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224.
225.
región molar”
21 de diciembre de 2012
País Valencià – Castellón - Almassora
C.M.B. denunció haber sido retenido y amenazado por agentes de la Guardia
Civil por dirigirse a ellos en valencià.
Según su denuncia, se dirigía, en su vehículo, a Almassora cuando dos agentes
de la Guardia Civil le dieron el alto. Con el vehículo ya inmovilizado, C.M.B. se
dirigió a los agentes en valencià, para decirles que debía hacer una llamada para
avisar a su hijo, menor de edad, diciéndole que se retrasaría. En ese momento
los agentes le dijeron ‘A mi me hablas en español que estamos en España’.
Como C,M.B. insistió en hablar en valencià. Fue amenazado con quitarle el
carné, don detenerle y hacerle pasar la noche en los calabozos y con
empujones. Tras permanecer retenido varias horas, fue denunciado no llevar el
cinturón de seguridad y no llevar el chaleco reflectante, lo que podría suponer
una multa de 1000 euros de multa y retirada de 12 puntos del carne de conducir,
fue denunciados por alteración el orden público.
En el juicio celebrado el 3 de enero en Juzgado de Instrucción nº 4 de Castellón,
C.M. fue absuelto.
23 de diciembre de 2012
Andalucía - Granada
I. de F., ciudadano brasileño de raza negra, y miembro de la Orquesta Ciudad de
Granada, denunció haber sido agredido por tres agentes de la Policía Local de
Granada
Según su denuncia, se encontraba en un bar del Carril del Picón, cuando
entraron cuatro policías locales. Que, sin mediar palabra, lo sacaron a la calle y,
llevándole a un portal, para que nadie pudiera ver lo que ocurría, tres policías le
propinaron numerosos golpes, mientras el cuarto agente impedía que entrase un
amigo de I. de F.
Tras la agresión, acudió al Hospital Clínico para ser reconocido y curado de las
heridas sufridas.
28 de diciembre de 2012
Andalucía – Sevilla – C.P. Sevilla I
J.M.F., denunció, a través de su letrada, haber sido agredido por funcionarios, en
el patio de la cárcel de Sevilla 1.
Los funcionarios le negaron la posibilidad de ser reconocido por el médico de la
prisión, cuando lo solicitó nada más ser agredido.
Sólo pudo comunicar lo ocurrido a su letrada por teléfono, y esta lo puso
inmediatamente en conocimiento del Juzgado, que sin practicar ninguna
diligencia de prueba, ordenó el archivo de la causa.
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