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fabricantes de rebelion

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evoluciones <strong>de</strong>l siglo XX y la consolidación <strong>de</strong>l imperialismo absoluto <strong>de</strong> la<br />

globalización. Pero así mismo, el renacer <strong>de</strong> nuevas luces, nuevas prácticas, nuevos<br />

sujetos, que volverán a abrir los caminos <strong>de</strong> las luchas justicieras y libertarias <strong>de</strong> los<br />

pueblos. Es también el período en que todo comienza a <strong>de</strong>smoronarse en nuestro propio<br />

terruño nacional, y al mismo tiempo, el momento en que un sol majestuoso que empieza<br />

a nacer. Sergio encarnaba a piel entera el parto y la parturienta <strong>de</strong> esa nueva escalada<br />

utópica en que andábamos implicados.<br />

Con él moría una irreverencia que para entonces no podíamos valorar en toda su<br />

magnitud, pero con el pasar <strong>de</strong>l tiempo se ha ido convirtiendo en una verdad irrefutable.<br />

Sergio, siendo absolutamente consecuente con los presupuestos ético-políticos <strong>de</strong> toda<br />

esta nueva gesta revolucionaria, jamás estuvo <strong>de</strong> acuerdo en que tengamos que seguir los<br />

pasos que imponían los movimientos militares conspirativos. Más aún, jamás estuvo <strong>de</strong><br />

acuerdo en conformar una alianza con ellos, movido en parte por los viejos prejuicios<br />

izquierdistas hacia el mundo militar, pero sobretodo por la claridad <strong>de</strong> que era imposible<br />

establecer allí una alianza horizontal que sea capaz <strong>de</strong> proyectar la construcción <strong>de</strong> un<br />

nuevo proyecto <strong>de</strong> sociedad. Esa alianza tendía a convertirse en una junta corruptora <strong>de</strong><br />

los procesos constructivos, articuladores y guerreros que hasta entonces habíamos<br />

podido empatar. Invertiría las priorida<strong>de</strong>s, convirtiendo la llegada ¨al po<strong>de</strong>r¨ en un fin en<br />

sí dominado en todo momento por aquellos que tendrían en sus manos la fuerza bruta<br />

para la conquista <strong>de</strong> tal fin, y fin <strong>de</strong> la nueva cultura política. La apuesta a esta aventura<br />

era por tanto totalmente absurda; la jugada estaba perdida <strong>de</strong> antemano. Ningún odio por<br />

más <strong>de</strong>scomunal que sea contra la partidocracia puntofijista justificaba para él este tipo<br />

<strong>de</strong> acercamiento con la rebelión militarista. La cara <strong>de</strong> Sergio cada vez que se hablaba <strong>de</strong><br />

militares expresaba una especie <strong>de</strong> náusea que jamás pudo sacarse <strong>de</strong> encima. Ellos<br />

representaban un engendro político amamantado por años por los mesías <strong>de</strong>rrotados <strong>de</strong><br />

la vieja guerrilla, que en algún momento aceptamos ingerir por sentirnos parte <strong>de</strong> esa<br />

herencia, y que él no hallaba la forma <strong>de</strong> vomitar; probablemente porque jamás <strong>de</strong>jamos<br />

que lo haga y porque nunca encontró su propia vía para sacarse <strong>de</strong> las venas esa historia<br />

maldita e imponer la bendición hermosa <strong>de</strong>l nuevo mundo que él mismo estaba<br />

ayudando a construir con <strong>de</strong>scomunal mística. Sergio (así como Teresa, como Vanessa,<br />

como Susana, como Edgar y tantos otros <strong>de</strong> igual talla humana y combativa que él) era<br />

un cuerpo en náusea.<br />

Pero esa náusea <strong>de</strong> Sergio no era escapista. No la utilizó <strong>de</strong> excusa para rechazar<br />

la participación en las duras confrontaciones que se vivieron. Su náusea supo congelarla<br />

y acompañar mientras tanto el torrente <strong>de</strong> los <strong>de</strong>seos colectivos más sanos y luchadores.<br />

Deseos que para nosotros siempre funcionaron como imperativos <strong>de</strong> nuestra acción;<br />

principios anteriores a toda convicción personal o grupal, con todos sus implicantes<br />

filosóficos y estratégicos. Así, el 27 <strong>de</strong> Noviembre <strong>de</strong>l 92, Sergio se convirtió en el<br />

principal convocante <strong>de</strong> las <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> personas que en su parroquia <strong>de</strong>l 23 <strong>de</strong> Enero<br />

protagonizarían una <strong>de</strong> las batallas cívico-militares más espectaculares que se dieron<br />

durante los golpes, y don<strong>de</strong> él mismo estuvo a punto <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r la vida en un<br />

enfrentamiento contra la Guardia Nacional en la avenida Sucre. Se concentró un<br />

auténtico ¨pueblo armado¨; armado por sus propios esfuerzos, inteligencia y audacia, y<br />

no por el auxilio mañanero <strong>de</strong> algún batallón militar golpista. Guiado por un plan<br />

insurreccional que cubría casi todo el oeste <strong>de</strong> Caracas, pero que igual, falló por falta <strong>de</strong>

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