Libro en PDF - Santa Hildegarda de Bingen. Presentación
Libro en PDF - Santa Hildegarda de Bingen. Presentación
Libro en PDF - Santa Hildegarda de Bingen. Presentación
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Con éstas palabras y otras comparaciones le d<strong>en</strong>igraban diariam<strong>en</strong>te, atacándole para ver si sus<br />
bu<strong>en</strong>as int<strong>en</strong>ciones podían apartarle <strong>de</strong>l bu<strong>en</strong> camino, por lo que Roberto dijo <strong>de</strong>cididam<strong>en</strong>te a su<br />
madre:<br />
-Por sugestión <strong>de</strong>l diablo, que mira mi elección <strong>de</strong> vida con malos ojos, los asuntos <strong>de</strong>l<br />
mundo me están <strong>en</strong>torpeci<strong>en</strong>do, y sin querer voy por la s<strong>en</strong>da <strong>de</strong> mi padre. Por eso quería<br />
yo ir <strong>en</strong> peregrinación a po<strong>de</strong>r servir librem<strong>en</strong>te al único Dios.<br />
Su madre, que t<strong>en</strong>ía toda su esperanza <strong>en</strong> Dios antes que el miedo la angustiara y abrumara,<br />
temi<strong>en</strong>do que la nobleza <strong>de</strong> la estirpe atrajera a su hijo y lo arrastrara al mundo, y prefiri<strong>en</strong>do<br />
estar privada <strong>de</strong> here<strong>de</strong>ro a que su hijo se <strong>en</strong>redara con seducciones mundanas y sirviera al<br />
diablo, le dijo con tanto dolor como era capaz <strong>de</strong> t<strong>en</strong>er:<br />
-Hijo mío, puesto que te veo alterado por muchos consejos, haz lo que tu quieras y<br />
marcha a hacer esa peregrinación que hace tiempo <strong>de</strong>seabas hacer- Y le dijo:<br />
-Tu eres el único extranjero <strong>en</strong> Jerusalén” (Luc. 24, 18) Ponte <strong>en</strong> tu camino, y que [Dios]<br />
te <strong>de</strong>vuelva incólume a mí para mayor gloria <strong>de</strong> su nombre.<br />
De acuerdo con la voluntad <strong>de</strong> su madre, Roberto y algunos <strong>de</strong> sus hombres empr<strong>en</strong>dieron<br />
peregrinación a los sepulcros <strong>de</strong> los Apóstoles Pedro y Pablo.<br />
Cuando lo vieron los hombres <strong>de</strong> su región se admiraron <strong>en</strong> su interior y dijeron: He aquí un<br />
hombre noble. Su rostro resplan<strong>de</strong>cía <strong>de</strong> b<strong>en</strong>ignidad pues la gracia <strong>de</strong>l Espíritu Santo se había<br />
<strong>de</strong>rramado sobre él, y por ello los hombres lo amaban con el abrazo <strong>de</strong> la caridad. Porque, así<br />
como cuando no hay nubes una estrella aparece iluminada y clara, así también se observa la<br />
bondad <strong>en</strong> la cara <strong>de</strong> un hombre que ti<strong>en</strong>e familiaridad con el Espíritu Santo. Y cuando San<br />
Roberto se <strong>en</strong>com<strong>en</strong>dó a Dios por [intercesión <strong>de</strong>] los méritos <strong>de</strong> los Apóstoles Pedro y Pablo,<br />
permaneció allí [<strong>en</strong> Roma] algún tiempo.<br />
7