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- Page 28 and 29: —¿Tienes dos abrigos? Cede uno d
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- Page 48 and 49: en seguir su misma suerte. El ejemp
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de Nazaret ha encontrado algo por e
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cumplido esta Escritura ante vuestr
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sus insolentes palabras. Centenares
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Querido Justo: CARTA V Te estoy esc
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pobres que yacen por allí sólo ag
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para que os maravilléis... Igual q
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e intenté averiguar en qué consis
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Cuando se dispone a proseguir la ma
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pero no cambia nada de su mutua rel
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amhaares que lo rodean? Pero aquell
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El último es aquel tendero de Kari
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Querido Justo: CARTA VI Me pides qu
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—La bendición del Altísimo para
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una amenaza o una promesa. A mí si
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vuestros enemigos y orad por los qu
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como si alborotaran para insultarle
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todo, de saber mayor la bondad del
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Mientras tanto el soldado se había
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Querido Justo: CARTA VII Confieso q
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grande compararse a sí mismo con e
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las abluciones y se han convertido
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Ya antes noté que Simón, Andrés
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cielo, ni las estrellas, ni los án
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movió y pareció que se agigantaba
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sollozo y una carcajada. Dio con la
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expresión humana. Entretanto Jesú
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Querido Justo: CARTA VIII De un mod
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en medio del desierto. —Con estos
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trigo ya está maduro y la hoz os e
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En la mirada que me dirigió leí u
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más que nunca el amor de otra pers
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Querido Justo: CARTA IX No sé cóm
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nuestro rabí Nicodemo nunca tocar
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vino al mundo y donde transcurrió
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—Rabí, mañana, en la sinagoga,
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—En los tiempos en que todo el pa
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—Bueno... No hizo daño a nadie..
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Se rascó despreocupadamente el vie
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Querido Justo: CARTA X Acabo de vol
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sus soldados atacaran sin más ni m
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martillo. Sólo de pensarlo me sent
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aquí — hablaba como si desde tie
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De este modo fui a visitar al profe
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Entonces me pareció que le había
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la animación creció de nuevo. Ant
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a levantarla y lanzarla contra el r
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—¡Baila! Te daré una esclava, d
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Herodías dijo algo a su hija y és
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—Pero, ¿para qué matarle? Ya no
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Querido Justo: CARTA XI He seguido
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un hombre ya maduro, es natural que
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—¿Es verdad — al decirlo no se
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durante el camino y que esperaba da
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pagó a buen precio. Cuando vino a
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pobretones, que había nacido en un
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lugar desconocido en el que me sent
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me ha sonreído como lo hiciera aqu
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los ojos y digo con toda la sinceri
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los labios para indicarme silencio.
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cincuenta para poder hacer las part
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tirarme al agua y ahogarme como a u
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quedó suspendida al borde mismo de
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inventando? ¿Quién habla de comer
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¡Mientras tanto, nosotros continu
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pregunta estaba fuera de lugar. ¿E
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—Habla de ella constantemente —
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mayor rapidez aún cada uno de mis
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unos labios duros y secos como dos
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no poder inclinar la cabeza y morir
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todos... Además, prefiero no verle
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Innominable, pensé, proteja su tem
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encerrar su pensamiento en un canto
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Sonrió gentilmente como agradecié
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estrechar entre mis manos su fidel
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Querido Justo: CARTA XV Judas estab
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cuentas con sus braceros; otros, en
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intenciones con relación a él, lo
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—¿Quién eres? — repitió el p
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Salí a pleno sol, guiñando los oj
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Señaló con el dedo al hombre post
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no recuerdan en nada a aquellos rui
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al hombre que estaba sentado ante e
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actitud de encarnizada obstinación
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Querido Justo: CARTA XVI Aunque est
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«los primeros serán los últimos,
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—Rabí, tú que lo sabes todo, di
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la cumbre del monte y bajó con ell
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—¿Ha vuelto a profanar los lugar
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— ¡Para que él y vosotros podá
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— ¡Así lo creéis vosotros! Per
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Querido Justo: CARTA XVII En vez de
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está transformando en irritación,
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— ¿Podría ayudaros en algo? —
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inexpresivo, mientras que el de Mar
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—Sí; los discípulos ya no se op
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Atravesó el jardín y vino en mi d
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No se opuso más. Hizo una seña a
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Querido Justo: CARTA XVIII Desde ha
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exactamente se cumplen todas sus pa
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sus maquinaciones contra Él. Pero,
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—Nos temen dijo riendo —. ¡Oh,
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— ¿También son víctimas de una
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—Desde luego — dijo, fijando lo
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obligaría a buscar el asentimiento
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Querido Justo: CARTA XX Estuve en B
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—No siempre — reconoció. Y una
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epartir este dinero entre los pobre
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Debes de haber sido tú el que le h
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—El no debería permitir que habl
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Mientras yo seguía mirando de dón
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Cruzamos la puerta y comenzamos a b
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que, mientras exista el Santuario,
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Aquellas palabras se derramaron com
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exige: «Sé una persona honrada».
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La casa de Lázaro estaba tan silen
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—Dame tus preocupaciones, Nicodem
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de los hermanos. Judas caminaba a m
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ahogar su miedo hace sonar constant
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ien peinado y todo él da una impre
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detuvimos. Ellos dos se quedaron ju
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muchacho no sabe velar y más de un
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empuñó la espada que llevaba cons
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Querido Justo: CARTA XXII «Dame to
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— ¿De modo que tú eres Jesús d
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sí. José de Arimatea también est
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Puesto que los doctores y los sacer
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— ¿Por qué habéis traído aqu
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— ¿Quién puede confirmar lo que
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—Yo no lo he visto — murmuró e
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— ¡Son grandes, muy grandes, los
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—Él incluso dijo — ahora decla
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Hablé con José y luego estuve pas
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dicho en tantas ocasiones, debería
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Tuvo que hacer un visible esfuerzo
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penumbra de sus párpados caídos,
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— ¿Dónde fue eso? — pregunté
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Momentos así, de un súbito resurg
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— ¿Es éste a quien habéis veni
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interrogarle, en vez de hacerlo com
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—No olvidéis que antes de la Pas
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todo aquel asunto, seguramente resp
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— ¡Crucifícale! ¡Crucifícale!
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Pilatos cruzó las manos a la espal
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cortejo que se alejaba. De pronto l
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vocerío. La gente no sabía qué g
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áfagas se oían como unos gritos h
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esculturas griegas. Aquí no había
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—No sé si sabes que ya ha muerto
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—Bien venidos — dijo —. ¿Qu
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papiro! —Escribió unas palabras
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—Ya lo veo — asintió José —
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entre la claridad y la sombra, cay
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deseaba quedarme solo, al menos por
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horrible. Siento un profundo rencor
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Alguien llegó corriendo hasta la p
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—Yo tampoco — siguió Juan. El
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cuerpo y nos dio permiso para enter
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— ¿A qué te refieres, Jonatán?
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que hemos escondido el cuerpo? Pues
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—Aunque vosotros no me hubierais
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—José — le dije, y la emoción
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hombre que nos había alcanzado y e
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—Lo recuerdo. Pero también Etam
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deseado. A un hombre cubierto de de
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comunicarla a todos, había que gri
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—Rabí — dijo Santiago, el herm
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— ¡Señor! — suplicaba Santiag
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Querido Justo: CARTA XXIV Ya había
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inteligibles. Una llamada. Una orde
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los Olivos. Aquí abajo empezó, pe
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animaba con una sonrisa «Aún más
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medios necesarios para hacerlo. ¡A
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pulcro, decía ahora con indomable
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Querido Justo: CARTA XXV Mi carta t
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— ¿Por qué habláis sin cesar d
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cuando le encontró hizo algo, que
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Después de una dura jornada de tra
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pudiéramos volver a echar raíces.