MEMORIAS DE LA EMIGRACIÓN ESPAÑOLA A AMÉRICA | [ 1 ]
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VenezuelA<br />
nunca he cenado, nunca me ha gustado cenar, sino comerme un sanduche o un jugo, o una cosa<br />
liviana, y todavía te sobraba dinero para disfrutar con tus amigos. Porque aquella época, era una<br />
época que como muchas personas no la conocieron, uno les cuenta las cosas y no lo creen. Yo te<br />
puedo decir que todos los sábados nos subíamos el grupo de amigos al teleférico, allá había una<br />
pista de patinaje de hielo y había bailes y eso era un bonche hasta la mañana siguiente.<br />
Poco tiempo dura esta familia unida en Caracas ya que el padre enfermo regresa a<br />
Canarias y su hermana forma un nuevo hogar al contraer matrimonio con un venezolano.<br />
En esta nueva situación, José Miguel aceptó una mejor oferta de trabajo en Maracay como<br />
responsable administrativo de una empresa del sector<br />
Yo empecé en la administración de la compañía y por supuesto cuando no tenía trabajo<br />
yo atendía el mostrador, si venía algún cliente y como eso era tan pequeño ahí se conocía todo<br />
el mundo. Ahí había clientes de Sudamtex, de Telares Maracay, la tabacalera, es decir las<br />
grandes empresas que había en Maracay, porque éramos los únicos que vendíamos rodamientos,<br />
vendíamos cadenas, cintas transportadoras, rodillos transportadores, es decir una empresa<br />
bien surtida para la industria y mi cargo era la administración y te digo como yo conocía de<br />
rodamientos pues en lo que venía un cliente, sino había quien lo atendiera, yo dejaba mi cuestión<br />
de libros y me iba al mostrador. En sí la jornada era normal de 8 a 12 y de 2 a 6. Lo único es que<br />
cuando terminaba a las 6, te ibas a recorrer todos los bares de Maracay.<br />
Pero pronto descubrió las ventajas económicas que tenía ser vendedor y no gestor<br />
o administrador de la empresa.<br />
Como yo quería ganar dinero, un día salió un aviso en la prensa donde la SKF, que todavía<br />
existe, hoy es la SKF venezolana, estaba buscando vendedores y yo me fui y me dieron el puesto.<br />
Y lo que me llamó la atención, que el presidente de la SKF que era un sueco me dijo, que como<br />
era posible que yo de gerente de una empresa me fuera como vendedor de otra, a mi los títulos no<br />
me salen, a mí lo que me interesa es tener a don simón en el bolsillo, porque cuando yo voy a un<br />
supermercado y tengo que pagar lo que mi señora y yo hemos comprado, a mí no me sirve, ¿usted<br />
es gerente de Romaca? No, yo si no llevaba a don simón en el bolsillo, no saco ni una locha de<br />
donde estoy comprando. Y creo que no vuelvo a una oficina, a un escritorio.<br />
Hasta que se casó, vivió en una casa de familia que alquilaba habitaciones donde<br />
era cuidado como un hijo de la misma.<br />
Con su mujer, Evelia, también canaria, a la que le une un lejano parentesco, han<br />
mantenido algunas tradiciones familiares sin dejar espacio para la nostalgia, sin proyecto<br />
de retorno, hasta el punto de no inscribir a sus hijos en el consulado español.<br />
Cuando llegó a Caracas, le impresionaron las dimensiones y la riqueza de este país<br />
y su variada composición étnica y cultural como correspondía a una población nutrida<br />
por fuertes corrientes migratorias. Como muchos otros emigrantes conoció el rechazo de<br />
quienes les veían como extranjeros, musiú como decían despectivamente en Venezuela, y<br />
supo también que este sentimiento se reproducía dolorosamente en su tierra de origen<br />
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