Formación y Orientación Laboral

Formación y orientación laboral
CLASIFICACIÓN FUEGOS
SEGÚN COMBUSTIBLE
El agua es un agente
extintor de incendios
No debe usarse el agua
jamás en fuegos
eléctricos por el peligro
de electrocución que
supone
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A: Sólidos
B: Líquidos
C: Gaseosos
D: Especiales
E: Riesgo eléctrico
CLASE D: Fuegos de productos y metales especiales, como el
sodio, el aluminio finamente dividido, el magnesio, etc. Estos fuegos
son muy difíciles de apagar y requieren medios específicos.
CLASE E: Fuegos en equipos o instalaciones eléctricas, o también
cualquier fuego en presencia de tensión eléctrica. Se deben apagar
cortando antes el suministro eléctrico.
Cada clase de fuego requiere un producto o agente extintor diferente.
Los más utilizados son:
• El agua: Es el agente extintor más antiguo, abundante y económico
que existe. Se utiliza pulverizada o a chorro y actúa por enfriamiento.
No debe usarse jamás en fuegos eléctricos por el peligro
de electrocución que supone.
• Anhídrido carbónico (CO2): Llamado también nieve carbónica,
es un gas inerte más pesado que el aire que actúa principalmente
por sofocación. Es el extintor adecuado para los fuegos eléctricos
por no ser conductor ni dejar residuos.
• Polvo seco: Se compone básicamente de bicarbonato de sosa y
algún producto hidrófugo para evitar su apelmazamiento por la humedad.
Actúa por sofocación y paralización de la reacción en cadena.
Hay dos tipos de polvo: el normal y el polivalente o antibrasa de
mayor eficacia de extinción.
• Espuma: La espuma se genera añadiendo al agua un líquido
espumógeno y aire en proporciones adecuadas. Se deposita sobre
el fuego en forma de manta apagándolo por sofocación.
• Halones: Son derivados halogenados gaseosos que actúan como
inhibidores de la combustión absorbiendo el oxígeno del lugar donde
se produce el fuego. Se utilizan principalmente en salas de ordenadores,
bibliotecas, etc.
7.3. PREVENCIÓN DE INCENDIOS
Veamos algunas de las causas más comunes de incendio en el ambiente
administrativo, para tratar de evitarlas:
o Locales mal diseñados: Abundancia de materiales inflamables en
suelos, paredes o techos (moquetas, cortinas, etc.).
o Instalaciones eléctricas defectuosas: Sistemas eléctricos mal diseñados
o sin ningún mantenimiento.
o Enchufes en malas condiciones: Por deficiencias internas, por
sobrecarga o exceso de aparatos conectados a él.
o Calor originado por las máquinas: Ciertas máquinas producen
calor en condiciones normales o por avería (máquinas de café, copiadoras,
etc.)
o Objetos cercanos a aparatos de calefacción: Algunos aparatos
de calefacción pueden sobrecalentar las prendas o cortinas cercanas.
o Imprudencias de fumadores: Es fácil que una colilla termine en
una papelera por azar o imprudencia.
o Falta de orden y limpieza: Acumulación de materiales y basuras
inflamables en lugares inadecuados.