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DOCUME ITO PARA LA HISTORIA DOMINICANA 251<br />
canos, ahora in <strong>de</strong>stinos y comparativamente en <strong>la</strong> miseria.<br />
En medio <strong>de</strong> semejante colmenar <strong>de</strong> obrero, el señor<br />
Beneken sería uno y nada mas que llno <strong>de</strong> ellos, no comería<br />
mas que el pan diario con ellos, y a pesar <strong>de</strong> habel'le<br />
costado los terrenos sólo cuatro reales, es incuestionable<br />
que <strong>la</strong>s mejol'a quedarían para <strong>la</strong> nación; porque en muriéndose<br />
es más que c<strong>la</strong>ro al entendimiento más rudo, que el<br />
señor Heneken nunca podrá llevarlo consigo al otro mundo.<br />
Entonces tal vez nos <strong>de</strong>jaría una prenda <strong>de</strong> algún valor,<br />
cuyo sitio hoy en día bien se le pue<strong>de</strong> rega<strong>la</strong>r y hasta<br />
perdonarle]o cuatro reales. Lo' terrenos baldíos en ninguna<br />
región <strong>de</strong>l globo tienen valor efectivo; ellos solo adquieren<br />
valor y e timación a proporción <strong>de</strong> sus mejoras, y a<br />
proporción que se hal<strong>la</strong>n convertidos en manantiales <strong>de</strong> producción.<br />
Este es el único modo <strong>de</strong> que una nación logra ser<br />
rica y po<strong>de</strong>rosa valiéndose <strong>de</strong> sus terrenos,<br />
El señor Heneken efectivamente hizo <strong>la</strong> proposición<br />
<strong>de</strong> arrendarle un terreno baldío al Gobierno en el año 1848.<br />
La proposición fuá somaida al Ministro <strong>de</strong>l ramo, luego<br />
pOl el señor Ministro al Congreso Nacional, y éste augusto<br />
cuerpo <strong>la</strong> aprobó y or<strong>de</strong>nó <strong>la</strong> ejecución <strong>de</strong>l contrato. A pesar<br />
<strong>de</strong> todos estos pasos apoyados por piezas justificativas,<br />
que al parecer <strong>de</strong>bían afianzar el interés particu<strong>la</strong>r, el reierido<br />
contrato fué <strong>de</strong>rrocado en todas sus partes en el momento<br />
en que alcanzó el señor Báez el po<strong>de</strong>r. Por supuesto<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> semejante <strong>de</strong>mostración <strong>de</strong> <strong>la</strong> ma<strong>la</strong> fe y <strong>la</strong> perversidad<br />
se ha paralizado toda esperanza en mejoras. El Eco <strong>de</strong>l<br />
Ozama sin embargo tiene el <strong>de</strong>scaro <strong>de</strong> preten<strong>de</strong>r que existan<br />
garantías sociales en <strong>la</strong> República.<br />
El atraso <strong>de</strong> <strong>la</strong>s república Hispanoamericanas proviene<br />
<strong>de</strong> sus incesantes revoluciones. Estas no tienen su origen<br />
en que los españoles son más difíciles <strong>de</strong> gobernar que<br />
otras naciones, sino en <strong>la</strong> ausencia notoria <strong>de</strong> toda habilidad<br />
política, y especialmente en <strong>la</strong> puerilidad <strong>de</strong> aquellos<br />
que se esfuerzan en agarrar el mando. La forma ostensible<br />
<strong>de</strong> un gobierno, sea popu<strong>la</strong>r o sea <strong>de</strong>spótico poco impor-