REGIÓN HUÁNUCO - BVS Minsa - Ministerio de Salud

En cuanto a los demás trabajadores, cada uno llega a la institución con sus
valores, y en cada fase del proceso administrativo subyace la síntesis o
yuxtaposición de los valores personales con los valores institucionales, y se
plantea la tarea de apreciar los valores de la institución para poder identificarse
con ella, así como aportar los propios de cada miembro (que no pueden ser
obviados). Ahora bien, no se trata de aceptar a rajatabla todos los valores, pero
sí los más característicos y destacados.
En ese contexto, de alguna manera la dinámica psicológica puede observarse
como muy densa e intensa, debido a que cada miembro del equipo de salud se
ve afectado por los valores (normas y objetivos) de la institución y por los de los
diversos elementos, a la vez que tiene la posibilidad de influir con los que él trae
y sustenta.
La solución ideal a la que deben apuntar el equipo trabajadores de salud es el
crear un clima de desarrollo y crecimiento hacia valores comunes, de tal suerte
que tal evolución permita colectivizar el enriquecimiento de todos.
A pesar de aceptar la tesis de Miguel Ángel Cornejo, en el sentido que toda
persona potencialmente puede llegar a ser líder, en las instituciones es
inevitable que muchas veces el líder con mando proporcione la tónica.
Para bien (o para mal), se quiera o no, el líder es un hombre de valores (aunque
también de antivalores). Lo curioso es que los diferentes tipos de liderazgo
conllevan muchos valores implícitos, a saber:
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