y cambiarlos para que se<br />

esfuercen en cumplir la Ley.<br />

Antes de que el Apóstol Pablo conociera al<br />

Señor de camino a Damasco, estaba totalmente<br />

dedicado a la Ley. Él era el fariseo de fariseos,<br />

extremadamente piadoso. Su devoción le hizo<br />

perseguir y asesinar a muchos santos cristianos.<br />

Antes de que el Apóstol Pablo naciera de nuevo,<br />

cuando era un chico joven, sujetó las vestimentas<br />

de los que estaban lapidando a Estaban, el siervo<br />

del Señor. Solía decir: «Yo sujetaré vuestras<br />

vestimentas; ¡adelante! Matadle si queréis». En<br />

esta época, podemos encontrar este tipo de<br />

devoción en las iglesias y en las casas en las que<br />

Satanás obra. Dios hace que Sus siervos hagan<br />

Su obra silenciosamente. Sin embargo, el Diablo<br />

hace su obra con todo tipo de ruidos a través de<br />

sus siervos e incita su sed de gloria.<br />

Una de las características de la obra de<br />

Satanás es hacer que la gente se entusiasme.<br />

Cuando miramos a la gente que Satanás ha<br />

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145 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

utilizado, vemos que sólo trabajan por su propia<br />

gloria. Para ellos hay muchos requisitos que<br />

cumplir, desde asistir a reuniones de oración<br />

durante 70 días seguidos y 40 noches, hasta hacer<br />

una maratón para leer la Biblia en una semana.<br />

Sus vidas de fe son una continuación entre un<br />

lema y otro, e intentan hacer todo por su cuenta.<br />

Pero todo lo que debemos hacer es orar a Dios<br />

con nuestra fe en Su justicia y nuestros corazones<br />

confiando en Él. ¿Debemos ayunar durante 40<br />

días para complacer a Dios? ¡Por supuesto que<br />

no!<br />

Sin embargo, como no creen en la Verdad ni<br />

la siguen, y como no pueden confiar en la<br />

Palabra de Dios, buscan algo especial. Piensan<br />

que si ponen empeño, Dios les bendecirá de<br />

alguna manera. Intentan poner tanto empeño que<br />

nosotros, los que creemos en el Evangelio del<br />

agua y el Espíritu, no podemos seguir este<br />

empeño de los que no han nacido de nuevo.<br />

Antes de conocer el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu y de creer en él, yo también puse mucho<br />

empeño. Solía reunir a los jóvenes para limpiar la<br />

iglesia por dentro y por fuera, les llevaba a<br />

predicar por las calles y de nuevo les hacía ir al<br />

ensaño del coro por la tarde. Esto era antes de<br />

nacer de nuevo. Los que no han nacido de nuevo<br />

ante Dios ponen tanto empeño que debemos ver<br />

su devoción falsa aquí.<br />

Sólo porque un cristiano sea devoto no<br />

significa que siga la voluntad de Dios. En otras<br />

palabras, cuando vivimos nuestras vidas de fe,<br />

debemos conocer primero lo que es el Evangelio<br />

del agua y el Espíritu y qué tipo de vida<br />

complace a Dios. Confiar en la Palabra de Dios,<br />

buscar su consejo y acudir a Dios es cumplir la<br />

voluntad divina. Seguir la Verdad es seguir<br />

adelante confiando en la justicia de Dios; no es<br />

algo que se pueda conseguir mediante la<br />

devoción humana.<br />

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146 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

Génesis 1, 2 dice: «El Espíritu de Dios se<br />

movía sobre la faz de las aguas». Esto significa<br />

que el Espíritu de Dios obra mediante la Palabra<br />

de Dios. Todo lo que debemos hacer es entender<br />

lo que la Palabra de Dios nos dice y seguirla.<br />

Dios obra en nuestras vidas cuando buscamos Su<br />

consejo, confiamos en Él y le seguimos, pero la<br />

devoción a la humanidad es como una maratón<br />

sin meta. No tiene fin, por mucho que se siga con<br />

esta devoción. Implica una constante exhortación<br />

para intentar hacer las cosas un poco mejor, pero<br />

el resultado es un constante sacrificio para ser un<br />

creyente devoto.<br />

El objetivo de la devoción de la humanidad es<br />

satisfacer los propios deseos. Si no se pedalea sin<br />

cesar, se cae de la bicicleta; así es la piedad de la<br />

humanidad, una carrera constante. Este empeño<br />

agota y tormenta a la gente. Pero aún así Satanás<br />

les incita a seguir con empeño y los acaba<br />

arrojando al infierno. Esto se debe a que mucha<br />

gente sigue las palabras de Satanás con mayor<br />

empeño que la Palabra de Dios.<br />

El empeño no les puede liberar, sino que hace<br />

que la gente se canse. Dios nos dijo: «Conoceréis<br />

la verdad y la verdad os hará libres». Pero<br />

Satanás dice a la gente: «Sólo necesitáis saber<br />

por encima la Palabra de Dios, lo que de verdad<br />

necesitáis es devoción». La lógica de Satanás es<br />

que si somos devotos ante Dios, Él se complace<br />

del mismo modo en que «la sinceridad mueve el<br />

Cielo». Por eso la gente piensa: «Aunque soy un<br />

pecador, si rezo a Dios con devoción, Dios no se<br />

fijará en mis pecados». Esto es una falacia.<br />

¿Qué podemos conseguir por orar a Dios con<br />

devoción? No debemos hacer hincapié en nuestra<br />

propia devoción. Esto es satánico. En vez de<br />

vivir según nuestro empeño, debemos conocer la<br />

voluntad de Dios y vivir según esta voluntad.<br />

Sin embargo, los siervos de Dios intentan<br />

hacer que nos empeñemos en hacer las obras de<br />

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147 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

la tierra. Después de empujarnos a la devoción,<br />

intentas hacernos ignorantes y nos arrojan al<br />

infierno como estúpidos. Por eso Dios dijo en 2<br />

Timoteo 3, 6-7: «Porque de éstos son los que se<br />

meten en las casas y llevan cautivas a las<br />

mujercillas cargadas de pecados, arrastradas<br />

por diversas concupiscencias. Estas siempre<br />

están aprendiendo, y nunca pueden llegar al<br />

conocimiento de la verdad».<br />

En otras palabras, Satanás intenta llevar a la<br />

gente a la ignorancia. Intenta confundirles. Dios<br />

dice que Satanás trae ignorancia a la gente para<br />

que sigan sin conocer la verdad y hace que<br />

aprendan constantemente aunque nunca tienen un<br />

conocimiento exacto de la Verdad. Satanás hace<br />

que caigan en la ignorancia y la terquedad, que<br />

impiden que alcancen la Verdad. La estrategia de<br />

Satanás consiste en hacer que la gente sea<br />

ignorante.<br />

Muchos cristianos son muy devotos cuando<br />

dan testimonio, cuando predican a otros para que<br />

crean en Jesucristo. Los siervos de Satanás son<br />

bastante diligentes a la hora de ganar adeptos,<br />

porque su empeño es bastante grande y porque<br />

atraen a los que parecen débiles. En otras<br />

palabras, Satanás afirma que la gente puede<br />

prosperar si cree en Jesucristo, puede ser sanada<br />

o tener éxito en sus negocios, y así les da<br />

esperanza y los convence según su estrategia.<br />

Esto es el resultado de la ignorancia. Por eso la<br />

Palabra de Dios dice que la devoción de los<br />

ignorantes nunca alcanza la Verdad. Dice que<br />

aunque los que se levantan contra la justicia de<br />

Dios están siempre aprendiendo, no pueden<br />

alcanzar la Verdad. Dicho de otra manera, los<br />

ignorantes que no han nacido de nuevo no<br />

pueden alcanzar la Verdad por mucho que<br />

aprendan de los siervos de Satanás. Enseñan a<br />

otros todos los días, pero sus seguidores siguen<br />

siendo pecadores incluso después de haberles<br />

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148 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

enseñado, del mismo modo en que eran<br />

pecadores antes de aprender.<br />

El Señor dijo en Juan 8, 32: «Conoceréis la<br />

verdad, y la verdad os hará libres». Así que Dios<br />

nos está pidiendo que conozcamos la Verdad.<br />

Así que, mientras el Señor nos dice que<br />

conozcamos la Verdad, Satanás nos dice que<br />

seamos devotos.<br />

¿Qué es la justicia de Dios? La Verdad. ¿Cuál<br />

es la Verdad? La Verdad es el Evangelio del<br />

agua y el Espíritu que salva vidas. Por eso<br />

cuando alguien conoce el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu, puede recibir la vida eterna. Por el<br />

contrario, Satanás impide que la gete alcance la<br />

vida eterna al hacer que caigan en la ignorancia.<br />

Intenta mantenerlos como pecadores hasta el<br />

final para que sean castigados para siempre. Por<br />

eso los siervos de Satanás siguen difundiendo las<br />

palabras de ignorancia, para impedir que la gente<br />

conozca la justicia de Dios.<br />

La fe satánica es así: «que tendrán apariencia<br />

de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a<br />

éstos evita» (2 Timoteo 3, 5). La eficacia de la<br />

piedad se refiere al Evangelio del agua y el<br />

Espíritu a través del cual somos justos al creer en<br />

la justicia de Dios. Así que Satanás hace que la<br />

gente no crea en la justicia de Dios, sino en su<br />

propia justicia, fingiendo creer en la justicia de<br />

Dios. Mientras que la gente de Satanás finja creer<br />

en la justicia de Dios, no puede recibir la<br />

verdadera eficacia de la piedad por fe. El Diablo<br />

intenta impedir que conozcamos la Verdad de<br />

que Dios ha borrado todos nuestros pecados.<br />

Intenta impedir que nos diéramos cuenta de que<br />

nos hemos convertido en gente sin pecado. Todo<br />

lo que Satanás hace es que la gente se revista de<br />

piedad exterior, como si creyera en Jesucristo.<br />

Esto es lo que hace Satanás, hacer que la gente<br />

finja creer en Jesucristo sin un objetivo claro e<br />

impedir que reciba la remisión de los pecados.<br />

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149 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

En otras palabras, Satanás hace que la gente<br />

sea devota y que sea imposible que alcancen la<br />

Verdad, y al hacerlo, lleva a muchos cristianos a<br />

la ignorancia y así mueren en su debilidad al<br />

final. Esta es la obra de Satanás, asegurarse de<br />

que la gente retenga todos sus pecados en sus<br />

corazones aunque crean en Jesucristo. Lo que es<br />

trágico es que las enseñanzas de Satanás tengan<br />

tanta aceptación en el cristianismo actual.<br />

Debemos separar la Verdad de la<br />

mentira según la Palabra de Dios<br />

Lo que Dios hizo el segundo día de la creación<br />

fue dividir el firmamento según Su Palabra. Dios<br />

ordenó que las aguas que estaban sobre el<br />

firmamento se separaran de las aguas que estaban<br />

bajo el firmamento. Todo lo que Dios dice se<br />

cumple. Entonces pensemos en qué significa<br />

dividir según la Palabra de Dios.<br />

Dios separa Su Palabra de las palabras de<br />

Satanás. ¿Según qué criterio divide Dios la<br />

Verdad de la mentira? Como Dios dijo en<br />

Génesis 1, 2: «El Espíritu de Dios se movía<br />

sobre la faz de las aguas», Él siempre está<br />

obrando con Su Palabra. Por tanto, Él puede<br />

separar a los nacidos de nuevo de los que no han<br />

nacido de nuevo con Su Palabra.<br />

Cuando reflexionamos sobre algunas<br />

enseñanzas de la Palabra de Dios y cuando<br />

vemos que algo no es correcto según esta<br />

Palabra, podemos concluir que es la palabra de<br />

Satanás. En otras palabras, como escuchamos la<br />

Palabra de Dios de justicia, creemos en ella y la<br />

guardamos en nuestros corazones, cuando<br />

reflexionamos lo que la gente nos dice según la<br />

Palabra de Dios, si no es correcto, podemos decir<br />

que es la palabra de Satanás. Por otro lado si es<br />

correcto según la Palabra de Dios, entonces es la<br />

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150 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

Palabra de Verdad que manifiesta la justicia de<br />

Dios.<br />

Dicho de otra manera, cualquier enseñanza<br />

con la que nos encontremos, debemos separarla<br />

en la Palabra de encima del firmamento y la<br />

palabra que está debajo del mismo. Las<br />

enseñanzas que salen de los labios de los<br />

predicadores son la Palabra de Dios o la palabra<br />

de Satanás. Si estas enseñanzas no concuerdan<br />

con la Palabra de Dios de justicia, debemos<br />

ignorarlas, por muy sistemáticas y astutas que<br />

parezcan, y por muy famoso y autoritario que sea<br />

el predicador que las enseña. Las palabras que no<br />

contienen la justicia de Dios deben definirse<br />

como palabras de Satanás, no como la Palabra de<br />

Dios, y debemos alejarnos de ellas, aunque sean<br />

predicadas como la Palabra de Dios por una<br />

denominación respetable.<br />

Cuando separamos una enseñanza en la<br />

Palabra de encima del firmamento y en la palabra<br />

de debajo del mismo, debemos utilizar la Palabra<br />

de Dios de justicia como norma. Cuando la gente<br />

de este mundo escucha a alguien hablar, no lo<br />

escuchan según la Palabra de Dios, sino que<br />

juzgan sus antecedentes, su poder, su fama, su<br />

dinero o su educación. Sin embargo, si nos<br />

basamos en estas cosas, no sería posible separar<br />

la Palabra de encima del firmamento de la de<br />

debajo, es decir, la Palabra de Dios de las<br />

palabras de Satanás. Cuando escuchamos a<br />

alguien, si abrimos la Biblia, que es la Palabra de<br />

Dios, y si escuchamos basándonos en esta<br />

Palabra, podemos distinguir las palabras de<br />

Satanás de la Palabra de Dios.<br />

Por eso debemos dejar de lado las normas del<br />

mundo y basarnos en la Palabra de Dios, es decir<br />

la Biblia, para separar la Palabra de encima del<br />

firmamento de la de debajo. Ustedes también<br />

deben librarse de la confusión a través de la<br />

Palabra de Verdad.<br />

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151 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

Doctrinas falsas inventadas por<br />

Satanás<br />

Algunas personas afirman que para ser<br />

completamente salvado hay que alcanzar la<br />

santidad incluso después de creer en Jesucristo.<br />

En el cristianismo, esta afirmación se conoce<br />

como la doctrina de la santificación incremental.<br />

De hecho, junto con la doctrina de la<br />

justificación, esta enseñanza es una de las<br />

enseñanzas ortodoxas aceptadas oficialmente por<br />

la mayoría del cristianismo. Sin embargo, esta<br />

enseñanza no sale de la Palabra de la Verdad.<br />

Los argumentos que aportan los que apoyan<br />

esta doctrina es el siguiente. Antes de todo,<br />

invocan la Palabra: «Y sabemos que a los que<br />

aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,<br />

esto es, a los que conforme a su propósito son<br />

llamados. Porque a los que antes conoció,<br />

también los predestinó para que fuesen hechos<br />

conformes a la imagen de su Hijo, para que él<br />

sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a<br />

los que predestinó, a éstos también llamó; y a los<br />

que llamó, a éstos también justificó; y a los que<br />

justificó, a éstos también glorificó» (Romanos 8,<br />

28-30). Se basan en este pasaje para hablar de la<br />

doctrina de la santificación como “los siete pasos<br />

hacia la madurez espiritual”. Se refieren al verso<br />

29 de pasaje anterior: «Porque a los que antes<br />

conoció, también los predestinó para que fuesen<br />

hechos conformes a la imagen de su Hijo, para<br />

que él sea el primogénito entre muchos<br />

hermanos» para argumentar que al hacerse<br />

mayores los cristianos son santificados en la<br />

carne al tiempo en que se hacen cada vez más<br />

semejantes a Jesucristo.<br />

Sin embargo, esto no es lo que quiere decir<br />

este pasaje. Cuando la Biblia dice que nos hizo<br />

para ser conformes a la imagen de Su Hijo, no<br />

quería decir que debemos conformarnos a la<br />

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152 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

apariencia exterior del Señor. Dios nos<br />

predestinó y nos llamó para darnos la Palabra del<br />

Evangelio del agua y el Espíritu y hacernos creer<br />

en él, y así conformarnos a la imagen del Hijo de<br />

Dios por fe de una vez por todas.<br />

Ahora mismo, el Espíritu de Dios vive en los<br />

corazones de los que han recibido la remisión de<br />

los pecados al creer en el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu. El Espíritu Santo vive en los corazones<br />

de los justos. Por tanto, los que tienen el Espíritu<br />

Santo en el corazón se conforman a la imagen del<br />

Hijo de Dios. Él nos predestinó y nos llamó a<br />

Jesucristo para que recibamos la remisión de<br />

nuestros pecados de una vez por todas.<br />

Por eso los que han recibido la remisión de los<br />

pecados al creer en el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu, y los que tienen al Espíritu Santo<br />

dentro, son los hijos de Dios y los que no tienen<br />

al Espíritu Santo no son hijos de Dios. Pero a<br />

pesar de ello, mucha gente ha malinterpretado el<br />

pasaje de Romanos 9, 28-30, y<br />

consecuentemente, han llegado a creer que hay<br />

que ser santificado después de creer en Jesucristo<br />

para ser completamente salvado. La doctrina de<br />

la santificación lleva a la gente a centrarse en sus<br />

atributos carnales, afirmando que debemos ser<br />

humildes y mansos como Jesucristo. Así que<br />

citando el pasaje de Romanos, los que no han<br />

nacido de nuevo acuden a los siete pasos de la<br />

santificación.<br />

Romanos 8, 30: «Y a los que predestinó, a<br />

éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos<br />

también justificó; y a los que justificó, a éstos<br />

también glorificó». Muchas personas aceptan la<br />

doctrina de la predestinación basándose en este<br />

pasaje. Sin embargo, el verdadero significado de<br />

este pasaje es completamente diferente de la<br />

doctrina de la predestinación, que no es más que<br />

una doctrina humana. El que Dios llamase a los<br />

que Él ha predestinado significa que Dios eligió<br />

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153 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

a todo el mundo en Jesucristo. Cuando Adán<br />

pecó, Dios le vistió con la piel de un animal<br />

expiatorio; asimismo, Dios decidió perdonar<br />

todos nuestros pecados a través de Jesucristo, el<br />

descendiente de una mujer y nuestro sacrificio<br />

expiatorio. Por tanto, la frase «a los que<br />

predestinó» se refiere a Jesucristo y a los<br />

pecadores, los descendientes de Adán, es decir a<br />

todos los que recibirían a remisión de los<br />

pecados al creer en Jesucristo.<br />

Por eso la Biblia dice: «Y a los que predestinó,<br />

a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos<br />

también justificó; y a los que justificó, a éstos<br />

también glorificó». Esto significa que nuestro<br />

Dios predestinó a todos los pecadores del mundo<br />

en Jesucristo. Y Dios llama a los que han<br />

recibido la remisión de los pecados como justos,<br />

y les hace Sus propios hijos. Revistiéndoles en la<br />

gloria de Jesucristo. Todo esto está contenido en<br />

el plan de Dios para hacer que los pecadores sean<br />

Sus hijos. Esta es la Ley de Dios.<br />

Cuando la Biblia dice: «Y a los que<br />

predestinó, a éstos también llamó; y a los que<br />

llamó, a éstos también justificó», significa que<br />

Dios nos ha llamado a los humanos y que ha<br />

borrado nuestros pecados a través de Jesucristo.<br />

Él nos ha hecho completamente justos. Y a los<br />

que llamó, también los santificó. ¿Lo entienden<br />

ahora? Todo esto ocurrió simultáneamente y de<br />

una vez por todas.<br />

Desde el punto de vista de Dios, esto requiere<br />

un plan muy elaborado y una implementación a<br />

largo plazo, pero si pensamos en lo que<br />

Jesucristo hizo por nosotros, hemos recibido<br />

todas estas bendiciones de inmediato: Dios nos<br />

llamó a los pecadores. Y al llamarnos, Jesucristo<br />

borró nuestros pecados. Una vez recibimos la<br />

remisión de nuestros pecados, fuimos justos, y al<br />

ser justos, nos convertimos en hijos de Dios. Así<br />

es como fuimos glorificados. El haber sido<br />

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154 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

glorificados significa que al darnos Dios el<br />

Espíritu Santo, Su imagen, en nuestros<br />

corazones, los pecadores nos hemos convertido<br />

en hijos de Dios. Convertirse en hijos de Dios es<br />

la gloria de estar con Dios a través de Jesucristo.<br />

Todo esto ocurrió en un instante. Como todo<br />

paso de una vez, decir que nuestra salvación se<br />

consigue a través de los siete pasos de la<br />

santificación es pronunciar las palabras de<br />

Satanás. Los que aceptan esta doctrina insiste<br />

que si se cree en Jesucristo y se camina<br />

diligentemente por el camino de la santificación<br />

en este mundo, uno puede transformarse y<br />

hacerse santo como Dios cuando se muere. Esta<br />

concepción es fruto de los pensamientos<br />

humanos y de las palabras de Satanás. Estas<br />

palabras no traen más que confusión y hace que<br />

la gente sea ignorante.<br />

Dios nos llamó mediante un plan en Jesucristo<br />

y a los que han contestado a esta llamada de<br />

Dios, Él los ha hecho justos de una vez por todas<br />

y los ha santificado a través del Evangelio del<br />

agua y el Espíritu. Dios nos ha glorificado para<br />

que nos convirtamos en Sus hijos al creer en Su<br />

justicia. Esta es la obra de salvación santificación<br />

que Dios cumplió de una vez por todas. Por<br />

tanto, los seres humanos no se hacen santos por<br />

su propia cuenta.<br />

Mis queridos hermanos, después de recibir la<br />

remisión de los pecados, ¿somos más santos si lo<br />

intentamos? No, no somos más santos. Aunque<br />

nuestros corazones sean santos por la justicia de<br />

Dios, nuestra carne sigue siendo insuficiente<br />

hasta el día en que morimos. Por eso el Apóstol<br />

Pedro dijo que el que hayamos obtenido la<br />

afirmación de nuestra salvación al creer en el<br />

bautismo de Jesucristo, no significa que la<br />

suciedad de nuestra carne haya desaparecido,<br />

sino que nos hemos vestido de la justicia de Dios<br />

por fe y seguimos Su voluntad de ahora en<br />

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155 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

adelante (1 Pedro 3, 21).<br />

Por tanto sólo mediante nuestra fe en la<br />

justicia de Dios podemos entrar en el Reino de<br />

los Cielos. Al confiar en Dios y seguirle, gracias<br />

al Espíritu Santo que vive en nuestros corazones,<br />

podemos vivir. Al seguir la Palabra de la Verdad<br />

de Dios y tener al Espíritu Santo en nuestros<br />

corazones, podemos ser transformados. Y<br />

podemos seguir la Verdad al creer en la<br />

salvación que Dios ha completado. No podemos<br />

cambiar por nuestros propios esfuerzos.<br />

Gracias a que Jesucristo, que es Dios, nos ha<br />

santificado y glorificado, esto nos ha ocurrido, al<br />

poner nuestra fe en ello. Por eso, los que no son<br />

hijos de Dios, los que no han nacido de nuevo,<br />

han sido separados de los que han nacido de<br />

nuevo y por tanto ahora vivimos una vida<br />

diferente a la suya. Los que todavía no han<br />

nacido de nuevo hablan de los siete pasos de la<br />

santificación y afirman que algún día serán como<br />

Jesucristo. Así que aguantan cualquier situación<br />

difícil. Pueden soportar cualquier cosa, pero la<br />

cuestión es que uno no puede ser santo al creer<br />

en Jesucristo y entonces refinarse durante mucho<br />

tiempo. Como hay un límite en la paciencia de<br />

los seres humanos, en vez de ser santificados, su<br />

paciencia se agota y se hacen más tercos y<br />

egoístas al final. La noción de que uno se<br />

santifica en la carne es un pensamiento erróneo<br />

de los seres humanos.<br />

Por tanto, cuando reflexionamos sobre la<br />

doctrina de la santificación incremental<br />

basándonos en la Palabra de la Verdad, nos<br />

damos cuenta de que es una enseñanza de<br />

Satanás. Cuanto más tiempo se crea en Jesucristo<br />

sin nacer de nuevo, mayor será la hipocresía y la<br />

tozudez. Estas personas parecen rectas por fuera,<br />

pero sus corazones están muy sucios. Aunque su<br />

conciencia, que no ha nacido de nuevo, siempre<br />

desvela sus pecados, intentan ocultarlos. ¿No es<br />

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156 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

esto malvado? Son como una tumba, lavada con<br />

hipocresía para que parezca buena por fuera,<br />

pero dentro, las tinieblas están sobre la faz del<br />

abismo, se ahogan en el pecado y se pudren. Así<br />

que sus acciones, que guían a otros por el mal<br />

camino y los engañan, son muy sucias y<br />

malvadas. Por eso Jesucristo los rechazó y les<br />

llamó tumbas lavadas con cal.<br />

Todo lo que Satanás dice es mentira y<br />

cuanto más sigamos sus palabras,<br />

antes nos daremos cuenta de que<br />

hemos sido engañados<br />

Los que dicen creer en Jesucristo como su<br />

Salvador con esta fe errónea sólo tienen<br />

apariencia de santidad: no tienen el poder de la fe<br />

y la Biblia los rechaza porque «tendrán<br />

apariencia de piedad, pero negarán la eficacia<br />

de ella; a éstos evita» (2 Timoteo 3, 5). Los<br />

pecadores no pueden ser completamente santos.<br />

Sólo aparentar vivir con fe. Se arrodillan cuando<br />

adoran y juntan sus manos cuando oran. Son<br />

buenos haciendo estas cosas. Invocan la santidad<br />

con sus labios una y otra vez, pero sus corazones<br />

están llenos de envidia y avaricia, y se dejan<br />

llevar por todo tipo de deseos. Al ver esto, el<br />

Señor dice: «Tendrán apariencia de piedad, pero<br />

negarán la eficacia de ella».<br />

Los corazones de los que no han nacido de<br />

nuevo no siguen a Dios, sino al mundo. Intentan<br />

ser aprobados por el mundo e incrementar sus<br />

posesiones, y consecuentemente, sus últimos días<br />

son más sucios que cuando empezaron a creer en<br />

Jesucristo. Nuestro Señor deja claro que todos<br />

los que dicen creer en Dios y no han nacido de<br />

nuevo del todo, tendrán un final más sucio que el<br />

principio. Y el Señor dice que al final serán<br />

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157 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

pésimos. Así que las palabras de Satanás se<br />

diferencian cuando reflexionamos sobre la<br />

Palabra.<br />

Los que tienen pecados en sus corazones<br />

aunque crean en Jesucristo han creído en las<br />

palabras de Satanás. Cuando un cristiano no<br />

puede seguir la Palabra de Dios con sinceridad,<br />

aunque profese creer en Jesucristo, esto se debe a<br />

que ha creído en las palabras de Satanás todo este<br />

tiempo. Si creemos en la Palabra de Jesucristo, es<br />

imposible no seguirle. Seguimos al Señor porque<br />

sabemos que Su Palabra es infalible. Por<br />

supuesto, es bastante difícil para nosotros, pero<br />

no tenemos otra opción que seguirle, y cuando<br />

seguimos la Palabra del Señor, nuestros<br />

corazones se llenan de fuerza y de gozo.<br />

Por el contrario, cuando seguimos las palabras<br />

de Satanás, cuanto más las seguimos, más<br />

confusos estamos y más sucia se vuelve nuestra<br />

conciencia. Esta gente dice que sigue al Señor<br />

con sus palabras, pero establece sus propias<br />

doctrinas con más empeño, que no son más que<br />

palabras de Satanás, y cuando estas doctrinas se<br />

hacen más duras, los corazones de sus seguidores<br />

se ensucian más. Aún así, fingen vivir una vida<br />

llena de obras virtuosas. Y se engañan a sí<br />

mismos, pensando que mientras sus acciones<br />

sean virtuosas, no estarán sucios, aunque haya<br />

todo tipo de suciedad en sus corazones.<br />

La justicia de Dios se revela a través<br />

de los que creen en el Evangelio del<br />

agua y el Espíritu<br />

Por el contrario, cuando los corazones de los<br />

cristianos que han nacido de nuevo están<br />

engañados, el Espíritu Santo los devuelve a su<br />

sitio. A veces los corazones de los nacidos de<br />

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158 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

nuevo van por el mal camino y si no vuelven al<br />

camino correcto, el Espíritu Santo se incomoda.<br />

Así que nuestros corazones no están tranquilos,<br />

sino que reaccionan de manera adversa.<br />

Entonces, en poco tiempo, nuestros corazones<br />

vuelven a estar intranquilos. Esto se debe a que<br />

nuestros corazones se atormentan cuando no<br />

podemos hacer cosas malvadas con tanta<br />

facilidad. Cuando los nacidos de nuevo<br />

emprenden un camino, pueden seguir en él si sus<br />

corazones están en paz. En otras palabras, como<br />

el Espíritu Santo señala los pecados de nuestros<br />

corazones, no podemos seguir en el camino<br />

equivocado, porque nuestros corazones se<br />

sienten incómodos e infelices. Esto es lo que les<br />

ocurre a los nacidos de nuevo.<br />

Por el contrario, los que no han recibido la<br />

remisión de los pecados y cuyos corazones no<br />

tienen el Espíritu Santo, siguen las palabras de<br />

Satanás. Esto se debe a que confían en las<br />

palabras de Satanás de todo corazón y por ello se<br />

mueven según la codicia de sus corazones y la<br />

Palabra de Dios no puede controlarlos. Como los<br />

cristianos que no han nacido de nuevo están<br />

bebiendo del agua que está debajo del<br />

firmamento, que son las palabras de Satanás, en<br />

realidad no son diferentes a la gente del mundo<br />

que no cree en Jesucristo. Es casi imposible<br />

distinguir a los cristianos de los que no son<br />

cristianos hoy en día.<br />

Los que creen en las palabras de Satanás viven<br />

según los deseos del mundo. Los que siguen las<br />

palabras de Satanás no son diferentes a la gente<br />

del mundo. Por el contrario, son más sucios que<br />

la gente del mundo. Como los que creen en<br />

Jesucristo sin nacer de nuevo creen en las<br />

palabras de Satanás, no dan frutos espirituales.<br />

Siguen siendo pecadores y no hay nadie que haya<br />

recibido la remisión de los pecados a través de<br />

ellos. La gente a la que predicaron el Evangelio<br />

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159 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

sigue siendo pecadora porque los que creen en<br />

las palabras de la humanidad y siguen las<br />

palabras de Satanás aunque digan creer en<br />

Jesucristo, no dan fruto que complazca a Dios. A<br />

través de la Palabra, estas personas deben darse<br />

cuenta sin falta de que han estado siguiendo las<br />

palabras de Satanás todo el tiempo.<br />

Si de verdad creen que la Biblia es la Palabra<br />

de Dios, entonces deben examinar su ge a la luz<br />

de la Palabra de Dios. ¿Están siguiendo la<br />

Palabra de Dios? Quien no siga a la Biblia está<br />

siguiendo a Satanás. Su maestro ha sido<br />

engañado por Satanás y él mismo también. No se<br />

puede ocultar esta verdad a los ojos de la Palabra<br />

de Dios.<br />

Si nos damos cuenta de que hemos seguido las<br />

palabras de Satanás, podemos librarnos de sus<br />

redes. Si nos damos cuenta de que no hemos<br />

seguido la Verdad, debemos dejar a esa<br />

organización falsa que difunde las enseñanzas de<br />

Satanás. Así, cuando dejamos de ir a esa iglesia<br />

falsa, podemos volver a la justicia de Dios de<br />

inmediato.<br />

Debemos conocer la Palabra de Dios sin falta<br />

y seguirla con un amplio conocimiento. Los que<br />

todavía no saben que están escuchando las<br />

palabras de Satanás y siguen yendo a una iglesia<br />

que no ha nacido de nuevo, sólo pueden esperar<br />

la destrucción. Dios ha dividido las aguas que<br />

hay encima del firmamento de las que hay<br />

debajo. Así los que siguen las palabras de<br />

Satanás y beben del agua de debajo del<br />

firmamento, serán separados por Dios. Por tanto,<br />

cuando no vuelven a Dios y siguen bebiendo del<br />

agua de debajo del firmamento hasta el final, son<br />

destruidos y no es culpa de Dios.<br />

Por eso, si un cristiano no da fruto del Espíritu<br />

Santo a pesar de haber creído en Dios durante<br />

mucho tiempo, debe darse cuenta de que ha<br />

creído en las Palabras de Satanás y debe buscar<br />

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160 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

la Palabra de Dios. Él le encontrará si le busca.<br />

Sin embargo, la iglesia de Satanás que no ha<br />

nacido de nuevo sigue dándole un alto cargo en<br />

la iglesia, y le ata para que no se vaya a otra<br />

iglesia. En algunas iglesias, los pastores hacen<br />

diáconos o mayores a personas que no sólo no<br />

han nacido de nuevo, sino que tampoco han ido a<br />

la iglesia muy a menudo. Así que regalan estos<br />

cargos en su congregación para satisfacer sus<br />

corazones con honor, ya que no ha ningún<br />

cambio, felicidad o satisfacción en ella a pesar de<br />

su trabajo como pastores. Cuando los pastores<br />

que no pueden guiar a su congregación<br />

espiritualmente ven que esta está insatisfecha,<br />

dan a sus seguidores honor, porque no les pueden<br />

satisfacer espiritualmente. Así que si alguien<br />

quiere darles un cargo en la iglesia aunque su fe<br />

no se haya establecido completamente, deben<br />

darse cuenta de que es un pastor falso.<br />

Cuando la Iglesia que ha nacido de nuevo<br />

establece sus cargos, lo hace basándose en si la<br />

fe de los santos en la justicia de Dios y el don del<br />

servicio están en esas personas a las que se les<br />

quiere dar el cargo. La Iglesia nacida de nuevo<br />

no concede ningún cargo a una persona porque<br />

haya estado en la iglesia durante mucho tiempo o<br />

para satisfacerle, sino que lo hace si la persona<br />

cree en la justicia de Dios, porque sólo entonces<br />

puede servirle.<br />

Sin embargo, los que no han nacido de nuevo<br />

están dominados por las palabras de Satanás y<br />

por tanto intentan satisfacer a la gente con cargos<br />

en la iglesia. Así que si un pastor quiere<br />

asignarles un cargo en su iglesia o concederles<br />

honor, aunque haya pecados en sus corazones y<br />

por tanto no pueda hacer nada, deben darse<br />

cuenta de que Satanás les está engañando. Deben<br />

darse cuenta de que este pastor no es un siervo de<br />

Dios y deben alejarse de esta gente. Sólo<br />

entonces podrán salvarse. Esto es lo que significa<br />

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161 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

separar las aguas de encima del firmamento de<br />

las que hay debajo. Deben distinguirlo con<br />

claridad.<br />

¿Qué hizo Dios el segundo día de la<br />

creación?<br />

El segundo día, Dios dividió las aguas que hay<br />

encima del firmamento de las que hay debajo.<br />

Nosotros también debemos distinguir las<br />

palabras de Satanás de la Palabra de Dios.<br />

¿Cómo las separamos? Separamos las aguas de<br />

encima del firmamento de las de debajo según la<br />

Palabra de Dios.<br />

Debemos preguntarnos si estamos bebiendo de<br />

las aguas de encima del firmamento y si nuestras<br />

vidas están controladas por el Diablo. Si todavía<br />

no son justos aunque crean sinceramente en<br />

Jesucristo, esto significa que están bebiendo de<br />

las aguas de debajo del firmamento, es decir, del<br />

agua de la tierra. Deben saber que los que se han<br />

convertido en justos sin pecado al creer en Jesús<br />

y viven según la Palabra, son los que beben de<br />

las aguas de encima del firmamento. Entonces<br />

debemos separar claramente.<br />

Si una persona sigue siendo pecadora después<br />

de creer en Jesucristo durante medio siglo, esto<br />

sólo puede significar que ha creído en las<br />

palabras del Diablo. Pero los que conocen el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu correctamente y<br />

han recibido la completa remisión de sus pecados<br />

al aceptar la luz de la Palabra, son el pueblo<br />

dirigido por Dios. Estas personas son hijos de<br />

Dios y van de camino al Reino de los Cielos. Los<br />

cristianos deben distinguir claramente si son<br />

pecadores o justos, si están destinados al infierno<br />

o al Cielo, y si son hijos de Dios o del Diablo.<br />

Cuando nos examinamos basándonos en la<br />

Palabra, si somos justos sin pecado, entraremos<br />

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162 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

en el Cielo como hijos de Dios, pero si tenemos<br />

pecados, seremos arrojados al infierno como<br />

siervos de Satanás. Así, Dios nos separa. Él lo ha<br />

hecho claramente. Dios no fracasó. Pero aunque<br />

Dios nos haya distinguido y nos lo haya hecho<br />

saber, algunos de nosotros todavía están<br />

engañando a su propia conciencia.<br />

Cuando miramos nuestra propia conciencia,<br />

somos claramente pecadores o justos. Si hemos<br />

escuchado el Evangelio y hemos nacido de nuevo<br />

o no, si somos santos o meros practicantes de una<br />

religión, si tenemos pecados en nuestros<br />

corazones o no; todos somos claramente<br />

pecadores o justos. Debemos determinar si<br />

estamos engañando a nuestros propios corazones<br />

y debemos distinguir si pertenecemos a la Iglesia<br />

de Dios o al Diablo y al mundo. Quien escucha la<br />

Palabra de Dios puede saber quién es claramente,<br />

y así los que se engañan a sí mismos con las<br />

palabras de Satanás, viven en las aguas de debajo<br />

del firmamento y beben de esta agua, merecen<br />

que Dios los destruya.<br />

Un pecador debe confesarse como un<br />

gran pecador ante la Verdad<br />

Debemos darnos cuenta de que Dios ha<br />

separado la luz de las tinieblas y las aguas de<br />

encima del firmamento de las de debajo. ¿Se dan<br />

cuenta de que aunque Dios las haya dividido, la<br />

gente sigue muriendo porque engañan a sus<br />

propias conciencias? La gente no puede culpar a<br />

Dios porque les arroje al infierno, sino que esto<br />

ocurre porque sus conciencias no reconocen<br />

honestamente sus pecados y no buscan a Dios ni<br />

la Verdad, y entonces Dios no puede permitirles<br />

que encuentren la Verdad.<br />

La luz está en el mundo ahora. Tenemos la<br />

Palabra de la Verdad. Quien aprenda esta Palabra<br />

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163 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

correctamente, la vea, la escuche y esté<br />

convencido de su verdad, puede nacer de nuevo.<br />

Incluso el agua e está debajo del firmamento<br />

puede ser transformada en agua de encima del<br />

firmamento. Del mismo modo en que el agua del<br />

mar sube hacia el cielo en forma de vapor y<br />

vuelve a bajar como agua, las aguas de debajo<br />

pueden subir y convertirse en aguas de encima<br />

del firmamento. Aunque esto es posible, la gente<br />

sigue engañándose y por eso están condenados al<br />

infierno y a sufrir sin necesidad. Para encontrar<br />

la luz hay que volverse hacia Dios. Esto es la<br />

confesión.<br />

El Señor encontrará a los que vayan ante Dios<br />

diciendo: «Dios, soy un pecador que bebe de las<br />

aguas de debajo del firmamento, por favor,<br />

sálvame». Los que todavía tienen pecados en sus<br />

corazones deben presentarse ante los siervos de<br />

Dios, ante Su Iglesia nacida de nuevo, escuchar<br />

la Palabra y recibir la remisión de los pecados.<br />

Dios ha separado la Verdad de la mentira en<br />

los corazones de la gente. Los pecadores que<br />

beben de las aguas de debajo del firmamento no<br />

deben olvidar esto, sino que deben reunirse con<br />

los que han nacido de nuevo sin falta y deben<br />

transformarse. Aunque Dios ha hecho esta<br />

separación, si seguimos engañando a nuestra<br />

propia conciencia con las enseñanzas de Satanás<br />

que dicen: «Si creéis en Jesucristo, Dios os<br />

considerará justos aunque tengáis pecados» y<br />

entonces seremos arrojados al infierno. Debemos<br />

darnos cuenta de que esto es culpa nuestra por<br />

completo.<br />

Debemos entender lo que significa cuando la<br />

Biblia dice que el segundo día Dios separó las<br />

aguas de encima del firmamento de las aguas de<br />

debajo del firmamento. Dios ha separado las<br />

enseñanzas en dos partes: Su Palabra y las<br />

palabras de Satanás; y ahora dependiendo de las<br />

palabras en las que creamos, nuestras<br />

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164 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

bendiciones o maldiciones se determinan. Lo que<br />

uno bebe determina su felicidad o su desdicha.<br />

Escojan<br />

Dios ha separado las aguas de encima del<br />

firmamento de las que están debajo. Nosotros<br />

podemos beber de estas dos aguas. Tenemos<br />

derecho a escoger de qué agua beber. Todo<br />

depende de lo que escojamos. Los que prefieren<br />

el agua debajo del firmamento beberán de esta<br />

agua, y por tanto, morirán y serán destruidos. Los<br />

que quieren beber del agua de encima del<br />

firmamento, beberán de esta agua y nacerán de<br />

nuevo y así obtendrán la vida eterna. Todo<br />

ocurrirá según lo que escojamos.<br />

El que vayamos al Cielo o al infierno depende<br />

de nuestra elección. Jesucristo nos ha preparado<br />

el Cielo y también ha hecho el infierno.<br />

Jesucristo ha hecho todo para que seamos justos.<br />

Todo lo que hay que hacer es elegir: si queremos<br />

seguir siendo pecadores, creeremos en las<br />

palabras de Satanás y seguiremos siendo<br />

pecadores, pero si queremos ser justos,<br />

creeremos en la Palabra de Dios y seremos<br />

justos. En otras palabras, el Cielo y el infierno<br />

dependen de nuestro juicio y elección. Nuestra<br />

elección determina si iremos al cielo o al<br />

infierno.<br />

Dios nos ha preparado todo. La única cuestión<br />

que queda es la elección que haremos. Si<br />

queremos ir al Cielo, tenemos que escoger la<br />

Palabra de Dios, beber de las aguas de encima<br />

del firmamento y seguir a los siervo de<br />

Jesucristo. Si, por el contrario, queremos ir al<br />

infierno, debemos escoger las palabras de<br />

Satanás, beber de las aguas de debajo del<br />

firmamento y seguir a los siervos de Satanás,<br />

confiando en sus palabras. Todo se cumplirá<br />

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165 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

según nosotros creamos.<br />

Dios les dirá a los pecadores, sentado en Su<br />

trono del juicio en el último día: «Os dije desde<br />

el principio que separé las aguas que estaban<br />

encima del firmamento de las aguas que están<br />

debajo del firmamento. Pero al seguir las<br />

palabras de Satanás, escogisteis creer en mentiras<br />

e ir al infierno, y por tanto recibiréis lo que os<br />

habéis buscado. Es justo que según vuestra fe<br />

vayáis donde está Satanás». Entonces los que<br />

están destinados al infierno no tendrán nada que<br />

decir. Tendrán lengua, pero no podrán decir<br />

nada.<br />

Dios nos ha dado de manera gratuita el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu, que es la<br />

Palabra que nos permite nacer de nuevo, la<br />

Verdad, la salvación, la vida eterna, y todos las<br />

demás bendiciones celestiales. Tras darnos estas<br />

cosas, Dios nos dio la opción de escoger Sus<br />

bendiciones o Sus maldiciones. Del mismo modo<br />

en que Dios separó el día de la noche en este<br />

planeta, también separó las aguas de encima del<br />

firmamento de las de debajo del firmamento. Al<br />

hacer esta separación para los seres humanos que<br />

entrarán en el dominio de la vida eterna después<br />

de vivir en la tierra, Dios ha hecho que<br />

escogiéramos nuestro propio destino.<br />

Dios no separó el día de la noche sin motivo.<br />

Lo hizo porque quería demostrarnos el<br />

resplandeciente dominio de la luz y el dominio<br />

de las tinieblas. En otras palabras, Dios ha<br />

separado el dominio de los justos del dominio de<br />

los pecadores. Ha hecho esta separación para que<br />

los que quieran ir al infierno tengan que creer en<br />

las tinieblas simplemente, y los que quieran ir al<br />

Cielo tengan que creer en la luz. Los que Dios ha<br />

separado, ningún ser humano lo puede cambiar.<br />

Por mucho poder que tenga la humanidad, no<br />

puede transformar el día en noche, ni la noche en<br />

día. Nadie puede cambiar lo que Dios ha hecho.<br />

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166 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

Quien tiene una conciencia limpia cree que en<br />

lo que Dios ha separado. Sólo al mirar a la luz y<br />

aceptarla, al aceptar las aguas de encima del<br />

firmamento, la Palabra de Dios que desciende<br />

sobre nosotros, hemos recibido la vida eterna.<br />

El agua de la tierra, es decir, las enseñanzas de<br />

Satanás, nos obligan a esforzarnos para hacer<br />

buenas obras humanas. Esta agua que está debajo<br />

del firmamento nos enseña a convertirnos en<br />

justos y a ser salvados mediante nuestros<br />

esfuerzos carnales. Estas son las palabras de<br />

Satanás. Si alguien les enseña que ser justos y<br />

estar salvados se consigue mediante esfuerzos<br />

carnales, viviendo una vida santa y siendo<br />

santificado, recuerden que estas son las palabras<br />

de Satanás. La Palabra de Dios dice que nos<br />

convertimos en justos al creer de corazón en lo<br />

que Dios ha cumplido, y al aceptar Su Palabra en<br />

nuestros corazones. Convertirse en justo no tiene<br />

nada que ver con los esfuerzos carnales de cada<br />

uno, sino que se consigue al creer en la Palabra<br />

de Dios que desciende sobre nosotros. Al creer<br />

en la Palabra de encima del firmamento, en la<br />

Palabra de Dios de Verdad, en Su perfecta<br />

Palabra que no necesita ser complementada por<br />

obras humanas, recibimos la remisión de<br />

nuestros pecados, nos hacemos justos y<br />

conseguimos la vida eterna.<br />

Mis queridos hermanos, la Palabra de Dios<br />

viene desde arriba, da fruto en la tierra y vuelve a<br />

ascender. Si creen en la Palabra de Dios, tendrán<br />

la felicidad, pero si beben de las aguas de debajo<br />

del firmamento, serán malditos. Dios no quiere<br />

que sufran o sean malditos. Por eso nos ha dado<br />

Su Palabra y ha dividido las aguas de encima del<br />

firmamento de las de debajo. Quien haya<br />

probado las aguas de encima del firmamento no<br />

puede beber de las de abajo nunca más.<br />

Los que sólo han bebido de las aguas de<br />

debajo del firmamento hasta este día, deben<br />

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167 Las aguas que estaban sobre el firmamento y las que estaban bajo el firmamento<br />

volver a la Palabra de Dios. Los que sólo han<br />

probado las aguas de debajo del firmamento<br />

deben buscar las aguas de encima del firmamento<br />

y volver a la Palabra de la justicia de Dios, la<br />

verdadera fe. <br />

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El segundo día Dios separó<br />

las aguas<br />

< Génesis 1, 6-8 ><br />

«Luego dijo Dios: Haya expansión en medio<br />

de las aguas, y separe las aguas de las aguas. E<br />

hizo Dios la expansión, y separó las aguas que<br />

estaban debajo de la expansión, de las aguas<br />

que estaban sobre la expansión. Y fue así. Y<br />

llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la<br />

tarde y la mañana el día segundo».<br />

Dios ordenó que hubiera un firmamento entre<br />

las aguas para separar las aguas de las aguas y se<br />

cumplió según Su Palabra. Dios llamó al<br />

firmamento cielo. En el pasaje de las Escrituras<br />

de hoy, Dios nos está explicando cómo separó las<br />

168 El segundo día Dios separó las aguas<br />

aguas de las aguas el segundo día de la creación.<br />

Originalmente sólo había un cuerpo de agua que<br />

cubría todo el planeta, pero Dios creó un<br />

firmamento y separó las aguas de encima del<br />

firmamento de las que estaban debajo del<br />

firmamento. Me gustaría explicar lo que significa<br />

este pasaje y compartir las bendiciones de Dios<br />

con ustedes.<br />

Si contemplamos la creación del cielo y la<br />

tierra de Dios, podemos descubrir que el segundo<br />

día, Dios siguió separando, tal y como lo había<br />

hecho el primer día. El mensaje espiritual de la<br />

obra de Dios en este segundo día es el siguiente:<br />

es importante distinguir la Palabra de Dios de las<br />

palabras malvadas de Satanás. En otras palabras,<br />

Dios nos está diciendo que debemos tener la fe<br />

que separa espiritualmente las aguas de encima<br />

del Cielo de las de debajo de la Tierra.<br />

Cuando Dios creó los cielos y la tierra, dividió<br />

las aguas de encima del firmamento y las de<br />

◄ ÍNDICE ►


debajo. Lo hizo para decirnos que si queremos<br />

tener fe verdadera, debemos beber de las aguas<br />

de encima del firmamento. Debemos darnos<br />

cuenta del significado espiritual de por qué Dios<br />

dividió las aguas. Sólo entonces podemos creer<br />

en el Evangelio del agua y el Espíritu que<br />

Jesucristo nos ha dado y sólo entonces podemos<br />

hacer la obra de Dios por fe. Dicho de otra<br />

manera, el pasaje de las Escrituras de hoy nos<br />

dice que a no ser que distingamos y separemos la<br />

Palabra de Dios de las palabras de Satanás, no<br />

podremos entrar en el dominio de Dios.<br />

La Verdad debe ser separada de la<br />

mentira<br />

Si no podemos separar la verdad de la mentira,<br />

no sólo no podremos hacer la obra de Dios, sino<br />

que además acabaremos levantándonos contra<br />

169 El segundo día Dios separó las aguas<br />

Dios. Por eso Dios nos habla de este asunto. Sin<br />

embargo, en el cristianismo de hoy en día, los<br />

legalistas y los evangelistas no pueden separar la<br />

verdad de la mentira, y creen en sus propias<br />

doctrinas humanas. Deben darse cuenta de que<br />

esta es la razón fundamental por la que no<br />

pueden entrar en el dominio de Dios a pesar de<br />

creer en él, porque todavía creen en las aguas de<br />

la tierra, es decir en las doctrinas humanas.<br />

Los mentirosos de las comunidades cristianas<br />

de hoy en día confían en estas doctrinas humanas<br />

más que en lo que Dios les dice mediante la<br />

Palabra de las Escrituras. Debemos darnos cuenta<br />

de que ahora muchos líderes cristianos están<br />

haciendo mucho daño porque fingen hacer la<br />

obra de Dios y en realidad están compartiendo<br />

sus lecciones carnales mezcladas con la Palabra<br />

de Dios.<br />

Debemos separar la Palabra espiritual de Dios<br />

de las lecciones que provienen del hombre y sólo<br />

◄ ÍNDICE ►


entonces podemos hacer la obra de Dios<br />

correctamente. Para los siervos de Dios, las<br />

debilidades o insuficiencias de su carne no son<br />

un problema. Por el contrario, lo que es más<br />

problemático para los siervos de Dios es intentar<br />

hacer la obra de Dios sin separar la Palabra<br />

espiritual de las palabras carnales. Si alguien<br />

intenta hacer la obra de Dios sin distinguir las<br />

palabras de la humanidad de la Palabra de Dios,<br />

acabará trayendo la destrucción espiritual a las<br />

almas que no debían morir, y su propia alma<br />

también acabará destruida.<br />

Los que nos hemos convertido en obreros de<br />

Dios debemos predicar la Palabra de Dios con un<br />

amplio conocimiento de la misma. ¿Por qué?<br />

Porque es la voluntad de Dios. Las aguas de<br />

encima del firmamento y las de debajo del<br />

firmamento son diferentes. Así que los obreros<br />

de Dios deben conocer la Verdad del Evangelio<br />

del agua y el Espíritu, separar los falsos<br />

170 El segundo día Dios separó las aguas<br />

evangelios de verdadero y predicar solamente el<br />

Evangelio de Verdad. Ahora, podemos saber<br />

exactamente lo que la Palabra de Dios nos dice a<br />

través de la Palabra del Evangelio del agua y el<br />

Espíritu. Los obreros de Dios deben conocer el<br />

misterio del Evangelio del agua y el Espíritu<br />

correctamente y predicarlo a todo el mundo<br />

poniendo su fe en este Evangelio. Sólo entonces<br />

todos los pecadores conocerán la Verdad de la<br />

redención de Dios, y a través de esto, Dios será<br />

glorificado.<br />

Si conocemos el misterio escondido en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu y lo predicamos,<br />

muchas personas recibirán la vida eterna, porque<br />

serán salvadas. Todo aquel que crea en las aguas<br />

de encima del firmamento que nosotros<br />

predicamos, es decir, la Verdad del Evangelio del<br />

agua y el Espíritu, será librado de sus pecados y<br />

su confusión. Para que esto se haga realidad, los<br />

siervos de Dios deben poder predicar la Palabra<br />

◄ ÍNDICE ►


del Espíritu y separarla de las palabras de la<br />

carne. ¿Acaso no nos dijo que nos ha salvado a<br />

todo el mundo de nuestros pecados a través de la<br />

Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu?<br />

Dios nos ha dicho que al creer en la Palabra del<br />

Evangelio del agua y el Espíritu, la Verdad que<br />

nos salva del pecado, nos hemos convertido en<br />

Sus hijos. Por tanto, debemos conocer la Palabra<br />

del Evangelio del agua y el Espíritu y debemos<br />

predicarlo con fe. Debemos separar el verdadero<br />

Evangelio de los falsos y poner nuestra fe en el<br />

verdadero Evangelio y predicarlo a los que<br />

buscan la Verdad de Dios.<br />

Algunas personas dicen que si creemos en<br />

Jesucristo, podemos ser salvados de nuestros<br />

pecados incondicionalmente sin creer en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu, pero no es<br />

cierto. Los que no conocen la Verdad del<br />

Evangelio del agua y el Espíritu dicen:<br />

«Podemos ser salvados del pecado si creemos<br />

171 El segundo día Dios separó las aguas<br />

ciegamente en Jesucristo». Esto es mentira. En<br />

realidad las cosas no son así. Aunque al Diablo<br />

no le importe que la gente crea en Jesucristo,<br />

sigue intentado llevarlos a la destrucción al<br />

impedir que reciban la perfecta remisión de los<br />

pecados. Este es uno de los planes más astutos.<br />

Satanás es lo bastante inteligente como para<br />

usar a la supuesta «Iglesia de Dios» para llevar a<br />

la gente por el camino de la destrucción de la<br />

manera más segura, pidiéndoles una fe legalista y<br />

atándoles al pecado. El objetivo último del<br />

Diablo es difundir falsos evangelios en el<br />

cristianismo para que lo cristianos no conozcan<br />

el Evangelio del agua y el Espíritu y al final sean<br />

destruidos por sus pecados. Como la pena del<br />

pecado es la muerte, la obra del Diablo es una<br />

obra de muerte también. El Diablo es muy bueno<br />

haciendo que la gente se separe de la Verdad de<br />

Dios al hacer que sólo escuchen las palabras de<br />

los falsos evangelios que satisfacen los deseos de<br />

◄ ÍNDICE ►


la carne. Este es el objetivo último del Diablo. Al<br />

conocer la Verdad del Evangelio del agua y el<br />

Espíritu y creer en ella, debemos escapar de las<br />

artimañas del Diablo y ser salvados.<br />

Debemos darnos cuenta de que los siervos del<br />

Diablo han estado alimentando a las almas de la<br />

gente con las palabras de Satanás mezcladas con<br />

la Palabra de Dios y las han llevado a la muerte.<br />

¿Qué ha resultado de mezclar las enseñanzas del<br />

Diablo con la Palabra de Dios? Una de las cosas<br />

que han resultado de esta mezcla son los falsos<br />

evangelios. Mientras los siervos de Satanás<br />

siguen predicando estos falsos evangelios, están<br />

destruyendo a muchas almas que no deberían<br />

morir. Esta es la obra de Satanás y los<br />

mentirosos. Sin embargo, Dios hace que sea<br />

posible salvar a los que escuchan el Evangelio y<br />

lo distinguen, y los que separan el verdadero<br />

Evangelio de los falsos evangelios. Por eso los<br />

siervos de Dios deben dedicar todos sus<br />

172 El segundo día Dios separó las aguas<br />

esfuerzos a separar la Palabra de Dios de las<br />

palabras del Diablo. Mientras hacemos la obra de<br />

Dios, debemos darnos cuenta de por qué Dios ha<br />

dividido las aguas de encima del firmamento y<br />

las de debajo del firmamento el segundo día de la<br />

creación.<br />

Debemos construir unos sólidos<br />

cimientos de salvación para nuestras<br />

vidas de fe<br />

Los que causan más problemas para la obra de<br />

Dios son los que lo hacen asiduamente pero sin<br />

ningún temor, si conocer la Palabra de Dios, ni<br />

saberla distinguir de las palabras del hombre.<br />

Debemos entender esto claramente. Debemos<br />

darnos cuenta de que cuando los que se llaman a<br />

sí mismos obreros de Dios predican la Palabra de<br />

◄ ÍNDICE ►


Dios con las palabras del hombre, esto se<br />

convierte en el mayor obstáculo para la obra de<br />

Dios de salvar almas. El que los que se hacen<br />

llamar siervos de Dios prediquen la Palabra de<br />

Dios mezclada con las palabras de Satanás es la<br />

mayor falacia de su ministerio.<br />

Por ejemplo, cuando se refieren a Juan 13,<br />

pasaje en el que Jesús lavó los pies de Pedro, lo<br />

interpretan de la siguiente manera: «Como el<br />

Señor le dijo a Pedro que los que están lavados,<br />

sólo tienen que lavar sus pies, así que nosotros<br />

debemos limpiar nuestros pecados todo los días<br />

mediante las oraciones de penitencia». A través<br />

de este pasaje, muchos falsos ministros engañan<br />

a creyentes inocentes con estas oraciones de<br />

penitencia. De hecho, si no hubiéramos recibido<br />

la remisión de nuestros pecados, ni hubiéramos<br />

nacido de nuevo de la Palabra del Evangelio del<br />

agua y el Espíritu, habríamos sido engañados por<br />

estos mentirosos que existen hoy en día y<br />

173 El segundo día Dios separó las aguas<br />

estaríamos destinados a ser destruidos.<br />

Los que no tienen conocimiento espiritual han<br />

malinterpretado este pasaje y enseñan a otras<br />

personas que deben limpiar sus pecados todos los<br />

días. Sin embargo, los siervos de Dios que creen<br />

en el Evangelio del agua y el Espíritu no<br />

interpretan este pasaje como los falsos<br />

predicadores. Enseñan que cuando Jesucristo fue<br />

bautizado por Juan el Bautista en el río Jordán,<br />

cargó con todos los pecados del mundo de una<br />

vez por todas, fue a la Cruz y allí derramó Su<br />

sangre y así nos ha salvado de todos nuestros<br />

pecados de una vez por todas.<br />

Jesucristo es el Salvador que ha borrado todos<br />

los pecados del mundo de una vez por todas con<br />

el Evangelio del agua y el Espíritu. La Biblia<br />

dice que este Evangelio del agua y el Espíritu es<br />

la Verdad. Al venir al mundo encarnado en un<br />

hombre, Jesucristo borró nuestros pecados por<br />

completo de una sola vez, desde el principio<br />

◄ ÍNDICE ►


hasta el final, a través de la Verdad del Evangelio<br />

del agua y el Espíritu. Cuando Jesucristo vino al<br />

mundo, fue bautizado por Juan el Bautista una<br />

vez; cuando cargaba con todos los pecados del<br />

mundo, fue condenado por nuestros pecados y<br />

murió crucificado derramando Su sangre; y al<br />

levantarse de entre los muertos se ha convertido<br />

en el Salvador eterno de los que creen en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu.<br />

Cuando Jesús lavó los pies de Sus discípulo en<br />

Juan 13, estaba hablando del Evangelio del agua<br />

y el Espíritu, la salvación de Verdad con la que<br />

ha borrado los pecados de los discípulos, incluso<br />

aquellos que cometen en el futuro. Pero a pesar<br />

de ello, mucha gente no se da cuenta de la<br />

Verdad de salvación porque no ha encontrado el<br />

verdadero Evangelio de Dios del agua y el<br />

Espíritu.<br />

Los que se alimentan sólo de la Palabra de<br />

Dios que está encima del firmamento no quieren<br />

174 El segundo día Dios separó las aguas<br />

beber del agua de debajo del firmamento. Sin<br />

embargo, los que han bebido de las aguas de<br />

debajo del firmamento no quieren beber de las<br />

puras aguas de encima del mismo. Jesucristo<br />

dijo: «Y ninguno que beba del añejo, quiere<br />

luego el nuevo; porque dice: El añejo es mejor»<br />

(Lucas 5, 39). En el mundo real, el vino añejo es<br />

mejor. Quien haya probado un vino añejo, no<br />

querrá volver a beber vino nuevo.<br />

Sin embargo, en el dominio espiritual, sucede<br />

lo contrario. Cuando miramos la historia de la<br />

humanidad, podemos ver que por muy antigua<br />

que sea, las enseñanzas filosóficas y religiosas<br />

que han salido de los pensamientos humanos son<br />

completamente contrarias a la Palabra de Dios.<br />

Por muy antiguas y profundas que sean las<br />

filosofías y las ideas de este mundo, no son nada<br />

más que enseñanzas crudas y sin sentido, y no se<br />

pueden comparar con la Verdad de la salvación<br />

que libra a las personas del pecado, el Evangelio<br />

◄ ÍNDICE ►


del agua y el Espíritu. El Evangelio del agua y el<br />

Espíritu, que es la Palabra de Dios, es la<br />

verdadera Palabra de vida que libra a las<br />

personas del pecado. Por tanto, los sabios son los<br />

que creer en la Palabra del Evangelio del agua y<br />

el Espíritu que Dios nos ha dado en vez de creer<br />

en las enseñanzas tradicionales de las religiones<br />

del mundo.<br />

Por muy sinceramente que la gente crea en<br />

Jesucristo como su Salvador, a no ser que<br />

establezcan una relación entre el bautismo que el<br />

Señor recibió de Juan el Bautista y la sangre que<br />

derramó en la Cruz y poner su fe en ambas cosas,<br />

serán engañados por mentirosos y perecerán. Si<br />

esto nos ocurre a nosotros, estamos destinados a<br />

separarnos de la bendición de la vida eterna de<br />

Dios. Es una maldición intentar hacer la obra de<br />

Dios sin conocer el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu, y sin estar salvados. En realidad quien<br />

hace esto está arruinando la obra de Dios, en vez<br />

175 El segundo día Dios separó las aguas<br />

de servirla. En otras palabras, entre los cristianos<br />

de hoy en día que dicen creer en Jesucristo, si<br />

alguien no tiene fe en el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu, no está haciendo la obra de Dios, sino la<br />

obra de Satanás. Estos pastores no están<br />

haciendo la obra de Dios, sino que están<br />

predicando para satisfacer sus propios deseos.<br />

Deben darse cuenta de que estos mentirosos no<br />

son los que están haciendo la obra de Dios, sino<br />

los que creen en la Verdad del Evangelio del<br />

agua y el Espíritu.<br />

Muchos de los cristianos de hoy en día no<br />

pueden separar la Palabra del Evangelio del agua<br />

y el Espíritu de las palabras de Satanás<br />

predicadas por los mentirosos y por tanto son<br />

engañados por Satanás y conducidos a la<br />

destrucción. Así que deben intentar escuchar el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu, que es la<br />

Palabra de Dios. Pero ¿qué tipo de sermones<br />

buscan los cristianos del mundo ahora? ¿Están<br />

◄ ÍNDICE ►


uscando a los siervos de Dios que predican las<br />

aguas que están sobre el firmamento? ¿O acaso<br />

buscan a los siervos que predican las aguas de<br />

debajo del firmamento?<br />

Demasiados cristianos buscan a los que<br />

predican mezclando las aguas de encima del<br />

firmamento con las de debajo del firmamento. Si<br />

hubieran recibido la remisión de sus pecados al<br />

creer en el Evangelio del agua y el Espíritu,<br />

habrían buscado a los siervos de Dios que<br />

predican la Palabra que está sobre el firmamento.<br />

Ahora mismo, muchas personas que no han<br />

lavado sus pecados, porque no conocen la<br />

Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu,<br />

todavía siguen intentando vivir una vida de fe<br />

ante Dios. Sin embargo, los que todavía tienen<br />

que se salvados de sus pecados han sido<br />

engañados por mentirosos y por eso viven una<br />

vida religiosa carnal.<br />

Incluso hasta el momento, muchos pastores<br />

176 El segundo día Dios separó las aguas<br />

que se llaman a sí mismos siervos de Dios han<br />

sido engañados por Satanás de esta manera y por<br />

tanto lideran un ministerio sin sentido. Pero hay<br />

una gran diferencia entre la fe de esta gente y la<br />

de los que creen en el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu.<br />

En los corazones de los que creen en un falso<br />

evangelio que no es el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu, vemos que no está el Espíritu Santo.<br />

Aunque crean en Jesús como su Salvador ahora,<br />

el Espíritu Santo no puede descender sobre ellos,<br />

porque la Verdad del Evangelio del agua y el<br />

Espíritu no están en ellos. La razón es que<br />

todavía viven en la oscuridad porque no saben<br />

que la Palabra del Evangelio del agua y el<br />

Espíritu es la Verdad de la remisión de los<br />

pecados.<br />

En otras palabras, esta situación se debe a que<br />

tienen pecados en sus corazones. En los<br />

corazones de los que han nacido de nuevo y que<br />

◄ ÍNDICE ►


han sido perdonados por sus pecados al creer en<br />

el Evangelio del agua y el Espíritu, está el<br />

Espíritu Santo. Así que gracias a que el Espíritu<br />

Santo está en sus corazones, pueden distinguir<br />

las palabras del hombre de la Palabra de Dios.<br />

Por tanto pueden predicar la Palabra de Dios<br />

correctamente y como creer en la Palabra de la<br />

Verdad, pueden establecer Su Reino<br />

correctamente. Los justos pueden distinguir las<br />

palabras de Satanás de la Palabra de Dios, y por<br />

esta verdadera fe pueden predicar el verdadero<br />

Evangelio de salvación.<br />

Los que ocultan la gloria de Dios hasta este<br />

momento son los que no conocen la Verdad del<br />

Evangelio del agua y el Espíritu. No tienen nada<br />

que ver con Dios. Están muy lejos de Él. Es una<br />

gran tragedia que haya tantos pastores a nuestro<br />

alrededor que, aunque digan que hacen la obra de<br />

Dios por su propia voluntad, están haciendo la<br />

obra de Satanás en realidad. En vez de hacer la<br />

177 El segundo día Dios separó las aguas<br />

obra de Dios, están blasfemando, pero el<br />

problema más serio es que no se dan cuenta de<br />

ello.<br />

Una característica de estos mentirosos es que<br />

no conocen la Verdad, pero aún así están muy<br />

ocupados. Ahora, deben creer en el Evangelio del<br />

agua y el Espíritu, el Evangelio de Dios. Ahora,<br />

deben escuchar la Palabra del Evangelio del agua<br />

y el Espíritu que sale de la Iglesia de Dios.<br />

Ahora, la obra de Dios debe ser confiada a los<br />

que creen en la Verdad del Evangelio del agua y<br />

el Espíritu. Y ahora, ustedes también deben<br />

servir a la Verdad del Evangelio junto con los<br />

que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu.<br />

Si dicen que están haciendo la obra de Dios<br />

ahora pero no conocen el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu, el Evangelio de Verdad, deben buscar el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu aún más, porque<br />

son ciegos espiritualmente.<br />

Del mismo modo en que es crucial construir<br />

◄ ÍNDICE ►


unos cimientos sólidos cuando se hace una casa,<br />

para hacer la obra de Dios, debemos construir los<br />

cimientos de la fe correctamente al creer en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu. Una persona<br />

puede salir como obrera de Dios que salva a otras<br />

almas sólo cuando esa persona ha sido salvada de<br />

sus pecados de una vez por todas. Si la gente<br />

hace todo tipo de cosas para intentar convertirse<br />

en obreros de Dios por su cuenta sin ser<br />

salvados, al final su fe se vendrá abajo. Para<br />

convertirse en la gente de fe ante Dios, deben<br />

recibir la remisión de los pecados primero a<br />

través de la Verdad del Evangelio del agua y el<br />

Espíritu, ser salvados de todos sus pecados y<br />

construir su casa de fe sobre los cimientos de la<br />

fe verdadera, de la salvación verdadera.<br />

Mediante la Palabra de Dios, debemos construir<br />

los cimientos de la salvación, de la verdadera<br />

remisión de los pecados y entonces debemos<br />

embarcarnos en el camino de la fe. Esta gente es<br />

178 El segundo día Dios separó las aguas<br />

sabia a los ojos de Dios. Todos debemos fundar<br />

la casa de la salvación mediante la Verdad del<br />

Evangelio del agua y el Espíritu y entonces<br />

tomar parte en la casa del Reino de Dios.<br />

Ahora, debemos creer en Jesucristo como<br />

nuestro Salvador que vino al mundo por la<br />

Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu, y<br />

debemos caminar con el Señor. Sólo entonces<br />

podemos predicar el Evangelio del Señor y<br />

caminar con Él hasta el final. Aunque cueste un<br />

poco de tiempo, debemos construir los cimientos<br />

de la salvación con la Palabra de Verdad y sobre<br />

esta debemos construir la casa de la fe tan sólida<br />

como una roca. A los ojos de las personas, puede<br />

parecer un poco largo construir los cimientos de<br />

la salvación y empezar la vida de fe, pero a los<br />

ojos de la fe, esto es sabio. Debemos construir<br />

nuestra casa de fe con la Verdad del Evangelio<br />

del agua y el Espíritu. Ahora que creemos en la<br />

Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu,<br />

◄ ÍNDICE ►


podemos conseguir la verdadera salvación. Y<br />

ahora que hemos construido nuestra casa de fe,<br />

de la verdadera salvación, podemos vivir en la<br />

paz del Señor sin tener nada que temer.<br />

La razón por la que los que creen en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu deben vivir en<br />

este mundo es permitir que todo el mundo sea<br />

salvado del pecado y se conviertan en hijos de<br />

Dios. Para ello, debemos construir los cimientos<br />

de la fe firmemente con el Evangelio del agua y<br />

el Espíritu, y entonces hacer la obra de Dios.<br />

Sólo entonces podemos escapar del juicio del<br />

pecado venga cuando venga Jesucristo al mundo.<br />

Sin embargo, los que empiezan sus vidas de fe<br />

sin conocer ni creer en el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu son como los que construyen sus casas<br />

sobre la arena. Dios dijo que el día de Su juicio,<br />

quien construya su casa en la arena, no podrá<br />

escapar del juicio de Dios y su caída será grande.<br />

Por tanto debemos construir la casa de la<br />

179 El segundo día Dios separó las aguas<br />

verdadera remisión de los pecados al creer en la<br />

Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu.<br />

El segundo día de la creación, el Señor hizo el<br />

firmamento y separo las aguas de encima del<br />

firmamento de las de debajo del firmamento.<br />

Dios llamó al espacio entre los cielos y la tierra<br />

firmamento. Dios hizo que parte de las aguas que<br />

cubren el planeta se alzaran por encima del<br />

firmamento, e hizo que el resto de las aguas se<br />

reunieran en un mismo lugar. Mediante las aguas<br />

de encima del firmamento debemos construir los<br />

cimientos de nuestra salvación y nuestra fe, y<br />

vivir nuestras vidas de fe. ¿A qué se refieren las<br />

aguas de encima del firmamento de las que el<br />

Señor habló? Se refieren a la pura Palabra de<br />

Dios. De toda la palabra de Dios, la Palabra del<br />

Evangelio del agua y el Espíritu es el agua de<br />

encima del firmamento.<br />

A través del bautismo que recibió de Juan el<br />

Bautismo y la preciosa sangre que Jesús derramó<br />

◄ ÍNDICE ►


en la Cruz, el Señor nos ha librado de los<br />

pecados del mundo y nos ha hecho hijos de Dios.<br />

Y el Señor nos ha confiado Su obra a los que se<br />

han convertido en el pueblo de Dios al creer en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu y al nacer de<br />

nuevo del pecado. Así Dios nos ha dado Su<br />

Reino, Sus bendiciones y Su amor. Dios bendice<br />

a los que han sido librados de sus pecados y son<br />

justos ahora al beber de las aguas de encima del<br />

firmamento. Estas bendiciones están fuera del<br />

alcance de los que no beben de las aguas de<br />

encima del firmamento. Recibirán lo contrario.<br />

Ahora debemos creer que Dios nos ha salvado<br />

del pecado del mundo a través del Evangelio del<br />

agua y el Espíritu y debemos predicar esto.<br />

Jesucristo nos ha salvado de todos los pecados<br />

del mundo a través del Evangelio del agua y el<br />

Espíritu. Cuando construimos los cimientos de la<br />

fe que nos salva de los pecados, debemos<br />

construirlos con el Evangelio del agua y el<br />

180 El segundo día Dios separó las aguas<br />

Espíritu, y debemos predicar esta Verdad a los<br />

demás, para llevarlos a creer en Jesucristo que<br />

vino por el agua y el Espíritu y a alabar la luz de<br />

la Verdad de Dios.<br />

Por otro lado, los que no han construido los<br />

cimientos de su salvación con las aguas que están<br />

encima del firmamento se convertirán en hijos de<br />

la destrucción. Nadie puede ser salvado de sus<br />

pecados a no ser que beba de las aguas de encima<br />

del firmamento, por muy inteligente y sabio que<br />

sea. Algunas personas dicen que han sido<br />

salvadas de sus pecados al creer en la sangre de<br />

Jesucristo exclusivamente, pero sus conciencias<br />

saben que no es así. Como estas personas creen<br />

en Jesucristo sin separar las aguas de encima del<br />

firmamento y las de debajo del firmamento,<br />

creen en Jesucristo en vano. En algunas<br />

congregaciones cristianas, la gente habla como si<br />

creyera en el Evangelio del agua y el Espíritu,<br />

pero cuando examinamos sus enseñanzas, vemos<br />

◄ ÍNDICE ►


que están predicando a la gente una mezcla de las<br />

aguas de encima del firmamento y las de debajo<br />

del firmamento. Estas personas no creen en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu, no son más que<br />

cizaña a los ojos de Dios.<br />

Todavía hay siervos de Dios en este mundo<br />

que salvan a la gente del pecado a través del<br />

Evangelio del agua y el Espíritu. Sin embargo,<br />

hay muchos mentirosos en el mundo, que<br />

enseñan creencias de Satanás y dicen hacer la<br />

obra de Dios. Se lo dejaré claro: los que no han<br />

recibido la Palabra del Evangelio del agua y el<br />

Espíritu son mentirosos. Los que creen sólo en la<br />

sangre derramada en la Cruz como su salvación y<br />

la predican son mentirosos que engañan a la<br />

gente y a sí mismos. Casi todo el mundo cree<br />

sólo en la sangre de la Cruz y afirma que esta es<br />

la salvación, pero esta gente no ha sido salvada,<br />

ni está convencida de su salvación porque no<br />

tienen el Evangelio del agua y el Espíritu en sus<br />

181 El segundo día Dios separó las aguas<br />

corazones. La Biblia dice que solamente el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu es el Evangelio<br />

definitivo de la Verdad. Nada más en este mundo<br />

puede ser la Verdad de salvación aparte del<br />

Evangelio del agua y el Espíritu que el Señor nos<br />

ha dado.<br />

Sé algunas cosas sobre la teología más<br />

extendida por todo el mundo. Sin embargo,<br />

cuando se investiga sobre teología, no se<br />

encuentra el Evangelio del agua y el Espíritu en<br />

ella. Toda la teología es agua de debajo del<br />

firmamento. Todas las teologías se basan en la<br />

noción de que «sólo podemos ser salvados si<br />

creemos en la sangre de Jesucristo derramada en<br />

la Cruz» y sobre esta base cada denominación<br />

hace diversas afirmaciones. Sin embargo, de<br />

entre todos los teólogos, no encontré ninguno<br />

que dijera: «Me he convertido en una persona sin<br />

pecado porque mis pecados han sido borrados<br />

completamente con la sangre derramada en la<br />

◄ ÍNDICE ►


Cruz».<br />

Si encontraba a gente que afirmaba lo anterior,<br />

lo hacía sólo doctrinalmente. Eran sólo<br />

seguidores de la religión que habían recibido la<br />

remisión de los pecados de manera constante y<br />

no como los verdaderos cristianos que conocen y<br />

creen en la Verdad del Evangelio del agua y el<br />

Espíritu.<br />

Los muchos cristianos que hay en este mundo<br />

sólo se diferencian entre sí porque pertenecen a<br />

diferentes denominaciones; ninguno de ellos<br />

tiene nada que ver con la Verdad del Evangelio<br />

del agua y el Espíritu. En este momento, mucha<br />

gente cree que sus pecados se borran al creer sólo<br />

en la sangre derramada en la Cruz, pero no es así.<br />

Para esta gente, sólo cuando creen en la Verdad<br />

del Evangelio del agua y el Espíritu sus pecados<br />

son borrados completamente; de lo contrario sus<br />

pecados nunca desaparecerían.<br />

La Palabra de la Biblia dice claramente que<br />

182 El segundo día Dios separó las aguas<br />

todos nosotros debemos recibir la remisión de los<br />

pecados a través de la Verdad del Evangelio del<br />

agua y el Espíritu. Por eso creo en el Evangelio<br />

del agua y el Espíritu, y por eso estoy dando<br />

testimonio del agua que está por encima del<br />

firmamento. Cuando escuchamos este Evangelio<br />

del agua y el Espíritu con nuestros oídos y<br />

reconocemos este Evangelio de la remisión de<br />

los pecados con nuestros corazones, la verdadera<br />

salvación llega a nuestros corazones. Si creen<br />

que han sido salvados de sus pecados sólo por la<br />

sangre de la Cruz, deben dejar de engañar a su<br />

conciencia, presentarse ante Dios y creer en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu.<br />

La Iglesia de Dios es el único lugar donde se<br />

está predicando el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu en este planeta. Sólo la Iglesia de Dios<br />

es la congregación de los que han nacido de<br />

nuevo al creer en el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu. Si los siervos de Dios en este mundo<br />

◄ ÍNDICE ►


predican el Evangelio del agua y el Espíritu<br />

claramente y permiten que la gente reciba la<br />

remisión de los pecados, no deben perder esta<br />

oportunidad de creer en el Evangelio del agua y<br />

el Espíritu. Si sólo creen en la sangre de<br />

Jesucristo derramada en la Cruz, aunque puedan<br />

convertirse en seguidores de la religión mundana,<br />

denominados cristianos, no se convertirán en<br />

verdaderos cristianos. Si rechazan el Evangelio<br />

del agua y el Espíritu, no podrán escapar los<br />

pecados durante toda la eternidad. No hay otra<br />

manera de escapar de los pecados de una vez por<br />

todas que creer en la Verdad del Evangelio del<br />

agua y el Espíritu. Les pido que lo admitan por<br />

fe. Dios nunca les dice a los pecadores: «Sois<br />

justos, sois Mi pueblo», ni escribe sus nombres<br />

en el Libro de la Vida.<br />

Uno de los atributos comunes a todas las<br />

herejías del cristianismo es que predican una<br />

mezcla de las aguas de encima del firmamento y<br />

183 El segundo día Dios separó las aguas<br />

las de debajo del firmamento. Por el contrario, la<br />

Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu<br />

proclama que todos los pecados de este mundo se<br />

pasaron a Jesucristo de una vez por todas cuando<br />

fue bautizad por Juan el Bautista. Todos nuestros<br />

pecados fueron pasados a Jesucristo a través del<br />

bautismo que recibió de Juan el Bautista de una<br />

sola vez, pero a pesar de esto, algunas personas<br />

ignoran esta Verdad e intentan salvarse del<br />

pecado al creer sólo en la sangre de la Cruz, y<br />

por eso no pueden ser salvados de verdad. Creen<br />

en Jesucristo en vano.<br />

Esto se debe a que creemos que en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu somos<br />

bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y de<br />

Espíritu Santo después de ser salvados. Cuando<br />

los creyentes son bautizados en el agua como<br />

señal de su fe, de creer que al ser bautizado por<br />

Juan el Bautista y al derramar Su sangre,<br />

Jesucristo borró todos nuestros pecados de una<br />

◄ ÍNDICE ►


vez por todas y pagó la pena del pecado. Como<br />

señal de nuestra fe en el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu somos bautizados de la misma manera<br />

en la que fue bautizado Jesucristo. Expresamos<br />

nuestra fe en el Evangelio del agua y el Espíritu<br />

con este ritual. Somos bautizados en el nombre<br />

de Jesucristo como señal de nuestra fe y para<br />

indicar que creemos de esta manera.<br />

Los que creen en el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu no pueden estar con los que no creen en<br />

él. La Biblia dice: «No os unáis en yugo desigual<br />

con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo<br />

tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué<br />

comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué<br />

concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el<br />

creyente con el incrédulo?» (2 Corintios 6, 14-<br />

15).<br />

La Iglesia de Dios es la congregación de los<br />

santos que han recibido la remisión de los<br />

pecados y se han convertido en santos al creer en<br />

184 El segundo día Dios separó las aguas<br />

el Evangelio del agua y el Espíritu (1 Corintios 1,<br />

2). Así que los que no creen en el Evangelio del<br />

agua y el Espíritu no pueden formar parte de la<br />

Iglesia de Dios.<br />

Los cimientos de la fe de los santos no deben<br />

venirse abajo. Si nuestra fe en el Evangelio del<br />

agua y el Espíritu, que forma los cimientos de la<br />

salvación en nuestros corazones, se destruye, no<br />

podemos tener a Jesucristo en nuestros<br />

corazones. Él se ha convertido en el Salvador que<br />

nos ha dado la salvación de la remisión de los<br />

pecados de una sola vez. Al venir a nosotros por<br />

la sangre y el agua, el Señor ha borrado nuestros<br />

pecados de una sola vez. Por eso vivimos por fe,<br />

reposando sobre los cimientos de la fe en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu, la Verdad de la<br />

remisión de los pecados y por eso Jesucristo vive<br />

en nuestros corazones. Sin embargo, si nuestra fe<br />

en el Evangelio del agua y el Espíritu, que forma<br />

los cimientos de la salvación, se viene abajo, no<br />

◄ ÍNDICE ►


tendremos ningún sitio donde poner nuestros<br />

cuerpos y nuestros corazones. Los corazones de<br />

los justos no tienen otro lugar donde vivir aparte<br />

del Evangelio del agua y el Espíritu, y sin este<br />

Evangelio, acaban perdiéndose.<br />

Para que Jesucristo se convierta en su<br />

verdadero Salvado, deben construir su casa de la<br />

fe sobre el Evangelio del agua y el Espíritu, la<br />

Palabra de Dios. Si no lo hacen, sus vidas de fe<br />

serán un fracaso. Si construyen los cimientos de<br />

su fe sobre las oraciones de penitencia, su fe<br />

fracasará. ¿Se completan sus vidas de fe<br />

creyendo en la sangre derramada en la Cruz y en<br />

las oraciones de penitencia? No, está fe se vendrá<br />

abajo constantemente. Por eso debemos creer en<br />

las aguas de encima del firmamento, es decir, en<br />

el Evangelio del agua y el Espíritu, como la<br />

Verdad de la remisión de los pecados.<br />

Los que escuchan las palabras del hombre sin<br />

separarlas de la Palabra de Dios se separan de<br />

185 El segundo día Dios separó las aguas<br />

Dios. Así que debemos separar la Verdad de la<br />

mentira, y creer en lo que es verdad Los que<br />

creen sin separar la Palabra de Dios de las<br />

palabras del hombre, perecerán. Por tanto,<br />

debemos separar la Verdad de la salvación de la<br />

mentira, distinguirla claramente y creer sólo en la<br />

Verdad.<br />

Mis queridos hermanos, ¿pueden nuestros<br />

pecados borrarse sin el bautismo que Jesucristo<br />

recibió de Juan el Bautista? No, los pecados de<br />

este mundo no pueden borrarse sin el Evangelio<br />

del agua y el Espíritu que Jesucristo nos ha dado.<br />

¿Cómo podemos creer que los pecados del<br />

mundo son borrados sin el Evangelio del agua y<br />

el Espíritu? Como Jesucristo tomó los pecados<br />

del mundo al ser bautizado por Juan el Bautista,<br />

derramó Su sangre y ha cumplido con la justicia<br />

de Dios, los que creen en esta Verdad de corazón<br />

han sido librados de sus pecados de una vez por<br />

todas. Aunque cometamos pecados todos los<br />

◄ ÍNDICE ►


días, como creemos en la Verdad del Evangelio<br />

del agua y el Espíritu y no en las oraciones de<br />

penitencia, nuestros pecados han sido borrados<br />

completamente. ¿De qué otra manera se borraron<br />

los pecados de sus corazones? A través de<br />

nuestra fe en el Evangelio del agua y el Espíritu,<br />

nuestros pecados fueron borrados de una vez por<br />

todas y por eso hablamos en pasado.<br />

Gracias a nuestra fe en el bautismo de<br />

Jesucristo todos los pecados de nuestros<br />

corazones se borraron de una vez por todas.<br />

Jesucristo fue bautizado por Juan el Bautista<br />

(Mateo 3, 13-17). La palabra bautismo significa<br />

«lavar». Todos los pecados fueron lavados y<br />

borrados a través del bautismo que Jesucristo<br />

recibió. La palabra bautismo también significa<br />

«enterrar» y por eso Jesucristo ha sido bautizado<br />

por Juan el Bautista y pudo morir en la Cruz<br />

diciendo: «Está acabado». Por tanto, quien crea<br />

en el Evangelio del agua y el Espíritu ha muerto<br />

186 El segundo día Dios separó las aguas<br />

con Jesucristo y ha resucitado espiritualmente<br />

con Él por fe.<br />

En el Antiguo Testamento, cuando Arón, el<br />

Sumo Sacerdote, ponía sus manos en el chivo<br />

expiatorio, todos los pecados que el pueblo de<br />

Israel había cometido durante un año, se pasaron<br />

al animal. Así, cuando Jesucristo fue bautizado<br />

por Juan el Bautista, todos los pecados de la<br />

humanidad se pasaron a Jesucristo de una vez<br />

por todas. Y Jesucristo pagó la pena del pecado<br />

en nuestro lugar. Sin el bautismo que Jesucristo<br />

recibió de Juan el Bautista, los pecados del<br />

mundo no podrían haber desaparecido.<br />

Así, en el capítulo 1 del Libro del Génesis,<br />

Dios está dando testimonio del Evangelio del<br />

agua y el Espíritu, que es el agua de encima del<br />

firmamento. Debemos separar las aguas de<br />

encima del firmamento de las aguas de debajo, y<br />

debemos creer solamente en el Evangelio del<br />

agua y el Espíritu, el agua de encima del<br />

◄ ÍNDICE ►


firmamento.<br />

Jesús dijo en Mateo 7, 21-23: «No todo el que<br />

me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los<br />

cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre<br />

que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel<br />

día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu<br />

nombre, y en tu nombre echamos fuera<br />

demonios, y en tu nombre hicimos muchos<br />

milagros? Y entonces les declararé: Nunca os<br />

conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad».<br />

En el último día, habrá mucha gente que, a pesar<br />

de creer en Jesucristo ardientemente, será<br />

arrojada al infierno.<br />

Hace un tiempo, edifiqué una iglesia en una<br />

ciudad portuaria llamada Changwon, en la costa<br />

sur de Corea y empecé a predicar allí. Alquilé<br />

una tercera planta de un gran edificio situado en<br />

el distrito comercial y empecé mi ministerio.<br />

Como era nuevo en la ciudad, no me di cuenta de<br />

que había una iglesia con el mismo nombre que<br />

187 El segundo día Dios separó las aguas<br />

la mía.<br />

Un día, un pastor y su mujer vinieron a verme<br />

por la noche. Cuando les pregunté: «¿Qué les<br />

trae por aquí?», el pastor dijo: «Discúlpenos, soy<br />

el pastor de una iglesia y he venido aquí con<br />

algunas cosas que decir, ya que su iglesia tiene el<br />

mismo nombre que la mía». El pastor explicó<br />

que había estado predicando en esa iglesia<br />

durante mucho tiempo y que si había una iglesia<br />

con el mismo nombre, causaría mucha confusión,<br />

como por ejemplo, que el cartero se equivocara<br />

de dirección. Así que me pidió que cambiara el<br />

nombre de mi iglesia.<br />

Yo le respondí que la dirección y la<br />

denominación de nuestras iglesias eran<br />

diferentes. Le dije: «Supongo que la gente se<br />

confundiría si la denominación fuese la misma,<br />

pero como la dirección y la denominación son<br />

diferentes, creo que no hay nada por lo que<br />

confundirse. Fíjese en nuestra señal. ¿No son su<br />

◄ ÍNDICE ►


dirección y su denominación diferentes a las<br />

mías?». Pero el pastor empezó a ponerse terco y<br />

siguió insistiendo: «Aún así tiene que cambiar el<br />

nombre de su iglesia».<br />

Tras hablar con esta pareja durante algún<br />

tiempo en la iglesia, les invité a pasar a mi<br />

oficina. Les serví una taza de té y les dije: «Les<br />

voy a decir lo que pienso de este asunto.<br />

Cambiaré el nombre de mi iglesia si decido que<br />

será mejor, pero si lo cambio, tendré que pedirles<br />

alguna compensación. Si cambio el nombre,<br />

tendré que cambiar el letrero y tendré que<br />

imprimir nuevos panfletos. Costará mucho<br />

tiempo y dinero informar a todos de los cambios.<br />

¿Pueden compensarme por esto? Pero esto es<br />

algo que decidiré tras consultarlo con la<br />

almohada. De todas formas, ¿tiene pecados,<br />

reverendo?».<br />

Para mi sorpresa el pastor contestó: «No tengo<br />

pecados».<br />

188 El segundo día Dios separó las aguas<br />

Le pregunté de nuevo: «¿Por qué no tiene<br />

pecados?».<br />

«No tengo pecados porque creo en la sangre<br />

de Jesucristo».<br />

«¿Todavía cometen pecados? ¿Siguen estando<br />

sin pecado aunque cometan pecados todavía?».<br />

«No tengo pecados».<br />

«Cuando comete pecados, ¿ofrece oraciones<br />

de penitencia?».<br />

«Sí».<br />

«Acaba de decir que no tiene pecado, pero<br />

ofrece oraciones de penitencia cuando peca.<br />

¿Cómo reza cuando se arrepiente? ¿Le pide a<br />

Dios que borre sus pecados, o sólo le da gracias<br />

por haberlos borrado?».<br />

«Le pido que los borre, por supuesto».<br />

«¿No es esta una prueba de que hay pecados<br />

en sus corazones? Puede que hayan venido a mi<br />

iglesia a discutir el problema del nombre, pero no<br />

voy a dejar que vuelvan con las manos vacías».<br />

◄ ÍNDICE ►


Desde entonces les explique el Evangelio del<br />

agua y el Espíritu y aunque me costó algún<br />

tiempo, el pastor y su mujer llegaron a creer en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu. Así que<br />

decidieron acabar con sus ministerios pasados y<br />

servir al Evangelio del agua y el Espíritu, y me<br />

pidieron que les guiara. Por desgracia, oí que el<br />

pastor acabó uniéndose a una iglesia que creía<br />

sólo en la sangre derramada en la Cruz, y los<br />

cimientos de la fe se vinieron abajo. Aunque<br />

separé las aguas de encima del firmamento y las<br />

de debajo del firmamento mediante la Palabra de<br />

Dios para este pastor, Satanás mezcló el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu que este pastor<br />

había recibido con un falso evangelio y derrumbó<br />

su fe.<br />

Dios no aprueba cualquier evangelio.<br />

Debemos entender lo que la Biblia quiere decir<br />

con que Dios separó las aguas de encima del<br />

firmamento y las de debajo del firmamento, y<br />

189 El segundo día Dios separó las aguas<br />

debemos seguirla con fe. Debemos darnos cuenta<br />

de que si decimos que cualquier evangelio es<br />

correcto, acabaremos derrumbándonos<br />

espiritualmente. La debilidad de nuestra fe es el<br />

problema, no la Palabra de Dios. La Palabra de la<br />

Verdad de Dios es perfecta e inamovible. La<br />

Palabra de Dios es verdadera y completa. Así que<br />

los seres humanos no pueden decir que la Palabra<br />

de Dios es contradictoria, sólo porque sean<br />

débiles. Más bien deben creer en el Evangelio del<br />

agua y el Espíritu.<br />

El Señor dijo: «Yo soy el camino, la verdad y<br />

la vida». La Palabra de Dios es la Verdad. Lo<br />

que el Señor dice es la Verdad. Es la vida. Es el<br />

camino. Una característica común a todos los<br />

mentirosos es que nunca predican el Evangelio<br />

del agua y el Espíritu, sino que están<br />

obsesionados con atraer a más gente a su<br />

congregación. Para ello sólo predican lo que les<br />

conviene a la mente carnal de la gente. Enseñan<br />

◄ ÍNDICE ►


que si los creyentes creen sólo en Jesucristo y<br />

son fieles a la iglesia, serán bendecidos para<br />

prosperar y vivir una vida sana y larga en este<br />

mundo.<br />

Sin embargo, no debemos predicar a la gente<br />

las aguas que están encima del firmamento<br />

mezcladas con las que están debajo. Si lo<br />

hacemos, la gente no podrá nacer de nuevo, no<br />

podrá ser salvada de sus pecados. Los pecados<br />

afirman que son el pueblo de Dios de manera<br />

doctrinal, pero en realidad sus pecados siguen<br />

estando en sus corazones.<br />

Los que han recibido el Espíritu Santo al creer<br />

en el Evangelio del agua y el Espíritu pueden<br />

conocer a Dios a fondo con la ayuda del Espíritu<br />

Santo y así pueden ver los corazones de la gente<br />

revelados mediante la Palabra de Verdad.<br />

Cuando examinamos los corazones de la gente<br />

con la verdadera Palabra del agua y el Espíritu,<br />

podemos averiguar si hay pecado en sus<br />

190 El segundo día Dios separó las aguas<br />

corazones o no. Como Dios nos ha dado fe,<br />

sabiduría y capacidad de distinción espiritual,<br />

podemos averiguar si alguien es un pecador o<br />

una persona justa con tan sólo mirarle a los ojos<br />

y tener una conversación con esa persona. Todo<br />

lo que debemos hacer para saber si una persona<br />

ha sido salvada o no es pedirle que explique<br />

cómo ha sido salvada y escuchar su explicación.<br />

Por tanto conocemos la condición espiritual de<br />

la gente al creer en la Verdad del Evangelio del<br />

agua y el Espíritu. Sin embargo, los que no han<br />

separado las aguas de encima del firmamento y<br />

las de debajo del firmamento son incapaces de<br />

diferenciar lo que es verdad de lo que no lo es.<br />

Por eso es tan importante entender estas aguas<br />

que están encima del firmamento, creer en ellas y<br />

predicarlas a los demás. Las aguas de encima del<br />

firmamento deben separarse claramente como<br />

tales y las aguas de debajo del firmamento<br />

también, y así ser predicadas correctamente.<br />

◄ ÍNDICE ►


Debemos predicar el Evangelio con<br />

conocimiento, separar el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu de los demás evangelios. Debemos<br />

dividir las palabras del Diablo de la Palabra de<br />

Dios y predicar sólo la Palabra de Dios. Nunca<br />

debemos mezclar lo que es verdad con las<br />

mentiras. Dios dice: «Tu campo no sembrarás<br />

con mezcla de semillas» (Levítico 19, 19). Dios<br />

nos ordenó que no sembráramos nuestro campo<br />

con mezcla de semillas, y por eso debemos<br />

predicar el Evangelio del agua y el Espíritu en el<br />

que creemos. Sólo debemos predicar la Palabra<br />

escrita de Dios.<br />

Algunas personas preguntan: «¿Significa esto<br />

que nuestros pecados se borran sólo a través del<br />

bautismo?». Los pecados de la humanidad se<br />

borran a través del bautismo de Jesucristo y Su<br />

sangre derramada en la Cruz. Sin embargo, a<br />

través del bautismo de Jesucristo, la gente pasa<br />

sus pecados a Jesucristo y a través de Su sangre<br />

191 El segundo día Dios separó las aguas<br />

derramada en la Cruz estos pecados son<br />

condenados. ¿Dice esto Dios en el Antiguo<br />

Testamento? También en el Antiguo Testamento,<br />

Dios habla de la misma Verdad. Toda la Palabra<br />

del Antiguo Testamento es una sombra de la<br />

Palabra del Nuevo Testamento. La sombra del<br />

bautismo que Jesucristo recibió en la era del<br />

Nuevo Testamento es la circuncisión del Antiguo<br />

Testamento. En la era del Antiguo Testamento,<br />

los que no estaban circuncidados no podían<br />

comer el cordero de Pascua (Éxodo 12, 48).<br />

Quien quería comer cordero de Pascua tenía que<br />

estar circuncidado, aunque fuera israelita. Los<br />

que no estaban circuncidados no podían<br />

participar en la Pascua.<br />

Esta regla se aplicaba del mismo modo en el<br />

Nuevo Testamento. No podemos entrar en el<br />

banquete del Cielo a no ser que hayamos nacido<br />

de nuevo. Y nacemos de nuevo de nuestros<br />

pecados si creemos en el Evangelio del agua y el<br />

◄ ÍNDICE ►


Espíritu. El Señor dijo que al creer en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu podemos nacer<br />

de nuevo de nuestros pecados y entrar en el<br />

Reino de Dios.<br />

Por eso todo el mundo debe creer en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu, ser perdonado<br />

por sus pecados y nacer de nuevo. Debemos<br />

creer en el Evangelio, en que el Señor nos ha<br />

salvado de los pecados del mundo a través de Su<br />

agua y Su sangre. La Palabra del Evangelio del<br />

agua y el Espíritu es la Palabra que está encima<br />

del firmamento. Pero a pesar de ello, los<br />

cristianos de hoy en día no quieren conocer el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu ni creer en él.<br />

Como el cristianismo ha rechazado el Evangelio<br />

del agua y el Espíritu hasta la fecha, se ha<br />

corrompido. Por eso todos los cristianos deben<br />

arrepentirse y creer en el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu.<br />

¿Por qué el cristianismo de todo el mundo está<br />

192 El segundo día Dios separó las aguas<br />

tan desolado? Porque no cree en las aguas de<br />

encima del firmamento y no las predica. En otras<br />

palabras, la gente ha creído en las palabras de<br />

debajo del firmamento y las han mezclado con la<br />

Palabra de Dios y por eso casi todas las almas<br />

están confusas. Mucha gente dice creer en<br />

Jesucristo y afirma estar sin pecado<br />

dogmáticamente, pero sigue teniendo pecados.<br />

Por eso este mundo está lleno de cristianos que<br />

fingen ser creyentes fieles, pero en realidad<br />

tienen una fe legalista.<br />

El primer día, Dios salvó a los pecadores a<br />

través de la luz de la vida. El segundo día, Dios<br />

separó a los que habían sido salvados del pecado,<br />

es decir separó las aguas de encima del<br />

firmamento y las de debajo del firmamento.<br />

Cuando Dios creó los cielos y la tierra, todo el<br />

mundo quedó cubierto de agua, pero Dios hizo<br />

que parte de estas aguas subieran al Cielo. Así<br />

que se creó un espacio entre las aguas llamado<br />

◄ ÍNDICE ►


firmamento.<br />

No subestimen lo que Dios ha creado. Su<br />

Palabra es Verdad. ¿No sería maravilloso que<br />

todo el mundo bebiera de las aguas de encima del<br />

firmamento? Si todo el mundo bebiera de esta<br />

agua, todo el mundo sería justo. Además, el<br />

cristianismo de hoy en día convertiría en el<br />

Reino de Cristo. Si los justo seguimos viviendo<br />

en este mundo, el mundo cambiará. ¿Practican el<br />

mal los justos? No, no hacemos el mal. Ninguna<br />

persona justa hace el mal.<br />

Por el contrario, ¿cuánto mal hacen los<br />

cristianos que no han nacido de nuevo mientras<br />

viven en este mundo? Hacen tanto mal que hasta<br />

los que no son cristianos están hartos de ellos.<br />

¿Por qué? Porque no han bebido de las aguas de<br />

encima del firmamento por fe. Porque han sido<br />

engañados por mentirosos y han bebido una<br />

mezcla de aguas.<br />

La Biblia explica que los que predican las<br />

193 El segundo día Dios separó las aguas<br />

aguas de debajo del firmamento mezcladas con<br />

las de encima del firmamento no son siervos de<br />

Dios. Quien bebe de las aguas de encima del<br />

firmamento mezcladas con las de debajo<br />

acabarán muriendo. Sólo a través de las aguas de<br />

encima del firmamento nos puede salvar Dios de<br />

los pecados del mundo. Y nos alimenta con la<br />

lluvia que cae de arriba. Si de verdad queremos<br />

conseguir vida eterna, debemos beber de las<br />

aguas que están encima del firmamento. Si, por<br />

el contrario, bebemos de las aguas de debajo del<br />

firmamento, acabaremos pereciendo<br />

espiritualmente.<br />

Dios nos ha salvado de nuestros pecados a<br />

través del Evangelio del agua y el Espíritu y en<br />

esta gracia de salvación vivimos ahora. Dios nos<br />

ha dado la vida eterna, no ha dado bendiciones<br />

espirituales que pertenecen al Cielo, nos ha<br />

hecho obreros Suyos y nos ha confiado el<br />

«ministerio de la reconciliación» (2 Corintios 5,<br />

◄ ÍNDICE ►


18), para que podamos hacer Su obra.<br />

Doy gracias a Dios una y otra vez. Sin falta<br />

debemos predicar sólo las aguas que están<br />

encima del firmamento y debemos condenar las<br />

aguas que están debajo del firmamento como<br />

palabras del Diablo. Todos debemos vivir dando<br />

gracias a Dios, confiando sólo en el Evangelio<br />

del agua y el Espíritu. Como nuestro Señor es el<br />

Dios que vino por el agua y el Espíritu y nos<br />

salvó, quien crea en Él ha recibido el don de la<br />

salvación. Todos debemos amar Su palabra en<br />

nuestros corazones, y debemos vivir en la<br />

verdadera voluntad del Señor. Ahora, vivamos<br />

correctamente poniendo nuestra fe en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu.<br />

En este planeta que estaba cubierto de agua,<br />

Dios dividió las aguas. Así que el agua de<br />

encima del firmamento es diferente al agua de<br />

debajo del firmamento. Esto implica que entre<br />

las palabras que la gente predica, está la Palabra<br />

194 El segundo día Dios separó las aguas<br />

de Dios y las palabras de Satanás. En otras<br />

palabras, Dios nos habla con la verdadera<br />

Palabra del agua y el Espíritu, mientras que<br />

Satanás sólo miente. Es absolutamente<br />

indispensable que conozcamos y distingamos lo<br />

que es la Palabra de Dios y los que no los es<br />

cuando la gente predica.<br />

«Separe las aguas de las aguas». En la Biblia,<br />

el agua se refiere a la Palabra de Dios. La Palabra<br />

de Dios espiritual viene desde arriba. Y la<br />

Palabra de Dios viene de la Palabra escrita de las<br />

Escrituras. Sin embargo, las aguas de la tierra<br />

salen de los corazones carnales de la gente. El<br />

origen de las palabras de la tierra proviene de los<br />

deseos carnales que salen de los corazones<br />

humanos. La Biblia dice que las palabras que<br />

vienen de los corazones de la gente son las<br />

palabras de Satanás, mientras que la Palabra que<br />

viene de los labios de Dios es el agua del Cielo.<br />

Por tanto, en este mundo las palabras de los<br />

◄ ÍNDICE ►


falsos profetas coexisten con las palabras de los<br />

verdaderos profetas. Esto es lo que significa que<br />

Dios separó las aguas de encima del firmamento<br />

y las de debajo del firmamento.<br />

En la era del Antiguo Testamento también los<br />

falsos profetas profetizaban mentiras que salían<br />

de sus corazones (Ezequiel 13, 2). Las palabras<br />

de Satanás pueden obrar en los corazones de la<br />

gente a través de maldad y mentiras. Cuando<br />

miramos a los que son utilizados por Satanás<br />

como instrumentos suyos, vemos que mienten<br />

según sus deseos carnales en sus corazones.<br />

Consideran que el Espíritu Santo como un objeto<br />

y por eso dicen mentiras y piden que sus<br />

seguidores reciban el fuego del Espíritu Santo, o<br />

dicen que ellos mismos lo han recibido de la<br />

misma forma. Cuando escuchamos con atención<br />

lo que ellos dicen, sólo escuchaos lo que sale de<br />

sus corazones. Todo lo que dicen es tan sucio y<br />

malvado que no podemos seguir escuchando.<br />

195 El segundo día Dios separó las aguas<br />

Cuando vamos a un retiro de oración o una<br />

reunión de la iglesia, mientras el predicador tiene<br />

la Biblia abierta, muchas veces no podemos<br />

distinguir si está hablando de la Biblia o de lo<br />

que sale de su corazón. Estos predicadores<br />

elaboran sermones que no tienen nada que ver<br />

con la Biblia.<br />

Movilizan todo tipo de instrumentos, desde un<br />

coro enorme hasta una banda de música rock y<br />

altavoces gigantes y así llenan de falsas<br />

emociones a las almas que no han nacido de<br />

nuevo. Después les dicen a la congregación que<br />

reciban el Espíritu Santo e imitan el sonido del<br />

viento mientras gritan: «¡Recibid el fuego!». Sin<br />

embargo, esto no es nada más que sumir a la<br />

multitud en una especie de éxtasis colectivo.<br />

Pero Dios dice en la Biblia que el Espíritu Santo<br />

se recibe como un regalo cuando se recibe la<br />

remisión de los pecados. Aunque la Biblia diga<br />

que el don del Espíritu Santo se recibe junto con<br />

◄ ÍNDICE ►


la remisión de los pecados (Hechos de los<br />

Apóstoles 2, 38), en vez de predicar esto, afirman<br />

ciegamente que el Espíritu Santo se recibe<br />

incondicionalmente. Por eso están tan<br />

equivocados. Mucha gente cree que puede recibir<br />

el Espíritu Santo sólo si lo pide, sin importar si<br />

ha recibido la remisión de los pecados o no. Sin<br />

embargo esto es totalmente falso. Deben recibir<br />

el don del Espíritu Santo al creer en el Evangelio<br />

del agua y el Espíritu y la remisión de los<br />

pecados.<br />

Los falsos profetas mienten siempre para<br />

satisfacer los deseos de sus corazones. Estas<br />

palabras que salen de la tierra son sus<br />

enseñanzas. En otras palabras, estos mentirosos<br />

se inventan su propia Palabra de Dios y atribuyen<br />

a Dios cosas que Él nunca dijo. Como sus<br />

palabras son muy diferentes a las de la Biblia,<br />

son todos mentirosos. Pronunciar las palabras de<br />

Satanás es inventarse lo que Dios nunca dijo y<br />

196 El segundo día Dios separó las aguas<br />

hacerlo pasar por Su Palabra. Estas son las<br />

palabras de Satanás. Y los que difunden estas<br />

palabras son los siervos de Satanás.<br />

Deberíamos leer la Palabra de Dios que está<br />

escrita en las Escrituras y predicarla por fe.<br />

Debemos creer en la Verdad escrita en la Palabra<br />

de Dios y difundirla por fe. Por el contrario,<br />

cuando alguien que no ha nacido de nuevo habla<br />

desde su corazón, está pronunciando las palabras<br />

de Satanás. ¿A través de quién obran las palabras<br />

de Satanás? Obran a través de los que no han<br />

recibido la remisión de sus pecados. Y Satanás<br />

puede obrar a través de los que son débiles,<br />

aunque hayan nacido de nuevo del pecado. En<br />

otras palabras, las palabras de Satanás pueden<br />

obrar en la gente a través de los que son<br />

inmaduros espiritualmente. Como he<br />

mencionado anteriormente, Satanás también obra<br />

a través de los que no han nacido de nuevo, que<br />

son los mejores instrumentos para él.<br />

◄ ÍNDICE ►


Así que Satanás lleva a los que no han nacido<br />

de nuevo a ser devotos, les da el don de la<br />

decepción y a través de este don, confunde a<br />

mucha gente. Cuando Satanás incita a los que<br />

sufren, puede obrar a través de los que no han<br />

nacido de nuevo. A través de los que no han<br />

nacido de nuevo, Satanás puede obrar para<br />

asegurarse de que la gente sigue el camino fácil.<br />

Cuando miramos a los que creen bajo la<br />

influencia de los pastores que no han nacido de<br />

nuevo, podemos ver cómo están llenos de las<br />

palabras de Satanás. Todo lo que las iglesias de<br />

esta gente hacen es la obra de Satanás. Por tanto<br />

los pastores deben nacer de nuevo.<br />

La Verdad debe ser separada de la<br />

mentira<br />

Dios siguió separando el segundo día de la<br />

197 El segundo día Dios separó las aguas<br />

creación. ¿Cómo separó? Separó Su Palabra de<br />

las palabras de Satanás y separó Sus frutos de los<br />

frutos de Satanás. Si alguien no es justo aunque<br />

crea en Jesucristo, debe darse cuenta de que está<br />

bebiendo de las aguas de debajo del firmamento<br />

y que ha sido controlado por el Diablo. Si<br />

alguien sigue siendo un pecador aunque haya<br />

creído en Jesucristo durante 50 años, esto se debe<br />

a que ha creído en las palabras de Diablo. Si los<br />

que se han convertido en justos al creer en<br />

Jesucristo y al recibir la remisión de sus pecados<br />

en sus corazones y los que siguen viviendo según<br />

la Palabra después de creer en Jesucristo son los<br />

que beben de las aguas de encima del<br />

firmamento.<br />

Estos dos tipos de personas deben ser<br />

separados. Debemos distinguir si una persona es<br />

pecadora o justa, si está destinada al infierno o al<br />

Cielo y si es hija de Dios o del Diablo. Los justos<br />

entrarán en el Reino de los Cielos, pero los<br />

◄ ÍNDICE ►


pecadores serán arrojados al infierno.<br />

Dios separó a los seres humanos en dos<br />

grupos. Lo ha hecho claramente. Pero aunque<br />

Dios lo haya hecho, mucha gente sigue<br />

engañando a su propia conciencia. Cuando uno<br />

examina su conciencia, se da cuenta de que<br />

pertenece a uno de esos dos grupos. Debemos<br />

distinguir si hemos nacido de nuevo o no al<br />

escuchar la Palabra de Dios, si somos santos o<br />

meros seguidores de una religión, si tenemos<br />

pecados en nuestros corazones o no, si tenemos<br />

los frutos del Espíritu Santo o no, si<br />

pertenecemos a la Iglesia de Dios a la<br />

congregación de Satanás.<br />

198 El segundo día Dios separó las aguas<br />

Para ser salvados de nuestros<br />

pecados primero debemos<br />

confesarnos correctamente<br />

Todos nosotros debemos darnos cuenta de que<br />

Dios ha separado la Verdad de las mentiras.<br />

Debemos darnos cuenta de que la gente está<br />

muriendo porque ha engañado a su propia<br />

conciencia, aunque Dios haya separado la<br />

Verdad. Dios ha hecho imposible que las<br />

personas podamos culparle por enviarlas al<br />

infierno. Esto se debe a que si las personas<br />

buscan a Dios de verdad y son sinceros ante Su<br />

Palabra, Dios encontrará a esas personas a través<br />

de Su Palabra de Verdad. Cuando miramos<br />

dentro de nuestros corazones sinceramente a<br />

través de la Palabra de Dios, podemos saber a<br />

qué grupo pertenecemos. Los que persiguen<br />

meras ilusiones y se engañan a sí mismos, y por<br />

◄ ÍNDICE ►


tanto son destruidos, no tienen ninguna excusa.<br />

Ahora hay luz en el mundo. Ahora la Verdad<br />

del Evangelio del agua y el Espíritu está en el<br />

mundo. Ahora tenemos la Verdad del Evangelio<br />

del agua y el Espíritu. Si aprenden está Palabra<br />

correctamente, la ven, la escuchan y creen en ella<br />

con toda convicción, ustedes también serán<br />

librados de todos sus pecados. Esto es cierto.<br />

Incluso las aguas de debajo del firmamento<br />

pueden transformarse en las de encima del<br />

firmamento. Del mismo modo en que el vapor<br />

del mar se eleva y baja en forma de lluvia, las<br />

aguas de debajo del firmamento pueden<br />

transformarse en las aguas de encima.<br />

Pero a pesar del hecho de que una persona<br />

puede transformarse, las personas siguen<br />

engañándose y por eso siguen viviendo en la<br />

oscuridad y están destinadas a ser condenadas<br />

por sus pecados. Todos los pecadores deben<br />

confesar ante Dios que son pecadores, deben<br />

199 El segundo día Dios separó las aguas<br />

creer en el Evangelio del agua y el Espíritu y<br />

encontrar la luz. Esta es la confesión que deben<br />

hacer.<br />

1 Juan 1, 9 dice: «Si confesamos nuestros<br />

pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros<br />

pecados, y limpiarnos de toda maldad». Ustedes<br />

también deben creer en esta Palabra, confesar:<br />

«Señor, tengo pecados en mi corazón. Soy un<br />

pecador que ha estado bebiendo de las aguas de<br />

debajo del firmamento. Por favor, sálvame,<br />

Señor», buscar a los siervos de Dios y a Su<br />

Iglesia, escuchar la Palabra y recibir la remisión<br />

de los pecados.<br />

Dios siguió separando el segundo día. Separó<br />

las aguas de encima del firmamento de las de<br />

abajo, es decir, separó Su Palabra de las palabras<br />

de Satanás. No debemos olvidar el hecho de que<br />

Dios ha separado la verdadera fe de la falsa. Dios<br />

ha separado la Verdad de las mentiras en los<br />

corazones de las personas. Los pecados que han<br />

◄ ÍNDICE ►


ebido de las aguas de debajo del firmamento<br />

deben entrar en la congregación de los santos<br />

nacidos de nuevo sin falta y ser transformados.<br />

Aunque Dios ha separado y ha abierto el camino<br />

de la vida, si la gente sigue engañando a su<br />

propia conciencia y es arrojada al infierno,<br />

debemos darnos cuenta de que es culpa de las<br />

propias personas. Nuestras bendiciones y<br />

maldiciones, así como nuestra felicidad y<br />

desdicha dependen de en qué palabra creemos y<br />

seguimos.<br />

La salvación del pecado depende de<br />

nuestra elección<br />

Podemos creer en las aguas de encima del<br />

firmamento que Dios separó o en las aguas de<br />

debajo del firmamento. Está en nuestras manos.<br />

A los que les atraen las aguas de debajo del<br />

200 El segundo día Dios separó las aguas<br />

firmamento y las siguen, beberán de esta agua y<br />

como consecuencia se pudrirán y perecerán.<br />

Nuestro destino depende de nuestra elección.<br />

¿Iremos al Cielo o seremos arrojados al<br />

infierno? Jesucristo nos ha preparado el Cielo y<br />

el infierno. Además ha cumplido nuestra<br />

salvación abundante para que todos seamos<br />

justos. Si preferimos seguir siendo pecadores,<br />

sólo tenemos que creer en las palabras que no<br />

pueden borrar nuestros pecados, es decir, las<br />

aguas que están debajo del firmamento; pero si<br />

queremos ser justos, debemos creer en la Palabra<br />

de Dios y beber de las aguas de encima del<br />

firmamento. El Cielo y el infierno dependen de<br />

nuestra propia elección y juicio. Dios lo ha hecho<br />

todo. Según lo que escojamos, seremos<br />

bienvenidos en el Cielo o seremos arrojados al<br />

infierno. Todo se cumplirá sin excepción ante<br />

Dios según en qué creamos.<br />

Mis queridos hermanos, ¿se dan cuenta de por<br />

◄ ÍNDICE ►


qué Dios separó la Verdad de las mentiras de esta<br />

manera? En el trono del juicio final, Dios dirá lo<br />

siguiente: «He separado las aguas de encima del<br />

firmamento de las que están debajo, y os he<br />

dicho claramente lo que es verdad y lo que es<br />

mentira. Aunque lo he dejado claro, habéis<br />

escogido la mentira y las palabras del Diablo en<br />

vez de la Mía, y por eso debéis ir donde está el<br />

Diablo. ¿Por qué? Porque no sois Mi pueblo».<br />

Por tanto, los que son arrojados al infierno no<br />

tienen nada que decir a Dios. Sus labios quieren<br />

decir algo, pero no encuentran las palabras. Dios<br />

nos ha dado el Evangelio, la Verdad, la<br />

salvación, la vida eterna y las bendiciones. Y a<br />

los que buscan a Dios y han aceptado Su Palabra<br />

por fe, Dios les ha permitido recibir esas<br />

bendiciones. Sin embargo los que no beben de<br />

las aguas de encima del firmamento se<br />

enfrentarán a todas las maldiciones porque no<br />

pueden recibir la remisión de sus pecados. Dios<br />

201 El segundo día Dios separó las aguas<br />

ha separado Sus bendiciones de Sus maldiciones.<br />

Ha separado Su verdadera Palabra de las palabras<br />

falsas. Dios las ha separado así, del mismo modo<br />

en que creó la luz y separó el día de la noche.<br />

El destino de todo el mundo depende de qué<br />

escoja mientras viva en esta vida. Dios nos sólo<br />

separó el día de la noche sin razón alguna. Hay<br />

luz durante el día, pro está oscuro por la noche.<br />

Hay dominios claros y dominios oscuros. En<br />

otras palabras, existe el dominio de los justos y el<br />

dominio de los pecadores.<br />

Como Dios ha separado estos dominios, si<br />

queremos ir al Cielo tenemos que creer en la luz<br />

y si queremos ir al infierno, tenemos que creer en<br />

la oscuridad. Por mucho talento y poder que<br />

tengamos, no podemos transformar el día en<br />

noche, ni la noche en día. Del mismo modo, los<br />

seres humanos no pueden confundir lo que Dios<br />

ha separado ni cambiar lo que Él ha hecho.<br />

Si nuestra conciencia es justa, no tenemos más<br />

◄ ÍNDICE ►


emedio que creer en lo que Dios ha separado. Si<br />

miramos hacia la luz y la aceptamos,<br />

aceptaremos la Palabra de Dios que viene de<br />

arriba y recibiremos la vida eterna. Las aguas de<br />

debajo del firmamento, es decir, las palabras de<br />

la tierra, promueven las acciones de la<br />

humanidad. Deben recordar que decir que somos<br />

justos a través de nuestra devoción carnal y<br />

nuestros esfuerzos y vivir una vida santa<br />

(cumplir la Ley y ser santificado) es decir las<br />

palabras de Satanás. Convertirse en una persona<br />

justa al darnos cuenta de cómo la Palabra de Dios<br />

ha borrado nuestros pecados y al creer en ella, no<br />

tiene nada que ver con las acciones de la<br />

humanidad. La Palabra de Dios de Verdad que<br />

desciende sobre nosotros, el agua de encima del<br />

firmamento, es la salvación que Dios ha<br />

completado. El Evangelio de Verdad no exige<br />

que nuestras acciones humanas consigan nuestra<br />

salvación.<br />

202 El segundo día Dios separó las aguas<br />

La Palabra de Dios desciende desde arriba, da<br />

fruto en la tierra y vuelve a ascender de nuevo. Si<br />

creen el la Palabra de Dios, el agua de encima del<br />

firmamento, encontrarán la felicidad, pero si<br />

creen en el agua de debajo del firmamento, serán<br />

malditos. Y sufrirán mucho para después ser<br />

malditos. El sufrimiento de los que viven con una<br />

fe legalista es enorme. Es muy trágico verlos<br />

sufriendo tanto por beber de las aguas de debajo<br />

del firmamento.<br />

Los que han bebido de las aguas de encima del<br />

firmamento no pueden beber de las aguas de<br />

debajo nunca más. Los que han bebido de las<br />

aguas de debajo del firmamento no pueden beber<br />

de las aguas de encima. Por eso deben volver.<br />

◄ ÍNDICE ►


Los siervos de Dios en los que Él se<br />

complace<br />

El segundo día, Dios separó en dos las aguas<br />

que cubrían el planeta, y para ello subió la mitad<br />

por encima del firmamento y dejo la otra mitad<br />

en la tierra. Y Dios les dio nombres: las aguas de<br />

encima del firmamento y las aguas de debajo.<br />

¿Por qué dejó Dios esta Palabra escrita? ¿La<br />

escribió para enseñarnos un simple hecho? No,<br />

Dios la escribió para decirnos que la Palabra de<br />

Dios y las palabras de Satanás coexisten.<br />

Esto es lo que Dios hizo el segundo día.<br />

Vimos que la Palabra decía que Dios separó la<br />

luz de las tinieblas el primer día y que separó las<br />

aguas del Cielo de las aguas de la tierra el<br />

segundo día. Dios se complace en separar las<br />

aguas del Cielo de las aguas de la tierra, y la luz<br />

de las tinieblas. ¿Cuál es el agua del Cielo y cuál<br />

es la de la tierra?<br />

203 El segundo día Dios separó las aguas<br />

En este mundo hay dos tipos de personas que<br />

predican la Palabra de Dios. Un tipo son los que<br />

difunden las palabras de Satanás y el otro tipo lo<br />

forman los que predican la verdadera Palabra de<br />

Dios. Este último grupo conoce la Palabra escrita<br />

de Dios, cree en ella y la predica, pero el primer<br />

grupo interpreta la Palabra escrita de Dios<br />

basándose en sus propias ideas y predica lo que<br />

complace a Satanás y a la gente. Esta gente<br />

interpreta la Biblia como si fuera una guía ética<br />

para la humanidad y predica que si se cree en<br />

Jesucristo, se debe vivir virtuosamente. Sin<br />

embargo, no conocen el verdadero mensaje de la<br />

Palabra de Dios. Esto se debe a que no pueden<br />

predicar el Evangelio del agua y el Espíritu.<br />

En resuman, los que no predican el Evangelio<br />

del agua y la sangre ahora son los que predican<br />

las palabras de Satanás. Son los que predican la<br />

Palabra de Dios en una dimensión humanística,<br />

ética y moral. No son siervos de Dios. No son<br />

◄ ÍNDICE ►


más que siervos de Satanás. No son más que<br />

«jornaleros» cuya profesión es predicar la<br />

Palabra de Jesucristo y con ella se ganan la vida.<br />

Si vivimos nuestra vida de fe bajo el liderazgo de<br />

esta gente, en vez de creer en la fe, moriremos.<br />

Cuando bebemos de las aguas de este mundo,<br />

algunas son beneficiosas, mientras que otras son<br />

dañinas. El tipo de agua que bebemos es crucial<br />

para nuestras almas. Pueden ser bendecidos en<br />

cuerpo y alma sólo si escuchan la Palabra<br />

predicada por los que difunden el Evangelio del<br />

agua y el Espíritu. Si un predicador abre la<br />

Palabra de Dios y en vez de predicarla hace<br />

hincapié en la lección humanística, ética y moral,<br />

aunque los sermones sean buenos, es imposible<br />

que se produzca un cambio espiritual. Por el<br />

contrario, los que escuchan estas enseñanzas<br />

verán como sus almas mueren espiritualmente.<br />

Estos tipos de palabras hacen que los corazones<br />

de los cristianos caigan en más confusión. La<br />

204 El segundo día Dios separó las aguas<br />

verdadera Palabra del agua y el Espíritu trae paz<br />

y descanso a los que la escuchamos. Por tanto,<br />

cuando escuchamos la Palabra de Dios, lo<br />

importante no es el conocimiento del predicador<br />

o su apariencia o su voz, sino que lo que importa<br />

es si ese predicador cree en el Evangelio del agua<br />

y el Espíritu y lo predica.<br />

El Evangelio del agua y el Espíritu es<br />

indispensable. En Mateo 7, 15, Jesús dijo:<br />

«Guardaos de los falsos profetas, que vienen a<br />

vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro<br />

son lobos rapaces». ¿Cómo podemos reconocer a<br />

los falsos profetas? Jesucristo dijo que podemos<br />

reconocerlos por sus frutos espirituales.<br />

¿Puede un manzano dar plátanos? Un<br />

manzano puede estar mal alimentado y por tanto<br />

puede dar sólo un puñado de frutos, pero siempre<br />

dará manzanas. Tenemos que darnos cuenta de<br />

que un arbusto no puede dar manzanas por muy<br />

bien nutrido que esté. En otras palabras, si<br />

◄ ÍNDICE ►


alguien predica la Palabra y los que la escuchan<br />

nacen de nuevo, esta persona es un siervo de<br />

Dios. Sin embargo, si la gente no puede borrar<br />

sus pecados incluso después de escuchar las<br />

palabras predicadas por esta persona, está claro<br />

que ha aunque parece que haya predicado la<br />

Palabra de Dios, no es más que un simple<br />

profeta. Si la congregación no recibe la remisión<br />

de los pecados aunque escuchen las palabras de<br />

su predicador continuamente durante un día, dos,<br />

o incluso un año, el problema está en el<br />

predicador. En otras palabras, los falsos profetas<br />

no saben cómo nacer de nuevo del Evangelio del<br />

agua y el Espíritu ni creen en él y por eso<br />

predican sus propias palabras para recibir la<br />

remisión de los pecados.<br />

No podemos saber si alguien es un falso<br />

profeta o no con tan sólo mirarle. Cuando<br />

pensamos en falsos profetas, solemos pensar que<br />

su apariencia física será cruda, despiadada y<br />

205 El segundo día Dios separó las aguas<br />

repulsiva, pero no es así. Los mentirosos se<br />

comportan de una manera más humilde, como<br />

corderos mansos. La Biblia dice refiriéndose a<br />

ellos: «Y no es maravilla, porque el mismo<br />

Satanás se disfraza como ángel de luz» (2<br />

Corintios 11, 14).<br />

Por eso mucha gente es engañada. Un<br />

predicador que enseña mediante sermones sin<br />

haber nacido de nuevo es un falso profeta. Así<br />

son los falsos profetas de los que habla la Biblia.<br />

La apariencia física no tiene nada que ver con la<br />

Verdad. Así que aunque algunas personas nos<br />

ataquen personalmente, estaremos bien si<br />

creemos en la Palabra de Jesucristo.<br />

Los falsos profetas llevan a muchas personas a<br />

la destrucción. No van al infierno solos, sino que<br />

hacen que muchos otros les sigan. Este es el<br />

trabajo de los mentirosos. Los falsos profetas son<br />

muy buenos en su trabajo de engañar a la gente y<br />

por eso no tienen que preocuparse por cómo<br />

◄ ÍNDICE ►


ganarse la vida. Sus congregaciones, inocentes y<br />

sin idea de lo que sucede, los respetan como<br />

pastores, les dan ofrendas y les sirven. Así que<br />

los mentirosos viven en mansiones espléndidas,<br />

conducen coches lujosos y viven vidas<br />

extravagantes con el dinero que la congregación<br />

les ha dado. Por eso debemos tener cuidado de<br />

estos falsos profetas.<br />

Sin embargo, en vez de criticarlos, lo que<br />

debemos hacer es alejarnos de ellos. Los que han<br />

recibido la remisión de los pecados no deben<br />

hacer la obra de Dios con los falsos profetas.<br />

Cuando los santos justos adoran a Dios, deben<br />

reunirse solamente con sus hermanos santos que<br />

han nacido de nuevo del Evangelio del agua y el<br />

Espíritu. La Biblia dice que donde dos o tres<br />

personas se reúnen en el nombre del Señor, Él<br />

estará con ellos. Estas dos o tres personas se<br />

refieren a los justos que han recibido la remisión<br />

de los pecados. Los justos sólo deben reunirse<br />

206 El segundo día Dios separó las aguas<br />

con sus hermanos justos, deben escuchar la<br />

Palabra y aprender de ella juntos, alabar a Dios y<br />

seguirle por fe; entonces estarán bien. Si hay sólo<br />

dos o tres personas que han nacido de nuevo, si<br />

el que ha nacido de nuevo predica la Palabra y<br />

todo el mundo cree en ella y se une a la voluntad<br />

de Dios, entonces estas personas estarán<br />

bendecidas. En vez de criticar a los demás<br />

debemos saber lo que la Palabra de la Biblia está<br />

diciendo y vivir nuestras vidas por fe. Esto es<br />

todo lo que tenemos que hacer.<br />

Cuando el Señor vuelva en el futuro, los falsos<br />

profetas y los creyentes que los han seguido se<br />

presentarán ante el Señor y dirán: «Señor, Señor,<br />

he expulsado demonios en Tu nombre, he<br />

profetizado en Tu nombre y he hecho muchos<br />

milagros en Tu nombre». Dirán que cuando<br />

estaban en este mundo, construyeron grandes<br />

iglesias y llevaron a mucha gente a Jesucristo. En<br />

ese momento, nuestro Señor les dirá:<br />

◄ ÍNDICE ►


«¡Charlatanes y ladrones!». Entonces les dirá:<br />

«¡Echadlos a las tinieblas!». ¿No es justo el<br />

juicio de nuestro Salvador? No hace falta discutir<br />

sobre cosas tan obvias. Dios arrojará al infierno a<br />

los que están destinados a ir al infierno y enviará<br />

al Cielo a los que han recibido la remisión de los<br />

pecados al creer en el bautismo de Jesucristo y<br />

Su sangre en la Cruz. Jesucristo, que juzga con<br />

justicia, es el Jefe de la Justicia en el Cielo.<br />

El primer día de la creación de los cielos y la<br />

tierra, nuestro Señor habló de cómo los seres<br />

humanos deben recibir la remisión de los<br />

pecados a través del Evangelio del agua y el<br />

Espíritu, y el segundo día, les dijo a los que<br />

habían recibido la remisión de los pecados que<br />

estuvieran alerta de las palabras de Satanás. Les<br />

dijo a los justos que nunca bebieran del agua que<br />

Satanás les ofrece, sino que tengan fe espiritual<br />

al alimentarse de la Palabra de Dios de Verdad.<br />

Mis queridos hermanos, cuando interpretamos<br />

207 El segundo día Dios separó las aguas<br />

la Palabra de Dios, debemos interpretarla y creer<br />

en ella según el Evangelio del agua y el Espíritu.<br />

Y los que predican la Palabra de Dios deben<br />

predicar la Verdad del Evangelio del agua y el<br />

Espíritu. Los que escuchan la Palabra deben<br />

alimentarse y vivir de la Palabra que viene de los<br />

siervos de Dios. En el pasaje de las Escrituras de<br />

hoy, el significado espiritual de las aguas de<br />

debajo del firmamento, las aguas de la tierra, está<br />

en las palabras de los falsos profetas. Por eso la<br />

Biblia nos dice que no les escuchemos ni nos<br />

alimentemos de sus palabras. Incluso entre los<br />

que han escuchado el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu y recibido la remisión de los pecados,<br />

hay muchas personas cuya fe espiritual es tan<br />

inmadura que no pueden diferenciar las<br />

enseñanzas de los falsos profetas, las aceptan y<br />

mueren espiritualmente.<br />

Cuando escuchamos la Palabra de Dios, hay<br />

cosas con las que tenemos que tener cuidado.<br />

◄ ÍNDICE ►


Primero debemos averiguar si los que predican la<br />

Palabra de Dios conocen el Evangelio del agua y<br />

el Espíritu, la Palabra de Dios, creen en ella y la<br />

predican.<br />

Los siervos de Dios deben ser nacidos de<br />

nuevo al creer en el Evangelio del agua y el<br />

Espíritu para que todo el mundo tenga fe en el<br />

Evangelio del agua y el Espíritu. Todos debemos<br />

confiar en los siervos de Dios y seguirles siempre<br />

que crean en el Evangelio del agua y el Espíritu.<br />

Debemos aceptar las advertencias y los consejos<br />

de los que obedecen la voluntad de Dios. En<br />

otras palabras, lo que ellos dicen es la Palabra de<br />

Dios. Esto se debe a que Dios habla a sus santos<br />

a través de Sus siervos.<br />

Otra cosa de la que debemos darnos cuenta es<br />

que es posible que los siervos de Dios tengan<br />

insuficiencias en la carne. Si los siervos de Dios<br />