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Arte e Educação - Fundação Bienal do Mercosul

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co especta<strong>do</strong>r, un grupo, alguien que se opone,<br />

un simpatizante o una comunidad, son capaces<br />

de imaginar y ser imagina<strong>do</strong>s a través de un mo<strong>do</strong><br />

de direccionamiento específico –que debe, a su<br />

vez, producir, realizar, o incluso activar esta entidad<br />

imaginaria que es “el público”. Esto es, obviamente,<br />

crucial para la producción de exposiciones, para<br />

la construcción de mo<strong>do</strong>s de direccionamiento<br />

específicos dentro de la práctica curatorial y artístico-cultural.<br />

A pesar de to<strong>do</strong>, el espacio en el cual estas<br />

exposiciones se producen y reciben está condiciona<strong>do</strong><br />

por ciertas historias, por ciertos restos de<br />

imaginación, por comportamientos y por una<br />

recepción que deben ser considera<strong>do</strong>s. Se trata de<br />

una alteración en el script, con la reorganización<br />

de la presentación y reconfiguración de los elementos.<br />

Las políticas de producción de<br />

exposiciones no deben ser vistas sólo en términos<br />

de la llamada “política de representación”, sino<br />

también según los mo<strong>do</strong>s de direccionamiento.<br />

Esto quiere decir que sus efectos político-estéticos<br />

no residen solamente en la intención o no<br />

comprometimiento del trabajo, sino en su<br />

función, en su apariencia y en lo que producen.<br />

Como aprendimos a partir de filósofos a ejemplo<br />

de Walter Benjamin y Jacques Rancière, cualquier<br />

cisión entre la estética y la política es un falso problema.<br />

La política no es sólo altamente estética,<br />

como Benjamin analizó; existe también una<br />

“política de la estética”, como definió Rancière.<br />

Para el autor, la política de las prácticas estéticas<br />

reside en la forma en la cual se participa en la<br />

división y distribución de lo sensible, que es lo<br />

que puede ser visto y senti<strong>do</strong>, lo que puede ser<br />

dicho y no dicho. Un gesto estético, como un<br />

gesto político, consiste en la creación de un nuevo<br />

conjunto de cosas, en la reconfiguración de lo real<br />

(percibi<strong>do</strong>). Esto también significa que una<br />

persona no es capaz de distinguir entre trabajos<br />

de arte políticos y no políticos (o, en un senti<strong>do</strong><br />

más amplio, de representaciones), sino que sólo<br />

allí, en las imágenes de cada mo<strong>do</strong> de<br />

direccionamiento específico, reside la política de<br />

la estética. Además, podemos comparar las <strong>do</strong>s<br />

nociones de representación, o sea, la política y la<br />

estética, como representaciones de alguien en vez<br />

de algo. Como argumenté anteriormente, la<br />

representación, en ambos senti<strong>do</strong>s, debe ser vista<br />

como algo impuro y como un suplemento en lugar<br />

de una sustracción, en el senti<strong>do</strong> de que el<br />

propio acto de representación llena un vacío original<br />

en lo que es representa<strong>do</strong>, en el cual ni lo<br />

representa<strong>do</strong> ni la representación pueden jamás<br />

ser completos o perfectos. Esto significa, por el<br />

contrario, una tentativa de producir la identidad<br />

que está sien<strong>do</strong> representada. Así, en lugar de pensar<br />

en estética y política, forma y función, como<br />

categorías separadas, tenemos que pensarlas implícitas<br />

una en la otra, en cada mo<strong>do</strong> de<br />

direccionamiento exclusivo (no importan<strong>do</strong><br />

cuánto este mo<strong>do</strong> se considere universal).<br />

Así, cualquier estética “revolucionaria” no sólo es<br />

un acto de representación que apoya la política<br />

revolucionaria, sino también el mo<strong>do</strong> de<br />

direccionamiento que revoluciona la estética. O,<br />

para citar Jean-Luc Godard, el tema no es solamente<br />

hacer películas políticas, sino hacer películas<br />

políticamente. Se debe reconfigurar el propio mo<strong>do</strong><br />

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