LA REFORMA RADICAL DEL SIGLO XVI - Casa Giordano Bruno

La Reforma Radical del Siglo XVI Alberto Araica, 2005
por agentes de la Santa Inquisición. El resultado de esta doble conjura fue la huída
precipitada de Casiodoro a Amberes en Enero de 1564 y la inmediata dispersión de la iglesia
española de Londres. Por fortuna el traductor pudo poner a salvo sus manuscritos, que le
fueron enviados semanas después a Amberes por Francisco de Farias, ex-fraile de toda su
confianza 34 .
Fue entonces cuando el Rey Felipe II puso precio a la cabeza de Casiodoro, prometiendo una
suma de dinero a quien le descubriese. Acechado en todas partes por los esbirros de la
Inquisición y sospechoso de herejía o de peores cosas aún por sus hermanos de fe, Casiodoro
se convirtió en un migrante clandestino durante más de tres años entre Francfort,
Heidelberg, el sur de Francia, Basilea y Estrasburgo buscando un lugar donde establecerse
como pastor de la iglesia o como simple artesano, y poder dar así término a su traducción. En
1567 y 1568 le encontramos de nuevo ocasionalmente en Basilea, en casa del banquero
calvinista Marcos Pérez, quien ya había protegido a Casiodoro en Amberes y quien ahora
continuó defendiéndole contra las acusaciones de sus correligionarios, subsidiando finalmente
los costos de impresión de la Biblia.
Una nueva ética de amor y no violencia
El anabautismo, dentro del contexto de la Reforma, para muchos es la culminación de la
misma, y el cumplimiento de la visión original de Lutero. Los reformadores clásicos
decidieron que era mejor incluir a las “masas” dentro de la iglesia que formar una comunidad
de solo verdaderos discípulos, esperando seguramente que la predicación de la Palabra y la
ministración de los sacramentos iban a tener como fruto una vida cristiana masiva. Los
anabautistas retuvieron la visión original de Lutero y Zwinglio y la desarrollaron, le dieron
cuerpo y forma, y se propusieron lograrlo en la experiencia real. “Los rebautizadores,-dice
Max Gobel-, se han considerado a sí mismos nada menos que como los continuadores de la
obra comenzada por Lutero y Zwinglio, de restituir a la iglesia en su meta verdadera”. El
énfasis de la Reforma sobre la fe era bueno pero no suficiente, se necesitaba de una
transformación radical en la vida de las comunidades cristianas manifestada en la visión
anabautista: la esencia del cristianismo como discipulado; la iglesia como fraternidad de
hermanos; y una nueva ética de amor y no violencia 35 . El centro de la vida cristiana, y el
34 Gilly Carlos, Casiodoro de Reina, Basilea, http://www.west.ga.net
35 Bender Harold, The Anabaptist Vision, American Society of Church History, New York, 1943.
38